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DISEÑADOS PARA SERVIR

Diferentes aspectos del servicio a Dios

¿Qué es servir?

Si deseamos servirle a Dios, tenemos que empezar por entender: ¿Qué es servir a Dios? Hoy por hoy es muy difícil
entender lo que es un servidor.

En primer lugar todo ser humano por naturaleza, desea ser servido y no está dispuesto a servir.

En segundo lugar, la cultura actual es ajena al concepto bíblico de servicio, por el enorme vacío histórico de más de 2000
años que nos separa del tiempo y cultura bíblicos y en consecuencia nos descontextualiza histórica y conceptualmente.
Pero la palabra de Dios nos puede orientar en ese sentido y el Espíritu Divino nos puede iluminar para que tengamos una
comprensión adecuada de este tema importantísimo.

1er Aspecto

Es una disposición total de ser útil a Dios. Disposición en tiempo, lugar y forma.

Conciencia se refiere al saber de sí mismo, al conocimiento que el espíritu humano tiene de su propia existencia, estados
o actos.

Reflexión Es la que permite al ser humano pensar sobre sí mismo, sobre sus actos y sobre lo que lo rodea.

Voluntad humana o Divina Es la capacidad de decisión propia, es la potencia del ser humano que le mueve a hacer o no
hacer una cosa.

Disponibilidad . Es resultado de saber ser un siervo de Dios, y esta conciencia, me conduce a tomar la deliberada
decisión de hacer solo su voluntad.

.Es eso lo que glorifica a Dios, que no soy un robot, ni una autómata, y que con todas mis cualidades humanas, de
inteligencia, conciencia, voluntad, etc., de forma consiente y reflexiva renuncio a mi voluntad, para adoptar la voluntad
Divina.

. Es una decisión y una acción deliberada de ponerme a disposición de Dios, para ser lo que él desea que yo sea, y hacer
lo que él desea, que yo haga. Insisto es una decisión racional, consciente y voluntaria.

.En el servicio a Dios debemos tener claro que Dios no se agrada tanto por la cantidad de cosas que haga para él, sino por
mi sujeción a su voluntad y mi total disponibilidad de ser útil a él.

Disponibilidad Por lo tanto tengamos siempre en cuenta que actividad es diferente a disponibilidad. Servir a Dios no es
desarrollar una actividad; sino una total disponibilidad de ser útil a él.

Dios tiene un propósito con mi vida, y para alcanzarlo me ha salvado y me ha dotado de talentos naturales y de dones
espirituales. Esa es la parte de Dios, pero la parte mía es si estoy dispuesto, o no, a ser un instrumento útil en las manos de
Dios. Disponibilidad
¿Qué es servicio a Dios? se refiere al concepto que tenemos; para que, habla: de la intención; porque sirvo, habla: de la
motivación, como sirvo habla de la forma.

La disponibilidad de Maria Soy instrumento en las manos de Dios

Si vas a servir a Dios debes conocer y vivir en los valores del reino.

2do aspecto Romanos 12.1 dice os ruego hermanos por las misericordias de Dios, que presentéis vuestro cuerpos en
sacrificio, vivo, agradable, santo para Dios porque ese es un culto verdadero, no os conforméis a este siglo.

No llames a lo bueno malo y a lo malo bueno

* -Pero tengamos cuidado de no evitar lo menos grave del mundo y que tomemos lo peor, del mundo;

*-Porque la falda corta está mal, pero eso no es lo más grave, el peinadito raro está mal,

* -pero eso no es tan grave, pero el amor al dinero, la mentira, la astucia, la envidia, los celos, la inconformidad con la
provisión divina,

*-la quejadera por lo económico, la falta de sujeción, la infidelidad en nuestras ofrendas y diezmos,

*-hablar mal de las autoridades puestas por Dios; todos esos son métodos mundanos,

*-esa es la corriente del mundo, esa es la manera de pensar del mundo, eso es lo peor que el mundo tiene, y si aspiro a
servir a Dios no puedo conformarme a este siglo, a la mentalidad del mundo.

3er Aspecto *DEBO MORIR *

Debo morir.

*El secreto del cristianismo está en la muerte de las personas, y la única muerte real que tenga un vivo y que no se vaya
para el cementerio es renunciar a su voluntad, esa es la única verdadera muerte.

*La vida es hacer lo que yo quiero, la muerte es renunciar a lo que yo quiero ser, para ser lo que Dios quiere que sea.
Pero en la vida cristiana la muerte es vivificante, si el grano de trigo no cae en la tierra y muere, se queda solo. En el
cristianismo eso es una ley inquebrantable.

*El cristianismo empezó con una oración, nuestro paladín oró diciendo, si es posible pasa de mi esta copa, pero no se
haga mi voluntad. Sino la tuya.

*El mayor golpe a Satanás y al mundo ES renunciar a nuestra voluntad, para aceptar y vivir en la voluntad de Dios.

Conclusión

• 1. Si vas a servir a Dios necesitas total Disponibilidad

• 2. Si vas a servir a Dios debes conocer y vivir en los valores del reino.

• 3. Si vas a servir a Dios debes morir.

20 virtudes del servidor parte 1


1 Ser Valiente 1. Desapegado

2. Ser Orante 2. Obediente

3. Ser Creyente 3. Visualizar

4. Humilde 4. Ambicionar los dones

5. Trabajador 5. Mantenerse firmes

6. Vida en Castidad 6. Sentimiento de Unidad

7. Estudioso de la palabra y Amante de la formación 7. Vida en Testimonio

8. Prudencia con la lengua 8. Disciplina

9. Misericordioso 9. Responsabilidad

10. Paciente la meta 10. Tener Amor

LA PRUDENCIA CON LA LENGUA NOS EVITA

 Revelar un secreto

 Juzgar a otros sin evidencia

 La maledicencia (Revelar injustamente pecados ajenos.)

 Dañar la reputación de otros

 Criticar injustamente

 La Hipocresía

 Intrigar

Abstenernos de mentira, engaño y de hipocresía.

A los caballos se les pone freno en la boca para que nos obedezca, y dirigir su cuerpo. Lo mismo con los barcos, por muy
grandes que sean y por muy fuerte que sea el viento, un pequeño timón basta para ser gobernados nuestra voluntad.

Lo mismo pasa con la lengua: siendo un miembro tan pequeño es capaz de grades cosas. Como un pequeño fuego hace
arder un bosque.. Pues la lengua es fuego, es un mundo de maldad y contamina todo el cuerpo.

Toda clase de fieras, aves y reptiles y animales marinos han sido domados, sin embargo, no se es capaz de domar la
lengua humana que hace el mal y está cargada de veneno. Con ella bendecimos al Padre y maldecimos a los hombres,
hechos a imagen de Dios.

La mentira viene del demonio quien es mentiroso y padre de la mentira” (Juan 8, 44)

LA PRUDENCIA NOS MANDA

 Debemos de proteger el buen nombre de los demás.


 Debemos imitar el ejemplo de Jesús en la última cena. Le hizo saber a Judas que sabía de su traición, pero no lo señalo.

 En el campo de la sexualidad, el cristiano bebe de ser modesto en su comportamiento, y en su forma de vestir.

 En una sociedad saturada de sexualidad en el Cristiano

*no existe práctica sexual prematrimonial

* Ni adulterio, fornicación,

* Ni otros actos de impureza o que den escándalo.

RECOMENDACIONES

 Apartarnos de ocasiones próximas de pecado: personas, lugares, y cosas.

¡¡Más Vale Parecer Grosero Que Caer El La Trampa!!

 Evitar la ociosidad VS. Cultiva la buena lectura

Debemos practicar el dominio de sí mismo con ESPIRITU DE SACRIFICIO

ESPIRITU DE SACRIFICIO

San Pablo a los (1 Corintios 9, 25): “Los atletas se privan de todo, y lo hacen por una corona que se marchita; nosotros en
cambio por una que no se marchita.”

Los deportistas se sacrifican: se Privan de amigos, alcohol, sexo, comidas, confort para llegar al éxito y triunfar.

JESUS MAESTRO DE ORACION

SER ORANTE

La Oración es la elevación del alma a Dios. .. o la petición a Dios de “bienes convenientes”

La Oración es el encuentro de la sed de Dios y la sed del hombre.

Dios llama incansablemente al encuentro misterioso de la Oración! CIC núm. 2259-2260

Los Evangelios muestran a un Jesus Orando antes y durante eventos importantes en su vida!! WOW!!!

 Durante su bautismo (Lucas 3:21-22)

 Antes de escoger a los 12 apostoles (Lucas 6:12-13)

 Antes de la Transfiguración (Lucas 9:28-31)

 Antes de resucitar a Lázaro (Juan 11:41-42)

 Y en el Jardín antes de su pasión y muerte (Marcos 14:32-36)

JESUS MAESTRO DE ORACION

 Jesús disfrutaba su relación con su Padre.


 Tuvo una Vibrante Vida en ORACION.

 Oraba los SALMOS individualmente, con otros en la sinagoga (Lucas 4:16) y en el Templo.

 También Oraba espontáneamente, (Mateo 11:25- 26).

 Antes de tomar su Ministerio, JESUS hiso un RETIRO de 40 días en el desierto.

…Muchas más ocasiones donde Jesús Oraba.

 Muy temprano en la mañana, aun obscura (Mar 1:35)

 Algunas veces toda la noche (Luc 6:12)

 Al recibir los Alimentos (Jun 6:11, Luc 22:17-19)

 Por Pedro, amigo (Luc 22:31-32)

 En La Ultima Cena pidió por sus discípulos y todos nosotros.(Jun 17:-26)

 Cuando estuvo colgado en la cruz

FINALMENTE JESUS

Intercede y ora por nosotros mientras estaba colgado en la cruz. Lcs 23-34 -23-46 –mar 15-34

MAESTROS DE LA ORACION

LA FAMILIA

 La Familia Cristiana es el primer ámbito para la educación en la Oración.

 El sacramento del Matrimonio, es la iglesia domestica donde los hijos de Dios aprenden a orar como Iglesia y a
persevera r en la oración.

 Para los niños pequeños, la oración diaria familiar es el primer encuentro con el Espíritu.

 El hogar es llamado la iglesia doméstica.

 Los niños aprenden a orar observando sus padres y orando con sus padres.

 En familia toman sus turnos para dirigir la oración cada semana.

UN LUGAR PARA ORAR

Ayuda mucho tener un rinconcito especial para orar en casa .. Donde automáticamente uno entra en oración. Puede ser
una silla, reclinatorio Puede ser un cuarto en casa, en una banca en el jardín. Un lugar afuera: una capilla, la librería, en el
parque, la banca cerca de lago.

 Una biblia con una cubierta bonita.

 El incienso simboliza nuestras oraciones subiendo a Dios con el humo.


 Las flores, una planta, roca, un madero, conchas de mar.

