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Myers El Testimonio de Los Expertos en Casos de Abusos Sexuales Infantiles
Myers El Testimonio de Los Expertos en Casos de Abusos Sexuales Infantiles
*
Profesor de Derecho, University of the Pacific, McGeorge School of
Law. Tengo una deuda de gratitud con el médico pediatra Martín Finkel
y la asistente social Kathleen Faller por sus valiosos comentarios para
este artículo.
1
2 UC Davis Journal of Juvenile Law & Policy Vol. 14:1
I. Introducción
1
En 2007, el año con los datos más recientes, el servicio de protección para la infancia (CPS)
recibió 3.2 millones de notificaciones relacionadas con un posible abuso infantil o negligencia,
lo que implica 5.8 millones de niños. A partir de las notificaciones, el CPS justificó los casos de
794.000 niños como víctimas de maltrato. Como lo ha sido siempre, la negligencia fue la forma
más común de maltrato (59%). El abuso sexual correspondió al 7,6% de los casos justificados.
Usando estas cifras, existieron 60344 casos justificados de abuso sexual en el año 2007. U.S.
Department of Health & Human Services, Administration for Children & Families, Children’s
Bureau Express, Online Digest, vol. 10(3) April 1, 2009.
Como se ha mencionado previamente, la negligencia siempre ha sido la forma más
frecuente de maltrato. Consulte en general John E.B. Myers, Child Protection in America: Past,
Present and Future (2006) (Oxford University Press).
2
Consulte Lucy Berliner & Benjamin E. Saunders, Child Sexual Abuse. en John E.B. Myers
(Ed.), THE APSAC HANDBOOK ON CHILD MALTREATMENT (3d ed. 2010)(Sage).
3
Id.
4
Id.
5
Anna C. Salter, Transforming Trauma: A Guide to Understanding and
Treating Adult Survivors of Child Sexual Abuse 159 (1995)(Sage).
3
4 UC Davis Journal of Juvenile Law & Policy Vol. 14:1
6
Pennsylvania v. Ritchie, 480 U.S. 39, 60 (1987).
7
En re Cindy L., 17 Cal. 4th 15, 28 (1997).
8
Las acusaciones deliberadamente falsas de abuso sexual son muy poco frecuentes, pero
suceden. Para una revisión del pequeño cúmulo de investigaciones sobre acusaciones falsas
consulte John E.B. Myers, Myers on Evidence in Child, Domestic, and Elder Abuse
Cases § 6.05 (2005, 2010 Supp.) (Aspen Law and Business).
Winter 2010 Expert Testimony in Child Abuse Litigation 5
9
Martin A. Finkel, Physical Examination. En Martin A. Finkel & Angelo P. Giardino (Eds.),
MEDICAL EVALUATION OF CHILD SEXUAL ABUSE: A PRACTICAL GUIDE. pp. 53-103, 77 (3rd
ed. 2009) (American Academy of Pediatrics).
10
Martin A. Finkel, Physical Examination. En Martin A. Finkel & Angelo
P. Giardino (Eds.), MEDICAL EVALUATION OF CHILD SEXUAL ABUSE: A PRACTICAL
GUIDE. 53-103, 77 (3rd ed. 2009) (American Academy of Pediatrics).
5
6 UC Davis Journal of Juvenile Law & Policy Vol. 14:1
11
Consulte por ejemplo, King v. Evans, 621 F. Supp. 2d 850 (N.D. Cal. 2009) (el abogado
defensor no logró desempeñarse con eficacia debido a que la defensoría no pudo contratar a
un perito médico para evaluar las pruebas médicas proporcionadas por la fiscalía); Gersten
versus Senkowski, 426 F.3d 588 (2d Cir. 2005), cert. denied, 547 U.S. 1191 (2006) (caso
de abuso sexual: el desempeño del abogado defensor fue intrínsecamente defectuoso debido
a que la defensoría no realizó ningún esfuerzo para determinar si las pruebas médicas
proporcionadas por la fiscalía eran confiables); Ministerio Público versus Benavides, 35
Cal. 4th 69, 105 P.3d 1099, 24 Cal. Rptr. 3d 507 (2005) (el imputado violó por vía anal a un
niño de 21 meses de edad ocasionándole lesiones internas mortales); Poynor versus State,
962 So. 2d 68 (Miss. Ct. App. 2006) (adecuado para el pediatra que examinó al niño para
atestiguar que el himen de la niña presentaba múltiples laceraciones que eran concordantes
con la penetración); State v. Price, 165 S.W.3d 568 (Mo. Ct. App. 2005) (la cicatrización
rectal fue concordante con el abuso); En re Tristan R., 63 A.D.3d 1075, 883 N.Y.S.2d 229
(2009); State v. Hammett, 361 N.C. 92, 637 S.E.2d 518, 519 (2006) (“En este caso,
consideramos si el tribunal cometió un error al admitir la opinión de un perito médico de
que un niño había sido sometido a abuso sexual, basado en las declaraciones del niño y las
pruebas físicas detectadas durante un examen .... Hemos concluido que los hechos
interrelacionados del relato de la víctima combinados con los hallazgos físicos constituían
una base suficiente para la opinión del perito de que había ocurrido el abuso sexual.”);
Warner v. State, 144 P.3d 838 (Okla. Crim. App. 2006).
12
Molly Curtin Berkoff, Adam J. Zolotor, Kathi L. Makoroff, Johathan D. Thackeray,
Robert A. Shapiro & Desmond K. Runyan, Has This Prepubertal Girl Been Sexually
Abused? 300 JOURNAL OF THE AMERICAN MEDICAL ASSOCIATION at 2779-92 (2008) (“una
exploración genital podría ser considerada por algunos niños como una forma de
tratamiento terapéutico” en 2784. “A pesar de que la identificación de las lesiones
traumáticas y de las enfermedades infecciosas es extremadamente importante y puede
requerir de tratamientos específicos, también es importante tranquilizar a la niña y a su
familia de que ella está sana y que su examen genital es normal. La confirmación por parte
de un médico de que un examen genital no presenta pruebas de traumatismo y que por lo
tanto, los hallazgos son normales ayuda a iniciar el proceso de la curación ". en 2790-91);
Martin A. Finkel, Physical Examination. In Martin A. Finkel & Angelo P. Giardino (Eds.),
MEDICAL EVALUATION OF CHILD SEXUAL ABUSE: A PRACTICAL GUIDE, 53-103,at 92 (3rd
ed. 2009) (American Academy of Pediatrics) (“La exploración física debería ser
terapéutica para el niño, confirmando su sensación de integridad y normalidad física.”).
Winter 2010 Expert Testimony in Child Abuse Litigation 7
13
Kathi Makoroff, Melissa Desai & Elizabeth Benzinger, The Role of Forensic
Materials in Sexual Abuse and Assault. En Robert M. Reece & Cindy W. Christian
(Eds.), CHILD ABUSE: MEDICAL DIAGNOSIS & MANAGEMENT at 377-87 (3rd ed. 2009)
(American Academy of Pediatrics) (“En el contexto apropiado, la identificación de
esperma es suficiente para el diagnóstico de abuso sexual.” en 383);Vincent J. Palusci &
Cindy W. Christian, Forensic Evidence in Child Sexual Abuse. En Martin A. Finkel &
Angelo P. Giardino (Eds.), MEDICAL EVALUATIONS OF CHILD SEXUAL ABUSE. en 171-
92,176 (3rd ed. 2009) (American Academy of Pediatrics) (“La identificación de
espermatozoides mediante el microscopio se considera como diagnóstica del contacto
sexual cuando la labor de identificación es realizada por personal capacitado. ").
14
La movilidad se define como presentando "movimiento espontáneo.” Móvil se define
como "presentando movimiento espontáneo pero no consciente o intencional ". Dorland’s
Illustrated Medical Dictionary p. 1175(30th ed. 2003).
15
Vincent J. Palusci & Cindy W. Christian, Forensic Evidence in Child Sexual Abuse. En
Martin A. Finkel & Angelo P. Giardino (Eds.), MEDICAL EVALUATIONS OF CHILD SEXUAL
ABUSE at 177-78 (3rd ed.2009)(American Academy of Pediatrics).
16
Vincent J. Palusci & Cindy W. Christian, Forensic Evidence in Child Sexual Abuse. En
Martin A. Finkel & Angelo P. Giardino (Eds.), MEDICAL EVALUATIONS OF CHILD SEXUAL
ABUSE. at 171-92 (3rd ed. 2009) (American Academy of Pediatrics) (“La movilidad de los
espermatozoides se reduce rápidamente, y la detección de espermios móviles es el mejor
indicador de eyaculación reciente.” En 176. "La presencia de espermios móviles en la
vagina disminuye rápidamente ". en 177. "En la mitad de los casos en adultos, el tiempo
promedio para la pérdida de la movilidad de los espermatozoides es de 2 a 3 horas . . .”
en 178.)
17
Vincent J. Palusci & Cindy W. Christian, Forensic Evidence in Child Sexual Abuse.
En Martin A. Finkel & Angelo P. Giardino (Eds.), MEDICAL EVALUATIONS OF CHILD
SEXUAL ABUSE at 177 (3rd ed. 2009) (American Academy of Pediatrics).
18
Kathi Makoroff, Melissa Desai & Elizabeth Benzinger, The Role of Forensic Materials
in Sexual Abuse and Assault. En Robert M. Reece & Cindy W. Christian (Eds.), CHILD
ABUSE: MEDICAL DIAGNOSIS & MANAGEMENT at 377-87 (3rd ed. 2009) (American
Academy of Pediatrics)
7
8 UC Davis Journal of Juvenile Law & Policy Vol. 14:1
("El esperma también se puede detectar durante meses a partir de secreciones secas
procedentes de las vestimentas o la ropa de cama ". en 383); Vincent J. Palusci & Cindy W.
Christian, Forensic Evidence in Child Sexual Abuse. En Martin A. Finkel & Angelo P.
Giardino (Eds.), MEDICAL EVALUATIONS OF CHILD SEXUAL ABUSE. en 171-92 (3rd ed.
2009) (American Academy of Pediatrics) (“El esperma es estable en las secreciones secas y
se puede detectar en las manchas en las vestimentas o en la ropa de cama durante varios
meses o incluso años.” en 178).
19
En adición a la fostatasa ácida, el antígeno P 30 se encuentra en el líquido seminal. "La
detección de P-30 mediante el inmunoensayo enzimático (ELISA) es un marcados más
específico y sensible para la eyaculación que la fosfatasa ácida, pero no se analiza en
forma universal en los laboratorios forenses ". Vincent J. Palusci & Cindy W. Christian,
Forensic Evidence in Child Sexual Abuse. En Martin A. Finkel & Angelo P. Giardino
(Eds.), MEDICAL EVALUATIONS OF CHILD SEXUAL ABUSE at 171-92 (3rd ed. 2009)
(American Academy of Pediatrics).
20
Kathi Makoroff, Melissa Desai & Elizabeth Benzinger, The Role of Forensic Materials
in Sexual Abuse and Assault. En Robert M. Reece & Cindy W. Christian (Eds.), CHILD
ABUSE: MEDICAL DIAGNOSIS & MANAGEMENT en 377-87 (3rd ed. 2009) (American
Academy of Pediatrics) (“La fosfatasa ácida es una enzima que se detecta en
concentraciones bajas (<50 UI/l) en el líquido vaginal y también es secretada por la
glándula prostática, logrando concentraciones elevadas (130-1,800UI/l) en el líquido
seminal. La presencia de la fosfatasa ácida no se ve afectada por la vasectomía. La
fosfatasa ácida persiste durante un tiempo más prolongado que el esperma después de la
agresión sexual, y los niveles generalmente retornan al normal entre las 18 y 24 horas
después de la eyaculación. En general, la fosfatasa ácida no es detectable en la vagina
después de las 48 horas. La enzima es estable en las secreciones secas y en la ropa, y en
algunos casos, puede ser detectada durante varios meses o incluso años.” En 383); Vincent
J. Palusci & Cindy W. Christian, Forensic Evidence in Child Sexual Abuse. En Martin A.
Finkel & Angelo P. Giardino (Eds.), MEDICAL EVALUATIONS OF CHILD SEXUAL ABUSE. at
171-92 (3rd ed. 2009) (American Academy of Pediatrics) (“Aunque la fosfatasa ácida
también se encuentra en el líquido vaginal y la orina de las mujeres, se detecta en
concentraciones mucho más elevadas en el semen (130-1.800 UI/l) que en el líquido
vaginal (<50 UI/l) .La presencia de la fosfatasa ácida es un marcador menos específico y
sensible de la eyaculación que el semen, sin embargo, se ha observado que la fosfatasa
ácida persiste durante períodos más prolongados que el semen a continuación de la
agresión sexual.” en 178).
21
Kathi Makoroff, Melissa Desai & Elizabeth Benzinger, The Role of Forensic Materials
in Sexual Abuse and Assault. En Robert M. Reece &
Winter 2010 Expert Testimony in Child Abuse Litigation 9
Cindy W. Christian (Eds.), CHILD ABUSE: MEDICAL DIAGNOSIS & MANAGEMENT at 377-
87 (3rd ed. 2009) (American Academy of Pediatrics) (“La enzima es estable en las
secreciones secas y en la ropa, y en algunos casos, puede ser detectada durante varios
meses o incluso años.” en 383); Vincent J. Palusci & Cindy W. Christian, Forensic
Evidence in Child Sexual Abuse. En Martin A. Finkel & Angelo P. Giardino (Eds.),
MEDICAL EVALUATIONS OF CHILD SEXUAL ABUSE. en 171-92 (3rd ed. 2009)(American
Academy of Pediatrics) (“Aunque la fosfatasa alcalina también se encuentra en el líquido
vaginal y en la orina de las mujeres, se detecta en concentraciones mucho más elevadas
en el semen (130-1.800 UI/l) que en el líquido vaginal(<50 UI/l). La fosfatasa ácida se ha
detectado en niveles normales en hombres vasectomizados. La presencia de la fosfatasa
ácida es un marcador menos específico y sensible de la eyaculación que el semen, sin
embargo, se ha observado que la fosfatasa ácida persiste durante períodos más
prolongados que el semen a continuación de la agresión sexual.” en 178.).
