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MIS A

mensual
L
Con las oraciones propias de cada día del mes

Julio 2023
Ciclo dominical A
Ciclo ferial I

13 Buena
13 Prensa
Obra de los jesuítas de México, al servido de la misión de la Iglesia
O R D IN A R IO DE LA MISA
RITOS INICIALES
CANTO DE ENTRADA
Si no hay canto, se recita la antífona de entrada. Terminado el canto, el sacerdote dice:
En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.
El pueblo responde: Amén.

SALUDO
El sacerdote hace la señal de la cruz y saluda a la asamblea en nombre del Señor con
éstas o parecidas palabras.
La gracia de nuestro Señor Jesucristo, el amor del Padre y la comunión del
Espíritu Santo estén con todos ustedes. - Y con tu espíritu.

ACTO PENITENCIAL
Los fieles se preparan para celebrar la Eucaristía, reconociendo sus pecados:
Hermanos: para celebrar dignamente estos sagrados misterios, reconozca­
mos nuestros pecados.
Yo confieso ante Dios todopoderoso y ante ustedes, hermanos, que he
pecado mucho de pensamiento, palabra, obra y omisión. Por mi culpa,
por mi culpa, por mi gran culpa. Por eso ruego a santa María, siempre
Virgen, a los ángeles, a los santos y a ustedes, hermanos, que intercedan
por mí ante Dios, nuestro Señor.
El sacerdote concluye:
Dios todopoderoso tenga misericordia de nosotros, perdone nuestros peca­
dos y nos lleve a la vida eterna. Amén.
Señor, ten piedad. -Señor, ten piedad.
Cristo, ten piedad. -Cristo, ten piedad.
Señor, ten piedad. -Señor, ten piedad.

GLORIA
Gloria a Dios en el cielo, y en la tierra paz a los hombres que ama el Señor.
Por tu inmensa gloria te alabamos, te bendecimos, te adoramos, te glori­
ficamos, te damos gracias, Señor Dios, Rey celestial, Dios Padre todopo­
deroso. Señor, Hijo único, Jesucristo; Señor Dios, Cordero de Dios, Hijo
del Padre; tú que quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros; tú
que quitas el pecado del mundo, atiende nuestra súplica; tú que estás sen­
tado a la derecha del Padre, ten piedad de nosotros; porque sólo tú eres
Santo, sólo tú Señor, sólo tú Altísimo, Jesucristo, con el Espíritu Santo en
la gloria de Dios Padre. Amén.
Buena Prensa j 3
ORACIÓN COLECTA

LITURGIA DE LA PALABRA
PRIMERA LECTURA
Los domingos se toma del Antiguo Testamento, excepto en el Tiempo Pascual, que se
toma del libro de los Hechos de los Apóstoles.

SALMO
El salmo se canta o recita por un salmista desde el ambón. La asamblea participa con
la respuesta (R.).

SEGUNDA LECTURA (en los domingos y solemnidades)


Está tomada de una carta escrita por un apóstol (casi siempre por san Pablo) dirigida a
alguna de las primeras comunidades cristianas.

ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO


Aclamamos a Cristo, que nos va a hablar ahora en el Evangelio. Durante la Cuaresma,
el Aleluya se reemplaza con una aclamación distinta. El verso lo canta el coro o el cantor.

EVANGELIO
Es la cumbre de la Liturgia de la Palabra. Escuchamos al Señor, que está vivo entre nosotros
y nos habla hoy.

HOMILÍA

PROFESIÓN DE FE
Terminada la homilía, cuando está prescrito, se canta o se dice el Símbolo o Profesión de fe:
Creo en un solo Dios, Padre todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra,
de todo lo visible y lo invisible. Creo en un solo Señor, Jesucristo, Hijo
único de Dios, nacido del Padre antes de todos los siglos: Dios de Dios,
Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero, engendrado, no creado,
de la misma naturaleza del Padre, por quien todo fue hecho; que por
nosotros, los hombres, y por nuestra salvación bajó del cielo,

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Ordinario de ia Misa
En las palabras que siguen, hasta se hizo hombre, todos se inclinan.
y por obra del Espíritu Santo se encarnó de María, la Virgen, y se hizo
hombre; y por nuestra causa fue crucificado en tiem pos de Poncio
Pilato; padeció y fue sepultado, y resucitó al tercer día, según las Escritu­
ras, y subió al cielo, y está sentado a la derecha del Padre; y de nuevo ven­
drá con gloria para juzgar a vivos y muertos, y su reino no tendrá fin. Creo
en el Espíritu Santo, Señor y dador de vida, que procede del Padre y del
Hijo, que con el Padre y el Hijo recibe una misma adoración y gloria, y que
habló por los profetas. Creo en la Iglesia, que es una, santa, católica y apostó­
lica. Confieso que hay un solo bautismo para el perdón de los pecados.
Espero la resurrección de los muertos y la vida del mundo futuro. Amén.

En lugar del Símbolo Niceno-constantinopolitano, sobre todo en el Tiempo de Cuaresma


y en el Tiempo Pascual, se puede emplear el Símbolo bautismal de la Iglesia de Roma,
también llamado “de los Apóstoles”.
Creo en Dios, Padre todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra. Creo
en Jesucristo, su único Hijo, nuestro Señor,
En las palabras que siguen, hasta María Virgen, todos se inclinan.
que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo, nació de santa
María Virgen, padeció bajo el poder de Poncio Pilato, fue crucificado,
muerto y sepultado, descendió a los infiernos, al tercer día resucitó de
entre los muertos, subió a los cielos y está sentado a la derecha de Dios,
Padre todopoderoso. Desde allí ha de venir a juzgar a vivos y muertos. Creo
en el Espíritu Santo, la santa Iglesia católica, la comunión de los santos, el
perdón de los pecados, la resurrección de la carne y la vida eterna.
Amén.

PLEGARIA UNIVERSAL

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LITURGIA EUCARÍSTICA
PREPARACIÓN DE LOS DONES

Se lleva el pan y el vino al altar. También se recogen los dones para la Iglesia y para los
pobres.

Presentación del pan


Bendito seas, Señor, Dios del universo, por este pan, fruto de la tierra y del
trabajo del hombre, que recibimos de tu generosidad y ahora te presenta­
mos; él será para nosotros pan de vida.
—Bendito seas por siempre, Señor.

Por el misterio de esta agua y este vino, haz que compartamos la divinidad de
quien se ha dignado participar de nuestra humanidad.

Presentación del vino


Bendito seas, Señor, Dios del universo, por este vino, fruto de la vid y del
trabajo del hombre, que recibimos de tu generosidad y ahora te presenta­
mos; él será para nosotros bebida de salvación.
—Bendito seas por siempre, Señor.

Acepta, Señor, nuestro corazón contrito y nuestro espíritu humilde; que éste sea
hoy nuestro sacrificio y que sea agradable en tu presencia, Señor, Dios nuestro.
Lava del todo mi delito, Señor, y limpia mi pecado.

Oren, hermanos, para que este sacrificio, mío y de ustedes, sea agradable a
Dios, Padre todopoderoso.
—El Señor reciba de tus manos este sacrificio, para alabanza y gloria de
su nombre, para nuestro bien y el de toda su santa Iglesia.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

PLEGARIA EUCARÍSTICA

El Señor esté con ustedes. R Y con tu espíritu.


Levantemos el corazón. R. Lo tenemos levantado hacia el Señor.
Demos gracias al Señor, nuestro Dios. R. Es justo y necesario.

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Ordinario de la Misa
PREFACIO V PARA LOS DOMINGOS DEL TIEMPO ORDINARIO
La creación alaba al Señor
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siem­
pre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno. Porque
creaste el universo con todo cuanto contiene; determinaste el ciclo de las esta­
ciones; pero formaste al hombre a tu imagen y semejanza y lo hiciste dueño de
un mundo portentoso, para que en tu nombre dominara la creación entera y, al
contemplar la grandeza de tus obras, en todo momento te alabara, por Cristo,
Señor nuestro. A quien cantan los cielos y la tierra, los ángeles y los arcángeles,
proclamando sin cesar: Santo, Santo, Santo...
PREFACIO X PARA LOS DOMINGOS DEL TIEMPO ORDINARIO
El día del Señor
En verdad es justo bendecirte y darte gracias, Padre santo, fuente de la verdad
y de la vida, porque nos has convocado en tu casa en este día de fiesta. Hoy, tu
familia, reunida en la escucha de tu Palabra, y en la comunión del pan único y
partido, celebra el memorial del Señor resucitado, anhelando el domingo sin
ocaso en el que la humanidad entera entrará en tu descanso. Entonces podre­
mos contemplar tu rostro y alabaremos por siempre tu misericordia. Con esta
gozosa esperanza, y unidos a los ángeles y a los santos, cantamos unánimes el
himno de tu gloria: Santo, Santo, Santo...
PREFACIO IV DE SANTA MARÍA VIRGEN
María, signo de consuelo y de esperanza
En verdad es justo darte gracias, es bueno cantar tu gloria, Padre santo, Dios
todopoderoso y eterno. Te alabamos y te bendecimos, por Jesucristo, tu Hijo, en
esta festividad (conmemoración) de la bienaventurada Virgen María. Ella,
como humilde sierva, escuchó tu palabra y la conservó en su corazón; admira­
blemente unida al misterio de la redención, perseveró con los. apóstoles en la
plegaria, mientras esperaban al Espíritu Santo, y ahora brilla en nuestro camino
como signo de consuelo y de firme esperanza. Por este don de tu benevolencia,
unidos a los ángeles y a los santos, te entonamos nuestro canto y proclamamos tu
alabanza: Santo, Santo, Santo...
PREFACIO II DE LOS APÓSTOLES
Los apóstoles, cimientos de la Iglesia y testigos de Cristo
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias
siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno, por
Cristo, Señor nuestro. Porque cimentaste tu Iglesia sobre la roca de los Após­
toles, para que ella fuera en el mundo signo permanente de tu santidad y

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anunciara a todos los hombres, tu mensaje de salvación. Por eso, ahora y siem­
pre, con toda la multitud de los ángeles te celebramos llenos de profunda devo­
ción, y te aclamamos diciendo: Santo, Santo, Santo...
PREFACIO DE LOS SANTOS PASTORES
La presencia de los santos pastores en la Iglesia
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siem­
pre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno, por Cristo,
Señor nuestro. Porque de tal modo concedes a tu Iglesia la alegría de celebrar
hoy la festividad de san N., que la fortaleces con el ejemplo de su vida piadosa, la
instruyes con la predicación de su palabra y la proteges con su intercesión.
Por eso, unidos a la multitud de los ángeles y de los santos, te aclamamos,
llenos de alegría: Santo, Santo, Santo...
PREFACIO COMÚN VIII Jesús, buen samaritano
En verdad es justo darte gracias, y deber nuestro alabarte, Padre santo, Dios
todopoderoso y eterno, en todos los momentos y circunstancias de la vida, en
la salud y en la enfermedad, en el sufrimiento y en el gozo, por tu siervo, Jesús,
nuestro Redentor. Porque él, en su vida terrena, pasó haciendo el bien y curando
a los oprimidos por el mal. También hoy, como buen samaritano, se acerca a
todo hombre que sufre en su cuerpo o en su espíritu, y cura sus heridas con el
aceite del consuelo y el vino de la esperanza. Por este don de tu gracia, incluso
cuando nos vemos sumergidos en la noche del dolor, vislumbramos la luz pas­
cual en tu Hijo, muerto y resucitado. Por eso, unidos a los ángeles y a los san­
tos, cantamos a una voz el himno de tu gloria: Santo, Santo, Santo...
PREFACIO V DE DIFUNTOS Nuestra resurrección por la victoria de Cristo
En verdad es justo darte gracias y deber nuestro glorificarte, Padre santo.
Pues, si morimos por haberlo merecido, es obra de tu misericordia y de tu
gracia el que seamos llamados a la vida con Cristo. En efecto, por el pecado
padecemos la muerte, mas, por la victoria de tu Hijo, fuimos redimidos. Por eso,
como los ángeles te cantan en el cielo, así nosotros te aclamamos en la tierra,
diciendo sin cesar: Santo, Santo, Santo...

ACLAMACIÓN
Santo, Santo, Santo es el Señor, Dios del universo. Llenos están el cielo y la
tierra de tu gloria. Hosanna en el cielo. Bendito el que viene en nombre del
Señor. Hosanna en el cielo.

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Ordinario de la Misa
PLEGARIA EUCARÍSTICA II

En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias, Padre


santo, siempre y en todo lugar, por Jesucristo, tu Hijo amado. Por él, que es tu
Palabra, hiciste todas las cosas; tú nos lo enviaste para que, hecho hombre por
obra del Espíritu Santo y nacido de María, la Virgen, fuera nuestro Salvador y
Redentor. Él, en cumplimiento de tu voluntad, para destruir la muerte y mani­
festar la resurrección, extendió sus brazos en la cruz, y así adquirió para ti un
pueblo santo. Por eso, con los ángeles y los santos, proclamamos tu gloria,
diciendo: Santo, Santo, Santo-
Santo eres en verdad. Señor, fuente de toda santidad; por eso te pedimos que
santifiques estos dones con la efusión de tu Espíritu, de manera que se convier­
tan para nosotros en el Cuerpo y * la Sangre de Jesucristo, nuestro Señor. El
cual, cuando iba a ser entregado a su Pasión, voluntariamente aceptada, tomó
pan, dándote gracias, lo partió y lo dio a sus discípulos, diciendo:
Tomen y coman todos de él, porque esto es mi Cuerpo, que será entregado por
ustedes.
Del mismo modo, acabada la cena, tomó el cáliz, y, dándote gracias de nuevo,
lo pasó a sus discípulos, diciendo:
Tomen y beban todos de él, porque éste es el cáliz de mi Sangre, Sangre de la
alianza nueva y eterna, que será derramada por ustedes y por muchos para el per­
dón de los pecados.
Hagan esto en conmemoración mía.
Éste es el Misterio de la fe.
0 bien:
Éste es el Sacramento de nuestra fe.
- Anunciamos tu muerte, proclamamos tu resurrección. ¡Ven, Señor
Jesús!
Así, pues, Padre, al celebrar ahora el memorial de la muerte y resurrección de
tu Hijo, te ofrecemos el pan de vida y el cáliz de salvación, y te damos gracias
porque nos haces dignos de servirte en tu presencia.
Te pedimos humildemente que el Espíritu Santo congregue en la unidad a
cuantos participamos del Cuerpo y la Sangre de Cristo.
Acuérdate, Señor, de tu Iglesia extendida por toda la tierra;

Buena Prensa ¡ 9
En los domingos:
Acuérdate, Señor, de tu Iglesia extendida por toda la tierra y reunida aquí en el
domingo, día en que Cristo ha vencido a la muerte y nos ha hecho partícipes de
su vida inmortal;

y con el Papa N., con nuestro Obispo N., y todos los pastores que cuidan de tu
pueblo, llévala a su perfección por la caridad.

En las Misas por los difuntos se puede añadir:


Recuerda a tu hijo (hija) N„ a quien llamaste (hoy) de este mundo a tu presencia;
concédele que, así como ha compartido ya la muerte de lesucristo, comparta
también con él la gloria de la resurrección.

Acuérdate también de nuestros hermanos que se durmieron en la esperanza de


la resurrección, y de todos los que han muerto en tu misericordia; admítelos a con­
templar la luz de tu rostro. Ten misericordia de todos nosotros, y así, con María, la
Virgen Madre de Dios, su esposo san fosé, los apóstoles y cuantos vivieron en
tu amistad a través de los tiempos, merezcamos, por tu Hijo lesucristo, com­
partir la vida eterna y cantar tus alabanzas.
Por Cristo, con él y en él, a ti, Dios Padre omnipotente, en la unidad del Espíritu
Santo, todo honor y toda gloria por los siglos de los siglos. Amén.
Sigue el rito de la Comunión, pág. 14 ----- --------------- ----------------------

PLEGARIA EUCARÍSTICA III

Santo eres en verdad, Padre, y con razón te alaban todas tus creaturas, ya que
por lesucristo, tu Hijo, Señor nuestro, con la fuerza del Espíritu Santo, das vida
y santificas todo, y congregas a tu pueblo sin cesar, para que ofrezca en tu honor
un sacrificio sin mancha desde donde sale el sol hasta el ocaso.
Por eso, Padre, te suplicamos que santifiques por el mismo Espíritu estos dones que
hemos separado para ti, de manera que se conviertan en el Cuerpo y i®la Sangre de
Jesucristo, Hijo tuyo y Señor nuestro, que nos mandó celebrar estos misterios.
Porque él mismo, la noche en que iba a ser entregado, tomó pan, y dando gra­
cias te bendijo, lo partió y lo dio a sus discípulos, diciendo:

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Ordinario de la Misa
Tomen y coman todos de él, porque esto es mi Cuerpo, que será entregado por
ustedes.
Del mismo modo, acabada la cena, tomó el cáliz, dando gracias te bendijo, y lo
pasó a sus discípulos, diciendo:
Tomen y beban todos de él, porque éste es el cáliz de mi Sangre, Sangre de la
alianza nueva y eterna, que será derramada por ustedes y por muchos para el
perdón de los pecados.
Hagan esto en conmemoración mía.
Éste es el Misterio de la fe.
O bien:
Éste es el Sacramento de nuestra fe.
- Anunciamos tu muerte, proclamamos tu resurrección. ¡Ven, Señor
Jesús!
Así, pues, Padre, al celebrar ahora el memorial de la pasión salvadora de tu Hijo, de
su admirable resurrección y ascensión al cielo, mientras esperamos su venida glo­
riosa, te ofrecemos, en esta acción de gracias, el sacrificio vivo y santo.
Dirige tu mirada sobre la ofrenda de tu Iglesia, y reconoce en ella la Víctima
por cuya inmolación quisiste devolvernos tu amistad, para que, fortalecidos
con el Cuerpo y la Sangre de tu Hijo y llenos de su Espíritu Santo, formemos en
Cristo un solo cuerpo y un solo espíritu.
Que él nos transforme en ofrenda permanente, para que gocemos de tu here­
dad junto con tus elegidos: con María, la Virgen Madre de Dios, su esposo san
José, los apóstoles y los mártires, (san N.: santo del día o patrono) y todos los
santos, por cuya intercesión confiamos obtener siempre tu ayuda.
Te pedimos, Padre, que esta Víctima de reconciliación traiga la paz y la salva­
ción al mundo entero. Confirma en la fe y en la caridad a tu Iglesia, peregrina
en la tierra: a tu servidor, el Papa N., a nuestro Obispo N., al orden episcopal, a
los presbíteros y diáconos, y a todo el pueblo redimido por ti.*
Atiende los deseos y súplicas de esta familia que has congregado en tu presencia.

En los domingos:
Atiende los deseos y súplicas de esta familia que has congregado en tu presencia
en el domingo, día en que Cristo ha vencido a la muerte y nos ha hecho partí­
cipes de su vida inmortal.

Buena Prensa | | |
Reúne en torno a ti, Padre misericordioso, a todos tus hijos dispersos por el mundo.
+ A nuestros hermanos difuntos y a cuantos murieron en tu amistad recíbelos en
tu reino, donde esperamos gozar todos juntos de la plenitud eterna de tu gloria,
por Cristo, Señor nuestro, por quien concedes al mundo todos los bienes. +
Cuando esta Plegaría eucarística se utiliza en las Misas de difuntos, puede decirse:
+ Recuerda a tu hijo (hija) N., a quien llamaste (hoy) de este mundo a tu pre­
sencia: concédele que, así como ha compartido ya la muerte de Jesucristo,
comparta también con él la gloria de la resurrección, cuando Cristo haga resur­
gir de la tierra a los muertos, y transforme nuestro cuerpo frágil en cuerpo
glorioso como el suyo. Y a todos nuestros hermanos difuntos y a cuantos murie­
ron en tu amistad recíbelos en tu reino, donde esperamos gozar todos juntos de
la plenitud eterna de tu gloria; allí enjugarás las lágrimas de nuestros ojos, porque,
al contemplarte como tú eres, Dios nuestro, seremos para siempre semejantes a
ti y cantaremos eternamente tus alabanzas, por Cristo, Señor nuestro, por quien
concedes al mundo todos los bienes. +

Por Cristo, con él y en él, a ti, Dios Padre omnipotente, en la unidad del Espíritu
Santo, todo honor y toda gloria por los siglos de los siglos. Amén.
Sigue el rito de la Comunión, pág. 14 —*—L-— ---- —— --------------— —

PLEGARIA EUCARÍSTÍCA III


PARA LAS MISAS CON NIÑOS
Te damos gracias, Padre, porque tú nos has creado para que vivamos para ti y nos
amemos fraternalmente los unos a los otros. Es un don tuyo que poda­
mos mirarnos y dialogar como hermanos, de manera que podamos compar­
tir las cosas buenas y también las difíciles, t
t Por eso, Padre, estamos contentos y te damos gracias. Unidos a todos los que
creen en ti, y con los santos y los ángeles te cantamos con gozo:
Todos aclaman:
Santo, Santo, Santo es el Señor, Dios del universo. Llenos están el cielo y la tierra
de tu gloria. Hosanna en el cielo. Bendito el que viene en nombre del Señor.
Hosanna en el cielo.
Dios y Padre nuestro, en verdad eres santo, y eres siempre bueno con nosotros.
Tú muestras a todos tu misericordia y nosotros te damos gracias, en primer
lugar, por tu Hijo Jesucristo.

I2 I Misal Mensual
Él quiso venir al mundo porque los hombres, por el pecado, te habían abandonado

O rdinario de ia Misa
y entre sí no lograban entenderse. Él nos abrió los ojos y los oídos para que recono­
ciéramos que tú eres el Padre de todos y para que nosotros nos amemos unos a
otros, t
t Él nos congrega ahora en torno a esta mesa sagrada, porque quiere que haga­
mos lo mismo que él hizo antes en la Última Cena con sus discípulos.
Padre bueno, por la fuerza de tu Espíritu Santo dígnate santificar estos dones
de pan y de vino, de manera que se conviertan para nuestro bien en el
Cuerpo y en la Sangre de tu Hijo Jesucristo.
Porque él, en aquella tarde, antes de morir por nosotros, mientras cenaba por
última vez con sus discípulos, tomó el pan, te dio gracias, lo partió y se lo dio,
diciendo:
Tomen y coman todos de él, porque esto es mi Cuerpo, que será entregado por ustedes.
Del mismo modo, tomó el cáliz lleno de vino, te dio gracias de nuevo y lo dio a
sus discípulos, diciendo:
Tomen y beban todos de él, porque éste es el cáliz de mi Sangre, Sangre de la
alianza nueva y eterna, que será derramada por ustedes y por muchos para el per­
dón de los pecados.
Y les dijo también:
Hagan esto en conmemoración mía.
Éste es el Misterio de la fe.
0 bien:
Éste es el Sacramento de nuestra fe.
- Anunciamos tu muerte, proclamamos tu resurrección. ¡Ven, Señor
Jesús!
Por eso, Padre santo, estamos reunidos delante de ti y recordamos llenos de ale­
gría todo lo que Jesús hizo para salvarnos. En este santo sacrificio, que él mismo
entregó a la Iglesia, celebramos su muerte y su resurrección. Padre santo, que
estás en el cielo, te pedimos que nos recibas a nosotros junto con tu Hijo amado.
Él aceptó libremente la muerte por nosotros, pero tú lo resucitaste. Por eso, llenos
de alegría, te aclamamos:
-Señor, porque eres bueno, te alabamos y te damos gracias.
Él vive siempre junto a ti y, sin embargo, está también con nosotros.
-Señor, porque eres bueno, te alabamos y te damos gracias.
Él vendrá al final lleno de gloria y en su Reino no habrá ya pobreza ni dolor,
nadie estará triste, y ya no existirá el imperio del pecado y de la muerte.
—Señor, porque eres bueno, te alabamos y te damos gracias.
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Padre santo, tú nos llamaste para que con alegría recibiéramos de esta mesa el
Cuerpo y la Sangre de Cristo. Concédenos que, fortalecidos con la fuerza de este
alimento, te agrademos más y más, y por la comunión con el Espíritu Santo, llegue­
mos a ser un solo cuerpo en la caridad.
Acuérdate, Señor, del Santo Padre, el Papa N., de nuestro Obispo N., y de todos
los Obispos.
Ayuda a todos los discípulos de Jesucristo, para que trabajen por la paz del mundo
y sepan comunicar a los demás el don de la alegría, t
t Acuérdate también de nuestros hermanos difuntos que se durmieron en la
paz de Cristo, admítelos a contemplar ya la luz de tu rostro.
A todos nosotros concédenos que, con la Virgen María, la Madre de Dios, con
su esposo san José, (con san N.) y con todos los santos, vivamos algún día en
el cielo con Cristo y, con él, permanezcamos también junto a ti por toda la
eternidad, cantando tus alabanzas.
Por Cristo, con él y en él, a ti, Dios Padre omnipotente, en la unidad del Espíritu
Santo, todo honor y toda gloria por los siglos de los siglos. Amén.

RITO DE LA COMUNIÓN
Padrenuestro
Fieles a la recomendación del Salvador y siguiendo su divina enseñanza, nos
atrevemos a decir:
Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu nombre; venga a nosotros
tu reino; hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan
de cada día; perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a
los que nos ofenden; no nos dejes caer en la tentación, y líbranos del mal.
Líbranos de todos los males, Señor, y concédenos la paz en nuestros días, para
que, ayudados por tu misericordia, vivamos siempre libres de pecado y prote­
gidos de toda perturbación, mientras esperamos la gloriosa venida de nuestro
Salvador Jesucristo.
Tuyo es el reino, tuyo el poder y la gloria, por siempre, Señor.
Rito de la paz
Señor Jesucristo, que dijiste a tus apóstoles: “La paz les dejo, mi paz les doy”,
no tengas en cuenta nuestros pecados, sino la fe de tu Iglesia y, conforme a tu
palabra, concédele la paz y la unidad. Tú que vives y reinas por los siglos de los
siglos. Amén.

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La paz del Señor esté siempre con ustedes. -Y con tu espíritu.

Ordinario de la Misa
Si es oportuno, el diácono, o el sacerdote, invita a los fieles a darse la paz.
Dense fraternalmente la paz.
Fracción del pan
El gesto de la fracción del pan significa que formamos un solo cuerpo los que nos ali­
mentamos del Pan de vida, que es Cristo.
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros.
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros.
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, danos la paz.
Comunión
El sacerdote completa su preparación personal, diciendo en voz baja:
Señor Jesucristo, Hijo de Dios vivo, que por voluntad del Padre, cooperando el Espíritu
Santo, diste con tu muerte la vida al mundo, líbrame, por la recepción de tu Cuerpo
y de tu Sangre, de todas mis culpas y de todo mal. Concédeme cumplir siempre tus
mandamientos y jamás permitas que me separe de ti.
Muestra a los fieles el pan eucarístico:
Éste es el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo. Dichosos los invita­
dos a la cena del Señor.
Señor, no soy digno de que entres en mi casa, pero una palabra tuya bastará
para sanarme.

Canto de Comunión
Si no hay canto se dice la antífona de la Comunión. Terminada la Comunión, se
puede orar en silencio por algún espacio de tiempo. También se puede cantar algún
salmo de alabanza.

RITO DE CONCLUSIÓN
El Señor esté con ustedes. -Y con tu espíritu.
La bendición de Dios todopoderoso, Padre, Hijo t®, y Espíritu Santo, descienda
sobre ustedes. -Amén.
El diácono o el sacerdote dice:
Pueden ir en paz. -Demos gracias a Dios.

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Para quien inicia, se recomienda rezar la Liturgia de las Horas en comunidad y consultar el
Instructivo para la Liturgia de las Horas, incluido en la edición popular de letra grande (2016
y posteriores).
Julio 2023
GUÍA PARA LA LITURGIA DE LAS HORAS
(Ediciones de 2004 en adelante).

Liturgia de las Horas Liturgia de las Horas Liturgia de las Horas


Día 4 tom os
popular para los fieles

Sábado 1 373 798 (III) 1273

D om ingo 2 13 y 469 (478) 472 y 402 (III) 745 y 453 *•


Lunes 3 22 y 532 (554 y 524)' 1081 y 915 (III) 1657 y 1525**
M artes 4 49* y 524 (546) 1067, 502 *y 1325 (III) 1624, 793* y 1980**
M iércoles 5 62 513 (111)811
Jueves 6 74 525 (III) 830
V iernes 7 88 537 (III) 851
Sábado 8 101 1076 y 550 (III) 1643 y 871*

D om ingo 9 108 y 470 (478)*’ 555 y 403 (III) 880 y 495**


Lunes 10 130 575 (III) 909
M artes 11 142 1125,588 y 918 (III) 1784, 929* y 1537**
M iércoles 12 155 598 (III) 948
ju ev es 13 169 611 (III) 969
V iernes 14 182 623 (III) 989
Sábado 15 195 l i l i , 636 y 919 (III) 1743,1009’ y 1544**

D om ingo 16 202 y 471 (479)** 642 y 405 (III) 1019 y 533**


Lunes 17 223 660 (III) 1045
M artes 18 236 672 (III) 1065
M iércoles 19 247 683 (III) 1084
Jueves 20 259 694 (III) 1103
V iernes 21 271 705 (III) 1122
Sábado 22 283 1134 y 921 * (III) 1807 y 1551

D om ingo 23 289 y 472 (480)** 722 y 406' (III) 1151 y 571**


Lunes 24 310 740 (III) 1179
M artes 25 532 (554 y 525**) 1081 y 924* (III) 1657 y 1559**
M iércoles 26 336 1125, 765* y 925 (111)1784,1218* y 1563**
Jueves 27 349 776 (III) 1236
V iernes 28 361 787 (III) 1255
Sábado 29 373 1125,798 y 927 (III) 1784,1274* y 1567**

D om ingo 30 13 y 473 (481)** 472 y 407 (III) 745 y 609**


Lunes 31 36 1103,491 y 928 (111)1727, 774 y 1572“

IMPORTANTE:
1. La paginación corresponde a las I Vísperas, para domingos y solemnidades, y a Laudes, para el resto de los días.
2. La edición popular no incluye todas las celebraciones del Propio de los santos.
3. En la edición popular, el número de página entre paréntesis corresponde a la de letra grande (a partir del 2016).
4. Salmodia: *.
5. Oración y/o elementos propios: **.

|6 I Misal Mensual
I de julio
SÁBADO
Feria * Verde

Misa de feria (la del domingo anterior o de cualquier domingo del Tiempo Ordinario)
con las lecturas de hoy. También se puede celebrar la Misa que va a continuación o alguna
otra votiva.
Una fe excepcional

Deseamos una fe excepcional, pero a veces ignoramos en qué consiste


y cómo conseguirla. En el evangelio de hoy Jesús refiere la fe del cen­
turión como una fe, no sólo grande, sino excepcional pues afirma
que “en ningún israelita he hallado una fe tan grande” (v. 10).
COM ENTARIO
AL EVANGELIO
¿En qué consiste una fe grande? Según Mateo aquel hombre tiene una
fe grande porque decide confiar en Jesús; reconoce que los terribles
sufrimientos que padece su siervo no son definitivos, percibe una luz de esperanza
con la presencia del Señor (v. 8). Esta confianza en Jesús le provoca una confianza saluda­
ble en él mismo: sabe de la autoridad que tiene y la reconoce; es consciente de lo
que puede hacer y hasta lo aprecia. De ahí que la exclamación de Jesús sobre la fe
grande de aquel hombre se está refiriendo tanto a la confianza que le ha manifestado,
como a la autoestima que ha mostrado.Y es que los milagros -en el sentido amplio
del término- se dan cuando se combinan ambas confianzas: la confianza en Dios y
en nosotros mismos y, como consecuencia, en los demás.

¿La confianza que decimos tener en Dios nos ayuda a confiar más adecuadamente
en nosotros mismos? ¿Qué podríamos hacer para crecer en la fe?

***

MISA DE SANTA MARÍA EN SÁBADO

Blanco

ANTÍFONA DE ENTRADA
Dichosa tú, Virgen María, que llevaste en tu seno al creador del universo;
diste a luz al que te creó, y permaneces Virgen para siempre.

I de julio | 17
ORACIÓN COLECTA
Concédenos, Dios misericordioso, auxilio en nuestra fragilidad, para que,
quienes celebramos la conmemoración de la santa Madre de Dios, con
la ayuda de su intercesión nos veamos libres de nuestras culpas. Por
nuestro Señor Jesucristo...

PRIMERA LECTURA
¿Hay algo difícil para Dios?Volveré a visitarte, y Sara tendrá un hijo.
Del libro del Génesis: 18,1-15

n día, el Señor se le apareció a Abraham en el encinar de Mambré.


Abraham estaba sentado en la entrada de su tienda, a la hora del calor
más fuerte. Levantando la vista, vio de pronto a tres hombres que estaban
de pie ante él. Al verlos, se dirigió a ellos rápidamente desde la puerta de la
tienda, y postrado en tierra, dijo: “Señor mío, si he hallado gracia a tus ojos,
te ruego que no pases junto a mí sin detenerte. Haré que traigan un poco de
agua para que se laven los pies y descansen a la sombra de estos árboles;
traeré pan para que recobren las fuerzas y después continuarán su camino,
pues sin duda para eso han pasado junto a su siervo”.
Ellos le contestaron: “Está bien. Haz lo que dices”. Abraham entró
rápidamente en la tienda donde estaba Sara y le dijo: “Date prisa, toma tres
medidas de harina, amásalas y cuece unos panes”.
Luego Abraham fue corriendo al establo, escogió un ternero y se lo dio
a un criado para que lo matara y lo preparara. Cuando el ternero estuvo
asado, tomó requesón y leche y lo sirvió todo a los forasteros. Él permane­
ció de pie junto a ellos, bajo el árbol, mientras comían. Ellos le pregunta­
ron: “¿Dónde está Sara, tu mujer?”. Él respondió: “Allá, en la tienda”. Uno
de ellos le dijo: “Dentro de un año volveré sin falta a visitarte por estas
fechas; para entonces, Sara, tu mujer, habrá tenido un hijo”.
Sara estaba escuchando detrás de la puerta de la tienda. (Abraham y
Sara eran ya muy ancianos, y a Sara le había cesado su regla). Sara se rió
por lo bajo y pensó: “Siendo yo tan vieja y mi marido un anciano, ¿podré
experimentar el placer?”.
Entonces el Señor le dijo a Abraham: “¿Por qué se ha reído Sara y ha dicho:
‘Será cierto que voy a dar a luz, siendo ya tan vieja?’. ¿Acaso hay algo difícil
para Dios? El año que viene, en el plazo señalado, volveré a visitarte, y Sara
tendrá un hijo”. Sara dijo entonces, asustada: “No me estaba riendo”. Pero el
Señor replicó: “No lo niegues; sí te estabas riendo”.
Palabra de Dios. R. Te alabamos, Señor.

I8 I I de julio
SALMO RESPONSORIAL Lucas 1
R. El Señor se acordó de su misericordia.

Mi alma glorifica al Señor y mi espíritu se llena de júbilo en Dios, mi salva­


dor, porque puso sus ojos en la humildad de su esclava. R.
Desde ahora me llamarán dichosa todas las generaciones, porque ha
hecho en mí grandes cosas el que todo lo puede. Santo es su nombre. R.
Su misericordia llega de generación en generación a los que lo temen. A
los hambrientos los colma de bienes y a los ricos los despide sin nada. R.
Acordándose de su misericordia, viene en ayuda de Israel, su siervo,
como lo había prometido a nuestros padres, a Abraham y a su descenden­
cia, para siempre. R.

ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Mt 8, 17


R. Aleluya, aleluya.
Cristo hizo suyas nuestras debilidades y cargó con nuestros dolores. R.

EVANGELIO
Muchos vendrán de oriente y de occidente y se sentarán con Abraham, Isaac y Jacob en
el Reino de los cielos.
Del santo Evangelio según san Mateo: 8, 5-17

n aquel tiempo, al entrar Jesús en Cafarnaúm, se le acercó un oficial


E romano y le dijo: “Señor, tengo en mi casa un criado que está en cama,
paralítico, y sufre mucho”. Él le contestó: “Voy a curarlo”.
Pero el oficial le replicó: “Señor, yo no soy digno de que entres en mi
casa; con que digas una sola palabra, mi criado quedará sano. Porque yo
también vivo bajo disciplina y tengo soldados a mis órdenes; cuando le
digo a uno: ‘¡Ve!’, él va; al otro: ‘¡Ven!’, y viene; a mi criado: ‘¡Haz esto!’, y lo
hace”.
Al oír aquellas palabras, se admiró Jesús y dijo a los que lo seguían:
“Yo les aseguro que en ningún israelita he hallado una fe tan grande. Les
aseguro que muchos vendrán de oriente y de occidente y se sentarán con
Abraham, Isaac y Jacob en el Reino de los cielos. En cambio, a los herede­
ros del Reino los echarán fuera, a las tinieblas. Ahí será el llanto y la deses­
peración”.
Jesús le dijo al oficial romano: “Vuelve a tu casa y que se te cumpla lo
que has creído”. Y en aquel momento se curó el criado.

I de julio | |9
Al llegar Jesús a la casa de Pedro, vio a la suegra de éste en cama, con
fiebre. Entonces la tomó de la mano y desapareció la fiebre. Ella se levantó
y se puso a servirles.
Al atardecer le trajeron muchos endemoniados. Él expulsó a los demo­
nios con su palabra y curó a todos los enfermos. Así se cumplió lo dicho por
el profeta Isaías: Él hizo suyas nuestras debilidades y cargó con nuestros
dolores.
Palabra del Señor. R. Gloria a ti, Señor Jesús.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS


Al venerar la memoria de la Madre de tu Hijo, te rogamos, Señor, que la
ofrenda que te presentamos nos transforme, por la abundancia de tu gra­
cia, en ofrenda permanente. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Prefacio de santa María Virgen.

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Le 1, 49
Ha hecho en mí grandes cosas el que todo lo puede. Santo es su nombre.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN


Ya que nos has concedido participar de la redención eterna, te rogamos,
Señor, que, quienes celebramos la conmemoración de la Madre de tu Hijo,
no sólo nos gloriemos de la plenitud de tu gracia, sino que experimentemos
también un continuo aumento de salvación. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Quien deja entrar en su casa deja entrar en su vida. El oficial romano


le propone a Jesús sólo dar una orden y con ello bastará. La acti­
tud de este hombre nos invita a no ponerle trabas a la fuerza
de Dios, que a pesar de todo quiere que nuestra vida sea cada día
p a r a m e d it a r más plena. ¿Se lo permitimos?