7 características de servicio a imagen de Moisés

En esta nueva edición de Revista Pentecostés, me han pedido que pueda compartir con ustedes acerca del EL SERVICIO
y del SER SERVIDOR; comprendiendo que es un tema amplio en el océano de la fé y la formación cristiana, he querido
trabajar en esta oportunidad lo que me parece una introducción básica al llamado que tiene todo hombre y mujer que ha
tenido una experiencia genuina de Jesús resucitado en medio de su vida, y que gracias a esta acción ha decidido aceptar el
llamado de servir al Señor como respuesta a esta manifestación.
Es por esto que en siete características tomadas de la vida de Moisés quisiera compartir acerca del llamado que tenemos
como servidores, para así adoptarlas en nuestra propia vida.
Cuando hablamos de características, muchas veces cometemos la equivocación de confundir esta palabra con el término
“requisito”, pero ciertamente es que ambos términos están muy lejanos de cumplir un mismo sentido. Cuando nos
referimos a requisito, este hace referencia a las actitudes y cualidades que debemos tener para acceder a algo, ya sea un
puesto de trabajo, estudio o alguna otra instancia en la que necesitemos ser evaluados, y no a las actitudes y cualidades a
las que debemos aspirar para crecer en el camino que queremos desarrollar, definición que cumple con el sentido
verdadero de la palabra característica.
Si hablamos de características en el plano cristiano, nos referimos a las cualidades y actitudes que debemos pedirle a Dios
nos regale, para poder prestar de la mejor manera el servicio que Él nos está encomendando.
Al pensar en un ejemplo de vida sobresaliente y de intimidad con Dios, por consecuencia natural no he podido pensar en
otro que no sea el de la vida de Moisés, que siendo un hombre humilde de corazón, logró realizar la tarea que Dios le
encomendó; razón valiosísima que me lleva en esta oportunidad a resaltar en él, siete características de su liderazgo en el
servicio, a las cuales debemos aspirar para trabajar con excelencia a nuestro Dios.
“Moisés era pastor del rebaño de Jetró su suegro, sacerdote de Madián. Una vez llevó las ovejas más allá del desierto; y
llegó hasta Horeb, la montaña de Dios. El ángel de Yahvé se le apareció en forma de llama de fuego, en medio de una
zarza. Vio que la zarza estaba ardiendo, pero que la zarza no se consumía. Dijo, pues, Moisés: «Voy a acercarme para ver
este extraño caso: por qué no se consume la zarza.» Cuando vio Yahvé que Moisés se acercaba para mirar, le llamó de en
medio de la zarza, diciendo: « ¡Moisés, Moisés!» El respondió: «Heme aquí. “Le dijo: «No te acerques aquí; quita las
sandalias de tus pies, porque el lugar en que estás es tierra sagrada.» Y añadió: «Yo soy el Dios de tu padre, el Dios de
Abraham, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob.» Moisés se cubrió el rostro, porque temía ver a Dios”. Ex 3,1-6
Primera característica
“Sale de su comodidad para ir más allá”
Moisés, un simple pastor que cuidaba ovejas para que le fuera encomendada su misión tuvo que salir de la comodidad y
de la cotidianidad en la que se encontraba, su vida se había trasformado en una monotonía, todos los días guiaba a las
ovejas de su suegro Jetró, por el mismo sendero, por un camino que ya conocía y que se le hacía fácil de recorrer,
transformando así su vida en una experiencia rutinaria y sin mayores objetivos que los ya alcanzados diariamente, esto fue
así hasta que un día tuvo que ir más allá para conocer la misión que Dios le tenía preparada, (conducir al pueblo de Israel
de Egipto hacia su libertad), pero para realizar esto, tuvo que ir más allá de su rutina diaria y su cotidianidad.
Cuantos hermanos hoy están cautivos de su propia soledad, de su propio dolor, de ataduras que llevan consigo durante
años y esperan sedientos de alguien que los conduzca a su liberación en Jesucristo, Dios está haciendo un llamado
importante en cada uno de nosotros y nos está invitando a ser verdaderos Moisés en la vida de muchos corazones
oprimidos, cautivos y desolados por no haber encontrado a Jesús.
Para esto sin duda debemos ir más allá, mirar donde otros no miran, ir en busca de la conquista que nadie busca, fijar
nuestra mirada en nuestro objetivo y alcanzarlo.
Tantas veces escuchamos que todo tiempo pasado fue mejor, que ya no es lo mismo de antes, etc. Lo cierto está en que
Dios nos invita a ir hacia adelante, pues quien pone su mano en el arado no mira atrás (Lc 9, 62), en nuestro pasado no
hay nada nuevo, todo está finalizado, no hay nada por conquistar, es en nuestro futuro donde hay mucho que conquistar y
es hacia esa dirección donde debemos dirigirnos con decisión.
Nuestra tarea debe ser siempre, trabajar por ser hombres y mujeres de excelencia, que luchen por ser mejores cada día en
Jesús consiguiendo nuevos objetivos y capaces de fijarnos metas constantes, ya sea en la oración, en la formación y por
sobretodo en testimonio personal, abandonar nuestra cotidianidad para conquistar nuevos horizontes en la fe y no esperar
que otro venga y lo haga por mí.
No olvidemos que toda agua estancada, es presa fácil de la infección y la putrefacción, no así el agua que corre libremente
de cordillera a mar, para dar vida en medio de su transcurso.
Segunda característica
“Rompe el circulo de cotidianidad, para salir del estancamiento”
En el momento que por fin Moisés rompe el círculo de lo cotidiano y deja de hacer lo mismo de siempre, es cuando ya
está listo para convertirse en el gran conductor de libertad del Pueblo de Israel.
Romper el círculo nos es nada más que dejar hacer lo que YO quiero hacer y comenzar hacer lo que Dios tiene por
voluntad para mi vida; no olvidemos que somos instrumentos para SU obra y no administradores del Reino del Señor.
Lamentablemente, muchas veces nos encontramos con el panorama de que en las comunidades cada día de reunión se
hacen las mismas cosas, las mismas canciones, son lo mismos quienes hablan y comparten, todo está perfectamente
pronosticado y luego de un par de semanas de perseverancia en la comunidad es fácil saber lo que va suceder en cada
momento determinado.
De esta manera dejamos de lado al Espíritu Santo, que tiene múltiples maneras de manifestarse y que es capaz de regalar
un nuevo Pentecostés cada mañana y romper así todo esquema y estructuración establecida Ser un servidor de excelencia,
es estar dispuesto a romper todos los círculos de estancamiento que se formen a nuestro alrededor Para entender mejor lo
que estamos compartiendo, señalare algunos ejemplos de estancamiento y vivencia en un círculo de comodidad:
• A mi no me dejen los niños, sólo ayudo con los adultos.
• Yo les ayudo, pero no me pasen al frente porque no me gusta
• Si quieren doy un tema, pero déjenme el amor de Dios.
• Al siguiente retiro da el mismo tema y cinco años después... sigue con amor eterno
• Yo sirvo pero en la cocina, cantar y dar temas, nunca.
• Si predico en el encuentro, pero hacer visitas por las casas no porque nunca las he hecho. • Cantar en el culto sí,
pero hacer las lecturas ni me lo pidas.
Dios el día de hoy, nos llama a quebrantar nuestras propias normas de comportamiento y atrevernos a hacer nuevas cosas,
pero siempre guiados por el Espíritu Santo, entendiendo que hemos sido creados a imagen y semejanza de Dios teniendo
inserto en nuestro corazón como característica principal de Dios, la creatividad.
El llamado al liderazgo es también explorar nuevos talentos, avanzar hacia nuevos retos, no olvidemos que la palabra de
Dios nos dice que a quien se le dio mucho incluso se le confío mucho más luego de trabajar con excelencia en el talento
que se le deposito en sus manos (Cf. Mt 25); no podemos ser agentes de monotonía de la obra de Dios en medio de
nuestra historia, sino más bien canales de la gracia de Dios para que Él escriba una Historia nueva en el corazón de
muchos que no le conocen.
Tercera característica
“Se arriesga”
“Vio que la zarza estaba ardiendo, pero que la zarza no se consumía. Dijo, pues, Moisés: «Voy a acercarme para ver este
extraño caso” (versículo 3)
Aun siendo algo que no conocía Moisés se acercó a ver esto que era tan extraño para él.
“Quien no se arriesga y no deposita su confianza en Dios, es porque aún no ha dejado que Dios sea el dueño de su vida”.
Dios nos invita incesantemente a dejarnos sorprender por su gran amor y poder en medio de nuestra vida, confiar
plenamente en su voluntad y su capacidad creadora, Él es el dueño de todo y nosotros sus hijos amados; por esta razón, Él
nos ha prometido en su palabra que todo lo que pidamos en su nombre, será dado, Dios nos invita a arriesgarnos en su
nombre del mismo modo que lo ha hecho Moisés, que sin saber lo que estaba experimentando, fue un hombre que se
arriesgó en el nombre del Señor.
¿Cuál será nuestra actitud al encontrarnos con algo que no conocemos, pero que Dios nos señala?,
El Secreto está en pedir a Dios, que frente a estas situaciones podamos tomar una actitud de confianza en Él y no de
temor, Aventurarnos al riesgo.
Sin duda, hay una primicia importante en este punto, y es que: “Quien se arriesga en Jesús, definitivamente no lo hace”.
Así es, ya que Dios bajo ninguna circunstancia, implica un riesgo para nosotros, sino más bien lo contrario, una
SEGURIDAD ABSOLUTA, porque Él es un Padre amoroso que jamás permitirá que experimentemos algo que vaya más
allá de nuestras propias fuerzas (1 Cor 10, 13).
De esta manera es que debemos depositar en Dios nuestra confianza, creer en Él y saber que el riesgo en Jesucristo
implica certeza de ganancia.
Cuarta característica
“No se sorprende al ser llamado por su nombre”
Quien tiene una relación constante con Dios no se sorprende que este lo llame por su propio nombre, quien ha forjado una
relación de fidelidad con el Padre sabe que Él lo llamará en cualquier momento para servirle.
Muchas veces cuando recibimos una llamada telefónica de alguien que no conocemos, nuestra primera pregunta al no
edentificar su voz es: ¿Quién es?, ¿Quién habla?, etc. pero, por el contrario, cuando recibimos una llamada de una persona
con la cual compartimos nuestra vida, historia e intimidad, no es necesario que nos diga su nombre para saber quien nos
está marcando, incluso muchas veces con el solo escuchar nuestro teléfono sabemos quien nos está llamando ¿Te ha
pasado?...
De esta misma manera se asemeja nuestra vida y la relación que tenemos con Dios; mientras mayor intimidad tenemos
con Él, es menor la sorpresa cuando nos está haciendo un llamado y precisa de nosotros para llevar a cabo la obra
edificadora en plan de su pueblo.
La clave del servicio en Jesús, sin lugar a duda, es el grado de intimidad que tenemos con nuestro creador, conociendo
hasta lo más profundo de sus pensamientos, sentimientos y emociones.
Dios no es un Dios que quiere ocultarse a sus hijos, por el contrario es un Dios que quiere mostrarse en plenitud y darse a
conocer sin reservas. Está en nuestra actitud que podamos acercarnos a los pies de Jesús, para descubrirle, ya que:
¿Cómo hemos de hablar y servir a aquel que no conocemos?
¿Cómo hacer lo que Él nos indica, por sobre lo que nosotros mismos nos indicamos?
Más vale orar por lo que he de decidir, más que tener que orar por lo que ya hemos decido por mi mismo.-
El llamado final en este cuarto punto es a no dejarnos engañar y caer en la tentación de que podemos servirle sin estar en
comunión con Él.
Quinta característica
“Acepta la voluntad de Dios en medio de su vida”
Cuando Dios suscita un llamado, da las herramientas para hacerlo, Moisés tenía todas las excusas para no aceptar este
llamado que el Señor le hacia: tartamudo, grabe defecto a la hora de pensar que su instrumento de conducción es la voz,
pastor de un rebaño que sin duda podía haber generado en él una baja autoestima, etc.), pero Dios entregó todas las
herramientas necesarias para que pudiera cumplir a cabalidad el servicio que el mismo le había encomendado.
La palabra de Dios nos dice que su voluntad, es lo bueno , lo agradable y lo perfecto (Rom 12, 2), y si nuestra vida esta
sometida a su autoridad desde que le hemos entregado todo lo que somos y tenemos ¿Cómo podemos muchas veces
rechazar la voluntad de Dios en nuestra vida?, ya lo hemos mencionado anteriormente , Dios es toda seguridad que el
hombre puede necesitar y si Él se hace presente en medio de nuestra vida, bajo su voluntad es que debemos aprender a
confiar que todo lo que Él hace , es por y para bien de los que Él ama ( Rom 8,28)
La certeza que debemos tener en nuestra vida, es que en la propia incapacidad, Dios nos capacita:
Algunos ejemplos de respaldo en la vida de Moisés son los siguientes:
Bastón de pastor (Ex 4,1-5):
Nuestra propia capacidad en las manos de Dios, se transforma en capacidad divina
Yo estaré contigo (Ex 3,11-12):
La promesa que Dios jamás nos abandonará y siempre estará a nuestro lado impulsando nuestra misión.
¡Soy torpe de palabra! (Ex 4,10-16) ;(Ex 7, 1-2):
A pesar de la incapacidad de Moisés (Tartamudez), Dios dispone todo para que su voluntadse desarrolle en la vida de su
escogido.
Sexta característica
“Se saca las sandalias”
Un buen servidor y líder es humilde, se deja ayudar y cumple sus responsabilidades. Lamentablemente vemos a diario
hermanos y hermanas que se dejan llevar por sus propios intereses, tratando de llenar vacíos personales, no dejando a
nadie más servir en sus comunidades y queriéndolo acaparar todo; de esta manera, transforman la comunidad en lugar de
desarrollo personal y no en un regalo de Dios para crecer en hermandad.
Dios hoy nos invita a ser humildes de corazón y la primera respuesta a este llamado que Dios nos hace es ser agentes de
bendición para otros, colaborando a que nuestro liderazgo no se transforme en una moda sino más bien en una instancia
de creación y formación de nuevos líderes y servidores que puedan llevar a cabo las distintas tareas que hay por hacer, no
olvidemos que: “Un buen líder no es el que trabaja por 100, sino más bien, el que hace trabajar 100”
En el caso de Moisés contaba con un equipo que le ayudaba en las distintas labores propias de la misión que se le había
confiado, creando así instancias de servicio en a comunidad, de este modo debemos procurar que lo que hacemos no sea
un moda sino más bien una instancia de formación y desarrollo para otros.
- JETRÓ: (Ex 18,1-20) Su consejero
- 70 ANCIANOS Eldad y Meldad: (Ex 18,21-26) Colaboradores
- AARÓN: (Ex 7,1-2) Su boca
- JOBAB: (Num 10,31) Sus ojos
- JOSUÉ: (Num 11,28) Su ayudante y sucesor
- AARÓN Y JUR: (Ex 17,8) Su apoyo
Séptima característica
“Ser un hombre con temor de Dios”
“Moisés se cubrió el rostro, porque temía ver a Dios” (versículo 6)
Un servidor en Dios se reconoce porque teme a Dios, hace su voluntad para agradarle y cumple lo que Dios le esta
pidiendo y no así lo que a él se le ocurre.
Tener temor de Dios no es bajo ninguna perspectiva entrar en pánico por lo que Él nos pueda hacer por no cumplir con su
voluntad, Cuantas veces hemos escuchado la frase “Si no te comes toda la comida, Dios te va a castigar”
Y esto se queda grabado en nuestro corazón y mente, Dios nos es un Padre sádico que castiga a sus hijos o permite que le
sucedan cosas malas para “Aprender una lección”; por el contario, es un Padre Celestial lleno de amor y ternura, el temor
de Dios es la capacidad que desarrollamos en nuestro interior de no querer dañar el corazón de el Señor con nuestras
actitudes.
Es como el pequeño, al cual su madre le dice que no coma de las galletas que tiene en el horno y no las come, no por
temor a que su madre le castigue o le golpee sino porque sabe que para su madre esta actitud de comerlas sabiendo que
ella ha mencionado lo contrario, puede dañar su corazón.
Cada día debemos pedirle el Don del SANTO TEMOR DE DIOS para acercarnos más a su forma de servir y de amar de
este modo alcanzar la plenitud en nuestro servicio.
Pido a Dios bendiga abundantemente el corazón de cada uno de ustedes, le animo en su misión evangelizadora en su
servicio a Dios y la Iglesia cuerpo de Cristo, y le pido al Señor Jesús bendiga cada una de sus vidas y corazones.
MOISÉS: LOS DIVERSOS TIEMPOS DE UNA VOCACIÓN

La figura de Moisés
El material en torno a la figura y a la historia de Moisés es amplio y abundante. A los textos del Antiguo Testamento, ya
de por sí bastante numerosos, habría que añadir aquellos del Nuevo
Testamento que nos hablan de Moisés. Sobre todo: Hebreos 11,23-29 y, en particular, Hechos 7,20-40. Los
acontecimientos tratados son muy diversos para poder ser captados y meditados desde una sola visión de conjunto, como
hemos hecho con Abraham. Por eso vamos a elegir un fragmento
sobre el cual concentrarnos de manera especial. Este fragmento supone ya una interpretación de la vida de Moisés y no
pertenece al Antiguo Testamento sino al Nuevo. Me refiero a
/Hch/07/20-40. En él se trata de la síntesis de la vida de Moisés, inserta en el discurso de Esteban. En esta peroración se
nos propone una síntesis de la Historia de la Salvación, a partir del
«Dios de la gloria» que se apareció a Abraham, a Isaac, a Jacob, a los doce patriarcas y, finalmente, en Egipto se apareció
a Moisés. Y leeremos este fragmento de los Hechos, no según todas las interpretaciones posibles, sino según una clave
única de lectura.
Esta clave la tomaremos de un comentario rabínico a Deuteronomio 34,7: «Moisés tenía ciento veinte años cuando
murió. No se habían apagado sus ojos ni se había debilitado su vigor.»
El comentario rabínico dice así:
«Moisés fue uno de los cuatro que vivieron ciento veinte años. Ellos son: Hillel, Rabban Jochanam Ben Sakkai, Rabbi
Akibá. Moisés pasó cuarenta años en Egipto, pasó cuarenta años en Madían y por cuarenta años sirvió a Israel. Hillel
viene de Babilonia a los cuarenta años, sirvió a los sabios
durante cuarenta años y durante cuarenta años sirvió a Israel. Rabban Jochanam Ben Sakkai se ocupó de asuntos
mundanos durante cuarenta años, sirvió a los sabios por cuarenta años y a lo
largo de cuarenta años sirvió a Israel. Rabbi Akibá aprendió la Torá a los cuarenta años, sirvió durante cuarenta años a
los sabios y sirvió también a Israel durante cuarenta años.»