22
Kathi Makoroff, Melissa Desai & Elizabeth Benzinger, The Role of Forensic Materials
in Sexual Abuse and Assault. En Robert M. Reece & Cindy W. Christian (Eds.), CHILD
ABUSE: MEDICAL DIAGNOSIS & MANAGEMENT at 377-87 (3rd ed. 2009) (American
Academy of Pediatrics) (“La presencia de la fosfatasa ácida no se ve afectada por la
vasectomía.” en 383); Vincent J. Palusci & Cindy W. Christian, Forensic Evidence in
Child Sexual Abuse. In Martin A. Finkel & Angelo P. Giardino (Eds.), MEDICAL
EVALUATIONS OF CHILD SEXUAL ABUSE at 171-92 (3rd ed. 2009) (American Academy of
Pediatrics) (“La fosfatasa ácida se encuentra en niveles normales en los hombres
vasectomizados.” en 178).
23
Vincent J. Palusci & Cindy W. Christian, FORENSIC Evidence in Child Sexual Abuse. En
Martin A. Finkel & Angelo P. Giardino (Eds.), MEDICAL EVALUATIONS OF CHILD SEXUAL
ABUSE. 171-92, 179 (3rd ed. 2009) (American Academy of Pediatrics).
24
Id.
25
Molly Curtin Berkoff, Adam J. Zolotor, Kathi L. Makoroff, Johathan D. Thackeray,
Robert A. Shapiro & Desmond K. Runyan, Has This Prepubertal Girl Been Sexually
Abused? at 300 JOURNAL OF THE AMERICAN MEDICAL ASSOCIATION at 2779-92, 2784
(2008) (“Los Centros para el Control y Prevención de las Enfermedades de los EE.UU.
cuenta con pautas para el análisis de las infecciones de transmisión sexual en los casos de
sospecha de abuso sexual. Además, la American Academy of Pediatrics cuenta con
recomendaciones con respecto a cuándo se deberían realizar los análisis de detección de
las enfermedades de transmisión sexual en el caso de los niños pre púberes. ").
9
10 UC Davis Journal of Juvenile Law & Policy Vol. 14:1
En los adolescentes sexualmente activos, puede ser difícil determinar si una ITS
(infección de transmisión sexual) es el resultado del abuso.28 El hecho de que el
presunto agresor no tiene una ITS no descarta al sospechoso debido a que él
pudo haber recibido atención médica.29
La presencia de ciertas infecciones de transmisión sexual en los niños pre
púberes proporciona una fuerte evidencia de abuso sexual. 30 La siguiente ITS
son prueba convincente de la violencia sexual si se descarta
26
El término infección de transmisión sexual (ITS) reemplaza al término más antiguo de
enfermedad de transmisión sexual (ETS).
27
Deborah C. Stewart, Sexually Transmitted Infections in Child and Adolescent Sexual
Assault and Abuse. En Martin A. Finkel & Angelo P. Giardino (Eds.), MEDICAL
EVALUATIONS OF CHILD SEXUAL ABUSE.147-
69, at 147 (3rd ed. 2009) (American Academy of Pediatrics).
Consulte también Allan R. DeJong, Sexually Transmitted Infections in Child
Sexual Abuse. En Robert M. Reece & Cindy W. Christian (Eds.), CHILD ABUSE: MEDICAL
DIAGNOSIS & MANAGEMENT at 343-76 (3rd ed.2009) (American Academy of Pediatrics)
(“Las infecciones de transmisión sexual se han detectado en aproximadamente el 1% al
30% de los niños y adolescentes examinados para verificar una agresión sexual. Se
desconoce el riesgo real de contagio de una ITS por parte de las víctimas de agresión
sexual infantil. Numerosos estudios sugieren que aproximadamente un 5% de los niños
pre púberes que han sido evaluados por agresión sexual presentan una ITS.” en 343).
28
Allan R. DeJong, Sexually Transmitted Infections in Child Sexual Abuse. En Robert M.
Reece & Cindy W. Christian (Eds.), CHILD ABUSE: MEDICAL DIAGNOSIS & MANAGEMENT
at 343-76 (3rd ed. 2009)(American Academy of Pediatrics) (“La presencia de una ITS en
un adolescente pre púber puede ser indicativa de una infección adquirida a través del
abuso o de una actividad sexual previa.” En 343); Deborah C. Stewart, Sexually
Transmitted Infections in Child and Adolescent Sexual Assault and Abuse. En Martin A.
Finkel & Angelo P. Giardino (Eds.), MEDICAL EVALUATIONS OF CHILD SEXUAL ABUSE. en
147-69 (3rd ed. 2009) (American Academy of Pediatrics).
29
Allan R. DeJong, Sexually Transmitted Infections in Child Sexual Abuse. En Robert M.
Reece & Cindy W. Christian (Eds.), CHILD ABUSE: MEDICAL DIAGNOSIS & MANAGEMENT
at 343-76 (3rd ed. 2009) (American Academy of Pediatrics) (“La imposibilidad de
documentar una ITS específica en un posible agresor bajo sospecha no excluye la
posibilidad de que este individuo haya sido la fuente para la infección del niño.” en 345.
"Los agresores que han recibido los antibióticos que se recetan frecuentemente para otra
infección pueden erradicar el gonococo y presentar cultivos negativos cuando son
analizados posteriormente como las posibles fuentes para la infección del niño.” en 348).
30
Molly Curtin Berkoff, Adam J. Zolotor, Kathi L. Makoroff, Jonathan D. Thackeray,
Robert A. Shapiro & Desmond K. Runyan, Has This Prepubertal Girl Been Sexually
Abused? en 300 JOURNAL OF THE AMERICAN MEDICAL ASSOCIATION 2779-92 (2008) (“La
presencia de un contacto
Winter 2010 Expert Testimony in Child Abuse Litigation 11
ITS no siempre significa que un niño ha sufrido una agresión sexual.” en 2785); Allan R.
DeJong, Sexually Transmitted Infections in Child Sexual Abuse. En Robert M. Reece &
Cindy W. Christian (Eds.), CHILD ABUSE: MEDICAL DIAGNOSIS & MANAGEMENT at 343-
76 (3rd ed. 2009) (American Academy of Pediatrics) (“Las infecciones de transmisión
sexual (ITS) no suelen ser identificadas en los niños pre púberes. Por lo tanto, la
presencia de una ITS en un niño debería hacer surgir una preocupación acerca de una
agresión sexual.” p. 343.); Deborah C. Stewart, Sexually Transmitted Infections in Child
and Adolescent Sexual Assault and Abuse. En Martin A. Finkel & Angelo P. Giardino
(Eds.), MEDICAL EVALUATIONS OF CHILD SEXUAL ABUSE. en 147-69 (3rd ed. 2009)
(American Academy of Pediatrics).
31
Deborah C. Stewart, Sexually Transmitted Infections in Child and Adolescent Sexual
Assault and Abuse. En Martin A. Finkel & Angelo P. Giardino (Eds.), MEDICAL
EVALUATIONS OF CHILD SEXUAL ABUSE. 147-
69, 149 (3rd ed. 2009) (American Academy of Pediatrics) (“En todos los niños pre
púberes más allá del período del recién nacido y en todos los adolescentes que no son
sexualmente activos una infección por gonococo suele ser diagnóstica de agresión
sexual.”)
32
Allan R. DeJong, Sexually Transmitted Infections in Child Sexual Abuse. En Robert M.
Reece & Cindy W. Christian (Eds.), CHILD ABUSE: MEDICAL DIAGNOSIS &
MANAGEMENT at 343-76 (3rd ed. 2009) (American Academy of Pediatrics) (“La sífilis se
ha detectado en el 0,0% al 1,8% de las víctimas de abuso sexual notificadas.” en 353. “Se
debe asumir que los niños pre púberes con las etapas primaria o secundaria de sífilis que
se presenta más allá de la primera infancia han sido víctimas de abuso sexual” en 354).
33
Allan R. DeJong, Sexually Transmitted Infections in Child Sexual Abuse.
En Robert M. Reece & Cindy W. Christian (Eds.), CHILD ABUSE: MEDICAL DIAGNOSIS &
MANAGEMENT: A PRACTICAL GUIDE 343-76, at 344 (3rd ed. 2009) (American Academy
of Pediatrics).
34
Id.
35
Allan R. DeJong, Sexually Transmitted Infections in Child Sexual Abuse. En Robert M.
Reece & Cindy W. Christian (Eds.), CHILD ABUSE: MEDICAL DIAGNOSIS &
MANAGEMENT 5346, at 345 (3rd ed. 2009) (American Academy of Pediatrics) (el período
de incubación de la gonorrea es de 2 a 7 días. “Las tasas informadas de infección por
gonococo oscilan entre el 1% al 30% entre los niños sometidos a abuso sexual. La
prevalencia en niños pre púberes es probablemente inferior al 2% y probablemente es
inferior al 7% en niños púberes a los cuales se les realizan cultivos de rutina debido a la
sospecha de abuso sexual.” en 346. “Los gonococos pueden sobrevivir hasta por 24 horas
en los fómites (asientos de inodoros, toallas) en secreciones purulentas húmedas. Este
hecho en algunos casos plantea la posibilidad de una transmisión no sexual,
11
12 UC Davis Journal of Juvenile Law & Policy Vol. 14:1
y la boca de los niños y niñas víctimas de abuso sexual.36 Del mismo modo, la
clamidia tracomatis se transmite por el contacto con el tejido infectado y se
encuentra en la vagina, el recto y la boca de un niño que contrajo la infección del
agresor. 37
Las siguientes ITS hacen surgir una sospecha de abuso sexual, pero no
son diagnósticas: Tricomonas vaginalis, condilomas acuminados (verrugas), 38
y herpes simple genital. 39
C. Embarazo
Consulte Kelley v. State, 292 S.W.3d 297, 300 (Ark. 2009) (el menor de 9 años
presentaba Clamidia; “El Dr. Esquival testificó que la Clamidia se disemina ya sea
"mediante relación sexual activa o mediante un contacto genital a genital muy
cercano.’”).
38
Consulte State v. Smallwood, 2009 WL 2243644 (La. Ct. App. 2009) (tanto el menor
como el imputado presentaban verrugas genitales; el experto testificó que las verrugas
fueron concordantes con el abuso sexual); State v. Johnson, 652 So.2d 1069 (La. Ct. App.
1995) (el niño de 11 años de edad "presentaba verrugas venéreas alrededor de su ano.”).
39
Consulte Deborah C. Stewart, Sexually Transmitted Infections in Child and
Adolescent Sexual Assault and Abuse. En Martin A. Finkel & Angelo P. Giardino (Eds.),
MEDICAL EVALUATIONS OF CHILD SEXUAL ABUSE: A PRACTICAL GUIDE 147 (3rd ed.
2009) (American Academy of Pediatrics).
40
Martin A. Finkel, Physical Examination. En Martin A. Finkel & Angelo P. Giardino
(Eds.), MEDICAL EVALUATION OF CHILD SEXUAL ABUSE: A PRACTICAL GUIDE. 53-103, at
81 (3rd ed. 2009) (American Academy of Pediatrics).
41
Consulte State v. Charley, 189 F.3d 1251, 1256 (10th Cir. 1999) (10-y las víctimas de
13 años de edad informaron contactos genitales y anales repetidos por parte del imputado
con su dedo y su pene; “La exploración física no demostró evidencias de abuso. Ambas
niñas presentaban el himen intacto y las zonas genitales y anales tenían un aspecto
normal, sin sangrado, hematomas, cicatrización, fisuras, marcas o secreción visibles. De
acuerdo al Dr. Junkins, esta circunstancia no implica falta de concordancia con el abuso
sexual dado que los tejidos de los niños sanan rápidamente, aunque puede existir
cicatrización residual.”).
42
Consulte Molly Curtin Berkoff, Adam J. Zolotor, Kathi L. Makoroff, Jonathan D.
Thackeray, Robert A. Shapiro & Desmond K. Runyan, Has This Prepubertal Girl Been
Sexually Abused? 300 JOURNAL OF THE AMERICAN MEDICAL ASSOCIATION 2779-92
(2008) (“el himen y los tejidos circundantes sanan con rapidez, con frecuencia sin dejar
signos de la lesión curada.” en 2780); Martin A. Finkel, Physical Examination. En Martin
A. Finkel & Angelo P.
13
14 UC Davis Journal of Juvenile Law & Policy Vol. 14:1
15
16 UC Davis Journal of Juvenile Law & Policy Vol. 14:1
50
Martin A. Finkel, Medical Aspects of Prepubertal Sexual Abuse. En Robert M. Reece &
Cindy W. Christian (Eds.), CHILD ABUSE: MEDICAL DIAGNOSIS & MANAGEMENT (3rd ed.
2009)(American Academy of Pediatrics) (“Numerosos profesionales no médicos tienen la
percepción de que el himen es una membrana impermeable y que cualquier apertura es
anormal. Un himen imperforado es la única variante anatómica de las diferentes
configuraciones del himen en el cual no se encuentra presente una abertura.”).
51
Martin A. Finkel, Physical Examination. En Martin A. Finkel & Angelo P. Giardino
(Eds.), MEDICAL EVALUATION OF CHILD SEXUAL ABUSE: A PRACTICAL GUIDE. pp. 53-77,
at 61 (3rd ed. 2009) (American Academy of Pediatrics).
52
Martin A. Finkel, Medical Aspects of Prepubertal Sexual Abuse. En
Robert M. Reece & Cindy W. Christian (Eds.), CHILD ABUSE: MEDICAL DIAGNOSIS &
MANAGEMENT (3rd ed. 2009) (American Academy of Pediatrics) (“El aspecto de la
membrana del himen presenta importantes variaciones.”).
53
Molly Curtin Berkoff, Adam J. Zolotor, Kathi L. Makoroff, Jonathan D. Thackeray,
Robert A. Shapiro & Desmond K. Runyan, Has This Prepubertal Girl Been Sexually
Abused?, 300 JOURNAL OF THE AMERICAN MEDICAL ASSOCIATION 2779-92 (2008)
(“Debemos mantener en mente que los hallazgos del diámetro de la abertura del himen
pueden no ser precisos y por lo tanto no son útiles a nivel clínico.” en 2790); Howard
Dubowitz, Healing of Hymenal Injuries: Implications for Child Health Care Professionals,
119 PEDIATRICS 997-99 (2007) (“Ahora sabemos que el tamaño de la apertura del himen
básicamente no tiene ningún significado.” en 998); Martin A. Finkel, Physical
Examination. En Martin A. Finkel & Angelo P. Giardino (Eds.), MEDICAL EVALUATION OF
CHILD SEXUAL ABUSE: A PRACTICAL GUIDE 53-90 (3rd ed. 2009) (American Academy of
Pediatrics) (“El diámetro del orificio del himen por sí solo no debería utilizarse como una
prueba de detección para la presencia de abuso sexual.”).
