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Manual 2.0
Manual 2.0
Oremos (pausa).
Señor Jesús, cuánto sufriste por nosotros.
Haznos capaces, Señor, de dar algo de nuestra vida por nuestros hermanos; que a
imitación tuya sepamos siempre servir, aunque esto signifique sacrificio, burlas y dolor.
Todos:
Te adoramos, Señor, y te bendecimos, porque con tu santa cruz has redimido al
mundo.
"Los soldados se repartieron la ropa de Jesús en cuatro partes iguales, una para cada
soldado. Se apoderaron también de su túnica, que era sin costura, de una sola pieza. Se
dijeron entre ellos: No la rompamos, más bien echémosla a la suerte a ver de quién será.
Fue lo que hicieron los soldados" (Jn. 19, 23 - 24).
Oremos (pausa).
Señor Jesús: mucha gente observaba con curiosidad y burla tu tormento del Viernes
Santo, y ante esa muchedumbre, gozosa de ver sangre y sufrimiento, fuiste desnudado.
Nosotros hemos sido los responsables también de esta humillación, ya que nuestras
faltas y nuestro mal eran lo que tú habías asumido al entregarte a esa muerte
vergonzosa.
Todos:
Te adoramos, Señor, y te bendecimos porque con tu santa cruz has redimido al
mundo.
Oigamos también a Jesús que nos habla en el Salmo 21: "Me cerca una
turba de malvados, han taladrado mis manos y mis pies, puedo contar
todos mis huesos. Pero ellos me miran y me contemplan con gozo" (S. 21, 17-18). Las
manos que hicieron tanto bien son destrozadas con los clavos; los pies que llevaron a
Jesús en la búsqueda de tanta oveja perdida, sufriente y desorientada, también son
taladrados por los duros clavos.
Oremos (pausa).
Señor Jesús: la cruz era el tormento para los bandidos y malhechores; por eso junto a ti
dos de ellos también sufren y mueren. Tú sólo rezas y con un corazón grande y siempre
bondadoso pides perdón para los que injustamente te atormentan.
Te pedimos, Señor, la gracia de saber siempre perdonar, aunque la injusticia que se nos
haga, sea muy grande. Tú nos diste ejemplo y nos pides que te imitemos.
El Señor nos ordenó devolver el bien por mal, ser testigos de su amor, perdonando de
verdad.
Todos:
Te adoramos, Señor, y te bendecimos porque con tu santa cruz has redimido al
mundo.
"Desde el mediodía hasta las tres de la tarde se cubrió de tinieblas la tierra. Cerca de las
tres, Jesús gritó con fuerza: Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?, y
gritando de nuevo con fuerte voz, entregó su espíritu" (Mt. 27, 45-50).
Hermanos:
Jesús ha muerto. Después de largas horas de humillaciones y sufrimiento, de abandono,
crueldad e ingratitud, entrega su espíritu.
Él quiso cargar con todas nuestras dolencias, llevar sobre sus hombros todos nuestros
pecados, sufrir por ello el desprecio más grande. San Pablo va a decir que "fue hecho
pecado", cuando en su inocencia él mismo había llegado a preguntar: "¿quién me puede
acusar de pecado?". Es el hombre pecador, marcado por el sufrimiento y la muerte,
quien muere en Jesús.
A las pocas horas después, al amanecer del domingo, Jesús surgirá de la muerte como
un hombre renovado, Hombre Nuevo, por la Resurrección, para poder ofrecer a los
hombres una nueva forma de vida. Será su triunfo sobre el pecado, el mal y la muerte.
Pero para esto, él quiso llegar a lo más bajo, topar fondo en humillación, sufrimiento y
dolor.
En silencio pensemos en esta muerte de Jesús que nosotros hemos causado.
Pongámonos de rodillas. (Todos se hincan.)
(Silencio).
Todos:
Te adoramos, Señor, y te bendecimos porque con tu santa cruz has redimido al
mundo.
Escuchemos el relato de San Marcos:
"Había caído la tarde y como era la víspera del sábado alguien tuvo la valentía de ir
donde Pilatos y pedirle el cuerpo de Jesús. Era José, del pueblo de Arimatea, miembro
respetable del Consejo Supremo y que esperaba también el Reino de Dios.
Pilatos se extrañó de que ya hubiera muerto, y llamó al capitán para saber si realmente
era así. Él lo confirmó, y Pilatos entregó el cuerpo de Jesús. José bajó el cuerpo de la
cruz y lo envolvió en una sábana que había comprado" (Mc. 15, 42-46).
Oremos (pausa).
Santísima Virgen María, tú recibiste en tus brazos maternales a tu Hijo muerto, por
nuestra salvación. Te pedimos tu intercesión para que se nos conceda una fe grande y
una esperanza firme, para comprender los planes de Dios en nuestra vida y realizarlos
con esa paz profunda que tú manifestaste cuando Jesús murió.
Mientras recorres la vida tú nunca sólo estás; contigo por el camino Santa María va.
Todos:
Te adoramos, Señor, y te bendecimos porque con tu santa cruz has redimido al
mundo.
"Cerca del lugar donde crucificaron a Jesús había un huerto y en el huerto un sepulcro
nuevo, donde nadie había sido enterrado. Aprovecharon entonces este sepulcro cercano
para poner ahí el cuerpo de Jesús" (Jn. 19, 41-42).
Jesús es sepultado. Humanamente la derrota ha sido total. Los jefes de los judíos y
quienes pedían la muerte de Jesús pueden estar tranquilos. se han deshecho de este
hombre que les molestaba con sus palabras y su actuar, al enrostrarles sus dobleces,
engaños y falsas seguridades. Pero para Dios, éste era el comienzo del triunfo. De este
sepulcro surgirá el Hombre perfecto, Jesús Resucitado, el primero de muchos hermanos,
a quienes se comunica para transformarlos y hacerlos hombres nuevos.
Oremos (pausa).
Padre de los cielos: Jesús, tu Hijo, ha sido colocado en un sepulcro. Tú lo resucitarás, y
glorioso lo tendrás junto a ti, es un hermano de nuestra raza humana quien participará de
tu gloria.
Te pedimos que también nos resucites a nosotros, muertos por el pecado; cambia
nuestro corazón pecador y haznos participar de la vida nueva que Jesús posee junto a Ti.
DECIMA QUINTA ESTACION: Jesús resucita.
Todos:
Te adoramos, Señor, y te bendecimos porque con tu santa cruz has redimido al
mundo.
"Pasado el sábado, al despertar el alba del primer día de la semana, fueron María
Magdalena y la otra María a visitar el sepulcro. De repente se produjo un gran temblor:
el Angel del Señor bajó del cielo, y llegando al sepulcro hizo rodar la piedra que lo
tapaba y se sentó encima.
El Angel dijo a las mujeres: No teman, porque yo sé que buscan a Jesús crucificado. No
está aquí. Ha resucitado, tal como lo había anunciado. Y ahora vayan pronto a decir a
sus discípulos que ha resucitado de entre los muertos" (Mt. 28).
"Aleluya" Cristo ha resucitado, ha surgido del sepulcro, vencedor del mal, del pecado y
de la muerte.
Hemos finalizado nuestro Vía Crucis. Hemos ido siguiendo a Jesús, nuestro salvador, en
su camino al Calvario; hemos contemplado su generosidad e inmenso amor hacia
nosotros; hemos ido sintiendo la maldad de nuestros pecados que lo llevaron hasta la
misma muerte. Pero también la Resurrección de Jesús, su triunfo sobre el mal y el
pecado, se nos ha mostrado como una esperanza y maravillosa realidad.
Que el Señor haga que los buenos propósitos surgidos este día los vivamos con
seriedad.
Que el Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
Todos:
Amén.
Sugerencias prácticas
Dice el Concilio: "En aquellos lugares donde no hay sacerdote y no se puede celebrar la Santa
Misa los domingos y fiestas, organícese a juicio del Obispo una Celebración de la Palabra presidida por
un diácono o incluso por un seglar especialmente preparado para ello".
Hay parroquias rurales que tienen 10, 20 y hasta 25 capillas en sus alrededores. Llega el
domingo y el sacerdote no las puede atender a todas. Hay fundos, asentamientos y caseríos apartados
donde les corresponde Misa una vez al mes. cada medio año, a veces una vez al año. ¿Qué hacer?
Los católicos del lugar, de acuerdo con su Párroco, traten de organizar un Culto Dominical para
que cada domingo se reúna la asamblea de los fieles a orar, cantar y escuchar la Palabra de Dios.
De ahí podría partir la formación de una auténtica comunidad cristiana preocupada, no sólo de
dar culto a Dios, sino de los enfermos, de los más necesitados, de la catequesis, etc.
1) Saludo
Guía:
En el nombre del Padre del Hijo y del Espíritu Santo.
Todos:
Amén.
Guía:
Nos hemos reunido para celebrar el domingo, el día del Señor, día en que Cristo
resucitó. Hagamos de esta celebración un encuentro de hermanos en que todos juntos
escuchamos a Palabra de Dios, alabamos a Dios por su bondad, le presentamos nuestras
peticiones y nos comprometemos a vivir sus enseñanzas.
3) Acto penitencial
Revisemos nuestra vida y pidamos perdón por nuestros pecados.
(Después de un breve silencio, se reza una de las dos Fórmulas Penitenciales que
siguen):
Todos: 1a
Yo confieso
ante Dios todopoderoso
y ante vosotros, hermanos,
que he pecado mucho
de pensamiento, palabra,
obra y omisión.
Por mi culpa, por mi culpa,
por mi gran culpa.
Por eso ruego a Santa María,
siempre Virgen,
a los Angeles, a los santos
y a vosotros, hermanos,
que intercedáis por mí
ante Dios, nuestro Señor.
Cantor: 2a
Por nuestra falta de humildad
¡Señor, ten piedad!
Todos:
¡Señor, ten piedad!
Cantor:
Por nuestra falta de sinceridad
¡Cristo, ten piedad!
Todos:
¡Cristo, ten piedad!
Cantor:
Por nuestra falta de generosidad
¡Señor, ten piedad!
Todos:
¡Señor, ten piedad!
Presid.:
Dios todopoderoso tenga misericordia de nosotros,
perdone nuestros pecados y nos lleve a la vida eterna.
Todos:
Amén.
4) Oración
La que sale en la hoja parroquial "EL DOMINGO", o bien:
Oremos.
Padre de los cielos,
apoyo y fuerza de los que en ti confían,
escucha nuestras oraciones; y ya que somos débiles
y sin ti nada podemos, concédenos la ayuda de tu gracia para vivir tus mandamientos
y agradarte en todo.
Por nuestro Señor Jesucristo tu Hijo
que contigo vive y reina
en la unidad del Espíritu Santo y es Dios
por los siglos de los siglos.
Todos:
Amén.
5) Lecturas bíblicas
(La de la hoja "EL DOMINGO")
6) Homilía
(Si en la comunidad no hay una persona preparada para hacer la homilía, se puede leer,
por ejemplo, un capítulo de este Devocionario o del libro EL MESIAS)
7) Credo
8) Oración universal
(La de la hoja de "EL DOMINGO")
Presid.:
Hermanos:
Ahora alabemos a Dios
y démosle gracias por todos sus beneficios.
Cantor:
A las diversas aclamaciones de alabanza y gratitud respondemos todos diciendo: ¡Gloria
a Ti, Señor!
Presid.:
Te alabamos, Señor, Padre todopoderoso. Tu santidad no tiene límites,
y quieres hacernos partícipes de ella.
Tú reconciliaste al mundo contigo
por la sangre de la cruz.
¡Gloria a Ti, Dios salvador!
Todos:
¡Gloria a Ti, Señor!
Te alabamos, Jesucristo,
Cordero de Dios que quitas el pecado del mundo.
Tú eres vencedor de la muerte,
lleno de gracia y de verdad.
Tú permaneces viviendo con nosotros,
hasta el fin del mundo.
¡Gloria a Ti, Cristo redentor!
Todos:
¡Gloria a Ti, Señor!
Presid.:
Te alabamos, Espíritu de Dios.
Por ti el misterio del Hijo inunda nuestras vidas. Tú, nos conviertes en nuevas creaturas.
¡Gloria a ti, Espíritu de vida!
Cantor:
Gloria a Dios en el cielo
y en la tierra paz
a los hombres que ama el Señor.
te adoramos,
te glorificamos,
te damos gracias;
sólo tú Señor,
En caso que se distribuya la Sagrada Comunión se sigue con el número 10, de lo contrario, se
pasa al número 11.
Presid.:
En esta celebración del domingo hemos escuchado la Palabra de Dios y le hemos
respondido con nuestra oración y nuestro canto.
Minist.:
Nos preparamos para unirnos a Cristo por la Comunión, rezando el Padre nuestro:
Todos:
Padre nuestro
que estás en el cielo.
Santificado sea tu nombre.
Venga tu reino.
Hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día.
Perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos
a los que nos ofenden.
No nos dejes caer en tentación.
Y líbranos del mal.
Saludo de paz
de pie
Minist.:
Antes de unirnos a Cristo por la Comunión de su Cuerpo, expresemos nuestro deseo de
vivir en caridad y unión con todos. No podemos recibir a Cristo si hay algún rencor
contra alguien.
Minist.:
Este es el Cordero de Dios,
que quita los pecados del mundo,
¡Dichosos los que participan de esta Cena!
Todos:
Señor, no soy digno de que entres en mi casa,
pero una palabra tuya bastará para sanarme.
Cantor:
Durante la Comunión cantamos el Canto...
Minist.:
Oremos.
Todos:
Amén.
Presid.:
Nos hemos reunido para celebrar el domingo. Que el día de hoy y toda la semana que
iniciamos, continúen con los mismos sentimientos con que hemos realizado esta
Celebración: con la alegría de sabernos hijos de Dios, salvados, por la Pasión y
Resurrección de Jesucristo, y con la unión y el amor que han de existir siempre en
quienes se saben, hermanos.
(Si hay Avisos que dar a la Comunidad, éste es el momento para hacerlo).
Canto Final
HISTORIA SAGRADAS
EN DECIMAS
¿Qué es el Canto a lo Divino?
Cuando llegaron los primeros misioneros a Chile no había libros, no había medios de
comunicación como ahora, la gente no sabía leer ni escribir. ¿Cómo anunciar, entonces,
la Buena Nueva? ¿De qué herramientas se sirvieron?
Los misioneros sembraron la fe en Chile a través del verso y del canto, o mejor dicho,
del verso cantado. Y el modelo de verso que eligieron fue precisamente el que en
aquella época estaba en vigencia en España: La Cuarteta y la Décima. La Cuarteta
(verso de cuatro líneas) fue el verso apropiado para los Bailes Religiosos. La Décima
(verso de diez líneas), el propio del canto a lo Divino.
Aquella semilla que sembraron los primeros misioneros hace más de cuatro siglos
cundió y germinó de tal manera que aún hoy día son miles y miles las personas que
guiadas sólo por lo que podríamos llamar el hilo de la tradición, cantan en Décimas y en
Cuartetas.
Ha dicho el Papa Juan Pablo II: "La catequesis procurará conocer las culturas y sus
componentes esenciales; aprenderá sus expresiones más significativas, respetará sus
valores y riquezas propias. Sólo así se podrá proponer a tales culturas el conocimiento
del misterio oculto y ayudarles a hacer surgir de su propia tradición viva, expresiones
originales de vida, de celebración y de pensamiento cristiano" (C. T. N° 53).
Esto, traducido a nuestra realidad significa que hemos de querer y apreciar aquellas
manifestaciones de la Piedad Popular que se dan entre nosotros. Chile tiene, en este
sentido, una riqueza espiritual muy grande que recién estamos descubriendo: están los
Bailes Religiosos en toda la zona norte del país, el Canto a lo Divino, que comprende
particularmente todo el valle central, están las peregrinaciones a los santuarios, el Cua-
simodo, etc.
Aquí nos queremos referir a una de estas manifestaciones de Piedad Popular conocida
con el nombre de Canto a lo Divino.
Juntando estos versos que aún se cantan en las celebraciones de los santos (San Juan,
San Antonio, la Virgen del Carmen, la Virgen del Tránsito, etc.), nos encontramos con
una auténtica Historia Sagrada en verso. El mérito de esta Historia Sagrada es que los
versos han sido compuestos en su totalidad por los mismos campesinos y son un reflejo
de su cultura, y sus tradiciones. Este es un valor cultural y religioso que todos los
chilenos debemos conocer y apreciar. Ahí está lo auténticamente nuestro, la encarnación
de la fe en nuestra propia cultura.
Son miles los versos rescatados hasta el momento y que han significado un valioso
aporte a la catequesis tanto de adultos como de niños (ver EL MESIAS y LA BIBLIA
DEL PUEBLO). En su conjunto se trata de una Historia Sagrada "nacida y criada en
Chile".
Los versos que vienen a continuación no son más que una sencilla muestra del
abundante material existente. Leámoslos con calma y con atención.
