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“Año del Fortalecimiento de la Soberanía

Nacional”

“Instituto superior Tecnológico Publico Pedro A. del Águila


Hidalgo”

TRABAJO PRACTICO

Título : Deforestación y Desertificación.

Curso : Medio Ambiente y Desarrollo Sostenible

Carrera : Construcción Civil

Semestre : IV

Sección :C

Turno : Tarde

Estudiante : Lady Barbara Panduro Gómez.

Docente : Ing. Oscar Vergara.

Fecha de Entrega: martes, 06 de diciembre de 2022

Iquitos – Perú

2022
I. ÍNDICE

I. ÍNDICE ..................................................................................................................................2
II. INTRODUCCIÓN ...................................................................................................................3
III. DEDICATORIA ...................................................................................................................4
IV. AGRADECIMIENTO ...........................................................................................................5
1. DEFORESTACION ..................................................................................................................6
1.1. DEFINICIÓN ..................................................................................................................8
1.2. PERSPECTIVAS TEÓRICAS .............................................................................................9
1.2.1. ESCUELA DE LA POBREZA .....................................................................................9
1.2.2. ESCUELA NEOCLÁSICA ..........................................................................................9
1.2.3. ECOLOGÍA POLÍTICA .............................................................................................9
1.3. LEYES AMBIENTALES DE PROTECCIÓN DE LOS BOSQUES .........................................29
1.3.1. PAGOS PARA CONSERVAR LOS BOSQUES .........................................................29
1.3.2. AUMENTO EN LOS PRECIOS DE LOS INSUMOS ..................................................30
1.3.3. AUMENTO EN LOS SALARIOS DE LOS TRABAJADORES AGRÍCOLAS ..................30
1.3.4. MÉTODOS AGRÍCOLAS QUE NO EXIGEN DESPEJAR BOSQUES ..........................31
1.4. REFORESTACIÓN ........................................................................................................35
2. DESERTIFICACION ..............................................................................................................38
2.1. Evolución ....................................................................................................................39
2.2. NIVELES DE DESERTIFICACIÓN ...............................................................................39
2.3. ZONAS CON DESERTIFICACIÓN ..................................................................................39
ANEXOS ......................................................................................................................................47
II. INTRODUCCIÓN

La deforestación es uno de los principales problemas que soporta la humanidad, lo que


da origen a la degradación, desertificación y disminución de la capacidad productiva de
los suelos a causa de la explotación desordenada de los recursos naturales, entre ellos
el recurso forestal.

El aumento acelerado de la población mundial ha incrementado significativamente las


necesidades del hombre, como es de alimentación, agua, básicamente para subsistir;
por lo tanto, es necesario aplicar tecnologías innovadoras en el manejo sostenible de los
recursos naturales renovables, mediante la conservación de las especies nativas, con las
que se realizarán planes de forestación y reforestación.

El desconocimiento por parte de los agricultores sobre las bondades de la especie


respecto a propagación vegetativa y el uso de fitohormonas, conservación de suelos, de
fuentes de agua y asociaciones vegetativas; y al no existir una metodología adecuada, la
mayoría de ellas son de difícil propagación por no haber estudios a profundidad de la
fenología de las especies, propiedades físicas y mecánicas de su madera, y de análisis de
semillas.

En razón de la continua deforestación de las especies nativas de altura, la alternativa es


buscar especies adecuadas para reforestar en las condiciones ecológicas en la que se
desarrolle la especie, y así mejorar el ámbito de la recuperación de suelos, de fuentes
de agua, preservación de flora y fauna, los entornos paisajísticos, que conllevan a
contribuir y mejorar el nivel social y económico del país, destacando la preservación de
las especies.
III. DEDICATORIA

El presente trabajo monográfico va dedicado a mi


hija que desde el cielo brinda fortaleza para continuar
con mi vida.

