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Derechos Humanos: sus huellas en el tiempo

Una experiencia de trabajo en derechos humanos


y salud mental en una zona rural del sur de Chile
Víctor Espinoza Cuevas • Paz Rojas Baeza • María Luisa Ortiz Rojas

CODEPU - DIT -T

Indice

• Prefacio
Ilse Schimpf-Herken

• Un documento que
dejará huellas
humanizadoras
Luis Weinstein

• Presentación

• LA REALIDAD
DETRÁS DE LA
REALIDAD:

Antecedentes
metodológicos
e históricos
Realidad de
los derechos I
Realidad de
los derechos II

• UNA HISTORIA
INCONCLUSA:

Los crímenes
y la impunidad

• INTENTANDO RE-
ESTABLECER
CONFIANZAS:

El trabajo
comunitario
en Neltume
DERECHOS HUMANOS: SUS HUELLAS EN EL
TIEMPO
Una experiencia de trabajo en derechos humanos y salud mental
en una zona rural del sur de Chile.
Víctor Espinoza Cuevas
Paz Rojas Baeza
María Luisa Ortiz Rojas

Serie Verdad y Justicia

Volumen 8 - CODEPU

VERDAD y JUSTICIA es una Serie de Investigaciones que la Corporación de Promoción y


Defensa de los Derechos del Pueblo (CODEPU), a través de su Equipo de Salud Mental de
Denuncia, Investigación y Tratamiento del Torturado y su Núcleo Familiar DIT-T, y del Equipo de
Documentación e Investigación, publica con la finalidad de contribuir al esclarecimiento respecto de
las violaciones de los derechos humanos ocurridas en Chile durante el periodo dictatorial (1975-
1990).

Coordinadora Responsable: Dra. Paz Rojas Baeza

El presente trabajo y su publicación ha sido posible gracias al apoyo de Acción Mundial Solidario
(ASW) - Alemania

CODEPU
ISBN: 956-7599-27-0
Inscripción Nº 111.417
Santiago de Chile, septiembre de 1999.

Autorizada la reproducción total o parcial citando la fuente.

Diseño y producción: DUO Diseño y Comunicación


Impreso en: LOM Ediciones

Dedicamos estos trabajos a los familiares de las víctimas de las violaciones a los derechos
humanos del Complejo Forestal y Maderero Panguipulli.

Lo dedicamos también a la comunidad de Neltume.

A nuestra amiga Annette von Schönfeld, miembro de ASW

Y, muy especialmente, a todos aquellos que durante diez años trabajaron en terreno: José Araya
Cornejo; Soledad Valenzuela; Víctor Hugo Venegas Giacomozzi; Marie Cristhine Berghezan; Pierre
Cardyn; Myriam Cabezas; Patricia Barceló Amado; Jaime Soto Navarro; Karina Salgado; Verónica
Bernales; Aldo Reveco; Cecilia Barrientes y Marianela Zapata.
Prefacio

Desde el año 1988 la organización no gubernamental alemana Acción Mundo Solidario


(Aktionsgemeinschaft Solidarische Weit / ASW) tiene un intercambio estrecho con grupos de
Derechos Humanos en África del Sur, India, Brasil, Perú, Bolivia y Chile. Hemos tenido un diálogo
con el equipo de Salud Mental de CODEPU (DIT-T) en todos estos años y hemos aprendido mucho
de los colegas a través de su trabajo de recuperación de la memoria colectiva en diferentes partes
de Chile. Sus libros Chile. Recuerdos de la Guerra Valdivia Neltume - Chihuío -
Liquiñe y Labradores de la Esperanza. La Región del Maule han sido una orientación y fuente de
información para los encuentros de derechos humanos en Alemania.

En Chile como en muchos otros países con un pasado dictatorial, el camino hacia la democracia es
un hacer camino entre las realidades vividas de las víctimas y la justicia negociada. Por un lado,
están las víctimas del sistema del terror pasado y los familiares de los muertos y desaparecidos,
que exigen la verdad para poder volver a integrarse en la sociedad de donde fueron excluidos por
la tortura y por la violación de los derechos humanos. Por el otro lado, existe el sistema judicial y
las instituciones estatales que tienen fuertes lazos con el pasado. Por no haber sacado a las viejas
élites del poder, el re-establecimiento de la justicia post-dictatorial no se logra, los acuerdos son
muchas veces resultados chantajeados o como dijo el primer presidente de la Concertación,
Patricio Aylwin. justicia en la medida de lo posible. Esto reproduce cada vez y cada día dolor a las
víctimas. El concepto predominante de justicia post-dictatorial representa una negación de la
injusticia en el pasado e implica, muchas veces, una falta de reconocimiento de la conciencia de lo
injusto en el presente. De esta manera no pueden establecerse las bases éticas y democráticas en
las generaciones jóvenes.

Es allí donde la política debería entrar, es allí donde se desarrolla o no un nuevo fundamento para
una democracia participativa o un proceso negociado sin bases, ni en la normatividad cotidiana, ni
en el sistema legal establecido. Es en el diálogo con la política de los gobiernos de la Concertación
donde deberían hacerse los caminos, para que las víctimas no sean siempre víctimas de nuevo,
para que se juzgue a los culpables y se cree una memoria colectiva de lo ocurrido bajo el régimen
dictatorial. Es en la superación de la contradicción entre el deseo de saber la verdad de las
víctimas y el reconocimiento activo y amplio del sistema judicial que se puede sanear el dolor y
desarrollar los valores para que la violación de los derechos humanos no vuelva a ocurrir. Una
sociedad que niega y silencia la culpa queda con el miedo del pasado en el presente, y de esta
manera, sigue vigente el sistema dictatorial.

En todos estos años concordamos plenamente en este análisis con CODEPU. No es solamente la
culpa lo que frena a las personas en su participación activa; es también la vergüenza, el miedo de
ser cuestionado en su actuar en el pasado. ¿No se pudo hacer nada Papá?, esta pregunta la
hicimos en los años 60 a nuestros padres en Alemania, y es esta misma pregunta que brota en
Chile hoy en día por todos los lados. Gracias al trabajo jurídico, terapéutico y de investigación
social de CODEPU existe el conocimiento del actuar de los victimarios y de la historia vivida de
ciudadanos que fueron asesinados o silenciados por la tortura sufrida. Una vez más agradecemos
a las víctimas y a sus familiares las informaciones auténticas que nos ofrecen, a través de sus
relatos testimoniales, la historia desde una perspectiva humana. Las entrevistas realizadas por el
equipo de CODEPU muestran que el sistema de terror dejó en las personas trastornos profundos,
huellas que dominarán las relaciones humanas por muchos años.

Cuando se creó la idea para este libro en Alemania, sentimos una gran falla en el análisis del
funcionamiento del sistema neoliberal y sus secuelas. Observamos en grupos Tercermundistas la
crisis mundial de endeudamiento y la política de los planes de reajustes estructurales del Fondo
Monetario Internacional, FMI, como un cajón sin salida. Nos preguntábamos, si acaso no existe
una estrecha relación entre la violencia ejercida por las dictaduras en muchos países de
Latinoamérica y África y la imposición del sistema económico neoliberal. Fue esta preocupación de
entender más la lógica del sistema dominante, donde nos encontrábamos con los colegas en Chile.
Ellos ya habían trabajado durante años en programas de salud y de educación, y habían realizado
investigaciones en relación a la memoria histórica. Gracias a esta búsqueda en común, para
entender mejor el funcionamiento de la violencia, como también las formas de exclusión en el
sistema neoliberal, que se creó el concepto para este libro.

Serán los lectores, en definitiva, los que decidirán si se logró hacer una lectura sobre la violación
de los Derechos Humanos en la cotidianidad, así como nosotros para no quedarnos en ideas
generales hemos querido verlos a través de las vivencias de las personas mismas, en este caso,
los habitantes del pueblo de Neltume del Sur de Chile.

En un análisis sectorial se comprueba paso por paso la ejecución de la violencia y su repercuden


en la realidad actual de estos pueblos, se analiza la violación del derecho al trabajo, a la seguridad
social, al medio ambiente, a la educación, etc. De esta manera se reconstruye un contexto
sociopolítico vulnerable, una sociedad sin esperanza.

En el segundo capítulo del libro se logra descifrar las secuelas de la violencia en la mente y el
actuar de las personas hoy en día, 25 años más tarde de la represión sufrida, y se discute la
consecuencia de un trabajo de salud mental para la creación de una memoria histórica colectiva.

Al final se analiza la repercusión que tiene este pasado vivido en el quehacer pedagógico actual,
por ejemplo, en un programa de salud comunitaria. En una evaluación autoreflexiva muy sensible
se relatan y se cuestionan los significados y límites de una intervención pedagógica.

Es en el conjunto de los diferentes acercamientos de este libro que nace una visión de la realidad
del pueblo de Neltume y su gente, un pueblo pequeño y muy alejado... como hay tantos en este
mundo. Gracias a los tres autores como a las personas entrevistadas, podemos ver y entender
desde muy adentro como el terror no solamente traumatiza, sino que deja sus secuelas en el
actuar cotidiano de las personas por mucho tiempo.

Conocer y reconocer esto en Europa nos ayuda también en nuestro trabajo por la paz y los
derechos humanos. No son las bombas en el Kosovo, ni la ingeniería social impuesta en todos los
países del ex-bloque de Europa Oriental que crean las bases para una sociedad más humana, sino
el reconocimiento de los diferentes conceptos más amplios de Derechos Humanos. Para este
trabajo de concientización y de memoria colectiva la experiencia chilena enseña mucho, no
solamente a su propio pueblo, sino también para la autoreflexión en Europa. Debido a la distancia,
logramos entender la violencia en las estructuras propias. Por esto, este libro viene en el momento
justo. Gracias a los tres autores.

Ilse Schimpf-Herken
Berlín, 15 de septiembre de 1999.

UN DOCUMENTO QUE DEJARÁ HUELLAS HUMANIZADORAS


Con la presentación sobria y rigurosa de un documento informativo, Víctor Espinoza, Paz Rojas y
María Luisa Ortiz elaboran y comunican, con gran empatía, una orientación antropológica y ética,
expresión a la vez, de las bases de una propuesta de múltiples alcances susceptible, con el
potencial, de contribuir a la tarea universal de animar, de reencantar el quehacer socio político de
inspiración emancipadora humanista.

Ellos son parte del CODEPU, entidad de reconocida trayectoria en la defensa de los Derechos del
Pueblo, de las mayorías postergadas, comprometida en la lucha por la vigencia de dos valores
básicos para el desarrollo humano, la verdad y la justicia.

En las páginas que siguen se aúnan las voces de campesinos de Neltume e integrantes del
Complejo Forestal y Maderero Panguipulli con las reflexiones y el visible impacto emocional
experimentado por los autores.
Se trata de un trabajo de integridad moral, de alcances transdisciplinarios, arduo, sistemático,
nutrido por una evidente experiencia de vida comprometida y de formación en lo psicosocial. Hay
una aproximación empática y a la vez reflexiva, toda una ecología de la acción, centrada en el
encuentro y el relato de los participantes de un largo período histórico desde "los tiempos de los
patrones" a la actualidad de la vida bajo una democracia de baja intensidad, pasando por los
cambios buscados, no del todo afianzados, en la reforma agraria y la Unidad Popular, sufriendo las
inequidades de las torturas, fusilamientos, desaparición de detenidos, acentuación de la pobreza,
imperio de la desconfianza y el miedo del período más trágico de la historia nacional.

Mientras leo, imagino lo ocurrido, me impacto, necesito releer... me corresponde conversar con un
grupo de líderes juveniles poblacionales, provenientes de distintos lugares del país, asociados a un
proyecto de enlazar diversos programas de educación comunitaria en una red educativa, una
multidiversidad, apoyada en la idea fuerza de la construcción de un referente orientador para el
trabajo en pos de una sociedad democrática, participativa, en armonía con la naturaleza.

Mientras escucho los testimonios de dolor, desconcierto y voluntad de cambio, voy sintiendo en mí
las huellas, el efecto alentador, una especie de mensaje último de la investigación-acción de Víctor,
Paz y María Luisa. La historia no se detiene. Es el momento de ensanchar nuestro imaginario. De
integrar, de respetar, de aprender de los campesinos precordilleranos. reprimidos desde siempre,
excluidos hasta de las denuncias sobre lo que ocurrió en la dictadura. Quien puede lo más, con
razón puede lo menos, dice el dictum jurídico clásico. Si los jóvenes de Curanilahue o Colina, si yo
mismo... integramos plenamente al otro, empezando por estos compañeros aislados, abrumados,
por la desconfianza, víctimas de una injusticia silenciada, de una verdad desconocida, negada...
por allí va la unidad profunda... el cambio asumido desde un referente que empieza a ser
compartido, el de los Derechos Humanos, de todos los humanos.

Lo particular y lo universal, Neltume y los Derechos Humanos. No la retórica de los Derechos


Humanos, su aplicación vivida, su vigencia como una utopía concreta guiando la lucha por la
dignidad, por la verdad y por la justicia. Sí, esta lectura ya empezó a fortalecerme, a darme esa
energía que surge cuando se encuentran las prácticas del día a día con un eje referencial
integrado de valores, ideas y afectos. La salud del ser éticamente "íntegro" con la mirada de la
salud "integrada".

Nos encontramos ante un verdadero "instrumento" de humanización, valga la paradoja. Es el


testimonio de una investigación-acción, de un trabajo de equipo, abierto y a la vez disciplinado,
donde, saludablemente, se conjugan las interacciones con personas y familias, con los grupos, las
instituciones y la comunidad, se dan relaciones de complementación entre la empatía y la
paciencia, la reflexión, y la flexibilidad operativa, se aúnan aproximaciones propias de la educación
popular, la psicología comunitaria, la medicina general, la psiquiatría de inspiración dinámica y
social, el análisis de contexto y el de contenidos de entrevistas individuales, la historia y su
contraste con el presente, todo modulado, inspirado, por una propuesta cuyo meollo es ético y
antropológico, cuya matriz comunicacional son los Derechos Humanos y los pronunciamientos de
los organismos internacionales a su respecto.

No hay duda, los autores forman parte de una minoría activa, emergente, presente en todos los
continentes, que, desde una diversidad de problemáticas, quehaceres y propuestas van articulando
el enfrentamiento del drama de los desposeídos y discriminados con una visión y un compromiso
con el ser humano y su dignidad. El equipo da cuenta de la verdad y de la justicia como
necesidades profundas, específicamente humanas, merecedoras del derecho esencial al respeto a
la dignidad humana.

"Derechos del pueblo" "derechos humanos" "verdad y justicia"dignidad humana"..., expresiones


que el documento encarna en la tierra firme del conocimiento directo, vivencia!, de la confianza del
otro ganada en base a coherencia y perseverancia, abriendo caminos frente al silencio y el recelo
provenientes de la opresión y la discriminación de siglos, unidas en la memoria histórica a los años
de torturas y delaciones, de fusilamientos y de desapariciones de personas detenidas.
Recuperación del valor de los conceptos, de la realidad de la actitud solidaria, ajenas a la retórica
con que el orden reinante, el del individualismo y la trivialización, confunde la globalización del
capitalismo tardío con la libertad, la democracia y el humanismo sin discriminaciones.

El trabajo de este equipo del CODEPU nos interpela, amplía nuestro imaginario, muestra la
debilidad de los cambios experimentados al terminar la dictadura y seguir afianzándose la matriz
económica buscada a través del Golpe Militar y el terror subsecuente. Culmina, a mi juicio, con la
nota de esperanza de los niños entusiasmados por la ecología, de la comunidad empezando a
pensar en la falta de viabilidad de una economía sustentada en la tala de los bosques. De la
capacidad de testimoniar, como lo implícito en este trabajo, de convertirse en contribuyentes, en
gérmenes, de una nueva conciencia política apoyada en los referentes de los derechos humanos y
de la salud integral, de la dignidad humana.

Luis Weinstein
Santiago de Chile, octubre de 1999.

PRESENTACION

Neltume es un pequeño y aislado poblado que se encuentra ubicado en medio de la cordillera, al


sur del país. En el imaginario de la población nacional se reconoce su existencia sólo como
correlato de un lugar mítico donde existió una guerrilla durante el gobierno del Presidente Salvador
Allende. Esto, porque se sostuvo profusamente a través de los medios de
(1)
comunicación opositores al gobierno popular, que Neltume era una zona copada e invadida por
fuertes y multitudinarios destacamentos guerrilleros.

Ello explica en parte que la brutal y cobarde violencia desatada con el Golpe Militar se haya
intensificado -según testimonios de los sobrevivientes y lugareños- a límites extremos,
configurando un cuadro de horror, ensañamiento y crueldad inimaginables.

Una vez aniquilado al "enemigo interno" que, contrariamente a lo expresado por la prensa
reaccionaria y golpista, resultaron ser los obreros agrícolas de la zona junto a profesionales y
técnicos agrarios y dirigentes indefensos que formaban parte de las fuerzas sociales y políticas del
gobierno de la Unidad Popular, se implemento en la localidad todo un sistema de marginación y
hostigamiento en contra de toda la población a priori estigmatizada, pero especialmente en contra
de los familiares de las víctimas.

La violencia política y el terrorismo de Estado que se implantaron durante el transcurso de la


dictadura militar, se utilizó sistemáticamente como forma de amedrentamiento a la población y
como un persistente castigo en contra de cualquier vestigio opositor. Esta historia de violencia
inédita en el país afectó de sobremanera a las localidades rurales aisladas donde se multiplicaron
sus efectos, porque había a nivel nacional una política de Estado que la imponía y toda una
institucionalidad que la amparaba y la permitía.

La decisión de iniciar un trabajo en los lugares mismos, donde las violaciones se habían cometido
y seguían cometiéndose, se tomó en 1988, durante la dictadura militar y se extendió por 8 años.
Durante éstos se realizó el plebiscito para decidir la continuidad o no del régimen encabezado por
Augusto Pinochet. Un año más tarde se efectuó la elección presidencial, dándose inicio -en marzo
de 1990- al período de transición a la democracia. Una de las primeras medidas del gobierno de
Patricio Aylwin fue la creación de la Comisión Nacional de Verdad y Reconciliación. Esta Comisión
fue mandatada para investigar sólo las graves violaciones a los derechos humanos como "las
situaciones de detenidos desaparecidos, ejecutados y torturados con resultado de muerte, en que
aparezca comprometida la responsabilidad moral del Estado".

Un año más tarde dicha Comisión entregó al país su Informe, en él se reconoce oficialmente que
en Chile se cometieron graves, masivas y sistemáticas violaciones a los derechos humanos y
proponía medidas reparatorias para las víctimas y sus familiares. Sin embargo, un gran número de
víctimas quedó al margen de este reconocimiento, al ser declarados "casos sin convicción".

Esta situación obligó a que un tiempo después se creara la Corporación Nacional de Reparación y
Reconciliación, la que debía continuar calificando la calidad de víctimas de los casos sin convicción
y de otros nuevos casos que fueran presentados. Debía además, implementar algunas de las
medidas de reparación que se habían propuesto.

Con ello se pretendió cerrar el problema de las violaciones a los derechos humanos ocurridas en el
país.

Como profesionales que habíamos trabajado y analizado día a día los innumerables factores
traumáticos producidos desde el poder, por una dictadura que había utilizado principalmente el
Terrorismo de Estado para gobernar y cuyo término se alcanzaría fundamentalmente a través de
negociaciones, teníamos la certeza que en nuestro país, en el período de transición que se
avecinaba, no se conocería toda la verdad de lo sucedido y que seguramente habría poco o nada
de justicia. No nos equivocamos.

Al inicio, luego de años de marginación, con las familias de las víctimas investigamos y
reconstruimos lo ocurrido, al tiempo que otorgábamos asistencia social, médica, psicológica y
jurídica; más tarde las acompañamos para presentar sus casos ante la Comisión de Verdad y
Reconciliación. Un hito importante en este proceso fue la publicación en 1992 del libro "Chile.
Recuerdos de la Guerra. Valdivia Neltume-Chihuío-Liquiñe", en él se reconstituye la historia de la
región y la forma en sucedieron los hechos, se recupera la imagen y dignidad de las víctimas y se
señala a los responsables de los crímenes.

El convivir y compartir la realidad, nos permitió acercamos a la interioridad misma de sus traumas
pasados y presentes.

Pasos de intervención multidisciplinaria de investigación, tratamiento, asistencia, denuncia,


educación y trabajo comunitario, a veces simultáneos, unidos al proceso de conceptualización y
elaboración progresiva en derechos humanos, son los pilares sobre los cuales se apoyan las
reflexiones que aquí presentamos. Por su complejidad y temática sin límites, que no cuenta con
marcos referenciales previos, ni elaboraciones teóricas específicas en el campo de la
psicopatología del trauma interhumano, ni en muchas ramas de las ciencias sociales, nos hemos
limitado a relatar los hechos tal como los fuimos percibiendo, analizando y reflexionado al
transcurrir este proceso, con sus propios protagonistas.

Los historiadores, los políticos, los periodistas, escribirán e interpretarán lo sucedido en Chile
desde el 11 de septiembre de 1973, nosotros queremos hacerlo, desde la realidad de lo sucedido,
relatado y vivenciado por las personas mismas que han vivido este trauma humano y/o por los
grupos de trabajo que han tratado de intervenir en estos hechos, con el objeto de superarlos a
través del establecimiento de la verdad y la justicia.

En nuestro quehacer confió la organización alemana "Acción Solidaria Mundial" ASW, quién en
diciembre de 1998, nos alentó a comunicar la experiencia, poniendo énfasis en el análisis de la
interrelación establecida entre la realidad y la integralidad de los derechos humanos.

Presentamos ahora estos textos, que profundizan los procesos vividos por las personas y la
comunidad de Neltume. Estamos seguros que ellos simbolizan lo sucedido en varias regiones del
mundo y muy especialmente, en los pequeños poblados de América Latina que han sido sometidos
a la violencia ancestral y a la derivada del terrorismo de Estado de las dictaduras militares de la
región.

Nos asiste el deseo que estos trabajos sean una forma de apropiación de la memoria colectiva, un
afán de superar la impunidad y señalen un camino.
Los autores
Santiago, octubre de 1999.

Notas:

1. Por la histórica ideologización del país. en Chile los medios de comunicación son más bien actores sociales que fuentes de
información. Ellos, fuertemente centralizados por los grupos de poder económico, han acostumbrado a manipular y acomodar la
verdad de los hechos.

LA REALIDAD DETRÁS DE LA REALIDAD:

LA REALIDAD DETRÁS DE LA REALIDAD

(*)
Víctor Espinoza Cuevas

Antecedentes metodológicos

A partir de una descripción del nivel de realización de los derechos económicos, sociales y
culturales en la comunidad, este trabajo da a conocer las transformaciones económicas, sociales y
culturales que han experimentado los habitantes de Neltume a lo largo de su historia. Se elaborará
no tanto de un análisis de datos, sino que desde la reconstrucción de la historia tal como la
perciben, la tienen internalizada y la evocan sus propios habitantes.

Para ello, se ha formado una matriz que surge del núcleo irreductible de estos derechos,
establecido como tal en la Declaración Universal: derecho al trabajo y los derechos derivados del
trabajo; la seguridad social; derecho al descanso, vacaciones pagadas, disfrute del tiempo libre; a
un nivel de vida adecuada; a la educación; y la protección de la familia.

De los derechos civiles y políticos, incluiremos el derecho a la participación social por la


importancia que puede alcanzar para la vigencia de los derechos económicos, sociales y
culturales. En efecto, tal derecho es el que puede generar las condiciones más propicias para el
desarrollo humano, ya que una real participación social/ciudadana -especialmente en las actuales
democracias- podría ofrecer algún grado de garantía para una mayor realización del conjunto de
los derechos humanos.

Esperamos además, que este trabajo aporte al proceso de incorporar a la cultura la existencia de
estos derechos como parte integrante del desarrollo humano, lo que asimismo debiera conducir a
incluirlos en nuevas y futuras demandas de la sociedad civil frente al Estado.

Esta cuestión urge en un país donde los derechos humanos son percibidos por la sociedad en una
concepción restringida sólo a la defensa de la vida y la demanda por verdad y justicia, por el
significado que tuvieron durante la dictadura.

La principal fuente consultada han sido entrevistas que se realizaron a un grupo representativo de
habitantes -hombres y mujeres, jóvenes, adultos y ancianos- de Neltume, en el marco de la
(1)
intervención comunitaria desarrollada por CODEPU. Se consultaron además otros documentos
recopilados y elaborados en el curso de estos años de trabajo.

Hay que tener presente que el material de las entrevistas es una muestra sesgada de la historia de
Neltume, especialmente en lo que se refiere a sus épocas de rebelión. Los actores líderes y
dirigentes del período de la Unidad Popular, en su totalidad, ya no viven en la zona. Los que no
fueron asesinados, después de pasar por las cárceles fueron exiliados. En la década del 50, los
dirigentes sindicales también fueron perseguidos, encarcelados y/o expulsados del lugar.
En Chile no existe aún una investigación histórica de Neltume ni del Complejo Forestal y Maderero
Panguipulli. De hecho, hay pocas investigaciones históricas del campesinado chileno. Por eso que
esta reconstitución debe ser comprendida como una forma de continuidad de la tradición
campesina, que a través del relato oral trasmite de generación en generación su propia historia.

Este trabajo está recuperando entonces, una parte de la historia de un país tal como la perciben, la
recuerdan y la denuncian, con penas, alegrías y rabias, sus habitantes.

Los relatos de las primeras épocas del fundo de Neltume (años 38-50) son, en general,
narraciones de ancianos que llegaron a trabajar en aquellos tiempos. Sus recuerdos y evocaciones
contienen ciertas imprecisiones -en particular, cuando indican fechas- que el trabajo reproduce,
puesto que no existe documentación que permita corregirlas.

El relato histórico que fundamenta el nivel de realización de cada derecho trabajado no alcanza a
constituir un análisis a partir de verificadores de los derechos económicos, sociales y culturales tal
como debiera ser. Sin embargo los relatos presentados son producto de un proceso de
participación de la comunidad; ella es quien entrega la información y cuenta su historia de vida en
relación a cada derecho.

Por eso que estas historia dan cuenta de la magnitud de la desprotección y vulnerabilidad en que
se encuentran al inicio del siglo XXI el conjunto de los derechos de una comunidad, en cualquier
dimensión que estos se consideren.

Por último, cada relato histórico que acompaña a cada derecho reseña un proceso que está
periodizado en cuatro grandes momentos: época de los patrones (años 1938-68); época de la toma
de los fundos y de la Unidad Popular (1968-73); el Golpe Militar (1973/90); y retorno a la
democracia (1990-en adelante).

Esta periodización de la historia de la comunidad de Neltume no la hemos construido nosotros,


tampoco está inducida por la forma de las entrevistas o por la manera de preguntar, sino que
sospechamos, se produce por el uso de un recurso nemotécnico común que ordena
recurrentemente los relatos de sus habitantes. Son ellos los que siempre cuentan, de este modo y
no de otro, su propia historia.

Una aproximación conceptual a los derechos económicos, sociales y culturales

Desde un punto de vista formal los derechos humanos son un conjunto de normas internacionales
aprobadas por los Estados que, en base al reconocimiento de la dignidad humana, se proponen
como finalidad alcanzar mayores niveles de realización de libertad, justicia y paz en el mundo.

Desde el 10 de diciembre de 1948, la Organización de Naciones Unidas les otorgó a estos


derechos fundamentales un reconocimiento jurídico internacional al aprobar la Declaración
Universal de Derechos Humanos.

Uno de los rasgos distintivos del Sistema Internacional de Derechos Humanos y de sus diversos
Instrumentos Internacionales es que intentan proteger a las personas de la acción de los Estados,
estableciendo reglas de convivencia entre los Estados y los pueblos, mediante la dictación de los
derechos de las personas y las obligaciones y restricciones que los Estados deben respetar ante
sus ciudadanos.

Desde sus orígenes la Doctrina Internacional de Derechos Humanos ha ligado, indisolublemente,


los derechos civiles y políticos a los derechos económicos, sociales y culturales. En el preámbulo
(2)
de la Carta junto con reafirmar "la fe en los derechos fundamentales del hombre, en la dignidad y
valor de la persona humana, en la igualdad de los derechos de hombres y mujeres y de las
naciones grandes y pequeñas..." resuelve "promover el progreso social y a elevar el nivel de vida
dentro de un concepto más amplio de libertad". La Declaración Universal, su preámbulo, también
reitera el compromiso de "promover el progreso social... y elevar el nivel de vida dentro de un
concepto más amplio de libertad". En su articulo 22 establece el derecho de toda persona a"...
obtener, mediante el esfuerzo nacional y la cooperación internacional, habida cuenta de la
organización y los recursos de cada Estado, la satisfacción de los derechos económicos, sociales y
culturales, indispensables a su dignidad y al libre desarrollo de su personalidad".

Posteriormente, otros instrumentos internacionales han venido desarrollando, especificando,


enriqueciendo y ampliando la conceptualización en torno a los derechos económicos, sociales y
culturales. Los presentan como "demandas o exigencias a las que se debe someter la autoridad en
la orientación y el contenido de las decisiones de gobierno.-.responden a los valores de la igualdad
y la solidaridad...la razón de ser de derechos tales como al trabajo, la educación, la salud, la
(3)
vivienda es una razón igualitaria".

Además, la Doctrina Internacional de Derechos Humanos ha invalidado todas las políticas de


desarrollo que impliquen imponer un "modelo" sin participación ciudadana y sin satisfacción de las
necesidades materiales y no materiales para el conjunto social. De este modo, los derechos
económicos, sociales y culturales son un mínimo ético de exigencias para las políticas y las
concepciones de desarrollo que se implementan en la práctica, también lo son, para la salvaguarda
y promoción de la dignidad y libertad de toda persona, y para la creación de condiciones sociales,
económicas y culturales que contribuyan a la superación de las desigualdades al interior de los
pueblos, tanto como a nivel internacional.

Se puede concluir que el nivel de protección que logran los derechos humanos en el conjunto de
una población permite verificar y medir el progreso de la democracia de un país o el grado de
desarrollo que ha alcanzado. En consecuencia, el nivel de realización de los derechos económicos,
sociales y culturales que constatemos en el presente trabajo, permitirá evaluar en muchos sentidos
nuestro sistema democrático y sus grados de equidad, justicia y paz social.

Historia de Neltume

Neltume se encuentra ubicado al sur del país, en la X Región, denominada Región de Los Lagos,
en una zona aislada y de difícil acceso, al interior de la cordillera de los Andes.

Hasta finales del siglo XIX los propietarios de estas tierras eran comunidades originarias mapuche-
huilliche. La zona era un habitat rico en recursos naturales con extensos e impenetrables bosques
nativos. El cronista Aurelio Díaz la caracterizaba en toda su exuberancia:

"Grandes montañas se divisaban a lo lejos... Quilas, canelos, maquis y una variedad de arbustos
ocupan, apretados, los pequeños retazos de tierra que dejan los robles seculares. En otras
montañas todo lo que se ve son coigües de dos a tres metros de diámetro cubiertos alrededor por
tupida enredadera de yedra y de copihue".

Con el proceso de colonización iniciado a principios de siglo, las comunidades mapuche serán
expulsadas de sus tierras legal e ilegalmente. "Los caciques vendían pequeños lotes de terreno no
dándose cuenta que estas ventas significaban su ruina, porque poco a poco los particulares
ensanchaban sus posiciones y se llamaban dueños y señores de fundos enteros, lanzando para
fuera a los indios"

De esta forma se usurpan y privatizan estas tierras; comienzan a cambiar de dueños y en la


década del 30 pasarán a ser propiedad de la familia Echavarri y otros asociados. Ellos serán los
futuros dueños del fundo Neltume de una extensión aproximada de 36.000 hectáreas. Aún
recuerdan algunos habitantes que a fines de los años 30, cuando llegaron al fundo, "esto aquí eran
puros bosques de raulí, eran puras mata de raulí; monte virgen".

La sociedad Echavarri y Bravo inicia en el año 1938 los trabajos de construcción de una moderna
fábrica de terciado, comenzando la explotación industrial del bosque nativo en el lugar. "La
explotación de Neltume se constituyó en una verdadera hazaña, la zona era en aquel entonces un
bosque impenetrable". Para iniciar el proyecto fue necesario la construcción de un camino y
puentes que unían diferentes lugares y permitían cruzar diversos ríos, con el fin de llevar la pesada
y costosa maquinaria para que la fábrica comenzara a producir.

De este modo Neltume se transformó en una zona industrial y fuente de trabajo para la población
rural y urbana del sur de Chile. Hacia el lugar emigró una población especialmente campesina, en
busca de empleo. En los inicios se emplearon como obreros madereros o trabajadores agrícolas
cerca de 500 personas.

Ellos vivirán una continua y extrema historia de violencia y dominación que caracteriza a la historia
de América Latina, en la que millones de hombres y mujeres marginados y explotados no tienen
garantizadas las más mínimas condiciones políticas y civiles, económicas sociales y culturales para
la realización de sus vidas. Para entender el modo cómo se desarrolla la historia de Neltume hay
que tener presente una consideración histórica general que reseñan diversos historiadores
nacionales, al describir el carácter distintivo del mundo rural en Chile. En él resalta el "espíritu
pasivo" del campesinado, que se manifiesta por la ausencia de rebeldía y lo tardío con que
asumieron la cuestión social, producto de que en ellos recayó con mayor fuerza el orden opresivo
(4)
del Estado nacional, lo que anulaba toda posibilidad de revuelta. Este tuvo una doble expresión.
Por una parte, el paternalismo y autoritarismo patronal, respaldado legalmente por el Estado e
ideológicamente por la Iglesia; y, por otra, la aceptación del sistema por los mismos campesinos,
quienes percibían que fuera de la hacienda su situación sería aún más precaria.

Como lo veremos, Neltume corrobora esta caracterización general del campesinado.

Junto a lo anterior, la historia de Neltume tiene en su formación y desarrollo otra peculiar


característica: lo aislado del lugar, la dificultad en el acceso y el tratarse de territorios de propiedad
privada. Ello le significó a esta zona no ser alcanzada por el gradual proceso de integración al
Estado político-administrativo nacional que vivía la sociedad civil desde la segunda mitad del siglo
XX. En consecuencia, el conjunto de los conflictos sociales -privados y públicos- se resolvían
según las normas y criterios discrecionales que establecía el patrón y el sistema de jefatura de la
fábrica.

Los dueños de la tierra y de la fábrica eran también dueños de las casas, los animales y la
(5)
pulpería y decidían sobre la libertad o el encarcelamiento, la vida o la muerte.

En efecto, las instituciones estatales que desde los orígenes de la población de Neltume existieron
eran exclusivamente carabineros, la posta de salud y la escuela. De instalación precaria,
funcionaban de manera irregular y lejos no cubrían las necesidades mínimas de la población.

El orden público y privado estaba normado y regularizado por los jefes y patrones: "Eran empresas
particulares, dueñas de todo, los mismos patrones mandaban a toda la población. Al jefe le decían
'usted va a recorrer la población... y el que estaba con desorden era llamado a la oficina donde lo
amonestaban... Cuando había peleas entre vecinos, el jefe daba cuenta... eran llamados a la
oficina y amenazados con despidos..."

Aunque desde 1945 ya había carabineros, "los carabineros de entonces eran patronales, los
mandaba el patrón. El fisco les pagaba igual, pero las empresas grandes tenían sus carabineros.
Ellos castigaban a la gente si el patrón se los pedía... estaban dentro de la empresa, los terrenos
de retén y sus casas los donaba la empresa. Los carabineros patronales existieron hasta el año
71... si al patrón se le ocurría apresar a alguien por cualquier razón, lo hacía apresar no más".

Los servicios públicos llegaban al lugar por decisión del patrón que algunas veces se conmovía
frente a algún caso de extrema urgencia o necesidad de la población, y decidía entonces trasladar
estos servicios a Neltume. Es el caso, por ejemplo, del Servicio Civil que acudió a legalizar a un
gran número de matrimonios, después de varios años que estos habían sido casados por la iglesia.
Neltume era un sistema económico, de relaciones sociales y de poder político rigurosamente
jerarquizado y estrictamente local. El campesino, sin ninguna protección debía soportar
interminables jornadas de trabajo; y su vida entera estaba sometida a una única autoridad: el
patrón.

Este estado de cosas permanece relativamente inalterable hasta mediados de la década del 60,
cuando a nivel nacional emergen las movilizaciones sociales, en particular las del campesinado
que conducirán, más tarde, a la victoria de la Unidad Popular.

Cuando fue aprobada la ley 16.625, de sindicalización campesina, bajo el gobierno de Eduardo
Frei, en 1967, campesinos y mapuche junto a organizaciones de izquierda y sectores cristianos
inician un intenso proceso de movilización social, centrado en la demanda de recuperación de
tierras. El país presenció durante los años 1967-73 la movilización masiva del campesinado en
defensa de sus intereses, la que no sólo era de carácter reivindicativo sino que también de acción
directa, que se levantaba en el campo a rechazar los siglos de postergación: en 1967 se producen
9 tomas de fundo, en 1968 suben a 26; entre septiembre y diciembre de 1970 se realizan 120
tomas; y el año 1971 hay 1.128 tomas de predios.

Según Gonzalo Martner en su libro "El Gobierno del Presidente Salvador Allende 1970-1973: Una
Evaluación", el plan de desarrollo de la región Valdivia-Osorno se apoyaba en los sectores
agropecuarios y forestales, agregando un esfuerzo manufacturero y turístico. En lo esencial la
estrategia de desarrollo planteaba la necesidad de especificar áreas geográficas de producción,
complementarias e interdependientes entre sí y ligadas por un sistema urbano y de transportes,
que garantizara la comunicación y los intercambios permanentes, junto con los servicios
especializados que otorgaran las ciudades de acuerdo a sus jerarquías.

Es dentro de este plan y de la creciente movilización campesina que se crea y desarrolla el


Complejo Forestal y Maderero Panguipulli Ltda. Gran empresa maderera y forestal, filial de la
Corporación de Fomento de la Producción, CORFO. Su superficie se extendía en las zonas
cordilleranas y precordilleranas de la provincia de Valdivia. Se caracterizó por tener una dirección
colectiva y una gran organización sindical. En el contexto de la efervescencia social, al inicio del
gobierno de la Unidad Popular, los campesinos de la zona precordillerana iniciaron la ocupación de
las tierras. "La primera toma que se realizó fue la de Carranco... en el fundo Carranco trabajaban
alrededor de 70 obreros. Era la cuarta vez que había sido tomado. En 1944 y en 1953 los
(6)
campesinos habían sido desalojados con una violenta represión".

A la toma del fundo Carranco, ocurrida el 26 de noviembre de 1970, llamada "El Grito de Carranco,
le siguieron la toma de otros fundos: Pilmaiquén, Huilo Huilo, Arquilhue y otros.

El 15 de marzo de 1971 se realizó la llamada "Operación Ardillas" que expropió 14 predios de la


cordillera y precordillera de la provincia de Valdivia, a partir de la cual se formó el Complejo
(7)
Forestal, con una superficie de más de 360.000 hectáreas . Por su gran extensión el Complejo
fue dividido en 7 sectores. El sector número 5 estaba conformado por los predios Neltume,
Pilmaiquén y Pirihueico, con una superficie de 60.000 hectáreas aproximadamente. Neltume será
el centro principal del Complejo porque allí se instala su sistema de administración central.

La necesidad de autonomía y rebelión en el caso de Neltume, junto con ser tardía, vino desde
afuera, a través de la llegada al lugar de dirigentes y activistas de partidos políticos de la izquierda
chilena, en momentos en que los sectores obreros y campesinos habían alcanzado su máximo
nivel de organización y accedían al poder político. Durante el período 70-73 Neltume hace suyo el
anhelo de autonomía, organizan la rebelión y se convierten en campesinos-propietarios, con lo cual
ponen fin a una vida de subordinación y dominación que aparecía inexpugnable.

La caída del gobierno de la Unidad Popular marcó el fin de un período político y social en Chile que
desde finales de la década de los 50, con imperfecciones, pugnó por ampliar los espacios de
libertad y justicia social. Las organizaciones populares y muy especialmente las campesinas serán
fuertemente reprimidas y destruidas. Comienza un nuevo período de represión y exclusión del
campesinado.

El 12 de septiembre de 1973 Neltume es copado por las Fuerzas Armadas que realizan un violento
operativo militar. Las casas son allanadas y cientos de personas detenidas, muchas de las cuales
son trasladadas a cárceles de Valdivia y posteriormente serán expulsadas del país. Los principales
dirigentes políticos y sindicales serán asesinados -por resolución de los Consejos de Guerra-
después de ser detenidos y brutalmente torturados.

Simultáneamente la autoridad militar interviene el Complejo. Esta, con amplias atribuciones


reorganizó todo su sistema productivo y de administración. Aprobó, creó, derogó, refundió, disolvió
unidades productivas y estructuras administrativas; modificó los estatutos de la empresa; dispuso
discrecionalmente de todos los cargos para resolver sin consulta sobre quien continuaba o no
trabajando en el Complejo. De igual manera, a lo largo del país, entre el período 73-77 se llevó a
cabo un proceso general de contrareforma agraria-campesina que acabó con todas las conquistas
que había logrado el movimiento campesino nacional.

En Neltume al igual que en todo el país quedan en interdicción todas las libertades fundamentales.
La dictadura militar desarrolla centralizadamente a través del Estado una práctica sistemática de
violación a los derechos humanos; reprime el ejercicio de autodeterminación del pueblo; en el
plano social, instaura un modelo económico concentrador de la riqueza y expoliador de los
derechos económicos, sociales y culturales; en lo individual, los derechos a la vida, a la seguridad
física y psíquica, a vivir en la patria, al debido proceso, a la libertad de reunión y de movimiento, a
la libertad de expresión e información, etcétera, son violados de manera sistemática. Se reduce
significativamente el tamaño y rol del Estado, se privatizan las empresas estatales y se disminuye
drásticamente el gasto público.

Entre los años 1977-80 se implementa y perfecciona definitivamente el neoliberalismo. Se afianza


el nuevo modelo económico de apertura al capitalismo mundial, con predominio del gran capital
financiero internacional. Con ello, la dictadura "terrorista-revolucionaria" -al decir de Tomás
Moulian- refunda la sociedad chilena produciendo profundos cambios institucionales, económicos,
sociales y culturales.

Hacia finales de la década del 80 se habían consolidado las bases que permitirían modificar
radicalmente la organización económica y de explotación tradicional del bosque y la madera,
dándose inicio también a nuevas formas de relaciones laborales y de empleo que se impusieron
con el objeto de garantizar las ventajas comparativas que tentarían a la inversión de capitales
extranjeros.

Con posterioridad a la violenta y brutal represión que se ejerció contra los trabajadores del
Complejo en los días posteriores al Golpe de Estado del 11 de septiembre de 1973, en un proceso
que duró varios años, los fundos Neltume y Carranco fueron devueltos a sus antiguos dueños. Más
tarde la familia Echevarri vendió Neltume a una empresa francesa.

