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¿Qué fue la Guerra de Texas?

La Independencia de Texas, también conocida como Revolución de


Texas, fue un proceso político y militar que se desarrolló en el
noreste de México entre el 2 de octubre de 1835 y el 21 de abril de
1836.
Luego de la Independencia de México, en 1821, Texas había formado
parte tanto del Primer Imperio Mexicano como de los Estados Unidos
Mexicanos.
La guerra por la independencia de Texas se inició tras la derogación
de la Constitución mexicana de 1824, de carácter federal, y la
instauración de un sistema político centralista.
Los colonos estadounidenses que habitaban Texas no estuvieron de
acuerdo con este cambio de estatus, por lo que comenzaron a deliberar
para decidir que les convenía hacer. Al inicio de estas discusiones,
había discrepancias sobre el alcance que debía tener la rebelión.
Algunos solo querían que se restableciera la Constitución de 1824,
mientras que otros exigían la independencia. Estas discrepancias se
resolvieron el 2 de marzo de 1836, cuando una convención de
delegados texanos decidió proclamar la Independencia.
La emancipación de Texas no fue reconocida por el gobierno
mexicano, que envío un ejército y logró derrotar a los rebeldes y
penetrar en territorio texano. Inesperadamente, los texanos vencieron
al ejército mexicano en la batalla de San Jacinto y tomaron prisionero
al presidente mexicano Antonio López de Santa Anna. Este se vio
obligado a firmar el Tratado de Velasco, que estableció el retiro de sus
tropas de Texas.
Causas y consecuencias de la Independencia de
Texas
Causas
Entre las principales causas de la independencia de Texas se pueden
destacar las siguientes:

La continua radicación de colonos estadounidenses en el territorio


de Texas. Esos colonos provenían principalmente de Misisipi, Misuri,
Tennessee y Alabama. Se calcula que hacia 1830 se habían establecido
unas 18.000 familias.
El descontento de los texanos con las políticas impositivas y de
restricciones a nuevas migraciones, impuestas por el gobierno de Santa
Anna.

El fortalecimiento del comercio entre Texas y los Estados Unidos,


debido a su ubicación geográfica y a la gran distancia que separaba a
Texas de los principales mercados mexicanos.

La promulgación de la Constitución mexicana de 1836, conocida


como las «Siete Leyes», que reemplazó a la Constitución de 1824,
derogada en 1835. La nueva Constitución sustituyó el sistema de
gobierno federal por un sistema centralizado, que privaba a Texas de su
autonomía política.
La reacción de los colonos texanos, que se opusieron a la pérdida de la
autonomía política y a las restricciones para la radicación de nuevos
colonos.
El interés del gobierno de los Estados Unidos en apoyar el proceso
independentista texano para luego absorber al nuevo Estado
independiente.

Consecuencias
Las principales consecuencias de la Independencia de Texas fueron las
siguientes:

La autoridad del presidente mexicano Antonio López de Santa Anna


quedó muy debilitada, ya que fue tomado prisionero en San Jacinto y
obligado a firmar el Tratado de Velasco. Esto provocó su destitución
por el Congreso mexicano y su reemplazo por Anastasio Bustamante.

El gobierno estadounidense de Andrew Jackson reconoció


inmediatamente la independencia de Texas.

El Congreso mexicano no ratificó el Tratado de Velasco y desconoció a


Texas como Estado independiente, declarándolo en estado de rebeldía.
Tras lo cual se reiniciaron las hostilidades entre México y Texas.
Texas se unió a los Estados Unidos y esto desencadenó una guerra
entre México y los Estados Unidos que se extendió hasta 1848. Luego
de la finalización de la guerra, México se vio obligado a firmar
el Tratado de Guadalupe-Hidalgo, por el cual debió ceder Texas, Nuevo
México y las Californias a los Estados Unidos. Para México esto
representó la pérdida de la mitad del territorio que había heredado de
España en 1821.
Con la incorporación de los territorios arrebatados a México, los
Estados Unidos se consolidaron como una potencia bioceánica, con
salidas al Atlántico y al Pacífico.

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