VOCA/EVUN-PROGRESIVA: En este dicho rabínico encontramos ya la siguiente intuición: se dan tres etapas
diferenciadamente distintas en la vida de Moisés. Y esta misma división en tres
momentos sucesivos la hallamos de nuevo sorprendentemente en la síntesis de la vida de Moisés tal como nos la ofrece
Hechos 7,20-40.
La clave de lectura que proponemos acerca de este pasaje se podría expresar con el siguiente título: «Moisés, ¿una
vocación por etapas?» El punto de vista particular que pretendemos individualizar
en la historia de Moisés es, ni más ni menos, que la «evolución progresiva de la vocación».
La vocación, la llamada, por su naturaleza, parece que debería ser la Palabra de Dios dirigida a un hombre y dicha toda
entera, de golpe, con plena claridad. Sin embargo, hay personas, instituciones, acontecimientos en los cuales esta palabra
se perfila con claridad sólo de modo progresivo, después de un largo camino. Moisés es, sin duda, el prototipo de una
vocación de este estilo. Sólo después de muchas experiencias llega por fin a comprender qué es lo que quiere Dios de él,
cuál es el objetivo de su llamada. A diferencia de Abraham, que desde el principio, como ya hemos visto, tiene claro el
objetivo de su llamada, aunque de una manera vaga y genérica y casi sin contenido específico (un pueblo, una tierra y
una Palabra de la que fiarse), las cosas con Moisés suceden de un modo totalmente distinto. En su situación descubrimos
tres etapas claramente sucesivas, en las cuales él comete equivocaciones y tiene experiencias de las que debe volver
atrás, hasta que gradualmente va comprendiendo cuál es su verdadera vocación.
Los sabios de Israel han intuido, a su manera, este aspecto al indicarnos la coincidencia de que los cuatro grandes
doctores del judaísmo sólo en el tercer período de su vida sirvieron de verdad a
Israel. Primero hicieron otras cosas, con toda seguridad muy importantes, pero solamente en un determinado momento
llegaron al verdadero servicio de Israel, realizaron su vocación auténtica.
Leamos desde esta perspectiva, ahora, Hechos 7,20-40. Podemos dividir fácilmente este texto en tres partes: la
primera comprende los versículos 20-22 y podemos llamarla la «educación de Moisés». La segunda parte abarca desde el
versículo 23 al 29 y podemos calificarla con el título «Generosidad y desilusión de Moisés». En fin, la tercera parte, que
abraza los versículos 30-40,
podemos denominarla «Descubrimiento de la propia vocación».

B) Educación de Moisés: vv. 20-22


«En este momento nació Moisés que fue grato a Dios. Criado durante tres meses en la casa de su padre, fue expuesto,
pero la hija del Faraón lo sacó y lo crió como hijo suyo. Moisés fue instruido en toda la sabiduría egipcia, y era poderoso
en palabras y obras.»
¿Cuál es la característica de esta primera fase de la vida de Moisés, de sus primeros cuarenta años de experiencia? Una
formación refinada. «Pudo instruirse en toda la sabiduría de los
egipcios.» Esta frase recogida en los Hechos no aparece en el Antiguo Testamento; es fruto de una mirada retrospectiva,
de una interpretación en torno a los acontecimientos de Moisés.
Como sabemos muy bien, no había sabiduría más fascinante que la de Egipto. Moisés es preparado en esta sabiduría.
Epaideúthe dice el texto griego para indicar explícitamente una educación razonada y perfecta en toda aquella ciencia de
la vida y del cosmos
que los egipcios habían acumulado a través de milenios. Moisés, salvado de las aguas por intervención providencial de
Dios, educado del mejor modo posible, entra en poder pleno de sus posibilidades. Nos dice el texto: «era poderoso en
palabra y obras».
Es la misma expresión que encontramos en Lucas 24,19, para calificar la gran Maestría y Poder de Jesús. Y los mismos
poderes vienen luego atribuidos a los llamados por Jesús en su seguimiento.
Desde el punto de vista externo nada le falta a Moisés. Sin embargo, no realiza ni proyecta nada nuevo para su pueblo. En
él todavía no se ha despertado la chispa de la preocupación por la
vida. Podríamos decir que Moisés se nos presenta como el hombre que vive de métodos y sueños. De alguna manera, se
nos describe aquello que puede muy bien suceder en un período de formación; se aprenden métodos, técnicas de oración,
de diálogo, de apostolado. Sin embargo, el contacto inmediato y real con la vida no se ha verificado todavía. Se trata de
puras posibilidades adquiridas, que fácilmente quedan estancadas y que se pueden desviar y
desperdiciar.
El aspecto positivo de esta etapa formativa lo compone el enriquecimiento con tantas posibilidades; es la adquisición
plena de los medios expresivos, de comunicación y de acción que requiere la vida de sociedad.
La desventaja de esta situación inicial, por otra parte, radica en la carencia de contacto con la realidad tal como es. Una
falta de impacto preciso con cuanto nos rodea. En este caso, el riesgo
posible consiste en que una persona, con tanta riqueza de métodos, elabore fantásticamente e imagine modos de trabajo,
éxitos, sucesos, dificultades, que después en la realidad no se dan.
Además, la relación con los otros puede venir concebida según esquemas que uno mismo ha elaborado y construido.
El gran riesgo de este momento formativo es, en resumidas cuentas, el de no llegar al contacto con las personas, sino
con aquello que se piensa de las personas. No entrar en contacto con
las situaciones reales, sino con lo que uno imagina de tales realidades y situaciones. Este aspecto imaginativo
puede presionarnos de tal modo que nosotros no lleguemos, en
consecuencia, a una percepción y a un contacto reales con aquello que somos nosotros mismos, sino más bien con la
imagen que tenemos de nosotros mismos.
Moisés vive, como todos nosotros, este momento formativo en el cual, junto con los métodos y técnicas de acción que se
adquieren, está también presente el aspecto imaginativo e irreal de cuanto nos rodea.

C) Generosidad y desilusión de Moisés: vv. 23-29


«Al cumplir cuarenta años se propuso visitar a sus hermanos, los hijos de Israel. Viendo a uno maltratado, le defendió y
vengó matando al egipcio. El creía que sus hermanos comprenderían que Dios les daba la salvación por medio de él, pero
ellos no comprendieron. Al día siguiente sorprendió a unos riñendo y trató de conciliarlos: Sois hermanos—les dijo—,
¿por qué os maltratáis? Pero el que maltrataba a su prójimo le rechazó, diciendo: ¿Quién te ha hecho jefe y juez sobre
nosotros? ¿Es que quieres matarme como mataste ayer al egipcio? Moisés huyó y se fue a vivir al país de Madián donde
tuvo dos hijos.»
Al principio del segundo período de su vida, Moisés desea contactar con la realidad y no se contenta ni conforma con lo
que le han enseñado acerca de ella. «Se propuso visitar a sus hermanos.»
Inmediatamente se da cuenta que entre la realidad y la imaginación o la idea que él se ha hecho de la misma, la
diferencia es bien notable. Es la diferencia entre la idea que se ha formado de
cómo deberían responder a su conducta y la respuesta efectiva que recibe.
Su entusiasmo se desvanece en seguida, su coraje se viene a tierra, sus proyectos están destruidos. Moisés siente el
desafío de una realidad totalmente diversa a como la imaginaba. «Y huyó de allí.» No se arriesga a afrontar los sucesos
reales o a soportar un fracaso inmediato; se siente incapaz de reconocer la realidad que le rodea, se automargina. Por esto,
huye.
Estamos en el momento preciso del desafío y la sorpresa que la vida depara a Moisés. Su vocación, unida a un momento
de prueba, él no ha sabido vencerla. Lo que esperaba de sus métodos, de sus técnicas, no se ha visto realizado; más bien
ha sucedido todo lo contrario. Todos sus sacrificios y esfuerzos son ridiculizados por aquellos precisamente a quien él
defendía arriesgando su vida.
EMIGRANTE/NO-HUMANO: Moisés huye con palabras que reflejan su amargura. «Emigró a las tierras de Madián.»
Para la Biblia, habitar una tierra extranjera, quiere decir dejar de vivir como
ser humano. Para los pueblos semitas un ser humano tiene vida solamente cuando está en comunión con los suyos. Fuera
de la familia, de los amigos, uno no es nadie; nadie se esfuerza en defenderlo, todos quieren aprovecharse de él; casi ni
tiene derecho a la existencia.
Moisés huye a Madián, donde le nacen dos hijos. La anotación acerca de los dos hijos no está en el Antiguo Testamento.
Yo la interpreto de la siguiente manera: Moisés escapa de su tierra, del escenario natural de sus sueños, retirándose a la
vida privada. Quizá en su interior piensa: «Creía estar preparado para una misión de cara a los demás; ahora es mejor que
piense en mí, en mi tranquilidad, en formar una familia y consolarme en ella.» Moisés se sumerge en su vida privada y
parece haber renegado de su vocación. Ha cortado con los problemas de los demás, de su pueblo; ahora piensa en sus
problemas personales con el deseo de encontrar su paz y bienestar personal.

D) Descubrimiento de la propia vocación: vv. 30-40«Al cabo de cuarenta años, se le apareció en el desierto del monte
Sinaí un ángel en llama de zarza ardiendo. Moisés se maravilló de esta aparición; y, al tratar de verla más de cerca, se oyó
la voz del Señor: Yo soy el Dios de tus padres, el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob. Tembloroso, Moisés no se
atrevía a mirar. El Señor le dijo: Quitate el calzado de tus pies, porque el lugar en que estás es tierra santa. Tengo bien
vista la opresión de mi pueblo en Egipto, y he oído sus gemidos y he bajado a liberarlos. Y ahora ven, que te voy a
mandar a Egipto. A ese Moisés, a quien negaron diciendo: ¿Quién te ha hecho jefe y juez?, a ése, Dios le envió como jefe
y salvador por medio del ángel que se le apareció en la zarza. El los sacó, obrando señales y prodigios en Egipto, en
el mar Rojo y en el desierto durante cuarenta años. El es el Moisés que dijo a los israelitas: Dios os suscitará de entre
vuestros hermanos un profeta como yo.