En ellos encontraremos la Doctrina Cristiana transmitida de generación en generación,
hasta nuestros días. Para los lectores poco iniciados en esto del Canto a lo Divino, es
necesario recordar que todo verso debe estar encuartetado (en la práctica esto se nota
por la última línea de cada Décimá que está en letra negrita). La cuarteta es lo primero
que hay que leer. Las cuatro primeras Décimas son la glosa a la cuarteta inicial. La
quinta Décima, llamada también despedida, a veces termina repitiendo la cuarteta. Las
Décimas todas tienen la rima de la conocida oración: Bendita sea tu pureza. El nombre
que acompaña a cada verso es el del cantor que lo entregó, y no necesariamente el del
autor del verso.
Estos versos son el fruto de una experiencia de fe vivida por nuestros campesinos, esta
es su manera de alabar a Dios y "cantar sus maravillas". Recitados con fe son una
oración excelente, y debidamente escogidos pueden tener excelente cabida incluso en
nuestras celebraciones litúrgicas.
Un culto familiar
Nuestro pueblo tiene una hermosa tradición que hay que revitalizar. Es la tradición de
las Novenas. Las novenas son un culto familiar y en ellas se practica la alabanza a Dios
y la caridad cristiana.
Hay familias que, una vez al año, tienen la manda de rezar la Novena al Santo de su
devoción y el último día convidan a los cantores para darle más solemnidad. Es
maravilloso contemplar a diez, quince o veinte campesinos que van turnándose, uno tras
otro, para cantar a la Creación, Nacimiento, Padecimiento, etc. Los cantores han sido en
realidad los grandes catequistas de nuestro pueblo. Ellos saben muy bien que tienen un
don de Dios, unos para crear versos, otros para memorizarlos y cantarlos con distintas
entonaciones.
Con el fin de que los Cantores de diferentes partes se conozcan entre sí, cada año se
realizan por lo menos dos grandes Encuentros en Santiago: uno en el Santuario de
Lourdes (el sábado antes del 11 de febrero) y otro en el Santuario de Maipú (el último
sábado de septiembre).
Pero lo verdaderamente importante es tratar de que se sigan realizando las Novenas
familiares con Canto a lo Divino en los lugares en que en forma espontánea se vienen
realizando desde hace siglos (Quilimar, Chicolco. Los Andes, Petorca, Aculeo,
Pichilemu, y en general en todo el valle central de Chilé, especialmente eh el valle de
Colchagua).
A continuación ofrecemos una sencilla muestra de versos entresacados de sus cuadernos
que pueden servir tanto a los cantores, corno a todas aquellas personas que quieran
aprender o repasar la Doctrina Cristiana en En estos momentos estamos preparando una
serie de grabaciones con las melodías del Canto, a lo Divino propias de cada zona.
7. JOSE
Atalicio Aguilar — Loica
Por los sueños que soñó fue José
aborrecido sus hermanos lo han vendido
porque Dios lo permitió.
Tan pronto como nació
recibió la bendición
y el patriarca Jacob
lo hizo su preferido
y hoy está muy afligido
José aquel justo varón.
9. MOISES
Pedro Peña – Los Andes
Un día de amanecida
se presenta ante el monarca y le dijo con
voz franca óyeme esta profecía.
Tus ideas son judías
oh rey perverso y tirano me mandó Dios
soberano a leerte la sentencia
sufrirás las consecuencias si no sueltas
al esclavo.
10. MOISES
Juan Reyes — La Aguada
Mi Dios a Moisés mandó que fuese
donde el Faraón dile que dice el Señor
que al hebreo busco yo.
Diez plagas le penetraron
al rey por tirano e impío así pudo ser
vencido
con gólpe fuerte aquel rey y a libertar a
Israel
soy guerrero que hei venido.
Ave mueres con ternura para recordar Desde que nació en Belén el Hijo de
también el dolor del Sumo Bien aquel Dios Amado dijo Yo seré enclavado tan
cáliz de amargura. Rareza de la natura sólo por vuestro bien. Le dieron vinagre
ejemplar muy prodigioso cantando y de y hiel
puro gozo te arrancas el corazón a beber estos sayones
te canto en esta ocasión pelícano y a la faz de las naciones
misterioso. le enclavaron de un repente y para el
pobre inocente
Cuando vio que sin motivo llevaron en verdad que las prisiones.
preso a Jesús
esta ave con su virtud Jesús llevado a los jueces y culpado es
se arrancó su pecho al vivo. Este de delito siendo tan santo y bendito fue
ejemplo se los digo porque causa azotado seis mil veces. Pidió el pueblo
admiración con justísima razón que muriese el Santo Dios de Israel
padeces también tormento de pena y de y tuvo que padecer
sentimiento te arrancai el corazón. siendo que él era inocente pues las
sentencias de muerte son pa' los
Ave mueres con tristeza con un dolor hombres de bien.
voluntario de ver como en el calvario.
Jesús a morir empieza. Después que fue sentenciado
Te rasguñas con tristeza empezando así de espinas lo coronaron y a una todos
a sufrir hasta dejar de latir gritaron que sea crucificado.
con tu ardiente corazón lo imitas con Lo llevaban amarrado al mismo
devoción para ayudarle a sentir. Jerusalén
y sus sentidos rompieron.
lo ataron con un cordel Crueles tormentos le dieron al rey de la
esos sayones ingratos jerarquía
y por orden de Pilatos dijo triste en su agonía
al justo castigan cruel. será así mi infeliz suerte
si me has sentenciado a muerte ¿qué
A inicuos tribunales pierdes con que yo viva?
fue presentado Jesús lo cargan con una
cruz De Jerusalén partió marchando para el
para acrecentar los males. calvario acompañado de varios
Su preciosa y santa Madre padeció la cruz a cuestas cargó. Al encuentro le
crueles dolores salió
toda llena de aflicciones la Verónica al instante Jesús con un
dijo dentro de su mente modo amable dijo a Pilatos con pena
hoy dan muerte al Inocente y libertan a que pierdes con que yo viva ¿y qué
los ladrones. ganas con matarme?
(
LA SANTA MISA
1 CANTO DE ENTRADA
FORMULAS PENITENCIALES
1a
Yo confieso ante Dios todopoderoso y ante vosotros hermanos, que he
pecado mucho de pensamiento, palabra, obra y omisión; por mi culpa, por
mi culpa, por mi gran culpa.
Por eso ruego a Santa María, siempre Virgen, a los Angeles, a los Santos y a
vosotros, hermanos, que intercedáis por mi ante Dios, nuestro Señor.
2a
+ Señor, ten misericordia de nosotros.
- Porque hemos pecado contra ti.
+ Muéstranos, Señor, tu misericordia.
- Y danos tu salvación.
3a
+ Tú que has sido enviado a sanar los corazones afligidos: ¡Señor, ten piedad!
- ¡Señor, ten piedad!
+ Tú que has venido a llamar a los pecadores: ¡Cristo, ten piedad!
- ¡Cristo, ten piedad!
+ Tú que estás sentado a la derecha del Padre para interceder por nosotros: ¡Señor, ten
piedad!
- ¡Señor, ten piedad!
+ Dios todopoderoso tenga misericordia de nosotros, perdone nuestros pecados y nos
lleve a la vida eterna.
- Amén.
4 + ¡Señor, ten piedad!
- ¡Señor, ten piedad!
+ ¡Cristo, ten piedad!
- ¡Cristo, ten piedad!
+ ¡Señor, ten piedad!
- ¡Señor, ten piedad!
6 ORACION
7 PRIMERA LECTURA
+ ¡Palabra de Dios!
- ¡Demos gracias a Dios!
8 CANTO DE MEDITACION
9 SEGUNDA LECTURA
+ ¡Palabra de Dios!
- ¡Demos gracias a Dios!
¡ALELUYA!
10 EVANGELIO
+ ¡El Señor esté con vosotros!
- ¡Y con tu espíritu!
+ Lectura del S. Evangelio...
- ¡Gloria a Ti, Señor!
+ ¡Palabra de Dios!
- ¡Te alabamos, Señor!
11 HOMILIA
12 + Creo en Dios Padre todopoderoso,
- Creador del cielo y de la tierra.
+ Creo en Jesucristo, su único Hijo, nuestro Señor;
que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo;
nació de Santa María Virgen;
padeció bajo el poder de Poncio Pilato;
fue crucificado, muerto y sepultado;
descendió a los infiernos;
al tercer día resucitó de entre los muertos;
subió a los cielos y está sentado a la derecha de Dios Padre todopoderoso;
desde allí ha de venir a juzgar a los vivos y a los muertos.
Creo en el Espíritu Santo,
en la Santa Iglesia Católica,
en la comunión de los Santos,
el perdón de los pecados,
la resurrección de los muertos
y la vida eterna.
Amén.
13 Creemos en un solo Dios,*
- Padre todopoderoso, Creador del cielo y tierra, de todo lo visible y lo
invisible.
+ Creemos en un solo Señor. Jesucristo, Hijo único de Dios, nacido del Padre antes
de todos los siglos:
- Dios de Dios, Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero
+ engendrado, no creado, de la misma naturaleza que el Padre, por quien todo fue
hecho;
- que por nosotros los hombres y por nuestra salvación bajó del cielo,
+ y por obra del Espíritu Santo se encarnó de María, la Virgen, y se hizo hombre;
- y por nuestra causa fue crucificado en tiempos de Poncio Pilato: padeció y
fue sepultado.
+ y resucitó al tercer día según las Escrituras, y subió al cielo, y está sentado a la
derecha del Padre;
- y de nuevo vendrá con gloria para juzgar a vivos y muertos, y su reino no
tendrá fin.
+ Creemos en el Espíritu Santo, Señor y dador de vida, que procede del Padre y del
Hijo,
- y que con el Padre y el Hijo recibe una misma adoración y gloria, y que habló
por los profetas;
+ y en la Iglesia, que es una, santa, católica y apostólica.
- Reconocemos un solo Bautismo para el perdón de los pecados.
+ Esperamos la resurrección de los muertos y la vida del mundo futuro.
- Amén.
________
* Puede usarse en lugar del anterior.
14 ORACION UNIVERSAL
- Escúchanos, Señor, te rogamos.
15 CANTO
+ Bendito seas, Señor, Dios del universo, por este pan… él será
16 para nosotros pan de vida.
-¡Bendito seas por siempre, Señor!
+Bendito seas, Señor, Dios del universo, por este vino,… él será
para nosotros bebida de salvación.
-¡Bendito seas por siempre, Señor!
17 + Orad, hermanos, para que este sacrificio, mío y vuestro, sea agradable a Dios,
Padre todopoderoso.
- El Señor reciba de tus manos este sacrificio, para alabanza y gloria de su
Nombre, para nuestro bien, y el de toda su santa Iglesia.
PLEGARIA EUCARISTICA II
18 + ¡El Señor esté con vosotros!
-¡Y con tu espíritu!
+¡Levantemos el corazón!
-¡Lo tenemos levantado hacia el Señor!
+ Demos gracias al Señor, nuestro Dios.
-Es justo y necesario.
23 + — Líbranos, Señor, de todos los males y concédenos la paz en nuestros días, para
que, ayudados por tu misericordia, vivamos siempre libres de pecado y protegidos
de toda perturbación, mientras esperamos la gloriosa venida de nuestro Salvador
Jesucristo.
—¡Tuyo es el reino, tuyo el poder y la gloria por siempre, Señor!
23 + — Señor Jesucristo, que dijiste a los Apóstoles: "Mi paz os dejo, mi paz os doy",
no mires nuestros pecados, sino la fe de tu Iglesia y, conforme a tu palabra,
concédele la paz y la unidad. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos.
—Amén.
26 CANTO DE COMUNION
+ El cuerpo de Cristo:
—¡Amén!
28 ORACION DE LA COMUNION
+ ¡El Señor. esté con vosotros!
—¡Y con tu ,espíritu!
+Podéis ir en paz.
— ¡Demos gracias a Dios!
Porque él mismo,
la noche en que iba a ser entregado,
tomó pan, y dando gracias te bendijo,
lo partió y lo dio a sus discípulos diciendo:
+— Te pedimos, Señor,
que esta Víctima de reconciliación
traiga la paz y la salvación al mundo entero.
Confirma en la fe y en la caridad
a tu Iglesia, peregrina en la tierra:
Al Papa Juan Pablo II, a nuestro obispo N.,
al orden episcopal, al clero,
y a todo el Pueblo redimido por ti. Atiende los deseos de esta familia que has
congregado en tu presencia.
Reúne en torno a ti, Padre misericordioso, a todos tus hijos dispersos por el
mundo.
— A nuestros hermanos difuntos
y a cuantos murieron en tu amistad,
recíbelos en tu Reino,
donde esperamos gozar todos juntos
de la plenitud eterna de tu gloria,
por Cristo nuestro Señor
por quien concedes al mundo todos los bienes.
+— Por Cristo, con él y en él,
a ti, Dios Padre omnipotente, en la unidad del Espíritu Santo,
todo honor y toda gloria,
por los siglos de los siglos.
Amén.
30 PLEGARIA EUCARISTICA IV
+ Te alabamos, Padre Santo, porque eres grande,
porque hiciste todas las cosas con sabiduría y amor. A imagen tuya creaste al
hombre
y le encomendaste el universo entero,
para que, sirviéndote sólo a ti, su Creador, dominara todo lo creado.
Y cuando por desobediencia perdió tu amistad, no lo abandonaste al poder de la
muerte;
sino que, compadecido, tendiste la mano a todos, para que te encuentre el que te
busca.
Reiteraste, además, tu alianza a los hombres;
por los profetas los fuiste llevando con la esperanza de salvación.
Y tanto amaste al mundo, Padre santo,
que, al cumplirse la plenitud de los tiempos,
nos enviaste como salvador a tu único Hijo.
El cual se encarnó por obra del Espíritu Santo, nació de María la Virgen,
y así compartió en todo nuestra condición humana
menos en el pecado;
anunció la salvación a los pobres,
la liberación a los oprimidos
y a los afligidos el consuelo.
Para cumplir tus designios,
él mismo se entregó a la muerte,
v, resucitando, destruyó la muerte y nos dio nueva vida. Y porque no vivamos ya
para nosotros mismos,
sino para él, que por nosotros murió y resucitó, envió, Padre, desde tu seno al
Espíritu Santo,
a fin de santificar todas las cosas,
llevando a plenitud su obra en el mundo.
Porque él mismo,
llegada la hora en que había de ser glorificado
por ti, Padre santo,
habiendo amado a los suyos que estaban en el mundo, los amó hasta el extremo.
Y mientras cenaba con sus discípulos,
tomó pan, te bendijo,
lo partió y se lo dio diciendo:
Acuérdate también
de los que murieron en la paz de Cristo
y de todos los difuntos,
cuya fe sólo tú conociste.
Padre de bondad,
que todos tus hijos nos reunamos
en la heredad de tu Reino,
con María, la Virgen Madre de Dios,
con los apóstoles y los santos;
y allí, junto con toda la creación
libres ya de pecado y de muerte,
te glorifiquemos por Cristo, Señor nuestro,
por quien concedes al mundo todos los bienes.
—Amén.
* Los primeros cantos coinciden con los del folleto "NUESTRA MISA" difundido en
todas las capillas.
2 Gloria a Ti * Oh Hijo del Eterno * Dios 4 Quien viene a Ti encuentra vida eterna;
Redentor. danos, Señor, el gozo de tu unión que en
3 Gloria a Ti, * Espíritu divino * que eres esta vida llena de trabajos sea esperanza de
Amor. resurrección. (bis)
36 DESPUES DE PREPARAR LA
TIERRA 39 VAYAMOS A LA MESA
1 Después de preparar la tierra y de sembrar, Vayamos a la Mesa del Padre Celestial,
se ha recogido el trigo bajo el sol otoñal; ha que allí Jesús ofrece el Pan de
sido necesario blanca harina hacer. El eternidad.
trabajo del hombre ha hecho este pan. Es 1 Señor, hoy tu visita queremos recibir y
éste el pan que ofrecemos hoy: el pan de renovar las vidas uniéndonos a Ti.
nuestra vida, el pan de nuestro amor, el pan 2 Tú vienes a nosotros, Amigo de verdad;
de nuestra tierra, del gozo y del dolor. que nada nos separe, Señor, de tu amistad.
