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La Geografía ante el Globalismo

Después de la Segunda Guerra Mundial se inició un intenso


debate ideológico, político y militar entre la Unión Soviética
(URSS) y los Estados Unidos de Norteamérica. Esta
conflagración derivó en un extraordinario impulso a los ámbitos
científico-tecnológico, industrial y comunicacional, que dio
origen a impresionantes adelantos, innovaciones y
logros[1]. Entre los aspectos a resaltar, en el caso de la Unión
Soviética se asignó importancia al desarrollo de la ciencia, la
tecnología y al armamentismo; en cambio los Estados Unidos de
Norteamérica, además de la promoción científico-técnica, dio
especial énfasis a la economía, la administración y las finanzas,
cuyo desenvolvimiento catapultó la expansión empresarial
estadounidense hacia la internacionalización[2].

En especial, los acontecimientos que ocurren a fines del siglo


XX, muestran circunstancias reveladoras de cambios históricos
significativos, como son los casos de la caída del Muro de
Berlín, la fragmentación de Yugoslavia y el estallido de la Unión
Soviética. Estos cambios fueron esenciales para la presencia de
una nueva realidad sociohistórica caracterizada por la rápida
dispersión de las empresas hacia la captura del mercado
mundial. Se trata de la existencia unidad planetaria, total y
ecológica, bajo la égida del capitalismo donde se integran
armónicamente culturas, civilizaciones y la complejidad del
mercado[3].

De allí deriva una visión global generada por una intrincada red
comunicacional que hace visible al mundo contemporáneo, con
sus trascendentes cambios, sus dificultades y la diversidad
social que habita el globo terráqueo. Este suceso es conocido
como la globalización. Esta temática fue considerada como
objeto del segundo debate promovido por el Geoforo
Iberoamericano, con el título de la globalización geográfica
educativa.

Animó analizar esta situación, la forma cómo se explica, el


fuerte componente de ambigüedad del término, además de la
diversidad de publicaciones que sobre este aspecto han
formulado diversos expertos y desde heterogéneos puntos de
vista. El punto de partida fue el día miércoles, 21 de enero de
2009, cuando Xosé M. Souto expuso en el Geoforo, la siguiente
pregunta: ¿cómo se plantea el estudio de la globalización en los
diferentes países iberoamericanos? ¿En qué cursos escolares y
por qué? ¿Qué rutinas y cambios se registran en su
planteamiento educativo? ¿Cómo aparece reflejado en los
programas escolares y en los libros de texto?

Estas interrogantes encontraron eco en Xosé Manuel Souto


González (España), Alexander Cely Rodríguez (Colombia), José
Eustaquio de Sene (Portugal), Nubia Moreno (Colombia), Kleidys
Alviarez Siavato, Andri Centeno Pérez y José Armando Santiago
Rivera (Venezuela)[4]. La tarea asignada fue abordar las ideas
emitidas, sin pretender realizar una reflexión ambiciosa sobre la
temática. Por el contrario, el propósito ha sido desarrollar un
discurso genérico que exponga sistemáticamente los puntos de
vista de quienes han participado, hasta ahora, en Geoforo, para
debatir sobre esta temática.

Tampoco hubo la pretensión de realizar la exposición de un


planteamiento acabado, de asumir postulados críticos, ni
menos, un autentico estado de la cuestión. Sencillamente, se ha
concretado el esfuerzo en un resumen sobre las reflexiones
aportadas al segundo debate del Geoforo, en la continuidad de
lo expuesto por el Prof., Fabián Araya Palacios, de la
Universidad de La Serena (Chile), en el primer debate sobre
enseñanza, investigación y conocimiento geográfico en
contextos escolares formales y no formales, publicada en el
número 831 de la revista Biblio3W.

Metodológicamente, se destaca su condición descriptiva, pues


se hace énfasis en resaltar detalles de las opiniones aportadas
sobre el tema de la globalización, la educación y la enseñanza
de la geografía, las cuales se explican por si mismas. Estas
fueron sometidas al análisis hermenéutico-interpretativo que
dio como resultado la estructuración de las categorías que se
exponen a continuación.

La definición de globalización

El debate centró su discusión en el calificativo de


globalización, como marco referencial que reconoce las
trascendentes transformaciones que ocurren a escala
planetaria. Precisamente, “La palabra globalización se utiliza
con frecuencia en los medios de comunicación y en los
ambientes académicos para describir las mutaciones que sufre
el mundo contemporáneo”. El término comienza a ser utilizado
con significativa frecuencia desde los años ochenta del siglo
XX. Lo destacable es el sentido y significado polisémico que se
le asigna en la economía, las finanzas y en los medios de
comunicación. Eso da lugar a que el vocablo se utilice, con “…
un fuerte componente de ambigüedad, de tal manera que sirve
para explicar los procesos de innovación, las migraciones, el
trabajo…”.

Hoy día el término se ha hecho común y habitual en los medios


de comunicación y en la red electrónica, pues Xosé Manuel
Souto González opina que: “En google aparecen casi seis
millones de páginas con este vocablo que son buscados
automáticamente en menos de medio segundo. Sin embargo su
definición nos remite a un proceso, sobre todo económico y
cultural, que consiste en la creciente integración de las
distintas economías nacionales en un único sistema
hegemónico, el capitalismo”.

La diversidad, multiplicidad y variedad del sentido y significado


del término globalización, traduce la complejidad que él mismo
representa. Un aspecto que si se pude considerar como
sinónimo, es el efecto asignado de totalidad y amplitud
planetaria. El mundo es percibido como conjunto, integridad y
unidad mundial, cuya explicación tiene en el capitalismo a su
sustento más significativo[5]. Eso se infiere en la explicación
realizada por Liliana Guaca Guamanga, en entrevista realizada
por Alexander Cely Rodríguez, cuando afirmó que globalización
implica: “El debilitamiento del estado-nación, la imposición de
la economía trasnacional en territorios estratégicos del globo y
la consolidación de una ciudadanía `mundial´ que en definitiva
es para aquellas personas que manejan los medios de
producción o que poseen el capital suficiente para establecer
redes tecnológicas de importancia, se convierten en las
variables a través de las cuales se desarrolla el análisis”.

Entre los ámbitos específicos donde esta palabra alcanza una


reveladora importancia es en el escenario político, económico-
financiero y comunicacional. Eso tiene que ver con el panorama
geopolítico construido bajo el dominio de los Estados Unidos de
Norteamérica y sostenido por la expansión de las empresas
multinacionales, cuya circunstancia, según José Armando
Santiago Rivera, tiene: “Un punto de partida (en) la explicación
que George Bush (padre) hiciera del nuevo orden económico
mundial, bajo el signo del neoliberalismo, el alcance planetario
del sistema capitalista y la unificación aldeana para calificar la
unicidad civilizatoria y cultural del globo terráqueo”.

El nuevo orden económico mundial enunciado a fines de la


década de los años ochenta del siglo XX, ya era revelador el
alcance logrado por la dispersión empresarial en la pretensión
de un mercado único bajo el signo del capital. Se trata de la
consolidación de la unipolaridad gestada en el conflicto de la
guerra fría, entre el capitalismo y el socialismo soviético. Por
tanto, para José Armando Santiago Rivera, la fortaleza del
capitalismo dio como resultado que la globalización se
relacione con: “…el predominio del capital sobre el resto de
posturas ideológicas y políticas. Eso derivó en el desvío del
discurso tradicional de países del Primer Mundo (Industriales-
Capitalistas), el mundo soviético (Comunista) y el Tercer Mundo
(Países Subdesarrollados). La exclusividad neoliberal determinó
la muerte de la historia, la escuela, la desaparición de las
fronteras y la existencia del mercado único” .

Explicar este proceso hacia la unipolaridad, implica la


necesidad de tener que revisar el proceso histórico desde el
siglo XVI hasta el siglo XX. Es imprescindible hacer un recorrido
histórico del encuentro de Europa con África, América, Asia y
Oceanía; asimismo, la prosperidad y la acumulación de capital
de la clase burguesa, el desarrollo científico-tecnológico y la
revolución industrial y comunicacional, fundamentalmente. Eso
es corroborado por Xosé M. Souto, cuando afirma: “A mi modo
de ver sería importante periodizar la globalización con los hitos
cronológicos de la apertura del comercio europeo hasta
América (siglos XVI a XVIII) y luego las fases del imperialismo
colonial del siglo XIX para concluir con la reestructuración del
mundo financiero tras la Segunda Guerra Mundial y la creación
del FMI y Organización Mundial del Comercio”.
En el debate sobre el término globalización, hay otro aspecto
que resalta como es el caso de usar como sinónimo de
globalización, las palabras internacionalización y
mundialización. José Eustáquio De Sene expresa al respecto,
que “Diga-se de passagem que o vocábulo globalização, para os
lusófonos, e globalización, para os hispanohablantes, vem de
globalization. O inglês é a língua da globalização, por mais que
os franceses tenham resistido ao utilizar mondialisation”. El uso
del vocablo globalización también es puesto de relieve en los
aportes manifestados en el Geoforo, donde se resalta que la
globalización también implica homogeneidad cultural.

