Está en la página 1de 9
LUIS ALBERTO ROMERO. VOLVER A LA HISTORIA Su ensefianza en el tercer ciclo de la E.G.B. e AIQUE | 6 copies Aue Gupte SA iS Daa dc oomctem Hecho ef depesito que previene ta ley 11.723 LIBRO DE EDICION ARGENTINA, [.SB.N.950-701-371-7 ‘Segunda edicidn Prinera reimpresica ee Hie coc fr ue, itis wwii y nies de pan INDICE «asa aad COE EE EERE EEO ELE POCO LS? Aik Capitulo I.El enfoque...... |. La realidad 1.1, Una realidad historica compleja . a) El campo de lo econémico ) El campo de lo social... .. ©) El campo de lo politico 4) El campo de lo mental. . 1.2. Una realidad histérica coherente 1.3. Estructuras y procesos. . 1.4.Tiempo y duraciones . 15.Los actores de la historia 1.6. La Historia viva 2. El conocimiento 2.1. La objetividad: conciencia y saber hist6ricos. . a) La conciencia histérica cada b) El saber histérico.. eee ee 2.2. Un conocimiento problemitico,en construc ¢ inacabado. . 10. se Seed i 35 3. Desarrollos recientes s+... +39 Capitulo 2. Como se ensefia historia: una mirada critica......... sett ned 1. La historia argentina, entre el yelrevisionismo........ abies existe 2. Los nuevos idolos ..... 2. La ilusién de to cereano” y ta Historia local - 22. Las “ciencias sotiales”. 20.0.0... ee. Capitulo 3. Qué historia ensefiar: actitudes y procedimientos .......2...2.6....53 |. La Historia y el presente: utilidad y compromiso .. . 54 2. Procedimientos y construccién del conocimiento. . . 58 2.1.Tiempo y espacio i 59 2.2. Pensar a partir de problemas... _ 6 2.3. Construir nuevo conocimiento. «+. +++. a1, 24. Pensar en términos de conexiones. . 63 ‘2.5. Saber leer... . 64 Capitulo 4. Qué historia ensefiar. Contenidos conceptuales .....++eseeeeee ees 65 I. Historia nacional, latinoamericana y occidental .... 66 2. Contenidos conceptuales y realidad histérica . 68 2.1. Bloques de contenidos: fundamentacion .......+++++++70 2.2. Bleques de contenidos: organizacién tematica a Capitulo 5. Un ejemplo. La sociedad feudal........99 Capitulo 6. Orientaciones bibliograficas......... 105 Epilogo. Actualizacién personal y permanente. . .. 115 INTRODUCCION El tercer ciclo de la Ensefianza General Bésica (EGB) plantea nue- vos problemas para la ensefianza de Historia.y a la vez un formidable de- safio, En el primer ciclo sobre todo, en el segundo, se realiza una prime- a aproximacion a la ensefianza de la Historia, indispensable como funda- mento, pero necesariamente parcial, tanto desde el punto de vista de los, contenidos como de la complejidad del enfoque. En el tercer ciclo, los Contenidos Bisicos Comunes (CBC) propo- nen el examen global de la Historia de la humanidad, incluyendo la Histo- ria Argentina y Latinoamericana. A la vez, se propone un enfoque que, convenientemente adecuado, recoja toda la complejidad de la mirada del historiador. Resta atin la elaboracién de los disefios curriculares de las rrespectivas jurisdicciones, Pero independientemente de esta tarea institu- ional, hay una que es especifica de los docentes: adecuarse a la propues- ta que surge de los CBC. Los desafios son varios: una seleccién y ordenacién de contenidos {que tenga en cuenta el tiempo disponible y que a su vez sea coherente y explicativa (es decir, lo contrario de la acumulacién informe de datos); una ensefianza que recoja fa complejidad y riqueza de la realidad histérica y la presente de manera a la vez atractva. Todo ello supone que e! docente al- ‘ance un conocimiento de |a materia ensefiada proximo a lo que hoy son los enfoques de los historiadores profesionales. Muchas veces se ha hablado de la distancia existente entre lo que se ensefia en el aula y la ciencia 0, mas modestamente, la practice de los historiadores profesionales. No s¢ si en el caso de la Historia esta distan- cia es mayor o igual que en otras disciplinas, pero existe. Como toda afir- macién general, debe ser matizada, pues me consta que hay excelences docentes, perfectamente actuelizados. Pero también s¢ que las deficiencies existen, ya sea por las caracteristicas de la formacién docente —un cam- ee ee eo CapituLo Il Como se ENSENA Historia: UNA MIRADA CRITICA Por distintos motives, quienes deben ensefiar Historia encuentran cada