También hacia mis padres que son mi guía y mi


fortaleza en todos los momentos de mi vida
IV. AGRADECIMIENTO

Quiero expresar mi agradecimiento al docente del


curso ing. Oscar Vergara, ya que nos motiva a seguir
estudiando y sobre todo a tener conciencia sobre la
naturaleza.
1. DEFORESTACION

La deforestación o desforestación es un proceso provocado por la acción de los


humanos, en el que se destruye o agota la superficie forestal, generalmente con el
objetivo de destinar el suelo a otra actividad. En la actualidad, está directamente
relacionada con las actividades industriales, como la tala y quema para la expansión de
la frontera agrícola para dar lugar a la agricultura intensiva y la ganadería. La expansión
de las áreas urbanas y las actividades mineras también impulsan la deforestación.

La construcción de carreteras y vías de acceso a bosques cada vez más remotos


mediante la tala furtiva contribuye a la deforestación. En menor medida, la agricultura
de subsistencia también está involucrada en actividades de deforestación. Según el
investigador británico Norman Myers, el 5 % de la deforestación se debe a cría de
ganado, el 19 % a la tala excesiva, el 22 % a las plantaciones de árboles (sobre todo al
aceite de palma) y el 54 % a la agricultura de tala y quema.

La deforestación tiene un impacto directo en el cambio climático y calentamiento global


actuales. Se estima que la deforestación y otras prácticas agrícolas contribuyeron en las
décadas pasadas alrededor del 20 % de las emisiones de dióxido de carbono a nivel
global. La deforestación destruye la calidad de los suelos, contribuyendo a la erosión de
los suelos y la desertificación, aumentando la liberación de polvo mineral y
contribuyendo así a las tormentas de arena. Los ecosistemas forestales actúan como
sumideros de carbono y desempeñan un papel crucial en la absorción de gases de efecto
invernadero, por lo que la deforestación tiene un impacto adverso en la fijación de
dióxido de carbono (CO2).

Más del 70 % de los animales y plantas viven en áreas forestales, por lo que la
deforestación tiene un impacto dramático en la pérdida del hábitat de millones de
especies, extinción de especies, la disminución de poblaciones de insectos, la pérdida de
biomasa global y de biodiversidad. La deforestación afecta el albedo de la tierra,
produciendo cambios en las temperaturas globales, los vientos y las precipitaciones. Los
árboles también contribuyen con el ciclo hidrológico devolviendo el vapor de agua a la
atmósfera. La eliminación de los árboles también causa fluctuaciones extremas de
temperatura.

La deforestación ocasiona el desplazamiento de poblaciones indígenas comunidades


rurales, y aumenta la expansión y las variedades de enfermedades infecciosas
transmitidas a los humanos por animales que pierden su hábitat.

Desde 1750, los cambios más grandes en la superficie del planeta se han producido por
la deforestación en climas templados: cuando los bosques y selvas se reducen para dejar
espacio al pasto, el albedo de la región afectada se incrementa, lo cual podría producir
calentamiento o enfriamiento, dependiendo de las condiciones locales. La deforestación
también afecta a la absorción del carbono, lo cual puede producir concentraciones
elevadas de CO2, el componente principal de los gases de efecto invernadero. Ciertos
modos de limpieza de tierras como el corte y quema empeoran estos efectos al quemar
biomasa, que libera directamente gases de efecto invernadero y partículas como el
hollín en el aire.

Los bosques todavía cubren alrededor del 31 % de las regiones del mundo. Hace 10.000
años, antes de la expansión de la agricultura, la cobertura forestal en el planeta era de
cerca del 50 %. La mayor parte de esa pérdida de superficie forestal se ha dado en este
último siglo. Brasil, Indonesia, Myanmar, Nigeria y Tanzania son los cinco países que
tuvieron el porcentaje más elevado de deforestación en el período 2010-2015.23 El
Objetivo de Desarrollo Sostenible número 15 llama a detener la deforestación para
2020.
1.1. DEFINICIÓN

Existen desacuerdos sobre la definición del término deforestación. Las posiciones


actuales pueden dividirse en dos: quienes definen la deforestación en un sentido amplio,
y quienes definen la deforestación en un sentido estrecho.