Desde su punto de vista, Souto González afirma que “…es


preciso disponer de un sustrato cultural común: una
homogeneidad cultural que crea la apariencia de una igualdad
de ciudadanía mundial” y José Eustáquio De Sene quien
reconoce que “Ademais, a globalização além de ser um
fenômeno multimensional – econômico, cultural, político,
geográfico etc. – apresenta uma faceta real e outra ideológica,
o que por muito tempo obnubilou sua melhor compreensão”.

La condición de complejidad que se asigna a la palabra


globalización, trae consigo en la reflexión que realizó Xosé
Manuel Souto González, asignar a esta circunstancia la
manifestación de totalidad, homogeneidad, integración de la
sociedad planetaria por la imposición hegemónica de la cultura
norteamericana, el uso universal del idioma inglés y el efecto
informativo manipulador y alienante de los medios de
comunicación. De esta situación derivan las influencias que
explican el sentido homogeneizador que revela la globalización,
pero además, las repercusiones en la formación de
concepciones del mundo, la realidad y la vida. Al respecto, este
profesor afirmó: “Esta visión del mundo cultural como un todo
homogéneo y con el predominio del inglés, con productos
informáticos, fílmicos y televisivos, crean un espacio personal
que afecta a tu razonamiento”[6].

En el afán por lograr la unificación planetaria, el capital ha


impulsado un agresivo comportamiento hegemónico que Kleidys
Alviarez Siavato y Andri Centeno Pérez, han destacado de la
manera siguiente: “En los afanes de conseguir mayor capital
económico, el capitalismo como forma de producción
económica ha arropado a los diversos sectores de la sociedad
planetaria, teniendo como interés principal, la producción de
bienes y servicios y el aprovechamiento de los recursos
naturales a bajos costos. El capitalismo ha invadido a los
sectores productivos y por ende a las sociedades dependientes
de ellas, resultando la educación uno de los instrumentos de las
maquinarias capitalistas, para satisfacer las necesidades de la
mano de obra”.

La globalización económico-financiera también se realiza con


efectos en el desarrollo cultural. Su acento diverso, complicado
y polisémico constituye una característica de lo complicado del
término y del uso indistinto y ambiguo. Eso trae como
consecuencia que en el ámbito pedagógico, tanto para la
comunidad, el docente como en los estudiantes, el vocablo
tenga dificultades para su uso. Según Xosé Manuel Souto
González “Así la globalización es algo concreto, aunque muchas
veces inconsciente, para el alumnado y los ciudadanos en
general”.

Estos planteamientos formulados por los participantes del


Geoforo constituyen evidencias reveladoras de un panorama
epocal, cuya construcción histórica es la expresión de la
gestión de occidente; específicamente, Europa y los Estados
Unidos de Norteamérica, para ejercer el control político del
planeta, sustentado en la ideología liberal y neoliberal,
traducida en el logro de la prosperidad del capital. Con la
globalización, el capital conforma la unidad del mercado
mundial, la homogeneidad cultural y la formación de un
pensamiento único. En efecto, una visión de totalidad que es
fortalecida por el intercambio establecido por la red
tecnológica, el uso informativo y recreativo de la televisión, con
el manejo perverso de símbolos, iconos, códigos e imágenes y
manipular la reflexión de la colectividad mundial.

La realidad que emerge de esta visión de totalidad, se puede


comprender en el testimonio revelado por Armando Galindo
Joya, a Alexander Cely Rodríguez: “…cuando se haya hecho
conciencia que la globalización es como un barco que avanza
sin rumbo y a una velocidad vertiginosa donde sólo unos pocos
van en camarotes de lujo, algunos en cubierta, otros en las
bodegas, algunos buscando desesperadamente como subir y
otros tantos se ahogan en el oleaje que produce el barco; que
aunque vivamos incluso en la misma calle estamos a siglos de
distancia; que estamos perdiendo nuestra identidad y que
estamos olvidando cada vez más la responsabilidad social…”.

La globalización es también, en consecuencia, una


circunstancia de competencia, individualidad, consumo y
exclusión social. De allí deriva una sociedad planetaria educada
masificadamente para ser empresarios emprendedores;
competir y aferrarse a lo personal, al consumo desaforado y
desviar su atención sobre los conflictos generados por los
centros del poder político, como el desequilibrio ambiental y las
dificultades geográficas. La globalización está también
relacionada con cambios y transformaciones en la definición de
las fronteras que fueron temáticas tan significativas en la
constitución de los Estados nación.

Esto lo destacan Kleidys Alviarez Siavato y Andri Centeno


Pérez, cuando afirman: “Esta situación se encuentra revestida
de argumentaciones como la eliminación de las fronteras,
puesto que hoy es posible realizar comunicaciones en tiempo
reala miles de kilómetros, producto de los avances
tecnológicos. Sin embargo, estos postulados acerca de lo difuso
de las fronteras, se alejan en los países del tercer mundo, donde
las posibilidades de accesar a las tecnologías de la información
y comunicación son limitadas”.

En el ámbito del mundo globalización, ante la posibilidad de la


apertura hacia el contexto mundial, se ha comenzado a revisar
la situación de la educación, en cuanto la formación del
ciudadano del siglo XXI. En ese contexto, la educación es ya
una temática de notable interés para la sociedad. Eso obedece
en palabras de Kleidys Alviarez Siavato y Andri Centeno Pérez, a
lo siguiente: “Los constantes y acelerados cambios en los
espacios sociales producto del capitalismo se acentúan cada
vez más. La globalización ha contribuido en la construcción de
nuevos esquemas de pensamiento y por ende, de asumir la
realidad contemporánea, a la que no puede escapar la
Educación como una ciencia social. Son numerosos los estudios
y trabajos desarrollados por autores en todo el planeta, quienes
buscan una respuesta de aproximación entre la realidad de las
escuelas y la enseñanza, aunada al procesos de
mundialización”.

El propósito que anima al efecto globalizador es desequilibrar


los países y controlar sus potencialidades ambientales,
geográficas y sociales para sus fines perversos y nefastos.
Globalización es, entonces, sinónimo de control, intervención,
hegemonía y superioridad; aspectos que históricamente se han
originado desde el siglo XVI y que hoy logran el alcance mundial
con significativos lucros para el poder imperial.

La homogeneidad cultural

La tendencia globalizadora promovida por el desarrollo


económico-financiero en la gestión por un mercado único, se
desenvolvió simultáneamente con un comportamiento
impositivo de la cultura norteamericana. En efecto, la
aspiración de una homogeneidad planetaria fundada en la
prosperidad de las empresas multinacionales estadounidenses,
se emparentó con su ambición por el logro de la unidad cultural
y civilizatoria del globo terráqueo. Con la conquista de
mercados, las empresas capitalistas fundaron una acción
publicitaria para impulsar el consumo de los productos
norteamericanos, a la vez que crear el ambiente favorable para
imponer la expansión y predominio de la cultura
norteamericana.

Este hecho enraizó su cultura a escala planetaria y se mostró


con las elecciones presidenciales donde resultó electo Obama;
acontecimiento destacado por José Eustáquio De Sene, al
afirmar: “Na virada do ano fiz uma viagem por diversas cidades
das costas leste e oeste dos Estados Unidos. Uma inserção no
coração econômico-cultural-político da maior potência mundial
é sempre oportuna para refletir sobre o processo de
globalização (vindo de Los Angeles a caminho de Nova York,
passei por Washington DC poucos dias antes da posse e pude
sentir a Obamania que se espalhou pelo mundo)”.

Las diversas manifestaciones culturales norteamericana ya


están claramente arraigadas en la cultura mundial y un claro
testimonio de eso, lo constituye la obamania desatada luego del
triunfo electoral de Obama. En diversas comunidades del
planeta se festejó como si hubiese sido un acontecimiento local
o nacional. Eso demuestra que globalización, según afirma José
Eustáquio de Sene “…parece-me, é mais complexo que isso
porque se assim fosse seria algo exclusivamente
unidireccional… mas que globalizo se dá sobre a hegemonía dos
EE. UU., disto nao tenho a mentro dúvida”.

Otro ejemplo que coloca José Eustáquio de Sene es sobre la


forma como se revela la homogeneización cultural. Se trata de
una visita que realizara a Nueva York, donde observó una
realidad cultural que, al comparar lo que allí ocurre con otras
ciudades metrópolis en el planeta, pronto se pudo percibir el
efecto del capital en organizar las modas, el consumo, el ocio,
la diversión, la alimentación, la publicidad, el comportamiento
ciudadano, entre otros rasgos de la homogeneidad cultural.
Similar es la reflexión de Xosé Manuel Souto González, cuando
afirma “Quien ha visitado N. York ya no tiene la imagen de algo
desconocido, sino de algo semejante a su espacio personal pero
a mayor tamaño y con mayores desigualdades en menor
superficie”. Vale preguntarse ¿Qué hace de Nueva York el
centro del planeta? La respuesta es que allí donde
precisamente se coordina la acción exportadora del modelo
cultural norteamericano hacia los confines del globo terráqueo.

