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Madame Bovary PDF
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Bovary
Autor: Gustave Flaubet
Personajes:
- Emma(Lexy) : ¡ Oh , bueno , si tu quisieras !... - dijó ella con anhelo, entre las
rodillas de Rodolphe y con la mirada perdida.
Segunda Escena
La criada se pasaba el día lavando; y Félicité no se movia durante la jornada
de la cocina, aquí el pequeño Justin, se encontraba habitualmente haciendole
compañia mientras esta trabajaba.
-Justin(Janice): ¡Ah, claro! ¡La señora Homais! - ¿Es que la señora Homais es
una señora como la tuya? - (Tono pensativo).
Tercera Escena
Emma poseía en su armario una cantidad exorbitante de dinero y los iba
gastando poco a poco, sin que Charles, se permitiese hacerle la menor
observación. Así es que él pagó trescientos francos por una pierna de madera
que Emma creyó oportuno regalar a Hippolyte.
Para eso la cocinera entraria dejando sobre la chimenea un sobre en cual decia,
de parte del señor Derozerays. Emma lo abrió, conteniendo la cantidad exacta
para saldar su deuda. Oyó a charles en las escalera y rapidamente guardo el
oro en su cajón con llave.
Tres días después:
Cuarta Escena
Además de la fusta con empuñadura, Rodolphe había recibido un sello con la
divisa: Amor nel cor ;entre más obsequios que Emma iba dando.Sin embargo,
estos regalos le humillaban. Rechazó varios; ella insistió, y este acabó
accesiendo, encontrándola tiránica y muy dominante.
-Emma(Lexy): Cuando den las doce de la noche - decía ella -, ¡tienes que
pensar en mí!
-Emma(Lexy): ¡Es que te amo tanto! - proseguía ella -, te adoro tanto que no
puedo dejar de pensar en ti, ¿lo sabes?. Hay momentos donde me desgarra la
furia del amor y me pregunto: ¿Dónde esta? Quizás esté hablando con otras
mujeres, se les acercará.... ¡Oh!, no , yo se amar mejor que todas , ¡Tú eres mi
rey y yo tu concubina! ¡Eres bueno, guapo,fuerte, tood un caballero!
Tantas veces le había oído decir estas cosas, que no tenían ninguna novedad
para él. Emma se parecía a todas las amantes; y el encanto de la novedad, caía
de poco a poco como un vestido, se convirtio en una cosa dócil y corrompida,
Madame Bovary cambió de conducta. Sus miradas se hicieron más atrevidas,
sus conversaciones, más libres; tuvo incluso la inconveniencia de pasearse con
Rodolphe, con un cigarrillo en la boca, y la señora Bovary madre, que después
de una espantosa escena con su marido había ido a refugiarse a casa de su hijo,
no fue la menos escandalizada.En primer lugar, Charles no escucho sus
consejos sobre la prohibición de las novelas; después, «el estilo de la casa» le
desagradaba; se permitió hacerle algunas observaciones, y se enfadaron, sobre
todo una vez a propósito de Félicité.
-Emma(Lexy): ¿En qué mundo vive usted? - exclamó furiosa y con mirada
despectiva.
Y tal cual dijo, se dirigión ante la señora y le tendió la mano a su suegra con
dignidad de marquesa, diciéndole:
Quinta Escena
Después, vuelta a su habitación, se echó en cama boca abajo, y lloró como una
niña, con la cabeza hundida en la almohada. Habían convenido ella y
Rodolphe, que en caso de que aconteciese algo, ella ataría a la persiana un
papelito mojado, para que, si por casualidad él se encontraba en Yonville,
acudiera a la callejuela, detrás de la casa. Emma hizo la señal; llevaba
esperando tres cuartos de hora, cuando de pronto vio a Rodolphe en la
esquina. Estuvo tentada de abrir la ventana para llamarle; pero él ya había
desaparecido. Emma volvió a sumirse en la desesperación. Sin embargo,
pronto le pareció que caminaban por la acera. Era él; bajó la escalera, atravesó
el patio. Allí, fuera, estaba él. Emma se echó en sus brazos.