El es el que cuando la asamblea en el desierto estaba, a la vez que con nuestros padres, con el ángel que le hablaba en el
monte Sinaí; el que escribió palabras de vida para transmitírnoslas; al que no quisieron obedecer nuestros padres, sino que
le rechazaron y, volviendo en su corazón a Egipto, dijeron a Aarón: Haznos dioses que nos precedan; porque ese Moisés
que nos sacó de Egipto, no sabemos qué ha sido de él.»
Moisés ha permanecido consumiéndose en el destierro durante muchísimo tiempo, a través de cuarenta años, terribles
cuarenta largos años. Le ha costado aceptar mucho cuanto le ha sucedido.
Podemos de alguna manera adentrarnos en él e identificarnos con él; imaginarlo mientras pastorea a través del desierto,
durante sus noches insomnes preguntándose qué pecado había cometido para ser así rechazado por el rey y tratado de esa
manera. Y, sobre todo, por qué su pueblo no lo ha aceptado, no le ha hecho caso.
A este respecto, es muy interesante una nota de Gregorio Niseno en su Vida de Moisés, que me parece oportuno
destacar. En el primer capítulo de su obra se pregunta qué ha hecho Moisés durante estos cuarenta años. Gregorio Niseno
responde que Moisés, en vez de aturdirse con muchas actividades—por ejemplo, podía haber elegido el comercio y
haberlo desarrollado
con gran provecho personal, olvidando así más fácilmente cuanto le había sucedido en Egipto—, elige, por el contrario,
una ocupación solitaria y retirada. Moisés es considerado como el hombre que, aun siendo un fugitivo, no teme
preguntarse día a día por la razón de sus sufrimientos; de preguntarse por qué le ha sucedido todo eso y quién es el
responsable.
En esta su penitencia, Moisés gradualmente se va purificando, entrando cada vez más en una actitud de vigilancia y
espera. Pero Moisés se purifica, sobre todo, de la confianza ciega en sus propios métodos, en sus propias técnicas, en todo
lo que él por su cuenta ha proyectado. Empieza a comprender que no basta decir una palabra a los otros para que éstos le
sigan; guiar a los demás es extremadamente complejo, comporta tener bien en cuenta no sólo lo que yo pienso que son los
otros, sino principalmente aquello que los otros son en realidad. Surge así en Moisés una visión más simple, pero
totalmente nueva de la realidad. Para entender mejor la situación de Moisés, podemos compararla con situaciones
análogas del Antiguo Testamento. Por ejemplo, con 1 Re 18,4 ss.; se nos presenta aquí a Elías cumpliendo un acto
de extraordinario coraje. El solo desafía a los quinientos profetas de Baal, y, sobre el monte Carmelo, hace una
demostración de su total y absoluta adhesión a Yavé. También Elías es un hombre que alcanza la plenitud de su fuerza y
valor, por la donación de sí mismo, por su fidelidad a Dios. Sin embargo, poco después, en el capítulo 19, Elías aparece
como lleno de temor y huye ante las
amenazas de Acab: «Elías sintió miedo y huyó para salvar su vida. Al llegar a Berseba, de Judá, dejó allí a su criado. El se
adentra por el desierto un día de camino y se sentó bajo una retama, y, deseándose la muerte, decía: ¡Basta, Señor!
Quítame la vida, que no soy mejor que mis padres.» (/1R/19/03-04)
VOCA/FRACASO-PRUEBA: Es también el caso de un hombre abatido, por tierra, cansado de una realidad que no sabe
cómo afrontar. Dios prueba de una manera terrible estas vocaciones
privilegiadas haciéndolas atravesar el amargo camino del fracaso. En este período de expiación Moisés descubre que nada
puede hacer con sus solas fuerzas. Y al hacer este descubrimiento es cuando, por fin, está preparado para recibir de una
manera más precisa la llamada y la misión de parte de Yavé. El «Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob» lo llama
entonces por su nombre y lo envía a Egipto para salvar a su pueblo de la opresión. Estas palabras para Moisés son
totalmente reveladoras.
En su amargura creía que el lugar donde se encontraba, el desierto, era su exilio, el sitio de su marginación, donde nadie
se acordaba de él. Y he aquí, por el contrario, que, en este lugar
mismo, resuena ahora su nombre. Hay alguien que lo conoce. Este lugar, maldito para él hasta ahora, es desde este
momento tierra santa. En toda la aventura de Moisés se está dando una total transformación. Las cosas que él considera
obvias no lo son; todo es totalmente distinto a como pensaba. Moisés, por fin, se da cuenta de que es un hombre útil, que
ha equivocado el camino, simplemente; que no ha calculado bien. Y es precisamente en ese momento cuando escucha que
le dicen: «Vé, yo te envío.»
Moisés hasta ahora pensaba y actuaba como si él fuese el único responsable de Israel, como si en exclusiva le
correspondiese la preocupación por su pueblo, como si solamente él pudiese
comprender a sus hermanos y los sufrimientos que padecían. Por el contrario, ahora se da cuenta de que no es él quien ha
visto las penalidades de su pueblo, sino que más bien es Dios el que ha visto al pueblo sumergido en el dolor. Moisés
descubre algo que es fundamental en toda vocación divina: la llamada es iniciativa exclusiva de Dios.
Descubre ahora, después de un largo período de orgullo personal, de desilusión y de amargura, que la iniciativa de
salvación tiene su origen en Dios; que no es él quien debe preocuparse por el pueblo, sino que es Dios, en primer lugar,
quien tiene en su corazón a sus hijos. Moisés es sólo el instrumento de las preocupaciones y de las prisas de Dios; de la
realización de su plan de salvación.
De esta manera la Biblia nos hace ver con cuánta fatiga Moisés llega a entender cuál es su puesto justo en la misión
divina. Ha sido necesario atravesar por la amargura de la desilusión para alcanzar la intuición de Yavé como Dios de la
salvación. Que de El es la iniciativa; y de que toda la salvación que puedan aportar los llamados por El viene en segundo
término y dependiendo siempre de Quien lleva la iniciativa.
Me parece oportuno empalmar aquí con aquella que llamábamos «la evolución progresiva de la vocación». Esta
evolución, bien entendida, no mira al objeto de la vocación, sino que mira más bien a la toma de conciencia de tal objeto.
Bien o mal, el objeto de la vocación en Moisés está claro desde el principio; el pueblo debe ser librado de su esclavitud.
Lo que ya no está tan claro es qué significa todo ello desde el punto de vista de la iniciativa divina. ¿Es una actividad
personal de Moisés donde él se convierte en eje y centro de acciones y atenciones, o más bien se trata de una actividad de
Dios en la que Moisés desempeña un papel de instrumento providencial privilegiado? Solamente en esta
segunda alternativa estamos frente a una vocación divina, tal como la Biblia la entiende.
A mí me parece claro que Moisés representa, en la economía de la historia de la salvación, el ejemplo más evidente de
esta verdad fundamental. No somos nosotros los llamados a actuar e innovar; es sobre todo la iniciativa divina la
encargada de penetrar con todo su ser y transformar cuanto sucede y sucederá en nosotros y en los demás.
Como conclusión de estas breves consideraciones, preguntémonos ahora si también en la vida de la Iglesia hay
figuras que, sólo de una manera gradual y progresiva, alcanzan la comprensión clara de su vocación. A mí me parece que
sí las hay. Si nosotros observamos a través de la historia de la Iglesia las diversas figuras que han ejercido la función de
suscitar nuevas energías, nuevos grupos de compromiso, la mayoría de las veces nos encontramos con que estas figuras
han pasado por una experiencia similar de progresiva explicitación de su vocación.
En Ignacio de Loyola, por ejemplo, se da una búsqueda larga, muy larga, que, después de la conversión, le lleva a
descubrir y comprender qué es lo que debe hacer. En un principio pensó irse a Jerusalén, a predicar a los turcos y morir
mártir; después, poco a poco, descubre que la voluntad de Dios le conduce por otro camino. Tampoco aquí se da una
revelación inmediata, sino una percepción gradual de lo revelado.
San Camilo de Lelis y otros destacados fundadores pasaron por diversas experiencias sucesivas, e incluso configuradas de
muy diversa manera.
El mismo San Benito recorre y pasa por varias experiencias negativas, saborea el fracaso, se siente despreciado y tiene
que huir.
En estas grandes figuras de la Iglesia, hasta parece que podemos descubrir cómo se da una constante: un progresivo
descubrimiento
y conocimiento de la llamada divina. Se debe, sin embargo, tener siempre en cuenta y bien presente que lo esencial de la
llamada divina, es decir, de toda vocación, no está en que necesariamente se den estas tentativas sucesivas. Lo esencial es
que se llegue lo
más pronto posible a la comprensión de la primacía que corresponde a la iniciativa divina.
Otra pregunta que podemos hacernos es la siguiente: ¿qué es realmente Moisés?
Es esencialmente un servidor del pueblo. Esta particularidad no aparecía en Abraham, el cual era un individuo solitario,
aunque haya dado origen a toda una estirpe.
La experiencia vocacional de Moisés nos muestra la profunda identificación que se da en un llamado con las personas que
el Señor le pone cercanas. Este hecho corresponde al culmen del
diálogo entre Dios y Moisés, en el cual este último se opone a ser separado del destino de todo su pueblo. Dios,
ciertamente, le propone salvarse él dejando hundirse a su pueblo. Moisés no
acepta. Se ha identificado de tal manera con los suyos, que los representa, vive su propio destino y sus mismas
expectativas.
Referido a esto, encontramos algunos pasajes del Exodo que pueden darnos alguna luz:
«Por el camino, donde Moisés pasaba la noche, el Señor se presentó donde él y amenazaba matarle. Entonces Séfora,
tomando un pedernal afilado, cortó el prepucio de su hijo y lo arrojó a sus pies diciendo: Esposo de sangre eres para mí»
(/Ex/04/24-26).
Este es un pasaje oscuro y difícil de interpretar; es la desesperación de muchos exegetas.
A primera vista parecería significar el rito de la circuncisión. En realidad se trata de algo muy distinto. Andrey Neher nos
da otra interpretación mucho más convincente. Moisés obedece el mandato de Dios, pero un poco a la ligera. Se dirige a
Egipto como si se tratase de una empresa fácil, que no alteraba su vida y que podía cumplirse en perfecta compatibilidad
con su vida cotidiana, tranquila. Dios le sale al encuentro y le hace entender que no va a ser así, ni mucho menos; que esta
empresa le va a comprometer hasta el riesgo de la propia vida.
La misión aceptada comporta un riesgo tal, que atrapa a toda la persona y no puede ser acogida sino con temor y temblor.

