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Libro IV DE LOS SISTEMAS DE ECONOMIA, POLITICA! De ext Tibro se incluye una sleccign que representa sproximads ‘mente la mitad del original, Con objeto de failita la localizacin ses fala cl nimero del capitulo correspondiente. Tres puntos suspensivos indian la existenca de texto no recogido La economia politica, considerada como una rama de la ciencia del hombre de estado o legislador, se plantea dos objetivos distintos: en primer lugar, conseguir un ingreso una subsistencia abundantes para el pueblo, o més pre- cisamente que el pucblo pueda conseguir ese ingreso 0 esa subsistencia por si mismo; y en segundo lugar, pro- porcionar al estado o comunidad un ingreso suficiente para pagar los servicios piblicos. La diferente evolucién de la riqueza en distintas épocas y naciones ha dado lugar a dos sistemas de economia po- litica con relacién al enriquecimiento de los pueblos. Un sistema puede ser denominado comercial y el otro agi cola, Procuraré analizar ambos de la forma més completa y clara que pueda, y empezaré por el sistema mercantil, que es el moderno y el mejor conocido en nuestro pais y nuestro tiempo. 539 sto ‘Adam Smith I +»Se supone que un pais rico, igual que una persona rica, es un pais donde abunda el dinero; y se supone que acopiar oro y plata en cualquier pais es el medio mas sen- «illo de enriquecerlo, ..EI Sr. Locke observa...que el oro y la plata constituyen la parte mas sélida y sustancial de la riqueza mueble de una nacién, y piensa por ello que la rmultiplicacién de esos metales debe ser el objetivo princi pal de su politica econémica. Otros ereen que si una nacién pudiese separarse del resto del mundo, poco importaria si el dinero que circu- lase en ella fuese abundante o escaso. ..Pero piensan que ‘ocurre lo contrario cuando los paises tienen conexiones con naciones soberanas, y estén obligados a entablar gue~ rras en el exterior y a mantener flotas y ejércitos en luga- res distantes. Esto no puede hacerse, sostienen, sin remi- tir dinero para pagarlos, y una nacién no puede remitir mucho dinero al exterior si no cuenta con bastante en el Como consecuencia de estas nociones populares, todas las naciones de Europa han estudiado, aunque con poco fruto, cualquier medio posible para acumular oro y plata. Espafia y Portugal, propietarias de las principales minas que suministran esos metales a Europa, han prohibido su exportacién bajo severisimas penas o la han sometido a clevados aranceles. Prohibiciones anélogas formaron par- te antiguamente de la politica de la mayor parte de las otras naciones europeas. . Cuando esos paises se hicieron comerciales, los merca- deres comprobaron que dicha prohibicién resultaba en muchas ocasiones extremadamente inconveniente... por ello protestaron ante esa medida debido a que perjudi- caba al comercio. Argumentaron primero que la exportacién de oro y Lariqueza de las naciones sa plata para adquirir bienes extranjeros no siempre dismi- rufa la cantidad de esos metales en el reino. Al contrario, con frecuencia la aumentaba porque...esos bienes podian ser re-exportados a paises extranjeros y, al ser vendidos alli con un amplio margen de beneficio, hacfan entrar al pais un tesoro muy superior al que habfa sido original- mente retirado para adquirielas. El Sr. Mun compara esta acci6n del comercio exterior con la siembra y la cosecha ena agricultura. . ‘Afirmaron en segundo lugar que esa prohibicién no era capaz de impedir la exportacién de oro y plata, porque debido a su reducido volumen en proporcién a su valor podian ser facilmente contrabandeados. Dicha exporta- cién sélo podia ser evitada prestando atencidn a lo que Hamaban balanza comercial. Cuando un pais exporta mas valor del que importa queda un saldo a su favor a cargo de paises extranjeros, que necesariamente es pagado con oro y plata, lo que incrementa la cantidad de esos metales en el reino, Pero cuando importa por mas valor del que exporta el saldo es en contra del pais, que lo ha de pagar de la misma manera, con lo que esa cantidad disminuye. ‘en tal caso la exportacién de esos metales no im- pediria que se produjese, sino que sélo la encareceria, al hacerla mas peligrosa. .. Esos argumentos eran en parte correctos y en parte so- fismas. Eran correctos cuando sostentan que la exporta- cidn de oro y plata en el comercio podia ser a menudo ventajosa para el pais, y que ninguna prohibicién impedi ria esa exportacién si las personas vefan que les conv‘ Pero eran sofismas cuando suponian que la preservac el aumento en la cantidad de dichos metales requerian més atencién por el gobierno que la preservacién o au- mento en la cantidad de cualquier otra mercancia itil, que Ia libertad de comercio siempre consigue suministrar ade- cuadamente, sin ninguna atencién de ese tipo. También 