Nuestro esfuerzo es hacer nuestro mundo 3 Tú sólo eres camino que nos conduce a
mejor. Dios; revélanos al Padre y muéstranos su
2 Faltando el vino en las Bodas de Caná, tu amor.
Madre se te acerca y te lo hace saber. 4 La Santa Eucaristía renueva tu Pasión; por
Llenad los odres de agua y hacedla probar, ella nuestra vida se asocie a tu dolor.
necesario es el vino para celebrar. 5 Señor, hoy nos congrega la mesa de tu
Es éste el vino que ofrecemos hoy: es vino de altar; nos una para siempre la gloria
amistad y de fraternidad, el vino que será la celestial.
sangre del Señor. Nuestro esfuerzo es hacer
nuestro mundo mejor. (B-6) 40 EL AMOR DE CRISTO NOS
37 UN MANDAMIENTO NUEVO REUNE
Un mandatamiento nuevo * nos dio el El amor de Cristo nos reúne en banquete
Señor: que nos amáramos todos * como fraternal; con la luz de nuestra fe en el
El nos amó. alma acudamos juntos al altar. (bis)
1 Acercaos, hermanos todos * que es Dios 1 Al que coma de mi Carne, al que beba
mismo quien invita. de mi Sangre, le daré la vida eterna en
2 Dios perdona nuestras culpas * y a su mesa el Reino de mi Padre. (bis)
nos convida.
2 Con deseo vehemente quise comer
3 La señal de los cristianos * es amarse como
hermanos.
esta Pascua antes que venga mi muerte,
4 El que no ame a sus hermanos * no se muerte que a los hombres salva. (bis)
acerque a este convite. 3 Congregados en la Cena el Señor
5 Lo que hagamos al hermano * a Dios bendijo el pan y en su Cuerpo con-
mismo se lo hacemos. vertido, lo entregó a la humanidad. (bis)
6 Quien no ama a sus hermanos * miente si a 4 Lo que acabo Yo de hacer lo debéis
Dios dice que ama. hacer vosotros y guardar este recuerdo
7 El que al prójimo no ama * de Dios hijo no que es eterno Testamento. (bis)
se llama. 5 El Señor Resucitado vuelve a la gloria
38 SEÑOR JESUS del Cielo, pero vive con su Iglesia en el
1 Señor Jesús, creemos firmemente que por Santo Sacramento. (bis)
amor estás en el altar, que das tu Cuerpo y
6 Llegará el fin de los tiempos, otra vez
Sangre juntamente al hombre que comiere
de este pan. (bis)
vendrá el Señor; los que amaron y
2 Señor Jesús, con Pedro te decimos: creyeron reinarán siempre con El. (bis)
"Apártate que soy un pecador"; sabemos
bien que Tú nos ha amado, vamos a Ti en 41 CANTICO DE CARIDAD
busca de perdón. (bis) 1 Bendigamos al Señor que nos une en
3 El que te ama guarda tu mandato; sea el caridad y nos nutre con su amor en el
amor el que nos lleve a Ti, que en caridad pan de la unidad. ¡Oh Padre nuestro!
vayamos a tu mesa permaneciendo unidos
hasta el fin. (bis)
2 Conservemos la unidad que el Maestro 8 Yo soy el Pan de Vida que ha bajado de
nos mandó; donde hay guerra que haya los Cielos.
paz, donde haya odio que haya amor. ¡Oh 9 Si no coméis mi Carne, no tendréis vida
Padre nuestro! en vosotros.
3 El Señor nos ordenó devolver el bien por 10 Si no bebéis mi Sangre, no tendréis vida
mal, ser testigos de su amor, perdonando en vosotros.
de verdad. ¡Oh Padre nuestro! 11 Quien bebe de mi Sangre, tiene ya la
4 Al que vive en el dolor y al que sufre vida eterna.
soledad entreguemos nuestro amor y 12 Mi Cuerpo recibid, entregado por
consuelo fraternal. ¡Oh Padre nuestro! vosotros.
5 El Señor que nos llamó a vivir en unidad, 45 SI EL MISMO PAN COMIMOS
nos congregue con su amor en feliz Si el mismo pan comimos en san-
eternidad. ¡Oh Padre nuestro! (C- ta Comunión, vivamos siempre
23) unidos en el amor de Dios.
42 CANTEMOS AL AMOR DE LOS 1 Los granos de la espiga uniéndose en el
AMORES pan expresan vuestra vida de amor y de
1 Cantemos al amor de los Amores; unidad.
cantemos al Señor. Dios está aquí; venid, 2 La ofrenda que en el cáliz pusimos en
adoradores. Adoremos a Cristo Redentor. común son nuestros corazones unidos en
¡Gloria a Cristo Jesús! Cielos y tierra, Jesús.
bendecid al Señor; honor y gloria a Ti, 46 OH JESUS, YA ESTAS EN MI
Rey de la Gloria. Amor por siempre a Ti, 1 Oh Jesús, ya estás en mí. Creo fir-
Dios del amor. memente en Ti; creo con seguridad como
2 Unamos nuestra voz a los cantares del coro si te viera a Ti. ¡Gracias Señor!
celestial. ¡Dios está aquí! Al Dios de los 2 Te agradezco, oh Señor, por haber venido
altares alabemos con gozo angelical. a mí y por el inmenso amor que me
43 MAS CERCA, OH DIOS, DE TI muestras sin cesar. ¡Gracias, Señor!
1 Más cerca, oh Dios, de Ti * más cerca sí; 4 Yo te ofrezco con amor cada día mi
Aunque sea una cruz " Me lleva a Ti " Mi oración, mi trabajo y mi dolor para
canto es siempre así: * Más cerca, oh Dios, unirme más a Ti. ¡Gracias, Señor!
de Ti Más cerca, oh Dios, de Ti * Más 47 Salmo 22. EL SEÑOR ES MI
cerca sí.
PASTOR
2 La ruta sigo yo * que al cielo va * Por gozo
+El Señor es mi Pastor: nada me habrá de
o por dolor " Quiero ir allá " Y Tú me has
faltar.
de guiar * para llegar a Ti: * Más cerca, oh
Dios, de Ti * Más cerca sí. —1 El Señor es mi Pastor, ¿qué me puede
44 TU ERES, SEÑOR, EL PAN DE faltar? En las verdes praderas * El me
lleva a reposar; * condúceme a las aguas
VIDA
del solaz " y mi alma reconforta.
1 Mi Padre es quien os da verdadero Pan
+ 2 El me guía por sendas de justicia * por
del Cielo.
amor de su Nombre * en oscura quebrada
Tú eres, Señor, el Pan de Vida.
yo no temo * porque estás junto a mí; * tu
2 Quien come de este Pan vivirá
cayado, la vara de tu diestra; * son ellos
eternamente.
mi confianza.
3 Aquel que venga a Mí, no padecerá más
hambre. — 3 Para mí Tú dispones una mesa " frente
4 Mi Carne es un Manjar y mi Sangre una a mis adversarios; * has ungido con óleo
Bebida. mi cabeza y mi cáliz rebosa; * de bienes y
5 El Pan que Yo daré ha de ser mí propia de gracia gozaré * en tu casa mientras
Carne. viva.
6 Quien come de mi Carne mora en Mí y + 4 Demos gloria al Padre Poderoso,
Yo en él. *a Jesús el Señor, al Espíritu que habita en
7 Bebed todos de él que es el Cáliz de mi nuestras almas,* nuestro Consolador, * al
Sangre:
Dios que es, que era y que vendrá, * por los siglos de los siglos.
Salmo 26. EL SEÑOR ES MI LUZ Y MI 2 Aclamad a Dios, tierra entera, *
SALVACIÓN aleluya; * cantad a la gloria de su
+El Señor es mi Luz, mi Salvación: ¿a Nombre, * aleluya.
quién he de temer?
— 1 El Señor es mi luz y salvación: * ¿a
quién temeré? * El Señor es el baluarte de
mi vida; * ¿ante quién temblaré?
+ 2 Al lanzarse contra Mí los malhechores *
a devorar mi carne, * son ellos, mis
contrarios y enemigos * quienes caen y
sucumben.
—3 Si un ejército acampa contra mí, mi
corazón no se intimida; * si una guerra
estalla contra mí, * permanezco confiado.
+4 Una cosa, no más, pido al Señor, " y con
afán la procuro: * habitar en la Casa del
Señor * todos los días de mi vida, * gozar
de la dulzura del Señor, * y contemplar su
Santuario.
—5 Gloria al Padre y a Cristo, el Señor, * y
al Espíritu Santo: * al Dios que es, que era
y que vendrá,
* por los siglos de los siglos.
49 Salmo 50. PIEDAD, SEÑOR
+1 Piedad, Señor, porque pequé contra
Ti.
—2 Por tu pasión, danos, Señor, el
perdón.
+1 Piedad de mí, Señor, en tu bondad, * en
la abundancia de tu amor borra mi falta. *
Lava tú de mi maldad todo vestigio, *
purifica mi alma del pecado.
—2 Pues mi falta yo la conozco, * mi
pecado no se aparta de mi mente; contra
Ti, contra Ti sólo pequé, *lo que tus ojos
aborrecen yo lo hice.
+ 3 Es así muy justa tu sentencia, * no hay
reproche en el 'juicio de tus labios. * En
verdad estuve en culpa al nacer * y en
pecado desde el seno de mi madre.
—4 Tú quieres rectitud en lo profundo, * en
mi interior quieres Tú que sea sabio. *
Rocía mi alma y seré limpio; * si me lavas
cual nieve quedaré.
+ 5 Demos gloria al Padre Poderoso, * a su
Hijo, Cristo, el Señor, * al Espíritu que
habita en nuestras almas. * por los siglos
de los siglos. Amén.
50 Salmo. 65. ACLAMAD A DIOS
TIERRA ENTERA
1 Tierra entera canta tu gozo al Señor.
Aleluya, aleluya.
1 Aclamad, al Señor, tierra entera *celebrad Señor, tierra, entera, * con clamores de
la Gloria de su Nombre. *Tributadle alegría.
gloriosas alabanzas; * decid a Dios: " ¡Qué + 4 Cantad con arpas al Señor, * con arpas y
pasmosas son tus obras!" laúdes; * danzad entre cuernos y trompetas
2 "Es, Señor, tan grande tu poder, * que te *' ante Dios, nuestro Rey.
adulan tus mismos enemigos. * Ante Ti —5Gloria al Padre y a Cristo, el Señor " y al
toda la tierra se prosterna, * Te entona Espíritu Santo: * al Dios que es, que era y
cantos, cantos a tu Nombre". que vendrá, * por los siglos de los siglos.
3 ¡Venid! Ved las obras del Señor, *sus Amén.
proezas en medio de los hombres: * el mar 53 Salmo 99. LLEGAD HASTA EL
en tierra seca convirtió; * a pie enjuto SEÑOR
pasaron por el río. + Llegad hasta el Señor cantando
4 Alegrémonos, pues, en el Señor, *El es himnos de gozo.
Rey de eterno poder; * sus ojos vigilan a 1Aclamad al Señor, tierra entera, *servid al
los pueblos, * no se atrevan a alzarse los Señor con alegría * llegad a El con
rebeldes. cantares de gozo.
5 Bendito Dios, que no apartó mi oración, * 2 Sabed que el Señor es Dios, * El nos creó,
ni su Amor de mi retiró, * Gloria al Padre a El pertenecemos, * somos su pueblo y
y a Cristo, el Señor * y al Espíritu Santo. ovejas de su aprisco.
Amén. 3 Entrad por sus puertas dando gracias, *
51 Salmo 94. VENID, ADOREMOS A avanzad por sus atrios entre himnos, *
DIOS alabadle y su Nombre bendecid.
+ Venid, adoremos a Dios. 4 Si, el Señor es bondadoso, * Sí, eterno es
—1 Venid, aclamemos al Señor, * cantemos su amor, " su lealtad por los siglos
a la Roca que nos salva, " lleguemos hasta permanece.
El con alabanza, * aclamemos con cantares 5 Demos gloria al Padre Poderoso, *a su
al Señor. Hijo, Cristo, el Señor, * al Espíritu que
+2 Si, un Dios grande es el Señor, * Un Rey habita en nuestras almas.
grande por encima de los dioses, * en su 54 Salmo 125. LOS QUE SIEMBRAN
mano los honduras de la tierra, * y las ENTRE LAGRIMAS
cumbres de los montes son de El, * suyo es Los que siembran entre lágrimas, cantando
el mar, es El quien lo hizo, y la tierra que cosecharán.
formaron sus manos. 1 Cuando el Señor cambió la suerte de Sión
—3 Venid, adoremos prosternados, * de *creíamos soñar; *se nos llenaba la boca
rodillas delante del Señor, * El nos hizo, es de risa *y los labios de alegría.
El nuestro Dios, * y nosotros su pueblo, su 2 Las naciones decían de nosotros:
grey: * el rebaño que guía su mano. *“Maravillas del Señor". * El Señor hizo
+ 4 Demos gloria al Padre Poderoso, * a su en nosotros maravillas; *rebozábamos de
Hijo, Cristo, el Señor, * al Espíritu que gozo.
habita en nuestras almas: * por los siglos 3 Haz que cambie, Señor, nuestra
de los siglos. Amén. suerte *cual los ríos del desierto. *Los que
52 Salmo 97. CANTAD AL SEÑOR UN en lágrimas esparcen su semilla *en gozo
CANTO NUEVO segarán.
+Cantad al Señor un canto nuevo, 4 Se va, con lágrimas se aleja * el que lleva
aleluya, * porque obró maravillas, la simiente. * ¡Ya viene! Con júbilo
aleluya. regresa " trayendo sus gavillas.
—1Cantad al Señor un canto nuevo, * pues 5 Gloria al Padre y a Cristo, el Se-
obró maravillas; * con su Diestra logró la ñor, * y al Espíritu Santo: * al
victoria, * con su brazo sagrado. Dios que es, que era y que vendrá, *por los
+ 2 El Señor reveló su salvación, * su siglos de los siglos.
Justicia a las Naciones; * se acordó de su 55 Salmo 129. ESPERO CONFIADO EN
Amor y Lealtad * con la casa de Israel. EL SEÑOR
—3 Han visto los confines de la tiera * Espero confiado en el Señor, cierto estoy de
victorioso a nuestro Dios. * Aclamad al su palabra.
1 Desde el abismo clamo a Ti, Señor, * 3 En El toda gracia, en El nuestra paz. En El
escucha mi clamor; * tus oídos se vuelvan nuestra gloria, en El la salvación. (1-
atentos * a la voz de mi plegaria. 10)
+2 Si las culpas escudriñas, Señor, ¿Quién
podrá subsistir? * Más junto a Ti se
encuentra el perdón *porque todos Te
veneren.
—3 Mi alma espera en el Señor, * cierto
estoy de su palabra; * más aguarda mi
alma al Señor * que el sereno la aurora.
+4 Pues abriga el Señor misericordia * y
copiosa redención; * redimirá el Señor a
Israel * de todas sus culpas.
—5 Demos gloria al Padre Poderoso " a
Jesús, el Señor, * al Espíritu que habita en
nuestras almas: * por los siglos de los
siglos.
56 UN SOLO SEÑOR (Ef. 4,4-6)
Un solo Señor, una sola fe, un solo
bautismo, un solo Dios y Padre.
1 Llamados a guardar la unidad del Espíritu
por el vínculo de la paz, cantamos y
proclamamos:
2 Llamados a formar un solo cuerpo en un
mismo Espíritu, cantamos y proclamamos:.
3 Llamados a compartir una misma
esperanza en Cristo, cantamos y
proclamamos: (M-2)
57 SI, ME LEVANTARE
(Lc. 15-18)
+¡Sí, me levantaré, volveré junto a mi
padre!
—1 A Ti, Señor, elevo mi alma; Tú eres mi
Dios y mi Salvador.
+2 Sana mi alma y mi corazón, ¡porque
pequé, Señor contra Ti!
—3 Vuelve, Señor, vuelve a nosotros.
Somos tus hijos, ¡tennos piedad!
+4 Mi corazón busca tu rostro; oye mi voz,
Señor, ten piedad.
—5 Aunque mis padres me abandonaran,
me acogería siempre mi Dios.
+6 Mi corazón Te canta y exulta;
¡Te alabaré por la eternidad!
58 ACUERDATE DE JESUCRISTO
(2a Tim. 2,8-11)
Acuérdate de Jesucristo, resucitado de
entre los. muertos; El es nuestra
salvación, nuestra gloria para siempre.
1 Todas las flores y las estrellas las cosas 1 En el nombre de Dios Padre, del Hijo y
bellas las hizo Dios. El temblor de la del Espíritu saludamos el gozo de la luz
mirada que nos llega,
de la niña enamorada, resucitada y resucitadora.
la ternura de una madre, todo es sonrisa de 2 Tu mano acerca el fuego a la sombría
Dios. tierra
Dios es alegre. Dios es alegre. Dios es y el rostro de las cosas se alegra en tu
amor. (bis) presencia.
