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Posparto
Posparto
El tiempo después del advenimiento de nuestros hijos, tal vez es uno de los
momentos más frágiles y sensibles de una mujer y su familia. No sólo son los
cambios físicos; a esta gran transformación corporal se le suma el proceso de
adaptación a una nueva etapa de la vida en donde se debe asumir un quiebre de su
Yo, para renacer en una nueva relación que la vincula a otro desde y que transforma
de manera trascendental, las maneras en cómo percibían el mundo. Este periodo
comúnmente está referido a la mujer solamente, pero es una transformación
biológica, emocional e histórico que atañe también al hombre.
Ahora bien, en esta primera fase del texto vamos a reconocer el posparto cómo el
periodo que la mujer inicia después del parto y que conlleva una serie de
transformaciones físicas, emocionales y de consciencia. Nótese, que, en la mayoría
de la literatura rastreada, el uso de palabra posparto y puerperio es indistinto. Así,
por ejemplo, encontramos en referencias específicamente de orientación médica –
convencional, la definición de puerperio cómo:
• Posparto Inmediato
• Posparto Mediato
• Posparto Tardío
Estos tres niveles del posparto está determinada desde la medicina convencional,
por los tiempos en que el cuerpo físico llega paulatinamente a tener unas
condiciones antenatales, sin embargo, no hay una sola opinión en la literatura con
respecto a estos avances del cuerpo. La razón: la recuperación del cuerpo depende
mucho de las prácticas de cuidado de cada región o territorio y, de hecho, depende
de cada mujer con respecto a los autocuidados previos a la gestación, en la
experiencia gestacional y del mismo parto.
Sangrado
Luego del alumbramiento de la placenta, lo que se conoce como lecho placentario
comienza a sangrar. La detención de este sangrado no depende de la coagulación
sanguínea sino de la contracción uterina. La tolerancia a esta pérdida de sangre es
buena en la mayoría de las mujeres. Esta pérdida de sangre es menor a 500cc en
parto vaginales y 1000cc en una operación cesárea (*el posparto de la cesárea se
desarrolla en un título especial más adelante).
El volumen de este sangrado disminuye notablemente en estas 24 horas de
posparto inmediato en la mayoría de las mujeres. Sin embargo, es notable la salida
de sangre en estos primeros minutos posparto a razón del desprendimiento de la
placenta y la exposición de arterias uterinas del lecho placentario. Exposición que
se cierra con la ligadura viviente o fisiológica.
Loquios o Loquia
Reconocemos bajo el nombre de lochio o lochia a la descarga vaginal posterior a la
ligadura de vasos que el útero hace de manera eficaz después del desprendimiento
de la placenta y que se conoce como ligadura viviente. Los Loquios o Loquia,
también tienen sus distintas cualidades a medida que evoluciona el posparto. Los
loquios o loquia salen del lugar donde la placenta estaba unida al útero. Se
componen de sangre, secreción de la herida, mucosa y residuos placentarios. Según
va cicatrizando va cambiando de aspecto. En la loquia o loquios del posparto
inmediato reconocemos la Loquia Rubra, su descarga es hemática, color rojo y
contiene residuos trofoblásticos.
Uno de los posibles síntomas que puede sentir la madre en estas primeras 24 horas
de parto inmediato es lo que se conoce como entuertos. Sus causas, precisamente,
son las contracciones uterinas que permiten la ligadura fisiológica. Estos entuertos
pueden variar de intensidad por varios factores.
1. En una segunda gestación y segundo parto, el útero es más efectivo al
momento de contraerse. Esto puede significar una sensación más intensa del
entuerto.
2. Útero frío.
3. Cesárea
Cuello uterino (cérvix)
El cuello uterino o cérvix permanece en una dilatación de 2 -3 centímetros en las
primeras horas postparto y permanece así durante la primera semana del puerperio
para luego disminuir a 1 cm. El orificio cervical externo adquiere una disposición
transversal diferente al aspecto circular de las mujeres que no han parido.
Involución de la vagina, perineo y vulva
La vagina en el Posparto Inmediato por lo general está edematosa y su contextura
es flácida. Tiene una contextura bastante elástica y húmeda. En cuanto a su vulva
la mujer resiente un ardor o quemor, a causa de lo que reconocemos como circulo
de fuego, momento en el que sale la cabeza del bebe y las angulaciones de la vulva
son exigidas al máximo.
Desafortunadamente uno de los recursos de la ginecobstetricia moderna, llamado
episotomía, se convirtió en una rutina en la atención clínica de partos. La
episiotomía consiste en un corte o incisión desde la comisura posterior de la vulva,
con corte transversal hacía la dirección del ano. Se ha argumentado por años desde
la medicina que este corte “evita desgarros” mayores.