54
Martin A. Finkel, Physical Examination. En Martin A. Finkel & Angelo P. Giardino
(Eds.), MEDICAL EVALUATION OF CHILD SEXUAL ABUSE: A PRACTICAL GUIDE. 53-103
(3rd ed. 2009) (American Academy of Pediatrics) (“El tejido "normal" del orificio del
himen varía con la edad, hábitos corporales y el desarrollo puberal. El tamaño del orificio
puede variar durante la exploración dependiendo del posicionamiento ( posición supina
en patas de rana versus rodillas en el pecho), el estado de relajación del paciente y la
técnica de exploración.
Winter 2010 Expert Testimony in Child Abuse Litigation 17
17
18 UC Davis Journal of Juvenile Law & Policy Vol. 14:1
58
Molly Curtin Berkoff, Adam J. Zolotor, Kathi L. Makoroff, Jonathan D. Thackeray,
Robert A. Shapiro & Desmond K. Runyan, Has This Prepubertal Girl Been Sexually
Abused? 300 JOURNAL OF THE AMERICAN MEDICAL ASSOCIATION 2779-80 (2008) (“la
penetración puede haber ocurrido sin causar una lesión física.” en 2780).
59
Martin A. Finkel, Physical Examination. En Martin A. Finkel & Angelo P. Giardino
(Eds.), MEDICAL EVALUATION OF CHILD SEXUAL ABUSE: A PRACTICAL GUIDE 53, 86 (3rd
ed. 2009) (American Academy of Pediatrics) (“En el paciente pre púber que experimenta
penetración vaginal, existe un potencial limitado de identificar hallazgos que sean
diagnósticos. . . ").
60
Id. (“Dependiendo de la edad de la niña. la penetración de la vagina con el pene puede o
no conducir a hallazgos significativos.” en 85. “En las niñas pre púberes la elasticidad de
la membrana puede permitir la introducción del pene con una cantidad sorprendentemente
pequeña de abrasión.” en 86).
61
Martin A. Finkel, Physical Examination. En Martin A. Finkel & Angelo P. Giardino
(Eds.), MEDICAL EVALUATION OF CHILD SEXUAL ABUSE: A PRACTICAL GUIDE 53-103
(3rd ed. 2009) (American Academy of Pediatrics) (“Se espera que la introducción de un
pene adulto en la vagina de una niña pre púber debería producir signos obvios y agudos de
trauma y resulte en residuos crónicos tales como transecciones y tejido cicatricial curado.
Esto es así cuando el contacto ha sido agudo y forzado” en 85); John McCann, Sheridan
Miyamoto, Cathy Boyle & Kristen Rogers, Healing of Hymenal Injuries in Prepubertal
and Adolescent Girls: A Descriptive Study, 119 PEDIATRICS e1094-e1106 (2007) (“A
medida que sana la laceración del himen, ésta puede o dejar pruebas de la lesión anterior
.” en e1095).
62
Martin A. Finkel, Physical Examination. En Martin A. Finkel & Angelo
P. Giardino (Eds.), MEDICAL EVALUATION OF CHILD SEXUAL ABUSE: A PRACTICAL GUIDE
53-103 (3rd ed. 2009) (American Academy of Pediatrics) (“Sin embargo, algunas lesiones
no transversales, agudas y bastante impactantes pueden sanar dejando una cantidad de
residuos sorprendentemente pequeña .” en 86).
63
Molly Curtin Berkoff, Adam J. Zolotor, Kathi L. Makoroff, Jonathan D. Thackeray,
Robert A. Shapiro & Desmond K. Runyan, Has This Prepubertal Girl Been Sexually
Abused? 300 JOURNAL OF THE AMERICAN MEDICAL ASSOCIATION 2779-92 (2008) (“Una
transección del himen posterior
Winter 2010 Expert Testimony in Child Abuse Litigation 19
Algunas niñas pre púberes tienen una muesca que no se extiende a todo lo ancho
del himen. 64 Una muesca profunda es probatoria, aunque no diagnóstica, de la
penetración. 65
El sexo oral normalmente no causa ninguna lesión. Sin embargo, si se
utiliza fuerza, pueden existir pequeños puntos rojos llamados petequias en el
paladar y la parte posterior de la boca de la niña. 66 Esta lesión se produce
cuando se rompen los capilares.67 En el interior del labio superior e inferior
existe una pequeña porción de tejido llamada frenillo que conecta el labio a las
entre las 4 y 8 del reloj en niñas pre púberes indica una lesión por penetración genital, sin
embargo la presencia de este hallazgo no confirma el abuso sexual. En los estudios en
niñas pre púberes sin antecedentes de lesiones genitales no se observaron hallazgos en el
himen posterior incluyendo las transecciones entre las 4 y 8 del reloj, muestras profundas
y perforaciones. .
.” en 2790).
64
Consulte State v. Streater, 673 S.E.2d 365 (N.C. Ct. App. 2009) (muescas profundas en
el himen en 10:00 y 2:00). Opinión retirada debido al mandato del tribunal.
65
Molly Curtin Berkoff, Adam J. Zolotor, Kathi L. Makoroff, Jonathan D.
Thackeray, Robert A. Shapiro & Desmond K. Runyan, Has This Prepubertal Girl Been
Sexually Abused? 300 JOURNAL OF THE AMERICAN MEDICAL ASSOCIATION 2779-92
(2008) (“En los estudios en niñas pre púberes sin antecedentes de lesiones genitales,
incluyendo esta revisión sistemática, no se observaron hallazgos en el himen posterior
incluyendo las transecciones entre las 4 y 8 del reloj, muestras profundas y perforaciones.
Por lo tanto, se puede concluir que los hallazgos de transecciones, muestras profundas y
perforaciones en la parte posterior del himen son extremadamente poco frecuentes en las
niñas sin antecedentes de lesión genital debido a agresión sexual o por otros medios. Las
pautas vigentes sugieren que las muescas profundas respaldan la divulgación del abuso
sexual. Sin la divulgación del abuso sexual, la interpretación de las muescas profundas se
considera como un hallazgo no determinante que podría requerir de evaluación adicional.
A pesar de que no se encontraron muescas profundas en el himen posterior en niñas pre
púberes sin antecedentes de abuso sexual, este hallazgo tampoco es frecuente entre las
niñas agredidas sexualmente. ” en 2790).
66
Martin A. Finkel, Physical Examination. En Martin A. Finkel & Angelo P. Giardino
(Eds.), MEDICAL EVALUATION OF CHILD SEXUAL ABUSE: A PRACTICAL GUIDE. 53-103, at
84 (3rd ed. 2009) (American Academy of Pediatrics).
67
Consulte el Dorland’s Illustrated Medical Dictionary (30th ed. 2003), que define
“petecia” como una mancha puntuda, no elevada, perfectamente redonda, de color rojo
púrpura ocasionada por hemorragia intradérmica o submucosa .” p. 1411. Ciertas
afecciones médicas pueden ocasionar petequias.
19
20 UC Davis Journal of Juvenile Law & Policy Vol. 14:1
encías.68 Se pueden sentir los frenillos colocando la lengua por delante de sus
dientes superiores. Si los labios de una niña son forzados fuera de su boca, el
frenillo puede desgarrarse. 69
La penetración del ano puede o no causar lesiones. 70
El esfínter anal es elástico y está diseñado para abrirse lo suficiente como para
dejar pasar heces que son tan grandes como el pene promedio. 71 Un dedo o un
pene pueden penetrar el ano sin causar lesiones, particularmente cuando se utiliza
la lubricación. 72 Frotar un dedo o el pene entre las nalgas pueden causar eritema
temporal, pero el eritema por sí solo no es probatorio de abuso sexual. 73
68
El “frenillo” es “un pequeño pliegue de tegumento o membrana mucosa que controla,
delimita o limita los movimientos de un órgano o parte.” Dorland’s Illustrated Medical
Dictionary 739 (30th ed. 2003). Existen numerosos frenillos en el cuerpo humano,
incluyendo aquellos que acoplan los labios a las encías.
69
Martin A. Finkel, Physical Examination. En Martin A. Finkel & Angelo
P. Giardino (Eds.), MEDICAL EVALUATION OF CHILD SEXUAL ABUSE: A PRACTICAL
GUIDE. 53-103, 84 (3rd ed. 2009) (American Academy of Pediatrics).
70
Id. (“Existen controversias relacionadas con la significación de la dilatación anal en
respuesta a la tracción. La dilatación rectal debería ser interpretada con cautela cuando se
observa sola.” en 76).
71
Martin A. Finkel, Medical Aspects of Prepubertal Sexual Abuse. En
Robert M. Reece & Cindy W. Christian (Eds.), CHILD ABUSE: MEDICAL DIAGNOSIS &
MANAGEMENT (3rd ed. 2009) (American Academy of Pediatrics) (“El esfínter anal está
diseñado anatómicamente para contraerse y dejar pasar las heces de manera habitual.
Los niños pueden evacuar heces de un diámetro sorprendentemente grande sin
problemas, según las descripciones entregadas por sus padres. Se pueden observar
fisuras anales después de la evacuación de heces de gran tamaño, tal como se suele
observar en los casos de estreñimiento. Las fisuras también pueden ser el resultado de la
introducción de un cuerpo extraño, tales como un dedo, el pene u otro tipo de objeto. Las
fisuras anales son un hallazgo no específico de trauma superficial de la mucosa. La
especificidad de una fisura aumenta con un relato corroborante.” en 285).
72
Martin A. Finkel, Physical Examination. En Martin A. Finkel & Angelo
P. Giardino (Eds.), MEDICAL EVALUATION OF CHILD SEXUAL ABUSE: A PRACTICAL GUIDE
53-103, at 87 (3rd ed. 2009) (American Academy of Pediatrics).
73
Martin A. Finkel, Medical Aspects of Prepubertal Sexual Abuse. En Robert M. Reece
& Cindy W. Christian (Eds.), CHILD ABUSE: MEDICAL DIAGNOSIS & MANAGEMENT (3rd
ed. 2009) (American Academy of Pediatrics) (“Los tejidos anales y perianales se
examinan cuidadosamente para detectar tanto signos de trauma agudo como de lesiones
curadas . Los signos agudos de trauma pueden ser evidentes como
Winter 2010 Expert Testimony in Child Abuse Litigation 21
abrasiones y excoriación superficial del borde anal y los tejidos que conforman la
hendidura glútea . Con frecuencia se observa el enrojecimiento perianal en niños tanto
abusados como no abusados, y por lo tanto es un hallazgo que no es específico.” en 284-
85).
74
Martin A. Finkel, Physical Examination. En Martin A. Finkel & Angelo
P. Giardino (Eds.), MEDICAL EVALUATION OF CHILD SEXUAL ABUSE: A PRACTICAL
GUIDE. 53-103, at 91 (3rd ed. 2009) (American Academy of Pediatrics).
75
Id. (“La causa principal fue una lesión en horcajadas en objetos tales como bicicletas,
camas, cercas, paredes de concreto y equipamiento en juegos infantiles. Otras causas de
lesión perianal accidental fueron empalamiento, accidentes automovilísticos, lesiones
con los cierres de cremallera y mordeduras de animales.” en 398-99).
76
Martin A. Finkel, Physical Examination. In Martin A. Finkel & Angelo P. Giardino
(Eds.), MEDICAL EVALUATION OF CHILD SEXUAL ABUSE: A PRACTICAL GUIDE 53-103,
at 91 (3rd ed. 2009) (American Academy of Pediatrics).
Consulte People v. Vang, 171 Cal. App. 4th 1120, 90 Cal. Rptr. 3d. 328
(2009) (el experto testificó que la niña tenía muy poco himen entre 5:00 a 7:00 y que esto
era concordante con penetración; el experto testificó que esta lesión "no pudo haber sido
ocasionada por una lesión producida por un accidente con la bicicleta " 90 Cal. Rptr.
3d at 331).
77
Martin A. Finkel, Physical Examination. In Martin A. Finkel & Angelo
P. Giardino (Eds.), MEDICAL EVALUATION OF CHILD SEXUAL ABUSE: A PRACTICAL
GUIDE 53-103, at 91 (3rd ed. 2009) (American Academy of Pediatrics).
78
See, e.g., Cal. Penal Code §§ 261 (violación); 286 (sodomía); 289 (penetración sexual
ilícita).
Consulte también, In re E.H., 967 A.2d 1270 (D.C. 2009).
79
Consulte, e.g., State v. Shaw, 987 So.2d 398, 409 (La. Ct. App. 2008) (“Para que ocurra
una violación, no es necesaria la presencia de un eflujo.”).
21
22 UC Davis Journal of Juvenile Law & Policy Vol. 14:1
80
Consulte por ejemplo., State v. Shaw, 987 So.2d 398, 409 (La. Ct App. 2008) (“Para que
suceda una violación, no es necesaria la presencia del eflujo, y cualquier penetración,
independientemente de lo leve de la apertura de los genitales femeninos, incluso de sus
estructuras externas, es suficiente.”).
81
Ver por ejemplo., Commonwealth v. King, 445 Mass. 217, 834 N.E.2d 1175 (2005)
(oral penetration).
82
Ver por ejemplo., State v. Galloway, 304 N.C. 485, 284 S.E.2d 509 (1981);
Warner v. State, 144 P.3d 838 (Okla. Crim. App. 2006).
83
Singleton v. State, 16 So.3d 742 (Miss. Ct. App. 2009).
84
Ver por ejemplo., Johnson v. State, 328 Ark. 526, 944 S.W.2d 115, 116 (1997); State v.
Hawkins, 968 So.2d 1082, 1088 (La. Ct. App. 2007) (“El testimonio de la víctima puede
ser suficiente para establecer la penetración sexual, incluso si no existen pruebas
científicas de una relación sexual").
85
Martin A. Finkel, Physical Examination. En Martin A. Finkel & Angelo P. Giardino
(Eds.), MEDICAL EVALUATION OF CHILD SEXUAL ABUSE: A PRACTICAL GUIDE 53-103
(3rd ed. 2009) (American Academy of Pediatrics)(refiriéndose a los genitales, el Dr. Finke
señala, “Los niños con frecuencia declaran que un objeto se ha colocado "adentro" de
ellos, y sin embargo, no existen hallazgos físicos confirmatorios.” en 85. Con referencia a
la penetración anal, Finkel señala, “Tal como lo que sucede con las niñas que
proporcionan relatos de penetración vaginal cuyos hallazgos en la exploración sugieren
otra cosa, el contacto genital-anal puede ser percibido como ingresando dentro del canal
ano rectal, cuando en realidad, la presión sobre el esfínter externo dilató el ano, creando la
sensación de un objeto que ingresa dentro del canal sin la penetración real.” en 88).
