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Alumna: Claudia Ithzel Alfaro Montoya

Maestra: María Concepción Rojo Moran


Practica Clínica III

EL TERPAUTA CÓMO PERSONA

Esta vez el texto nos hablo un poco de cómo las características personales del
terapeuta forman parte de la misma psicoterapia, nos habla de cómo estas
habilidades e intereses personales pueden apoyar o afectar nuestro trabajo
terapéutico.

Me gusta mucho como inicia la lectura preguntándose si la psicoterapia era un arte


o una ciencia, y yo creo totalmente que es ambas, que hemos venido de las
ciencias pero que para poder realizar psicoterapia necesitamos crear y construir
en cada una de nuestras sesiones.

Si bien es cierto muchos de nosotros hemos llegado a una fiesta y cuando alguien
sabe que somos psicólogos comienzan con bromas sobre lo que hacemos pero
también pretenden a veces ser escuchados sin pensar que los psicoterapeutas
tenemos un labor dentro del consultorio pero que fuera de este somos personas
que tenemos otros roles en la sociedad.

Quisiera no sonar redundante pero me gusto mucho como hablaba de las


habilidades inherentes del terapeuta, de cómo estas tienen una incidencia en su
practica, siendo estas sus propias herramientas de trabajo, por ejemplo el modo
de hablar, como ya lo habíamos visto en la anterior lectura algunos de nosotros
tenemos una tendencia mas directiva y otros no, y esto también.

Características importantes que enmarca este texto y que me gustaría poder


retomar es por ejemplo la importancia del interés por la gente, ya que aunque
nosotros percibimos un salario de este trabajo, creo que si no hay un interés real
en que esta persona mejore, no podremos poner la suficiente intención y atención
a las problemáticas que presenta y como resolverlas.
Alumna: Claudia Ithzel Alfaro Montoya
Maestra: María Concepción Rojo Moran
Practica Clínica III
En mi caso creo que me ha sido fácil trabajar entre las motivaciones que ahí se
nombran ya que siempre he sentido que soy muy empática y comprensiva(entre
otras) pero también me ha sido difícil aprender a separar lo propio de lo del
paciente, y no sobreempatizar con ellos, por que eso pone en un hilo el trabajo
terapéutico, nunca he tenido una necesidad de tener algún tipo de poder y eso me
puso en el camino del enfoque en el que actualmente me muevo, ya que no siento
un gusto o preferencia por marcar un rol de profesional experimentado, por el
contrario gusto mucho de la terapia colaborativa, específicamente donde puedo en
rolarme en el mismo sistema familiar para poder trabajar por ejemplo cuestiones
individuales de los niños pertenecientes a estas.

Bueno y ¿que sucede con todo lo que recibimos en la intervención? ¿a donde lo


desfogamos, que realizamos con ello? ¿como esto afecta a nuestra vida? Todo
esto y las preguntas que en el texto venían, abren un punto de debate sobre los
riesgos que esto nos hace vivir, como personas, a mi en lo particular aun ha sido
difícil suichear(no se si así se escribe) el apagador de mi rol de profesional y
continuar con mis roles en otras áreas de mi vida, de vez en cuando me llega el
pensamiento de “Ah mira, debería hacer esto con tal caso” y en algunas ocasiones
mis hijos me preguntan en que tanto pienso, pues entiendo es como un dialogo
interno.

En un futuro profesional, he pensado mucho en como trabajar estos puntos que ya


arriba he descrito, para no ver ni afectar a las sesiones de trabajo, he comenzado
por tomar terapia, para poder acompañarme en lo cambios propios del aprendizaje
pero también en una manera de desfogue a todas esas emociones que subyacen
al tiempo invertido en la profesión.

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