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Violencia y narcotráfico en México

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Universidad Autónoma del Estado de México

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Rector Secretario de Administración

M.A.S.S. Felipe González Solano Lic. Juan Portilla Estrada


Secretario de Docencia Director General de Comunicación
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Cuadernos de Investigacion. Cuarta época/56.

1a. edición 2009

D.R. © Universidad Autónoma del Estado de México


Instituto Literario núm. 100 ote.
C.P. 50000, Toluca, México
http://www.uaemex.mx

ISBN: 978-607-422-060-5

Impreso y hecho en México


Printed and made in Mexico

Edición: Dirección de Difusión y Promoción de la


Investigación y los Estudios Avanzados

El contenido de esta publicación


es responsabilidad del autor.

Queda prohibida la reproducción parcial o total del contenido de la presente obra, sin contar
previamente con la autorización por escrito del editor en términos de la Ley Federal del Derecho
de Autor y en su caso de los tratados internacionales aplicables.
Quiero agradecer el valioso trabajo
del Mtro. Mauricio García Sandoval,
auxiliar de investigación;
Mauricio Andrés Sánchez Romero,
becario; y de
David Manjarrez Escudero, encargado
del apoyo técnico, cuya colaboración
hizo posible la realización del
presente texto.
Asimismo agradezco al
Dr. Ricardo Pérez Montfort por su
apoyo y consideración.
CONTENIDO

INTRODUCCIÓN
13

1. GLOBALIZACIÓN Y NARCOVIOLENCIA
21

Globalización, drogas y violencia 21, El narcopoder global 30, Dro-


gas, violencia y seguridad nacional en México 37.

2. NARCOS, MARIHUANEROS Y MOTEROS


47

Marihuana, marihuaneros y otras yerbas 47, Sinaloa, narcos y


moteros 57, El caso Camarena y los narcos: los inicios de la vio-
lencia 63, El Chapo Guzmán y el cártel de Tijuana: del contubernio
a la violencia 67, El asesinato del Cardenal Posadas Ocampo: la
violencia del narco alcanza a la Iglesia católica 70, Coca, cocaína,
paramilitares, guerrilleros y narcos 74, Los narcos colombianos y el
poder de la coca 77, El cártel de Cali y la violencia internarco 84.

3. LA NARCOVIOLENCIA EN MÉXICO
89

La narcoviolencia de Los Zetas y Los Negros: la batalla campal de


los narcos mexicanos 89, Nuevo Laredo: Los Zetas y Los Negros,
generadores de violencia en la frontera norte 91, La globalización
del narco o Acapulco se tiñe de sangre 107, Por los caminos de Mi-
choacán: ríos de sangre y de cadáveres 108, Tijuana: los territorios
violentos del cártel de los Arellano Félix 112, Las armas del narco-
tráfico 120.
4. OJO POR OJO, DIENTE POR DIENTE: UNA ETNOGRAFÍA DE
LA CRUELDAD
123

Las formas de morir en el narcotráfico: una etnografía de la cruel-


dad 123, El levantón 124, El pozole 125, El acribillamiento en mo-
vimiento 125, El acribillamiento a quema ropa 126, La encobijada
127, La entambada 128, La muerte con mensaje escrito 128, La
muerte con enterramiento colectivo 131, La muerte con bazukazo
131, La muerte por decapitación 134, La muerte con tiro de gracia
136, La muerte filmada 137, La muerte con granada de fragmenta-
ción 140, La muerte en tiroteos callejeros 142.

5. HASTA QUE LA MUERTE LOS ALCANCE: VIOLENCIA,


PERIODISMO Y NARCOTRÁFICO
147

Violencia, narcotráfico y periodismo: silenciando a los medios 147,


Tijuana: no me toques porque mueres 148, Nuevo Laredo: narco,
periodistas y muerte 152, La desaparición del periodista Alfredo
Jiménez Mota en Sonora 156, La muerte de Paco Stanley, el narco
y la politización de una narcoejecución 162, Muerte, periodistas y
narcos en Colombia 164, Medios de comunicación: periodistas e
investigadores del narcotráfico 168, Los periodistas, sus libros y el
narcotráfico 168, La academia y el narcotráfico como línea de inves-
tigación 170, Los mass media mexicanos y el narcotráfico 173.