Ver In re E.H., 967 A.2d 1270 (D.C. 2009) (el reacio testimonio del niño no fue
suficiente para establecer la penetración).
86
Después de muchos años analizando casos de penetración, me da la impresión de las
cortes de apelaciones son bastante generosas cuando se trata de defender los hallazgos
judiciales de penetración.
Winter 2010 Expert Testimony in Child Abuse Litigation 23
87
Según lo indicado en otra parte el himen pre púber típicamente es muy sensible al
tacto. Ciertamente un pene adulto e incluso un dedo que ingresa dentro de los genitales de
una niña de corta edad pueden causar un nivel importante de dolor .
88
Ver por ejemplo, e.g., United States v. Wilcox, 487 F.3d 1163 (8th Cir. 2007)(la
víctima describió la penetración, el imputado admitió la penetración); Stulb v. State, 279
Ga. App. 547, 631 S.E.2d 765, 767 (2006) (durante el juicio Stulb admitió que "mi pene
estaba afuera" y que el "intentó colocar su pene dentro de la vagina de [A.L.]’ Por otra
parte, A.L. declaró que "dolió" cuando Stulb trató de tener relaciones sexuales con ella. . .
En vista de la admisión de Stulb de que había intentado tener relaciones sexuales con
A.L. y la declaración de A.L. de que eso "dolió", existieron pruebas suficientes para que
el jurado concluyera que existió una penetración leve”).
89
Consulte United States v. Charley, 189 F.3d 1251 (10th Cir. 1999); State v. Streater,
673 S.E.2d 365 (N.C. Ct. App. 2009)(el testimonio del médico de que sus hallazgos
fueron concordantes con abuso sexual se consideró una opinión inadmisible con respecto
a la credibilidad del niño, no existieron pruebas físicas de agresión sexual)
23
24 UC Davis Journal of Juvenile Law & Policy Vol. 14:1
.
Winter 2010 Expert Testimony in Child Abuse Litigation 25
90
Ver Debra A. Poole & Michele A. Wolfe, Child Development: Normative Sexual and
Nonsexual Behaviors That May Be Confused with Symptoms of Sexual Abuse, in Kathryn
Kuehnle & Mary Connell, THE EVALUATION of CHILD SEXUAL ABUSE ALLEGATIONS 101-
28 (2009) (Wiley)(los problemas del sueño no son un indicador potente de abuso sexual).
91
Ver Michael W. Mellon, Stephen P. Whiteside & William N. Friedrich,
The Relevance of Fecal Soiling as an Indicator of Child Sexual Abuse: A Preliminary
Analysis, 27 JOURNAL OF DEVELOPMENTAL BEHAVIORAL PEDIATRICS 25-32 (2006) (la
defecación ocasional en la ropa interior no es un elemento suficiente como para
diagnosticar el abuso sexual infantil); Debra A. Poole & Michele A. Wolfe, Child
Development: Normative Sexual and Nonsexual Behaviors That May Be Confused with
Symptoms of Sexual Abuse, in Kathryn Kuehnle & Mary Connell (Eds.), THE
EVALUATION OF CHILD SEXUAL ABUSE ALLEGATIONS 101-28 (2009) (Wiley) (la
defecación en la ropa interior no es un síntoma útil para diferenciar a los niños abusados
de los no abusados).
92
Para información acerca del impacto psicológico del abuso sexual infantil, ver Jennifer
J. Freyd, Frank W. Putnam, Thomas D. Lyon, Kathryn A. Becker- Blease, Ross E. Cheit,
Nancy B. Siegel, & Kathy Pezdek, The Science of Child Sexual Abuse, 308 SCIENCE 501
(22 April 2005) (El abuso sexual infantil está asociado con serios problemas de salud
mental y física, abuso de drogas, victimización y criminalidad en la edad adulta. Los
problemas de salud mental incluyen el trastorno de estrés postraumático, la depresión y el
suicidio. El abuso sexual infantil puede interferir con el apego, el control emocional y los
principales sistemas de respuesta.”); Kathleen A. Kendall-Tackett, Linda Meyer Williams
& David Finkelhor, Impact of Sexual Abuse on Children: A Review and Synthesis of
Recent Empirical Findings, 113 PSYCHOLOGICAL BULLETIN 164-80 (1993); John E.B.
Myers, Myers on Evidence in Child, Domestic and Elder
25
26 UC Davis Journal of Juvenile Law & Policy Vol. 14:1
Abuse Cases § 6.03 (2005, 2010 Supp.) (Aspen) (recolectando las investigaciones
psicológicas sobre el impacto del abuso sexual).
Ver también People v. Weiss, 133 P.3d 1180, 1185 (Colo. 2006) (“La agresión es
una de las experiencias más intimidantes y que más devastantes de invasión personal que
le pueden suceder a una persona en su vida. Típicamente produce recuerdos y reflexiones
destructivas a nivel emocional para la víctima mucho después de que el hecho haya
ocurrido. Esto es especialmente cierto cuando la víctima es un niño”).
93
Lucy Berliner & Diana M. Elliott, Sexual Abuse of Children, in John E.B. Myers, Lucy
Berliner, John Briere, C. Terry Hendrix, Carole Jenny & Theresa A. Reid (Eds.), THE
APSAC HANDBOOK ON CHILD MALTREATMENT 55-78, at 60 (2002) (Sage).
94
Ver State v. Arroyo, 284 Conn. 597, 935 A.2d 975, 982 n. 8 (2007); State v. Bruna, 12
Neb. App. 798, 686 N.W.2d 590, 612 (2004) (el agresor utiliza amenazas de violencia y
vergüenza).
Para información sobre la divulgación del abuso sexual infantil, consulte Thomas
D. Lyon, Abuse Disclosure: What Adults Can Tell, in Bette L. Bottoms, Gail S. Goodman
& C.J. Najdowski (Eds.), CHILD VICTIMS, CHILD OFFENDERS: PSYCHOLOGY AND LAW
(2009) (Guilford); Margarte-Ellen Pipe, Michael E. Lamb, Yael Orbach & Ann-Christin
Cederborg (Eds.), CHILD SEXUAL ABUSE: DISCLOSURE, DELAY & DENIAL (2007)
(Lawrence Erlbaum).
95
Ver por ejemplo, State v. Streater, 673 S.E.2d 365 (N.C. Ct. App. 2009) (el imputado
amenazó con "enterrar" a la víctima si ella hablaba sobre el asunto).
96
Ver, e.g., State v. Thomas, 290 So.3d 129, 132 (Mo. Ct. App. 2009) (“Más adelante que
dijo a M.M. que mataría a su madre, a sus hermanas o a su amiga si M.M. contaba algo
acerca de lo que había sucedido); State v. Giddens, 681 S.E.2d 504, 505 (N.C. Ct. App.
2009) (“El imputado le dijo a J.B. que si le contaba a alguien lo que había sucedido,
mataría a Amanda.”); In re C.C., 2005 WL 2388262 (Ohio Ct. App. 2005)(no informado)
(la víctima recibiría un tiro si contaba lo que había sucedido).
97
Ver State v. Thomas, 290 S.W.3d 129, 131 (Mo. Ct. App. 2009) (“El imputado le dijo a
A.P. que no le contara a nadie porque su madre o
Winter 2010 Expert Testimony in Child Abuse Litigation 27
a su abuelo podría matarlo, o podría ir a prisión durante mucho tiempo. A.P. no le contó a
nadie porque ella aún quería al imputado y tenía temor respecto a su seguridad.”).
98
Una búsqueda en Westlaw revela numerosos casos que emplearon el término "nuestro
pequeño secreto". Ver por ejemplo, State v. Morgan, 2009 WL 306188 (Neb. Ct.
App. 2009) (no informado).
99
Ver Daniel v. State, 675 S.E.2d 472 (Ga. Ct. App. 2009) (la niña fue obligada a
retractarse por su familia y un investigador de la defensa).
100
Sandra A. Graham-Bermann & Kathryn H. Howell, Child Abuse in the Context of
Intimate Partner Violence, in John E.B. Myers (Ed.), THE APSAC HANDBOOK ON CHILD
MALTREATMENT (3d ed. 2010) (Sage).
101
Howard Dubowitz (Ed.), NEGLECTED CHILDREN: RESEARCH, PRACTICE AND POLICY
(1999) (Sage).
27
28 UC Davis Journal of Juvenile Law & Policy Vol. 14:1
102
See David Faust, Ana J. Bridges & David C. Ahern, Methods for the Identification of
Sexually Abused Children: Issues and Needed Features for Abuse Indicators, in Kathryn
Kuehnle & Mary Connell (Eds.), THE EVALUATION OF CHILD SEXUAL ABUSE
ALLEGATIONS 3-19, at 7 (2009) (Wiley) (“Un indicador diferenciador perfecto debería
estar asociado únicamente con el abuso sexual infantil, debería ocurrir solamente si un
niño ha sido agredido sexualmente y nunca debería ocurrir debido a otras razones, sin
embargo, dichos indicadores son extremadamente raros en psicología.”).
103
Ver Sonja N. Brilleslijper-Kater, William N. Friedrich & David L. Corwin, Sexual
Knowledge and Emotional Reaction as Indicators of Sexual Abuse in Young Children:
Theory and Research Challenges, 28 CHILD ABUSE & NEGLECT 1007-17 (2004); Kamala
London, Maggie Bruck, Stephen J. Ceci & Daniel W. Shuman, Disclosure of Child Sexual
Abuse: A Review of the Contemporary Empirical Literature, in Margaret- Ellen Pipe,
Michael E. Lamb, Yael Orbach & Ann-Christin Cederborg (Eds.), CHILD SEXUAL ABUSE:
DISCLOSURE, DELAY & DENIAL 11-40, at 11 (2007) (Lawrence Erlbaum) (“[No existe
ningún síntoma psicológico que sea específico para el abuso sexual.”).
104
Ver Kathleen A. Kendall-Tackett, Linda Meyer Williams & David
Finkelhor, Impact of Sexual Abuse on Children: A Review and Synthesis of Recent
Empirical Findings, 113 PSYCHOLOGICAL BULLETIN 164-80 (1993).
105
Gail S. Goodman, R.E. Emery & J.J. Haugaard, Developmental Psychology and Law.
The Cases of Divorce, Child Maltreatment, Foster Care, and Adoption, in I.E. Sigel &
K.A. Renninger (Eds.), HANDBOOK OF CHILD PSYCHOLOGY: VOLUME 4. CHILD
PSYCHOLOGY IN PRACTICE 775-874 (1998).
Winter 2010 Expert Testimony in Child Abuse Litigation 29
106
Ver Ana J. Bridges, David Faust & David C. Ahern, Methods for the Identification of
Sexually Abused Children: Reframing the Clinician’s Task and Recognizing Its Disparity
with Research on Indicators, in Kathryn Kuehnle & Mary Connell (Eds.), THE
EVALUATION OF CHILD SEXUAL ABUSE ALLEGATIONS 21-47 (2009) (Wiley); David Faust,
Ana J. Bridges
& David C. Ahern, Methods for the Identification of Sexually Abused Children: Issues and
Needed Features for Abuse Indicators, in Kathryn Kuehnle & Mary Connell (Eds.), The
EVALUATION OF CHILD SEXUAL ABUSE ALLEGATIONS 3-19 (2009)(Wiley); David Faust,
Ana J. Bridges & David C. Ahern, Methods for Identification of Sexually Abused
Children: Suggestions for Clinical Work and Research, in Kathryn Kuehnle & Mary
Connell (Eds.), THE EVALUATION OF CHILD SEXUAL ABUSE ALLEGATIONS
29-66 (2009) (Wiley); Thomas D. Lyon & Jonathan J. Koehler, The Relevance Ratio:
Evaluating the Probative Value of Expert Testimony in Child Sexual Abuse Cases, 82
CORNELL LAW REVIEW 43-78 (1996); Jonathan J. Koehler, The Normative Status of Base
Rates at Trial, in J.
29
30 UC Davis Journal of Juvenile Law & Policy Vol. 14:1
Castellan, Jr. (Ed.), INDIVIDUAL AND GROUP DECISION MAKING: CURRENT ISSUES 137-49
(2003) (Lawrence Erlbaum).
107
Ver Debra A. Poole & Michele A. Wolfe, Child Development: Normative Sexual and
Nonsexual Behaviors That May Be Confused with Symptoms of Sexual Abuse, Kathryn
Kuehnle & Mary Connell, THE EVALUATION OF CHILD SEXUAL ABUSE ALLEGATIONS 101-
28, at 117 (2009) (Wiley) (“Una de las razones que las quejas esporádicas no permitan
diferenciar entre los niños abusados y los no abusados es que las quejas físicas son tan
comunes entre los niños en general.”).
Winter 2010 Expert Testimony in Child Abuse Litigation 31
108
Los criterios diagnósticos para el TEPT se presentan en AMERICAN PSYCHIATRIC
ASSOCIATION, DIAGNOSTIC AND STATISTICAL MANUAL OF MENTAL DISORDERS (4th ed.
Text Revision) (2000).
109
Ver id. en 468 (“La persona ha sido expuesta a un evento traumático . . . ").
110
Ver State v. Chauvin, 846 So.2d 697, 704 (La. 2003) (“El trastornos de estrés
postraumático supone la presencia de un estresor y luego acopla un diagnóstico a las
reacciones del niño a dicho estresor
. ").
111
Ver David L. Faigman, David H. Kaye, Michael J. Saks & Joseph Sanders, MODERN
SCIENTIFIC EVIDENCE: THE LAW AND SCIENCE OF EXPERT TESTIMONY § 13-1.2.1 at 107
(2002)(West) (“Algunos tribunales han expresado sus preocupaciones con respecto a los
aspectos autoreferentes del trastorno de estrés postraumático. En especial, por definición,
un prerrequisito previo para un hallazgo de trastorno de estrés postraumático, es la
experiencia de "un evento que está fuera del ámbito de las experiencias humanas
normales y que sería angustioso para casi todas las personas.’ Por supuesto, lo que el
proceso judicial se propone determinar es que la presunta víctima ha sufrido una
experiencia de esta índole. Por lo tanto, existe una tendencia a razonar a partir de un
diagnóstico de trastorno de estrés postraumático, el cual acepta que la experiencia
traumática ocurrió si la persona dice que así fue, al juicio de que en realidad ocurrió la
experiencia traumática”).
