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El Código Civil reconoce como modos de Extinción de las obligaciones:

- La compensación
- La novación
- La remisión
- La prescripción extintiva
Tienen en común que en ninguno de ellos se efectúa cumplimiento o pago, la
razón que determina el fenecimiento de la obligación y liberación del deudor, es
distinta en cada uno.
La Compensación
Es la confrontación de dos obligaciones liquidas, y exigibles, consistentes ambas
en dinero o cosas fungibles de la misma especie y calidad, para extinguirlas
totalmente si su monto es idéntico, o hasta el importe de la menor si fueren de
diferente cuantía.
Es pues, un medio de extinción propio de la obligación reciprocas de dar, no
puede ocurrir en las obligaciones de hacer, ni tampoco en las de no dar y no
hacer.
Elementos:
a. Existencia simultanea de acreeduria y deuda reciprocas. Es decir, de
dos partes: una deudora de la otra, en una relación. Y esta acreedora de
aquella en otra relación. Ambas relaciones constituyen relaciones
independientes, validas y exigibles. Nos son compensables las obligaciones
de plazo todavía no vencido, las condicionales cuya condición estuviera aun
pendiente y las obligaciones naturales.
b. Las acreedurias y las deudas, deben de ser por derecho propio, lo cual
significa que lo que se puede hacer valer u oponer son las acreedurias
personales, propias de quien las opone. Es decir, el deudor que es
requerido de pago por su acreedor puede oponer compensación, por lo que
a el mismo le debe el acreedor, pero no por lo que este deba a tercera
persona. Se exceptúa el caso del fiador y del tercero garante, quienes en
caso de ser requeridos de pago por el acreedor sí pueden oponerle
compensación por lo que éste deba al deudor principal. Por esta exigencia
de acreeduría propia es que no puede el deudor mancomunado solidario
oponer compensación por lo que el acreedor deba a otro de los
codeudores. Artículo 1369 del Código Civil.
c. Las prestaciones objeto de las dos obligaciones deben consistir en
dinero o en bienes fungibles de la misma especie y calidad. Es decir,
deben ser homogéneas, de objeto idéntico. Esto es porque para compensar
es necesario poder determinar, mediante una operación sencilla, cual es el
resultado de confrontar el importe de las dos obligaciones: si una es menor
que la otra, la extinción se produce hasta la cuantía de la menor; y si las
dos son de igual cuantía, la extinción es total.
d. Que no cause perjuicio a terceras personas. Si se celebrare, por
ejemplo, en perjuicio o fraude de acreedores con derecho anterior, éstos
podrían demandar su revocación. Artículo 290 del Código Civil.
e. Libertad de créditos. No procede la compensación si con respecto a una
de las acreedurías se notificó debidamente una demanda o se ejecutó una
medida precautoria. Se protege, en este caso, el resultado de la acción
judicial de un tercero contra alguno de los sujetos que son parte en la
compensación.
Clases. La compensación puede ser:
- convencional,
- legal o
- judicial.
Compensación convencional: Es un acuerdo de voluntades cuyo propósito es la
extinción, total o parcial, de obligaciones recíprocas. Su fundamento radica en
que, de conformidad con el artículo 1517 del Código Civil, una de las finalidades
del contrato puede ser la extinción de obligaciones.
Compensación legal: Es la prevista en la ley. Por ejemplo, en el caso de la
anulación, resolución o rescisión de un contrato, si ambas partes han percibido
frutos, productos o intereses, serán compensables hasta la fecha de la notificación
de la demanda de nulidad (resolución o rescisión), y desde esa fecha serán
restituibles. Artículos 1314, 1315 y 1586 del Código Civil.
Compensación judicial: Es la que declara el juez en la sentencia que finaliza el
proceso. Constituye un medio de defensa procesal, puesto que no puede el juez
aplicarla de oficio, sino que corresponde al demandado invocarla con carácter de
excepción perentoria. Párrafo segundo del artículo 118 del Código Procesal Civil y
Mercantil.
Utilidad. La doctrina de la compensación indica que es útil para evitar el
desplazamiento innecesario de dinero, o de cosas fungibles, según fuere el caso,
con lo cual se evitan gastos y riesgos; y también para prevenir pérdidas por
insolvencia de uno de los deudores. En efecto, sería absurdo que uno de los
deudores pague íntegra su deuda, y cuando cobre su acreeduría al otro, se
encuentre con que éste está insolvente. Si, por el contrario, se aplica la
compensación y él fuere el acreedor de la cuantía mayor, al menos perdería sólo
la diferencia.