MOISES: EL SIERVO DE DIOS


A) A qué es llamado MoisésRetomemos la figura de Moisés y preguntémonos para qué, en
definitiva, ha sido llamado, considerando todas sus peripecias como una vocación, es decir, desde el punto de vista de la
realidad a la que se llama. Con Abraham una pregunta semejante nos llevaba a una respuesta genérica: no era llamado a
hacer algo concreto, alguna cosa especial, a construir algo con sus manos; se le pedía simplemente confiarse a Dios. Para
Moisés es algo diverso.
Lo primero que se nos ocurre pensar es que Moisés es llamado para librar a su pueblo de la esclavitud de Egipto.
«Anda, reúne a los ancianos de Israel y diles: El Señor, el Dios de vuestros padres, el Dios de Abraham, de Isaac y de
Jacob, se me ha aparecido y me ha dicho: Os he visitado y he visto lo que se os hace en Egipto. He determinado sacaros
de la aflicción de Egipto a la tierra de los cananeos, jeteos, amorreos, fereceos, jeveos y jebuseos: tierra que mana leche y
miel. Ellos escucharán tu voz. Entonces irás tú con los ancianos de Israel al rey de Egipto y le diréis: El Señor, el Dios de
los hebreos, se nos ha aparecido; deja, pues, que vayamos a tres días de camino por el desierto para ofrecer sacrificios al
Señor, nuestro Dios. Bien sé Yo que el rey de
Egipto no os dejará ir, a no ser obligado por una mano poderosa. Pero yo extenderé mi mano y castigaré a Egipto con
todos los prodigios que haré allí en medio; después de lo cual os dejará salir» (Ex 3,16-20).
Si reflexionamos con cierta profundidad en el pasaje nos daremos cuenta que no todo es tan simple como parece. Los
grandes espíritus que han estudiado a fondo la experiencia de Moisés no la han resumido de esta manera, como un sacar
de Egipto al pueblo. Por el contrario; la misma Biblia incluso nos presenta la vocación de Moisés bajo otro aspecto. Así,
pues, cuando en algunos lugares de la Biblia viene evocada la hazaña de la salida de Egipto, ésta no es atribuida a Moisés.
Es Dios quien ha librado y ha hecho salir de Egipto a su pueblo.
«Al que Egipto hirió en sus primogénitos porque es eterno su amor; y de allí sacó a Israel,
porque es eterno su amor; con mano fuerte y tenso brazo porque es eterno su amor.
Al que el mar Rojo partió en dos, porque es eterno su amor; y por en medio a Israel hizo pasar,
porque es eterno su amor...» (Sal 136,10-14).
«Moisés subió junto a Dios y el Señor le llamó desde la montaña: Así hablarás a la casa de Jacob—le dijo—; así dirás a
los hijos de Israel: Ya habéis visto lo que hice yo con los egipcios y cómo a vosotros os he llevado sobre alas de águilas y
os he traído hacia mí» (Ex. 19,3-41.
Incluso la fiesta de Pascua, en su ritual, no menciona casi nunca la figura de Moisés; es simplemente la acción de Dios la
que aparece como centro de todo. ¿Cómo podemos entonces resumir la misión de Moisés, y cuál es el objeto de su
vocación? Soy de la opinión que Gregorio Niseno lo ha percibido claramente, en su Vida de Moisés, cuando nos dice que
Moisés ha estado llamado a servir, que ha hecho una sola cosa: ha servido. Gregorio Niseno comenta Dt 34,5:
«Moisés, siervo del Señor, murió en aquel lugar, en el país de Moab, de acuerdo con la orden del Señor». y se pregunta
por qué precisamente ahora, en este momento culminante, se le llama «siervo del Señor». Y dice: «De esta manera
alcanzamos a saber que ha sido considerado
digno, por sus acciones, de ser llamado siervo de Dios, el título de mayor honor. Y nosdemuestra cómo ha sido ensalzado
más allá de cuanto se considera en el mundo.
Nadie, por cierto, puede servir a Dios, si no se remonta y eleva más allá de todo cuanto es el mundo. Al término de su
vida, establecido por Dios, lo llama la Escritura con el nombre de muerte, pero se trata de una muerte viviente, puesto que
a ella no le acompañó sepultura ni se levantó ningún monumento fúnebre, ni se pareció a la muerte que hace cerrar
los ojos para siempre y altera las facciones del rostro.
De aquí tenemos que deducir y aprender que el único fin de la vida es poder llegar a merecer, a través de nuestras obras,
el título de siervos de Dios. Cuando tú hayas dominado a tus enemigos: el Egipcio, el Amalecita, el Idumeo, el Madianita;
hayas atravesado el mar y te hayas visto iluminado por la nube y dulcificado por el madero; cuando hayas bebido el agua
que mana de la piedra, hayas gustado el alimento que desciende de lo alto y con pureza e inocencia estés presto a subir al
monte y allá arriba escuches las trompetas del misterio divino; y después de haberte acercado a Dios en la espesa
oscuridad de la fe, te sean revelados los misterios del tabernáculo y la dignidad del sacerdocio, cuando hayas preparado tu
corazón, como hace el escultor con la piedra, a fin de que Dios pueda grabarte sus palabras, cuando hayas destruido el
ídolo de oro, eliminando de tu vida la pasión de la avaricia y te hayas adentrado tan alto que la magia de Balaan no pueda
alcanzarte (hablar de magia debe de entenderse, los diversos engaños de la vida a través de los cuales los hombres, como
enloquecidos por el filtro de Circe, pierden su carácter natural y asumen la forma de animales); cuando hayas probado
todo esto y
en ti haya florecido la vara del sacerdocio (aquella que no recibe ningún jugo de la tierra de donde extraer su capacidad de
florecer, sino que ella misma produce el fruto propio de almendra, amargo y áspero en su exterior, pero dulce y riquísimo
en su interior); cuando hayas eliminado todo aquello que se opone a tu dignidad, lo sepultes como ocurrió a Datán o lo
destruyas con el fuego como le sucedió a Koré, entonces llegará el fin.
Al hablar de fin, yo entiendo aquella realidad a la vista de la cual se obra. El fin de los trabajos del campo es, en este
sentido, la recogida de las cosechas. El fin de la construcción de una casa es habitarla, el fin del comercio es la riqueza
que alcanza. El fin de los esfuerzos de un atleta es conseguir la corona del premio.
Del mismo modo, el fin de la vida espiritual es llegar a ser llamados servidores del Señor».
Esta es también la interpretación de los rabinos que ya hemos visto anteriormente.
«Moisés pasó cuarenta años en Egipto, durante cuarenta años vivió en Madián y por cuarenta años sirvió a Israel.»
Partiendo de esta intuición de Gregorio Niseno podemos todavía preguntarnos por el contenido del servicio de Moisés. Si
releemos el Exodo a la luz de este servicio, nos encontramos
con las diversas formas de diaconía cristiana, de los varios servicios a que es llamado el cristiano. Se nos presentan los
diversos servicios que Moisés ha prestado a su pueblo. Cuando Dios lo llama desde la zarza, quizá Moisés ha
podido imaginar que iba a caminar al frente de su pueblo, a la cabeza como un faraón, mostrándoles el camino,
exhortando y gobernando con la
arrogancia de un general. La verdad es que sus servicios serán bastante más humildes y sencillos. Su primer servicio en el
orden lógico y cronológico es aquel que denominaremos «del pan y del agua».
En el capítulo 15 del Exodo encontramos el cántico de victoria para el Señor que «tan admirablemente se cubrió de gloria
—caballo y caballero precipitó en el mar—». Un poco más adelante, en el mismo capítulo, en los versículos 22-24, se
lee:
«Moisés hizo partir a Israel del mar Rojo. Salieron hacia el desierto del Sur y caminaron tres días sin encontrar agua.
Llegaron a Mará, pero no pudieron beber sus aguas porque eran amargas.
Por eso se le dio el nombre de 'Mará'. Entonces el pueblo se puso a murmurar contra Moisés: ¿Qué vamos a beber?»
Para Moisés comienzan ahora los problemas concretos y, bajando de su pedestal de gran caudillo, se convierte en el
proveedor de agua para su pueblo. Se preocupa de cubrir las necesidades más inmediatas de su gente. Si el capítulo 15 nos
describe a Moisés totalmente atrapado por el problema del agua, el 16 nos lo presenta preocupado por el problema del pan
y de la carne:
«En el desierto toda la comunidad de los israelitas murmuró contra Moisés y Aarón. ¡Ojalá hubiéramos muerto por mano
del Señor en Egipto—les decían—cuando nos sentábamos junto a las ollas de carne y comíamos pan hasta hartarnos! Pero
vosotros nos habéis traído a este desierto para hacer morir de hambre a toda esta muchedumbre» (Ex 16,2-3).
Moisés debe procurar para su pueblo respuestas concretas a las necesidades inmediatas. Esto, quizá, suponga una
desilusión para Moisés; pero necesitaba descubrir que no se puede guiar a un pueblo sin tener en cuenta sus necesidades.
Moisés se está formando en la dura escuela de la realidad. Comprende que la gente, antes de tener necesidades
maravillosas, tiene necesidades mucho más elementales.
El segundo servicio de Moisés, en el orden lógico y cronológico, es aquel que llamamos «el servicio de la
responsabilidad». Para aclarar la naturaleza propia de este servicio haré referencia al texto un tanto global y de conjunto
de Dt 1-12: «¡Pero cómo puedo yo solo soportar vuestro peso, vuestras cargas y litigios!»
Moisés experimenta la dificultad de llevar las cargas de sus hermanos, el peso de los otros, sus defectos, dificultades,
sus diarias desilusiones. Al aprender a cargar con estos pesos
comprende también que debe dejarse ayudar por los demás. La experiencia diaconal de Moisés consiste propiamente en
aprender y comprender que servir es, sobre todo y en primer lugar, percibir las necesidades de los otros, aceptar a los
otros tal cual son. Hay un tercer tipo de servicio que va más allá todavía que el anterior de la responsabilidad. Lo
podemos llamar «servicio de la consolación». Moisés no es solamente quien sabe soportar los pesos y cargas de los otros,
equilibrar las situaciones. Es también el hombre que transmite coraje, que consuela, que anima. Significativo a este
respecto es el fragmento de Ex 14,13-14:
«No temáis—dijo Moisés al pueblo—; manteneos firmes y veréis la victoria que hoy os dará el Señor, porque a estos
egipcios que ahora veis, ya nunca los volveréis a ver. El Señor combatirá por vosotros sin que vosotros hagáis nada.»
Y es interesante ver, por el versículo siguiente, que el mismo Moisés, proclamador de estas palabras, estaba lleno de
miedo él mismo. Tampoco él sabe qué debe hacer y, sin embargo, tiene la capacidad de ayudar a los otros, de animar a su
gente. Su vocación de servicio se cualifica cada vez mejor como atención a las necesidades más profundas de su gente. Y
una de estas necesidades es la de ser estimulados, guiados, iluminados, empujados hacia adelante.
Además de este servicio de consolación, descubrimos otro grado superior de servicio, que a mí me parece característico
y cualificante de la vocación de Moisés, de su experiencia como
llamado. Es el «servicio de la oración y de la intercesión».
ORA/INTERCESION: Moisés es considerado por la tradición rabínica como el gran intercesor en favor de su pueblo.
Episodio clásico, resalta en la lucha contra los amalecitas descrito en
/Ex/17/11; en el versículo 11 leemos :
«Y resulta que cuando Moisés tenía el brazo levantado, ganaba Israel y, cuando lo bajaba, ganaba Amalek.» Moisés
supera su cansancio y, con sus manos alzadas, consigue la victoria para Israel. Otro ejemplo lo encontramos en el capítulo
32 del Exodo, versículos 31-32, donde Moisés con todo derecho acude en favor de su pueblo, aun cuando corre el riesgo
de atraerse desgracias: /Ex/32/31-32
«Moisés se volvió al Señor y dijo: ¡Ay! Este pueblo ha cometido un gran pecado; se ha hecho un dios de oro. ¡Si Tú
quisieras, a pesar de todo, perdonar su pecado!... (...) Si no bórrame del libro
que has escrito.»
Moisés de tal manera se ha identificado con su pueblo que no quiere ser salvado si no es con él, no quiere que se
establezca ninguna distinción entre él y su pueblo.
Este servicio de intercesión, que viene recordado también en muchos escritos judaicos posteriores, desemboca en un
último servicio, considerado por nosotros como el más elevado, aunque suponiendo el anterior. Es el servicio por el que
se califica definitivamente a Moisés: «El servicio de la Palabra.» Moisés es, sobre todo, aquel que lleva al pueblo la
Palabra de Dios.
«Moisés subió junto a Dios y el Señor lo llamó desde la montaña:
Así hablarás a la casa de Jacob—le dijo—, así dirás a los hijos de Israel...» (Ex 19,3).
Es el servidor eminente de la Palabra de Dios delante de su pueblo.
Estos son algunos de los aspectos del servicio de Moisés. Hemos intentado sintetizarlos y reunirlos, dentro de lo que nos
permite su complejidad y organicidad. Moisés no es un iluso que se imagina un pueblo sin problemas, tensiones ni
dificultades. Es un hombre que sabe perseverar en la oración delante de Dios y en favor de su pueblo, aun en los
momentos más difíciles. Todos estos aspectos caracterizan la diaconía de Moisés. Un hombre que puede llegar a ser
llamado «el siervo de Dios», porque ha pasado a través de todos los sucesivos grados de servicio, hasta el más alto y
supremo: «servidor de la Palabra de Dios».
B) La vocación cristiana como llamada al servicio
VOCA-CR/SERVICIO: Teniendo presente todo cuanto anteriormente hemos visto acerca de Moisés, podemos afirmar
que la vida cristiana, la existencia pascual, la vida según el Evangelio,
viene caracterizada como una vida que se gasta en favor de los hermanos. Es una llamada al servicio y reviste estas
cualidades: es llamada total y al servicio del hombre todo.
Es total, en cuanto compromete toda la personalidad. El servicio cristiano, en su acepción bautismal, no es simplemente
un servicio profesional, aunque se puedan realizar actividades de este tipo; es servicio de toda la persona, entrega de sí
mismo a los hermanos.
Esto está muy claro en la vivencia de Moisés. A él no le quedaban tiempos libres, ni había momentos en los que
pudiera desentenderse de su pueblo. Aparece totalmente inserto, de
manera irrevocable en los acontecimientos de su pueblo. Tanto que cuando se aleja para orar, al volver encuentra que las
cosas van mal. Su presencia está verdaderamente unida con la vocación de todo el pueblo. Es un servicio total.
CR/SERVICIO: Pero se trata también de un servicio a todo el hombre. Es decir: ayuda a todas las necesidades de la gente.
El debe proveer un poco de todo; interesarse por todas las
necesidades que su pueblo va experimentando en el caminar a través del desierto.
La existencia diaconal del cristiano no puede, por tanto, limitarse a uno u otro tipo de servicio. No es solamente servicio
de la Palabra o de la oración, o de la consolación. El servicio lo abarca todo. Ciertamente, Moisés es una figura colosal,
un ejemplo extraordinario que ha vivido intensamente todas estas diaconías. En nuestra experiencia aparecerá una u otra
más destacada, pero la existencia cristiana, en cuanto tal, no puede ignorar ninguna de las
necesidades humanas. Precisamente porque por su propia naturaleza, en el Bautismo, el hombre en su totalidad está
destinado al servicio de todo el hombre. Una vez determinado esto, podemos definir la existencia cristiana como una
existencia diaconal, en la cual se reconocen grados diversos, momentos sucesivos, etapas de formación. Distinguiría dos
tipos de gradación: el primero, una escala en la formación a la diaconía; el segundo, una sucesión, o mejor graduación, en
el ejercicio mismo de la diaconía. Para todo esto, no voy a referirme ya a los episodios de Moisés, insuficientes para estas
determinaciones, sino más bien a textos similares del Nuevo Testamento. En particular, a la experiencia diaconal que
aparece, en su conjunto, en San Lucas. Su evangelio puede ser leído, en su totalidad, desde el punto de vista de esta
formación progresiva que Jesús realiza con sus apóstoles, hasta transformarlos en auténticos servidores. El los prepara
para ser servidores de la Palabra, y por esto les hace experimentar
gradualmente toda una serie de diaconías.
/Lc-EV/FORMA-SEVORS: En esquema, el Evangelio de Lucas podemos considerarlo como dividido en dos principales
secciones: la primera va desde el capítulo 4 al capítulo 9. La segunda abarca desde el 10 hasta el 18. Veamos qué es lo
que sucede desde el punto de vista de
formación para el servicio en los capítulos 4 al 9. Nos encontramos ante doce milagros de Jesús, divididos en varios
momentos sucesivos, y ante una serie de parábolas y discursos.
La característica global, tanto de los milagros como de las palabras de Jesús, consiste en que son gestos y
palabras, realizados para educar al cristiano en la compasión, en la sensibilidad ante las dificultades del prójimo, en la
solidaridad con el sufrimiento de los demás. En estos primeros capítulos encontramos una imagen de Jesús, sumamente
humano, comprensivo, solidario con la necesidad de los otros, con la enfermedad, las dificultades, el sufrimiento, la
pobreza. Encontramos una formación diaconal encaminada ante todo a la maduración de una profunda humanidad, en el
sentido más amplio del término. Y en esta parte del Evangelio de Lucas se encuentran las palabras más populares de
Jesús. Aquellas que todo hombre, incluso no cristiano, leyéndolas se ve inmediatamente arrastrado a suscribirlas
y aceptarlas. Esta primera formación a la humanidad la consideraría yo como la parte más universal y simple del
Evangelio de Lucas. Las cosas cambian o, mejor diremos, se ahondan y especifican, en los capítulos 10 hasta el 18. Son
los capítulos formados, en su gran parte, por el así llamado «itinerario lucano». Algunos puntos de esta segunda parte del
evangelio lucano se pueden captar y percibir incluso en una lectura superficial. Disminuyen los milagros de Jesús y
aumentan sus discursos, sus enseñanzas. Palabras que van dirigidas, principalmente, a sus discípulos. Jesús se dedica a
la formación de su pequeño rebañito; mientras que en la primera parte
se dirigía a todos indistintamente. En esta formación de su pequeño grupo de discípulos insiste
Jesús sobre algunos puntos que ahora son repetidos con una dureza como para quitar el aliento. Son palabras cortantes,
muy difíciles. Cuando estaban todavía los 52 Domingos con sus
Evangelios, en el Leccionario preconciliar, no se leían nunca. Y de ahí que la gente normalmente no los conociera; pero
ahora que han sido leídas, estas palabras golpean a las almas. Son palabras que nos hacen sentir la fuerza y la exigencia de
la predicación de Jesús.
En el conjunto, la primera fase hace hincapié en la caridad, en la compasión, en el perdón, y, por tanto, eran más fáciles
de ser acogidas, aceptadas. En la segunda parte, por el contrario, la
insistencia recae sobre todo en la renuncia total:
«Si alguno viene a mí y no pospone a su padre y a su madre, a su mujer y a sus hijos, hermanos y hermanas, y hasta su
propia vida, no puede ser discípulo mío. El que no carga con su cruz y
viene en pos de mí, no puede ser discípulo mío» (/Lc/14/26-27).
Es necesario renunciar a todo y abandonarse sin reservas en manos del Padre celestial; dejar toda preocupación y
sumergirse amorosamente en El. Y así «como el Hijo debe ser crucificado», del mismo modo es necesario saber morir a sí
mismo y llevar la propia cruz.
Aparece aquí cómo se trata de educar en el mismo sentido de abandono que Cristo tiene frente a su Padre. Abandono que
debe convertirse en la experiencia profunda del cristiano comprometido en el servicio a los demás. No sólo en el servicio
de las necesidades más urgentes e inmediatas, sino también en el servicio de la Palabra, con todas las consecuencias y
exigencias que acarrea consigo. Si tenemos presente, como fondo general de la formación del
cristiano a la diaconía, todo cuanto hemos dicho hasta ahora, podemos distinguir, en consecuencia, dos estadios
fundamentales.
El primero, es la educación para la humanidad; el segundo, para la rigurosa exigencia del Evangelio hasta el total
abandono en Dios.
Estos dos aspectos son dos momentos sucesivos y también cronológicamente distintos, en la experiencia de cada uno.
Se necesita un cierto grado de maduración para llegar a
comprenderlos. La cruz debe aceptarse conscientemente sólo cuando se toma plena conciencia de sí mismo. Hay otros dos
momentos específicos de la existencia diaconal del cristiano. Momentos que vamos a aclarar haciendo
referencia nuevamente a la experiencia de Moisés, y luego, sobre todo, a la experiencia evangélica.
Tenemos el momento del servicio cristiano como servicio «a partir de la fe». Son todas aquellas diaconías hechas en favor
de nuestros hermanos por una razón de compromiso bautismal, el cual nos lleva a colocarnos voluntariamente al servicio
de los demás. Ahí están: el servicio al enfermo, al marginado, al abandonado, a aquellos que tienen necesidad de ser
visitados, consolados, a aquellos que están en las cárceles, etc. Todas las formas de servicio que, partiendo de una visión
de fe, llevan al cristiano a ponerse al servicio de los demás. Os recordamos aquellas diaconías de Moisés que hemos
nombrado antes, sobre todo
aquellas del pan y del agua. Son los servicios en torno a las necesidades más inmediatas del hombre.
FE/DIACONIA: A través de la formación que el cristiano recibe para estos servicios, nace en los cristianos una segunda
capacidad, un segundo nivel diaconal. Ya no solamente las diaconías que nacen de la fe; se trata más bien de la misma
«diaconía de la fe».
Son todos aquellos servicios en los cuales no se le da al hermano algo puramente natural: una ayuda, un regalo, un
consuelo, una medicina; sino que se transmite la Palabra evangélica.
Este es el servicio más difícil. Supone, por una parte, un gran conocimiento del corazón humano y de las diversas
necesidades del hombre en su realidad más profunda, en sus expectativas.
En este tipo de servicio hay grandes posibilidades de ser rechazado, de no ser acogido ni bien mirado. Es más fácil
aceptar un servicio inmediato, que no compromete demasiado a quien lo
recibe, que un servicio de la Palabra, que compromete al que lo recibe a responder y convertirse.
Este servicio requiere una madurez mucho mayor. Exije lo que Lucas requería en la segunda parte de su Evangelio: el
abandono incondicional en manos de Dios. Todo ello está relacionado con los otros estudios que hemos visto en la
experiencia de Moisés: el servicio de la consolación y el de la oración y la Palabra. Son estas diaconías
específicamente evangélicas las que sirven de fundamento al servicio ministerial.
Exigen, es cierto, mayor responsabilidad.
De ordinario, estas diaconías no pueden ejercerse como corresponde por quienes no se han ejercitado antes en las
otras diaconías. En aquellas que decimos que son más evidentes, más
inmediatas, más fascinantes para la gente y sobre todo para los jóvenes.
Es fácil convencer a los jóvenes para ir a visitar enfermos; es más difícil educarlos para una vida de Iglesia, para
transmitir la Palabra de Dios. Este servicio de madurez diaconal no se inventa o
improvisa; es fruto de una larga y progresiva ejercitación.

Sirviendo de-corazón.

1. SIRVIENDO DE CORAZÓN (Una Guía Práctica Para Los Que Tienen Privilegios En La Adoración) Willie Alvarenga

2. 2 Sirviendo de Corazón (Una guía práctica para los que sirven en la adoración) P.O. Box 210667 Bedford, TX 76095
Willie Alvarenga © 2006 Actualizado en 2010

3. 3 TABLA DE CONTENIDO 1. Dedicación p. 4 2. Introducción p. 5 3. El privilegio de servir en la adoración p. 6 4. Lo


importante de este tema p. 7 5. El propósito de este estudio p. 8 6. Nuestra actitud en la adoración p. 8 7. Consejos
prácticos cuando dirige oraciones pgs. 10-14 8. Consejos prácticos cuando lee lecturas bíblicas pgs. 15-16 9. Consejos
prácticos para cuando dirige la Santa Cena pgs. 17-19 10. Consejos prácticos para los directores de canto pgs. 20-21 11.
Consejos prácticos para los que predican pgs. 22-24 12. Consejos prácticos en cuanto a la vestimenta pgs. 25-26 13.
Conclusión p. 27 14. Pasajes para nuestra meditación p. 27

4. 4 Dedicación Es un privilegio para mí dedicar este estudio a los varones fieles de la Iglesia de Cristo, los cuales tienen
el privilegio de participar en la adoración con éste su servidor. Les animo a que sigamos fieles hasta el fin para que todo
lo que hagamos sea de mucho agrado a nuestro Dios. Es mi deseo que este estudio ayude a cada uno de nosotros a
mejorar la manera de cómo servimos a Dios de corazón.