6. DE NARCOCORRIDEROS, NARCOCORRIDOS Y VIOLENCIA


175

La lírica del narco y la violencia 175, La narcoviolencia y el narco-


corrido 176, Narcocorrideros, narcocorridos y ajuste de cuentas
180, El narcocorrido, emblema popular de los narcos mexicanos
190, El cártel de Tijuana y el narcocorrido 193.
7. NARCOHISTORIAS, NOVELAS Y ESCRITORES
199

La narrativa del narcotráfico y la violencia 199, Fernando Vallejo


y La virgen de los sicarios 200, Élmer Mendoza y Un asesino soli-
tario 201, Miguel Escobar Valdéz y Últimos ritos 203, Juan José
Rodríguez y Mi nombre es Casablanca 205, Arturo Pérez Reverte y
La reina del sur 206, Bernardo Fernández y Tiempo de alacranes
207, Leónidas Alfaro Bedolla y Tierra blanca 208, Carlos Monsiváis
y Viento rojo: diez historias del narco en México 210, Marco Antonio
Zazueta Félix y Hoyo negro 212, Víctor Ronquillo y Un corresponsal
en la guerra del narco 213.

8. APÉNDICE
219

Los aciagos meses de la guerra del narcotráfico: las noticias


periodísticas más importantes relacionadas con la narcoviolencia en
México durante los cinco primeros meses de 2007, 219.

CONCLUSIONES
237

BIBLIOGRAFÍA
243
INTRODUCCIÓN

El objetivo principal de esta investigación fue indagar las diferentes


expresiones de violencia que ha desarrollado el narcotráfico en México.
Consideramos desde el principio la necesidad de ubicar la creciente
violencia que han venido practicando los narcotraficantes mexicanos
en su disputa por los mercados ilegales de las drogas. Esta disputa
y la pérdida de gobernanza sobre la delincuencia relacionada con las
drogas se manifestaron en los últimos años en intensas y variadas
formas de violencia nunca antes vistas en la “guerra” interna entre
traficantes de drogas en territorio nacional. La violencia tocó a narcos
de la élite, a sicarios y gatilleros; a policías municipales, estatales
y federales; a funcionarios del poder judicial y fuerzas del ejército
mexicano; pero también ha involucrado a periodistas, a músicos y
cantantes gruperos, y personas civiles al margen del problema de
las drogas. En este texto se rastrea la presencia y disputas de los
principales narcotraficantes, entre ellos: Osiel Cárdenas y Los Zetas,
El Chapo Guzmán, y los hermanos Arellano Félix del cártel de Tijuana.
De igual manera se analiza la lírica del narco y su expresión más
popular: el narcocorrido. En un apartado analizamos la narrativa del
narcotráfico y su relación con la violencia, como un subproducto del
tráfico de drogas en México.

13
Al elaborar una etnografía de las formas de morir en el narcotráfico,
valiéndonos de un análisis etnográfico, nos podemos dar cuenta de
que la violencia ha adquirido formas de crueldad que rebasan la
imaginación de la misma delincuencia organizada.

Los estudiosos del tema poco han analizado las variadas formas en
que se expresa la violencia generada por los traficantes de drogas,
de ahí la importancia académica de este trabajo; además, hacemos
un recuento de los trabajos académicos más importantes realizados
en México sobre la cuestión del narcotráfico, la mayoría desde la
sociología, la historia y la jurisprudencia. Desde la antropología poco
se ha investigado. Esto nos permitió darnos cuenta de que había
un pequeño vacío en el estudio de las formas en que se manifiesta
la violencia y de los ámbitos en los que se retroproyecta de manera
consecutiva. Esto ha venido consolidando una serie de formas y actos
colaterales de violencia, que parten directamente de la disputa de los
cárteles de la drogas por los corredores y plazas de la droga.