2 Sí, Dios busca mi alegría, Silabeas el alba igual que una palabra.
Sí, Dios me quiere hacer feliz ¡sí! ¿Por Tú pronuncias el mar
qué callar mi canto como sentencia.
si es oración mi canción juvenil? El dio 3 Regresa, desde el sueño, el hombre a su
al arroyo su melodía memoria, acude a su trabajo,
y al nuevo día un risueñor. Dios alegre, madruga a sus dolores;
Dios Amigo, le confías la tierra y a la. tarde la
el Dios que siempre va conmigo, encuentras rica de pan
compartiendo mi esperanza, brindando y amarga de sudores.
vida y amor. 4 Y tú regocijas, oh Dios,
Dios es alegre. Dios es alegre. Dios, es y tú prolongas
amor. (bis). en sus pequeñas manos
198 SEÑOR, DIOS NUESTRO tus manos poderosas
Señor, Dios nuestro, y estáis de cuerpo entero
qué admirable es tu nombre los dos así creando,
en toda la tierra, los dos así velando por las cosas.
en toda la tierra. 5 Bendita la mañana que trae la gran
1 Cuando contemplo el cielo, noticia
obra de tus dedos, de tu presencia joven, en gloria y poderío,
la luna y las estrellas la serena certeza con que
que has creado. el día proclama
¿Qué es el hombre para que el sepulcro de Cristo está vacío.
que te acuerdes de él, 200 TEN PIEDAD
el ser humano para darle poder? - Ten piedad de mí, Señor, ten piedad,
2 Lo hiciste poco inferior ten piedad. Ten piedad de mí, Señor,
a los ángeles, ten piedad de mí.
lo coronaste de gloria y dignidad; le diste - Cristo, escucha y ten piedad
el mando sobre las obras de tus manos, ten piedad, ten piedad.
todo lo sometiste bajo sus pies. Cristo, escucha y ten piedad, ten
3 Rebaños de ovejas y toros, piedad de mí.
y hasta las bestias del campo, - Ten piedad de mí, Señor, ten piedad,
las aves del cielo, ten piedad. Ten piedad de mí, Señor,
los peces del mar, ten piedad de mí.
todo lo sometiste bajo sus pies. 201 SANTO
199 ALEGRE LA MAÑANA Santo, Santo, Santo es el Señor, Santo es
Alegre la mañana que nos habla de Ti. el Señor, Dios del Universo, llenos están
los cielos y la tierra
de tu gloria.
Hosanna, hosanna, hosanna en el cielo.
(bis)
Bendito es el que viene
en el nombre del Señor.
Hosanna, hosanna, hosanna en el cielo.
Santo, Santo, Santo es el Señor.
202 ACLAMACION PARA LA PAZ
- Sea la paz con nosotros (3 veces) y
reine en todos siempre
como nueva ley.
- La paz esté con nosotros (3 veces) y Toma nuestros brazos
con nosotros siempre, siempre, para construir aquí tu Reino
siempre esté la paz. de justicia y verdad, amor y libertad.
203 HIMNO DEL CONGRESO Danos tu paz, Jesús.
EUCARISTICO Sólo Tú puedes curar nuestras heridas.
No temas, dice el Señor, no temas, pueblo Señor, si te dejarnos entrar cambiará.
mío, ábreme de par en par todas tus nuestra historia. Ven, Señor Jesucristo,
puertas. y no tardes más. Amén.
Si lo dejamos entrar, HIMNO DEL CONGRESO
como en María la Virgen EUCARISTICO
El vivirá con nosotros. (Entonación de: Hasta tus plantas)
Si lo dejamos entrar Abre tus puertas a Jesucristo abre tus
todos verán su propio pecado puertas de par en par abre tus puertas al
y El hará la paz verdadera. Peregrino que hoy en tu casa quiere entrar.
No temas, dice el Señor, no temas, pueblo Ven Cristo Peregrino
mío, ábreme de par en par todas tus ven a nuestro corazón
puertas. y haz que vivamos todos juntos en
Si lo dejamos entrar, armonía, paz y unión. (bis)
El morirá como un grano de trigo y su Desde la blanca cordillera
Cuerpo será el Pan de la Vida. Si lo dejamos hasta el azul de nuestro mar
entrar, hoy todo Chile te venera
se quedará con nosotros cual si fuera un inmenso altar.
para construir un mundo de hermanos. Somos un pueblo peregrino
No temas, dice el Señor, no temas, pueblo que va en busca de eternidad
mío, ábreme de par en par todas tus sólo siguiendo tu camino
puertas. tendremos nueva humanidad.
204 ORACION DEL CONGRESO Este es el pan santo y sagrado
EUCARISTICO que nos dejó Nuestro Señor
Señor Jesucristo, sea bendito y alabado
Hijo del Padre de los cielos, el Sacramento de su amor.
por obra del Espíritu Santo Antes de su padecimiento
te hiciste hermano nuestro Jesús nos dio a comer su pan
en María nuestra Madre. y dijo a todos al momento
Ven, Jesús, muriendo yo, así lo harán.
líbranos de todo temor, El que se acerca al sacramento
manifiesta a cada uno su pecado con fe viva y con devoción
y ten piedad de nosotros: está cumpliendo el testamento
Entra, Señor, que nos dejó Nuestro Señor.
queremos abrirte Esta es la fuente de agua viva
de par en par todas las puertas. que brota de la eternidad
Ven y danos tu Evangelio, el que se sirva de esta agua
única palabra de Vida. tendrá alegría, gozo y paz.
Ven a sufrir, a morir y a resucitar Estando en la Santa Cena
con tu Iglesia les dijo a todos el Señor
corno el grano de trigo. el que quisiera ser más grande
Recibe, Jesús, el vino y el pan, sea de todos servidor.
frutos de la tierra chilena Hay que servir a todo hombre
y del trabajo de este pueblo; con gran cariño y humildad
transfórmalos en tu Cuerpo y en tu Sangre Jesús se esconde en cada
para una gran fiesta de hermanos. pobre que hay en nuestra sociedad.
Vén y quédate En toda humana criatura
cuando es de noche y cuando amanece. hay una imagen del Señor
y si nuestra mirada es pura te veremos en cada flor.
1. SINTESIS HISTORICA DE LA ORDEN
DE LA MERCED EN CHILE (1535-1981)
En abril de 1549, como queda dicho, llegaban a Santiago los PP. Antonio de Olmedo
y Miguel de Benavente quienes se reunieron con el P. Correa que hacía algunos meses
se encontraba en dicha ciudad. La preocupación del P. Correa fue edificar casa en que
establecerse y poder recibir a los PP. que habían de venir con Valdivia. De aquí que
edificó un Hospicio al pie del curro de Huelén, inmediato a la ermita del Socorro, en
donde celebraba la Misa y adoctrinaba a los indios. Llegados los PP. Antonio de
Olmedo y Miguel de- Benavente se reunieron con el P. Correa y vivieron los tres en
comunidad. Así se fundó el primer convento y comunidad chilena, en Santiago.
Los PP. Mercedarios pierden la casa de Santiago. Mientras los PP. Mercedarios
evangelizan a los indios del sur de Chile, prestando un valioso servicio a la Iglesia
Católica y a la Orden de la Santísima Virgen de la Merced, llegan a Santiago los PP.
Franciscanos en el año 1553 y ponen sus miradas en la casa que años antes había
edificado el mercedario P. Antonio Correa, quien a 'la sazón se encontraba en el cerco
de Concepción.
El 20 de marzo de 1554 los habitantes de Santiago ven llegar a los pobladores de
Concepción, junto con ellos venían los PP. Mercedarios Correa y Benavente, con
Francisco de Villagra; pero ¿cuál no sería su sorpresa al apearse ante la ermita de
Nuestra Señora de Socorro y encontrar ermita y Hospicio ocupados por los PP.
Franciscanos?
Por los años 1556 a 1557, el P. Antonio Correa, Comendador del convento de
Santiago, firmó una escritura en la cual aceptó la donación de unas casas con siete
solares para la fundación del convento que le hizo el Capitán Juan Fernández de
Alderete.6
Formación Intelectual
Desde la fundación del Noviciado el personal fue en aumento, a juzgar por las hojas,
que se han salvado del primer libro de profesiones; pues, sólo en el año de 1592,
profesaron ocho y él año siguiente cinco.8
De los novicios que profesaron al principio de este. último decenio, salieron aquellos
coristas que, con otros de Santo Domingo y de San Francisco, asistían a las aulas del
colegio de los PP. Jesuitas de esta ciudad, siguiendo con aprovechamiento los cursos de
Artes y Teología.
Siguiendo las orientaciones de la Santa Sede y de las normas dadas por el P. General
de la Orden, los Padres de la Merced abrieron su Noviciado en el convento de San
Miguel (hoy Gratitud Nacional) y allí se dieron la tarea de formar los jóvenes religiosos
en la perfecta vida común.
Fruto de esta nueva visión de la vida religiosa fue el número y calidad de los
religiosos. El Rvmo. P. Valenzuela, su mejor exponente, se formó en este tipo de vida.
La influencia de la nueva generación de mercedarios gravitó más allá de Chile: El P.
Lorenzo. Morales es mandado a la Provincia Mercedaria de Argentina para Reformarla;
el P. Benjamín Rencoret para el Ecuador con la misma misión; y cuando el Rvmo. P.
Valenzuela llega a ser General de la Orden (1880-1911) busca en los mercedarios chile-
nos su apoyo para restablecer la Orden en Europa. Aún hoy se recuerda a los Padres,
Pedro José Ferrada, Clodomiro Henríquez, Godoy, Liñán, de Ariza, como elementos
esenciales en la obra de la Restauración de la Orden en la Iglesia.
El presente
1.— PRESENTACION
El presente Manual de. la Familia Mercedaria se basa en los elementos esenciales del
carisma y espiritualidad de la Orden de la Merced. Estos elementos son: imitación de
Cristo Redentor, el amor al prójimo en grado heroico, la defensa de la fe cristiana
amenazada, el culto y devoción a María Santísima, la Eucaristía como alma de la acción
redentora, la libertad evangélica, la oración y la mortificación.
En las novenas de nuestra Santísima Madre y de los principales Santos de la Orden
se conserva la estructura de las oraciones adaptándolas al estilo de hoy; los Gozos y
Plegarias se mantienen en su lenguaje original por considerarlos de gran valor literario y
contenido mercedario.
Además hemos incluido las Misas de la Orden pensando en la utilidad que prestarán
no sólo a nuestros religiosos sino también a las parroquias, capillas y oratorios que
tienen como titular a Nuestra Madre de la Merced o alguno de los santos.
Las pautas de reflexión de las novenas expresan el lenguaje y contenido de la
renovación conciliar; por. consiguiente, son orientaciones prácticas de carácter bíblico
teológico pastoral y de espiritualidad mercedaria.
La Orden, obedeciendo las normas del Concilio, ha revisado la Liturgia de las Horas
y las Misas propias. Ahora ofrece, a nivel de la Provincia como un aporte a todos los
hijos de María de la Merced este Manual que pretende traducir, en un lenguaje nuevo, el
mensaje perenne entregado por Nuestra Santísima Madre a San Pedro Nolasco. Por lo
tanto, sus destinatarios inmediatos son los religiosos, religiosas y laicado mercedario.
La devoción y culto a la Santísima Virgen María de la Merced, tan arraigados en el
pueblo cristiano, como también a los Santos de la Orden nos ha motivado a
confeccionar este Manual que esperamos sea de gran utilidad para el Pueblo de Dios,
especialmente allí donde, no obstante, ausente el mercedario, está presente-su
espiritualidad y su mensaje.
Agradecemos su acogida, y pedimos a Dios sea un medio de renovación evangélica y
mercedaria. Nuestro agradecimiento al Pbro. Miguel Jordá Sureda, conocedor de la
religiosidad popular chilena, por sus orientaciones prácticas en la confección de este
Manual; asimismo al Sr. Ignacio Albornoz Q., que con su servicio de escribiente facilitó
nuestro trabajo.
Fr. Carlos Alselmo Espinoza I.
Fr. Alfonso A. Morales R.
Santiago de Chile, Fiesta de la Asunción de la Santísima Virgen María, 15, de agosto
de 1981.
2.— ESQUEMA DE LA CELEBRACION DE LA NOVENA
1.- Saludo
Bendita seas, María, que al pie de la cruz en que moría tu Hijo Jesucristo, y en la
hora de supremo dolor, aceptaste generosa el cargo de madre común de los hermanos de
Jesús.
Dios te salve, María, llena de gracia…
Bendita seas, María que, aunque gloriosa en el cielo, no olvidas a los hijos que te
entregó Jesús en el calvario, te interesas por nuestra suerte y, como espléndida prueba
de tu amor, enjugas las lágrimas del pobre cautivo y reanimas su vacilante fe.
Dios te salve, María, llena de gracia…
Bendita seas, María, que manifestándonos el título de Madre de la Merced, despiertas
en nuestros corazones nuevo amor y nueva esperanza en tus bondades.
4.- Plegaria
Hechos de vida.
Pautas de Reflexión.
— Preguntémonos
¿Qué entiendo por misericordia divina? — La experiencia que tengo de Dios, ¿es de
un Padre o de un Juez severo? — ¿Qué es para mí el temor de Dios? — ¿Qué me
sugiere la conducta obseryada por Jesús con la gente de dudosa reputación? — ¿Cómo
puedo demostrar la misericordia con el prójimo? — ¿Cómo analizo el significado que
tiene para la Orden de la Merced la expresión "misericordia"? — ¿Por qué la Redención
del cautivo es la obra que resume todas las obras de misericordia enseñadas por la
Iglesia? — Recuérdalas. — ¿Por qué decimos que el título de la "Merced" es una
advocación?
— Propósito.
Examinaré mi conciencia si he sido comprensivo con las limitaciones y defectos de
las personas con quienes convivo.
— Testimonio.
Preces.
C : Oremos, hermanos, a Dios Padre que por su infinita misericordia nos ha justificado
en su Hijo Jesús, nacido de María Virgen, digámosle:
Textos: Filip. 2, 5-11; Ef. 2, 1-10; Lc. 2, 22-35; Jn. 19, 25-27.
Hecho de vida.
Pautas de Reflexión.
— Jesús es el Redentor.
Si hay una realidad que representa completamente el misterio cristiano en todos sus
aspectos es el de la redención. En efecto, Dios ha redimido a la humanidad mediante el
envío de su Hijo que tomó nuestra condición humana en las entrañas virginales de
María. Cuanto Jesús dijo e hizo tenía como fin el rescate de los hombres que gemían sin
remedio en las cadenas opresoras del pecado. La humanidad anhelante de liberación
descubre en Jesús, el Hijo del Padre e Hijo del Hombre al redentor esperado desde
antiguo. '
Jesús es redentor del hombre. Su obra redentora alcanza a toda la persona humana, a
todo el hombre, alma y cuerpo. Es el redentor de todos los hombres aún de aquellos que
no le conocen ni han oído nada de El. Nadie ha escapado al influjo de su obra redentora,
puesto que El tomó la condición de siervo, siendo contado como uno más entre los
hombres. Pero, también Jesús ha redimido la historia y la creación que estaban bajo el
dominio del pecado. Desde Jesús ambas realidades están llamadas a la libertad en
cuanto puestas al servicio del hombre redimido.
Jesús realiza la redención, en su sacrificio. La cruz y la sangre derramada por Jesús
constituyen el pago o rescate que en nombre de todos ha pagado al Padre por, la deuda
contraída por el pecado de nuestros primeros padres. El sacrificio de Jesús ha sido
ofrecido por todos y cada uno puesto que la máxima expresión del amor está en la
entrega de la propia vida por los demás. De ahí también el valor infinito y universal de
este sacrificio redentor, de Cristo. Con razón, pues, es reconocido como el Redentor
único y excelente.
—María en la pasión.
Toda la vida María aparece vinculada a la obra salvadora de su Hijo. Desde la
encarnación hasta la muerte de Jesús María es la humilde esclava del Señor. Ella medita
las palabras proféticas de Simeón en el Templo: este Niño será signo de contradicción.
Muchos se salvarán por El, pero michos se perderán. Unos lo aceptarán por la fe, otros
lo rechazarán por la incredulidad. En todo esto María compartirá esta verdadera
paradoja. Una espada de dolor atravesará su corazón de madre y de creyente.
Pero ese dolor de María tendrá su máxima expresión cuando la vemos al pie de la
cruz en que moría su Hijo. Allí María se muestra como la mujer fuerte, la madre
perseverante hasta en la aparente derrota de los planes de Dios. Se puede decir que el
dolor redentor de su Hijo es compartido activamente por el dolor de María.
—María en la Iglesia.
La madre del Salvador está íntimamente vinculada a la Iglesia peregrina,
especialmente de aquellos cristianos que se ven sometidos a duras pruebas. Su maternal
protección se hace sentir en las más duras necesidades del Pueblo de Dios. Una de esas
manifestaciones es la fundación de la Orden de la Merced para que se dedicara a visitar
y rescatar a los cautivos cristianos que gemían oprimidos por los enemigos de la fe
cristiana. Ella atiende las súplicas del joven Pedro Nolasco y le inspira una obra que es
la-cumbre de la imitación de Cristo: visitar y rescatar aún entregando la propia vida para
defender la fe amenazada de apostasía. Tal es el sentido del nombre "Merced".
Hoy también María nos reúne para reafirmar nuestra fe y obediencia al Evangelio de
su Hijo. Ella está de nuevo consolando, visitando y sosteniendo la fe vacilante y en
peligro de tantos cristianos sometidos a duro cautiverio por su fe en Cristo. María de la
Merced nos invita a preocuparnos de esa porción doliente de la Iglesia, si
verdaderamente nos reconocemos como sus hijos.