LITURGIA DE LAS HORAS


Vísperas I del domingo: I ° semana del Salterio.
Tomo III: pp. 745 y 453; para los fieles:pp. 472 y 402;
edición popular:pp. 13 y 469 (478*).

* A partir de la edición 2016 de letra grande.

20 | I de julio
2 de julio
XIII DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO
Verde

El proyecto de Jesús
es lo más importante

Hay de valores a valores: la familia es un valor


muy grande e importante, pero no está por
encima del proyecto de Jesús; es decir, nues­
tras familias pueden ser cristianas de verdad si
están al servicio del Reino de Dios. Segura­
mente por esto Jesús recuerda a sus discípulos
que no pueden poner a su familia por encima
de él y de su proyecto; no es que la familia no
sea importante, tampoco que el abandono de
los padres o hermanos sea algo digno de ala­
banza; de lo que se trata es de no colocar a
“Quien los recibe a ustedes me la familia como lo máximo, pues todos los
recibe a mí; y quien me recibe a mí, modos de entenderla y cualquier modo de
recibe al que me ha enviado” vivirla, siempre tendrán sus ventajas, así como
sus desventajas. Y esto no sólo vale para las
relaciones familiares, también afecta cualquier forma de organizamos en la Iglesia y en
la sociedad; nada es más importante ni puede sustituir el proyecto del Reino; es a partir
de lo que Jesús dijo y vivió desde donde tenemos que estar evaluando constantemente
nuestra manera de organizamos y de relacionarnos en cualquier ámbito. Asimismo,
para precisar cómo puede darse esta relación, Jesús ofrece como ejemplo la acogida de
quien proclama la verdad (el profeta); también los invita a que estén abiertos y atentos
con quien les hace el bien testimoniando la justicia (el justo); y lo más interesante es
que el buen trato y la acogida se amplía a los más pequeños, que en Mateo se refiere a
los más pobres y desprotegidos, pero también a los excluidos y a quienes han cometido
errores y pecados. De este modo, la organización que adoptemos no debe regirse por
unas costumbres, mucho menos unas manías, sino por el proyecto del Reino
que fomenta la verdad, la vivencia de la justicia y la inclusión.
¿Qué podemos hacer para que nuestra manera de organizar nuestra vida y la de nues­
tra comunidad no entre en contradicción con la enseñanza de Jesús?

2 de julio | 21
ANTÍFONA DE ENTRADA Sal 46, 2
Pueblos todos, aplaudan y aclamen a Dios con gritos de júbilo.

Se dice Gloria.

ORACIÓN COLECTA
Señor Dios, que mediante la gracia de la adopción filial quisiste que fué­
ramos hijos de la luz, concédenos que no nos dejemos envolver en las
tinieblas del error, sino que permanezcamos siempre vigilantes en el esplen­
dor de la verdad. Por nuestro Señor Jesucristo...

Escuchemos, en la primera lectura, la historia de una mujer que


acoge a un enviado de Dios. Y la forma en que Dios recompensa
esta buena acción.
M ON ICIÓ N

PRIMERA LECTURA
Este hombre es un hombre de Dios.
Del segundo libro de los Reyes: 4, 8-11. 14-16

n día pasaba Elíseo por la ciudad de Sunerp y una mujer distinguida lo


U invitó con insistencia a comer en su casa. Desde entonces, siempre
que Elíseo pasaba por ahí, iba a comer a su casa. En una ocasión, ella le
dijo a su marido: “Yo sé que este hombre, que con tanta frecuencia nos visita,
es un hombre de Dios. Vamos a construirle en los altos una pequeña habi­
tación. Le pondremos allí una cama, una mesa, una silla y una lámpara,
para que se quede allí, cuando venga a visitarnos”.
Así se hizo y cuando Elíseo regresó a Sunem, subió a la habitación y se
recostó en la cama. Entonces le dijo a su criado: “¿Qué podemos hacer por
esta mujer?”. El criado le dijo: “Mira, no tiene hijos y su marido ya es
un anciano”. Entonces dijo Elíseo: “Llámala”. El criado la llamó y ella, al
llegar, se detuvo en la puerta. Elíseo le dijo: “El año que viene, por
estas mismas fechas, tendrás un hijo en tus brazos”.
Palabra de Dios. R. Te alabamos, Señor.

.
SALMO RESPONSORIAL Del salmo 88
A. (¡órne/. B.P. I5ft7

ri * N N\ A
l 5« ; ; .s . • , *• • • , •
Pro • cía ■ ma - re

* * '» . . .

22 I 2 de julio
R. Proclamaré sin cesar la misericordia del Señor.
Proclamaré sin cesar la misericordia del Señor, y daré a conocer que su fide­
lidad es eterna, pues el Señor ha dicho: “Mi amor es para siempre, y mi
lealtad, más firme que los cielos”. R.
Señor, feliz el pueblo que te alaba y que a tu luz camina, que en tu
nombre se alegra a todas horas y al que llena de orgullo tu justicia. R.
Feliz, porque eres tú su honor y fuerza y exalta tu favor nuestro poder.
Feliz, porque el Señor es nuestro escudo y el santo de Israel es nuestro rey. R.

San Pablo nos recuerda que por el Bautismo hemos sido incorpo­
rados a Jesús muerto y resucitado: con él hemos muerto al mal y
al pecado y hemos comenzado la vida nueva de los hijos de Dios.
M ONICIÓN

SEGUNDA LECTURA
El bautismo nos sepultó con Cristo para que llevemos una vida nueva.
De la carta del apóstol san Pablo a los romanos: 6, 3-4. 8-11

ermanos: Todos los que hemos sido incorporados a Cristo Jesús por
H medio del bautismo, hemos sido incorporados a su muerte. En efecto,
por el bautismo fuimos sepultados con él en su muerte, para que, así como
Cristo resucitó de entre los muertos por la gloria del Padre, así también
nosotros llevemos una vida nueva.
Por lo tanto, si hemos muerto con Cristo, estamos seguros de que tam­
bién viviremos con él; pues sabemos que Cristo, una vez resucitado de
entre los muertos, ya nunca morirá. La muerte ya no tiene dominio sobre
él, porque al morir, murió al pecado de una vez para siempre; y al resucitar,
vive ahora para Dios. Lo mismo ustedes, considérense muertos al pecado
y vivos para Dios en Cristo Jesús, Señor nuestro.
Palabra de Dios. R. Te alabamos, Señor.

ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO 1 Pedro 2, 9


BP. 1033 - Palazón C F C G7

A -le-lu -ya , a-le-lu-ya. a -le-lu - ya.

R. Aleluya, aleluya.
Ustedes son estirpe elegida, sacerdocio real, nación consagrada a Dios,
para que proclamen las obras maravillosas de aquel que los llamó de las
tinieblas a su luz admirable. R.

2 de julio | 23
Después de proponer a sus apóstoles que dejen todo para seguirlo,
Jesús promete recompensar a quienes acojan con buena voluntad
a uno de sus discípulos. ¿Qué necesitamos para hacer esto?
M ONICIÓN

EVANGELIO
El que no toma su cruz, no es digno de mí. Quien los recibe a ustedes me recibe a mí.
Del santo Evangelio según san Mateo: 10, 37-42

n aquel tiempo, Jesús dijo a sus apóstoles: “El que ama a su padre o a
E su madre más que a mí, no es digno de mí; el que ama a su hijo o a su hija
más que a mí, no es digno de mí; y el que no toma su cruz y me sigue,
no es digno de mí.
El que salve su vida la perderá y el que la pierda por mí, la salvará.
Quien los recibe a ustedes me recibe a mí; y quien me recibe a mí, recibe
al que me ha enviado.
El que recibe a un profeta por ser profeta, recibirá recompensa de pro­
feta; el que recibe a un justo por ser justo, recibirá recompensa de justo.
Quien diere, aunque no sea más que un vaso de agua fría a uno de estos
pequeños, por ser discípulo mío, yo les aseguro que no perderá su
recompensa”.
Palabra del Señor. R. Gloria a ti, Señor Jesús.

Se dice Credo.

PLEGARIA UNIVERSAL
Pidamos, hermanos, al Señor que escuche nuestras oraciones, para que poda­
mos alegrarnos al recibir su ayuda.
Después de cada petición diremos: Padre, escúchanos,
t Por el Papa Francisco, los obispos y todos los ministros de la Iglesia
que han consagrado su vida al Señor. Oremos,
t Por toda la familia humana, en especial las naciones que sufren por el
hambre o la violencia. Oremos,
t Por quienes gobiernan las naciones y tienen el poder económico.
Oremos.
Por un tiempo propicio y una naturaleza limpia y saludable. Oremos.
I Por los que son víctimas de la debilidad humana, del espíritu de odio
o de envidia o de los otros vicios del mundo. Oremos,
t Encomendémonos mutuamente al Señor, pongamos toda nuestra
existencia en sus manos y oremos con confianza al autor y guardián de
todo lo que tenemos y poseemos. Oremos.
24 I 2 de julio
Escucha, Padre santo, las oraciones de tu pueblo e infunde en nosotros
la sabiduría y la fuerza del Espíritu Santo, para que, unidos a Cristo, este­
mos dispuestos a manifestar al mundo nuestra esperanza en el reino que nos
tienes preparado. Por Jesucristo, nuestro Señor.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS


Señor Dios, que bondadosamente realizas el fruto de tus sacramentos, con­
cédenos que seamos capaces de servirte como corresponde a tan santos
misterios. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Prefacio para los domingos del Tiempo Ordinario.

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN C/r. Sal 102. 1


Bendice, alma mía, al Señor; que todo mi ser bendiga su santo nombre.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN


Que la víctima divina que te hemos ofrecido y que acabamos de recibir,
nos vivifique, Señor, para que, unidos a ti con perpetuo amor, demos
frutos que permanezcan para siempre. Por Jesucristo, nuestro Señor.

2 de julio | 25
“QUIEN ME RECIBE A MÍ,
RECIBE A QUIEN ME HA ENVIADO”

El Señor hoy nos dice que nadie 4 Si recibimos a Jesús, esta­


está por encima de Dios, y parece mos recibiendo al Padre, que
recordarnos el primer mandamiento está en el cielo. Y quien recibe
de su ley: “Amarás a Dios sobre todas a alguien que es servidor de Dios
las cosas”. es al mismo Señor a quien
recibe.
é Si somos cristianos, tenemos
que seguir el camino de Jesús. é Dice Jesús que quien diere a
Él tomó la cruz más pesada de uno de sus discípulos “aunque
todas, y nos pide que llevemos no sea más que un vaso de agua
nuestra propia cruz, para ser dig­ fría”, no se quedará sin recom­
nos de él. Sólo así podremos pensa.
llegar a la resurrección.

La sabiduría de Dios
supera nuestros criterios.

26 I 2 de julio
3 de julio
Lunes
SANTO TOMÁS, APÓSTOL
Fiesta * Rojo

Durante la pasión y resurrección del Señor, Tomás revela toda su personalidad. En


la Última Cena, Tomás hace una pregunta, quizá en tono áspero, y obtiene esta
respuesta de Jesús: “Yo soy el camino, la verdad y la vida”. Inicialmente Tomás no
creyó que el Señor se les hubiera aparecido a sus compañeros, resucitado, pero
cuando el Señor se le aparece y lo invita a poner sus dedos y sus manos en sus
heridas cicatrizadas,Tomás cae exclamando:“¡Señor mío y Dios mío!”.

La duda no ofende

La duda, aunque digamos que ofende, desde la perspectiva de la fe


hace crecer a las personas, las introduce en un proceso de aprendi­
zaje, como aTomás cuyo problema no está precisamente en que dude;
de hecho, Jesús no le reprocha sus dudas y hasta le muestra sus heri-
c o m e n t a r io p a r a g u e constate, por sí mismo, aquello que lo traía desconcer-
AL EVANGELIO ' ' 1
tado y hasta desanimado; más bien, le echa en cara que no sea creyente
(v. 27), es decir, lo invita a que se convenza de que el único modo de creer en él,
como el Resucitado, es a través del testimonio de los demás miembros de la comu­
nidad. Para el tiempo en que se escribe el evangelio de Juan todos los primeros
testigos de la vida, muerte y resurrección del Señor ya habían fallecido; los nue­
vos integrantes de la comunidad debían creer, más que a partir del contacto físico
directo con el Maestro, a través del testimonio de quienes habían tenido la dicha de
ser sus seguidores; esto no los hacía menos, tampoco más que aquellos primeros
testigos.Tomás, como todos nosotros, sólo podía creer a través del testimonio de
otros.

Recordemos a nuestros papás, hermanos y hermanas, padrinos... que nos ayudaron


a creer. ¿Qué podemos hacer para creer, más y mejor, a través del testimonio de los
demás?

***

ANTÍFONA DE ENTRADA Cfr. Sal 117, 28. 21


Tú eres mi Dios, y yo confiaré en ti, tú eres mi Dios, te alabaré y te daré
gracias; pondré en ti mi confianza, porque tú eres mi salvador.
3 de julio | 27
Se dice Gloria

ORACIÓN COLECTA
Concédenos, Dios todopoderoso, alegrarnos por la festividad del apóstol
santo Tomás, para que siempre nos ayude con su protección y para que,
creyendo, tengamos vida en el nombre de aquel a quien él mismo recono­
ció como Señor, Jesucristo, tu Hijo. Él, que vive y reina contigo...

PRIMERA LECTURA
Ustedes han sido edificados sobre el cimiento de los apóstoles.
De la carta del apóstol san Pablo a los efesios: 2,19-22

ermanos: Ya no son ustedes extranjeros ni advenedizos; son con­


H ciudadanos de los santos y pertenecen a la familia de Dios, porque han
sido edificados sobre el cimiento de los apóstoles y de los profetas, siendo
Cristo Jesús la piedra angular.
Sobre Cristo, todo el edificio se va levantando bien estructurado, para
formar el templo santo en el Señor, y unidos a él también ustedes se van
incorporando al edificio, por medio del Espíritu Santo, para ser morada
de Dios.
Palabra de Dios. R. Te alabamos, Señor.

SALMO RESPONSORIAL Del salmo 116


R. Vayan por todo el mundo y prediquen el Evangelio.

Que alaben al Señor todas las naciones, que lo aclamen todos los
pueblos. R.
Porque grande es su amor hacia nosotros y su fidelidad dura por
siempre. R.

ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Jn 20, 29


R. Aleluya, aleluya.
Tomás, tú crees porque me has visto; dichosos los que creen sin haberme
visto, dice el Señor. R.

28 I 3 de julio
EVANGELIO
¡Señor mío y Dios mío!
sjjss Del santo Evangelio según san Juan: 20, 24-29

omás, uno de los Doce, a quien llamaban el Gemelo, no estaba con


T ellos cuando vino Jesús, y los otros discípulos le decían: “Hemos visto
al Señor”. Pero él les contestó: “Si no veo en sus manos la señal de los clavos
y si no meto mi dedo en los agujeros de los clavos y no meto mi mano en
su costado, no creeré”.
Ocho días después, estaban reunidos los discípulos a puerta cerrada y
Tomás estaba con ellos. Jesús se presentó de nuevo en medio de ellos y les
dijo: “La paz esté con ustedes”. Luego le dijo a Tomás: “Aquí están mis
manos, acerca tu dedo. Trae acá tu mano, métela en mi costado y no
sigas dudando, sino cree”. Tomás le respondió: “¡Señor mío y Dios
mío!”. Jesús añadió: “Tú crees porque me has visto; dichosos los que
creen sin haber visto”.
Palabra del Señor. R. Gloria a ti, Señor Jesús.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS


Al conmemorar la confesión de fe del apóstol santo Tomás, te ofrecemos,
Señor, este sacrificio de alabanza, para darte así el culto que mereces, y
te pedimos humildemente que cuides en nosotros los dones que de ti
hemos recibido. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Prefacio I o II de los Apóstoles.

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN C/r. Jn 20, 27


Acerca tu mano, toca los agujeros que dejaron los clavos y no seas incré­
dulo, sino creyente.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN


Dios nuestro, en este sacramento hemos recibido verdaderamente el Cuerpo
de tu Unigénito; concédenos que lo reconozcamos por la fe como Dios y
Señor nuestro, y también lo confesemos con las obras y con la vida, a ejem­
plo del apóstol Tomás. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Puede utilizarse la fórmula de bendición solemne.

3 de julio | 29
“¡Señor mío y Dios mío!”. Esta rica y atinada frase de santo
Tomás viene después de haber dudado de la Resurrección de
Cristo. A pesar de nuestras dudas y tribulaciones, Jesús espera
que desde la boca de nuestro corazón lo confesemos como nues­
PARA MEDITAR tro salvador. Hoy es el mejor día para gritarlo al mundo entero.

4 de julio
M artes
NUESTRA SEÑORA DEL REFUGIO
Memoria libre * Blanco

Esta imagen de la santísima Virgen ha infundido un gran fervor en el pueblo cris­


tiano y ha ocasionado la conversión de muchos pecadores. Por eso se le comenzó a
llamar “Refugio de los pecadores”. En ella expresa la Virgen María su protección
maternal. La imagen actual es una copia, hecha en I 709, de una imagen muy vene­
rada en Italia.

En vez de la Misa de Nuestra Señora del Refugio, que va a continuación, se puede cele­
brar Misa de feria (la del domingo anterior o de cualquier domingo del Tiempo Ordina­
rio), con las lecturas de hoy, la de *santa Isabel de Portugal (p. 33) o alguna Misa votiva.

No seamos miedosos

El miedo es el arma de quienes desean mantener siempre dominados


a otros, es el peor pretexto para manipular y humillar a las perso­
nas; seguramente por esto y más, Jesús no quería que sus discí­
pulos fueran miedosos y en repetidas ocasiones les pidió y hasta les
COMENTARIO
AL EVANGELIO ordenó que no tuvieran miedo, ese pavor que paraliza. Además, el
miedo hace que la realidad no se perciba con claridad. Desde esta
perspectiva percibimos en Mateo la convicción de que ser miedoso y pretender ser
discípulo es una contradicción; por eso, mientras al comienzo de su relato dice que
los discípulos siguieron a Jesús cuando subió a la barca (v. 23), al final dice úni­
camente “aquellos hombres” (v. 27) porque quiere precisar que no es posible
vivir siempre miedoso y decir que se es seguidor suyo. Además, Jesús relaciona
el miedo con la carencia de fe; quizá porque el miedo tiene que ver con la

30 I 4 de julio
desconfianza en sí mismo y porque quienes provocan pavor en individuos y grupos
enteros siempre lo hacen sin importarles, en lo más mínimo, cumplir la volun­
tad del Dios de Jesús. De cualquier modo, pues, ser miedoso o manipular a otros
haciendo uso del miedo, no es cristiano.

¿Somos miedosos? ¿Manipulamos a los demás a través del miedo? ¿Qué podemos
hacer para evitar los miedos que no quiso Jesús?

ANTÍFONA DE ENTRADA
Te adamamos, santa Madre de Dios, porque has dado a luz al Rey, que
gobierna cielo y tierra por los siglos de los siglos.

ORACIÓN COLECTA
Dios todopoderoso y eterno, que has constituido a la santísima Virgen
María como refugio y auxilio de los pecadores, concédenos su poderosa
ayuda, para que, arrepentidos de nuestros pecados, alcancemos de tu mise­
ricordia la eterna felicidad. Por nuestro Señor Jesucristo...

PRIMERA LECTURA
El Señor hizo llover azufre y fuego sobre Sodoma y Gomorra.
Del libro del Génesis: 19,15-29

[uel día, al rayar el alba, los ángeles apresuraban a Lot diciéndole:


Vamos; toma a tu esposa y a tus dos hijas, para que no perezcas a
causa de los pecados de Sodoma”.
Como Lot no se decidía, los tomaron de la mano a él, a su mujer y a
sus dos hijas, los sacaron de su casa y los condujeron fuera de la ciudad,
porque el Señor los perdonaba. Cuando estaban fuera, uno de los ángeles
le dijo: “Ponte a salvo, no mires hacia atrás, no te detengas en el valle;
ponte a salvo en los montes para que no perezcas”.
Lot le respondió: “No, te lo ruego. Tú me has favorecido a mí, tratán­
dome con gran misericordia al salvarme la vida; pero yo no podré sobre­
vivir en los montes, pues la desgracia me alcanzaría ahí y moriría. Mira,
aquí cerca hay una ciudad pequeña, en donde puedo refugiarme y salvar la
vida. ¿Verdad que es pequeña y puedo vivir en ella?”.

4 de julio | 3I
El ángel le contestó: “Accedo a lo que me pides, no arrasaré esa ciudad
que dices. Aprisa, ponte a salvo, pues no puedo hacer nada hasta que llegues
allá”. Por eso la ciudad se llamó Soar. El sol salía cuando Lot llegó a Soar.
El Señor hizo llover desde el cielo azufre y fuego sobre Sodoma y
Gomorra. Arrasó aquellas ciudades y todo el valle, con los habitantes de las
ciudades y la hierba del campo. La mujer de Lot miró hacia atrás y se con­
virtió en estatua de sal.
Abraham se levantó de mañana y se dirigió al sitio donde había estado
con el Señor. Miró en dirección de Sodoma y Gomorra toda la exten­
sión del valle, y vio una gran humareda que salía del suelo, como el humo
de un horno.
Así, cuando el Señor destruyó las ciudades del valle y arrasó las ciudades
en las que Lot había vivido, se acordó de Abraham y libró a Lot de la catás­
trofe.
Palabra de Dios. R. Te alabamos, Señor.

SALMO RESPONSORIAL Del salmo 25


R. Ten compasión de mí, Señor.

Examíname, Señor, ponme a prueba, sondea mis entrañas y mi corazón,


porque tengo tu bondad ante mis ojos y camino en tu verdad. R.
No me trates como a los pecadores ni me castigues como a los sangui­
narios, que en sus manos llevan infamias y las tienen llenas de sobornos. R.
Yo, en cambio, camino en la integridad; sálvame y ten compasión de mí. Mi
pie se mantiene en el camino recto, en la asamblea bendeciré al Señor. R.

ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Sal 129, 5


R. Aleluya, aleluya.
Confío en el Señor, mi alma espera y confía en su palabra. R.

EVANGELIO
Dio una orden terminante a los vientos y al mar, y sobrevino una gran calma.
Del santo Evangelio según san Mateo: 8, 23-27

n aquel tiempo, Jesús subió a una barca junto con sus discípulos. De
E pronto se levantó en el mar una tempestad tan fuerte, que las olas cubrían
la barca; pero él estaba dormido. Los discípulos lo despertaron, diciéndole:
“Señor, ¡sálvanos, que perecemos!”.

32 I 4 de julio
Él les respondió: “¿Por qué tienen miedo, hombres de poca fe?”. Enton­
ces se levantó, dio una orden terminante a los vientos y al mar, y sobrevino
una gran calma. Y aquellos hombres, maravillados, decían: “¿Quién es éste,
a quien hasta los vientos y el mar obedecen?”.
Palabra del Señor. R. G loria a ti, S e ñ o r Jesús.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS


Recibe, Señor, las oraciones de tu pueblo, junto con las ofrendas que te
presentamos, para que, por la intercesión de santa María, Madre de tu Hijo,
ningún buen propósito quede sin realizarse y ninguna de nuestras súplicas
quede sin respuesta. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Prefacio de santa María Virgen.

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Cfr. Le 11, 27


Dichoso el vientre de la Virgen María, que llevó al Hijo del eterno Padre.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN


Al recibir el sacramento celestial en la conmemoración de la santísima Vir­
gen María, te pedimos, Padre misericordioso, que, a imitación suya, nos
concedas ponernos dignamente al servicio del misterio de nuestra redención.
Por Jesucristo, nuestro Señor.

***

*Santa Isabel de Portugal (mi), blanco (MR, p. 781 [768]).

Isabel de Aragón (1271-1336), casada con el rey de Portugal, fue esposa y madre
muy atribulada. En medio de dolorosos conflictos, ella oraba, ayunaba y trataba de
restablecer la paz. Ya viuda, fue terciaria franciscana.

ORACIÓN COLECTA
Dios nuestro, autor de la paz y amante de la caridad, que otorgaste a
santa Isabel de Portugal la gracia admirable de reconciliar a los enemis­
tados, concédenos, por su intercesión, trabajar por la paz, para que podamos
ser llamados hijos de Dios. Por nuestro Señor Jesucristo...

4 de julio 33
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Acoge, Señor, las ofrendas de tu pueblo, para que, al celebrar la obra de la
caridad inmensa de tu Hijo, seamos confirmados en el amor a ti y al prójimo,
a ejemplo de santa Isabel de Portugal. Por Jesucristo, nuestro Señor.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN


Renovados por este santo sacramento, concédenos, Señor, seguir los ejem­
plos de santa Isabel de Portugal, que te honró con su incansable piedad y
con su inmensa caridad hizo tanto bien a tu pueblo. Por lesucristo, nuestro
Señor.

o
P ARA MEDITAR
Estar y andar con Jesús no nos aleja de las tempestades. En la
escena que nos relata el Evangelio, Jesús se planta como amo
y Señor que tiene todo bajo su gobierno de amor. Muchas
veces en nuestra oración pedimos no tener problemas, no obs­
tante, se trata de pedir fuerzas para no desfallecer ante las
adversidades.

5 de julio
MIÉRCOLES
Feria * Verde

Se sugiere utilizar hoy las oraciones de la Misa de san José, tal como aparecen en el
presente formulario (cfr.Misas votivas,Misal Romano,p. 1205 [119 7]);pero en su lugar
pueden utilizarse las del domingo anterior, las de *san Antonio María Zacaría (p. 38) o
las de cualquier domingo del Tiempo Ordinario.

Disminuir el mal trae consecuencias

Las personas que se comprometen en la disminución del mal sufren el


rechazo de quienes resultan afectados en sus intereses a causa de su
compromiso. Jesús padeció esto una vez que liberó de unos espíritus
inmundos a dos hombres y que permitió que los expulsados se metie­
COMENTARIO
AL EVANGELIO
ran en unos cerdos ahogándose, posteriormente, en el mar, resultando
incómodo e indeseable para aquella gente. El itinerario que cuenta el

34 5 de julio
evangelio es común a la situación que señalábamos al comienzo: primero, algunos se
sienten afectados en sus intereses, en este caso los que cuidaban los puercos; luego,
ellos se encargan de contar su versión -seguramente a su conveniencia- de lo que
había realizado Jesús; y como consecuencia dice Mateo que toda la ciudad, toda
la gente, le rogó que se fuera de su región, después de ni siquiera dejarlo entrar a la
población (v. 34). El compromiso por liberar a las personas de las acciones malig­
nas (injusticia, opresión, etcétera) tiene sus consecuencias que, cuando no es la
muerte física, es la no acogida y el rechazo expreso de la persona; sin embargo,
es una tarea que no hay que evadir, así como unas consecuencias que no deben ser
ignoradas.

¿Estamos dispuestos a sumarnos a otras muchas personas en la disminución del


mal? ¿Qué consecuencias debemos estar dispuestos a asumir a causa de este
compromiso?
***

MISA VOTIVA DE SAN JOSÉ


Blanco

ANTÍFONA DE ENTRADA C fr. L e 1 2 , 4 2


Éste es el siervo fiel y prudente a quien el Señor puso al frente de su
familia.

ORACIÓN COLECTA
Señor Dios, que en tu inefable providencia te dignaste elegir a san José
como esposo de la santísima Madre de tu Hijo, concédenos que merezca­
mos tener como intercesor en el cielo a quien veneramos como protector
en la tierra. Por nuestro Señor Jesucristo...

PRIMERA LECTURA
El hijo de esa esclava no compartirá la herencia con mi hijo Isaac.
Del libro del Génesis: 2 1 , 5 . 8 - 2 0

braham tenía cien años, cuando nació su hijo Isaac. Creció el niño y
A lo destetaron; ese día Abraham dio un gran banquete.
Sara vio jugando con su hijo Isaac al hijo que Agar, la egipcia, le había
dado a Abraham, y le dijo a éste: “Despide a esa esclava y a su hijo, pues el
hijo de esa esclava no va a compartir la herencia con mi hijo Isaac”.

5 de julio 35
Abraham lo sintió mucho, por tratarse de su hijo, pero Dios lo consoló,
diciéndole: “No te aflijas ni por el niño ni por tu esclava. Hazle caso a Sara
en lo que te dice, porque es Isaac quien continuará tu descendencia. Aun­
que al hijo de la esclava lo convertiré en un gran pueblo, por ser descen­
diente tuyo”.
Se levantó, pues, Abraham de mañana, tomó pan y un odre de agua y se
lo puso a Agar en los hombros, le entregó al niño y la despidió. Ella se fue y
anduvo errante por el desierto de Bersebá. Cuando se le acabó el agua, Agar
dejó al niño bajo un matorral y fue a sentarse enfrente, a distancia como de
un tiro de arco, pues decía: “No quiero ver morir al niño”.
Entonces el niño rompió a llorar y Dios oyó el llanto del niño. El ángel
de Dios llamó a Agar desde el cielo y le dijo: “¿Qué te pasa, Agar? No tengas
miedo, porque Dios ha oído el llanto del niño que está ahí. Levántate, toma
al niño y llévalo de la mano, porque voy a convertirlo en un gran pueblo”.
Entonces Dios le abrió los ojos y vio un pozo con agua. Fue, llenó el odre y
le dio a beber al niño. Dios asistió al niño, que creció, vivió en el desierto
y llegó a ser un gran tirador de arco.
Palabra de Dios. R. T e a la b a m o s, S eñor.

SALMO RESPONSORIAL Del salmo 33


R. E l S e ñ o r e s c u c h a el c la m o r d e los p o b re s.

El Señor escucha el clamor de los pobres y los libra de todas sus angus­
tias. Junto a aquellos que temen al Señor el ángel del Señor acampa y los
protege. R.
Que amen al Señor todos sus fieles, pues nada faltará a los que lo aman;
el rico empobrece y pasa hambre; a quien busca al Señor, nada le falta. R.
Escúchame, hijo mío: voy a enseñarte cómo amar al Señor, para que
puedas vivir y disfrutar la vida. R.

ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Sant 1, 18


R. A le lu y a , a leluya.
Por su propia voluntad el Padre nos engendró mediante la palabra de la ver­
dad, para que fuéramos, en cierto modo, primicias de sus creaturas. R.

36 5 de julio
EVANGELIO
¿Acaso has venido hasta aquí para atormentamos antes del tiempo señalado?
JL Del santo Evangelio según san Mateo: 8, 2 8 - 3 4

n aquel tiempo, cuando Jesús desembarcó en la otra orilla del lago, en


E tierra de los gadarenos, dos endemoniados salieron de entre los sepul­
cros y fueron a su encuentro. Eran tan feroces, que nadie se atrevía a pasar
por aquel camino. Los endemoniados le gritaron a Jesús: “¿Qué quieres de
nosotros, Hijo de Dios? ¿Acaso has venido hasta aquí para atormentarnos
antes del tiempo señalado?”.
No lejos de ahí había una numerosa piara de cerdos que estaban
comiendo. Los demonios le suplicaron a Jesús: “Si vienes a echarnos fuera,
mándanos entrar en esos cerdos”. Él les respondió: “Está bien”.
Entonces los demonios salieron de los hombres, se metieron en los
cerdos y toda la piara se precipitó en el lago por un despeñadero y los cer­
dos se ahogaron.
Los que cuidaban los cerdos huyeron hacia la ciudad a dar parte de
todos aquellos acontecimientos y de lo sucedido a los endemoniados. Enton­
ces salió toda la gente de la ciudad al encuentro de Jesús, y al verlo, le supli­
caron que se fuera de su territorio.
Palabra del Señor. R G loria a ti, S e ñ o r Jesús.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS


Al prepararnos a ofrecerte, Padre santo, este sacrificio de alabanza, te supli­
camos que para cumplir la misión que nos has confiado nos ayude la interce­
sión de san José, a quien concediste cuidar en la tierra, haciendo las veces
de padre, a tu Unigénito. Él, que vive y reina por los siglos de los siglos.

PREFACIO
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias
siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno.
Y alabar, bendecir y proclamar tu gloria en la conmemoración de
san José, porque él es el hombre justo que diste por esposo a la Virgen
Madre de Dios, el fiel y prudente servidor a quien constituiste jefe de tu
familia para que, haciendo las veces de padre, cuidara a tu Unigénito,
concebido por obra del Espíritu Santo, Jesucristo, Señor nuestro.

5 de julio 37
Por él, los ángeles y los arcángeles, y todos los coros celestiales, cele­
bran tu gloria, unidos en común alegría. Permítenos asociarnos a sus voces
cantando humildemente tu alabanza: Santo, Santo, Santo...

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Mt 2 5 , 21
Alégrate, siervo bueno y fiel. Entra a compartir el gozo de tu Señor.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN


Renovados con este sacramento que da vida, te rogamos, Señor, que nos
concedas vivir para ti en justicia y santidad, a ejemplo y por intercesión de
san José, el varón justo y obediente que contribuyó con sus servicios a la
realización de tus grandes misterios. Por Jesucristo, nuestro Señor.

***

*Son Antonio M aría Zacaría, presbítero (mi), blanco (MR, p. 782 [769]).

Para seguir el programa de vida trazado por san Pablo, agrupó en torno suyo a
varios sacerdotes, que seguían una regla y hacían votos. Utilizaron la iglesia de
san Bernabé, y por eso se les conoció como Barnabitas.

ORACIÓN COLECTA
Concédenos, Señor, crecer en el conocimiento admirable de Jesucristo,
según la enseñanza del apóstol Pablo, que inspiró a san Antonio María
Zacaría para proclamar en tu Iglesia la palabra de salvación. Por nuestro
Señor Jesucristo...

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS


Dios misericordioso, que, despojando a san Antonio María Zacaría del
hombre viejo, te dignaste formar en él un hombre nuevo conforme a tu
imagen, concédenos, propicio, que nosotros, igualmente renovados, te
ofrezcamos este sacrificio de reconciliación, agradable a tus ojos. Por Jesu­
cristo, nuestro Señor.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN


Por la eficacia de este sacramento, te rogamos, Señor, que, a ejemplo de san
Antonio María Zacaría, nos conduzcas siempre por el camino de tu amor,
y que la obra buena que empezaste en nosotros, la perfecciones, hasta el
día en que se manifieste Jesucristo. Él, que vive y reina por los siglos de los
siglos.

38 5 de julio
La gente que mira a Jesús realizar sus prodigios, se queda mara­
villada y se llena de estupor. Cada vez que leemos el Evangelio
no debemos perder la oportunidad de sorprendernos al con­
templar lo que Jesús hace, pues no podemos renunciar a mirarlo.
Hay una nueva oportunidad para confiar en él, y hoy la vamos a
PARA MEDITAR
aprovechar.

6 de julio
JUEVES
Feria * Verde

Se sugiere utilizar hoy las oraciones de la Misa para pedir castidad, tal como aparecen
en el presente formulario (cfr. Misas para diversas circunstancias, Misal Romano,
p. 1151 [ II43]); pero en su lugar pueden utilizarse las del domingo anterior, las de
*santa María Goretti (p. 43) o las de cualquier domingo del Tiempo Ordinario.

Tener fe es una bendición

La fe personal, además de ser algo benéfico, tendría que ser una ben­
dición para quienes viven en nuestro entorno; así lo manifiesta Mateo
cuando, al narrar el doble milagro que Jesús concede a aquel paralítico
(perdonando sus pecados y curando su enfermedad), dice que es
COM ENTARIO
AL EVANGELIO
por la fe de quienes lo llevan en una camilla; y aunque permane­
cen en el anonimato aquellos hombres y aquellas mujeres, quizá fami­
liares, seguramente vecinos, su fe no pasa desapercibida y logran el milagro de parte
del Señor. Es como si se quisiera dejar claro, por una parte, que la confianza natural
que posee cada ser humano en sí mismo necesariamente tiene consecuencias
comunitarias. Cuántas veces hemos experimentado una especie de alivio al encon­
trarnos con personas, tan seguras de sí mismas, que nos contagian de su seguridad
y nos animan a hacer lo mismo. Por otra, ya en el plano de la fe, la confianza en Jesús
deberá tener siempre un alcance comunitario de intercesión; es decir, nuestra
fe debe ser cauce de bendición para quienes nos rodean, no sólo porque ore­
mos por ellos, sino porque si no resultan beneficiados de la fe que decimos
tener, probablemente es porque nuestra fe no es tan auténtica como sole­
mos decir.

6 de julio 39
¿Beneficia nuestra fe a quienes viven en nuestro entorno? ¿Qué podemos
hacer para que nuestra fe genere bendición?
***

ANTÍFONA DE ENTRADA M t 1 3 , 33
El Reino de los cielos se parece a un poco de levadura que tomó una mujer
y la mezcló con tres medidas de harina, y toda la masa acabó por fermentar.

ORACIÓN COLECTA
Inflama, benigno, Señor, nuestros corazones con el fuego celestial del Espí­
ritu Santo, para que con un cuerpo casto te sirvamos y con un corazón lim­
pio te agrademos. Por nuestro Señor Jesucristo...

PRIMERA LECTURA
El sacrificio de nuestro patriarca Abraham.
Del libro del Génesis: 2 2 , 1 - 1 9

n aquel tiempo, Dios le puso una prueba a Abraham y le dijo: “¡Abra­


E ham, Abraham!”. Él respondió: “Aquí estoy”. Y Dios le dijo: “Toma a tu
hijo único, Isaac, a quien tanto amas; vete a la región de Moría y ofrécemelo
en sacrificio, en el monte que yo te indicaré”.
Abraham madrugó, aparejó su burro, tomó consigo a dos de sus criados
y a su hijo Isaac; cortó leña para el sacrificio y se encaminó al lugar que
Dios le había indicado. Al tercer día divisó a lo lejos el lugar. Les dijo enton­
ces a sus criados: “Quédense aquí con el burro; yo iré con el muchacho
hasta allá, para adorar a Dios y después regresaremos”.
Abraham tomó la leña para el sacrificio, se la cargó a su hijo Isaac y
tomó en su mano el fuego y el cuchillo. Los dos caminaban juntos. Isaac
dijo a su padre Abraham: “¡Padre!”. Él respondió: “¿Qué quieres, hijo?”. El
muchacho contestó: “Ya tenemos fuego y leña, pero, ¿dónde está el cordero
para el sacrificio?”. Abraham le contestó: “Dios nos dará el cordero para el
sacrificio, hijo mío”. Y siguieron caminando juntos.
Cuando llegaron al sitio que Dios le había señalado, Abraham levantó
un altar y acomodó la leña. Luego ató a su hijo Isaac, lo puso sobre el altar,
encima de la leña, y tomó el cuchillo para degollarlo.

