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Adaptaciones Del Cuerpo Al Ejercicio Aeróbico
Adaptaciones Del Cuerpo Al Ejercicio Aeróbico
Desde el punto de vista del entrenamiento, con estas nuevas adaptaciones, nuestro organismo
será capaz de generar más energía a través de otros sustratos, soportar cargas de
entrenamiento más altas y duraderas y resistir la fatiga.
Volumen sistólico
Durante el ejercicio el corazón tiene que bombear más cantidad de sangre. El ventrículo
izquierdo aumenta su volumen de llenado, alcanzando los valores máximos alrededor del 50%
de la intensidad del ejercicio, cuando el llenado y presión del corazón es total, tanto en sujetos
entrenados como sedentarios, varones y mujeres.
A partir de esa intensidad se inicia una fase de estabilización hasta intensidades muy altas de
trabajo en las que el volumen sistólico disminuye debido al incremento progresivo de la
frecuencia cardiaca, que no permite el llenado diastólico y, en consecuencia, del volumen del
ventrículo izquierdo que es el responsable de eyectar (enviar) la sangre a todo el cuerpo.
A medida que aumenta la intensidad del ejercicio, aumenta el volumen sistólico y la frecuencia
cardiaca. Sin embargo, a intensidades elevadas, el volumen sistólico desciende ya que, debido
al aumento de frecuencia de contracción, no da tiempo a llenarse por completo la cavidad
cardiaca.
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Autor original: Domingo Sánchez, extraído de su libro «Entrenate».
Apunte Profesora Casado Aylén- EFI
Durante el ejercicio cardiovascular se produce una redistribución del flujo sanguíneo, los
músculos más activos reciben más cantidad de sangre. Esto es debido a que en las zonas más
activas se produce un aumento del diámetro de los capilares.
La sangre acude a los a los músculos activos aportando el oxígeno y sustratos energéticos, al
tiempo que retira el dióxido de carbono y los metabolitos de desecho.
Los pulmones se expanden al máximo y con una frecuencia también mayor. La ventilación, por
tanto, se incrementa. Puede aumentar desde los 5l/min en reposo, hasta los 200 l/min en
ejercicio máximo, representando un aumento de 35 veces su valor.
Una vez finalizado el ejercicio, todas las adaptaciones momentáneas vuelven a su estado de
reposo, pero si mantenemos las sesiones de entrenamiento cardiovascular en el tiempo con
cierta frecuencia y regularidad, aparecen las adaptaciones profundas, muchas de ellas incluso
perduran a lo largo de toda la vida.
Debido a estas adaptaciones, la eficiencia del corazón es mayor, expulsa mayor cantidad de
sangre, el músculo cardiaco es más eficiente y no es necesario que se contraiga con mayor
frecuencia.
La gran diferencia es que, para alcanzar esa frecuencia cardiaca máxima, mientras mayor sea el
nivel de condición física, mayor tendrá que ser la intensidad; las personas sedentarias llegan a
su máximo mucho más rápido que una persona entrenada.
Sistema circulatorio
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Autor original: Domingo Sánchez, extraído de su libro «Entrenate».
Apunte Profesora Casado Aylén- EFI
Aumento de la masa cardiaca y ampliación de las cavidades: Aumentan las cavidades y paredes
del corazón mejorando su capacidad de llenado, con lo cual, se incrementa el volumen
cardiaco. El corazón, que hace la función de una bomba, es capaz de llenarse algo más y de
bombear la sangre con más fuerza.
Capilarización: El incremento de la densidad capilar permite que llegue la sangre con mayor
facilidad a las fibras musculares del corazón y músculos esqueléticos, aportando el oxígeno y
nutrientes necesarios para la contracción muscular.
Sistema respiratorio
Como resultado final, la capacidad vital puede aumentar hasta 2 litros y la frecuencia
respiratoria disminuye.
Sistema metabólico
El organismo es capaz de degradar de forma más eficiente la glucosa y, sobre todo, los ácidos
grasos gracias este incremento enzimático y a la presencia de mitocondrias en la célula. Por
otra parte, la recuperación de los depósitos de glucógeno es mejor, se rellenan los almacenes
en menos tiempo.
La utilización de las grasas retrasa la utilización del glucógeno muscular (el glucógeno muscular
resulta muy útil para obtener energía de forma rápida, pero es más escaso que las grasas de
reserva del organismo. A largo plazo, se experimenta una disminución del % de grasa corporal.
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Autor original: Domingo Sánchez, extraído de su libro «Entrenate».