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Introducción - Espíritu, Persona y Sociedad (G. Mead)
Introducción - Espíritu, Persona y Sociedad (G. Mead)
ciencia 9. Se lo menciona para mostrar que el conductlsmo de Mead como en la Sección 11. Pare-cería que la referencia es siempre a una etapa posterior
del acto. En apariencia, la posición es que originariamente es así. y sólo secunda-
no reduce el mundo experimentado a movimientos de nervios Y riamente se hace referencia a las cosas hasta el punto en que se ven complicadas
músculos, aun cuando insista en que los caracteres de este ~undo "n el proceso social y adquieren significación por mediación de éste. En la Sec-
ción 7 habla de- la referencia en relación "con uno u otro objeto dentro del campo
del comportamiento social". Esta interpretación guarda armonía con su opinión
9 Es claro que esta concepción ataca las base~ individualistas de la epistemo· de que los objetos físicos están aislados, dentro de un proceso social, de los objetos
logía tradicionalmente concebida. Véase The Phdosophy of the Act, Parte I. sociales. Hace comprensibles los varios pasJjes confusos en que la significación es
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sentido puede decirse que los gestos tienen significados, a saber, gado .a la etapa de genuino lenguaje, en lugar de comunicación in~
significan las etapas posteriores del acto que se efectúa y, secunda- consctent~; se puede ahora decir que usa símbolos, y no meramente
riamente, los objetos involucrados: el puño cerrado significa el que reacciOne ante signos: ha adquirido un espíritu.
golpe, Ia mano extendida significa el objeto que se trata de t9nur. Al buscar gestos capaces de convertirse en símbolos significantes,
Tales significados no son subjetivos, ni privados, ni mentales, sino y, de tal modo, capaces de transformar al individuo biológico en un
que están objetivamente presentes en la situación social. organismo con e~pí~it~, Mea~ descubre el gesto vocal. Ningún otro
Ello no obstante, este tipo de comunicación no es lenguaje pro- gesto afecta al mdtvtduo rntsrno tan similarmente cómo afecta
piamente dicho; los significados no están todavía "en el espíritu"; otros. Nos oímos hablar corno nos oyen otros, pero no vernos rrues~
Ios individuos biológicos no son aún personas conscientemente co- tras expresiones faciales, ni, normalmente, vigilarnos nuestras accio-
municantes. Para que estos res¡Jtados se den, los símbolos o gestos nes .. Para Me~d, el gesto vocal es la verdadera fuente del lenguaje
tienen que convertirse en símbolos o gestos significantes. El indi- proptamente dtcho y de todas las formas derivativas del simbolismo
viduo tiene que saber qué está haciendo; él mismo, y no simplemente y, así, del espíritu. '
los que reaccionan a él, debe ser capaz de interpretar la significación
El espíritu es la presencia de símbolos significantes en la conducta.
de su propio gesto. En sentido conductista, esto sería como decir Es la ~ub~etivización, d~ntro del individ_uo, del proceso social de
que el individuo biológico debe poder despertar en sí la reacción
comuntcactón .en que surge el significado. Es la capacidad para indi-
que su gesto provoca en el otro, y luego utilizar dicha reacción del
carse a u~o .m1srno la reacción (y objetos involucrados) que el gestO'
otro para el control de su propia conducta posterior. Tales gestos de uno mdtca a otros, y la capacidad de fiscalizar la reacción en
son símbolos significantes. Gracias a su empleo, el individuo "adop-
eso~ té~minos .. El gesto significante, él mismo parte de ·un proceso
ta el papel del otro" para la regulación de su propia conducta.
