INTRODUCCION
Inrentemas imaginar por un momento que le filosofla
‘moderna se hubiese desarrolada segin el progrema me-
tédico de Descartes, y hubiesellegado a esa conclusion
defuntiva que Descartes considers de todo punta alcan-
‘able, Este westado finals de Is filosofia, que para nea
‘experiencia histérica no pasa de hipotética, se definisia
por los eriterios especfiadas en las cuatro Reglas del
Discurso del Método cartsiano, en particular por esa la-
sided y dstncion que la primera Regla exige de todos los
datos, aprehendidos en juicios. Ese ideal de objesiza
én foal’ se corresponderia can lo completo dela ter-
1. Desert define como sie oe ace en i y Ie
cis’ Cec ls a) ge man aon pa et
Seer es (Ost e Aeamntey i 18) Dstt ton
fs sat, als bem lea st ot ot
‘in lon ad om pn can ss coment ec
lagi enon irae meters
‘septa eared deed or, ue cata end
Ini ucla cures cares Thiophene
[Esezns neers Ls pies de lofi in ey es Se
{Glicame Quy, lary Madea 1938 p48) La depends dela
‘orien elonacmsenty dese Ge repre lp
aminologia, que capea la presencia y la precsida de lo
dado en conceptos defnidos. En ese esta final, el Jen
aj ilosbfco sera, en sentido estrieto, puramente scar
Exptialvs toda puede denise, ani que todo teme tam:
ign que definisse, ya no queda nada Iogicamente
provisional, lo: mismo que ha dessparecide la morale
rowisoire [moral provisional]. De ahora en adelante, t0-
Aas las formas y elementos de! mado taslaticio de ha
blas, en el mde srmplio seatdo, cerultaran provisionales
y logicamente superables; su Gaico significado funcional
{erfa el de ser pasos, el exptitu humano se adelancaria en
ellos a #8 consumacién responsable, serian expeesiGn de
esa precipitation (qvecipitacioa) que Descartes, asimisma
cen la primera Regla, oidena evitar
Perouna ver conseguido su estado conceptual defini-
vamence vilido, la flosflatendria al wempo que pesder
todo interés justifiable por investiga la historia de sus
conceptas. Visa desde el deal de una rerminologia defiai-
fivamente valid, en general la historia de los conceptos
slo puede tener un valor eritico-destuctvo, sn papel que
Sse acabarla una vez conseguidala meta: esa emotion de la
carga multi-opaca de la tadieién que Descartes sintetiza
fenel segundo de sus canceptosertcasbiscos, el de pre
vention [prevencién) (cortespondiente 2 los sidolose de
Francis Bacon), Historias esto noes pues agus otra coea
‘que precipitacion (pretation) y prevent (révention),
Pérdida de la presencia exec, cuya metdica recupers:
(dn anu ls historicidad. Giambarteta Vico fae el pame=
0 que vio que la lgica dela primera Regla desustancializa
la Historia, y quien primero le consrapuso le idea de una
slégica de fx fantasia, Para del presupaeso de que [a
claridad y dstincién exigidas por Descartes le estan exclu
Sivamentereservadns a Is relaciéninteleciva qe el «rex:
dor mantiene con su oben bean ipsum fetus (lo vere
ero es lo hecho}. (Qué le queds al hombre? No lz
sclaidads deo dado, ang lade eso que él misma ha pro
acid: el mundo de sus imigenes y consracts, de sus
2
conjerurasy provecciones, de su wfantasiae, en ese nuevo
sentido productive desconocida para la Ansigiedad
‘Gostda tambien relaeén con la taren de na ogien
de a fantasan, yuna telacinindudablemente ejemplae el
tratamiento del dscursostransaticos, dela metaf6ra, que
hasta entonces pertenecia af capitulo de las figuras de la
setorea. Esta clasifcacibn wadicional dela metifora en la
teorla de los ormamentos del dscurso pblico no es casual:
para la Antigaedad, el dgosjgualaba por principio al todo
el ence, Kasmosy logos eran eérsingscorelativos. Agu,
la metifore no sene forma de enaguecer le capacidad de
Jos medios de expresin; noes mis que un medio de con
seguir que el enunciado sea sfcar, que aectee interes a
sus destinaaros policosy forenses. La pertectacongrues:
ia de Logos késmos excluye que a dscutso tasaicio
pueda producir algo que el eip.ev Braue [nombre sober
fo) no leve igualmeate a cabo. En el fondo, e orador, et
poeta no pueden decir nada que no piers presentarse
también de forma weorésco-conceptual; lo espectfico, en
e380, no esl gu, sina s6loeledmo. La postbildad y Ia
potenca dela persuasion ert, desde luego, uaa de las ex