5. 5 SIRVIENDO DE CORAZÓN Willie Alvarenga INTRODUCCIÓN El apóstol Pablo, escribiendo a los santos en
Colosas, dijo lo siguiente “Y todo lo que hagáis, hacedlo de corazón como para el Señor y no para los hombres”
(Colosenses 3:23). En este texto aprendemos la actitud que cada uno de nosotros debería de tener cuando servimos a Dios
—“De corazón”. Pablo incluye todo lo que hacemos, y no solo algunas cosas. ¿Cuándo fue la última vez que leímos este
pasaje con mucho cuidado? ¿Estamos sirviendo a Dios de corazón? ¿Cómo es nuestra actitud cuando participamos en los
privilegios de la adoración? Le llamo privilegios al participar en la adoración, porque en realidad es un privilegio, y no
una obligación. Cuando servimos en la adoración deberíamos de hacerlo de corazón y no por obligación. La primera
actitud es la que Dios observa con agrado; mientras que la segunda la observa con desagrado. ¿Deseamos que Dios se
agrade de todo lo que hacemos en la adoración? Espero que nuestra respuesta sea sí. Cada uno de nosotros, especialmente
los varones, deberíamos de prestar mucha atención a la manera de cómo servimos a nuestro Dios en la adoración. Todo lo
que hacemos, debemos hacerlo estando totalmente enfocados en la acción, y no solo por hacerlo. Nuestro corazón debe de
estar en todo lo que hacemos para el Señor. No importa si solo lee una lectura bíblica, usted, como quiera, esta sirviendo a
Dios. Él no es injusto para olvidar lo que usted hace por Él (Hebreos 6:10; 1 Corintios 15:58). ¡Lo que estos pasajes
enseñan deberían de motivarnos a servirle de corazón! Lamentablemente existen algunos varones en las Iglesias del Señor
que sirven a Dios para ser vistos por los demás. Otros participan en la adoración porque lo consideran una obligación.
Otros participan de una manera no preparada, es decir, que lo hacen sin tener en cuenta lo que están haciendo. Estas
actitudes necesitan ser rechazadas por aquellos que desean agradar a Dios. Nuestro servicio nunca debe de ser por que
otros nos vean, y mucho menos hacerlo solo por hacerlo. Nuestro servicio debe ser de una manera digna y aceptable a
nuestro Creador. Por lo tanto, espero en el Señor que el estudio que estamos a punto de analizar ayude a cada uno de
nosotros a servir de una manera agradable y aceptable a nuestro Dios.

6. 6 EL PRIVILEGIO DE SERVIR EN LA ADORACIÓN Es un privilegio muy hermoso poder participar en los actos de
adoración, especialmente cuando nosotros los estamos dirigiendo. Es algo hermoso porque estamos sirviendo a nuestro
Padre Celestial; al Creador de los cielos y la tierra (Génesis 1:1; Salmos 19:1; 33:6; Romanos 1:19-20). Nuestra
conciencia estará tranquila cuando hemos participado en la adoración de una manera aceptable, es decir, como Dios
manda en Su Palabra. ¿Considera usted el participar en la adoración un privilegio o una obligación? Espero en el Señor
que su respuesta sea un privilegio y no una obligación. Hermanos, en realidad es un privilegio servir de corazón a nuestro
Dios en la adoración. Cada primer día de la semana, y también cuando la Iglesia se reúne tenemos el privilegio, ya sea de
dirigir una oración, un estudio, los cantos, la Santa Cena (domingo), o una lectura bíblica. Todo esto es servir a Dios; y
todo esto también es un privilegio llevarlo a cabo. ¿Cuál es su actitud cuando sirve a Dios en la adoración? ¿Se agrada
Dios de lo que usted hace cuando participa en la adoración? ¿Qué pasaría si Dios nos dijera que no se esta agradando de
la manera de cómo le estamos sirviendo en la adoración? Estas son preguntas que deberíamos de hacernos con mucha
frecuencia. Esto nos ayudaría a poder estar plenamente concientes de lo que estamos haciendo cuando lo hacemos, es
decir, cuando participamos en la adoración. Recuerde que todo lo que hacemos debe ser de corazón como para el Señor, y
no para los hombres (Colosenses 3:23). Le animo a que esto nunca se le olvide y que siempre lo tenga presente cuando
esta participando en la dirección de los actos de adoración. Como varones de la congregación tenemos un privilegio muy
hermoso de dirigir los actos de adoración para toda la congregación. El dirigir la adoración es una acción que las
hermanas de la congregación no pueden hacer. Este es un privilegio que Dios ha designado a los varones, es decir, el
predicar, las lecturas bíblicas en público, las oraciones, el dirigir la Santa Cena, los cantos, etc. (I Timoteo 2:9-12). Si
Dios nos ha otorgado este privilegio, entonces debemos hacerlo lo mejor que podemos, y es mas, aun más que esto
(Filemón 21). Nuestra preparación debe de ser digna, ya que estamos sirviendo a nuestro Dios, y estamos dirigiendo a la
congregación completa; la cual desea que las cosas se hagan decentemente y en orden (1 Corintios 14:40). Por lo tanto,
mis amados hermanos, espero en Dios que cada uno de nosotros consideremos el servir a Dios un privilegio y que esto
nos motive a hacer las cosas de una manera digna delante de nuestro Padre Celestial.

7. 7 LO IMPORTANTE DE ESTE TEMA En lo personal considero este tema uno de mucha importancia; y que
lamentablemente, no le hemos dado un énfasis apropiado. Creo que cada varón de la congregación necesita estar muy
bien informado en cuanto a la manera de cómo Dios desea que le sirvamos. Dios ha provisto pasajes en la Biblia, los
cuales nos ayudan a poder conocer Su voluntad en cuanto a como debemos servirle. También nos ha capacitado con un
razonamiento correcto, el cual debe ser usado para llevar a cabo las cosas de una manera digna; siempre teniendo en
cuenta que es para la honra y gloria de nuestro Dios. Yo creo que este tema es muy importante porque muchos hermanos
no están prestando atención a la manera de cómo se debe dirigir los actos de adoración en la Iglesia. Los hermanos
necesitan conocer la manera de cómo hacer las cosas bien delante de Dios. Los hermanos necesitan saber como pueden
mejorar lo que hacen en la adoración a nuestro Dios. Por esta razón creo que es esencial hablar acerca de este tema. Creo
que cada ministro del Evangelio tiene la responsabilidad de asistir a los varones de la congregación a mejorar la manera
de cómo dirigen los actos de adoración de la Iglesia. Por esta razón, animo a todos los predicadores a que tomen el tiempo
necesario para juntarse con los que participan en la adoración y enseñarles estos principios prácticos, los cuales ayudarán
a cada uno de nosotros a poder servir a Dios de corazón. Por lo tanto, este tema es sumamente importante porque Dios
desea que le sirvamos de una manera aceptable y no lo contrario. Asi que, mis amados hermanos, espero en Dios que
consideremos este tema algo muy importante en nuestras vidas como cristianos y como varones de la congregación.

8. 8 EL PROPÓSITO DE ESTE ESTUDIO Muchos son los propósitos de este estudio. Por lo tanto, a continuación, deseo
presentar algunos de ellos. Propósitos de este estudio… • Presentar información práctica que ayudara a los varones de la
congregación a poder dirigir los actos de adoración de una manera aceptable delante de Dios. • Animar a los varones de la
congregación a servir a Dios con una actitud agradable, es decir, de corazón. • Presentar consejos prácticos que pueden
ser puestos en práctica durante la adoración. Estos son solo algunos de los propósitos o metas que deseo lograr en este
estudio. Asi que, espero en Dios que bendiga este estudio y que sea de mucho beneficio para todos aquellos que desean
servir a Dios de una manera agradable. NUESTRA ACTITUD EN LA ADORACIÓN La Palabra de Dios nos muestra
cuál debería de ser nuestra actitud cuando le servimos. Le animo a que preste mucha atención a los siguientes pasajes que
le estaré presentando; pasajes que básicamente hablan mucho de una actitud digna al servir a Dios. Los siguientes pasajes
son tomados de la Biblia de las Americas. • Salmo 122:1 “Yo me alegre cuando me dijeron: Vamos a la casa del Señor.” •
Salmo 100:1-5 “Aclamad con jubilo al Señor, toda la tierra. Servid al Señor con alegría; venid ante El con cánticos de
júbilo. Sabed que El, es el Señor, es Dios; El nos hizo, y no nosotros a nosotros mismos; pueblo suyo somos y ovejas de
su prado. Entrad por sus puertas con acción de gracias, y a sus atrios con alabanza. Dadle gracias, bendecid su nombre.
Porque el Señor es bueno; para siempre es su misericordia, y su fidelidad por todas las generaciones.” • Salmo 42:4 “Me
acuerdo de estas cosas y derramo mi alma dentro de mi; de cómo iba yo con la multitud y la guiaba hasta la casa de Dios,
con voz de alegría y de acción de gracias, con la muchedumbre en fiesta.” • Salmo 63:1-3 “Oh Dios, tu eres mi Dios; te
buscare con afán. Mi alma tiene sed de ti, mi carne te anhela cual tierra seca y árida donde no hay agua. Asi te
contemplaba en el santuario, porque ver tu misericordia es mejor que la vida, mis labios te alabaran.”

9. 9 • Salmo 81:1 “Cantad con gozo a Dios, fortaleza nuestra; aclamad con jubilo al Dios de Jacob.” • Salmo 84:1-2
“¡Cuan preciosas son tus moradas, oh Señor de los ejércitos! Anhela mi alma, y aun deseaba con ansias los atrios del
Señor; mi corazón y mi carne cantan con gozo al Dios vivo.” • Salmo 119:97 “¡Cuánto amo tu ley! Todo el día es ella mi
meditación.” • Salmo 105:1-4 “Dad gracias al Señor, invocad su nombre; dad a conocer sus obras entre los pueblos.
Cantadle, cantadle alabanzas; hablad de todas sus maravillas. Glorias en su santo nombre; alégrese el corazón de los que
buscan al Señor. Buscad al Señor y su fortaleza; buscad su rostro continuamente.” • Salmo 667:1-2 “Aclamad con jubilo a
Dios, toda la tierra; cantad la gloria de su nombre, haced gloriosa su alabanza.” • Salmo 42: 1 “Como el ciervo anhela las
corrientes de agua, asi suspira por ti, oh Dios, el alma mía.” • Salmo 34:1 “Bendeciré al Señor en todo tiempo,
continuamente estará su alabanza en mi boca.” • Salmo 29: 1-2 “Tributad al Señor, oh hijos de los poderosos, tributad al
Señor gloria y poder. Tributad al Señor la gloria debida a su nombre. Adorad al Señor en la majestad de la santidad.” •
Romanos 12:11 “No seáis perezosos en lo que requiere diligencia; fervientes en espíritu, sirviendo al Señor.” • Efesios 6:7
“Servid de buena voluntad, como al Señor y no a los hombres.” • 1 Tesalonicenses 1:3 “Teniendo presente sin cesar
delante de nuestro Dios y Padre vuestra obra de fe, vuestro trabajo de amor y la firmeza de vuestra esperanza en nuestro
Señor Jesucristo.” Estos son solo algunos de los pasajes que hablan en cuanto a la clase de actitud que debe de morar en
nuestros corazones cuando servimos a nuestro Dios. ¿Prevalece esta actitud en nuestros corazones? ¿Adoramos a Dios
con alegría y gozo en nuestro corazón? Espero en Dios que nuestra actitud sea agradable delante de Dios, de otra manera,
nuestra adoración y participación será rechazada por aquel a quien deseamos agradar. Le animo en el nombre del Señor a
que tome tiempo para memorizar estos pasajes que le he presentado. Esto le ayudara a poder recordar la actitud que
debemos de tener todo el tiempo que adoramos a nuestro Padre Celestial; el cual siempre nos da lo mejor.

10. 10 CONSEJOS PRÁCTICOS PARA LA ORACIÓN

11. 11 CONSEJOS PRÁCTICOS PARA CUANDO DIRIGE ORACIONES Cada varón cristiano de la congregación
tiene el privilegio de dirigir las oraciones. El apóstol Pablo dice que los varones tienen el privilegio de dirigir las
oraciones en todas partes, especialmente en la adoración a nuestro Dios. En 1 Timoteo 2:8, el apóstol Pablo, dice las
siguientes palabras “Por consiguiente, quiero que en todo lugar los hombres oren levantando manos, sin ira ni
discusiones.” Este pasaje nos enseña que los varones tienen el mandato de orar en todo lugar. La frase “levantando manos
santas” es una figura literaria conocida como Metonimia, donde una palabra se usa en lugar de la otra. Pablo esta dando la
idea de que solo los varones consagrados al Señor tienen el privilegio de dirigir las oraciones. La Biblia nos exhorta a orar
en todo tiempo (1 Tesalonisences 5:17; Colosenses 4:2; Romanos 12:12). En la adoración, los varones cristianos son los
encargados de dirigir las oraciones. Este es un privilegio otorgado solo a los varones y no las mujeres. La palabra
“hombres” de 1 Timoteo 2:8 viene del griego “aner” lo cual denota un varón y no una mujer. Por lo tanto, los varones
cristianos son los que deben de dirigir las oraciones.1 En esta sección de nuestro estudio deseo presentar algunos consejos
prácticos para mejorar nuestras oraciones, y de esta manera, hacerlo de una manera agradable y aceptable delante de
nuestro Dios. Espero en el Señor sea honesto en recibir estos consejos prácticos para que pueda mejorar sus oraciones.
Dice la Escritura que “El sabio oirá y crecerá en conocimiento, y el inteligente adquirirá habilidad” (Proverbios 1:5).
También dice la Biblia lo siguiente “Escuchad la instrucción y sed sabios y no la menospreciéis” (Proverbios 8:33). Si
usted hace esto sera sabio. “Da instrucción al sabio, y sera aun más sabio, enseña al justo, y aumentara su saber”
(Proverbios 9:9). Por lo tanto, le animo a que considere cuidadosamente los siguientes consejos. CONSEJOS
PRÁCTICOS PARA LOS QUE DIRIGEN ORACIONES El dirigir oraciones en la congregación es algo de mucha
importancia. Es algo tan importante que deba hacerse decentemente y en orden. Por lo tanto, los siguientes consejos
deben ser considerados por todos, especialmente los varones de la congregación. 1 Para una explicación más detallada de
I Timoteo 2:8 favor de leer “Preguntas y Respuestas Parte I” paginas 26-28 por Willie Alvarenga (2005). El sabio de
Corazón aceptará mandatos, mas el necio charlatán será derribado” (Proverbios 10:8)