40 6 de julio
Pero el ángel del Señor lo llamó desde el cielo y le dijo: “¡Abraham,
Abraham!”. Él contestó: “Aquí estoy”. El ángel le dijo: “No descargues la
mano contra tu hijo, ni le hagas daño. Ya veo que temes a Dios, porque no
le has negado a tu hijo único”. Abraham levantó los ojos y vio un carnero,
enredado por los cuernos en la maleza. Atrapó el carnero y lo ofreció en
sacrificio, en lugar de su hijo. Abraham puso por nombre a aquel sitio “el
Señor provee”, por lo que aun el día de hoy se dice: “El monte donde el Señor
provee”.
El ángel del Señor volvió a llamar a Abraham desde el cielo y le dijo:
“Juro por mí mismo, dice el Señor, que por haber hecho esto y no haberme
negado a tu hijo único, yo te bendeciré y multiplicaré tu descendencia como
las estrellas del cielo y las arenas del mar. Tus descendientes conquistarán las
ciudades enemigas. En tu descendencia serán bendecidos todos los pue­
blos de la tierra, porque obedeciste a mis palabras”.
Abraham volvió a donde estaban sus criados y juntos se pusieron en
camino hacia Bersebá. Y Abraham se quedó a vivir ahí.
Palabra de Dios. R. T e a la b a m o s, S eñor.

SALMO RESPONSORIAL Del salmo 114


R. N u e s tr o D io s e s c o m p a siv o .

Amo al Señor porque escucha el clamor de mi plegaria, porque me prestó


atención cuando mi voz lo llamaba. R.
Redes de angustia y de muerte me alcanzaron y me ahogaban. Entonces
rogué al Señor que la vida me salvara. R.
El Señor es bueno y justo, nuestro Dios es compasivo. A mí, débil, me
salvó y protege a los sencillos. R.
Mi alma libró de la muerte, del llanto los ojos míos y ha evitado que mis
pies tropiecen por el camino. Caminaré ante el Señor por la tierra de los
vivos. R.

ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO 2 Cor 5 , 19


R. A le lu y a , aleluya.
Dios reconcilió al mundo consigo por medio de Cristo, y a nosotros nos
confió el mensaje de la reconciliación. R.

6 de julio 41
EVANGELIO
La gente glorificó a Dios, que había dado tanto poder a los hombres.
*.ík Del santo Evangelio según san Mateo: 9 , 1 -8

n aquel tiempo, Jesús subió de nuevo a la barca, pasó a la otra orilla del
E lago y llegó a Cafarnaúm, su ciudad.
En esto, trajeron a donde él estaba a un paralítico postrado en una
camilla. Viendo Jesús la fe de aquellos hombres, le dijo al paralítico: “Ten
confianza, hijo. Se te perdonan tus pecados”.
Al oír esto, algunos escribas pensaron: “Este hombre está blasfemando”.
Pero Jesús, conociendo sus pensamientos, les dijo: “¿Por qué piensan mal
en sus corazones? ¿Qué es más fácil: decir ‘Se te perdonan tus pecados’, o
decir ‘Levántate y anda’? Pues para que sepan que el Hijo del hombre tiene
poder en la tierra para perdonar los pecados, - le dijo entonces al paralí­
tico-: Levántate, toma tu camilla y vete a tu casa”.
Él se levantó y se fue a su casa. Al ver esto, la gente se llenó de temor y
glorificó a Dios, que había dado tanto poder a los hombres.
Palabra del Señor. R. G lo ria a ti, S e ñ o r Jesús.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS


Que te sean agradables, Señor, nuestros dones para que aquellos que te
dignaste salvar por tu gracia, ayudados por tu indulgencia, podamos, con
plena libertad y alma pura, ofrecer en tu honor la ofrenda de alabanza. Por
Jesucristo, nuestro Señor.

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Jn 1 5 , 8
La gloria de mi Padre consiste en que den mucho fruto y se manifiesten así
como discípulos míos, dice el Señor.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN


Señor, que el sacramento que acabamos de recibir renueve nuestro cora­
zón y nuestro cuerpo con el vigor de la pureza y la frescura de la castidad,
para que podamos recibir en un alma pura lo que hemos tomado con nues­
tra boca. Por Jesucristo, nuestro Señor.

42 I 6 de julio
***

*Santa M aría Goretti, virgen y m ártir (mí), rojo (MR, p. 782 [770]).

Cuando tenía apenas 12 años, se opuso a las propuestas deshonestas de un joven


vecino. El muchacho la hirió gravemente. María murió al día siguiente, después
de perdonar a su asesino,“por amor a Jesús” (1902).

ORACIÓN COLECTA
Dios nuestro, que eres la fuente de la inocencia y amas la castidad, y has
dado a tu sierva María Goretti la gracia del martirio en plena adolescencia,
concédenos, por su intercesión, que así como ella recibió la corona en
el combate por su virginidad, seamos constantes para cumplir tus manda­
mientos. Por nuestro Señor Jesucristo...

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS


Te pedimos, Señor, que los dones que te presentamos en la celebración de
santa María Goretti, por tu gracia, te sean agradables, así como te fue grato
el combate de su martirio. Por Jesucristo, nuestro Señor.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN


Señor Dios, que coronaste entre los santos a la bienaventurada María
Goretti por la doble victoria de su virginidad y de su martirio, concédenos,
por la eficacia de este sacramento, que, venciendo valerosamente todo mal,
consigamos la gloria del cielo. Por Jesucristo, nuestro Señor.

En tiempos de Jesús, cuando decía: “se te perdonan los peca­


dos”, algunos se conmocionaban y otros se escandalizaban, pues
lo consideraban un peligro para las conciencias religiosas. El
perdón se recibe y se ofrece. El examen de conciencia y la
reconciliación son algunos de los lugares donde el perdón se
PARA MEDITAR
mueve. Dejémonos mover por el amor misericordioso de Dios.

6 de julio | 43
7 de julio
VIERNES
Feria * Verde

Se sugiere utilizar hoy las oraciones de la Al/so del Sagrado Corazón de Jesús, tal como
aparecen en el presente formulario (cfr. Misos votivas, Misal Romano, p. 1177
[1168]); pero en su lugar pueden utilizarse las del domingo anterior o las de cualquier
domingo del Tiempo Ordinario.

Incluyentes y misericordiosos

Cuánto bien haríamos si quienes nos decimos cristianos compartiéra­


mos con nuestras palabras, pero sobre todo con nuestras acciones, a
un Jesús que sigue yendo al encuentro de las personas, más que como
juez que dicta sentencias, como médico que busca a quienes la están
COMENTARIO
AL EVANGELIO
pasando mal, especialmente a los señalados como pecadores, por
quienes se consideran buenos y puros. Sería una bendición grande
para la sociedad que nos esforzáramos, todavía más, en ser una Iglesia que,
como Jesús, no siente asco de quienes pecan, porque reconocemos que nosotros
también somos pecadores; que nos mostráramos convencidos de que si no
somos una comunidad misericordiosa al estilo de Jesús, resulta imposible
presentarnos como la Iglesia de Cristo; y que ante el eterno cuestionamiento
de quienes se escandalizan de una Iglesia que incluye a todos, especial­
mente a los más despreciados y rechazados, pudiéramos decirles con caridad
pero con claridad que lo único que estamos haciendo es tratando de ser fieles a la
enseñanza de Jesús. Cómo requerimos retomar con seriedad, una vez más, la con­
vicción de que cualquier acción cultual y toda práctica pastoral, si no están
impregnadas de misericordia, están vacías.

¿Qué deberíamos hacer para ser más incluyentes y misericordiosos con quienes son
despreciados y excluidos?
***

44 7 de julio
MISA VOTIVA DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS
Blanco

ANTÍFONA DE ENTRADA Sal 3 2 , 11. 1 9


Los proyectos de su corazón subsisten de generación en generación, para
librar de la muerte a sus fieles y reanimarlos en tiempo de hambre.

ORACIÓN COLECTA
Señor Dios, haz que nos revistamos con las virtudes del corazón de tu Hijo
y nos encendamos con el amor que lo inflama, para que, configurados a
imagen suya, merezcamos ser partícipes de la redención eterna. Por nues­
tro Señor Jesucristo...

PRIMERA LECTURA
Isaac amó tanto a Rebeca, que se consoló de la muerte de su madre.
Del libro del Génesis: 2 3 , 1 -4 . 19; 2 4 , 1 -8 . 6 2 - 6 7

ara vivió ciento veintisiete años y murió en Quiryat-Arbá, hoy Hebrón, en


S el país de Canaán, y Abraham lloró e hizo duelo por ella. Cuando terminó
su duelo, Abraham se levantó y dijo a los hititas: “Yo soy un simple forastero
que reside entre ustedes. Denme en propiedad un sepulcro en su tierra
para enterrar a mi esposa”. Y Abraham sepultó a Sara en la cueva del campo
de Makpelá, que está frente a Mambré, es decir, Hebrón, en Canaán.
Abraham era ya muy anciano y el Señor lo había bendecido en todo.
Abraham dijo al criado más viejo de su casa, que era mayordomo de todas
sus posesiones: “Pon tu mano debajo de mi muslo y júrame por el Señor,
Dios del cielo y de la tierra, que no tomarás por esposa para mi hijo a una
mujer de los cananeos, con los que vivo, sino que irás a mi tierra a buscar,
entre mi parentela, una mujer para mi hijo Isaac”. El criado le dijo: “Y en
caso de que la mujer no quisiera venir conmigo a este país, ¿tendré que
llevar a tu hijo hasta la tierra de donde saliste?”.
Respondió Abraham: “No vayas a llevar allá a mi hijo. El Señor, Dios del
cielo y de la tierra, que me sacó de mi casa paterna y de mi país, y que juró
dar a mi descendencia esta tierra, él te enviará a su ángel para que puedas
tomar de allá una mujer para mi hijo. Y si la mujer no quiere venir contigo,
quedarás libre de este juramento. Pero, por ningún motivo lleves allá a mi
hijo”.

7 de julio 45
| El criado fue a la tierra de Abraham y volvió con Rebeca, hija de Betuel,
pariente de Abraham |.
Isaac acababa de regresar del pozo de Lajay-Roí, pues vivía en las tierras
del sur. Una tarde Isaac andaba paseando por el campo, y al levantar la
vista, vio venir unos camellos. Cuando Rebeca lo vio, se bajó del camello y
le preguntó al criado: “¿Quién es aquel hombre que viene por el campo
hacia nosotros?”. El criado le respondió: “Es mi señor”. Entonces ella tomó
su velo y se cubrió el rostro.
El criado le contó a Isaac todo lo que había hecho. Isaac llevó a Rebeca
a la tienda que había sido de Sara, su madre, y la tomó por esposa y con su
amor se consoló de la muerte de su madre.
Palabra de Dios. R. T e a la b a m o s, S eñor.

SALMO RESPONSORIAL Del salmo 105


R. D e m o s g ra c ia s al S eñ o r, p o r q u e es bueno.

Demos gracias al Señor, porque es bueno, porque es eterna su misericordia.


¿Quién podrá contar las hazañas del Señor y alabarlo como él merece? R.
Dichosos los que cumplen la ley y obran siempre conforme a la justicia. Por
el amor que tienes a tu pueblo, acuérdate de nosotros, Señor, y sálvanos. R.
Sálvanos, Señor, para que veamos la dicha de tus escogidos y nos alegre­
mos y nos gloriemos junto con el pueblo que te pertenece. R.

ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Mt 11, 28


R. A le lu y a , a leluya.
Vengan a mí, todos los que están fatigados y agobiados por la carga, y yo les
daré alivio, dice el Señor. R.

EVANGELIO
No son los sanos los que necesitan de médico. Yo quiero misericordia y no sacrificios.
Del santo Evangelio según san Mateo: 9, 9-13

n aquel tiempo, Jesús vio a un hombre llamado Mateo, sentado a su


E mesa de recaudador de impuestos, y le dijo: “Sígueme”. Él se levantó y
lo siguió.
Después, cuando estaba a la mesa en casa de Mateo, muchos publícanos
y pecadores se sentaron también a comer con Jesús y sus discípulos. Viendo
esto, los fariseos preguntaron a los discípulos: “¿Por qué su Maestro come
con publícanos y pecadores?”. Jesús los oyó y les dijo: “No son los sanos los

46 7 de julio
que necesitan de médico, sino los enfermos. Vayan, pues, y aprendan lo que
significa: Y o q u ie r o m is e r ic o r d ia y n o s a c r ific io s . Y o no he venido a llamar
a los justos, sino a los pecadores”.
Palabra del Señor. R. G lo ria a ti, Señor Jesús.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS


Dios nuestro, Padre de misericordia, que por el inmenso amor con que nos
has amado, nos diste con inefable bondad a tu Unigénito, concédenos que,
unidos íntimamente a él, te ofrezcamos una digna oblación. Por Jesucristo,
nuestro Señor.

PREFACIO
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias
siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno,
por Cristo, Señor nuestro.
El cual, con inmenso amor, se entregó por nosotros en la cruz e hizo
salir sangre y agua de su costado herido, de donde habrían de brotar los sacra­
m entos de la Iglesia, para que todos los hombres, atraídos hacia el
corazón abierto del Salvador, pudieran beber siempre, con gozo, de la
fuente de la salvación.
Por eso, con todos los ángeles y los santos te alabamos, diciendo sin
cesar: Santo, Santo, Santo...

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Cfr. Jn 7, 3 7 - 3 8


Dice el Señor: Si alguno tiene sed, que venga a mí y beba, aquel que cree en
mí. Como dice la Escritura: De sus entrañas brotarán ríos de agua viva.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN


Habiendo participado de tu sacramento de amor, imploramos, Señor, tu cle­
mencia, para que, configurados con Cristo en la tierra, merezcamos com­
partir su gloria en el cielo. Él, que vive y reina por los siglos de los siglos.

Uno de los riesgos que afrontamos todos los que somos Iglesia
es el querer ser más virtuosos, y en el camino rechazar a quienes
tienen fama de no ser tan buenos como “nosotros”. El Evange­
lio nos despierta del sueño de esta tentación y nos lanza al
PARA MEDITAR
diálogo con aquellos a quienes debemos recordar en nuestras
oraciones.

7 de julio 47
8 de julio
SÁBADO
Feria * Verde

Misa de feria (la del domingo anterior o de cualquier domingo del Tiempo Ordinario)
con las lecturas de hoy. También se puede celebrar la Miso que va a continuación o
alguna otra votiva.

Evaluemos nuestras prácticas religiosas

Cuando las prácticas religiosas, por más nobles que sean y por más
practicantes que tengan, se convierten en un pretexto para rechazar
a quienes no las cumplen o para sentirse falsamente buenos, pierden
su sentido. Algo de esto había pasado en tiempos de Jesús y de los
a i° e v a n g e u o Primeros cristianos con la práctica del ayuno: a muchas personas y a
ciertos grupos dicha práctica les servía más para tranquilizarlos equi­
vocadamente en su conciencia religiosa, que para comprometerlos en la transfor­
mación de su entorno; muchos de ellos hacían uso del ayuno para sentirse
buenos, pero no para serlo de verdad, como decían los profetas; aprovechaban
esta práctica para despreciar y burlarse de quienes no podían o no querían ayunar.
De ahí que Jesús recuerde a sus adversarios, así como a sus discípulos, que estas
prácticas religiosas no valen por sí mismas, sino en la medida en que se relacionan
con el nuevo tiempo que ha sido inaugurado por él, en el que cuenta, más que el
cumplimiento de una práctica de perfección personal, la disponibilidad para solidari­
zarse con los más excluidos y desprotegidos.

¿Qué alcances tienen nuestras prácticas religiosas? ¿Qué podríamos hacer para
impregnar de sentido cristiano las prácticas religiosas más frecuentes?
***

MISA DE SANTA MARÍA EN SÁBADO


Blanco

ANTÍFONA DE ENTRADA C/r. Jdt 13,18-19


Bendita eres tú, Virgen María, por obra de Dios Altísimo, sobre todas las
mujeres de la tierra; porque tu nombre ha sido engrandecido para que
la boca de los hombres no cese de alabarte.

48 8 de julio
ORACIÓN COLECTA
Al celebrar la gloriosa memoria de la santísima Virgen María, te pedimos,
Señor, por su intercesión, que también nosotros logremos recibir la pleni­
tud de tu gracia. Por nuestro Señor Jesucristo...

PRIMERA LECTURA
Jacob suplantó a su hermano y le robó la bendición de su padre.
Del libro del Génesis: 27, 1 -5 . 1 5 - 2 9

saac había envejecido y ya no veía por tener debilitados los ojos. Un día
I llamó a Esaú, su hijo mayor, y le dijo: “¡Hijo mío!”. Esaú le respondió:
“Aquí estoy”. Isaac le dijo: “Mira, ya soy viejo y no sé cuándo voy a morir.
Así pues, toma tus flechas, tu aljaba y tu arco, sal al campo y caza algo para
mí. Luego me preparas un buen guiso, como a mí me gusta, y me lo traes
para que me lo coma y te bendiga antes de morir”.
Pero Rebeca estaba escuchando la conversación de Isaac con Esaú.
Cuando Esaú se fue al campo a cazar algo para su padre, Rebeca tomó la
ropa más fina de Esaú, su hijo mayor, y se la puso a Jacob, su hijo menor.
Luego, con la piel de unos cabritos, le cubrió a Jacob los brazos y la parte
lampiña del cuello y le entregó el guisado y el pan que había preparado.
Jacob entró a donde estaba su padre y le dijo: “¡Padre!”. Isaac le respon­
dió: “Aquí estoy. ¿Quién eres, hijo?”. Jacob le dijo a su padre: “Soy tu
primogénito, Esaú. Ya hice lo que me dijiste. Levántate, siéntate y come de
lo que he cazado, para que me bendigas”.
Isaac le dijo: “¡Qué pronto encontraste algo para cazar, hijo!”. Respon­
dió Jacob: “Sí; es que el Señor, tu Dios, me lo puso delante”. Isaac le dijo a
Jacob: “Acércate, hijo, para que te toque y vea si realmente eres o no mi hijo
Esaú”. Jacob se acercó a su padre, Isaac, el cual lo palpó y dijo: “La voz es
de Jacob, pero los brazos son de Esaú”. Y no reconoció a Jacob porque sus
brazos estaban velludos como los de su hermano mayor, y se dispuso Isaac
a bendecirlo.
Entonces le dijo: “¿Eres tú de veras mi hijo Esaú?”. Respondió Jacob:
“Sí, yo soy”. Le dijo Isaac: “Acércame lo que has cazado para que coma
y después te bendiga”. Jacob le acercó el guisado y el padre comió; tam­
bién le trajo vino y bebió. Entonces le dijo Isaac a Jacob: “Hijo, acércate
y bésam e”. Él se acercó y lo besó; y al aspirar Isaac el olor de su ropa,
lo bendijo, diciendo:

8 de julio 49
“El aroma de mi hijo es como el aroma de un campo, bendecido por el
Señor. Que Dios te conceda la lluvia del cielo y la fertilidad de la tierra, y
trigo y vino en abundancia. Que los pueblos te sirvan y las naciones se
postren ante ti; que seas señor de tus hermanos y que se postren ante ti
los hijos de tu madre. Maldito sea el que te maldiga y bendito el que te
bendiga”.
Palabra de Dios. R. Te alabamos, Señor.

SALMO RESPONSORIAL D e l s a lm o 1 3 4
R Te alabamos, Señor, porque eres bueno.

Alaben el nombre del Señor, alábenlo, siervos del Señor, los que están en la
casa del Señor, en los atrios de la casa de nuestro Dios. R.
Alaben al Señor, porque es bueno; alaben su nombre, porque es amable.
Él escogió a Jacob, a Israel como posesión suya. R.
Yo sé que el Señor es grande, nuestro Dios, más que todos los dioses. El
Señor hace todo lo que quiere en el cielo y en la tierra, en los mares y en los
océanos. R.

ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO fn 10, 2 7


R Aleluya, aleluya.
Mis ovejas escuchan mi voz, dice el Señor; yo las conozco y ellas me
siguen. R.

EVANGELIO
¿Cómo pueden llevar luto los amigos del esposo, mientras él está con ellos?
^ Del santo Evangelio según san Mateo: 9 , 1 4 - 1 7

n aquel tiempo, los discípulos de Juan fueron a ver a Jesús y le pregun­


E taron: “¿Por qué tus discípulos no ayunan, mientras nosotros y los
fariseos sí ayunamos?”. Jesús les respondió: “¿Cómo pueden llevar luto
los amigos del esposo, mientras él está con ellos? Pero ya vendrán días en
que les quitarán al esposo, y entonces sí ayunarán.
Nadie remienda un vestido viejo con un parche de tela nueva, porque el
remiendo nuevo encoge, rompe la tela vieja y así se hace luego más grande
la rotura. Nadie echa el vino nuevo en odres viejos, porque los odres se
rasgan, se tira el vino y se echan a perder los odres. El vino nuevo se echa
en odres nuevos y así las dos cosas se conservan”.
Palabra del Señor. R. Gloria a ti, Señor Jesús.

50 8 de julio
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Te ofrecemos, Señor, este sacrificio de alabanza, al conmemorar llenos de
gozo a la Madre de tu Hijo; y te pedimos que por este santo intercambio, se
aumenten en nosotros los frutos de la redención eterna. Por Jesucristo,
nuestro Señor.

Prefacio de santa María Virgen.

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Cfr. Le 1, 48


Me llamarán dichosa todas las generaciones, porque Dios puso sus ojos
en la humildad de su esclava.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN


Alimentados por este celestial banquete, te rogamos humildemente, Señor,
que nos concedas confesar de palabra y con las obras a tu Hijo, nacido de
la Virgen Madre. Él, que vive y reina por los siglos de los siglos.

Los parches de tela nueva en los vestidos viejos tarde o tem­


prano se separan y los vestidos quedan viejos sin más. Ayer y hoy
sucede esto, de tal manera que sigue vigente que “para vino
nuevo, odres nuevos”. El Espíritu de Dios nos mueve para renovar
PARA MEDITAR
por completo el guardarropa de nuestro corazón y los vinos de
nuestra alegría.

LITURGIA DE LAS HORAS


Vísperas I del domingo: 2° semana del Salterio.
Tomo III: pp. 880 y 495; para los fieles: pp. 555 y 403;
edición popular:pp. 108 y 470 (478*).

* A partir de la edición 2016 de letra grande.

8 de julio 5I
9 de julio
XIV DOMINGO DEL TIEM PO ORDINARIO
Verde

Una relación que nos alivia

La relación con Jesús tendría que provocar ali­


vio esperanzador, pero en ciertos ambientes y
a causa de ciertas maneras de pensar y por
culpa de algunos individuos o grupos, parece
que, desgraciadamente, enferma; de ahí la
urgencia de recuperar las tres invitaciones de
Jesús. Primera: invita a quienes están fatigados
y sobrecargados a causa de la observancia de la
Ley o las leyes, pero también de cualquier tipo
de opresión convertida en costumbre, para que
se acerquen a él y tengan descanso (v. 28);
este descanso.que ofrece Jesús no es para que
“Vengan a mí, todos los que están se olviden de los problemas, tampoco para
fatigados y agobiados por la carga, que justifiquen las agresiones que están
y yo les daré alivio”. sufriendo: es para que, gracias a su presencia,
retomen el ánimo que nunca deberían haber
perdido y que recobren las fuerzas para superar todo tipo de opresión, incluida la que
ejercían, con pretextos religiosos, sus líderes en Israel. Segunda: los invita a que tomen
su yugo (v. 29); esto no significa cambiar una carga opresora y denigrante por otra;
ciertamente lo que pide Jesús es más exigente que lo que pedían los jefes religiosos y
sus grupos, pero la gran diferencia es que, mientras aquellos exigían cargas que humi­
llaban y desesperaban, Jesús pide comportamientos que dignifican y generan espe­
ranza. Tercera: Jesús invita a la gente a que aprendan de él para que ellos también sean
mansos (que tengan un carácter estable, que no sean violentos) y humildes de cora­
zón (que siempre busquen hacer el bien, que no engañen ni traicionen). Jesús
alivia porque sus exigencias en lugar de derribar a la persona la levantan, en vez de
humillarla la dignifican; más aún, en lugar de atormentarla, la reconfortan. Mucho hay
por hacer, todavía, para que la relación con Jesús no (nos) enferme más a las personas.
¿Qué es lo que más nos desanima en estos momentos? ¿En qué urge dejarnos aliviar
por Jesús?

52 9 de julio
ANTÍFONA DE ENTRADA C/r. S a l 4 7 , 1 0 - 1 1
Meditamos, Señor, los dones de tu amor, en medio de tu templo. Tu ala­
banza llega hasta los confines de la tierra como tu fama. Tu diestra está llena
de justicia.

Se dice Gloria

ORACIÓN COLECTA
Señor Dios, que por medio de la humillación de tu Hijo reconstruiste el
mundo derrumbado, concede a tus fieles una santa alegría para que, a quie­
nes rescataste de la esclavitud del pecado, nos hagas disfrutar del gozo que
no tiene fin. Por nuestro Señor Jesucristo...

En la primera lectura, el profeta nos anuncia la llegada de un rey


de paz, humilde y salvador. Es Jesús, el Señor al que queremos
seguir.
M ONICIÓN

PRIMERA LECTURA
Mira a tu rey que viene humilde hacia ti.
Del libro del profeta Zacarías: 9, 9 -1 0

sto dice el Señor: “Alégrate sobremanera, hija de Sión; da gritos de


E júbilo, hija de Jerusalén; mira a tu rey que viene a ti, justo y victorioso,
humilde y montado en un burrito.
Él hará desaparecer de la tierra de Efraín los carros de guerra, y de Jeru­
salén, los caballos de combate. Romperá el arco del guerrero y anunciará la
paz a las naciones. Su poder se extenderá de mar a mar y desde el gran río
hasta los últimos rincones de la tierra”.
Palabra de Dios. R. Te alabamos, Señor.

SALMO RESPONSORIAL D e l s a lm o 1 4 4
A. Zermeño, B.P. 1552
. „„ 8 E? C|7 F|m Bm E7
ar ± = fz rf=
cuér-da-te, Se de tu _ mise-ri- cor -

9 de julio 53
R Acuérdate, Señor, de tu misericordia.
Dios y rey mío, yo te alabaré, bendeciré tu nombre siempre y para siempre.
Un día tras otro bendeciré tu nombre, y no cesará mi boca de alabarte. R.
El Señor es compasivo y misericordioso, lento para enojarse y gene­
roso para perdonar. Bueno es el Señor para con todos y su amor se
extiende a todas sus creaturas. R
El Señor es siempre fiel a sus palabras, y lleno de bondad en sus acciones.
Da su apoyo el Señor al que tropieza y al agobiado alivia. R.
Que te alaben, Señor, todas tus obras, y que todos tus fieles te bendi­
gan. Que proclamen la gloria de tu reino y den a conocer tus maravillas. R.

Hoy iniciamos la lectura de la carta de san Pablo a los Roma­


nos, una extensa reflexión sobre la salvación que hemos recibido
y la vida cristiana. Escuchemos con atención.
M ON ICIÓ N

SEGUNDA LECTURA
Si con la ayuda del Espíritu dan muerte a los bajos deseos del cuerpo, vivirán.
De la carta del apóstol san Pablo a los romanos: 8, 9. 11-13

ermanos: Ustedes no viven conforme al- desorden egoísta del hom­


H bre, sino conforme al Espíritu, puesto que el Espíritu de Dios habita
verdaderamente en ustedes. Quien no tiene el Espíritu de Cristo, no es de
Cristo. Si el Espíritu del Padre, que resucitó a Jesús de entre los muertos
habita en ustedes, entonces el Padre, que resucitó a Jesús de entre los muer­
tos, también les dará vida a sus cuerpos mortales, por obra de su Espíritu,
que habita en ustedes.
Por lo tanto, hermanos, no estamos sujetos al desorden egoísta del hom­
bre, para hacer de ese desorden nuestra regla de conducta. Pues si ustedes
viven de ese modo, ciertamente serán destruidos. Por el contrario, si con
la ayuda del Espíritu destruyen sus malas acciones, entonces vivirán.
Palabra de Dios. R. Te alabamos, Señor.

ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Cfr. Mt 11, 25


B.P. 1035 - Palazón
D Fj¡m G D

A - le - lu - ya, a - le - ¡u - ya, a - le - lu

54 9 de julio
R. Aleluya, aleluya.
Yo te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has revelado los
misterios del Reino a la gente sencilla. R.

Jesús se muestra como Hijo de Dios, el único que conoce al


Padre, y como el Señor manso y humilde de corazón que nos
invita a seguirlo. ¿Queremos conocer al Padre y tener un corazón
como el de Jesús?
M ON ICIÓ N

EVANGELIO
Soy manso y humilde de corazón.
^ Del santo Evangelio según san Mateo: 11, 25-30

n aquel tiempo, Jesús exclamó: “¡Yo te alabo, Padre, Señor del cielo y
E de la tierra, porque has escondido estas cosas a los sabios y enten­
didos, y las has revelado a la gente sencilla! Gracias, Padre, porque así
te ha parecido bien.
El Padre ha puesto todas las cosas en mis manos. Nadie conoce al
Hijo sino el Padre, y nadie conoce al Padre sino el Hijo y aquel a quien
el Hijo se lo quiera revelar.
Vengan a mí, todos los que están fatigados y agobiados por la carga,
y yo les daré alivio. Tomen mi yugo sobre ustedes y aprendan de mí,
que soy manso y humilde de corazón, y encontrarán descanso, porque
mi yugo es suave y mi carga ligera”.
Palabra del Señor. R. Gloria a ti, Señor Jesús.

Se dice Credo

PLEGARIA UNIVERSAL
Invoquemos, hermanos, a nuestro Salvador, que ha venido al mundo para
ser “Dios-con-nosotros”.
Después de cada petición diremos: Te rogamos, óyenos,
t Oremos por el Papa Francisco, por nuestro obispo, N., y por todos los
que ejercen un ministerio en favor del Pueblo de Dios; que nuestro
Señor les dé fuerza y sabiduría para dirigir y gobernar santamente las
comunidades que les han sido encomendadas. Oremos.

9 de julio 55
[R. Te rogamos, óyenos.l
t Oremos también para que Dios nos conceda la paz; que él, que
es la verdadera paz y el origen de toda concordia, transm ita la
paz del cielo a la tierra, la paz espiritual para nuestras almas y la paz
temporal para nuestros días. Oremos,
t Pidamos por los abogados de México, que Dios, justo juez, siga ins­
pirando a quienes ejercen su profesión con rectitud, buscando el bien,
y por aquellos que no lo hacen, también. Oremos,
t Oremos por los niños y jóvenes que inician las vacaciones; que el
Señor les conceda muchos frutos al participar en las actividades de
verano que organizan las parroquias y los grupos de Iglesia. Oremos,
t Oremos, finalmente, a Dios nuestro Señor por los fieles difuntos,
especialmente por nuestros familiares, amigos y bienhechores; que
el Señor, por su gran misericordia, los reciba en su gloria y los cuente
entre los santos y elegidos. Oremos.
Señor Dios, que has revelado a los sencillos las riquezas de tu Reino,
escucha nuestras oraciones y concédenos que llevemos con tu Hijo el
yugo suave de la cruz y anunciemos, a los hermanos, el descanso eterno
que sólo se encuentra en ti. Por Jesucristo, nuestro Señor.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS


La oblación que te ofrecemos, Señor, nos purifique, y nos haga participar,
de día en día, de la vida del reino glorioso. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Prefacio para los domingos del Tiempo Ordinario.

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Sal 33, 9


Prueben y vean qué bueno es el Señor; dichoso quien se acoge a él.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN


Señor, que nos has colmado con tantas gracias, concédenos alcanzar los
dones de la salvación y que nunca dejemos de alabarte. Por Jesucristo,
nuestro Señor.

56 9 de julio
EL SEÑOR HA REVELADO SUS MISTERIOS
A LA GENTE SENCILLA

El Señor Jesús no elogia a los “sabios nos revela en la Sagrada Escri­


y entendidos” según el mundo, sino tura, laTradición viva y el Magis­
a aquellas personas que se abren a terio, sin pretender añadir ni
sus enseñanzas con un corazón quitar nada.
sencillo.
# Será sencillo de corazón quien
+ Esto no quiere decir que Jesús acoja el mensaje de salvación
desee que quienes creemos que Jesús confió a su Iglesia desde
en él nos quedemos en la igno­ sus inicios, con la certeza de que
rancia, sino todo lo contrario, Dios nunca abandona a su Iglesia
él quiere que, guiados por el cuando ésta le es fiel.
Espíritu Santo y siendo dóciles
a las enseñanzas bimilenarias # Los grandes pensadores de la
de la Iglesia, que es madre y Iglesia fueron dóciles a las ense­
maestra, conozcamos nuestra ñanzas de Jesús confiadas a su
fe cada vez mejor. Iglesia. Imitemos su buen ejem­
plo, porque ellos han hecho
# La Iglesia simplemente nos pide mucho bien a la humanidad.
que acojamos lo que el Señor

A c o ja m o s el m e n sa je
d e la salvación c o n un c o r a z ó n sencillo.

9 de julio 57
10 de julio
LUNES
Feria * Verde

Se sugiere utilizar hoy las oraciones de la Misa por los laicos, tal como aparecen en el pre­
sente formulario (cfr. Misas para diversas circunstancias, Misal Romano, p. 1109
[1101]); pero en su lugar pueden utilizarse las del domingo anterior o las de cual­
quier domingo del Tiempo Ordinario.

Seamos sensibles ante el sufrimiento

El sufrimiento, en todos los tiempos y en todas las culturas, tiene un


rostro particular que refleja situaciones penosas y comportamientos
esperanzadores. Mateo al mantener juntos estos dos milagros, de
dos mujeres que sufren o que a causa de ellas alguien se duele (como
COMENTARIO
AL EVANGELIO
el caso de la jovencita), evidenciaba que el sufrimiento tiene
rostros que, a fuerza de la costumbre, se niegan o se olvidan. En todas
las sociedades de todos los tiempos el sufrimiento de la mujer muestra el lado
más obscuro de una sociedad, así como el lado más vergonzoso de sus dirigentes.
Pero al mismo tiempo estos dos milagros manifiestan en Mateo que Jesús salva
incluyendo y salva ofreciendo la vida; la salvación que se dice ofrecer y la fe que se
presume tener conduciría a la convicción de que la inclusión de quienes más
sufren es un imperativo no negociable de la salvación; más aún, sólo es posible
acceder a ella atreviéndonos, como aquella mujer, a tocar a Jesús así como
sobreponiéndonos de la exclusión, y como aquel magistrado, padre de la niña,
convencidos de que la presencia de Jesús provoca vida.

¿Qué tanto nos duele el sufrimiento de las personas, especialmente de las mujeres
marginadas y excluidas? ¿Qué podemos hacer para que lo que decimos y hacemos
esté impregnado de inclusión?

***

ANTÍFONA DE ENTRADA Mt 13, 33


El Reino de los cielos se parece a un poco de levadura que tomó una mujer
y la mezcló con tres medidas de harina, y toda la masa acabó por fermentar.

58 10 de julio
ORACIÓN COLECTA
Señor Dios, que enviaste al mundo a manera de levadura la fuerza del Evan­
gelio, concede a tus fieles que llamaste a vivir en el mundo en medio de las
ocupaciones seculares, que, fervorosos en su espíritu cristiano, por medio de
las tareas terrenales que desempeñan, colaboren sin cesar en la instauración
de tu Reino. Por nuestro Señor Jesucristo...

PRIMERA LECTURA
Vio una escalera por la que subían y bajaban los ángeles de Dios y vio a Dios, que le
hablaba.
Del libro del Génesis: 28, 10-22

n aquel tiempo, Jacob salió de Bersebá y se dirigió a Jarán. Al llegar a


E cierto lugar, se dispuso a pasar ahí la noche, porque ya se había puesto
el sol. Tomó entonces una piedra, se la puso de almohada y se acostó en
aquel sitio.
Y tuvo un sueño: Soñó una escalera que se apoyaba en tierra y con
la punta tocaba el cielo, y los ángeles de Dios subían y bajaban por ella.
Vio que el Señor estaba en lo alto de la escalera y oyó que le decía: “Yo soy
el Señor, el Dios de tu padre, Abraham, y el Dios de Isaac. Te voy a dar a ti
y a tus descendientes la tierra en que estás acostado. Tus descendientes
van a ser tan numerosos como el polvo de la tierra y te extenderás hacia el
oriente y el poniente, hacia el norte y hacia el sur; por ti y por tus des­
cendientes serán bendecidos todos los pueblos de la tierra. Yo estoy con­
tigo, te cuidaré por dondequiera que vayas, te haré regresar a esta tierra
y no te abandonaré ni dejaré de cumplir lo que te he prom etido”.
Cuando Jacob despertó de su sueño, dijo: “Realmente el Señor está en
este lugar y yo no lo sabía”. Y exclamó asustado: “¡Qué terrible es este lugar!
Es nada menos que la casa de Dios y la puerta del cielo”.
Jacob se levantó de madrugada, y tomando la piedra que se había
puesto de almohada, la colocó como un memorial y derramó aceite sobre
ella. Y a aquella ciudad le puso por nombre Betel, aunque su nombre pri­
mitivo era Luz.
Jacob hizo una promesa, diciendo: “Si Dios está conmigo, si me cuida en
el viaje que estoy haciendo, si me da pan para comer y ropa para vestirme,
si vuelvo sano y salvo a la casa de mi padre, entonces el Señor será mi Dios y
esta piedra que he colocado como memorial, será casa de Dios. Y de todo
lo que el Señor me dé, le pagaré el diezmo”.
Palabra de Dios. R Te alabamos, Señor.

10 de julio 59
SALMO RESPONSORIAL Del salmo 90
R. Señor, en ti confío.

Tú, que vives al amparo del Altísimo y descansas a la sombra del Todopo­
deroso, dile al Señor: “Tú eres mi refugio y fortaleza; tú eres mi Dios y en
ti confío”. R.
Él te librará de la red del cazador y de la peste funesta. Te cubrirá con
sus alas y te refugiarás bajo sus plumas. R.
“Puesto que tú me conoces y me amas, dice el Señor, yo te libraré y te
pondré a salvo. Cuando tú me invoques, yo te escucharé; en tus angustias
estaré contigo”. R.

ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Cfr. 2 Tim 1,10


R. Aleluya, aleluya.
Jesucristo, nuestro Salvador, ha vencido la muerte y ha hecho resplandecer
la vida por medio del Evangelio. R.

