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Doctrina laboral

DOS CORTES, DOS FALLOS.

Las sentencias de los casos “Caminos c/ Colegio e Instituto de Nuestra Señora de


Loreto” de nuestra Corte Suprema de Justicia de la Nación (CSJN) (10/6/2021) y “Little
Sisters of the Poor Saints Peter and Paul Home v. Pennsylvania” (8/7/2020) de la Suprema
Corte de los Estados Unidos (SCOTUS) permiten reflexionar sobre situaciones de
conflictos e incompatibilidades en los sistemas de valores, creencias y pensamientos de
trabajador y empleador, y su impacto en el núcleo de los derechos y obligaciones propias
del contrato de trabajo.

Con respecto al marco fáctico, el caso “Caminos” se trata de una preceptora de un


colegio secundario de la Provincia de Córdoba que alega discriminación en los términos de
la ley 23.592, al haber sido despedida entre otras razones, luego de revelarse en un
programa televisivo su relación sentimental con un joven un ex alumno de la institución
egresado el año previo1.

Por su parte, “Little Sisters” se integra en un grupo de fallos y recomendaciones de la


SCOTUS2 en relación a la “Ley del Cuidado de Salud a Bajo Precio”3 -conocida
coloquialmente como “Obamacare”-, con centro en el derecho de los empleadores, en base
a sus creencias religiosas y objeciones de conciencia, de limitar la cobertura médica
obligatoria para sus dependientes y de excluir de estos planes de salud los pagos destinados
a prácticas de carácter anticonceptivo.

Si bien los institutos jurídicos principales que se tratan en los dos fallos se refieren
por un lado al despido discriminatorio (CSJN) y por el otro, a las competencias de la
autoridad regulatoria en materia de salud (SCOTUS)4, subyace en ambos casos un conflicto
de índole constitucional y de colisión de los derechos de los trabajadores y de los
empleadores en el sostenimiento de creencias e idearios diferentes o incompatibles con los
de su contraparte, incluso con efectos de la esfera de la vida privada, como lo constituyen la
elección de la pareja y la posibilidad de expresarlo libremente (dictamen del fiscal en
“Caminos”) y el uso de métodos contraconceptivos (“Little Sisters”).

Véase el contexto de valores que representa “Little Sisters” según el voto de la


mayoría en esa sentencia: “se trata de una congregación internacional de mujeres
religiosas católicas que han operado casas de acogida para los ancianos pobres en los
Estados Unidos… Se sienten llamadas por su fe a cuidar a los residentes mayores, sin
consideración de su fe, situación financiera o fragilidad… se esfuerzan por tratar a todos
los residentes como si fueran el propio Jesús, cuidados como familia y tratados con
dignidad hasta que Dios los llame a su casa… en forma consistente con su fe católica, las
Pequeñas Hermanas sostienen la convicción religiosa de que evitar deliberadamente la
reproducción a través de medios médicos es inmoral…” y reclaman que acceder a algunas
formas de certificación derivadas de la Obamacare “las forzaría a violar sus creencias
religiosas adoptando acciones que directamente provocan que otros provean métodos
anticonceptivos o que parezcan participar en… (ese) esquema”5.
También en “Caminos” se esboza un núcleo de principios y valores del
establecimiento educativo empleador: “el instituto demandado sostuvo que decidió
rescindir el contrato laboral con la actora porque tenía la potestad constitucional de
hacerlo… no se trató de una decisión discriminatoria por varias razones Sostuvo respecto
de la actora que se le venía señalando desde hacía tiempo, en distintas ocasiones y desde
distintos sectores (dirección del colegio, representante legal, sus propios compañeros
preceptores) que debía tener más cuidado y sobriedad en el estilo de su relacionamiento
con los alumnos, su vestimenta, e incluso salidas fuera del colegio con los mismos.
También destacó que la demandante evitaba presentar los casos de alumnos con problemas
al gabinete psicopedagógico, demostrando un grado de sobreprotección e involucramiento
que no guardaba el nivel de asimetría requerido… en cuanto al evento público que
menciona la demanda, la presencia de la actora en el mismo generó en la comunidad
educativa una honda preocupación que no empalidece por la circunstancia de que quien
aparecía como novio de la Sra. Caminos fuera ya ex alumno por haber egresado el año
anterior, habida cuenta que el hecho en sí constituye una exposición pública inadecuada e
incompatible en relación a las funciones que cumple como preceptora”6

Este núcleo de valores o “ethos” del Colegio demandado, si bien expresado de modo
indirecto a través de las directivas y advertencias dados a la dependiente y al reproche por la
presentación televisiva, indican claramente el modelo del establecimiento educativo y su
modo de organización en cuanto a la vinculación de sus participantes: ubicación de los roles
de los adultos (educadores) y de los adolescentes (educados) en posiciones asimétricas y
articulación entre ambos grupos bajo el principio de autoridad y no de paridad.

Sistema de principios que se integran en los derechos constitucionales de asociarse


con fines lícitos y de enseñar y aprender del art. 14 CN. Ello en concordancia con el art. 63
inc a) de la Ley de Educación Nacional, que en el capítulo de “Educación de gestión
privada” les reconoce a los Colegios de este orden el derecho a “formular planes y
programas de estudio” de a “aprobar el proyecto educativo institucional de acuerdo con su
ideario”.