socta~, 1~t~rnahza y pone :1 disposición de los individuos biológicos
El hombre es esencialmente el animal adoptador de papeles. La pro-
1~. stgntftcados que han. su~~ido en las primeras etapas, no sig-
vocación de la misma reacción en la persona y en el otro proporciona ntftcarttes, de la cornumcae1on de gestos. En ·lugar de comen-
el contenido común necesario para la comunidad del significado. zar· ~on los espíritus individuales y llegar hasta la sociedad, Mead
Corno ejemplo de símbolo significante, Mead emplea la ten-
empteza con un proceso social objetivo y trabaja hada adentro, me-
dencia a gritar: "¡Fuego!" cuando se ve humo en un teatro ates-
diante la internalización del proceso de comunicación social en el indi-
tado. La emisión inmediata del sonido sería simplemente parte del
acto iniciado, y, en el mejor de los casos, un símbolo no signifi- viduo, por vías del gesto vocal. El individuo, entonces, se ha incor-
cante. Pero cuando la tendencia a gritar "¡Fuego!" afecta al indi- porado. el acto social. El espíritu sigue siendo social; incluso en el
viduo corno afecta a los otros, y es controlada en términos de tales fuero mterno así de.,anollado, el pénsarniento continúa gracias
efectos, entonces el gesto vocal se ha convertido en un símbolo a q~e u~o asume los pa~les de otros y regula su comportamiento
significante; el individuo tiene conciencia 12 de lo que hace; ha lle- en termmos de tal asunctón de papeles. Puesto que la aislación de
la cosa física depende para Mead de la capacidad para adoptar ·el
identificada en ocasiones con la reacción del segundo individuo al gesto del prime- papel del otro, y puesto que el pensamiento en cuanto a tales objetos
ro, en otras etapas posteriores del acto del cual el gesto forma parte.~ Y en otras,
por fin, con objetos referidos. Una afirmación de 1924, en el sentido de que la supone adoptar sus papeles, incluso la reflexión del hombre de
significación "es la presencia de la reacción del otro tn el animal que da el símbolo",
debe ser calificada reconociendo que, en la exposición de Mead, el "otro" puede ciencia acerca de la ~aturaleza física es un proceso social, aunque
llegar a ser, con el tiempo, el objeto físico. "El mecanismo de poner contenido en los objetos en que se piensa no sean ya sociales u.
el objeto es el del simbolismo; las cosas que representan una etapa posterior del
acto operan en la primera etapa; el acto definitivo de clavar un clavo es para nos-
otros la significación del martillo. Las significaciones de las cosas son resultantes ~es ?istincion~s ~~aplicables al término "espíritu". Espíritu, en cuanto p~esenda
que controlan el acto actual, fines del acto presentes en el proceso en marcha" e. B1mbolos stgntftcaates, no es idéntico a experiencia en general ni a experiencia
(1927). pnvada.
12 Este empleo de la conciencia debe ser distinguido de lo que denota el campo el13 Las cosas fís'teas son ob Jetos
· ·
myo¡ucrados en el acto social, objetos cuyos
de la ("experiencia") dada, y del tercer uso, que lo hace sinónimo de privado en \,P
3 es podemos adoptar pero que no XJieden, a su vez, adoptar nuestros papeles
t e~se A ppartado 23; tambié.n, The Philosophy of the Present, Ensayo Suplemen~
11
cuanto distinto de la experiencia social. En el uso actual. "Somos conscientes cuando
lo que vamos a hacer controla lo que estamos haciendo" (1924). ·Las mismas ano , arte II; The Phtlosophy of the Act, Parte II.
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para ser un objeto para sí mismo. El mecanismo mediante el cual
No todos los animales que se comunican en el plano de la con- esto es posible desde un punto de vista conductísta, es descubierto
versación de gestos llegan al nivel del símbolo significante. En ver- en la adopción de papeles involucrada en el símbolo del lenguaje.
dad, Mead cree, claramente, que ningún animal, salvo el hombre, En el grado en que uno puede adoptar el papel de otro, puede, por
ha efectuado la transición de impulso a racionalidad, aunque, así decirlo, mirarse a sí mismo (reaccionar ante sí) desde esa pers-
por lo general, agrega a esta afirmación la limitación de que no pectiva, y de tal modo convertirse en un objeto para sí propio. Y así,
se dispone de pruebas que sugieran lo contrarío. Aparentemente, una vez más, sólo en el proceso social pueden surgir las personas, en
adopta la posición de que sólo el organismo h~m~~o tiene la co~s cuanto que distintas de organismos biológicos -personas en calidad
trucción neurológica necesaria para el símbolo s1gmftcante. Las aftr- de ser~s que se han hecho conscientes de sí.
maciones neurológícas de Mead son hechas, con frecuencia, en Lo social no es tampoco simplemente el proceso de adquirir con-
términos congeniales con las formas más antiguas y estáticas de con- ciencia de la propia persona; la persona de la que uno cobra concien-
ductismo en términos de cantidad -de células nerviosas, de posibles cia de ese modo, es social en forma, aunque no siempre en contenido.