EVANGELIO
Mi hija acaba de morir; pero ven tú y volverá a vivir.
^ Del santo Evangelio según san Mateo: 9, 18-26

n aquel tiempo, mientras Jesús hablaba, se le acercó un jefe de la sina­


E goga, se postró ante él y le dijo: “Señor, mi hija acaba de morir; pero
ven tú a imponerle las manos y volverá a vivir”.
Jesús se levantó y lo siguió, acompañado de sus discípulos. Enton­
ces, una mujer que padecía flujo de sangre desde hacía doce años, se le
acercó por detrás y le tocó la orilla del manto, pues pensaba: “Con sólo
tocar su manto, me curaré”. Jesús, volviéndose, la miró y le dijo: “Hija, ten
confianza; tu fe te ha curado”. Y en aquel mismo instante quedó curada
la mujer.
Cuando llegó a la casa del jefe de la sinagoga, vio Jesús a los flautistas,
y el tumulto de la gente y les dijo: “Retírense de aquí. La niña no está muerta;
está dormida”. Y todos se burlaron de él. En cuanto hicieron salir a la gente,
entró Jesús, tomó a la niña de la mano y ésta se levantó. La noticia se difun­
dió por toda aquella región.
Palabra del Señor. R. Gloria a ti, Señor Jesús.

60 10 de julio
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Dios nuestro, que quisiste salvar a todo el mundo por el sacrificio de tu
Hijo, y llamas también a los laicos al trabajo apostólico, concédeles, por la
fuerza de esta ofrenda, impregnar el mundo con el espíritu cristiano y
ser fermento de santificación. Por Jesucristo, nuestro Señor.

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Sal 99, 2


Alabemos a Dios todos los hombres, sirvamos al Señor con alegría; con
júbilo entremos en su templo, aleluya.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN


Habiendo participado de la abundancia de tu gracia, te rogamos, Señor,
que, fortalecidos por el poder vivificante del convite eucarístico, tus
fieles, que quisiste dedicados a las tareas temporales, sean valientes testi­
gos de la verdad evangélica y en los ambientes en que trabajan hagan siem­
pre presente y activa a tu Iglesia. Por Jesucristo, nuestro Señor.

La mujer es importantísima en la historia de la salvación. El Evan­


gelio nos presenta hoy a dos mujeres; la fuerza sanadora se dirige
hacia ambas y las reinserta en la comunidad. ¿Cómo era el trato
de Jesús con las mujeres? ¿La Iglesia pone en práctica este tipo de
ternura? Seguramente hay mucho por mejorar; tú y yo podemos
PARA MEDITAR ' r ‘'
comenzar.

10 de julio I 61
11 de julio
M artes
SAN BENITO, ab ad
M em oria * Blanco

Nació en Italia (Nursia). Estudió en Roma y se retiró a una cueva de Subiaco, "ante­
poniendo el amor de Dios a cualquier otra cosa". Se le unieron unos discípulos, pero,
al cabo de un tiempo, Benito tuvo que mudarse a Monte Casino. Ahí escribió su
"Regla”y ahí murió en 547. La Orden benedictina, continuadora de su carisma, ha
sido decisiva en la población y civilización de Europa, y en la renovación litúrgica con­
temporánea.

Hablemos y ayudemos a hablar

El mal tiene diversas manifestaciones. En la antigüedad se pensaba que


había un tipo de mal o de demonios que impedían que las perso­
nas hablaran, lo que al final venía siendo una manera muy sencilla
pero no por eso menos importante, de decir que había poderes ocul­
COM ENTARIO
AL EVANGELIO
tos que arrebataban a la gente, especialmente a los más pobres y
sencillos, su capacidad de comunicarse, lo cual resultaba ser una des­
gracia grande pues este tipo de carencias estaba ligado a la miseria y la deshonra, y
lo peor, al pecado; aquel hombre era despreciado, excluido y señalado como peca­
dor sólo por no poder hablar. Por esto, es más significativo aún que Jesús haga hablar
a aquel hombre; no sólo le devolvía una capacidad, sino que lo restablecía en unas
relaciones más dignas; de ahí que la gente encuentra más que razón suficiente
para declararse sorprendida por aquella novedad. Sin embargo, como el silencio
impuesto y la mudez crónica benefician siempre a quienes tienen el poder, sea
político, social, religioso o hasta familiar, los fariseos calumnian a Jesús ligándolo
con el demonio, para descalificar su actuación así como para minimizar que la
gente, especialmente la más sencilla, puede hablar.

¿Qué podemos hacer para valorar y proporcionarles palabra a quienes viven sin
poder expresarse?

***

62 11 de julio
ANTÍFONA DE ENTRADA
Hubo un varón de vida venerable, Benito, por gracia y por nombre, “ben­
decido”, que renunció a su casa y a su herencia, para solamente agradar a
Dios, llevando una vida santa.

ORACIÓN COLECTA
Dios nuestro, que constituiste a san Benito, abad, como ilustre maestro en
la escuela del servicio divino, concédenos que, sin anteponer nada a tu
amor, avancemos con un corazón generoso en el camino de tus manda­
mientos. Por nuestro Señor Jesucristo...

PRIMERA LECTURA
En adelante te llamarás Israel porque has luchado con Dios y has salido victorioso.
Del libro del Génesis: 32, 22-32

n aquel tiempo, se levantó Jacob, tomó a sus dos mujeres con sus dos
E siervas y sus once hijos y cruzó el arroyo de Yaboc. Los hizo cruzar el
torrente junto con todo lo que poseía.
Jacob se quedó solo y un hombre estuvo luchando con él hasta el ama­
necer. Pero, viendo que no podía vencerlo, el hombre hirió a Jacob en la
articulación femoral y le dislocó el fémur, mientras luchaban. El hombre le
dijo: “Suéltame, pues ya está amaneciendo”. Jacob le respondió: “No te sol­
taré hasta que me bendigas”. El otro le preguntó: “¿Cómo te llamas? . Él le
dijo: “Jacob”. El otro prosiguió: “En adelante ya no te llamarás Jacob sino
Israel, porque has luchado con Dios y con los hombres y has salido victo­
rioso”. Jacob le dijo: “Dime cómo te llamas”. El otro le respondió: “¿Por qué
me preguntas mi nombre?”. Y ahí mismo bendijo a Jacob.
Jacob llamó a aquel lugar Penuel, pues se dijo: “He visto a Dios cara a
cara y he quedado con vida”. El sol salió después de que Jacob y los suyos
pasaron Penuel, y Jacob iba cojeando, por haber sido herido en el ner­
vio del muslo. Por eso los israelitas no comen, hasta el día de hoy, el nervio
del muslo.
Palabra de Dios. R Te alabamos, Señor.

11 de julio 63
SALMO RESPONSORIAL Del salmo 16
R. Señor, escucha nuestra súplica.

Señor, hazme justicia y a mi clamor atiende; presta oídos a mi súplica, pues


mis labios no mienten. R.
Júzgame tú, Señor, pues tus ojos miran al que es honrado. Examina mi
corazón, revísalo de noche, pruébam e a fuego y no hallarás malicia
en mí. R.
A ti mi voz elevo, pues sé que me respondes. Atiéndeme, Dios mío, y
escucha mis palabras; muéstrame los prodigios de tu misericordia, pues a
quien acude a ti, de sus contrarios salvas. R.
Protégeme, Señor, como a las niñas de tus ojos, bajo la sombra de tus
alas escóndeme, pues yo, por serte fiel, contemplaré tu rostro y al desper­
tarme, espero saciarme de tu vista. R.

ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Jn 10, 14


R. Aleluya, aleluya.
Yo soy el buen pastor, dice el Señor; yo conozco a mis ovejas y ellas me
conocen a mí. R. v ,.

EVANGELIO * ,
La cosecha es mucha y los trabajadores pocos.
Del santo Evangelio según san Mateo: 9, 32-38

n aquel tiempo, llevaron ante Jesús a un hombre mudo, que estaba


E poseído por el demonio. Jesús expulsó al demonio y el mudo habló. La
multitud, maravillada, decía: “Nunca se había visto nada semejante en
Israel”. Pero los fariseos decían: “Expulsa a los demonios por autoridad
del príncipe de los demonios”.
Jesús recorría todas las ciudades y los pueblos, enseñando en las sinago­
gas, predicando el Evangelio del Reino y curando toda enfermedad y
dolencia. Al ver a las multitudes, se compadecía de ellas, porque estaban
extenuadas y desamparadas, como ovejas sin pastor. Entonces dijo a sus
discípulos: “La cosecha es mucha y los trabajadores, pocos. Rueguen, por lo
tanto, al dueño de la mies que envíe trabajadores a sus campos”.
Palabra del Señor. R. Gloria a ti, Señor Jesús.

64 11 de julio
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Acepta, Señor, con bondad los dones que te presentamos en la celebración
de san Benito, abad, y haz que, a ejemplo suyo, te busquemos únicamente
a ti, a fin de que podamos obtener en tu servicio el don de la unidad y de la
paz. Por Jesucristo, nuestro Señor.

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN C/r. Le 12, 42


Éste es el siervo fiel y prudente, a quien el Señor puso al frente de su fami­
lia, para darles a su tiempo la ración de trigo.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN


Al recibir la prenda de la vida eterna, te suplicamos, Señor, que, siguiendo
las enseñanzas de san Benito, nos dediquemos con fidelidad a tu servi­
cio y amemos con ferviente caridad a los hermanos. Por Jesucristo, nuestro
Señor.

Jesús, en medio del trabajo incesante, se compadecía de las mul­


titudes y oraba para que nunca faltaran trabajadores que cuida­
ran del pueblo como él. Estamos comprometidos a orar por
las vocaciones en la Iglesia. Nuestra oración toca la puerta de
p a r a m e d it a r Dios y ésta se puede abrir.

11 de julio 65
12 de julio
MIÉRCOLES
Feria * Verde

Se sugiere utilizar hoy las oraciones de la Misa por los moribundos, tal como aparecen
en el presente formulario (cfr. Misos para diversas circunstancias, Misal Romano, p. 1157
[1149]); pero en su lugar pueden utilizarse las del domingo anterior o las de cualquier
domingo del Tiempo Ordinario.

Autoridad, no poder

Nadie puede justificar su poder diciendo que Dios se lo ha dado, pues


el poder siempre guarda relación con cierto tipo de violencia y con
todo tipo de opresión; por eso, cada vez que en la Biblia aparece el
término “poder” como algo dado por Dios hay que entenderlo como
COMENTARIO
AL EVANGELIO
autoridad, un don que sólo se gana en la medida en que la persona se
sostenga de manera permanente haciendo el bien a los demás. Cuando
Mateo dice que Jesús dio poder a sus discípulos hay que entenderlo en este sentido,
como una autoridad concedida para que se esforzaran siempre en hacer el bien. Se
falsifica el mensaje del Evangelio y la intención de Jesús cuando alguien afirma que su
poder, de cualquier tipo pero siempre dañino, le viene de Dios. De ahí que el poder
que reciben los doce apóstoles es, en todo caso, autoridad para involucrarse en la
disminución del mal y para comprometerse en el alivio de quienes más sufren. De
este modo, el llamado de los Doce justifica y promueve la autoridad que el Señor da
a las personas para que se comprometan en la dignificación de otros y en la cons­
trucción de un entorno más humano.

¿Buscamos el poder o procuramos la autoridad? ¿Qué podríamos hacer para con


nuestra poca o mucha autoridad aliviar a los demás?

***

ANTÍFONA DE ENTRADA Rom 14, 7-8


Ninguno de nosotros vive para sí mismo, ni muere para sí mismo. Si vivimos,
para el Señor vivimos; y si morimos, para el Señor morimos. Por lo tanto,
ya sea que estemos vivos o que hayamos muerto, somos del Señor.

66 12 de julio
ORACIÓN COLECTA
Dios omnipotente y misericordioso, que en toda circunstancia muestras tu
amor a todas tus creaturas, escucha, benigno, las súplicas que elevamos por
los que hoy van a morir, para que, redimidos por la preciosa sangre de tu
Hijo, puedan salir de este mundo sin mancha de pecado y descansar perpe­
tuamente en el seno de tu misericordia. Por nuestro Señor Jesucristo...

PRIMERA LECTURA
Con razón estamos sufriendo ahora, porque pecamos contra nuestro hermano.
Del libro del Génesis: 41, 55-57; 42, 5-7.17-24

n aquellos días, en todo el país de Egipto hubo hambre, y el pueblo


E clamó al faraón, pidiéndole pan. El faraón le respondió al pueblo: “Vayan
a José y hagan lo que él les diga”. Entonces José mandó abrir todas las
bodegas y abasteció de víveres a los egipcios. Y como el hambre se exten­
diera por toda la tierra, de todos los países iban a Egipto para comprar
víveres a José y remediar la carestía.
Los hijos de Jacob, junto con otros, fueron también a Egipto a comprar
víveres, pues había hambre en el país de Canaán. José gobernaba en todo
Egipto y los víveres se distribuían a todo el mundo, según sus indicacio­
nes. Llegaron los hermanos de José y se postraron en su presencia. Al verlos,
José los reconoció, y sin embargo, como a desconocidos, les preguntó con
severidad: “¿De dónde vienen?”. Ellos respondieron: “Venimos de Canaán
a comprar provisiones”. José los acusó de ser espías y durante tres días los
metió en la cárcel.
Al tercer día José los mandó sacar y les dijo: “Yo también temo a Dios.
Si hacen lo que les voy a decir, salvarán su vida. Si son gente de bien,
uno de ustedes se quedará detenido en la prisión, mientras los demás van a
llevar a sus casas las provisiones que han comprado. Luego me traen a su
hermano menor, para que pueda yo comprobar si me han dicho la verdad.
Así no morirán”.
Ellos estuvieron de acuerdo y se decían los unos a los otros: “Con razón
estamos sufriendo ahora, porque pecamos contra nuestro hermano José,
cuya angustia veíamos, cuando nos pedía que tuviéramos compasión de él,
y no le hicimos caso. Por eso ha caído sobre nosotros esta desgracia”. Rubén
añadió: “¿No les decía yo que no le hiciéramos daño al niño y no me hicie­
ron caso? Ahora nos están pidiendo cuentas de su vida”.

12 de julio | 67
Como estaban hablando por medio de un intérprete, ellos ignoraban
que José les entendía. Entonces José se alejó de ellos y rompió a llorar.
Palabra de Dios. R. Te alabamos, Señor.

SALMO RESPONSORIAL Del salmo 32


R. Muéstranos, Señor, tu misericordia.

Demos gracias a Dios al son del arpa, que la lira acompañe nuestros cantos;
cantemos en su honor nuevos cantares, al compás de instrumentos ala­
bémoslo. R.
Frustra el Señor los planes de los pueblos y hace que se malogren
sus designios. Los proyectos de Dios duran por siempre; los planes de su
amor, todos los siglos. R.
Cuida el Señor de aquellos que lo temen y en su bondad confían; los
salva de la muerte y en épocas de hambre les da vida. R.

ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Me 1,15


R. Aleluya, aleluya.
El Reino de Dios ya está cerca, dice el Señor. Conviértanse y crean en el
Evangelio. R.

EVANGELIO
Vayan en busca de las ovejas perdidas de la casa de Israel.
Del santo Evangelio según san Mateo: 10, 1-7

n aquel tiempo, llamando Jesús a sus doce discípulos, les dio poder
E para expulsar a los espíritus impuros y curar toda clase de enfermeda­
des y dolencias.
Éstos son los nombres de los doce apóstoles: el primero de todos,
Simón, llamado Pedro, y su hermano Andrés; Santiago y su hermano Juan,
hijos del Zebedeo; Felipe y Bartolomé; Tomás y Mateo, el publicano; San­
tiago, hijo de Alfeo, y Tadeo; Simón, el cananeo, y Judas Iscariote, que
fue el traidor.

68 I 12 de julio
A estos doce los envió Jesús con estas instrucciones: “No vayan a tie­
rra de paganos, ni entren en ciudades de samaritanos. Vayan más bien en
busca de las ovejas perdidas de la casa de Israel. Vayan y proclamen por
el camino que ya se acerca el Reino de los cielos”.
Palabra del Señor. R. Gloria a ti, Señor Jesús.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS


Recibe, Señor Dios, el sacrificio que, confiados, te ofrecemos por tus sier­
vos que se hallan al final de la vida; y por la eficacia de este sacramento,
concédeles quedar purificados de todas sus culpas, para que, habiendo
soportado en esta vida el sufrimiento que en tu providencia dispusiste, alcan­
cen en la vida futura el descanso eterno. Por Jesucristo, nuestro Señor.

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Col 1, 24


Completo en mi carne lo que falta a la pasión de Cristo, por el bien de su
cuerpo, que es la Iglesia.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN


Por la eficacia de este sacramento, dígnate, Señor, confortar piadosa­
mente, con tu gracia, a tus siervos, para que, en la hora de la muerte,
puedan vencer al enemigo y merezcan pasar con tus ángeles a la vida
eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Jesús llama a un grupo de doce hombres de condiciones diversas.


Cada uno de los doce apóstoles tiene su propia historia, aspiracio­
nes y testimonio de santidad, así como cada uno de los que somos
la familia de la Iglesia. Miremos nuestra historia, abracémosla y
PARA MEDITAR
pongámosla
\ 6
en las manos de Dios Mpara Mque él haga
6
de nosotros
lo que guste.

12 de julio 69
13 de julio
JUEVES
Feria * Verde

Se sugiere utilizar hoy las oraciones de la Misa de la Sagrada Eucaristía, tal como
aparecen en el presente formulario (cfr. Misas votivas, Misal Romano, p. 1174 [1164]);
pero en su lugar pueden utilizarse las del domingo anterior, las de *san Enrique
(p. 74) o las de cualquier domingo del Tiempo Ordinario.

Misioneros como Jesús

Como Iglesia no tenemos que inventar nuestra tarea misionera, sólo


tenemos que ser fieles, con honestidad, a la encargada por Jesús que
consiste en predicar la Buena Nueva del Reino: un proyecto claro y
preciso que se caracteriza por ser una buena noticia que llena de
COM ENTARIO
AL EVANGELIO
esperanza a las personas y las mueve a ir haciendo realidad la voluntad
de Dios que consiste, fundamentalmente, en construir en lo cotidiano
una comunidad de hermanos. El encargo de Jesús también incluye curar a los enfer­
mos: no tenemos otra misión más que ser aliviadores. Ninguna religión, mucho
menos la Iglesia, tendría que ocasionar más trastornos, tampoco más desequilibrios
psicológicos o sociales: su misión es aliviar de los sufrimientos absurdos y quitar de
sus hombres -ya de por sí muy lastimados- cargas que únicamente los dañan.
Además, la misión incluye resucitar muertos: no se trata de revivir gente, sino de
trabajar por la vida para que su existencia sea más digna, más aún, este encargo
refiere también el compromiso de estar a favor de las víctimas, como lo estuvo
Dios al resucitar a su Hijo. Y, por último, el encargo de Jesús a sus discípulos tam­
bién incluye expulsar demonios: trabajar arduamente en la disminución del mal.

¿Qué no debería faltarle a nuestra tarea misionera? ¿Qué aspectos de los reflexio­
nados urge priorizar?

***

70 13 de julio
MISA VOTIVA DE LA SAGRADA EUCARISTÍA
Blanco

ANTÍFONA DE ENTRADA Sal 77, 23-25


Abrió Dios las compuertas del cielo e hizo llover sobre ellos el maná para
que lo comieran; les dio un trigo celeste, y el hombre comió pan de ángeles.

ORACIÓN COLECTA
Señor Dios, que llevaste a cabo la obra de la redención humana por el mis­
terio pascual de tu Unigénito, concede, benigno, que quienes anunciamos
llenos de fe por medio de los signos sacramentales, su muerte y resurrec­
ción, experimentemos un continuo aumento de tu salvación. Por nuestro
Señor Jesucristo...

PRIMERA LECTURA
Dios me mandó a Egipto para salvarles la vida.
Del libro del Génesis: 44,18-21. 23-29; 45, 1-5

n aquellos días, se acercó Judá a José y le dijo: “Con tu permiso, señor,


E tu siervo va a pronunciar algunas palabras a tu oído; no te enojes con
tu siervo, pues tú eres como un segundo faraón. Tú, señor, nos pregun­
taste: ¿Tienen padre o algún hermano?’. Nosotros te respondimos: ‘Sí, tenemos
un padre anciano, con un hijo pequeño, que le nació en su vejez. Como es
el único que le queda de su madre, pues el otro hermano ya murió, su padre
lo ama tiernam ente’. Entonces tú dijiste a tus siervos: ‘Tráiganmelo para
que yo lo vea con mis propios ojos, pues si no viene su hermano menor con
ustedes, no los volveré a recibir’.
Cuando regresamos a donde está nuestro padre, tu siervo, le referimos
lo que nos habías dicho. Nuestro padre nos dijo: ‘Vuelvan a Egipto y cóm­
prennos víveres’. Nosotros le dijimos: ‘No podemos volver, a menos que
nuestro herm ano m enor vaya con nosotros. Sólo así volveríamos,
porque no podemos presentarnos ante el ministro del faraón, si no va
con nosotros nuestro hermano menor’. Nuestro padre, tu siervo, nos dijo
entonces: ‘Ya saben que mi mujer me dio dos hijos: uno desapareció y
ustedes me dijeron que una fiera se lo había comido y ya no lo he vuelto a
ver. Ahora se llevan también a éste; si le ocurre una desgracia, me van
a matar de dolor’”.

13 de julio | 71
Entonces José ya no pudo aguantarse más y ordenó a todos los que lo
acompañaban que salieran de ahí. Nadie se quedó con él cuando se dio a
conocer a sus hermanos. José se puso a llorar a gritos; lo oyeron los egip­
cios y llegó la noticia hasta la casa del faraón.
Después les dijo a sus hermanos: “Yo soy José. ¿Vive todavía mi padre?”.
Sus hermanos no podían contestarle, porque el miedo se había apoderado
de ellos. José les dijo: “Acérquense”. Se acercaron y él continuó: “Yo soy
su hermano José, a quien ustedes vendieron a los egipcios. Pero no se asus­
ten ni se aflijan por haberme vendido, pues Dios me mandó a Egipto antes
que a ustedes para salvarles la vida”.
Palabra de Dios. R. Te alabamos, Señor.

SALMO RESPONSORIAL Del salmo 104


R. Recordemos los prodigios del Señor.

Cuando el Señor mandó el hambre sobre el país y acabó con todas las cose­
chas, ya había enviado por delante a un hombre: a José, vendido como
esclavo. R.
Le trabaron los pies con grilletes y rodearon su cuerpo con cadenas,
hasta que se cumplió su predicción y Dios lo acreditó con su palabra. R.
El rey mandó que lo soltaran, el jefe de esos pueblos lo libró, lo nombró
administrador de su casa y señor de todas sus posesiones. R.

ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Me 1,15


R. Aleluya, aleluya.
El Reino de Dios ya está cerca, dice el Señor. Conviértanse y crean en el
Evangelio. R.

EVANGELIO
Gratuitamente han recibido este poder; ejérzanlo, pues, gratuitamente.
Del santo Evangelio según san Mateo: 10, 7-15

n aquel tiempo, envió Jesús a los Doce con estas instrucciones: “Vayan
E y proclamen por el camino que ya se acerca el Reino de los cielos.
Curen a los leprosos y demás enfermos; resuciten a los muertos y echen fuera
a los demonios. Gratuitamente han recibido este poder; ejérzanlo, pues,
gratuitamente.

72 I 13 de julio
No lleven con ustedes, en su cinturón, monedas de oro, de plata o de
cobre. No lleven morral para el camino ni dos túnicas ni sandalias ni bor­
dón, porque el trabajador tiene derecho a su sustento.
Cuando entren en una ciudad o en un pueblo, pregunten por alguien res­
petable y hospédense en su casa hasta que se vayan. Al entrar, saluden
así: ‘Que haya paz en esta casa’. Y si aquella casa es digna, la paz de ustedes
reinará en ella; si no es digna, el saludo de paz de ustedes no les aprove­
chará. Y si no los reciben o no escuchan sus palabras, al salir de aquella
casa o de aquella ciudad, sacúdanse el polvo de los pies. Yo les aseguro
que el día del juicio, Sodoma y Gomorra serán tratadas con menos rigor que
esa ciudad”.
Palabra del Señor. R. Gloria a ti, Señor Jesús.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS


Señor, al celebrar el memorial de nuestra salvación, imploramos humil­
demente tu clemencia, a fin de que este sacramento de amor sea para noso­
tros signo de unidad y vínculo de caridad. Por Jesucristo, nuestro Señor.

PREFACIO II DE LA EUCARISTÍA
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias
siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno,
por Cristo, Señor nuestro.
El cual, en la última cena con los Apóstoles, para perpetuar el memorial
salvífico de la cruz, se ofreció a ti como Cordero inmaculado, y tú lo acep­
taste como sacrificio de alabanza perfecta.
Con este venerable sacramento, alimentas y santificas a tus fieles para
que, a la familia humana que habita un mismo mundo, una misma fe la ilu­
mine y un mismo amor la una.
Así pues, nos acercamos a la mesa de tan admirable sacramento, para
que, colmados por la dulzura de tu gracia, lleguemos a ser imagen de la
hermosura celestial.
Por eso, todas tus creaturas, en el cielo y en la tierra te adoran cantando
un cántico nuevo; y también nosotros, con la multitud de los ángeles, te
aclamamos por siempre, diciendo: Santo, Santo, Santo...

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Jn 6, 51-52


Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo, dice el Señor. El que coma de
este pan vivirá eternamente. Y el pan que yo les voy a dar es mi carne, para
que el mundo tenga vida.

13 de julio | 73
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Dios nuestro, que la participación en este banquete celestial nos san­
tifique, de modo que, por la recepción del Cuerpo y la Sangre de
Cristo, se estreche entre nosotros la unión fraterna. Él, que vive y reina
por los siglos de los siglos.
***

*San Enrique (mi), blanco (MR, p. 785 [772]).

Nació en 973, fue coronado como emperador de Occidente en Roma el año 1014
y murió en 1024. No descuidó sus deberes de emperador y se empeñó activa­
mente en la reforma de la Iglesia en Alemania y en Italia.

ORACIÓN COLECTA
Dios nuestro, que con la abundancia de tu gracia ayudaste a san Enrique a
pasar admirablemente del cuidado del gobierno temporal a las realida­
des del cielo, concédenos, por su intercesión, en medio de la inestabilidad
de este mundo, que avancemos hacia ti con un corazón puro. Por nuestro
Señor Jesucristo...

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS


Que esta ofrenda, Señor, que presentamos a tu majestad en la festividad de
san Enrique, sea eficaz para nuestra salvación y agradable a tu bondad. Por
Jesucristo, nuestro Señor.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN


Alimentados por este don sagrado, te suplicamos humildemente, Señor,
que lo que hemos celebrado en la festividad de san Enrique, en cumpli­
miento fiel de nuestro servicio, nos haga experimentar con abundancia tu
salvación. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Los enviados de Jesús -misioneros y otros agentes de pastoral-


aun en la pobreza y la sencillez, merecen ser tratados como
personas de gran valor, pues anuncian el Reino. Pidamos por
quienes realizan alguna tarea en la Iglesia, para que encuentren el
PARA MEDITAR consuelo de Dios.

74 I 13 de julio
14 de julio
VIERNES
Feria * Verde

Se sugiere utilizar hoy las oraciones de la Misa de la Preciosísima Sangre de nues­


tro Señor Jesucristo, tal como aparecen en el presente formulario (cfr. Misas voti­
vas, Misal Romano, p. 1176 [ I I 66]); pero en su lugar pueden utilizarse las del
domingo anterior, las de *san Camilo de Lelis (p. 78) o las de cualquier domingo
del Tiempo Ordinario.

El anuncio de la Buena Nueva no tiene tregua

Quienes nos decimos cristianos no tenemos ningún pretexto para


evadir nuestra responsabilidad de proclamar la Buena Nueva del
Evangelio, haciendo caso omiso de nuestra tarea de transformar nues­
tro entorno. Nuestros primeros hermanos en la fe sabían que ni
a i ° ev a n ™ e l io sic1uiera abundancia de lobos era suficiente pretexto para no ser
misioneros del Reino de Dios. Aquellas palabras del Maestro “Yo los
envío como ovejas entre lobos” (v. 16) debieron parecerles desafiantes, si no hasta
desalentadoras. Sin embargo, les quedaba claro que Jesús no los engañaba, les
mostraba con claridad que la realidad muchas veces les sería adversa, incluso agre­
siva, contra su proyecto y contra ellos mismos; por eso les pide que no sean
ingenuos (que sean como las serpientes), pero que no sean malosos (que
sean como las palomas); tenía que darse cuenta de que quienes se oponían
a la Buena Nueva estaban fuera de la comunidad (gobernadores, reyes) pero
también en su mismo espacio religioso (sinagogas), más aún, incluso en el
entorno más inmediato (la familia). Jesús deja claro que la proclamación de la
Buena Nueva no tiene tregua, ni siquiera aunque la realidad sea demasiado
adversa, incluso violenta.

¿Qué debemos hacer y de qué tenemos que convencernos para no suspender


nuestra tarea evangelizadora ni siquiera ante las situaciones más adversas?

14 de julio 75
***

MISA VOTIVA DE LA PRECIOSÍSIMA SANGRE


DE NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO
Rojo

ANTÍFONA DE ENTRADA Cfr. Apoc 5, 9-10


Con tu sangre compraste para Dios hombres de todas las razas y lenguas,
de todos los pueblos y naciones, para constituir un reino para Dios.

ORACIÓN COLECTA
Señor Dios, que redimiste a todos los hombres con la preciosa Sangre
de tu Unigénito, conserva en nosotros la obra de tu misericordia, para que,
celebrando sin cesar el misterio de nuestra salvación, merezcamos alcan­
zar sus frutos. Por nuestro Señor Jesucristo...

PRIMERA LECTURA
Ya puedo morir tranquilo, pues te he vuelto a ver.
Del libro del Génesis: 46,1-7. 28-30
V y

n aquellos días, partió Jacob con todas sus pertenencias y llegó a Ber-
E sebá, donde hizo sacrificios al Dios de su padre Isaac. Por la noche,
Dios se le apareció y le dijo: “¡Jacob, Jacob!”. Él respondió: “Aquí estoy”. El
Señor le dijo: “Yo soy Dios, el Dios de tu padre. No tengas miedo de ir a
Egipto, porque ahí te convertiré en un gran pueblo. Yo iré contigo allá, José
te cerrará los ojos y después de muerto, yo mismo te haré volver aquí”.
Al partir de Bersebá, los hijos de Jacob hicieron subir a su padre, a sus
pequeños y a sus mujeres en las carretas que había mandado el faraón
para transportarlos. Tomaron el ganado y cuanto habían adquirido en la
tierra de Canaán y se fueron a Egipto, Jacob y todos sus descendientes, sus
hijos y nietos, sus hijas y nietas.
Jacob mandó a Judá por delante para que le avisara a José y le preparara
un sitio en la región de Gosén. Cuando ya estaban por llegar, José engan­
chó su carroza y se fue a Gosén para recibir a su padre. Apenas lo vio,
corrió a su encuentro y, abrazándolo largamente, se puso a llorar. Jacob
le dijo a José: “Ya puedo morir tranquilo, pues te he vuelto a ver y vives
todavía”.
Palabra de Dios. R. Te alabamos, Señor.

76 I 14 de julio
SALMO RESPONSORIAL Del salmo 36
R. La salvación del justo es el Señor.

Pon tu esperanza en Dios, practica el bien y vivirás tranquilo en esta tierra.


Busca en él tu alegría y te dará el Señor cuanto deseas. R.
Cuida el Señor la vida de los buenos y su herencia perdura; no se marchi­
tarán en la sequía y en tiempos de escasez tendrán hartura. R.
Apártate del mal, practica el bien y tendrás una casa eternamente; porque
al Señor le agrada lo que es justo y vela por sus fieles. R.

ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Jn 16, 13; 14, 26


R. Aleluya, aleluya.
Cuando venga el Espíritu de verdad, él les enseñará toda la verdad y les
recordará todo cuanto yo les he dicho, dice el Señor. R.

EVANGELIO
No serán ustedes los que hablarán, sino el Espíritu de su Padre.
Del santo Evangelio según san Mateo: 10,16-23

n aquel tiempo, Jesús dijo a sus apóstoles: “Yo los envío como ovejas
E entre lobos. Sean, pues, precavidos como las serpientes y sencillos
como las palomas.
Cuídense de la gente, porque los llevarán a los tribunales, los azotarán
en las sinagogas, los llevarán ante gobernadores y reyes por mi causa; así
darán testimonio de mí ante ellos y ante los paganos. Pero, cuando los
entreguen, no se preocupen por lo que van a decir o por la forma de
decirlo, porque en ese momento se les inspirará lo que han de decir. Pues
no serán ustedes los que hablen, sino el Espíritu de su Padre el que hablará
por ustedes.
El hermano entregará a su hermano a la muerte, y el padre a su hijo; los
hijos se levantarán contra sus padres y los matarán; todos los odiarán a
ustedes por mi causa, pero el que persevere hasta el fin, se salvará.
Cuando los persigan en una ciudad, huyan a otra. Yo les aseguro que
no alcanzarán a recorrer todas las ciudades de Israel, antes de que venga el
Hijo del hombre”.
Palabra del Señor. R. Gloria a ti, Señor Jesús.

14 de julio | 77
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Al traer ante tu soberana presencia, Señor, nuestros dones, haz que, por
medio de estos misterios, nos acerquemos a Jesús, el mediador de la
nueva Alianza, y nos renovemos por la aspersión salvadora de su San­
gre. Él, que vive y reina por los siglos de los siglos.

PREFACIO I DE LA PASIÓN DEL SEÑOR


En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias
siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno.
Porque mediante la pasión salvadora de tu Hijo el mundo entero ha
comprendido la manera como debía alabar a tu majestad, ya que en la fuerza
inefable de la cruz, se manifestó el juicio del mundo y el poder del Cruci­
ficado.
Por eso, Señor, también nosotros, llenos de alegría, te aclamamos con
los ángeles y los santos, diciendo: Santo, Santo, Santo...

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN C/r. 1 Cor 10,16


El cáliz de nuestra acción de gracias, nos une en la Sangre de Cristo; y el
pan que partimos, nos une en el Cuerpo del Señor.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN


Habiendo sido reconfortados con el alimento y la bebida de salvación,
te pedimos, Señor, que seamos bañados siem pre con la Sangre de
nuestro Salvador, y que ésta se convierta para nosotros en fuente de agua
que brote hasta la vida eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor.
***

*San Camilo de Lelis, presbítero (mi), blanco (MR, p. 785 [772]).

Conmovido por el abandono en que vivían los enfermos, se hizo enfermero. Fue
fundador de “los Siervos de los Enfermos”. Siendo sacerdote, pasó su vida al lado
de los miembros sufrientes de Cristo (1550-1614).

78 I 14 de julio
ORACIÓN COLECTA
Dios nuestro, que concediste al presbítero san Camilo de Lelis la gracia de
un amor especial por los enfermos, infunde en nosotros, por su interce­
sión, el espíritu de tu caridad, para que, sirviéndote en nuestros hermanos,
podamos, en la hora de nuestra muerte, presentarnos ante ti llenos de con­
fianza. Por nuestro Señor Jesucristo...

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS


Acoge, Señor, las ofrendas de tu pueblo, para que, al celebrar la obra de la
caridad inmensa de tu Hijo, seamos confirmados en el amor a ti y al pró­
jimo, a ejemplo de san Camilo de Lelis. Por Jesucristo, nuestro Señor.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN


Renovados por este santo sacramento, concédenos, Señor, seguir los ejem­
plos de san Camilo de Lelis, que te honró con su incansable piedad y con su
inmensa caridad hizo tanto bien a tu pueblo. Por Jesucristo, nuestro Señor.

El Evangelio es fuerza y no deja indiferente a nadie cuando es


proclamado con sinceridad. Muchos se enamoran de Jesús, pero
también hay quienes reacciona con violencia, pues el Evange­
lio también incomoda. Fuerza y alegría, esto es lo que necesi­
PARA MEDITAR
tamos rpedir a Dios ”para ”que sean cada vez más quienes
^
crean
en Cristo.

14 de julio | 79
15 de julio
S ábado
SAN BUENAVENTURA,
o b isp o y d o c to r d e la Iglesia
Memoria * Blanco

Este gran franciscano (1221-1274) escribió la vida de san Francisco de Asís y fue minis­
tro general de la Orden de los Frailes Menores, a quienes organizó. Fue, además, un
teólogo extraordinariamente profundo. Siguiendo las pisadas de san Agustín, investigó
y enseñó El Itinerario del Alma hacia Dios. Siendo cardenal-obispo de Ostia, murió durante
el Concilio de Lyon.

¿Somos perseguidos como lo fue Jesús?

Mucho debería cuestionarnos a quienes nos decimos cristianos que la


persecución que sufrimos como Iglesia sea, en muchas ocasiones, por
causas totalmente diferentes por las que Jesús fue perseguido; por ejem­
plo, Jesús escandalizaba a los poderosos de su tiempo, nosotros parece
COMENTARIO
a l e v a n g e l io clue m*s k¡en sornos P¡edra de escándalo para los más pobres y sen­
cillos. A causa de su vivencia de la justicia, él y los primeros cristianos
sacaban de sus cabales a los que explotaban a los más pobres, nosotros penosa­
mente damos la impresión de que somos indiferentes a ese tipo de compromiso. El
evangelio de hoy, al precisar que el discípulo no es más que su Maestro y que si a él
lo han denigrado cuánto más a sus seguidores, señala la persecución no primeramente
como un problema sino como un signo de identidad; y consciente de que muchos
discípulos se comprometerán como él,Jesús los anima a que no tengan miedo, a que
se convenzan de una vez por todas que, aunque los perseguidores los desfiguren
y destrocen, para el Padre ellos estarán, a causa de su fidelidad, presentables e
íntegros.

¿La persecución que padecemos como Iglesia es por fidelidad a la enseñanza de Jesús
o todo lo contrario? ¿Qué podemos hacer por los cristianos y no cristianos que son
perseguidos a causa de su compromiso?

***

80 ! 15 de julio
ANTÍFONA DE ENTRADA Cfr. Sir 15, 5
En medio de la Iglesia abrió su boca, y el Señor lo llenó del espíritu de sabi­
duría e inteligencia, y lo revistió de gloria.

ORACIÓN COLECTA
Dios todopoderoso, al celebrar la festividad del obispo san Buenaventura,
te pedimos que nos concedas aprovechar su admirable doctrina e imitar
siempre su ardiente caridad. Por nuestro Señor Jesucristo...