12. 12 CONSEJOS PRÁCTICOS PARA LOS QUE DIRIGEN ORACIONES 1. Trate de mantener su oración en su
contexto—Existen ocasiones cuando los que oran mencionan un sin numero de cosas y no mantienen sus oraciones en su
contexto. Ahora, ¿a que me refiero con mantener oraciones en su contexto? Bueno, cuando hablo de esto me estoy
refiriendo ha orar específicamente por lo que se me ha pedido orar. Por ejemplo, si se me pide orar por el pan de la Santa
Cena entonces mi responsabilidad envuelve orar sólo por el pan. En la oración del pan no debo de orar por el vino dado a
que esta oración se hará en unos momentos. En esta oración no debo de orar por la ofrenda porque la oración por la
ofrenda se hará en unos momentos. No debo de orar por los enfermos porque en ese momento estoy observando un acto
especial y especifico. En ocasiones las oraciones se hacen muy largas porque el que ora menciona un sin numero de cosas
y no mantiene su oración en lo necesario. Ahora, no estoy en contra de hacer oraciones largas ya que la Biblia habla de
ellas; sin embargo, en lo que no estoy de acuerdo es en que se haga una ensalada de nuestras oraciones, es decir, que
cuando debemos orar por algo en especifico no lo hagamos porque deseamos mencionar otras cosas que no vienen al
caso. Si nos piden orar por alguien que ha pasado al frente para pedir oraciones, necesitamos orar por ese hermano o
hermana, y necesitamos orar por su necesidad y no por otras cosas. Por lo tanto, les animo a que mantengamos las
oraciones en su contexto.2 2. Trate de no repetir mucho las mismas cosas—Muchas veces las oraciones se hacen muy
largas porque la persona repite las mismas cosas 3 o 4 veces. En ocasiones me ha tocado escuchar como hermanos repiten
lo mismo varias veces cuando no es necesario hacerlo. Hermanos, el Señor ya sabe que es lo que necesitamos y creo que
con pedírselo una o dos veces es suficiente. 3. Recuerde de orar al Padre y no al Hijo—En ocasiones las oraciones se
dirigen al Hijo y no al Padre. Esto no es correcto. La Biblia enseña explícitamente que las oraciones deben de ser dirigidas
al Padre y no al Hijo. Un estudio cuidadoso de Juan 14 & Mateo 6 nos ayudara a poder ver que este es el caso. Para más
información ver “La Oración y el Cristiano” por Willie Alvarenga. La Biblia nos ha instruido en cuanto a dirigir nuestras
oraciones al Padre y no a Jesús, por lo tanto, tenga mucho cuidado de no orar a Jesús. Ahora, van haber muchos hermanos
predicadores que le dirán que esto no es un problema, es decir, orar a Jesús, sin embargo, son hermanos que, pienso, no
han estudiado este tema cuidadosamente. Por lo tanto, le animo en el nombre del Señor a estudiar sus Biblias para que
lleguemos a una conclusión escritural. 2 Un consejo para los que oran: si usted ha de visitar a un enfermo para orar por él,
o ella, hay que recordar que las oraciones deben de ser cortas, breves y no muy largas. Recuerde que la persona está
enferma y desea descansar. No necesitamos orar 20 minutos para que Dios escuche nuestra petición.
13. 13 4. Recuerde que esta hablando con el Padre y no con la audiencia—En ocasiones el que dirige las oraciones lo hace
de tal manera que no se puede distinguir con quien esta hablando si con el Padre o con la audiencia. Es necesario que
entendamos que las oraciones son dirigidas al Padre y que, en ese momento, no debemos de estar hablando con la
audiencia. No hay ningún ejemplo bíblico donde el que hacía una oración estaba hablando con Dios y a la misma vez con
la audiencia. Por lo tanto, ore al Padre y no esté platicando poco o mucho con la audiencia. 5. Preste mucha atención a las
palabras que usa—En ocasiones el que dirige las oraciones no hace esto. Simplemente se pone de pie para orar sin saber
lo que estará diciendo o las palabras que estará usando. Debemos de prestar atención a las palabras que usamos en las
oraciones. Si usted tiene dudas en cuanto a cierta palabra que usa en la oración, le animo a que le pregunte a alguien más
o consulte un diccionario secular. Le animo a que se arme de valor para preguntar y corregir las palabras que no sean
correctas. El simple hecho de que las palabras se escuchen bien no significa que estén bien. Nuevamente les recuerdo y
les animo a estudiar los Salmos para que aprendan las palabras que se usan al dirigirse a Dios en oración. 6. Si es
necesario, practique las oraciones antes de hacerlas—Esto es algo muy recomendable para aquellos que todavía no saben
orar correctamente. Hay ocasiones cuando hermanos que ya tienen mucho tiempo en el cristianismo necesitan hacer esto.
No hay nada de malo con querer mejorar las oraciones, por lo tanto, si es necesario practicarla, hágalo, y usted estará
mejorando. También, si usted desea escribir una oración en su hogar para practicarla cuando la dirija en la congregación
lo puede hacer; solamente procurar no llevar las notas al pulpito. 7. Nunca ore para ser visto—Este nunca debe de ser el
caso con los cristianos. El orar para ser visto es algo que Dios no observa con agrado. Probablemente la gente hable bien
de nosotros, pero no Dios. Las oraciones no deben de ser hechas muy larga solo para que la gente lo vea y diga que usted
puede orar mucho. El cristiano debe alejarse de tal práctica; la cual Jesús condenó durante Su ministerio aquí en la tierra
(Mateo 6:5-15). 8. Nunca ataque hermanos en su oración—En ocasiones se atacan hermanos en las oraciones de una
manera indirecta. Este no debe ser el caso en las oraciones. Las oraciones son para edificación y no para atacar a nadie. 9.
Cuando ore, que su oración se escuche—Este es un punto muy importante ya que la congregación necesita saber que es lo
que usted esta diciendo, ya que usted los esta dirigiendo a ellos en tal oración. Trate de acercarse al micrófono para que su
voz pueda ser escuchada. No hable ni muy fuerte ni muy bajo. Simplemente ore lo suficientemente fuerte para que
entienda la congregación.

14. 14 10. Recuerde de concluir su oración diciendo “En el nombre de Jesús” o alguna frase similar a esta—La Biblia nos
enseña que las oraciones deben de ser hechas en el nombre del Señor Jesús. Cristo dijo que todo lo que pidiéramos al
Padre en Su nombre lo haría (Juan 14:13-14). Pablo también dijo que las gracias deben de ser hechas al Padre en el
nombre del Señor Jesús (Efesios 5:20). Por lo tanto, recuerde de concluir sus oraciones en el nombre de Jesús. 11. Trate
de no repetir mucho las siguientes palabras “Padre”, “Dios”, “Señor”—No es necesario que use estas palabras mas de 20
veces en su oración. Hay ocasiones cuando estas palabras se usan casi 50 veces. Esto no se escucha bien. Dios ya sabe
que le estamos orando a Él, por lo tanto, no tenemos que recordarle todo el tiempo en nuestra oración. ¿Cómo se sentiría
si yo estuviera hablando con usted, y repitiera su nombre más de 20 veces en nuestra conversación? Esto no se escucharía
ni se vería bien. Por lo tanto, tratemos de reducir el número de veces que mencionamos estas palabras. PASAJES SOBRE
LA ORACIÓN “El sacrificio de los impíos es abominación al Señor, mas la oración de los rectos es su deleite”
(Proverbios 15:8) “El Señor esta lejos de los impíos pero escucha la oración de los justos” (Proverbios 15:29) “Al que
aparta su oído para no oír la ley, su oración también es abominación” (Proverbios 28:9) “Cuando Daniel supo que había
sido firmado el documento, entro en su casa (en su aposento superior tenia ventanas abiertas en dirección a Jerusalén), y
como lo solía hacer antes, continuo arrodillándose tres veces al día, orando y dando gracias delante de su Dios” (Daniel
6:10) “Y se dedicaban continuamente a las enseñanzas de los apóstoles, a la comunión, al partimiento del pan y a la
oración” (Hechos 2:42) “Con toda oración y suplica orad en todo tiempo en el Espíritu, y asi velad con toda perseverancia
y suplica por todos los santos” (Efesios 6:18) “Y esto pido en oración: que vuestro amor abunde aun más y más en
conocimiento verdadero y en todo discernimiento” (Filipenses 1:9)

15. 15 CONSEJOS PRÁCTICOS PARA LAS LECTURAS BÍBLICAS


16. 16 CONSEJOS PRÁCTICOS PARA LAS LECTURAS BÍBLICAS También hay consejos prácticos para aquellos
que dirigen lecturas bíblicas, por lo tanto, observemos los siguientes consejos: 1. Trate de escoger una lectura que
presente edificación a los oyentes—Hay muchas lecturas en los Salmos, Proverbios, etc. las cuales nos pueden edificar.
Por lo tanto, seleccione con tiempo la lectura que desea leer. 2. Cuando haya seleccionado la lectura que desea leer
practíquela—Esto es muy importante. Las lecturas deben de ser practicadas antes de ser leídas. Las lecturas bíblicas son
parte esencial del culto de adoración a Dios. En los tiempos antiguos se practicaban las lecturas bíblicas, por lo tanto,
estas prácticas deben de seguir adelante. 3. Trate de que la audiencia lo entienda cuando lee—Es muy importante que lea
claramente para que la audiencia lo entienda. Una lectura que se lee incorrectamente no será recibida de una manera
agradable, ya que los errores que cometamos en la lectura quitaran la posibilidad de que estas Escrituras sean recordadas.
4. Si tiene problemas de vista, acerque su Biblia a sus ojos—Hay ocasiones cuando no leemos correctamente porque no
tenemos nuestros lentes o batallamos en distinguir las palabras. Si este es el caso, trate de acercar la Biblia a sus ojos para
que el texto pueda ser bien visto. PASAJES SOBRE LAS LECTURAS BÍBLICAS “Regresaba sentado en su carruaje, y
leía al profeta Isaías” (Hechos 8:28) “Después de la lectura de la ley y los profetas, los oficiales de la sinagoga les
mandaron a decir: Hermanos, si tenéis alguna palabra de exhortación para el pueblo, hablad” (Hechos 13:15) “Llego a
Nazaret, donde se había criado, y según su costumbre, entro en la sinagoga el día de reposo, y se levanto a leer” (Lucas
4:16) “Orad sin cesar” (1 Tesalonicenses 5:17) “Entretanto que llego, ocúpate en la lectura de las Escrituras, la
exhortación y la enseñanza” (1 Timoteo 4:13, LBLA)

17. 17 CONSEJOS PRÁCTICOS PARA LA SANTA CENA

18. 18 CONSEJOS PRÁCTICOS PARA LA SANTA CENA La Santa Cena es una parte muy especial de la adoración a
nuestro Dios. En ella recordamos la muerte de nuestro Señor Jesucristo (I Corintios 11:23-26); ese sacrificio que llevó a
cabo en la cruz del Calvario por toda la humanidad. La Biblia nos dice que los cristianos observaban la Santa Cena el
primer día de la semana (Hechos 20:7; también ver Hechos 2:42). Todos los varones que dirigen en la Santa Cena
necesitan considerar los siguientes consejos. Estos consejos les ayudarán a poder hacer todo decentemente y en orden. 1.
Primeramente considere la manera de cómo esta vestido cuando dirige la Santa Cena—La vestimenta es muy importante
ya que por medio de ella mostramos reverencia a lo que estamos haciendo. No es correcto que la persona dirija la Santa
Cena con ropa que no es apropiada (shorts, pantalones rotos, camisas con mensajes mundanos, etc.). El cristiano debe
vestirse bien porque la Santa Cena es algo muy especial. Yo le aseguro que la persona no se vestiría como en ocasiones se
viste si tuviera la oportunidad de ir a una reunión formal. En ocasiones le damos lo mejor al mundo en vez de nuestro
Dios. En cierta ocasión me toco observar como los hermanos que dirigían la Santa Cena estaban vestidos todos de la
misma manera, con saco y corbata. Esto fue algo muy bonito de observar, el ver como algunos cristianos consideran esta
práctica algo muy importante y digno de su más cuidadosa atención y reverencia. 2. Cuando ore por el pan, ore por el pan
—Es muy importante que mantenga las oraciones en su contexto. Esto es algo que ya hemos mencionado en otra parte de
este estudio. No ore por otras cosas cuando le toque orar por el pan, o por el jugo de uva, o por la ofrenda. No es
necesario que la oración sea muy larga. 3. Seleccione solo citas bíblicas que están relacionadas a la Santa Cena—No es
recomendable leer citas bíblicas que no están relacionadas a la Santa Cena. Recuerde que usted esta allí para leer algo que
nos va ha ayudar a recordar la muerte de Jesús. Es muy recomendable el que usted practique la lectura de estas citas antes
de leerlas. Esto evitara que usted se equivoque. 4. Trate de estar muy bien familiarizado con las citas que hablan de la
Santa Cena—Es recomendable que la persona tome tiempo para memorizar 1 Corintios 11:23-26. Esta es una cita que se
usa todo el tiempo, por lo tanto, ya deberíamos de tener esta cita en nuestra memoria. Es sorprendente como muchos
hermanos se equivocan en una cita que ya deberían de tener memorizada. En cierta ocasión un hermano se me acerco
antes de observar la Santa Cena para preguntarme donde Pablo hablaba de este memorial. Hermanos, esto no debería de
ser asi. Cada uno de nosotros necesitamos conocer estos pasajes. 5. Explique muy bien lo que este acto significa—Es muy
probable que usted tenga visitantes en los servicios que no saben el significado de este memorial. Por lo
19. 19 tanto, es recomendable que les explique lo que es la Santa Cena y porque la observamos cada primer día de la
semana (Hechos 20:7). Es necesario que explique que este acto es sólo para los cristianos (1 Corintios 1:2; 11:23-26). 6.
Preste mucha atención a las palabras que menciona durante este memorial— En ocasiones se escuchan hermanos que
dicen “Te damos gracias por este pan que representa el cuerpo de Jesús que fue despedazado por nosotros” Esta frase esta
totalmente incorrecta, ya que el cuerpo de Jesús no fue despedazado. Otros dicen “La sangre de Jesús que fue
desparramada por nosotros” La Sangre de Jesús no fue desparramada en la cruz, sino mas bien, derramada. También
recuerde que es “jugo de la vid” y no “jugo de David”. También recuerde que no es el cuerpo y la sangre de Dios, sino
más bien de Jesús. En ocasiones los hermanos dicen “Este pan representa tu cuerpo” Esta frase da la idea de dos cosas: 1)
que esta orando a Jesús, y 2) que esta hablando de Dios. Si esta hablando a Jesús, entonces usted esta dirigiendo sus
oraciones a Jesús, algo que la Biblia no enseña. Si esta hablando de Dios, entonces no esta correcto porque el pan no
representa el cuerpo de Dios. 7. No se olvide de ofrecerle el pan y el vino, y la ofrenda al hermano que esta en el pulpito
—En ocasiones no prestamos atención al hermano que esta en el pulpito dirigiendo la Santa Cena y olvidamos en darle el
pan, vino y el platillo de la ofrenda. Esto no se ve muy bien cuando sucede ya que toda la audiencia esta observando; ya
que los presentes se darán cuenta de que usted no esta prestando atención a lo que esta haciendo. Recuerde que el
hermano también necesita observar la Santa Cena. 8. Espere a sus hermanos cuando salgan de la mesa y cuando regresen
a la mesa—No se ve correcto que un hermano llegue primero a la mesa y los demás después. Es importante que todos a
una misma vez lleguen a la mesa y salgan de la mesa para servir la Santa Cena. Por lo tanto, espere a sus hermanos, y no
camine muy rápido. 9. Hable fuerte y claro cuando dirige la oración por estos emblemas—La audiencia necesita escuchar
lo que usted esta diciendo en la oración. Por lo tanto, que su oración sea escuchada por todos. 10. Asegúrese de que todos
los cristianos tengan la oportunidad de participar de este memorial—En ocasiones ignoramos a ciertos hermanos y no les
damos la oportunidad de participar de la Santa Cena. Tenga mucho cuidado y fíjese muy bien de todos; aun de los que
están en los cuartos cuidando niños. 11. Lea los pasajes de la Santa Cena en la mañana y también por la tarde—No
debería de ser diferente el servicio de la mañana al de la tarde. Por lo tanto, el mismo tiempo que toma en la mañana,
tómelo en la tarde para los hermanos que no tuvieron la oportunidad de estar presentes. PASAJES SOBRE LA SANTA
CENA Marcos 14:22-25; Mateo 26:26-29; 1 Corintios 11:23-28