El medio para realizar la culturización mundial es la televisión y


la red electrónica con Internet. Gracias a los adelantos
tecnológicos, como la satelitización, se divulgan en películas y
en la televisión, el comportamiento cultural norteamericano. Lo
destacable es el extraordinario efecto psicológico masificado,
para educar comportamientos desde mensajes sublimes,
alienadores y distorsionadores de la realidad, pues “La
internacionalización de la cultura llega a todos los rincones del
mundo desarrollando hábitos (el sentido del tiempo del zapeo, el
consumo de bienes de usar y tirar, la privatización del
espacio…), una música electrónica que se difunde por internet y
por los medios de comunicación a través de poderosas
empresas de distribución, unas películas que crean afectos y
sentimientos…”.
Xosé Manuel Souto destaca la explicación de la profesora
argentina Verónica Hollman, para quien la globalización debe
comenzar por ser objeto de explicación “a partir de la
homogeneización cultural, de las pautas de consumo. Porque
entonces ahí se entra en el capitalismo, en sus fases, cómo el
capitalismo fue incorporando cada vez más espacios y
sociedades a la economía mundo a lo largo del tiempo´.”.
Entonces se puede entender que ante la complejidad que deriva
del acto homogeneizante, es imprescindible relacionar sus
desenvolvimientos con la actividad económica, comercial y
financiera; es decir, dominación cultural está asociada con la
conformación del mercado único, desde una intensa y compleja
labor de captura de consumidores, apoyada desde los medios
de comunicación social.

Un grupo etario de significativa importancia para los propósitos


del capital son los adolescentes y los jóvenes. Ellos han
adquirido notoriedad en el ámbito comercial y reciben estímulos
que han modificado su conducta hacia modelos elaborados,
tales como peinados, uso de zarcillos, vestimenta y calzados
signados por lo estrambótico, lo excéntrico y lo estrafalario. De
esta forma muestran los efectos alienadores de los mass media;
en especial, cuando se trata del dominio de la lengua inglesa y
la adquisición de gustos y modas.

Souto opinó que: “Esta forma de pensar se ha trasmitido a las


familias, que envían a sus hijos a estudiar inglés una vez acaba
la jornada escolar y si pueden en verano a países de habla
inglesa. Desde mi punto de vista deberíamos recabar más
información sobre el pensamiento de los `teen´y ve como se
condicionan sus imágenes espaciales desde su domicilio, desde
facebook, desde el ciber, desde la tv. Algo que nos daría pistas
sobre el mundo que se quiere construir desde la cultura
hegemónica”.

Por ejemplo, dice José Eustáquio de Sene: “Estava com meu


filho "teen" (é sintomática essa mania, muito forte aqui no
Brasil, de usar vocábulos em inglês em substituição a palavras
correntes da língua portuguesa) e quase tudo que ele via não
era novidade”. Por tanto, ya es un hecho la exigencia del
dominio de la lengua inglesa como medio de comunicación para
la población globalizada. A través de esta lengua, es fácil
establecer vínculos con personas en diversos lugares del
planeta, además que ya es habitual superar las diferencias del
lenguaje con el uso de traductores de viable acceso en el
Internet. Es necesario destacar que por este medio también se
ha hecho posible facilitar la homogeneización cultural
norteamericana.

La sociedad planetaria es centro de atención de la labor


mediática que ha dispersado la atención de los adolescentes y
los jóvenes de la lectura de los textos literarios. El hecho del
condicionamiento rutinario de los medios de comunicación, ha
dado como resultado la predilección hacia los programas que
oferta la televisión y la multiplicidad de datos que ofrece el
Internet. Al respecto, Alexander Cely Rodríguez manifiesta: “…
conocemos el mundo como nos lo quieren mostrar los medios
de comunicación, todavía no se ha entrado a conocer el mundo
y mucho reflexionarlo a través de la literatura, son muy pocos
los que han sido educados en la lectura de los clásicos y mucho
menos en los ensayistas contemporáneos, se quedan en los
mediato y lo mediático les da muy poco…”.

Es importante reconocer la tarea educativa que cumplen los


medios con el fin de ofrecer una visión de la realidad mundial
que condicionada para promover una visión unilateral del
mundo, la realidad y la vida. Para Carolina Moreno Cruz, al ser
entrevistada por Alexander Cely Rodríguez, urge abordar
analíticamente esta situación pues se pretende “…la
eliminación de las raíces históricas que pueden verse
vulnerados por las nuevas olas culturales”. Llama la atención
que se trata de fijar una realidad en permanente presente; es
decir, una circunstancia sin pasado y menos sin futuro. Por
tanto, ante la inocultable existencia de la visión homogénea,
Alexander Cely Rodríguez destaca que es necesario percibir la
realidad como un escenario de nuevas posibilidades y expone
que en el caso de los estudiantes, “…ellos están formándose en
el marco de la globalización y como tal lo hacen, aprovechan
todas las posibilidades que la nueva visión del mundo lo
permite, observan, analizan y conciben un mundo abierto para
su ideales negocios a los cuales pertenecen o pertenecerían”.
No obstante, es imperioso dar sentido y significado de
actualidad a los temas que los estudiantes abordan en el
escenario de la homogeneidad cultural norteamericana. En el
escenario de la globalización, Alexander Cely Rodríguez coloca
en el tapete otras dificultades que tienen los adolescentes y los
jóvenes para entender la complejidad del momento histórico y
sus repercusiones en el ámbito social. Es apremiante buscar
explicación a los acontecimientos del mundo contemporáneo,
porque, desde su punto de vista: “…no todos los estudiantes que
se forman en el manejo de las finanzas, la economía y la
administración conocen la diferencia que existe entre
internacionalización, mundialización y globalización, la mayoría
tiene dificultades en entender una segunda lengua, el uso de los
sistemas de información y las telecomunicaciones no es el más
óptimo entre otros motivos por la deficiencia en su manejo en
otra lengua pues esta infocomunicación no se encuentra sólo en
el español cuya riqueza y uso en el mundo actual ha crecido
pero que al fin y al cabo sigue siendo más el inglés, el francés y
el alemán, las lenguas que `mandan´ en el mundo, sin contar por
supuesto con el chino mandarín como idioma dominador del
futuro cercano o del poder del portugués sobre en América
Latina debido al papel de Brasil en la economía regional y su
ascendencia a nivel global”.

Precisamente, a pesar que es una realidad concreta la


existencia de la globalización, los estudiantes, aunque viven
ese acontecimientos y se impregnan -por ejemplo, de gustos,
modas, música), la homogeneidad se revela con especial
énfasis en la demanda formativa en administración, economía,
ingenierías y, fundamentalmente, en la adquisición de un lengua
extranjera; en especial, el inglés. La homogeneidad cultural trae
consigo que los estudiantes consideren como prioridad que su
formación educativa, tenga más relación con la preparación
como mano de obra calificada, la búsqueda de trabajo en
cualquier lugar del planeta, la posibilidad de acceder a diversa
información, entre otros aspectos. En efecto, una calificación
profesional para laborar en empresas ubicadas en la
complejidad planetaria.

Para concretar, inquieta que en un escenario tan complejo,


dinámico y cambiante, la visión que los estudiantes se forman
del mundo, sea tan sesgada, desviada y falseada de las
problemáticas que vive la humanidad, derivadas de las
contradicciones entre el desarrollo alcanzado por el capital y
las dificultades de la sociedad. La homogeneidad cultural es
entonces una acción educativa que enfatiza la manipulación de
la mente, desde una falsa neutralidad que promueve la
descontextualización, la desideologización y el apoliticismo.

Significa el ejercicio cotidiano con efecto anestesiante


conducente a fortalecer mecanismos para internalizar la
indiferencia, la insensibilidad social y la inconsciencia, además
adormecer el sentido analítico, critico, creativo, el compromiso
y la responsabilidad social.

Globalización y educación

El acento económico-financiero que se ha logrado internalizar


en la vida cotidiana del planeta, tiene sus razones en el impulso
en la iencia y la tecnología y en la revolución comunicacional.
Sin embargo, en las inquietudes formuladas por los
participantes en el Geoforo, le adjudican a esta transformación
histórica, efectos educativos notables; en especial, en la
elaboración de puntos de vista personales que derivan en
opiniones y argumentos para explicar los acontecimientos
vividos en el mundo globalizado[7] . Al analizar la temática de la
educación en el ámbito de la globalización, Kleidys Alviarez
Siavato y Andri Centeno Pérez, resaltan lo siguiente: “El
panorama de la educación y su objetivo se ha transformado con
las nuevas condiciones epocales. Es necesario recordar que la
educación está concebida como un proceso eminentemente
social, cuyo objeto fundamental es la formación de individuos
capaces de reflexionar acerca de la importancia del entorno,
además de la construcción crítica de estructuras mentales.
Esta concepción de educación se ha transformado tan
rápidamente como las innovaciones tecnológicas. La vigencia
de este concepto se encuentra distanciado de la escena
contemporánea, donde la globalización ha determinado nuevas
formas de concebir, explicar y enseñar la realidad”.

De esta forma, los fundamentos teóricos y metodológicos que


han sostenido la renovación paradigmática y epistemológica de
la educación, promovida desde la UNESCO, en los años setenta
hasta la actualidad, con énfasis en el logro de objetivos y
competencias, se pueden calificar como coherentes con los
cambios históricos, dado su acento técnico y pragmático. En
consecuencia, los promovidos cambios curriculares apuntan a
calificar mano de obra, cuando se requiere la formación de
ciudadanos para comprender el mundo vivido.