PRIMERA LECTURA
Dios cuidará de ustedes y los sacará de este país.
Del libro del Génesis: 49, 29-32; 50, 15-26

n aquellos días, Jacob llamó a sus hijos y les dio estas instrucciones:
E “Yo voy a reunirme con los míos. Sepúltenme junto a mis padres, en la
cueva del campo de Makpelá, frente a Mambré, en Canaán. Es el campo que
Abraham le compró a Efrón, el hitita, para que lo enterraran. Ahí sepul­
taron a Abraham y a su esposa Sara, a Isaac y a su esposa Rebeca, y ahí
sepulté yo a Lía”. Cuando terminó de dar este encargo a sus hijos, Jacob
expiró y fue a reunirse con los suyos.
Los hermanos de José, al ver que había muerto su padre, dijeron: “A ver
si José no nos guarda rencor y no nos hace pagar todo el daño que le hici­
mos”. Por eso le mandaron este recado: “Antes de morir, tu padre nos
encargó que te dijéramos esto: ‘Perdona, por favor, a tus hermanos su cri­
men, su pecado y el daño que te hicieron’. También nosotros, siervos
del Dios de tu padre, te pedimos que nos perdones”. Cuando José oyó el
recado se puso a llorar.
Fueron después sus hermanos personalmente a verlo y, postrados ante
él, le dijeron: “Aquí nos tienes. Somos esclavos tuyos”. José les replicó: “No
tengan miedo. ¿Podemos acaso oponernos a los designios de Dios? Ustedes
quisieron hacerme daño, pero Dios lo convirtió en un bien para hacer
sobrevivir a un pueblo numeroso, como pueden ver. Así que no tengan
miedo; yo los mantendré a ustedes y a sus pequeñuelos”. Y los consoló y les
habló con mucho cariño.
José permaneció en Egipto junto con la familia de su padre y vivió hasta
los ciento diez años; vio a los bisnietos de Efraín y en sus brazos nacie­
ron los hijos de Makir, hijo de Manasés. Finalmente José les dijo a sus
hermanos: “Yo voy a morir ya, pero ciertamente Dios cuidará de ustedes y

15 de julio | 8 I
los hará salir de este país a la tierra que juró dar a Abraham, a Isaac y a
Jacob”. José los hizo jurar diciendo: “Cuando Dios los haga salir de esta
tierra, se llevarán mis huesos de aquí”. Y luego murió José.
Palabra de Dios. R. Te alabamos, Señor.

SALMO RESPONSORIAL L ' Del salmo 104


R. Cantemos la grandeza del Señor.

Aclamen al Señor y denle gracias, relaten sus prodigios a los pueblos. Ento­
nen en su honor himnos y cantos, celebren sus portentos. R.
Del nombre del Señor enorgullézcanse, y siéntase feliz el que lo busca.
Recurran al Señor y a su poder, y a su presencia acudan. R.
Descendientes de Abraham, su servidor; estirpe de Jacob, su predilecto,
escuchen: El Señor es nuestro Dios y gobiernan la tierra sus decretos. R.

ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO 1 Pedro 4,14


R. Aleluya, aleluya.
Dichosos ustedes, si los injurian por ser cristianos, porque el Espíritu de Dios
descansa en ustedes. R.
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EVANGELIO
No tengan miedo a los que matan el cuerpo, pero no pueden matar el alma.
:.i Del santo Evangelio según san Mateo: 10, 24-33

E nqueaquel tiempo, Jesús dijo a sus apóstoles: “El discípulo no es más


el maestro, ni el criado más que su señor. Le basta al discípulo ser
como su maestro y al criado ser como su señor. Si al señor de la casa lo han
llamado Satanás, ¡qué no dirán de sus servidores!
No teman a los hombres. No hay nada oculto que no llegue a descubrirse;
no hay nada secreto que no llegue a saberse. Lo que les digo de noche,
repítanlo en pleno día, y lo que les digo al oído, pregónenlo desde las azoteas.
No tengan miedo a los que matan el cuerpo, pero no pueden matar el alma.
Teman, más bien, a quien puede arrojar al lugar de castigo el alma y el cuerpo.
¿No es verdad que se venden dos pajarillos por una moneda? Sin embargo,
ni uno solo de ellos cae por tierra si no lo permite el Padre. En cuanto a
ustedes, hasta los cabellos de su cabeza están contados. Por lo tanto, no
tengan miedo, porque ustedes valen mucho más que todos los pájaros del
mundo.

82 15 de julio
A quien me reconozca delante de los hombres, yo también lo reconoceré
ante mi Padre, que está en los cielos; pero al que me niegue delante de los
hombres, yo también lo negaré ante mi Padre, que está en los cielos”.
Palabra del Señor. R. Gloria a ti, Señor Jesús.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS


Que te sea agradable, Dios nuestro, el sacrificio que alegres te presenta­
mos en la fiesta de san Buenaventura, por cuyas enseñanzas te ala­
bamos y nos entregamos enteramente a ti. Por Jesucristo, nuestro Señor.

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Cfr. Le 12, 42


Éste es el siervo fiel y prudente, a quien el Señor puso al frente de su fami­
lia, para darles a su tiempo la ración de trigo.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN


A quienes alimentas con Cristo, pan de vida, instrúyenos, Señor, por
Cristo, verdadero maestro, para que en la festividad de san Buenaventura
aprendamos tu verdad y la llevemos a la práctica en la caridad. Por Jesu­
cristo, nuestro Señor.

Es cierto que algunas veces los planes no salen como pretendemos,


pero hemos obtenido lo que queríamos. Dios es siempre bueno,
aunque de vez en cuando se silencie.Familia,escuela,trabajo,amor...
tantos sitios donde Dios bendice nuestra vida. ¿Cuál es el lenguaje
PARA MEDITAR
de nuestro corazón en los triunfos? Decir gracias, es la voz de un
corazón puro y honesto.

LITURGIA DE LAS HORAS


Vísperas I del domingo: 3a semana del Salterio.
Tomo III: pp. 1019 y 533; para los peles: pp. 642 y 405;
edición popular: pp. 202 y 471 (479*).

* A partir de la edición 2016 de letra grande.

15 de julio | 83
16 de julio
XV DOMINGO DEL TIEM PO ORDINARIO
Verde

Sembradores, no cosechadores

Sembrar es una actitud más noble, cristiana­


mente hablando, que cosechar; cuando olvi­
damos la bondad de la siembra perdemos de
vista el valor de los frutos y hasta nos arriesga­
mos a caer en ese juego maloso de pretender
resultados favorables sin haber realizado los
esfuerzos correspondientes. Quizá por eso Jesús
utilizó en su enseñanza más la imagen de la
siembra que la de la cosecha, para indicar que
sólo puede haber frutos abundantes en donde es
promovida la confianza; y así como Dios confía
en las personas, cada quien tiene la responsa­
“Otros granos cayeron bilidad de confiar en sí mismo y el derecho
en tierra buena y dieron fruto. que se confíe -aunque sea lo m ínim o- en él,
El que tenga oídos, que oiga" sin importar que se encuentre lejos de donde,
por lo general, se proclama la Palabra, o donde las
situaciones son más adversas (en el camino, entre abrojos, por ejemplo). Esta confianza
al estilo del buen sembrador posibilita que se construya una comunidad en la que todos,
unos más, otros menos, sientan la necesidad y se abran a la responsabilidad de dar fru­
tos; no importa la cantidad, pues éstos dependen de muchas circunstancias, lo real­
mente importante es que todos, desde sus posibilidades reales, den frutos verdaderos.
Esta confianza no implica ignorar los peligros, tampoco hacer caso omiso de los pro­
blemas reales: desde el momento en que la Palabra se proclama las dificultades afloran
y los peligros se multiplican ya sea por asuntos inexplicables (el Maligno), responsabi­
lidades personales (inconstancia, tribulaciones, persecuciones) e influencias externas
(la seducción de las riquezas). Sin embargo, estos peligros reales no deben provocar
que se ignore la esperanza también real: a la actitud siempre generosa y bien intencio­
nada corresponde unos frutos igualmente generosos y de gran alcance; pero para esto
se requiere oír la Palabra y entenderla, es decir, escucharla para buscar la voluntad de
Dios en nuestras vidas.

¿Qué valores deberíamos promover si queremos mejores alcances y resultados en


nuestra vida personal y comunitaria? ¿Qué podríamos hacer para escuchar más la
Palabra?

84 I 16 de julio
ANTÍFONA DE ENTRADA Cfr. Sal 16, 15
Por serte fiel, yo contemplaré tu rostro, Señor, y al despertar, espero
saciarme de gloria.

Se dice Gloria

ORACIÓN COLECTA
Señor Dios, que muestras la luz de tu verdad a los que andan extraviados,
para que puedan volver al buen camino, concede a cuantos se profesan
como cristianos rechazar lo que sea contrario al nombre que llevan y cum­
plir lo que ese nombre significa. Por nuestro Señor Jesucristo...

Escuchemos una reflexión de Isaías que nos habla de la fuerza de


la Palabra de Dios.
M ON ICIÓ N

PRIMERA LECTURA
La lluvia hará germinar la tierra.
Del libro del profeta Isaías: 55,10-11

sto dice el Señor: “Como bajan del cielo la lluvia y la nieve y no vuel­
E ven allá, sino después de empapar la tierra, de fecundarla y hacerla
germinar, a fin de que dé semilla para sembrar y pan para comer, así será
la palabra que sale de mi boca: no volverá a mí sin resultado, sino que
hará mi voluntad y cumplirá su misión”.
Palabra de Dios. R. Te alabamos, Señor.

SALMO RESPONSORIAL Del salmo 64


\ f . Agilitar B P 1553
. E¡> Cm EÍ>7 Ai> rm o at

Y * ¿ é m -
Da-nos, Se - ñor, siem-pre
ü
R. Señor, danos siempre de tu agua.
Señor, tú cuidas de la tierra, la riegas y la colmas de riqueza. Las nubes
del Señor van por los campos, rebosantes de agua, como acequias. R.
Tú preparas las tierras para el trigo: riegas los surcos, aplanas los terre­
nos, reblandeces el suelo con la lluvia, bendices los renuevos. R.

16 de julio | 85
[R. Señor, danos siempre de tu agua.]
Tú coronas el año con tus bienes, tus senderos derraman abundan­
cia; están verdes los pastos del desierto, las colinas con flores adornadas. R.
Los prados se visten de rebaños, de trigales los valles se engalanan. Todo
aclama al Señor. Todo le canta. R.

San Pablo nos habla, con entusiasmo, de cuál es nuestra esperanza;


estemos atentos.
M ON ICIÓ N

SEGUNDA LECTURA
Toda la creación espera la revelación de la gloria de los hijos de Dios.
De la carta del apóstol san Pablo a los romanos: 8 ,18-23

ermanos: Considero que los sufrimientos de esta vida no se pueden


H comparar con la gloria que un día se manifestará en nosotros; por­
que toda la creación espera, con seguridad e impaciencia, la revelación de
esa gloria de los hijos de Dios.
La creación está ahora sometida al desorden, no por su querer, sino por
voluntad de aquel que la sometió. Pero dándole al mismo tiempo esta espe­
ranza: que también ella misma, va a ser liberada de la esclavitud de la
corrupción, para compartir la gloriosa libertad de los hijos de Dios.
Sabemos, en efecto, que la creación entera gime hasta el presente y sufre
dolores de parto; y no sólo ella, sino también nosotros, los que poseemos
las primicias del Espíritu, gemimos interiormente, anhelando que se realice
plenamente nuestra condición de hijos de Dios, la redención de nuestro
cuerpo.
Palabra de Dios. R. Te alabamos, Señor.

ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO


B.P.1036 £ B7 E A E

A-le - lu-ya, a-le - lu -ya, a-le - lu

R Aleluya, aleluya.
La semilla es la palabra de Dios y el sembrador es Cristo; todo aquel que lo
encuentra vivirá para siempre. R.

86 16 de julio
San Mateo nos relata hoy la parábola del sembrador, cuya expli­
cación nos la da el mismo Cristo: la semilla es la Palabra de
Dios. ¿Seremos tierra buena para acogerla?
M ON ICIÓ N

EVANGELIO
Una vez salió un sembrador a sembrar.
Del santo Evangelio según san Mateo: 13, 1-23

n día salió Jesús de la casa donde se hospedaba y se sentó a la orilla


del mar. Se reunió en torno suyo tanta gente, que él se vio obli­
gado a subir a una barca, donde se sentó, mientras la gente permanecía en
la orilla. Entonces Jesús les habló de muchas cosas en parábolas y les dijo:
“Una vez salió un sembrador a sembrar, y al ir arrojando la semilla,
unos granos cayeron a lo largo del camino; vinieron los pájaros y se los
comieron. Otros granos cayeron en terreno pedregoso, que tenía poca tie­
rra; ahí germinaron pronto, porque la tierra no era gruesa; pero cuando
subió el sol, los brotes se marchitaron, y como no tenían raíces, se seca­
ron. Otros cayeron entre espinos, y cuando los espinos crecieron, sofocaron
las plantitas. Otros granos cayeron en tierra buena y dieron fruto: unos, ciento
por uno; otros, sesenta; y otros, treinta. El que tenga oídos, que oiga”.
Después se le acercaron sus discípulos y le preguntaron: “¿Por qué les
hablas en parábolas?”. Él les respondió: “A ustedes se les ha concedido
conocer los misterios del Reino de los cielos, pero a ellos no. Al que tiene,
se le dará más y nadará en la abundancia; pero al que tiene poco, aun eso
poco se le quitará. Por eso les hablo en parábolas, porque viendo no ven y
oyendo no oyen ni entienden.
En ellos se cumple aquella profecía de Isaías que dice: Oirán una y otra
vez y no entenderán; mirarán y volverán a mirar, pero no verán; porque
este pueblo ha endurecido su corazón, ha cerrado sus ojos y tapado sus
oídos, con el fin de no ver con los ojos, ni oír con los oídos, ni comprender
con el corazón. Porque no quieren convertirse ni que yo los salve.
Pero dichosos, ustedes, porque sus ojos ven y sus oídos oyen. Yo les
aseguro que muchos profetas y muchos justos desearon ver lo que ustedes ven
y no lo vieron y oír lo que ustedes oyen y no lo oyeron.
Escuchen, pues, ustedes lo que significa la parábola del sembrador.
A todo hombre que oye la palabra del Reino y no la entiende, le llega el dia­
blo y le arrebata lo sembrado en su corazón. Esto es lo que significan los
granos que cayeron a lo largo del camino.

16 de julio | 87
Lo sembrado sobre terreno pedregoso significa al que oye la palabra
y la acepta inmediatamente con alegría; pero, como es inconstante, no la
deja echar raíces, y apenas le viene una tribulación o una persecución
por causa de la palabra, sucumbe.
Lo sembrado entre los espinos representa a aquel que oye la palabra,
pero las preocupaciones de la vida y la seducción de las riquezas la sofo­
can y queda sin fruto.
En cambio, lo sembrado en tierra buena representa a quienes oyen la
palabra, la entienden y dan fruto: unos, el ciento por uno; otros, el sesenta;
y otros, el treinta”.
Palabra del Señor. R. Gloria a ti, Señor Jesús.

Se dice Credo.

PLEGARIA UNIVERSAL
Que nuestras oraciones lleguen, hermanos, a la presencia del Señor y que
nuestras súplicas sean escuchadas por aquel que escruta el corazón de todos.
Después de cada petición diremos: Escúchanos, Padre,
t Por todos aquellos que, entre nosotros y en cualquier lugar del mundo,
trabajan para dar a conocer la Palabra de Dios y el Evangelio de Jesús.
Oremos.
t Por todas las personas de buena voluntad que no han conocido la ale­
gría de la fe o que se han alejado de ella. Oremos,
t Por quienes viven lejos de su casa, por los encarcelados, los débiles y
excluidos, y por los que sufren persecución. Oremos,
t Por nosotros y por todos los miembros de nuestra parroquia (comuni­
dad). Oremos.
Escucha, Señor, las oraciones de tu pueblo y aumenta en nosotros el
deseo sincero de acoger la semilla de tu Palabra y de que fructifique
en obras de justicia y paz. Por Jesucristo, nuestro Señor.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS


Mira, Señor, los dones de tu Iglesia suplicante, y concede que, al recibirlos,
sirvan a tus fieles para crecer en santidad. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Prefacio para los domingos del Tiempo Ordinario.

88 I 16 de julio
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Cfr. Sal 83, 4-5
El gorrión ha encontrado una casa, y la golondrina un nido donde poner
sus polluelos: junto a tus altares, Señor de los ejércitos, Rey mío y Dios mío.
Dichosos los que viven en tu casa y pueden alabarte siempre.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN


Alimentados con los dones que hemos recibido, te suplicamos, Señor,
que, participando frecuentemente de este sacramento, crezcan los efectos
de nuestra salvación. Por Jesucristo, nuestro Señor.

16 de julio I 89
ESCUCHAR LA PALABRA,
ENTENDERLA Y DAR FRUTO

Jesús nos pone en alerta, porque él trabajar por confiar más en Dios
quiere sembrar en nosotros su pala­ y no apegarnos a las vanas rique­
bra, que da vida eterna, pero surgen zas de este mundo.
factores que se contraponen a esto.
# Cada quién dará fruto en medida
# El diablo siempre busca la opor­ diversa, pero tendrá que hacerlo
tunidad de arrebatarnos las de acuerdo con las propias capa­
cosas buenas que Dios siem­ cidades.
bra en nuestro corazón. Por eso
hay que trabajar por entender # La vida cristiana no es fácil, por­
pronto las enseñanzas de Jesús que no hemos nacido para la
y ponerlas en práctica. comodidad, sino para servir a
Dios en esta vida y gozar de él
# Hemos de evitar la inconstan­ en la vida eterna.
cia en la escucha de la Palabra,

Jesú s q u ie re c o s e c h a r n u e s tro s b u e n o s fru to s .

90 I 16 de julio
17 d e ju lio

LUNES
Feria * V e rd e

Se sugiere utilizar hoy las oraciones de la Miso por las vocaciones a las Órdenes sagra­
das, tal como aparecen en el presente formulario (cfr. Misas para diversas circunstancias,
Misal Romano, p. 1108 [1100]); pero en su lugar pueden utilizarse las del domingo
anterior o las de cualquier domingo del Tiempo Ordinario.

N o busquemos falsas tranquilidades

El cristiano no puede, ni debe, ser neutral; no puede estar de un lado


y de otro, a favor de un valor y al mismo tiempo en su contra. De ahí
la importancia de entender desde esta clave la expresión de Jesús; “no
he venido a traer la paz, sino la guerra” (v. 34). El discípulo de Jesús
COM ENTARIO
AL EVANGELIO
no puede optar por una tranquilidad equivocada, esa falsa paz que
tienen quienes ven la realidad como les conviene no como realmente
es; que se sienten a gusto estando bien ellos, aunque los demás estén sufriendo
desgracias; que a fuerza de simulaciones y de mentirse a sí mismos pretenden enga­
ñar a otros, incluso a pueblos enteros. De ahí que Jesús, en todo caso -dice Mateo-
vino a traer la espada; esto podría estar significando que él ofrece a sus discípulos la
posibilidad de ser luchones y de enfrentar, como en un combate cuerpo a cuerpo
en el que está en juego la vida, los problemas sin sacarles la vuelta, sin disimularlos,
mucho menos negarlos; dispuestos a vivir, por fidelidad a Jesús, una existencia en
conflicto.

¿Por qué es imposible querer ser neutrales y pretender ser discípulos de Jesús?
¿Qué debemos hacer para no buscar falsas tranquilidades?

***

ANTÍFONA DE ENTRADA Mt 9, 38
Rueguen al Señor de la mies que envíe trabajadores a sus campos, dice
Jesús a sus discípulos.

17 de julio | 91
ORACIÓN COLECTA
Señor Dios, que quisiste proveer de pastores a tu pueblo, infunde en tu
Iglesia tal espíritu de piedad y fortaleza, que suscite ministros dignos de
tu altar y los haga ser valientes y humildes promotores del Evangelio. Por
nuestro Señor Jesucristo...

PRIMERA LECTURA
Tomemos precauciones contra Israel para que no siga multiplicándose.
Del libro del Éxodo: 1, 8-14. 22

n aquel tiempo, subió al poder en Egipto un nuevo faraón, que no


E había conocido a José, y le dijo a su pueblo: “Los hijos de Israel for­
man un pueblo más numeroso y fuerte que nosotros. Tomemos precaucio­
nes contra ellos para que no sigan multiplicándose, no sea que, en caso de
guerra, se unan a nuestros enemigos, para luchar contra nosotros y se
escapen del país”.
Les pusieron, pues, capataces a los israelitas para que los oprimieran
con trabajos pesados; y así construyeron para el faraón las ciudades de Pitom
y Ramsés, como lugares de almacenamiento. Pero mientras más los opri­
mían, más crecían y se multiplicaban.
Los egipcios llegaron a temer a los hijos de Israel y los redujeron a una
cruel esclavitud; les hicieron pesada la vida, sometiéndolos a rudos traba­
jos de albañilería y a toda clase de tareas serviles en el campo.
Además, el faraón dio esta orden a su pueblo: “Echen al río a todos los
niños que les nazcan a los hebreos; pero si son niñas, déjenlas vivir”.
Palabra de Dios. R. Te alabamos, Señor.

SALMO RESPONSORIAL Del salmo 123


R. Nuestra ayuda es invocar al Señor.

Si el Señor no hubiera estado de nuestra parte cuando los hombres nos asal­
taron, nos habría devorado vivos el fuego de su cólera. R.
Las aguas nos hubieran sepultado, un torrente nos hubiera llegado al
cuello, un torrente de aguas encrespadas. Bendito sea el Señor, porque no
permitió que nos despedazaran con sus dientes. R.
Nuestra vida se escapó como un pájaro de la trampa de los cazadores.
La trampa se rompió y nosotros escapamos. Nuestra ayuda nos viene del
Señor, que hizo el cielo y la tierra. R.

92 I 17 de julio
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Mt 5, 10
R. Aleluya, aleluya.
Dichosos los perseguidos por causa de la justicia, porque de ellos es
el Reino de los cielos, dice el Señor. R.

EVANGELIO
No he venido a traer la paz, sino la guerra.
sj|s Del santo Evangelio según san Mateo: 10, 34-11,1

n aquel tiempo, Jesús dijo a sus apóstoles: “No piensen que he venido
E a traer la paz a la tierra; no he venido a traer la paz, sino la guerra. He
venido a enfrentar al hijo con su padre, a la hija con su madre, a la nuera con
su suegra; y los enemigos de cada uno serán los de su propia familia.
El que ama a su padre o a su madre más que a mí, no es digno de mí; el
que ama a su hijo o a su hija más que a mí, no es digno de mí; y el que no toma
su cruz y me sigue, no es digno de mí.
El que salve su vida, la perderá y el que la pierda por mí, la salvará.
Quien los recibe a ustedes, me recibe a mí; y quien me recibe a mí, recibe
al que me ha enviado.
El que recibe a un profeta por ser profeta, recibirá recompensa de profeta;
el que recibe a un justo por ser justo, recibirá recompensa de justo.
Quien diere, aunque no sea más que un vaso de agua fría a uno de estos
pequeños, por ser discípulo mío, yo les aseguro que no perderá su
recompensa”.
Cuando acabó de dar instrucciones a sus doce discípulos, Jesús partió
de ahí para enseñar y predicar en otras ciudades.
Palabra del Señor. R. Gloria a ti, Señor Jesús.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS


Mira, Señor, con bondad las oraciones y ofrendas de tu pueblo, para que se
multipliquen los dispensadores de tus misterios y perseveren sin cesar en
tu amor. Por Jesucristo, nuestro Señor.

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN 1 Jn 3, 16
Conocemos lo que es el amor, en que Cristo dio su vida por nosotros. Así
también debemos nosotros dar la vida por nuestros hermanos.

17 de julio | 93
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Alimentados con el pan de esta mesa celestial, te suplicamos, Señor,
que, por este sacramento de caridad, maduren las vocaciones que a manos
llenas siembras en el campo de la Iglesia, de tal modo, que sean muchos los que
elijan el camino de servirte en sus hermanos. Por Jesucristo, nuestro Señor.

La Palabra de Dios es un regalo, pero también es una exigencia.


Ya hemos escuchado a Jesús: amarlo más que a los demás, dejar
todo por él y valorar con gratitud la presencia de los que lo
anuncian. ¿Dónde están mis esfuerzos por vivir el Evangelio?

18 de julio
MARTES
Feria * Verde

Se sugiere utilizar hoy las oraciones de la Misa por las vocaciones a la vida religiosa, tal
como aparecen en el presente formulario (cfr. Misas para diversas circunstancias,
Misal Romano, p. 1116 [1108]); pero en su lugar pueden utilizarse las del domingo
anterior o las de cualquier domingo del Tiempo Ordinario.

¿Somos indiferentes ante Jesús y su mensaje?

La indiferencia ante alguien o ante algo genera, más temprano que


tarde, insensibilidad ante lo bueno a la vez que incapacidad de reac­
ción; sin embargo, el daño más grande no lo recibe quien es ignorado
sino quien ignora. A los habitantes de Corozaín, Betsaida y Cafarnaúm
a i° e v a n g e u o (vv- 2 1. 23), su indiferencia ante la persona de Jesús y su mensaje les
había ido insensibilizando a tal grado que les parecía una situación
normal; no querían darse cuenta de que hay ciertas indiferencias que terminan afec­
tando casi toda la existencia. Ahora bien, no por ignorar a Jesús y su Buena Nueva
ésta dejaba de proclamarse y él de actuar a favor de la gente, pues mientras ellos
casi se mofaban por ser indiferentes, había otros que con seguridad habrían respon­
dido más favorablemente; y lo más interesante era que aquellos que estaban
más abiertos a la persona de Jesús y de su proyecto eran extranjeros, algunos
de ellos hasta enemigos de los israelitas, incluso los preferidos de muchos para

94 18 de julio
señalarlos como pecadores. Esto era una gran enseñanza para los contemporáneos
de Jesús y lo es hoy para nosotros: la indiferencia nos daña, pero no impide que el
proyecto de Dios siga adelante.

¿En qué se nota que a veces somos indiferentes con Jesús y su proyecto? Busque­
mos un compromiso.

***

ANTÍFONA DE ENTRADA Cfr. Mt 19, 21


Si quieres ser perfecto, ve a vender todo lo que tienes, dales el dinero a los
pobres; luego ven y sígueme, dice el Señor.

ORACIÓN COLECTA
Padre santo, que aunque llamas a todos tus hijos a la perfección de la cari­
dad, invitas a algunos a seguir más de cerca las huellas de tu Hijo, con­
cede a quienes has elegido para esta vocación especial vivir de tal manera, que
sean para la Iglesia y para el mundo, un signo elocuente de tu Reino. Por nues­
tro Señor Jesucristo...

PRIMERA LECTURA
Le puso por nombre Moisés, porque fue sacado del agua. - Cuando Moisés creció, fue a
visitar a sus hermanos.
Del libro del Éxodo: 2, 1-15

n aquellos días, un hombre de la tribu de Leví se casó con una mujer


E de su misma tribu. La mujer concibió y dio a luz un hijo; y viendo que
era hermoso, lo tuvo escondido tres meses. Pero como ya no podía ocul­
tarlo por más tiempo, tomó una canastilla de mimbre, la embadurnó con
betún y con brea, metió en ella al niño y la dejó entre los juncos, a la
orilla del río. Entre tanto, la hermana del niño se quedó a cierta distancia
para ver lo que sucedía.
Bajó la hija del faraón a bañarse en el río, y mientras sus doncellas se
paseaban por la orilla, vio la canastilla entre los juncos y envió a una
criada para que se la trajera. La abrió y encontró en ella un niño que lloraba.
Se compadeció de él y exclamó: “Es un niño hebreo”.

¡8 de julio | 95
Entonces se acercó la hermana del niño y le dijo a la hija del faraón:
“¿Quieres que vaya a llamar a una nodriza hebrea para que te críe al niño?”.
La hija del faraón le dijo que sí. Entonces la joven fue a llamar a la madre
del niño. La hija del faraón le dijo a ésta: “Toma a este niño; críamelo y yo te
pagaré”. Tomó la mujer al niño y lo crió.
El niño creció y ella se lo llevó entonces a la hija del faraón, que lo adoptó
como hijo y lo llamó Moisés, que significa: “De las aguas lo he sacado”.
Cuando Moisés creció, fue a visitar a sus hermanos y se dio cuenta de
sus penosos trabajos; vio también cómo un egipcio maltrataba a uno de sus
hermanos hebreos. Entonces Moisés miró para todas partes, no vio a nadie,
mató al egipcio y lo escondió en la arena.
Al día siguiente salió y vio que dos hebreos se estaban peleando. Le dijo
entonces al culpable: “¿Por qué le pegas a tu compañero?”. Pero él le
contestó: “¿Quién te ha nombrado jefe y juez de nosotros? ¿Acaso pien­
sas matarme como al egipcio?”. Lleno de temor, Moisés pensó: “Sin
duda que ya todo el mundo lo sabe”. Se enteró el faraón de lo sucedido y
buscó a Moisés para matarlo, pero él huyó lejos del faraón y se fue a vivir
al país de Madián.
Palabra de Dios. R. Te alabamos, Señor.

SALMO RESPONSORIAL Del salmo 68


R. Busquen al Señor y vivirán.

Me estoy hundiendo en un lodo profundo y no puedo apoyar los pies; he


llegado hasta el fondo de las aguas y me arrastra la corriente. R.
A ti, Señor, elevo mi plegaria, ven en mi ayuda pronto; escúchame con­
forme a tu clemencia, Dios fiel en el socorro. R.
Mírame enfermo y afligido; defiéndeme y ayúdame, Dios mío. En mi
cantar exaltaré tu nombre; proclamaré tu gloria, agradecido. R.
Se alegrarán al verlo los que sufren; quienes buscan a Dios tendrán
más ánimo, porque el Señor jamás desoye al pobre ni olvida al que se
encuentra encadenado. R.

ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Cfr. Sal 94, 8


R. Aleluya, aleluya.
Hagámosle caso al Señor, que nos dice: “No endurezcan su corazón”. R.

96 I i8 de julio
EVANGELIO
El día del juicio será menos riguroso para Tiro, Sidón y Sodoma que para otras ciudades.
^ Del santo Evangelio según san Mateo: 11, 20-24

n aquel tiempo, Jesús se puso a reprender a las ciudades que habían


E visto sus numerosos milagros, por no haberse convertido. Les decía:
“¡Ay de ti, Corozaín! ¡Ay de ti, Betsaida! Porque si en Tiro y en Sidón se
hubieran realizado los milagros que se han hecho en ustedes, hace tiempo
que hubieran hecho penitencia, cubiertas de sayal y de ceniza. Pero yo les
aseguro que el día del juicio será menos riguroso para Tiro y Sidón, que
para ustedes.
Y tú, Cafarnaúm, ¿crees que serás encumbrada hasta el cielo? No. Serás
precipitada en el abismo, porque si en Sodoma se hubieran realizado
los milagros que en ti se han hecho, quizás estaría en pie hasta el día de
hoy. Pero yo te digo que será menos riguroso el día del juicio para Sodoma
que para ti”.
Palabra del Señor. R. Gloria a ti, Señor Jesús.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS


Acepta, Padre santo, los dones que te presentamos y concede a cuantos
se han propuesto seguir con entusiasmo a tu Hijo por el camino estrecho
de la perfección evangélica, la libertad de espíritu y la verdadera frater­
nidad. Por Jesucristo, nuestro Señor.

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN C/r. Mt 19, 27-29


En verdad les digo que ustedes, los que han dejado todo para seguirme,
recibirán cien veces más y obtendrán la vida eterna, dice el Señor.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN


Fortalece, Señor, a tus siervos, con el alimento y la bebida espirituales, para
que, siempre fieles al llamado evangélico, muestren en todas partes una
viva imagen de tu Hijo. Él, que vive y reina por los siglos de los siglos.

Si pusiéramos atención en mirar los bienes que Dios les ha dado


a otras personas, no para envidiarlas sino para agradecer, descu­
briríamos que muchos con menos que nosotros han podido res­
ponder a Dios con mayor alegría y amor. Cada día tenemos la
PARA MEDITAR oportunidad de agradecer con una voz que proceda del corazón.

18 de julio | 97
19 de julio
MIÉRCOLES
Feria * Verde

Se sugiere utilizar hoy las oraciones de la Misa por la santificación del trabajo humano,
B, tal como aparecen en el presente formulario (cfr. Misas para diversas circunstancias,
Misal Romano, p. 1136 [1128]); pero en su lugar pueden utilizarse las del domingo
anterior o las de cualquier domingo del Tiempo Ordinario.

Conocemos al Padre a través de su Hijo

El único modo de conocer a Dios es a través de lo que Jesús hizo y


dijo. No hay atajos que valgan por más extraordinarios que parez­
can o por más que nos convengan para hacernos una imagen de
Dios a nuestro antojo. Por tanto, para conocer a Dios no hay que
a ° evanTg e u o empezar por Dios mismo, tampoco por lo que nuestra imaginación
invente; siempre que lo hemos hecho conseguimos como resultado
una divinidad con atributos y poderes que nos sirven para justificar ciertos modos
de organizamos y de pensar, pero que terminan contradiciendo lo que Jesús prac­
ticó y enseñó. De ahí la importancia de percibir que el conocimiento de Dios es una
gracia que aprovechamos tanto más nos dispongamos a ser sencillos, es decir, a ser
bien intencionados, sin pretensión de manipularlo a nuestro antojo (v. 25); no es,
pues, en línea directa o por un esfuerzo personal, ni siquiera por una iluminación
extraordinaria a unos cuantos iluminados, que conocemos a Dios; es por medio de
la revelación que Jesucristo nos ha dado a todos.

¿Por qué es peligroso imaginarnos a Dios a nuestro capricho o permitir que otros
lo hagan y así nos lo enseñen? ¿Qué podemos hacer para conocer mejor a Dios a
través de Jesús?
* * *

ANTÍFONA DE ENTRADA Gén 1, 1. 27. 31


En el principio creó Dios el cielo y la tierra. Y creó Dios al hombre a su
imagen. Vio Dios todo lo que había hecho y lo encontró muy bueno.

ORACIÓN COLECTA
Señor Dios, que por medio del trabajo humano quisiste someter las fuerzas
de la naturaleza, concede benigno que, dedicados con espíritu cristiano a
nuestras labores, cultivemos una caridad fraterna eficaz, y merezcamos
colaborar al perfeccionamiento de la creación. Por nuestro Señor Jesu-
cristo...

PRIMERA LECTURA
Se le apareció el Señor en una llama que salía de un zarzal.
Del libro del Éxodo: 3,1-6. 9-12

n aquellos días, Moisés pastoreaba el rebaño de su suegro, Jetró, sacer­


E dote de Madián. En cierta ocasión llevó el rebaño más allá del desierto,
hasta el Horeb, el monte de Dios, y el Señor se le apareció en una llama que
salía de un zarzal. Moisés observó con gran asombro que la zarza ardía sin
consumirse y se dijo: “Voy a ver de cerca esa cosa tan extraña, por qué la
zarza no se quema”.
Viendo el Señor que Moisés se había desviado para mirar, lo llamó desde
la zarza: “¡Moisés, Moisés!”. Él respondió: “Aquí estoy”. Le dijo Dios: “¡No
te acerques! Quítate las sandalias, porque el lugar que pisas es tierra sagrada”.
Y añadió: “Yo soy el Dios de tus padres, el Dios de Abraham, el Dios de
Isaac y el Dios de Jacob”.
Entonces Moisés se tapó la cara, porque tuvo miedo de mirar a Dios.
Pero el Señor le dijo: “El clamor de los hijos de Israel ha llegado hasta mí
y he visto cómo los oprimen los egipcios. Ahora, ve a ver al faraón, por­
que yo te envío para que saques de Egipto a mi pueblo, a los hijos de Israel”.
Moisés le dijo entonces a Dios: “¿Quién soy yo para presentarme ante el
faraón y sacar de Egipto a los hijos de Israel?”. El Señor respondió: “Yo
estaré contigo y ésta será la señal de que yo te envío: Cuando hayas sacado
de Egipto a mi pueblo, ustedes darán culto a Dios en este monte”.
Palabra de Dios. R. Te alabamos, Señor.

SALMO RESPONSORIAL Del salmo 102


R El Señor es compasivo y misericordioso.

Bendice al Señor, alma mía, que todo mi ser bendiga su santo nombre. Ben­
dice al Señor, alma mía, y no te olvides de sus beneficios. R.
El Señor perdona tus pecados y cura tus enfermedades; él rescata tu
vida del sepulcro y te colma de amor y de ternura. R.
El Señor hace justicia y le da la razón al oprimido. A Moisés le mostró su
bondad y sus prodigios al pueblo de Israel. R.

19 de julio 99
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Cfr. Mt 11, 25
R. Aleluya, aleluya.
Yo te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has revelado los
misterios del Reino a la gente sencilla. R.

EVANGELIO
Escondiste estas cosas a los sabios y las revelaste a la gente sencilla.
^ Del santo Evangelio según san Mateo: 11, 25-27

E ndeaquel tiempo, Jesús exclamó: “¡Yo te alabo, Padre, Señor del cielo y
la tierra, porque has escondido estas cosas a los sabios y entendi­
dos, y las has revelado a la gente sencilla! Gracias, Padre, porque así te ha
parecido bien.
El Padre ha puesto todas las cosas en mis manos. Nadie conoce al Hijo
sino el Padre, y nadie conoce al Padre sino el Hijo y aquel a quien el Hijo se
lo quiera revelar”.
Palabra del Señor. R. Gloria a ti, Señor Jesús.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS


Recibe, Señor, los dones de tu Iglesia suplicante y concede que, por medio
del trabajo humano que ahora te ofrecemos, merezcamos quedar aso­
ciados a la obra redentora de Cristo. Él, que vive y reina por los siglos de
los siglos.

Prefacio V para los domingos del Tiempo Ordinario.

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Col 3,17


Todo lo que digan y todo lo que hagan, háganlo en el nombre del Señor
Jesús, dándole gracias a Dios Padre, por medio de Cristo.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN


Tú que nos has alimentado con el pan eterno, concédenos también, Señor,
lo necesario para la vida temporal. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Todo lo que sabemos y amamos de Dios ha sido porque él nos


lo ha regalado en la intimidad. Examinarse en temas de humildad
es difícil pero muy necesario, aquí nos jugamos la vida eterna,
pues a través de nuestra pequeñez es como la vida de Dios se
p a r a m e d it a r hace presente y potente en nosotros.