combinaciones de células, de ruptura y reasociación de elementos de Mead acentúa dos etapas en el desarrollo de la persona: las etapas del
antiguas asociaciones antes que en términos de las concepciones análo- juego y el deporte. En el juego, el niño adopta, simplemente, un
gas m,ás dinámicas que se puede encontrar en C~íld, Las~ley, Kéihler Y papel tras otro de personas y animales que de un modo u otro han
Pavlov. Sin embargo, sus puntos básicos son mdepend1entes de estos entrado en su vida. Ahí se ve, escrito claramente, por decirlo así, la
cambios de las categorías biológicas. Al analizar las condiciones neu- adopción de actitudes de otros mediante la autoestimulación del
rológicas del símbolo significante, subraya, por una parte, la im- . gesto vocal, en tanto que en la vida posterior tales actitudes apare-
portancia de la corteza cerebral, y, por la otra, lo que él llam~ la cen más abr~víadas y son más difíciles de descubrir. En el deporte,
dimensión temporal del sistema nervioso humano -la capae1dad empero, uno se ha convertido, digámoslo así, en todos los otros
para que un acto que se desarrolla lentamente sea controlado en su involucrados en la actividad común -tiene que tener dentro de su
desarrollo por los actos que él mismo inicia. Entiendo que todo con- persona toda la actividad organizada, a fin de representar exitosa-
trol "por el futuro" descansa sobre la posibilidad de semejante con- mente su propio papel. Aquí la persona no ha adoptado simple-
ducta. Presumiblemente, son la corteza cerebral humana (cuyo 1ugar mente el papel de un otro específico, sino el de cualquier otro que
en los más altos reflejos ha sido puesto en claro abundantemente por partícipe en la actividad común; ha generaJízado la actitud de adop-
los reflexólogos) y la dimensión temporal del sistema nervioso (que ción de papeles. Según uno de los más felices términos y uno de
permite la físc\lízación del gesto en términos de las consecuencias de ·los más fértiles conceptos de Mead, ha adoptado la actitud o el
efectuarlo) las que permiten sólo al animal humano pasar del plano papel clel "otro generalizado" 14 •
de la conversación de gestos al del símbolo del lenguaje significante, Ahora bien, todas las actitudes de otros, organizadas e incorpo-
y la ausencia de ellas es lo que impide a los pájaros parlantes hablar radas a la persona de uno -por específicas o generalizadas que pue-
realmente. Estas dos características, unidas al lugar que ocupa la dan ser-, constituyen el "mí". Si esto fuese todo lo que hay en la
mano humana en la aíslacíón del objeto físico, son, supuestamente, persona, la explicación sería extrema y uniLlteral, no dejaría lugar
las bases orgánicas. que determinan las diferenciaciones biológicas para la actividad creativa y reconstructiva; la persona no reflejaría
entre el hombre y los animales. la estructura social, sino que no sería otra cosa que reflejo. La
14 _ En el énfa~is que pc;me ~n Jos conceptos de adopción de papeles y del otro
V gene~rahzado, ¡Jodna muy btm. ser que Mead hubiese sido influido por la escuela
asoClacwmsta _mglesa_ Tambten en é~t~. el problema era descubrir los medios por
La misma mediación del lenguaje es la que, en esta teoría, hace los :ua!es el mdtv.tduo adopta la postcwn del grupo, juzga sus propios impulsos,
sancwna sus propws llltereses en términos de bienestar social y hasta llega a con-
posible la apuíción de la persona. .En. ~erdad, la person.a, el espír.itu, vcrllr la dtcha de otros en objeto de sus propios deseos_ Hume buscó el mecanismo
"la conciencia de" y el símbolo s1gmftcante son, en Clerto sent1do, en la simpatía, Adam Smith lo elaboró en la idea de los ~~ntímimtos mor;\les, en
tanto que Mili y. Bain busc,1ban el mconismo en la doctrina de la asociación de
precipitados juntos. Mead encuentra que la caract~rístíca distin,t~va td~as.
15 Me parece que los artículos de T. V. Smith, simp~ticos pero crlticos, ]jste no es lugar adecuado para ocuparse de la multiplicidad de
olvidan el lugar que el individuo biológico .~cupa en. la teona. de la persona de ideas que Mead entreteje en su esquema general; ni de las consecuen-
Mead. Dzbido a tales artículos, no me parec10 necesano tratar ciertos .~spectos. del
pensamiento de Mead: "The Social Philosophy of George Herbert ~ead • Amerrcan cias para la educación, la psicopatología y la lingüística; ni de la for~
Journa( of Socio/ogy, XXXVII (1931). págs. 368;385;. Georgr Herbert ma en que su filosofía ensambla en su psicología social. Pero, como
Mead and the Philosophy of Philantropy", Social S~rvtce Revtew, VI (193 2~.'