La deforestación en sentido estrecho se refiere exclusivamente a la remoción o


extracción total de la cobertura vegetal con el objetivo de destinar la tierra a otro uso.
La FAO ha optado por definir la deforestación como "variación boscosa con agotamiento
de la cubierta de copas arbóreas a menos del 10 por ciento”, es decir que el 90 % del
bosque y de los árboles deben ser destruidos para considerarse deforestación. Todos
los procesos restantes que de alguna manera impactan sobre el bosque son
considerados como "degradación", y no como deforestación. Esta perspectiva es
mayormente favorecida por los geógrafos, los economistas y por quienes deben
planificar el uso de la tierra.

La definición en sentido amplio incluye no solamente la remoción o extracción total de


la cobertura vegetal para destinar la tierra a otro uso, sino también otro tipo de
degradación que reduce la calidad de los bosques (por ejemplo, la pérdida de
biodiversidad en el bosque, la densidad y la estructura, la biomasa, entre otros).

El investigador británico Norman Myers define a este tipo de proceso como "una
degradación tan severa que el bosque residual no puede calificarse como bosque en
ningún sentido práctico de la palabra". Esta definición es mayormente utilizada por
conservacionistas, biólogos y ecologistas.

El tipo de definición que se adopte tiene un impacto sobre la producción de datos sobre
deforestación. Así, según se adopte un criterio o el otro, la tasa de deforestación variará
en relación con la definición utilizada.

En la lengua castellana se utiliza el término "desmonte" para referirse a la deforestación,


especialmente en ciertas áreas geográficas como Argentina. El término desmonte, sin
embargo, se refiere al proceso de "cortar en un monte o en parte de él los árboles o
matas”, probablemente en alusión a la vegetación existente en los ecosistemas de
monte. Aunque se utiliza de manera intercambiable con "deforestación" y
"degradación", el término no tiene una definición científica precisa.

1.2. PERSPECTIVAS TEÓRICAS

Se pueden distinguir tres enfoques teóricos sobre la deforestación: la escuela de la


pobreza, la escuela neoclásica y la escuela de la ecología política. Estas tres escuelas
difieren en su identificación de las causas y los agentes, pero sobre todo en las
respuestas o acciones necesarias para frenar la deforestación. Según Sven Wunder,
"diferentes actitudes y explicaciones pueden coexistir en el mismo país o región. Algunas
características también pueden combinarse bajo ciertas circunstancias. Sim embargo,
en otros aspectos el foco y las predicciones políticas de los diferentes enfoques sobre
cómo frenar la deforestación son incompatibles".

1.2.1. ESCUELA DE LA POBREZA

Para la escuela de la pobreza, la principal causa de la deforestación es el número


creciente de personas pobres, que utilizan los recursos del bosque para sobrevivir,
sobre-explotándolo, causando el agotamiento del recurso, y deforestando para obtener
nuevas tierras. El Informe Brundtland es un ejemplo de este tipo de perspectivas.

1.2.2. ESCUELA NEOCLÁSICA

Para la escuela neoclásica, la principal causa de la deforestación es la ausencia de


derechos de propiedad sobre los bosques. Según esta visión, los regímenes de "acceso
abierto" llevan a fallas en el mercado y proveen incentivos para la sobre-explotación y
la degradación. Esta perspectiva toma algunos de los ejes teóricos de la "tragedia de los
comunes" de Garrett Hardin.

1.2.3. ECOLOGÍA POLÍTICA

La ecología política considera que la deforestación se produce porque los grandes


agricultores invierten en la cría de ganado y en granos de exportación, es decir, en
granos que no son destinados para consumo alimenticio humano directo sino para otros
usos, como ciertos cultivos para la producción de etanol o la producción de granos para
el consumo de ganado. Estos grandes agricultores generan presión sobre los pequeños
terratenientes y sobre el bosque. Los pequeños terratenientes deben adentrarse en el
bosque para poder sobrevivir, mientras que los grandes agricultores continúan
empujando el límite de la frontera agrícola.