31
32 UC Davis Journal of Juvenile Law & Policy Vol. 14:1
112
See William N Friedrich, P. Grambsch, D. Broughton, J. Kuipers &
W.L. Beilke, Normative Sexual Behavior in Children, 88 PEDIATRICS 456-
64, 462 (1991) (Friedrich y sus colaboradores encontraron que los comportamientos
sexuales inusuales en niños no abusados son aquellos que "son ya sea más agresivos o más
imitativos de la conducta sexual adulta”).
113
Ver Debra A. Poole & Michele A. Wolfe, Child Development: Normative Sexual and
Nonsexual Behaviors That May Be Confused with Symptoms of Sexual Abuse, in Kathryn
Kuehnle & Mary Connell, THE EVALUATION OF CHILD SEXUAL ABUSE ALLEGATIONS 101-
28 (2009) (Wiley).
114
Ver C.L.S. v. G.J.S., 953 So.2d 1025, 1042 (La. Ct. App. 2007) (“Algunas de las
pruebas más potentes de que la hija fue agredida sexualmente fue el testimonio
relacionado con la conducta sexualizada demostrada por esta pequeña niña. Habría sido
casi imposible para una hija de tan corta edad simular la masturbación masculina y
describir la eyaculación en la forma en que lo hizo sin haber sido expuesta a la agresión
sexual .”).
Winter 2010 Expert Testimony in Child Abuse Litigation 33
115
Ver Cynthia DeLago, Esther Deblinger, Christine Schroeder & Martin A. Finkel, Girls
Who Disclose Sexual Abuse: Urogenital Symptoms and Signs After Genital Contact, 122
PEDIATRICS e281-e286, at e281 (2008) (“En la mayoría de los casos, el diagnóstico final
de abuso sexual se basa en el relato de la niña, especialmente si aporta detalles
idiosincráticos que son específicos a su situación”).
116
Ver C.L.S. v. G.J.S., 953 So.2d 1025, 1042 (La. Ct. App. 2007) (“Algunas de las
pruebas más potentes de que la hija fue agredida sexualmente fue el testimonio
relacionado con la conducta sexualizada demostrada por esta niña de tan corta edad.
Habría sido casi imposible para una hija de tan corta edad simular la masturbación
masculina y describir la eyaculación en la forma en que lo hizo sin haber estado expuesta
al abuso sexual ”); State v. Smith, 768 N.W.2d 62 (Wis. Ct. App. 2009) (la niña dijo que
el pene del imputado se sentía como un "plátano duro").
117
Ver State v. Shelton, 218 Or. App. 652, 180 P.3d 155, 157 (2008) (“Entre los meses de
agosto y octubre de 2004, Deborah notó que T tenía una conducta insólita e inapropiada.
En una ocasión, Deborah observó que T se sacó la ropa interior y trató de insertarse
piedras en su interior ”)
118
La masturbación es normal. Lo que es preocupante es la masturbación excesiva.
Obviamente, puede ser difícil determinar en qué momento la masturbación normal cruza
la barrera a la masturbación excesiva.
119
Ver Sonja N. Brilleslijper-Kater, William N. Friedrich & David L. Corwin, Sexual
Knowledge and Emotional Reaction as Indicators of
Sexual Abuse in Young Children: Theory and Research Challenges, 28
33
34 UC Davis Journal of Juvenile Law & Policy Vol. 14:1
CHILD ABUSE & NEGLECT 1007-17, at 1013 (2004) (“Los niños en edad pre-escolar sólo
tienen un conocimiento limitado de la sexualidad . Sólo posee un conocimiento básico de
las diferencias genitales, de la identidad de su propio género, de las partes sexuales del
cuerpo y de sus funciones no sexuales. Los niños no piensan de manera sexual acerca de
las funciones de las partes sexuales del cuerpo ”); William N Friedrich, P. Grambsch, D.
Broughton, J. Kuipers & W.L. Beilke, Normative Sexual Behavior in Children, 88
PEDIATRICS 456-64 (1991).
120
Consulte Debra A. Poole & Michele A. Wolfe, Child Development: Normative Sexual
and Nonsexual Behaviors That May Be Confused with Symptoms of Sexual Abuse. In
Kathryn Kuehnle & Mary Connell (Eds.), THE EVALUATION OF CHILD SEXUAL ABUSE
ALLEGATIONS: A COMPREHENSIVE GUIDE TO ASSESSMENT AND TESTIMONY 101-128
(2009) (Wiley).
121
Ver Sonja N. Brilleslijper-Kater, William N. Friedrich & David L.
Corwin, Sexual Knowledge and Emotional Reaction as Indicators of Sexual Abuse in
Young Children: Theory and Research Challenges, 28 CHILD ABUSE & NEGLECT 1007-17
(2004); Debra A. Poole & Michele A. Wolfe, Child Development: Normative Sexual and
Nonsexual Behaviors That May Be Confused with Symptoms of Sexual Abuse, in Kathryn
Kuehnle & Mary Connell, THE EVALUATION OF CHILD SEXUAL ABUSE ALLEGATIONS.
101-28, 112 (2009) (Wiley) (”Sin embargo, es un error asumir que la mayoría de los niños
que presentan una conducta sexual inapropiada fueron agredidos sexualmente. La mayoría
de los comportamientos sexuales se presentan entre los niños no abusados simplemente
debido a que la conducta sexual es común y a que existen más niños no abusados que
abusados”).
122
Ver Gary B. Melton, John Petrila, Norman G. Poythress & Christopher Slobogin,
PSYCHOLOGICAL EVALUATIONS FOR THE COURTS: A HANDBOOK FOR MENTAL HEALTH
PROFESSIONALS AND LAWYERS 874 n.211 (3rd ed.) (2007) (Guilford) (“Debido a que una
gran proporción de una pequeña población (de los niños agredidos sexualmente) aún
puede ser más pequeña que una pequeña proporción de una población más grande (de los
niños no abusados) y a que la conducta sexualizada es sólo es exhibida por una minoría de
la población abusada sexualmente, el problema (del tamaño de la población) sigue estando
presente . ").
Winter 2010 Expert Testimony in Child Abuse Litigation 35
123
El valor probatorio del conocimiento sexual inadecuado para la etapa del desarrollo
suele ser objeto de controversias. See Kerry M. Drach, Joyce Wientzen, & Lawrence R.
Ricci, The Diagnostic Utility of Sexual Behavior Problems in Diagnosing Sexual Abuse in
a Forensic Child Abuse Evaluation Clinic, 25 CHILD ABUSE & NEGLECT 489-503 (2001).
En el Resumen de este artículo, los autores señalan, “Este estudio no encontró una
relación significativa entre un diagnóstico de abuso sexual y la presencia o ausencia de
problemas de conducta sexual en una muestra de niños referidos para la evaluación del
abuso sexual. El hallazgo sugiere que la comunidad de profesionales debería ser cautelosa
al basarse en los problemas del comportamiento sexual como un indicador diagnóstico
del abuso sexual.” El artículo de Drach, Wientzen y Ricci es criticado en William N.
Friedrich, Sarah T. Trane, & Kevin J. Gully, Letter to the Editor, It Is a Mistake to
Conclude that Sexual Abuse and Sexualized Behavior Are Not Related: A Reply to Drach,
Wientzen, and Ricci (2001), 29 CHILD ABUSE & NEGLECT 297-302, 297 (2005). Friedrich
y sus colaboradores señalaron, “Sus hallazgos reiteran el hecho que la conducta sexual no
es simplemente una función del abuso sexual, sino que en efecto puede demostrar un
proceso normativo, las variables familiares y las variables del niño en sí. Sin embargo,
nosotros pensamos que su conclusión de que un relato de abuso sexual no se correlaciona
con la conducta sexuada es un error basado en: la lógica circular, sobre generalización y
resultados nuños, y un criterio no válido.” En una carta de respuesta a la carta al editor de
Friedrich, Trane y Gully, Ricci, Drach, & Wientzen discreparon con la crítica de
Friedrich. Lawrence R. Ricci, Kerry M. Drach, & Joyce Wientzen, Further Comment on
the Lack of Utility of Sexual Behavior Problems as Measured by the Child Sexual
Behavior Inventory in Diagnosing Sexual Abuse: A Reply to Friedrich, Gully, and Trane
(2004), 29 CHILD ABUSE & NEGLECT 303-306 (2005).
35
36 UC Davis Journal of Juvenile Law & Policy Vol. 14:1
niña por los efectos del abuso sexual si no hay ninguna razón para pensar que fue
abusada. Sin embargo, el grado de certeza necesario para diagnosticar el abuso
sexual en el ámbito clínico podría no ser suficiente para proporcionar un
testimonio experto en el tribunal. 124 Esto presenta la cuestión de si los
profesionales de la salud mental pueden diagnosticar el abuso sexual con la
suficiente fiabilidad para que su testimonio sea útil en el proceso judicial.
Esta pregunta divide a los expertos en el abuso sexual infantil. Algunos
expertos, en particular el psicólogo Gary Melton, argumentan que los
profesionales de salud mental no pueden detectar con fiabilidad el abuso
sexual.125 Melton afirma que la evaluación de los síntomas observados en niños
abusados y no abusados es una cuestión de sentido común, y que los
profesionales de salud mental tienen poco que aportar. 126
Por otra parte, Melton argumenta que los profesionales de la salud mental
dependen en gran medida de las palabras del niño al conformar sus decisiones
sobre el abuso sexual. Por lo tanto un diagnóstico de abuso sexual, es poco más
que una opinión velada acerca de si el niño decía la verdad. 127 Los tribunales
están de acuerdo en que a los expertos no se les permite opinar que un niño
124
Ver Gary B. Melton, John Petrila, Norman G. Poythress & Christopher Slobogin,
PSYCHOLOGICAL EVALUATIONS FOR THE COURTS: A HANDBOOK FOR MENTAL HEALTH
PROFESSIONALS AND LAWYERS 516 (3d ed.)(2007) (Guilford) (“Aunque la intuición
clínica puede ser útil para guiar la planificación del tratamiento, es insuficiente como una
base para determinar si pudo haber ocurrido el maltrato.”).
125
Ver id.at 516 (“No existen razones para creer que las habilidades del clínico para
determinar si un niño ha sido abusado son el producto del conocimiento especializado.”).
126
Id.at 508 (“La determinación de si ocurrió el abuso o la negligencia es un juicio que
requiere de sentido común y perspicacia legal, pero que está fuera del conocimiento
especializado de los profesionales de la salud mental.”). Ver también id. At 516.
127
Id. at 515 (“Algunos autores distinguen la admisibilidad de una opinión acerca de su un
niño supuestamente abusado es creíble de aquel de un "diagnóstico" de que el niño ha sido
abusado. In nuestra opinión ( en la de la mayoría de las cortes de apelaciones) esta es una
distinción sin una diferencia.”).
Melton no es el único que cree que una opinión de que ocurrió el abuso es
esencialmente una opinión sobre la credibilidad. Ver, e.g., State v. Streater, 673 S.E.2d 365
(N.C. Ct. App. 2009) (el testimonio del médico de que sus hallazgos fueron concordantes
con el abuso sexual fue una opinión no admisible respecto de la credibilidad del niño, no
existieron pruebas físicas de abuso sexual); Bell v. Commonwealth, 245 S.W.3d 738 (Ky.
2008); State v. Kirkman, 126 Wash. App. 97, 107 P. 3d 134 (2005).
Winter 2010 Expert Testimony in Child Abuse Litigation 37
dijo la verdad. 128 Melton concluye que los tribunales no deben permitir que los
profesionales de salud mental puedan declarar si un niño fue abusado
sexualmente. 129 En efecto, Melton afirma que dicho testimonio no es ético. 130
Steve Herman, quién también es un psicólogo, revisó el pequeño cuerpo
de investigación empírica que analiza la veracidad de los juicios clínicos sobre el
abuso sexual y llegó a la conclusión, junto con Melton, que tales juicios carecen
de fiabilidad. 131
128
Ver John E.B. Myers, Myers on Evidence in Child, Domestic and Elder
Abuse Cases § 6.25 (2005, 2010 supp.) (Aspen) (recolección de casos).
129
Gary B. Melton & Susan Limber, Psychologists’ Involvement in Cases of Child
Maltreatment, 44 AMERICAN PSYCHOLOGIST 1225-33, at 1230
(1989)(“Un tribunal no debería admitir bajo ninguna circunstancia la opinión de un
experto acerca de que un niño específico ha sido abusado.”); Gary B. Melton, John
Petrila, Norman G. Poythress & Christopher Slobogin, PSYCHOLOGICAL EVALUATIONS
FOR THE COURTS: A HANDBOOK FOR MENTAL HEALTH PROFESSIONALS AND LAWYERS at
516 (3rd ed.)(2007) (Guilford) (“Debido a que el testimonio de un experto involucra una
representación implícita de que las opiniones presentadas están fundamentadas por el
conocimiento especializado, un profesional de la salud debería declinar en una base ética
la entrega de una opinión acerca de si un niño dijo la verdad o que ha sido "abusado" Del
mismo modo, bajo las normas de las pruebas, dicha opinión no debería admitirse nunca”).
130
Gary B. Melton, John Petrila, Norman G. Poythress & Christopher Slobogin,
Psychological Evaluations for the Courts: A Handbook for Mental Health Professionals
and Lawyers at 516 (3rd ed.) (2007) (Guilford).