Casos en los que no procede la compensación:
a) En la demanda sobre la restitución de un despojo. El despojo constituye un
acto ilícito, por consiguiente, no puede el despojante a quien se le requiere
judicialmente la devolución del objeto ilegalmente tomado, negarse a la devolución
pretendiendo que se compense el despojo con lo que a él le deba por cualquier
causa lícita el despojado.
b) En la demanda sobre la restitución de un depósito. La seguridad del
contrato de depósito radica en la certeza de que el depositario devolverá la cosa
depositada cuando la pida el depositante, la persona en cuyo favor se constituyó
el depósito o cuando lo ordene el juez. De manera, entonces, que no puede
admitirse que el depositario pretenda no devolver la cosa depositada, oponiendo a
la demanda de devolución, compensación por lo que por cualquier causa lícita le
deba a él el depositante.
c) En lo que se debe por alimentos presentes. Si el alimentista demanda el
pago de alimentos presentes, el alimentante los debe pagar sin demora, por la
importancia y perentoriedad de las materias que comprenden. Si el alimentista es
deudor suyo por cualquier causa lícita, tiene derecho de cobrarle y usar en su
contra los medios de coerción judicial que la ley autoriza, pero no puede negarse a
pagar los alimentos pretendiendo que se compensen con la acreeduría de la que
él es titular frente al alimentista. Sí puede oponer compensación contra la
demanda por alimentos de períodos pretéritos.
Entre patrono y trabajador. Si las deudas recíprocas fueren entre patrono y
trabajador deberá atenderse lo establecido por el párrafo tercero del artículo 99 del
Código de Trabajo concerniente a que “las deudas que el trabajador contraiga con
el patrono o con sus asociados, familiares o dependientes durante la vigencia del
contrato o con anterioridad a la celebración de éste, sólo pueden amortizarse, o en
su caso, compensarse, en la proporción en que sean embargables los respectivos
salarios que aquél devengue”.
Ámbito mercantil. La compensación es frecuente en las obligaciones
provenientes de contratos civiles, y lo es más aun en los contratos mercantiles,
pues en el ámbito del comercio las mismas personas negocian asiduamente entre
sí. La variedad y reiteración de las relaciones comerciales ha llevado inclusive a la
regulación de un contrato típicamente compensatorio. Me refiero al contrato de
cuenta corriente enunciado por el artículo 734 del Código de Comercio de la
manera siguiente: “En virtud del contrato de cuenta corriente, los créditos y débitos
derivados de las remesas recíprocas de las partes, se considerarán,
respectivamente, como partidas de abono y cargo en la cuenta de cada
cuentacorrentista y sólo el saldo que resulte al cierre de la cuenta constituirá un
crédito exigible en los términos del contrato”. Artículos 1469, 1470, 1471, 1472,
1473, 1474, 1475, 1476, 1477 del Código Civil.
La Novación
“Es la forma de extinción consistente en que, habiendo una obligación válida y
vigente, es decir, pendiente de cumplimiento, los mismos contratantes, mediante
un segundo acuerdo de voluntades, modifiquen de manera sustancialmente
profunda dicha obligación, con el ánimo de quedar vinculados en la nueva forma
pactada”. Nació en el derecho romano y alcanzó importante auge sobre todo en el
tiempo en que no se admitía la transmisión de las obligaciones, llegando a
constituirse como el único medio de transferencia de acreedurías y deudas. Quizá
eso explique la circunstancia de que en algunas legislaciones extranjeras todavía
se admita la novación subjetiva.
Elementos:
a) Existencia de una obligación válida y vigente. Obviamente no puede
introducirse cambios de ninguna naturaleza a una obligación que carezca de
validez o ya no exista. Por eso es que, de conformidad con el Código Civil, la
novación no produce efectos si la antigua obligación era nula o estaba extinguida.