LA VIOLENCIA Y EL NARCOTRÁFICO EN MÉXICO: UNA


CONSTRUCCIÓN SOCIOCULTURAL

Existen tres modelos de interpretación teórica de la violencia: el


enfoque funcionalista, una perspectiva utilitarista y el de carácter
cultural (Michel Wieviorka, citado por Arteaga, 2004: 25-26). Para
comprender el tema que nos ocupa trataremos de entender el problema
de la violencia y el narcotráfico desde una perspectiva cultural, sin
dejar de lado los aspectos sociales que relacionan la violencia con
ciertos grupos ubicados al margen de la sociedad. Consideramos
que no es posible privilegiar algún enfoque teórico en especial; por
el contrario, estos paradigmas nos ayudan a explicar cuestiones que
uno solo no podría. De esta forma, nos acercaremos al tema desde los
ámbitos social y cultural, para entender la complejidad del fenómeno
que intentamos dilucidar.

14
El investigador José María Aranda Sánchez afirma que los actos
agresivos no se construyen al margen de las colectividades en las que
se producen.

El argumento inicial y central aquí establece que la violencia es


un producto social que el sistema produce de muchas y diversas
formas, y que a su vez, actúa sobre la sociedad en conjunto,
al representar un lapso de rasgos focales de las sociedades
“posmodernas”, y prototipo de comportamiento social aprobado,
impulsado y motivado en gran medida por los medios de
comunicación masiva… (Aranda, en Arteaga, 2008: 160).

Con base en esta reflexión apuntamos a discutir la violencia en


México.

La investigadora María de Jesús López observa el tema de la violencia


de la siguiente manera: “Las conductas delictivas así como los
comportamientos caracterizados por la violencia y la agresión hacia
otras personas u objetos, en muchas ocasiones, son una consecuencia
del estilo de socialización que el sujeto ha recibido a lo largo de su
vida” (López, 2006: 121).

Varios pensadores han planteado el origen social de la violencia, pero


los menos han reflexionado sobre sus expresiones desde un punto
de vista de la cultura. Así, podemos manifestar que este ámbito es
importante, ya que el factor de la cultura ha sido dejado de lado. Por
ejemplo, la socióloga Elsa Blair, quien ha polemizado con algunos
investigadores colombianos a los que ella ubica como “violentólogos”,
dice que:

Siguiendo estos análisis, deberíamos preguntarnos cuál es –más


allá de las causas o razones estructurales (objetivas-materiales)
productoras de violencia, abordadas tradicionalmente por
la sociología y la ciencia política– el carácter o naturaleza
(antropológica) de los fenómenos violentos y qué tanto inciden

15
en ellos las tramas culturales de las sociedades donde estos
fenómenos se producen (Blair, 2005: 15).

Y como afirma el investigador Nelson Arteaga Botello: “La violencia


se encuentra ligada a la globalización y por lo tanto estas diferentes
expresiones de cultura de alguna forma ligadas al mundo de la
violencia y la delincuencia tienen sus mecanismos de producción y
reproducción social” (Arteaga, 2008: 77).

Es cierto que la violencia se encuentra ligada a aspectos relacionados


con la cultura local, pero es cierto también que la globalización es un
mecanismo que desata fuerzas económicas y sociales que inciden en
el incremento de la violencia. En este contexto tratamos de insertar
nuestra reflexión en torno a la violencia conectada con el narcotráfico,
la globalización y los aspectos socioculturales.

El narcotráfico tiene una larga presencia en la historia contemporánea


de México; de este tema se han ocupado historiadores y sociólogos. A
lo largo del tiempo ha creado muchos problemas como conflictos en
las relaciones bilaterales México-Estados Unidos (el caso Camarena
en la década de los ochenta); enfrentamiento entre el gobierno y la
Iglesia católica (el caso del asesinato del cardenal de Guadalajara,
Juan Jesús Posadas Ocampo, en la década de los noventa); detención
del ex gobernador de Quintana Roo, Mario Villanueva, quien fue
acusado de tener vínculos con el narcotráfico mexicano; asesinatos
de personajes conocidos como el comediante Paco Stanley, a quien se
ligó al narcotráfico como un dealer entre muchos artistas y miembros
de la farándula mexicana; corrupción policíaca de corporaciones
municipales, estatales y federales; asesinato de capos por otros capos
(el asesinato de Manuel Salcido Uzeta, El Cochiloco, en la década de
los ochenta a manos de sicarios; la muerte de Amado Carrillo Fuentes,
El señor de los cielos, en una sospechosa recuperación posoperatoria
en los años noventa), entre otros.