131
Steve Herman, Forensic Child Sexual Abuse Evaluations, in Kathryn Kuehnle &
Mary Connell (Eds.), THE EVALUATION OF CHILD SEXUAL ABUSE ALLEGATIONS 247-66
(2009) (Wiley) (“Sólo existe un pequeño número de estudios empíricos que entregan
alguna claridad sobre la posible precisión de los juicios clínicos informales acerca de la
validad de los supuestos abusos sexuales infantiles. También existen una serie de análisis
teóricos y comentarios relevantes. Tomados en conjunto, estos estudios empíricos y
análisis teóricos indican que la confiabilidad, validez y precisión de los juicios clínicos de
los evaluadores acerca de la validez de las alegaciones no corroboradas del abuso sexual
infantil son bajas.” en 251. “Este análisis indica que, en ausencia de pruebas
corroboradoras, los evaluadores forenses (a) no son capaces de discriminar entre los
informes verdaderos y falsos de abuso sexual basado en las declaraciones del niño
durante las entrevistas de investigación no estructuradas con una precisión mayor a la
posibilidad esperada (el nivel de precisión que podría lograrse realizando juicios lanzando
una moneda al aire) y b) tienen una capacidad limitada para discriminar entre los
informes verdaderos y los fasos basado en las declaraciones del niño
37
38 UC Davis Journal of Juvenile Law & Policy Vol. 14:1
Los psicólogos David Faust, Ana Bridges y David Ahern, concluyen que los
juicios clínicos acerca del abuso sexual están basados en métodos no verificados
y la especulación, expresan el mismo tipo de escepticismo.132 Otros expertos
están de acuerdo con esto.133
El psicólogo Howard Garb es una autoridad en la veracidad de los juicios
clínicos realizados por profesionales de la salud mental. 134 Las investigaciones
de Garb indican que cuando se trata de evaluar la relación de causalidad, por
ejemplo, si un niño fue abusado, los profesionales de la salud mental no logran
buenos resultados. 135
Por otra parte, muchos profesionales de la salud mental creen que es
posible que los expertos puedan concluir que el abuso sexual es la explicación
durante las entrevistas realizadas según el protocolo NICHD ". en 259); Steve Herman,
Improving Decision Making in Forensic Child Sexual Abuse Evaluations, 29 LAW AND
HUMAN BEHAVIOR 87-120 (2005).
132
David Faust, Ana J. Bridges & David C. Ahern, Methods for the
Identification of Sexually Abused Children: Issues and Needed Features for Abuse
Indicators, in Kathryn Kuehnle & Mary Connell (Eds.), THE EVALUATION OF CHILD
SEXUAL ABUSE ALLEGATIONS 3-19, at 4 (2009) (Wiley).
133
See, e.g., Thomas M. Horner, Melvin J. Guyer & Neil M. Kalter, The Biases of Child
Sexual Abuse Experts. Believing Is Seeing, 21 BULLETIN OF THE AMERICAN ACADEMY OF
PSYCHIATRY AND LAW 281-92 (1993); Thomas M. Horner, Melvin J. Guyer & Neil M.
Kalter, Clinical Expertise and the Assessment of Child Sexual Abuse, 32 JOURNAL OF THE
AMERICAN ACADEMY OF CHILD AND ADOLESCENT PSYCHIATRY 925-31 (1993).
134
Howard N. Garb, STUDYING THE CLINICIAN: JUDGMENT RESEARCH AND
PSYCHOLOGICAL ASSESSMENT 100-101 (1998) (American Psychological Association)
(“Una revisión de la validez de los juicios causativos no reveló ninguna tarea para la cual
la validez fuera buena o excelente. Los clínicos deben ser muy cuidadosos al formular
juicios sobre la causalidad. Dado que las formulaciones del caso con frecuencia se realizan
en base de la experiencia clínica y de la intuición clínica, y puesto que la confiabilidad y la
validez con frecuencia no han sido las adecuadas para las formulaciones del caso, los
clínicos con frecuencia desean diferir la realización de juicios acerca de las causas de los
problemas de un niño o podrían querer utilizado métodos empíricos para derivar las
inferencias causales”).
135
Id.
Winter 2010 Expert Testimony in Child Abuse Litigation 39
más probable de los síntomas del niño y sus declaraciones. 136 La asistente social
Kathleen Faller concluye esta es la posición de la mayoría en los Estados
Unidos. 137
Dada la controversia sobre la fiabilidad de los diagnósticos de salud
mental en los casos de abusos sexuales infantiles, la carga debe estar en el autor
de este testimonio para establecer la fiabilidad. El foro más apropiado en el cual
abordar el tema es una audiencia probatoria bajo el microscopio de Daubert v.
Dow Pharmaceuticals138 or Frye v. United States.139
La mayoría de los tribunales de apelación rechaza el testimonio de la
salud mental que indica que un determinado niño fue abusado sexualmente. 140 A
algunos tribunales les preocupa que la opinión se acerca demasiado a la cuestión
final y usurpe la función del jurado. 141 Otros tribunales están preocupados por la
controversia científica / clínica sobre el fiabilidad de dicho testimonio. 142
b. El peritaje de que los síntomas del niño son
concordantes con el abuso sexual
Aunque la mayoría de las decisiones de apelación rechaza el testimonio
de la salud mental de que un niño ha sido abusado sexualmente, muchos
136
Ver S.M. Sgroi, F.S. Porter & L.C. Blick, Validation of Child Sexual Abuse, in S.M.
Sgroi (Ed.), HANDBOOK OF CLINICAL INTERVENTION IN CHILD SEXUAL ABUSE 39-79
(1983) (Lexington Books).
137
Kathleen C. Faller, Understanding and Assessing Child Sexual Maltreatment (2nd ed.)
(2002) (Sage).
138
509 U.S. 579 (1993).
Ver United States v. Sanchez, 65 M.J. 145 (C.A.A.F. 2007) (el tribunal aplicó Daubert al
testimonio del experto médico).
139
293 F.1013 (D.C. App. 1923).
140
Ver, e.g., Peterson v. State, 450 Mich. 349, 537 N.W.2d 857 (1995) (un análisis
especialmente detallado); State v. Streater, 673 S.E.2d 365 (N.C. Ct. App. 2009); State v.
Cressey, 628 A.2d 696 (N.H. 1993)(un análisis muy útil).
141
Ver State v. Florczak, 76 Wash. App. 55, 882 P.2d 19 (1994) (la opinión de que el niño
presentó trastorno de estrés postraumático secundario al abuso sexual fue una opinión
inadecuada sobre el asunto final).
142
Ver Steward v. State, 652 N.E.2d 490 (Ind. 1995) (court recognized population size
problem with generalized “syndrome” testimony); State v. Cressey, 137 N.H. 402, 628
A.2d 969 (1993) (el tribunal comprendió el tema del tamaño de la población ); State v.
Johnson, 652 So.2d 1069 (La. Ct. App. 1995) (el testimonio del experto se vio
menoscabado ya que el experto no comprendió el problema del tamaño de la
población).
39
40 UC Davis Journal of Juvenile Law & Policy Vol. 14:1
tribunales optan por aprobar el testimonio de que los síntomas del niño son
compatibles con el abuso sexual.143 Los tribunales se sienten cómodos
admitiendo el testimonio "compatibles con" porque es un paso que no se
relaciona con la conclusión final. El experto simplemente informa al jurado de
que los síntomas del niño son compatibles con el abuso sexual y permite que el
jurado llegue a su propia conclusión.
A pesar de la tendencia de los tribunales a admitir los testimonios
"compatibles con", existen tres problemas con este testimonio. En primer lugar,
aunque el testimonio de que los síntomas del niño son compatibles con el abuso
sexual no es una opinión definitoria de que un niño fue objeto de abusos
sexuales, el testimonio se ofrece precisamente para ese propósito. El testimonio
invita el siguiente razonamiento: debido a que el niño tiene síntomas compatibles
con el abuso sexual, el niño fue abusado sexualmente. Por lo tanto, el testimonio
de "compatible con" es realmente una opinión sobre si el niño fue abusado.
El testimonio "concordante con" es el equivalente funcional de una
opinión directa sobre el abuso. Como se mencionó anteriormente, existe una gran
controversia en torno al testimonio de "opinión directa". El testimonio
"concordante con" enmascara la controversia detrás del término inocuo
"concordante con". Si se excluye el testimonio en forma de una opinión directa
sobre el abuso sexual debido a las dudas acerca de la fiabilidad, lo mismo debería
ser cierto para el testimonio de que los síntomas de un niño son "compatibles
con" el abuso sexual. 144
Una segunda preocupación acerca del testimonio "compatible con" es
que muchos síntomas compatibles con el abuso sexual también son
143
Ver, e.g., United States v. Charley, 189 F.3d 1251 (10th Cir. 1999); State v. Crespo, 292
Conn. 917 (Conn. Ct. App. 2009); Hubert v. State, 676 S.E.2d 436 (Ga. Ct. App. 2009);
Bishop v. State, 982 So.2d 371, 381 (Miss. 2008); Hobgood v. State, 926 So.2d 847 (Miss.
2006); State v. Spann, 2009 WL 2751079 (N.C. Ct. App. 2009) (inédito).
Pero consulte State v. Streater, 673 S.E.2d 365 (N.C. Ct. App. 2009) (el
testimonio "concordante con" se acercaba demasiado a una opinión de que el niño estaba
diciendo la verdad).
144
El testimonio del experto de que los síntomas de un niño eran concordantes con el
abuso sexual debería ser sometido a análisis bajo Daubert o Frye. Ver Hadden v. State,
690 So.2d 573 (Fla. 1997) (concordante con el testimonio sometido a Frye).
Winter 2010 Expert Testimony in Child Abuse Litigation 41
coherentes con la ausencia de-abuso. 145 Las pesadillas son compatibles con el
abuso sexual, pero también con una serie de situaciones que no tienen nada que
ver con el abuso. De hecho, las pesadillas son coherentes con el desarrollo
normal del niño. El testimonio del experto de que los síntomas del niño son
compatibles con el abuso sexual probablemente aumentará el valor probatorio de
los síntomas y por lo tanto podría inducir a error al jurado.
Por último, el testimonio "concordante con" enmáscara los temas
gemelos de la frecuencia de los síntomas y el tamaño de la población como se
discutió previamente. Cuando un experto da testimonio de que los síntomas del
niño son compatibles con el abuso sexual, el jurado considera el testimonio
como una prueba de que el niño fue abusado sexualmente. Es poco probable que
el jurado aprecie la complejidad de las frecuencias de los síntomas en los niños
abusados y no abusados, junto con los tamaños de la población. Por desgracia,
los jurados no son los únicos que luchan con este problema. Muchos abogados
no tienen en cuenta estos elementos. Esto resulta en un fracaso para llevar a cabo
el interrogatorio de sondeo necesario para exponer las debilidades del testimonio
"compatibles con".
Teniendo en cuenta las deficiencias del testimonio de "compatibles
con", dicho testimonio debe ser excluido a menos que el autor de la propuesta
aborde estos dos temas durante el examen directo del experto. En primer lugar,
el experto deberá explicar por qué los síntomas tienden a demostrar el abuso
sexual. Simplemente no es suficiente de que el experto afirme que los síntomas
del niño son compatibles con el abuso sexual. En segundo lugar, el experto
deberá explicar el impacto de la frecuencia de los síntomas y el tamaño de la
población sobre el valor probatorio. Sólo cuando se añaden las explicaciones de
la frecuencia de los síntomas y el tamaño de la población al testimonio de
"compatible con" el jurado cuenta con la información que necesita para darle su
justo valor al testimonio de "compatible con". En ausencia de esta información,
el testimonio de "compatible con" es inherentemente engañoso.
145
Ver Daniels v. State, 4 So. 3d 745 (Fla. Ct. App. 2009) (la enfermera testificó que ella
no había visto nunca a un niño reaccionar de esa manera a la exploración física; no había
ninguna base para concluir que la reacción del nuño sugería una agresión sexual).
41
42 UC Davis Journal of Juvenile Law & Policy Vol. 14:1
Este análisis también es relevante para las pruebas médicas del abuso
sexual infantil. Los expertos médicos a menudo dan testimonio de que los
resultados de un examen físico son compatibles con el abuso sexual. Las
preocupaciones acerca del testimonio de "compatibles con" procedentes de los
expertos en salud mental se aplican con el mismo vigor que para el testimonio
"de compatible con" de los expertos médicos.
8. Calificaciones de los expertos que presentan testimonio como
una prueba sustantiva
El testimonio de la salud mental que se presenta como prueba sustantiva
del abuso sexual infantil es complejo y controversial. Si dicho testimonio es
admisible en alguna medida, un punto de contención, debe ser ofrecido sólo por
los expertos más cualificados. El profesional debe tener un conocimiento
profundo del desarrollo, la memoria y la sugestión infantil, el desarrollo sexual
normal, el impacto del abuso sexual, la psicología normal y anormal, las pruebas
médicas del abuso sexual, el proceso mediante el cual niños divulgan el abuso
sexual, los métodos de entrevista adecuados e inadecuados, las tasas de
prevalencia de los diferentes síntomas en los niños abusados y no abusados, el
impacto del tamaño de la población, y las fortalezas y debilidades del criterio
clínico. El profesional debe estar familiarizado con el debate sobre la
confiabilidad de la prueba pericial aportada como prueba sustantiva. Sólo unos
pocos de los profesionales de la salud mental que trabajan con niños víctimas de
abusos sexuales poseen este grado de conocimiento. Los profesionales que
carecen de esta experiencia no deben dar testimonio de expertos de que un niño
ha sido abusado sexualmente o de que tiene síntomas compatibles con el abuso
sexual.
9. Una tendencia preocupante: el testimonio experto procedente
de los entrevistadores forenses presentado como prueba
sustantiva
Entrevistar a los niños acerca de un posible abuso sexual es una tarea
difícil que requiere de habilidad y paciencia. Hoy en día hay más de setecientos
centros especializados llamados centros de defensa de los niños (CAC), que
entrevistan a los niños en los casos de abuso sexual. 146 Los entrevistadores
forenses que trabajan en las CAC son predominantemente asistentes sociales y,
146
Ver National Children’s Alliance website.
Winter 2010 Expert Testimony in Child Abuse Litigation 43
147
970 So.2d 727 (Miss. Ct. App. 2007).
Ver también Hubert v. State, 297 Ga.App. 71 (Ga. Ct. App. 2009) (el tribunal
aprueba el testimonio del experto del oficial de la policía/entrevistador forense que
entrevistó al niño de que el niño parecía traumatizado); Parramore v State, 5 So.3d
1074 (Miss. 2009) (el entrevistador forense testificó que la conducta y comportamiento el
niño eran concordantes con los de otros niños abusados sexualmnte; la Corte Suprema no
abordó el tema del testimonio del entrevistador y afirmó la internación del imputador ).