La obligación simplemente anulable queda confirmada (convalidada) por la
novación (se trataría de una confirmación tácita).
b) Modificación expresa, sustancial, profunda de la obligación existente, por
los mismos sujetos, mediante un segundo acuerdo de voluntades. El Código
Civil admite, asimismo, la novación aun cuando no fuere expresamente pactada,
siempre que resulte de la circunstancia de que la antigua y la nueva obligación
sean absolutamente incompatibles.
c) Animo de novar. Es decir, propósito mutuo de quedar obligados en la nueva
forma proveniente de la modificación acordada. Esto sucede cuando los
contratantes lo manifiestan expresamente, y también cuando no lo dicen, pero
modifican sustancialmente el objeto de la obligación. El deudor y el acreedor
quieren desligarse de un primer vínculo obligacional vigente entre ellos y
vincularse de nuevo, sin solución de continuidad, es decir, sin interrupción alguna,
por una nueva obligación que nace inmediatamente después de extinguida la
primera.
Clases. Puede ser subjetiva u objetiva.
a) Novación subjetiva. Consiste en el cambio de acreedor o en el cambio de
deudor. En Guatemala lo primero constituye cesión de derechos, créditos o
acreedurías, y la obligación permanece siendo la misma. Lo segundo tipifica la
cesión, transmisión o asunción de deudas, y también la obligación permanece la
misma. De manera que, de conformidad con el Código Civil, no se admite la
novación subjetiva.
b) Novación objetiva. Está determinada por un cambio sustancial en el objeto de
la obligación. El Código Civil la admite, quizá sin la claridad necesaria, al decir que
se configura cuando “La nueva obligación consista simplemente en añadir, o quitar
una especie, género o cantidad a la primera”. Artículo 1483.
Efectos:
a) Extinción de la obligación primitiva u originaria y de sus garantías y
obligaciones accesorias, salvo convenio en contrario. Si las garantías las
prestó un tercero sólo subsistirán por su expreso consentimiento. La subsistencia
de las garantías en ambos casos, conservará el orden y preferencia que
guardaban en la obligación primitiva.
b) Nacimiento de una nueva obligación que es la única que vincula en
adelante a las partes. La novación extingue pero a la vez crea. Lo creado
(nueva obligación), es totalmente diferente e independiente de su antecedente (la
antigua obligación). c) Si la nueva obligación fuere nula, renacerá la anterior con
todas sus condiciones, modalidades, privilegios y garantías.
Modificaciones obligacionales que no constituyen novación:
a) La prórroga del plazo.
b) La reducción del plazo.
c) El pacto de indemnización (cláusula indemnizatoria).
d) La reducción de intereses o de rentas.
e) La mutación de lugar para el pago. No constituyen novación, porque nada tiene
que ver con la existencia, la naturaleza o el objeto principal de la obligación.
Un cambio como los antes enumerados deja igual la obligación, no la transforma.
Por eso no hay novación. Artículos 1478, 1479, 1480, 1481, 1482, 1483, 1484,
1485, 1486, 1487, 1488 del Código Civil.
La Remisión
Denominada también condonación, consiste sencillamente “en el perdón de la
deuda otorgado expresamente por el acreedor, y aceptado por el deudor”. No
necesita manifestación alguna de causa, sino únicamente el convenio expreso de
los interesados. De ahí que su naturaleza sea eminentemente contractual. Puede
ser total o parcial. En este último caso se le denomina también: quita o quitamiento
A ello se refiere indudablemente el artículo 190, literal j, de la ley del organismo
judicia1, cuando indica que el mandatario necesita autorización expresa del
mandante para conceder quitas.
Capacidad
La remisión implica un desprendimiento de una parte del patrimonio del acreedor
(el monto de la acreeduría) a favor del deudor. Por lo tanto, debe el acreedor tener
libre disposición sobre dicha parte de su patrimonio. Como no hay
contraprestación a cargo del deudor, éste podría incluso ser menor de edad o
incapaz. Desde luego la aceptación la daría su representante legal, sin necesidad
alguna de autorización judicial previa, puesto que en nada puede afectar al
representado.
Naturaleza jurídica
Si el acreedor no expresa causa diferente, debe entenderse que la causa de la
remisión es sencillamente una liberalidad, y por consiguiente, la remisión no es, en
tal caso, sino un contrato de donación en el que el acreedor es el donante y el
deudor el donatario.
Formalización
La remisión puede formalizarse, y es lo más frecuente y ordinario, en un solo acto
en el que comparezcan el acreedor y el deudor; pero puede también concederla el
acreedor únicamente y el deudor aceptarla posteriormente en acto separado. En
este último caso, mientras no haya ha sido aceptada por el deudor, la declaración
de voluntad del acreedor tipifica una oferta de contrato, es decir, un negocio
jurídico unilateral recepticio (necesitado para producir efectos de una respuesta
complementaria), y como tal, podría ser revocada por justa causa por el acreedor.