periencas elementals de ls vida de la antigua pis, tan
lemental, que Paton pudo presentarla fase decisiva desu
cosmogonia mica en el Teneo como un acto retcrico de
spersuasie de a wndnke[necesidad]. El significado dela
FexGrica, que hoy nos esulta dill devalorar coma mere
Ge, aelar lo decsivo gue fue para la filosota nsezpeetar [a
fuerza dela couvicsion como una scualidade de la verdad
misma, y elarte ls recursos dea oratorasélo como una
ejecuciéa adecuada yun reforzamienco dees culidad. La
polémica en toran la clasificacion funcional de ls etéi
a, lapeotesta frente la pretensiénsoiica de autonori-
ata eéenica dela persuassn, fueron proceso fundamen
tales de la historia anigua de afilosofiacuyastadiaciones
sobre nuesttaentera hisoriaeepntual ain estamos lejos
dle dominar. No menos certo et que el sometimeato pla-
ténico de ia etéic,sellado por la Patisica ensiana, ha
8reducido defnitivamente las materiae que por tradicia
scolar pertenecen alla tetrica al mero aparao tcnico de
los emedios opersvoss, aun cuando, exo si, sacados del
arsenal de la propia verdad. De ahi que nunca se legase a
‘uestionar si el arificio retérico cela transltio pudiese
setvir para algo més que para suscitareplacer» al comuni-
carla verdad. Que después eso no se cuestionase y que no
hhabiera [agar a cuestonarlo no excluye desde luego el he
cho de que as metdfores.ac han dejada aunca de prodacit
Semejance plus enel rendiniestoelocutvo. Sas! no fuera,
Ia tarea de una mecaforologlanacesia ya fruseda, toda
vez que st pondra de manifesto una peculiar situacia:
gue el slescubrimiento»reflexionante de ln auténtca po-
tencia dela metaforica deja sia valor las metiforas produ
cidas sobre esa base como objeros de una meraforologia
Isecica, Un endiss viene sin dude que iateresnrse por
averiguat qué «carencis logica es est paral que le meré
fora hace de sustituiva, y semejante aporia se presents
precisamente con a mayor claidad alli onde teércamen-
fen eats «permicida» en sbroro,
[gas consideracioneshistoriogréficas sobre el vocal
smientos dela metéforenosllevan al pregunta fundamen
tal: dbajo qué presupuestos pueden tener legiimidad las
smetiforasenellenguaefiloséfica? Por de pronto las me-
‘Horas pueden ser esos, rudimentosen el camino del mito
af légos; en csanto ales, son indices dela provisionalided
aresiana dela situai6n, siempre y cadaver bistrica, de
lafilosofis, que tiene que medirse con le idealidad regele:
tivadel puro ldgos. Aq, metaorologi seria reflexion ex
sica que de descubre, transforma en piedra de escén
Galo, lo impropio de! enuncada trslaticio, Slo que,
dems —empecemosplanteindolo como pss hipstess
‘Sertas meciforas pueden ser también elementos basco del
lenguaje filosofien, aransferenclae que no se pueden te
«conduct lo propio, a la logicidad. $i fuese posible mas
tsar que se dan tales stransferenciam, trnsferencas que
habria que lamar smetdforasabsoleab, la jain y ane
44
Iss de su fancién ensnciativa, conceptualmenteiresolu
ble, consttira una pezaesencal dela histona de los eon
cepros (ex este tam amplio sentido del términe). Pero es
tis: a idensfcacin de metiforesabsolutaspermitira que
tambien apareciesen bajo otra luz esas meciforas que se
tempers por llamar redimentaits, por evanto que bara la
teleologiacartesiana de la logiizacin, en cnyo contexto
quella aecalifian de oresiales,yase habra estriado
‘contra la exarencia de traneferencia absolutas, La equips
facign entte el modo tranlaticio y el modo impropio de
hablar se hace squt discusbl; ya Vico habla explicado que
cl lenguaje metafSrica ere tan epeopio- como el lenguaje
‘que comdnmente pata por propio’, xin més reealda en el
Ssquema cartesiano que a de reserva para el lenguaje de
la faetasa una época primitive de a Historia. Ea general,
Ia exhibieion de metdforasabsolutas deberie permitinos
pensar de auevo a fondo laelacign entre fanaa y los,
Y justamente en cl sentido de tomar et dmbito de la fants
ano sla como susteara pata transformacionesenla ese
zadelo conceptual —en donde, por asf deco, pueda ser
Clsborado y transformaco elemento tras elemento, haa
‘gue te agote el depénito de imégener sino como una
fra catalizadora em la que desde luego el mundo con