págs. 37-54; "The Religíous Bearings of a Secular Mmd:, George ~!rbert Me,ad • ilustración de la fertilidad de sus ideas básicas, no puedo dejar de
Journal of Re/iqion, XII (1932), págs.. 200-213. yease. tamb1en rl art1culo mencionar dos puntos relacionados: la teoría de los universales y el
"George Herbert Mead" en la Encyclopaed1a of the So~ta! S~.~ences,, X, ,Pigs. 241;
24 2; Van Meter Ames, "George H. Mead, An Apprectatlon , U mvemty of Ch•- concepto del otro generalizado. La cuestión no es aquí estrechamente
cago Magazine, XXIII (1930-31), pág. 370. , . · .
16 El problema espíritu-cuerpo o cuerpo-espmtu 1!S naturalment-e n:pltcado planos superiores, así subsiste el individuo biológico, aun cuando se haya organizado
en términos del contraste entre el individuo biológico y la persona. Asl co.mo los en una persona. La psícologi.r ancmn-al revda mucho de lo relacionado con el fracaso
primeros niveles del proceso social subsisten después de que se han obtentdo los para integrar ade.cuadammte esas fases básicas de la personalidad.
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filosófica, sino que se refiere a la posibilidad de hacer justicia, desde que es el gesto puede ser considerado como el universal bajo el cual
un punto de vista pragmático, empírico y relativista, a los factores caen o en el cual participan como particulares los objetos estímulos;
de estructura, estabilidad y universalidad. Las ciencias matemáticas en tanto que la universalidad de los objetos es el carácter que poseen
y físicas han dado prominencia a dichos factores, en tanto que las en común de servir de estímulos para el acto. Al hacer que la uni-
ciencias biológicas y sociales posdarwinianas han concedido eminen- versalidad sea relativa al acto, se la pone dentro de la esfera de
cia a las categorías de cambio y progreso. Sería una señal. de imper- una ciencia y filosofía empíricas. Lo único que se niega en este
fección del empirismo moderno el que no hiciese más que volver tratamiento es la necesidad de hipostasiar tales universales, y de
a yuxtaponer una filosofía del Devenir junto a las filosofías d~l Ser, plantear, así, la antítesis de 6er y Devenir, que ha demostrado ser
imitando el impasse que frenó al pensamiento griego. fatal desde Platón hasta Whitehead.
Con frecuencia se áfirma que el pragmatista debe ser un nomina- Un segundo elemento en el tratamiento de la universalidad es
lista y que no puede hacer justicia al hecho de la universalidad. En el factor social. El otro generalizado, en términos de la explicación
realidad, el pragmatista es el que más cerca está, en este punto, del que acabamos de ofrecer, puede ser considerado como la universali-
conceptualismo medieval. El nominalismo surge sólo cuando el sím- zación del proceso de adopción de papeles: el otro generalizado es
bolo es un simple particular, representante indiferente de una can- cualquiera y todos los otros que hacen la función de particulares, o
tidad de otros particulares. En rigor, empero, el símbolo signifi- que podrían hacerla, en comparación con la actitud de adopción de
cante, como gesto, no es arbitrario, sino que es siempre una fase de papeles del proceso cooperativo que se desarrolla. Contemplado desde
un acto, y de tal modo participa de cualquier universalidad que el el punto de vista del acto, el otro generalizado es el acto de adopción
acto posea. Como lo vió Charles Peirce - y Ockham mucho antes--, de papeles en su universalidad.
la universalidad está estrechamente vinculada con el hábito. Un acto En el grado en que lo que el individuo hace o dice es entendible,
es universal porque muchos objetos o aspectos de objetos pueden aceptable, o cierto para cualesquiera otros individuos involucra-
servir como estímulos adecuados: cualquier objeto que clave un clavo dos en una actividad común (y sin actividad común no habría
es un martillo; cualquier objeto en que uno pueda sentarse es un comunidad de ,significación), en ese grado lo que es hecho o dicho
asiento. Ahora bien, las palabras "martillo" y "asiento", como tiene un nuevo tipo de universalidad: universalidad social. Tal uni-
universales, son segmentos de las actitudes involucradas, y no par- versalidad es, en un sentido del término, un sinónimo de objetividad.
