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La Franja de Gaza (en árabe: ‫قطاع غزة‬, romanizado: Qiṭāʿ Ġazza o Qita' Ghazzah;

en hebreo: ‫רצועת עזה‬, romanizado: Retzu'at 'Azza), a veces referida simplemente como Gaza,
es una estrecha banda de tierra situada en el Oriente Próximo, de la que 51 kilómetros
lindan con el suroeste de Israel y otros 11 lo hacen con el noreste de la península del
Sinaí (Egipto).
Es un territorio palestino autogobernado que, junto con Cisjordania, conforma el Estado de
Palestina gobernado por la Autoridad Nacional Palestina, pero que desde junio de 2007 es
gobernada por Hamás, una organización islámica palestina1 considerada organización
terrorista por ocho países, que llegó al poder en elecciones libres en 2006. El territorio de
Palestina está definido en los Acuerdos de Oslo y en la resolución 18602 del Consejo de
Seguridad de la ONU,3 por el que era admitida por la Asamblea General de las Naciones
Unidas como Estado con el estatus de "estado observador no-miembro" bajo el nombre
de Estado de Palestina.4 La Franja de Gaza, junto con Cisjordania, Jerusalén Este y
los Altos del Golán, está considerada por la comunidad internacional como «territorio
ocupado» por Israel desde 1967.5 Además, desde 2007 está sujeta a un bloqueo
militar por parte de Israel y Egipto.6
La Franja de Gaza tiene 41 kilómetros de largo y entre 6 y 12 kilómetros de ancho, con un
total de 360 km².7 Con una población de 1 943 398 habitantes en 2017, la Franja de Gaza
es la tercera entidad política más densamente poblada del mundo, por detrás solamente
de Singapur y Hong Kong.8 Una amplia tierra de nadie de 500 metros impuesta por el
ejército israelí hace que una parte de la superficie de la Franja no sea accesible para sus
habitantes (un total de 29 km², más del 8 % del territorio de la Franja).9 Con una tasa de
crecimiento anual del 2,33% en 2017, la Franja de Gaza es la trigésimo primera entidad
política con mayor crecimiento demográfico del mundo.10 Debido a dicho bloqueo, la
población de la Franja no tiene la capacidad de entrar o salir de ella cuando lo deseen,
como tampoco se puede importar o exportar productos libremente.6 La mayor parte de la
población de este enclave es de religión musulmana suní.10
A pesar de la retirada unilateral israelí de la Franja de Gaza en 2005, las Naciones Unidas,
las organizaciones internacionales por los derechos humanos, y la mayoría de los
gobiernos y de los expertos legales del mundo consideran que la Franja de Gaza todavía
está ocupada por Israel, que a su vez se ve ayudada en su ocupación por las restricciones
impuestas desde Egipto. Israel mantiene el control directo de las fronteras de Gaza y un
control indirecto de la vida dentro de la Franja: controla sus espacios aéreo y marítimo, así
como seis de los siete pasos fronterizos gazatíes. Además, se reserva el derecho de entrar
en la Franja de Gaza cuando lo considere oportuno y su ejército mantiene una tierra de
nadie dentro del propio territorio gazatí. La Franja de Gaza depende de Israel en términos
de agua corriente, electricidad, telecomunicaciones y otros servicios.1112
Cuando Hamás ganó las elecciones legislativas palestinas de 2006, el partido político
derrotado, Fatah, se negó a entrar en coalición con Hamás hasta que Arabia
Saudí consiguió cerrar entre ellos un breve acuerdo de gobierno. Cuando la presión
conjunta de Israel y Estados Unidos consiguió hacer descarrilar este acuerdo, la Autoridad
Nacional Palestina constituyó un gobierno sin Hamás en Cisjordania mientras Hamás
formaba su propio gobierno en la Franja de Gaza.13 Las sanciones económicas por parte
tanto de Israel como de algunos países europeos como Hungría, Polonia, República
Checa o Eslovaquia continuaron creciendo. Una breve guerra civil entre ambos grupos
palestinos tuvo lugar en la Franja de Gaza cuando Fatah se negó a aceptar la
administración de Hamás. Hamás venció en dicho conflicto y expulsó de la Franja a los
funcionarios partidarios de Fatah y a los miembros de los cuerpos de seguridad de la
Autoridad Nacional Palestina,1415 manteniéndose desde entonces como el único partido a
cargo de la administración de este territorio costero.13
El desempleo se elevó en 2019 al 53 % de la población activa, la pobreza alcanzó a más
de una de cada dos personas y la economía local se ha derrumbado (-6,9 % de
crecimiento en 2018). Asimismo, las infraestructuras y “las capacidades productivas se han
destruido”, subraya la UNCTAD (Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y
Desarrollo).16

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