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El Deporte Historia Antigua ESTE SI!
El Deporte Historia Antigua ESTE SI!
Las mujeres, quienes en la antigüedad, son en gran parte estigmatizadas como seres
inferiores, seres de menor capacidad, tanto de forma física como intelectual, en que un
hogar junto a una familia estable es su mayor aspiración, también, encuentra en el deporte
una manera de demostrar que es uno de los pocos espacios que no está reservado única y
exclusivamente para los hombres, aunque no a pesar de ello, tendrán una considerable
desigualdad con los mismos. Serán varias mujeres de la edad antigua y perteneciente cada
una de ellas a diferentes e inclusive rivales ciudades, las que destacaran por su talento en
las diferentes actividades físicas.
En Esparta las mujeres son parte del deporte a la par con los hombres, no convenían con
ningún impedimento, pues era una verdad indudable, que el entrenamiento físico resultaba
ser un medio preparativo que haría que llegado el momento de dar a luz, contaran las
mujeres con una mayor preparación para enfrentar tal situación. Es decir, aparentemente
hay una mayor igualdad, en cuanto a la libertad de desarrollarse deportivamente, pero cabe
destacar que el hombre espartano lo hace por demostrar mayor honor, mientras que la
mujer lo hace producto de una condición natural que socialmente la presiona a realizarlo, el
ser madre. Entre las actividades que desarrollaban durante su entrenamiento, se encuentran
disciplinas que siguen vigentes hasta nuestros días, como el salto, la carrera y los
lanzamientos de disco y jabalina.
Uno de los prejuicios más llamativos, visto desde una óptica contemporánea es el hecho de
catalogar a quienes practicaran alguna actividad física como una mujer masculinizada, tal
como lo narra el mito protagonizado por Atalanta, mujer que compite con los hombres en la
disciplina de la carrera pedestre, para deliberar su mano en matrimonio. En cada uno de las
competencias dio lo mejor de sí, pues rehúye del matrimonio. Tal como describe el texto
“El deporte femenino en la antigua Grecia”, de Fernando García Romero, las mujeres “…
son vírgenes cazadoras [Cirene y Atalanta] que desprecian el sexo y a los hombres, con
quienes pretender rivalizar adoptando comportamientos masculinos. Así, pues estas
mujeres deportistas del mito griego no son mujeres “normales”, sino mujeres “hombrunas”.
Los juegos más importantes, en los que participaba la mujer eran los juegos Hereos,
desarrollados en honor a la diosa Hera cada cuatro años. Tenían prohibido participar en los
tradicionales juegos Olímpicos e inclusive, para ser más arbitrario aun el escenario, la
mujer ni si quiera contaba con la oportunidad de observar aquellos juegos, aunque si unas
pocas tenían aquel privilegio, tal como la sacerdotisa Demeter y las doncellas. Estas últimas
eran aceptadas producto de la creencia de que, al estar presente en las competencias
deportivas varoniles se les podría transferir cierta energía que les haría tener un mejor
desempeño en sus propias competencias.
Roma no tenía acceso los juegos de Hera, no por ello las mujeres no se ejercitaban, al
contrario, se les describe como personas apasionadas por la actividad física. Lo que
también trascendía las ciudades eran los prejuicios propios de la época. Pero, no es motivo
de sorprender, ya que durante la antigüedad, eran innumerables los prejuicios que
acompañaban a la mujer en su diario vivir.