Desde los años 89 en adelante, la población ha comenzado a experimentar mayores espacios de


libertad; pero, aunque han habido mejoras, los cambios no llegan según las expectativas que se
habían hecho. Por el contrario, ven que las cosas en lo económico y social se agravan. Hoy existe
un gran temor: la madera se esta acabando; los bosques ya no existen. Los mismos pobladores
señalan que "la madera se nos está acabando, sólo queda para unos 5 años más y no nos
estamos preocupando de otras actividades. Aquí tendría mucho futuro el turismo, el comercio, por
el hecho del camino internacional, y como que está faltando la infraestructura para todo esto".

No es de extrañar, puesto que en Chile continúa desarrollándose una política neoliberal de


continuismo a la instaurada por la dictadura. Los cambios que se han venido promoviendo son aún
deficitarios respecto a las necesidades y demandas de la mayoría de la población. En general
están muy lejos de garantizar las libertades y los derechos reconocidos nacional e
internacionalmente, tal como lo veremos en el presente trabajo. La propia historia de esta
comunidad hace pensar en un futuro inmediato de poco esplendor y grandes dificultades; ni la
modernidad ni el crecimiento económico sostenido del 6% anual de la última década los alcanza.

Nota de la edición digital: este capitulo ha sido desglosado en tres secciones para facilitar su
lectura y descarga desde internet.

Notas:

1. Cfr. más adelante. María Luisa Ortiz, artículo sobre trabajo comunitario.

2. Carta Internacional de Derechos Humanos reúne los principios y normas fundantes de la Doctrina Internacional de Derechos
Humanos, en los siguientes documentos: La Carta de Naciones Unidas, la Declaración Universal de Derechos Humanos, el Pacto
Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos y su Protocolo
Facultativo.

3. CEPAL - IIDH. La igualdad de los modernos. Reflexiones acerca de la realización de los derechos económicos, sociales y
culturales en América Latina. 1997, pág. 14.

4. Cfr., por ejemplo, Pinto. Julio, y Salazar, Gabriel, et al. Historia Contemporánea de Chile. Vol. II. Actores, identidad y movimientos.
Editorial LOM, Santiago, 1999.

5. Equivale a un gran almacén, de propiedad del patrón o de la empresa, que abastece de todos los productos a la población y en el
que se compraba por sistema de fichas.

6. Revista Punto Final. Del 8 de marzo de 1971. Reportaje "La verdad sobre las guerrillas de Valdivia".

7. Constituida legalmente bajo la ley de desarrollo de zonas fronterizas que propiciaba la integración al desarrollo nacional de zonas
marginadas y la ley 16.640 de reforma agraria. El 17 de octubre de 1971 se formó oficialmente, sus socios fueron la CORFO y la
Forestal Pilpilco. Se extendía con predios de Panguipulli, Valdivia. Lago Ranco, Los Lagos, Río Bueno y Futrono. Se sumaron otras
explotaciones alcanzando su ostensión a una superficie de 420.000 hectáreas (27% de toda la superficie de la provincia de
Valdivia).

Realización y vigencia de los derechos económicos, sociales y culturales en


Neltume

• Derecho al trabajo y a su libre elección

El Derecho Internacional en el artículo 23, Nº 1 de la Declaración Universal de Derechos Humanos


señala que "toda persona tiene derecho al trabajo, a la libre elección de su trabajo, a condiciones
equitativas y satisfactorias de trabajo y a la protección contra el desempleo".

El artículo 6, Nº 1 del Pacto de Derechos Económicos, Sociales y Culturales reconoce que el


derecho a trabajar "comprende el derecho de toda persona de tener la oportunidad de ganarse la
(1)
vida mediante un trabajo libremente escogido o aceptado..".

Este derecho se realiza en la medida que el Estado garantiza la existencia de puestos de trabajo
disponibles para las personas, que puedan ser libremente escogidos o aceptados y que las
faculten para satisfacer sus necesidades básicas.

Los elementos integrantes de este derecho son el derecho a un trabajo libremente escogido o
aceptado y la posibilidad del sujeto trabajador de ganarse la vida a través de él.

El trabajo es la principal actividad humana en la que el hombre se relaciona con otros hombres y
con la naturaleza. Permite a hombres y mujeres realizarse desarrollando sus fuerzas creadoras,
generando bienes o recursos para su sobrevivencia, concretando sus proyectos de sociedad e
integrándose socialmente a compartir tareas comunes con los otros. Es, sin duda, el mayor factor
de estructuración social e influencia cultural entre las diversas culturas y sociedades. En este
(2)
sentido, el trabajo no sólo es fuente de recursos sino que, principalmente, de identidad social. La
realización de este derecho, por excelencia posibilita el acceso al conjunto de los derechos
económicos, sociales y culturales.

Para entender su desarrollo en Neltume hay que tener presente que en sus orígenes, en el año 38,
éste era un fundo de propiedad privada; en su interior se encontraba una empresa industrial
maderera a la que la población de la Región acudía en busca de trabajo. Emigran a la industria
campesinos, indígena y cesantes de las ciudades del sur del país, hombres y mujeres, en busca de
trabajo. El empleo les permitirá mejorar sus condiciones de vida. Al menos eso esperaban. En este
sentido, la población decidía "libremente" someterse a las condiciones laborales de la empresa.

La comunidad se ordena y organiza en función de las decisiones de los dueños. La mantención y


estabilidad del empleo dependía de la aceptación de las condiciones laborales, económicas y
sociales que se imponían. Símbolo de esta condición eran las barreras de control ubicadas a la
entrada del predio, donde no ingresaba nadie sin autorización directa de los patrones y jefes. "En
ese tiempo los Echavarri eran muy mañosos. No aceptaban gente que ellos no conocían".

La gente se empleaba como obreros madereros y los contrataban como obreros agrícolas para
pagarles menos sueldo; cumplían diferentes labores, las que fueran necesarias. El proceso de
producción empezaba en la montaña cortando el bosque nativo con hacha, después con bueyes se
tiraban los pesados troncos a botes y de los botes al camión. Este los trasladaba a la fábrica. Ahí
se elaboraban láminas de terciado, puertas y ventanas, machando, guardapolvo, marcos, peinazo,
etc. La fábrica, en su época, fue un modelo de proceso de industrialización agrícola maderera.
"Cuando vi la fábrica... yo dije 'nunca entraré a trabajar acá'... Era muy linda. Era un lujo, costaba
entrar a trabajar". La fábrica era admirada por todos, "vinieron a verla de otras fábricas de
terciado... destacó afuera por sus maderas. Tenía raulí, tepa, roble, coigüe, lingue, hasta canelo.
Era todo bonito, bien hecho".

La fábrica producía las 24 horas del día. Se trabajaba por turnos. La jornada laboral era dura. "Yo
trabajaba más o menos 12 o 14 horas diarias, y más, cuando apuraba un trabajo. Salíamos a las
siete y media de la tarde, ahí completábamos las 11 horas de trabajo, íbamos a comer a la casa y
después a cargar camiones hasta las dos o tres de la mañana... no nos pagaban horas extras sino
que a contrata, por pulgadas echadas al camión. Todos después de completar la jornada laboral,
trabajaban a trato."

Las faenas de la montaña eran más arduas y las condiciones de trabajo menos reguladas. Siempre
se trabajaban más horas de las convenidas y no se cancelaban horas extras. "Las horas extras no
se conocían; nos hacían trabajar por lo menos desde las 6 de la mañana a las 7 y media de la
tarde. El que no cumplía se despedía, así que obligado no más".

En los primeros años trabajaban muchas mujeres jóvenes y solteras. "Había cualquier cantidad de
niñas trabajando, chiquillas jóvenes revueltas con los hombres. Trabajaban de a dos en las
máquinas con los hombres, noche y día en los distintos turnos". De a poco las fueron echando.
Hacía el año 59 quedaban muy pocas trabajadoras 'los patrones dijeron que con mujeres en la
fábrica había mucho desorden". Otras, después de casarse pasaban a ser dueñas de casa.

Al interior del fundo se ejercía una férrea disciplina para optimizar los niveles de producción. La
empresa, en base a un organigrama ejercía el control total. Los jefes "recorrían la población y al
que estaba en desorden la mandaban a llamar", si no modificaba su conducta el amonestado era
despedido. Estaba prohibido pelear, beber alcohol, pololear y casarse. Se llegaba al extremo de
exigir presencia y cuidado personal en el vestir y la limpieza.

La contratación de personal dependía de la discrecionalidad de los patrones. Se privilegiaba a la


gente joven y soltera. Especialmente "los buenos para el fútbol y las mujeres jóvenes".
Dentro del sistema empresarial los trabajadores no tenían ningún nivel de participación, ni derecho
a opinión, ni de decisión; tampoco se les permitía organizarse. "En aquellos tiempos era difícil
sindicalizarse, los patrones nunca han querido las organizaciones o los sindicatos". Sin embargo
éstos existieron: uno organizó la huelga del 51 y otro, años después, el 68, fue creado al amparo
del máximo ascenso del movimiento obrero-campesino que conducirá a la victoria de la Unidad
Popular. Fueron, a diferente escala, derrotados y violentamente reprimidos.

A su vez, todos los bienes y servicios al interior del territorio del fundo de Neltume eran de
propiedad de los dueños: la tierra, las casas, los animales, los locales de la escuela, de la iglesia,
del retén de carabineros, de la posta de salud, la pulpería. Esta última era el único almacén que
existía y los trabajadores estaban en los hechos obligados a comprar en ella. Las compras se
realizaban por intermedio de un sistema de fichas o vales; se compraban las mercaderías y víveres
del mes y éstos eran directamente descontados de los salarios; salarios que eran miserables:
"...por eso trabajamos como animales, por eso teníamos que tener chacra, por eso después de
pagar la pulpería nos quedábamos sin nada, por eso la huelga, por eso somos pobres".

El sistema organizacional de dominio se complementaba con una serie de regalías hacia los
trabajadores. En calidad de préstamo, las familias tenían un pedazo de tierra para cultivar verduras
y hortalizas y para criar animales. Con la prestación de bueyes y posteriormente de tractores, el
patrón facilitaba la tarea de ralear la tierra. El cultivo, la siembra y la cosecha eran trabajos de la
casa. El patrón entregaba en calidad de préstamo a cada casa una vaca, para la leche. Regalaban
la leña para el fuego y maderas para ampliar las construcciones de las casas.

También celebraban alguna fiesta anual en la que participaba toda la comunidad; el patrón o la
empresa invitaba. Disponía de su avión para trasladar en caso de extrema gravedad a algún
enfermo al hospital. El patrón y los jefes decidían también sobre la vida y la muerte de sus obreros.

Los recuerdos de la época patronal son ambivalentes. Una mayoría de la población evoca, a modo
de tiempo mítico, un pasado paradisiaco de orden, estabilidad, protección y amparo. "No éramos
tan libres, pero teníamos más facilidades"; "cuando los patrones dejaron de trabajar esto se puso
mal, no levantó más cabeza"; "cuando le quitaron a los patrones y vino el desorden de los
políticos... no sé, uno se acostumbró a las cosas ordenadas, lo que se decía se hacia ordenado...
trabajaba cada uno para el patrón"; "antes aquí era lindo. Tenia huerta y podía sembrar... ahora la
empresa no da nunca un pedazo de terreno para que usted vaya a sembrar y en ese tiempo de los
Echavarri le daban el terreno, le prestaban los bueyes, limpiaban el terreno y que sembrara la
gente."

Evocan con aprobación el sistema de la pulpería. "Hacía el 46, les daban vales a la gente. Toda la
gente con sus vales y uno iba a la pulpería y sacaba lo que quería, lo compraba, porque nos
pagaban cada dos meses; cada dos meses le pagaban a la gente, les pagaban todo su sueldo y
seguían en la misma meta dándoles vales; no salíamos a comprar para afuera, comprábamos todo
acá". Hoy si necesitan comprar hay que tener dinero y éste es escaso.

El mejor período del trabajo "fue el de los patrones... yo todavía era niña, pero nunca escuché a mi
papá decir que no tenía trabajo o decirme 'no te puedo comprar zapatos porque este mes no me
alcanza la plata', yo salía a estudiar a colegios particulares pagados... mi papá era administrativo,
estaba en otro nivel".

Al contrario, otros entrevistados acusan a la época patronal como "un período de muchos abusos,
no se respetaba la dignidad de la gente. Los trabajadores no tenían ningún derecho, vivíamos peor
que animales, no se pagaban los sueldos, la asignación familiar nunca la pagó, no había ninguna
libertad, nadie podía decir nada'".

Algunos critican aquella época comparándola directamente con el período de la Unidad Popular: "a
partir del 71, cuando se estatizó Neltume o el Complejo en su totalidad, se redobló el número de
trabajadores, se pagó más sueldo... el programa de Allende era bueno socialmente hablando,
porque el trabajador iba a tener una voz donde hacerse escuchar, se iba a terminar con el abuso, y
se reconocerían sus derechos... pero de eso no pasamos mucho más allá. Antes, en la
administración Echavarri había muchos abusos. Mi papá se mantuvo trabajando sin perder un solo
día de trabajo, su pega era picar leña, pero además trabajaba en lo que le pidieran... culpaban a
una persona de cualquier cosa y lo echaban con carabineros... esos hombres lloraban porque se
sabían inocentes, y los echaban... mucha gente sintió inseguridad en su trabajo porque podía
pasar eso... todos fuimos pobres, pero con mucha dignidad... había mucha injusticia con los
pagos... con las horas extras... el turno era de 12 horas y el que quería trabajar o ganar más tenía
que hacer trabajos extras después de esos turnos, y no siempre los pagaban como correspondía".

El Estado era un Estado ausente. No imponía su rol regulador de las relaciones laborales y de
empleo; tampoco alcanzaba a constituirse en Estado Benefactor que cubriera las necesidades de
seguridad social de la mayoría de la población.

Las descripciones configuran un cuadro clásico de dominación en el país y la región, agudizado al


extremo en la dominación latifundista sobre el campesinado. Cuadro que se pretendió osadamente
transformar durante la breve experiencia histórica del gobierno popular entre los años 1970-1973.

El año 68 en la zona se inició un proceso de auge y fortalecimiento de las organizaciones


sindicales campesinas. Con el advenimiento de la Unidad Popular se expropió y estatizó el fundo
de Neltume el 71 y se crea junto a otros muchos predios también expropiados el Complejo Forestal
y Maderero Panguipulli Ltda.

Para su administración se creó una dirección conjunta de sus distintos estamentos, lo que permitió
a los trabajadores acceder a cargos de dirección y control de la producción de la empresa. Cada
predio nombró a un representante que pasó a formar parte, junto a 3 personas designadas por el
gobierno, del Consejo de Administración del Complejo.

Aunque las condiciones básicas de vida de los trabajadores no cambiaron significativamente, de


suyo este período fue de transformaciones radicales en las relaciones económicas, sociales y
políticas de la población de Neltume. En efecto, hubo cambios en el proceso de sindicalización y la
posterior apropiación de los bienes de producción; en el aumento del 600% de la fuerza laboral en
la localidad; en la participación en la dirección de la empresa; en el compromiso político; en la
mejora de los salarios y el acceso a otros servicios; en la identificación con un proyecto político que
(3)
ilusoriamente establecería nuevas condiciones de igualdad, justicia y paz social.

Las entrevistas así lo manifiestan: "fue un período bueno en lo laboral y lo económico, fue muy
bueno, pero cuando se metió la política se empezó a echar a perder... pero en ese tiempo había
harto trabajo y plata también". O, "me acuerdo que cuando estaba el complejo, el trabajo era
mejor... ahora cortan a la gente el día que quieren".

"En la época de la Unidad Popular aumentamos nuestros ingresos... lo positivo en esa época fue
que ganábamos más plata, mucha plata, pero la desperdiciábamos como nunca, porque si
queríamos íbamos a Panguipulli a tomarnos un refresco, una pilsen... pedíamos un avión... en esos
tiempos nos movilizábamos así... o pagábamos nosotros, un avión particular... íbamos a buscar la
pulpería en bus a Panguipulli... la mandábamos en bus y nosotros volvíamos en avión, en la
noche... total, teníamos plata...Lo normal era que la gente se iba a Panguipulli en bus y se volvía
en avión...Yo en ese tiempo ganaba doce mil quinientos escudos, así que perfectamente podía
pagar un vuelo sin problemas y como lo pagábamos entre cinco nos salía barato".

"En ese tiempo la plata lucia... gastaba 700 en pulpería y me sobraba, ganaba 12.500 escudos,
eso significaba que tenía un buen nivel. La gente era beneficiada con el nuevo sistema de trabajo"
habían más facilidades, si la gente quería madera se la daban si compraba un animalito se lo
daban, así todo a largo plazo... se armaron de su crianza... al final nunca pagaron." Para el
personal administrativo también fue bueno económicamente, "también fue bueno para mí. Mi
marido era administrativo, estaba en otro nivel".
Pero no son pocas las opiniones contrarias. Una, considera que "el peor tiempo que ha tenido
Neltume fue el tiempo del 73, cuando se tomaron los fundos hasta que se organizó el complejo,
porque pasaban años en que no se le pagaba a la gente, los jefes eran gente sin cultura, sin
educación, sin nada, ellos eran como los gerentes, eso fue lo peor de lo peor, no se le pagaba a la
gente... los niños no tenían qué comer, no tenían cuadernos, andaban mal vestidos... mi sueldo no
me alcanzaba para comprar un quintal de harina".

Vino el Golpe militar y se instaló un largo período de conculcaciones de los derechos relacionados
con el trabajo y el empleo.

El cambio fue violento. "El primero que llegó acá como asesor de seguridad de CORFO fue don
Enrique, que por lo menos era más sensato... se hizo cargo de la seguridad de la empresa con
sistemas de vigilancia... y pedía que todos los vigilantes fueran armados... después llegaron otros...
unos loquitos ensayando debajo de los camiones, simulando una situación de combate... se
andaba viendo miristas en todas partes... estos mismos asesores de seguridad que llegaron a
trabajar a CORFO robaron muchas veces materiales, motores de las fábricas, le echaban la culpa
a un trabajador y éste era detenido, interrogado por carabineros y lo mandaban preso... veían a la
gente con un palo de leña en la mano y ya era ladrón... sin embargo, se perdió madera, motores,
herramientas y eran los de seguridad, pero a ellos no se les podía controlar".

Frente a la presencia militar, "la gente se dedicó sólo a ir a su trabajo y volver de su trabajo a la
casa... no se hablaba con nadie... muy poca gente se veía en la calle, en las noches nadie salía"
sólo a los que les tocaba turno a las 10 y andaban con salvoconducto... había toque de queda".

El Complejo Forestal y Maderero Panguipulli quedó en manos del gobierno dictatorial, pasó a
depender de la CORFO. Desde finales del 74 se toman las dos primeras medidas del nuevo
modelo económico y social que se impondrá: bajo el principio que el motor del progreso era la
empresa privada en libre competencia, se permitió la entrada masiva al país de productos
extranjeros con bajas tarifas aduaneras. Y, además, aprovechando las ventajas comparativas se
buscó desarrollar la explotación del bosque nativo, de modo que pudiera competir exitosamente en
los mercados interno y externo.

Las ganancias que generó esta área de la economía originaron el interés de las transnacionales
por invertir en Chile. Primero, extensas zonas del Complejo se arrendaron para la explotación
forestal a empresas transnacionales, en especial de capitales franceses, suizos y japoneses. Hacia
el año 86 las exportaciones del sector alcanzaban al 11% de las exportaciones totales del país. Es
sabido que las altas autoridades de la dictadura utilizaron los bienes nacionales en beneficio
propio. En la prensa de oposición se denunció, el año 1983, a Julio Ponce Lerou Gerente General
de la CORFO (y yerno de Pinochet) por "utilizar el Complejo Panguipulli de 500.000 hectáreas
como si fuera fundo propio, haciendo uso de los medios técnicos, humanos y económicos del
complejo para sus actividades personales relacionadas con el sector forestal y ganadero, que son
(4)
fuertes en el sur del país".

El año 1987 se privatizará bajo la política del "Capitalismo Popular", transformándose en la


Compañía Forestal y Maderera Panguipulli S.A. Los actuales ejecutivos de la empresa declaran
que "el capitalismo popular fue sólo una utopía. Al cabo de tres años quedaron el 30% de los
accionistas iniciales y los lugareños (que habían comprado el 20% de la empresa) optaron por
vender sus partes ya que no tenían acceso a créditos que les permitieran pagar lo que
adeudaban".

A su vez, la parte del Complejo que correspondía a Neltume, después de un proceso judicial que
duró varios años, se devolvió a sus antiguos propietarios quienes más tarde vendieron a
inversionistas franceses. Pasa a ser propiedad de dos empresas: Neltume Carranco y Neltume
BOMASA. La inversión debía entonces, bajo la ley del mercado, recuperarse en base a la sobre
explotación de los recursos naturales.
El modelo basado en los principios del individualismo y la libertad económica, en el aspecto
productivo significó la instauración de un modelo flexible y altamente competitivo en los que los
costos de producción debían reducirse al máximo. En coherencia con ello se establece un sistema
legal que permitía acomodar las relaciones laborales al nuevo modelo socioeconómico y
productivo, promulgando un conjunto de leyes que flexibilizaban las relaciones de trabajo y
debilitaban el movimiento sindical.

El año 1980 se consolida el modelo neoliberal con la dictación del Plan Laboral. Este consistió en
un conjunto de reformas legales referidas a las organizaciones sindicales y a la negociación
colectiva. Estableció el paralelismo sindical, prohibió la negociación colectiva por áreas de
actividad o por comuna, prohibió que las federaciones y confederaciones sindicales pudieran
intervenir en las negociaciones colectivas y limitó las formas de financiamiento a los sindicatos.

En cuanto a la negociación colectiva se estableció que el derecho a huelga no podría ser superior
a 59 días, otorgó el derecho al empleador a contratar trabajadores de reemplazo y prohibió el
derecho a huelga a un amplio sector de trabajadores.

El derecho al trabajo quedaba así absolutamente limitado, toda vez que la ley junto con atomizar a
la organización sindical y debilitar el derecho a huelga, entregaba un conjunto de normas que
liberaban de responsabilidades laborales al empresariado nacional e internacional. Las
posibilidades de defensa de los derechos del trabajador legalmente se habían aniquilados.

Estas maniobras legales, junto a la represión violenta, constituyeron una operación fundamental
para el establecimiento de una nueva era de dominación capitalista en Chile.

Nuevas formas de explotación, tal como lo señala un trabajador era la práctica común. "Cuando
empecé a trabajar era capataz... yo no tengo título... he ganado siempre poco, en principio el
mínimo... después fui forjando mis conocimientos a costa de duro trabajo... después ellos trajeron
un topógrafo y a los días se tuvo que ir... me dijeron que yo lo reemplazara... después echaron al
jefe de transporte y me ordenaron 'hágase cargo de transporte' y recién ahí me aumentaron el
sueldo, pero fue muy poco aumento. El encargado de transporte ganaba mucho más que yo... los
jefes que venían de afuera ganaban una fortuna".

Las mujeres fueron altamente discriminadas en relación al trabajo durante este periodo. Después
del Golpe Militar fueron paulatinamente expulsadas de su trabajo. Luego, durante la crisis
económica del 80 -a modo de subsidio- se abrió una fuente laboral, creándose talleres de costura y
(5)
artesanía del CEMA-Chile: "trabajaba en un taller que se formó por muy poco tiempo... de CEMA
Chile... ganaba un sueldo ahí... pero teníamos que trabajar muchas horas y pagaban muy poquito".
Un 30% de las mujeres en Chile participan del mercado del trabajo. En el caso de Neltume este
porcentaje no supera el 5%. Y enfrentan el conjunto de problemas del empleo femenino, tales
como la inequidad en los salarios y acceso a empleos menos calificados y en sectores de baja
productividad.

Con el objeto de no asumir compromisos legales con sus trabajadores las empresas usaban
contratistas, que a su vez subcontrataban a los trabajadores bajo la figura de "pago por trabajo
hecho", sin obligaciones legales. La opinión negativa de las relaciones laborales y de empleo con
los contratistas es generalizada: "con la llegada de los contratistas aquí la cosa se hecho a perder
mucho... pagaban muy mal. Todavía pagan mal, siempre pagan mal... aseguran que la empresa no
les paga a ellos". "Ha habido casos de contratistas que han quedado debiendo 4, 5 meses a los
trabajadores y se van, y como no tienen contrato no pueden defenderse... aquí en eso no hay
legalidad".

"Los contratistas gastan y gastan cuando están aquí y cuando les paga la empresa no les alcanza
para pagar a los trabajadores... la gente más afectada son los más pobres que se han quedado sin
trabajo en la empresa y recurren al contratista y los rajan trabajando... trabajan con uno, después
con otro y con otro... no ganan buen sueldo, no se los pagan a tiempo o no lo reciben todo o no se
los pagan y punto. Sin contrato qué hace uno".
Con el advenimiento de la democracia, las condiciones de trabajo y empleo no han cambiado,
porque el actual modelo económico ha sido una continuación del modelo impuesto por la dictadura
militar. Aunque han habido modificaciones en su implementación, ésta conserva sus fundamentos
básicos, manteniendo un sistema productivo flexible, alta competitividad fundada en el
individualismo y la libertad de empresa.

La actual legislación laboral, en materias de relaciones colectivas de trabajo, aunque significa un


avance y una mayor protección para los trabajadores respecto a la que regia durante la dictadura,
se inspira en los mismos principios. Sus deficiencias más graves se manifiestan en las normas que
se fijan para el despido. Para despedir a trabajador se deben invocar causales legales de despido,
pero también se puede invocar la causal de "necesidad de la empresa". En los hechos ésta ultima
figura es la que más se utiliza. El despido injustificado no obliga a su posterior nulidad, sino sólo al
pago de una indemnización equivalente a la que corresponde si se invoca la causal de necesidad
de la empresa. Por eso resulta común que a los trabajadores de Carranco o BOMASA se les
despida en base a una "razón técnica que justifica las dificultades de la empresa para continuar
con la explotación, frente a lo cual decide prescindir de sus operarios".

La huelga continua siendo un instrumento ineficaz. Aunque ahora puede ser indefinida en el
tiempo, se mantiene el tratamiento legal a los sindicatos y a la negociación colectiva.

En materia de relaciones individuales de trabajo la ley establece mínimos no negociables, los que
si se comparan con indicadores propuestos por la OIT son extremadamente bajos; los sistemas de
fiscalización y sanciones para velar por el cumplimiento de la legislación laboral son muy limitados
ya que las empresas, utilizando sistemas aparentemente legales, vulneran la intención de la ley
laboral y los derechos de los trabajadores. Según la propia Dirección del Trabajo, existe un
soterrado incumplimiento de la legislación laboral, el 80% de los empleadores no cumple la ley,
especialmente en dos materias claves: la terminación del contrato de trabajo y la protección del
nivel de remuneraciones.

El trabajo en Chile presenta características "de incertidumbre en cuanto a la estabilidad y


permanencia de las relaciones de trabajo; desprotección de los mecanismos de seguridad social;
insuficiencia en sus remuneraciones; inseguridad en cuanto al grado de control y participación en
(6)
la determinación de las condiciones de trabajo y empleo".

En la actualidad, los habitantes de Neltume enfrentan fuertes restricciones y desconocimiento del


derecho al trabajo, especialmente porque se está viviendo un proceso de extinción del bosque
nativo. Sucede entonces que la población que ha vivido durante toda su vida del trabajo de la
explotación maderera de bosque nativo, ve en el presente como se cierra su fuente laboral. A su
vez, la intensificación de los niveles de explotación del bosque, no significó un mejoramiento de la
calidad de vida.

En efecto, la explotación del bosque nativo, por la calidad de su madera, era la que generaba una
fuerte ganancia en el país; no es competitivo ni rentable ni ventajoso comparativamente la
explotación del bosque exótico que, previamente, obliga a reforestar.

Las empresas BOMASA y Carranco han venido despidiendo continuamente a sus trabajadores
desde los años 89-90. "La situación que más me preocupa es la laboral... aquí habernos mucha
gente y muchas familias sin trabajo... y la empresa de al lado también disminuye personal".

Hay que tener presente que el sector forestal, a pesar de aportar sobre un 13% del total de
exportaciones y reunir importantes inversiones en labores extractivas y de transformación básica,
posee un impacto marginal en la generación de un empleo formal. La producción global del sector
entre los años 1987 y 1994 se incrementa en un 73% y las exportaciones por sobre el 130% pero,
la expansión del empleo fue sólo de un 22% en términos absolutos y disminuyó en un 7% con
relación a su participación en el empleo nacional.
En los años 1982-83 la tasa de desempleo superó el 30% de la fuerza de trabajo. En los últimos
años se ubicó en torno a un 6% y se agravó durante 1998-99 por efecto de la llamada crisis
asiática, alcanzando a más del 15%.

El creciente aumento de la cesantía constituye el problema más grave de la población de Neltume,


lo que se ve agravado por la quiebra y cierre de BOMASA durante 1999. "Esta zona vive de la
producción forestal... qué nos va a pasar, porque la materia prima se perdió, se acabó... no sé si
los gobiernos tendrán proyectos aquí para salvar... la mano de obra".

• Derecho a formar sindicatos y otras organizaciones sindicales

En Neltume, desde el año 40 al 96 han habido tres momentos de actividad sindical: el sindicato
que organizó la primera huelga de 1951; el sindicato que se creó a finales del 60 y condujo a la
toma y estatización del fundo; posteriormente, a fines de la dictadura, se crean nuevos sindicatos,
tanto en la empresa Carranco, como BOMASA.

La historia de la sindicalización en la localidad está asociada a periodos de represión. Los patrones


prohibían la actividad sindical y perseguían a los sindicalistas; la dictadura asesinó y/o encarceló a
los dirigentes y, en los hechos, eliminó los sindicatos.

La conculcación histórica de este derecho para los trabajadores agrícolas de Neltume es una de
las razones que explican las precarias condiciones laborales, de empleo y de vida en la localidad.
Da cuenta también de que las condiciones de generación de riquezas para la industria maderera
se podía reproducir sólo en la medida que los trabajadores no tuvieran ningún nivel de
participación ni organización que defendiera sus intereses.

No obstante, la Declaración Universal en el ámbito del derecho al trabajo, en el artículo 23 número


4, establece que "toda persona tiene derecho a fundar sindicatos y a sindicarse para la defensa de
sus intereses". La misma norma se lee en el artículo 22 del Pacto de Derechos Civiles y Políticos y
(7)
en el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, en su artículo 8.

Un entrevistado nos cuenta que luego de la huelga de 1951, "los sindicatos no pudieron continuar
pues los patrones eran Dios y señores, así que cualquier intento de formar sindicato quedaba en la
nada... los intentos por crearlos tenían que ser ocultos... solamente cuando vino una autoridad de
afuera... logró constituirse uno... esto debe haber sido en los años 60 (68, durante el gobierno de
Eduardo Frei Montalva)..., antes a todos los sindicatos los echaron abajo los patrones. En una
oportunidad habían logrado crear uno, pero no faltó alguien que los echara al agua, que contó que
había gente tratando de formar uno... entonces los largaban a todos, los patrones los atrincaban y
para afuera no más".

Otro entrevistado, recordando los tiempos de su llegada al pueblo junto a sus padres campesinos,
el año 1959, cuando tenía 17 años, relata que "decidieron irse a Neltume, pues aquí podían traer a
trabajar incluso a sus hijos... cuando llegamos... aquí nadie reclamaba nada, la gente nada decía,
estaba como resignada luego de la represión de la huelga de 1951, silencio no más... si se alegaba
se le echaban los carabineros...".

Continúa contándonos sobre la imposibilidad en esos tiempos de crear sindicatos y cómo se


prohibía hablar de política. Relata también los modos que usaban para pedir mejoras salariales a
los patrones. "La explotación que había era grande, al no pagarles el trabajo que hacían en sobre
tiempo, y todos en ese tiempo reclamábamos para que nos pagaran las horas extras... nos
poníamos de acuerdo y unos pocos empezábamos a instar a los otros para que habláramos con el
jefe, con el patrón grande y con harto miedo nos juntábamos e íbamos a hablarle, en ese tiempo
no podíamos formar sindicatos, todo era muy controlado".
Los relatos son inequívocos cuando se refieren a la actividad sindical. "El patrón con el sindicato no
quería nada, los patrones nunca han querido las organizaciones. En aquel tiempo uno no se podía
sindicalizar".

Según los instrumentos internacionales, el ejercicio de este derecho tiene dos restricciones: las
que prescriba la ley nacional y las que sean necesarias en una sociedad democrática en interés de
la seguridad nacional, del orden público o para proteger los derechos o libertades ajenos. Sin
embargo, estas restricciones no corresponden a las razones de Estado que, a través de bandos
militares, utilizó la dictadura para reprimir y suspender al sindicalismo nacional y los altos niveles
orgánicos que había logrado desarrollar. Tampoco cabe relacionar estas medidas con las políticas
laborales de la dictadura, que perseguían debilitar la acción sindical con el objeto de atraer al
capital y la inversión extranjera e implantar un modelo económico sin contrapeso social alguno.

Los instrumentos internacionales establecen explícitamente, y con énfasis, la participación activa


en la formación de sindicatos y como miembro afiliado. Estas características se materializan sólo
en dos períodos: durante los años 68-73 y durante la transición, luego de 1990, pero esta vez con
las restricciones propias de la ley laboral vigente.

En ambos periodos la organización sindical local está asociada a otras sectoriales y de carácter
nacional, en sus formas de federaciones, confederaciones y coordinaciones de diferentes tipos, tal
como lo reconoce el mismo artículo 8 del Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y
(8)
Culturales, al consagrar el derecho de los sindicatos.

En el contexto de movilización social que vivió el país en la década del 60 y hasta el 73 fueron
todos los sectores campesinos y forestales de la Provincia de Valdivia los que se movilizaron.
Primero, exigiendo pliegos de peticiones con reivindicaciones básicas y luego, sumándose a la
demanda nacional de "la tierra para el que la trabaja". La fuerza de la acción sindical durante ese
periodo, radicaba en la capacidad que había alcanzado la coordinación mancomunada de los
campesinos:

"los trabajadores tenían en esa época una excelente organización... en Neltume había un
excelente sindicato... los mapuche también tenían sus propias organizaciones... cuando
decidíamos algo lo llevábamos adelante todos los obreros de la precordillera pertenecientes al
Complejo Maderero Panguipulli... además, éramos apoyados por los estudiantes de la Universidad
Austral y la Universidad Técnica de Valdivia y también por el Movimiento de Izquierda
Revolucionaria (MIR) y otros partidos políticos de Izquierda... bastaba ponerse de acuerdo entre
los trabajadores y llevábamos adelante las tomas".

Y como sucede en la actualidad, según nos cuenta la madre de un joven trabajador, "para lograr
que les pagarán lo que le adeudaban a los trabajadores, en 1994 se hizo una huelga que estaba
autorizada. Los carabineros iban adelante y atrás de la marcha... a todos nos dio miedo, recordaba
antiguos tiempos. Pero marchamos. Vinieron sindicalistas de Puerto Montt y Valdivia a
acompañarnos... ellos también habían organizado esto"

(9)
Los instrumentos internacionales reconocen el derecho a huelga. El articulo 8, Nº 1-d, del Pacto
Internacional de Derechos Económicos Sociales y Culturales señala que los Estados Partes se
comprometen a garantizar "el derecho de huelga, ejercido de conformidad con las leyes de cada
país".

Como ya dijimos, la primera huelga que se realizó en Neltume, en el año 1951, fue violentamente
reprimida. Diez años habían demorado en organizarse y crear un sindicato para defenderse de las
condiciones de vida a las que eran sometidos. Durante tres meses lucharon por dos demandas
principales: mejora salarial y construcción de casas para los trabajadores. Al movimiento se le
declaró ilegal y sus dirigentes fueron tomados presos, amarrados y llevados a la cárcel de Valdivia.
No volvieron más al lugar.
Los relatos son elocuentes. "Durante ese tiempo hacía frío, era invierno, meses de viento y de
nieve. La cosa empezó a dividirse... llegaron más carabineros, a los trabajadores se los llevaron
amarrados, presos a Valdivia... las familias, unas tenían comida y los otros nádalos acusaban de
ser vendidos a los que iban a trabajar... En esa época 200 a 300 trabajadores en el Fundo, unas 30
a 40 familias, quedaron sin trabajo. Fueron despedidos y tuvieron que irse para diferentes lugares,
algunos emigran para la Argentina... Miguel Jara, el presidente, tuvo que irse".

La mayoría de la población trabajadora que participó en la huelga fue despedida y expulsada del
fundo junto a sus familias. "A la gente la echaban no más. En ese tiempo no había caminos y
tenían que esperar en el descampado el barco, que hacia el recorrido cada 3 días".

"Llegué buscando trabajo el día 6 de agosto del año 1951, estaba la huelga. En esa huelga llegué
yo porque habían despedido harta gente. Fue una huelga grande, ilegal. Las casas grandes, esas
viejas quedaron todas desocupadas y a esas llegamos nosotros. Todos éramos de afuera y no
teníamos nada que ver con el sindicato, así es que entramos a trabajar. Nos tenían como obreros
agrícolas". La empresa inició recontratos y llegó una nueva población laboral a trabajar. Al fundo se
le dotó de un contingente especial de carabineros, para que controlaran y mantuvieran el orden.
"La huelga debe haber durado unos 3 meses. En esos 3 meses el patrón se organizó y empezó a
recibir gente, entre otros me recibió a mí, a los demás los empezó a echar de las casas y solicitó a
Carabineros que vigilarán y que si pillaba a uno sólo en la noche, 'a bala con ellos no más', porque
habían sacado una orden que ningún hombre huelguista podía andar a deshora en la noche
haciendo problemas".

Se toman las medidas para imposibilitar cualquier tipo de solidaridad con el movimiento
huelguístico. "La gente que estaba en huelga no trabajó en esos 3 meses y tampoco recibieron
sueldo. Se pasó hambre. A la gente que tenía hijos, familia había que socorrerla a escondida para
que no supieran los patrones, incluso uno no podía visitar las casas de los huelguistas y le exigían
que uno tenía que trabajar y no juntarse con ellos... había que ayudar bajo cuerda, porque si los
patrones los pillaban, los cortaban altiro no más".

Con posterioridad a esta huelga se prohibió la creación de sindicatos. Hubo intentos ocultos por
crearlo, pero no fructificó.

Inmediatamente antes de la estatización del fundo, el año 1971, se realizaron huelgas y tomas. De
hecho, su estatización fue producto de una huelga que exigía básicamente reivindicaciones
económicas: "por los sueldos pasó lo que pasó aquí... la gente le pidió aumento a los patrones y
ellos no cedían... por eso la gente se enojó y dijeron que el fundo se tomaba". "El fundo primero se
tomó por un paro que hizo el sindicato. Se presentó un pliego de peticiones que solicitaba
implementos de seguridad... El gobierno de la Unidad Popular había dicho que el fundo que no se
trabajaba se expropiaba. Acá se nos pasó un poco la mano, porque este fundo se estaba
trabajando, el problema era que pagaban muy malos sueldos".

A diferencia de la campaña sediciosa que realizó la prensa regional y nacional, el fundo no se tomó
por "un fuerte y violentista contingente guerrillero", ni porque la zona estaba "bajo el dominio del
terrorismo del MIR, sino que "sin ir a los puñetes con los Echavarri ni nada. Funcionarios de
gobierno pidieron a los patrones que entregaran las llaves, como la ley lo estipulaba, a los jefes, al
contador, se les dijo que ellos iban a seguir trabajando". "La toma de Neltume fue pacífica, ningún
mirista, ningún dirigente, ningún comunista ni socialista mató a nadie".

Desde aquella época en adelante, se amplía y consolida la participación sindical. Recordemos que
el año 73 existía en Neltume una población de 2.500 a 3.000 habitantes. Durante la Unidad
Popular no habrán más huelgas, porque no son necesarias ya que los sindicatos forman parte de
la dirección gerencial y administrativa de la empresa.

La última elección de un dirigente sindical coincidió con el día del Golpe Militar. "El 11 de
septiembre se elegía aquí al dirigente sindical... alguien llegó a las 9 de la mañana y dijo hay
'Golpe de Estado', se miraron unos con otros y se mandó a buscar una radio a pila... pero no se
sabía de nada, a las 11 de la mañana se eligió al directorio y ya se paró la faena también, el
sindicato quiso cerrar la faena y reunión al tiro, no se sabía mucho que hacer".

La represión desencadenada aniquiló a la organización sindical. Después del 11 de septiembre del


73 desaparecieron los sindicatos y toda la dirigencia que no fue asesinada, luego de pasar por la
cárcel, debió exiliarse.

La dictadura militar intentó crear un sindicato a finales de 1974, con dirigentes designados por ella.
Estos intentos no prosperaron.

En el año 1988, cuando ganó la opción No, para el plebiscito, se forma el sindicato "Cordillera".
Según su primer Presidente "este sindicato se formó por las irregularidades que se cometían. La
gerencia hacía y deshacía con la empresa. Empezamos a detectar que salían maquinarias y
madera en formas sospechosas." Este primer sindicato fue una asociación de accionistas de la
empresa, en el contexto del capitalismo popular. Estos empresarios-campesinos, luego que
venden sus acciones a particulares, transforman su sindicato en un sindicato de trabajadores.

La formación del sindicato "Cordillera" no fue fácil. "Todo se realizó en secreto... la idea nació del
sindicalista Abelino Maripán (hoy fallecido)... se reunió en forma clandestina. Las reuniones se
hacían en algunas casas de compañeros y la montaña se recorrió en moto para buscar adherentes
a esta idea... se consiguieron 60 firmas más o menos, se necesitaban 40. El día de la constitución
llegaron 50 carabineros... venían de todos lados".

Con posterioridad se crearán diferentes sindicatos en las dos empresas de Neltume.

El año 1994 el sindicato de BOMASA realizará una huelga en el marco de la nueva ley laboral,
para presionar por el pago de sueldos que se le adeudaban a los trabajadores. Ellas conducen a la
gestación de un movimiento que duró cerca de un mes y realizó las primeras manifestaciones
sindicales después del Golpe Militar. Este movimiento logró la conquista de sus demandas.

Nadie discute hoy el aporte al progreso de los pueblos que han prestado las organizaciones
sindicales, sin embargo en Chile aquellas han sido permanentemente prohibidas y los trabajadores
que las conforman son perseguidos y reprimidos de diferentes maneras.

La comunidad trabajadora de Neltume a lo largo de su historia ha experimentado esta realidad. A


pesar de ello, se puede sostener que los trabajadores están reconquistando un derecho que por
largo tiempo -a excepción del período de la Unidad Popular- les ha sido violentamente conculcado.
No obstante, es un derecho que tiene graves restricciones, producto de la legislación laboral
existente en el país.

Las precarias condiciones laborales y sindicales que hemos descrito en Neltume se ven
favorecidas por la mala opinión que la población tiene respecto a la figura del dirigente sindicalista.
En general, dicen que actúan motivados por intereses personales, se les compra fácilmente y
abandonan a sus compañeros. Según un testimonio, en el sindicato que había en BOMASA "la
directiva no era la más idónea ni responsable para defender a los trabajadores, porque ahí están
echando, cortando a la gente y no defienden los derechos que le corresponde al trabajador... la
directiva recibió su platita y se mandó a cambiar y los trabajadores recibieron una miseria y ahí se
tuvieron que quedar y el sindicato no los defendió en nada". O sostienen que "los dirigentes
sindicales son manipulados por la empresa. En Neltume-Carranco se arreglan los bigotes ellos no
más y no cumplen su rol... esos son los comentarios de la gente..."