100 I 19 de julio
20 de julio
JUEVES
Feria * Verde

Se sugiere utilizar hoy las oraciones de la Misa por los ministros de la Iglesia, tal
como aparecen en el presente formulario (cfr. Misas para diversas circunstancias,
Misal Romano, p. 1107 [1099]); pero en su lugar pueden utilizarse las del domingo
anterior, las de *san Apolinar (p. 104) o las de cualquier domingo del Tiempo Ordinario.

Acojámonos a Jesús que nos ofrece descanso

Vivimos en la sociedad del cansancio, dicen algunos expertos, y parece


que no les falta razón: la gente vive estresada y hasta enfadada, cansada
pero también desanimada, muy ocupada y bastante desilusionada. De
ahí la importancia de retomar, una vez más, la invitación de Jesús a
c o m e n t a r io que nos aco¡amos a| descanso que nos ofrece. Las fatigas y los sobrecar-
AL EVANGELIO ^ 1 ^ ° f
gos han cambiado pero sus consecuencias (perdida del sentido de la
vida, agresión extrema con uno mismo y con los demás, desánimo para vivir con
dignidad...) siguen siendo semejantes. El descanso que ofrece Jesús, más que tranqui­
lidad es paz, no es aislamiento de la vida real, es involucramiento total en la realidad;
no es indiferencia hacia los demás, es preferencia por aliviar el dolor de quienes más
sufren; su descanso no garantiza la ausencia de problemas sino la fuerza sufi­
ciente para enfrentarlos con dignidad; tampoco nos ofrece un descanso sin esfuerzo,
ese que va de la mano casi siempre de la mediocridad, sino un descanso que sólo
se consigue en la medida en que se es como él, no violento y cordial (manso)
y bien intencionado, siempre dispuesto a hacer el bien (humilde de corazón).

¿En qué nos da esperanza este descanso que nos ofrece Jesús? ¿Qué deberíamos
hacer para participar de él?

* * *

ANTÍFONA DE ENTRADA Cfr. 1 Cor 12, 4-6


Hay diferentes dones, pero el Espíritu es el mismo; hay diferentes servi­
cios, pero el Señor es el mismo; hay diferentes actividades, pero Dios,
que hace todo en todos, es el mismo.

20 de julio 10 1
ORACIÓN COLECTA
Dios nuestro, que enseñaste a los ministros de tu Iglesia a no buscar ser
servidos, sino a servir a sus hermanos, concédeles disponibilidad en la
entrega, mansedumbre en el servicio y perseverancia en la oración. Por
nuestro Señor Jesucristo...

PRIMERA LECTURA
Mi nombre es “Yo-soy”. - “Yo-soy”me envia a ustedes.
Del libro del Éxodo: 3,13-20

n aquel tiempo, Moisés [después de oír la voz del Señor en medio de


E la zarza] le dijo: “Está bien. Me presentaré a los hijos de Israel y les
diré: ‘El Dios de sus padres me envía a ustedes’; pero cuando me pregunten
cuál es su nombre, ¿qué les voy a responder?”.
Dios le contestó a Moisés: “Mi nombre es Yo-soy”; y añadió: “Esto les
dirás a los israelitas: ‘Yo-soy me envía a ustedes’. También les dirás: ‘El
Señor, el Dios de sus padres, el Dios de Abraham, el Dios de Isaac, el Dios
de Jacob, me envía a ustedes. Éste es mi nombre para siempre. Con este
nombre me han de recordar de generación en generación’.
Ve a reunir a los ancianos de Israel y diles: El Señor, el Dios de sus
padres, el Dios de Abraham, de,Isaac y de Jacob, se me apareció y me dijo:
‘Yo he venido a ustedes porque he visto cómo los maltratan en Egipto. He
decidido sacarlos de la esclavitud de Egipto para llevarlos al país de los
cananeos, hititas, amorreos, perezeos, jiveos y yebuseos, a una tierra que
mana leche y miel’.
Los ancianos de Israel escucharán tu voz y tú irás con ellos a ver al
faraón y le dirán: ‘El Señor, el Dios de los hebreos, se nos ha aparecido.
Permítenos caminar tres días por el desierto, para ofrecer sacrificios al
Señor, nuestro Dios’.
Ya sé que el faraón no los dejará ir, si no se ve obligado. Por eso yo exten­
deré mi brazo y azotaré a los egipcios con toda clase de males, y finalmente
el faraón los dejará salir”.
Palabra de Dios. R. Te alabamos, Señor.

SALMO RESPONSORIAL Del salmo 104


R. El Señor nunca olvida sus promesas.

Aclamen al Señor y denle gracias, relaten sus prodigios a los pueblos. Ento­
nen en su honor himnos y cantos, celebren sus portentos. R.

102 20 de julio
Ni aunque transcurran mil generaciones, se olvidará el Señor de sus
promesas, de la alianza pactada con Abraham, del juramento a Isaac, que un
día le hiciera. R.
Dios hizo a su pueblo muy fecundo, más poderoso que sus enemigos.
A éstos les endureció el corazón para que odiaran a su pueblo y le pusie­
ran asechanzas a sus siervos. R.
Pero envió a su siervo, Moisés, y a Aarón, su elegido, a que hicieran con­
tra ellos sus señales anunciadas, sus prodigios en la tierra de Egipto. R.

ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Mt 21, 28


R. Aleluya, aleluya.
Vengan a mí, todos los que están fatigados y agobiados por la carga, y yo les
daré alivio, dice el Señor. R.

EVANGELIO
Soy manso y humilde de corazón.
:=][* Del santo Evangelio según san Mateo: 12, 28-30

n aquel tiempo, Jesús dijo: “Vengan a mí, todos los que están fatiga­
E dos y agobiados por la carga, y yo les daré alivio. Tomen mi yugo
sobre ustedes y aprendan de mí, que soy manso y humilde de corazón,
y encontrarán descanso, porque mi yugo es suave y mi carga, ligera”.
Palabra del Señor. R. Gloria a ti, Señor Jesús.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS


Padre santo, cuyo Hijo quiso lavar los pies de los discípulos para darnos
ejemplo, recibe los dones que te presentamos y haz que, al ofrecernos como
oblación espiritual, podamos crecer en el espíritu de humildad y entrega.
Por Jesucristo, nuestro Señor.

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Le 12, 37


Dichosos aquellos a quienes su señor, al llegar, encuentre en vela. Yo les
aseguro que se recogerá la túnica, los hará sentar a su mesa y él mismo
les servirá.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN


Concede, Señor, a tus siervos, fortalecidos por el alimento y la bebida
celestiales, procurar tu gloria y la salvación de los creyentes, siendo
siempre fieles ministros del Evangelio, de los sacramentos y de la caridad.
Por Jesucristo, nuestro Señor.

20 de julio 103
* * *

*San Apolinar, obispo y mártir (mi), rojo (MR, p. 787 [774]).

Ha sido considerado como el primer obispo de Ravena. Propagó entre los gentiles
las insondables riquezas de Cristo, y se distinguió como buen pastor. Fue martiri­
zado por defender la fe en el Señor.

ORACIÓN COLECTA
Dirige a tus fieles, Señor, por el camino de la salvación eterna, que el obispo
san Apolinar mostró con sus enseñanzas y su martirio, y haz que, por
su intercesión, de tal manera perseveremos en la observancia de tus
mandamientos, que merezcamos ser coronados con él en el cielo. Por
nuestro Señor Jesucristo...

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS


Santifica, Señor, con tu bendición, los dones que te presentamos, para que,
por tu gracia, nos inflamen en aquel fuego de tu amor con el que san Apoli­
nar venció en su cuerpo todos los tormentos. Por Jesucristo, nuestro Señor.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN


Que el santo sacramento que recibimos, Señor, nos comunique aquella for­
taleza de espíritu que hizo a tu mártir san Apolinar fiel en tu servicio y
victorioso en su pasión. Por Jesucristo, nuestro Señor.

El estrés y la depresión son algunos de los males cada vez más


extendidos en la sociedad del siglo XXI. Aprendamos a descan­
sar en Dios, poniendo en él lo que quisimos ser y no pudimos, lo que
no quisimos tener y poseemos, en fin, ¡tanto que traemos atorado
PARA MEDITAR
en el pecho!

104 20 de julio
21 de julio
VIERNES
Feria * Verde

Se sugiere utilizar hoy las oraciones de la Misa por los enfermos, tal como aparecen en el
presente formulario (cfr. Misas para diversas circunstancias, Misal Romano, p. 1156
[1148]); pero en su lugar pueden utilizarse las del domingo anterior, las de *san
Lorenzo de Brindis (p. 108) o las de cualquier domingo del Tiempo Ordinario.

La misericordia da sentido al culto

Tanto el culto como las leyes religiosas, por más importantes que
sean siempre tienen un pero y es que si no están relacionados con
la misericordia no tienen, en lo absoluto, ningún sentido. Qué debió
haber visto y experimentado Jesús que ante la cerrazón de sus con-
a i^ e v a n g e l i o temporáneos, según Mateo, se atrevió a recordar al profeta Oseas
diciendo que deberían entender, de una vez por todas, que Dios pedía
misericordia, no sacrificio (v. 7). Con esto se quería enfatizar, entre otras cosas, que
lo más importante, lo fundamental de la vida de los discípulos, era la compasión.
No es un accesorio secundario, tampoco una práctica opcional: la compasión es
(debería ser) el distintivo fundamental de quien se precie de ser cristiano. Asi­
mismo, que cualquier práctica religiosa no vale por sí misma, su valor lo adquiere en
la medida en que tiene la compasión o la misericordia como punto de partida y
como consecuencia. Desde esta perspectiva, la práctica honesta y permanente de
la misericordia da valor, incluso legitima, nuestra vida cultual; de lo contrario nuestro
culto y prácticas de piedad, no sólo serán inválidos ante Dios sino también inútiles
para nuestro entorno.

¿Cómo son nuestras prácticas religiosas y nuestras acciones cultuales cuando no


están impregnadas de misericordia? ¿Qué podemos hacer para dar a la mise­
ricordia la importancia que nos enseña Jesús?

* * *

21 de julio 105
ANTÍFONA DE ENTRADA Sal 6, 3-4
T e n p ie d a d d e m í, S e ñ o r, p o r q u e d e s fa lle z c o ; s á n a m e , S e ñ o r, p o r q u e m is
h u e s o s s e q u i e b r a n y la e n f e r m e d a d m e a flig e .

ORACIÓN COLECTA
S e ñ o r D io s , q u e q u is is te q u e t u U n ig é n ito c a r g a r a c o n n u e s t r o s s u f r im ie n ­
to s p a r a m o s t r a r n o s e l v a l o r d e la e n f e r m e d a d y la p a c i e n c i a h u m a n a ,
e s c u c h a b e n ig n a m e n te n u e s t r a s s ú p lic a s p o r lo s h e r m a n o s q u e s e h a lla n
e n f e r m o s y c o n c e d e q u e lo s q u e e s t á n a f lig id o s p o r e l d o lo r , la s p e n a s y
la e n f e r m e d a d , n o s ó lo s e s i e n t a n e le g id o s e n t r e a q u e llo s p r o c la m a d o s
d ic h o s o s , s in o ta m b ié n s e p a n q u e e s tá n u n id o s a C ris to e n s u p a s ió n , p a ra
s a lv a c ió n d e l m u n d o . P o r n u e s t r o S e ñ o r J e s u c ris to ...

PRIMERA LECTURA
Al atardecer inmolarán un cordero. Yo veré su sangre y pasaré de largo.
D e l lib ro d e l É x o d o : 1 1 ,1 0 -1 2 ,1 4

n a q u e llo s d ía s , M o is é s y A a r ó n h ic i e r o n m u c h o s p r o d ig io s a n te e l

E fa r a ó n , p e r o e l S e ñ o r e n d u r e c ió e l c o ra z ó n d e l f a r a ó n , q u e n o d e jó
s a l ir d e s u p a ís a lo s h ijo s d e Is ra e l.
E l S e ñ o r le s d ijo a M o is é s y a A a r ó n e n t i e r r a d e E g ip to : “E s te m e s s e r á
p a r a u s te d e s e l p r im e r o d e to d o s lo s m e s e s y e l p r in c ip a l d e l a ñ o . D íg a n le a
t o d a l a c o m u n i d a d d e I s r a e l : ‘E l d í a d i e z d e e s t e m e s t o m a r á c a d a u n o u n
c o r d e r o p o r fa m ilia , u n o p o r c a s a . S i la fa m ilia e s d e m a s ia d o p e q u e ñ a
p a r a c o m é r s e lo , q u e s e j u n t e c o n lo s v e c in o s y e lija u n c o r d e r o a d e c u a d o
a l n ú m e r o d e p e r s o n a s y a la c a n t i d a d q u e c a d a c u a l p u e d a c o m e r . S e r á u n
a n im a l s in d e fe c to , m a c h o , d e u n a ñ o , c o r d e r o o c a b rito .
L o g u a r d a r á n h a s t a e l d ía c a t o r c e d e l m e s , c u a n d o t o d a la c o m u n i d a d d e
lo s h ijo s d e I s r a e l, lo i n m o l a r á a l a t a r d e c e r . T o m a r á n la s a n g r e y r o c i a r á n
la s d o s j a m b a s y e l d i n t e l d e la p u e r t a d e la c a s a d o n d e v a y a n a c o m e r e l c o r ­
d e r o . E s a n o c h e c o m e r á n la c a r n e , a s a d a a fu e g o ; c o m e r á n p a n e s s i n le v a d u r a
y h i e r b a s a m a r g a s . N o c o m e r á n e l c o r d e r o c r u d o o c o c i d o , s i n o a s a d o ; lo
c o m e r á n to d o , t a m b i é n la c a b e z a , la s p a t a s y la s e n t r a ñ a s . N o d e j a r á n n a d a
d e é l p a r a la m a ñ a n a ; lo q u e s o b r e lo q u e m a r á n .
Y c o m e r á n a s í: C o n la c i n t u r a c e ñ id a , la s s a n d a lia s e n lo s p ie s , u n b a s tó n
e n la m a n o y a t o d a p r i s a , p o r q u e e s la P a s c u a , e s d e c ir , e l p a s o d e l S e ñ o r .
Y o p a s a r é e s a n o c h e p o r la t i e r r a d e E g ip to y h e r i r é a t o d o s lo s p r i m o g é ­
n ito s d e l p a ís d e E g ip to , d e s d e lo s h o m b r e s h a s ta lo s g a n a d o s . C a s tig a r é
a to d o s lo s d io s e s d e E g ip to , y o , e l S e ñ o r. L a s a n g r e le s s e r v ir á d e s e ñ a l e n
la s c a s a s d o n d e h a b i t a n u s t e d e s . C u a n d o y o v e a la s a n g r e , p a s a r é d e la r g o
y n o h a b r á e n t r e u s t e d e s p la g a e x te r m i n a d o r a , c u a n d o h i e r a y o la t i e r r a
d e E g ip to .
E s e d ía s e r á p a r a u s t e d e s u n m e m o r i a l y lo c e l e b r a r á n c o m o f i e s t a e n
h o n o r d e l S e ñ o r. D e g e n e ra c ió n e n g e n e ra c ió n c e le b ra rá n e s ta fe s tiv i­
d a d , c o m o i n s t i t u c i ó n p e r p e t u a ’ ”.
P a la b r a d e D io s . R. Te alabamos, Señor.

SALMO RESPONSORIAL Del salmo 115


R. Cumpliré mis promesas al Señor.

¿ C ó m o le p a g a r é a l S e ñ o r to d o e l b ie n q u e m e h a h e c h o ? L e v a n ta r é e l c á liz
d e s a lv a c ió n e in v o c a r é e l n o m b r e d e l S e ñ o r. R
A lo s o jo s d e l S e ñ o r e s m u y p e n o s o q u e m u e r a n s u s a m ig o s . D e la m u e r t e ,
S e ñ o r , m e h a s lib r a d o , a m í, tu e s c la v o e h ijo d e tu e s c la v a . R .
T e o f r e c e r é c o n g r a titu d u n s a c r ific io e in v o c a r é tu n o m b r e . C u m ­
p liré m is p ro m e s a s al S e ñ o r a n te to d o su p u e b lo . R.

ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Tn 10, 27


R. Aleluya, aleluya.
M is o v e ja s e s c u c h a n m i v o z , d ic e e l S e ñ o r ; y o la s c o n o z c o y e lla s m e
s ig u e n . R.

EVANGELIO
El Hijo del hombre también es dueño del sábado.
D e l s a n t o E v a n g e l i o s e g ú n s a n M a t e o : 12,1-8

n s á b a d o , a tr a v e s a b a J e s ú s p o r lo s s e m b r a d o s . L o s d is c íp u lo s , q u e ib a n

E c o n é l, t e n í a n h a m b r e y s e p u s i e r o n a a r r a n c a r e s p ig a s y a c o m e r s e
lo s g r a n o s . C u a n d o lo s f a r is e o s lo s v ie r o n , le d ij e r o n a J e s ú s : “T u s d i s ­
c í p u l o s e s t á n h a c i e n d o a l g o q u e n o e s t á p e r m i t i d o h a c e r e n s á b a d o ”.

21 de julio 107
É l l e s c o n t e s t ó : “¿ N o h a n l e í d o u s t e d e s l o q u e h i z o D a v i d u n a v e z q u e
s i n t i e r o n h a m b r e é l y s u s c o m p a ñ e r o s ? ¿ N o r e c u e r d a n c ó m o e n t r a r o n e n la
c a s a d e D io s y c o m i e r o n lo s p a n e s c o n s a g r a d o s , d e lo s c u a le s n i é l n i s u s
c o m p a ñ e r o s p o d ía n c o m e r , s in o ta n s ó lo lo s s a c e r d o te s ?
¿ T a m p o c o h a n le í d o e n la le y q u e lo s s a c e r d o t e s v i o l a n e l s á b a d o p o r q u e
o f ic ia n e n e l te m p lo y n o p o r e s o c o m e t e n p e c a d o ? P u e s y o d ig o q u e a q u í
h a y a lg u ie n m á s g r a n d e q u e e l te m p lo .
Si u s te d e s c o m p re n d ie ra n el s e n tid o de la s p a la b r a s : Misericordia
quiero y no sacrificios, n o c o n d e n a r í a n a q u ie n e s n o ti e n e n n in g u n a c u lp a .
P o r l o d e m á s , e l H i j o d e l h o m b r e t a m b i é n e s d u e ñ o d e l s á b a d o ”.
P a la b r a d e l S e ñ o r. R. Gloria a ti, Señor Jesús.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS


D io s n u e s tr o , c u y a p r o v id e n c ia d ir ig e c a d a m o m e n to d e n u e s t r a v id a , r e c ib e
la s s ú p lic a s y la s o f r e n d a s c o n q u e i m p lo r a m o s t u m i s e r i c o r d i a e n f a v o r
d e n u e s t r o s h e r m a n o s e n f e r m o s , p a r a q u e la p r e o c u p a c i ó n d e a h o r a p o r s u
e n f e r m e d a d , s e n o s c o n v ie r ta p r o n t o e n g o z o p o r s u s a lu d . P o r J e s u c ris to ,
n u e s tro S e ñ o r.

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Col 1, 24


C o m p l e t o e n m i c a r n e lo q u e f a l ta a la p a s i ó n d e C r is to , p o r e l b i e n d e s u
c u e r p o , q u e e s la I g le s ia .

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN


D io s n u e s t r o , a u x il io in e f a b le e n la e n f e r m e d a d , a y u d a c o n t u p o d e r a e s t o s
h ijo s tu y o s e n f e r m o s , p a ra q u e , a liv ia d o s p o r tu m is e r ic o r d ia , v u e lv a n a
o c u p a r s u l u g a r e n la a s a m b l e a d e t u s f i e le s . P o r J e s u c r i s t o , n u e s t r o S e ñ o r .

***

*San Lorenzo de Brindis, presbítero / doctor de la Iglesia (mi), blanco (MR, p. 788
[775]).

Fue un monje capuchino muy culto y de señaladas cualidades para la acción.


Trabajó en la reforma católica en Europa central y se distinguió como el alma de
la cruzada contra los turcos en Hungría (1559-1619).
ORACIÓN COLECTA
D io s n u e s t r o , q u e p a r a g lo r ia d e t u n o m b r e y s a lv a c ió n d e la s a lm a s d is te a
s a n L o re n z o d e B rin d is , p r e s b íte r o , u n e s p ír itu d e c o n s e jo y fo r ta le z a ,
c o n c é d e n o s , e n e s e m i s m o e s p í r i t u , c o n o c e r lo q u e d e b e m o s h a c e r y , c o n o ­
c ié n d o lo , lle v a r lo a c a b o , p o r s u in te r c e s ió n . P o r n u e s t r o S e ñ o r J e s u c ris to ...

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS


Q u e te s e a a g r a d a b le , D io s n u e s t r o , e l s a c r if ic io q u e a le g r e s t e p r e s e n ta m o s
e n la f i e s t a d e s a n L o r e n z o d e B r in d i s , p o r c u y a s e n s e ñ a n z a s t e a l a b a m o s y
n o s e n t r e g a m o s e n t e r a m e n t e a ti. P o r J e s u c r is to , n u e s t r o S e ñ o r .

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN


A q u ie n e s a lim e n ta s c o n C ris to , p a n d e v id a , in s tr ú y e n o s . S e ñ o r, p o r C ris to ,
v e r d a d e r o m a e s t r o , p a r a q u e e n la f e s tiv i d a d d e s a n L o r e n z o d e B r in d is
a p r e n d a m o s t u v e r d a d y la l l e v e m o s a la p r á c t i c a e n la c a r i d a d . P o r J e s u ­
c ris to , n u e s tr o S e ñ o r.

Cuando Jesús dice que no importa si es “sábado” para cortar


espigas y comer, confiesa que tiene autoridad para dar plenitud
a lo que se puede y no se puede hacer un día santo. Cuando
nos tomamos fuerte de la mano de Jesús, comprendemos que los
PARA MEDITAR
días y los lugares santos lo son porque ahí se puede amar a
Dios.

21 de julio 109
2 2 d e julio
S ábado
SANTA MARÍA MAGDALENA
Fiesta * Blanco

María de Magdala, pecadora perdonada por Jesús, se dedicó a servirlo con todo su
amor. Cuando los Apóstoles huyeron, ella se mantuvo firme al pie de la cruz del Señor,
junto con la santísima Virgen, Juan y algunas otras mujeres. Jesús recompensó la fideli­
dad de Magdalena apareciéndosele especialmente la mañana del domingo de Pascua
y encargándole que les comunicara a sus discípulos el mensaje de la resurrección.

Para valorar más a las mujeres

A las mujeres, como sociedad, como familia y como Iglesia, todavía les
seguimos debiendo; mucho sufrimiento les hemos provocado al
menospreciarlas y mucho daño nos hemos ocasionado al desaprove­
char su valiosa presencia en determinados espacios y lugares. De ahí
COM ENTARIO que valga la pena recuperar, desde el evangelio de hoy, un par de
AL EVANGELIO
actitudes: por un lado, su calidad de téstigos; es muy significativo
que aun cuando en la antigüedad la mayoría de las mujeres no podía actuar jurídi­
camente como testigos, el Señor Resucitado las escoge como las primeras porta­
doras del gran acontecimiento de la Resurrección (Jn 20, 1.9-10. II); con esto, les
daba voz propia. Por otro, según la dinámica narrativa de Juan, María Magdalena
es presentada como prototipo de discípulo: aunque piensa que Jesús está muerto,
no se da por vencida ante el sepulcro vacío, reconoce al resucitado, lo experimenta
y se convierte en la mensajera de esta buena noticia. No hay duda, el Resucitado les
devuelve la palabra que nunca tenían que haber perdido y les recupera el protago­
nismo discipular que nunca les tendrá que ser arrebatado.

¿En qué nos hace reflexionar este mensaje respecto del menosprecio que sufren
muchas mujeres en nuestra sociedad y en nuestra familia, incluso en nuestra Iglesia?
¿Qué podemos hacer para valorarlas más, aprender de ellas y seguir su ejemplo?

***

ANTÍFONA DE ENTRADA Jn 20, 17


D ijo J e s ú s a M a r ía M a g d a le n a : V e a m is h e r m a n o s y d ile s : S u b o a m i P a d r e
y s u P a d r e , a m i D io s y s u D io s .

110 22 de julio
Se dice Gloria.

ORACIÓN COLECTA
Dios nuestro, que quisiste que santa María Magdalena fuera la primera en
recibir de tu Unigénito el encargo de anunciar el gozo pascual, concéde­
nos por su intercesión que, siguiendo su ejemplo, anunciemos a Cristo
resucitado y merezcamos contemplarlo reinando en el cielo. Él, que vive
y reina contigo...

PRIMERA LECTURA
Ya no juzgamos a Cristo con criterios humanos.
De la segunda carta del apóstol san Pablo a los corintios: 5 ,14-17

ermanos: El amor de Cristo nos apremia, al pensar que si uno


H murió por todos, todos murieron. Cristo murió por todos para que
los que viven ya no vivan para sí mismos, sino para aquel que murió y
resucitó por ellos.
Por eso nosotros ya no juzgamos a nadie con criterios humanos. Si
alguna vez hemos juzgado a Cristo con tales criterios, ahora ya no lo hace­
mos. El que vive según Cristo es una creatura nueva; para él todo lo viejo ha
pasado; ya todo es nuevo.
Palabra de Dios. R. Te alabamos, Señor.

SALMO RESPONSORIAL Del salmo 62


R. Señor, mi alma tiene sed de ti.

Señor, tú eres mi Dios, a ti te busco; de ti sedienta está mi alma. Señor, todo


mi ser te añora, como el suelo reseco añora el agua. R.
Para admirar tu gloria y tu poder, anhelo contemplarte en el santuario.
Pues mejor es tu amor que la existencia; siempre, Señor, te alabarán mis
labios. R
Podré así bendecirte mientras viva y levantar en oración mis manos. De
lo mejor se saciará mi alma; te alabaré con júbilo en los labios. R.
Fuiste mi auxilio y a tu sombra, canté lleno de gozo. A ti se adhiere mi
alma y tu diestra me da seguro apoyo. R.

22 de julio ||||
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO
R. Aleluya, aleluya.
¿Qué has visto de camino, María, en la mañana? A mi Señor glorioso, la
tumba abandonada. R.

EVANGELIO
Mujer, ¿por qué estás llorando? ¿A quién buscas?
Del santo Evangelio según san Juan: 20,1-2.11-18

l primer día después del sábado, estando todavía oscuro, fue María
E Magdalena al sepulcro y vio removida la piedra que lo cerraba. Echó a
correr, llegó a la casa donde estaban Simón Pedro y el otro discípulo, a quien
Jesús amaba, y les dijo: “Se han llevado del sepulcro al Señor y no sabemos
dónde lo habrán puesto”.
María se había quedado llorando junto al sepulcro de Jesús. Sin dejar de
llorar, se asomó al sepulcro y vio dos ángeles vestidos de blanco, sentados
en el lugar donde había estado el cuerpo de Jesús, uno en la cabecera y el
otro junto a los pies. Los ángeles le preguntaron: “¿Por qué estás llorando,
mujer?”. Ella les contestó: “Porque se han llevado a mi Señor y no sé dónde
lo habrán puesto”.
Dicho esto, miró hacia atrás y vio a Jesús de pie, pero no sabía que era
Jesús. Entonces él le dijo: “Mujer, ¿por qué estás llorando? ¿A quién bus­
cas?”. Ella, creyendo que era el jardinero, le respondió: “Señor, si tú te lo
llevaste, dime dónde lo has puesto”. Jesús le dijo: “¡María!”. Ella se volvió y
exclamó: “¡Rabbuní!”, que en hebreo significa ‘maestro’. Jesús le dijo: “No
me retengas, porque todavía no he subido al Padre. Ve a decir a mis herma­
nos: ‘Subo a mi Padre y su Padre, a mi Dios y su Dios’”.
María Magdalena se fue a ver a los discípulos y les anunció: “¡He visto al
Señor!”, y les contó lo que Jesús le había dicho.
Palabra del Señor. R. Gloría a ti, Señor Jesús.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS


Acepta, Señor, los dones que te presentamos en la conmemoración de santa
María Magdalena, con el mismo agrado con el que tu Unigénito aceptó su
homenaje de amor. Él, que vive y reina por los siglos de los siglos.
PREFACIO
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación, aclamarte
siempre, Padre todopoderoso, grande en misericordia no menos que en
poder, por Cristo, Señor nuestro.
Él se apareció en el huerto a María Magdalena: la que lo había amado
cuando vivía, lo había visto morir en la cruz, lo había buscado en el sepul­
cro donde yacía, y había sido la primera en adorarlo al resucitar de entre
los muertos; a ella le confirió el oficio de ser apóstol para los mismos após­
toles, para que la buena noticia de la vida nueva se anunciara hasta los
confines de la tierra.
Por eso, Señor, también nosotros, llenos de alegría, te aclamamos con
los ángeles y los santos, diciendo: Santo, Santo, Santo...

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN 2 Cor 5 , 14.15


El amor de Cristo nos apremia a que no vivamos para nosotros mismos,
sino sólo para él, que por nosotros murió y resucitó.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN


Señor, que la santa recepción de tu sacramento, infunda en nosotros aquel
amor perseverante con el que santa María Magdalena estuvo siempre unida
a Cristo, su maestro. Él, que vive y reina por los siglos de los siglos.
Una mujer fue la primera misionera, la primera en comunicar
la alegría gozosa y desconcertante de la Resurrección de
Cristo. Estamos hablando de santa María Magdalena, a quien hoy
celebramos. La jornada de hoy la dedicaremos a todas esas muje­
PARA MEDITAR
res de nuestro entorno que
n
desgastan su vida al servicio del
o
Evangelio.

LITURGIA DE LAS HORAS


Vísperas I del domingo: 4asemana del Salterio.
Tomo III:pp. 1151 y 571;para los peles:pp. 722 y 406;
edición popular:pp. 289 y 472 (480*).

* A partir de la edición 2016 de letra grande.

22 de julio I I3
23 de julio
XVI DOMINGO DEL TIEM PO ORDINARIO
Verde

Nuestra fuerza está en ser fermento

Nos agrada pertenecer a grupos fuertes y pode­


rosos; también nos entusiasma que nuestro
grupo siempre sea el triunfador y que posea la
verdad total ante los demás; sin embargo, esto
que a muchos nos puede parecer de lo más nor­
mal, a Jesús le pareció un comportamiento total­
mente equivocado. De ahí que, cuando quiso
enseñar a sus discípulos algunos de los desa­
fíos para adoptar su proyecto del Reino de Dios
les precisó que ellos tenían que ser fermento.
Aquellos primeros seguidores de Jesús estaban
acostumbrados a ver presencias groseras, deni-
"EJ sem b ra d o r d e la buena grantes 7 aplastantes no sólo en sus gober-
sem illa es el Hijo del hom bre, nantes sino también en m uchos dirigentes
el ca m p o e s el m u n d o ...’’.
religiosos que pretendían mas que influir
manipular, no querían estar presentes en la
sociedad sino hacer notar su poder; por eso, Jesús insiste en que, si ellos quieren cons­
truir el Reino, deben presentarse como levadura, es decir, ser elementos discretos pero
efectivos, fuertes pero benévolos. Esta disponibilidad para ser fermento en la sociedad
va de la mano con la sencillez como una actitud siempre cordial y pacífica, contra­
puesta a la espectacularidad que casi siem pre conlleva cierto tipo de violencia.
Ambas actitudes, la disponibilidad para ser fermento y la convicción de ser senci­
llos, no implican necesariamente ser ingenuos: hay que reconocer que existe el bien y
el mal en el mundo, com o la cizaña y el trigo en un sembradío; pero tampoco se
deben hacer juicios inadecuados, condenas injustas y prejuicios eternos. Los discípu­
los de Jesús podían hacer un juicio de alguien, pero sin dar una condena definitiva, esa
sólo correspondía a Dios. Todas estas actitudes a aquellos primeros cristianos les
restaba poder ante los demás, pero crecían en autoridad; los hacia parecer débiles, pero
no necesariamente enclenques, les restaba espectacularidad, pero no eficacia.
¿De qué manera nos hacemos notar en nuestra familia y en nuestra sociedad quie­
nes nos decim os cristianos? ¿Qué podem os hacer para que nuestra comunidad
cristiana se haga notar en la sociedad, pero de manera adecuada?

| |4 23 de julio
ANTÍFONA DE ENTRADA Sal 53, 6. 8
El Señor es mi auxilio y el único apoyo en mi vida. Te ofreceré de corazón
un sacrificio y daré gracias a tu nombre, Señor, porque eres bueno.

Se dice Gloria

ORACIÓN COLECTA
Sé propicio, Señor, con tus siervos y multiplica, bondadoso, sobre ellos los
dones de tu gracia, para que, fervorosos en la fe, la esperanza y la caridad,
perseveren siempre fieles en el cumplimiento de tus mandatos. Por nues­
tro Señor Jesucristo...

La primera lectura nos habla de la actitud misericordiosa de Dios


para con nosotros.
M ON ICIÓ N

PRIMERA LECTURA
Al pecador le das tiempo para que se arrepienta.
Del libro de la Sabiduría: 12, 13.16-19

o hay más Dios que tú, Señor, que cuidas de todas las cosas. No
N hay nadie a quien tengas que rendirle cuentas de la justicia de tus
sentencias. Tu poder es el fundamento de tu justicia, y por ser el Señor de
todos, eres misericordioso con todos.
Tú muestras tu fuerza a los que dudan de tu poder soberano y casti­
gas a quienes, conociéndolo, te desafían. Siendo tú el dueño de la fuerza,
juzgas con misericordia y nos gobiernas con delicadeza, porque tienes el
poder y lo usas cuando quieres.
Con todo esto has enseñado a tu pueblo que el justo debe ser humano,
y has llenado a tus hijos de una dulce esperanza, ya que al pecador le das
tiempo para que se arrepienta.
Palabra de Dios. R. Te alabamos, Señor.

SALMO RESPONSORIAL Del salmo 85

Tú, Se • ñor, e - res bue - no_y ele - men - te.

23 de julio | 115
R. Tú, Señor, eres bueno y clemente.
Puesto que eres, Señor, bueno y clemente y todo amor con quien tu nombre
invoca, escucha mi oración y a mi súplica da respuesta pronta. R.
Señor, todos los pueblos vendrán para adorarte y darte gloria, pues sólo
tú eres Dios, y tus obras, Señor, son portentosas. R.
Dios entrañablemente compasivo, todo amor y lealtad, lento a la cólera,
ten compasión de mí, pues clamo a ti, Señor, a toda hora. R.

San Pablo nos habla de la alegría de tener dentro de nosotros al


Espíritu Santo.
M ONICIÓN

SEGUNDA LECTURA
El Espíritu intercede por nosotros con gemidos que no pueden expresarse con palabras.
De la carta del apóstol san Pablo a los romanos: 8, 26-27

ermanos: El Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad, porque nosotros


H no sabemos pedir lo que nos conviene; pero el Espíritu mismo in ter­
cede por nosotros con gemidos que no pueden expresarse con palabras. Y
Dios, que conoce profundamente los corazones, sabe lo que el Espíritu
quiere decir, porque el Espíritu ruega conforme a la voluntad de Dios, por
los que le pertenecen.
Palabra de Dios. R. Te alabamos, Señor.

ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO C/r. Mt 11, 25


B.P. 1258 - Sosa D G Em A7 D

A-le - lu - ya, a - le - lu - ya.

R. Aleluya, aleluya.
Yo te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has revelado los
misterios del Reino a la gente sencilla. R.

Dios no castiga inmediatamente a los que obran el mal, y no es


porque su amor impida que entre en funciones su justicia, sino por­
que él espera con paciencia que cada uno tenga la oportunidad de
M ONICIÓN
convertirse a él. ¿Qué queremos ser, buena semilla o cizaña?

I 16 23 de julio
EVANGELIO
Dejen que crezcan juntos hasta el tiem po de la cosecha.
¿jfí Del santo Evangelio según san Mateo: 1 3 , 2 4 - 4 3

n aquel tiempo, Jesús propuso esta parábola a la muchedumbre: “El


E Reino de los cielos se parece a un hombre que sembró buena semilla
en su campo; pero mientras los trabajadores dormían, llegó un enemigo del
dueño, sembró cizaña entre el trigo y se marchó. Cuando crecieron las
plantas y se empezaba a formar la espiga, apareció también la cizaña.
Entonces los trabajadores fueron a decirle al amo: ‘Señor, ¿qué no sem­
braste buena semilla en tu campo? ¿De dónde, pues, salió esta cizaña?’. El
amo les respondió: ‘De seguro lo hizo un enemigo mío’. Ellos le dijeron:
‘¿Quieres que vayamos a arrancarla?’. Pero él les contestó: ‘No. No sea que
al arrancar la cizaña, arranquen también el trigo. Dejen que crezcan juntos
hasta el tiempo de la cosecha y, cuando llegue la cosecha, diré a los segado­
res: Arranquen primero la cizaña y átenla en gavillas para quemarla, y luego
almacenen el trigo en mi granero’”.
Luego les propuso esta otra parábola: “El Reino de los cielos es seme­
jante a la semilla de mostaza que un hombre siembra en un huerto. Cierta­
mente es la más pequeña de todas las semillas, pero cuando crece, llega a
ser más grande que las hortalizas y se convierte en un arbusto, de manera
que los pájaros vienen y hacen su nido en las ramas”.
Les dijo también otra parábola: “El Reino de los cielos se parece a un
poco de levadura que tomó una mujer y la mezcló con tres medidas de
harina, y toda la masa acabó por fermentar”.
Jesús decía a la muchedumbre todas estas cosas con parábolas, y sin
parábolas nada les decía, para que se cumpliera lo que dijo el profeta: Abriré
mi boca y les hablaré con parábolas; anunciaré lo que estaba oculto
desde la creación del mundo.
Luego despidió a la multitud y se fue a su casa. Entonces se le acercaron
sus discípulos y le dijeron: “Explícanos la parábola de la cizaña sembrada
en el campo”.
Jesús les contestó: “El sembrador de la buena semilla es el Hijo del hom­
bre, el campo es el mundo, la buena semilla son los ciudadanos del Reino,
la cizaña son los partidarios del maligno, el enemigo que la siembra es
el diablo, el tiempo de la cosecha es el fin del mundo, y los segadores
son los ángeles.

23 de julio | ||7
Y así como recogen la cizaña y la queman en el fuego, así sucederá al fin
del mundo: el Hijo del hombre enviará a sus ángeles para que arranquen de
su Reino a todos los que inducen a otros al pecado y a todos los malvados,
y los arrojen en el horno encendido. Allí será el llanto y la desesperación.
Entonces los justos brillarán como el sol en el Reino de su Padre. El que tenga
oídos, que oiga”.
Palabra del Señor. R. G lo ría a ti, S e ñ o r Jesús.