Una consideración especial merece la expresión que –según recepta el fallo- utiliza la
demandada “Colegio Nuestra Señora de Loreto” en su escrito, pues habla de “comunidad
educativa”, pues este concepto involucra no sólo a alumnos y docentes, sino también a las
familias que tomaron la decisión de enviar a sus hijos menores al establecimiento. En este
aspecto, debe decirse, la referencia a “comunidad educativa” incluye también a los padres,
quienes también podían aspirar, con toda lógica, al respeto por parte de los docentes del
modelo de enseñanza que eligieron para sus hijos y que sostienen económicamente con el
pago de las respectivas cuotas. Cuotas con las que a su vez, se paga el salario de los
docentes.

En este contexto, donde el vínculo sentimental de un preceptor con un joven recién


egresado adquiere carácter público, surgen varias preguntas. ¿Resulta compatible esta
actitud con el ideario del empleador o debe darse prevalencia, como solicita la trabajadora,
a su derecho a elegir pareja y expresarlo libremente? ¿Pueden compatibilizarse ambas
posiciones? ¿Es posible la permanencia de la trabajadora en el puesto de labor cuando la
diferencia (modo simétrico/asimétrico de vinculación de los adultos con los alumnos), ha
sido expuesta públicamente y se refiere a un tema esencial de la organización del
empleador? ¿Cuál es el lugar que debe asignarse a los derechos de la comunidad educativa
en su conjunto y cómo se preserva la elección de los padres del sistema de valores que
eligieron para educar a sus hijos?7

Si bien los sistemas jurídicos y judiciales son diferentes, es interesante ver el modo en
que se gestó “Little Sisters”, las recomendaciones y sentencias previas de SCOTUS y cuál
es la visión desde esta óptica constitucional.

Así, el fallo de SCOTUS recuerda que desde la propia Corte hubo un intento de
composición entre los derechos de los litigantes, que culminó en una recomendación –Zubik
v Burwelll (2016 per curiam): “…debido a que todas las partes habían aceptado que un
enfoque alternativo era factible, ordenamos al Gobierno que respondiera al ejercicio
religioso de los peticionarios y, al mismo tiempo, garantizara que las mujeres cubiertas por
los planes de salud de los peticionarios reciban una cobertura de salud completa e igual,
incluida la cobertura anticonceptiva.”

Aplicado este intento de armonizar posiciones al caso “Caminos”, cabe preguntarse si


la propuesta del Colegio de trasladar a la actora a un puesto de trabajo sin exposición a los
menores –y que ésta rechazó- no fue un modo de buscar una composición de los derechos
de ambas partes, permitiendo ratificar y conservar los fines de la entidad y continuar a la
vez con el vínculo de trabajo.

También se cita en “Little Sisters” un fallo previo, “Hobby Lobby”, y el principio


jurídico que surge la Ley de Restauración de la Libertad Religiosa (RFRA) para analizar la
constitucionalidad de una norma en materia de ejercicio de la libertad religiosa: el concepto
de “substantial burden” o “gravamen sustancial”8

Dicho principio recuerda en alguna medida al concepto de “sacrificio especial”


delineado por la CSJN en el caso “Motor Once”9 en cuanto al límite de la actividad lícita del
Estado en el cercenamiento de derechos de los particulares10, pues ambos derechos, el de la
trabajadora a elegir libremente su pareja y expresarlo, y el del Instituto empleador, a
sostener un sistema de valores de acuerdo a los fines formativos de su institución y
transmitir como enseñanza la disparidad de vínculos entre adultos y adolescentes bajo
modalidades de autoridad y disciplina, son ambos objeto de protección constitucional.

De este modo, analizar el caso “Caminos” bajo este criterio de “sacrificio especial”
de nuestro derecho, o el de “gravamen sustancial” de la ley norteamericana, implica
preguntarse si la permanencia en un puesto docente con interacción con menores de una
persona cuyos valores y creencias en materia de vínculo y autoridad son contrapuestos a los
de la organización, no importa para ésta un “sacrificio especial” o un “gravamen
sustancial”, incompatible con su derecho constitucional a organizarse bajo fines lícitos y al
sostenimiento de su propio ideario en las formas de enseñar y de aprender, según lo
reconoce el art. 14 CN.

Trasladado ello a los términos en que se planteó “Little Sisters”, la pregunta esencial
es si la permanencia de la actora implicaría un sacrificio tal que llevara o forzara a la
institución “a violar sus creencias…” aceptando o “adoptando acciones que directamente
provoca(ra)n…” u obligaran a otros a “participar en… (un) esquema” diferente al del
colegio.
Repárese en que “sacrificio especial” o “gravamen sustancial” son en definitiva la
visión desde el derecho constitucional y administrativo del principio de derecho laboral de
“injuria suficiente”. La incorporación como dependiente a un establecimiento con fines
educativos está sujeta a pautas determinadas de conducta –tanto en el hacer como en el no
hacer-, afines a los propósitos del empleador, que se dedica, ni más ni menos, a la
formación de niños y niñas que se van incorporando desde su inmadurez e inexperiencia, al
mundo y a la vida adulta.