502 ‘damn Smith eran sofismas, quizas, al subrayar que el precio del cam- bio elevado necesariamente aumentaba lo que llamaban la balanza comercial desfavorable, o que ocasionaba la ex- portacién de una cantidad mayor de oro y plata. Es evi- dente que ese precio alto era extremadamente perjudicial para los comerciantes que tenfan que pagar sumas en pai- ses extranjeros. Debian entregar més dinero para comprar las letras de cambio que sus banqueros les giraban sobre esos pafses. Pero aunque el riesgo derivado de la probibi- cidn puede ocasionar gastos extraordinarios a los banque- os, no necesariamente extrac més dinero del pais. Este gasto serfa generalmente desembolsado en el pais, en el contrabando de dinero hacia el exterior, y rara vez oca~ sionaria la exportacidn de seis peniques més de lo nece- sario para pagar la letra. Ademés, el alto precio de los cambios dispondrfa naturalmente a los comerciantes a equilibrar lo més-posible sus exportaciones y sus impor- taciones, para que ese alto precio fuese pagado sobre una suma tan pequefia como resultase posible. Asimismo, si el precio de los cambios es elevado, ello opera necesaria~ ‘mente como un impuesto, al elevar el precio de los bienes importados y disminuir por ello su consumo, lo que tiende no a aumentar sino a disminuir lo que denomina- ban la balanza comercial desfavorable, y consiguiente- mente la exportacién de oro y plata. En cualquier caso, esos argumentos convencieron a la gente hacia la que fueron dirigidos. Los comerciantes los dirigieron a los parlamentos, a los consejos de los princi- pes, a los nobles y caballeros. Fueron argumentos lan- zados por quienes supuestamente entendfan el comercio hacia quienes sabfan que de eso no sabjan nada. La expe- riencia demostraba a los nobles y a los caballeros, tanto como a los mercaderes, que el comercio exterior enrique- cfa al pafs pero ninguno sabia c6mo o de qué manera, Lo ‘que los comerciantes sabjan perfectamente era cémo los La riqueza de las naciones 30 enriquecia a ellos. Era su oficio saberlo, Pero conocer de ‘qué manera enriquecia al pafs cafa fuera de su competen- cia, No consideraban nunca la cuestidn, salvo cuando so- licitaban alguna modificaciGn en las leyes relativas al co- mercio exterior. Entonces resultaba necesario decir alguna cosa sobre los efectos benéficos del comercio ext rior y sobre la manera en que esos efectos eran obstacul zados por la legislacién vigente. A las personas que de- bian decidir sobre las medidas a adoptar, el argumento de {que el comercio exterior traia dinero al pais, y que las le- yes en cuestién impedian que entrase tanto como entraria ‘en otro caso, les parecia plenamente satisfactorio. ¥ el ar- gumento producia el resultado deseado. ..La atencién de los gobiernos se desplaz6 de la vigilancia contra la expor- tacién de oro y plata a la vigilancia de la balanza comer- cial, nica causa que podia aumentar o disminuir esos metales. De una preocupacién estéril se pasé a otra mu- cho més intrincada y embarazosa, pero igualmente estéri El titulo del libro de Mun, La riqueza de Inglaterra por el comercio exterior, se convirtié en la maxima fundamental de la economia politica... El comercio interior o local, que es el mas importante de todos, el comercio que con un mismo capital genera el mayor ingreso y crea el maximo empleo para la poblacién del pais, fue considerado como ‘mero subsidiario del comercio exterior... Un pais sin minas propias debe indudablemente obte- ner su oro y plata en el exterior, igual que obtiene sus vi- ros un pais sin vinedos. No es necesario que el Estado atienda més a uno de estos objetos que al otro. ..Pode- mos confiar con total seguridad en que el comercio libre nos proveerd del vino que necesitamos, y con la misma seguridad en que siempre nos suministraré todo el oro y toda la plata que podamos comprar o emplear en la circu- lacién de nuestras mercancias 0 en otros usos. La cantidad de cualquier mereancia que el trabajo hu- 544 ‘Adam Smith ‘mano puede comprar o producir se regula naturalmente en cualquier pais por la demanda efectiva, o la demanda de aquellos que estin dispuestos a pagar el total de la renta, el trabajo y los beneficios que hay que pagar para prepararla y traerla al mercado. Pero ninguna mercancia se regula més facil y precisamente segiin esa demanda efectiva que el oro y la plata, porque debido a su pequefio volumen y gran valor, ninguna mercancia puede ser transportada de un sitio a otro mas facilment Cuando la cantidad de oro y plata importada en un pais supera a la demanda efectiva, ninguna vigilancia esta- tal impedira su exportaci6n, Todas las sanguinarias leyes de Espaia y Portugal no son capaces de conservar el oro y la plata en esos paises. Si el oro y la plata escasean en un pais que tiene medios para comprarlos, hay mas expedientes para