ticulares aislados; las repeticiones individuales de palabras, como Para el positivista es el más importante tipo de objetividad -algu-
un acto específico de martillear o sentarse, son ejemplos (réplicas, nos dirían que el único tipo posible. El individuo trasciende de lo
según los términos de Peirce) de la universalidad de la actitud. La que se da a él sólo cuando, por medio de la comunicación, descubre
idea o el concepto, como universales, residen en la actitud. Los con- que su experiencia es compartida por otros, es decir, que su expe-
ceptos denotan cualesquiera objetos que llenen las exigencias del acto, riencia y las experiencias de los otros se agrupan bajo el mismo uni-
es decir, cualquier objeto que tenga las características adecuadas para versal (en el primer sentido de este término). Donde los particulares
servir como estímulo para el acto a realizarse. De tal modo, la uni- o los ejemplos de este universal se agrupan dent~o de distintas pers-
versalidad no es una entidad, sino una relación funcional de simbo- . pectivas experienciales, la universalidad ha tomado dimensiones so-
lización entre una serie de gestos y una serie de objetos cuyos miem- ciales. El individuo, por decirlo así, se ha salido de su limitado
bros individuales son "ejemplos" del universal. mundo, adoptando los papeles de otros, recibiendo la seguridad,
Esta posición, elaborada un tanto más allá de las breves refe- por medio de la comunicación empíricamente fundada y probada, de
rencias de Mead, es, esencialmente, un relativismo objetivo en rela- que en todos esos casos el mundo presenta el mismo aspecto. Cuando
ción con los universales. Así como los objetos tienen para Mead tal cosa se consigue, la experiencia es social, común, compartida;
colores y valores en ciertas situaciones que involucran organismos, sólo en .comparación con ese mundo común puede el individuo dis-
así los objetos tienen el carácter de universalidad en relación con tinguir su propia experiencia privada.
un acto capaz de ser promovido por varios oh jetos o aspectos En su aspecto 'TIÍnimo, la ciencia es el registro, en forma verba.,.
de objetos. En semejante situación, el acto o segmento del acto lizada, de los aspectos más universales de semejante mundo común.
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los impulsos tiene carácter o valor estético. Por medio de un objeto
de tal carácter, uno goza "la recuperación del sentido del resultado cisa de formular la ruptura de las alternativas de egoísmo y altruís-
total a partir de lo parcial", "saboreando el fin que está moldean- mo, de afirmación de sí mismo y abnegación, de lo que generalmente
do" 21 • El artista juega con actitudes, despertando en sí. gracias permite el bagaje psicológico de los éticos.
al empleo de ese medio, los aspectos emocionales de una acti- Dicho en términos éticos, Mead insiste en que, en el acto moral,
tud que su trabajo, en distintos grados, comunica a otros provo- el motivo para la acción es el impulso mismo, en cuanto dirigido
cando en ellos esa actitud. En el grado e.n que esto se logra, la hacia un fin social. Una persona social tiene impulsos sociales que
exaltación estética es la fusión del "yo" y el "mí", hecha posible por exigen expresión, y tan imperativamente como -cualquier otro im-
el oh jeto. Mead creía, sin 'elaborar sus opiniones en detalle, que su pulso. Para Mead, los fines morales son fines sociales: en primer
versión de la psicología ,conductista proporciona un.:i fructífera base lugar, porque la única norma para impulsos que los impulsos hacen
para la teoría estética. posible reside en la respuesta acerca de si el impulso en cuestión se
El valor estético, por así decirlo, es un presente consumatorio alimenta o muere de su propia satisfacción, y de si expande y armo-
ofrecido a la persona por la naturaleza o por el artista; la tarea de niza o limita y derrota a otros impulsos; y, segundo, porque la
la vida moral consiste en crear, por medio del· esfuerzo reflexivo, persona, como ser social, debe preocuparse, por dentro y por fuera,
una similar integración de impulsos en et plano de las personas in- por una armonía social de los impulsos.