De los dirigentes sindicales de la huelga del 51 se tiene la misma opinión. "El pleito con el patrón
primero lo ganó el sindicato... pero ellos fueron llamados a Santiago y allá se compraron al
Presidente y al Secretario, les llenaron los bolsillos de billetes, luego los mandaron a dejar a
Pirihueico y de ahí por el paso Huilo Huilo se fueron a Argentina".
Este tipo de opiniones, comunes en la actualidad, son contradictorias con la valoración que se ha
tenido por parte de los trabajadores del movimiento sindical en Chile, al que tradicionalmente se le
reconoce su aporte al desarrollo del país.

Recordemos que desde mediados del siglo pasado existen las organizaciones de trabajadores. Los
sindicatos y las grandes centrales desde principio de siglo; en el año 1909 se creó la Federación
Obrera de Chile (FOCH), el año 1936 se creó la Confederación de Trabajadores de Chile (CTCH);
el 1953 nació la Central Única de Trabajadores de Chile (CUT). Todas ellas fueron fundamentales
en la conquista de derechos que posibilitaron mejorar las condiciones de vida de los trabajadores
chilenos.

No obstante, se sabe que en las actuales condiciones legales los sindicatos se atomizan y pierden
representatividad. En el mundo del trabajo, los niveles de sindicalización experimentan un fuerte
declive: mientras las fuerzas de trabajo han aumentado a un ritmo de 3,2% entre los años 1989 y
1997, la afiliación de trabajadores a sindicatos lo ha hecho sólo al 2,4%. Además, aunque han
aumentado el número de sindicatos, el número de sus integrantes cayó sensiblemente de un
promedio de 71,3% de afiliados por sindicatos el 1989, a sólo un 44,4% en 1997. Y, según datos
tomados de la Dirección del Trabajo, a comienzos de la transición el 11,9 % de la fuerza laboral se
encontraba sindicalizada, el año 97 un 10.9%.

Notas:

1. Este derecho ha sido también garantizado por diversos instrumentos internacionales emanados principalmente de la
Organización Internacional del Trabajo (OIT); entre ellos cabe destacar el Convenio Nº 122, de 1964, sobre política de empleo que
en su artículo 1 señala que los Estados miembros deben llevar a cabo una política de fomento del empleo que garantice "a) que
habrá trabajo para todas las personas disponibles y que busquen trabajo; b) que dicho trabajo será tan productivo como sea posible;
y c) Que habrá libertad para escoger empleo y cada trabajador tendrá todas la formación necesaria para ocupar el empleo que le
convenga y de utilizar en este empleo esta formación y las facultades que posea, sin que tengan en cuenta su raza, color, sexo.
religión, opinión política, procedencia nacional u origen social".

Por su parte, el Derecho Nacional reconoce en el artículo 19 Nº 16 de la Constitución Política de 1980 "la libertad de trabajo y su
protección", señalando que" toda persona tiene derecho a la libre contratación y a la libre elección del trabajo con una justa
retribución". La ley nacional, a diferencia de los textos internacionales, no garantiza el derecho al trabajo sino que la libertad de
trabajo. Otras normas respecto a esta materia se encuentran en el Código del Trabajo.

2. Cfr. PNUD. Desarrollo Humano en Chile-1998. Las Paradojas de la Modernización. Chile. 1998.

3. Del éxito y optimización de la gestión productiva y comercial del Complejo bajo la dirección de los trabajadores da cuenta, con
posterioridad al Golpe, el delegado militar coronel Rene López García en un informe que evaluó la administración del Complejo
durante la Unidad Popular, y que emite al gobierno de la dictadura donde señala como conclusión: "el Complejo Forestal y Maderero
Panguipulli, fuente de riquezas de recursos renovables, debe continuar en manos del Estado, por las posibilidades económicas y
sociales que representa para el país". Más tarde, cuando se privatizó nuevamente el Complejo, este coronel se opuso a tal decisión.

4. Revista HOY. Nº 183. 1983.

5. Organización de carácter nacional, dirigida por Lucía Hiriart de Pinochet, orientada a "capacitar y desarrollar" a mujeres dueñas
de casas. Esta organización fue en el gobierno de Eduardo Frei Montalva, por la Primera Dama María Ruiz Tagle, con el fin de
promover el desarrollo social de la mujer popular chilena. Durante la dictadura el CEMA se instrumentalizó con el objeto de apoyar
socialmente las políticas de gobierno y actualmente es una institución privada, dirigida aún por la Sra. Pinochet.

6. Página Económica de los Trabajadores. PET Nº 184. Abril 1999, pág. 3.

7. La Constitución Política de Chile, en el articulo 19, N.19, garantiza el derecho de sindicarse y afirma que la afiliación sindical será
siempre voluntaria. La Ley Nº 19.069, de julio de 1991, establece las normas sobre organizaciones sindicales y negociación
colectiva.

8. En esta materia, la doctrina más importante es la elaborada por la Organización Internacional del trabajo (OIT), donde destaca el
Convenio Nº 87 sobre Libertad Sindical.
9. En Chile, el derecho a huelga se encuentra sólo implícitamente consagrado en el articulo 19 Nº16 de la Constitución, sobre
libertad de trabajo y su protección, al prohibir a ciertos sectores de trabajadores el ejercicio de este derecho: los funcionarios del
Estado y de las Municipalidades; las personas que trabajen en corporaciones o empresas de cualquier naturaleza, finalidad o
función, que atiendan servicios de utilidad pública o cuya paralización cause grave daño a la salud, a la economía del país, al
abastecimiento de la población o a la seguridad nacional. Otras normas importantes están contempladas en la Ley N 19.069.

Derecho a la seguridad social

El artículo 22 de la Declaración Universal establece que toda persona tiene derecho a la seguridad
social; y en el artículo 25 se señala que toda persona tiene derecho "a los seguros en caso de
desempleo, enfermedad, invalidez, viudez, vejez u otros casos de pérdida de sus medios de
subsistencia por circunstancias independientes de su voluntad" y se reconoce que "la maternidad y
(1)
la infancia tienen derecho a cuidados y asistencia especiales".

El concepto de seguridad social comprende: seguros de desempleo; de enfermedad; de invalidez;


de vejez; de viudez y prestaciones a la mujer en caso de embarazo y parto.

En Neltume aparece este derecho como violado en toda su magnitud e implicancia, tanto por las
ilegalidades en las que incurren los empresarios como por las carencias absolutas de la ley y por
deficiencias del Estado en su rol fiscalizador de las relaciones de trabajo y empleo.

En nuestro país, es común escuchar a las autoridades nacionales decir que el gobierno está
preocupado por las difíciles condiciones de vida por la que atraviesan vastos sectores,
especialmente campesinos, afectados por la cesantía, los bajos salarios, el incumplimiento de las
leyes provisionales, la mala calidad de la educación y las insuficiencias de los servicios de salud.
Pero, es poco lo que se avanza para superar esta situación. En Chile aún persiste, a lo menos un
26% de la población por debajo de la línea de pobreza.

Estas condiciones fueron denunciadas de manera permanente por cada uno de los entrevistados:
"aquí vivíamos como animales, en rucos", "cuando llegamos no había nada, no habían casas... una
escuela en un segundo piso sobre el establo donde se guardaban los animales". "La posta estaba
ahí pero no la atendían nunca... a mis hijos los paría en la casa, era muy difícil ir al hospital...
algunos de ellos murieron". "Los sueldos eran muy malos, los patrones no nos pagaban ni las
imposiciones... cuando quedábamos cesantes quedábamos sin nada". "Lo único que perdí es que
a mi me tenían como empleado y me hicieron mis depósitos como obrero, entonces jubile como
obrero".

En la actualidad, estas condiciones continúan reproduciéndose. Lo confirma una anciana cuando


sostiene que recibe una pensión de vejez miserable, que no le alcanza para nada y, con angustia
resalta su obligación de tener que "trabajar en algo, criar animalitos para sobrevivir".

Pero no lo puede hacer porque no tiene una casa con un sitio adecuado: "en la casa que ahora nos
van a dar, con ese patio tan pequeño, no se puede criar animalitos, tampoco tener una chacra".

En lo laboral también continúan dramáticamente los déficit "Actualmente se gana aquí un sueldo
muy bajo, aumenta cada vez más la cesantía y cuando a uno lo despiden no le pagan nada. Es
normal que los empleadores se atrasen en los pagos de las cotizaciones previsionales y que no
nos paguen las cargas familiares". Los que trabajan con los contratistas ven agravado lo anterior
porque "con ellos no tenemos ni contratos, no sabemos qué va a ser de nuestro futuro."

La precariedad de la seguridad social en el país se manifiesta principalmente en el nivel de


protección social al que acceden lo trabajadores a través de sus cotizaciones en los fondos de
pensiones. Según datos de la Superintendencia de AFP, a diciembre de 1998, de
aproximadamente 6 millones de afiliados sólo cotizaban el 43,9%. En el caso de las mujeres, la
proporción de afiliadas que cotizan regularmente es aún menor, alcanzando a un 38,1%.
En consecuencia, cerca de la mitad de los afiliados al sistema de AFP no alcanzarán a enterar las
cotizaciones que se requieren para tener derecho a la pensión mínima garantizada por el Estado.
Y, la mitad de los trabajadores chilenos no tienen previsión alguna -puesto que no puede llamarse
tal al subsidio de indigencia que otorgan las Municipalidades, las que tampoco tienen fondos para
dárselo a más de dos millones de personas que los necesitan-.

A su vez, la mitad de los asalariados que cotizan regularmente, por tener un salario tan bajo, no
lograrán nunca un nivel de ahorro suficiente como para financiar una pensión mínima.

Los trabajadores de Neltume se encuentran en algunas de estas situaciones descritas. Cerca del
90% tiene una cotización irregular y no alcanzarán a reunir fondos que les garanticen una pensión
mínima. Los que no tienen previsión son más del 50%.

La seguridad social se agravó a grados extremos por la drástica disminución del gasto público
durante los 17 años de dictadura. Esta situación, a partir de 1990, se tiende a remontar pero con
aumentos poco significativos aún.

• Derecho al descanso, al disfrute del tiempo libre, a una limitación razonable de la duración
del trabajo y a vacaciones periódicas pagadas.

El Derecho Internacional en los artículos 23 y 24 de la Declaración Universal y el articulo 7 del


Pacto de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, dentro de un conjunto de condiciones que
(2)
deben respetarse en las relaciones de trabajo, consagra este derecho.

"Cuando yo llegué, el año 47, trabajé en la máquina cepilladora... yo trabajaba más o menos 12 o
14 horas diarias... y más también, cuando apuraba un trabajo".

"En la época de los patrones salíamos a las siete y media de la tarde, ahí completábamos las 11
horas trabajando, íbamos a comer a la casa y después a cargar los camiones hasta las dos o tres
de la mañana. No nos pagaban ninguna hora extra sólo un equivalente a lo que cargábamos".
"Toda la gente después de trabajar ocho horas volvía a trabajar a trato... cuando se terminaba la
faena uno iba a la casa a servirse algo y después volvía a trabajar a trato... teníamos en la mente
que había que trabajar y ganar plata".

Así ha sido históricamente el sistema de trabajo en Neltume. Los obreros, junto con cumplir su
turno, realizaban otras faenas. Estas se pagaban según tratos directos entre el empleador y los
obreros. Era normal que no se reconociera el total de las horas extras trabajadas.

Las vacaciones son una realidad contraria a los hábitos fundamentales de la comunidad. No están
internalizadas en la población. Por el contrario, se tiene la visión que la vida es trabajo: "siempre
hay algo que hacer". Son muy raras las circunstancias en que las gentes salen del pueblo; cuando
lo hacen es por necesidad: muerte de un familiar, compras grandes, problemas de salud;
ocasionalmente visitan a un familiar. Pero nadie toma vacaciones.

El año 1960 la Región de Valdivia fue afectada por un violento terremoto; en Neltume se
destruyeron las construcciones de la fábrica y durante tres meses debió paralizarse. A los
trabajadores no se les despidió, sino que organizadamente se les dieron vacaciones por 15 días;
para que ellos ocuparan su tiempo libre "trabajando en reparaciones de lo que
fuera...especialmente las de la fábrica y sus casas".

Todos concuerdan que "la vida en Neltume es demasiado monótona, sobre todo en el invierno, uno
no tiene otras actividades, la lluvia aburre, no hay otra actividad como en la ciudad, por ejemplo, ir
al cine, ver una obra de teatro... es muy monótono todo aquí". Concuerdan que el "verano es
maravilloso. No dan ganas de salir a otra parte porque hay tantos lugares hermosos".
Recuerdan con nostalgia el tiempo pasado, en particular, el único día del año en que se hacía una
fiesta. "Antiguamente los patrones les hacían su día a los trabajadores, con toda su gente, les
hacían competencias, ya sea de hacha, de bueyes y después su fiesta, le mataban tres animales y
se hacía mucho asado, no sólo para el trabajador sino para toda la familia y le regalaban toda esa
atención a sus trabajadores los patrones... era un día de fiesta y venían los patrones con toda su
familia a participar con sus obreros".

Dicen que en la actualidad la gente es pasiva porque participa masivamente sólo cuando otros
organizan las actividades: "cuando hay fiestas, ramadas, bingos, ahí si que van todos. Cuando los
empresarios les hacen comidas a los trabajadores con sus familias, ahí van todos, o cuando un
club deportivo está de aniversario, van todos con sus familias". La actividad recreativa más
importante de la comunidad es el aniversario de la escuela municipal, que se ha venido
transformando en una fiesta pública. Para el aniversario de la Escuela Municipal, "hacemos
farándula, la gente salen todas a mirar, hay carros alegóricos, los apoderados y los niños participan
harto haciendo los carros, los disfraces". Estas son las únicas actividades recreativas de esta
(3)
comunidad.

Frente al reconocimiento de la carencia de la vida recreativa y cultural del lugar emergen las
preocupaciones por el futuro de los niños y jóvenes. "La juventud por falta de recreación... se mete
mucho en el trago... afortunadamente vamos a tener un gimnasio... va a ser luego. Ahí se van a
poder organizar más actividades y ojalá que eso sirva para que no se metan en el vicio". En efecto,
el gimnasio se construyó pero los índices de alcoholismo en las zonas rurales continúa siendo
altísimo, llegando en algunas localidades al 90% de la población masculina. Frente a esta
situación, sostienen a modo de consuelo que "afortunadamente no ha llegado, aunque a veces se
escucha por ahí, esto de la droga".

Respecto a sus hijos menores las madres resaltan la preocupación frente a los juegos de video y
fliper ampliamente popularizados a lo largo del país. "Una de las cosas que nos preocupa es que el
avance nos traiga... por ejemplo, esos famosos juegos los fliper y video... los niños se lo pasan ahí
y se gastan mucho dinero, y se envician".

• Derecho a un nivel de vida adecuado que asegure salud, bienestar, vestido, vivienda,
asistencia médica y servicios sedales

El artículo 25 Nº 1 de la Declaración Universal prescribe que toda persona tiene derecho a un nivel
de vida adecuado que le asegure a ella y a su familia la salud y el bienestar y, en especial, la
(4)
alimentación, el vestido, la vivienda, la asistencia médica y los servicios sociales necesarios.

Este derecho es la fuente de la cual se desprenden todos los demás derechos de contenido
económico y social: salud, trabajo y seguridad social. En él se reconoce que la persona requiere de
ciertas condiciones básicas para su existencia. Tales condiciones deben ser aseguradas por el
Estado a través del desarrollo de políticas económicas y sociales, y de la adopción de medidas
concretas y progresivas, que aseguren su efectividad. Además "compromete a adoptar medidas,
(5)
tanto por separado (a cada Estado), como mediante la asistencia y la cooperación internacional".

Este derecho tiene, a su vez, un sentido extensivo porque no está destinado a proteger sólo al
individuo en sí, sino a éste como parte de un grupo familiar. Tiene además un significado
comunitario, porque no protege sólo al trabajador que gana una determinada remuneración, sino a
toda persona.

Las principales condiciones que la existencia humana requiere para su adecuado desarrollo son
salud, bienestar, vestuario, alimentación, asistencia médica y servicios sociales. Al estar
satisfechas estas necesidades mínimas, se impide que la existencia humana se subsuma en
carencias que niegan su propia dignidad. Sin estas condiciones aparece la miseria, la que a su vez
impide el libre ejercicio del conjunto de los derechos humanos, en particular, el de la libertad.

• El derecho a la salud y a la asistencia médica


En Chile el sistema de salud pública se caracterizó porque tempranamente -desde 1920- presentó
un desarrollo progresivo y sistemático. La creación del Servicio Nacional de Salud, en la década
del 50 y hasta el año 73, consolidó una cobertura amplia y profunda en lo asistencial, lo preventivo,
de control, regulación y protección de la salud.

El sistema de salud nacional llegó a ser modelo para América Latina.

Sin embargo, la población de Neltume, al igual que muchas otras, quedó marginada de la
prestación de este servicio.

Los relatos dan cuenta de la precariedad de la salud en la zona en los años 50. "Yo tuve todos mis
hijos acá, en la casa, con matronas de campo. Había una señora, después llegó un practicante,
que ahí dentro de la fábrica le hicieron una pieza para que atendiera... esa era la posta... al
principio todas teníamos a los hijos en la casa, no podíamos ir al hospital porque cómo, de adonde
íbamos a poder salir".

Otra entrevistada señala: "yo nunca me fui a mejorar al hospital, a maternidad... tenía a mis
guaguas en mi casa... sólita, mi suegra me acompañaba y ése que esta haciendo el servicio militar
lo tuve sola, sin matrona, sin nada, después vino la abuelita a lavarlo".

Asombrados de los relatos, al indagar sobre la mortalidad infantil, nos cuentan acerca de los hijos
que murieron. "Unos se me murieron pero ya estaban grandecitos... no de nacimiento... a uno le
faltaban 11 días para que enterara los 2 años, le dio bronconeumonía". Era su hijo mayor. Otros
dos hijos también se le murieron: "así, de resfriado, fiebre... eso que llaman ahora
bronconeumonía... nunca había yo oído decir de bronconeumonía y cosa así... ve que cuando
antes uno iba a Panguipulli no había hospital, no había nada, había una posta..". Recuerda la
muerte de una de sus hijas disculpándose aún del hecho, puesto que un médico de Panguipulli le
aseguraba que si hubiera llevado a su guagua a tiempo ésta se habría salvado. "Pero antes como
había barco sólo tres veces a la semana tocó que la guagua se enfermó un día sábado y como no
había barco hasta el día martes, se murió mi guagua". Frente a las urgencias, continúa su relato
"había que esperar no más. El patrón tenía un avión y a veces sacaba a la gente que se enfermaba
gravemente, pero si no, uno tenía que esperar el barco. Si era de morir, tenía que morir no más. No
me gustaba ir a la posta. Cuando mis hijas crecieron ellas llevaban las guaguas (sus hermanos) a
la posta a controles... yo todavía no molesto a la posta por que soy enemiga de la posta... uno está
el día entero y le dan un par de dipirona y listo... me curo con hierbitas. Aprendí varios remedios,
tomaba yo y tomaban mis hijos".

Otra anciana corrobora lo anterior y, además, evalúa la actual atención en salud, al contar que el
año 92 cuando se cayó y se quebró el brazo "fui a la posta a Panguipulli y de allá... no me
quisieron ver mucho... me mandaron toda vendada... que me arreglé yo mi brazo y... quedé toda
chueca, así que le agarré terror a las postas y si hubiera sido una posta buena no habría quedado
toda chueca... me duele y quedé con el brazo más corto".

Existió una posta desde inicios de los años 50, financiada por los patrones. Era "un local chiquito,
luego se construyó una más grande donde está ahora el retén de carabineros"

Durante el período de la Unidad Popular se construyó la posta y se evoca una época de


mejoramiento del servicio. "Yo me acuerdo que en el tiempo del complejo los trabajadores los días
libres, en las tardes, hicieron la posta y dos casas para dos médicos que habían acá, entonces ahí
no había problemas de salud y venían de todos los lugares a atenderse".

En ese tiempo hubo un comité de salud y eran comunes las jornadas de educación en salud sobre
uso, preparación y aprovechamiento de la leche; diarreas infantiles y formas de prevenirlas;
instrucciones sanitarias sobre pozos negros, de agua potable y basurales; alcoholismo. "Yo estuve
en él. A la juventud se le capacitó en salud. Salíamos a otras partes, trabajábamos en la posta,
cuando la posta estaba ahí donde está el retén ahora. También hubo un curso de salud en
Quenchumalal, había mucha gente, venían de todos los predios".
Con posterioridad al Golpe de Estado se instala un esquema privatizador y desigual que se
expresa básicamente en el despojo del derecho a la salud, la reducción del gasto público, la
inequidad en el acceso a los servicios, el deterioro de la atención en los establecimientos públicos
(6)
y el aumento de las enfermedades asociadas a la pobreza. Se destruye el modelo histórico de
salud en el país. En el año 70 se destinaba el 2,5% del producto interno bruto (PIB) al gasto
(7)
público en salud; en 1990 el 0,9% y en 1997 el 1,3%.

De manera categórica los entrevistados sostienen que "la medicina, la atención en salud ha ido
empeorando, ahora es pésima, antes era mucho mejor. Con el seguro social que había antes era
(8)
muy buena y ahora si una no está afiliada a una ISAPRE no la atienden. Antes vivía un médico
acá y cuando no estaba venía uno de Panguipulli dos veces a la semana, pero llegaba a las 9 A.M.
y atendía todo el día, no como ahora que viene un ratito".

Más allá de esta opinión, hay que precisar que Chile ha logrado importantes logros en la reducción
de la mortalidad infantil y en el incremento de la cobertura de los servicios de salud. Sin embargo,
los sectores más pobres de la población -como es el caso de la comunidad de Neltume-
encuentran grandes dificultades al momento de exigir los derechos a la salud y la asistencia
médica.

• Derecho al medio ambiente sano

El Derecho Internacional junto con garantizar el derecho a la salud y la asistencia médica en el


artículo 12 del Pacto de Derechos Económicos, Sociales y Culturales reconoce el derecho de toda
(9)
persona "al disfrute del más alto nivel posible de salud física y mental".

Para asegurar su plena efectividad, el párrafo 2º de aquel artículo señala las medidas que deben
adoptar los Estados:

• Reducción de la mortalidad y de la mortalidad infantil y sano desarrollo de los niños;


• Mejoramiento de la higiene del trabajo y del medio ambiente en todos sus aspectos;
• Prevención y tratamiento de las enfermedades epidémicas, endémicas, profesionales y de otra
índole;
• Creación de condiciones que aseguren a todos asistencia médica y servicios médicos en caso de
enfermedad.

Ya hemos visto cómo los habitantes de Neltume carecen de este derecho. Las condiciones
sistémicas de pobreza a las que esta sometida la comunidad son factores que limita gravemente
su realización.

Pero, la violencia política desatada por la dictadura es el factor que más drásticamente ha
conculcado este derecho por la gravedad de los crímenes cometidos y el consecuente clima de
(10)
terror que generó.

Por otra parte, el derecho a la salud se encuentra en intima relación con el derecho a vivir en un
ambiente sano, el que si bien no se encuentra garantizado en forma expresa, lo está en la medida
que el Pacto impone a los Estados que aseguren el mejoramiento del medio ambiente para
protección de la salud de las personas.

De esta manera, debe entenderse que el derecho a vivir en un ambiente sano es "el derecho de
toda persona, o de una colectividad humana, a encontrarse exenta de daños ambientales que
(11)
amenazan su existencia o determinan la calidad de su vida. Para ello, legalmente el Estado está
facultado para dictar una norma protectora del medio ambiente, que puede contener restricciones
(12)
al ejercicio de determinados derechos o libertades, por ejemplo, al de propiedad.

No obstante, las leyes que ha dictado el Estado son transgredidas y no se fiscalizan


adecuadamente. Siempre sucede que las practicas forestales ignoran los mínimos resguardos de
sustentabilidad y continúan con políticas globales de sobre explotación, a través de procedimientos
destructivos tales como la tala rasa, el uso del fuego, y la sustitución de bosques nativos por
bosques de pino y eucaliptos.

Así lo confirma el Análisis y Verificación en Terreno de Actividades de Cosecha en Bosque Nativo


de la Empresa Neltume-Carranco", al revisar el cumplimiento de los planes de manejos de la
empresa, "la evaluación en terreno puso énfasis en sectores explotados ilegalmente por la
empresa en el año 1993. Este hecho fue denunciado por CONAF a los tribunales respectivos...
ellos determinaron que la empresa debía pagar una multa de setenta millones de pesos
aproximadamente y la obligación de reforestar el área intervenida, de aproximadamente 141
(13)
hectáreas". El daño fue efectuado y, en este caso, se fiscalizó y se aplicó sanción. Si ello
ocurriera regularmente, se podría promover una mejora en la protección del bosque nativo.

Pero, según el mismo análisis recién citado, se constató que al evaluar planes de manejos
aprobados existen frecuentemente "faenas de corta explotación en parte de los rodales
evaluados... ahí el raulí es prácticamente la única especie intervenida... en algunas áreas se trata
de al menos la segunda o tercera intervención, por lo que los diámetros de los árboles extraídos no
sobrepasan los 70 centímetros... en promedio (las primeras cosechas de raulí eran del orden de
150 cm. de diámetros)... en otras palabras, hoy día se está sacando prácticamente lo último que
(14)
esta quedando de raulí en estos rodales". Es decir, se está traspasando el límite de una norma
que de suyo no es drástica; como la transgresión es menor esta vez no habrá sanción y continuará
la tala no permitida.

Con posterioridad a esta explotación la empresa considerará apropiado irse. Es por ello que la
comunidad sostiene que "el bosque se acabó".

Estos hechos han afectado directamente al medio ambiente y, en especial, la salud mental de la
población, al generar una profunda angustia a nivel individual y colectivo, porque suponen que para
el futuro no tendrán el bosque como su principal fuente laboral y de recursos: "lo que más nos
preocupa como familia es que se está acabando el bosque, el trabajo... ¿qué va a ser de nosotros
y de nuestros hijos?".

La pérdida de este recurso angustia a la población. Sin embargo, en estricto rigor no es real que el
recurso bosque nativo se esté extinguiendo totalmente.

A pesar de los largos años de sobre explotación, algunas áreas del bosque nativo de Neltume se
podrán salvar, no tanto por la voluntad de los gobiernos y los hombres sino que por su propia
condición natural: lo que queda de él esta ubicado en la montaña, en zonas altas de cada vez más
difícil acceso y, a su vez, el coihüe, el raulí, la tepa, el tineo, el olivillo, el trevo, el manió, el avellano
y el coligue son especies que se regeneran adecuadamente, aunque en períodos de tiempo
bastante extensos.

Entonces, la disminución del empleo existe porque lo rentable para las empresas ha sido la sobre
explotación indiscriminada del bosque nativo que es de un alto valor comercial en los mercados
nacionales y extranjeros; pero la reforestación de estos es muy lenta lo que encarece los costos de
inversión y desrentabiliza el negocio. Frente a ello, las empresas prefieren declararse en quiebra y
retirarse.

De todos modos, el futuro del bosque no esta asegurado porque si no se continúa explotando, en
el futuro próximo puede ser el turismo -la otra eventual fuente laboral para la zona- el que lo
extinga por vía de la contaminación.

Las dificultades relacionadas con una adecuada preservación medio ambiental que garantice el
desarrollo de una vida sana de la comunidad, exigen urgentemente ser enfrentadas por el Estado
porque son un grave problema en la zona.
• Derecho a la vivienda

Íntimamente vinculado al derecho a la salud y a un medio ambiente sano, está el derecho a una
vivienda adecuada.

La vivienda en Neltume ha sido un alojamiento de extrema precariedad. "Cuando estuve acá en los
años 45, las casitas eran como unos rucos; se hacía casa y cocina aparte, eran unas tablas
paradas que se cruzaban y se usaban como vivienda. Dos rucos, en uno se cocinaba y el otro era
habitación... había muchos rucos, que se hacían con maderos que estaban botados por ahí en el
camino... la gente vivía más o menos junta, habían rucos por todas partes. Ahí les daba comida a
una cuadrilla de trabajo de seis hombres solos que vivían en otro ruco; la mesa para 6 era una
ramadita que tenía al lado de afuera de la casa y cuando llovía -en la zona normalmente llueve 10
meses al año- había que arreglársela adentro en la pieza como fuera, amontonados."

El relato da cuenta de las condiciones de indigencia de la población. "Se hacia el pan en una batea
y se usaba un homo de tambor con una lata encima del fuego y para cocinar en el fuego se ponía
una parrilla larga, que se hacían de fierro, y se ponían con choquitos y se le echaban brazas y
vamos cocinando y para que saliera el humo el ruco tenía unas tablitas sacadas... un hoyo arriba.
Lo que se comía era la legumbre, el poroto, la lenteja, la arveja".

En estos años (años 46-47) "el único que tenia en el parque un chalecito era el dueño del fundo,
don Juanito Echavarri, todo lo demás eran puros rucos". "Habían más o menos 500 personas...
después empezaron a llegar más gentes y así a formarse más casas, hicieron más grande la
población".

Cuando aumentó la población se empezaron a construir casas. "Había un hotel chiquitito... ahí
comía la gente, los empleados de oficina. Habían también pensiones... como dos pensiones, pero
eran caserones grandes y ahí toda la juventud comía en pensiones porque eran solteros casi la
mayoría... después les hicieron tres colectivos largos. Colectivos se les llamaba a unas casas
grandes y largas que tenían hartas piezas. Ahí vivían los solteros. Eran tres tremendos

colectivos. Cuando yo llegué el año 47 habían unas ruquitas. Las casas las empezaron a hacer
después. Después que terminaron la fábrica".

(15)
"El agua la traíamos de arriba, de una quebrada, venia por "canoas" y llegaba al término de la
población. Todas la íbamos a buscar allá. Después algunas arreglamos unas canoitas para dentro
de la casa, llegaba harta agua, en invierno no faltaba nunca. A las canoas de agua les hacían unos
cajones grandes... muchas íbamos a lavar allá".

"No teníamos luz, la gente se iluminaba con vela o con carburo. Mi marido arreglaba unos tarritos,
porque a mí me daba miedo, los ponía para arriba y daban la luz. Era un carburo hediondo, pero
como no se destapaba el tarrito no salía olor. Yo nunca me acostumbré, porque en Valdivia yo
vivía con comodidades.

El año 50 se construyeron casas, pero que mantenían las condiciones de pobreza. "Eran casas
más grandes, divididas por tabiques en cuatro, que todavía quedan y aún se siguen habitando."

La precariedad de la vivienda no cambió. Los empleados y jefes de la fábrica, los carabineros y las
monjas de la Escuela Misional eran los únicos que tenían viviendas más adecuadas. Con
posterioridad a la construcción de la Escuela Municipal se hizo una pequeña población para su
profesorado. El resto de la población continuó viviendo en las antiguas casas, que por el clima
estaban expuestas a fuertes deterioros y "no se hacían arreglos, porque eran de la empresa".

Estas viviendas se ampliaban a través de autoconstrucción, a medida que crecía la familia: cuando
los hijos se van casando, pasan a vivir de "allegados" con su respectiva familia.
Actualmente Neltume tiene forma de pueblo, con una plaza y calles, con iglesia, dos escuelas,
bomberos, consultorio de salud, retén de carabineros y negocios establecidos. Se le reconoció
incluso legalmente la calidad de pueblo, lo que ha sido considerado como un logro importante por
la población: "lo mejor que ha pasado es que Neltume se haga pueblo, toda la gente quería
eso...hasta que se organizó la junta de vecinos y ellos lo lograron... ahora se está logrando que
cada persona tenga su casa".

Desde octubre del año 94 el Estado ha entregado títulos de dominio de tierras y de propiedad de
las casas. "Lo mejor que ha pasado es lo que pasa ahora... la entrega de títulos de tierra... Yo veía
ayer en el acto a viejitos que han dado toda su vida trabajando y si no hubiese pasado esto,
habrían muerto sin tener un pedazo de tierra donde vivir, un techo y ahora son dueños. No es tan
gratuito, porque han dado toda su vida trabajando".

Algunos se sienten privilegiados al tener teléfono, como es el caso excepcional de la Directora de


la Escuela Municipal, que dice: "ayer tuvimos la posibilidad de recibir nuestros títulos de dominio, y
también tenemos teléfono, lo que es una gran cosa comparado con años anteriores".

De un tiempo a esta parte tienen los servicios básicos de agua potable y luz eléctrica.

En la última década se construyó una población de viviendas básicas para los habitantes en
situación de más pobreza. Sin embargo, estas viviendas son comparables a los rucos de ayer.

Son viviendas de calaminas, con una superficie útil construida de 35 m2, entregadas sin
terminaciones y con un pequeñísimo patio. Tal como lo relata una abuela, la casa nueva es
especialmente una gran preocupación: "vivo con S30.000 y tengo que mantener mi casa [vive
actualmente en una de las casas antiguas grandes] y además tengo que ahorrar para la casa
nueva, para comprar cosas, clavos por ejemplo. A mí antes no me importaba tener mucha plata,
porque tenía ese tremendo huerto, ahí sembraba todo lo que quisiera, papas, arvejas, todo... pero
ahora qué voy a sembrar ahí. Estoy disconforme con el pedazo de terreno, porque ahí iré a dejar
mi vida, mis huesos... ¡pero es harto poco!...ni voy a poder criar mis animalitos, pollitos, chanchos,
ovejitas... porque en ese pedacito qué... molesta a los vecinos".

La dignidad de los habitantes de Neltume no se está recuperando a través de la realización del


derecho a una vivienda; la eufemísticamente llamada vivienda básica, continúa manteniéndolos en
la condición de pobreza y exclusión social.

• Derecho a la educación

El Derecho Internacional en el artículo 26 de la Declaración Universal y en el artículo 13 del Pacto


de Derechos Económicos, Sociales y Culturales reconoce el derecho a la educación.

En los mismos términos, ambos documentos señalan que la educación debe tener por objeto el
pleno desarrollo de la personalidad humana y su dignidad y debe fortalecer el respeto por los
derechos humanos y las libertades fundamentales.

Los instrumentos internacionales establecen no sólo que la educación básica debe ser gratuita,
sino que se debe avanzar en mecanismos que permitan el amplio acceso de todas las personas a
la educación secundaria y superior, y establece el derecho de los padres o tutores a elegir
libremente el tipo de educación que deseen para sus hijos; agregando que sólo a través de estos
medios puede hacerse realidad que la educación sea un derecho de todos al interior de una
sociedad.

Todos estos preceptos internacionales han sido flagrantemente violados en la realidad educacional
de Neltume.
Aunque no se puede precisar el año exacto de la creación de la primera escuela en Neltume, ésta
fue construida varios años después que el Estado, en 1920, dictó la primera ley de instrucción
primaria obligatoria y gratuita.

Los orígenes de la extensión del sistema educacional en Neltume no fue tampoco obra del Estado,
sino que estuvo relacionado con la función evangelizadora de la iglesia Católica. La obra misionera
franciscana, posiblemente en el año 45, asume la tarea de enseñanza a la población infantil de
Neltume. Atendidas por monjas la primera escuela se construye el año 1952 y sólo el año 1984 se
construirá la Escuela Municipal de Neltume. Durante los años 4552 se enseñó de manera irregular,
en un espacio cerrado que protegía escasamente del frío y la lluvia.

"Cuando llegué el año 1945... parece que ya estaba la escuela misional de las monjas, ubicada ahí
mismo donde esta ahora, era muy chica. Así como fueron educando a niños fueron haciendo más
salas. Había un galpón grande donde guardaban los animales y en el segundo piso se hacían las
clases. Había hartos niños, pero sólo algunos iban a la escuela".

Evocando un periodo bastante posterior, el de la Unidad Popular, un entrevistado opina sobre la


escuela"... acá en ese tiempo había hasta 7º año básico no más, una escuela de los hermanos
franciscanos donde nos educamos todos los que vivimos acá. Ahí se encontraba una educación
buena, a lo mejor no acorde con los tiempos modernos, pero una educación buena donde se
enseñaba el respeto hacia la familia, a los demás... a lo mejor un poco atrasada respecto al resto
del país, pero basada principalmente en principios morales cristianos".

Cuentan que durante este período asistieron también adultos a la escuela. Gracias a un convenio
con el Sindicato de Trabajadores de Neltume se organizaron cursos vespertinos de educación
secundaria para los trabajadores y sus familias. Una entrevistada recuerda que "... entre el 70 y 72,
(16)
venían de afuera a hacer cursos de INACAP y la juventud participaba. Hubo cursos de
mecánica, electricidad, moda; yo participé en ese curso".

Fueron comunes en esta época los trabajos voluntarios realizados por estudiantes universitarios en
el Complejo Maderero de Panguipulli. Desarrollaron programas de alfabetización para adultos y
niños; para niños porque en muchos sectores del Complejo no había aún profesores ni escuelas.
Recuerdan que en Neltume en el verano del año 72 se realizó un programa de alfabetización para
adultos y mujeres.

Durante el período de la dictadura militar no hay grandes cambios en el transcurrir de la escuela.


Las cosas siguen igual. "Todos los hijos son educados con las monjitas, todos llegaron hasta 8º
año, después para seguir podían ir a Panguipulli, ahí estaba la escuela vieja de las monjitas... los
míos no, llegaron a 8° no más. Todos los niños de aquí llegan a 8º, no más. Mis tres hijos hombres
entraron a trabajar aquí, mis hijas mujeres se fueron a trabajar a Santiago, de empleadas
domésticas, a los 14 años".

Es sabido que el gasto público en educación es drásticamente disminuido durante este período y
desde el año 1980 se inicia una política de privatización y municipalización del sistema educacional
que establecerá fuertes diferencias en la calidad de la educación a nivel nacional. El año 72 y 73
hubo un gasto público del 5,28 y 5,72% del PIB respectivamente, cifras que representan la
inversión más alta que haya realizado el Estado en la educación. En los años inmediatamente
posteriores al Golpe de Estado este porcentaje desciende a 4,29% el año 74, el año 76 vuelve a
descender a 3,80% y alcanza el nivel bajísimo de 2,73% el año 1988. Actualmente el gasto ha
(17)
venido aumentando, alcanzado un 3,40% del PIB en los años 1996 y 1997. En Neltume recién
en el año 1984 se construye la primera escuela municipal.

La Directora de esta escuela señala los problemas que debe enfrentar en su quehacer pedagógico.
"Dadas las condiciones laborales y la experiencia que yo tengo, de repente la empresa a la gente
no le paga y eso repercute mucho en los niños, porque ya no tienen materiales y llegan todos a
comer a la escuela, y falta la comida. A pesar de todo, se ha visto un cambio favorable en los
últimos años, ya no se ve tanta pobreza, los niños andan mejor vestidos, se ha notado una mejoría.
Pero la comunidad no se preocupa de la educación de sus hijos, en las reuniones generales de
Centro de Padres, son pocos los padres que se acercan y participan, los que preguntan cómo le va
al hijo, qué problemas tiene. Hay gente que pone a su hijo en kinder y sólo aparece en 8º básico,
cuando se licencian".

Reclama que "fuera de los cambios generales que se están dando, sería bueno que tuviéramos un
liceo técnico o, por último, se implemente en la escuela un taller con algo manual". Afirma
categóricamente que en la parte educacional las autoridades "se han preocupado muy poco. Este
mismo colegio fue creado hace diez años atrás como colegio básico, en cuanto a liceo, educación
media no se ha hecho nada"

Respecto de la continuidad de la educación señala que "el porcentaje de los niños que siguen en la
enseñanza media es bajo, sólo el 10%, y algunos de esos se quedan a medio camino. Es
necesario que los niños pudiesen optar a una educación técnica acá mismo". Y cifras su esperanza
de mejorar esta situación de la educación no en las políticas educacionales nacionales de
mejoramiento de la calidad de la enseñanza sino que en "... la ley de reforma tributaria, de
donaciones de las empresas. Ellas podrían apoyar la implementación de talleres de vestuario,
hojalatería y artesanía".

A su vez toda la comunidad concuerda en la caracterización que hace de la atmósfera educacional


que rodea a los niños y jóvenes de Neltume: "muy pocos niños tienen interés en salir a estudiar. Yo
no sé si eso se debe a que de temprana edad empiezan los problemas económicos, que tal vez no
van a poder seguir estudiando. Entonces eso prepara a los niños a no tener interés a ni siquiera
hacerse la idea de estudiar", tal como lo señalaba una madre, que habla desde lo que había sido
su propia experiencia, "en mi caso yo tenía siempre interés en estudiar y ser una maestra... no
pudo ser... hay un problema económico, yo lo viví. La gente no sale a estudiar afuera por motivos
económicos, no tienen cómo irse, cómo pagar una pensión... por eso que la juventud sale de 8º
año, se quedan así".

Resulta inútil comparar los preceptos del derecho internacional y los del derecho nacional en el
ámbito de la educación y la realidad de Neltume.

En el artículo 19 Nº 10 y 11 se garantiza constitucionalmente el derecho a la educación y la libertad


de enseñanza. De la misma manera que los instrumentos internacionales, la Constitución señala
que la educación básica es obligatoria y que el Estado debe financiar un sistema gratuito. Cabe
resaltar que no hay referencias alguna a la educación media ni superior en cuanto derecho de las
personas. El articulo 19 nº11 reconoce la libertad de enseñanza, señalando que "incluye el derecho
de abrir, organizar y mantener establecimientos educacionales". Y dispone que "los padres tienen
el derecho de escoger el establecimiento de enseñanza para sus hijos". Este conjunto de normas y
principios constituyen una ironía frente a la realidad educacional de esta comunidad.

• Derecho al matrimonio y a fundar una familia y derecho a la protección de la familia

En el Derecho Internacional, el artículo 16 de la Declaración Universal, 23 del Pacto de Derechos


Civiles y Políticos, 10 del Pacto de Derechos Económicos, Sociales y Culturales y 17 de la
Convención Americana reconocen en términos más o menos semejantes:

• El derecho de hombres y mujeres a contraer matrimonio y fundar una familia, siempre que tengan
la edad requerida para ello, según las leyes internas.
• El derecho a contraer matrimonio sólo mediante el libre y pleno consentimiento de los futuros
esposos.
• El reconocimiento de que la familia es el elemento natural y fundamental de la sociedad y tiene
derecho a la protección de la sociedad y del Estado.

Es decir, se le está otorgando protección internacional a la familia, puesto que se le considera


(18)
elemento central de la organización social y del Estado.
El trabajo, la educación, la salud y las relaciones familiares vividas en forma de crisis y/o carencias
constituyen las principales amenazas al proyecto familiar y su estructuración normativa y
socioeconómica. Ellos son los principales factores de desintegración y exclusión social de la familia

En efecto, en las historias de familia, el trabajo -en tanto acción que asegura la reproducción
material y la integración social de sus miembros-aparece como el eje central en el ordenamiento de
la seguridad o inseguridad familiar. La educación, internalizada en las personas como el principal
medio por el cual se garantiza el ascenso y movilidad social, es una posibilidad de futuro con más
integración, más oportunidades y menores amenazas; por el contrario, sus carencias reinstalan la
amenaza, el desamparo y la desintegración social. Las enfermedades y el acceso a los servicios
de salud, si es privada por el costo que tienen, o si es pública, por el no reconocimiento de su
urgencia y por el maltrato que se recibe, son otra fuente de inseguridad permanente,
especialmente en las familias pobres.