sustituirlos que si se trata de casi cualquier otra mercancia. Si faltan Jas materias primas de las manufacturas, la industria se detiene. Si faltan alimentos, la gente pasa hambre. Pero si falta dinero, el trueque puede reemplazarlo, aunque con muchos inconvenientes. La compraventa a crédito, y la cancelacién reciproca de los créditos de los comerciantes, luna vez por mes o por aiio, puede reemplazarlo con me- nos inconvenientes. Un papel moneda bien regulado puede suministrarlo no sélo sin ningiin problema, sino en ‘ocasiones con algunas ventajas. Desde cualquier punto de vista, entonces, nunca se emplea mas innecesariamente la accién del gobierno que cuando se dirige a vigilar la pre- servacién o el aumento de la cantidad de dinero de un ais. Y sin embargo, no hay queja més extendida que la de la escasez. de dinero. EI dinero, como el vino, siempre seri escaso para los que no tienen medios para comprarlo ni cexédito para tomarlo prestado. Los que tienen cualquiera de ellos rara vez echarin en falta el dinero o el vino que La riqueza dels naciones 545 necesiten, ..Serfa ridiculo proceder seriamente a demos- trar que la riqueza no consiste en dinero ni en oro ni plata sino en lo que el dinero puede comprar, y sélo vale por- que lo puede comprar. Es evidente que el dinero siempre forma parte del capital nacional, pero ya ha sido expli- cado que generalmente esa parte es pequefia y siempre es la menos rentable del mismo. El comerciante sabe que es mas ficil comprar bienes con dinero que dinero con bienes, pero ello no es asi por- que la riqueza consista esencialmente en dinero, sino por- que el dinero es el instrumento del comercio reconocido y establecido, a cambio del cual todas las cosas se entre- gan sin problemas, pero que no siempre resulta igual- ‘mente sencillo obtener a cambio de cualquier cosa. ..Pero aungue un comerciante en concreto, con abundancia de articulos en su almacén, puede a veces arruinarse al no conseguir venderlos a tiempo, la nacién o el pais no estin expuestos al mismo accidente...Si el oro y la plata no pu- diesen ser obtenidos 2 cambio de los bienes destinados a comprarlos, la nacién no se arruinaria. Sin duda sufriria pérdidas e inconvenientes, y se veria forzada a recurrit a los expedientes necesarios para reemplazar a la moneda. Pero el producto anual de su tierra y su trabajo seguirla siendo el mismo o casi el mismo... ¥ aunque los bienes no siempre obtienen dinero con la misma facilidad con la que el dinero obtiene bienes, a largo plazo ocurre lo con- trario: éstos lo consiguen a aquél més facilmente que a la inversa. Los bienes sirven para muchas cosas aparte de adquirir dinero, pero el dinero sélo sirve para comprar bienes. Por lo tanto, el dinero necesariamente corre tras los bienes pero los bienes no siempre ni necesariamente corren tras el dinero. Se dice que los bienes de consumo son perecederos mientras que el oro y la plata perduran, y que sino fuera or su exportacién podrian ser acumulados durante mu- 546 ‘Adam Smith chos afios, lo que incrementaria espectacularmente la ri- queza del pais. Se concluye de ahi que nada es més perju- dicial para la nacién que el comercio que entrega una mercancia tan duradera a cambio de otras tan efimeras. Sin embargo, no pensamos que es desventajoso el comer- cio de articulos ingleses de ferreteria por vinos de Fran- cia, y eso que los utensilios de ferreteria son muy dura~ deros: si no fuese por su exportacién podrian ser acumulados durante largos afios, lo que incrementaria es~ pectacularmente la cantidad de ollas y sartenes del pais. Fécilmente se comprende, sin embargo, que el mtimero de estos utensilios esta limitado en cualquier lugar por el uso ‘que se pueda hacer de ellos, que seria absurdo tener mas ollas y sartenes de las necesarias para cocinar los alimen- tos que habitualmente se consumen alli, y que si la canti- dad de vituallas aumenta, el ntimero de ollas y sartenes aumentaria rpidamente también, y una parte de la canti- dad incrementada de vituallas se invertiria en su compra o en la manutencién de un niimero adicional de los trabaja- dores que las fabrican. Deberia comprenderse de forma igualmente inmediata que la cantidad de oro y plata esté limitada en cualquier pais por el uso que se pueda hacer de ellos; que su uso consiste en la circulacién de mercan- «fas, como moneda, ¥ el suministro de una especie de mo- biliario doméstico, como la vajilla que la cantidad de di- nero en cualquier pais esta regulada por el valor de las rmercanefas que circulan gracias a ella: si aumenta ese va- Jor, una fraccién del mismo sera inmediatamente remitida al exterior para comprar, en cualquier parte, la cantidad adicional de moneda necesaria para hacerlo circular; que la cantidad de vajilla esta regulada por el mimero y ri- queza de las familias privadas que se