Aceptación en acto separado
La aceptación en acto separado debe formalizarla el deudor, y notificarla al
acreedor, en forma análoga a la aceptación en acto separado de la donación entre
vivos, en la forma establecida por los artículos 1857 y 1858 del Código Civil
concernientes a que: “El donatario puede aceptar en el momento de la donación o
en acto separado. Si aceptare con posterioridad, para que el contrato quede
perfecto debe notificarse la aceptación al donante en forma auténtica”. “Si el
donante muere antes que el donatario haya aceptado la donación, puede éste, sin
embargo, aceptarla y los herederos del donante están obligados a entregar la cosa
donada”.
Elementos:
a) Personal o subjetivo: El acreedor. que debe ser persona capaz y con libre
disposición de sus bienes; y el deudor, que puede ser incluso menor de edad o
incapaz. Como antes se dijo, su representante legal, dado lo beneficiosa que es
para el representado, no necesitaría autorización judicial para poder aceptar la
remisión.
b) Real: una deuda válida y vigente.
c) Formal: La remisión ha de ser expresa y con los requisitos de forma que la ley
exige para la constitución de la obligación que se está condonando. El único caso
de remisión presunta que admite el Código Civil está regulado en el artículo 1494,
que dice: ”Se presume la remisión de la obligación accesoria de prenda cuando la
cosa pignorada después de entregada al acreedor, se hallare en poder del deudor,
salvo prueba en contrario”.

Efectos:
a) Extinción de la obligación principal y de las obligaciones accesorias.
b) La condonación concedida a uno de los deudores simplemente
mancomunados, sólo extingue la obligación del deudor que fue perdonado.
c) La condonación concedida a uno de los fiadores simples, no extingue la
obligación del deudor ni la de los demás fiadores.
d) Si el deudor cayere en insolvencia el acreedor cobrará su crédito de los demás
fiadores, rebajada la parte que corresponde al fiador que fue perdonado.
e) La remisión concedida sólo a uno de los deudores solidarios, no altera los
derechos del acreedor respecto de los demás, deducida obviamente la parte del
que fue perdonado.
f) Si el deudor no aceptare la remisión, la obligación subsistirá sin modificación
alguna, pero se extinguirán las obligaciones de los fiadores y las de los terceros
garantes.
Remisión en testamento.
Si la remisión la hace el acreedor en su testamento, al fallecer y ser reconocida la
validez de su disposición de última voluntad, la remisión tipificaría lo que en
doctrina se conoce como legado de remisión o legado liberatorio. El artículo 1007
del Código Civil establece al respecto que “El legado de un crédito contra tercero o
el de perdón o liberación de una deuda del legatario, sólo surtirá efecto en la parte
del crédito o de la deuda subsistente al tiempo de morir el testador”. Artículos
1489, 1490,1491, 1492, 1493, 1494 del Código Civil.
La Confusión
Consiste en que, “habiendo una obligación válida y vigente, por alguna razón lícita
se reúnen en la misma persona las calidades de deudor y acreedor”. Puede ser
que dichas calidades se reúnan en el deudor, como pasa por ejemplo, cuando por
sucesión hereditaria a título universal el deudor adquiere el patrimonio del
acreedor fallecido; o que se reúnan en el acreedor, como sucede por ejemplo
cuando el acreedor adquiere la propiedad del bien inmueble que pertenecía al
deudor, y sobre el cual éste había constituido hipoteca para garantizar el pago de
la deuda. Reunidas, entonces, las calidades de acreedor y de deudor en la misma
persona, la obligación se extingue, por la sencilla razón de que nadie puede ser
acreedor ni deudor de sí mismo. No se admite la obligación formada por una sola
persona, y eso sería lo que sucedería en el caso de la confusión, puesto que al
producirse desaparece una parte integrante de la obligación y subsiste solo la otra
con las calidades de acreedor y deudor.
Origen:
a) Puede producirse por motivo de muerte, en el caso de que el acreedor (por
testamento o donación mortis causa) o la ley (por sucesión intestada) hubieren
instituido heredero universal al deudor. El artículo 1500 del Código Civil indica que
“los créditos y deudas del heredero que no haya sido instituido a título universal,
no se confunden con las deudas y créditos hereditarios”.
b) También puede resultar de un contrato. Por ejemplo, que el acreedor done su
acreeduría al deudor.