Es necesario destacar que la UNESCO cumple la tarea de dictar


lineamientos, pautas y patrones educativos en el contexto de la
Organización de Naciones y Unidas. Como institución que nació
luego de la segunda guerra mundial, ha establecido los
fundamentos teóricos y metodológicos que orientan el
desarrollo educativo, cultural y curricular con fines
homogeneizar los diseños curriculares, desde los intereses de
los países triunfantes en el conflicto bélico. De allí que en el
ámbito de la globalización, esta institución se erige como el
supremo organismo que dicta el modelo educativo planetario,
sin considerar las realidades, condiciones y necesidades de los
Estados miembros.

En esa dirección, en la década de los años sesenta del siglo XX,


obligó a los países iberoamericanos a la tecnocratización de la
educación para generar mano de obra calificada y abrir el
campo educativo a las empresas multinacionales. Un resultado
a resaltar fue la exclusión de la población pobre. En la década
de los años setenta impuso el modelo de la Educación Básica
para los países latinoamericanos con la Declaración de México.
En efecto, la obligatoriedad de ampliar la cobertura de la
tradicional educación primaria de seis grados a nueve grados.
Hoy día esta exigencia todavía no se cumple en la mayoría de
los países de este sub-continente. Lo cierto es que un aspecto a
destacar es impone normas que descartan las tradiciones
educativas nacionales, las posibilidades los países de gestionar
modelos de participación y protagonismo social, además de la
generación de currículos que promuevan la cultura autóctona
para consolidar la identidad y la transformación nacional.

Por cierto, esas decisiones para homogeneizar la educación con


sentido universal, deriva en confusiones y desviaciones
marcadas en los planes de estudio con pautas generalizadas
que generan confusión en los docentes, pues están
desentonadas de las realidades educativas nacionales,
regionales y locales; en este caso de los países
latinoamericanos. Así, se ve la propuesta de planes de estudio
estructurados con disciplinas para desarrollar la enseñanza y el
aprendizaje con actividades didácticas establecidas como
recetas metodológicas muy distantes de la realidad escolar
donde se aplican.

Este aspecto es cuestionado por Olga Lucía Romero, en diálogo


con Alexander Cely Rodríguez, quien expuso lo siguiente: “El
estudio de la Globalización o la incorporación de la temática en
los planes de estudio es muy leve, de hecho haciendo una
revisión de los estándares curriculares, este tema no se
evidencia de forma clara. Estos estándares buscan que los
niños, niñas y jóvenes deban saber y saber hacer en la escuela
para comprender de manera interdisciplinaria a los seres
humanos, las sociedades, el mundo y, sobre todo, su propio país
y su entorno social, se plantean entonces desde un enfoque por
competencia”.

Significa que cuando se demanda una formación de acento más


crítico, en el ámbito escolar, los medios de comunicación social
educan para el consumo desaforado y magnificar las
oportunidades de la globalización económico-financiera. Eso se
demuestra con citada obamania, la masificación del consumo
de hamburguesas, los Hot Dog, la fiesta Halloween, Santa
Claus, los Blue Jean, el Rock and Roll, entre otros aspectos y,
por el otro, en el incentivo de modelos educativos de sustento
tecnocrático, conducentes a desviar la atención hacia la
explicación analítico-crítica de la realidad globalizada.

En el afán por homogeneizar, hay en la acción educativa una


adecuación de sus propósitos de acuerdo a la edad y la
condición social que cuenta con el apoyo de la psicología social
como instrumento masificador, generador de comportamientos
que promuevan el consumo. En efecto, ideología, consumo y
conducta muestran los condicionantes fundados por el
positivismo y el neoliberalismo, con nuevas formas de enseñar y
aprender altamente atractivas, sofisticadas, tecnologizadas y
alienantes.
Es el capitalismo que con el apoyo de la educación
tecnocrática, la pedagogía experimental y la didáctica
instruccional, elaboran modelos de enseñanza y aprendizaje de
alcance masificado, para promover una forma de vida según las
pautas del modelo cultural norteamericano. De allí el propósito
de masificar la acción educativa con alcance planetario,
gracias a la satelitización de los medios de comunicación
social. Es educar a las colectividades de la totalidad mundial,
sin la presencia de fronteras, a través de la televisión y el cine.

Se trata de una labor formativa donde se armonizan imagen,


técnica, atracción, formato, situaciones, actos, simulación y
artificialidad, para ofrecer una visión totalitaria, única e
inobjetable. Si bien es cierto que la globalización ha facilitado
otras formas de acceder a la explicación de la realidad, el
mundo y la vida, no es menos cierto que, la educación debe
revisar sus fundamentos y sus prácticas para evitar nefastas
consecuencias en la formación de los estudiantes, en su
condición de ciudadanos en formación.

En este sentido, Armando Galindo Joya, al ser entrevistado por


Alexander Cely Rodríguez, expuso: “…el concepto de
Globalización se ha manejado como una presión y
desconociendo los retos sociales a los que este fenómeno nos
obliga, dando prioridad al manejo desenfrenado del consumismo
y dejando a los estudiantes solos ante ríos de información y el
desenfreno de una publicidad que los está llevando a una
servidumbre y a una deshumanización. Convirtiéndolos en vasos
que hay que llenar y no en sujetos críticos y propositivos que
permita cambiar la imagen que se tiene de la Globalización y
por ende aprovechar sin duda las oportunidades que ésta trae
consigo”.

Ante esta realidad, en el ámbito educativo de Iberoamérica, la


explicación del mundo globalizado es muy restringida. El
tratamiento pedagógico que amerita por su condición de
sinónimo de una época en desenvolvimiento, plena de
diversidad de hechos y sucesos, además de extremadamente
vinculante con el desempeño personal de los ciudadanos sin
distinción de lugares y etnias, no es el más coherente y
pertinente. Evidentemente hay un profundo desfase entre la
globalización como situación sociohistórica y los modelos
educativos que promueven los Estados en el marco del mundo
globalizado. La discrepancia obedece a que mientras la
globalización es mercado, la educación es formación crítica del
ciudadano.

Al respecto, opina Armando Galindo Joya, en entrevista


realizada por Alexander Cely Rodríguez: “Sin embargo no se
puede considerar la Globalización como algo mágico y
extraordinario que nos conduce directamente a un desarrollo y
bienestar, es por eso que no podemos ignorar en sus aspectos
más saltantes los grandes riesgos y problemas a los que se
enfrenta especialmente nuestro país (Colombia) ante el avance
de este proceso entre muchos aspectos la desigualdad, esto me
ha permitido formar una idea central de lo que significa la
Globalización y tomar una decisión consiente sobre como
orientar a mis estudiantes viendo en este proceso una
oportunidad y una responsabilidad al servicio de la persona
humana y su dignidad y no en función del mercado y sus
intereses”.

La acción educativa no puede ser discrepante con la realidad


globalizada y menos cuando cada vez más las contradicciones
dejan entrever la magnitud de la diferencia entre la opulencia y
la calidad de vida sobre la superficie terrestre. Al contrastar los
niveles de ganancias del capital y la dimensión del deterioro
social, la educación emerge como una opción para formar los
ciudadanos del mundo global, con una calificación más
centrada en el análisis, la explicación, la crítica y la
creatividad. Nubia Moreno explica que en los países
iberoamericanos el tratamiento pedagógico de la globalización
tiene estrecha relación con las orientaciones establecidas por
los Ministerios de Educación y señala: “Ahora bien, incorporar
este tema en la educación demanda la reflexión sobre cómo se
instaura, en qué cursos, con qué finalidades, cuál es el grado de
profundización que se le determina, entre otras, y
lastimosamente lo que se encuentra en la cotidianidad, es que
estos temas son enseñados porque se implementan sin pasar
por todo un filtro de análisis que decante su sentido, objeto y
pretensión”.
Lo expuesto implica que la temática del mundo globalizado
debe ser objeto de las reformas curriculares, pues es
precisamente, en el currículo, donde se detallen las
instrucciones para orientar los procesos de enseñanza y
aprendizaje. Este aspecto es resaltado por el Profesor Armando
Galindo Joya, entrevistado por Alexander Cely Rodríguez, quien
opinó: “El estudio de la Globalización en la escuela no está
enfocado como una situación problemática, se asume desde el
currículo y su diseño como una temática más, dentro de otras.
El hecho de concebirlo desde esta forma hace que se pierda el
significado de los acontecimientos mundiales y se dedique la
escuela en las Ciencias Sociales a un estudio de la sociedad en
pretérito y desconectada del mundo actual y la realidad social”.

Esta circunstancia obedece a que los temas de la globalización,


a pesar que son tópicos de actualidad, no reciben en la escuela
el tratamiento que el caso amerita. Esta deficiencia pedagógica
trae como consecuencia que la institución escolar se encuentre
muy alejada y dispersa de los acontecimientos del mundo
contemporáneo, a la vez que contribuir a distraer la explicación
de esta realidad histórica a los ciudadanos de los inicios del
siglo XXI. Al reflexionar sobre esta situación, Armando Galindo
Joya, entrevistado por Alexander Cely Rodríguez, expuso: “Las
temáticas sobre Globalización se ven reflejadas en los
programas escolares y en los libros de texto principalmente en
formas de cuestionarios y reflexiones analíticas sobre
problemas concretos. En algunas actividades de los libros de
texto se plantean preguntas para el debate y discusión en
clase”.