permiten esa clase de magnificencias: si aumenta el ntimero y la riqueza de esas familias, es probable que una seccién de esta riqueza in- crementada se destine a la compra, en cualquier parte, de La riquees dels nciones sa ‘una cantidad adicional de vajilla; que intentar aumentar la riqueza de cualquier pais introduciendo 0 bloqueando en lana cantidad innecesaria de oro y plata es tan absurdo ‘como intentar aumentar el bienestar de las familias obli- gindolas a tener un niimero innecesario de utensilios de No siempre es necesario acumular oro y plata para que un pais pueda entablar guerras en el exterior y mantener flotas y ejércitos en paises lejanos. Las flotas y los ejérci- tos no son mantenidos con oro y plata sino con bienes de ‘consumo. La nacién que tenga, gracias al producto anual de su actividad local, gracias al ingreso anual proveniente de su tierra, trabajo y capital, los medios para comprar ‘esos bienes en paises distantes, puede financiar guerras en al exterior... Las mercancfas més adecuadas para ser transportadas a lugares lejanos con objeto de adquirir alli la paga o las provisiones de un ¢jército...son las manufacturas mas znas y modernas, que contienen un alto valor en un redu- cido volumen, y que por ello pueden ser exportadas a grandes distancias con un coste pequefio. Un pais cuya industria produzca un amplio excedente anual de tales manufacturas, que normalmente son exportadas a paises extranjeros, puede sostener durante muchos afios una fonerosa guerra en el exterior no sélo sin exportar nit guna cantidad importante de oro o plata, sino incluso sin tener ninguna cantidad para exportar. La importacién de oro y plata no es el principal ni mu- cho menos el tinico beneficio que una nacién deriva de su comercio exterior. Cualesquiera sean los sitios que enta- blan dicho comercio, todos ellos obtiene del mismo dos tipos de ventajas. El comercio exterior retira la parte ex- cedente del producto de su tierra y su trabajo, para la que no existe demanda en el pais, y trae de vuelta a cambio de ella otra cosa para la que si hay demands. ...Asi, la estre- 38 chez del mercado local no impide que la divisién del tra- bajo en ninguna rama de las artes o las manufacturas al- cance el grado més alto de perfeccidn. Al abrir un mer- cado més amplio para cualquier parte del producto de su trabajo que pueda exceder el consumo del pais, lo e mula a mejorar sus capacidades productivas y a expandir su producto anual al méximo, y de esta manera a incre- ‘mentar el ingreso y la riqueza reales de la sociedad. ..La importacién del oro y la plata que sean necesarios en los paises que carecen de minas es indudablemente una parte del comercio exterior, pero una parte sumamente insigni- ficante. Si un pais se lanza al comercio exterior s6lo por ‘esa raz6n, apenas necesitaréfletar un barco por siglo. 'No ha sido gracias a la importacién de oro y plata que el descubrimiento de América ha enriquecido a Europa. La abundancia de las minas americanas ha vuelto a esos metales més baratos. Una vajilla de plata puede com- prarse hoy con la tercera parte del cereal, o la tercera parte del trabajo que habria costado en el siglo Xv. ..Pero cuando una mercancia pasa a venderse por la tercera parte de su precio habitual, no sdlo sucede que los que la com- praban antes pueden comprar tres veces més, sino que la ‘mercancia desciende a un nivel donde aparecen muchos otros compradores, quizés diez o veinte veces més que antes. Asi, en Europa puede haber hoy no sdlo tres sino veinte o treinta veces la cantidad de articulos de oro y plata que habria, incluso en su estadio actual de desarro- Ilo, si las minas de América nunca hubiesen sido descu- biertas. En esa medida Europa ha cosechado sin duda una ventaja real, pero seguramente insignificante. ..E1 descu- brimiento de América, no obstante, dio lugar a un cam- bio mucho més fundamental. Al abrir un nuevo e inago- table mercado para todas las mercancias de Europa dio lugar a nuevas divisiones del trabajo y progresos en las artes que jamas habrian tenido lugar en el estrecho La riqueza de as naciones 59 circulo del antiguo comercio, por falta de un mercado que comprase la mayor parte de la produccién. La capaci dad productiva del trabajo mejoré, la produccién au- ‘menté en todos los paises europeos y con ella el ingreso y la riqueza reales de sus habitantes. Las mercancias de Eu- ropa era casi todas desconocidas en América, y muchas de América lo eran en Europa, Por ello se establecié un nuevo conjunto de intercambios, que antes habria sido inconeebible, y que por naturaleza debia resultar tan pro- vechoso para el nuevo continente como ciertamente lo fue para el viejo. La salvaje injusticia de los europeos hizo que un acontecimiento que deberia haber sido benefi-

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