Elementos
Los elementos indispensables para que se configure este peculiar y poco
frecuente modo de extinción de las obligaciones, son los siguientes:
a) Existencia de obligación válida y vigente;
b) Reunión de las calidades de deudor y acreedor en la misma persona. Esto
origina una absoluta imposibilidad de cumplimiento de la obligación, pues nadie
puede cobrarse o pagarse a sí mismo.
Efectos
Sus efectos o consecuencias jurídicas, son los siguientes:
a) Imposibilidad de cumplimiento de la obligación.
b) Extinción de la obligación principal y de las obligaciones accesorias.
c) La confusión que se verifica en el deudor principal aprovecha a los fiadores. Es
decir, ellos quedan liberados de la obligación, puesto que sería absurdo que si el
deudor principal no se paga a sí mismo, exija el pago a los fiadores.
d) La confusión que se opera en la persona del fiador no extingue la obligación
principal ni la de los demás fiadores. Sencillamente, quien era fiador pasó a ser
acreedor, y puede requerir el pago a su antiguo fiado (deudor principal) o a los
demás fiadores de éste.
e) Si la confusión se diere en uno de varios deudores simplemente
mancomunados, los demás solo quedan liberados por la parte que correspondía a
su antiguo codeudor.
f) Si se anula o se rescinde el acto que originó la confusión, se restablece la
situación primitiva con todos sus privilegios, garantías y accesorios, sin perjuicio
de terceros de buena fe.
No retroactividad
La confusión no opera retroactivamente. Sus efectos se producen a partir de que
coinciden o se reúnen en la misma persona las calidades de deudor y acreedor.
Por consiguiente, si al momento de tipificarse la confusión el deudor tuviere
pendiente efectuar algún pago de intereses al acreedor, dicha obligación subsiste
en beneficio de quien era acreedor, o de sus herederos, en su caso, por razón de
ser anterior a la confusión.
Confusión en la copropiedad
De conformidad con la parte final del artículo 503 del Código Civil, cesa la
copropiedad “por la consolidación o reunión de todas las cuotas en un solo
copropietario”. Artículos 1495, 1496, 1497, 1498, 1499, 1500 del Código Civil
La Prescripción extintiva
Denominada también prescripción negativa o liberatoria,” es la pérdida de la
coercibilidad de la obligación causada por el transcurso íntegro del tiempo
establecido por la ley, sin que el deudor ni el acreedor hayan ejecutado acto
alguno que pudiera interrumpir jurídicamente el cómputo de dicho tiempo “. Es
decir, a la inactividad del acreedor debe sumarse la circunstancia de que tampoco
el deudor asumió actitud alguna que implique reconocimiento de la deuda.
Elementos
Los elementos indispensables para que se tipifique la prescripción extintiva,
negativa o liberatoria, y llegue efectivamente a constituir una forma eficaz de
extinción de las obligaciones, son los siguientes:
a) Existencia de una obligación válida pendiente de cumplimiento.
b) Transcurso del plazo íntegro establecido por la ley como indispensable para que
pueda consumarse la prescripción. Salvo que la ley señale plazo específico, las
obligaciones prescriben por el transcurso de cinco años, que se cuentan en las
obligaciones activas o positivas a partir del día en que la obligación es exigible
(teoría de la acción nata, denominada así porque inicia el cómputo del tiempo a
partir de que nació el derecho de cobro del acreedor); y en las pasivas o negativas
a partir del día en que el deudor infringió o contravino su deber de abstención
(teoría de la lesión del derecho). c) Inexistencia de actos del deudor o del
acreedor, que puedan interrumpir el cómputo del plazo de prescripción. d)
Sentencia o auto judicial firme, que, resolviendo acción o excepción ejercitada por
el deudor, declare prescrita la obligación.
Medio de defensa
En el fondo, la prescripción extintiva o liberatoria es una forma de defensa del
deudor contra el ejercicio extemporáneo del derecho del acreedor.