teractuantes 22 • De esto se sigue que la tarea moral es la observancia de todos
· En sus lineamientos esenciales, la teoría ética de Mead es la mis- los valores residentes en las situaciones particulares de la vida 23 , y el
ma que la de Oewey, pero el ángulo de enfoque, a través de la psico- trato reflexivo con tales valores, en un esfuerzo para permitir el
logía social de la persona, confiere a la concepción un nuevo relieve. máximo de satisfacción y expansión -el máximo de armonía diná-
Siendo social, no existe problema psicológico en cuanto a cómo mica- a los impulsos en, cuestión. La acción moral es acción inte-
puede la persona tomar a otros en cuenta. en su actividad reflexiva, ligente, socialmente dirigida, en la que uno actúa teniendo en cuenta
así como no existe' el problema de superar el hedonismo en una opi- ~l interés de otros tanto como el propio. No hay un llam;ido de los
nión que toma como su unidad básica un acto dirigido sobre objetos. intereses a la razón, sino un llamado de los intereses aislados al sis-
La persona, tal como está constituída por sus impulsos, busca los • tema de iQ.tereses sociales en que está involucrada la conducta
objetos que permiten la consumación de los impulsos. Como social, de uno. Tal, como yo lo entiendo, es el meollo de la teoría ética
en el grado en que la persona ha incorporado las actitudes de otros de Mead y, por lo tanto, del pragmatismo. El acto correcto, en
en sí misma, mediante el proceso del lenguaje, se ha convertido en relación con la situación, es, sin embargo, objetivo y universal
los otros, y los valores de los otros son los suyos propios; en el porque exige el asentimiento de todos los seres racionales. Lo co-
grado en que la persona adopta el papel del otro generalizado, sus rrecto no es ni un capricho subjetivo ni una esencia situada fuera
valores son los valores del proceso social mismo. Lá huída episte- <le! tiempo; st universalidad es una universalidad social.
mológica del embrollo egocént:rico, mediante la consecución de un Tal punto de vista hace que la vida moral· sea una vida más
ego que incluye los puntos de vista de otros, es análoga en la teoría esforzada y activa. Sostenida por fines sociales y alimentada por
del valor a la consecución de una persona que incluye en sí los va- todos los conocimientos que la ciencia puede proporcionar, la mora-
lores de otros. Esta libre construcción de lo que involucran las lidad exige, empero, la creatividad del "yo", de la persona que es
afirmaciones de Mead demuestra la fertilidad del ángulo de enfoque más que un "mí". Y Mead ve el ideal social en una sociedad de
del campo del valor. Por cierto que proporciona una forma más pr:- tales personas. Esta sociedad no tendría por meta el mero mante-
21 "The Nature of Aesthetic Experience", Inremarional Jo urna( of Erhics,
nimiento y consecución de cualquier serie de valores existentes o
XXXVI (19 26), págs. 3 85. 3 8 7. autoritariamente definidos - a esto Mead lo llama la filosofía au-
22 Una serie de notas de 19 26 expresa la cuestión de esta forma: "El objeto
estético detiene a la vida en un punto. Es como si uno cobrase la póliza de seguro
de vida. El objeto ético es la organización de la vida de modo de alcanzar la más
alta consumación. Paga la prima de su seguro de vida". 2 3 Mead destaca la situación particular, no la vaga noción utilitarista de "socie-
dad en general".
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Alcanza a de la perspectiva particular del observador Si el espado lo permitiese, sería interesante ánalizar otros inte
cuando descubre lo que es común a muchos observadores, e ideal rrogantes planteados por la concepción del otro generalizado. ¿Hasta
mente a todos. Mead demuestra, en su penetrante análisis de la psi punto, por ejemplo, depende la diferencia entre pla.tonistas y
cología social de la rel�tividad física ( que de ese modo se convierte relativistas del grado en que uno adopte el papel del otro genera
en un ejemplo de su teoría general de la adopción de papeles) que lizado? La extensión del proceso de adopción de papeles hacia fas
la invariación buscada y presumiblemente encontrada reside en la cosas físicas, ¿puede permitir que uno trascienda a
"'"''"'n'"tVU de una fórmula que sea cierta para el mundo, cualquiera los observadores humanos, hasta el punto de pasar significativamente
que el de observación. "Independencia de experiencia" del positivismo social, que en ocasiones Mead parece considerar como
y "verdad universal" pueden querer decir más que "independiente el límite de la metafísica con sentido 18, a un realismo filosófico? llJ.