Esto trae consigo que aunque en el programa escolar se


establece el contenido de la globalización, el tratamiento
pedagógico es superficial, somero y ligero. Generalmente, el
hecho de estar incluido en los libros texto, no significa ni
garantiza que el docente trate en forma explicativa el tema. En
el caso colombiano, afirma Nubia Moreno: “En el contexto
colombiano, por ejemplo, se hallan textos y programas
escolares que contemplan la enseñanza de la globalización en
los cursos de la secundaria, con mayor énfasis en los grados
noveno, décimo y once”. Lo complicado es, en consecuencia,
que cuando ocurre la explicación, está se realiza en forma muy
somera y superficial, además que aborda desde el pasado al
presente lo que desvía la comprensión de lo actual. Al respecto,
Armando Galindo Joya le manifestó a Alexander Cely Rodríguez,
que: “El enfoque del que se parte es por temáticas, se expresa
de la manera siguiente: `Del pasado al presente´ esto no permite
generar realidades educativas criticas de las situaciones
contemporáneas muchas veces esto desliga el mundo del
proceso histórico que se está viviendo”.

Armando Galindo Joya también destaca que las deficiencias


pedagógicas originadas por el afecto a lo tradicional, impiden la
inserción de los países pobres en el escenario de la
globalización, eso requiere que “…particularmente (de) la
escuela, un estudio detallado y minucioso que los ponga en
condiciones óptimas para entrar al escenario mundial sin que
existan abusos de los poderosos y sin que se torne una acción
excluyente y desigual reto que definitivamente deberá ser
manejado en las aulas siendo la escuela un escenario
socializador por excelencia”.

Al abordar esta situación como tema escolar, implica el análisis


de situaciones, conocimientos y prácticas que analicen el
desarrollo económico y social que caracteriza a los países
latinoamericano, con el objeto que se cuestione la situación que
deriva de la condición de los países exportadores de materias
primas y consumidores de productos industrializados; en
especial, debatir sobre la situación consumista que afecta a la
población. Desde su perspectiva, Armando Galindo Joya expuso:
“La globalización se plantea como una temática por medio del
conocimiento de conceptos y situaciones que han enmarcado el
desarrollo económico de los diferentes países iberoamericanos;
no obstante, no se hace visible en el currículo del área de
Ciencias Sociales a la globalización como un proceso
generalizador, que integra la economía de los países,
convirtiéndolos netamente en productores de materias primas
para naciones extranjeras, negando su particularidad cultural.
Por medio del consumo la globalización que permean el
accionar estudiantil, pues los jóvenes no están interesados en
discutir y analizar dicha temática, ya que se han convertido en
sujetos mediáticos del consumo”.
Es preocupante que las temáticas de la globalización no sean
objeto de explicación analítica en las aulas escolares. Por
tanto, implica que el acto educante, rescinde de la
extraordinaria información cotidiana, que de una u otra forma,
ayuda a establecer puntos de vista sobre los acontecimientos
del mundo globalizado, dado el efecto mediático. Lo
comprometido del caso es que se preserva en la escuela
prácticas educativas de acento pretérito. En ese sentido,
Liliana Guaca Guamanga, en dialogo con Alexander Cely
Rodríguez, expuso que: “Esta situación encontró, en ese lapso
socio-histórico, poco eco en los espacios académicos. Las
rutinas todavía se aferraban a reflexionar sobre los
acontecimientos inciertos y paradójicos, como si no ocurriesen
cambios profundos y contundentes… Ahora bien, de igual forma,
en tanto existe multiplicidad de posibilidades para su estudio,
también es latente la fragilidad en unos conceptos mínimos
comunes que permitan abordar de manera conjunta el tema de
la globalización, independiente de la institución escolar”.

Otro aspecto que complica la explicación de la globalización


desde la acción educativa, lo constituye el uso de los libros
texto. En Iberoamérica el uso didáctico del libro ha
representado una labor con el fin de facilitar sistemáticamente
los contenidos programáticos, tanto al profesor como a los
estudiantes. En el caso del docente, disponer de un
conocimiento a ser enseñado y en los estudiantes, la posibilidad
obtener el conocimiento que requiere para aprender. Ocurre que
según Armando Galindo Joya, citado por Alexander Cely
Rodríguez: Algunos libros de texto parte de premisas que sólo
legitiman y legalizan la reproducción de pensamientos,
acciones y decisiones que provienen de escenarios exteriores, y
que son impuestas al colombiano, sin una previa reflexión y
toma de decisiones sobre si son correctas o no, convirtiéndose
la educación en el principal instrumento de dicha reproducción,
donde el fin último es la alienación, que permite dar la cara a
los conflictos que vive la sociedad”.

En diálogo con Carolina Moreno Cruz, ella le manifestó a


Alexander Cely Rodríguez, que la elaboración de los libros texto,
dependen de las exigencias del Ministerio de Educación y
muchos de los casos de las empresas editoriales. Desde su
punto de vista, cuando hay referencia a la globalización, la
orientación pedagógica que se asigna apunta hacia la formación
de competencias para fortalecer el concepto de ciudadanía.
Además, la profesora Carolina Moreno Cruz destaca que “Sin
embargo en otras editoriales la mirada euro centrista continua
predominando y el tema de la globalización se aborda desde el
estudio de las instituciones supranacionales, los tratados
internaciones, las comunidades europeas y su impacto en los
países tercermundistas y el nuevo orden mundial”.

La profesora Olga Lucia Moreno, entrevistada por Alexander


Cely Rodríguez, consideró, que a pesar que existe libertad de
cátedra, los lineamientos emanados del Ministerio de Educación
en Colombia, se deben respetar tal y como están establecidos.
Allí, el tema de la globalización se expone en los libros texto,
con sencillas referencias del momento actual para destacar las
innovaciones que ha desarrollado el capitalismo, pero se evade
el análisis de la complejidad social. Eso se infiere por lo
manifestado por Liliana Guaca Guamanga, en entrevista
realizada por Alexander Cely Rodríguez: En grado decimo se
abordan temáticas transversales como las guerras imperiales,
invasiones y migraciones masivas producto de las tendencias
políticas y económicas. Sin embargo, la comprensión de ciertos
fenómenos sociales relacionados con la desigualdad social, la
segregación espacial, la xenofobia y el exterminio cultural son
temas que radican más en la intencionalidad del maestro que en
la legalidad de los planes de estudio ya que no son
requerimientos obligatorios. Contenidos tradicionales son
exigidos junto como método de evaluación poco renovados
(revisión de cuadernos, disciplina) son elementos recurrentes
en la dinámica escolar”.

Se puede inferir que en el ámbito del mundo contemporáneo, la


educación todavía recurre a fundamentos teóricos y
metodológicos de sentido y efecto obsoletos; notablemente
contradictorios con la renovación en conocimientos y prácticas
que se formulan constantemente en los espacios académicos.
En ese sentido, la enseñanza de contenidos que pudiesen servir
para explicar la realidad con sustentos teóricos, no ocurre así.
Al respecto, Liliana Guaca Guamanga, en dialogo con Alexander
Cely Rodríguez, manifestó: “Se evidencia una perspectiva
estática dentro del desarrollo de los contenidos, más aún
cuando el libro de texto implementado en el aula pasa de ser
una guía a un recetario. No sabemos si lo siguiente sea una
aseveración pero se percibe que la reflexión que se debe hacer
entorno a la pertinencia de los contenidos y la incorporación de
los avances de la geografía como disciplina al ámbito escolar
está ausente”.

En este mismo sentido el profesor Xosé M. Souto, al analizar


cuatro manuales escolares de Educación Secundaria
Obligatoria (para las edades de 14-16 años) indicaba que “los
libros de texto insisten en una explicación económica y aluden
muy poco o nada a las consecuencias culturales del proceso de
globalización, utilizando una escala planetaria para explicar
dichos procesos económicos, olvidándose de las desigualdades
que se originan en las localidades donde viven los alumnos; se
abusa de una explicación académica y conceptual, por lo que el
lector debe consultar continuamente el vocabulario que
aparece al margen de los textos (o bien un instrumento “ad
hoc”)”.

En efecto, se impone el desafío de articular los acontecimientos


diarios de la globalización con la actividad escolar. El propósito
debe ser explicar los acontecimientos, a partir de los
conocimientos y experiencias de los estudiantes en su
condición de ciudadanos del mundo globalizado. Significa
aperturar en la acción pedagógica el abordaje analítico del
momento histórico, desde una perspectiva más allá del
reduccionismo positivista; es decir, amplitud, totalidad,
vivencia, autonomía y democracia participativa y protagónica.
Al analizar la compleja situación que vive la educación en el
escenario de la globalización, Kleidys Alviarez Siavato y Andri
Centeno Pérez, se han formulado las siguientes interrogantes:
¿Cuál es el papel de la escuela? ¿Cómo afrontar las realidades
contemporáneas desde la práctica escolar cotidiana? ¿Se
encuentra la escuela preparada para tal escenario? ¿Conciben
en la práctica pedagógica el uso de estrategias y recursos
innovadores adaptados al contexto de globalidad?.

Al puntualizar se puede destacar que en la complejidad de la


globalización es evidente una significativa contradicción. Por un
lado, se viven circunstancias donde la innovación y los cambios
afectan notablemente a los conocimientos y técnicas, pues
ellos son rápidamente signados por la obsolescencia. En
cambio, en la educación hay un apego a los fundamentos
teóricos y metodológicos de acento pasado y se rechaza el
cambio desde concepciones apegadas a las rutinas
pedagógicas.