Además, las tensiones y contradicciones de los rápidos y cambiantes procesos de la vida


contemporánea -incluso en las zonas rurales- repercuten en la vida familiar, incorporando pautas y
valores nuevos, en todos sus miembros. El alcoholismo y la drogadicción, como formas de escapar
a la incertidumbre y al sin sentido de la vida; la creación de nuevos lenguajes e imágenes no
compartidas por el grupo familiar terminan también, desarticulando la unidad familiar.

A lo largo de este trabajo hemos podido apreciar la precariedad y carencias de estos factores de
integración familiar. Por ello, se puede afirmar que la familia en Neltume está constituida en la
inseguridad externa e interna, con bajísimas posibilidades para construir un proyecto familiar y un
(19)
tejido de relaciones sociales.

Otros hechos dan cuenta también, de los extremos de la precariedad familiar y las han venido
transformado en su identidad.

El primer hecho se relaciona con el ritual simbólico del casamiento por la Iglesia y por el civil. En
Neltume se puede realizar el casamiento por la Iglesia, pero no se podía acceder -hasta bastante
tiempo después-al matrimonio civil, en el cual por ley se contrae este vínculo.

Frecuentemente sucedía que "yo me casé adentro de la fábrica, por la iglesia, vino el cura a casar
a 30 matrimonios... como tres años después vino el civil, lo trajeron en avión. Ahí nos casamos
todos, todas las personas que estábamos como esposos ya. Fueron más de 80 casamientos por el
civil". En un país como Chile esta situación vivida es grave, porque la legalidad es base fundante
de una cultura que sólo reconoce los derechos del otro en la medida que estos están sustentados
por la legalidad. En este caso, por ejemplo, a lo menos por tres años, la mujer y los hijos tenían la
calidad jurídica de concubina o hijo natural / ilegítimo, condición altamente discriminada en lo legal.

El otro hecho esta relacionado con la violencia que agredió y destruyó a las familias desde el día
12 de septiembre de 1973, cuando llegó carabineros y el ejército a Neltume: "empezaron a venir
furgones de carabineros y milicos... todo se llenó de milicos y a tomar gente al tiro, iban a buscar a
0
las casas, entraban y tiraban todo y sacaban a la gente parecíamos animales maniatados, listo
para ir al matadero, con miedo porque no sabíamos por qué, qué estaba pasando, con miedo nos
empezamos a encerrar en nuestras casas".

La hermana de un ejecutado político relata que "hay gente que se alegró con lo que le pasó a uno,
que hubieran apresado y matado a todos esos infelices... yo no me avergüenzo de mis hermanos...
ellos no fueron unos bandidos, unos ladrones. Después, Dios también llama a las personas para
darle un poco de consuelo... cuando se tiene problemas o cuando se sufre o sufre una mamá...
porque mi misma mamá sufrió mucho, ella vivía llorando".

Más adelante, emocionada recuerda el pasado perdido. "Eran lindos los fines de semana acá, las
familias... mi abuelo... mi mamá, después de lo que pasó no tuvo apoyo ni nada... es feo que yo lo
diga, pero la dejaron sola no la apoyaron, después como que se perdió todo, todo se perdió... esa
unión con mis abuelos con mis tíos, mis tías... todo se echó a perder, al final nos fuimos alejando...
alejando".

La represión y los crímenes cometidos por la dictadura, la implantación del terror destruyó a las
familias; ellas internalizaron el miedo que, a su vez, devino en desintegración de la persona, de la
familia y de la comunidad. Aún hoy, la gente no entiende claramente qué fue lo que les pasó. La
familia, en historia de Neltume, es una institución fundada en la vulnerabilidad.

• Derecho a la participación política y acceder a funciones públicas

Junto a este derecho trataremos en este acápite el derecho de sufragio y el derecho de reunión,
porque estos complementan la realización de la participación política y ciudadana. Adelantamos
que estos son derechos que tienen fuertes limitaciones en su realización y que durante el período
11 de septiembre de 1973 al 05 de octubre de 1988 fueron absolutamente conculcados en
Neltume. Son derechos que se han ejercido con mayor libertad, según los relatos recogidos, sólo
en dos momentos históricos, el período de la Unidad Popular y con posterioridad a la dictadura, a
partir del primer Gobierno de la Concertación, en 1990.

El artículo 21 de la Declaración Universal reconoce a toda persona dos derechos relacionados


entre sí. El "derecho a participar en el gobierno de su país, directamente o por medio de
representantes libremente escogidos" y el "derecho de acceso, en condiciones de igualdad, a las
(20)
funciones públicas de su país."

En los orígenes de la actividad maderera en Neltume los pobladores refieren exclusivamente al


club deportivo y al sindicato como instancias de participación. "Donde más participa la gente son
los Clubes Deportivos... porque les aporta algo recreativo a ellos... es lo único que hay para la
recreación aquí... por eso siempre han existido". No se hacen alusiones a la participación política
en elecciones por ejemplo, salvo en los casos relacionados con cohecho, como veremos más
adelante.

Claramente identifican a las épocas de Frei y Allende como "los tiempos en que hubo muchas
actividades, en todo sentido. Vinieron estudiantes de la universidad, incentivaban a los
trabajadores a trabajar, a organizarse, a hacer esto o lo otro y después vino todo lo malo... por el
hecho de participar los persiguieron... se hacían cosas nuevas y diferentes... yo conozco el caso de
un caballero, yo era niña joven y el no era revoltoso, él participaba... luego se lo llevaron y nunca
más supimos de él"..

Son las mujeres las que evocan con más entusiasmo aquel tiempo pasado en el que, también
ellas, se sintieron parte de un proceso ciudadano. "Antes se participaba más... había centros de
madres y ahí participaban más mujeres".

Cuando se habla de participación todos los entrevistados hacen referencia a un período que
significó para la comunidad un proceso global de participación ciudadana nuevo, no vivido antes.
"La gente toda participaba... las damas también, incluso formaron un centro de madres y la
actividad de las mujeres resaltó... en el hecho político ellas tomaron sus banderas y salieron a la
calle. Antes nunca se vio eso aquí, las mujeres salían a la par con el marido a las concentraciones,
si había que gritar gritaban, o sea, era un proceso completo, global... un 90% de la gente
participaba y estaban bien".

A partir del Golpe Militar la situación cambia de manera radical: "Un año después del Golpe, lleno
de milicos... qué iba a poder conversar uno... cuánta injusticia no vimos nosotros... el miedo
siempre quedó, cuando se fueron los militares, pero siguió el gobierno Pinochet. Se calmó un
poquito la cosa pero igual seguía la gente con miedo, se quedó ese temor. Uno siente
desconfianza de la gente desconocida, porque uno no sabe lo que va a pasar". En adelante, el
miedo a la represión vivida inhibirá toda forma de participación.
Se establecen nuevas formas de relaciones sociales. Se generó el quiebre de la confianza al
interior del colectivo a través de la traición: "muchos, que se decían compañeros se transformaron
en delatores". Otra opinión indica que "cuando llegaron los militares la gente de aquí participamos
muy pasivamente y quizás cobardemente... porque aquellos que antes habían participado muy
fanáticamente andaban delatando a otros". Además se establecen nuevas normas que prohíben
las libertades de movimiento y reunión y se impuso toque de queda, que prohibía transitar después
de ciertas horas y dos personas conversando en la calle eran motivo de sospecha. "Ni en las
familias se conversaba nada... había miedo y mucha desconfianza de todos... si uno conversaba
con un amigo alguien decía en tal parte hay dos conversando... los podían llevar presos. Antes
éramos abiertos en decir yo soy de tal posición o yo estoy con el gobierno, pero la mentalidad
empezó a cambiar." Aparece entonces un aislamiento extremo, que se da incluso al interior de la
familia. Desde el miedo y la desconfianza en el otro, se posibilitó la perversión y/o anulación del
hombre político.

Aún hoy se observa como rasgo distintivo de la población a un ciudadano espectador, "no
conversamos... pasamos bien aislados por desconfianza... salvo con algunas personas más
cercanas, de a poco hemos empezado a hablar entre los que tenemos más confianza." A pesar de
ello, ven humillantes limitaciones a su soberanía: "para los que creemos en la democracia,
pensamos que debe ser una ofensa para el poder civil que no pueda decidir sobre el poder militar".

Los entrevistados no hacen referencia alguna al ejercicio del derecho en su calidad de acceder a
funciones públicas, seguramente porque no han tenido la mínima posibilidad de ejercerlo.

Del Derecho a Reunión que está prescrito en la forma de Derecho de Asociarse Libremente en la
Declaración Universal, artículo 20, al señalar que "toda persona tiene derecho a la libertad de
reunión y de asociación pacíficas" y que "nadie podrá ser obligado a pertenecer a una asociación",
(21)
se puede constatar a partir de lo ya visto que fue, también, totalmente conculcado.

Durante la dictadura su ejercicio se realizó sólo en la medida que fueran asociaciones religiosas,
deportivas o de centros de padres de la escuela; y se trataron de crear inútilmente asociaciones
sindicales de apoyo a la dictadura.

Sólo con las elecciones realizadas el año 88 en torno a la Campaña del Si y No a la dictadura y en
la elección presidencial del año 89 se realizan reuniones públicas: "cuando se hicieron las
campañas, vinieron más de una vez muchachos de afuera, universitarios que no tienen temor a
expresar lo que sienten y creen, la gente los ve, los admira, simpatiza con ellos, comparte el
sentimiento, pero ahí no más, no participa".

Después de la dictadura se creó una Junta de Vecinos, pero se ha visto afectada por un fenómeno
generalizado en el país, la llamada crisis de participación. En este sentido, a propósito de la baja
participación de la gente en ella, se tiene un opinión común: "desgraciadamente, la Junta de
Vecinos no es representativa, o sea sus dirigentes, porque de un total de 400 inscritos que son, el
Presidente de la Junta de Vecinos sacó 37 votos... la gente es cómoda, se llama a reunión y no
viene... y como los estatutos dicen que al tercer llamado se eligen con la personas que asistan,
entonces 37 votos lo eligen".

Es común, también, la opinión que desacredita a sus dirigentes: "no consiguen nada para nosotros
o el pueblo... pero sí la aprovechan para ellos mismos, están un tiempo ahí, mejoran sus casas,
ganan más plata y se relacionan bien... después viene otro y es lo mismo*. Estas opiniones
negativas son análogas a la que un amplio grupo de la población del país tiene del quehacer
político y de la propia conducta de los dirigentes políticos nacionales.

Con posterioridad al año 90 existe la tendencia a formar algunas organizaciones sociales:


sindicatos, centro de madres, grupo ecológico, grupo juvenil, centros de padres de las dos
escuelas, grupo organizador del Festival de la Madera originado desde las actividades de la
escuela y una Junta de Vecinos. La estabilidad de estos grupos, sin embargo, es dispar.
Por otra parte, dado que el Derecho de Sufragio constituye una de las principales formas de
realización de la participación política, quisiéramos señalar al menos dos cuestiones que describen
su nivel de vigencia en Neltume. Lo primero es que en relación a este derecho hay que tener
presente que ha sido tradicional en las zonas rurales la práctica de cohecho para que las personas
voten por un candidato determinado, preferido por el patrón. Los relatos denuncian que esta
antigua práctica se dio en esta comunidad: "para las elecciones venían los asados y los regalos de
los patrones... después nos decían por quien teníamos que votar".

Segundo, las elecciones y los sufragios estuvieron prohibidos y suspendidos en el país durante el
período de la dictadura militar. Las que se realizaron, por ejemplo, la Consulta para apoyar al
gobierno frente a las reiteradas resoluciones de la ONU por violaciones de Derechos Humanos y el
plebiscito para aprobar la Constitución Política del 80, fueron hechas bajo un absoluto control
policiaco-represivo y desinformadas o manipuladas en su información: "siempre tuvimos mucho
temor a expresar lo que sentíamos... aquí la gente emitía su voto secretamente, ni siquiera lo
comentaba con la familia".

Contrariamente, el Derecho Internacional en el artículo 21 de la Declaración Universal en su


número 3, consagra el derecho a sufragio y establece que "la voluntad del pueblo es la base de la
autoridad del poder público; esta voluntad se expresará mediante elecciones auténticas que
habrán de celebrarse periódicamente, por sufragio universal e igual y por voto secreto u otro
(22)
procedimiento equivalente que garantice la libertad del voto".

En este sentido, a pesar de todo, este derecho se ha comenzado a ejercer nuevamente -aunque
con limitaciones- tal como lo confirma un entrevistado al decir que "el 70% de la gente se cansó de
ver a un gorila en el poder... yo voté No, porque había visto demasiada injusticia. Pero... en el
parlamento no decide esa mayoría que ganó sino que deciden los mismos que dejó Pinochet: los
senadores designados, personas que nadie elige son los que están decidiendo el destino de un
país".

La gente considera que actualmente "hay más apertura... alguien puede decir con más franqueza
'yo pienso esto... puedo conversar en la calle con alguien sin problemas'; pero, como tuvimos
mucha desconfianza nos encerramos en nosotros mismos, sin hacer públicas las opiniones. Si
mañana viene un candidato, aquí no va ni siquiera el 20% de los que debieran".

En Neltume la participación está auto-limitada por el miedo y la desconfianza. "Presentimos que


alguien por ahí va a estar mirando, para tenernos en la lista para el futuro... así que estamos muy
metidos para adentro, para la familia... mientras no cambie la situación vamos a seguir así, y veo
muy lejano los cambios".

A modo de conclusión

La primera constatación de la historia de Neltume es la casi ausencia de cambios y


transformaciones en las condiciones de vida general de la comunidad. En la base de esta ausencia
está instalada, a modo de un rasgo común y continuo la explotación humana, que se ve facilitada
al extremo por la necesidad de sobrevivir de una población históricamente carenciada de todos los
elementos que le permiten un desarrollo mínimo y, por tanto, acepta la negación de todos sus
derechos.

A los habitantes de Neltume se les impide el derecho a reunirse, a compartir, a formar


organizaciones y sindicatos para exigir que se les garanticen la satisfacción de sus necesidades
mínimas para alcanzar un nivel de vida más digno. Pero no sólo se les impide su derecho a
petición, sino que se les controla, se les espía, se los margina y si llegan a realizar una huelga y
plantear un pliego de peticiones mínimo se destruye su débil organización, se les persigue, se les
expulsa, se les encarcela. Esta situación conduce al temor, al miedo, por tanto al aislamiento y al
sentimiento de pérdida de la posibilidad de intercambiar con el otro, para que en conjunto
reivindiquen sus derechos y presenten sus mínimas demandas.
El temor a perder el trabajo, el miedo a no poder sobrevivir, no sólo el individuo en su calidad de
trabajador, sino sus hijos, su esposa, su familia, hace que el hombre de esta comunidad, demore
cerca de dos décadas, luego de su primera huelga, en volver a organizarse y sentir nuevamente la
fuerza de un actuar conjunto, de estar en lo mismo, de sentir la unión con lo otros, la posibilidad de
un avance real de su condición humana.

Se suma a esta situación la falta de seguridad social, nada es posible, nada puede exigirse, nada
puede esperarse. La desesperanza, la vulnerabilidad de la vida frente al futuro es un sentimiento
profundo y por años internalizado.

Esta población explotada y marginada no tiene las más mininas posibilidades de desarrollar sus
innatas cualidades humanas. Todos los derechos les son negados o se otorgan en forma
restringida; no hay derecho al descanso, al disfrute del tiempo libre, a la posibilidad de reflexionar
sobre si mismo, de meditar, de proyectar, de aspirar a un más y a un crecimiento como personas.
Esta negación de los derechos lleva al abandono de sí mismo, a la necesidad de evasión, de
embotamiento de los sentidos mediante el alcohol. Así se ahonda en el sin sentido, allí donde la
vida, a causa de las condiciones en que transcurre, no tiene ya sentido.

El derecho a la salud, derecho en que el hombre busca comprender, estudiar y combatir la


enfermedad y la muerte para sanarse, para desarrollarse física y mentalmente, en la población del
Complejo Maderero así como en la mayoría de los pueblos marginales de América Latina, no
existe. Más aún, en el análisis que hemos realizado de este derechos hemos encontrado ausencia,
abandono y en muchos casos, más bien perjuicio y daño que asistencia.

En cuanto al derecho a un medio ambiente sano en este poblado, como en tantos otros del tercer
mundo que viven de los recursos naturales, se aprecia una contradicción fundamental: aunque se
vive de lo que se explota -los recursos naturales, el sistema ecológico, el paisaje- el entorno se va
paulatinamente destruyendo, perdiéndose. Y, aunque lo que se explota constituye su medio, su
cultura y su presencia, nunca redunda en beneficio o crecimiento del hombre y las familias que
habitan ese entorno. Estos se ven cada día más despojados y carenciados al no recibir
compensación por la explotación que se hace de su habitat, de su casa y morada, del lugar
protector en el cual el individuo nace, crece y desarrolla. Se ha visto lo dramático que es el
sentimiento de pérdida de los recursos naturales, que sólo han permitido sobrevivir. No hay futuro
sino pérdida, despojo y desesperación frente a lo venidero.

Quizás el análisis del derecho a la vivienda es el que mejor objetiva materialmente la violación de
todos los derechos, económicos, sociales y culturales, especialmente a través de los relatos que
permiten percibir e imaginar los "rucos", las primeras casas de los trabajadores del Complejo. En
ellas, al hacinamiento, la falta de privacidad, se agrega el frío penetrante del invierno o el calor
inevitable del verano. Junto a ello. la miseria y la insalubridad. En el presente tampoco existe una
vivienda digna, tranquila, habitable; la evolución y el progreso sólo se observa en los nuevos
materiales empleados para la construcción de la casa, pero no en la amplitud, en el agrado, en el
espacio digno para vivir.

La educación que por excelencia es el derecho que ayuda al desarrollo de las capacidades
intelectuales y mediante ellas a la conformación de una personalidad con elementos básicos de
seguridad, confianza y reconocimiento de la propia identidad que permiten desarrollar la dignidad
para sí mismo y con los demás, es siempre postergada por el mundo de los patrones y
empresarios. En Neltume, tal como sucede en todas las regiones del continente, es la Iglesia la
que inicia el proceso de enseñanza, años después de creada la fábrica. Doce años después se
construye la Escuela Municipal; no habrá en estos poblados más que una enseñanza primaria, que
habilita y disciplina exclusivamente para la reproducción del trabajo de obrero o empleado para
toda la vida.

Son el conjunto de las condiciones materiales y culturales de vida de la comunidad de Neltume las
que vienen a conculcar el derecho a la familia y patologizan su despliegue interno, en tanto núcleo
básico de la sociedad que debiera constituir desde el amor y la libertad del hombre y la mujer el,
por excelencia, sano espacio para la continuidad y reproducción de la especie, de su subsistencia
y su sociabilidad. Las inseguridades externas e internas que rodean la vida de estas familias
pobres son los factores que niegan un proyecto familiar, pervierten las relaciones sociales e
inhiben los procesos de identidad de las personas.

Esto se agrava en el espacio público de esta comunidad por la carencia de las condiciones de
participación social individual y comunitaria. La persecución, el crimen y la interdicción política, la
prescindencia sistémica en la consideración de la comunidad para pensar la realidad social y
formular proyectos de país. El rol puramente formal que se le asigna al sujeto político en nuestros
precarios sistemas democráticos coadyuvan al proceso de anomia social que gesta la soledad del
individuo contemporáneo, con miedos y desconfianzas frente al otro.

La condición histórica de amenaza a la vida y ausencia de oportunidades descrita, es parte integral


de un sistema político, económico y cultural que se sustenta en un proceso permanente de
marginación y exclusión social.

Lo anterior en el caso de la comunidad de Neltume se ve multiplicado en su calidad de daño social


por el Golpe Militar, su violencia criminal y prohibición de la praxis política. Tal como lo hemos
demostrado en múltiples documentos de sistematización de la experiencia institucional de defensa
y promoción de los derechos humanos y del análisis casuístico de la atención jurídica y psico-
terapéutica a las victimas y sus familiares, las graves, masivas y sistemáticas violaciones a los
derechos humanos acontecidas en Chile durante la dictadura militar -por la propia naturaleza de
los crímenes cometidos- han generado efectos impredecibles en el conjunto de la sociedad, han
modificando la percepción que las personas se forman del mundo y de la realidad y, han
transformando profundamente los cañones valóneos de regulación de la convivencia social.

Los crímenes de lesa humanidad ejecutados en contra de un pueblo y la represión sistemática a


sus libertades fundamentales terminan siendo instrumentos antropogenéticos cuyos efectos,
(23)
vivenciados pero simultáneamente desconocidos en su real dimensión, modifican el ethos y la
naturaleza del ser humano y de las sociedades.

El terrorismo de Estado aniquiló, en su momento de origen, la vida comunitaria en Neltume. En


efecto, la Unidad Popular significó el inicio de una vida comunitaria que había empezado a
despertar tímidamente, aunque es muchas veces percibida como un proceso político en el que
involucraron a la comunidad, más que un proceso social construido por la participación autónoma
de ella. Como fuera, se trató de una breve experiencia de rebelión, autonomía y participación
social.

Los efectos de aquel, repercuten hasta la actualidad. Frente a los cambios políticos ocurridos en el
país hemos visto que yace la desconfianza, el miedo y el escepticismo. Se añora un pasado mítico
de orden, se desconfía de la política y de los políticos, se teme a que vuelva a ocurrir lo que
ocurrió, no se cree en las instituciones ni en el Estado, no se vislumbran cambios. La comunidad
se niega y resiste a la participación social.

Esta conducta social de la comunidad se ve propiciada por un modelo económico que fue posible
imponer por la represión y que ha consolidado un nuevo periodo del capitalismo. Sus políticas han
producido un crecimiento desigual de las economías de los países y al interior de ellos y, la
modernización de algunos sectores coexiste con la exclusión y marginación de las mayorías
populares, lo que se manifiesta en el desempleo, el subempleo y la pérdida progresiva de
conquistas y derechos económicos y sociales frente al Estado, así como en la indefensión frente al
poder de la empresa privada, nacional y/o internacional.

Estos procesos descritos dan origen a tres temores funda- mentales en las personas y la
comunidad: temor al otro, el temor a la exclusión social y el temor al sin sentido, que fracturan y
muchas veces anulan, la confianza en los otros, el sentido de pertenencia y las certidumbres que
(24)
ordenan el mundo de la vida cotidiana".
De aquí emerge el obstáculo que impide la construcción del vínculo social y aparece la
construcción de una nueva cosmovisión del habitante de Neltume, donde cada persona intenta
sobrevivir por si misma y no a partir de un esfuerzo común de integración. Las nuevas formas del
capitalismo contemporáneo han dado origen a un nuevo individualismo.

Por el carácter mismo que ha asumido la transición política, de rasgo continuistas en diversos
aspectos, los problemas políticos nacionales siguen ligados al predominio del neoliberalismo y la
persistencia de la pobreza y la exclusión social. Esto lo ratifica las palabras de un entrevistado; al
despedirnos de él nos hace un último comentario: "les agradezco mucho por venir a mi casa, me
hubiese gustado poder atenderlos, pero tengo cinco niños... y la plata acá no alcanza para nada".
Esta despedida cariñosa da cuenta cabalmente de las condiciones de vida de la población de
(25)
Neltume. Pobreza.

Por todo ello y por las condiciones de vida de la comunidad de Neltume es que afirmamos que el
panorama de los derechos económicos, sociales y culturales en el país es de profunda
desprotección. Si actualmente -como ya lo hemos sostenido- existe la obligación ética y jurídica de
avanzar hacia una cada vez más plena vigencia de estos derechos y si la calidad de la democracia
se mide por el nivel de realización y vigencia del conjunto de los derechos humanos, quedan en
evidencia los vacíos de nuestro sistema democrático y la falta de real compromiso por parte del
Estado de asumir sus obligaciones internacionales en relación a promover decididamente
condiciones de vida según los cañones mínimos que impone y dicta la Doctrina de Internacional de
Derechos Humanos.

El Estado ni siquiera ha elaborado un informe periódico del grado de vigencia y cumplimiento de


estos derechos, que debe presentar obligadamente al Comité Económico y Social de Naciones
Unidas. Los gobiernos de la Concertación no han asumido esta responsabilidad derivada de la
normativa internacional vigente en el país. Es por ello que este trabajo, aunque no pretende ser un
Informe Alternativo, sí se constituye en un descriptor de los niveles de vida nacional para muchas
localidades, especialmente las rurales, que son siempre catalogadas como zonas o comunas
pobres y más pobres del país.

En este sentido, este trabajo es un desmentido dramático a la imagen internacional de éxito que se
expone falsamente del país. Las políticas de superación de la pobreza y de crecimiento con
equidad sugeridas por los organismos internacionales e implementadas por los gobiernos de la
Concertación, por lo menos hasta ahora, han resultado de suyas inoperantes y demagógicas. Chile
continúa limitando al centro de la injusticia.

Bibliografía

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• Bobbio, Norberto et al. Diccionario de Política. Siglo Veintiuno, México, 1991.
• CEPAL-IIDH. La Igualdad de los Modernos. Reflexiones acerca de la realización de los derechos
económicos, sociales y culturales en América Latina 1997.
• Constitución Política de la República de Chile 1980. Editorial Jurídica de Chile, 1993.
• Corporación Nacional de Reparación y Reconciliación. Contenidos Fundamentales de Derechos
Humanos para la Educación. Santiago, Chile, 1995.
• Moulian, Tomás. Chile Actual: Anatomía de un Mito. Colección Sin Norte. Edic. LOM-ARCIS,
Santiago de Chile, 1997.
• ONU. Derechos Humanos. Recopilación de Instrumentos Internacionales. Nueva York, 1988.
• 0'Donnell, Daniel. Protección Internacional de los Derechos Humanos. Comisión Andina de
Juristas, Lima, 1989.
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LOM, Santiago, Chile, 1999.
• PNUD. Desarrollo Humano en Chile1998. Las paradojas de la modernización. Santiago, Chile,
1998.
• Real Academia Española. Diccionario de la Lengua Española. Madrid, 1970.
• Rojas Paz et al.Chile Recuerdos de la Guerra. Valdivia-Neltume-Chihuio-Liquiñe, Serie Verdad y
Justicia, Vol. 2. CODEPU-EMISION, Santiago, Chile.
• Salazar, Gabriel; Pinto, Julio; et al. Historia Contemporánea de Chile. LOM, Santiago de Chile,
1999.

Notas:

1. También el Pacto de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, en el articulo 9 reconoce el derecho a la seguridad social y el
articulo 10.2 refiere el tema de la protección de la maternidad relacionado con este derecho.

El articulo 19 N.18 de la Constitución Política, asegura a todas las personas el derecho a la seguridad social. Resalta la idea que el
Estado debe garantizar el acceso de todos los habitantes al goce de prestaciones básicas uniformes, a través de instituciones
públicas o privadas. El otorgamiento de las principales prestaciones de seguridad social, como las pensiones de vejez, invalidez y
sobrevivencia, está en manos de entidades privadas llamas Administradoras de Fondos de Pensiones (AFP), establecidas y
reglamentadas en el D.L N° 3.500, de 13 de noviembre de 1980. Existen otras prestaciones que son de cargo fiscal, como por
ejemplo, las asignaciones familiares y los subsidios de cesantía (DFL N° 150, de 1982) y las pensiones asistenciales (D.L 869,de
1975).

2. El Derecho Nacional en el Código del Trabajo, en sus artículos 22 a 39 y artículos 65 a 75, también incorpora normas al respecto.

3. Dadas las actividades que se están relatando en relación a este derecho y las que se referirán más adelante en el Derecho de
Educación, es evidente la conculcación y / o limitaciones graves del derecho a la participación y goce en la vida cultural y el
progreso científico (cfr. articulo 27, nº 1, de la Declaración Universal de Derechos Humanos).

4. El Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales lo consagra en el articulo 11, nº1. La Constitución Política
del Estado, en el articulo 1º, inciso 4º.

5. Pacto de Derechos Económicos, Sociales y Culturales. Articulo 2, nº1.

6. Cfr. PNUD. Op. cit.

7. Fuente: Unidad de Estudios. Colegio Médico de Chile.

8. Instituto de Salud Previsional.

9. El Derecho Nacional, en el articulo 19 ?9 de la Constitución Política, asegura a todas las personas el derecho a la salud, poniendo
énfasis en la libertad de las personas para elegir el sistema (público o privado) al que deseen acogerse y no en el sentido protector
del derecho, el cual el Estado debe garantizar.

10. Cfr. en este mismo libro, trabajo sobre efectos de la impunidad en la población de Neltume.

11. Astorga, Eduardo. Derechos Humanos y Medio Ambiente. EN, Aylwin, José. Derechos Humanos, desafíos para un nuevo
contexto. Santiago, Comisión Chilena de Derechos Humanos, 1992. p 222

12. El mismo articulo 19, N° 8 de la Constitución reconoce "el derecho a vivir en un medio ambiente libre de contaminación",
agregando que "es deber del Estado velar para que este derecho no sea afectado y tutelar la preservación de la naturaleza". En el
articulo 19, Nº 24 de la Constitución sobre el derecho de propiedad, señala que en función de "la conservación del patrimonio
ambiental" se pueden establecer limitaciones y obligaciones legales a la propiedad. La Ley sobre Bases Generales del Medio
Ambiente (1994), regula este derecho, y creó la Comisión Nacional del Medio Ambiente, CONAMA, organismo público encargado de
velar por el cumplimiento de la legislación en esta materia, proponer políticas y financiar proyectos y actividades destinados a la
protección del medio ambiente, la naturaleza y el patrimonio ambiental.

13. Fundación Para la Promoción del Desarrollo Sustentable. TERRAM. Santiago, 1998. Pág. 14.

14. Fundación TERRAM. Op. cit, pág. 14.

15. Las canoas son troncos ahuecados por donde se conduce el agua desde vertientes naturales.

16. Instituto Nacional de Capacitación Profesional

17. Arriagada, P. El financiamiento de la Educación Superior en Chile. FLACSO 1997.


18. El Derecho Nacional, en la Constitución en el articulo 1°, indica que "la familia es el núcleo fundamental de la sociedad y que es
deber del Estado resguardar la seguridad nacional, dar protección a la población y a la familia, propender al fortalecimiento de ésta,
promover la integración armónica de todos los sectores de la Nación y asegurar el derecho de las personas a participar con igualdad
de oportunidades en la vida nacional". Otras normas se encuentran en el Código Civil y en la Ley de Matrimonio Civil.

19. Cfr. PNUD. Op. cit.

20. Ambos derechos se encuentran garantizados también por el articulo 25 del Pacto de Derechos Civiles y Políticos y por el artículo
23 de la Convención Americana. El derecho nacional los consagra respectivamente en el inciso 5 en los artículos 1 y 13.

21. Establecen también el derecho a reunión el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, en su articulo 22 y la
Convención Americana en el 16. Ellos contemplan la posibilidad de limitar este derecho, de acuerdo a las necesidades de una
sociedad democrática, en interés de la seguridad nacional, de la seguridad o del orden público, o para proteger la salud o la moral
públicas o los derechos o libertades de los demás. La Constitución Política chilena en su artículo 19, Nº 5 asegura este derecho.

22. El derecho a voto también se encuentra reconocido en el articulo 25 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos y en
el articulo 23.1 de la Convención Americana. El derecho nacional lo garantiza en el articulo 5, en el art. 13 y en los artículos 15 y 18.
También en dos leyes: la Ley N° 18.556 Orgánica Constitucional sobre Sistema de Inscripciones Electorales y Servicio Electoral y la
Ley Nº 18.700 Orgánica Constitucional sobre Votaciones Populares y Escrutinios.

23. Ethos significa etimológicamente costumbre, hábito, habitat, casa y morada; es decir, un lugar protector en el cual el individuo
nace, crece y se desarrolla; un lugar no elegido sino que dado, donde el individuo se constituye como tal. El ser del individuo se
constituye como tal según su propio ethos, aunque el ethos no es el ámbito exclusivo de la constitución del ser. La genealogía del
ethos es un proceso social formado en un extenso tiempo histórico, por ello se habla de ethos época; sus cambios no acontecen en
la inmediatez del hecho histórico, sino que suceden imperceptiblemente en extensos periodos.

24. PNUD.Op.Cit.,pág.21.

25. Cabe tener presente el Estado, por la vigencia del Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales que se
estableció como ley nacional en mayo de 1989, se encuentra obligado a adoptar todas las medidas indispensables para la
realización y efectividad de los derechos económicos, sociales y culturales.

En Chile, el artículo 19 de la Constitución Política consagra estos derechos: a vivir en un ambiente libre de contaminación, a la
protección de la salud, a acceso a la educación, a la libertad de enseñanza, a la seguridad social, a la sindicalización, a la propiedad
y a la propiedad intelectual. El mecanismo de protección de estos derechos figura en el articulo 20 de la Constitución. Sin embargo,
este recurso de protección validado sólo permite una salvaguarda parcial e indirecta del derecho, en cuanto tiende a garantizar
derechos individuales y no sociales propiamente tal; por ejemplo, en el caso del derecho a la salud, lo que se garantiza es el
derecho a elegir libremente el sistema de salud.

UNA HISTORIA INCONCLUSA:

UNA HISTORIA INCONCLUSA: LOS CRÍMENES Y LA IMPUNIDAD

(1)
Dra. Paz Rojas B.

Este ensayo está basado en una praxis concreta de trabajo en terreno. Médico, psicológico, social
y educacional con las personas, familias, grupos y comunidades, que habitaban y habitan hasta la
actualidad las zonas precordilleranas y cordilleranas de la X Región de Chile, denominada Región
de los Lagos, y que formaron parte del Complejo Maderero y Forestal Panguipulli Ltda.

Este análisis se hará, principalmente, desde la perspectiva médico-psicológica, la cual uniremos a


los conceptos contemporáneos de Derechos Humanos, con el fin de construir un modelo de Salud
Mental y Derechos Humanos, que nos permita profundizar sobre las graves y profundas
consecuencias, que sobre las personas y los colectivos sociales tienen sus violaciones y el no
cumplimiento de sus principios jurídicos a nivel nacional, regional o internacional. En este trabajo
nos referiremos exclusivamente a los así llamados Crímenes Contra la Humanidad, entrelazados
casi siempre o siempre a la Impunidad de los responsables.

Ambos fenómenos, no resueltos aún, a meses del término de este segundo milenio, van dejando
como huellas indelebles, grabadas en las profundidades de la subjetividad e intersubjetividad
humana, los estigmas de la crueldad y el ocultamiento de la violencia humana.
Este ensayo sintetizará la experiencia de lo vivido y compartido con los habitantes de una pequeña
zona, de una región de Chile. Ella representa, sin embargo, así lo creemos, un microcosmos de las
consecuencias que muchas gentes y poblados de América Latina, y tal vez de otras partes del
mundo, han vivido en el curso de la historia, donde las violaciones de los derechos Humanos,
ocurridos durante y después de la segunda Guerra Mundial y, muy especialmente, en la época de
la Guerra fría, se transformaron en una dolorosa realidad que se hizo cotidiana.

Al iniciar este trabajo, numerosas preguntas nos acosan:

• Qué ha sucedido en el proceso de construcción del sujeto en esta segunda mitad del siglo XX
que está por terminar?

• Cómo los hombres han ido sistematizando sus crímenes y elaborando normas, Convenios,
Convenciones y Tratados Regionales e internacionales para definirlos, perseguirlos y castigarlos.

• Qué ha sucedido con el proceso del conocer, saber y elaborar en las comunidades humanas
sometidas a crímenes contra la humanidad y a la impunidad.

• Qué consecuencias han tenido sobre las personas, las familias, las comunidades, las catástrofes
humanas producidas.

• Cómo y por qué se pretende reparar sin conocer y se intenta reconciliar sin saber, sin juzgar.

La Declaración Universal de los Derechos Humanos y su violación en el Complejo.

"A pesar que la violencia, los crímenes, la agresión intrínseca de los seres humanos se registran
desde los inicios de la historia de la humanidad, fue sólo después del genocidio de la Segunda
Guerra Mundial en este siglo, cuando personalidades de distintas nacionalidades, de distintos
grupos ideológicos, representantes de diferentes poderes políticos y económicos, percibiendo la
magnitud y profundidad del crimen cometido contra las personas y contra los propios pueblos,
inician la elaboración de los conceptos contemporáneos de Derechos Humanos".

"Es en base a esta realidad que se elabora el primer instrumento internacional que vincula la
(2)
responsabilidad del Estado ante sus nacionales y ante las demás naciones del mundo".

El primer instrumento que se elabora fue la Carta de las Naciones Unidas. Ella fue aprobada en la
Conferencia de San Francisco que se realizó entre el 25 de abril al 26 de junio de 1945. Es decir,
contemporáneamente al inicio de la creación del Complejo.

En esta Carta se establece la creación de la Comisión de Derechos Humanos de Naciones Unidas.


Previamente, el Tribunal Militar Internacional, establecido en la ciudad de Nuremberg para juzgar
sólo a 26 criminales del régimen nazi, definió por primera vez en la historia tres categorías de
crímenes que debían ser juzgados, por el Derecho Internacional: Crímenes contra la Paz;
Crímenes de Guerra; y Crímenes contra la Humanidad. A. Casesse describe éstos últimos
crímenes en los siguientes términos: "Ellos son por sí mismos actos intencionales, realizados
contra las personas y la población civil indefensa, a las cuales se le niega su íntima condición
humana. Así el crimen de lesa humanidad no tiene como fin el sólo herir o dar muerte, sino que
acompaña esas heridas o esas muertes con una violación voluntaria, deliberada o gratuita de la
(3)
dignidad de sus víctimas".

De la Declaración Universal de Derechos Humanos adoptada y proclamada por la Asamblea


General el 10 de Diciembre de 1948, queremos sólo destacar el primer considerando de su
Preámbulo:

"Que la libertad, la justicia y la paz en el mundo tienen por base el reconocimiento de la dignidad
intrínseca y de los derechos iguales e inalienables de todos los miembros de la familia humana" y
el Artículo 1° de esta Declaración que dice: "Todos los seres humanos nacen libres e iguales en
dignidad y Derecho y, dotados como están de razón y conciencia, deben comportarse
(4)
fraternalmente los unos con los otros".

Relataremos, cómo desde horas después del Golpe de Estado, los habitantes del Complejo
vivieron, la dramática violación de sus derechos humanos, principalmente del derecho a la libertad
y a la vida. En Chile se instaló desde un primer momento, lo que ha sido definido como Terrorismo
de Estado es decir, "Aquel que dispone del monopolio de la violencia que sustituye el orden, la
regla, la historia institucional a su arbitrio, desembarazándose de cualquier limitación legal para
(5)
aplicar la violencia en forma planificada, y eficaz como un arma de opresión".

A través de la violencia del Golpe Militar del 11 de septiembre de 1973 y en los días que le
siguieron, se instaló en la interioridad de las personas que habitaban esta región, una situación
limite, es decir, "aquella que tiene un carácter dramático, inevitable e incomprensible, una duración
(6)
incierta, que se vive como infinita y que provoca una sensación de impotencia total frente a ella".

En esta situación se concretizó la experiencia de vivir un crimen; aquel acto humano históricamente
no aceptado, prohibido, censurado, castigado y cuyo significado hasta ese entonces estaba sólo en
el imaginario social, en el subconsciente colectivo y era ignorado por las improntas culturales de
estas comunidades. Ellos se transformaron en una dramática e ineludible realidad. Los actos de
represión, persecución y de muerte se instalaron en la exterioridad, en el ámbito de estos
poblados, los crímenes que aquí se cometieron no fueron crímenes comunes, sino que fueron
crímenes de lesa humanidad, como lo veremos.

Esta población vivió "desde el amedrentamiento hasta la guerra psicológica permanente, desde la
persecución hasta la muerte o desaparecimiento, desde la detención, prisión y tortura hasta la
desintegración de la esencia misma que los constituía como personas, desde las dudas y el
desconocimiento de la verdad de lo ocurrido hasta la consolidación de una impunidad casi
(7)
absoluta".

Al llegar a la región en 1989, es decir, 16 años después del Golpe de Estado, pudimos constatar
que la práctica humana, de terror impuesta por la dictadura, había producido graves trastornos
psicológicos individuales y de orden comunitario. Las conductas, los comportamientos,
antiguamente solidarios, el que hacer conjunto, de intercambio cotidiano, de contacto con el otro,
de trabajo y de juego, donde los espacios colectivos eran comunes, con normas sociales,
predominantemente campesinas: simples, directas, afectivas, se habían transformado
radicalmente; como nos las describieron los familiares de las victimas y algunas personas que
habían en estos lugares los años previos a la dictadura. La comunicación humana se había
perdido, un violento proceso de de-culturalización se había producido por el terror impuesto por la
dictadura.

El miedo y la desconfianza invadían las subjetividades, ambos se habían transformado ahora, en


los elementos que regían las relaciones sociales. La intersubjetividad no sólo estaba rota, sino que
se había pervertido. Inicialmente no nos recibieron, no nos hablaban, es más, en muchas
ocasiones, nos rogaban que nos fuéramos, y a veces hasta nos agredían. Nuestras preguntas
chocaban contra el mutismo o respuestas monosilábicas. Durante esos 16 años, no habían
hablado de lo que allí había sucedido, no nombraron, guardaron silencio. Como que el terror, la
presencia de la violencia, la tortura, la muerte, el desaparecimiento hubiese producido no sólo un
trauma psíquico individual sino también comunitario. Debido seguramente a que las personas no
contaron más con el apoyo o marco social para su desarrollo, su intercambio, su crecimiento, "la
(8)
articulación entre el psiquismo y la sociedad se había roto brutalmente". La prueba de la realidad
formadora de todas las instancias psíquicas se había transformado por la existencia de los
crímenes en una agresión permanente, en una destrucción, no sólo de la propia identidad
personal, sino también de la identidad colectiva, por las relaciones perversas que los militares
habían entablado con los habitantes. El intercambio con el ambiente, con la exterioridad, con el
otro, por la presencia real o imaginada de la muerte se había perdido.
Un hombre de 70 años, analfabeto, que había llegado al Complejo el año 1949, relata en estos
términos lo vivido en el periodo del Golpe: "Cuando se los llevaron detenidos nadie pensaba lo que
iba a pasar, nadie pensaba que los iban a fusilar; cuando fusilaron a los jóvenes todos
esperábamos lo mismo, teníamos miedo de salir, la gente tenía miedo de ir a la montaña a
maderear, entre los árboles aparecían los militares... Esos años vivimos pésimo, imagínese que
mandaron a ficharnos a todos, nos sacaban fotos. Eran fotos para el Ejército y todo el campo
estaba lleno de militares".