vez més dificil responder a la pregunta elemental pero decisiva~ acerca de para qué sirve el conocimiento de algo que aparece como un pasado muerto, ineapaz de relacionarse con el presente vivo, sin duda mu- cho més incitante y atractivo. Muchos intentaron resolverlo con nuevas formulas didécticas, pero no creo que el problema se limite a eso. Me parece que lo principal es la ausencia o la debilidad de una no- cién estructurada y comprensible del objeto mismo de la historiala vida ‘en sociedad, Este problema tiene que ver sobre todo con las concepciones historiograficas tradicionalmente vigentes en el ambito de la ensefianza, coincidentes con lo que era la practica de los historia- dores hace casi cien afios y que hoy, aunque perdure en algunos ambitos, se encuentra totalmente superada. Basta comparar un libro de texto es tandar del nivel medio de hace cinco o diez con una obra que por enton- ces alcanzé gran difusion Historia de la vida privada, dirigida por G. Duby y Ph. Aries— para apreciar la magnitud de la brecha existente entre lo que ya era la practica corriente de los investigadores historicos y lo que se ‘ensefiaba en general en las instituciones educativas de nivel medio. En aquella historia tradicional dominaban los temas relacionados con la politica y las instituciones: los gobiernes, las guerras, la diplomacia, las constituciones. Se circunscribie a algunos grandes hombres: reyes, ge nerales © presidentes, y por detrés de ellos “la nacion”,encendida como, una esencia inmutable que se desenvolvia a lo largo del proceso histori- co, 0 una “cultura” (le griega, la egipcia) igualmente esencial ¢ indefinida. Las acciones de los hombres se plasmeban en “hechos”, 7 taren de Volver o le Hisiona 4 “ |.LA HistoriA ARGENTINA, ENTRE EL LIBERALISMO Y EL REVISIONISMO. segin la célebre formula del historiador alemén Ranke), a partir de los En el caso de la historia argentina existe un problema especifico:la documentos escritos, conservados en los archivos. constitucién de una version “revisionista” de la historia, que se enfrenta a {o que ella misma denomina versién “liberal” u “oficial”. La primera se ha instalado en el saber corriente, en el sentido comin, y suele desafiar a la ‘otra, que se presenta con un mayor respaldo institucional. Aunque hoy se ha atenuado, el enfrentamiento fue muy duro, y bloqueé el desarrollo de ‘otras miradas sobre el pasado, que pongan el acento en problemas 0 cam- pos de la realidad diferentes de los que interesan a estas versiones. Por ello, a contraposicién mencionada constituye un elemento importante en el diagnéstico de la situacién. En otro sentido, la ensefianza de la historia fue considerada un ins- ‘trumento privilegiado para la formacién de los valores civicos y patrioti- cos y para Ia integracién nacional, lo que cargé a la disciplina de un fuer- ‘te contenido valorizador y ejemplificador. Asi se conformé la historia “oficial” y sus héroes “de bronce”, fuente de muy explicables desconfian- ras y rechazos, Se llega de esta manera a una historia de hechos, personajes y fechas, ten la cual se suele renunciar a toda explicacion general, més alla de su ex: pposici6n cronologica, Casi naturalmente, su ensefianza pone el acento en la retencién de esos nombres, hechos y fechas, y a falta de raz6n organizado- ‘ra,se impone la memoria. El conocimiento memoristico -ciertamente co- mun a otras disciplinas~ es la consecuencia natural de una imagen de la rea- lidad historica que excluye del pasado cualquier racionalidad. El revisionismo crecié fuera de los ambitos académicos; constituyo sus propios nicleos y ambitos de discusién y legitimaci6n, pero sobre to- do tuvo una rara capacidad para difundirse por medios no académicos ni institucionales, particularmente a través de los libros de sus autores. Su éxito se mide por la capacidad que demostré para crear un nuevo senti- do comin histérico, quizés mas fuerte hace diez o quince afios que hoy, pero sin duda presente en vastos sectores de la sociedad y en una por- in importante de_docentes, Estos problemas son bien conocidos y han sido sefalados reitera- damente, No creo que la asi llamada “historia tradicional” sea defendida 5 SGU