16
El narcotráfico ha rebasado con creces sus propios actos de violencia,
y en la guerra intestina que libran los cárteles de la droga en México, se
han visto tocadas víctimas no tan reconocidas socialmente. Entre los
no muy famosos que han caído, se encuentran policías municipales,
estatales y federales; cantantes de música grupera; abogados del
narco; narquillos de medio pelo; periodistas mexicanos; peatones
anónimos; familiares de los narcotraficantes; soplones y traidores al
servicio del narco; militares en servicio, y una lista larga de personas
vinculadas directa o indirectamente con la violencia ejercida por los
narcotraficantes mexicanos.

Antes de la época del narcotraficante Rafael Caro Quintero, los narcos


sólo ejercían violencia entre ellos, pues tenían un código no escrito
que eximía de actos de violencia a personas que no participaran
en el negocio del narcotráfico. Sin embargo, ya existían asesinatos
vinculados a la narcopolítica, como el caso del gobernador de Sinaloa,
el coronel Rodolfo T. Loaiza (1941-1944), quien fue asesinado por el
gatillero Rodolfo Valdez, El Gitano, un narquillo dedicado al negocio
de la marihuana; los informes indicaban que el autor intelectual del
homicidio fue Pablo Macías Valenzuela, ex gobernador del estado de
Sinaloa y ex secretario de Guerra y Marina (1940-1942); también
se rumoraba que el presidente Manuel Ávila Camacho había tenido
que ver en el asesinato. Éste era un caso extraordinario, porque los
narcos practicaban violencia selectiva.

Los narcotraficantes de Sinaloa tuvieron el monopolio de las drogas


durante muchos años; pocos les hicieron sombra, por lo menos
hasta la década de los noventa cuando apareció un grupo de narcos
oriundos de Tamaulipas, a quienes posteriormente se les conocería
como el cártel del Golfo, representado en un primer momento por Juan
Nepomuceno Guerra y más tarde por los hermanos García Abrego,
quienes participaron en el negocio de las drogas en el sexenio de
Carlos Salinas de Gortari. Los narcos más importantes de los últimos
treinta años salieron de Sinaloa. Este territorio, desde tiempo atrás

17
fue reconocido como tierra de hombres duros, especialmente los que
se dedicaban al negocio ilícito de la marihuana y la goma de opio,
ya que de la cocaína aún no se tenía noticia en el mercado de las
drogas en México. El auge de ésta vendría un poco más tarde con
la expansión de los narcos colombianos, que empezaron el negocio
de la coca a finales de los años setenta y principios de los ochenta,
como Carlos Lehder Rivas, Pablo Escobar Gaviria, Gonzalo Rodríguez
Gacha y los hermanos Ochoa. Los conectes de la cocaína comenzaron
con Miguel Ángel Félix Gallardo, narcotraficante sinaloense, que
tuvo la visión de comercializar coca en lugar de mota. La sangre y
la violencia no corrían a raudales. Los narcos mexicanos todavía no
eran personajes protagónicos en la escena nacional mexicana. La
mala fama de los narcos comenzó cuando el agente de la DEA de
origen hispano Enrique Camarena Salazar murió torturado a manos
de sicarios al mando de Rafael Caro Quintero en 1985. El asesinato
desató una persecución sobre los narcos de Sinaloa que pasaron a
la clandestinidad, ya que antes de este hecho delictivo los narcos
sinaloenses trabajaban sin ser molestados y casi a plena luz del día.