Otro hombre de 60 años, que llegó al Complejo luego de la Huelga del año 1951, dice en relación
al Golpe: "Creí que nos iban a matar a todos, que nos iban a tomar, que nos iban apalear hasta
morir. Durante dos años se estuvo clasificando a la gente. A los que se llevaron yo los conocía... se
perdieron.... los agarraron, los echaron arriba en furgones, los tiraban como palos, amarrados de
pie y manos".

Un obrero de 71 años que llegó a Neltume el año 1946 describe la situación: "Cada cien metros
había un milico, y nos controlaban. Cuando iba a turno de noche me paraban siempre y me
interrogaban... Había milicos en todas partes".

Una mujer que llegó a Neltume en 1958, señala que "Para el Golpe lo que me conmovió era que
los militares iban a buscar a los jóvenes, los míos por suerte eran chicos... ¡Cómo no íbamos a
sentir miedo!... Y era un sufrimiento para esas pobres mujeres que buscaban a sus hijos por todos
lados. Estábamos aterrorizados, dejamos de hablar, de comunicarnos, porque decían que los
militares andaban escuchando día y noche, que tenían grabadoras. Toda la gente andaba
asustada, durante años estuvimos así".

Un campesino de 60 años que llegó a trabajar en el Complejo 10 años antes del Golpe, dice: "La
vida familiar se mantuvo siempre, porque las familias eran muy unidas, por principios antiguos, del
tiempo de los patrones, sin embargo quedaron encerradas en sí mismas... la gente tuvo que pagar
consecuencias terribles... fue demasiado fuerte, lamentablemente muchas familias se
desintegraron, perdieron sus seres queridos, muchos hogares quedaron sin el jefe.. yo vi como
detenían amigos míos, vi gente llorando en las filas de los militares..."Describe luego el Golpe
Militar: "Llegaron helicópteros el día 72 temprano en la mañana, disparando, era un acoso
cotidiano, todos mirábamos por las ventanas, escondidos, detrás de la puerta... Luego del Golpe y
la represión el pueblo quedó como un pueblo de fantasmas... Mucha gente andaba con los milicos
dando datos, de la mano de los milicos, vigilando... Ahí empezó a nacer la desconfianza, yo no
podía conversar con una persona abiertamente. Porque yo no sabía si esa persona me iba a
delatar... Nadie conversaba nada de nada, lo único que decían 'detuvieron a tal persona y nada
más. La gente iba sólo a su trabajo, sin hablar". Además, describe la violencia; "los militares y los
Carabineros se comportaban en tal forma que uno sentía que si querían podían matar no más, esa
era la Ley que estaba imperando, y mucha gente inocente estuvo preso... "Por último relata la
(9)
desconfianza permanente "Durante la campaña del plebiscito nadie decía nada, no se vio un
solo afiche. Porque aquí todavía no estamos en democracia".

A través de estos relatos podemos aseverar que a la enajenación sociocultural por la privación de
los derechos económicos, sociales y culturales se agregó o se consolidó la anomia, en el sentido
señalado por Durkheim, es decir, la destrucción de todos los vínculos sociales, tradicionales y el
hecho de que toda la organización verdaderamente colectiva se había hecho secundaria, respecto
al Estado, anquilosándose toda vida social auténtica.

Este acercamiento preliminar a las personas y las comunidades que habitaban esta región nos
permitió unir los artículos más relevantes de la Declaración Universal, ya señalados, con la realidad
producida por la violencia, que había atentado contra la esencia misma de la dignidad humana.

Las Convenciones sobre Crímenes contra la Humanidad: Su expresión en el Complejo

• Tortura
La mayoría de los sobrevivientes de esta Región fueron detenidos y sometidos a tortura. El 9 de
diciembre de 1975, dos años después del golpe de estado en Chile, la Asamblea General de las
Naciones Unidas elaboró una "Declaración sobre la Protección de todas las Personas contra la
Tortura", casi diez años después, el 10 de diciembre de 1984, aprobó la "Convención contra la
Tortura y otros tratos o penas crueles inhumanos o degradantes". El texto compuesto de 33
artículos entró en vigor el 26 de junio de 1987. En su Introducción se lee: "La práctica de la tortura
es una violación de los derechos humanos, particularmente grave y, como tal, rigurosamente
condenada por el Derecho Internacional y, en particular, por la Declaración Universal de Derechos
Humanos que proclama en su artículo 5: 'Nadie será sometido a tortura ni a penas o tratos crueles,
inhumanos o degradantes'". Con fecha 26 de noviembre de 1988, el gobierno militar de Chile
publicó en el Diario Oficial los Decretos 808 y 809 del Ministerio de Relaciones Exteriores, que
promulgaron como leyes de la República dicha Convención y la Convención Interamericana "para
prevenir y sancionar la tortura" aprobada por la Organización de Estados Americanos el 9 de
diciembre de 1985.

En ambas Convenciones, se define lo que se entiende por Tortura en los siguientes términos :

"Se entenderá por el término tortura todo acto por el cual se inflija intencionadamente a una
persona dolores o sufrimientos graves, ya sean físicos o mentales, con el fin de obtener de ella o
de un tercero información o una confesión, de castigarla por un acto que haya cometido, o se
sospeche que ha cometido, o de intimidar o coaccionar a una persona o a otras, o por cualquier
razón basada en cualquier tipo de discriminación, cuando dichos dolores o sufrimientos sean
infligidos por un funcionario público u otra persona en el ejercicio de funciones públicas, a
instigación suya, o con su consentimiento o aquiescencia. No se consideran torturas los dolores o
sufrimientos que sean consecuencias únicamente de sanciones legítimas o que sean inherentes o
incidentales a éstas".

Interesante es señalar que en la definición de la OEA se agrega lo siguiente:" Se entenderá


también como tortura la aplicación sobre una persona de métodos tendientes a anular la
personalidad de la victima o a disminuir su capacidad física o mental, aunque no causen dolor
físico o angustia psíquica", concepto que tiene una aplicación exacta, en las personas familiares de
detenidos desaparecidos.

Desde 1973, es decir 11 años antes que ambas Convenciones fueran promulgadas habíamos
comprobado que los 4 enunciados centrales de ellas, se habían cumplido rigurosamente, más aún
en los sobrevivientes que atendimos en las zonas cordilleranas y precordilleranas de la X Región,
aún cuando habían pasado 16 años de que ellos la habían vivido y experimentado, el acto de
tortura había quedado grabado nítidamente en sus recuerdos. Se enfrentaron a una nueva forma
de violencia, muy diferente a las otras que habían sufrido en el curso de su vida. Ella era una
agresión intencional, expresamente ordenada por la dictadura que usó sus técnicas, sus lugares,
sus funcionarios para aplicarla en forma lúcida y consciente. Utilizaron la razón para destruir. Se
trató de una violencia máxima, ejecutada en forma brutal, para que ella se difundiera del cuerpo
individual al cuerpo social. Se trataba de paralizar, de someter mediante el terror. Esto, la
diferenció de los otros tipos de violencia interhumana, individual, familiar, social, cultural, étnica o
laboral y por ello mismo alcanzó su nombre, el de Crimen de lesa Humanidad.

En ella, como dijimos la situación de desigualdad humana es absoluta. Los habitantes de esta zona
se encontraban a merced de las fuerzas armadas. La violencia provenía de un solo bando "en el
acto de tortura se produce una conjunción humana perversa. Las personas que la sufrieron
relataron que ellos estaban absolutamente inermes, indefensos, impotentes frente a los
torturadores, los que tenían todo el poder y la fuerza para avasallarlos y destruirlos, en su
naturaleza única e indivisible que los constituía como personas"

Todos estos actos de tortura realizados en estos lugares quedaron en el anonimato y en la


ignorancia del Informe de la Comisión Nacional de Verdad y Reconciliación, que el Gobierno de
Transición elaboró más tarde. Como veremos más adelante esta situación ha hecho que el crimen
penetre en la interioridad como una ausencia intensamente presente, como una confusión, como
un delirio, que sin embargo, es una realidad inexorablemente vivida por la persona y negada por el
poder, por los responsables. En este caso, todos funcionarios públicos dependientes de la
dictadura.

La tortura "inflige a la persona que la sufre dolores o sufrimientos graves, ya sean físicos o
mentales..." Los trastornos que encontramos en los sobrevivientes cubrían prácticamente en la
nosología, todas sus especialidades y ellos iban desde lo orgánico puro hasta las más altas
funciones mentales. Comprobamos además que aunque la tortura hubiese sido
predominantemente física siempre constituyó un sufrimiento a nivel psicológico. Esta situación de
violencia extrema, de vínculo humano destructor, con los responsables, "no tenía experiencia, no
se asociaba a ningún recuerdo, no tenía representación mental homologable".

• La desaparición forzada de personas.

El 18 de diciembre de 1992 la Asamblea General de las Naciones Unidas aprobó una "Declaración
sobre la Protección de todas las personas contra las desapariciones forzadas". Su Primer artículo
expresa: "Todo acto de desaparición forzada constituye un ultraje a la dignidad humana. Es
condenado como una negación de los objetivos de la Carta de las Naciones Unidas y como una
violación grave y manifiesta de los Derechos Humanos y de las libertades fundamentales
proclamados en la Declaración Universal de los Derechos Humanos y reafirmados y desarrollados
en otros instrumentos internacionales pertinentes". Del artículo 2) resaltamos sólo su primera frase:
"Todo acto de desaparición forzada sustrae a la victima de la protección de la Ley y le causa
graves sufrimientos, lo mismo que a su familia..."

Más tarde, en el anteproyecto de Convención Internacional para la Protección de todas las


personas contra la Desaparición Forzada, dictada con fecha 17 de Agosto de 1998 por la ONU, se
lee en el artículo 24: "A los efectos de la presente Convención se entenderá por víctima del delito
de Desaparición Forzada, a la persona desaparecida, sus parientes próximos y toda persona a
cargo de la persona desaparecida y que tenga relación inmediata con ella, así como cualquiera
que haya sufrido daños al intervenir para evitar su desaparición forzada o para elucidar su destino
o paradero".

Además, el artículo 4 de esta Convención señala: "Los Estados partes se comprometen a no


practicar o tolerar la Desaparición Forzada. Investigar inmediata y rápidamente toda denuncia de
Desaparición Forzada de Personas e informar a la familia de la persona desaparecida sobre el
destino y el paradero de ésta y reparar pronta y adecuadamente los daños causados a las víctimas
de un Detenido Desaparecido, descritos en el artículo 24 de esta Convención".

A su vez, en el preámbulo de la Declaración Americana sobre Desaparición Forzada de Personas


se lee: "La desaparición Forzada de Personas, constituye una afrenta a la conciencia del
hemisferio y una grave ofensa de naturaleza odiosa a la dignidad intrínseca de la persona humana,
en contradicción con los principios y propósitos consagrados en la OEA"

En el artículo 2, el cual transcribimos íntegramente, se entrega el concepto de Desaparición


Forzada de Personas: "Se considera Desaparición Forzada de Personas la privación de la libertad
de una o más personas, cualquiera sea su forma, cometida por agentes del Estado o por personas
o grupos de personas que actúen con la autorización, el apoyo o la aquiescencia del Estado,
seguida de la falta de información o de la negativa a reconocer dicha privación de libertad o de
informar sobre el paradero de la persona, con lo cual se impide el ejercicio de los recursos legales
y de las garantías procesales pertinentes."

En las zonas cordilleranas y pre-cordilleranas de Décima Región hubo personas que fueron
detenidas y ejecutadas extrajudicialmente. Sus cuerpos sin embargo, nunca fueron mostrados a
sus familiares, "ningún familiar vio el cuerpo de los ejecutados, sólo pudieron ver los ataúdes
sellados y ensangrentados. Este hecho ha permitido que un sentimiento de duda haya penetrado
los pensamientos de casi todos. Eran realmente ellos? En algunos esta duda se ha transformado
casi en una obsesión. Estos pensamientos unidos al dolor por la pérdida de un hijo y el exilio de
(10)
otros dos, llevó a la madre al límite de "perder la razón e intentar suicidarse".

"El dolor, el recelo, la desconfianza y el miedo producto de la muerte, de las amenazas


permanentes y la estigmatización que durante 17 años habían vivido, había llevado a muchos a no
hablar, a guardar silencio a no relatar sus dudas, a no preguntar. De este modo los familiares de
ejecutados que nunca vieron el cuerpo de la victima, también han vivido una forma de tortura
psicológica permanente".

En los poblados de Chihuío y Liquiñe, en cambio, los campesinos y obreros detenidos no


aparecieron nunca más. "Luego que la Caravana Militar se alejó, los familiares pensaron que se los
llevaban sólo para tomarles una declaración y que pronto regresarían a sus

hogares... el valle se llenó de silencio, interrumpido por disparos, ruidos de helicópteros y por sobre
todo, de rumores: que los habían muerto, que ya no estaban, que se los habían llevado, quién
(11)
sabe para dónde. De todos modos, ya no estaban en ningún lugar".

Ellos vivieron desde un comienzo, la mentira, el engaño, el ocultamiento, incluso la burla de


aquellos que se protegían en la impunidad. "No sabíamos dónde estaban, los militares dijeron:
'están'... fuimos a Valdivia, pero allí el Teniente nos dijo:.......... 'recién los largamos para la casa'...
nos fuimos contentas, pero en la casa tampoco estaban...". El recuerdo del instante de la
detención, la forma en qué se los llevaron, los momentos en que los subían al vehículo militar y los
tapaban con frazadas "con e/ tiempo nos asaltó la duda, y dijimos, y si no iban?, y si no eran ellos?,
¿eran o no eran? Estos pensamientos rondaron sus mentes por años y hasta la actualidad la
(12)
incertidumbre es diaria y permanente".

En junio de 1990 se encontraron fosas clandestinas en Chihuío en donde los asesinos habían
ocultado los cuerpos de los campesinos raptados en octubre de 1973. Ellos estuvieron por 17 años
desaparecidos. Posteriormente se supo, que la mayoría habían sido torturados antes de
ejecutarlos. Los trabajadores de nuestra institución acompañaron a los familiares al proceso de
reconocimiento, y posteriormente trabajaron activamente en la denuncia pública, asi como en el
apoyo terapéutico que hubo que darles.

Tortura en los familiares de detenidos desaparecidos.

Los familiares de detenidos desaparecidos sufrieron y continúan sufriendo hasta la actualidad por
ser "la desaparición un crimen de delito continuado, que sólo puede resolverse cuando se
esclarece la suerte que han corrido las víctimas", diversas formas de tortura psicológica
permanente o crónica.

En estos casos se ha producido lo que podemos llamar "tortura sin torturador" o "tortura con
responsable ausente" y, por esto mismo, trauma que se instala en todas las instancias psíquicas y,
muy especialmente, en la representación o imagen mental, así como en el tiempo psíquico. Estos
trastornos psicopatológicos alteran la existencia, las experiencias y los comportamientos de los
familiares del desaparecido, especialmente en el plano de las relaciones humanas.

El torturador ausente puede ser simbolizado en una sola persona, pero resulta que al ser la
desaparición forzada una política institucional, este personaje tiene múltiples representaciones
mentales, de acuerdo a la realidad o a la fantasía del familiar del detenido desaparecido, así lo que
los familiares de detenidos desaparecidos describieron corresponde a lo que Pilar Calveiro, señala
(13)
en su libro:

Los que detuvieron, raptaron o secuestraron


Los que los mantuvieron o mantienen en lugares de detención, la mayor parte de las veces
secretos
Los que posiblemente lo torturaron en este lugar de detención
Los que determinaron su desaparición, eligiéndolo como víctima de la desaparición forzada.
Los que lo trasladaron al lugar de desaparecimiento
Los que ejecutaron la o las maniobras para hacerlos desaparecer
Los que negaron, niegan, ocultan, mienten, tergiversan la verdad de la existencia de la
desaparición forzada de personas.
Los que defienden la impunidad de estos crímenes.

De todos ellos, sólo estas dos últimas categorías tienen rostro, lenguaje y comportamiento visible.

Esos múltiples personajes están ausentes de la realidad, del conocimiento objetivo. No tienen
figura ni rostro, sin embargo en el mundo de los familiares, hijos, padres, hermanos, adquieren en
la fantasía o en el sueño distintos rostros o comportamientos, la mayor parte de las veces,
siniestro. Todo ello ha producido y produce hasta la actualidad, dolores y sufrimientos mentales
permanentes.

Los sufrimientos de los familiares de detenidos desaparecidos tienen indudablemente un más, una
gravedad difícil de conmensurar, porque al no conocer el familiar la verdad de lo ocurrido -verdad
que no es solamente la del reconocimiento por parte del Estado de la categoría de detenido
desaparecido de su familiar, sino la verdad que se refiere al "derecho a saber" lo que sucedió con
él en sus más mínimos detalles- surgen las preguntas perseverantes: ¿qué pasó con él?, ¿cuáles
fueron sus últimos momentos, sus últimos pensamientos?, ¿qué le dijeron, qué respondió? ,
¿dónde está?; se repiten una y otra vez, construyéndose en los pensamientos y en la imaginación
escenas a menudo macabras, que no tienen respuesta.

Con el ocultamiento, la falta de información, o la negativa a reconocer la privación de libertades, en


suma con la impunidad: "el material que el conocimiento incorpora, analiza y sintetiza es erróneo, y
por lo tanto, incierto. La verdad no existe y sin ella, no es posible construir un mundo interior
estable. La duda, la desconfianza, la incertidumbre llegan a constituir el todo de la vida.

El universo de la subjetividad se desestructura y las relaciones humanas se pervierten y se


impregnan de temor... Con el desconocimiento y la creación de fantasías siniestras en el proceso
del conocimiento predomina la confusión, la historia sumergida, lo oculto, lo incierto. Atentados
contra la vida quedan para siempre en el misterio y son siempre indescifrables. Los análisis de la
realidad no pueden tener índices claros y objetivos. Los pensamientos, los recuerdos no pueden
tener un curso normal sin la verdad y predomina la ambivalencia en los razonamientos".

"Más grave es aún esta inestabilidad y ambivalencia cuando lo desconocido y no resuelto está
ligado al problema de la vida y la muerte, a las circunstancias de la muerte, o lo que es peor, a no
saber más de la vida, de lo que pudiera haber pasado, como sucede en los pensamientos de los
familiares de los desaparecidos. Ellos están cargados de extrañeza, de horror, de fantasías y
recuerdos perversos. Cuando los familiares ignoran lo que paso, y sigue pasando, cuando se
desconocen los hechos, la situación se vuelve extrema, límite. Más peligrosa es esta situación
(14)
cuando se sabe que otros sí conocen la verdad, pero la niegan, y la ocultan".

Derechos Humanos e Impunidad

• La transición a la democracia

Nuestros trabajos de Verdad y Justicia, como los denominamos, se iniciaron el año 1988, siguieron
desarrollándose, simultáneamente con el término, pero no fin de la dictadura, y han continuado en
el tiempo. En Octubre de ese año se realizó el plebiscito del Sí o No. Triunfó el No. En marzo de
1990, Pinochet entregó el poder, guardándose, sin embargo, una gran parte de él.

De este modo en Chile, al igual que en otras dictaduras de América Latina, con el paso de los años
y el término de la guerra fría, el país entró en los así llamados "Períodos de Transición", durante los
cuales se crearon distintas formas de "Comisiones de Verdad" promulgándose o manteniéndose
legislaciones para la impunidad. Singulares amnistías e instrumentos jurídicos para alcanzar,
(15)
según dicen, la Reconciliación.

En Chile la Comisión formada en 1990 se llamó de "Verdad y Reconciliación". En el artículo I del


decreto ley que la creó, especifica su objetivo de "contribuir al esclarecimiento global de la verdad
sobre las más graves violaciones de los derechos humanos cometidas en los últimos años (sea en
el país o en el extranjero, sí estas últimas tienen relación con el Estado de Chile o con la vida
política nacional) con el fin de colaborar en la reconciliación de todos los chilenos y sin perjuicio de
los procedimientos judiciales a que puedan dar lugar tales hechos".

En el párrafo siguiente explica lo que entiende por graves violaciones: "Las situaciones de
detenidos desaparecidos, ejecutados y torturados con resultado de muerte, en que aparezca
comprometida la responsabilidad moral del Estado, por parte de sus agentes o de personas a su
servicio, como asi mismo los secuestros y los atentados contra la vida de personas cometidos por
particulares bajo pretextos políticos", contraviniendo con esta última definición un principio
fundamental: el único agente violador de los derechos humanos es el Estado.

A pesar de que denunciamos públicamente todo el extenso campo de las graves violaciones a los
derechos humanos que ocurrieron y que quedaron fuera de la competencia de la comisión, tales
como la tortura sin resultado de muerte -principal arma de la dictadura- la violación del derecho a la
inviolabilidad del hogar, al debido proceso legal, a la libertad personal, a la libertad de reunión y
expresión, así como el exilio masivo y la prisión política, entre muchas acciones represivas llevadas
a cabo por el régimen militar y que provocaron también graves trastornos en la salud mental,
colaboramos con ella y alentamos a las personas y familias afectadas a que concurrieran a
declarar ante la misma.

En algunas regiones apartadas de la capital, principalmente en zonas del Complejo Maderero,


miembros de nuestra organización buscaron y acompañaron a las personas afectadas para que
hicieran su denuncia, contaran lo sucedido y dijeran lo vivido.

Posteriormente, quienes acudieron a testimoniar ante la comisión nos contaron que por primera
vez fueron bien acogidas y escuchadas, esta vez no por organismos de derechos humanos,
marginados y muchas veces demonizados, sino por el Estado, por un organismo oficial. Sin duda,
esta catarsis fue para muchos enormemente benéfica y así lo expresaron. En algunos casos
también se produjeron graves descompensaciones al revivir nuevamente los traumáticos
acontecimientos. Más aún cuando, en muchas oportunidades el caso de su familiar fue declarado
"sin convicción". La Comisión de Verdad y Reconciliación catalogó los casos en "con" y "sin"
convicción. En esta última condición, los familiares tuvieron que iniciar un largo, doloroso y
humillante camino, para demostrar que su familiar si había sido víctima de la acción de los agentes
del Estado.

Sin embargo, luego que el Presidente de la República dio a conocer el Informe el 4 de marzo de
1991, reivindicando públicamente y solemnemente la dignidad personal de las victimas...
"denigradas", según sus propias palabras "por acusaciones de delitos que nunca fueron probados
y de los cuales nunca tuvieron oportunidad ni medios adecuados para defenderse", este Informe
fue rechazado a las pocas horas por todas las ramas de las FFAA y Carabineros. Pinochet no sólo
reivindicó los crímenes sino que aseveró que a nadie tenia que pedir perdón. A lo cual el gobierno
contestó que el Informe era "incontrovertible" y curiosamente advirtió que "él, en este tema, daba
vuelta la página" (palabras del Sr. Enrique Correa, Secretario Gral. de Gobierno).

Al leer el Informe la esperanza de los familiares, poco a poco, empezó a desestructurarse; al


buscar su caso, su historia, quedaron desconcertados. El esquema identificatorio de cada caso se
repetía: el nombre, el hecho represivo concreto y la declaración de que la Comisión había llegado
al convencimiento que su muerte o su desaparición, había sido obra de agentes del Estado. La
vida, la historia, los sufrimientos, la tortura, la individualidad, se vislumbraban escasamente.
Sentimientos controvertidos expresaban; desilusión, amargura y decepción. El crimen de que había
sido víctima su familiar se había transformado en verdad oficial, pero esta verdad era sólo parcial.
Los responsables no sólo no la aceptaron sino que la negaron y. más aún, con soberbia
reivindicaron sus acciones.

Además, el Informe tenia un listado de víctimas, pero frente a este listado había una página en
blanco, el nombre del responsable estaba ausente: la ecuación del crimen. Víctima-victimario;
torturado-torturador; muerto-asesino; violado-violador no existía. La polaridad estaba escindida, no
había nombres ni señas de los responsables.

Las contradicciones del Informe se fueron haciendo evidentes. Según afirmaba la propia Comisión,
en Chile no existió una guerra. En su texto se lee;" Ocurrido el 11 de Septiembre de 1973, las
Fuerzas Armadas y de Orden lograron su objetivo inmediato -control efectivo

del país- sin foco de acciones armadas de los partidarios del régimen depuesto- en muy pocos
días. Se puede decir, en verdad, que dichas acciones fueron mínimas; irregulares respecto a su
ubicación, forma y armamento empleado; descoordinadas y sin la menor probabilidad de éxito, ni
siquiera en el nivel local. De tal modo, de las trece regiones en que después fue dividido el país,
sólo en tres se puede anotar episodios relevantes de acciones armadas y de oposición al nuevo
régimen; en la Séptima, la Décima y la Metropolitana". Sin embargo, a pesar de este
reconocimiento, la Comisión usó como marco doctrinario las leyes de la guerra o derecho
internacional humanitario y no los Tratados, Convenciones o Declaraciones de los Crímenes contra
la Humanidad.

La ambivalencia se hacía permanente, el equívoco era cotidiano. La impunidad, ahora en


democracia, era una nueva agresión que se sumaba a los crímenes contra la humanidad. Pero,
aun más, a la Comisión Nacional de Verdad y Reconciliación, además de negársele la posibilidad
de nombrar a los responsables, se le quitó toda posibilidad de intervención jurídica.

En efecto, el Decreto Supremo 355, que la creó, determinó "que sus atribuciones en el ámbito
judicial se limitaba solamente a enviar antecedentes a los tribunales mediante denuncia". La
Comisión cumplió así una labor administrativa que no significó para ésta ninguna responsabilidad
(16)
jurídica, quedando su papel restringido a la de un mero denunciante".

Además, sólo un pequeño porcentaje de casos fue enviado a los tribunales. Por otra parte, esta
acción significó una nueva agresión, un nuevo desconcierto, un renovado temor. La familia ni
siquiera fue advertida de este procedimiento, de modo tal que tanto las más humildes y
marginadas, como las más acomodadas, pero destruidas, recibieron un día una citación que les
ordenaba presentarse a los tribunales de justicia, "bajo apercibimiento de arresto", sin que se
explicara el motivo de tal citación.

Aún más, en los primeros tiempos a ninguna de estas familias el Estado les proporcionó
orientación jurídica o designó a un abogado para que las acompañara en su causa. El desamparo,
la soledad y, por sobretodo, el temor y la desconfianza, invadieron nuevamente su interioridad.

En Chile, en el campo de la justicia, por la singular transición pactada con las fuerzas armadas,
poco o nada se esperaba de ella. Esto se simbolizó en la increíble sentencia del Presidente Aylwin
"La justicia en la medida de lo posible".

Frente a esta realidad, el contenido ético del discurso del nuevo gobierno se fue desdibujando.
Paulatinamente se produjo una transfiguración de lenguaje y sus significados. Como ha señalado
el jurista Roberto Garretón "Los terroristas no fueron los que cometieron las violaciones a los
derechos humanos, sino los que se opusieron radicalmente a ella. Se llamó reconciliación a la
impunidad, transición a la persistencia del poder militar, demócratas a los opresores, excesos a los
crímenes, Estado de derecho a la arbitrariedad".
Progresivamente la jurisdicción militar fue aplicada a los civiles y el Decreto Ley de Amnistía, que
nunca fue derogado, permitió que, caso a caso los responsables quedaran impunes.

De este modo, la reparación económica que la ley otorgó a las familias de las víctimas que habían
sido consideradas como con convicción, si bien fue una valiosa ayuda, pues la mayoría de ellas
eran muy pobres y marginadas, creó en las mismas un sentimiento de culpabilidad al aceptar
dinero y no recibir justicia; una reparación económica que produjo en algunos casos división en la
familia, posturas contrarias, acusaciones severas y ruptura en sus principios y moralidad.

En las familias de detenidos desaparecidos y de ejecutados la desesperación reapareció o, mejor


dicho, se volvió a intensificar. En las personas que habían sido torturadas y que habían quedado
fuera del informe; la rabia, la impotencia frente a esta grave omisión del nuevo gobierno que había
dejado además, para siempre en las sombras, en el vacío lleno de gritos y amenazas, la figura
patente, incontrovertible y siempre presente en sus recuerdos, del torturador, provocó nuevos
sentimientos, todos de orden negativo.

A través de los relatos de las víctimas y familiares tuvimos la impresión que en esta época de
transición-impunidad, al tiempo del terror, del miedo, y de la angustia, se había sumado el tiempo
del sin sentido, del desconcierto, del asco y la vergüenza, por la propia conducta del Estado, de la
sociedad y de la política. Estos sentimientos de abandono, de desamparo y de incongruencia moral
los impulsaba a sentir lo que Sartre identificó como la sensación vital de "náusea".

La aparición de esta nueva y grave sintomatología, que presentaba psicodinamismos diferentes a


la de los crímenes, nos hizo avanzar la hipótesis de que con el tiempo, la impunidad induce
mecanismos de perturbación intrapsíquica, capaces de producir trastornos mentales iguales o aún
más graves que la tortura. Lo que nos permite fundamentar, desde el campo médico y psicológico,
que la impunidad es en si y por sí misma una violación de derechos humanos.

• La impunidad en el Derecho Internacional

Nuestro trabajo de investigación, tratamiento, denuncia y especialmente de profundización del


conocimiento de los trastornos que la impunidad de los responsables de los crímenes, producían
en la interioridad de las personas, las familias y en la sociedad, se fue desarrollando
contemporáneamente con la elaboración teórica de los instrumentos de las Naciones Unidas para
luchar contra la impunidad

En 1996, el jurista Louis Joinet entrega el "Informe Final revisado acerca de la cuestión de la
impunidad de los autores de violaciones de derechos humanos (derechos civiles y políticos)", en la
Sesión 49 de la Subcomisión de Prevención de Discriminaciones y Protecciones de las Minorías de
las Naciones Unidas, en la Introducción de este Informe el autor relata que: "en agosto de 1991, la
Subcomisión solicitó al autor que emprendiera un estudio sobre la cuestión de la Impunidad de los
autores de violaciones de los derechos humanos. Con el correr de los años el estudio ha permitido
determinar que hay cuatro etapas que marcan la toma de conciencia de la opinión pública
internacional respecto de los pilares de la lucha contra la impunidad". Estas cuatro etapas son las
que el relator y la historia de la amnistía e impunidad ha recorrido, para llegar a su Informe Final
Revisado.

De la Introducción de este Informe dividida en cuatro etapas, nos interesa resaltar las dos últimas:

Tercera Etapa: "Con el fin de la guerra fría, simbolizado por la caída del Muro de Berlín, van
despuntando en el horizonte, jalonando este período, múltiples procesos de democratización o de
retorno a la democracia, o incluso acuerdos de Paz que ponen término a conflictos armados
internos. Ya se trate de un Diálogo Nacional o de Negociaciones de Paz, la cuestión de la
impunidad configura el eje del debate entre dos partes que buscan un equilibrio imposible de
encontrar, entre, la lógica del olvido, que impulsa al antiguo opresor y la lógica de la Justicia que
alienta a la victima."
Cuarta Etapa: "Refleja la toma de conciencia por la comunidad internacional de la importancia que
reviste la lucha contra la impunidad. La Corte Interamericana de Derechos Humanos, por ejemplo,
considera con arreglo a criterios innovadores de jurisprudencia, que la Amnistía de los autores, de
graves violaciones de los derechos humanos es incompatible con el derecho que toda persona
tiene en condiciones de plena igualdad, a ser oída por un Tribunal imparcial e independiente. La
Conferencia Mundial de Derechos Humanos (Junio de 1993) ha fomentado esa tendencia en su
Declaración Final titulada 'Declaración y programa de Acción de Viena'".

El Informe tiene una estructura general formada por un conjunto de principios, agrupados en:

El derecho a saber, el cual en su parte "Principios Generales" señala: el derecho inalienable a la


verdad; el deber de recordar; el derecho de las víctimas a saber; y, garantía para hacer efectivo el
derecho a saber; el derecho a la Justicia y el derecho a obtener reparación.

A estos derechos se agregan con carácter preventivo una serie de medidas para garantizar que no
se repitan las violaciones.

En el Anexo 2 de Definiciones, en primer lugar, se circunscribe el concepto de Impunidad a "la


inexistencia de hecho o de derecho de responsabilidad penal por parte de los autores de
violaciones de los derechos humanos, así como de responsabilidad civil, administrativa, o
disciplinaria, porque escapan a toda investigación con miras a su inculpación, detención,
procesamiento y en el caso, de ser reconocidos culpables, condenas, a penas apropiadas, incluso
a la indemnización del daño causado a las víctimas".

Por otra parte, es para nosotros importantísimo señalar que en el punto d), del Principio 7, que
delimita el mandato de las Comisiones Extrajudiciales, como fue la Comisión de Verdad y
Reconciliación en Chile, se lee: "Sus investigaciones se referirán a todas las personas acusadas de
presuntas violaciones de derechos humanos, tanto si las ordenaron, como si las cometieron, si
fueron autores o cómplices, y tanto si se trata de agentes de Estado o de grupos armados,
paraestatales o privados relacionados de algún modo con el Estado, como de movimientos
armados no estatales, considerados beligerantes. Sus investigaciones podrán abordar asimismo
presuntos delitos cometidos por todos los demás grupos armados organizados no estatales".

(17)
•La impunidad como mecanismo de alteración psicológica

Los principios señalados por el Relator especial sobre la Impunidad nos permite hacer un
contrapunto entre ellos y la psicopatología, lo que nos ayudará a comprender los trastornos
presentados por las personas, los grupos y la comunidad y vislumbrar algunas aproximaciones
terapéuticas que reseñaremos más adelante.

Los dos pilares en que se sustenta la impunidad son la negación de la verdad, referida a los
hechos y al ocultamiento de los responsables y la ausencia total o parcial de justicia. Falta de
justicia para las víctimas, los familiares y también para la sociedad. Estas dos ausencias trastocan
o pervierten las más altas funciones mentales del hombre. La verdad, lo real, lo objetivo como base
de la percepción del mundo exterior es un elemento esencial en la construcción de todo el proceso
del conocer, del saber e incluso del imaginar.

La certeza que se tiene de la realidad, de lo percibido y el análisis y elaboración de los


acontecimientos de la vida confluyen en construir y separar lo verdadero de lo falso,
constituyéndose en la base para la formación del juicio, del proceso de pensar, y, más tarde, de la
capacidad de elegir. La verdad es también un pilar fundamental de la afectividad, en la relación con
el mundo y muy especialmente con el otro.

La certeza es la base de todo comportamiento humano normal; con la falta de verdad el material
que el conocimiento incorpora es ambiguo, contradictorio, fluctuante, erróneo y ambivalente. La
prueba de la realidad esta trastocada, o no existe. Los mecanismos psicopatológicos de la
incertidumbre y la angustia encuentran su origen en esta ausencia.

Por su parte la justicia, valor permanente en la historia de la humanidad, con la impunidad es


negada. El sentimiento y sobre todo el conocimiento de lo que es justo o injusto, al igual que la
verdad, está en la base de la elaboración del pensamiento, en la construcción del decidir y actuar
de las personas por sí mismas, o en su interacción con los otros seres humanos.

Los sentimientos sobre lo bueno o malo, correcto o incorrecto sobre lo que se ha hecho, es la base
sobre la cual se construyen las esferas valóricas y afectivas del espacio mental.

Estrechamente ligados a este sentimiento está la necesidad de reconocimiento para el que ha


actuado correctamente, y de sanción y castigo para el que ha transgredido las reglas.

Para que las reglas morales se establezcan socialmente es necesario que se basen en la verdad y
en la justicia. La falta de un juicio oportuno, con la aplicación de sanción justa en los casos en que
lo que se haya hecho no sea lo que moral, social y culturalmente se ha definido como correcto a
través de los siglos, ha producido un quiebre dramático en la vertiente axiológica de las personas
atendidas por nosotros. La impunidad, al transgredir los valores eternos del bien, la verdad y la
justicia, provoca un quiebre no sólo en las personas sino también y muy especialmente en la
sociedad.

De este modo, los crímenes y la impunidad, han dado origen a lo que podríamos llamar una nueva
psicopatología. Como sabemos ella es definida como "el estudio de las dolencias del alma",
definición que interpela tanto el campo de la medicina, por el concepto de enfermedad, como el de
la filosofía, por el concepto de alma, y es evidente que las alteraciones que vemos sobrepasan
ampliamente el campo de la medicina.

Esta experiencia se basa en el estudio de lo único, el más de cada uno, en la expresión y en las
consecuencias sufridas en sus funciones mentales, funciones que le dan su esencia y su propia
individualidad. Cada persona sufre, se comporta y vivencia esta experiencia de acuerdo a su
propia interioridad y a su relación con el otro, con el mundo.

Los psicodinamismos alterados en estas personas se entrelazan con el concepto fundamental de


los derechos humanos, cual es el de la dignidad humana. Es ella la que ha sido avasallada por los
crímenes, denigrada por la falta de verdad y la ausencia de justicia. Si bien el concepto de dignidad
humana tiene varias lecturas, nosotros como médicos la analizamos desde nuestra perspectiva: el
estudio del hombre en su totalidad y existencialidad. Ella fundamenta la esencia, lo único, el más
de cada uno, en el desarrollo y expresión de las funciones mentales que le dan su propia
individualidad.

La inteligencia, el pensamiento, la consciencia, la afectividad son en cada persona,


interdependientes y cada una, con el soporte de la memoria y del lenguaje, supone y comporta a
las demás. Todas ellas se han formado en el proceso del experimentar, conocer y saber, en el
curso del proceso socio - cultural. A consecuencia del trauma psíquico producido en estos
campesinos-obreros, todo el proceso de la vida interior y de relación, no sólo se ha detenido, sino
que ellos han sufrido graves trastornos como lo veremos.

Aproximaciones terapéuticas

• En lo individual

Ya en 1973, luego del Golpe Militar y de haber atendido a un importante número de personas que
habían sido victimas directas de la represión, habíamos advertido con profundo asombro, que nos
encontrábamos frente a trastornos cuyo origen jamás antes habíamos conocido y menos
aprendido. Trastornos que no tenían referencias en la nosografía, ni menos teoría para
comprender y analizar los síntomas.

Por una parte, el intento de traspasar los síndromes y los trastornos psicopatológicos que
empezábamos a vislumbrar, al lenguaje, los códigos, y los conceptos de las ciencias
neuropsiquiátricas nos parecían una reducción inaceptable. No se trataba de personas "enfermas",
más aún, se trataba de personas previamente sanas en su gran mayoría. Nos costaba aceptar que
los síndromes que presentaban se debían a una alteración primariamente intrínseca, pues lo que
era anormal y patológico era la agresión humana que ellos habían experimentado.

Por otra parte," los dolores y sufrimientos físicos y mentales" producidos por el trauma y por la
impunidad eran únicos, específicos y diferentes en cada una de las personas que habían sufrido la
(18)
agresión. De este modo, la pregunta inicial planteada por nosotros, en 1974 "Qué había en uno
y otro individuo que los hacía asumir conductas tan dispares?" Nos llevó progresivamente a
avanzar en el conocimiento integral del ser humano y en su existencialidad. Esto es así, porque al
estudiar las consecuencias de los crímenes nos encontramos ante una nueva antropología, ligada
ahora a los conceptos modernos de derechos humanos, en ella nos parece imposible, no
reconocer en la persona, tanto en su estado de salud-enfermedad, su triple dimensión biológica,
psicológica y social, esferas todas que estaban y siguen estando alteradas por la asociación
perversa de los crímenes seguida de la impunidad de los responsables.

Paulatinamente fuimos comprobando que las manifestaciones traumáticas que relataban las
personas eran innumerables, clasificables, sin duda, en variadas formas sindromáticas o reducidas
(19)
a un solo síndrome como se hizo en la década de 1980. Lo que constituye una reducción que
deja de lado las significaciones más profundas y particulares de las alteraciones producidas por la
agresión humana. Ellas nacen de la alienación de todas las instancias psíquicas, perturbadas por
los innumerables psicodinamismos patológicos que estos crímenes producen.

Al iniciar en 1989, los primeros acercamientos terapéuticos con familiares de personas ejecutadas,
desaparecidas o sobrevivientes de la tortura en las zonas del Complejo Maderero, profundizamos,
una vez más, las ideas recién expresadas. En ellos pudimos comprobar además, cómo las
características tan particulares de su modo de ser, de su cultura, de su historia, influían en las
expresiones de sus manifestaciones clínicas. Eran campesinos, trabajadores, personas sencillas,
la mayor parte de ellos analfabetos o con una instrucción muy primaria, que habían vivido casi toda
su vida en una gran marginación social, en la pobreza, o en los límites de ella.

La mayoría tenía creencias religiosas, católicas o evangélicas. Y en algunos se descubrían


elementos de pensamiento mágico. Todos tenían una expresividad corporal y gestual muy
reducida en donde, sin embargo, en su fisonomía y especialmente en sus miradas se descubría la
profundidad y riqueza de sus vivencias, sentimientos y afectos. Ellos representan a la gran mayoría
de las personas que en América Latina no sólo han sido privados históricamente de todos sus
derechos, sino que han sido sometidos en este siglo a la violencia que viene desde el poder.

Al hacer un análisis de cada una de las instancias psíquicas habíamos comprobado que,
especialmente en ellos, el lenguaje tiene una múltiple dificultad: en la comprensión por la persona
de lo incomprensible, en la explicación de lo sucedido, en la dificultad de comunicar algo que no se
logra verbalizar que no se puede expresar, ni mucho menos elaborar en términos psicopatológicos.
Lo que predomina es el silencio. Uno de los 9 hermanos de un desaparecido dice: "A pesar de que
el recuerdo de Víctor Eugenio ha estado siempre presente... no lo nombramos, lo evocamos en
(20)
silencio". Y entre ellos y sus padres saben que nunca lo han olvidado.

La mayoría de las mujeres que quedaron viudas guardaron silencio, incluso en el diálogo inicial con
nosotros no lograban avanzar. Ni siquiera habían relatado lo sucedido a sus hijos "No pudimos
decirles la verdad... Esa verdad que para nosotros es difícil de asumir y entender". Es esta
dificultad en el comprender lo increíble, tal vez, lo que produce la imposibilidad de relatar.
Así, en el proceso terapéutico comprobamos que, "como lo inconcebible es indescriptible, cuando
está ligado al horror, el lenguaje resulta débil, insuficiente, no existen palabras para expresar lo
vivido, para nombrar el dolor, los sufrimientos, las penas, las rabias, la impotencia, las culpas". La
mayoría de las personas que eran de esas regiones, en alguna medida han perdido lo propio de lo
humano: la comunicabilidad, no sólo al interior de las familias sino con todos los miembros de la
comunidad, como lo veremos más adelante.

Pero si no hay palabras por parte de ellas para relatar el drama vivido, tampoco nosotros teníamos
palabras para expresar, comprender, conceptualizar y describir lo que ellas habían experimentado.
No había tampoco un código que denominara la conducta que nos describían de los militares:
violencia, vejaciones, humillaciones, prepotencia, destrucción, torturas brutales, muertes,
asesinatos, desaparecidos, entierros clandestinos, violación, perversión, engaños, mentiras, burlas.
En suma, disolución, escisión en el curso de la comprensión del por qué, del cómo y de quiénes.
Era esta unión entre los traumas psíquicos y el agresor lo que se habla internalizado y no lograba
expresarse.