“Caminos” no aporta una solución definitiva al caso, pues el núcleo de la decisión


está dirigido a exigir, por parte del Tribunal inferior que correspondiera, una nueva
sentencia en la que se dé adecuado tratamiento a los planteos de la trabajadora en base a la
ley 23.592.

En este aspecto, de la lectura del dictamen del Procurador no surge una traza clara
sobre el fondo del asunto, pues con cita de fallos de la CSJN11 recuerda primero que “las
facultades de dirección deben ejercitarse con carácter funcional y la actividad de la
empresa no puede utilizarse como excusa para la anulación de derechos constitucionales”,
aunque seguidamente afirma “…lo expresado no implica desconocer la existencia de
pautas éticas de conducta y deberes específicos para quienes prestan servicios en el ámbito
educativo… pero la definición del alcance de esos deberes en un caso concreto es una
labor que le corresponde realizar al juez, según las constancias de la causa”. Y más
adelante señala: “… si la conducta impugnada expresara una política de la institución
dirigida a inmiscuirse por igual en aspectos de la vida íntima de todos los docentes y
preceptores de la escuela, nada de ello alteraría su eventual naturaleza discriminatoria”.

En definitiva, más allá de las interpretaciones periodísticas legas que se han efectuado
respecto del caso, “Caminos” trata la cuestión desde un aspecto procesal constitucional,
cual es el requisito de adecuado fundamento de los fallos según el art. 17 CN. El expediente
deberá transitar un nuevo tramo judicial, ante la Cámara del Trabajo de Córdoba, el
Superior Tribunal Provincial y eventualmente, la CSJN, con lo que quedan abiertos los
interrogantes aquí planteados y su resolución en el futuro.

1
Ver voto del Dr. Ronsenkrantz, considerando 2° párrafo cuarto in fine.
2
Burwell v. Hobby Lobby Stores” y “Zubik v. Burwell”.
3
“Patient Protection and Affordable Care Act”, abreviada PPACA o ACA.
4
El holding del fallo estableció que los Departamentos de Salud y Servicios Humanos y la Administración de Recursos y
Servicios de la Salud actuaron con autoridad, bajo los términos de la ACA (Obama Care) para promulgar excepciones al
sistema de salud básico con fundamentos en razones religiosas y morales de los empleadores.
5
Son religiosas que reciben a ancianos necesitados o indigentes y les brindan gratuitamente asistencia del tipo de los
geriátricos. Para entender las características de su labor puede tomarse como ejemplo a las Misioneras de la Caridad de
Santa Teresa de Calcuta o a las Siervas de María, de Santa María Soledad Torres Acosta. Varias veces el fallo de SCOTUS
resalta que su sincera preocupación religiosa no es puesta en tela de juicio. Y el voto de la mayoría les dedica un sentido
párrafo final que dice: “Por más de 150 años, las Pequeñas Hermanas se han comprometido en un servicio fiel y de
sacrificio, motivado por una vocación religiosa a entregarlo todo por el bien de su hermano… Ellas tienen el compromiso de
hacer realidad y dar testimonio de la dignidad única e inviolable de cada persona, particularmente la de aquellos a quienes
otros consideran débiles o inservibles… Pero durante los últimos siete años, ellas -como muchos otros objetores (de
conciencia) religiosos que han participado en estos litigios y en la elaboración de las normas que condujeron a la decisión de
hoy- han tenido que luchar por su capacidad de continuar en su noble trabajo sin violar sus sinceras creencias religiosas.
Luego de dos decisiones de este Tribunal y múltiples intentos normativos fallidos, el Gobierno Federal ha llegado a un
solución que exime a las Pequeñas Hermanas de la fuente de sus preocupaciones… la imposición administrativa de un
mandato anticonceptivo.”
6
Ver voto del Dr. Rosenkranz 5) reseña de la contestación de demanda.
7
Dejaremos fuera de este trabajo la cuestión de los derechos constitucionales de los menores integrantes la comunidad
educativa pues no se mencionan ni en el fallo ni en el dictamen del Procurador. Sobre el criterio de la CSJN, puede
consultarse una exhaustiva separata de la CSJN sobre el “Interés Superior del Niño” en la página web oficial.
8
Gravamen sustancial es definido como el requerimiento legal a un individuo de involucrarse o cumplir una “conducta que
viole seriamente [sus] creencias religiosas.”
9
Fallos 312:2266.
10
Si bien el concepto de “sacrificio especial” se trata de un principio de derecho administrativo, la interacción de derechos
constitucionales y el conflicto entre ellos siempre remite a instituciones de interpretación análoga, ya sea “substantial
burden” o “gravamen sustancial”.
11
Fallos 333:2306 “Alvarez”, considerandos 7° y 10°
"CAMINOS" (CSJN) Y "LITTLE SISTERS" (SCOTUS). DOS CORTES, DOS FALLOS. - Doctrina Laboral
https://www.doctrinalaboral.ar/dos-
cortes-dos-fallos/

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