Naturaleza jurídica
Varias son las doctrinas que tratan de encontrar el fundamento, la razón esencial,
el por qué, de la prescripción extintiva, negativa o liberatoria. Entre ellas están:
a) Teoría de la remisión tácita. No creo que, calificándola como perdón tácito,
logre ésta teoría explicar de manera convincente lo que pretende. Por una parte,
porque son frecuentes los casos de acreedores que demandan el pago después
de transcurrido el período de la prescripción, lo cual demuestra que no han
perdonado tácitamente la deuda; y por otra, porque salvo un caso legalmente
previsto, la regla general es que la remisión debe ser expresamente concedida por
el acreedor al deudor.
b) Sanción a la negligencia del acreedor. Es cierto que incurre en negligencia el
acreedor que no ejercita, durante el plazo legal, ningún acto que obtenga el pago o
al menos conserve vigente la obligación. Pero también lo es que tampoco el
deudor ha sido, durante el mismo plazo, diligente en pagar su deuda. De manera
que sería inequitativo sancionar la negligencia de uno y premiar la del otro.
c) Interés colectivo. Dice esta tesis, que la extinción de las deudas por
prescripción beneficia no solo al deudor sino a la colectividad, puesto que si las
deudas perdurasen indefinidamente, se desalentaría la productividad de los
bienes.
Opinión
Luego de considerar los argumentos anteriores, creo que lo que se busca lisa y
llanamente es beneficiar al deudor. Califico, por lo tanto, a la prescripción extintiva,
sencillamente como un beneficio que el legislador quiso conceder al deudor, luego
de dar al acreedor la posibilidad de ejercitar sus derechos durante un plazo
razonable. Y me convence más dicha tesis si se piensa que sería grave, y
notoriamente injusto para los herederos o sucesores del deudor, si después de
transcurrido mucho tiempo fueren requeridos de pagar deudas de su antecesor, de
las cuales pudieran incluso no tener ni siquiera conocimiento.
Efectos
Se producen a partir de que queda firme la resolución del juez, dictado por el
ejercicio de una acción (demanda) o la interposición de una excepción, por el
deudor. Es decir que, a diferencia de la compensación, la novación, la remisión y
la confusión que pueden configurarse por acuerdo de las partes y, en tal caso,
extinguen ipso jure la obligación, la prescripción sólo puede declararla el juez
competente. Dichos efectos son los siguientes:
a) La obligación pierde su coercibilidad. Sin embargo, si el deudor la paga sin
invocar prescripción, el pago es válido y no puede el deudor recuperarlo en forma
alguna.
b) Las personas impedidas de administrar sus bienes, pueden reclamar
contra sus representantes legales, cuyo dolo o negligencia hubiere sido
causa de la prescripción.

Institución de orden público


La prescripción no es de interés limitado a cada deudor individualmente
considerado, sino importa, por sus efectos, a toda la sociedad. Es decir, constituye
un derecho social. Por consiguiente, es de orden público. Apoyan esta tesis, las
razones siguientes:
a) Es irrenunciable el derecho a prescribir.
b) No se puede, por convenio de los interesados, modificar los plazos de
prescripción establecidos por la ley.
c) No opera fuera del ámbito judicial.
El deudor queda liberado hasta que está firme la resolución judicial que declare
con lugar la acción o la excepción de prescripción.
Suspensión
No corre, es decir, no comienza a contarse el plazo para la prescripción, y si ya se
inició se detiene (sin inutilizarse el tiempo ya transcurrido), en los casos siguientes:
a) Contra los menores y los incapacitados, durante el tiempo que estén sin
representante legal constituido. Sería el caso, por ejemplo, de un acreedor menor
de edad cuyos padres fallecen. Durante el tiempo que esté sin tutor legalmente
designado no corre tiempo alguno de prescripción a favor del deudor, puesto que
no había forma alguna en que el acreedor pudiese ejercitar sus derechos.
b) Entre padres e hijos durante la patria potestad. Si el padre y la madre fueren
deudores de su hijo menor de edad, mientras no cumpla dieciocho años no corre
prescripción a favor de los deudores, por la sencilla razón de que correspondería a
ellos (en su calidad de padres) ejercitar el derecho de cobro del acreedor (su hijo).
Como lo más probable es que no lo ejerciten, ya que sería contra ellos mismos, se
debe esperar, para que se pueda computar plazo para la prescripción, que el
acreedor (el hijo) llegue a la mayoría de edad, puesto que a partir de esa fecha
puede ejercitar y defender por sí mismo sus derechos.
c) Entre los menores e incapacitados y sus tutores, mientras dure la tutela.