SSHRSTIT ANNE NS NPR PAB SANSA IL MELE En rigor, el revisionismo no constituye una escuela Gnicas su singu- alternativa coherence. No hay hoy un debate abierto sobre “vieja” y“nue- a: - i ac laridad reside principalmente en va" historia, Hay en cambio algunas discusiones nuevas, que implican tan- 2 i “tendencies diferentes, y en ccasioi fet aorta como cheep saiey.2 Anlsaeria Soe CARRE STRSS as por Su oposicién alla versién “oficial” atacada, Tampoco los revsionis- fanza curricular, que me parece importante plantear. os han f jo una dentidad inmutable a través del tienipo: desde su emergencia en la décadz de 1930 han ido adeciéndose a los problemas de los distintos momentes, recogiendo en cada ocasion zleuna tendencia isidente o comtestataria de fa sociedad. ‘rancamente opuestes, pero unifica: El revisionismo estuyo_ sin duce presente en la escuela medi, se aguramente més de lo que pueden indicat bi Hbros de tex en so, pese a que se lo detecte -en su versién hispanista e integrista- particularmen- te en los que circulan en algunos sectores de la enseftanza privada. Pero, sobre todo, esta presente en profesores y en alumnos. En un cierto sen= tido, deben reconocérsele aportes importantes, vinculados a los proble- mas arriba seftalados. El revisionismo establecié con vigor la relacion es- trecha entre el presente y el pasado. Puso en discusién cuestiones re- lativas a los vinculos de la nacién con los centros internacionales de do- minacién, Demostré, teérica y practicamente, a relacion entre la historia y el presente, particularmente en su dimensién politica. Asimismo, subra- y6 la estrecha relacién entre la economia y la politica, y también entre la politica y las ideas. Probablemente, hizo mucho para explicitar cul es la Utilidad del conocimiento histérico. Pero a la vez, deben sefialarse las limitaciones de la renovacién re- visionista. Desde el punto de vista historiografico, la renovacién ha sido ral” eral”, cambiando los signos valorativos, ‘exaltando la “barba- Tie” y denigrando la “civilizaciGn®, o mejor, lamando barbarie a lo que an- ivilizacién. Hasta alli lleg@ la transformacién, Mas ala, hy 'bo pocos cambios en cuanto a los hechos conacidos:|os historiadores re- Visionistas, mas polemistas que investigadores ~con algunas notables ex- cepciones-, generalmente se basaron en investigaciones hechas por aquellos a quienes combatian; se limitaron a los temas y cuestiones ex- plorados por ellos, a su problemética y, sobre todo, su imagen de lz rea~ lidad histérica y de su comportamiento. Bl interés por fa economia o las ideas simplemente reforzaba, des- de otro Angulo, su subordinacién total a le politica. La idea romantica de “pueblo” sirvié para proponer grandes lineas histéricas que ignoraban lo propio y especifico de cade etapa o epoca, y unian en un bloque indife- renciado las manifestaciones de ese pueblo y a quienes las encarnaban, desde al lejano pasado hasta el presente. Cada corriente revisionista eli- £16 sus propics mojones sign ficativos, y aunque |a mayarts ps6 por la f- gura de Roses, hubo incluso quienes ne |o incuyeron, sin per eso dejar de cobijarse en el ancho parzguas de est polifacética corriente “A ee UO Le presencia del revisionismo en la conciencia colectiva no puede ignorarse. Su complejo aporte no puede ni aceptarse en su totalidad ni rechazarse de plano, Una acticud mas compleja y comprensiva es sin em- bbargo dificil ante el cardcter militante de ese saber excendido. Constituye pues, un elemento problemético de la situacion. 2. Los Nuevos ipotos La cuesti6n del revisionismo tiene que ver con una querella inter- nna de los historiadores y se vive hoy con mucha menos intensidad que ha- ce veinte afios, Las discusiones més recientes en el campo de la ensefian- za no Se originan especificamente en la disciplina, pero, al igual que el re- Visionismo, avanzan hacia su instalacién en el sentido comin. Se trata de {a prioridad asignada a “lo local” 0 “lo cercano”, y de la disolucién de a toria en un campo még vasto, que suele denominarse “ciencias socia- les” pero que, por la homogeneidad curricular y profesional que parece implicar, probablemente deberia llamarse “cient “Tales los