Se dice Credo.

PLEGARIA UNIVERSAL
Presentemos nuestras plegarias al Padre. Él es la fuente de todo bien, él nos
ama y nos acompaña en nuestro camino.
Después de cada petición diremos: Padre, escúchanos,
t Por la paz y concordia de las Iglesias, por la unión de todos los cris­
tianos y por la salvación de nuestras almas. Oremos,
t Por los gobernantes de nuestro país y de todos los países. Oremos,
t Por los que están lejos de casa, por los enfermos y los encarcelados
y por todos los que sufren. Oremos,
t Por los enfermos y ancianos. Oremos.
t Por nuestra comunidad reunida en la fe, la piedad y el temor de Dios,
por los que hacen el bien a nuestra parroquia y por los que ayudan a
los pobres. Oremos.
Que nos sostenga, Señor, la fuerza y la paciencia de tu amor, para que la
palabra evangélica fructifique en nosotros, y se refuerce nuestra esperanza
en el retorno glorioso de Cristo. Él, que vive y reina por los siglos de los
siglos.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS


Dios nuestro, que con la perfección de un único sacrificio pusiste fin a la
diversidad de sacrificios de la antigua ley, recibe las ofrendas de tus fieles,
y santifícalas como bendijiste la ofrenda de Abel, para que aquello que cada
uno te ofrece en honor de tu gloria, sea de provecho para la salvación de
todos. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Prefacio para los domingos del Tiempo Ordinario.

| |8 23 de julio
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Sal 110, 4-5
Ha hecho maravillas memorables, el Señor es piadoso y clemente; él da
alimento a sus fieles.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN


Señor, muéstrate benigno con tu pueblo, y, ya que te dignaste alimentarlo
con los misterios celestiales, hazlo pasar de su antigua condición de pecado
a una vida nueva. Por Jesucristo, nuestro Señor.

23 de julio 119
SER BUENA SEMILLA
Y EVITAR SER CIZAÑA

Si queremos ser “buena semilla” nadie se pierda, sino que todos


tenemos que estar en el equipo de lo conozcamos y alcancemos la
Dios y procurar hacer su voluntad. salvación.

M La mayoría de los partidarios El Señor ha dicho que de nada


del maligno, que son simboliza­ serviría ganar el mundo entero
dos con la “cizaña”, hacen el si perdemos nuestra alma (ver
mal porque viven engañados. Mt 16,26).

Dios permite que tanto buenos M Si alguien persiste en hacer el


como malos crezcamos jun­ mal, finalmente se perjudica a
tos, porque él no quiere que sí mismo.

El S e ñ o r h oy n o s d a tie m p o
p a r a d e ja r d e h a c e r el mal
y p o n e r n o s a h a c e r el bien.
¡Hay q u e a p ro v e c h a rlo !

120 23 de julio
24 de julio
LUNES
Feria * Verde

Se sugiere utilizar hoy las oraciones de la Misa por los religiosos, tal como aparecen en
el presente formulario (cfr. Misas para diversas circunstancias, Misal Romano, p. 1114
[1106]); pero en su lugar pueden utilizarse las del domingo anterior, las de *san
Chárbel Makhlüf (p. 124) o las de cualquier domingo del Tiempo Ordinario.

Quien pretende manipular a Dios es malvado

Hay un tipo de maldad que daña mucho y que reconocemos poco


quienes pertenecemos a algún grupo religioso y es aquella que surge
a consecuencia de pretender manipular a Dios a nuestro antojo.
Mateo da cuenta de esto presentando cómo los escribas y fari-
COM ENTARIO
a l e v a n g e l io seos P ^ 11a Jesús un s¡gno-no porque quieren creer en él, pues ya
de antemano lo acusaban de que lo que hacía era por el mismo
Príncipe de los demonios (v. 24), sino porque quieren evidenciar que ellos tie­
nen el control sobre él o porque pretenden evidenciarlo como alguien en con­
tra de Dios. Esto les vale una de las acusaciones más fuertes que hace Jesús en
el evangelio llamándolos “gente malvada e infiel” (v. 39), lo cual significa que son
generadores de mal y que son traicioneros. Cuando alguien pretende adueñarse
de Dios y se comporta como si fuera su dueño, provoca daños irreversibles en
las personas y en las comunidades; más aún, cuando alguien se cree capaz hasta de
manipular a Dios -aun cuando sea imposible lograrlo- no merece confianza, sea
quien sea.

¿Pretendemos manipular a Dios? ¿En qué se nota que algunas personas quieren,
en variadas ocasiones, adueñarse de Dios y manipularlo? ¿Qué podemos hacer para
no caer en esa tentación?

* * *

ANTÍFONA DE ENTRADA Sal 36, 3-4


Pon tu esperanza en Dios, practica el bien y vivirás tranquilo en esta tierra.
Busca en él tu alegría y te dará el Señor cuanto deseas.

24 de julio 12 I
ORACIÓN COLECTA
Señor Dios, que inspiras y llevas a término todo buen propósito, conduce a
tus hijos por el camino de la salvación eterna y haz que quienes, deján­
dolo todo, se consagraron totalmente a ti siguiendo a Cristo y renunciando
a lo mundano, en espíritu de pobreza y humildad de corazón te sirvan fiel­
mente a ti y a sus hermanos. Por nuestro Señor Jesucristo...

PRIMERA LECTURA
Cuando me haya cubierto de gloria a expensas del faraón, sabrán que yo soy el Señor.
Del libro del Éxodo: 14, 5-18

n aquellos días, cuando le avisaron al faraón que los israelitas habían


E escapado, el faraón y sus servidores cambiaron de parecer con respecto
al pueblo de Israel y exclamaron: “¿Qué hemos hecho? Hemos dejado esca­
par a nuestros esclavos israelitas”. Entonces el faraón mandó enganchar
su carro y llevó consigo sus tropas: seiscientos carros escogidos y todos
los carros de Egipto, cada uno con sus respectivos guerreros.
El Señor endureció el corazón del faraón, rey de Egipto, para que persi­
guiera a los hijos de Israel, mientras éstos se alejaban jubilosos. Los egip­
cios los persiguieron con todo un ejército de caballos, carros y guerreros, y
les dieron alcance, mientras acampaban junto al mar, cerca de Pi-ha-Jirot,
frente a Baal-Sefón.
Al acercarse el faraón, los hijos de Israel alzaron sus ojos, y viendo que
los egipcios los perseguían, tuvieron miedo, clamaron al Señor y le dijeron
a Moisés: “¿Acaso no había sepulturas en Egipto, para que nos trajeras a
morir en el desierto? ¿Para qué nos sacaste de Egipto? ¿No te dijimos clara­
mente allá: ‘Déjanos en paz; queremos servir a los egipcios’? Pues más
vale servir a los egipcios que morir en el desierto”.
Moisés le contestó al pueblo: “No teman; permanezcan firmes y verán
la victoria que el Señor les va a conceder hoy. Los egipcios que ven ahora,
no los volverán a ver nunca. El Señor peleará por ustedes, y ustedes no
tendrán que preocuparse por nada”.
Entonces el Señor le dijo a Moisés: “¿Por qué sigues clamando a mí?
Diles a los israelitas que se pongan en marcha. Y tú, alza tu bastón, extiende
tu mano sobre el mar y divídelo, para que los israelitas entren en el mar sin
mojarse. Yo voy a endurecer el corazón de los egipcios para que los persi­
gan, y me cubriré de gloria a expensas del faraón y de todo su ejército, de

I22 24 de julio
sus carros y jinetes. Cuando me haya cubierto de gloria a expensas del
faraón, de sus carros y jinetes, los egipcios sabrán que yo soy el Señor”.
Palabra de Dios. R. Te alabamos, Señor.

SALMO RESPONSORIAL Éxodo 15


R. Alabemos al Señor por su victoria.

Cantemos al Señor, sublime es su victoria: caballos y jinetes arrojó en el


mar. Mi fortaleza y mi canto es el Señor, él es mi salvación; él es mi Dios, y
yo lo alabaré, es el Dios de mis padres, y yo le cantaré. R.
El Señor es un guerrero, su nombre es el Señor. Precipitó en el mar los
carros del faraón y a sus guerreros; ahogó en el Mar Rojo a sus mejores capi­
tanes. R.
Las olas los cubrieron, cayeron hasta el fondo, como piedras. Señor, tu
diestra brilla por su fuerza, tu diestra, Señor, tritura al enemigo. R.

ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Cfr. Sal 94, 8


R. Aleluya, aleluya.
Hagámosle caso al Señor, que nos dice: “No endurezcan su corazón”. R.

EVANGELIO
La reina del sur se levantará el día del juicio contra esta generación.
Del santo Evangelio según san Mateo: 12, 38-42

n aquel tiempo, le dijeron a Jesús algunos escribas y fariseos: “Maes­


E tro, queremos verte hacer una señal prodigiosa”. Él les respondió:
“Esta gente malvada e infiel está reclamando una señal, pero la única
señal que se le dará, será la del profeta Jonás. Pues de la misma manera que
Jonás estuvo tres días y tres noches en el vientre de la ballena, así tam­
bién el Hijo del hombre estará tres días y tres noches en el seno de la tierra.
Los habitantes de Nínive se levantarán el día del juicio contra esta gente
y la condenarán, porque ellos se convirtieron con la predicación de Jonás, y
aquí hay alguien más grande que Jonás.
La reina del sur se levantará el día del juicio contra esta gente y la con­
denará, porque ella vino de los últimos rincones de la tierra a oír la sabidu­
ría de Salomón, y aquí hay alguien más grande que Salomón”.
Palabra del Señor. R. Gloria a ti, Señor Jesús.

24 de julio | I23
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Por estos santos dones que te presentamos, santifica, Señor, a tus siervos
que has congregado en tu nombre, a fin de que, cumpliendo con fidelidad
sus votos, te sirvan con un corazón sincero. Por Jesucristo, nuestro Señor.

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN 1 Re 19, 7


El ángel del Señor dijo a Elias: Levántate y come, porque aún te queda un
largo camino.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN


A quienes tu amor ha congregado y hecho partícipes de un mismo pan, con­
cédeles, Señor, ayudarse y animarse mutuamente en la práctica de la cari­
dad y de las buenas obras, para que, con una vida santa, den en todas partes
testimonio eficaz de Jesucristo. Él, que vive y reina por los siglos de los
siglos.
***

*Son Chárbel Makhlüf, presbítero (mi), blanco (MR, p. 790 [777]).

Nació en Líbano, en 1828. Perteneció a la Orden de los Maronitas Libaneses. En el


desierto sirvió a Dios día y noche, viviendo con gran austeridad, ayunando y orando.
Murió el 24 de diciembre de 1898.

ORACIÓN COLECTA
Dios nuestro, que llamaste al presbítero san Chárbel Makhlüf al extraordi­
nario combate espiritual del desierto, y lo enriqueciste con una piedad
admirable, concédenos que, transformados en imitadores de la pasión del
Señor, merezcamos ser partícipes de su reino. Por nuestro Señor Jesucristo...

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS


Te pedimos, Señor, que recibas este sacrificio que te ofrecemos por la sal­
vación de tu pueblo, por el cual podamos, con la intercesión de san Chárbel
Makhlüf, no sólo apartarnos de las seducciones del pecado, sino también
formar parte de la asamblea de los santos en el cielo. Por Jesucristo, nues­
tro Señor.

124 I 24 de julio
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Concede, Señor Dios nuestro, que, amparados bajo la protección de san
Chárbel Makhlüf, por virtud de este sacramento, regalo de tu sabiduría, viva­
mos con justa moderación. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Es cierto que más de una vez nos hemos quejado diciendo que
“los tiempos de antes eran mejores para hacer el bien”. Ayer
parece que había menos adicciones y menos desenfreno; sin
embargo, también es cierto que hoy gozamos de mayores herra­
PARA MEDITAR
mientas para estar comunicados y darnos mucho amor a pesar de
las distancias.

25 de julio
M artes
SANTIAGO, APÓSTOL
Fiesta * Rojo

Santiago, hijo de Zebedeo, era hermano de Juan y compañero de Pedro y Andrés. Antes
de seguir el llamamiento de Jesús, que los convirtió en sus Apóstoles, estos pescado­
res del lago de Genesaret se habían acercado a Juan el Bautista para escucharlo. Junto
con Pedro y con Juan, Santiago fue testigo de la transfiguración y de la agonía del Señor.
El año 43 o 44, Herodes Agripa I lo mandó decapitar.

¿Buscamos el poder?

Alguien puede enseñarnos directamente con su buen ejemplo;


pero también podemos aprender de él, aun a pesar suyo, de sus defec­
tos; esto fue considerado por Mateo cuando, al presentar el caso de
Santiago y Juan enfermos de poder, quería dar a entender a sus comu­
COM ENTARIO
AL EVANGELIO
nidades que en eso no los imitaran y fueran fieles a la enseñanza
de Jesús haciendo precisamente lo contrario a lo que habían hecho
aquellos hermanos. Buscar el poder a costa de lo que sea, incluso simulando
buenas intenciones y falsificando razones, no es correcto; pues si la búsqueda de
poder corrompe en el ámbito social o político, en el campo religioso dicha
búsqueda corrompe absolutamente, pues a los falsos razonamientos sociales se
le agregan las falsas justificaciones religiosas. Mucho menos es correcto buscar
intercesores, padrinos o madrinas, como lo evidencia Mateo al presentar a la propia

25 de julio i 125
madre tratando de interceder por ellos ante Jesús para conseguir el poder;
cuando se cae en esto el nepotismo crece, la corrupción se agudiza y la impuni­
dad termina normalizándose. Nadie escapa de esta tentación, ni siquiera los más
cercanos a Jesús, más aún, a veces esta cercanía se convierte en un pretexto para
buscar el poder a cualquier costo.

¿Cómo se da la búsqueda de poder en nuestros ambientes? ¿Qué debemos


hacer para evitar cualquier tipo de poder por pequeño o grande que sea?

***

ANTÍFONA DE ENTRADA Cfr. Mt 4,18. 21


Caminando Jesús por la ribera del mar de Galilea, vio a Santiago y a su her­
mano Juan, hijos de Zebedeo, que estaban remendando sus redes, y los
llamó.

Se dice Gloria

ORACIÓN COLECTA
Dios todopoderoso y eterno, que consagraste las primicias de la predica­
ción apostólica con la sangre del apóstol Santiago, concede a tu Iglesia que­
dar fortalecida por su martirio y amparada siempre con su protección. Por
nuestro Señor Jesucristo...

PRIMERA LECTURA
Llevamos siempre la muerte de Jesús en nuestro cuerpo.
De la segunda carta del apóstol san Pablo a los corintios: 4, 7-15

ermanos: Llevamos este tesoro en vasijas de barro, para que se vea


H que esta fuerza tan extraordinaria proviene de Dios y no de noso­
tros mismos. Por eso sufrimos toda clase de pruebas, pero no nos angus­
tiamos. Nos abruman las preocupaciones, pero no nos desesperam os.
Nos vemos perseguidos, pero no desamparados; derribados, pero no ven­
cidos.
Llevamos siempre y por todas partes la muerte de Jesús en nuestro
cuerpo, para que en este mismo cuerpo se manifieste también la vida de
Jesús. Nuestra vida es un continuo estar expuestos a la muerte por causa
de Jesús, para que también la vida de Jesús se manifieste en nuestra carne
mortal. De modo que la muerte actúa en nosotros, y en ustedes, la vida.
Y como poseemos el mismo espíritu de fe que se expresa en aquel texto
de la Escritura: Creo, por eso hablo, también nosotros creemos y por
eso hablamos, sabiendo que aquel que resucitó a Jesús nos resucitará
también a nosotros con Jesús y nos colocará a su lado con ustedes. Y todo
esto es para bien de ustedes de manera que, al extenderse la gracia a más y
más personas, se multiplique la acción de gracias para gloria de Dios.
Palabra de Dios. R. Te alabamos, Señor.

SALMO RESPONSORIAL Del salmo 125


R. Entre gritos de júbilo cosecharán aquellos que siembran con dolor.

Cuando el Señor nos hizo volver del cautiverio, creíamos soñar; entonces no
cesaba de reír nuestra boca, ni se cansaba entonces la lengua de cantar. R.
Aun los mismos paganos con asombro decían: “¡Grandes cosas ha
hecho por ellos el Señor!”. Y estábamos alegres, pues ha hecho gran­
des cosas por su pueblo el Señor. R.
Como cambian los ríos la suerte del desierto, cambia también ahora
nuestra suerte, Señor, y entre gritos de júbilo cosecharán aquellos que siem­
bran con dolor. R.
Al ir, iban llorando, cargando la semilla; al regresar, cantando vendrán
con sus gavillas. R.

ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO C/r. Jn 15,16


R. Aleluya, aleluya.
Yo los he elegido del mundo, dice el Señor, para que vayan y den fruto y su
fruto permanezca. R.

EVANGELIO
Beberán mi cáliz.
Del santo Evangelio según san Mateo: 20, 20-28

n aquel tiempo, se acercó a Jesús la madre de los hijos de Zebedeo,


E junto con ellos, y se postró para hacerle una petición. Él le pre­
guntó: “¿Qué deseas?”. Ella respondió: “Concédeme que estos dos hijos
míos se sienten, uno a tu derecha y el otro a tu izquierda, en tu Reino”. Pero
Jesús replicó: “No saben ustedes lo que piden. ¿Podrán beber el cáliz que yo

25 de julio | 127
he de beber?”. Ellos contestaron: “Sí podemos”. Y él les dijo: “Beberán
mi cáliz; pero eso de sentarse a mi derecha o a mi izquierda no me toca a mí
concederlo; es para quien mi Padre lo tiene reservado”.
Al oír aquello, los otros diez discípulos se indignaron contra los dos
herm anos. Pero Jesús los llamó y les dijo: “Ya saben que los jefes de
los pueblos los tiranizan y que los grandes los oprimen. Que no sea así
entre ustedes. El que quiera ser grande entre ustedes, que sea el que los
sirva, y el que quiera ser primero, que sea su esclavo; así como el Hijo del
hombre no ha venido a ser servido, sino a servir y a dar la vida por la
redención de todos”.
Palabra del Señor. R. Gloria a ti, Señor Jesús.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS


Purifícanos, Señor, con el bautismo salvador de la pasión de tu Hijo, para
que, en la fiesta de Santiago, el primer Apóstol que participó en el cáliz
redentor de Cristo, podamos ofrecerte un sacrificio agradable a ti. Por
Jesucristo, nuestro Señor.

Prefacio I o II de los Apóstoles. „

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN
Bebieron el cáliz del Señor y llegaron a ser amigos de Dios.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN


Por intercesión del apóstol Santiago, en cuya festividad hemos recibido
con alegría tus santos sacramentos, concédenos, Señor, tu protección y
tu ayuda. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Puede utilizarse la fórmula de bendición solemne.

En el Reino de Dios, para ser el primero se necesita ser el último,


no hay otra manera. La entrega de la vida hasta derramar su san­
gre por el Evangelio, por Cristo, fue lo que hizo que Santiago ocu­
para ese lugar bueno e importante que su madre deseó para él.
PARA MEDITAR ¿Queremos desde ya vivir en el Reino? ¡A servir entonces!

128 I 25 de julio
26 de julio
M iércoles
SANTOS JOAQUÍN Y ANA,
p ad res d e la Virgen M aría
M em oria * Blanco

Joaquín y Ana, los padres de la santísima Virgen María, han llegado hasta nosotros por
tradiciones que se remontan hasta la primera mitad del siglo II. El culto a santa Ana ha
ido resplandeciendo cada vez más al lado de la veneración a María santísima. El culto a
san Joaquín es más reciente (siglo XVII).

No somos rivales en la producción de frutos

La competencia genera rivalidad que después, casi siempre, provoca


enemistad; esto puede darse incluso en el ámbito religioso, concreta­
mente en el aspecto espiritual. Quizá por esto valga la pena poner aten­
ción, de manera especial, en la generosidad de las semillas que caen
COMENTARIO
AL EVANGELIO
en tierra buena y que dan diversa cantidad de frutos. Jesús sabía
que las personas son distintas, que las circunstancias son diversas y
que los esfuerzos, aunque todos sean valiosos, son variados. De ahí que, al hablar de
las semillas que fructificaron, acepta con tranquilidad que los frutos se den en dife­
rentes porcentajes; quizá porque así es la vida real, pero también porque lo
contrario hubiera introducido a sus seguidores en unas competencias absurdas y
en rivalidades degradantes; como si los discípulos tuvieran que vivir eternamente
compitiendo entre ellos. No es mentira decir que la competencia, siempre desleal,
para parecer mejores que otros, el afán de ostentar los mejores trabajos en los
apostolados o en las parroquias, son parte de una especie de espiritualidad, falsa
por cierto, en la que más que reconocer la bendición de los frutos de otros, se
trata de opacarlos con los propios.

¿A qué se debe que, en nuestro crecimiento espiritual, lleguemos a considerar a


los demás como adversarios y hasta rivales? Busquemos un compromiso.
***

26 de julio | | 29
ANTÍFONA DE ENTRADA Cfr. Sir 44, 1. 25
Alabemos a san Joaquín y a santa Ana, porque en su descendencia el Señor
Dios ha bendecido a todos los pueblos.

ORACIÓN COLECTA
Señor, Dios de nuestros padres, que concediste a los santos Joaquín y Ana
la singular gracia de que naciera de ellos la Madre de tu Hijo encarnado,
concédenos, por las súplicas de ambos, que alcancemos la salvación pro­
metida a tu pueblo. Por nuestro Señor Jesucristo...

PRIMERA LECTURA
Voy a hacer que llueva pan del cielo.
Del libro del Éxodo: 16, 1-5. 9-15

l día quince del segundo mes, después de salir de Egipto, toda la comu­
E nidad de Israel partió de Elim y llegó al desierto de Sin, entre Elim y el
Sinaí.
Toda la comunidad de los hijos de Israel murmuró contra Moisés y
Aarón en el desierto, diciendo: “Ojalá hubiéramos muerto a manos del
Señor en Egipto, cuando nos sentábamos junto a las ollas de carne y comía­
mos pan hasta saciarnos. Ustedes nos han traído a este desierto para matar
de hambre a toda esta multitud”.
Entonces dijo el Señor a Moisés: “Voy a hacer que llueva pan del cielo.
Que el pueblo salga a recoger cada día lo que necesita, pues quiero probar
si guarda mi ley o no. El día sexto recogerán el doble de lo que suelen reco­
ger cada día y guardarán una parte para el día siguiente”.
Moisés le dijo a Aarón: “Di a la comunidad de los israelitas: ‘Vengan ante
la presencia del Señor, porque él ha escuchado las quejas de ustedes’”.
M ientras Aarón hablaba a toda la asamblea, ellos se volvieron hacia
el desierto y vieron la gloria del Señor, que aparecía en una nube.
El Señor le dijo a Moisés: “He oído las murmuraciones de los hijos de
Israel. Diles de parte mía: ‘Por la tarde comerán carne y por la mañana se
hartarán de pan, para que sepan que yo soy el Señor, su Dios’”.
Aquella misma tarde, una bandada de codornices cubrió el campa­
mento. A la mañana siguiente había en torno a él una capa de rocío que, al

130 I 26 de julio
evaporarse, dejó el suelo cubierto con una especie de polvo blanco, seme­
jante a la escarcha. Al ver eso, los israelitas se dijeron unos a otros: “¿Manhú?”
(es decir: “¿Qué es esto?”), pues no sabían lo que era. Moisés les dijo: “Éste
es el pan que el Señor les da por alimento”.
Palabra de Dios. R. Te alabamos, Señor.

SALMO RESPONSORIAL Del salmo 77


R. El Señor les dio pan del cielo.

Quisieron poner a prueba a Dios pidiéndole comida a su capricho y mur­


muraban contra él diciendo: ¿Podrá Dios prepararnos un banquete en el
desierto? R.
Entonces el Señor mandó a las nubes que abrieran las compuertas de
los cielos; hizo llover maná sobre su pueblo, trigo celeste envió como
alimento. Así el hombre comió pan de ángeles. Dios les dio de comer en
abundancia. R.
Hizo soplar desde el cielo el viento Este y dirigió con su fuerza el
viento Sur. Hizo llover carne como una polvareda y que llovieran aves
como arena del mar. Dios las hizo caer en medio del campamento, en
torno a sus tiendas de campaña. R.

ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO


R. Aleluya, aleluya.
La semilla es la palabra de Dios y el sembrador es Cristo; todo aquel que lo
encuentra vivirá para siempre. R.

EVANGELIO
Algunos granos dieron el ciento por uno.
^ Del santo Evangelio según san Mateo: 13, 1-9

n día salió Jesús de la casa donde se hospedaba y se sentó a la orilla


U del mar. Se reunió en torno suyo tanta gente, que él se vio obli­
gado a subir a una barca, donde se sentó, mientras la gente permanecía en
la orilla. Entonces Jesús les habló de muchas cosas en parábolas y les dijo:

26 de julio | |3I
“Una vez salió un sembrador a sembrar, y al ir arrojando la semilla,
unos granos cayeron a lo largo del camino; vinieron los pájaros y se los
comieron. Otros granos cayeron en terreno pedregoso, que tenía poca tie­
rra; ahí germinaron pronto, porque la tierra no era gruesa; pero cuando
subió el sol, los brotes se marchitaron, y como no tenían raíces, se seca­
ron. Otros cayeron entre espinos, y cuando los espinos crecieron, sofocaron
las plantitas. Otros granos cayeron en tierra buena y dieron fruto: unos,
ciento por uno; otros, sesenta; y otros, treinta. El que tenga oídos, que oiga”.
Palabra del Señor. R. Gloria a ti, Señor Jesús.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS


Recibe, Señor, los dones que te presentamos y concede que merezcamos
participar de la misma bendición que prometiste a Abraham y a su descen­
dencia. Por Jesucristo, nuestro Señor.

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Cfr. Sal 23, 5


Obtendrán la bendición de Dios, y Dios, su salvador, les hará justicia.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN


Dios nuestro, que quisiste que tu Unigénito naciera del linaje de los hom­
bres, para que los hombres, por un admirable misterio, renacieran de ti,
te rogamos que, por tu bondad, santifiques con el espíritu de adop­
ción a quienes alimentaste con el pan de los hijos. Por Jesucristo, nuestro
Señor.
Es importante hacer un serio análisis de lo que nos pasa cuando
escuchamos la Palabra de Dios en Misa o cuando leemos la
Biblia. ¿Se mueve nuestro corazón? ¿Qué nos pasa? Si no sucede
nada, entonces no hay frutos en nuestro corazón. Pidamos al
PARA MEDITAR
Espíritu Santo que nos enseñe a preparar el corazón para
tener un sitio dispuesto para Dios.

132 I 26 de julio
27 de julio
JUEVES
Feria * Verde

Se sugiere utilizar hoy las oraciones de la Misa por los familiares y amigos, tal como
aparecen en el presente formulario (cfr. Misas para diversas circunstancias, Misal Romano,
p. 1152 [1144]); pero en su lugar pueden utilizarse las del domingo anterior o las de
cualquier domingo del Tiempo Ordinario.

Con todos nuestros sentidos y todas nuestras capacidades

La comprensión de la voluntad de Dios requiere de nuestra reflexión,


pero también de nuestros sentimientos, emociones, necesidades,
etcétera; no es posible discernir lo que Dios quiere únicamente con
la razón, cuando lo hemos pretendido hemos quedado sin enten­
COM ENTARIO
AL EVANGELIO der muchas cosas y , lo peor, hemos malentendido otras tantas.
Cuando Jesús hablaba a la gente y a sus discípulos les pedía que pusie­
ran todas sus capacidades a funcionar para poder comprender la Buena Nueva del
Reino porque era un misterio, es decir, algo perfectamente comprensible, pero eter­
namente inagotable (v. 11); sólo podían entrar en él si se disponían a profundizarlo,
redescubrirlo y reinventarlo. Para esto, era indispensable conjuntar todas las capaci­
dades: la vista, el oído, el entendimiento; sólo quien es capaz de integrar todos los
sentidos, pero también la totalidad de sus capacidades, puede entender y, sobre todo,
poner en práctica la voluntad de Dios expresada en su proyecto del Reino; más aún,
cuando esta misma combinación se hace en la puesta en práctica entonces es cuando
alguien puede reconocerse dichoso pues ve, oye y experimenta, lo que muchos
otros quisieron y no pudieron (vv. 16 ss.).

¿Qué podemos hacer para buscar lavoluntad de Dios y ponerla en práctica con todos
nuestros sentidos y con la totalidad de nuestras capacidades?
***

ANTÍFONA DE ENTRADA Cfr. Sal 121, 6. 8


Digan de todo corazón: Jerusalén, que haya paz entre aquellos que te aman.
Por mis hermanos y compañeros voy a decir: la paz contigo.

27 de julio | | 33
ORACIÓN COLECTA
Señor Dios, que, por gracia del Espíritu Santo, infundiste en los corazones
de tus fieles los dones de tu amor, concede a tus siervos, por quienes implo­
ramos tu clemencia, la salud de cuerpo y alma, para que te amen con todas
sus fuerzas y cumplan con amor lo que es de tu agrado. Por nuestro Señor
Jesucristo...

PRIMERA LECTURA
El Señor bajará al monte Sinaí a la vista del pueblo.
Del libro del Éxodo: 19, 1-2. 9-11. 16-20

quel día, a los tres meses de haber salido de Egipto, los israelitas, que
A habían partido de Refidim, llegaron al desierto de Sinaí y acamparon
frente al monte. Entonces el Señor le dijo a Moisés: “Voy a acercarme a ti
en una nube espesa, para que el pueblo pueda escuchar lo que te digo y
tenga siempre fe en ti”.
Moisés comunicó al Señor lo que el pueblo le había dicho. Y el Señor le
dijo: “Vuelve a donde está el pueblo y ordénales que se purifiquen
hoy y mañana; que laven su ropa y estén preparados para pasado mañana,
pues el Señor bajará al monte Sinaí a la vista del pueblo”.
Al rayar el alba del tercer día, hubo truenos y relámpagos; una densa
nube cubrió el monte y se escuchó un fragoroso resonar de trompetas.
Esto hizo temblar al pueblo, que estaba en el campamento. Moisés hizo
salir al pueblo para ir al encuentro de Dios; pero la gente se detuvo al pie
del monte. Todo el monte Sinaí humeaba, porque el Señor había descendido
sobre él en medio del fuego. Salía humo como de un horno y todo el monte
retemblaba con violencia. El sonido de las trompetas se hacía cada vez más
fuerte. Moisés hablaba y Dios le respondía con truenos. El Señor bajó a
la cumbre del monte y le dijo a Moisés que subiera.
Palabra de Dios. R. Te alabamos, Señor.

SALMO RESPONSORIAL Daniel 3


R. Bendito seas, Señor, santo y glorioso.

Bendito seas, Señor, Dios de nuestros padres. Bendito sea tu nombre santo
y glorioso. R.
Bendito seas en el templo santo y glorioso. Bendito seas en el trono de
tu reino. R.

I34 I 27 de julio
Bendito eres tú, Señor, que penetras con tu mirada los abismos y te
sientas en un trono rodeado de querubines. Bendito seas, Señor, en la
bóveda del cielo. R.

ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO C/r. Mt 11, 25


R. Aleluya, aleluya.
Yo te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has revelado los
misterios del Reino a la gente sencilla. R.

EVANGELIO
A ustedes se les ha concedido conocer los misterios del Reino de los cielos; pero a ellos no.
Del santo Evangelio según san Mateo: 13, 10-17

n aquel tiempo, se acercaron a Jesús sus discípulos y le preguntaron:


E “¿Por qué les hablas en parábolas?”. Él les respondió: “A ustedes se les
ha concedido conocer los misterios del Reino de los cielos; pero a ellos no.
Al que tiene se le dará más y nadará en la abundancia; pero al que tiene
poco, aun eso poco se le quitará. Por eso les hablo en parábolas, porque
viendo no ven y oyendo no oyen ni entienden.
En ellos se cumple aquella profecía de Isaías que dice: Ustedes oirán una
y otra vez y no entenderán; mirarán y volverán a mirar, pero no verán;
porque este pueblo ha endurecido su corazón, ha cerrado sus ojos y tapado sus
oídos, con el fin de no ver con los ojos ni oír con los oídos, ni comprender
con el corazón. Porque no quieren convertirse ni que yo los salve.
Pero, dichosos ustedes, porque sus ojos ven y sus oídos oyen. Yo les
aseguro que muchos profetas y muchos justos desearon ver lo que uste­
des ven y no lo vieron y oír lo que ustedes oyen y no lo oyeron”.
Palabra del Señor. R. Gloria a ti, Señor Jesús.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS


Apiádate, Señor, de tus siervos, por quienes ofrecemos este sacrificio
de alabanza a tu majestad, para que, por efecto de estos santos misterios,
obtengan la gracia de tu bendición celestial y alcancen la gloria de la
felicidad eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor.

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Mt 12, 50


Todo el que cumple la voluntad de mi Padre, que está en los cielos, ése es
mi hermano, mi hermana y mi madre.

27 de julio | 135
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Al recibir este divino sacramento, te rogamos, Señor, que a tus siervos, a
quienes les concediste que nos amen, les des el perdón de sus pecados, tu
consuelo en la vida y tu constante protección, para que, sirviéndote
todos con un mismo corazón, podamos gozar juntos de la visión de tu ros­
tro. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Es cierto que a Jesús no lo conocimos caminando en Nazaret,


muriendo en el Calvario o resucitando del sepulcro, pero sí
somos beneficiarios de muchos siglos de hermosos testimonios
verdaderos. Somos dichosos porque aun cuando no vimos y escu­
PARA MEDITAR
chamos, creemos porque los ecos de ayer llegan al hoy con fres­
cura y fuerza.

28 de julio
VIERNES
Feria * Verde

Se sugiere utilizar hoy las oraciones de la Misa por el sacerdote celebrante. A, tal
como aparecen en el presente formulario (cfr. Misas para diversas circunstancias,
Misal Romano, p. 1104 [1096]); pero en su lugar pueden utilizarse las del domingo
anterior o las de cualquier domingo del Tiempo Ordinario.

Entendamos la Palabra para producir frutos

Entender bien un mensaje es un paso previo, indispensable, a la puesta


en práctica de lo escuchado; y no vale que alguien lo entienda en lugar
nuestro, cada uno debe hacer su propio esfuerzo, jesús, según Mateo,
a propósito de la explicación de la parábola del sembrador, introduce
la relación entre entender algo y producir frutos (v. 23); para precisar
más, deja claro que la escucha en insuficiente, pues, no obstante que
todas personas que representan los tipos de tierra (vv. 19-22) habían oído la Pala­
bra, no todos lograron producir frutos; por eso, quienes son identificados con la
tierra buena (v. 23) se dice que no sólo oyeron la Palabra, sino que también la enten­
dieron. Es muy probable que este entender para Jesús y luego para Mateo signifique
únicamente razonar la Palabra. La acción de entender la Palabra guarda relación con
la comprensión, ciertamente, pero también con su interiorización, con la capacidad

I 36 I 28 de julio
de saborearla, de hacerla nuestro propio alimento, incluso de digerirla y de trans­
formarla en buenas obras, en frutos, como dice Jesús en la parábola. Y en este tipo
de comprensión podemos recibir ayuda, pero nunca nadie nos puede suplir.

¿Qué tanto nos esforzamos para comprender la Palabra? ¿Por qué a veces quere­
mos, equivocadamente, que otros la entiendan en lugar nuestro? Busquemos un
compromiso.
***

ANTÍFONA DE ENTRADA C/r. Col 1, 25. 28


He sido constituido ministro de la Iglesia, por disposición de Dios. Pre­
dico a Cristo a fin de que todos lleguen a ser perfectos en Cristo Jesús.

ORACIÓN COLECTA
Señor Dios, que no por mis méritos sino por la generosidad de tu gracia,
quisiste ponerme al frente de esta familia tuya, concédeme desempeñar un
ministerio sacerdotal digno de ti y guiar, con tu auxilio, a la comunidad que
me has confiado. Por nuestro Señor Jesucristo...

PRIMERA LECTURA
La ley fue dada por Dios a Moisés.
Del libro del Éxodo: 20,1-17

n aquellos días, el Señor promulgó estos preceptos para su pueblo en


E el monte Sinaí, diciendo: “Yo soy el Señor, tu Dios, que te sacó de la
tierra de Egipto y de la esclavitud. No tendrás otros dioses fuera de mí; no
te fabricarás ídolos ni imagen alguna de lo que hay arriba, en el cielo,
o abajo, en la tierra, o en el agua, y debajo de la tierra. No adorarás nada de
eso ni le rendirás culto, porque yo, el Señor, tu Dios, soy un Dios celoso,
que castiga la maldad de los padres en los hijos hasta la tercera y cuarta
generación de aquellos que me odian; pero soy misericordioso hasta la
milésima generación de aquellos que me aman y cumplen mis mandamientos.
No harás mal uso del nombre del Señor, tu Dios, porque no dejará el
Señor sin castigo a quien haga mal uso de su nombre.
Acuérdate de santificar el sábado. Seis días trabajarás y en ellos harás
todos tus quehaceres; pero el día séptimo es día de descanso, dedicado
al Señor, tu Dios. No harás en él trabajo alguno, ni tú, ni tu hijo, ni tu hija,

28 de julio | I37
ni tu esclavo, ni tu esclava, ni tus animales, ni el forastero que viva contigo.
Porque en seis días hizo el Señor el cielo, la tierra, el mar y cuanto hay en
ellos, pero el séptimo, descansó. Por eso bendijo el Señor el sábado y lo
santificó.
Honra a tu padre y a tu madre para que vivas largos años en la tierra
que el Señor, tu Dios, te va a dar. No matarás. No cometerás adulterio. No
robarás. No darás falso testimonio contra tu prójimo. No codiciarás la casa
de tu prójimo, ni a su mujer, ni a su esclavo, ni a su esclava, ni su buey, ni
su burro ni cosa alguna que le pertenezca”.
Palabra de Dios. R. Te alabamos, Señor.

SALMO RESPONSOR1AL Del salmo 18


R. Ayúdanos, Señor, a cumplir tu voluntad.

La ley del Señor es perfecta del todo y reconforta el alma; inmutables son las
palabras del Señor y hacen sabio al sencillo. R.
En los mandamientos del Señor hay rectitud y alegría para el corazón;
son luz los preceptos del Señor para alumbrar el camino. R.
La voluntad de Dios es santa y para siempre estable; los mandamientos
del Señor son verdaderos y enteramente justos. R.
Más deseables que el oro y las piedras preciosas, las normas del
Señor, y más dulces que la miel de un panal que gotea. R.

ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Cfr. Le 8, 15


R. Aleluya, aleluya.
Dichosos los que cumplen la palabra del Señor con un corazón bueno y
sincero, y perseveran hasta dar fruto. R.

EVANGELIO
Los que oyen la palabra de Dios y la entienden, ésos son los que dan fruto.
JL. Del santo Evangelio según san Mateo: 13, 18-23

n aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “Escuchen ustedes lo que


E significa la parábola del sembrador. A todo hombre que oye la palabra
del Reino y no la entiende, le llega el diablo y le arrebata lo sembrado en su
corazón. Esto es lo que significan los granos que cayeron a lo largo del
camino.

| 38 I 28 de julio
Lo sembrado sobre terreno pedregoso significa al que oye la palabra y
la acepta inmediatamente con alegría; pero, como es inconstante, no la
deja echar raíces, y apenas le viene una tribulación o una persecución por
causa de la palabra, sucumbe.
Lo sembrado entre los espinos representa a aquel que oye la palabra,
pero las preocupaciones de la vida y la seducción de las riquezas, la sofo­
can y queda sin fruto.
En cambio, lo sembrado en tierra buena representa a quienes oyen la
palabra, la entienden y dan fruto; unos, el ciento por uno; otros, el sesenta;
y otros, el treinta”.
Palabra del Señor. R. Gloria a ti, Señor Jesús.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS


Dios nuestro, que dispones con fuerza y suavidad el destino de los hom­
bres, acepta los dones que tu bondad ha puesto en mis manos y, por el
poder de este sacrificio, únenos, al pueblo y a su sacerdote, en un solo
corazón, para que no le falte al pastor la docilidad de los fieles, ni a los fie­
les la solicitud del pastor. Por Jesucristo, nuestro Señor.

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Jn 15. 9


Como el Padre me ama, así los amo yo a ustedes. Permanezcan en mi amor,
dice el Señor.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN


Dios todopoderoso y eterno, origen y plenitud de todas las virtudes, con­
cédeme, por la participación en este sacramento, llevar a cabo lo que es
recto y predicar la verdad, para que, con la palabra y el ejemplo, lleve a los
fieles al conocimiento de tu gracia. Por Jesucristo, nuestro Señor.

La Palabra de Dios es aparentemente débil y volátil, voz que se


pronuncia y puede pasar desapercibida, sin embargo, es la fuerza
de Dios, la semilla del Reino, la única capaz de dar la vida que
todos andamos buscando. Basta con pedirla con mucha fe y
PARA MEDITAR confiar en que la Palabra de Dios nos llevará por donde desea­
mos andar.

28 de julio | | 39
29 de julio
S ábado
SANTOS MARTA, MARÍA Y LÁZARO
Memoria * Blanco

Marta aparece tres veces en el Evangelio: en Betania, cuando, junto con su her­
mana María, recibe al Señor en su casa; en la resurrección de su hermano Lázaro,
cuando ella profesa su fe en Jesús, y en el banquete ofrecido a Jesús seis días antes de
la Pascua. En todas estas ocasiones el relato evangélico recalca su papel de ama
de casa, servidora de los demás.

L a R e s u r r e c c i ó n d a s e n t i d o a n u e s t r a v id a

La muerte, dice la sabiduría de nuestros pueblos.es lo más seguro que


tenemos y para darle más convicción se agrega el dicho de “para
morir nacimos”; es, pues, un hecho, nos agrade o nos disguste, que
tarde o temprano -aunque nos gustaría que fuera lo más tarde posi-
c o m e n t a r io moriremos. Esta certeza siempre ha conmocionado a la mayoría
AL EVANGELIO r
de los seres humanos, y los cristianos no han sido la excepción; Juan,
con ocasión de la muerte de Lázaro, muestra una duda: ¿por qué tienen que morir
los seguidores de Jesús? Marta pensaba que si Jesús hubiera estado ahí con ellos, su
hermano no hubiera muerto; sin embargo, a los discípulos de Jesús les llega la
muerte como a todos los demás humanos. ¿Dónde está entonces la diferencia? Juan
da a entender que el distintivo de los seguidores de Jesús es que creen que a
partir de la resurrección de su Maestro ellos también pueden resucitar a la vida
eterna; más aún, que esta fe en la Resurrección los fortalece y anima a vivir con
sentido y con dignidad su vida presente.

¿Por qué nos da miedo, por lo general, la muerte? ¿En qué nos da esperanza la fe en
la Resurrección? ¿De qué manera deberíamos vivir nuestra vida presente a causa de
nuestra fe en la Resurrección?

***

ANTÍFONA DE ENTRADA Cfr. Le 10, 38


Cuando entró Jesús en un poblado, una mujer, llamada Marta, lo recibió en
su casa.

140 I 29 de julio
ORACIÓN COLECTA
Dios todopoderoso y eterno, cuyo Hijo aceptó hospedarse en la casa de
santa Marta, concédenos, por su intercesión, que sirviendo fielmente a
Cristo en nuestros hermanos, merezcamos ser recibidos por ti en la man­
sión del cielo. Por nuestro Señor Jesucristo...

PRIMERA LECTURA
Esta es la sangre de la alianza que el Señor ha hecho con ustedes.
Del libro del Éxodo: 24, 3-8

n aquellos días, Moisés bajó del monte Sinaí y refirió al pueblo todo lo
E que el Señor le había dicho y los mandamientos que le había dado. Y
el pueblo contestó a una voz: “Haremos todo lo que dice el Señor”.
Moisés puso por escrito todas las palabras del Señor. Se levantó tem­
prano, construyó un altar al pie del monte y puso al lado del altar doce
piedras conmemorativas, en representación de las doce tribus de Israel.
Después mandó a algunos jóvenes israelitas a ofrecer holocaustos e
inmolar novillos, como sacrificios pacíficos en honor del Señor. Tomó la
mitad de la sangre, la puso en vasijas y derramó sobre el altar la otra mitad.
Entonces tomó el libro de la alianza y lo leyó al pueblo, y el pueblo respon­
dió: “Obedeceremos. Haremos todo lo que manda el Señor”.
Luego Moisés roció al pueblo con la sangre, diciendo: “Ésta es la sangre
de la alianza que el Señor ha hecho con ustedes, conforme a las palabras
que han oído”.
Palabra de Dios. R. Te alabamos, Señor.

SALMO RESPONSORIAL Del salmo 49


R. Ofrécele al Señor tu gratitud.

Habla el Dios de los dioses, el Señor, y convoca a cuantos viven en la tierra. En


Jerusalén, dechado de hermosura, el Señor se ha manifestado. R.
Congreguen ante mí a los que sellaron sobre el altar mi alianza. Es Dios
quien va a juzgar y el cielo mismo lo declara. R.
Mejor ofrece a Dios tu gratitud y cumple tus promesas al Altísimo, pues yo
te libraré cuando me invoques y tú me darás gloria, agradecido. R.

29 de julio | 14 I
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO fn 8, 12
R. Aleluya, aleluya.
Yo soy la luz del mundo, dice el Señor; el que me sigue tendrá la luz de
la vida. R.

EVANGELIO
Creo firmemente que tú eres el Mesías, el Hijo de Dios.
Del santo Evangelio según san Juan: 11,19-27

n aquel tiempo, muchos judíos habían ido a ver a Marta y a María para
E consolarlas por la muerte de su hermano Lázaro. Apenas oyó Marta
que Jesús llegaba, salió a su encuentro; pero María se quedó en casa. Le dijo
Marta a Jesús: “Señor, si hubieras estado aquí, no habría muerto mi her­
mano. Pero aun ahora estoy segura de que Dios te concederá cuanto le
pidas”.
Jesús le dijo: “Tu hermano resucitará”. Marta respondió: “Ya sé que
resucitará en la resurrección del último día”. Jesús le dijo: “Yo soy la resurrec­
ción y la vida. El que cree en mí, aunque haya muerto, vivirá; y todo
aquel que está vivo y cree en mí, no morirá para siempre. ¿Crees tú esto?”.
Ella le contestó: “Sí, Señor. Creo firmemente que tú eres el Mesías, el Hijo de
Dios, el que tenía que venir al mundo”.
Palabra del Señor. R. Gloria a ti, Señor Jesús.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS


Al proclamar, Señor, tu obra admirable en santa Marta, suplicamos humil­
demente a tu majestad que, así como te fue grato su amoroso obsequio,
así también te sea aceptable el desempeño de nuestro servicio. Por Jesu­
cristo, nuestro Señor.

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN fn 11, 27


Marta dijo a Jesús: Sí, Señor. Creo firmemente que tú eres el Mesías, el Hijo
de Dios, el que tenía que venir al mundo.

142 I 29 de julio
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Señor, que la santa comunión del Cuerpo y la Sangre de tu Unigénito, nos
aleje de todas las cosas pasajeras, para que, a ejemplo de santa Marta,
podamos crecer en la tierra en un auténtico amor a ti y gozar en el cielo,
contemplándote eternamente. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Cristo tenía una familia amiga, unos hermanos que tenían una
relación íntima con Jesús: Marta, María y Lázaro, cuyo hogar
estaba en Betania. Ahí, Jesús realizó un milagro crucial: revi­
vir a Lázaro. Lo realizó porque la confianza de Marta fue tal,
PARA MEDITAR
que afirmó a Jesús como Mesías. Confiemos en él cada día un
poco más.

LITURGIA DE LAS HORAS


Vísperas I del domingo: Ia semana del Salterio.
Tomo III:pp. 745 y 609;para los fieles:pp. 472 y 407;
edición popular:pp. 13 y 473 (481*).

* A partir de la edición 2016 de letra grande.

29 de julio | 143
30 de julio
XVII DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO
Verde
* t * ;■* t l i

Decididos y arriesgados

Decidir sin riesgos es imposible, sobre todo


cuando la decisión implica dar sentido a nues­
tra vida. Existen personas que nunca se han
arriesgado y que, por tanto, nadie puede repro­
charles haberse equivocado, sin embargo, ellas
mismas saben en lo profundo de su con­
ciencia que pudieron haber tomado mejores
decisiones. Jesús pone dos parábolas que pare­
cen complementarse respecto de la capacidad
de decidir: por una parte, quien encuentra un
tesoro debe decidir ante algo que es evidente­
m ente valioso pero que implica despren­
“El Reino de los cielos derse de casi todo para poder adquirirlo; más
se parece a un tesoro escondido aún, su decisión no puede aplazarse, de lo con­
en un campo...’’. trario, no podrá conseguir aquello valioso que
ha descubierto. Ahora bien, aquella decisión
de vender todo para comprar el terreno donde estaba el tesoro, fue determinante pero
no definitiva, pues una decisión siempre pide la responsabilidad de seguir decidiendo;
así, prácticamente, se nos va la vida, pero ahí nos jugamos nuestra felicidad y la de
quienes viven cerca de nosotros. Por otra parte, lesús presenta a un buscador de perlas;
éste tiene más que arriesgar que el anterior, debe confiar lo suficiente y desconfiar lo
necesario de quien le pretenda vender la perla; en otras palabras, tendrá la responsabi­
lidad, si quiere tomar buenas decisiones, de no confiar ingenuamente en los demás, pero
también de no desconfiar enfermizamente de todos. Hay algo común a las dos per­
sonas de las parábolas: ambas tuvieron que modificar su manera de ser y de compor­
tarse, así como su modo de relacionarse con los demás y hasta el modo de percibir su
entorno. Aquella decisión daba un mejor sentido a sus vidas porque supieron optar por
algo realmente valioso y lo habían hecho en el momento oportuno; por aquello de que
una decisión, incluso una buena decisión, a destiempo, es muchas veces, una mala
decisión.

¿Por qué se nos dificulta, a veces, ser decididos? ¿Qué deberíamos hacer para tomar
decisiones más adecuadas, de mayor alcance y de manera oportuna?

144 I 30 de julio
ANTÍFONA DE ENTRADA Cfr. Sal 67, 6-7. 36
Dios habita en su santuario; él nos hace habitar juntos en su casa; es la
fuerza y el poder de su pueblo.

Se dice Gloria

ORACIÓN COLECTA
Señor Dios, protector de los que en ti confían, sin ti nada es fuerte ni santo;
multiplica sobre nosotros tu misericordia para que, bajo tu dirección, de tal
modo nos sirvamos ahora de los bienes pasajeros, que nuestro corazón esté
puesto en los bienes eternos. Por nuestro Señor Jesucristo...

En la primera lectura escucharemos como el rey Salomón le pide


a Dios que lo guíe y lo ilumine en su actuar y le ayude a encontrar
el camino a seguir.
M ONICIÓN

PRIMERA LECTURA
Por haberme pedido sabiduría.
Del primer libro de los Reyes: 3, 5-13

n aquellos días, el Señor se le apareció al rey Salomón en sueños y le


E dijo: “Salomón, pídeme lo que quieras, y yo te lo daré”.
Salomón le respondió: “Señor, tú trataste con misericordia a tu siervo
David, mi padre, porque se portó contigo con lealtad, con justicia y rectitud
de corazón. Más aún, también ahora lo sigues tratando con misericor­
dia, porque has hecho que un hijo suyo lo suceda en el trono. Sí, tú qui­
siste, Señor y Dios mío, que yo, tu siervo, sucediera en el trono a mi
padre, David. Pero yo no soy más que un muchacho y no sé cómo actuar.
Soy tu siervo y me encuentro perdido en medio de este pueblo tuyo, tan
numeroso, que es imposible contarlo. Por eso te pido que me concedas
sabiduría de corazón para que sepa gobernar a tu pueblo y discernir entre
el bien y el mal. Pues sin ella, ¿quién será capaz de gobernar a este pueblo
tuyo tan grande?”.
Al Señor le agradó que Salomón le hubiera pedido sabiduría y le dijo:
“Por haberme pedido esto, y no una larga vida, ni riquezas, ni la muerte de
tus enemigos, sino sabiduría para gobernar, yo te concedo lo que me has

30 de julio | 145
pedido. Te doy un corazón sabio y prudente, como no lo ha habido antes ni
lo habrá después de ti. Te voy a conceder, además, lo que no me has pedido:
tanta gloria y riqueza, que no habrá rey que se pueda comparar contigo”.
Palabra de Dios. R. Te alabamos, Señor.

SALMO RESPONSORIAL Del salmo 118

= 3E 5É
Cuán - to
1 I
R. Yo amo, Señor, tus mandamientos.
A mí, Señor, lo que me toca es cumplir tus preceptos. Para mí valen más tus
enseñanzas que miles de monedas de oro y plata. R.
Señor, que tu amor me consuele, conforme a las promesas que me has
hecho. Muéstrame tu ternura y viviré, porque en tu ley he puesto mi con­
tento. R.
Amo, Señor, tus mandamientos más que el oro purísimo; por eso tus
preceptos son mi guía y odio toda mentira. R.
Tus preceptos, Señor, son admirables, por eso yo los sigo. La explica­
ción de tu palabra da luz y entendimiento a los sencillos. R.

San Pablo, en la segunda lectura, nos recuerda que hemos sido


llamados a ser imagen de Jesucristo.
M ONICIÓN

SEGUNDA LECTURA
Nos predestina para que reproduzcamos en nosotros mismos la imagen de su Hijo.
De la carta del apóstol san Pablo a los romanos: 8, 28-30

ermanos: Ya sabemos que todo contribuye para bien de los que aman
H a Dios, de aquellos que han sido llamados por él según su designio
salvador.
En efecto, a quienes conoce de antemano, los predestina para que repro­
duzcan en sí mismos la imagen de su propio Hijo, a fin de que él sea el
primogénito entre muchos hermanos. A quienes predestina, los llama; a quie­
nes llama, los justifica; y a quienes justifica, los glorifica.
Palabra de Dios. R. Te alabamos, Señor.

146 I 30 de julio
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Cfr. Mt 11, 25
BP. 1031 - Sosa F Dra Gm C7 F C7 F
. >.úydfcz: ■f--- f ---
--
Lf---F
A-le - lu - ya, a-le - lu - ya, a-le - lu - ya.
R. Aleluya, aleluya.
Yo te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has revelado los
misterios del Reino a la gente sencilla. R.

Hoy Jesús nos relata la parábola de la red que los pescadores


echan en el mar y que recoge toda clase de peces. ¿Nos estamos
esforzando por ser “buenos peces”?
M ONICIÓN

EVANGELIO
Vende cuanto tiene y compra aquel campo.
Del santo Evangelio según san Mateo: 13, 44-52

n aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “El Reino de los cielos se
E parece a un tesoro escondido en un campo. El que lo encuentra lo
vuelve a esconder, y lleno de alegría, va y vende cuanto tiene y compra
aquel campo.
El Reino de los cielos se parece también a un comerciante en perlas
finas que, al encontrar una perla muy valiosa, va y vende cuanto tiene y
la compra.
También se parece el Reino de los cielos a la red que los pescadores
echan en el mar y recoge toda clase de peces. Cuando se llena la red, los
pescadores la sacan a la playa y se sientan a escoger los pescados; ponen
los buenos en canastos y tiran los malos. Lo mismo sucederá al final de los
tiempos: vendrán los ángeles, separarán a los malos de los buenos y
los arrojarán al horno encendido. Allí será el llanto y la desesperación.
¿Han entendido todo esto?”. Ellos le contestaron: “Sí”. Entonces él les
dijo: “Por eso, todo escriba instruido en las cosas del Reino de los cielos
es semejante al padre de familia, que va sacando de su tesoro cosas nue­
vas y cosas antiguas”.
Palabra del Señor. R. Gloria a ti, Señor Jesús.

Se dice Credo

30 de julio | 147
PLEGARIA UNIVERSAL
Hermanos, dirijamos nuestra oración a Cristo, servidor del Padre y de los
hombres, modelo que inspira la vida y ministerio de los diáconos perma­
nentes.
Después de cada petición diremos: Cristo, Hijo del hombre, enséña­
nos a servir a Dios en nuestros hermanos.
t Pidamos a Dios por el Papa Francisco, para que siga siendo luz que
ilumine a la Iglesia en el servicio, especialmente a los más necesi­
tados. Oremos.
t Pidamos por los obispos y presbíteros de toda la Iglesia, para que,
imitando a Cristo servidor, permanezcan fieles al deber de atender
siempre las necesidades espirituales y materiales de toda la humani­
dad. Oremos.
t Pidamos por todos los diáconos transitorios, para que una vez que
accedan al presbiterado no olviden nunca el mandato de Jesús de ser­
vir a todos y en todo momento. Oremos.
t Pidamos por los diáconos permanentes, para que sean auténticos
custodios de la caridad y servidores de la Palabra. Oremos.
t Pidamos a Dios todopoderoso que haga fructífera la labor de todos
los diáconos permanentes, para que, sabiendo escuchar la Palabra y
transmitiéndola fielmente, y siendo constantes en el ejercicio de
la caridad, se obtengan los frutos necesarios para la salvación de las
almas. Oremos.
t Pidamos por todos los varones que son llamados por Dios al servicio
como diáconos permanentes, y por todos los que están en periodo de
formación, para que sean generosos en su respuesta, y decidi­
dos y entusiastas en su entrega. Oremos.
t Pidamos finalmente al dueño de la mies, en esta “IV Jornada Nacio­
nal de Oración por el Diaconado Permanente” que la Conferencia
del Episcopado Mexicano organiza y promueve del 1 al 10 de agosto,
que envíe operarios a sus campos. Oremos.
Cristo, don permanente de amor, tu mediación de Siervo nos alcance
toda dádiva y bendición del Padre de las Luces. Tú que vives y reinas por
los siglos de los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Recibe, Señor, los dones que por tu generosidad te presentamos, para que,
por el poder de tu gracia, estos sagrados misterios santifiquen toda nuestra
vida y nos conduzcan a la felicidad eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Prefacio para los domingos del Tiempo Ordinario.

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Sal 102, 2


Bendice, alma mía, al Señor, y no te olvides de sus beneficios.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN


Habiendo recibido, Señor, el sacramento celestial, memorial perpetuo
de la pasión de tu Hijo, concédenos que este don, que él mismo nos dio
con tan inefable amor, nos aproveche para nuestra salvación eterna. Él,
que vive y reina por los siglos de los siglos.

30 de julio I 149
LA RED RECOGE
TODA CLASE DE PECES

Jesús nos enseña que al final de la eterno diferente. Dios nos pone
historia, los malos y los buenos serán en alerta, porque nos ama.
separados y tendrán un destino

Seamos “buenos peces”,


para que nos pongan
en los canastos del cielo.

150 I 30 de julio
3 I de julio
Lunes
SAN IGNACIO DE LOYOLA, p re sb íte ro
Memoria * Blanco

Ignacio de Loyola, quien fundó la Compañía de Jesús en París, en 1534, nació en las Pro­
vincias Vascongadas. Trabajó en Roma por difundir la Compañía de Jesús en Europa y
por emprender grandes trabajos misioneros. Su vida es un ejemplo de una total
sujeción al Papa y a la Iglesia. Sus Ejercicios Espirituales marcan el camino a aquellos
que quieran consagrar su vida “a la mayor gloria de Dios”(149l-l556).

Lenguaje sencillo y esperanzador

El lenguaje sencillo es provocador porque todos lo entienden; de ahí


que a ciertos individuos o grupos no les convenga, pues desde que
los humanos aprendieron a comunicarse se dieron cuenta de que los
conocimientos podían servir para esclarecer u obscurecer, para orien­
COMENTARIO tar o desorientar, para mostrar la verdad o para ocultarla. Por esto,
AL EVANGELIO
resulta muy significativo que Mateo insista en que Jesús hablaba de
algo muy importante -el Reino de Dios- utilizando un lenguaje sumamente sencillo,
aunque no simple, el de las parábolas (v. 34). El Maestro hablaba con tanta claridad
que sólo quien no quería entender, o peor todavía, quien resultaba afectado en sus
intereses por su mensaje, hacía como que no le entendía; esta sencillez con la que
Jesús hablaba, lejos de ser simpleza, era profundidad. Era un lenguaje que por
ser sencillo en sus contenidos concientizaba; por ser cercano en su presenta­
ción, generaba esperanza. Los primeros cristianos apreciaron mucho el hecho de
que Jesús hablara en parábolas, de tal manera que después no se atrevieron a usar
el mismo lenguaje, pero quedó clara la enseñanza: la mejor manera de hablar de
Dios y de su proyecto siempre será el lenguaje sencillo, que concientiza y provoca
esperanza.

¿Por qué la sencillez en el lenguaje al hablar de Dios resulta peligrosa y hasta


incómoda para ciertos grupos e individuos? Busquemos un compromiso.

***

31 de julio | 151
ANTÍFONA DE ENTRADA Cfr. Flp 2, 10-11
Que al nombre de Jesús toda rodilla se doble, en el cielo, en la tierra, en los
abismos, y que toda lengua proclame que Jesucristo es el Señor, para gloria
de Dios Padre.

ORACIÓN COLECTA
Dios nuestro, que suscitaste en tu Iglesia a san Ignacio de Loyola para
extender la mayor gloria de tu nombre, concédenos que, luchando en la tie­
rra, con su auxilio y a imitación suya, merezcamos ser coronados, con
él, en el cielo. Por nuestro Señor Jesucristo...

PRIMERA LECTURA
Este pueblo ha cometido un gravísimo pecado al hacerse un dios de oro.
Del libro del Éxodo: 32,15-24. 30-34

n aquellos días, Moisés bajó del monte y regresó trayendo en sus


E manos las dos tablas de la alianza, que estaban escritas por ambos
lados. Las tablas eran obra de Dios y la escritura grabada sobre ellas era
también obra de Dios.
Cuando Josué oyó los gritos del pueblo, le dijo a Moisés: “Se oyen gritos
de guerra en el campamento”. Moisés le respondió: “No son gritos de vic­
toria ni alaridos de derrota. Lo que oigo son cantos”.
Cuando Moisés se acercó al campamento y vio el becerro y las danzas,
se enfureció, arrojó las tablas y las hizo añicos al pie del monte. Luego tomó
el becerro que habían hecho, lo echó al fuego y lo molió hasta reducirlo
a polvo, que esparció en el agua y se la hizo beber a los israelitas.
Después le dijo Moisés a Aarón: “¿Qué te ha hecho este pueblo para que
lo hayas arrastrado a cometer un pecado tan grave?”. Aarón le respon­
dió: “No te enfurezcas, señor mío, pues tú ya sabes lo perverso que es
este pueblo. Me dijeron: ‘Haznos un dios que nos guíe, pues no sabe­
mos lo que le ha pasado a Moisés, ese hombre que nos sacó de Egipto’.
Yo les contesté: ‘Los que tengan oro, que se desprendan de él’. Ellos se
quitaron el oro y me lo dieron; yo lo eché al fuego y salió ese becerro”.
Al día siguiente, Moisés le dijo al pueblo: “Han cometido ustedes un
pecado gravísimo. Voy a subir ahora a donde está el Señor, para ver si puedo
obtener el perdón de ese pecado”.

I52 I 31 de julio
Así pues, fue Moisés a donde estaba el Señor y le dijo: “Ciertamente este
pueblo ha cometido un pecado gravísimo al hacerse un dios de oro. Pero
ahora, Señor, te ruego que les perdones su pecado o que me borres a mí de
tu libro que has escrito”. El Señor le respondió: “Al que haya pecado con­
tra mí, lo borraré de mi libro. Ahora ve y conduce al pueblo al lugar que
te he dicho y mi ángel irá delante de ti. Pero cuando llegue el día de mi
venganza, les pediré cuentas de su pecado”.
Palabra de Dios. R. Te alabamos, Señor.

SALMO RESPONSOR1 AL Del salmo 105


R. Perdona, Señor, las culpas de tu pueblo.

En el Horeb hicieron un becerro, un ídolo de oro, y lo adoraron. Cam­


biaron al Dios, que era su gloria, por la imagen de un buey que come
pasto. R.
Se olvidaron del Dios que los salvó, y que hizo portentos en Egipto,
en la tierra de Cam, mil maravillas y en las aguas del Mar Rojo, sus pro­
digios. R.
Por eso hablaba Dios de aniquilarlos; pero Moisés, que era su elegido,
se interpuso a fin de que en su cólera, no fuera el Señor a destruirlos. R.

ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Sant 1,18


R. Aleluya, aleluya.
Por su propia voluntad el Padre nos engendró mediante la palabra de la
verdad, para que fuéramos, en cierto modo, primicias de sus creaturas. R.

EVANGELIO
El grano de mostaza se convierte en un arbusto y los pájaros hacen su nido en las
ramas.
Del santo Evangelio según san Mateo: 13, 31-35

n aquel tiempo, Jesús propuso esta otra parábola a la muchedumbre:


E “El Reino de los cielos es semejante a la semilla de mostaza que un
hombre siembra en su huerto. Ciertamente es la más pequeña de todas
las semillas, pero cuando crece, llega a ser más grande que las hortalizas y
se convierte en un arbusto, de manera que los pájaros vienen y hacen su
nido en las ramas”.

3 1 de julio | | 53
Les dijo también otra parábola: “El Reino de los cielos se parece a un
poco de levadura que tomó una mujer y la mezcló con tres medidas de harina,
y toda la masa acabó por fermentar”.
Jesús decía a la muchedumbre todas estas cosas con parábolas, y sin
parábolas nada les decía, para que se cumpliera lo que dijo el profeta: Abriré
mi boca y les hablaré con parábolas; anunciaré lo que estaba oculto desde la crea­
ción del mundo.
Palabra del Señor. R. Gloria a ti, Señor Jesús.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS


Que te agraden, Señor Dios, las ofrendas que te presentamos en la cele­
bración de san Ignacio, y concede que estos santos m isterios en los
que has puesto la fuente de toda santidad, nos santifiquen en la verdad.
Por Jesucristo, nuestro Señor.

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Le 12, 49


He venido a traer fuego a la tierra, ¡y cuánto desearía que ya estuviera
ardiendo!, dice el Señor.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN


Señor, que este sacrificio de alabanza, que te hemos ofrecido en acción
de gracias en la celebración de san Ignacio, nos lleve a alabar perpe­
tuamente tu gloria. Por Jesucristo, nuestro Señor.

La vida en Cristo se construye con pequeñitas acciones que


parecen insignificantes pero que poco a poco terminarán con­
virtiéndose en vidas grandes que serán capaces de cobijar y
proteger a otros muchos. La vida que Cristo nos da, es discreta
pero segura; silenciosa pero firme; feliz, aunque nunca escanda­
PARA MEDITAR
losa. Los grandes cambios comienzan con pequeñas acciones
que se repiten.

154 I 31 de julio
SANTO ROSARIO

Misterios gozosos
(Lunes y sábados)
La Anunciación.
La Visitación.
El Nacimiento del Niño Dios.
La Presentación.
El hallazgo del Niño Jesús.

Misterios luminosos:
(Jueves)
1° El Bautismo de Jesús.
2" Las bodas de Caná.
3° El anuncio del Reino.
4o La Transfiguración.
5" La institución de la Eucaristía.

Misterios dolorosos:
(Martes y viernes)
V La Oración en el huerto.
2' La Flagelación.
31 La Coronación de espinas.
4' Jesús con la cruz a cuestas.
5" Crucifixión y muerte de Jesús.

Misterios gloriosos:
(Miércoles y domingos)
1° La Resurrección.
2° La Ascensión.
3" La venida del Espíritu Santo.
4" La Asunción de María.
5" La Coronación de María.

I 155
SANTO ROSARIO
Al principio:
El que guía: Por la señal de la Santa Cruz...
Todos: Señor mío, Jesucristo... (Acto de contrición).
El que guía: Hoy vamos a considerar los misterios... (gozosos, luminosos,
dolorosos, gloriosos).
Después de meditar cada uno de los cinco misterios, se dice un Padrenuestro,
diez Avemarias y un Gloria al Padre.
El que guía: Por las intenciones del Santo Padre: Padrenuestro...
- Dios te salve, María Santísima, Hija de Dios Padre, Virgen purísima antes
del parto, en tus manos encomendamos nuestra fe para que la ilumines, llena
eres de gracia...
- Dios te salve, María Santísima, Madre de Dios Hijo, Virgen purísima en el
parto, en tus manos encomendamos nuestra esperanza para que la alientes,
llena eres de gracia...
- Dios te salve, María Santísima, Esposa de Dios Espíritu Santo, Virgen purí­
sima después del parto, en tus manos encomendamos nuestra caridad para
que la inflames, llena eres de gracia...
- Dios te salve, María santísima, templo, trono y sagrario de la Santísima Trinidad,
Virgen concebida sin pecado original. Dios te salve... (se reza la Salve)

Luego se recita la letanía:


Señor, ten piedad de nosotros.
Respuesta: Señor, ten piedad de nosotros.
Cristo, ten piedad de nosotros.
R. Cristo, ten piedad de nosotros.
Señor, ten piedad de nosotros.
R. Señor, ten piedad de nosotros.
Cristo, óyenos.
R. Cristo, óyenos.
Cristo, escúchanos.
R. Cristo, escúchanos.
Dios Padre celestial,
R. Ten piedad de nosotros.
Dios Hijo, Redentor del mundo,
R. Ten piedad de nosotros.
Dios Espíritu Santo,
R. Ten piedad de nosotros.
Santísima Trinidad que eres un solo Dios,
R. Ten piedad de nosotros.
Santa María, Vaso digno de honor,
Santa Madre de Dios, Vaso insigne de devoción,
Santa Virgen de las vírgenes, Rosa mística,
Madre de Cristo, Torre de David,
Madre de la Iglesia, Torre de marfil,
Madre de la misericordia, Casa de oro,
Madre de la divina gracia, Arca de la alianza,
Madre de la esperanza, Puerta del cielo,
Madre purísima, Estrella de la mañana,
Madre castísima, g Salud de los enfermos, o
Madre virgen, b Refugio de los pecadores,
Madre sin corrupción, Ayuda de los migrantes,
Madre inmaculada, Consuelo de los afligidos,
Madre amable, o Auxilio de los cristianos,
Madre admirable, Reina de los ángeles,
Madre del buen consejo, w> Reina de los patriarcas,
Madre del Creador, Reina de los profetas, E
Madre del Salvador, Reina de los apóstoles,
Virgen prudentísima, Reina de los mártires,
Virgen digna de veneración, Reina de los confesores.
Virgen digna de alabanza, Reina de las vírgenes,
Virgen poderosa, Reina de todos los santos,
Virgen clemente, Reina concebida sin pecado
Virgen fiel, original,
Espejo de justicia. Reina elevada al cielo,
Trono de la Sabiduría, Reina del santísimo Rosario,
Causa de nuestra alegría, Reina de la familia,
Vaso espiritual, Reina de la paz,
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo,
R. perdónanos, Señor.
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo,
R. escúchanos, Señor.
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo,
R. ten piedad de nosotros.

Bajo tu amparo...
El que guía: Ruega por nosotros, santa Madre de Dios.
Todos: Para que seamos dignos de alcanzar las divinas gracias y promesas
de nuestro Señor Jesucristo.
O re m o s:
Te rogamos, Señor, que concedas a nosotros, tus siervos, gozar de perpetua
salud de alma y cuerpo, y que, por la gloriosa intercesión de la bienaventurada
siempre Virgen María, seamos libres de las tristezas de la vida presente y goce­
mos de las alegrías de la vida eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
I 157
12 - Vamos cantando al Señor
T. y M.: Antonio Espinosa

1 - f]e J r -j
f e LP— f --------P ~ *-•------- f e
Va - mos can - ta n - d o jil Se - ñor:________ Él

A7 D
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es ______ n ú e s - t r a j i - le - grí - a ___________ Fin

D G D G
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T -- - " ... >.. .... J__ pv_
r.. *4 ..*
- f ----------- = ) ~i f e f e ■M
i.- La luz de un nue - vo di - a ven - ció a la os-cu - ri -
2.- La ro ca que nos sal - v a ___ es Cris to núes-tro
3.- Los cié los y la tie - rra___ a - cía man al Se -
4.- U - ni dos co-mo her - ma - nos___ ve - ni mos a tu al-

pi dad,. que bri


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llenen
Ji ]> IJ
núes - tras al - mas.
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la
Dios, lie - gue mos dan - do gra - cias. a
ñor:_ “ha he cho ma - ra vi - lias,, in -
tar, _ que lie nes núes - tras vi - das. de a -

Bm Gm A7
r f e j r i — ------- K s----- S ----- V - — 1--------- f e ^
f e ...
4 - r l ... f e . ± = i \1--- J .0

luz de la ver - dad. D.C.


núes . tro Re - den - tor. D.C.
men so es su a - mor”. D.C.
mor y de a - mis - tad. n.C. al Fin

Encuentre éste, y muchos cantos más en Escucha, Señor, nuestro canto, de


Buena Prensa,Tomo II, página 14.
I 159
LA IGLESIA ORA UNIDA POR LAS INTENCIONES
DEL SANTO PADRE
Oremos para que los católicos
pongan en el centro de su vida
la celebración de la Eucaristía, que transforma
profundamente las relaciones humanas
y abre al encuentro con Dios y con los hermanos.

- Que quienes hemos sido bautizados tengamos como centro de nuestra vida la
Santa Misa.
- Que al alimentarnos sacramentalmente del Cuerpo y la Sangre de Cristo crezcamos
en santidad.
- Que nuestro constante encuentro con Cristo en la Eucaristía nos lleve a amar más a
Dios y al prójimo.

¡Te lo pedimos a ti, Padre del cielo,


que nos diste a tu Hijo para salvarnos!
***
Sá 1 S. A a r ó n Lq 17 . S ta s . J u s ta y R u fin a

Do 2 S ta . M o n e g u n d a Ma 18 S. A r n u lf o
Lu 3 S to . T o m á s , a p ó s t o l Mi 19 Bta. M aría V ic e n ta d e S a n ta D o r o t e a
Ma 4 N u e s t r a S e ñ o r a d e l R e fu g io . Ju 20 S. A p o l i n a r
S ta . Is a b e l d e P o r tu g a l Vi 21 S. L o r e n z o d e B rin d is
Mi 5 S. A n t o n i o M a ría Z a c a r í a Sá 22 S ta . M a r ía M a g d a le n a

Ju 6 S ta . M a r ía G o r e t t i Do 23 S ta . B ríg id a

Vi 7 S. P a n t e n o d e A le ja n d r ía Lu 24 S. C h á r b e l M a k h lü f

Sá 8 S. A d r i a n o III Ma 25 S a n tia g o , a p ó s t o l
Do 9 Ss. A gustín Z h a o R ong y c o m p a ñ e r o s Mi 26 Ss. J o a q u ín y A n a

Lu 10 S ta s . A n a t o l i a y V ic to r ia Ju 27 S. C e l e s tin o 1

Ma 11 S. B e n ito , a b a d Vi 28 S .V íc to r 1
Mi 12 Ss. N a b o r y F é lix Sá 29 S to s . M a r ta , M a r ía y L á z a r o

Ju 13 S. E n r iq u e Do 30 S ta . M a ría d e J e s ú s S a c r a m e n t a d o
V e n e g a s . S. P e d r o C r i s ó l o g o .
Vi 14 S. C a m ilo d e L elis

Sá 15 S. B u e n a v e n t u r a Lu 31 S. Ig n a c io d e L o y o la

Do 16 N u estra S eñ ora del C arm en

160 I
Santa María Magdalena

Por decisión del Papa Francisco, en el 2016, celebra­


mos el 22 de julio a santa María Magdalena como una
fiesta. Si bien por tradición se le identifica como la peca­
dora perdonada o como hermana de Lázaro y Marta, lo
cierto es que, la mañana de la Resurrección, Jesús mismo
se le presenta y la envía en misión, como discípula muy
querida, a anunciar que él ha vencido a la muerte.

Oración:
Santa María Magdalena,
tú, que fuiste perdonada por Jesús;
tú, la que has amado mucho;
enséñanos el camino de la conversión.
Por amor, seguiste a Jesús hasta el pie de la cruz;
enséñanos a perseverar y mantener la esperanza
en los momentos de prueba.
Para que, en tu compañía, podamos también anunciar,
con alegría, que el Señor ha resucitado,
que esa esperanza transforme nuestra vida.
Intercede por nosotros y ruega al Maestro por la Iglesia.
Amén.

Portada:
Cristo sanando a un hombre ciego en el camino a Jericó.
Pieter Norbert van Reysschoot (1738 - 1795).
Gante, Bélgica.
C ontraportada:
Aparición de Cristo a María Magdalena (No me toques)
Tiziano Vecellio (1488 -1576).
Galería Nacional de Londres.
b Buena
P Prensa

~ Testigos del am or ~

Santa María Magdalena

rv.
o
o

O bra d e lo s je s u íta s d e M éxico al se r v ic io d e la m is ió n d e la Ig lesia

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