de cualquier experiencia particular" y "cierto para todas las obser ¡Qué conexión tiene la doctrina de Mead, cuando se la uné al con
vacíones", pero no pueden querer decir 'menos. cepto de la experiencia social, con la naturaleza de la verdad y el
Existen distintos grados de tal universalidad social. Si bien no conocimiento? ¿Hasta qué punto proporciona el otro generalizadó
está ausente en la moral y la estética, es más amplia en la ciencia, y el equivalente psicológico del concepto histórico de Dios, y del
está en proporción con un grado de formalismo posible. La estruc Absoluto de los idealistas, y lo mismo en cuanto al contraste de
tura relacional del mundo revela la más grande universalidad; la Realidad y Apariencia? Aquí sólo es posible plantear estos interro
matemática y la lógica son simplemente resultados finales de la bús gantes, y quizás esta digresión y expansión del pensamiento de Mead
queda de invariación estructural. En cuanto mínimos denomina haya sido injusta para ciertos lectores. Se los ha planteado a fin de"
dores comunes del mundo del raciocinio, y por lo tanto de la acción demostrar la potencia de la psicología social de Mead para el enfoque
y del mundo del que se habla, son, digámoslo así, comunes a todos de problemas que el pragmatismo no ha analizado suficientemente
los seres Si bien el propio Mead no amplía sus ocasionales y en los que los críticos han sido más justicieros al descubrir lagunas.
referencias a la lógica, su explicación. ,contiene, en forma implícita,
los gérmenes de una teoría de la lógica y una filosofía de las maté
.mátkas. VII
Cuando se advierta que la universalidad social es potencialmente
extensible hada el pasado y hacia el futuro, podrá verse que el ángulo Mead, en común con todos los pragmatistas desde James, sus
de ataque de Mead es compatible con el reconocimiento de que, en tentaba una interesante teoría del valor: que es bueno lo que satis�
relación con los actos cooperativos más generales, existen caracterís face un interés o impulso 20• Pero una vez más, la declaración de
ticas del mundo altamente invariantes. Los aspectos emergentes y Mead en este sentido está hecha en términos relativistas objetivos:
temporalistas de la posición pragmática no están de punta con cual el vilor es el carácter de un objeto en cuanto a su capacidad de
quier constancia que revele realmente el mundo tal cómo es experi satisfacer un interés -no reside ní en el objeto solo ni en un estado
mentado, ni con ningún formalismo que la lógica y las matemáticas emocional del sujeto, Sin embargo, los intereses o los impulsos cho·
logren alcanzar. El pragmatismo sólo quiere evitar cualquier fana can, y así surge el problema de la norma de valor y la necesidad
tismo en estas cuestiones. Aconseja cordura en cuanto a los principios de evaluación.
mutuos de s�r 'Y devenir, al señalar qúe la universalidad empírica El objeto estético agrupa los impulsos de tono emocional en un
es un cará�ter de las cosas en comparación con el acto, ya sea indivi todo armonioso; el objeto capaz de estimular y agrupar de tal modo
dual o social. Y, como tal. es una cuestión de más o menos, t}O de 18 Vfase especialmente las págs. 117 y 118 de The Philosophy of the Present.
todo o nada 17• 19 Esta cuestión es analizada en mi artículo "Pragmatism and Metaphysics",
Philosophical Review, 1934.
20 En ocasiones Mead habla del valor "como el carácter futuro de un objeto,
. 17 Esta explicación del universal en términos funcionales concede a Mead la en el grado en que determina la acción de uno con respecto a éste". Aquí sólo se
pósición de un Aristóteles posdarwiniano -un Aristóteles liberado. por el creci hace referencia a su emp!e-o axíológico. Este volumen puede ser complementado con
miento de la biología misma, de las· imperfecciones del platonismo. Mead fué la lectura del análisis más completo que Mead hace dd valor en The Philosnphy
durante toda su vida un estudioso de Aristóteles. of the Act.
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gustiniana de la historia. Pot el contrario, la filosofía de la historia el individuo "se realiza a sí mismo en otros mediante lo que hace
de esa sociedad sería tan experimental como el método experimental como peculiar de él". La sociedad democrática no deja lugar para
mismo. Se preocuparía de la técnica de rehacer valores por medio la superioridad de clase o la posesión o el poder como tal: debe
de la reinterpretación de la situación en términos de los mejores valorar profundamente las superioridades y enorgullecerse de la
conocimientos disponibles, y esa técnica, en apariencia, no podría superioridad que surge de la ejecución de las diversas funciones so~
ser sino la moralídad misma. ciales.