nuevos {dolos, que los historiador 2.1. LA ILUSION DE “LO CERCANO” Y LA Historia LOCAL La valoraeién de lo que se llama, genéricamente, la historia local provincial © regional informa muchas de las reformas curriculares realiza- das por distintas jurisdicciones antes de la aprobacion de los CBC. Ta! planteo se basa en dos supuestos. E! primero es que los alumnos cono- ‘cen mejor lo Tas cercenc,y de alli pueden pesara lo res distante El se-_ unde, qué es bueno conocer el medio en que se va a viviry que es con: Yeriente acentuar fe constitucién de uma identidad local provincial o re- _gioral Ciercamente, estos cbjetivos sor adecuados € iinportantes a7 tér minos generaies, pero me parece que fs formas de insonumencarlos. 7 &s consecuencizs pracbcas que se sacan de ellos, conducen en muchos casos Ee aa a planteos equivocados y contradictorios con las metas propuestas. La referencia a la realidad inmediata es til e importante para la motivacién del conocimiento, y actia eficazmente como “disparador” de las preguntas, Pero de esta cuestién no se deriva la conveniencia de atar el proceso de construccién del conocimiento a lo cercano,o de centrar- lo-en él. Desde el punto de vista didéctico, a teoria de lo cercano y lo le- jano, aplicada al conocimiento de la historia, parece pertenecer més bien al campo del sentido comuin que al de la elaboracién cientiica,y quizés a tuna trasposicién mecénica de teorias del aprendizaje desarrolladas para otros campos. Es probable que en un nivel inicial lo “cercano”, es decir el Ambito inmediato donde se desarrolla la vida, sea més facilmente enten- dible, Pero pasado ese momento, y cuando en otras disciplinas el conoci- rmiento se remonta a niveles crecientes de abstraccién, resulta pueril pre- tender que, en Historia, el alumno deba seguir pegado a su inmediatez. La manera de entender la “inmediatez" es harto discutible. Se cues- tiona la ensefianza de las culturas del Lejano Oriente, y se ensefia historia americana. Suponer que la historia de los cazadores prehistbricos america- nos —que solia ser ubicada en algunas propuestas curriculares en la etapa inicial del anterior ciclo medio~ es mas “cercana” que la de los cazadores de otras regiones del orbe resulta, con sélo explicitarla, insostenible. En ccontraposicién, se dice que la historia de Egipto es “lejana”y que por esc “no interesa”, aunque suele reconocerse que [a “prehistoria™ si interesa. Queda claro que en esta distincién esta ausente la variable del cémo se ke censefia, pues la \prehistoria”, quiz porque carece de gobernantes y de fe- cchas, ha quedado al margen de la historia académica tradicional, Nadie ignora que a los nifios les atrae lo fantastico, lo remoto, |o pintoresco ~como se comprueba por los dibujos animados~ de modo que e! problema de le histor'a de Egipto no esti en su desconexion con la experiencia inmediata © con sus potenciales intereses. En suma, dudo de las ventajas atribuidss 2 la ensefanza de “Io cercano” cal como se lo entende. am sare dificil jHasta qué punto puede construirse un conocimiento valido y comprensivo de la realidad social, centrado en la realidad focal, limita- do a ella? Mi impresién es que, por esa via, termina no comprendiéndose la realidad que se dice querer conocer. Si es cierto que hay excelentes ejemplos de historia local o regional ~desde la del Beauvaisis de Pierre Goubert 0 el Montaillou_de Emmanuel Le Roy Ladurie hasta el Pueblo en vilo de Luis Gonzalez, que realizan el ideal de Tolstoi de conocer el mundo a través de la aldea, presumo que todos ellos, excelentes histo- riadores, empezaron por conocer la historia general. 