La razón es idéntica a la expuesta en el párrafo anterior.
d) Entre los copropietarios, mientras dure la indivisión. Debe entenderse,
desde luego, en casos en que un copropietario sea acreedor del otro u otros por
algo directamente relacionado con la copropiedad. Por ejemplo: por los impuestos
del inmueble que pagó o por las reparaciones que él solo sufragó para impedir el
deterioro de la cosa.
e) Entre los cónyuges, durante el matrimonio; y entre hombre y mujer,
durante la unión de hecho. Aquí se trata de cualquier tipo de obligación. Su
fundamento solo puede ser de orden moral, puesto que si se pudiese liberar por
prescripción un cónyuge que no ha pagado su deuda al otro, eso seguramente
repercutiría en forma negativa en el futuro de la relación matrimonial o marital.
Cese
Cuando cesa la causa de suspensión comienza o continúa corriendo el tiempo
para la prescripción. En el segundo caso, sin inutilizarse el período que ya había
transcurrido.
Interrupción
El tiempo que ya ha transcurrido para la prescripción de una obligación puede
inutilizarse (desaparecer jurídicamente), unas veces por actos del deudor y otras
por actos del acreedor. Las causas de interrupción son las siguientes:
a) Demanda judicial debidamente notificada, salvo desistimiento de la acción, o
que el deudor fuere absuelto de la demanda.
b) Providencia precautoria ejecutada, salvo desistimiento de la acción, o que el
deudor fuere absuelto de la demanda.
c) Si la persona a cuyo favor corre la prescripción, reconoce expresamente, de
palabra o por escrito, o tácitamente por hechos indudables, el derecho de la
persona contra quien prescribe. Por ejemplo, si remite al acreedor una carta
prometiendo pagar o justificando su demora. d) El pago de intereses o
amortizaciones, o el cumplimiento parcial de la obligación, por el deudor. Enfatiza
el Código Civil que “el efecto de la interrupción es inutilizar para la prescripción
todo el tiempo corrido antes de ella”.
Diferencias entre suspensión e interrupción de la prescripción:
a) la suspensión ocurre por imposibilidad del acreedor de ejecutar su acción de
cobro, o por razón de que existe alguna vinculación jurídica especial entre el
deudor y el acreedor. La interrupción se tipifica por algún acto del acreedor
tendiente a la obtención del pago, o por algún acto o declaración del deudor
reconociendo expresa o tácitamente la deuda;
b) la suspensión no inutiliza el tiempo transcurrido antes de ella, de manera que,
una vez que cesa la causa de la suspensión, se reanuda el cómputo del tiempo
para la prescripción partiendo de donde fue suspendido. La interrupción, por el
contrario, sí inutiliza el tiempo transcurrido antes de ella, de manera que una vez
que cesa la causa de la interrupción, se tendría que iniciar nuevamente el cómputo
del tiempo para la prescripción, partiendo de cero.
Prescripción de servidumbres
a) “Las servidumbres voluntarias se extinguen por el no uso. Cuando la
servidumbre fuere continua y aparente, por el no uso de tres años, contados
desde el día en que dejó de existir el signo aparente de la servidumbre. Cuando
fuere discontinua o no aparente, por el no uso de cinco años, contados desde el
día en que dejó de usarse por haber ejecutado el dueño del fundo sirviente acto
contrario a la servidumbre, o por haber prohibido que se usare de ella. Si no hubo
acto contrario o prohibición, aunque no se haya usado de la servidumbre, o si
hubo tales actos, pero continúa el uso, no corre el tiempo de la prescripción”.
Inciso 1o., del artículo 187 del Código Civil;
b) “Las servidumbres legales establecida por utilidad pública o comunal, se
pierden por el no uso de cinco años, si se prueba que durante este tiempo se ha
adquirido, por el que disfrutaba de aquellas, otra servidumbre de la misma
naturaleza por distinto lugar”. Artículo 820 del Código Civil. En los casos referidos
se está ante la extinción, por prescripción negativa o liberatoria, de un derecho
real.