En el proceso terapéutico iniciado hace 25 años atrás percibimos que frente al silencio de la
víctima, frente a la violencia humana, a pesar de su existencia ancestral, nosotros tampoco
teníamos palabras códigos o categorías que la nombraran, que describieran sus síntomas, sus
consecuencias, como lo dijimos anteriormente. Y, al atender a este nuevo universo de personas
esta dificultad volvía a aparecer en toda su magnitud.

De modo que, el trauma psíquico ha representado la extrema crueldad que sobre la víctima, su
familia, sus hijos ejercen otros seres humanos. Esta experiencia deja sin palabras para comunicar
lo vivido. No existe lenguaje, lo que predomina es el estupor o el silencio. Es en estos crímenes de
lesa humanidad donde se concretiza "la extrañeza infinita de la condición humana", como lo dice
Virginia Woolf.

Con el crimen y la impunidad, el afuera permanece profundamente alterado, la prueba de la


realidad no existe en el sistema del conocimiento. De este modo, el campo de la percepción está
cargado de agresión y de terror. La muerte es una realidad cierta, todos los estímulos tienen una
connotación destructiva.

Un hombre de edad nos decía "Luego del Golpe y la represión, el pueblo quedó como aterrorizado,
era como un pueblo desconocido, lo que veíamos nos parecía tan irreal, como imaginado, sin
embargo, era cierto, pero increíble. Los aviones llegaban por todos lados metiendo ruido, un ruido
que nunca habíamos oído y que no es fácil olvidar. Bombardeando árboles, destruyendo bosques.
Era como una pesadilla ".

La madre de un ejecutado político y de dos hijos sobrevivientes de la tortura, que estuvieron varios
años presos, en el curso de la conversación nos dice: "Sentí que era una guerra que nunca antes
no había ni pensado, sentí que nos matarían a todos y aún imagino muchas veces que eso puede
(21)
volver a suceder".

La psicopatología clásica ha descrito los trastornos de la percepción: ilusiones, alucinaciones,


alucinosis, como trastornos provocados en el funcionamiento mismo del cerebro. En estas
personas, que habían vivido la violencia-agresión, las escenas vividas, los comportamientos de los
militares, han sido descritos como "irreales" "alucinantes", "como vivir un delirio". En estos casos es
en el afuera donde se produce el caos brutal, la desestructuración, la anormalidad de la
percepción.

De este modo, la percepción, registro de lo que acontece en el exterior, está disociada y es


incomprensible, desde el inicio de la agresión humana y siguió alterada durante todo el tiempo que
duró la dictadura, transformándose en continua a causa de la impunidad. Toda la información que
viene desde el exterior es tan pronto verídica, pero incomprensible, o comprensible pero irreal. No
hay registros cognitivos previos. En la mayoría de las personas que atendimos, la representación
psíquica de lo experimentado está pervertida, fragmentada, a menudo irreal, a pesar de su
inexorable realidad.

Una mujer nos dijo "Día a día oraba, pedía por él y por mis hijos. A menudo me preguntaba si
estaría muerto de verdad y me decía, que si era así por qué no me habían entregado el cuerpo
(22)
para enterrarlo". Estas ideas rondaban una y otra vez en sus pensamientos e imaginería.

"Finalmente quería saber la verdad, nada más que eso, saber, simplemente saber"

En algunos este deseo se transforma en una obsesión incluso aparece en sus sueños. Sus sueños
que se confunden con la realidad. Una mujer nos relató: "Finalmente de algún modo, Dios me
ayudó, mientras dormía vi un enorme pájaro que volaba, y volaba hasta los cerritos de Calcunahue
y, entre el monte y el río. se detenía en el cielo diciéndome: 'Te lo mataron. No lo busques más.
Los militares lo mataron y la humanidad no sabe que pasó'"

En estos casos, como en muchos otros, fue en el sueño, donde se encontró explicación y en cierta
medida alivio, pero en la mayor parte de las veces lo que predominaba eran insomnios cargados
de recuerdos y luego pesadillas, compuestas por pedazos fragmentados de lo que realmente se
había vivido.

En otras oportunidades, el deseo y la esperanza de encontrarlos a través de las interpretaciones y


las fantasías, se construyó como una posible realidad "en uno de los helicópteros que llegaron, los
hablan llevado a unas islas del sur y ahí estaban... vivos"

En todas las personas atendidas hemos comprobado trastornos muy particulares de la memoria:
los mecanismos de retención de ella parecen haber predominado sobre el olvido, posiblemente por
la enorme carga afectiva con que se vivió el trauma psíquico. En algunos pacientes este fenómeno
alcanzó tal extremo que lo describimos como una hipermnesia encapsulada, comprobando que
junto a ella, la memoria posterior para muchos hechos, se había deteriorado.

El desvanecimiento de la huella con el paso del tiempo tampoco existe. Al parecer, la hipótesis de
Freud de "que algunas experiencias se olvidan, porque son de contenidos amenazadores y
evocadores de ansiedad" no se dio en estos casos.

Así en todas estas personas hemos comprobado que todo lo vivido, desde el día mismo en que los
militares llegaron al Complejo ha quedado nítidamente grabado, la forma de describirlo, de
comunicarlo, puede ser diferente, pero lo que aconteció, es como una película, que se repite
siempre igual. Creemos que en estos casos de peligro extremo, de convivencia inmanente con la
muerte las vías de registro de la memoria, las huellas, se hubiesen ensanchado hasta el extremo:
las imágenes visuales, las percepciones auditivas, incluso táctiles, propioceptivas y aun olfativas
están, dieciséis años después, nítidas, imborrables: "Aún siento el ruido, el olor a pólvora, el olor
del odio", expresó una mujer.

En el trabajo con las personas hemos comprobado que el tiempo psíquico no tiene medida, tal vez
es lo único que no tiene calendarios, ni horarios, ni años ancestrales. La vivencia del trauma está
ahí, nítida, grabada, actual, presente, intocada, con su enorme carga afectiva. No tiene tiempo, no
tiene antes ni ahora y con la impunidad no tiene tampoco futuro. Este registro mnésico atemporal
unido a la imaginación y el pensamiento, tan pronto recuerda, como crea fantasías o fantasmas.
Todo ello es lo que encontramos en cada una de las personas con que trabajamos.

Por otra parte en estas personas, como en muchas otras que habíamos atendido anteriormente,
hemos comprobado que la afectividad que confiere siempre una sensación subjetiva a cada
vivencia, con el trauma y la impunidad ha quedado fijada en el polo negativo de las emociones: el
dolor, la tristeza, lo desagradable, la repulsión, la fobia, lo perverso, penetran en los pliegues de la
interioridad.
Luego de varias sesiones una mujer expresó casi en un murmullo: "Todos estos años han sido de
una amargura inmensa, innumerables veces me he preguntado, qué pasó? La verdad es que a
pesar de todo a veces pienso o imagino que no puede estar muerto". Otra mujer, muy humilde,
analfabeta, pero tal vez la única que expresaba vividamente sus afectos, cuyos tres hermanos
desaparecieron, en el pueblo de Liquiñe, la zona norte del Complejo, dice: "Todo fue muy triste, la
casa quedó vacía sin ellos. Uno llegaba y no encontraba a las personas que siempre habían
estado ahí (..) Preparábamos la comida y ahí quedaba (...) No se cuánto tiempo estuvimos así, sin
saber que podía pasar, y sin saber dónde podían estar, si estaban vivos o muertos. Sin saber si
llegarían ese día o tal vez al día siguiente o en una semana. Y así fueron pasando los días, meses,
años, tantos años de soledades y miedos, porque después que se llevaron a mis hermanos, nadie
nos vino a visitar, ni los compañeros de trabajo se atrevían a ir a la casa. Quedamos solos, con el
miedo no más. Todo era tan estricto."

(23)
Como dijimos, los cuadros sindromáticos que produce el trauma psíquico son variados y
múltiples, diferentes y únicos, en su intensidad y configuración, como diferentes y únicas, son las
personas que lo han vivido. Existen síntomas y signos que son más frecuentes, especialmente los
relacionados con los trastornos ansiosos y depresivos, pero igualmente, encontramos
antecedentes de descompensaciones psicóticas y muy especialmente como lo veremos más
adelante, rápidamente aparecen enfermedades psicosomáticas.

Destacamos también que en el universo de personas tratadas en la zona del Complejo, no


comprobamos muertes prematuras, luego del trauma, como se han encontrado en otras
poblaciones que han estado sometidas a estas agresiones humanas.

Por último podemos señalar, que en el transcurso de la terapia, nos dábamos cuenta que no
bastaba con identificar los síntomas, y configurar los síndromes, los cuales emergen no sólo de
todas las funciones psicológicas alienadas, sino también del acontecer humano, de la alteración
del mundo relacional, social, valórico y moral, como lo veremos en el trabajo comunitario.

Para estos trastornos no existe por tanto, un tratamiento especifico, y tal vez la prevención, es el
único tratamiento particular que hay que elaborar. De todos modos, destacamos que frente a cada
caso, siempre intentamos restituir la identidad destrozada, a través del esclarecimiento de lo vivido,
de la identificación de los mecanismos psicopatológicos más alterados a fin de trabajar
terapéuticamente con cada uno de estos aspectos y en la totalidad y complejidad de cada persona.
Una tarea fundamental es el restablecimiento de la confianza en el otro a través de la re-
socialización, como lo veremos en el trabajo con grupos.

(24)
• En lo grupal

Ante las demandas progresivas, no sólo de orden terapéutico, sino nacidas de los múltiples
requerimientos humanos, congelados o detenidos por los traumas vividos, decidimos iniciar una
experiencia de trabajo con grupos.

El proceso de investigación sobre Verdad y Justicia, iniciado en 1989, todavía bajo dictadura, nos
había permitido ir creando progresivamente vínculos de confianza y afectos con los familiares de
aquellos que habían sido victimas de la dictadura. Así, el rechazo inicial fue paulatinamente
transformándose en un quehacer conjunto. Desde las apartadas regiones donde vivían, algunos de
ellos empezaron a llegar hasta la sede de nuestra institución que se encontraba en la capital de la
X Región, Valdivia. El progresivo desmoronamiento de la desconfianza profundamente
internalizada, al menos hacia nosotros, hizo que todo el proceso de elaboración y lanzamiento
público del libro "Chile: Recuerdos de la Guerra", fuera sentido por ellos, como algo propio.

Este proceso de investigación y de intervención en sus vidas provocó la reactualización del


recuerdo de hechos particularmente dolorosos... con la reaparición de las vivencias traumáticas y
de los afectos ligados a ellas. Por otra parte, en esa época los familiares vivían un momento muy
particular, ya que el país entraba en periodo de transición democrática y el nuevo gobierno había
creado la Comisión de Verdad y Reconciliación.
Publicado el Informe oficial los familiares experimentaron un cierto alivio, ya que se sentían menos
estigmatizados socialmente, pero ante la carencia de una verdad integral y la casi nada de justicia,
los sentimientos negativos empezaron a ocupar nuevamente los espacios de sus vidas.

Más aún, el gobierno introdujo la noción de reparación que toma cuerpo en una Ley que pone
énfasis en las medidas de reparación material, los familiares reaccionaron de manera intensa y
contradictoria a estas medidas.

Ante esta nueva realidad y con el fin de optimizar los escasos recursos profesionales con que
contábamos, invitamos a los familiares a constituirse en grupos de no más de diez personas, con el
objeto de poder conocerse mejor; de intercambiar experiencias personales; de apoyarse
mutuamente; de aprender sobre la realidad social y de salir del aislamiento.

Estos objetivos se realizaron a través de tres grandes propósitos que en lo esencial propendían a
la recuperación de la autoestima; la facilitación de la socialización de vivencias y síntomas
asociados a la experiencia represiva, para contribuir al acceso a nuevos procesos de
reorganización emocional y cognitivos, a nuevos procesos de significación de lo vivido; y, por
último, el intentar la re-creación de lazos sociales para facilitar la integración de los familiares al
medio comunitario.

Este trabajo con grupos significó nuevamente un enorme desafío que nos llevó a un esfuerzo
permanente de reflexión metodológica y a una acuciosa preparación de cada miembro del grupo
de trabajo. Las sesiones de grupo fueron grabadas íntegramente y luego transcritas, informándose
de ello a los participantes, como medio de trabajar los contenidos vertidos, las expectativas
formuladas y poder así preparar mejor las próximas sesiones y evaluar el trabajo.

Se usó en todas las sesiones, como elemento facilitador, una "dinámica" que permitiera a las
personas expresarse verbalmente, haciendo una actividad compartida. Estas dinámicas fueron
rescatadas de las técnicas de educación popular, siendo a veces adaptadas para los objetivos de
cada sesión. Se usaron también dinámicas que permitieran develar procesos psicológicos más
reprimidos o anulados.

Como parte de la metodología de evaluación del trabajo grupal, se usó el análisis de contenido. El
objetivo del análisis del discurso consiste en poder evidenciar los temas más relevantes que han
sido objeto de preocupación para los familiares y poder acercarnos a la expresión del sufrimiento,
ya sea como quejas, malestares o síntomas, acercarnos también a sus posibles causas y posibles
formas de abordaje terapéutico. Los temas centrales que aparecieron fueron:

No poder hablar. El miedo. Miedo de ser ellos mismos amenazados o miedo de sufrir el
desamparo, la marginalidad social. El cuerpo habla en oposición al "yo no puedo hablar", esta
representación enuncia las diferentes quejas hipocondríacas, el dolor somático, las enfermedades
físicas. Sobre este fondo de inhibición del lenguaje verbal y afectivo, de sentimiento Intimo de
miedo y de reacciones corporales diversas se desprende con una nitidez, en general aterradora, el
recuerdo crudo, brutal, del evento represivo desencadenando una violenta e intensa descarga
afectiva. Aparecen entonces en forma destacada los siguientes contenidos: la muerte, el duelo, la
culpa, la reivindicación de justicia.

En sus comentarios finales, las personas que realizaron este trabajo con grupos señalaron
nítidamente que "formó parte de un objetivo más amplio, cual es la búsqueda de un tratamiento
integral para la persona, la familia, la comunidad." Y si bien valorizaron el espacio terapéutico
creado, que fue valioso para los familiares, señalan que "por la naturaleza misma de la
traumatización extrema que vivieron estas familias y que provocó una grave distorsión de los
procesos psicológicos involucrados en el trabajo habitual del duelo, creemos que resulta difícil para
la persona profundizar la elaboración de esta problemática en una instancia grupal". Sin embargo,
señalan "que consideran el trabajo grupal, como una herramienta válida de intervención terapéutica
en estos casos" y recomiendan una vez más, como lo hemos hecho desde el inicio, "abordar la
problemática de violación del derecho a la vida, con equipos multidisciplinarios, que se formen o
tengan experiencia en el conocimiento de este drama humano, en que cada miembro haga
aportes, desde su campo teórico y desde su quehacer, a un trabajo común, respetando al mismo
tiempo la especificidad de los roles, sin dejar de compartir las experiencias y apoyarse
mutuamente."

(25)
• Desde la medicina general

Si bien la mirada médica sobre las personas estuvo siempre presente, no habíamos tenido la
posibilidad de efectuar, un estudio pormenorizado de los trastornos somáticos que esta población
víctima de la violencia presentaba. Este trabajo se realizó durante casi tres años, desde 1993 a
1995, y estuvo inmerso en el colectivo de salud mental existente en Valdivia, por lo cual siempre
fueron considerados los aspectos sociales, psicológicos y ambientales.

El se realizó cuando hacía ya casi dos años que la Comisión de Verdad y Reconciliación había
entregado su Informe y había clasificado a gran parte de las victimas como "con convicción".
Existía, sin embargo, un número importante de personas que no habían logrado tal reconocimiento,
quedando sus familias al margen de toda reparación.

Por otra parte, ni la Comisión de Verdad y Reconciliación, ni la Corporación de Reparación y


Reconciliación, que la sucedió, habían reconocido la tortura como un crimen cometido contra la
población ni menos habían nombrado y señalado a los responsables.

El gobierno de transición no había sido capaz de lograr la abolición o nulidad de la Ley de Amnistía
dictada por los militares, de manera que los escasos juicios habían terminado o estaban
terminando, sin un esclarecimiento de lo ocurrido y sin ningún tipo de sanción. De modo, que el
trabajo médico se realizó en una absoluta impunidad, existente ahora en democracia y con una
oferta de recompensa económica muy limitada.

El universo al cual se otorgó asistencia médica, corresponde a 125 personas. La mayoría fueron
atendidos en las oficinas de la institución y los demás fueron atendidos en sus lugares de
residencia, en el momento en que se desarrollaba la acción comunitaria de Salud Integral y
Derechos Humanos. Actividad en la cual, también participaba la médico cooperante belga. La
mayoría de las personas acudieron a la primera consulta acompañadas por alguien ya que no se
atrevían a ir solos, con el tiempo y el logro de un a buena relación de confianza, esta vez médico-
paciente, llegaron espontáneamente a la consulta.

Hubo familias que si bien concurrieron por un síntoma médico, en el transcurso de las entrevistas
se develó que el problema de fondo era un conflicto familiar, que perturbaba la relación entre ellos,
en el cual se ocultaba una sintomatología somática. Pudimos comprobar que todas estas molestias
eran secundarias al hecho represivo, pues los recuerdos traumáticos siempre aparecieron en la
historia como precediendo los síntomas.

En 47 de las 125 personas atendidas encontramos trastornos ansiosos asociados a los cuadros
médicos, las manifestaciones más frecuentes fueron: tensiones, intranquilidad, temblores,
alteraciones neurovegetativas, como palpitaciones, taquicardia, sudoraciones, opresión pre-cordial,
y por último, trastornos del ritmo vigilia-sueño, insomnios y pesadillas.

En cuanto al motivo de consulta para su análisis los dividimos según el sistema que ellos decían
tener, predominantemente afectados, o el tipo de patología que más frecuentemente comunicaban.
Fuera de consultas por enfermedades infecciosas agudas, sea del sistema digestivo o por cuadros
respiratorios agudos, el motivo de consulta predominante eran dolores, especialmente, de tipo
muscular u osteomuscular. Generalmente los dolores se situaban las regiones para-vertebrales, y
eran de carácter crónico, intensos e invalidantes. Pudimos comprobar que muy frecuentemente
"estos dolores del cuerpo" eran secundarios al hecho represivo. Otro síntoma predominante eran
las cefaleas, el dolor era casi diario, a veces de carácter agudo y claramente ligado a problemas de
diversas índole: personales, familiares, laborales o económicos. Era un síntoma llamativo y las
personas se sentían muy limitadas por este dolor. El dolor de cabeza apareció siempre, después
del Golpe de Estado. Otro motivo de consulta predominante estaba relacionado con el sistema
digestivo: acidez, dolores epigástricos, dolores abdominales con meteorismo, eran los síntomas
más frecuentes, que se arrastraban por años. En otros casos el motivo de consulta, era
principalmente de orden psicológico o se originaban por esa causa. Las quejas se referían a
trastornos del sueño, insomnios de conciliación o de despertar precoz; bulimia con obesidad
manifiesta. También pudimos comprobar síntomas de conversión. Por ejemplo, una mujer al
enterarse de la ejecución de su hijo, perdió en forma súbita, para siempre, el gusto y el olfato.

Es interesante señalar que en las personas que sobrevivieron a la tortura, la persistencia de la


sintomatología a través del tiempo es notable, especialmente los trastornos médicos asociados a
los de la esfera psicológica. En el periodo de transición, el problema se tornó más grave, pues sus
casos no tuvieron ningún reconocimiento oficial.

Por último, nos parece interesante señalar la realidad que como médico general vivió la cooperante
belga, porque creemos que cualquier médico general tiene que tener, la sensibilidad y una visión
humana integral, si quiere tratar este universo de personas. Textualmente, ella expresó: "Al
principio, como médico y persona, me vi desbordada, impotente y a veces lloraba.

No podía quedarme al margen de estos dolores. Sentía la necesidad de demostrar mi empatía con
ellos y por eso rompía los limites terapéuticos, me molestaba la mesa entre nosotros y me
levantaba para acercarme y los acogía. Rápidamente percibí que era necesario acompañarlos en
estas reminiscencias dolorosas, ya sea haciendo breves preguntas o con un significativo silencio.

Si en muchos casos, la intervención fue positiva, me sorprendí, sin embargo, que cualquier
conflicto, aunque mínimo, influyera en sus sintomatologías, reactivándolas o exacerbándolas. Así,
después de lograr un cierto grado de estabilización emocional y de mejoramiento clínico, constaté
la fragilidad y precariedad de los logros, sobre todo en las personas de mayor edad. Se trataba de
una población muy frágil psicológicamente y muy dependiente afectivamente".

Investigación sobre las consecuencias de la impunidad en la comunidad de Neltume.

Habiendo comprobado que la impunidad existente en el país era una nueva agresión que se
sumaba a los crímenes. Quisimos profundizar en el estudio de las consecuencias que su existencia
producía en la comunidad, a fin de demostrar en la forma lo más objetiva posible, cómo la
existencia de esta doble violación de los derechos humanos: crímenes e impunidad, repercutían,
en la destrucción no sólo de la identidad individual sino también en el colectivo social.

Así, luego de realizar un trabajo orientado fundamentalmente a lo individual, a la subjetividad de las


personas y los grupos, quisimos estudiar lo que había sucedido en la comunidad. Además, el
trabajo comunitario iniciado en 1993 en Neltume, nos estaba demostrando el profundo daño que se
había provocado en el colectivo social como un todo. Aquí se había producido lo que podríamos
llamar un fenómeno dialéctico de carácter negativo: por un lado, los familiares estuvieron y estaban
-a pesar de los esfuerzos- traumatizados, aislados, marginados y por otro lado, la colectividad en
que vivían, presentaba rasgos de una sociedad enferma o insana, es decir, "aquella que crea
(26)
hostilidad, mentira y recelo".

Aún más, el intercambio producido entre nosotros y la comunidad, nos hacia sospechar que en esa
colectividad se estaba configurando un carácter social constituido por un núcleo patógeno o
anormal, formado por un miedo internalizado y un quiebre radical del principio tradicional de la
solidaridad humana, en la base del cual, reinaba la fuerza de la desconfianza. Vislumbrábamos
que las pérdidas, el "duelo congelado", el miedo a la repetición de la violencia les impedía romper
con la lógica de impunidad impuesta por el poder dominante. La presencia constante de la
simbolización de la muerte no les permitía actuar libre y abiertamente, saber, conocer, analizar con
ecuanimidad y lo que predominaba era la denegación de todo lo sucedido.

Para conocer estos trastornos, en 1995 diseñamos un proyecto para ejecutar simultáneamente con
la intervención comunitaria. Las técnicas de recolección de información utilizadas serían las de la
observación fenomenológica en sus diversas modalidades. Se realizarían además entrevistas
grupales, entrevistas individuales, y fichas temáticas específicas, no con el fin de aplicarlas
directamente, sino con el objetivo primero de guiar al entrevistador, para luego ordenar los
contenidos recogidos. En ellas, se trataba de precisar las diversas alteraciones psicopatológicas, a
nivel de vivencias pasadas y presentes, percepciones, recuerdos, pensamientos, formas de
expresión, temporalidad, diversos comportamientos. La mayor parte de las entrevistas fueron
grabadas.

La complejidad del tema, el miedo y la desconfianza aún existente en el lugar, unido a nuestra
propia inexperiencia, al temor de profundizar en recuerdos traumáticos, que a menudo llevaba a
reacciones que no éramos capaces de controlar, así como la falta de un apoyo comunitario real,
hizo que este tema no pudiera desarrollarse en toda su dimensión. Aún así se trabajó con
aproximadamente 80 personas, las que fueron entrevistadas, algunas, en varias ocasiones. Ellas
no eran exclusivamente los familiares de los detenidos desaparecidos o de los ejecutados políticos,
muy por el contrario, se trataba de trabajar, con la mayor cantidad de habitantes de Neltume. Las
conversaciones espontáneas fueron reconstruidas y las entrevistas fueron transcritas y sobre ellas
se realizó un análisis de contenido.

La mayoría de ellos eran personas de edad, muchos habitaban allí en el momento del Golpe de
Estado y algunos desde muchos años antes, de modo que habían vivido los diferentes periodos
históricos que se dieron en el Complejo Maderero. Es importante recordar que gran parte de los
habitantes de Neltume que fueron perseguidos, encarcelados, así como algunos familiares de
detenidos desaparecidos y ejecutados abandonaron la Región, sea porque fueron enviados al
exilio o por su propia voluntad.

• Las improntas del pasado

Como es aceptado ahora, no sólo nacional sino internacionalmente, años antes del Golpe de
Estado se había iniciado una campaña para impedir el acceso de un presidente socialista al poder.
Luego, durante los tres años que él logró gobernar, se realizaron innumerables maniobras para
lograr su fracaso y derrota. Una de las armas más poderosas utilizadas fue la de la guerra
(27)
psicológica, ella fue magistralmente aplicada en X Región, especialmente en la zona del
(28)
Complejo Maderero. Se afirmó, a través de todos los medios de comunicación orales y escritos,
así como por parlamentarios de la derecha y de la Democracia Cristiana que allí existían "focos
(29)
guerrilleros, miles de extranjeros armados y que el Comandante Pepe , que dirigía a estos
extremistas, era un ser en todo homologable al guerrillero argentino Che Guevara". Así se
construyó en el imaginario de todo el país y especialmente en los sectores de derecha, de que allí
realmente, antes y después del Golpe, había existido una guerra. La comunidad de Neltume
quedó, de este modo, crucificada por la leyenda.

Sin embargo, el Informe de la Comisión Nacional de Verdad y Reconciliación afirma que las
fuerzas armadas y de orden lograron su objetivo en muy pocos días y respecto a esta zona del sur
de Chile señala: "En la Décima Región, actual provincia de Valdivia, en el Complejo Maderero y
Forestal Panguipulli, se produjo una tentativa fracasada de asalto al retén Neltume. La realizaron
elementos de izquierda extrema de aquel Complejo, especialmente miembros del Movimiento de
Campesinos Revolucionarios (MCR), que tras su fracaso y sin que hubiera victimas, se dispersaron
sin efectuar nuevas operaciones".

En las respuestas dadas por los entrevistados, se aprecia claramente el peso que esta
estigmatización tenía en los habitantes de esta región. Ello se aprecia en los recuerdos
contradictorios y en la interpretación de lo ocurrido. Un hombre, trabajador del Complejo, desde la
década del 60' dice: "Aquí se inventaron cosas, pues todos eran hombres de trabajo, que los
calumniaron y todos esos niños que se perdieron, no habían matado un pájaro siquiera... Pero
todos quedamos marcados... Y cuando fui al médico, él me dijo, 'Pero usted es de Neltume! De los
peligrosos!', Oiga, le dije yo: No se crea esos cuentos!" Otro hombre agrega:" Nadie sabía lo que
iba a pasar, se hablaba de guerrilleros. ¿Guerrilleros? ¡De adonde! Hubo mucha calumnia, nadie
sabia lo que era un extremista".
Por otra parte, un hombre de 68 años declara: "Nunca me metí en nada, y nunca di una firma
contra nadie... Fui protegido por los militares. Gente de afuera vino a inducir a los jóvenes de aquí".
Otra mujer nos dice: "Nosotros tuvimos a los hijos apartados porque había gente extraña, gente
que no era de aquí".

Un trabajador que había llegado el año 1951 al Complejo se refiere en cambio, en buenos términos
al "Comandante Pepe", diciendo: "Era una persona tan humilde, agradable, no le hallaba color de
que era un terrorista".

Frente a las informaciones de prensa que hablaban de la presencia de miles de extranjeros,


asegura, "Yo no vi jamás a un extranjero, salvo una joven sueca, la rubia, que vino a ayudarnos".
"El que vino a poner la diabla a la gente, fue el Comandante Pepe" dice un hombre de 60 años que
nació en Neltume y otro, que se define a si mismo como apatronado relata: "...Vino gente de
afuera, y luego del golpe cayeron muchos presos, pero algunos de los que cayeron no sabían leer
y escribir".

Una mujer de edad, contradictoriamente, con lo que otros han dicho dice: "Nada que ver con que
vino gente de afuera... Era la primera vez que nos sentíamos personas libres, para decidir nuestros
trabajos y destinos. Eso fue en la época de la Unidad Popular".

Muchos de los entrevistados, luego del Golpe, fueron interrogados por los militares sobre la
presencia de una mujer extranjera. Este "fantasma" persiste hasta ahora como una imagen de
peligro, como un icono que recuerda el pasado traumático. Como lo veremos, la médico belga de
nuestro equipo fue homologada a ella, en el recuerdo, el cual estaba ligado a un momento histórico
de riesgo vital, de peligro de muerte, lo que dificultó en un primer momento la confianza que luego
le tuvieron.

• El Golpe de Estado: una vivencia oculta.

Al intentar buscar el significado que el Golpe había tenido en la comunidad, nos llamó
profundamente la atención que frente a la pregunta, "por el hecho más importante ocurrido en
Neltume", este hecho histórico fuera ocultado. Sólo una mujer lo nombró en un primer lugar, como
"Lo más grave y significativo que nos ha ocurrido". Los demás mencionaron las catástrofes de la
naturaleza como el terremoto: "Lo más impactante en la vida Neltume fue el terremoto de 1960". O
la explosión del volcán, "donde las llamas se elevaban en el cielo", o bien acontecimientos
enumerados fueron de orden positivo: "El triunfo deportivo. Cuando Neltume salió campeón en
todo el sur del país". O, mencionaron acontecimientos recientes como: "La instalación de la luz".

Sin embargo, a medida que continuábamos la conversación y ganábamos confianza, era


indiscutible, que el Golpe fue para todos los que vivían allí en el año 1973, "Lo más triste que pasó,
lo más grave". "Cuando nos quitaron la vida", o bien, frases que contrastan las privaciones y las
pérdidas: "Aquí hemos pasado pobrezas... Eso uno tiene que pasarlo, pero lo más malo y lo más
feo, fue lo que pasó entre nosotros, durante y después del Colpe de Estado".

Un obrero dice luego de varios encuentros con él: "Previamente al Golpe de Estado, me preparé
(30)
acaparando, toda la plata la metí en comprar cosas, pero nunca me imaginé, lo que era un
Colpe de Estado. Nadie sabía lo que iba a pasar... Sólo nos dimos cuenta cuando empezaron a
llegar los militares, los aviones, que daban vuelta y vuelta. Hablaban que aquí había guerrilleros,
pero en el asalto del retén no hubo ningún muerto, y allí sólo habían cuatro Carabineros".

El sentimiento de que "nos iban a matar a todos", como lo dijo una mujer, estaba arraigado en lo
más profundo de las vivencias de esta gente. De modo que llegamos al convencimiento de que el
Golpe y la dictadura era el trauma más agudo y más grave vivido por el conjunto de la población y
no solamente por los familiares de las victimas. Todos sabían lo que allí había pasado, pero no lo
comentaban.
¿Estaba el Golpe inmerso en el inconsciente colectivo? O aquí se cumple la sentencia de que la
subjetividad o la transubjetividad de esta comunidad estaría mejor definida por lo indecible? Se
habla perdido la hermenéutica de la comunicación, la ética del diálogo. Cada entrevista estaba
llena de silencios, o de respuestas al margen o paralelas.

Sin embargo, tuvimos la seguridad de que todos sabían lo que allí había pasado, pero no lo
comentaban entre ellos, lo hablaban de a dos y esos dos, a su vez, lo hablaban con otros, de modo
que no había un espacio público, no había una historia común y si la habla, no se había
socializado. Uno de nosotros, al ir por primera vez a una de las zonas del Complejo, dijo: "A pesar
de que no había comunicación pública, todos sabían que yo había estado ahí. Todos se
comunicaban a través del rumor".

Además, pudimos comprobar que de los más de 2.000 habitantes de Neltume, al menos
abiertamente, nadie adhería a un partido político y que al final de la dictadura, durante de la
Campaña del "SI y NO", nadie se identificó con una u otra opción.

De modo que la "ruptura totalitaria" produjo un quiebre en la actividad social, a través del
aislamiento, de la incomunicación. En una entrevista realizada con varios jóvenes, nos
comunicaron que sus padres nunca les habían hablado del pasado, uno dijo:" lo que sucede en
este pueblo..", se refería a la apatía "es responsabilidad de los mayores, que ocultan lo que pasó".
Lo jóvenes sabían todo y dijeron que sus padres no los dejaban participar en nada, porque la
mayoría vive con el terror de la repetición.

En Neltume se cumplía la afirmación que hizo Ana Arendt, al decir que: "Una de las características
inéditas de la dictadura totalitaria es la dislocación que impide la vida privada, exacerba el
desarraigo y dificulta el pensamiento".

De tal manera que a medida que avanzábamos en la búsqueda de los efectos de los crímenes y la
impunidad y, si bien las diversas acciones comunitarias habían logrado iniciar un "quehacer
conjunto", en nuestro trabajo de investigación de los sentimientos, vivencias, experiencias y
elaboración que los habitantes de la comunidad tenían frente a la represión, no lográbamos como
en las otras etapas, un sentimiento de una "experiencia compartida".

•La impunidad como una representación social internalizada.

La representación social es el producto y el proceso de una elaboración psicológica y social de la


realidad. Este proceso, en esta comunidad no se daba, porque aquí no había una lectura
transparente, diáfana de las instancias psíquicas individuales, como lo hemos visto, ni menos
había una acuerdo mínimo o colectivo para leer o vislumbrar el pasado y el presente. Esto al
parecer era así, porque lo acontecido, vivido y percibido por la intensidad de la violencia y la
muerte hizo que la prueba de realidad psíquica se deformara dramáticamente ante una realidad
exterior brutal y desconocida. Todas las instancias psíquicas que perciben la realidad y la
construyen normalmente, por la agresión, se intensificaron, se deformaron o se inhibieron por el
miedo y la situación de muerte inexorable que se vivía.

Lo sucedido fue registrado en la memoria de cada uno según lo que interiorizó de sus vivencias,
experiencias, de acuerdo a los sentimientos que tuvo en el momento agudo del Golpe de Estado o
en los años de dictadura que le siguieron. Esta individualidad de los recuerdos, así como de todas
las funciones neuropsicológicas, podía ser más o menos coincidente o concordante entre las
familias o varios miembros de la comunidad, pero, la falta de claridad vivida en el período de
transición mantuvieron la disociación y la confusión.

La verdad, aunque oficial fue sólo parcial y escindida, sin nombre de los responsables y sin
entregar a la comunidad su conocimiento en forma masiva, sencilla, de modo que fuera asumida
por toda la sociedad civil. Lo sucedido en el Complejo quedó en la nebulosa, lo que hizo que la
mentira continuara, que la confusión persistiera, que la realidad no se reconstruyera, no se
socializara, no se comunicara y más bien se callara y se ocultara.
A su vez, las exigencias de los nuevos gobiernos de llegar a una Reconciliación sin una verdadera
Reparación Moral y Jurídica; la ambigüedad de sus comportamientos que se simbolizaba no en la
muerte del pasado traumático, sino en la transfiguración paulatina del principal responsable de los
crímenes: de dictador a senador vitalicio, benemérito, "inmortal". Había logrado la confusión, más
aún creado la ambigüedad y la ambivalencia, descrita como "aquél dispositivo psíquico de un
sujeto que manifiesta simultáneamente dos sentimientos, dos actitudes opuestas frente a un
(31)
mismo objeto y a una misma situación" , se había apoderado del Gobierno y sus
representantes.

Frases como ésta, que expresan lo más arriba señalado, y que demuestran el aislamiento y la
desconfianza, eran frecuentes: "Luego, por años, nadie tuvo confianza, no había ninguna
seguridad, porque había mucha calumnia", o expresiones como estas: "No conversábamos, todos
callados no más, por temor a las represalias", o bien frases que denotaban culpas, dudas y
recelos, "existe el rumor de que él es 'soplón', pero nunca nadie se lo ha dicho". "Esa misma gente
que antes andaba gritando, después andaba con los milicos dando datos, de la mano de los
milicos vigilando"... "Ahí empezó a nacer la desconfianza, yo no podía conversar con una persona
abiertamente"... Nadie conversaba nada de nada. Lo único que decíamos: detuvieron a tal persona
y nada más".

La conducta de los militares y su impunidad les había hecho internalizar la idea de que había
derecho a matar, varias personas de algún modo comunicaron este sentimiento, que se constituyó
firmemente al existir impunidad "Uno sentía que si querían matar, mataban no más, porque esa es
la ley que imperó todos estos años".

•La transubjetividad rota

Al intentar articular lo individual, lo familiar a lo social, nos encontramos con enormes dificultades,
como lo hemos visto.

El Golpe y la dictadura habían significado la ruptura de lo cotidiano, de la vida, del proyecto


familiar, laboral y social y a causa de la impunidad, todas las relaciones estaban rotas. Durante el
trabajo comunitario, ya se había llegado a la conclusión que estábamos inmersos, en una
comunidad "fracturada", que no había vínculo social, incluso entre los propios familiares, y que
había historias irreconciliables. Uno de nosotros expresó: "Como que todo quedó cristalizado,
después del Colpe y la gente sólo se preocupaba de su subsistencia, de sobrevivir"

No existía una mentalidad colectiva y las relaciones que el sujeto mantenía con los otros miembros
de la comunidad era ausente o recelosa, sin transparencia. No lograban compartir sus vivencias, ni
menos sus recuerdos y como lo hemos señalado, las conductas gubernamentales no habían
permitido reconstituir la memoria colectiva ni menos buscar las huellas del recuerdo para tener una
nueva significación. La realidad exterior que persistía confusa, mantenía el intercambio con el otro
y la exterioridad cautiva.

Estos hechos impedían la reconstitución de los principales elementos que están en la base de la
naturaleza humana y que se refieren no sólo a tener una identidad propia -la cual como hemos
visto también estaba rota- sino también a la necesidad de relación, de intercambio, de arraigo y de
seguridad y de tener un marco de orientación que permita un intercambio con el otro, con el
mundo.

El trabajo comunitario mostrará duramente como esta transubjetividad rota impedía la interacción
social, no lograban unirse ni reunirse, actuar desde ellos mismos. Como si reconstruir la identidad
colectiva significara peligro. ¿Era la internacionalización de los crímenes y la impunidad lo que los
había llevado a la pérdida del deseo de actuar, de intercambiar?

No contamos con índices objetivos para responder y por el momento lo único que podemos
aseverar es que, indudablemente, el trabajo con las personas, las familias y las comunidades
sometidas a la violencia humana necesita aún de una profunda reflexión, que sea capaz de
penetrar en los ámbitos más recónditos de la complejidad humana en este caso, sometida a la
agresión que viene desde el poder del Estado. Institución creada en el curso de la humanidad por
los hombres para protegerse.

Santiago de Chile, Septiembre de 1999

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Notas:

1. En este trabajo he utilizado especialmente los siguientes textos escritos previamente por mi, "La impunidad y la historia interior de
la vida", preparado para la publicación "Social Justice" en San Francisco, California y "El tiempo irremediable". La posible
rehabilitación e indemnización de los crímenes contra la humanidad. Ponencia presentada en la conferencia "El tratamiento del
pasado en los períodos post dictatoriales" realizado en Berlín, Alemania, en Diciembre de 1998.

2. Montealegre, H.: "Los Derechos Humanos en su perspectiva internacional". Santiago, Chile, 1987.

3. Cassese, A. "Los Derechos Humanos en el mundo contemporáneo". Ediciones Ariel, S.A, Barcelona, 1991.

4. Ver Declaración Universal en "Recopilación de Instrumentos Internacionales". Vol. 1. Publicación de las N.U., Nueva York y
Ginebra, 1994.

5. "La violence". Michaud Ivés , Presses Universitaires des France, 1986.

6. Bettelheimn, B.: "Le coeur conscient". Ed. Laffont, 1979.

7. Los textos entrecomillas son atas de otros trabajos de la autora, señalados en la bibliografía.

8. Kordon, Edelman, Lagos, Kersner y otros: "La impunidad una perspectiva psicosocial y clínica". Ed. Sudamericana, Buenos Aires,
Argentina, 1995.

9. El plebiscito del SI o NO, realizado el 5 e octubre de 1988, para decidir la continuidad del régimen militar.

10. CODEPU. Chile recuerdos de la guerra: Valdivia, Neltume, Chihuío. Serie Verdad y Justicia, Vol. 2.

11. id pág. 114

12. id pág. 115

13. Calveiro P.: "Poder y Desaparición". Ediciones Coligue. SRL. Buenos Aires-Argentina.

14. Rojas, Paz. Carta dirigida, el 9 de julio de 1992, al Relator Especial contra la Impunidad de Naciones Unidas Louis Joinet.

15. Ver Burneo, J: "La legislación para la impunidad en América Latina". Algunas acdones posibles a nivel de Naciones Unidas y de
la OEA". Mimeo. 1996. Pág. 1.

16. Ver "Crímenes e Impunidad". Pág 102.

17. Parte importante del contenido de esta sección esti tomado de Rojas, Paz: "Impunidad y la historia interior de la vida".

18. Reszczynski, K., Rojas, P. y Barceló, P.: "Torture et résistance au Chili". Editions L'Harmattan.

19. Rojas, P.:" Reflexiones sobre trastornos de estrés post traumático". Presentado en el Simposium sobre 'Trauma y Reparación: A
25 años del golpe militar". 5-7 de noviembre de 1998, Universidad de Upsala-Suecia.

20. "Chile recuerdos de la guerra" Pág. 87.


21. "Chile recuerdos de la guerra". Pág. 117.

22. Id. Pág. 118.

23. El trauma psíquico ha sido definido "como el encuentro brutal entre la interioridad de una persona y una situación exterior, de
peligro extremo". Ver Barrois, Claude "Les nevroses traumatiques". Bordaz, París. 1998.

24. Este capítulo está basado principalmente en el trabajo realizado por la Dra. Patricia Barceló y los psicólogos Miriam Cabezas y
Eric Moreau, quienes comunicaron esta experiencia en una ponencia que fue presentada en la Conferencia Internacional de
Centros, Instituciones e Individuos que trabajan en Asistencia a Victimas de la Violencia organizada realizada en Manila, Filipinas,
Diciembre de 1994. En este trabajo con grupos participaron también otros miembros del Equipo de Salud Mental de la X Región.
Este trabajo está publicado en el II Volumen de "Persona, Estado, Poder". "Estudios sobre Salud Mental". CODEPU, Chile 1990-
1995.

25. Esta parte está basada en un trabajo realizado por la Dra. Marie Christine Bcrghczan, médico general cooperante belga, quién
fue asesorada en la parte teórica de la elaboración por la Dra. Paz Rojas. Este trabajo fue publicado en la Serie Retrospectiva y
Reflexión No 1 del Programa de Investigación de la Corporación de Promoción y Defensa de los derechos del Pueblo, en junio de
1997.

26. Fromm, E.: "Psicoanálisis de la sociedad contemporánea". Fondo de Cultura Económica. México, 1956.

27. Algunos conceptos sobre la guerra psicológica instaurada en Chile y durante todo el periodo de la dictadura, los esbozamos, en
eívol. 4 de la Serie Verdad y Justicia, "La gran mentira: El caso de las listas de los 119" CODEPU, DIT-T, 1994.