— Preguntémonos.
¿Cómo podría yo imitar la fe y la obediencia de María en medio de mis tribulaciones
y dificultades? — ¿Acepto los caminos misteriosos de Dios por los- cuales quiere
conducir mi vida? — ¿Me interesa la suerte de los cristianos perseguidos y sometidos a
la privación permanente de su libertad para confesar su fe?
— Propósitos:
Ofrezco en honor de nuestra Madre de la Merced un sacrificio, un dolor, un
sufrimiento vivido con espíritu de fe. — Me uniré al servicio redentor de Cristo
pensando en el cautiverio de tantos cristianos por ser fieles a su fe católica.
—Hecho de vida.
Entre los más sobresalientes hijos de la Merced se cuenta al glorioso mártir San
Serapio.
En el año 1178 nacía este santo religioso en Inglaterra en el seno de una familia que
volcó todos sus afanes en darle una buena educación, acorde con su condición social. El
joven Serapio sintió un especial entusiasmo por la carrera de las armas. A pesar de sus
triunfos había algo que le dejaba siempre con aquella sensación de vacío en el fondo de
su alma. De sus padres había recibido un entrañable amor a la piedad. Algo latía en su
corazón juvenil que le indicaba que era necesario conquistar otra corona de gloria
imperecedera. Era el llamado silencioso de la gracia de Dios que le invitaba a dedicarse
enteramente al servicio de Dios.
Luego de madurar en sus propósitos cristianos Serapio, ya sin lugar a dudas, se
resolvió a ingresar a la Orden de la Merced cuya finalidad debió de impactar
fuertemente al generoso joven. En el año 1222 tornaba el hábito de Santa María de la
Merced.
Como religioso mercedario Serapio estaba al tanto de la triste condición de los fieles
cristianos cautivos en manos de los enemigos de la fe. Se dedicaba con empeño a la
recolección de dineros para la redención. Muchas veces le correspondió ir en calidad de
redentor desatando las cadenas opresoras y devolviendo a los cristianos el precioso don
de la libertad.
En cierta ocasión el Santo Patriarca Pedro Nolasco designa a Serapio para ir a una
redención en Argel. Empresa siempre difícil puesto que suponía arriesgar la propia vida
por los cautivos. Se despide de sus hermanos de hábito y emprende la misión
encomendada.
Llegado a Argel realiza el rescate con el dinero disponible. Pronto ya al regreso se
presentan ante Serapio para manifestarle que están en extremo peligro y cansados de
maltratos. Ya no tienen fuerzas para seguir resistiendo y entonces no les queda más
remedio que renunciar a la fe cristiana. Serapio se conmueve y ve aquí la ocasión de
practicar al máximo la caridad redentora. Se queda en rehenes mientras los cautivos
obtienen su libertad. Allí anima, consuela y fortalece la tambaleante fe de los cautivos.
Pero un día, viendo el rey moro el bien que hacía Serapio entre los infieles- cautivos
e irritado por no poder silenciar al celoso hijo de María de la Merced, lo condenó a
morir en un aspa. Le fueron arrancando uno a uno los miembros del cuerpo instándole a
renunciar a su fe. Mutilado horriblemente Serapio entregó su espíritu al Señor sin haber
renunciado a su fe. Esto acontecía en 1240.
San Serapio había imitado al Redentor en forma plena, pues, por amor a los cautivos
se quedó en rehenes y entregó su vida al martirio. Hijo de la Orden que María de la
Merced instituyó para ir en alivio de los pobres cautivos cristianos.
Preces.
+Mesías sufriente, que consolaste a las santas mujeres en el camino del calvario:
haznos comprender que. debemos llorar nuestras infidelidades y pecados.
+Jesús Nazareno, que tuviste la compañía de María, tu madre, y de Juan, el discípulo
predilecto:
danos un corazón compasivo con el dolor del prójimo, especialmente con los que
sufren por ser fieles a tu evangelio.
+Hijo del Hombre, reconocido por el capitán romano como verdadero Hijo de Dios:
ayúdanos a reconocerte en los sufridos y despreciados de este mundo.
+Jesús, que entregaste tu espíritu al Padre y nos mostraste la suprema prueba de tu
amor redentor:
haz que con María, la Madre Dolorosa, aceptemos la muerte como un paso que nos
conduce a la vida verdadera.
+Cristo, que constituiste a tu Iglesia- como signo e instrumento de salvación
para el mundo:
fortalece la fe de los cristianos perseguidos, y por intercesión de María de la
Merced, alivia sus sufrimientos.
C : Oh Señor,
que nos diste en María un modelo de fortaleza y de fidelidad, frente a la dura
prueba del dolor; .
concédenos la gracia de encontrar en los padecimientos una prueba de tu amor que
redime. Te lo pedimos por Jesucristo, Nuestro Señor.
T : Amén.
3.— MARIA MODELO DEL CREYENTE
Textos: Gén. 12, 1, 9; 15, 5-6, 22. Le. 11, 27-28; 8, 21.
Hecho de vida.
Pautas de Reflexión.
— Crecimiento de la Fe en María.
La vida terrena de nuestra Madre la Virgen María transcurrió bajo el velo de la Fe;
de una Fe que no veía ni comprendía, pero que obedecía. Su vida terrenal fue una severa
prueba de Fe. "Su peregrinar en la tierra está lejos de la condición de los
bienaventurados, de la precocidad y de los éxtasis de una anticipada contemplación". En
la vida de María existieron las pruebas de la Fe, de la angustia y de la trepidación.
A pesar de estar llena de gracia desde su primer instante de su existencia, María
crece ante Dios y en el fervor a medida que se desarrolla su vida física, y la riqueza de
su vida interior se manifiesta exteriormente con el despertar de sus facultades
perceptivas y las circunstancias ambientales.
—Preguntémonos.
¿En qué forma el Concilio Vaticano II nos ha acercado a María? — ¿Qué entiendo
por educar la Fe? — ¿Cuáles serían los medios para hacer crecer mi fe? — ¿Qué
obstáculos fundamentales se encuentran en la práctica de la Fe hoy? — ¿Cómo y por
qué María Santísima es Maestra de Vida del cristiano? — ¿Cómo puedo hacer del día
vivido una experiencia de Dios? — ¿Existen cristianos hoy en los que peligra su Fe? —
¿Me preocupa vivencialmente la situación de estos cristianos?
—Propósitos:
Procuraré hoy informarme a través de los medios de comunicación sobre la
persecución de la Iglesia en alguna parte del mundo. Rogaré por la Fe de los cristianos.
—Testimonio.
Preces.
Texto: Apoc. 21, 1-8; 2 Tim. 2, 8-13; 2 Tim. 4, 1-8; Lc. 1, 67-79; Lc. 4, 16-21.
Hecho de vida
Pautas de Reflexión
María es hija de Israel, el pueblo elegido por Dios para que le alabara y sirviera como
al único Dios vivo y verdadero, como al único
Señor de la historia y .de la creación. Dios, al mismo tiempo, se comprometió a
salvar a su pueblo y por medio de él a todos los pueblos de la tierra. Dios selló un pacto
con Israel en los términos siguientes: "yo seré tu Dios y tú serás mi pueblo". Así la
alianza entre Dios e Israel se constituye en la realidad central de la historia de Israel.
De este pacto amoroso de Dios con Israel hay mutuos compromisos: Dios promete la
salvación definitiva, una tierra y un cielo nuevo dónde cesará el dolor y la muerte. Israel
promete poner en práctica los mandatos del Señor, permanecer fiel a Yavé como el
único Señor y guardar la alianza para siempre. Ambos vivirán en mutua fidelidad.
Así María, la Virgen de Nazaret, participa de esta promesa salvadora, comparte las
promesas de Dios y vive en la fidelidad amorosa aquella alianza que Dios había hecho
con sus antepasados.
Alguien ha dicho que la esperanza es una virtud olvidada entre los cristianos, y sin
embargo, la enumeramos como una de las virtudes teologales junto a la fe y la caridad.
No se trata de confundirla con cualquier anhelo o ilusión pasajera. El que espera sabe lo
que espera. Y por eso es inherente a la esperanza una cierta actitud anhelante, se espera
con deseo de alcanzar pronto lo que se espera.
Miremos a María, nuestro modelo de esperanza. Ella espera algo muy precioso como
es la salvación de los hombres. Después del anuncio del Angel Gabriel, María espera
pacientemente el fruto bendito de sus entrañas, el Mesías prometido. Ella sabe que está
cooperando en los planes de Dios. Mientras su hijo crece Ella aguarda la salvación para
todos. No sabe cómo se realizará pero Ella está en espera constante. Esa esperanza le
lleva a guardar las palabras de su Hijo, a vivir en una nueva dimensión su condición de
creyente. Es la esperanza que mueve a María a estar al pie de la cruz. Dios cumplirá su
promesa aunque pase por la muerte de su Hijo. María está con la comunidad de los
discípulos en espera del don del Espíritu Santo. Ella es la primera creatura que comparte
plenamente la gloria de su Hijo. Es la resucitada que en cuerpo y alma es llevada a la
Patria que tanto esperó en la tierra.
La esperanza cristiana será, como en María, un constante anhelo de ver los cielos
nuevos y la tierra nueva que desde ahora podemos empezar a construir. Buscar los
bienes del Reino de Dios en medio de los hombres, he ahí la tarea del cristiano animado
de la esperanza.
— Preguntémonos
¿Soy hombre o mujer de esperanza en la salvación no sólo mía sino de los demás?
¿En qué se muestra que soy un cristiano animado de esperanza? ¿En qué podría imitar a.
María, como modelo de esperanza? ¿Estoy dispuesto a renunciar a mi propio bien para
consolar, visitar o librar a otros de sus opresiones?
— Propósito
En las necesidades me voy a encomendar a María de la Merced con la confianza de
ser su hijo.
— Testimonio
Preces.
C : Dios no abandonó a la humanidad' a su suerte a pesar de haberse apartado de su
Creador por la desobediencia de nuestros primeros padres. Al contrario, solícito fue
preparando la venida del Salvador manteniendo viva la esperanza de ser un día
completamente liberada de la corrupción y la muerte. Animados por esta esperanza
supliquémosle diciendo:
T : VENGA A NOSOTROS TU REINO, SEÑOR.
Señor, tú que prometiste que una mujer quebrantaría la cabeza de la serpiente
engañadora:
fortalece nuestra esperanza en tus promesas salvadoras para que construyamos tu
reino de paz, justicia y verdad.
Dios misericordioso, que elegiste a la humilde esclava como Madre del Redentor:
haz que vivamos como ella cooperando en la redención de los hombres.
Señor de la historia, sin principio ni fin, que en Jesús de Nazaret te manifestaste
como Dios salvador:
te pedimos por los que trabajan en la construcción de un mundo mejor, para que
descubran en Ti el sentido y fin de cuanto realizan.
Dios de consuelo, que saciaste el hambre y sed del pueblo peregrino en el
desierto:
haz que sintamos hambre y sed de justicia mientras caminamos al cielo nuevo y a
la tierra nueva donde no habrá llanto ni dolor.
Señor, que preparaste un pueblo para enviarnos al Mesías esperado:
fortalece nuestra esperanza para alcanzar la plena libertad de los hijos de Dios,
a ejemplo de María, nuestra Madre.
+ Dios salvador, que derribas de su trono a los poderosos y enalteces a los humildes
y pobres:
enséñanos a consolar a los afligidos, fortalecer a los débiles, servir a los pobres y
liberar a los oprimidos.
C : Oh Dios,
esperanza de los pobres, consuelo de los tristes;
te pedimos que levantes la esperanza de los desesperados
y nos hagas mensajeros de la buena noticia de salvación
movidos por el ejemplo de fortaleza y fidelidad de María, la Virgen de la
esperanza.
Te lo pedimos por Jesucristo nuestro Señor.
T : AMEN.
Textos: Gén. 22, 1-2; 9, 15-18. Lc. 10, 25-37. Rom. 31-38.
Hecho de vida
Pautas de Reflexión
— Dios se revela como misterio de amor
El misterio de Dios, del hombre y del universo es un misterio de amor.
El amor de Dios tiene una dimensión histórica, y por eso, es un acontecimiento que
el hombre debe descubrirlo en la vida; tiene una dimensión personal que cada hombre
debe reconocerlo en los hechos. Este amor como se revela, es difusivo y se extiende a
todos porque es universal; es efectivo y delicado y se adapta a todos; es misericordioso
porque da y exige perdón de las ofensas.
La máxima expresión del Amor de Dios es Cristo dado a la humanidad coma el
"Emmanuel" o el Dios con nosotros.
A la base de las relaciones personales entre Dios y el hombre está el mandamiento
que el Señor ordena observar en su alianza: "yo Yavé soy tu Dios" Ex. 20, 1. "Amarás
al Señor tu Dios con todo el corazón" (Mc. 12, 28-31).
— Preguntémonos
Las relaciones personales con Dios ¿están basadas en el amor o en el temor? ¿Por
qué decimos que el amor de Dios es Salvador? ¿Cómo puedo reconocer en mi vida que
realmente amo a Dios? ¿Me es difícil perdonar cuando alguien me ofende? ¿Qué
esfuerzos personales hago para crear con la Iglesia la "Civilización del Amor"? ¿Por
qué la Orden de la Merced ha sido "original" en la práctica del amor al prójimo?
— Propósito
Para demostrar mi amor a María Santísima de la Merced realizaré un acto concreto
de caridad con un necesitado.
— Testimonio
El año 1838 nace en Santiago de Chile, Manuel Chiessi Uriarte que con el tiempo
sería una de las figuras que pasarían por los claustros mercedarios en las últimas
décadas del siglo XIX
Sus padres fueron Don Mateo, ingeniero norteamericano y Doña Rita, orgullo de la
sociedad de su tiempo por su abolengo y más por su virtud.
Manuel desde niño descolló por su piedad, su caridad para con los pobres y
desvalidos, quitándose más de una vez el pan para ofrecerlo a otros niños indigentes. Su
amor filial a la Santísima Virgen fue otra de las características desarrolladas a través de
su vida. Muchas veces su madre preocupada por la ausencia del chico lo sorprendió
orando ante una imagen de la Santísima Virgen.
Joven aún, toma el hábito de la Merced en Valparaíso en 1854, para pasar después de
un tiempo de aspirante al Noviciado de la Merced de Santiago, donde inicia su
experiencia religiosa bajo la conducción del hábil y prestigioso sacerdote Fernando
Leiva y ayudado por el Padre Bartolomé Reyes. El año 1857, 31 de agosto, emite sus
votos ante el Provincial y Obispo electo Fr. Francisco de Paula Solar, que ocuparía la
diócesis de Ancud (Lib. 7 de Profesionales, fjs. 32).
Realizó sus estudios eclesiásticos con las características de un joven piadoso,
humilde y mortificado, y que no abandonó en el ejercicio de su vida religiosa y
sacerdotal.
Ordenado sacerdote el 23 de septiembre de 1871, se dedicó en Santiago al ministerio
del confesionario, con celo, paciencia y caridad; sin embargo la acción religiosa y
pastoral tendría un vasto campo en la ciudad de Melipilla, iniciada en 1879 al ser
nombrado Superior del convento de aquella ciudad.
La Iglesia de la Merced fue la predilecta y más concurrida. Los fieles acudían a
escuchar al P. Chiessi, que en forma sencilla y convincente, hablaba de la Eucaristía y
de María Santísima de la Merced.
Su caridad inmensa se hizo extensiva a los lugares más apartados de Melipilla.
Su amor hacia los necesitados llegó hasta el extremo de quedarse muy a menudo sin
alimento; los mendigos, las viudas y los encarcelados supieron del amor mercedario
entregado por el religioso.
En 1887 se desarrolló el flagelo del cólera, y el gobernador de Melipilla le pregunta
"si está dispuesto a prestar los auxilios espirituales". El mercedario le responde en carta:
"Mi voluntad está como siempre dispuesta a servir a la humanidad entera, sin distinción
de clases; sólo sí con preferencia de los más abandonados, tanto más cuanto se trata de
ejercer la santa caridad. ¿Cómo me podría negar? ¿Qué dirían de mí el buen Dios y mi
Santísima Madre de Mercedes? Los mercedarios somos Padres de Caridad y debemos
ejercerla aún a riesgo de nuestra propia vida" (Carta del P. Chiessi al Gobernador de
Melipilla, Vicente Prieto Puelma).
Consecuente con sus palabras el religioso cumplió su misión durante el flagelo del
cólera hasta el heroísmo.
La acción apostólica del religioso fue sublime y heroica.
Recorrió veinte y más leguas a pie misionando por los campos llevando los auxilios
religiosos a los sencillos campesinos. En todas estas actividades le acompañaba una
imagen de la Virgen de la Merced, Nuestra Madre.