20. 20 CONSEJOS PRÁCTICOS PARA LOS DIRECTORES DE CANTO

21. 21 CONSEJOS PRÁCTICOS PARA LOS QUE DIRIGEN CANTOS El dirigir cantos en la adoración es algo muy
hermoso pero a la misma vez algo que conlleva mucha responsabilidad. El dirigir cantos no es un privilegio fácil; y por
esta razón no tenemos muchos hermanos llevando a cabo esta parte de la adoración. Sin embargo, cada varón necesita
ejercitarse en la práctica de dirigir himnos. Por lo tanto, los siguientes consejos van dirigidos para aquellos que dirigen
himnos. 1. Seleccione solo himnos con los cuales usted esta muy bien familiarizado—El no hacer esto le traerá serios
problemas. Uno de esos problemas es que la congregación no podrá seguirlo en el canto, y si esto pasa, unos estarán
viajando por un lado, y otros por otro. Si no se sabe un canto, no lo cante hasta que no se lo haya aprendido muy bien. 2.
Cuando dirija un himno, levante su voz para que sea escuchado—No cante el himno con voz baja, ya que esto impedirá
que la congregación lo siga. El director de cantos debe de dirigir la congregación en el himno y para que esto suceda,
necesita cantar fuerte y claro. 3. Solo seleccione himnos que sean bíblicos—Aunque usted no lo crea, existen algunos
himnos que no están en armonía con las Sagradas Escrituras. Por ejemplo, himnos como el # 91 el cual exhorta a los
cristianos a dirigir sus oraciones a Jesús. Lo mismo la primera estrofa del numero 17 y el himno # 14. El director de
cantos debe de tener mucho cuidado en los himnos que selecciona. El hecho de que estén en el himnario que usamos no
significa que todos sean escritúrales. Recuerde que el propósito de los himnos es alabar a Dios y exhortarnos los unos a
los otros (Efesios 5:19; Hebreos 13:15). Durante los himnos también nos enseñamos (Colosenses 3:16), y si nos estamos
enseñando algo que no es bíblico, esto no es correcto. También es recomendable que se seleccionen himnos que estén
relacionados a la lección que se estará presentando en la predicación. Para esto es necesario que el director de cantos
hable con el predicador para preguntarle acerca de su lección. 4. Trate de no cantar los mismos himnos todo el tiempo—
Nuestro himnario tiene muchos himnos que podemos cantar, por lo tanto, no cante siempre los mismos himnos. Escoja
otros himnos que se sabe y diríjalos en la congregación. Dios se merece lo mejor, por lo tanto, no le demos lo mismo todo
el tiempo, tratemos de mejorar. PASAJES SOBRE EL CANTO Efesios 5:19; Colosenses 3:16; 1 Corintios 14:15;
Hebreos 13:15; Mateo 26:30 “Hablando entre vosotros con salmos, himnos y cantos espirituales, cantando y alabando con
vuestro Corazón al Señor” (Efesios 5:19)

22. 22 CONSEJOS PRÁCTICOS PARA LOS QUE PREDICÁN

23. 23 CONSEJOS PRÁCTICOS PARA LOS QUE PREDICÁN También los que predican la Palabra de Dios necesitan
escuchar ciertos consejos prácticos que les ayudaran a poder hacer un excelente trabajo. Por lo tanto, le animo a que
considere los siguientes principios. 1. Cuando predique asegúrese de que su voz sea escuchada—Recuerde que usted esta
predicando para que la audiencia escuche, y si no lo escuchan, no podrán aprender. Asi que, trate de levantar la voz y
enfatizar ciertos puntos bíblicos. Si tiene problema con levantar la voz acérquese al micrófono para que su voz sea
escuchada. Si es posible, use un micrófono inalámbrico para que la audiencia lo escuche. 2. Asegúrese de seleccionar
temas prácticos para la congregación—No predique temas que no ayudarán a la congregación ha ser edificada. Seleccione
solo temas prácticos y no solo informativos. 3. Asegúrese de enfatizar las lecciones prácticas del tema—Recuerde que su
objetivo es animar a la audiencia a experimentar un cambio para bien, por lo tanto, enfatice las lecciones practicas que la
Iglesia debe considerar cuidadosamente. 4. Asegúrese de usar muchos textos bíblicos para apoyar lo que esta predicando
—Lamentablemente muchos hoy en día no están usando la Biblia para predicar, ya que solo mencionan historias,
ilustraciones, chistes, pero no la Biblia. En cierta ocasión tuvo la oportunidad de escuchar la lección de un predicador que
solo hablo de problemas familiares y demás cosas y al final termina leyendo 2 Timoteo 3:16-17, y este fue el único pasaje
que empleó en su lección. Hermanos, esto es triste ya que Dios nos ha dejado Su Palabra para que la utilicemos. La Biblia
necesita ser citada durante las predicaciones y clases bíblicas. Necesitamos ser personas del Libro. Hombres que usen
libro, capitulo y versículo cuando prediquen (Hechos 13:33; I Pedro 4:11). 5. Asegúrese de presentar el plan de salvación
al final de su predicación—Es triste observar tantos predicadores hoy en día los cuales no le están diciendo a la gente que
es lo que deben hacer para ser salvo. Un sermón sin su plan de salvación no es un sermón completo. La gente necesita
saber que es lo que debe hacer para ser salvo. Nunca deje la impresión de que solo debe creer en Cristo para ser salvo.
Lamentablemente este es el caso con muchos predicadores hoy en día; los cuales omiten el plan de salvación al final de
sus predicaciones.3 6. Asegúrese de predicar la Palabra de Dios—Muchos usan el pulpito para predicar otras cosas menos
la Palabra de Dios. Pablo le dijo a Timoteo que 3 Favor de leer el libro: ¿Qué Le Paso Al Plan de Salvación? Por Willie
Alvarenga (2007).

24. 24 predicara la Palabra (2 Timoteo 4:2). Esto es lo que debemos de hacer. El pulpito no debe de ser usado para hablar
de política, chismes, ataques a hermanos en particular, críticas destructivas, etc. Cada uno de nosotros necesitamos
recordar las palabras de Jesús que encontramos en Marcos 1:38 donde dijo “Vayamos a los lugares vecinos para que
predique allí, porque para esto he venido” Recuerde que el poder de Dios esta en Su Palabra y no en nuestra sabiduría (I
Pedro 4:11; Tito 2:1; Jonás 3:2; I Reyes 22:14). 7. Asegúrese de mantener contacto visual con la audiencia—En
ocasiones, para que pueda hacer esto, usted va a necesitar aprender como predicar sin notas. Esto no es fácil, pero si lo
puede lograr. Si usa notas, asegúrese de no leerlas durante el tiempo que tiene para predicar; esto evitara que usted logre
su objetivo. Le recomiendo mi libro “Memorizando Las Escrituras” (2005). En este libro encontrara algunos principios
prácticos que le ayudarán a poder predicar sin notas. 8. Esté muy bien familiarizado con el tema que estará predicando—
Si este no es el caso, mejor no predique el tema, de otra manera estará metiéndose en problemas. La lección que estará
predicando necesita estar en su mente y en su corazón para lograr que sea un éxito. Si no esta seguro del tema que estará
predicando, mejor no lo predique. 9. Trate mucho de prestar atención a las palabras que estará usando en su lección—
Muchas veces se usan palabras que son difíciles de entender. Recuerde de mantener el tema lo más simple posible, para
que pueda ser entendido. 10. Asegúrese de que los ademanes y gestos que hace sean visibles—No haga ademanes debajo
del pulpito donde nadie puede verlos. Trate de levantarlos para que sean vistos. 11. Asegúrese de que su introducción sea
llamativa—Esto ayudara a la audiencia a que se mantengan en el tema que estará predicando. 12. Asegúrese de predicar
todo el consejo de Dios—No predique solo lo que usted desea, sino lo que Dios desea (Hechos 20:27). 13. Asegúrese de
predicar también con su ejemplo—La gente desea ver un sermón y no oír un sermón (Santiago 1:22; Lucas 11:28; Esdras
7:10; Hechos 1:1). PASAJES SOBRE LA PREDICACIÓN 2 Timoteo 4:1-5; Hechos 20:27; 2 Timoteo 1:13; Tito 2:1;
Marcos 1:38 “Predica la Palabra; insiste a tiempo y fuera de tiempo; redarguye, reprende, exhorta con mucha paciencia e
instrucción” (2 Timoteo 4:2)

25. 25 CONSEJOS PRÁCTICOS EN CUANTO A LA VESTIMENTA

26. 26 CONSEJOS PRÁCTICOS EN CUANTO A LA VESTIMENTA La vestimenta es muy importante cuando


venimos ha adorar a nuestro Dios. Los varones que dirigen en la adoración necesitan prestar mucha atención a la manera
de cómo visten para estas ocasiones. Les animo en el nombre del Señor a considerar los siguientes principios en cuanto a
la manera de cómo debemos de vestirnos. 1. Trate de no ponerse ropa que usted usaría para ir al parque—En ocasiones
venimos a los servicios de adoración como si viniésemos a jugar al parque. Esto no debe de ser asi, ya que Dios se merece
la mejor vestimenta que tengamos. 2. Los pantalones flojos, por lógica, deben de ser evitados—En ocasiones me ha
tocado ver como jóvenes con jeans flojos, casi cayéndose pasan al frente a dirigir oraciones, y a dirigir la Santa Cena. En
lo personal, pienso que esto es falta de respeto y reverencia hacia las cosas de Dios. 3. Los varones necesitan fajarse las
camisas—No se ve correcto que los varones que dirigen en la adoración lleven sus camisas por fuera. Camisas deportivas
no son apropiadas para servir en la adoración. Camisas de vestir deben de ser usadas para esta ocasión. 4. Las corbatas
son recomendables pero no son obligación—Se entiende que hermanos no estén acostumbrados a usar corbatas, sin
embargo, esta es una práctica sana y aceptable. Las corbatas denotan seriedad, y respeto. Pero, nuevamente, se entiende si
el varón no desea usar corbata. No es un mandamiento usarlas, pero sí se ve muy bien y presentable. Esto no quiere decir
que los que no usan corbatas no lo están haciendo correctamente. Este no es el punto en lo absoluto. 5. Recuerde de darle
lo mejor al Maestro—Es cierto que Dios observa nuestro corazón, pero también observa nuestro exterior. Dios desea que
nuestra vestimenta refleje nuestro respeto y reverencia para con Él. Recuerde que estamos sirviendo de corazón a Dios y
por consiguiente, nuestra ropa debe de ser la mejor. NUESTRA VESTIMENTA REFLEJA MUCHO LA REVERENCIA
Y RESPETO QUE TENEMOS PARA CON LAS COSAS DE NUESTRO DIOS

27. 27 CONCLUSIÓN Para mi ha sido un honor escribir este libro, el cual considero muy beneficioso para cada uno de
nosotros. Es mi oración que todos hayamos considerado los principios prácticos que hemos observado en este estudio.
Espero en Dios que usted desee de todo corazón mejorar la manera de cómo hace las cosas en la adoración a nuestro Dios.
Que nuestra mente y corazón sean transformados para bien, de esta manera, podremos agradar a Dios en todo. Animo a
cada uno de los varones de las Iglesias del Señor a permanecer fieles hasta el fin (I Corintios 15:58). Que el Dios del cielo
nos de la sabiduría necesaria para poder servirle de corazón. Que nuestro servicio a Dios sea aceptable y ordenado. Dios
se merece lo mejor, por lo tanto, démosle lo mejor. A Dios sea siempre la honra y la gloria por los siglos de los siglos.
Amen. LIBROS RECOMENDADOS 1. Alvarenga, Willie, “Memorizando Las Escrituras” (Bedford, TX: Brown Trail
School of Preaching, 2005). 2. Alvarenga, Willie, “¿Que le Paso al Plan de Salvación?” (Bedford, TX: Brown Trail
School of Preaching, 2007). 3. Alvarenga, Willie, “Notas de Estudio Sobre La Homiletica” (Bedford, TX: Brown Trail
School of Preaching, 2005). 4. Alvarenga, Willie, “Notas de Estudio Sobre Hechos” (Bedford, TX: Brown Trail School of
Preaching. 2005). 5. Alvarenga, Willie, “Preguntas y Respuetas Parte I” (Bedford, TX: Brown Trail School of Preaching,
2005).

28. 28 PASAJES PARA NUESTRA MEDITACIÓN ♦ “Abandonad la necedad y viviréis, y andad por el camino del
entendimiento” (Proverbios 9:6) “Hay camino que al hombre le parece derecho, pero al final, es camino de muerte”
(Proverbios 14:12) “Del hombre son los propósitos del corazón, mas del Señor es la respuesta de la lengua” (Proverbios
16:1) “Encomienda tus obras al Señor, y tus propósitos se afianzaran” (Proverbios 16:3) “El corazón del justo medita
como responder, mas la boca de los impíos habla lo malo” (Proverbios 15:28) “La senda de los rectos es apartarse del
mal; el que guarda su camino preserva su alma” (Proverbios 16:17) “Cuando los caminos del hombre son agradables al
Señor, aun a sus enemigos hace que estén en paz con el” (Proverbios 16:7) “No tengas envidia de los malvados, ni desees
estar con ellos” (Proverbios 24:1) “Mejor es la reprensión franca que el amor encubierto” (Proverbios 27:5) “El que
encubre sus pecados no prosperara, mas el que los confiesa y los abandona hallara misericordia” (Proverbios 28:13) ¡A
Dios Sea Siempre La Honra!

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