1d local no contiene en si misma las claves de su propia explicacién, mucho menos para nifios o jovenes enfrentados con que estén empezando a construir sus | tas de anilisis. Los pro- ‘Blemas culturales y politicos de la frontera argentino-brasilefia no se ex- plican por Ia historia de Corrientes o de Misiones sino por la relacién en- tre los dos Estados, y por el proceso més vasto de colonizacién y de ex- pansién del mundo occidental en América. La economia azucarera tucu- mana y sus vicisitudes son finalmente un subproducto del desarrollo del capitalismo en la Argentina y en el mundo, y cada una de sus vicisitudes std regida por cambios en la politica del Estado, © por coyunturas de la economia mundial, La protesta de la sociedad catamarquefia en el caso Maria Soledad no se origina en valores elaborados por la propia Catamar- ‘a sino por la asuncién de principios que quiza deberian remontarse a la Declaracién de los derechos del hombre y del ciudadano en el siglo XVII Cada proceso local Ileva i2s huellas de los generales, pero no los in corpora de manera total, sistemética y sobre todo procesal,Ciertament 3e puede, por analogia, pasar cel sistema de regadio del Valle del Rio N gro @ las civilizaciones hidréulicas del Antiguo Oriente, pero destruyendo lo mas precioso de! modo de conocer de la discislina histérica, que es la reconstruccién de los procesos. Esa armenaza a la concepcién de la histo- ria como procesos sodales vastos y con sentido es uno de los aspectos més preocupences del énfasis an el localismo. En cambio, parece vdlido Wegar 2 |o lceal o regional luego de haber- ee fee Beli tice 49 Jo encuadrado en los procesos del Estado nacional —que incluyen elemen- tos especificos, y absolutamente indispensables para entender lo regio- nak y, mas en general, en los contextos americano y occidental. Solo en el marco de esos procesos englobantes, lo cercano, lo inmediato, cobra inteligibilidad. En este sentido, referida,a lo conceptual y no a lo motiva- ional, el estudio de lo local se convierte mas en punto de llegada que de "partida, eLearn - (Quedan finalmente la cuestién de la identidad y el propésito -que compartimos~ de ensefiar “nuestra” historia. El problema reside en los li- mites de esa pertenencia. ES posible construir una identidad circunscrita a un pueblo, o aun a una gran ciudad? {Lo nuestro. se construye a partir de la ignorancia de lo otro? Nuevamente, aqui parecen haberse impuesto los razonamientos del sentido comiin. Es obvio que la historia provincia~ ra debe subsumirse en la identidad nacional. Sin embargo, la ola de loca~ lismo provinciano lo cuestiona, cuando la idea de nacién ~asentada sobre bases tan fragiles~ puede resultar debilitada. En nuestra época de mundia- lizacién, es absolutamente indispensable que la identidad nacional tenga ‘otros marcos de referencia (incluso para afirmarse) los cuales deben ser conocidos e integrados: el latincamericano, el occidental ,y el mundial, en” ese orden. 2.2. Las “CIENCIAS SOCIALES” E| otro tema actual de discusion es la integracién de la historia en reas de conocimiento mas amplias, como ocurre con las asi llamadas “ciencias seciales”. Esta propuesta combina un cierto aire de modernidad —frente a la “tradicionalidad’ de materias como Histona o Geografia con las ventajas de organizacién escolar y hasta de presupuesto, que se- _guramente han pesado en muchos de jos que optaron por esta elternati- vaEs sin duda al mis poderoso de \os “kdolos”. Desde el punto de vista estrictamente cientifico, a historia no se disuelve en las ciencias sociales, ni debe hacerlo. i bien como disciplina se ha beneficiado ampliamente con estimulos y aportes de las restantes cien- cias sociales (creo que el capitulo I de este libro es elocuente al respec- 0), no son menore: ricos y epi vps derivados de enfoques y mane’ jimacién a la realidad, como los {que he sefialado en el mismo capitulo. Porque una cosa es el dislogo en- disciplinas, hoy més intenso que nunca, y otra muy distinta la disolu- ion de ‘eee Estas integraciones, que décadas atrés stuvieron en auge ~y en las que la historia solia tener un papel meramen- te auxiliar o introductorio-, resultaron extremadamente dificiles, y hoy son en general poco apreciadas por los cientificos, que no confunden dia- logar con fusionarse. Lo cierto es que en el campo académico,se ha avan- zado muy poco en la elaboracién de metodologias interdisciplinarias. En el campo de las ciencias sociales existe una intensa circulaci6n y comunicacion, y hay fuerees influencias reciprocas. pero sigue siendo un ‘campo de disciplinas especificas. Cada una de las disciplinas se desarrollé ‘en un campo propio, y particularmente la historia lo ha hecho con una

También podría gustarte