Sin embargo, la misma Organización Mundial de la Salud viene haciendo una
campaña para que deje de ser prácticamente, lo que es hoy: un protocolo en la
atención del parto.
Cada vez sabemos más sobre las consecuencias de este corte en el cuerpo de las
mujeres; consecuencias relacionadas con trauma del parto y la disminución del
placer sexual en muchos casos.
Sin embargo, esta práctica, se ha naturalizado por así decir y, sólo cuando las
mujeres reconocen que tiene otras posibilidades es que explicitan ante la
institución hospitalaria y los proveedores de salud, el hecho de que no quieren una
episiotomía rutinaria.
Eso nos pone en el escenario en que la gran mayoría de mujeres que vamos a
acompañar en esta fase tiene esta condición en su recuperación posparto. Presenta
en ocasiones una acumulación de líquidos en la zona, hematomas, infecciones y su
cicatrización es molesta y dolorosa en la mayoría de las veces.
Pérdida de peso:
Después del nacimiento: salida de bebe, placenta y líquido amniótico, la mujer
pierde promedio de 5 a 6 Kg. Adicionalmente a ello, durante la primera semana la
mujer pierde 2 litros de agua y en las semanas siguientes casi 1,5 litros por semana
a lo largo de la cuarentena. Este balance que hace el cuerpo después de la
transformación en la gestación redunda también en la pérdida de peso no sólo en
el posparto inmediato sino a lo largo de este periodo.
Posparto inmediato:
En este posparto inmediato, la mujer siente cansancio, sin embargo, los niveles de
catecolaminas son altas y su estado de alerta le ayuda a estar con su bebe. En otras
ocasiones está revisando en su mente, la experiencia del parto. Siente poder o
miedo, dependiendo claro está de la experiencia del nacimiento.
En los casos de los partos hospitalarios la mujer queda en sala de recuperación
promedio entre 2 a 4 horas, dependiendo de la resolución del nacimiento. Cuando
el parto ha sido a través de cesárea, seguramente la medida de observación será
mayor a causa de la cirugía mayor que esto acarrea.
Es de gran importancia el contacto piel a piel entre mama y bebé, entre otras cosas
para una mayor eficacia en el momento del amamantamiento. Sin embargo, en
muchas de las clínicas esto no es permitido y el bebé es alojado en una incubadora
hasta por 1 o 2 horas después del nacimiento.
Cuidados de la Doula en el posparto inmediato
En muchas clínicas alrededor del mundo, en la fase del posparto inmediato, las
Doulas no están apoyando la dupla mamá – bebé, a razón de que están siendo
atendidos por los proveedores de salud, enfermeras, ginecobstetras, neanotologos
de las instituciones médicas y sus protocolos.
En casos excepcionales de partos en clínica, la Doula cumple con ser apoyo en las
primeras horas de ese primer contacto de la madre con el bebe, pero por lo general
mientras la madre se encuentre en la institución, son los proveedores de salud los
que se harán cargo:
Sin embargo, si la Doula puede acompañar de manera efectiva esas primeras 24
horas Los cuidados básicos que recomendamos son:
Posparto mediato
Posparto tardío
La cuarentena vamos a entenderla como el lapso que vive la familia, para adaptarse
a una nueva vida. Este proceso de adaptación pasa por la atención a los cuidados
físicos, pero también es un estado de observancia que a la familia se le invita
asumir. Ese estado de atención es para que observen sus emociones, vivan la
experiencia del autocuidado, se reconozcan en el proceso de maternar y construyan
un tejido de aprendizaje con el que viene cada bebé a su familia desde su gestación.
Es un periodo que necesita de intimidad, respeto y recogimiento. Son cuarenta días
que reviven el tránsito por esas 40 semanas de gestación, son 40 días que permiten
tener consciencia de los nuevos hilos con los que hay que seguir tejiendo la misma
existencia.
Ahora bien, más que revisar las distintas tradiciones existentes alrededor de la
cuarentena, habría que decir que cada cultura o comunidad tiene sus propias
prácticas para su cuidado y dentro del trabajo del doulaismo y de la partería
contemporánea, se han puesto en marcha varias nuevas tradiciones.
Lo que dice una cultura o una comunidad sobre lo que le conviene a la madre en
los tiempos de la cuarentena, depende directamente de la cosmovisión de esa
cultura. En el momento de integrar una práctica de cuidado, para las mujeres
contemporáneas, hay que hacer un filtro de conocimientos basados en evidencia.
Por fortuna cada vez son más las investigaciones, que logran tener hoy argumentos
sobre cómo algunas formas de cuidados procuran bienestar efectivo de la mujer y
su familia en esta etapa.
