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La intendencia

Los corregimientos fueron suprimidos en 1784, por el rey Carlos III y reemplazados por las intendencias. En el territorio del arzobispado de Lima
se crearon las intendencias de Lima y de Tarma y los corregimientos se repartieron entre ellas pasando a ser partidos de la intendencia (o
subdelegaciones): Cercado de Lima, Ica, Cañete, Chancay, Santa, Canta, Yauyos, gobierno de Huarochirí y gobierno del Callao.

El sistema de intendencias fue establecido en el Virreinato del Perú mediante la orden real de 5 de agosto de 1783, siendo aplicada la Real
Ordenanza de Intendentes del Río de la Plata de 28 de enero de 1782. El primer intendente de Lima (quien asumió en 1784) fue el visitador
general Jorge Escobedo y Alarcón, aprobado por el rey el 24 de enero de 1785. Poco después -en 1787- la intendencia quedó en manos del virrey
hasta 1805 cuando asumió Juan María Gálvez.

antecedentes

La ciudad de Lima, conocida también como la ciudad de los Reyes, fue fundada por Francisco Pizarro el 18 de enero de 1535 en la margen derecha
del río Rímac.

Cuando el virrey del Perú Francisco de Toledo el 22 de diciembre de 1574 reorganizó los corregimientos de indios (o de naturales), que habían
sido creados por el gobernador Lope García de Castro en 1565 al nombrar jueces de naturales, dispuso que los corregimientos de Huarochirí,
Huaylas, Ica, Jauja, Arnedo (llamado después Chancay), Cajatambo y Canta dependieran de los alcaldes ordinarios del Cabildo de Lima. Todos ellos
en el distrito de la Real Audiencia de Lima. En 1576 Cañete fue creado separándolo de Ica y de la ciudad de Lima. En 1591 el Cercado de Lima fue
separado de Lima y de Cañete. En el siglo XVII el puerto del Callao pasó a tener un gobernador militar nombrado por el rey.1

A raíz de una rebelión de Túpac Amaru II en 1783 el corregimiento de Huarochirí fue transformado en gobierno militar por el virrey Agustín de
Jáuregui. En 1784 los corregimientos dependientes de Lima eran: Huaylas, Ica, Jauja, Chancay, Cajatambo, Canta, Yauyos, Cercado de Lima,
Cañete, Conchucos, Huamalíes, Tarma, Santa, Huánuco. Existían además los gobiernos políticos y militares del Callao y de Huarochirí.

Sostuvo que su implantación fue una de las estrategias para aumentar su autoridad, política acorde con las otras monarquías absolutas europeas.
Destacó el protagonismo de Carlos III y sus ministros en la tarea de trasplantar a América las

reformas militares, de hacienda y de gobierno encargada a los nuevos funcionarios,

los intendentes. Por medio de la comparación del nuevo régimen con el sistema de

gobierno de los Austrias y de los Borbones, concluyó que no todo era novedad sino

que hubo continuidades de funciones entre gobernadores, alcaldes mayores e intendentes (Pietschmann 1996). En otras publicaciones, este autor
también retomó

dos discusiones. La primera, sobre el origen de las intendencias, señalando que

había superintendentes en los siglos anteriores por lo que no era correcto atribuirles un exclusivo origen francés (Pietschmann 1983, 359-372). La
segunda, relativa

a si las intendencias expresaban o no el centralismo monárquico borbónico, concluyendo que las categorías centralización/descentralización no
expresan los fines

reformistas de la Monarquía que buscaba más bien unificar el gobierno, hacerlo

más eficaz (Pietschmann 1971, 400).

El intendente se encargará de limpiar todas las áreas de trabajo del edificio, higienizar los baños y solicitar el establecimiento oportuno de enceres
y consumibles de limpieza.

Las intendencias fueron grandes subdivisiones territoriales de la Audiencia, a modo de grandes


departamentos en el Virreinato. Establecidas en 1784 por Carlos III de Borbón.
El 31 de octubre de 1764, fue establecida la intendencia de La Habana, que fue la primera intendencia de hacienda y guerra creada en la América
hispánica. Siendo su primer intendente Miguel de Altarriba, quien asumió el 8 de marzo de 1765.
La Capitanía General de Cuba fue una entidad política integrante del Imperio español, establecida por la Corona española desde 1607, durante su
periodo de dominio americano.

Con anterioridad, la isla y sus provincias, conformaban a la gobernación de Cuba que era una dependencia de la Capitanía General de Santo
Domingo desde 1535. Posteriormente recibió mayor autonomía desde 1764 como fruto de las reformas borbónicas llevadas a cabo en el
Virreinato de Nueva España por el Conde de Floridablanca, el cual orientó la política exterior de Carlos III hacia un fortalecimiento de la posición
española frente al Reino Unido especialmente en el mar Caribe.

La gobernación de Cuba y la sucesora capitanía general homónima comprendió además de la isla de Cuba, Jamaica hasta 1655, la provincia de La
Florida desde 1567 y la Luisiana española desde 1763.

La administración cubana estuvo dominada desde entonces por capitanes generales, militares en su mayor parte. Algunos de ellos vieron
recompensada su actuación siendo luego elevados a virreyes de Nueva España.

Desde 1825, el capitán general de Cuba fue dotado con amplias atribuciones en los ramos de Gobierno, Justicia y Hacienda, además de seguir
siendo la máxima autoridad militar. Y a partir de la segunda mitad del siglo xix, fue también su gobernador general al haberse perdido las colonias
continentales en América.

El territorio del Río de la Plata fue dividido en provincias o intendencias. La ordenanza de intendentes dividió el virreinato en ocho intendencias,
que tomaron el nombre de las ciudades capitales donde habrían de residir los intendentes.

Con la provincia del Río de la Plata se creó la intendencia de Buenos Aires titulada intendencia general de ejército y de provincia; las demás tenían
la jerarquía de intendencias provinciales:

Paraguay, con capital en Asunción y cuyos territorios comprendía el obispado del Paraguay, Villa Rica, Curuguay y trece de los treinta pueblos de
Misiones;

La Plata (o Chuquisaca), con todo el territorio del arzobispado de Charcas, exceptuadas Cochabamba y Potosí; Cochabamba, que incluía a Santa
Cruz de la Sierra;

La Paz, con el obispado de La Paz, y las provincias de Carabaya, Lampa y Azangaro; Potosí, integrado por Porco, Chayanta, Atacama, Lipes, Chichas
y Tarja; con la antigua provincia de Tucumán se crearon las intendencias de Córdoba y Salta; se hizo depender de Córdoba a los territorios de La
Rioja, Mendoza, San Luis y San Juan, y de la de Salta los territorios de Santiago del Estero, Jujuy, Catamarca y Tucumán.
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