Lo complicado de esta circunstancia es que en la educación


hay una fuerte resistencia al cambio, que hace difícil que
cualquier iniciativa logre sus cometidos, pues su labor es
esencialmente tradicional. Por tanto, como afirman Kleidys
Alviarez Siavato y Andri Centeno Pérez: “Actualmente es
imposible concebir la educación en globalización como un
procesos aislado, debido a los diversos elementos
intervinientes. La visión reduccionista revestida de
obsolescencia, no puede ser desechada por completo, aunque
fragmente el conocimiento. Es necesario tomar en cuenta los
postulados de la sistemática o la ciencia sistemática, la que
conecte a los fenómenos tanto sociales y naturales en un
todo”.

El resultado, una vislumbrante globalización que impone el


rumbo de los acontecimientos, distinguidos por una asombrosa
inventiva científico-tecnológica, apoyada por una labor
comunicacional que cumple una extraordinaria función
pedagógica para educar masificadamente. Eso es
significativamente discrepante de la acción formativa del aula
de clase indiferente, rutinaria y descontextualizada de los
cambios epocales. Por tanto, resulta más formativa la
educación mediática que la educación escolarizada.

Globalización y enseñanza de la geografía

El conocimiento de la globalización como situación referente de


las condiciones del mundo contemporáneo, constituye un tema
de obligante tratamiento por la enseñanza de la geografía. El
hecho de referirse a la situación vivida por la sociedad mundial,
al apremio de educar al ciudadano del siglo XXI y los
significativos avances de la disciplina geográfica, son
obligaciones para exigir la renovación de la enseñanza
geográfica en concordancia con los cambios de la época.
Los participantes del Geoforo han manifestado interés en que
eso ocurra, pues desde sus puntos de vista, esta circunstancia
tan compleja, en movimiento transformador y de notables
repercusiones en la sociedad, debe ser considerada desde otras
perspectivas, más coherentes y afines con lo que sucede a
escala planetaria; en especial, la diversidad de criterios para
analizar la época actual, como de la complicada realidad
ambiental, geográfica y social del mundo contemporáneo.

Al tratar esta situación, José Eustáquio De Sene considera que


“Essa experiencia suscita uma questao interssante: de fato há
globalizao, como diversos autores propoem, sejam eles
globalistas ou céticos[8], ou vivemos uma expanso da
modernidade[9], ou ainda pura e simplesmente um proceso de
americanizao do mundo[10].

La globalización es percibida desde diferentes puntos de vista:


como globalidad, expansión de la modernidad, americanización
del planeta y también como posmodernidad. Lo cierto es que es
un tema analizado desde criterios diversos. Para Nubia Moreno
es un acontecimiento que ocurre en el ámbito del actual
momento histórico con acento variable y diverso, pues “…la
globalización es amplio y contrastante de modo que también
afecta en su variabilidad y diversidad sobre la forma como se
concibe, acudiendo entonces a los contextos socio –culturales y
a las dinámicas espaciales de cada escenario geográfico”.

El sentido diverso que implica la globalización amerita que en,


primer lugar, el estudio de la globalización como temática de la
enseñanza de la geografía, debe prestar atención al propio
concepto. Eso lo recomienda José Eustáquio De Sene, cuando
afirma que “ A pesar de tanto se falar sobre o assunto, o que
gerou un certo desgaste, ante de comecarnos o discutir a
globalizao enm sal de aula creio pertinente uma discussao
inicial sobre o próprio conceito”. Al análisis del concepto, Olga
Lucia Romero, entrevistada por Alexander Cely Rodríguez
propone que la globalización debe ser analizada desde el
conocimiento geográfico, con los fundamentos de la geografía
radical. En ese sentido afirmó: “Para el tema de la globalización
no sobra decir que es viable que se estructure desde la
perspectiva de la geografía radical, se cuestionan sobre los
valores y funciones de las instituciones existentes, se
comprende el espacio desde las relaciones sociales, así mismo
éste es considerado como un producto social e incluye temas
de estudio como la pobreza, el hambre, la marginalidad, la
contaminación, conflictos de clase, modos de producción,
analiza el impacto del capitalismo y los medios de
comunicación, reduciendo el concepto de distancia”.

En cuanto a los fundamentos pedagógicos, es imprescindible


asumir los fundamentos teóricos y metodológicos de la
pedagogía crítica; es decir, debe existir coherencia entre las
concepciones de la disciplina y de la acción pedagógica. Eso lo
corrobora la Profesora Olga Lucía Romero, en entrevista
realizada por Alexander Cely Rodríguez, cuando expuso que: “La
pedagogía crítica (debe ser) entendida desde Giroux como la
reproducción de la escuela enfocada en la necesidad del
sistema capitalista (relación estado – economía); en tanto que
para Apple el mercado domina la escuela, especialmente el
currículo y para McLaren, como el estudio de la cotidianidad y
las prácticas políticas, desigualdad económica y ciencia al
servicio del capitalismo”.

Los fundamentos teóricos y metodológicos de la geografía


radical y de la pedagogía critica facilitan al docente de
geografía entender que su objeto de estudio es el espacio
geográfico, como constructo social e histórico, a la vez que
considerar que la enseñanza debe explicar la realidad
construida por el capital, la aplicación del currículo con efecto
desalienante y la exigencia de una práctica liberadora que
fortalezca la responsabilidad y el compromiso social. La
Profesora Olga Lucía Romero, citada por Alexander Cely
Rodríguez, destaca la necesidad que: “…el docente realice
análisis o estrategias de aprendizaje de la Globalización, desde
una mirada interdisciplinaria. Por otro lado revisando curso por
curso no es evidente el análisis de la Globalización ni tampoco
de su concepto. Existe el desafío de articular conceptos e ideas
apropiadas para comprender la cotidianidad y más aun para
enseñarle al estudiante una dinámica global, en la que no se
puede desligar el conocimiento de lo local desde la geografía,
historia, economía, política, entre otros”.
Otro aspecto que debe ser atendido cuando se trata de abordar
la globalización en la enseñanza de la geografía, es tomar en
cuenta otras condiciones de los estudiantes como
protagonistas de los acontecimientos del mundo global. Los
educandos se mueven cotidianamente: tiene otras
expectativas, aspiraciones y pretensiones muy coherentes con
el dinámico mundo vivido. En diálogo de Alexander Cely
Rodríguez con la Profesora Carolina Moreno, afirmó: “…los
estudiantes deben propender por una mente abierta y un manejo
activo de las comunicaciones, como por ejemplo el interlocutor
con colegios y universidades del exterior, realizar pasantías e
intercambios en otras ciudades y países, por esto también el
tema del bilingüismo es fundamental…pues se considera que
viajando e interactuando con otras culturas se hace posible el
desarrollo de un conocimiento mucho más completo de las
dinámicas de la Globalización, entre otros temas que la
complementan”.

Significa que el dominio tecnológico, el deseo de conocer, el


reto de conseguir trabajo en otros países, el dominio de una
lengua extranjera, entre otros, son incentivos para insertarse en
la complejidad del mundo globalizado; es decir, son ciudadanos
de la globalización. Por tanto, de un espíritu más emprendedor
de iniciativas para movilizarse en el dinámico escenario epocal.
Lo expresado por la Profesora Carolina Moreno adquiere
significativa importancia en la opinión de Alexander Cely
Rodríguez, cuando destaca lo siguiente: “Cuando acudimos a la
didáctica como la reflexión sobre la práctica de la enseñanza y
el aprendizaje. Es cuando nos permitimos re-pensar sobre las
distintas situaciones de la vida de los estudiantes, desde su
estrato socioeconómico, su situación cultural y emocional, sus
deseos de vivir y de superarse, teniendo en cuenta sus espacios
vividos, percibidos y concebidos y entendemos que mientras no
tengan otra opción de vida, conozcan otros espacios, tengan
acceso a otras lecturas, observen y analicen otros mundos,
aprendan otros idiomas, se interrelacionen con otras culturas
será muy difícil que comprendan el concepto de Globalización”.

Lo descrito trae como consecuencia para la enseñanza de la


geografía reorientar su labor pedagógica hacia una
alfabetización sustentada en el uso didáctico de las
herramientas tecnológicas. Supone que asume enfrentar los
retos al facilitar que los procesos de enseñanza y aprendizaje,
se apoyen en el dominio de los medios y las tecnologías de la
comunicación TICs, pues según la Profesora Olga Lucía Romero,
citada por Alexander Cely Rodríguez, “…en la medida que los
medios de comunicación generan más influencia menos
conocen los estudiantes, razón por la cual es posible desde el
manejo de las TICs analizar el impacto de la Globalización en
estos grados”.

Enseñar geografía en el ámbito de la globalización, debe


considerar la multiplicidad de bienes tecnológicos que el
desarrollo científico-tecnológico ha producido con el propósito
de facilitar una explicación más certera y renovada de la
realidad geográfica. En las circunstancias del mundo
contemporáneo, en opinión de la Profesora Liliana Guaca
Guamanga, emitida en entrevista con Alexander Cely Rodríguez,
manifestó: “…la vocación técnica que está en proceso de
adopción, determina desde todas las áreas del conocimiento
reformas que fortalecen procesos tales como la adquisición de
herramientas propicias para ingresar al mundo laboral bajo unos
estándares de cualificación tecnológica que le permitan
desenvolverse en el mundo actual. Las preocupaciones de la
institución se centran en la profundización de los sistemas
informáticos y el inglés como segunda lengua, las cuales tienen
más intensidad horaria que otras asignaturas como las Ciencias
Sociales.