148
380 S.C. 499, 671 S.E.2d 606 (2009).
43
44 UC Davis Journal of Juvenile Law & Policy Vol. 14:1
149
Ver Peterson v. Smith, 450 Mich. 349, 537 N.W.2d 857 (1995); State v. R.E.B., 385
N.J. Super. 72, 895 A.2d 1224, 1233 (2006) (el caso aborda una queja reciente de
violación; "La demora de la víctima en denunciar o su silencio podría ser considerado por
el jurado en la evaluación de la credibilidad de la víctima, pero también se le debe
informar al jurado que el silencio o la demora en sí misma no es concordante con una
queja de abuso.’”); State v. Shomberg, 709 N.W.2d 370, 382 (Wis. 2006) (“La retractación
es una materia que está claramente más allá del conocimiento común o la comprensión de
un jurado o de otra persona que analiza los hechos. Como tal, este es un ejemplo de un
área de " conocimiento especializado que podría ayudar a la persona que analiza los
hechos a comprender las pruebas o a determinar un hecho en …”).
150
Consulte Cynthia DeLago, Esther Deblinger, Christine Schroeder & Martin A. Finkel,
Girls Who Disclose Sexual Abuse: Urogenital Symptoms and Signs After Genital Contact,
122 PEDIATRICS e281-e286, at e285 (2008)
Winter 2010 Expert Testimony in Child Abuse Litigation 45
(“Al igual que otros, hemos observado que las niñas con frecuencia esperan un tiempo
antes de revelar las experiencias sexuales inapropiadas . .”); Irit Hershkowitz, Yael
Orabch, Michael E. Lamb, Kathleen J. Sternberg & Dvora Horowtiz, Dynamics of
Forensic Interviews with Suspected Abuse Victims Who Do Not Disclose, 30 CHILD
ABUSE & NEGLECT 753-69, at 754 (2006) (“existe consenso en que numerosas víctimas
de abusos no se pueden proteger o ayudar debido a que nunca revelan sus experiencias o
lo hacen mucho tiempo después del evento.”); John E.B. Myers, Myers on Evidence in
Child, Domestic and Elder Abuse Cases § 6.04 (2005, 2010 Supp Aspen); Margaret-Ellen
Pipe, Michael E. Lamb, Yael Orbach & Ann-Christin Cederborg (Eds.), CHILD SEXUAL
ABUSE: DISCLOSURE, DELAY AND DENIAL 11-40 (2007) (Lawrence Erlbaum).
Consulte también Thomas D. Lyon, False Denials: Overcoming Methodological Biases in
Abuse Disclosure Research, in Margaret-Ellen Pipe, Michael E. Lamb, Yael Orbach, &
Ann-Christin Cederborg (Eds.), CHILD SEXUAL ABUSE: DISCLOSURE, DELAY AND DENIAL
11-39 (2007) (Lawrence Erlbaum), Lyon señalaron:
Las recientes revisiones de la bibliografía han reconocido que las
víctimas infantiles generalmente demoran en reportar e abuso, y con
mucha frecuencia nunca se lo cuentan a alguien. (p. 42).* * *
En resumen, los estudios que analizan la no revelación entre niños
con gonorrea presentan pruebas convincentes de que un elevado
porcentaje de niños víctimas de abusos sexuales no revelan el abuso,
incluso cuando son interrogados, y que las altas tasas de divulgación que
se presentan en algunos estudios podrían ser atribuibles al sesgo de
sospecha, sesgo de comprobación y las diferencias tanto en lo que
constituye una entrevista apropiada y lo que significa una divulgación.
Adicionalmente, los estudios sustentan la propuesta de que aunque los
niños abusados sexualmente pueden negar el abuso inicialmente, las
entrevistas repetidas podrían eventualmente lograr la divulgación. (p.
54).* * *
Yo he argumentado en este capítulo que la no revelación del abuso
sexual entre los niños que han sido efectivamente abusados es un
fenómeno real y serio. Cuando se minimiza el sesgo de sospecha y el
sesgo de comprobación, solo cerca de la mitad de los niños abusados que
han sido interrogados acerca del abuso divulgan el hecho. Puesto que las
tasas de negación son sustancialmente más elevadas a cero, la negación es
no una prueba concluyente así como tampoco especialmente convincente
de que un niño no ha sido abusado. Esto no significa que la negación de
un niño no sea relevante. En la medida que es más probable que nos niños
no abusados niegan el abuso que los niños abusados, una negación del
abuso entrega alguna prueba de que no ocurrió el abuso. Sin embargo,
en la medida en que las tasas de negación son sorprendentemente
elevadas, un experto puede testificar con justicia que las negaciones son
una evidencia sorprendentemente débil contra el abuso.
45
46 UC Davis Journal of Juvenile Law & Policy Vol. 14:1
Con frecuencia, cuando los niños finalmente revelan el hecho, entregan versiones
ligeramente diferentes de los abusos a los diferentes entrevistadores. 151
Por último, si bien existe un debate acerca de la cantidad de niños víctimas de
abusos sexuales que se retractan, no se discute que algunos niños se retractan y
que algunos se retractan de su retractación.152 Por lo tanto, desde un punto de
vista psicológico, el testimonio de los expertos sobre el retraso, la incoherencia y
la retractación no es controversial. Desde el punto de vista legal, dicho
testimonio no es preocupante. El experto no aventura una opinión sobre si el niño
fue abusado. En efecto, el experto nunca necesita conocer al niño. El experto
mantiene una distancia segura del problema final. Todo lo que el experto tiene
que hacer es resumir la bibliografía sobre la demora, la incoherencia o la
retractación. Por otra parte, el imputado invita al testimonio del experto,
atacando la credibilidad del niño.
Cuando se habla de testimonios de expertos para rehabilitar la
credibilidad, es oportuno mencionar el Síndrome de Acomodación al Abuso
Sexual Infantil (CSAAS). 153 Este "síndrome" calumniado e incomprendido fue
descrito por el psiquiatra Roland Summit en 1983. 154 La meta de Summit era
ayudar a los profesionales de la salud mental a entender las dinámicas
(pp. 57-58).
151
Ver Erna Olafson & Condy S. Lederman, The State of the Debate About Children’s
Disclosure Patterns in Child Sexual Abuse Cases, 57 JUVENILE AND FAMILY COURT
JOURNAL 27-40, at 30 (2006) (“cuando son interrogados durante las entrevistas formales, a
veces los niños sólo divulgan sus experiencias en forma parcial durante la entrevista
inicial.”).
152
Existe debate acerca de la tasa de retractación. Ver Kamala London, Maggie
Bruck, Stephen J. Ceci, & Daniel W. Shuman, Disclosure of Child Sexual Abuse: A Review
of the Contemporary Empirical Literature, in Margaret-Ellen Pipe, Michael E. Lamb, Yael
Orbach, & Ann-Christin Cederborg (Eds.), CHILD SEXUAL ABUSE: DISCLOSURE, DELAY
AND DENIAL 11-39 (2007) (Lawrence Erlbaum); Thomas D. Lyon, False Denials:
Overcoming Methodological Biases in Abuse Disclosure Research, in Margaret-Ellen Pipe,
Michael E. Lamb, Yael Orbach, & Ann- Christin Cederborg (Eds.), CHILD SEXUAL ABUSE:
DISCLOSURE, DELAY AND DENIAL 41-62 (2007 Lawrence Erlbaum).
Ver también Daniel v. State, 675 S.E.2d 472 (Ga. Ct. App. 2009) (El niño fue
coaccionado a retractarse por su familia y un investigador de la defensa).
153
Roland C. Summit, The Child Sexual Abuse Accommodation Syndrome, 7 CHILD
ABUSE & NEGLECT 177-193 (1983).
154
Id.
Winter 2010 Expert Testimony in Child Abuse Litigation 47
psicológicas del abuso sexual, en particular el incesto. 155 Summit explicó que
muchos niños víctimas de abusos sexuales retrasan la divulgación del hecho. El
niño se siente atrapado y se esfuerza por solucionar de la mejor manera una
mala situación. Cuando la revelación finalmente llega, puede ser vacilante y
poco sistemática. Tras la comunicación, algunos niños se sienten obligados a
retractarse.
Summit nunca tuvo la intención de que el CSAAS se utilizara como una
prueba para el abuso sexual. El síndrome no detecta ni diagnostica el abuso
sexual. 156 Por lo tanto, el CSAAS no proporciona evidencia sustantiva del abuso
sexual. Más bien, el CSAAS supone ocurrió el abuso y explica cómo responden
los niños. Aunque el CSAAS no debe ser ofrecido como evidencia sustantiva de
abuso sexual, el síndrome juega un papel útil en la rehabilitación de la
credibilidad de los niños. El CSAAS ayuda a que el jurado afronte el retraso en
la notificación, la revelación vacilante e inconsecuente, y la retractación.
Limitado a este efecto rehabilitador, el CSAAS tiene un papel útil en la corte. 157
Para el análisis del CSAAS vea John E.B. Myers, Myers, Evidence in Child,
Domestic and Elder Abuse Cases §§ 6.20[B]; 6.22 (2005, 2010 supp.) (Aspen).
155
Para casos que reconocen que el CSAAS no diagnostica el abuso sexual ver People v.
Bowker, 203 Cal. App. 3d 385, 249 Cal. Rptr. 886 (1988); People v. Gray, 187 Cal. App.
3d 213, 231 Cal. Rptr. 658 (1986); Newkirk v. Commonwealth, 937 S.W.2d 690 (Ky.
1996); State v. Sargent, 738 A.2d 351 (N.H. 1999).
156
Ver Mary B. Meinig, Profile of Roland Summit, 1 VIOLENCE UPDATE 6 (May, 1992)
(This monthly newsletter is no longer published.)
A la fecha no existe algún síndrome que detecte o diagnostique el abuso sexual
infantil. Tampoco existe una prueba psicológica que detecte o diagnostique el abuso
sexual.
157
Ver State v. R.B., 183 N.J. 308, 873 A.2d 511, 520 (2005) (“el testimonio del experto
relativo al síndrome [CSAAS] sólo se permite en una base circunscrita para explicar lo
que bien puede ser contrario a la intuición a un jurado: de que un niño víctima de abuso
sexuales con frecuencia detesta presentar una acusación. El testimonio acerca de este
síndrome no es admisible como una prueba sustantiva de abuso infantil. Debido a que
‘[no se deberá pedirle al experto que entregue una opinión acerca de si un niño específico
ha sido abusado [,] … se debe tener cuidado en evitar darle al jurado la impresión de que
el experto cree, basado en el CSAAS…de que un niño específico ha sido abusado.’” p.
520. “En el caso de un uso apropiado del CSAAS, ‘[no se le pide al experto que entregue
un
47
48 UC Davis Journal of Juvenile Law & Policy Vol. 14:1
opinión acerca de si un niño específico ha sido abusado. Por esa razón, el experto en el
CSAAS no debe describir los atributos exhibidos como parte de ese síndrome debido al
riesgo de que el jurado pudiese transferir los atributos del síntoma al niño específico en el
caso” p. 523.); State v. L.A.G., 2009 WL 1256904 (N.J. Super. A.D. 2009); People v.
Weber, 807 N.Y.S.2d 222 (App. Div. 2006)(el tribunal no erró en permitir el testimonio
del experto sobre el CSAAS).
158
Ver State v. Dylan, 204 P.3d 44 (N.M. Ct. App. 2009) (la credibilidad del niño fue un
problema clave).
159
Ver, e.g., People v. Cardamone, 381 Ill. App. 3d 462, 885 N.E.2d 1159 (2008)(debería
haberse admitido el testimonio del experto de la defensa sobre la entrevista; se habría
revertido la condena; “Es altamente dudoso que los conceptos psicológicos, tales como la
recordación reconstructiva, la amnesia infantil, la sugestión en masa e incluso las técnicas
de entrevista forense para las víctimas infantiles de abuso sexual se encuentren dentro del
conocimiento común. El tribunal afirmó que el imputado podía interrogar a los
denunciantes acerca de lo que habían escuchado y sabían antes de presentar la denuncia y
acerca de cuáles fueron las preguntas realizadas por los investigadores: En nuestra
opinión, la re-interrogación no fue un sustituto para el testimonio de los expertos, debido a
que meramente presentó hechos sin ayudar a que el jurado comprendiese de qué manera
esos hechos afectaban la fiabilidad del recuerdo y, por lo tanto, las declaraciones de los
denunciantes .” 885 N.E.2d at 1193-94. “En este caso el testimonio fue relevante a si las
técnicas de investigación y las circunstancias que rodearon los alegatos creaban recuerdos
distorsionados o malentendidos .” Id. at 1194.); State v. Huntley, 177 P.3d 1001, 1008
(Kan. Ct. App. 2008) (“Esto parece estar en línea con una tendencia creciente de reconocer
y permitir el testimonio del experto sobre el impacto de las técnicas de entrevista
sugerentes sobre el testigo infantil ”).
Winter 2010 Expert Testimony in Child Abuse Litigation 49
160
Ver People v. Settanni, 2009 WL 206533 (Cal. Ct. App. 2009) (inédito) (se revirtió la
condena; “hemos concluido que el fracaso del abogado en realizar incluso una
investigación mínima en la contratación de dicho experto se reflejó en un desempeño
profesional que está bajo un estándar de manejo razonable.”); Mullins v. State, 30 Kan.
App. 2d 711, 46 P.3d 1222 (2002) (el abogado defensor entregó una asistencia defectuosa
al no contratar a un experto para evaluar las entrevistas realizadas al niño); Stott v. State,
182 S.W.3d 728 (Mo. Ct. App. 2006) (el imputado intentó, sin éxito, convencer a la corte
de apelaciones de que el abogado defensor no contrató a un experto para desafiar las
entrevistas).
161
179 Vt. 65, 889 A.2d 233 (2005).
162
889 A.2d at 238.
163
Ver Michael E. Lamb, Yael Orbach, Irit Hershkowitz, Phillip W. Esplin
& Dvora Horowitz, A Structured Forensic Interview Protocol Improves the Quality and
Informativeness of Investigative Interviews with Children: A Review of Research Using the
NICHD Investigative Interview Protocol, 31 CHILD ABUSE & NEGLECT 1201-31, at 1202-03
(2007) (al efectuar una revisión de la bibliografía, los autores concluyeron que "estos libros
y artículos revelan un grado sustancial de consenso con respecto a las maneras en que se
deben conducir las entrevistas durante la investigación. Los grupos de profesionales
expertos están de acuerdo en que los niños deben ser entrevistados lo más pronto posible
después de las posibles denuncias por entrevistadores que ofrezcan la menor cantidad de
información posible al mismo tiempo que animan a los niños a ofrecer la mayor cantidad de
información posible en forma de relatos expresados utilizando preguntas abiertas. El
énfasis universal en el valor de las respuestas en forma de relatos provocado utilizando
indicaciones abiertas está arraigado en los resultados replicados con frecuencia de estudios
análogos de laboratorio que demuestran que es mucho más probable que la información
obtenida utilizando dichas indicaciones sea más exacta que la información lograda
utilizando indicaciones de reconocimiento enfocado. .”).