La mayoría de los narcotraficantes de los años setenta y ochenta


terminaron muertos o en la cárcel. Muchos de ellos fueron enviados a
Almoloya de Juárez, Estado de México, al penal de máxima seguridad
que recién se estrenaba. Desde ahí estos narcos pensaron que podían
seguir manejando el negocio de las drogas, pero se equivocaron,
pues nuevos narcos aparecieron para disputarse las rutas y plazas
dejadas por los jefes encarcelados. Algunos de los nuevos narcos
eran familiares o subalternos, entre éstos El Güero Palma; Joaquín
Guzmán Loera, mejor conocido como El Chapo Guzmán, y también
Amado Carrillo Fuentes, El señor de los cielos; pero también brincarían
a la escena otros narcotraficantes, entre ellos los hermanos Arellano
Félix, que conformarían el cártel de Tijuana, y también un narco que
sería famoso más tarde por su carácter sanguinario, Osiel Cárdenas
Guillén del cártel del Golfo, heredero de los negocios de los hermanos
García Abrego, los líderes de los años ochenta.

18
En los años ochenta los narcotraficantes sinaloenses disponían de
bastante territorio por donde mover sus cargamentos y alijos de
las drogas. Las disputas por las rutas todavía no hacían mella en
los pactos, acuerdos, compadrazgos y alianzas en torno al boyante
negocio de las drogas. Es más, entre los narcos sinaloenses permeaba
la idea del paisanaje. Se sabe que El Chapo Guzmán tenía tratos con
los hermanos Arellano Félix; El Mayo Zambada era un buen amigo de
éstos. Las únicas diferencias se establecieron entre Amado Carrillo
Fuentes y los hermanos Arellano Félix, y especialmente con Ramón
Arellano, el más violento de los líderes del cártel de Tijuana.

La ambición por las cantidades estratosféricas de dinero que dejaba


el negocio de las drogas dio origen a las primeras disputas violentas
por las rutas de la droga entre los antes amigos. Además, hubo varios
asesinatos de narcos menores, que también provocaron rencillas
entre los narcos de Sinaloa. Los hermanos Arellano Félix intentaron
liquidar a Amado Carrillo Fuentes en un restaurante de la avenida
Reforma en la capital de la República. El atentado falló, pero quedaron
resentimientos en Amado Carrillo Fuentes quien tejió alianzas con El
Chapo Guzmán para hacer frente a los capos de Tijuana. A partir de
la década de los noventa los principales narcotraficantes de Sinaloa
se trenzaron en un constante enfrentamiento que le costó la vida
a muchos narquillos, policías, “orejas” y “soplones”, y personas
inocentes. Los Arellano Félix intentaron eliminar a El Chapo Guzmán
varias veces y no pudieron. De igual manera lo intentaron con Amado
Carrillo Fuentes y fracasaron también. En esas batallas cayó Ramón
Arellano Félix, el más temperamental de los Arellano Félix, y Benjamín,
el mayor de los hermanos, fue detenido por miembros del ejército
mexicano en el estado de Puebla. Desde la cárcel, Benjamín se alió
con Osiel Cárdenas, quien también había sido capturado y mandado
a la prisión federal de Almoloya de Juárez. Este pacto de fuerzas
terminó demostrando su poder cuando gente de Osiel Cárdenas
mandó asesinar a El Pollo Loera, hermano de El Chapo Guzmán. Este
asesinato fue una afrenta para El Chapo, quien organizó un grupo
de sicarios llamado Los Negros, que intentó incursionar sin éxito en

19
Nuevo Laredo, Texas, terreno dominado por el cártel del Golfo y su
brazo armado Los Zetas.

La larga racha de violencia cruzó hasta el sexenio de Vicente Fox


Quezada. Durante su gobierno se fugó El Chapo Guzmán; además
el fenómeno de las drogas y el narcotráfico en México se insertaron
en la globalización en que ya venía involucrándose nuestro país.
También las corrientes migratorias provenientes de Centroamérica
trajeron consigo la presencia de pandilleros de la Mara Salvatrucha
y ex militares del ejército guatemalteco conocidos como kaibiles, que
supuestamente trabajaban para los principales capos del narcotráfico
en México.