El objetivo pedagógico que se infiere es educar con las


novedosas herramientas tecnológicas que les permiten a los
estudiantes observar, explicar, interpretar y evaluar
críticamente los objetos de estudio ambientales, geográficos y
sociales. Así, tecnología y razonamiento se deben integrar para
formar geográficamente a los educandos. Eso implica, según la
opinión de Liliana Guaca Guamanga, en entrevista realizada por
Alexander Cely Rodríguez: “…el desarrollo cognitivo de los
estudiantes y su madurez intelectual permite una mejor
comprensión del mismo, un reconocimiento fundamental de las
categorías que lo sustenta y una habilidad para identificar mejor
la globalización en los contextos socio-espaciales”.
Una prioridad de la enseñanza geográfica debes ser mirar al
entorno inmediato, de tal manera que la realidad vivida sea
objeto de estudio geográfico y pedagógico, desde el
pensamiento crítico. La Profesora Carolina Moreno Cruz, en
diálogo con Alexander Cely Rodríguez, colocó en el primer plano
la exigencia de mejorar el nivel de comprensión del
pensamiento crítico y desde allí, “…asumir posturas reflexivas y
propositivas sobre temáticas que van desde las relaciones
históricas, culturales, ambientales y ético políticas hasta las
que se enmarcan en las interrelaciones personales y de
compromiso social”.

Al dar significativa importancia al desarrollo del pensamiento


autónomo y crítico, se pretende dar al aprendizaje un profundo
acento significativo. En esa dirección, es importante considerar
la posibilidad de abordar en la enseñanza de la geografía los
temas de la globalización, desde una postura interdisciplinaria;
fundamentalmente, integrar la geografía con la historia. El
Profesor Armando Galindo Joya, expuso a Alexander Cely
Rodríguez que es “…volver el aprendizaje algo significativo (que)
debería desarrollarse teniendo el mundo en la cabeza y usando
la historia como medio de comprensión para la transformación”.

Volver la mirada hacia el aprendizaje significativo, trae como


consecuencia diversificar las actividades didácticas que utiliza
la enseñanza geográfica para facilitar el proceso pedagógico.
Allí, serán básicas las salidas de campo, la aplicación de
instrumentos para recolectar información, la lectura de mapas y
cartogramas, datos estadísticos, entre otros; es decir, romper
con la exclusividad del libro texto de geografía y aperturar la
presencia y uso didáctico de otras opciones que faciliten el
análisis e interpretación de la realidad geográfica.

Al respecto, Liliana Guaca Guamanga, en entrevista realizada


por Alexander Cely Rodríguez, opinó que asumir un aprendizaje
renovado, determina volver la mirada hacia la práctica escolar;
en principio, “…a otras formas de enseñar y aprender geografía,
a través de análisis geográficos contextualizados se diseñan
ejercicios prácticos tales como las salidas de campo, los
recorridos por el barrio alimentan el proceso educativo al
encontrar en el conocimiento sobre el espacio, herramientas
propicias para comprender las dinámicas urbanas que les
rodean”.

También la Profesora Liliana Guaca Guamanga, considera que


una prioridad para fomentar el aprendizaje significativo, supone
el desarrollo de una enseñanza más agresiva para abordar la
realidad ambiental, geográfica y social. Se trata de la iniciativa
de promover aprendizajes más coherentes con el
desenvolvimiento de la época, lo que supone desde su
razonamiento, atender al “…ejercicio docente (pues) conserva
varias secuelas de tradicionalismo ligadas a la experiencia
previa a la docencia, reproduciendo prácticas anquilosadas que
retrasan el proceso de renovación al interior de la disciplina;
desde el uso y apropiación de nuevos conceptos, como desde
manejo de modelos pedagógicos acordes con las temáticas
abordadas”.

Entonces es preciso entender que si bien es cierto, la


enseñanza geográfica encuentra asidero para renovar sus
fundamentos, también debe reflexionar que, tanto la enseñanza
como el aprendizaje que caracteriza a la práctica escolar de la
enseñanza de la geografía, de acento tradicional debe ser
motivo de reflexión analítica y crítica, con el objeto de
gestionar su transformación. No se puede desconocer, según
José Armando Santiago Rivera, que la: “…enseñanza geográfica
resulta obsoleta, indiferente y descontextualizada de los
acontecimientos del mundo globalizado. Aquí es necesario
llamar la atención pues en los espacios académicos se elaboran
y promueven otros discursos para renovar la práctica escolar de
esta disciplina. Pero la distancia entre los aportes teóricos y
metodológicos que elaboran los expertos, es abismal con lo que
ocurre en el aula de clase, donde se enseña simplemente
conocimientos estables, inmutables e inalterables”.

Esta circunstancia coloca a la enseñanza de la geografía que se


desarrolla en el aula escolar, en una situación de marginalidad,
indiferencia y desfase que mengua la calidad formativa del
ciudadano del siglo XXI. Su afán por preservar conocimientos y
prácticas tradicionales, determina discrepar de los cambios y la
renovación contemporánea que caracteriza al movimiento
geográfico, pedagógico y didáctico. En las reflexiones
expuestas por la Profesora Liliana Guaca Guamanga, en
entrevista realizada por Alexander Cely Rodríguez, “Aun se
evidencian aprendizajes memorísticos y cartografía con
deficiente manejo interpretativo por parte de los estudiantes.
“Eso lo noto ya que soy de secundaria”, y muchas de las
deficiencias heredadas de la primaria se muestran como
limitaciones en el desarrollo del trabajo propuesto”.

Por tanto, hay una preocupación que apunta hacia los diseños
curriculares que se elaboran para orientar la práctica
pedagógica de la enseñanza geográfica. Al cuestionar la
enseñanza geográfica tradicional, la Profesora Liliana Guaca
Guamanga, le reveló a Alexander Cely Rodríguez que “No existe
una metodología innovadora que permita construir
conocimiento desde las nuevas formas de interpretar el
espacio, el continuum urbano rural, la velocidad de los cambios
espacio-temporales y su impacto en la calidad de vida de los
habitantes”.

Sin embargo, recientemente, ante los cambios educativos


promovidos por la UNESCO, una opción de cambio pedagógico
y didáctico que se ha promovido desde los años noventa del
siglo XX, hasta la actualidad, es la aplicación de los Proyectos
de Aprendizaje, con el objeto de armonizar la teoría con la
práctica, al asumir los problemas de las comunidades como
objeto de la enseñanza de la geografía. Al comentar su
propósito, el Profesor Armando Galindo Joya, le argumentó a
Alexander Cely Rodríguez lo siguiente: “En cuanto a si existen
proyectos curriculares que aborden de forma autónoma los
contenidos podemos afirmar que los proyectos pueden existir
en la medida que sean construidos planeados y ejecutados por
las áreas involucradas, en algunas instituciones existe mucha
más libertad para realizar tales proyectos, un recurso
fundamental que se puede aplicar son las orientaciones de la
pedagogía de proyectos que permiten estructurar planos y
proyectos que forman el análisis de la realidad”.

La situación que caracteriza a la enseñanza de la geografía es


determinante para requerir del cambio epistemológico; es decir,
es apremiante centrar el esfuerzo pedagógico y didáctico en la
obtención del conocimiento de la realidad geográfica, desde
otros puntos de vista. Al reflexionar al respecto, la Profesora
Olga Lucía Romero, le expuso a Alexander Cely Rodríguez: “La
enseñanza de estos temas implica que los cambios vayan más
allá del campo disciplinar, es necesario articular un currículo
propio, promover el conocimiento compartido y articulado. De
esta forma autónomamente es viable integrar este tipo de
temas”.

Este cuestionamiento es revelador de la angustia que existe


ante la vigencia de los fundamentos teóricos y metodológicos
para enseñar geografía. Claramente se infiere que en el aula de
clase no se desarrolla una enseñanza geográfica en
correspondencia con el objeto de estudio de la geografía: el
espacio geográfico. Eso descuida la explicación de los temas
espaciales, los cambios espaciales y la dinámica social. Al
respecto, un ejemplo que ayuda a entender esta circunstancia,
lo mostró José Armando Santiago Rivera, cuando afirmó:
“Mientras la geografía de la televisión es más actualizada e
interesante, la geografía escolar preserva una orientación que
de signo obsoleto. Mientras la ciencia social se inclina a
explicar sus temáticas de interés con la participación y
protagonismo de los actores de los hechos geográficos, la clase
de geografía es rutinaria y mecánica. Mientras los medios
divulgan temáticas del mundo global, la enseñanza geográfica
en aula, debate sobre la geografía física y la geografía humana
simplemente”.

Lo expuesto deja entrever que la enseñanza de la geografía en


el ámbito del mundo globalizado, evade la explicación del
espacio geográfico y preserva la facilitación escolar de los
contenidos disciplinares que tradicionalmente se han utilizado
en las reformas curriculares, en la enseñanza de las asignaturas
geográficas. Eso lo demuestra José Armando Santiago Rivera,
cuando ejemplifica los siguientes casos: “Quiere decir que se
enseña el clima, pero no se aborda la temática del
calentamiento global; el equilibrio ecológico y se desatienden
los eventos socio-ambientales; se explica el contenido ciudad,
pero se deja a un lado el hacinamiento urbano; por ejemplo.
Para explicar esta situación necesariamente se debe tomar en
cuenta la permanencia de la concepción geográfica descriptiva
y la pedagogía transmisiva tradicional como única opción para
facilitar los contenidos geográficos”.