28. Ver Introducción libro "Chile: Recuerdos de la Guerra".

29. Se trata de José Liendo, estudiante de Ingeniería Forestal de la Universidad de Valdivia, perteneciente al MIR, que vivió en el
Complejo y fue ejecutado luego del Golpe Militar, junto a otros campesinos del lugar.

30. Una de las campanas de los sectores de derecha para desestabilizar al gobierno de Allende, fue inducir a comprar y ocultar
mercadería, a fin de lograr el desabastecimiento en todo Chile. Inducido como una técnica de guerra psicológica.

31. Dictionnaire de la psychanalyse. Larousse, 1993.

INTENTANDO RE-ESTABLECER CONFIANZAS:

INTENTANDO RE-ESTABLECER CONFIANZAS:


EL TRABAJO COMUNITARIO EN NELTUME

María Luisa Ortiz Rojas.

1. ANTECEDENTES

Durante más de cuatro años CODEPU desarrolló una experiencia de trabajo


comunitario en Neltume, pero hasta ahora no habíamos sistematizado ni
reflexionado acerca de lo que significó, tanto para sus habitantes como para
nosotros.

La mayoría de los profesionales que intervinieron directamente en esta


experiencia ya no están en CODEPU; sin embargo sus informes periódicos y el
registro minucioso de las actividades realizadas, de las reuniones de discusión y
evaluación, de las prolongadas jornadas en las que colectivamente
reflexionábamos sobre el quehacer que como organismo de derechos humanos
realizábamos en esta comunidad rural, aislada y sometida durante largos años a
una situación de represión y marginación social y económica; nos han permitido
ahora observar este trabajo, sistematizarlo y reflexionar acerca de sus acciones y
significados.
Para su elaboración hemos entrevistado e intercambiado opiniones con algunos
de los protagonistas de esta experiencia comunitaria; ellos han revisado nuestros
manuscritos, han aportado nuevas ideas y percepciones, han corregido
inexactitudes. Es con su aporte que hemos ido construyendo este texto.

El trabajo de CODEPU en la zona precordillerana de la Provincia de Valdivia


comenzó hacia fines de 1989. Entre ese año y 1992 nuestra institución dedicó sus
esfuerzos en la X Región a la investigación de las violaciones al derecho a la vida
ocurridas en esta zona del país. Con una metodología de investigación-acción, en
donde los familiares de las víctimas tuvieron un rol protagonice en la
reconstrucción de los hechos, fuimos poco a poco - y con todas las dificultades
que implicaba realizar esta tarea en sectores donde el miedo y la desconfianza se
habían instalado profundamente en las personas conociendo lo que allí había
ocurrido.

A partir de un primer diagnóstico de los hechos represivos ocurridos, delimitamos


nuestra investigación a lo que había sido el Complejo Forestal y Maderero
Panguipulli Ltda, empresa estatal conformada a partir del proceso de Reforma
Agraria iniciada en la década del 60 y formalizada en el año 1971, que abarcaba
una extensa zona de la precordillera valdiviana (420 mil hectáreas).

Asumimos esta tarea desde un abordaje multidisciplinario, que significó no sólo la


recopilación de antecedentes y testimonios en terreno y el estudio bibliográfico y
documental de los hechos; dimos también apoyo y asistencia social, médica,
psicoterapéutica y educativa a los familiares de los afectados. El eje que condujo
nuestra intervención fue la búsqueda de la verdad y la justicia, acompañada por un
proceso de restablecimiento de las identidades individuales y colectivas en el
grupo familiar afectado.

El desarrollo de una investigación de carácter participativo, con una visión integral


y multidisciplinaria en el abordaje de la problemática de la violación a los derechos
humanos, fue entonces, la principal orientación metodológica de la intervención
que realizamos en ese periodo en la región.

El trabajo en terreno se transformó en una herramienta primordial para acceder a


la reconstrucción de lo sucedido. Allí convivimos muy cercanamente con los
familiares y los amigos de las víctimas; conocimos sus hogares y recorrimos los
lugares en donde habían transcurrido sus vidas; pudimos percibir cómo han vivido
todos estos años quienes han sobrevivido a los hechos: en un clima altamente
represivo, en donde el miedo, el aislamiento y la marginación, eran el sello que
marcaba su cotidianeidad.

"Eso quedó en la gente campesina de arriba... lo de la muerte de sus compañeros,


sus maridos, sus hijos, sus nietos, sus parientes. Y generó un miedo que todavía
perdura. Hay que trabajar mucho con ellos para que se les quite.. y hay que tratar
de que reivindiquen también la memoria de los que murieron, porque muchos de
sus parientes no están conscientes de porqué los mataron". (1)
Es así como a través de este acercamiento pudimos observar que "la confianza
básica, necesaria para una buena comunicación, se había transformado en una
multifacética y permanente desconfianza. El miedo en todas sus modalidades de
existencia se convirtió en nexo de las relaciones sociales. Por tanto, nos
encontramos en un ambiente altamente patógeno y que ejerce sus efectos, no ya
a través de la represión más brutal, sino a través de la cotidianeidad (2) Esto se
expresaba no sólo en la relación que establecían con nuestro equipo -desconocido
para ellos hasta ese momento- la que sentían que podía implicarles el riesgo de
sufrir represalias; se manifestaba también en el aislamiento en que vivían, con un
contacto muy precario entre ellos. "Neltume no era efectivamente una comunidad
en ese momento, era una comunidad fracturada. Por todos los problemas que
había vivido no había una verdadera y sana articulación entre la gente. Los
familiares, a pesar que vivían todos en el plano de Neltume, a distancias
relativamente cercanas, no tenían un vínculo social entre ellos; no tenían una
dinámica de visitarse, de comunicarse, de estar conectados". (3) Esta situación
persistía cuando iniciamos el trabajo comunitario en Neltume y fue un factor muy
importante en el desarrollo de nuestra intervención.

Los resultados de esa investigación fueron publicados en el libro "Chile.


Recuerdos de la Guerra. Valdivia-Neltume-Chihuio-Liquiñe", que fue lanzado en
un acto público en octubre de 1992 en la ciudad de Valdivia. En él estuvieron
presentes los familiares directos de las víctimas, muchos de los cuales se
trasladaron desde lejanas localidades cordilleranas a esta ciudad, para asistir al
primer acto público en el que se entregaba a la comunidad la verdad de los
hechos, se redignificaba la memoria de las victimas y la lucha que por tantos años
estas familias habían llevado adelante. Este acto, culminación de una primera
etapa de trabajo institucional en la región, constituyó, sin duda, un hito relevante
en nuestro vinculo con esas comunidades y el trabajo que posteriormente
desarrollaríamos con ellas. (4)

Luego de la publicación y presentación del libro, la relación entre nuestra


institución y los familiares de las victimas se hizo mucho más cercana y una cuota
importante de las barreras de desconfianza fueron sobrepasándose. Ellos
comenzaron a visitar más regularmente nuestra sede, en donde se les otorgaba
asistencia social y psicoterapéutica, a la vez que se les orientaba en las gestiones
que debían hacer para obtener los beneficios de la Ley de Reparación. Este fue un
proceso paulatino y dispar. Para los familiares que vivían en las localidades
aisladas fue mucho más lento y continuó incluso durante la primera etapa de
nuestra intervención comunitaria en Neltume.

Así y todo, en enero de 1992 los familiares de las víctimas de Neltume se


reunieron por primera vez en la misma comunidad, en la casa de uno de ellos.
Querían encontrarse, conversar y tratar de coordinarse para los trámites que
debían realizar. Este hecho fue muy significativo, no sólo dadas las características
represivas, socioculturales y de aislamiento geográfico, sino porque además
concitó algunas solidaridades desde otras organizaciones de la comunidad.

Fue en este período y luego de un trabajo de casi cuatro años en la región, en las
localidades aisladas de la precordillera, del conocimiento que fuimos adquiriendo -
no sólo de lo que había pasado sino de la realidad de vida de los familiares de las
victimas y de las comunidades a las que pertenecían- que pudimos constatar el
daño profundo que le represión había provocado. Un daño que afectaba lo más
básico de la convivencia y que perturbaba las relaciones y vínculos sociales al
interior de estas comunidades. Fue esta constatación la que nos impulsó a
plantearnos un trabajo en que la comunidad fuera el sujeto de nuestra acción.

Previo a su inicio, sin embargo, tres consideraciones fueron muy relevantes:

• La primera, decía relación con las expectativas que nuestra intervención


generaría en la comunidad y la necesidad de evaluar nuestra capacidad de
responder a ellas, más que nada asegurar una regularidad de nuestra presencia y
la persistencia de nuestra acción. Nos preocupaba este aspecto, ya que no había
habido buenas experiencias en este sentido para las comunidades, lo que sumado
a la historia de marginación, abandono y aislamiento en que vivían, una actitud de
este tipo repercutiría negativamente en el trabajo que hasta ahora habíamos
realizado con ellas y en lo que habíamos avanzado hasta este momento, al
menos, en el ámbito de las familias de las víctimas.

"Ha habido situaciones en que organismos de derechos humanos han trabajado


con un grupo determinado, han hecho algún tipo de investigación especial, pero
después la comunicación se rompe y el campesino queda arriba tan solo como
estaba antes. Entonces, no existe un trabajo con continuidad y con objetivos a
más largo plazo, que trate de hacer algo en conjunto. Y ha pasado también que en
esta zona se ha dado este tipo de relación con organismos de derechos
humanos." (5)

• Una segunda consideración fue el tipo de trabajo que queríamos hacer y con
quiénes. Pasada ya la etapa de investigación de la verdad y el trabajo con las
personas más directamente afectadas y el conocimiento inicial y la percepción que
fuimos teniendo sobre las comunidades de las que provenían, quisimos trabajar
con ellas, más allá de las víctimas directas. Al comienzo, teníamos algunas ideas
generales de lo que queríamos hacer y cuáles eran los pasos que debíamos dar,
cómo aproximarnos al trabajo, qué es lo que queríamos lograr. No teníamos un
diseño acabado, un plan finamente elaborado; más bien fuimos aprendiendo de la
experiencia concreta y de la relación que establecimos con la comunidad. Este
intercambio nos fue guiando hacia qué medidas tomar y qué acciones
implementar.

Y si consideramos que "trabajo comunitario" es "fundamentalmente una praxis, es


decir, es una práctica imbuida de vivencias, de ideas fuerzas, de
intencionalidades, de afectos, de valores que, de alguna manera, tienden
precisamente hacia lo común, hacia la integración, hacia el acercamiento, hacia el
situarse en una relación existencial de iguales el trabajo comunitario es una
intencionalidad que no alcanza nunca una meta acabada o terminada, es un
proceso que topa con resistencias, que topa con todas las limitaciones que
tenemos los seres humanos para lograr estas relaciones de igualdad, de
mutualidad..."; (6) podemos afirmar que esta concepción atravesó nuestras
propuestas y su implementación. El trabajo de tipo comunitario que realizamos en
Neltume, fue eso esencialmente: una praxis llena de intencionalidades y de
afectos, que se fue construyendo en el camino que recorrimos con la comunidad.
Y, aunque en su momento no lo planteamos tan nítidamente, podríamos decir que
el objeto primordial de esta experiencia fue el cómo nuestra acción podía ayudar a
mejorar la relación de la gente, en esta comunidad que, observábamos, se
encontraba profundamente fracturada.

• Por último, la tercera consideración fue definir que el eje de nuestro trabajo seria
la salud, la salud integral. Dos factores confluyeron para que tomáramos esta
decisión.

- Uno, que decía relación con las familias afectadas y con lo que conocimos de
ellas en la etapa de investigación -y, también, a partir del trabajo clínico que como
institución habíamos desarrollado con quienes habían sufrido violaciones a los
derechos humanos- y en el que habíamos comprobado que ellas manifestaban lo
que habían vivido muy directamente en su manera de ser, a nivel individual, físico,
psicológico; en su cuerpo, sus dolencias, su expresividad y la forma en que se
relacionaban con el otro. Además, con la percepción que estas comunidades
vivían encapsuladas y aisladas biológica, psicológica y socialmente. Eran
comunidades fracturadas y lo que había que recomponer era la relación entre la
persona, el grupo y la comunidad. Entonces, el intentar recomponer el vinculo
social pasaba por una intervención desde la salud, que les permitiera tener un
conocimiento de si mismos que facilitara la relación con los otros. Es decir, el tema
de la salud articulaba estos dos planos: desde lo individual hasta lo social.

- Un segundo factor era que la salud se configuraba como un puente facilitador


para nuestra inserción en la comunidad. En las comunidades rurales el rol del
médico es muy relevante y los recursos de atención en salud desde los municipios
eran deficitarios y esporádicos. En estas circunstancias, el tema de la salud tenía
un grado importante de interés y pertinencia. Nuestro equipo además, contaba con
el recurso médico que nos permitiría desarrollar este trabajo. (7)

2. LAS ETAPAS DE LA INTERVENCIÓN COMUNITARIA

• El diagnóstico, la elección de la comunidad y la formulación de un


programa de trabajo.

El diagnóstico

La primero que nos planteamos fue la necesidad de realizar un diagnóstico de las


localidades de la precordillera, que abarcara distintos aspectos y nos
proporcionara una visión más completa, que nos permitiera identificar las
condiciones que facilitarían el trabajo que nos proponíamos y ayudara a
determinar la comunidad con la cual trabajaríamos. Porque si bien teníamos un
conocimiento de ellas, éste estaba restringido o delimitado a los hechos represivos
y sus victimas.
El diagnóstico inicial se construyó utilizando fuentes documentales primarias y
secundarias; entrevistas individuales y grupales en terreno y revisión bibliográfica.
Su realización se centró en las dos áreas geográficas entre las que se extendía el
Complejo Maderero y Forestal Panguipulli y que corresponden a la Comuna de
Panguipulli (área norte) y a la Comuna de Futrono (área sur). Específicamente se
hizo en tres localidades cordilleranas: Neltume, Liquiñe y Curriñe. Hasta allí el
equipo, viajó y permaneció por 5 días en cada lugar; para entrevistarse con la
gente; reunirse con las familiares de las victimas y establecer los primeros
contactos con las juntas de vecinos, sindicatos de trabajadores y otras
organizaciones, además de las instancias de gobierno local.

Una vez finalizado decidiríamos en cuál de estas tres comunidades


desarrollaríamos nuestro trabajo. El equipo no tenía capacidad humana ni
económica para tomar más de una, y había que considerar además las
dificultades geográficas y climáticas, que en muchas ocasiones impedían el
acceso a estos lugares alejados.

Entre otros, los tópicos abordados fueron los siguientes: reseña histórica;
identificación y descripción del territorio; salud; población; actividades económicas;
situación ambiental; educación; vías de acceso y medios de comunicación;
instituciones y organizaciones de la población.

Neltume: la comunidad elegida

Al terminar el diagnóstico se decidió iniciar este trabajo en la localidad de Neltume,


en la Comuna de Panguipulli. Los factores que determinaron esta decisión fueron :

• El aislamiento de las localidades y la dispersión y lejanía en que vivía la gente en


las localidades de Liquiñe y Curriñe.

• La disposición favorable del subsistema de salud local para colaborar y apoyar la


realización de un programa de intervención en salud comunitaria: Servicio de
Salud Panguipulli, Consultorio Choshuenco y Posta de Neltume.

• El interés y la colaboración de las organizaciones locales: La junta de vecinos de


Neltume, el Sindicato de Trabajadores, la Escuela Básica Municipal.

• Proceso gradual de constitución de la localidad de Neltume en "pueblo", situación


que repercutía en una motivación favorable de parte de la comunidad para
participar en la gestión local.

En consecuencia, la existencia de recursos en la localidad incidió de manera


esencial en la decisión de iniciar en Neltume nuestra intervención comunitaria. Por
una parte la existencia de algunos grupos, con cierto nivel de organización,
interesados en nuestro trabajo, y la relación previa con los familiares de las
víctimas; facilitarían la acogida y participación de nuestras propuestas; y, por otra,
el interés y la buena disposición desde el Municipio, nos daba cierta cobertura o
"validación institucional" frente a la comunidad. Este era un elemento importante,
ya que Neltume se encontraba en un momento de transición para convertirse en
"pueblo", por tanto la gente tenia muchas expectativas puestas en ese hecho y
estaban abiertos a acoger las iniciativas que tenían el respaldo del Municipio.

"Había una necesidad de la gente de tener una identidad, y esa identidad pasaba
por la idea de ser pueblo, porque el ser pueblo simbolizaba el emplazamiento más
armónico de la gente en el lugar. Daba además, la posibilidad de que el municipio,
por ser pueblo, los iba a apoyar más, iba a invertir recursos para que tuvieran
bomberos, un lugar donde botar la basura, etc. (8)

Formulación de un Programa de Trabajo

Luego de determinar del lugar donde realizaríamos nuestra intervención,


comenzamos a elaborar el Programa de Trabajo. Para ello, discutimos tanto sus
contenidos como las acciones que emprenderíamos con todas las personas a las
que habíamos entrevistado y con los cuales habíamos establecido los primeros
contactos en la etapa diagnóstica. Desarrollamos además, una intensa discusión e
intercambio de ideas con otros miembros de nuestra institución, especialmente
con el Equipo de Educación, que nos orientó en muchos aspectos.

Nos reunimos con las directoras de las escuelas, el presidente de la Junta de


Vecinos, representantes del sindicato, el presidente del Comité de Agua; los
clubes deportivos, el médico general de la zona de Choshuenco y Director de la
Posta de Neltume; familiares de víctimas y vecinos. En estas conversaciones -
individuales o grupales- fuimos socializando la idea de implementar un programa
de salud comunitaria e intercambiando ideas y propuestas acerca de las
actividades que impulsaríamos. En forma paralela, establecimos contactos
formales con el Alcalde de la Comuna de Panguipulli, a fin de presentar
oficialmente al Equipo que desarrollaría el trabajo en terreno.

Luego de recoger sus aportes y observaciones, se redactó una propuesta de


programa de trabajo comunitario en salud. Esta se presentó en una reunión
ampliada a la que asistieron los dirigentes y representantes de la comunidad,
quienes entregaron su visión, opinaron y presentaron sugerencias. Así, en
conjunto, fuimos delimitando sus aspectos y acciones más importantes. Esta
propuesta también fue expuesta al Municipio de Panguipulli, en donde nos
reunimos con el Alcalde y la Asistente Social que viajaba a Neltume.

De este proceso surgió un documento que titulamos "Programa de Salud


Comunitaria", el que constituyó el marco referencia! de lo que sería nuestro trabajo
en la localidad. Los fines inmediatos de la intervención fueron definidos con el
objetivo general de "mejorar la capacidad de enfrentar los problemas de salud
física y mental priorizados por la comunidad de Neltume", el que estaba
estrechamente ligado a la necesidad de re-componer el vinculo social perdido.

Para la implementación de este objetivo, establecimos varias lineas de acción


desde donde efectuar la intervención. Un elemento central fue la necesidad de
acercarnos a los escasos grupos que tenían cierto grado de formalización,
apoyándolos y potenciándolos; promover nuevos grupos con los cuáles trabajar;
motivar a los agentes de salud de la comunidad; otorgar asistencia y orientación
social y médica a los familiares de las victimas de la represión política, evaluando
su posición en la comunidad, en términos de integración/marginación; responder a
otras demandas de atención y orientación específica de otros miembros de la
comunidad, en aspectos sociales y médicos.

La determinación de esta metodología, que implicaba acciones múltiples y


variadas, nos permitiría insertarnos gradualmente en la comunidad y que ella nos
fuera reconociendo y acogiendo; en definitiva queríamos ir construyendo un
espacio de confianza. Así, el Programa planteaba comenzar el trabajo en torno a:

• Grupos ecológicos de las escuelas de la comunidad


• Formación de un comité de salud
• Facilitación de la relación entre el equipo de salud estatal y la comunidad
• Atención a los familiares de las victimas de la represión

Aunque parezca paradojal, tomamos la decisión de trabajar con el tema ecológico


en una comunidad cuya principal función productiva se relacionaba con la
explotación de la madera y nadie se cuestionaba por la tala de bosques -actividad
que venía produciéndose, por lo demás, desde el año 40 hasta ahora en forma
explosiva-. No existía de parte de los adultos ningún cuestionamiento respecto al
impacto medioambiental que esto hecho pudiera producir, ¿por qué entonces
trabajar con los grupos ecológicos? En las escuelas el tema ecológico estaba
formalmente instalado, ya que existía una tendencia a reproducir los programas
nacionales de educación, aún cuando éstos no tuvieran una correspondencia
estrecha con la realidad local (9)y además, los niños tenían muchos deseos de
trabajar con este tema. Las directoras y los profesores nos veían también, como
un grupo agente que aportaría a su acción educativa y, eventualmente, les
permitiría acceder a más apoyo desde el municipio.

Otra cuestión que comenzamos a planteamos en esta etapa, fue el cómo


abordaríamos el trabajo con los familiares de las víctimas. Estábamos conscientes
que llegábamos a una comunidad en donde el miedo y la desconfianza persistían
fuertemente y que esta realidad afectaba también las relaciones entre los propios
familiares, a pesar que habían venido haciendo un proceso paulatino de
acercamiento entre ellos. No nos resultó fácil decidir cuál seria nuestra acción: si
dirigir nuestros esfuerzos a impulsar su agrupación o a facilitar su proceso de
integración a la comunidad.

Si bien habían vivido una experiencia muy relevante a propósito del lanzamiento
público, en Valdivia, del libro "Chile. Recuerdos de la Guerra", que relataba lo
sucedido con sus familiares, lo que les había dado más seguridad frente a la
comunidad, dando pasos muy importantes en el camino de vencer la marginación
en la vida cotidiana en Neltume; las cosas no habían cambiado tan
sustancialmente. El miedo y la desconfianza seguían cruzando sus vidas, sus
relaciones, incluso entre ellos mismos. Es por esto que el equipo no se planteó
como prioridad el trabajar por agrupar a los familiares en un referente único;
tampoco se propuso incorporarlos, de manera especial, a los grupos con los que
se trabajaría y optó entonces por otras dos lineas de trabajo con los familiares: la
visita a sus casas en cada viaje, y la participación en los grupos a partir del nexo
natural que tuvieran con ellos y del interés que ellos mismos manifestaran.

Comentarios y observaciones:

Sobre el diagnóstico:

La realización de un diagnóstico que contemplaba no sólo aspectos cuantitativos,


sino también de manera importante aspectos cualitativos. Hacer un diagnóstico
que contemple ambos aspectos resulta esencial a la hora de definir la validez o no
de efectuar una intervención de tipo comunitario, desde una organización de
derechos humanos; el cómo abordar el trabajo y con quiénes hacerlo.

El diagnóstico se constituyó en una herramienta eficaz para detectar las


necesidades existentes y la acogida a nuestra propuesta; para conocer los
recursos locales, el apoyo de las organizaciones formales de la comunidad y del
gobierno local; en especial, del Municipio y del Servicio de Salud de la zona.

Sin embargo, sus conclusiones no fueron suficientes, ya que no dieron cuenta de


la profundidad y gravedad de la realidad subjetiva que subyacía en los miembros
de estas comunidades, en donde la llegada de afuerinos estaba sometida al
resguardo, la distancia y la desconfianza. Así, si bien en muchos aspectos fue una
herramienta útil, fue necesario re-evaluar permanentemente sus conclusiones. De
hecho, luego de un tiempo de iniciar el trabajo en Neltume, comprobamos que la
convocatoria que creíamos iba a tener nuestra propuesta, no fue tal, a pesar de
haber percibido al momento del diagnóstico una acogida favorable.

Al referirse al valor de los datos del diagnóstico para la realización de un trabajo


de tipo comunitario, la asistente social Teresa Marshall señala:" Esos indicadores
nos sirven para justificar, para argumentar nuestra intervención en el ámbito de las
políticas sociales, en el ámbito de las instituciones, etc. Sin embargo, esos datos
poco nos dicen sobre qué es lo que tenemos que hacer y, menos nos dice, cómo
tenemos que hacerlo. Entonces muchas veces uno se encuentra con diagnósticos
sociales que no pueden traducirse tan simplemente en cómo hacer las cosas. Uno
se pregunta ¿qué es lo que necesito? y creo que lo que uno necesita para hacer
intervención comunitaria es un conocimiento de lo que un autor llama "el
conocimiento de la Plaza Pública", que es el conocimiento que comprende mucho
más de lo que son las relaciones sociales, que logra ir desentrañando qué es lo
comunitario, qué está presente en esa localidad, en esa población, en esa gente,
en ese grupo, etc.... yo creo que el conocimiento de plaza pública se adquiere en
el tiempo, en el proceso, en la presencia, se adquiere mucho más escuchando que
leyendo.." (10)

Sobre la elección de la comunidad:

Un aspecto fundamental a la hora de definir la comunidad con la cual se trabajará


es la existencia de recursos en ella, que permitiera involucrar a los distintos
actores sociales en el proyecto que le estamos proponiendo. Para ello fue esencial
ir construyendo la propuesta con la participación de todos los referentes sociales:
escuelas, junta de vecinos, municipio, sindicato, servicio de salud, vecinos y
familiares de las victimas. Su participación permitía ampliar nuestra inserción en la
comunidad -dada hasta el momento sólo por el vinculo con los familiares- más,
aún si lo que nos proponíamos era que la comunidad fuera el sujeto de nuestra
acción. Es por eso que en esta primera etapa fue tan importante compartir
nuestras propuestas con ellos, reformulándolas a partir de sus aportes. Este
aspecto fue esencial para la definición de los ejes que tendría nuestro trabajo.

Sin embargo, hay que advertir que, al igual que con el diagnóstico, no siempre los
resultados obtenidos a partir de la elaboración conjunta de un programa de trabajo
y que daban cuenta del interés por involucrarse en él, tuvieron su correlato exacto
al iniciar el trabajo: "Mucha de la gente que estuvo en las primeras reuniones
donde se presentó la propuesta, mucha de la gente que opinó y entregó ideas,
después nunca se involucró en nada. .entonces era algo en lo cual se avanzaba,
se retrocedía, se volvía a avanzar, se revisaba, se ensaya, se exploraba..." (11)

Sobre la acción con los familiares:

Un factor esencial para que una organización de derechos humanos como la


nuestra tomara la decisión de realizar este trabajo en una determinada comunidad
-en este caso Neltume- fue la relación que habíamos establecido con quienes
habían sufrido la violación a los derechos humanos durante la dictadura. Para
nosotros resultaba esencial el apoyo que pudiéramos darles, resguardando que
nuestra acción no acentuara su estigmatización y no afectara negativamente su
inserción en la comunidad. Más bien, esperábamos que nuestra acción los
ayudara a incorporarse activamente a ella; además de ir fortaleciéndolos en la
lucha que estaban dando por la verdad y la justicia.

En tal sentido, constituyó un problema, el cómo seguiríamos trabajando con los


familiares en esta nueva etapa de intervención: a nivel individual, grupal o
comunitario. Las condiciones en que ellos vivían en Neltume, la existencia de esta
comunidad que hemos definido como una "comunidad fracturada", la persistencia
del miedo y la desconfianza, además de la marginación y el aislamiento en que
habían vivido durante tantos años, fueron elementos imprescindibles de considerar
para definir un camino a seguir.

Sobre el equipo de trabajo:

Otro elemento importante y que tiene directa relación con la acogida a nuestro
equipo por parte de las organizaciones de la comunidad, de los propios vecinos,
de los representantes del Municipio, fue la conformación del propio equipo de
trabajo. El hecho que estuviera integrado por médicos y asistente social fue un
factor relevante para la acogida que tuvimos, ya que nos constituimos en un
recurso al que se podía recurrir para solucionar problemas concretos de
demandas en salud o en el plano de la orientación y asistencia social. El dar
respuesta a estas demandas, que eran muy frecuentes de parte de la gente
debido a que existía una carencia importante de recursos locales al respecto, fue
un elemento que favoreció nuestra inserción en la comunidad. (12)
El trabajo en terreno 1993-1994

Esta segunda etapa de la intervención en Neltume transcurrió durante dos años.


Si bien constituimos un equipo que trabajaría en la localidad, todo el proceso
vivido involucró al conjunto de los miembros de CODEPU de la X Región y del
Equipo DITT central. Era una experiencia nueva para la institución, por tanto la
reflexión sobre los procesos que se iban viviendo era compartida por todos. Lo
que marcó fuertemente nuestro trabajo en estos dos primeros años en Neltume
fue la evaluación permanente de lo que hacíamos en cada viaje a la cordillera; la
reflexión y la discusión sobre los caminos a seguir frente a las nuevas situaciones
a la que nos enfrentábamos.

En el mes de agosto de 1993 iniciamos el trabajo, guiados por el Programa que


habíamos elaborado en conjunto con los miembros de la comunidad. En los dos
primeros años éste se caracterizó por:

• La regularidad de nuestra presencia en la comunidad: Viajábamos a Neltume dos


veces al mes, ocasiones en que permanecíamos en el lugar durante tres a cuatro
días, trabajando con distintos grupos, estableciendo nuevos contactos,
manteniendo los ya existentes, visitando a los familiares. Durante los dos primeros
años nos preocupamos de mantener esta presencia. Sólo en ocasiones muy
excepcionales no pudimos llegar, cuando las inclemencias del tiempo provocaban
cortes de caminos y caídas de puentes que impedían realizar el viaje. Fue, sin
embargo, un imperativo para el equipo el no romper la continuidad y regularidad
de nuestra presencia en el lugar, ya que sabíamos que ello constituía un elemento
fundamental para la credibilidad de la propuesta y la confianza que necesitábamos
para que la intervención pudiera seguir adelante.

Paralelamente, en cada viaje realizábamos visitas domiciliarias a los familiares de


las víctimas, en las cuáles les informábamos de lo que estábamos haciendo y
atendíamos a sus demandas concretas. Además, realizábamos contactos con el
Municipio de Panguipulli, el servicio de salud y otras instancias locales estatales o
de la propia comunidad, como la junta de vecinos y el sindicato.

• Asumir el Programa de Trabajo de manera flexible: Si bien habíamos elaborado


un programa en conjunto con diversos actores de la comunidad, éste no constituyó
un documento inalterable; no nos apegamos a él de manera absoluta, más bien se
trató de una propuesta de "intencionalidades"; una propuesta que revisamos y
evaluamos, discutimos y modificamos en innumerables ocasiones.

• Enfrentar las resistencias, las desconfianzas y los miedos con una actuación
pública, transparente y notoria: Existían, por una parte, los temores que venían de
los familiares, no ahora hacia nosotros ni a nuestra institución, sino a las
"sospechas" que nuestras visitas a sus casas pudieran generar en los vecinos.
Preferían que ellas se realizaran al atardecer, para que no nos vieran y evitar así
los comentarios. Nos atuvimos a sus deseos, pero poco a poco fuimos cambiando
esta dinámica, propusimos visitas a otras horas del día, compartíamos las
conversaciones y propuestas que surgían en otras casas o con otros miembros de
la comunidad; transformándonos en facilitadores de la comunicación entre los
familiares que aún vivían muy aislados entre sí.

Ensayamos distintas formas para que adquirieran confianza en la posibilidad de


una nueva relación y asumimos como una conducta frecuente preguntarles
siempre su opinión respecto a lo que estábamos haciendo, y si les significaba
algún beneficio al interior de la comunidad. La opinión de los familiares de las
victimas de la represión fue siempre un referente crítico fundamental para las
acciones que emprendíamos.

Fue, sin embargo, un proceso muy lento y nada de fácil. En ocasiones hubo que
trabajar mucho para vencer las resistencias, el encapsulamiento y el dolor que les
provocaba conversar sobre lo ocurrido. Hay que tener en cuenta que los familiares
estaban viviendo un período muy difícil a raíz de los trámites que debían hacer
para optar a la ley de reparación dispuesta por la Comisión Nacional de Verdad y
Reconciliación.

Otro aspecto que les preocupaba era el hecho que nos vinculáramos con distintos
y distantes miembros de la comunidad. Los familiares eran reticentes a nuestras
conversaciones con el presidente de la Junta de Vecinos, había una especie de
censura a nuestros contactos con una persona a la que veían muy ligada a lo
ocurrido. Por su parte, al comienzo éste veía nuestra acción reducida a aglutinar
familiares de las victimas y temía que formáramos una organización que pudiera
disputarle un cierto poder dentro de la comunidad, ya que el poder de convocatoria
de la Junta de Vecinos era muy pobre.

Todos estos elementos nos llevaron a determinar que nuestra acción y nuestra
presencia debía ser transparente, pública, abierta, reforzando aquello que era un
interés común en Neltume y, como tal, constituía un punto de partida para re-
componer el vinculo social y humano: la necesidad de una identidad común, ligada
a la anhelada perspectiva de convertirse en pueblo.

• Uso de diversas metodologías: en algunos trabajos grupales fueron claramente


estructuradas, con actividades, objetivos y formas de evaluación determinadas; en
otras fueron más flexibles o respondieron a actividades concretas para el logro de
un objetivo muy preciso. A nivel general, nuestra intervención en la comunidad fue
un proceso que se construyó en el camino, lentamente y con aprendizajes
diversos para nosotros.

Durante este periodo el trabajo se realizó con cuatro sectores de la comunidad:

Los grupos ecológicos de las escuelas de Neltume:

Durante el primer año sólo fue posible trabajar con un grupo de niños de la
Escuela Municipal de Neltume, en la que tuvimos una acogida inmediata de parte
de la Directora, de los niños y luego de sus padres. El trabajo con estos niños
tenia una programación muy claramente definida; cada sesión estaba
cuidadosamente diseñada, con objetivos, actividades, contenidos, metodologías y
formas de evaluación, que planificábamos previamente.
Con la directora de la Escuela, luego de cada sesión, evaluábamos lo realizado y
la recepción que nuestra acción tenía en la comunidad. Los temas centrales
tratados en este periodo se referían esencialmente al medio ambiente y su
cuidado.

Con la Escuela Misional no fue posible iniciar un trabajo hasta el segundo año,
cuando las reticencias de la directora cedieron ante los logros obtenidos con los
alumnos de la Escuela Municipal, y el apoyo y reconocimiento dado por sus
padres y profesores al trabajo que desarrollábamos con ellos.

El trabajo con los grupos ecológicos de las escuelas se consolidó como un hacer
permanente durante estos primeros años y fue el nexo de continuidad hasta la
tercera etapa de nuestra intervención comunitaria en Neltume. Fue el único grupo
que se mantuvo de manera permanente.

Por otra parte, fue con ellos donde pudimos avanzar más claramente en la
posibilidad de construir un nuevo vinculo. Los niños de las escuelas vibraban con
nuestra presencia, ya que les mostrábamos una forma distinta de trabajar, de
hablar, de establecer confianzas. En la comunidad no encontraban, muchas
veces, esta posibilidad.

Los grupos de salud:

Habíamos definido la salud como un tema fundamental, porque sabíamos que ella
estaba afectada, no sólo a nivel individual, sino también comunitario y era
relevante promoverla como un recurso para su identidad como pueblo.

Comenzamos a trabajar con el grupo de la Posta de Neltume, al que


denominamos "Sala de Espera". En realidad no era un grupo estructurado, sino
que estaba conformado por los beneficiarios que asistían a la Posta el día en que
el Equipo de Salud de Choshuenco realizaba la ronda médica. (13) En esa ocasión
asistían a control cerca de 40 personas, las que debían esperar su turno para ser
atendidas. Con un promedio de 20 personas de este grupo iniciamos nuestro
trabajo en salud en la localidad de Neltume. Eran mayoritariamente mujeres.

Los objetivos propuestos fueron:

• Realizar actividades educativas en temáticas de salud, a través de metodologías


participativas que fomenten el diálogo entre las personas

• Aprovechar el espacio "Sala de Espera" y el tiempo de espera en ese lugar para


realizar actividades que permitieran ir conociendo a los beneficiarios de la Posta;
de sus demandas, sus problemas, su participación, su integración a la comunidad.

Con ellos no sólo abordamos temas de salud; también conocimos más directa y
espontáneamente sus percepciones acerca de Neltume. Allí, en las sesiones que
tuvimos, -con gente que no siempre era la misma- pudimos comprobar la enorme
preocupación y angustia que les provocaba la inestabilidad laboral, ocasionada
por la crisis económica y el agotamiento del recurso natural; los cambios en los
propietarios de las empresas y, en definitiva, la vulnerabilidad y precariedad del
trabajo. Junto a ello, la ilusión de transformarse en pueblo, las posibilidades de
obtener más apoyo desde el Estado, de crear nuevas fuentes de trabajo ligadas al
turismo, pero sin saber cómo emprender nuevos rumbos ni con qué apoyo
concreto contarían para ello.

"La gente vivía con el fantasma de que Neltume podía desaparecer... porque ya
había crisis; los cambios de los propietarios de las empresas, por ejemplo,
también se escuchaba que quedaban menos bosques y en lugares más
inaccesibles o que de pronto se podían producir otras crisis y las empresas
recurrirían a los despidos. La gente siempre tenia miedo que en Neltume iba a
haber una crisis y quizás se iba a tener que ir, porque no iba a haber trabajo. Las
conversaciones de las mujeres que llegaban a la Posta -y que la mayoría de sus
maridos eran los que trabajaban en la Neltume Carranco o BOMASA- eran sus
preocupaciones por las condiciones laborales... todos percibían que el turismo
podía ser importante, pero nadie sabía quién iba a invertir en eso, quién iba a
crear las fuentes de trabajo para desarrollar el turismo..." (14)

De tal manera que la Sala de Espera nos permitió ir profundizando lo que


habíamos vislumbrado a través del diagnóstico y la elaboración del programa de
trabajo.

El trabajo con este grupo posibilitó -aunque muy lentamente- ir comentando lo que
había pasado en relación a las violaciones a los derechos humanos. La llegada de
un familiar a la Posta nos ayudaba a introducir el tema en la conversación, a ir
abriendo una pequeña brecha sobre algo de lo cual no se hablaba públicamente.
Fueron, sin embargo, alusiones breves, esporádicas y muy cuidadosas de nuestra
parte, ya que no queríamos que el miedo que provocaba hablar sobre estos temas
perjudicara la inserción que estábamos logrando en la comunidad.

Al igual que en el caso de los grupos ecológicos, luego de cada sesión


evaluábamos el trabajo desarrollado con el médico Director General de la zona de
Choshuenco y Neltume. Tanto él como los otros profesionales y auxiliares de la
Posta habían dado las facilidades para que ocupáramos este espacio.

Esta acción en la Sala de Espera se realizó durante el primer año de nuestra


intervención comunitaria y desde ahí surgió la idea de conformar un "Comité de
Salud". Durante las sesiones en la Sala de Espera, logramos establecer relaciones
de colaboración con las auxiliares que allí laboraban y que se mostraban
entusiasmadas con nuestra intervención. De tal modo con ellas impulsamos la
creación de un Comité de Salud. Esta era una idea que había surgido en el
momento del diagnóstico y la elaboración del Programa y que ahora, luego del
trabajo desarrollado en la Sala de Espera, considerábamos que era posible
formalizar. Los objetivos apuntaban a aspectos educativos integrales que los
hicieran participes de la problemática global que habla en la comunidad respecto
al tema salud y que se relacionaba con las carencias que tenían en la atención
desde el Municipio y a la falta de recursos que se destinaban a ello.
La conformación de un Comité de Salud no fue fácil y finalmente no prosperó. Fue
difícil lograr una respuesta a la convocatoria; se incorporaron muy pocas personas
-mayoritariamente mujeres -. Al comienzo asistieron de tres a seis personas, con
quienes discutimos acerca de los objetivos y actividades; y ellas se propusieron
convocar a un número similar para las próximas reuniones. Sin embargo, a pesar
que desarrollamos algunas sesiones, dirigidas a actividades de educación en
salud, el grupo no logró finalmente consolidarse. Nos habíamos propuesto que el
Comité de Salud pudiera estructurarse de acuerdo a su propia dinámica y
funcionara en forma autónoma, pero en realidad esto no ocurrió. Ellos sólo se
juntaban cuando nosotros estábamos presentes, no se autoconvocaban durante el
tiempo que transcurría entre uno y otro viaje nuestro; incluso muchas veces
nuestro equipo llegaba, pero las reuniones no resultaban pro- ducto de
condiciones climáticas desfavorables.

Nuevamente veíamos que era muy significativa la fuerza que tenían en ellos la
desconfianza y los temores; éstos atravesaban todos los ámbitos y actividades
que desarrollaban con otros y se constituían en una gran barrera que les impedía
involucrarse en actividades grupales y, menos aún, pensar en que podían
desarrollarlas de manera autónoma. Cuando nos planteamos inicialmente la idea
de impulsar este grupo no vimos con claridad el curso que tomaría la convocatoria.
Una vez más, el diagnóstico y el proceso de construcción del programa no dio
cuenta de la profundidad que alcanzaba en la subjetividad de los habitantes de
Neltume la ruptura que se había producido en el vinculo social y en las confianzas
básicas para emprender proyectos comunes, ya que si bien al inicio habían
acogido con entusiasmo la ¡dea de conformar un Comité de Salud; al momento de
concretarlo no se involucraron activamente en él.

Tres grupos especiales: las mujeres, el sindicato y los jóvenes.

El trabajo con estos tres grupos tuvo características similares. Los tres se
constituyeron a propósito de un objetivo muy concreto, sin perspectivas de
continuidad. Se trató más bien de un apoyo técnico de nuestra parte.

El trabajo con el grupo de las mujeres denominado "Nuevo Horizonte", nació a


sugerencia de la asistente social encargada de organizaciones comunitarias de la
Municipalidad de Panguipulli. Este grupo, integrado por cerca de 11 mujeres de
edades entre 15 y 50 años, se estaba recién conformando y la asistente social
pensó que un trabajo con nuestro equipo podía ayudar a consolidarlo. Con ellas
abordamos temas sobre la mujer y la salud y nos planteamos, inicialmente, el
desarrollo de actividades que promovieran la integración del grupo a través del
diálogo y la reflexión de los acontecimientos de la vida cotidiana; de sus alegrías,
penas y frustraciones. Al comienzo hubo una buena recepción al trabajo, con la
asistencia de más de 10 mujeres -lo que para la realidad de la comunidad era una
participación considerable en este tipo de actividades-, sin embargo, luego de
algunas sesiones la asistencia comenzó a bajar hasta que no fue posible darle
continuidad. En este grupo participaron, aunque de manera irregular, algunas
mujeres familiares de las victimas.
Ellas se habían agrupado a partir del diagnóstico hecho por el Municipio de
Panguipulli sobre las actividades que podrían desarrollar las mujeres en Neltume
para obtener ingresos. De tal manera que se habían nucleado bajo la expectativa
de que si se organizaban podrían recibir apoyo material y capacitación técnica de
parte del municipio para generar actividades productivas, lo que dadas las
condiciones socioeconómicas y de inestabilidad laboral que vivían, implicaba un
estímulo para participar en el grupo. Sin embargo la atención que el municipio
hacía desde el departamento social no era permanente, las visitas de la asistente
social eran muy esporádicas y, en definitiva, no respondió a las expectativas
creadas. Cuando llegó nuestro equipo, con el aval del municipio, ellas pensaron
que se trataba de lo mismo. En consecuencia, tuvimos que asumir algún tipo de
respuesta en relación a sus intereses fundamentales. Un miembro del equipo de
CODEPU de Valdivia se ocupó de darles apoyo técnico y orientación para elaborar
un proyecto que pudiera optar a fondos gubernamentales. Pero esto tampoco
prosperó; el grupo era muy inestable y las posibilidades de obtener apoyo por la
vía de los proyectos era muy incierta. Las expectativas iniciales generadas desde
el municipio habían sido frustradas y nosotros no podíamos satisfacerlas.