49
50 UC Davis Journal of Juvenile Law & Policy Vol. 14:1
164
Ver Michael E. Lamb, Irit Hershkowitz, Yael Orbach & Phillip W. Esplin, Tell Me
What Happened: Structured Investigative Interviews of Child Victims and Witnesses
(2008) (Wiley).
165
See Michael E. Lamb, Yael Orbach, Irit Hershkowitz, Phillip W. Esplin & Dvora
Horowitz, A Structured Forensic Interview Protocol Improves the Quality and
Informativeness of Investigative Interviews with Children: A Review of Research Using the
NICHD Investigative Interview Protocol, 31CHILD ABUSE & NEGLECT 1201-31, at 1202-
03 (2007) (al efectuar una revisión de la bibliografía, los autores concluyen "estos libros y
artículos revelan un nivel importante de consenso con respecto a las maneras en que se
deben conducir las entrevistas durante la investigación.. Los grupos de profesionales
expertos están de acuerdo en que los niños deben ser entrevistados lo más pronto posible
después de las posibles denuncias por entrevistadores que ofrezcan la menor cantidad de
información posible al mismo tiempo que animan a los niños a ofrecer la mayor cantidad
de información posible en forma de relatos expresados utilizando preguntas abiertas.
166
David La Rooy, Michael E. Lamb & Margaret-Ellen Pipe, Repeated Interviewing:
A Critical Evaluation of the Risks and Potential Benefits, in Kathryn Kuehnle & Mary
Connell (Eds.), THE EVALUATION OF CHILD SEXUAL ABUSE ALLEGATIONS 327-61 (2009)
(Wiley) (“está claro que el escepticismo puro y simple acerca de las entrevistas repetidas
no está justificado ya que existen algunas situaciones en las cuales las entrevistas repetidas
parecen ofrecer ventajas». at 352. “Las entrevistas repetidas no son sugerentes en sí, pero
pueden maximizar los efectos de las entrevistas de tipo sugestivo.” en 355); Gail S.
Goodman & Jodi A. Quas, Repeated Interviews and Children’s Memory: It’s More Than
Just How Many, 17 CURRENT DIRECTIONS IN PSYCHOLOGICAL SCIENCE 386-90 (2008);
Jodi A. Quas, Lindsay C. Mallow, Annika Melinder, Gail S. Goodman, Michelle D’Mello,
& Jennifer Schaaf, Developmental Differences in the Effects of Repeated Interviews and
Interviewer Bias on Young Children’s Event Memory and False Reports, 43
DEVELOPMENTAL PSYCHOLOGY 823-37 (2007) (“los estudios de los recuerdos infantiles de
los eventos experimentados sugieren en general que las entrevistas repetidas pueden
mejorar el desempeño al facilitar la recordación y reducir el olvido de los detalles. Sin
embargo, en una segunda línea de investigación, específicamente cuando los niños son
interrogados en forma sugerente acerca de eventos falsos, parecen emerger los efectos
adversos de las entrevistas repetidas.” at 823. “Existen numerosos motivos por los cuales
las entrevistas repetidas pueden beneficiar la memoria. Como se ha indicado
anteriormente, la repetición puede reducir el olvido debido a que se vuelven a repetir los
detalles del evento original durante las entrevistas de intervención, un fenómeno que suele
denominarse como un efecto de inoculación. Del mismo modo, cuando las preguntas
sondean en forma repetida acerca de los detalles de un evento específico, los niños
aprenden que es importante volver al relato y pueden
Winter 2010 Expert Testimony in Child Abuse Litigation 51
enfocarse en esta información. Por último, dado que las entrevistas de intervención
pueden servir como claves para recordar y pueden activar la información adicional
almacenada en la memoria, las entrevistas repetidas podrían conducir a la reminiscencia
(recordando nueva información mediante las entrevistas) o a la hipermnesia (un aumento
en la cantidad de detalles recordados) a través de las entrevistas. Aunque los estudios no
han encontrado pruebas de hipermnesia en niños después de las entrevistas repetidas,
especialmente cuando las entrevistas se realizan después de un retraso en la denuncia, los
estudios han revelado beneficios de la repetición en términos de una mayor
reminiscencia, reducción del olvido y con frecuencia una mayor resistencia a las
sugerencias engañosas. Por ejemplo, después de las entrevistas repetidas, los niños
pequeños pueden proporcionar relatos detallados y precisos de una gama de eventos,
incluso de experiencias sumamente estresantes. Como se ha mencionado anteriormente,
las entrevistas repetidas parecen afectar en forma negativa el desempeño cuando los niños
son interrogados con respecto a eventos que nunca han experimentado (vale decir, falsos).
A nivel teórico, las entrevistas repetidas aumentan la familiaridad de los eventos falsos.
Debido a que la familiaridad con frecuencia se considera como una prueba de que ha
ocurrido un evento, los niños pueden confundir la fuente de su conocimiento sobre los
eventos falsos como siendo debidos a la experiencia real, un patrón concordante con las
perspectivas de la supervisión de la fuente en relación a la memoria y la sugestibilidad. Si
se expone a los niños a la desinformación durante las entrevistas repetidas, los niños
pequeños en especial pueden incorporar la información textual falsa en sus relatos de
memoria inmediata, aumentando de esta manera las imprecisiones. Por último, cuando se
repiten las entrevistas, los niños pueden asumir que sus respuestas anteriores eran
incorrectas, conduciendo a falta de precisiones a medida que pasa el tiempo debido a la
presión social. Numerosos estudios confirman estas posibilidades y revelan tasas de error
notablemente altas entre los niños expuestos a entrevistas repetidas acerca de eventos
ficticios.” en 824. Al describir los resultados de este estudio, los autores señalan " La
repetición de la entrevista no aumentó los errores de los niños, aún cuando cada entrevista
contenía preguntas engañosas y para la mitad de los niños, se iniciaban con un
entrevistador que presentaba declaraciones altamente sesgadas. Nuestros hallazgos
relevan que es probable que se presente un efecto de inoculación cuando a los niños se les
formulan preguntas directas acerca de un evento que ha ocurrido en forma relativamente
reciente ” at 833. Los autores encontraron que un entrevistador sesgado puede
distorsionar los recuerdos de los niños Los autores concluyeron "No obstante, nuestros
hallazgos subrayan dos conclusiones importantes. En primer lugar, las entrevistas
repetidas no necesariamente aumentan las imprecisiones y ocasionan informes falsos,
incluso en niños en edad preescolar. En lugar de eso, un efecto de inoculación puede
aplicarse a algunas situaciones en las cuales los niños son entrevistados en forma repetida
acerca de eventos falsos, incluso por entrevistadores sesgados. Segundo, cuando se han
presentado demoras prolongadas, los efectos del sesgo del entrevistado son especialmente
perjudiciales, ocasionalmente conduciendo a mayores cantidades de niños de más edad,
en vez de los de edad preescolar, a indicar que ocurrieron eventos que son falsos Dado
que numerosas entrevistas forenses con niños se realizan después de mucha demora, es
crítico que los entrevistadores intentes cumplir con las técnicas de entrevista apropiadas y
con las pautas de mejores prácticas.” en 835.); Lindsay C. Malloy & Jodi A. Quas,
Children's Suggestibility: Areas of Consensus and Controversy, in Kathryn Kuehnle &
Mary Connell (Eds.), THE EVALUATION OF CHILD SEXUAL
51
52 UC Davis Journal of Juvenile Law & Policy Vol. 14:1
ABUSE ALLEGATIONS 267-97 (2009) (Wiley) (“Existen numerosas razones por las cuales
las entrevistas repetidas pueden conducir a un aumento en los errores. Con la repetición,
los niños pueden gradualmente confundir la información obtenida durante las entrevistas
con la información de su recuerdo original e incorporar información relacionada con
preguntas anteriores en sus informes posteriores. Del mismo modo, cuando las se repiten
las entrevistas, los niños pueden asumir que sus respuestas anteriores eran incorrectas,
especialmente dado que tienden a confiar en los adultos como la fuente del conocimiento,
conduciendo a cambios en sus respuestas y a una mayor inexactitud a medida que pasa el
tiempo. En contraste con los estudios antes mencionados, los resultados de otros estudios
indican que las entrevistas repetidas pueden beneficiar la memoria de los niños, dado que
los entrevistadores le permiten a los niños ensayar los detalles del evento y familiarizarse
con las preguntas y el estilo de los entrevistadores, reduciendo el olvido y aumentando la
resistencia a las sugerencias engañosas ” en 279-80. “En resumen, las entrevistas
repetidas, en forma aislada, no causan de manera inherente notificaciones falsas o
conducen a imprecisiones notorias. En otras palabras, a pesar de los resultados de los
estudios anteriores que conducen con frecuencia (aunque de manera inadecuada) a una
declaración amplia y generalizada acerca de los efectos dañinos de las entrevistas
repetidas, las investigaciones ahora clarifican que los efectos se las entrevistas repetidas
sobre los recuerdos de los niños son bastante complejos.” at 282.).
167
Ver J. Zoe Klemfuss & Stephen J. Ceci, Normative Memory
Development and the Child Witness, in Kathryn Kuehnle & Mary Connell, THE
EVALUATION OF CHILD SEXUAL ABUSE ALLEGATIONS 153-80 (2009) (Wiley) (“En
resumen, aunque el hecho de hacerles preguntas cerradas a los niños en forma repetida
acerca de eventos pasados ha demostrado reducir su precisión para dichos eventos del
pasado, hacerles preguntas abiertas a los niños en forma repetida a lo más no tendrá
ningún efecto mientras que podría mejorar sus recuerdos de dichos eventos pasados. Por lo
tanto, es poco probable que hacerles preguntas abiertas a los niños podría producir
denuncias falsas de abusos sexuales ." at 169-70).
168
Ver Commonwealth v. Niels, 73 Mass. App. Ct. 689, 901 N.E.2d 166,
177 (2009) (“En la apelación, la corte juvenil argumentó que el debido proceso Federal y
del Estado requería que la Commonwealth grabara en video la entrevista MIT de Norma y
que fue un error negar esta petición para desestimar la demanda. Nosotros estamos en
desacuerdo. Aunque hemos reconocido que el registro electrónico de las entrevistas de la
Red de Intervención en Abuso Sexual (SAIN) (comparables a las entrevistas MIT) es una
"buena práctica" ni nosotros ni la Corte Judicial Suprema ha solicitado que se realicen
dichas grabaciones ’”).
Ver también John E.B. Myers, Myers on Evidence in Child, Domestic and Elder
Abuse Cases § 1.16 (2005, 2010 supp.) (Aspen) (analizando los pros y contras de las
grabaciones en video).
Winter 2010 Expert Testimony in Child Abuse Litigation 53
53
54 UC Davis Journal of Juvenile Law & Policy Vol. 14:1
cuando se intenta obtener información de una supuesta víctima de abuso sexual infantil y
se debe tener especial cuidado en evitar las preguntas riesgosas al entrevistar a los niños
pequeños.”).
170
Ver Michael E. Lamb, Yael Orbach, Irit Hershkowitz, Dvora Horowitz & Craig B.
Abbott, Does the Type of Prompt Affect the Accuracy of Information Provided by Alleged
Victims of Abuse in Forensic Interviews?,21 APPLIED COGNITIVE PSYCHOLOGY 1117-30,
at 1117-18 (2007) (“En las últimas dos décadas, los investigadores han documentado de
manera repetida que la información recuperada de la memoria utilizando procesos de
recordación libre suele ser más exacta que la información recuperada usando procesos de
reconocimiento, incluyendo las indicaciones de si/no y de "elección forzada" ”).
Ver también United States v. Cano, 61 M.J. 74, 78 (C.A.A.F. 2005)
(“También existe bastante debate académico en el área de la sugestibilidad del niño y su
efecto sobre la fiabilidad del testimonio de una víctima infantil . Sin embargo, los
académicos concuerdan que el peligro del testimonio falso de un niño es mayor cuando el
niño es sometido a técnicas de entrevista altamente sugerentes tales como las preguntas
"cerradas" (si/no) y a entrevistas múltiples con diferentes investigadores.”).
171
See Alison R. Perona, Bette L. Bottoms & Erin Sorenson, Research- Based Guidelines
for Child Forensic Interviews, 12 JOURNAL OF AGGRESSION, MALTREATMENT & TRAUMA
81-130, at 87 (2006) (“Sin embargo, a veces es necesario formular preguntas directas o
específicas, dado que los niños, en especial los más pequeños, tienen problemas para
informar sus experiencias ya que no cuentan con las habilidades de "metamemoria" tales
como el buscar el conocimiento almacenado en la memoria y como informar el
conocimiento de una manera estructurada.”).
172
Para el análisis del protocolo NICHD y un resumen de la investigación acerca del
protocolo consulte Michael E. Lamb, Irit Hershkowitz, Yael Orbach & Phillip W. Esplin,
Tell Me What Happened: Structured Investigative Interviews of Child Victims and
Witnesses (2008) (Wiley).
Winter 2010 Expert Testimony in Child Abuse Litigation 55
173
Thomas D. Lyon, Michael E. Lamb & John Myers, Letter to the Editor,
Authors’ Response to Vieth (2008), 33 CHILD ABUSE & NEGLECT 71-74, at
71 (2009) (“Lamb y colaboradores no sugieren que el protocolo NICHD fue el único
método válido y confiable para entrevistar a niños.”).
174
See State v. Hakala, 763 N.W.2d 346 (Minn. Ct. App. 2009); Williams v. State, 970
So.2d 727 (Miss. Ct. App. 2007); Mooneyham v. State, 915
So.2d 1102 (Miss. Ct. App. 2005); State v. Thomas, 290 S.W.3d 129 (Mo.
Ct. App. 2009); State v. Douglas, 380 S.C. 499, 671 S.E.2d 606 (2009).
55
56 UC Davis Journal of Juvenile Law & Policy Vol. 14:1
175
Ver Michael H. Graham, HANDBOOK OF FEDERAL EVIDENCE § 607:1 at 429, 431 (6th
ed. 2006) (Thompson) (“La credibilidad de un testigo puede no ser reforzada en ausencia
de un ataque.”).
Winter 2010 Expert Testimony in Child Abuse Litigation 57
57