La violencia, que alcanzó su clímax en los dos últimos años del


periodo de Vicente Fox, se vio coronada con centenas de muertos.
Por si fuera poco, la violencia tocó también a conocidas figuras del
ambiente musical popular. Cayeron abatidos por las balas famosos
cantantes de música grupera y de narcocorridos. A muchos les afectó
la narcoviolencia, entre ellos varios periodistas fueron asesinados y
algunos desaparecidos. Por otro lado, muchos fueron los estados de la
República Mexicana que se vieron involucrados en la marea violenta,
entre ellos Guerrero, Michoacán, Tabasco, Nuevo León y otros en
menor medida. A la par del crecimiento del narcotráfico y la violencia,
se hicieron presentes periodistas y literatos que retomaron el tema
del narcotráfico como materia prima para la elaboración de múltiples
libros de crónicas y novelas, en donde las historias del narco se
desgranaron y quedaron como testimonio del papel protagónico que
ya habían adquirido los narcos mexicanos.

20
1. Globalización y narcoviolencia

Globalización, drogas y violencia

La economía global ha generado la agudización de muchos problemas


sociales como la migración, el deterioro ecológico, el cambio climático,
el fundamentalismo religioso, la expansión del narcotráfico, entre
otros. Como fenómeno mundial, la globalización impacta los más
recónditos parajes de la tierra, generando cambios en los estilos de
vida y del consumo de grandes sectores de la población mundial.
Nada escapa a su fuerza. Incluso los medios de comunicación se
convierten en el eco y propagación de la globalización de muchas de
las esferas de la vida cotidiana de los ciudadanos del mundo.

Los estilos de vida incentivados por la globalización exigen a


las personas estar al día en las nuevas tecnologías y hábitos de
consumo, que pide la descarnada competencia a la que se someten
los consumidores en busca de prestigio y poder económico, el cual
va de la mano con el poder de consumo. Este consumo de productos
también incluye el consumo de drogas. Aunque este último no es
privativo de los tiempos que corren, es justamente ahora que la
globalización se expande cuando de igual forma se expande con más

21
2. NARCOS, MARIHUANEROS Y MOTEROS

Marihuana, marihuaneros y otras yerbas

El uso y expansión de la marihuana en EE.UU. ha generado un


incremento extraordinario de productores de marihuana en territorio
de Norteamérica. El mercado norteamericano estuvo controlado por
los narcos mexicanos que exportaban canabis a discreción para los
consumidores blancos del país del norte. De hecho, la aparición de
muchos de los primeros narcotraficantes sinaloenses va de la mano
de la producción de la famosa hierba narcótica. Antes de que llegara la
cocaína como droga de referencia en el negocio ilícito de las drogas,
la marihuana ocupaba un papel de suma importancia.

La importancia de la marihuana y su uso en Estados Unidos por parte


de sectores blancos tiene antecedentes desde la década de los sesenta.
Así, podemos encontrar que como lo dice el periodista colombiano
Mario Arango: “El papel de la marihuana en la contracultura de la
guerra imperialista de Vietnam fue decisivo. También la yerba había


Véase Gloria Valek Valdés (1999), Las drogas, Conaculta, México. En este texto
podemos encontrar un breve compendio sobre la historia de la marihuana.

47
3. LA NARCOVIOLENCIA EN MÉXICO

La narcoviolencia de Los Zetas y Los Negros: la batalla campal


de los narcos mexicanos

Aunque ya venía manifestándose en años anteriores en varios estados


de la República Mexicana, el índice de actos de violencia creció
súbitamente en 2005. Tiroteos, “levantones”, bazucasos, tiros de
gracia, ajusticiamientos se extendieron como parte de la cotidianidad
en la franja fronteriza de México con Estados Unidos. Los sicarios
de los cárteles de la droga proyectaron una estela de violencia que
alarmó a la sociedad mexicana, a los gobernantes y a las agencias
norteamericanas encargadas de contener el tráfico de drogas hacia
EE.UU.