ceptual se enrquece de continuo, pezo sin por ello moditi-
28 ¥ consumis esa eeservafundecional de exstencis
En este conteato, al lector familiarizado con Kant le
vendsi ela memoria el parigrafo 89 de la Critica del Jui-
io, en donde certamente no comparece la expresia sine
tiforas, pero sse describe ttlo de wsimbela, el proce-
imiento del ranspare dela reflexion. Kent parte equi de
su inticion bsica de que larealided del cancepto so se
puede exponer por medio de intuicones. Fato, en l eas
{Ee los concepton empiricas, carte por medio de eemplos,
en el caso de los conceptos pros del entendimiento por
2. Ope, ok Re 29, ¥, 86
4smedio de esquemas, en e eto de los conceptos de raa6n
{ctdeas), pars los que no puede proporcionarse ninguna
‘ituicibasdecuada, curte poniendo bajo el concepto una
epresentacon que s6la tiene en comin con lo mestado la
Jorma dela reflesé, pero nada que corresponda al coate-
sido, Kant tiene motivos para no cederle alos mucus lg
08 la expres esimbolor; 2080108 ya no los enemas, 0
‘mejor dicho, tenemos mis de uno para regalarcaluros
mente eta sobeecargada expresién. Kant llama searacte
fismose alas expresionestéicas quesirven de mezo medio
de reproduccién, mieutas que sus eimbolos- eubren es:
fexictamente el uso que de aquf en adelante se haga de
smetifora, como resulta cleramente de los paradigms
Kantanos, entre los que también se encuentes el pratum
‘det (fee prado) de Quinsiiano. Nuestra smetifor
foluta eencuentra aq como transporte dela reflexiSn,
sobre un ebjeto dela inricidn, a oxro concept totalmente
Aistnto al cual quizé no pueda jams corresponaer direc.
‘amente una inwcidns", Claramente se earacteria I me-
‘fora como modelo enfancién pragmatic, en la que debe
iganarse una eregla de la reflexion» que pueds eaplcarses
fen el uso de las ides dele razén, por tanto wun principio
fo de la determinacign rerice del objet, deo gue & en
Sfsea, sino dela préctica, dele que a 1dea de él deba venir
2 ser para nosotros y pata el uso dela misma conforme a
fino!”, Desde ese punto de vista, tado miestoo canoes
imiento de Dios es meramencesimbelicos (en terminclogis
[Kantian con lo que queda exclnido tent el anropemor
fasmo como el deismo, O bien, por dar un ejemplo mis de
Kent, el mecanisma de la metifora ene aplicacion al Ee
‘ado signifies, que sentre un estado despécio yun molini
Ilo no bay ningin parecdo, pero silo hay en la regla de
Critic del ics, agate 59nd. de Mage Gate Moe
separa ips Cape, Madech 97 (51S 28
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reflexiona sobre ambos y sobre su causalidade, Inmedia
Tamente despuse de ete ejemplo ess la fesee que ha dado
44 primer impulso a las presentesinvestigaciones: «Este
‘sunto ha sido, hasta ahors, an poco analzado, aunque
merece una investigacin més profunda..»
Tndudablemeate, la tzea de na paradigmstica me
foroldgicaesséo la de un tabajo preparacori de esa vin-
vesrigtcida més profane todavia pendiente. Se propane
delimitar campos en los que se pueden conjeturar metfo-
ras absolucas,y poner a pruckacriteros pare su fizcién
Que se dé a esas metsforas el nombie de absoluas s6lo
significa que muestan su resistencia sla peetensign term
‘oldies, ue no se pueden resolver en conceprualidad, 20
que una mesifora no puede ser sustzuida o veemplazada
por otra, ohiencorregda por otra mis precisa. Dea que
ambien las metifores absolutes tengan hrvona, Tienen
historia en un seardo mas radial que los conceptos, pet
el.eambishistérico ce una metsfors pone en primer plano
lameracinésics de lor horizontes hisoeicas ce sentido y de
las formas de mirar en cuyo interior experimentan os con
ceptos aut modificaciones. Esa relaci6n implicatora deter=
mina le relacién de la metaforologis con la historia de los
Conceptos (en sentido esrctamente erminologica) como
‘una relacién que se asta al tipo de la de serviumbre: Is
smetaforologia intenca scercarse ala subestractra del pen
‘amiento, al subsuelo, al caldo de cleo de ls eretalina-
‘ones ssteméties, pero también inten hacer compren-
sible con qué scoraje» se adelante el espicitu en sus
sindgenes ast mismoy cOmo disefia su historia en el coraie
decenjetaear
i ni. 261.
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