Aquí vale detenerse para buscar un entendimiento sobre la


enseñanza de la geográfica en el marco del mundo globalizado.
Si la geografía es considerada como una disciplina de sustento
científico, con una extraordinaria fundamentación teórico y
metodológica para facilitar la comprensión del mundo actual,
¿por qué se le asigna tan poca importancia educativa,
pedagógica y didáctica? Aunado, José Armando Santiago Rivera
hace la siguiente reflexión: “Si los conocimientos y prácticas de
la enseñanza geográfica se limitaban a describir la realidad en
sus especificidades naturales y demográficas,
fundamentalmente, emergió una interrogante: ¿cómo esta
enseñanza de la geografía puede dar respuesta a la necesidad
de formar al ciudadano que vive el siglo XXI tan tecnologizado y
alienado? Todavía hay reflexión sobre esta pregunta, pues en
las reformas curriculares se barnizan cambios para preservar
los sustentos positivistas; por cierto, muy alejados de los
avances cualitativos en la ciencia social”.

Una causa que se puede esgrimir como fundamental para poder


entender la compleja situación que caracteriza a la enseñanza
de la geografía en el mundo contemporáneo, es la vigencia de
los sustentos del positivismo. El hecho de apoyarse en la
exigencia de la objetividad, el mecanicismo, la funcionalidad, la
neutralidad y el apoliticismo, enseñar geografía no logra superar
el estadio de la reproducción imparcial e indiferente de
aspectos de la realidad geográfica.

En palabras de José Armando Santiago Rivera: “¿Por qué se


debate sobre las ramas del problema y no se va al tronco de la
cuestión? Una respuesta es la vigencia del pensamiento
positivo para sostener una educación tecnocrática, que
circunscribe la formación del ciudadano al logro de
competencias y descarta la formación humana y social, porque
se requiere mano de obra calificada para consolidar el
desarrollo empresarial. Otra inquietud es que vemos como la
enseñanza geográfica tiende a desaparecer de los planes de
estudio, a pesar que tradicionalmente se le ha asignado la
finalidad de fortalecer el amor a la patria, la consolidación de la
nacionalidad y el afecto al territorio”.

Como ya hay conciencia crítica sobre la urgencia de un viraje,


con el objeto de ajustar la enseñanza de la geografía a los
conocimientos y prácticas del mundo globalizado, es necesario
comenzar por entender que la enseñanza de esta disciplina
debe asumir las condiciones del momento histórico y el cambio
epistemológico; fundamentalmente, centrar el esfuerzo
formativo en educar al ser humano, prestar atención a la
interdisciplinariedad, la investigación didáctica, entre otros
aspectos.

Al respecto, José Armando Santiago Rivera opinó: “En esa


dirección debe ser prioritaria la mirada interdisciplinaria,
epistemológica y socio-histórica. Es necesario reiniciar el
camino, tantas veces comenzado, pues desde hace años
pensamos que debe haber un viraje, pero nada hacemos para
que llegue. El experto debe explorar otras vías donde el
incentivo sea investigar y no facilitar recetas para enseñar
geografía; el docente debe ser más creativo y crítico, pues debe
comprender que los acontecimientos cambian y la realidad
también; los centros académicos deben entender, de una vez
por todas que enseñar geografía debe tener como finalidad la
formación humana y social para saber vivir en la complejidad
del mundo global”.

Para concretar, la globalización como objeto de estudio de la


enseñanza de la geografía determina de una revisión profunda
de los fundamentos teóricos y metodológicos de la geografía
como disciplina científica, además de la renovación de los
conocimientos y prácticas de la pedagogía y la didáctica, en
correspondencia con la formación humanista que demandan las
repercusiones de las dificultades ambientales, geográficas y
sociales que ocurren cotidianamente en el escenario del mundo
globalizado.

Consideraciones finales

Las reflexiones expuestas por los participantes del segundo


debate promovido por el Geoforo Iberoamericano de Educación,
representan testimonios reflexivos sobre la globalización como
un escenario histórico que privilegia el acento económico-
financiero, como consecuencia del impulso del capitalismo
durante la segunda mitad del siglo XX. Allí es motivo de
atención rasgos esenciales como la competencia, el consumo y
el mercado, cada vez más globalizado e integrado, bajo una
gestión centrada en ejercer el control hegemónico de las
materias primas, la distribución de bienes y servicios y su
consumo.

En este ámbito de alcance mundial, la labor de los medios de


comunicación social e Internet, cumple la tarea pedagógica de
formar la ciudadanía con la transmisión de imágenes, símbolos,
iconos y códigos, que contribuyen al desarrollo de
comportamientos, fundamentalmente, hacia el consumo, la
descontextualización y la ahistoricidad. Eso trae como
consecuencia que la acción educativa tenga que centrar su
labor en humanizar al colectivo social y la enseñanza de la
geografía, abordar la compleja realidad que ha construido la
globalización.

En el segundo debate del Geoforo, también se revela en los


participantes el interés por destacar la tendencia a la
homogeneidad cultural del planeta. Así como existe ya la unidad
planetaria económico-financiera, es evidente la totalidad
cultural, pero norteamericanizada. Esa realidad tiene el
sostenimiento en los medios de comunicación social; en
especial, la televisión. Atrás de la comercialización de
productos, se revela la influencia alienante y manipuladora que
condiciona al colectivo social. Es una acción educativa
mundializada, pero que apunta hacia la descontextualización, la
desideologización y el apoliticismo

De allí que se cuestione la vigencia de los fundamentos teóricos


y metodológicos de la educación que promovió la Modernidad;
es decir, transmitir contenidos programáticos. Esta acción
formativa resulta muy contradictoria con las circunstancias del
mundo contemporáneo. Mientras el momento histórico resulta
sorprendente por los adelantos, las novedades y la inventiva, se
facilita en las instituciones escolares una actividad pedagógica
que, de una u otra forma, impide entender lo que ocurre en su
mundo vivido. Por tanto, es más formativa la educación
mediática que la educación escolarizada.

Los participantes del segundo debate del Geoforo, exigen la


renovación de la enseñanza de la geografía. Preservar en las
aulas escolares una labor pedagógica muy distante de los
avances de la teoría y los métodos geográficos, cada vez más
apoyados por la tecnología. Además los problemas y
dificultades que afectan al colectivo planetario inciden en dar a
esta actividad formativa una orientación humanista. El
propósito es sensibilizar a los ciudadanos del mundo
globalizado sobre el deterioro ambiental, geográfico y social; es
decir, entender el valor ecológico de lo humano, reorientar las
formas de intervención de la naturaleza y promover la reflexión
sobre la condición humana.

Las opiniones emitidas por los participantes en este debate, en


el Geoforo, revelan también que la temática de la globalización
se plantea en los diferentes países iberoamericanos, de manera
muy circunscrita a lo establecido en los programas oficiales y
en los libros texto de geografía y ciencias sociales.
Generalmente se hace referencia a contenidos que simplemente
pretenden ofrecer el tratamiento pedagógico de una
información superficial y somera acerca de esta situación
histórica que muestra que no hay la debida profundidad
explicativa que el caso amerita.

Es llamativo el hecho que quienes emitieron su punto de vista


en este debate consideran la urgente necesidad de intensificar
la explicación de la globalización, pues la sociedad planetaria
debe asumir posturas razonadas sobre el mercado único, el
pensamiento único; es decir, sobre la homogeneidad cultural
que se pretende instaurar. En respuesta, las propuestas de
desarrollo al mercado único, emergen los fundamentos del
desarrollo endógeno; a la exigencia científico-tecnológica,
surgen las tecnologías tradicionales con acento ecológico; a la
imposición cultural, la reivindicación de las culturas
ancestrales; al efecto condicionante de los medios de
comunicación social, se promueven medios comunitarios; es
decir, es inevitable la réplica a la dominación planetaria.
Finalmente, es necesario destacar que las opiniones
expresadas por los participantes del Geoforo sobre la
globalización, educación y enseñanza de la geografía, tienen
mucha relación con las reflexiones teóricas y metodológicas
formuladas por los expertos que estudian esta temática. En
consecuencia, hay acuerdo en que los criterios expuestos, ya
constituyen ideas generales del dominio colectivo y eso
favorecerá a los investigadores entender que sus postulados
críticos, ya se traducen efectivamente en quienes desarrollan la
práctica escolar cotidiana.

De allí que sea interesante que los estudiosos de este campo


del conocimiento analizaran por ejemplo, las repercusiones de
la globalización en la cultura y el curriculum; en el uso didáctico
de las nuevas tecnologías y, fundamentalmente, en la cultura
escolar desde los currículos integrados. En Iberoamérica ya el
debate está en desarrollo y eso se muestra con la bibliografía
citada, además como se ha demostrado, en la revelación de
saberes y experiencias, se puede asegurar la continuidad de la
discusión intencionada, en procura de otros planteamientos
para renovar la enseñanza de la geografía, en correspondencia
con la diversidad y heterogeneidad de puntos de vista a los que
se puede tener acceso en la web.

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