El poder de los narcos mexicanos se expresó de manera contundente,


ya que a pesar de que algunos se encontraban detenidos en supuestas
cárceles de máxima seguridad, éstos seguían dando órdenes y la
violencia continuaba sin ser contenida por las fuerzas federales
encargadas del combate al narcotráfico.

89
4. OJO POR OJO, DIENTE POR DIENTE: UNA ETNOGRAFÍA DE
LA CRUELDAD

Las formas de morir en el narcotráfico: una etnografía de la


crueldad

El narcotráfico, los narcotraficantes y sus sicarios han innovado en


las formas de matar y eliminar a sus enemigos. Las formas de morir
en el narcotráfico se han diversificado de manera extraordinaria. Cada
día los medios de comunicación muestran las formas brutales de
matar y morir a las que son afectos los narcotraficantes mexicanos,
muchas de ellas se han hecho más crueles y han alcanzado grados de
aberración nunca vistos en la historia de la delincuencia mexicana. Las
formas de morir son varias y vale la pena detenernos en describirlas
para entender hasta dónde ha llegado el delirio de narcotraficantes y
sicarios en su afán de eliminar a aquellos que sean un impedimento
o un obstáculo para la expansión de sus intereses económicos
vinculados al mercado de las drogas. De esta manera describiremos
cada una de las formas de morir en el narcotráfico mexicano que han
sido reportadas en los medios de comunicación del país.

123
5. HASTA QUE LA MUERTE LOS ALCANCE: VIOLENCIA,
PERIODISMO Y NARCOTRÁFICO

Violencia, narcotráfico y periodismo: silenciando a los medios

El narcotráfico ha entablado una lucha en contra de varios actores


sociales vinculados directa o indirectamente en el problema del
narcotráfico. Algunos de esos actores son abogados, policías, jueces
y periodistas. Justamente la prensa y los periodistas que cubren las
noticias relacionadas con el narcotráfico han sufrido los embates de
gatilleros y sicarios. Se tiene noticias de varios periodistas que han
vivido ataques del narcotráfico mexicano, pero poco se ha hablado
sobre los periodistas que han sido acosados por él. Éste es un punto
que queremos tratar en este apartado y queremos referirnos a varios
casos específicos.

En 1984 fue asesinado el periodista mexicano Manuel Buendía a


manos de un sicario que le disparó a quemarropa. La noticia generó
todo tipo de rumores. Algunos de éstos manifestaban que a dicho
periodista lo habían mandado matar por haber expuesto a la clase
política mexicana y sus corruptelas; otros rumores manifestaban que

147
6. DE NARCOCORRIDEROS, NARCOCORRIDOS Y VIOLENCIA

La lírica del narco y la violencia

De los contrabandistas de drogas del mundo, los únicos que han


generado en torno a sus actividades una lírica musical especial
son los narcos mexicanos. A esta lírica musical se le conoce
popularmente como narcocorridos. Aunque no son precisamente
ellos los que componen los narcocorridos, sus anécdotas y hechos
más sobresalientes son retratados de manera musical por los
grupos de música norteña. La mayoría de los narcocorridos hablan
de mujeres, marihuana, cocaína, automóviles, dinero, rivalidades,
enfrentamientos con la policía, enfrentamientos con narcos rivales,
dólares, poder, armas, entre otros temas.

La lírica del narco está permeada de historias de violencia y de


hechos trágicos. Algunos académicos como Luis Astorga y José
Manuel Valenzuela han estudiado el tema de los narcocorridos y sus
significados. El tema que analizamos en este apartado es la violencia
vinculada al narcocorrido, pues consideramos que nos ayudará a
desentrañar algunos aspectos relacionados con la violencia en general
que hoy día destaca el narcotráfico en México.