Para él, María era el consuelo en sus aflicciones, el lenitivo en sus dolores y la
dispensadora de celestiales favores, sobre todo, cuando trataba de convertir a cristianos
alejados de Dios. No es de extrañar que su paso de esta vida a la otra fuera un sábado 9
de diciembre de 1893.
El P. Manuel Chiessi vivió como el fundador de los mercedarios con la experiencia
de un triple amor: A Dios, a María y al prójimo.
Hecho de vida.
Pautas de reflexión.
Orar es conversar con Dios amándole. Es un trato íntimo con Aquel que nos ha
creado y redimido. Por eso, la oración es gratitud, alabanza, bendición, diálogo amoroso
del hijo con su Padre. También la oración es súplica, petición.
Jesús no sólo nos invitó a orar siempre y con plena confianza sino también nos
enseñó con su propia vida y palabras a orar. El modelo excelente de la oración es el
Padrenuestro.
Pero María es también modelo de la Iglesia y del cristiano orante. Su alma de orante
se deja ver en el canto del Magníficat. Allí María se nos muestra como un espíritu
profundamente creyente exuberante en expresiones de glorificación a Dios, un canto de
humildad, de fe y de esperanza. En esa oración mariana confluyen el gozo del Antiguo
Testamento ante la realización de las promesas mesiánicas y la voz de la Iglesia
representada en María.
María es la Virgen orante cuando suplica confiadamente ante su Hijo remedio para
una necesidad temporal como era la falta de vino en las Bodas de Caná. Allí María
provoca la manifestación primera de su Hijo que realiza el primer signo milagroso en
favor de la fe inicial de los apóstoles en El (Jn. 2, 1-11).
María aparece acompañando a la Iglesia naciente también en oración. Ella
perseveraba con los apóstoles en la oración (Hech. 1, 14). Así María es presencia orante,
modelo de la Iglesia, no sólo de aquel tiempo sino también de todos los tiempos. Ahora
en la gloria junto a su Hijo,
Ella no olvida ni abandona a los hermanos de su Hijo que aún peregrinan entre
dolores y alegrías en este mundo.
Al igual que María, la Iglesia es también virgen orante porque no cesa nunca de
presentar súplicas y ofrendas al Padre por medio de Cristo y animada del Espíritu Santo
por la salvación del mundo.
Toda la vida del creyente es y debe ser una constante oración puesto que es el fruto
del amor. Pero toda experiencia humana necesita de momentos fuertes o especiales
donde se exprese con mayor claridad ese amor transformado en oración. Así lo
descubrimos en María.
Hay una fuerte experiencia orante en la Presentación del niño Jesús en el Templo.
María y José van al templo a dar gracias y a ofrecer al Primogénito comportándose
como cualquier matrimonio judío. Podemos imaginar cómo meditaría María cuanto le
decía el Profeta Si-meón acerca del futuro de su Hijo. Para ella esta ida al templo era un
alto en el diario quehacer y una mayor vivencia de Dios en el lugar destinado_ a la
oración de la comunidad. Allí María ofreció a Dios el don de su Hijo como una pobre
entre los pobres.
Ya hemos mencionado la oración de María en las Bodas de Caná. Una necesidad
temporal es percibida por ella y presentada a su Hijo con la plena seguridad que no le
será negado_ lo que pide. María suscita la ocasión del primer signo de su, Hijo y una
confirmación de la fe de los discípulos. Resuena la palabra de María "Hagan lo que El
les diga" como el verdadero sentido de su súplica.
María está al pie de la cruz. Podemos imaginar cuál sería la actitud interior de esta
mujer, fuerte. Se mantenía en pie para indicarnos que la fe y. la esperanza puestos en
Dios nunca defraudan. Si su Hijo estaba allí por amor al hombre, María lo estaba para
acompañarlo como la Iglesia.
Y María con la Iglesia en oración. He aquí otro hecho significativo. María y la
Iglesia se requieren mutuamente, porque la Madre de Jesús es modelo ejemplar en la fe.
Y como María entró en una historia.
— Preguntémonos:
¿De qué manera podría imitar la oración redentora de María? — ¿Me interesa
vitalmente la situación de los cautivos y oprimidos? — ¿ Es mi oración un canto de
gratitud por las maravillas salvadoras que Dios ha hecho en favor de la humanidad? —
¿Me compromete más la oración a María de la Merced en el plan salvador de su Hijo
Jesús?
— Propósito.
Saludar a María con Ave María en cualquier momento del día y ofrecer un sacrificio
por la conversión de los pecadores.
— Testimonio.
Textos: Ex. 15, 2-17. Lc. 4, 16-21;. 1, 46-56; 1, 67-69. Gál.: (4-4-7); 5, 1, 13-24.
Hecho de vida.
Pautas de Reflexión.
— Libertad cristiana.
Para el cristiano la liberación radical es la del pecado original, personal y social. Es
una energía puesta al servicio de un ideal, es una responsabilidad frente a los otros, es la
capacidad de autodeterminarse por motivos válidos y auténticos; para el cristiano,
finalmente, es Jesús muerto y resucitado.
En el plano de Dios existe un proyecto de libertad que la coloca al servicio del
hombre y de su historia. El libera al hombre siempre según la Biblia. En la plenitud de
los tiempos, El envía al mundo a su Hijo Jesús como Salvador. Así lo revela el mismo
Jesús en la Sinagoga de Cafarnaún (Cfr.: Lc. 4, 18-19). La liberación bíblica abraza toda
la persona, pero ella se juega radicalmente en el corazón, desde él se extiende a todo el
ser del hombre y a su ambiente. En el Nuevo Testamento la libertad se realiza en la
adhesión a Cristo en la presencia del Espíritu: "Donde está el Espíritu del Señor está la
libertad" (21 Cor. 3, 17). Para San Pablo la libertad constituye la vocación del cristiano
(Gal. 5, 13).
Liberarse del pecado, de la muerte y de la ley es la meta del hombre. Por estos
impedimentos esclavizantes Jesús murió y resucitó. Ahora bien si esta es la condición
del cristiano liberarse del pecado, de la muerte, de la presunción y de las tensiones del
legalismo, y sobre todo, vida nueva en Cristo y en el Espíritu, no hay quien no vea en
María la realización ideal de la vocación del creyente. La Iglesia ve en María su
vocación a una experiencia profunda de libertad y a un compromiso de liberación del
hombre de todo tipo de esclavitud.
— Preguntémonos.
Analicemos los conceptos: Libertad, Esclavitud, Cautiverio. ¿Por qué se dice que la
libertad se construye poco a poco? — ¿En qué consiste la liberación proclamada por el
Evangelio? — ¿Cuáles serían concretamente los tipos de esclavitudes detectados por el
Concilio Vaticano II en las sociedades de hoy? — Yo como persona ¿cuándo puedo
decir que soy libre? — ¿Cómo se manifiesta la libertad en Jesús y en María? — ¿Qué
puedo hacer concretamente por alguien que realmente es esclavo de algo?
— Propósito.
Trataré de interesarme por el Carisma y Espiritualidad de la Orden de la Merced para
colaborar en alguna de sus obras de carácter. liberador.
— Testimonio.
Cautivo se llamaba en la Edad Media a la persona que caía en poder de enemigos que
profesaban distinta religión. "El cautiverio era considerado como la mayor de todas las
desgracias". El infeliz era despojado de todas las felicidades humanas. Tomado cautivo
se le despojaba de sus vestidos, le colocaban un saquillo y le llevaban descalzo por la
calle. -La captura podía ser en cualquier sitio, mar, tierra; a veces era toda la familia la
que caía cautiva. Frecuente era que la familia se desintegrara pues uno compraba al
padre, otro a la madre, otros los hijos.
El sufrimiento dependía del destino que se le daba: el que era destinado a bogante o a
la labranza en el interior del desierto era el más cruel y duro.
Los malos tratos tanto de palabra como de obra que se infligían al cautivo eran muy
grandes: lo apaleaban, azotaban, le arrancaban los dientes, otras veces le arrancaban las
orejas, otras, las narices; a las mujeres se les obligaba a tomar alimentos por la fuerza
para engordar, ya que la estética oriental consideraba la gordura de las mujeres esen-
cialmente unida a su belleza. Muchas de ellas se vieron en la necesidad de defender
violentamente su honestidad, siendo víctima de trágicos episodios (P. Ribera.
Redención de Cautivos, pág. 23-24).
El P. Gazulla, mercedario, dice que el que caía cautivo para aliviar sus males o era
rescatado o renegaba de su fe; y el laico Esteban de Corbera a comienzos del siglo
XVII, afirma "que los sufrimientos con ser tan grandes en el_ cuerpo, no pueden
compararse con los peligros del alma: allí se ven cercados por enemigos de Dios y de la
Fe cristiana; les persuaden que abandonen la. Fe con asperezas y rigores, o les ofrecen
bienes y comodidades temporales. Los tristes cautivos encerrados en hediondas
mazmorras están sumergidos en un abismo de desventuras, sin libertad, ni consuelo y
con el peligro de perder su Fe cristiana" (Vida de Santa María de Cervellón, E.
Corbera, 1629).
Los modos de conseguir la libertad podían ser: comprando el rescate mediante el
dinero, mediante el canje de cautivos, poniendo rehenes hasta entregar el precio
convenido, por generosidad del patrón, dándose a la fuga.
Los mercedarios fundados para la redención, usaron ordinariamente el dinero para
rescatar cristianos; también fue frecuente que quedaran en rehenes ellos mismos, con
mucha probabilidad de ser muertos por los moros. El mercedario que iba a redimir sabía
de antemano que su muerte si era ocasión de liberar a cristianos, cuya Fe estaba en pe-
ligro, era un deber evangélico ofrecerla. Así fue. El medio económico para el rescate de
cautivos cristianos, fue muy importante para la Orden. El dinero que conseguían los
mercedarios provenía de "limosnas de los fieles, de limosnas recogidas por la Orden
mediante más religiosos y sus laicos tanto en Europa como en América", después de
su incorporación a España, los mostrencos (eran aquellos bienes o animales que no
tenían dueño propio y que la Orden podía reclamar por Privilegio para el rescate de
cautivos), los ayutorios (dineros que se entregaban con destino fijo para el rescate de
personas determinadas) y las rentas fijas.
La dinámica o proceso de redención de cautivos se iniciaba con la predicación de
ella en todas partes especialmente en iglesias y lugares públicos, con ello se perseguía el
interés de parte del pueblo cristiano y su colaboración material y espiritual. Nombrados
el o los religiosos redentores por el Capítulo General o por el jefe máximo de la Orden,
ésta pedía el salvoconducto de la autoridad del monarca español para entrar en tierra de
moros. Una vez allí se ponían en contacto con los cautivos mediante los mismos moros.
Los religiosos conocían por sus visitas el estado humano moral y espiritual de los
cautivos. Eran visitas para confortarlos en la Fe y darles la esperanza de que serían
liberados. La actitud del mercedario fue siempre un gesto y un hecho profético de
genuino significado evangélico (Le. 4, 16-22).
Para el rescate los redentores dieron siempre preferencia a los cris-
tianos más débiles en la Fe, y a los niños, mujeres y ancianos.
Hecha la redención regresaban en barco los redentores con los redimidos a algunos
de los puertos del Mediterráneo, especialmente al de Barcelona. Una vez en tierra, eran
llevados en medio de un concurso de gente al Hospital que Ia Orden tenía. Desde aquí
se les sacaba a la Iglesia para dar gracias a Dios y a María Santísima, inspiradora prin-
cipal de esta obra de Merced o Misericordia, por haber sido liberados del cautiverio.
Algunas veces los religiosos salían con redimidos para hacer ver al pueblo la dureza y
crueldad con que los moros los trataban a ellos y a los que quedaban en rehenes.
La Orden de la Merced si era providente en el proceso del rescate, no lo fue menos
después de haber liberado los cautivos. Las Constituciones primitivas (1272) así lo
atestiguan: "Los cautivos redimidos por los frailes harán sacramento y homenaje al
Maestre (Superior General) o a los que hubieren redimido, prometiendo que no se
separarán del servicio de la Orden hasta pasado el tiempo que se les señalare para ello.
Y durante ese plazo rasúreseles la barba y el fraile que los condujere déles lo que
necesitaren sin murmuración ni tacañerías. Y al fin de ese plazo vuélvaseles a rasurar la
barba y córteseles el cabello. Désenles vestidos nuevos conforme al clima de la estación
entonces reinante con dinero para sus gastos para que se vayan a sus tierras con gozo
y alegría" (0.C. Cap. 21).
Este fue el modo de actuar de los mercedarios mientras hubo cautivos privados de
su libertad por ser cristianos. La espiritualidad redentora y mariana, los llevó a hacer del
mandamiento del Amor Evangélico originales en él, de ese amor que se llama "Carisma
Mercedario".
— Oración de los fieles.
Preces
C : Hermanos, elevemos nuestras súplicas al Señor que fue enviado a la tierra para
proclamar la liberación a los cautivos y anunciar la Buena Nueva a los pobres,
digámosle:
T : Hijo de María, Sálvanos.
+Tú, que para ser enviado al mundo necesitaste del consentimiento de María
Virgen:
Enséñanos a tomar nuestras decisiones con libertad.
+Tú, que al llegar la plenitud de los tiempos naciste de mujer, para rescatar
al hombre sometido a la ley y hacerlo tu hijo adoptivo:
Enséñanos a construir nuestra libertad erradicando el pecado que nos esclaviza.
+Tú que con tus padres viviste sometido a la Ley de Israel:
Haz que sepamos descubrir el espíritu de amor en el cumplimiento de nuestros,
deberes.
+Tú, Señor, que declaraste bienaventurados a los que sufren por causa del
Evangelio:
Fortalécelos en la fe y anímalos en la gozosa esperanza de liberación.
+ Tú, Señor, que en María encontraste la portadora de la salvación y nos enseña
cómo Tú nos liberas:
Conviértenos en testigos de tu amor que hace libre.
+Tú, Señor, que nos diste la prueba máxima de amor en la cruz y asociaste a María
en tu sacrificio:
Te encomendamos a nuestros hermanos de la Iglesia del Silencio para que
obtengan la libertad y den testimonio de fidelidad al Evangelio.
+Tú, Señor, que has entrado en nuestra Historia y en María nos revelas tu
intervención a favor de los humildes, débiles y pobres:
Ayúdanos a comprender nuestras limitaciones en la construcción de tu Reino.
C : Dios Padre que creaste al hombre y lo liberaste después de su pecado por la Muerte
y Resurrección de Jesús, enséñanos a estimar el valor de la libertad evangélica.
Te le pedimos ...
T: Amén.
Hecho de vida.
Pautas de Reflexión.
— El discípulo de Cristo.
El anuncio programático de Jesús está expresado en estos términos: "El Reino de
Dios está cerca. Convertíos y creed en la Buena Nueva" (Mc. 1, 14-15). Sin lugar a
dudas Jesús genera en torno a sí y a su
doctrina un movimiento de admiración e incluso fascinación. La gente se admira
frente a sus milagros, su enseñanza con autoridad, su acogida (a los pecadores, su
persona y su palabra.
Así surge un grupo de discípulos que quieren seguir a Cristo. Estos han sentido el
impacto de la invitación de Jesús: "Ven y sígueme". Seguir a Jesús es un don que se
desarrolla en la fe y la. obediencia a su evangelio.
El seguimiento de Jesús implica también imitarlo. Quiénes dejan todo por seguir a
Jesús se proponen imitar su estilo de vida, particularmente bosquejado en el Sermón de
la Montaña. El discípulo se esfuerza por imitar a su maestro, y Jesús es el Maestro por
excelencia. El quiere enseñar el camino para llegar al Padre.
— Preguntémonos.
¿Me considero un discípulo de Cristo? — ¿Vivo conforme a las exigencias de mi
vocación cristiana? — ¿Qué hago por seguir e imitar a Cristo? — ¿Qué virtud de la
Virgen María me impresiona más en la línea del seguimiento de Cristo? — ¿De qué
modo puedo iluminar con el Evangelio mi vida personal y social?
— Propósitos:
Voy a leer y meditar el Sermón de la Montaña (Mt. 5, 1 ss.) para reafirmar mi
compromiso cristiano y ser mejor discípulo de Cristo e hijo de María. Pídele que Ella te
enseñe a meditar, guardar y practicar la Palabra de Dios.
— Testimonio.
En 1583 nacía en un pueblo de España llamado Jadraque el cuarto hijo del cristiano
matrimonio formado por Don Miguel Urraca y Doña Magdalena García el que sería
motivo de honor y distinción de la Orden de la Merced, el venerable religioso Pedro
Urraca.
Formado cristianamente por el testimonio de sus padres, el niño crece en el amor a
María Santísima y en el ejercicio de la oración frecuente (de ese hogar salieron dos
sacerdotes). Dos de sus, hermanos mayores ingresan al seminario y llegan al sacerdocio.