Semejante sociedad de seres morales parecería ser la versión de Lo que rige para los individuos, rige aquí también para las
Mead del ideal democrá_rico. Si bien un universo emergente no naciones. Mead es un internacionalista, puesto que la actitud social
puede garantizar futuro alguno, Mead cree que los órganos e insti- que describe no puede detenerse, teóricamente, ante nada que no
tuciones de la vida humana -lenguaje, religión, el proceso econó- sea la identificación consciente, con la sociedad, del hombre como
mico- extienden, en rigor, el proceso mismo de adopción de papeles y su participación en dicha ·sociedad. Constantemente se refiere a
que ellos involucran. La actitud religiosa, basada en la pauta de la Liga de las Naciones como a un intento de los pueblos para lo-
ayuda mutua en las relaciones familiares 24 , y la actitud económica de grar la sociedad más amplia de la que ellos mismos se sienten
ofrecer a otros algún exceso en cambio de lo que uno mismo nece- pero en la que aún no están en condiciones de ingresar en
sita, son potencialmente universales, y e1 lenguaje puede extenderse términos de Un papel funcional -y, por lo tanto, todavÍa S( ';~n
tan lejos como se extienda la actividad común. En este sentido, la obligados a afirmarse en términos de poder~ Las naciones no han
capacidad para adoptar el papel del otro en mayor grado, por una aprendido aún a adoptar el papel del otro y a participar consciente
cantidad cada vez mayor de gente, parecería avanzar en dirección y moralmente en los más amplios procesos sociales a los que en
del ideal democrático, siempre que las personas se convirtieran en están dedicados. En analogía con el individuo, hs naciones
personas morales 25 • Semejante democracia, como lo ve Mead clara- se encuentran todavía en el plano del individuo biológico; no han
mente, no tiene una indeseable tendencia niveladora, ni concede logrado aún la personalidad moral; su "yo" no actúa todavía en
premios a la mediocridad. Antes bien, es compatible con grandes un escenario preparado por un "mí" internacionaL Así como dentro
diferencias de capacidad y contribución. La legítima inferencia de de cada grupo social se concede una prima a la contribución de la
.Ja democracia es que cada cual debe realizarse a sí mismo por medio persona funcionalmente diferenciada, del mismo modo este inter-
de la participación moral en un proceso cooperativo. Idealmente, nacionalismo no exige la obliteración de las naciones, sino, más .
bien, su autoafirmación en el plano moral de las personas sociales.
24 El caráct<r místico de la experiencia religiosa lo encuentra Mead en la ex- La exposición de Mead hace justicia a los factores de la inicia-
tensión de la~ actitudes sociales hacia el universo en general. Es sorprendente que tiva individual y de la preocupación social. Une orgánicamente,
Mead no sug1era expresamente- en ninguna parte la conexión existente entre las con-
cepciones personalistas d~ Dios y el concepto del otro generalízado. dentro de la nación y entre naciones, los principios del individua.-
2 5 En el sentido no q¡oral del término "social", las guerras, la discordia y la
lismo y del socialismo, la actitud del precursor y la nota de la
desorganización son tan sociales como sus opuestos. El hecho de que Mead no sub-
r~yara la cuestión de que el problema consiste en lograr personas morales, y no fraternidad de los hombres, que, juntas, caracterizan a Ia demo-
s~mplemente personas sociales, da en ocasiones la impresión de confianza nada crí- cracia.
tica tn el futuro desarrollo de la sociedad humana, aunque en otras oportunidades·
se muestre suficientemente sensible a los aspectos socialmente quebrantadores de la ¿Resplandor del alba o. del ocaso? Si el ideal democrático se
conducta (véase especialmente la Sección 3 9). El énfasis que el pragmatista pone dirige hacia su realización, George H. Mead, juntamente con John
sobre la educación es el corolario lógico de su teoría ética: la educación debe pro-
porcionar la técnica por medio de la cual las personas morales -personas inteli- Dewey, habrá sido uno de sus principales voceros filosófi~os, un
g<ntes y socializadas-- se desarrollarán. Los trabajos de Mead sobre educación Wa!t Whitman en el reino del pensamiento; si fuerzas de derecha
subrayan cinco puntos: 1) la importancia de la escuela en lo referente a propor-
cionar signific.aciones comunes, herramientas lingüísticas comunes; 2) el lugar que o de izquierda hacen imposible esa realización, Mead habrá ayu-
oc~pa la ciencia en el programa de estudios; 3) la necesidad de actividades manipu-
la uvas, que respondan al sentido de la realidad en las fases de contacto del ácto • dado a e,scribir su epitafio.
4) la significación del juego, como proporcionador del material para la adopció~ Cualquiera que fuere el destino del ideal democrático, las ideas.
de lo~ papeles de otros, papeles con los cuales se construye la persona; 5) el deber
q1;1e tiene l.a ~scue!a de construir personas morales. Para los títulos de los trabajos. extraordinariamente fértiles de George H. Mead, no sólo han llevado
vease la b1bhografía.
48 GEORGE H. MEAD