175
7. NARCOHISTORIAS, NOVELAS Y ESCRITORES

La narrativa del narcotráfico y la violencia

Como hemos visto, uno de los fenómenos sociales del siglo XX es


la expansión del narcotráfico en el mundo y en especial en América
Latina. El problema del narcotráfico, si bien no es un fenómeno
reciente, a partir de la década de los veinte se empieza a consolidar
como un comercio que reditúa ganancias económicas extraordinarias,
lo que provoca que bandas organizadas se dediquen a comerciar
con drogas de diferentes tipos. Muchos países de América Latina
vieron surgir lo que genéricamente se denomina: cártel de la droga.
Colombia y México fueron los países que saltaron a los titulares de la
nota roja mundial al dar cuenta de la presencia de estos cárteles de
la droga, que generaron en torno de ellos aspectos culturales como
la lírica del narcotráfico (el narcocorrido); también surgieron tras de
los narcos latinoamericanos, reportajes periodísticos y biografías.
Muchos libros incluyeron crónicas sobre el ascenso del narcotráfico
en la vida cotidiana de Latinoamérica. Asimismo, varios escritores
latinoamericanos han tratado el fenómeno del narcotráfico desde
la narrativa y han tocado el tema de la violencia como parte de las
historias contadas en las novelas que han escrito. Entre los escritores

199
APÉNDICE

Los aciagos meses de la guerra del narcotráfico: las noticias


periodísticas más importantes relacionadas con la narcoviolencia
en México durante los cinco primeros meses de 2007

La narcoviolencia se disparó en el periodo final de gobierno de


Vicente Fox Quezada; desde 2005 la guerra entre bandas de narcos
se dejó sentir con más brutalidad; para 2006, la ola de asesinatos y
enfrentamientos se disparó de manera extraordinaria. Así, los últimos
meses del periodo foxista se vieron teñidos con la sangre de policías,
narcos rivales, jueces, inocentes, ex militares, y uno que otro narco
“pesado”, pero ningún capo o “jefe de jefes”. Las elecciones de 2006 le
agregaron al ambiente social más tensión por los dimes y diretes de
los candidatos a la presidencia de México. En plena campaña para la
presidencia de la República se daban “levantones”, tiroteos callejeros,
decapitaciones y otras atrocidades realizadas por sicarios del narco.

Así, las elecciones quedaron marcadas por un sello sangriento del


narcotráfico mexicano que se batía en duelo a plena luz del día, y
en las principales plazas públicas de las ciudades más grandes del
país. Aunque en el discurso retórico del foxismo, el país “gozaba” de

219
CONCLUSIONES

La investigación que presentamos sobre el problema del narcotráfico


brinda un amplio panorama sobre un fenómeno social de suma
complejidad. Este fenómeno parece simple y sencillo, pero cuando se
elabora una indagación más profunda, se puede dar cuenta de que el
problema del narcotráfico se ha transformado con el tiempo. Percibimos
que el fenómeno se hizo más complejo a partir de la integración de
las economías de América del Norte, a finales de la década de los
ochenta. El narcotráfico en México no es un fenómeno reciente, ya
otros investigadores y académicos han dado cuenta de su presencia
desde principios del siglo XX. Pero lo que es real es que el fenómeno
se transformó con el transcurrir del tiempo. Los narcotraficantes
mexicanos adquirieron un empoderamiento extraordinario sólo a
partir de las décadas de los cincuenta y sesenta, especialmente los
narcotraficantes del estado de Sinaloa.

La globalización económica impactó en el desbordamiento del


narcotráfico, esto se puede percibir en la lucha por controlar
los corredores de la droga en México. Estos corredores enfilan
siempre hacia el país vecino del norte, el mercado de consumo de
droga más importante del planeta. Además se puede ver que los

237
Violencia y narcotráfico en México de Rodrigo Marcial Jiménez se terminó
de imprimir en septiembre de 2009, en los talleres de Compañía Editorial
de México (CEDIMSA), Aldama núm. 407-C, Toluca, México, Tel. (722)
215 21 90. Cuidado de la edición: Dirección de Difusión y Promoción de la
Investigación y los Estudios Avanzados de la Secretaría de Investigación y
Estudios Avanzados, UAEM.
Diseño de forros: Juan Manuel García Guerrero.
El tiraje consta de 250 ejemplares.

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