Dios iba preparando el alma de Pedro. A los 10 arios pierde a su madre, hecho que
llena de congoja al hogar de los Urraca. Otra circunstancia, cuando el joven adolescente
cumplía 15 años, es la partida de su hermano Francisco, religioso franciscano, a la tierra
americana, concretamente Quito-Ecuador. Lazos profundos ataban a los dos hermanos,
y muy pronto parte también Pedro a América para continuar sus estudios junto a su
hermano. Después de un accidentado viaje llega finalmente a Quito.
Ya había en su corazón una secreta llamada. Intensifica su plegaria a la Madre de
Jesús y a la Eucaristía. Se preguntaba lo que Dios quería de él. Los dominicos,
franciscanos, jesuitas y agustinos le invitaban a ingresar a sus comunidades, pues, era
notoria su virtud. Su hermano le retenía instándole a buscar el lugar donde Dios lo
quería. Pero también, el joven Urraca buscaba una comunidad donde María siguiera
siendo el centro de su amor.
Movido por estos pensamientos visita frecuentemente la Iglesia de la Merced de
Quito. Una mañana, mientras Pedro se ocupaba de la oración a la Madre del Salvador,
ve salir a la comunidad de los religiosos a la Capilla mayor a hacer la oración. Sus ojos
contemplaban extasiados la sagrada imagen de la Merced con el Niño que de pronto
parece indicarle con su mano derecha algo. Asombrado por este hecho extraordinario
Pedro dirige su mirada a la comunidad que lentamente va haciendo abandono del lugar
santo e introduciéndose en el claustro. Una vez que había salido el último religioso,
María de la Merced fijando sus ojos en el joven Pedro le indica con la mano que siga a
la comunidad.
Así ingresó a la Orden el que sería un ejemplo de seguimiento e imitación de Cristo.
Desde entonces experimentó el gozo de pertenecer a una Orden religiosa donde María
ocupaba el centro. La Iglesia ha reconocido en el venerable Padre Pedro Urraca un
ejemplo de santidad, un modelo de excepcionales virtudes, un amante eximio de María
y de la Santísima Trinidad.
Vivió en el convento de la Merced de Quito y luego en Lima edificando con su
santidad de vida. Un 7 de agosto de 1657 entregaba su alma al Señor cuya Pasión y
Muerte había meditado y vivido tantas veces. Desde entonces Fr. Pedro Urraca atrae
miles de fieles que meditan silenciosamente su vida ante su tumba en la Basílica de la
Merced de Lima.
Preces
C : Congregados por la Palabra de Dios, nuestro Padre, e invitados a la fe y la
conversión por Cristo, el Hijo de María Virgen, y animados por la fuerza del
Espíritu Santo presentemos nuestras súplicas diciendo:
T : Jesús, camino, verdad y vida, escúchanos.
+Señor, que quieres que todos los hombres se salven, haz que cuantos formamos la
Iglesia imitemos el- ejemplo de la primera comunidad cristiana:
en la escucha de tu Palabra, el amor mutuo, la oración y la mesa eucarística.
+Padre Santo, cuya misericordia no tiene límites, dígnate concedernos por los
méritos de tu Hijo y por la intercesión de María, su madre:
una vida santa a ejemplo de Jesús que buscó y realizó siempre tu voluntad.
+ Oh Dios, tu Palabra encarnada nos revela el misterio escondido desde toda
eternidad:
permítenos descubrir en Jesús el camino, la verdad y la vida a ejemplo de María,
su madre.
+Dios eterno, derramaste con abundancia el 'don de tu Espíritu en tu Hijo Jesús y lo
proclamaste "tu hijo amado":
ayúdanos a vivir como templos del Espíritu Santo y a dejarnos conducir por sus
inspiraciones.
+Señor, que permaneces fiel a tus promesas a _pesar de nuestras infidelidades y
negaciones:
enséñanos a guardar fielmente tu Palabra y a vivir como auténticos discípulos de tu
Hijo, animados por el ejemplo de la Virgen fiel.
+Dios creador, cuyo amor cuida providentemente de todo cuanto existe y en Cristo
has recreado todas las cosas:
concédenos trabajar en la transformación del mundo nuevo animados del espíritu
redentor y mariano, especialmente consolando a los' que sufren.
C : Oh Señor,
Jesucristo nos ha dado la vida nueva de la gracia,
te pedimos, por intercesión de María, su madre,
seguir e imitar sus inspiraciones
para que te agrademos con nuestras obras y alcancemos la vida que no tiene. fin. Te
lo pedimos por Cristo, nuestro Señor.
T : Amén.
Hecho de vida.
Pautas de Reflexión.
—Preguntémonos.
¿Qué sentido tiene para mí la Pascua de Jesús? — ¿En qué `forma conjugo el
sufrimiento con la alegría cristiana? — ¿Somos realmente felices los cristianos? — La
misa dominical ¿me ayuda a vivir cristianamente el resto de la semana? — Las fiestas
marianas de la Iglesia ¿son medios para conocer el puesto que la Virgen ocupa en mi
vida de cristiano? — ¿Cómo podría tener experiencia de Dios a través de María
Santísima? — Si me agrada la advocación de María bajo el título de la Merced ¿me
intereso por expandir su devoción y culto?
—Propósito.
Trataré, con la ayuda de la gracia, de combatir el defecto dominante en mi vida para
iniciar mi conversión a Dios.
Testimonio:
La Fiesta de la Merced en Petorca.
Escondido entre cadenas de montañas se encuentra el pueblo de Petorca, en la parte
norte de la provincia de Aconcagua. En otros tiempos fue un pueblo floreciente sobre
todo gracias a la actividad minera. Del corazón de la mina del Rosario extraían plata,
oro y otros metales. De las tierras del valle de Petorca, regadas por el caprichoso río del
mismo nombre, los cereales y frutas como también la crianza de animales.
Petorca y sus alrededores contradicen la aridez y sequedad de sus cordones
montañosos que lo cobijan y aíslan del resto. Es como entrar
en otro mundo cuando el viajero traspasa el túnel la Grupa y deja a sus espaldas el
fértil valle de Cabildo.
En el centro de este pueblo se encuentra el templo parroquial donde se venera a
Nuestra Madre de la Merced. Es el recuerdo silencioso de la abnegada labor de los
misioneros mercedarios, quienes lograron inculcar en los habitantes de este pueblo
sufrido, un amor duradero hacia la Madre de Jesús.
En el lejano pasado de este pueblo se narra el milagro patente de la Virgen Blanca
que salvó a sus habitantes de la inundación del río que en inviernos lluviosos se
convierte en terrible amenaza. En medio del peligro los petorquinos hicieron un voto de
celebrar su fiesta con la mayor solemnidad cada año.
La promesa de Petorca a su Madre de la Merced no ha dejado nunca de cumplirse.
Cada septiembre este pueblo adormecido cobra vida. Sea el mismo 24_ de septiembre, o
el domingo siguiente, el pueblo entero está de fiesta. Desde temprano empiezan a llegar
los bailes chinos que saludan a su Madrecita de Mercedes con el canto y la danza. Los
vecinos se esmeran por tapizar la calle por donde pasará la procesión con el más variado
colorido de las flores del lugar, convirtiéndola en una interminable alfombra de pétalos.
La procesión recorre prácticamente todo el pueblo. Cantos, rosarios y vivas no cesan de
escucharse. Por la mañana la misa solemne crea aquella atmósfera especial de fiesta, de
encuentro y de honda fe religiosa.
Cuando el sol lanza sus últimas miradas sobre las altas montañas de los Andes la
fiesta se va lentamente apagando. Los pañuelos blancos ondean en la mano de cada fiel
que repleta el templo de tres naves para darle la Bienvenida festiva a la sagrada imagen
que avanza por el centro sobre los hombros de recios campesinos. La Virgen vuelve a su
trono y allí esperará otro septiembre para recorrer l.as calles de Petorca.
Todos han sentido una alegría especial que ha venido a llenar de nuevas esperanzas a
los devotos de María de la Merced. Pasará un año más. Muchos ya no estarán en esta
celebración. La enfermedad, la vejez o la muerte les impedirá estar en ella. Quizá un
año de copiosas lluvias o una nueva prueba de sequía. Lo cierto es que, en la abundancia
o escasez, estos sacrificados habitantes del Valle .de Petorca nunca han olvidado a la
Madre que los consuela.
Cuando toda la gente regresa a sus hogares aún se escuchan los pitos y tambores de
los chinos. Al dejar el templo, un adiós lastimero en una melodía monótona y en
hermosos versos le dicen la pena de tener que dejarla y de esperar tanto tiempo para
estar de nuevo con Ella. "Madrecita de Mercedes, mándanos un remojón", es la súplica
siempre actual en estas tierras donde el agua es bendición del cielo.
Así Petorca, como muchos otros pueblos, celebran a la Madre de la Merced
testificando su fe inquebrantable en la vida que no termina sino que se prolonga en el
cielo. Entonces la fiesta será interminable.
Otra forma de manifestar la devoción a la Virgen ---tanto en Petorca como en
Chincolco— es que un tiempo antes de su fiesta, la Virgen es llevada en procesión de
casa en casa, atravesando cerros y quebradas, y al llegar la noche se reúnen las cantores
a lo Divino, quienes se amanecen "celebrando" a la Virgen de la Merced.
— Devoción a María.
Por devoción a María Santísima, debemos entender, una voluntad pronta y decidida
para todo lo que mira a su culto, honor y servicio.
La piedad sensible, la ternura y complacencia que se siente ante la grandeza y
bondad de María, llámase también devoción; pero es una devoción accidental, sensible
y pasajera, en la cual ninguna parte tiene la voluntad y por lo mismo ningún mérito
ocasiona.
La devoción a María nace en el momento en que el Verbo de Dios tomó carne en sus
purísimas entrañas; se publica cuando el Arcángel Gabriel la saluda "llena de gracia"
(Lc. 1, 28); se afirma cuando la misma Virgen Santísima la acepta como un homenaje a
los incomparables privilegios de los que la han colmado la Omnipotencia divina; y se
desarrolla en la Iglesia Católica, primero limitada y modesta en la pequeña comunidad
de los apóstoles y de los discípulos del Salvador, silenciosa después durante los siglos
de persecución en las catacumbas y en los desiertos y finalmente espléndida y
majestuosa, cuando la Iglesia, conseguida la Paz, pudo manifestar libremente sus
sentimientos de gratitud y amor a María...
La devoción católica a María es más respetuosa e intensa que la que- se profesa a los
demás santos; porque María, entre todos los seres criados ocupa una posición superior a
la de todas las criaturas con respecto a la Divinidad. María por su inseparable dignidad
de Madre de Dios tiene con El relaciones que median entre Madre e Hijo.
Esta devoción es un deber de gratitud por los innumerables beneficios que la
intervención de María ha reportado a los cristianos. Medianera entre Dios y el hombre,
María contribuyó en primer lugar a la Encarnación del Verbo moralmente, prestando su
consentimiento a nombre del género humano para cuyo rescate y honra el Hijo de Dios
se hizo hombre, y físicamente, dando su sangre para la formación del cuerpo del Verbo
humanado.
En segundo lugar tuvo parte en la misma obra de la Redención, no sólo en cuanto
suministró al Redentor la carne y sangre, que fueron el precio de la Redención, sino
también en cuanto crió y cuidó durante su vida a Jesús con exquisita solicitud y ternura,
lo ofreció al Padre cuando lo presentó al templo y cuando lo vio próximo a expirar sobre
un infame patíbulo; asistió junto a la cruz compartiendo con la víctima divina todas las
afrentas, angustias y dolores, y deseando morir con ella, si su muerte pudiera contribuir
al rescate del hombre.
En tercer lugar, tanto la Iglesia Universal como cada cristiano en particular, han
experimentado siempre el poderoso patrocinio de María, obteniendo por su medio
inapreciables favores de Dios.
¡Líbrenos Dios de observar una conducta indigna de la condición de hijos de María,
porque entristecemos el corazón de tan excelente Madre!
"Nuestro deber y nuestro supremo interés están en amarla, servirla y honrarla con
una vida inmaculada y santa, porque así amontonaremos inestimables tesoros para la
vida eterna". (El Mercedario instruido en los deberes de su estado, pág. 629-636;
Rvmo. P. Valenzuela, Gral. de la Orden de la Merced. Roma 1899, P edición).
PRESENTACION
San Pedro Nolasco es el Fundador de la Orden de la Merced. Es, por lo tanto, "el
primer hermano", "el primer Maestro" y el primer fraile mercedario. En su persona y
obra se encarna el mensaje redentor y mariano que caracteriza, a lo largo de la historia,
a esta benemérita Orden religiosa.
Le llamamos Patriarca porque a semejanza de Abraham, Pedro Nolasco instituye,
por especial inspiración de la Santísima Virgen María, una familia religiosa cuya
finalidad es visitar y rescatar a los cautivos cristianos que gemían bajo la dura
cautividad de los musulmanes. Esta familia está integrada por religiosos, religiosas y
laicos mercedarios.
El pueblo cristiano lo proclamó Santo porque vio en él un modelo de los valores
evangélicos, especialmente la caridad hacia el prójimo, que lo llevó a imitar tan de cerca
a Cristo que se asemejó en la entrega de la propia vida por la libertad del cautivo
cristiano. Nos encontramos ante un cristiano que hizo suyas las palabras del Redentor:
"Nadie tiene amor más grande que dar la vida por los amigos".
La Iglesia lo ha presentado como Protector de los moribundos. El Papa Urbano VII
autorizó su culto en 1628 y compuso una oración especial en la que se implora la
protección del Santo Patriarca en el trance de la muerte. Así como fortaleció la fe
vacilante de los cautivos también, como abogado de los moribundos, fortalece la fe del
cristiano en tan trascendental circunstancia.
La Orden lo reconoce, además de los títulos precedentes, como Mensajero y
fervoroso Ejecutor de la voluntad de la Santísima Trinidad que lo eligió como heraldo
de liberación y portador de consuelo para el mísero cautivo. Tal designio divino se
realizó cuando San Pedro Nolasco fundó la Orden de la Merced en Barcelona el 10 de
agosto de 1218.
La obra redentora iniciada por el Santo Fundador estuvo ligada, desde su inspiración
misma, a la Madre de Dios que viene a identificarse con el título de la Merced,
recordando perennemente la gran misericordia que Dios tuvo con los cautivos. San
Pedro Nolasco es llamado Mensajero de María precisamente por realizar la obra
redentora como un mandato dé la Trinidad manifestado por medio de la Madre del
Redentor.
La presente novena se celebra como preparación a la Fiesta de San Pedro Nolasco
que es el 13 de mayo.
ESQUEMA DE LA CELEBRACION DE LA NOVENA
ORACION INICIAL
Bondadoso Padre San Pedro Nolasco,
mensajero fiel de la Santísima Trinidad,
hijo predilecto de María de la Merced
y Fundador de la Familia Mercedaria,
dígnate concedernos la gracia de imitar
tu ardiente amor a Dios y al prójimo,
perseverar en el cumplimiento
de los mandatos del Señor,
defender y alimentar la fe en Cristo
trabajando por la extensión del Reino de Dios.
Concédenos amar la Iglesia,
especialmente a los cristianos perseguidos.
Padre amante, intercede por nosotros
para que libres de los peligros del mundo alcancemos la vida eterna
y glorificar a Dios eternamente. Amén.
C : Salve padre bondadoso de los míseros cristianos que, de su patria lejanos y en dura
cautividad,
suspiran anhelantes
esperando el fausto día
en que el nombre de María les diese la libertad.
R : Comunica a nuestras almas tu encendida caridad.
C : Cuando al nacer, en la cuna
yacías, niño inocente,
escuchóse en el ambiente
melodía celestial
y a tu estancia iluminada
por vivísimos fulgores
acudieron los pastores
tu venida a celebrar.
R : Comunica a nuestras almas tu encendida caridad.
Oración Final
Padre de nuestra familia
escucha la oración que te dirigen
tus hijos mercedarios,
y alcánzanos del Señor lo que te pedimos.
Padre amante de María
enséñanos a descubrir en Ella
el modelo perfecto de todo redimido
por la muerte y resurrección de Jesucristo;
enséñanos a amarla como todo hijo ama a su madre: en la imitación de sus virtudes.
Padre amante de la Iglesia,
conviértenos en fieles hijos suyos;
apóyanos cuando caigamos,
levántanos cuando desfallezcamos.
Padre de nuestra Familia Mercedaria, aumenta el número
de los que quieran seguir tus huellas,
en el servicio generoso de la caridad redentora,
para que todo hombre conozca por nuestro testimonio,
el amor inmenso de Dios a la humanidad. Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén.
Un hecho.
En el año 1180 nacía Pedro de apellido Nolash o Nolasco. Sus antepasados habían
llegado a Barcelona en el siglo XII, posiblemente emigrantes irlandeses. Con una rica
fortuna y con tradición de mercaderes y militares, Pedro Nolasco crece en un ambiente
de tranquilidad y de cristiana influencia de su padre, especialmente.