La fitoterapia, por ejemplo, definida como el uso de productos de origen vegetal
para la prevención, la curación y el alivio de variedad de síntomas y enfermedades,
es reconocida como una terapéutica efectiva, basada en evidencia que influye
grandemente en el bienestar. El uso de las plantas en el proceso de posparto
permite que el cuerpo tenga más recursos para el proceso de su recuperación
endógena y exógena.
Las plantas básicas para el posparto se presentaron antes en este mismo módulo,
ellas han contribuido desde mi experiencia de casi una década, a generar bienestar
a mujeres y familias.
Desde las medicinas alternativas también existe evidencia en torno al uso de los
cristales. Ellos apoyan los estados emocionales y energéticos que vive la nueva
familia.
Las recomendaciones relacionadas con el manejo de los cambios de temperatura,
en general, para la salud del cuerpo femenino, pero sobre todo para esta etapa de
su vida, también es una práctica que, desde mi experiencia, cuenta con evidencia.
Una mujer en posparto que no se cuida de los cambios de temperatura y se expone
al frío es más proclive a vivir en su cuerpo la experiencia de dolor en el útero, la
cabeza, caderas, huesos en general, escalofrío, inclusive fiebre.
Cuando una mujer en puerperio sufre de frío, bien sea porque toma bebidas frías,
bien porque cambia de ambiente sin el debido cuidado o bien porque se expone al
frio (por ejemplo, caminando descalza, o recostándose sobre la pared sin
protección); el mismo cuerpo trata de equilibrar lo experimentado, manifestando
los síntomas enunciados.
El cuerpo de la mujer puérpera está en un gran movimiento a nivel interno y todo
movimiento requiere de calor para que se realice efectivamente: Por ejemplo: el
cuerpo en posparto está en proceso de descamación y cicatrización del lecho
placentario, sus órganos están regresando a su lugar original, los huesos de sus
caderas también están retornando a estados antenatales, el sistema endocrino,
inmunológico y el sistema nervioso central que actúan en trenza, por así decir,
también se encuentra en estado de crisis que conlleva toda recuperación. A través
del sistema sanguíneo se está limpiando el cuerpo de las hormonas de la gestación
que ya no requiere y está liberando otras propias del estado puerperal.
Algunas imágenes de las transformaciones al interior del cuerpo (interactivo):
Adicionalmente, los cuerpos emocionales de toda la familia afrontan procesos de
adaptación a un nuevo ser, a una nueva relación, un cambio de vida para la pareja
o para una familia que ya contaba con hijos. Este proceso de adaptación pasa por
unos niveles altos de estrés, de cambio de ciclos de sueño y en muchas ocasiones
de dolores y frustraciones relacionadas con el amamantamiento.
La psiquiatra francesa Monique Bydlowski trabaja sobre el concepto de
“transparencia psíquica” para describir el estado que se desarrolla gradualmente en
la mujer gestante, relacionado con los recuerdos de la infancia. Según Bydlowsky,
esto se debe a una respuesta psíquica para producir la sensibilidad que se requiere
para hacerse cargo del bebé. Cuando esa transparencia psíquica tiene en su anaquel
buenos recuerdos de infancia, seguramente la experiencia la llevara a un grado de
sensibilización y ternura necesarios, sin embargo, cuando la experiencia es otra, se
suma un factor de complejidad a la maternidad, por cuanto que se reactiva los
procesos no atendidos, no resueltos.
Me parece de suma importancia tejer este concepto de la psiquiatra francesa desde
una perspectiva neuro-psicológica para seguir entendiendo todos los hilos que se
pueden llegar a tejer en un proceso posparto.
El primero de ellos es el hecho de que no se visibiliza esta etapa como parte del
proceso de tránsito y fragilidad que viven hombres y mujeres en el ciclo del
maternar. En el mejor de los casos las mujeres pueden tener la licencia de
maternidad que en Colombia hoy es tan sólo de cuatro meses. El tiempo que tienen
los hombres en posparto no va más allá de una semana en la normatividad
colombiana. Al hombre lo sacan de la dinámica del cuidado muy rápidamente,
fragmentando el proceso de la familia y generando un vacío en la mujer, quien
afronta muchas veces en soledad el proceso de adaptación.
El cuidado de la energía sexual entre la pareja durante esta etapa es otro de los
factores. De nuevo, las sociedades no tienen recursos para este tipo de cuidados.
La pareja no tiene guía ni consejo frente a estas nuevas formas. Desde la medicina
alopática, la gran mayoría de ginecólogos se limitan a informar el momento en que
el cuerpo de la mujer regresa a condiciones antenatales desde el punto de vista
físico, pero no existe ningún otro tipo de acompañamiento. El resultado de este
factor son infidelidades, baja autoestima de la mujer, estrés, angustia en familia,
pérdida de comunicación entre la pareja y la creencia cultural de que los hijos
acaban con la pareja.