Con el sindicato de trabajadores de la Empresa Neltume Carranco también se


realizó una acción similar. Ellos solicitaron una ayuda especifica para asesorarlos
en la formulación y gestión de un proyecto para construir una sede sindical. De tal
manera que colaboramos en este sentido e intentamos gestionar recursos. A
pesar que obtuvimos algunas respuestas desde agencias europeas, el proyecto
finalmente no fructificó. Lo lento y difícil de estas gestiones, sumado a un
momento de mayor inestabilidad laboral en la empresa, que comenzó a despedir
gente, hizo que la participación en el sindicato fuera disminuyendo. Con mayor
razón en actividades grupales como las que estábamos realizando. Los
trabajadores sintieron miedo que su presencia en el sindicato fuera motivo de
despido laboral y, por tanto, se restaron a ello.

Con el grupo de jóvenes el trabajo se generó de manera más o menos parecida.


El presidente de la Junta de Vecinos propuso que el equipo iniciara, a comienzos
de 1994, una actividad dirigida a los jóvenes. Esto tampoco prosperó, porque si
bien nosotros podíamos otorgar algunas orientaciones técnicas para realizar
proyectos que les permitieran ciertos logros a nivel laboral, social o económico, no
podíamos responder a sus expectativas de apoyo material. Neltume no era un
lugar atractivo para los jóvenes, no existían perspectivas laborales o de desarrollo
que los instara a quedarse a vivir allí; muchos decidían emigrar a las ciudades u
otros pueblos cercanos y sólo la posibilidad de obtener resultados concretos en
función de algún proyecto específico, con apoyo estatal, los entusiasmaba para
realizar actividades grupales. Este no era ni el sentido ni la capacidad del trabajo
que nosotros como institución podíamos realizar con ellos, de tal modo que
además de otorgarles algunas orientaciones técnicas y sociales, no fue posible
realizar una intervención grupal.

Los familiares de las víctimas:

Con los familiares de las victimas el trabajo se organizó en torno a las visitas a sus
casas, a la asistencia social y médica, a la información sobre los avances en el
proceso de verdad y de justicia, la implementación de las medidas de reparación,
etc.; además, al apoyo para el establecimiento de nexos entre ellos mismos, y el
que fueran capaces de traspasar las barreras de los miedos y las legitimas
desconfianzas con los otros miembros de la comunidad. Intentar, en definitiva,
apoyar su inserción a esta comunidad a la cual pertenecían desde siempre, pero
en la que no ejercían un rol activo.

Su incorporación a los trabajos que el equipo desarrolló con los distintos grupos,
fue de orden natural. Es decir, en donde espontáneamente ellos decidían
sumarse, allí se trabajaba con ellos. Así ocurrió en el caso de la Sala de Espera, el
Comité de Salud y el grupo de mujeres, fundamentalmente.

• Comentarios y observaciones:

De las actividades desarrolladas:

Asumir las actividades desde metodología flexible, basada en las propuestas


surgidas del diagnóstico, del programa generado en conjunto con diversos
miembros de la comunidad y de las continuas reformulaciones que en el camino
fuimos desarrollando, nos permitió, durante estos dos primeros años, no sólo
entregar elementos educativos respecto a salud, ecología y medio ambiente y
elaboración de proyectos. A través de este proceso y de las distintas formas en
que transitamos por él, fue posible también acercarnos más directamente a
diversos y distintos habitantes de Neltume, a muchos de los cuales recién ahora
comenzábamos a conocer más de cerca y que a través de sus miradas, sus
percepciones, sus expresiones, su voluntad de acoger o no el trabajo con
nosotros, nos permitieron acercarnos a lo que estaba pasando con ellos y su
comunidad. Y nos obligaron a replantearnos permanentemente sobre la forma en
que llevábamos adelante nuestra intervención.

Conocimos de los problemas medioambientales que los afectaban y la manera en


que los vivían. A través de las actividades desarrolladas con los niños de las
escuelas, en los grupos ecológicos, nos fuimos dando cuenta de la percepción que
tenían de las formas de explotación de los recursos naturales, de las modalidades
de producción de las empresas locales y la realidad y relaciones laborales en que
vivían las familias.

Estos grupos estaban conformados por niños que provenían de familias de


obreros de las empresas madereras, de contratistas avecindados durante la última
década en la comunidad, de comerciantes, de profesores de la escuela o
empleados de la posta, y algunos de familias que habían sufrido violación a los
derechos humanos. A través de las percepciones de los niños se ponían al
descubierto sus condiciones de vida, no sólo en los aspectos materiales, sino
también en la profunda atomización en que vivían las familias de esta comunidad.

Con los grupos de salud, de mujeres, los jóvenes y el sindicato pudimos observar
el desconocimiento, la precariedad y desprotección de derechos sociales en que
viven y la falta de una respuesta eficaz de parte del municipio y de los servicios
estatales.
De los vínculos sociales:

Luego de dos años de trabajo, de la relación que fuimos estableciendo con los
distintos sectores, de la observación sobre sus dinámicas sociales y de la propia
reflexión que como equipo hacíamos permanentemente sobre nuestro trabajo en
terreno, nos asistió la convicción de la necesidad de abordar la "reconstrucción de
su historia", como un intento de avanzar en la posibilidad de una identidad común
que les permitiera re-establecer el vínculo. Además, los niños de las escuelas
desconocían cómo se había formado Neltume y existía el interés común de
algunos miembros de la comunidad de trabajar en esta idea.

Como ya hemos señalado, el objetivo central de nuestra intervención era apoyar el


re-establecimiento de confianzas que posibilitara la relación entre los distintos
sectores de la comunidad. Y, en cierta medida, las modalidades de intervención
que implementamos en este período permitieron que la comunidad nos
reconociera y aceptara como personas, como profesionales y como institución de
derechos humanos. Los abrió a la posibilidad de que alguna persona pudiera estar
dispuesta a conversar, a visitar a los vecinos, a reunirse con distintos grupos,
abierta y explícitamente, con el objeto de dialogar sobre sus problemáticas, sus
preocupaciones y vivencias sin que ello los situara en una condición de riesgo.

"Yo siento que el vínculo de la gente tuvo un grave deterioro y, en realidad,


recomponerlo era muy difícil. Pero logramos algo, aunque en muy pequeña
escala. Logramos por lo menos que la gente tuviera un poco más de confianza. Al
final salíamos a caminar con ellos por la calle, ellos caminaban con nosotros, con
otros familiares. O atravesábamos la calle principal de Neltume y conversábamos
con los trabajadores que venían saliendo de la fábrica, y ya no había tanto temor
de que estuviéramos ahí". (15)

El vinculo en el cual más se avanzó fue la relación que se estableció entre las
escuelas, la junta de vecinos y la posta. Estas organizaciones lograron en algún
momento tener una buena conexión y la gente los percibía un poco más
agrupadas. En cierto medida nuestra intervención había logrado restituir algunas
confianzas y los habla animado a la posibilidad de realizar algunas actividades en
conjunto. Pero resultó muy difícil que trabajaran juntos de manera más orgánica,
autónomamente, avanzando en las propuestas y sumando gente a sus
actividades, sin el permanente apoyo desde fuera. Estas dificultades nos hicieron,
al final de esta etapa, re-evaluar el diagnóstico inicial. Luego de lo cual concluimos
que esta comunidad enfrentaba un proceso anémico, que se reflejaba muy
claramente en el carácter poco representativo de sus organizaciones, y en cómo la
fuerza que tenia la incertidumbre respecto al futuro, generaba en ellos una cierta
pasividad fatalista.

De las relaciones con organizaciones gubernamentales:

Otro aspecto que nunca dejamos de lado, fue el trabajo constante hacia el
municipio y las autoridades locales, lo que redundó en un apoyo más que del
municipio como tal, de las asistentes sociales del departamento social, quienes se
involucraron de manera directa con nuestro trabajo y lo validaron ante los
habitantes de Neltume. (16) Sin duda este fue un factor que facilitó nuestra
inserción en la comunidad.

De la incorporación del tema de derechos humanos:

Nuestra opción fue el abordar el tema a partir de sus vinculaciones naturales con
las actividades que desarrollábamos y con las personas que en ellas participaban.
Dado que era muy difícil tratarlo en las condiciones en que se encontraba esta
comunidad, no podíamos imponerlo. Ello hubiera perjudicado de manera esencial
nuestra inserción y toda posibilidad de efectuar un trabajo comunitario en Neltume.
Así, poco a poco, comenzamos a hablar de derechos humanos; en la sala de
espera de la posta, en la escuela, en el grupo de mujeres y también con algunas
personas de manera particular. En especial, con la directora de la Escuela
Municipal y con algunos profesores. El tema lo relacionábamos siempre a su
propia realidad, a su historia, y aportamos materiales educativos que pudieran ser
útiles en la escuela, lo que constituyó un puente de acercamiento con las acciones
que más adelante emprenderíamos.

• El trabajo en terreno 1995-1996.

Nuevas propuestas y readecuaciones en el trabajo

A partir de la evaluación de las actividades realizadas y las metodologías


implementadas; de la reflexión generada desde el conocimiento que habíamos ido
adquiriendo sobre los diversos ámbitos de la comunidad de Neltume, del
acercamiento a sus dinámicas internas, a sus formas de relacionarse, a su
percepción del futuro, a sus necesidades actuales; nos replanteamos nuestra
intervención en esta localidad. Replanteamiento que no suponía la negación de la
intervención desarrollada, ya que concordábamos que ella, en alguna medida,
había contribuido a dar pasos adelante en el acercamiento de los miembros de la
comunidad. Y que, si bien aún observábamos a una comunidad con temores y
desconfianzas, existían signos alentadores de que algunas de estas barreras se
habían ido superando y que existía interés de algunos sectores por seguir
apoyando nuestras propuestas.

En este contexto, y junto con la experiencia que como organismo de derechos


humanos habíamos ¡do adquiriendo en el ámbito de la investigación y la asistencia
a los familiares de las víctimas de violaciones a los derechos humanos en la
búsqueda de la verdad y la exigencia de la justicia, (17) nos planteamos la
necesidad de asumir una reflexión sobre los significados que este conjunto de
condiciones había producido en esta comunidad rural, aislada, del sur de Chile.

De tal manera que, junto con dar continuidad al trabajo comunitario, nos
propusimos iniciar una investigación acerca de las consecuencias provocadas por
la interrelación de la violencia de Estado, el neoliberalismo y la impunidad en
Neltume, a fin intentar dar cuenta de los mecanismos con que el modelo mantiene
las desigualdades y obstaculiza el desarrollo social de esta comunidad, apoyado
en el fenómeno generalizado de la impunidad. (18)
La planificación de nuestra intervención comunitaria y los ejes de la acción que
realizamos en la localidad entre 1995 y 1996 estuvieron orientados a dar
continuidad al trabajo con los grupos ecológicos, al desarrollo de una investigación
participativa y al acompañamiento y asistencia a los familiares de las victimas.
Dentro de estos ejes principales, existieron además, otras actividades que llegaron
a tener un importante significado e impacto en la comunidad: la conformación de
un grupo de "historia local", el apoyo en aspectos psicológicos-educativos a los
profesores de las escuelas y el desarrollo de un curso de derechos humanos para
los profesores de las escuelas de Neltume y de sus alrededores. Todas estas
actividades seguían teniendo como objetivo central el apoyar el proceso de
reconstitución de una identidad comunitaria que permitiera re-establecer
confianzas, enfrentar y reconocer su historia pasada y compartir sus
preocupaciones de futuro.

Esta nueva etapa la iniciamos con un cambio en el equipo de trabajo en terreno,


ya que la médico cooperante belga terminó, a mediados de 1995, su estadía con
nosotros y el asistente social, que había liderado este trabajo, dejó la institución.
Se constituyó entonces un nuevo equipo, conformado por un antropólogo, una
asistente social y una psicóloga, los que viajaban a la localidad dos veces al mes.
Apoyados, en la parte de investigación, por una periodista y profesora y por el
responsable CODEPU en la X Región. Al igual que en los años anteriores, el
trabajo se efectuó en estrecha colaboración y reflexión compartida con el Equipo
DITT central y el Equipo de Educación.

Los cambios en el equipo de trabajo no se tradujeron en dificultades en los nexos


establecidos con los miembros de la comunidad, ya que tanto el antropólogo como
el encargado de la institución en la región habían estado permanentemente
presentes en Neltume, desde que iniciamos el trabajo en la precordillera con los
familiares de las víctimas y también en el último periodo, realizando actividades
concretas con algunos grupos de la comunidad.

La conformación de un nuevo equipo afectó más bien en los tiempos que


requerimos para que quienes se venían incorporando a la institución y a este
trabajo especifico, se interiorizaran sobre sus procesos y sus significados,
conocieran a los habitantes de Neltume, a los familiares de las víctimas, y
fuéramos afianzándonos en nuestra dinámica interna.

De todos modos, dada la experiencia adquirida, fue fundamental la integración de


profesionales que pudieran seguir dando algún tipo de respuesta a las demandas
que surgían desde la propia comunidad, relacionadas a la asistencia social o
psicológica. Así, la decisión de cómo se conformaba un equipo para realizar un
trabajo de este tipo, en una comunidad rural aislada, y con las características que
hemos expuesto, fue desde un comienzo una consideración metodológica esencial
y que incluso ahora, luego de dos años de intervención comunitaria, la
refirmábamos en el valor que le habíamos asignado.

Como antes, las estrategias metodológicas se orientaron a generar actividades


que permitieran la reconstrucción de una identidad comunitaria, a avanzar
paulatinamente en la comunicación de lo que allí había sucedido a partir de los
hechos represivos generados por el Golpe Militar, a no temer hablar sobre lo
ocurrido, y a estimular la participación activa de los miembros de la comunidad en
este proceso.

De los objetivos que nos propusimos para este periodo y del curso que ellos
tomaron, nos interesa especialmente compartir nuestras reflexiones acerca de los
procesos vividos con los siguientes grupos:

Los grupos ecológicos y la formación de jóvenes monitores en el trabajo con


los niños:

Dos fueron los objetivos. En primer lugar, constituir un solo grupo conformado por
niños de ambas escuelas, hecho que permitiría un mayor acercamiento no sólo
entre los propios niños sino también entre los profesores y las directoras,
involucrando una participación más activa de la comunidad escolar y sus familias
en las actividades que los niños desarrollaban; en segundo lugar, que este grupo
fuera capaz de funcionar con autonomía y que, independientemente de nuestra
presencia en Neltume, lograra crear su propia dinámica. Para ello tuvimos que
desarrollar diversas estrategias metodológicas, a pesar que, como antes, las
acciones desarrolladas al interior de los grupos ecológicos fueron siempre
claramente definidas en cuanto a su metodología, contenidos, actividades y
formas de evaluación.

El camino hacia el logro del primer objetivo fue un proceso lento, ya que la
religiosa, directora de la Escuela Misional no se mostró, en un principio, de
acuerdo con la idea. No así la directora de la Escuela Municipal que manifestó
siempre buena disposición a nuestras propuestas de trabajo. Existían algunos
miedos y prejuicios de parte de la religiosa encargada de la Escuela Misional para
juntar a los niños de ambas escuelas, a pesar que tenia una valoración positiva del
trabajo que habíamos venido desarrollando con los grupos ecológicos, una vez
más no le resultaba fácil vencer estas resistencias. (19) Se requirió de varias
conversaciones con ella, de la exposición acerca de los objetivos de esta
propuesta también a algunos profesores y a los propios niños, para que finalmente
accediera a la reunión de ambos grupos. En este proceso, que duró varios meses,
pudimos constatar que las resistencias provenían más que nada de los adultos, ya
que los niños no manifestaban impedimentos para la unión.

Sólo en los últimos meses de 1995 pudimos realizar la primera jornada de trabajo
con los niños de ambas escuelas, con el objeto de fortalecer la integración de
ambos grupos en un solo referente ecológico de la comunidad y desarrollar
actividades que favorecieran la integración y comunicación de los niños.

Así, se constituyó un solo grupo ecológico, con el cual desarrollamos actividades


hacia la comunidad y el cuidado del medio ambiente e involucramos a algunos
profesores de las escuelas, como a personas de otras ONG de la región
relacionadas con temas medioambientales, que aportaron a las actividades
educativas con los niños.
Pero, si bien logramos en esta etapa involucrar a algunos profesores de las
escuelas, aún no era posible que el grupo funcionara autónomamente. Es por eso
que nos planteamos trabajar con algunos jóvenes de la comunidad y formarlos
como monitores, para que ellos pudieran liderar el trabajo con los niños.

Sin embargo, el trabajar con jóvenes de la comunidad tenía además el objetivo de


acércanos a un grupo que, dadas las condiciones de vida en Neltume, no
encontraba espacios en donde desarrollar actividades propias. Las condiciones
psicosociales, económicas y familiares que vivían hacían muy difícil que
desarrollaran actividades propias y se incentivaran por crear o demandar espacios
para ellos. (20)

Es por eso que buscamos canales que les permitieran organizarse como grupo;
evaluamos con ellos que una posibilidad que los convocaba era preparase para
desarrollar actividades con los niños del grupo ecológico. Con este fin
contactamos a algunos jóvenes que habían integrado el grupo juvenil en la etapa
previa (1993-1994) y les propusimos participar junto a otros jóvenes en la
animación del grupo ecológico. Los apoyamos en actividades de capacitación, con
material didáctico y teórico relativo al trabajo con los niños, discutiendo e
intercambiando opiniones e ideas sobre sus contenidos y las formas de llevarlo a
cabo con el grupo ecológico. Además, buscamos apoyo en otras instituciones para
que algunos de estos jóvenes pudieran acceder a los recursos de formación que
ellos ofrecían.

De esta manera se formó un pequeño grupo de jóvenes que se incorporaron como


monitores al grupo ecológico. Sin embargo, nuevamente nos enfrentamos a la
dificultad que les significaba funcionar autónomamente ya que- al igual como
había ocurrido con otros grupos- seguían dependiendo de nuestra presencia para
desarrollar las actividades que planificaban con los niños. No existía tampoco
suficiente apoyo desde otras instancias de la comunidad que les permitiera tomar
iniciativas por sí mismos en esta dirección.

De modo que, a pesar de la continuidad en el trabajo desarrollado con los grupos


ecológicos durante cuatro años, no logramos que alcanzaran su autonomía y, por
tanto, su continuidad se vio afectada más tarde por el término de nuestra
intervención comunitaria en Neltume. Aún así, a través del trabajo con ellos fue
posible no sólo que reconstituyeran o re-crearan la posibilidad de nuevos vínculos,
llegaran a comunicarse y a realizar actividades conjuntas personas y grupos
familiares que hasta ahora permanecían aislados. También generó el interés de
algunos profesores por seguir tratando los temas medioambientales dentro de sus
clases, independientemente de la perseverancia del grupo ecológico.

Las escuelas: apoyo psicosocial a los profesores y la realización de un


curso sobre derechos humanos:

Producto del trabajo realizado con el conjunto de la comunidad escolar, se crearon


las condiciones para desarrollar otras dos actividades que permitieron incorporar
temáticas que hasta entonces no había sido posible de abordar de manera
pública.
La primera de estas actividades surgió de la propia demanda de los profesores
que veían a diario las condiciones de vida de las familias en Neltume; la difícil
situación económica, la inestabilidad laboral, la precariedad de las organizaciones
de la comunidad, las desconfianzas entre los vecinos, todo lo cual generaba un
clima obstaculizador del proceso de aprendizaje de los niños y múltiples
problemas de tipo conductual, violencia intrafamiliar y malas relaciones
comunitarias. Debido a esto, nos solicitaron asesoría y orientación en aspectos
psicosociales, la cual otorgamos durante un tiempo a los profesores de ambas
escuelas.

La intervención se dirigió a apoyar a los maestros en el manejo frente a ciertas


problemáticas sociales y psicológicas que enfrentaban los niños y sus familias, y a
la derivación que debían hacer frente a ciertos casos que sobrepasaran su
capacidad de intervención, informándoles de los recursos existentes en otras
organizaciones o instituciones estatales.

Este trabajo de orientación y apoyo a los profesores, si bien fue una actividad
acotada, concreta y solicitada por ellos mismos; nos permitió conocer un poco más
de los mecanismos con que esta comunidad se relacionaba y los paradigmas
sobre los cuales se establecían sus relaciones de convivencia. Cabe constatar la
estigmatización negativa que se hacía de algunos niños de familias afectadas por
la represión política, al catalogarlos como pertenecientes a "familias rebeldes",
confirmando la permanencia de estereotipos rígidos que dificultaban cualquier
posibilidad de vinculo entre los miembros de una misma comunidad.

La segunda de estas actividades consistió en la realización de un curso de


derechos humanos para los profesores. Nuestro planteamiento fue que este curso
se insertaría dentro del programa oficial de formación de profesores impulsado por
el Ministerio de Educación, y tendría por lo tanto un respaldo oficial que facilitaría y
respaldaría su realización. Durante el último año de intervención comunitaria se
coordinó su ejecución con la Secretaria Regional Ministerial de Educación. (21) Fue
impartido por el Equipo de Educación de CODEPU, y participaron profesores de
Neltume y de otras escuelas rurales de la zona.

Sin embargo, previo a su desarrollo debimos enfrentar el rechazo más o menos


generalizado de parte de los profesores, que tenían la idea prejuiciada que un
curso de "derechos humanos politizaba la tarea pedagógica", otorgándole, en
consecuencia, una valoración negativa. Para superar esta percepción hubo que
realizar una serie de conversaciones que presentaban una concepción amplia del
sentido y el valor educativo de la pedagogía en derechos humanos al interior de la
escuela. Ello determinó que aceptaran participar. Luego, al transcurrir el proceso
educativo, las reflexiones conjuntas, la discusión sobre sus contenidos, la
constatación de las posibilidades del curso para incorporar innovaciones
curriculares y de métodos, fueron desdibujando los prejuicios que existían y se dio
inicio a un aprendizaje sobre el significado ético y social de los derechos humanos
para la educación.

Se tomaron además algunas decisiones metodológicas tales como la


incorporación en algunas de sus etapas de otros miembros de la comunidad de
Neltume y la realización, tanto el inicio como al fin del curso, de una ceremonia
pública y oficial. A ella asistieron las autoridades locales, entre los que se contaba
incluso a carabineros.

Este fue un hecho que influyó positivamente en la realización del curso y su


legitimación en la comunidad.

En la evaluación final hecha por los profesores reconocieron, entre otros aspectos,
que el curso les permitió distinguir la diferencia entre los conceptos de derechos
humanos y la política partidaria, y los motivó a incorporar a la práctica educativa
con sus alumnos el tema de derechos humanos, reflexionando sobre su valor y
significado para la comunidad. Valoraron también el hecho que el realizar esta
actividad en conjunto con profesores de las dos escuelas de Neltume y de otras de
la zona les permitió un acercamiento entre sus pares; acercamiento que hasta el
momento se encontraba cruzado por las dificultades y los prejuicios en que se
desarrollaban sus relaciones. En este mismo sentido valoraron positivamente la
participación de otros miembros de la comunidad.

El grupo de historia local:

Cuatro fueron los factores que consideramos para impulsar la formación de un


grupo de la comunidad, interesado en reconstruir su historia.

• Desde que comenzamos esta etapa de trabajo, y desde la evaluación que


habíamos realizado en el periodo anterior, fue muy significativo para nosotros
observar la necesidad que existía para esta comunidad de reconstruir su historia,
como un ejercicio que les permitiría acceder a una identidad común. Identidad que
los acercaba a la posibilidad de re-conocerse y re-establecer nexos de
comunicación.

• Ligado a esto estaba la necesidad de los propios habitantes de Neltume de


contar la historia de su comunidad, desde ellos mismos. Hasta ahora, ésta había
sido contada sólo desde la voz oficial, desde la prensa, desde el
rumor. (22) Siempre bajo el estigma de ser un pueblo "guerrillero", "conflictivo",
"rebelde", lo que durante años los ha perjudicado en su relación con los otros.
Muchas veces se sintieron temerosos de decir que venían de Neltume, porque
inmediatamente se les relacionaba con el estigma y se les descalificaba.
"Queremos contar nuestra historia sobre la verdad que hemos vivido... Es cierto
que hubo mucha politización acá, pero la historia de nuestra comunidad no se
reduce a tres años. Tenemos una historia de casi medio siglo. Hemos sido un
pueblo pionero en la explotación forestal y necesitamos que quede claro" (23)

• Pero también la idea de reconstruir, con una metodología de investigación


participativa, la historia de esta comunidad, se relacionaba con el objetivo de
investigación que nos habíamos propuesto realizar en esta etapa. En tal sentido,
la formación de un grupo de la propia comunidad que se abocara a la
reconstrucción de su historia, fue pensado también como una estrategia de
recopilación de información, vivencias y significados acerca de su propia historia.
• Por último, existía el interés de los profesores de las Escuelas de elaborar
material didáctico que les facilitara trabajar con los niños la historia de su
comunidad, la cual desconocían y de la que los adultos no les hablaban.

Para la conformación del grupo contactamos a las personas que nos había
manifestado interés en esta acción. Eran profesores, dirigentes sindicales,
antiguos habitantes de Neltume y dueñas de casa.

La organización del trabajo, la metodología a desarrollar, la elaboración de


instrumentos, la determinación del universo a entrevistar, fueron decisiones
tomadas en conjunto entre nuestro equipo y el grupo de la comunidad. Su aporte y
participación en esta instancia fue fundamental, porque eran ellos quienes más
conocían a su propia comunidad, por tanto sabían mejor que nosotros que
estrategias podían resultar más útiles para acceder a la información que los
habitantes de Neltume podían proporcionarnos y, además, porque nos interesaba
que ellos se apropiaran del desarrollo y la implementación de la reconstrucción de
la historia, que fueran activos y autónomos en este proceso.

En efecto, con los participantes del grupo de historia local fuimos construyendo las
pautas de entrevistas, estableciendo los periodos históricos que
abarcaríamos, (24) determinando la forma de abordar las conversaciones con los
entrevistados, etc. Y así, tanto ellos como nosotros realizábamos indistintamente
la entrevistas.

Luego, en reuniones conjuntas, las analizábamos, veíamos aspectos a


profundizar, hechos sobre los cuales recoger más información, nuevas personas a
entrevistar, etc. El grupo de historia local llegó a registrar más de 30 entrevistas
grabadas de cerca de dos horas de duración cada una; se realizaban en el hogar
del entrevistado y estaban presentes, en la mayoría de los casos, varios miembros
de la familia." (25)

Esto requería, sin embargo, de la aceptación y acogida de parte de los miembros


de la comunidad dispuestos a ser entrevistados. Es por eso que planificamos y
ejecutamos actividades paralelas de difusión. En exposiciones públicas durante
eventos comunitarios, como el Festival de la Madera, se expusieron fotos y
testimonios de lo recopilado; también se editó una hoja informativa que
denominamos "La fábrica" en la cual se informaba de las actividades
desarrolladas, las personas entrevistadas y sobre el contenido de sus testimonios.
Ambas actividades de difusión exponían los relatos que los habitantes entregaban
en sus testimonios, y que se centraban principalmente en la extracción de la
madera, la fábrica, los primeros habitantes, el equipo de fútbol. Estas actividades
de difusión fueron gravitantes en la acogida que el grupo de historia local tuvo en
la comunidad.

Además de las entrevistas individuales se realizaron entrevistas grupales con


distintos sectores de la comunidad (jóvenes, mujeres, miembros de iglesias
cristianas); éstas eran dirigidas exclusivamente por integrantes de nuestro equipo,
ya que requerían de habilidad técnica en el manejo de grupo.
Podríamos decir que este proceso de reconstrucción de la historia de Neltume
logró involucrar a distintos miembros de la comunidad que se comprometieron de
manera activa con el proyecto, realizando actividades autónomamente, y que
además involucraron a la comunidad para que participara, entregara sus
testimonios y compartiera sus recuerdos. Pero hay que señalar que, junto al
entusiasmo que tenía para recordar su historia de 50 años atrás, siempre persistía
el temor de hablar sobre lo ocurrido inmediatamente después del Golpe Militar. Se
prefería omitir ese período y el profundo significado que para ellos había tenido.
Era una parte de la historia de la que muy pocos hablaban, existía una gran
dificultad para comunicar lo que habían vivido y cómo les había afectado en todos
los ámbitos de su vida individual, familiar y colectiva.

Comentarios y observaciones:

De las actividades:

Las tres actividades desarrolladas en este período lograron incentivar una praxis
social, en distintos niveles y distintas intensidades; pero lo común fue que ellas
unieron a diferentes sectores de la comunidad; así ocurrió con la comunidad
escolar de ambas escuelas, respecto al grupo ecológico, al apoyo psicosocial y el
curso para profesores.

A partir de los directamente involucrados en estas actividades se logró además, ir


incorporando a cada vez más sectores de la comunidad, que acogieron
positivamente las propuestas y acciones que se emprendieron, otorgándoles una
legitimidad social. El carácter público de estas actividades y el respaldo y la
presencia de las autoridades locales, generó una interlocución permanente entre
los participantes activos y los espectadores; puso a Neltume como una comunidad
que era capaz de generar iniciativas comunitarias, llegando a convocar, en
algunos casos, a otras comunidades vecinas.

Finalmente, la valoración positiva que los participantes le dieron a las distintas


acciones desarrolladas, han permitido que ellas hayan tenido sustentabilidad en el
tiempo. En efecto, principalmente en las escuelas, se han seguido desarrollando
actividades relacionadas con la temática de derechos humanos en un sentido
amplio.

De la incorporación del tema de derechos humanos:

En la percepción de los habitantes de Neltume, el tema de derechos humanos


estuvo siempre asociado exclusivamente a las violaciones graves a los derechos
humanos ocurridas en el Complejo Maderero y, especialmente, en su comunidad.
A través de la acciones desarrolladas, fueron internalizando que se trataba de una
realidad que había vivido todo el país y se comprendió que esta realidad hoy,
oficialmente, había sido denunciada como un hecho cierto.

Este cambio en la percepción abrió un espacio importante en la inserción de las


propias victimas y sus familiares y lo que ellos habían vivido producto de la
represión generada por el Golpe Militar. Ellos fueron parte activa de nuestra acción
y su sola presencia era convocante y otorgaba legitimidad a las actividades que se
realizaban.

Por otra parte, a partir de las acciones desarrolladas, especialmente en las


escuelas, nos aproximamos a una conceptualización comunitaria más amplia de
los derechos humanos, que posibilita una mirada no referida sólo a las violaciones
graves del derecho a la vida, sino también a la denegación de otras libertades
fundamentales y que reconocen derechos económicos, sociales y culturales de
esta comunidad. En este mismo contexto, reconoce también derechos de otros
sectores: los niños, el medio ambiente, las mujeres, la familia. Y, finalmente, a
través de las acciones desarrolladas en el ámbito educacional se promovió una
reflexión sobre la responsabilidad jurídica que le cabe a ciertos miembros de la
comunidad, en su calidad de funcionarios públicos, en la promoción de los
derechos humanos.

De los familiares de la víctimas:

Sin duda que la presencia constante de nuestra institución en la comunidad, la


valoración positiva que ésta había hecho de las acciones que durante estos años
veníamos desarrollando en Neltume y la asistencia y apoyo permanente y público
que les otorgábamos a los familiares fueron re-situándolos en su relación con los
otros habitantes de la comunidad.

Este reposicionamiento les permitió adquirir confianza en su capacidad de aunarse


para generar iniciativas propias como familiares de víctimas de violaciones a los
derechos humanos, sin que temieran que ello les significara riesgo. Poco a poco y
alentadas tanto por el proceso vivido como por el establecimiento de relaciones
más estrechas con otras familias de la zona que habían impulsado actividades y
acciones de reparación simbólica para sus familiares, desarrollaron las primeras
actividades recordatorias del 11 de septiembre en la comunidad, y si bien ellas no
concitaron apoyo explícito y público de otras personas, tampoco significaron más
marginación y aislamiento.

3. Comentarios finales

Luego del proceso de reconstrucción de lo que fue la experiencia de trabajo


comunitario de CODEPU en esta aislada localidad de la precordillera valdiviana;
de revisar y reflexionar sobre las acciones que allí realizamos, de discutir acerca
de los caminos que seguimos, los procesos vividos y los resultados obtenidos, nos
enfrentamos una doble y contradictoria sensación: frustración y satisfacción. Se
trata, sin duda, de sentimientos que estuvieron gravitando al interior del Equipo y
en cada uno de nosotros durante todo el tiempo que desarrollamos la intervención
comunitaria en Neltume.

La frustración nacía de la constatación que muchos de los esfuerzos desplegados


por nuestra acción y que se dirigían a fortalecer los grupos u organizaciones de la
comunidad, para que fueran capaces de desarrollar acciones propias,
autónomamente, que se proyectaran en el tiempo, y que en este quehacer se
vincularan con otros grupos de la comunidad, no daban a menudo los resultados
que esperábamos.

Este sentimiento de frustración sin embargo, fue siempre un agente movilizador


para enfrentar el desafío de la apuesta de trabajo que estábamos llevando a cabo;
porque además, se relacionaba estrechamente con el concepto bajo el cual nos
habíamos propuesto realizar un trabajo comunitario en Neltume: la convicción de
que ningún camino era definitivo y entonces todo era posible de modificar luego de
los encuentros o desencuentros con los miembros de la comunidad. De modo que
era en la praxis, a partir de sus avances y retrocesos, que nos obligamos a buscar
nuevas formas, nuevos atajos, nuevas propuestas, nuevas maneras de abordar a
las personas a las que queríamos involucrar. Las respuestas que recibíamos
siempre abrían otras puertas.

Pero también este sentimiento de frustración nos desafió a descubrir qué era lo
que pasaba con los habitantes de Neltume, que a pesar de haber demostrado un
"explícito entusiasmo" inicial para participar en las propuestas, tuvieron sin
embargo tantas dificultades para involucrarse realmente en ellas. Y, si bien al
llegar a trabajar con la comunidad veníamos con cierta percepción de lo que allí
acontecía, en realidad fue a lo largo de estos cuatro años y de la relación personal
con sus habitantes, donde comprendimos en toda su magnitud el profundo daño
que la violencia desatada por el Estado luego del Golpe Militar, había provocado
en las personas y sus relaciones. Conocimos también como la situación de
incertidumbre e inestabilidad social, laboral y económica en la que vivían
actualmente acentuaba aún más el daño. De modo que para ellos fue también un
proceso lento y difícil. Todos requerimos de paciencia y de tiempo para probar
nuevos encuentros.

De nuevos encuentros, de nuevas acciones, fuimos obteniendo pequeños logros,


con ellos sentíamos enorme satisfacción. Ellos tenían que ver con nuestro
propósito principal, cual fue el desafío de que sus habitantes pudieran re-crear el
vinculo social que se habla roto y fueran capaces de apropiarse de su historia.

A partir del trabajo desarrollado, principalmente con las escuelas y con el grupo de
historia local, la comunidad fue capaz de ir reconstruyendo su historia y validando
un interés común por reconocerse en ella; y aún cuando persiste la dificultad para
hablar sobre lo ocurrido a raíz del Golpe Militar, últimamente los familiares de las
victimas, los organismos y agrupaciones de derechos humanos han ido
modificando esta situación, ya que fueron desarrollando algunas acciones que
permitieron que la comunidad acogiera a sus víctimas y las redignificara. Un hecho
inmensamente significativo ha sido la construcción de una escultura recordatoria
de las victimas del Complejo Maderero y Forestal Panguipulli, que se emplazó en
la calle principal de Neltume, en un acto público realizado en marzo de 1999 y en
el que participaron activamente las dos escuelas de Neltume, con sus directoras,
sus profesores y el coro de niños. Un acto que muchos de los habitantes
observaron a la distancia; pero que privadamente lo aprobaron y en espacios más
cerrados participaron masivamente.
También sentimos satisfacción al constatar que las acciones que emprendimos y
la forma en que las llevamos a cabo permitieron ampliar la mirada de algunos
habitantes de esta comunidad respecto al concepto de derechos humanos,
comprenderlos en su integralidad, no sólo relacionándolos con los hechos
represivos vividos. Es el caso, al menos, de algunos profesores de Neltume.

Habría que decir por último, que durante cuatro años de trabajo comunitario
recorrimos un camino de múltiples aprendizajes junto a una comunidad que ha
batallado consigo misma por ir encontrándose con su historia, con su identidad;
que ha insistido en la necesidad de convertirse en pueblo, como una forma posible
de retomar la esperanza en el futuro. Una comunidad que a pesar de su
aislamiento geográfico, de la inestabilidad laboral, de la precariedad económica y
la falta de preocupación estatal, de nuevo comienza a persistir tímidamente en su
intento de encontrar y construir mejores formas de vida.

Santiago, septiembre de 1999

Notas:

1. Entrevista José Araya Cornejo, Secretario Ejecutivo Regional, CODEPU X Región, 26.02.9).
Mimeo.

2. Elaboración y Reflexión de la experiencia de trabajo comunitario en Neltume. Documento Nº1.


CODEPU, Mimeo.

3. Entrevista realizada en marzo de 1999 a Víctor Hugo Venegas, Asistente Social encargado del
Equipo DITT de CODEPU X Región hasta marzo de 1995.

4. La comunicación de lo que fue esta experiencia de trabajo con las familias, y la intervención
desarrollada por nuestra institución en esta etapa ha sido publicada en diversos artículos y libros
de CODEPU. Al respecto ver:
-CODEPU. Crímenes e Impunidad. La experiencia del trabajo médico, psicológico, social y jurídico
en la violación del Derecho a la Vida. Chile 1973-1996. Serie Verdad y Justicia, Volumen 6.
Santiago, Chile, 1996.
-Soto, Jaime; Venegas, Víctor; et al. Intervención desde la perspectiva de los derechos humanos
en localidades rurales del sur de Chile afectadas por la represión política entre 1975 y 1990, EN:
CODEPU. Persona Estado Poder. Estudios sobre Salud Mental 1990-1995. pp 55-62. Santiago,
Chile, mayo de 1996.
-Berghezan, M.Cristhine; Rojas Baeza, Paz. Experiencia desde la medicina general con familias y
personas victimas de violaciones de sus derechos humanos. CODEPU. Serie Retrospectiva y
Reflexión, Nº1, Santiago, Chile, junio de 1997.

5. Entrevista a José Araya C, Secretario Ejecutivo Regional de CODEPU. Valdivia, 26.02.91.


Mimeo.

6. Weinsten, Luis. Construyendo un nuevo paradigma para entender la relación ética vida
cotidiana-trabajo comunitario democracia. En: Seminario Ética, trabajo comunitario y educación
para la democracia, Santiago 17,18 y 19 de enero de 1996. Programa Cono Sur y Consejo de
Educación de Adultos de América Latina (CEAAL).pag 13.
7. Coincidió con el inicio del trabajo comunitario (1992) la llegada de dos médicos cooperantes
belgas a nuestra institución. Uno de ellos, chileno, habla vivido en la zona y luego exiliado en
Bélgica, permaneció sólo algunos meses con nosotros; la segunda, una médico belga con quien
desarrollamos toda la primera etapa de trabajo comunitario en Neltume, durante dos años.

8. Entrevista a Víctor Hugo Venegas.

9. Existía en una de las escuelas, por ejemplo, una Brigada del Tránsito, en circunstancias que en
una comunidad rural como Neltume el flujo vehicular no tenia ninguna relevancia.

10. Marshall, Teresa. Intervención en Segundo Panel: "Problematizando el trabajo comunitario de


hoy: dilemas éticos y culturales", en CEAAL, op cit. Pag 27.

11. Entrevista a Víctor Hugo Venegas.

12. En varias ocasiones el equipo atendió demandas respecto a situaciones que eran de exclusiva
responsabilidad del departamento social del Municipio de Panguipulli. Entrevista a Víctor Hugo
Venegas

13. En Chile, en los sectores rurales donde no existe médico se utiliza la llamada "ronda médica"
que consiste en que un equipo básico de salud, conformado por un médico, una matrona y,
eventualmente un dentista, que recorren las distintas localidades de una zona geográfica aislada,
brindando atención cada 15 días o una vez al mes.

14. Entrevista a Víctor Hugo Venegas.

15. Entrevista a Víctor Hugo Venegas.

16. Aunque fue también una relación reciproca, ya que ellas se apoyaron en nuestra presencia en
la localidad y en nuestras capacidades profesionales para que desarrolláramos algunas acciones
que a ellas le interesaban llevar a cabo con algunos grupos.

17. Ver CODEPU. Crímenes e Impunidad , Serie Verdad y Justicia .Volumen 6. Santiago, Chile
1996.

18. Si bien esta investigación, por diversos motivos, no llegamos a concluirla, parte de las
reflexiones generadas a partir de ella pueden verse en articulo de Paz Rojas en este mismo libro,
especialmente en la parte correspondiente a "Investigaciones sobre las consecuencias de la
impunidad en la comunidad de Neltume".

19. Hay que recordar que la constitución del grupo ecológico de la Escuela Misional se pudo
realizar sólo al segundo año de intervención comunitaria en Neltume, un ano después que en la
Escuela Municipal.

20. En el diagnóstico participativo efectuado con los jóvenes, previo a la formulación de una
propuesta de trabajo, pudimos observar que existía de su parte un concepto negativo frente a sus
capacidades de autogestión, además de escepticismo y falta de iniciativas respecto a la
participación. En ello gravitaba fuertemente un sentimiento de soledad frente a los adultos y las
instituciones, de parte de quienes se sentían observados críticamente. Alegaban la falta de
democratización en la utilización de recintos comunitarios, lo que vinculaban a su mala relación con
los adultos.

21. CODEPU está acreditado por el Ministerio de Educación, a través de su Programa de


Perfeccionamiento para Profesores, para dictar cursos de Pedagogía en Derechos Humanos, a
todos los profesores del país.
22. Esta estigmatización negativa era generada principalmente por los partidos de derecha de la
zona y sus medios de comunicación, que rechazaban el proceso que se vivía en el Complejo
Maderero entre 1970-1973 y que luego del Golpe Militar, en septiembre de 1973, demonizaron aún
más, con todos los medios que el poder militar les otorgó.

23. Informe de Actividades realizadas entre 1995 -1996. CODEPU DIT-T, X región, marzo de
1997.Mimeo.

24. La propia comunidad de Neltume, que participa en el grupo de historia local, es la que va
definiendo claramente cuatro periodos de su historia: la época de los patrones (1938 a 1968); la
época de la Unidad Popular (1968-1973); el Golpe Militar (19731990) y el retorno a la democracia
(1990 en adelante).

25. El contenido de estas entrevistas han sido fuente para el capitulo de Víctor Espinoza
presentado en esta publicación.

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