Desde la infancia Nólasco manifiesta una particular inclinación por los pobres
socorriéndoles con limosnas; sufría cuando no podía ayudar a algún pobre. En un clima
de mucha paz hogareña el niño va perfilando su personalidad. Esta actitud se va a
acentuar más y más a medida que iba creciendo.
Formado en un sólido hábito de oración siendo joven asiste por la noche a la oración
en un monasterio cercano. Allí comienza su historia vocacional, sin lugar a dudas.
A los 15 años falle-ce su padre, lo que debió significar un rudo golpe para él; queda
heredero de una rica fortuna bajo la tutela de su madre. Amante de la virtud y deseoso
de una vida más entregada hace la promesa de consagrarse a Dios con castidad por toda
la vida, a pesar de los asedios y requerimientos de su madre para que se casara.
Posiblemente su madre había muerto cuando decide desprenderse de sus bienes para
dedicarlos a la redención de cautivos cristianos. Siendo un cristiano profundamente
generoso, sin todavía pensar en fundar la Orden, redime a 300 cautivos en la ciudad de
Valencia. Este hecho debió provocar admiración y anhelo de imitarlo, pues otros jó-
venes también se desprenden de sus bienes y se unen a tan santo propósito.
Entre los años 1203 y 1218 se establece una comunidad de hombres esforzados a
cargo de San Pedro Nolasco que hacen vida común en el Hospital de Santa Eulalia. En
este período nuestro Padre tuvo la visión sobrenatural mediante la cual la Virgen María
le manifestó el deseo de su Hijo Jesús para que fundara una Orden de redentores que
fueran en ayuda de los pobres cautivos.
Después de una vida plenamente entregada al prójimo, con su obra floreciente,
entregó su espíritu a Dios el 13 de mayo de 1249 en la ciudad de Barcelona, cuna de la
Orden de la Merced, rodeado de afecto y admiración de sus hijos mercedarios y del
pueblo en general.
Pautas de reflexión.
— Sugerencias.
Preguntémonos: ¿He reflexionado sobre mi vocación cristiana? ¿He orado con
frecuencia por esta necesidad imperiosa de la Iglesia y de la Orden de la Merced? ¿Qué
aspectos me llaman más la atención en la vocación de nuestro Padre San Pedro-
Nolasco? ¿He apoyado o desanimado a alguien que ha manifestado deseos de ser
sacerdote, religioso o religiosa? ¿Me preocupa el problema de la falta de sacerdotes y
apóstoles cristianos.
Voy a rezar todos los días por el aumento y perseverancia de las vocaciones
mercedarias.
Me voy a preocupar de ser un buen cristiano, imitando a- San Pedro Nolasco en la
entrega y la caridad.
Voy a ofrecer la santa comunión por las casas de formación de la Orden Mercedaria
todos los días jueves.
Preces
C : Invoquemos la misericordia de Dios que hizo grandes maravillas en
la Virgen María, y digamos: JESUS, hijo de María, escúchanos.
A : JESUS, HIJO DE MARIA, ESCUCHANOS.
C : Tú, Señor, que nos diste a María por Madre al pie de la cruz, haz que la amemos
imitando sus virtudes de perfecta creyente.
A : JESUS, HIJO DE MARIA, ESCUCHANOS.
Textos a elección: Hechos 1, 12-14; Jn. 19, 25-27; Judit 15, 8-10.
Pautas de reflexión
La Virgen María es cooperadora de nuestra salvación.
Desde el mismo momento que aceptó ser la Madre del Hijo de Dios, María se
compromete en la obra de su Hijo JESUS. Lo cuida con amor especial, se preocupa de
El cuando se queda entre los maestros de la Ley, conserva todos los acontecimientos y
palabras de su Hijo en su corazón de madre. Es la primera en recibir la Buena Noticia:
es la mujer
dichosa por haber escuchado y practicado la Palabra de Dios. La espada del dolor
también toca a María; ella sobrelleva con resignación y fortaleza cristiana la pasión y
muerte de su Hijo; está al pie de la cruz acogiéndonos como sus hijos. En la tarde de
aquel viernes Santo, María recibe en sus maternales brazos el cuerpo inerte de JESUS.
Luego de anhelante espera, mientras Jesucristo reposa en el sepulcro, María está entre
los discípulos y apóstoles con la seguridad de que su Hijo resucitará como había. dicho.
— Sugerencias.
Por amor a Nuestra Madre voy a. rezar una parte del Rosario por los cristianos
perseguidos por causa de su fe en Cristo.
Imitando a San Pedro Nolasco quiero asumir mi papel de bautizado en mi parroquia,
colegio o trabajo especialmente siendo una persona de fe firme.
Quiero difundir la devoción a Nuestra Madre de la Merced en mi casa, familiares y
vecindario, con el fin de que se acerquen más a Dios por medio de Ella.
Voy a integrarme a las actividades de mi parroquia, colegio o de mi sector para
formarme mejor en la doctrina cristiana.
Preces
C : Glorifiquemos a Cristo Redentor, que nos ofrece en San Pedro Nolasco un modelo
para vivir entre los hombres de hoy la caridad que libera, redime y santifica.
Digámosle: Haz de nosotros, mensajeros de tu salvación.
A : HAZ DE NOSOTROS, MENSAJEROS DE TU SALVACION.
C : Tú, Señor, que has visitado nuestro destierro y nos has liberado del
pecado, concédenos proclamar ante los hombres tu redención.
A : HAZ DE NOSOTROS, MENSAJEROS DE TU SALVACION.
C : Mira, Señor, los sufrimientos de los cautivos y de todos los que padecen persecución
por la fe, concédeles fortaleza cristiana para que sepan valorar el sentido del dolor.
A : HAZ DE NOSOTROS, MENSAJEROS DE TU SALVACION.
C : Te pedimos por nuestra Orden, por Iodos los institutos mercedarios y por las
vocaciones religiosas y sacerdotales, fomenta en nosotros una gran fidelidad en la
imitación de Cristo Redentor.
A : HAZ DE NOSOTROS, MENSAJEROS DE TU SALVACION. -
C : Por nuestros -pastores, especialmente por el Papa, para que, inspirados por tu
Espíritu, conduzcan a la Iglesia por el camino de la Unidad y de la paz.
A : HAZ DE NOSOTROS, MENSAJEROS DE TU SALVACION.
C : Concédenos, Señor, la protección de María, nuestra Madre, consuelo de afligidos y
redentora de cautivos, para que podamos consolar a los que sufren y redimir a los
cautivos.
A : HAZ DE NOSOTROS, MENSAJEROS DE TU SALVACION.
Un hecho
En pleno siglo XII y XIII la Europa cristiana se vio sometida al peligro del
Islamismo, especialmente en España. No era el único enemigo de la fe cristiana por
cierto. La herejía asolaba a Francia y la situación de la Iglesia en general dejaba mucho
que desear. La situación era gravísima: muchos cristianos eran llevados a cautividad
precisamente por seguir a Cristo; otros eran conducidos al error y a la renuncia del
evangelio de Jesucristo.
Pero, sin lugar a dudas, el peligro mayor era la supresión de la libertad que sufrían
innumerables cristianos. Arrancados de su patria eran llevados cautivos a los reinos
musulmanes. Allí eran sometidos a duros trabajos y penurias que hacían difícil seguir
profesando la fe cristiana. Era más fácil renunciar a ella convirtiéndose al credo de
Mahoma y obtener un -trato más humano. Muchos sucumbieron al peligro, pero otros
tantos soportaron la situación con una fidelidad a Cristo y a la Iglesia digna de imitar.
Podemos hacernos un cuadro de la situación del cautiverio recordando el testimonio
del mercedario P. Ribera que dice: "Así con la súbita tempestad de un cautiverio es el
infeliz hombre despojado de todas las felicidades humanas; porque luego a los pobres
cautivos los desnudan de sus vestidos, y vístenles de un mal saquillo, y si ha sido la
presa en la tierra, llévanlos descalzos por ella; si en el mar, desde la marina a la ciudad
van del mismo modo. Están muchos hambrientos y sedientos, pero a más que. no les
remedian, dándoles algún alivio, los llevan a palos como si llevaran una piara de
animales. Todo es vocerío y gritos contra los pobres, los cuales, a más dolor que sienten
por sus penas es ver cómo son maltratados los demás cautivos".
Pautas de reflexión
—Sugerencias.
Voy a incluir en la oración comunitaria y personal la intención de los cristianos
perseguidos. Me voy a interesar por la Iglesia del Silenció y por la Obra redentora de la
Merced.
Voy a ofrecerme para servir mejor en mi parroquia o colegio o comunidad.
Quisiera desarrollar una obra de misericordia como visita a los enfermos, a las
cárceles, hogares de ancianos o de niños abandonados.
Daré una limosna o un aporte mensual para una obra en favor de los más pobres de
mi Iglesia.
Preces
C : A los enfermos, a los cautivos y a todos los que has unido a los sufrimientos de tu
pasión redentora, concédeles fortaleza y paciencia.
A : SALVA, SEÑOR, AL PUEBLO QUE REDIMISTE CON- TU SANGRE.
C : Tú, Señor, que uniste a la Virgen María tan estrechamente a tu obra redentora,
concede que la imitemos como modelo de fe, esperanza y _ caridad.
A : SALVA, SEÑOR, AL PUEBLO QUE REDIMISTE CON TU SANGRE.
C : Por esta comunidad en Ti consagrada por el bautismo, para que no cese de anunciar
tu evangelio, especialmente a los pobres y necesitados.
A : SALVA, SEÑOR, AL PUEBLO QUE REDIMISTE CON TU SANGRE.
Un hecho
Los cristianos que por desgracia caían en manos de los musulmanes estaban
sometidos al asedio constante para que renegaran de su fe en Cristo y se hicieran
musulmanes. Si en tiempos normales es trabajoso mantener la fe, cuánto más ésta está
sometida a hostilidades sin número. Muchos cristianos, permanecieron firmes a su
doctrina cristiana, pero fueron muchísimos los que renegaron.
La apostasía de los cristianos cautivos se debía a variadas razones. Unos renegaban
de Cristo porque carecían de fuerzas para soportar los tormentos a que eran sometidos.
Otros apostataban por considerar que su comunidad de origen los había olvidado y no
hacía nada por rescatarlos. Algunos cautivos renegaban de su fe por una particular
amistad con un musulmán. No faltaron quienes se hicieron musulmanes para escapar de
la justicia por algún delito cometido.
El problema de la apostasía era grave para la Iglesia. Por eso San Pedro Nolasco y
muchos otros se preocuparon vivamente del tema de la cautividad. Precisamente la obra
redentora de Pedro Nolasco .se orienta hacia la defensa de la fe cristiana amenazada.
Pautas de reflexión
Si hay algo que debemos agradecer siempre es el don de la fe en Cristo que nuestros
padres nos legaron. Un día se preocuparon de llevarnos a la comunidad cristiana para
que el ministro, en nombre de la Iglesia, nos insertara en ella mediante el Bautismo. El
Bautismo es la puerta de todos los sacramentos; por él nosotros iniciamos una vida
nueva, la calidad de hijos. de Dios y discípulos de Cristo. Nada puede suplir el don de
creer. Tuvimos la dicha de ser cristianos. Podríamos no haberlo sido y entonces qué
distintas habrían sido las cosas. Si hay algo que debemos cuidar es la fe, JESUS alaba y
exige una actitud de fe en sus milagros, en sus palabras, en su persona y en su obra.
Digamos con los apóstoles: Señor, auméntanos la fe.
—Sugerencias.
¿Tengo conciencia de los peligros que acechan a la fe? ¿He reflexionado en la obra
redentora de San Pedro Nolasco?
¿Mi testimonio cristiano lleva a otros a ser fieles a Cristo y a su Iglesia?
Preces
C : Invoquemos al Padre, que envió a su Hijo como Redentor y Modelo de su pueblo, y
digámosle: Señor, escúchanos.
A : SEÑOR, ESCUCHANOS.
C : Padre amoroso, te pedimos por todos los miembros de la Iglesia que sufren,
acuérdate que por ellos, Cristo ofreció en la cruz el verdadero sacrificio redentor.
A : SEÑOR, ESCUCHANOS.
A : SEÑOR, ESCUCHANOS.
A : SEÑOR, ESCUCHANOS.
A : SEÑOR, ESCUCHANOS.
C : Tú, que has padecido el suplicio de la cruz para entrar en tu gloria, convierte en gozo
el sufrimiento de los que entregan su vida por el Evangelio.
A : SEÑOR, ESCUCHANOS.
A : SEÑOR, ESCUCHANOS.
A : SEÑOR, ESCUCHANOS.
A : SEÑOR, ESCUCHANOS.
A : AMEN.
5.— EL AMOR EN GRADO HEROICO
Textos a elección: 1 Jn. 3, 13-20; 1 Cor. 13, 1-13; Mt. 25, 31-40.
Un hecho
Los hijos reproducen e imitan las virtudes de sus padres. De esta manera
descubrimos los rasgos del padre en las actitudes de los hijos. Aceptando las
diferencias, algo parecido acontece con San Pedro Nolasco y sus hijos mercedarios.
Vamos a introducirnos en el tema de hoy tomando un hecho histórico de la Orden
Mercedaria.
El año 1414 vio la luz del día Lorenzo Company en la villa de Santa María del Puig.
Ingresó a la Orden de la Merced siendo muy jovencito, pues un familiar suyo era fraile.
Ya a los 23 años lo vemos ocupando el cargo de comendador de un convento, el
equivalente a un superior. Como la Orden acostumbraba nombrar como Redentores a
aquellos frailes más sobresalientes por sus virtudes, su fe y su entrega, nombra al P.
Company junto a otros dos frailes. Ellos debían llevar las limosnas recolectadas entre
los fieles, rescatar a los cautivos y regresar con ellos a España. El viaje era duro y
dificultoso. Salieron los padres redentores en 1442 hacia las tierras musulmanas. Todo
parecía bien. Cuando ya se disponían al regreso con el hermoso cargamento de cautivos
rescatados, una de las embarcaciones fue lanzada de nuevo a las costas de Túnez como
consecuencia de una tormenta. Entre los náufragos estaba el P. Company y su hermano
de hábito de apellido Bodet. El rey moro dio por cancelado el salvoconducto de los dos
mercedarios y los tomó a todos como cautivos.
El joven fraile no comprendía mucho lo que significaba el voto mercedario. En los
primeros momentos de su cautiverio sólo le interesaba volver cuanto antes a su patria.
Miraba su situación como fruto de la desgracia; no veía en ello la mano de Dios. Sus
continuas protestas no le sirvieron para conquistar la ansiada libertad. Su cautiverio
duró 15 años al cabo de los cuales había comprendido el sentido del ser mercedario. Se
dio cuenta que ser redentor era una actitud total de la persona. Un compromiso radical
que implicaba la vida misma. Estos años le enseñaron al P. Company que en medio del
cautiverio el mercedario tenía que mantener viva la llama de la fe, consolar, ayudar,
hacer nacer la esperanza. Cuando regresó a su patria el P. Company venía transformado:
había aprendido a ser mercedario en la adversidad.
Pautas de reflexión
—Sabernos que la plenitud del cristiano consiste en saber amar a Dios y al prójimo.
Es el mandato esencial de Cristo. El mismo nos lo mostró con su vida. La cruz, la
muerte son el fruto del gran amor de Cristo por nosotros. Su vida entera fue una
manifestación palpable del amor a su Padre y a sus hermanos -los hombres. Su ejemplo
es la norma para sus seguidores. En la actitud de amor nos reconocerán si somos o no de
Cristo. La vida cristiana es incomprensible sin el amor. Un cristiano es aquel que ha
aceptado ser amado de Dios y busca imitar esa misma actitud frente a sus semejantes.
Preces
C : Invoquemos la misericordia de Dios que hizo grandes maravillas en
la Virgen María, y digamos: JESUS, hijo de María, escúchanos.
A : JESUS, HIJO DE MARIA, ESCUCHAMOS.
C : Tú, Señor, que nos diste a María por Madre al pie de la cruz, haz que
la amemos imitando sus virtudes de perfecta creyente.
A : JESUS, HIJO DE MARIA, ESCUCHAMOS.
)
C : Tú llamas a muchos a dejarlo todo por amor del Reino de Dios, concédenos
generosidad y fidelidad a nuestra vocación.
A : JESUS, HIJO DE MARIA, ESCUCHAMOS.
A : AMEN.
6.— CRISTO REDENTOR
Un hecho
Pautas de reflexión
— El espíritu redentor.
San Pedro Nolasco legó a su familia mercedaria un gran amor a Cristo Redentor. Su
obra en favor de los cautivos fue llamada "obra de redención" y a los mercedarios se los
llama "redentores". Muchos santos mercedarios y autores de vida espiritual han
dedicado largas meditaciones a la Pasión, Muerte y Resurrección de Cristo. En su Cruz
han encontrado una fuente de inspiración constante.