Diferencia entre prescripción y caducidad:
a) Prescribe la obligación, en el sentido de que, por inacción del acreedor y porque
tampoco el deudor ha realizado algo que inutilice el tiempo transcurrido, cuya data
alcanzó por lo menos el mínimo establecido por la ley, la coercibilidad de que
inicialmente estaba dotada, decae y la torna inexigible por vía coactiva, excepto
desde luego,, que el deudor que ya ha obtenido el beneficio de quedar liberado
por prescripción, renuncie al derecho de invocarla a su favor.
b) Caduca la acción, es decir, el derecho de requerir coactivamente el
cumplimiento de la obligación, si el acreedor no demanda judicialmente el pago
antes de que transcurra el período que la ley le concede para hacerlo. El Código
Procesal Civil y Mercantil no regula causas de suspensión ni de interrupción de la
caducidad.
c) Caduca también el proceso si las dos partes dejan que transcurran los plazos
legales sin ejercitar ninguna acción o petición en el mismo. El artículo 588 del
Código Procesal Civil y Mercantil dice con respecto a esto: “Caduca la Primera
Instancia por el transcurso de seis meses sin continuarla. La Segunda caduca por
el transcurso de tres meses. Estos plazos son continuos y en ellos se incluyen los
días inhabiles”.
Otras formas de extinción de las obligaciones
Pérdida de la cosa
También se extingue la obligación si la cosa objeto de la prestación se pierde, es
decir, se destruye totalmente, se inutiliza o se extravía sin posibilidad de ser
recuperada; o cuando tratándose de una obligación de hacer, su ejecución se
torna imposible. Las consecuencias las establece la ley tomando en cuenta si la
pérdida es imputable al deudor por dolo o culpa, o si, por el contrario, fue casual,
es decir, debida a caso fortuito o fuerza mayor. Tales consecuencias las regula la
ley así:
a) “La pérdida o deterioro de la cosa objeto de la obligación antes de la entrega, se
regirá por las reglas siguientes: 27 Puig Peña, Federico. Compendio de Derecho
Civil Español. Tomo I, página 860. 1o. Si se pierde sin culpa del deudor, la
obligación quedará sin efecto y se devolverá lo que se hubiere recibido por cuenta
del convenio. Adviértase que, por una parte, la norma se está refiriendo a la
pérdida por caso fortuito o por fuerza mayor (sin culpa); y por otra, que al obligar al
deudor liberado de la obligación a devolver lo que hubiere recibido por cuenta del
negocio, está evitando que haya enriquecimiento sin causa en detrimento del
acreedor. 2o. Si la pérdida fue por culpa del deudor, éste responderá al acreedor
por el valor de la cosa y los daños y perjuicios. Creo que, tal como lo indica el
artículo 1397 del Código Civil, se obligará al deudor a pagar el valor de la cosa
perdida, únicamente en el caso de infungibilidad de la misma. 3o. Si la cosa se
deteriora sin culpa del deudor, el acreedor podrá rescindir el convenio o recibir la
cosa en el estado en que se encuentre, con indemnización de daños y perjuicios
en ambos casos o disminución proporcional del precio si lo hubiere”. No encuentro
explicación a la obligación del deudor de pagar daños y perjuicios, puesto que, si
el deterioro de la cosa no ocurrió por culpa suya, debiera quedar exonerado de
dicho resarcimiento por virtud de estar ante una situación originada por caso
fortuito o fuerza mayor. Tan es así, que el propio Código Civil regula que si el
deterioro es tan grave que haga inútil la cosa para el destino para el que se la
quería, se procederá como en el caso de pérdida. Es decir, que si no hay culpa del
deudor no queda sujeto a más responsabilidad que la de devolver lo que hubiere
recibido por cuenta del contrato.
b) “Si la obligación de hacer resultare imposible sin culpa del deudor, la obligación
queda extinguida. El deudor debe devolver en este caso al acreedor lo que por
razón de la obligación hubiere recibido”. Debe entenderse que la imposibilidad de
ejecutar la obligación de hacer debe ser universal. Es decir, deber ser imposible no
solo para el deudor sino para cualquier otra persona ejecutar la prestación de
hacer. Artículos 1331 y 1332 del Código Civil.
Extinción de la obligación accesoria
r) La obligación accesoria se extingue inevitablemente cuando por cualquier causa
se extingue totalmente la obligación principal que le dio origen. No podrían
subsistir la fianza, la prenda y la hipoteca si ya no existe la obligación principal
cuyo cumplimiento garantizaban. No podría conservar su vigencia la cláusula de
indemnización si ya fue cumplida satisfactoriamente la obligación de cuyo
incumplimiento podrían haberse originado los daños o perjuicios cuyo monto fue
fijado en la cláusula indemnizatoria.
s) Tampoco puede subsistir con validez el acuerdo de arbitraje si ya se extinguió,
por cualquier motivo, el negocio jurídico cuyas controversias deberían ser
sometidas al conocimiento de árbitros.

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