1.2.3.1. Actualidad
En el presente, la deforestación ocurre principalmente, en América Latina, África
Occidental y algunas regiones de Asia. En Brasil la deforestación en 2017 aumentó en un
28 %, con más de 5000 kilómetros cuadrados de árboles talados, en gran medida, por la
reforma del Código Forestal durante el gobierno de Michael Temer que achicó las áreas
verdes protegidas dando cabida a megaproyectos que destruyen la vegetación carioca.

Los estados de Mato Grosso, Roraima y Pará, registraron los mayores índices de
deforestación. En Paraguay, se incrementó un 34 % la deforestación a comparación del
2012, con más de 160 000 hectáreas de boques talados, afectando gravemente la
Reserva Natural Cabrera Timane y el parque nacional Médanos del Chaco. En Perú, se
deforestan alrededor de 150 000 hectáreas al año, por la práctica de la minería ilegal, el
país ha perdido más del 50 % de la cubierta vegetal de la costa.

Una tercera parte del total de la tierra está cubierta por bosques, lo que representa
cerca de 4 000 000 000 (cuatro mil millones) de hectáreas. Hay 10 países que concentran
dos tercios de este patrimonio forestal: Australia, Brasil, Canadá, China, la República
Democrática del Congo, India, Indonesia, Perú, la Federación Rusa y los EE. UU.37 Estos
han sido explotados desde hace años para la obtención de madera, frutos, sustancias
producidas por diferentes especies o para asentamientos de población humana,
ganadería y agricultura. Indonesia, Malasia, Paraguay, Bolivia, Zambia y Angola han sido
los países que más superficie forestal han perdido38

En los últimos 25 años la tasa de desaparición de los bosques se redujo a la mitad. Desde
1990 se han perdido 129 millones de hectáreas de bosque. La tasa anual de pérdida neta
de bosques (que tiene en cuenta los nuevos bosques que se plantan) pasó de 0,18 % en
los años 1990 a 0,08 % en los cinco últimos años.
Más países están mejorando la gestión forestal y existe una superficie cada vez mayor
de áreas protegidas. Particularmente relevante es el caso de Europa cuya superficie
boscosa aumentó considerablemente, teniendo en 2016 un tercio más de bosques que
un siglo atrás.

El mismo fenómeno se produce en Cuba con un aumento de la superficie boscosa del


casi 30 % en las últimas décadas, como resultado de un ambicioso programa de
reforestación.

Igual situación se da en Rusia, que posee el 20 % de todos los bosques del planeta, cuyas
áreas boscosas se están ampliando desde 1961.43

En los países más desarrollados la cubierta forestal sufre otras afectaciones, como la
lluvia ácida, que comprometen la supervivencia de los bosques, situación que se
pretende controlar mediante la exigencia de requisitos de calidad para los combustibles,
como la limitación del contenido de azufre o la desulfuración de los humos de las
centrales térmicas y refinerías.

En los países menos desarrollados las masas boscosas se reducen año tras año, mientras
que en los países industrializados se están recuperando debido a las presiones sociales,
reconvirtiéndose los bosques en atractivos turísticos y lugares de esparcimiento.

Mientras que la tala de árboles de la pluviselva tropical ha atraído más atención, los
bosques secos tropicales se están perdiendo a un ritmo sustancialmente mayor, sobre
todo como resultado de las técnicas utilizadas de tala y quema para ser reemplazadas
por cultivos. La pérdida de biodiversidad se correlaciona generalmente con la tala de
árboles.

En 2019 se perdían anualmente 26,1 millones de hectáreas de bosque, cuando de 1999


a 2019 solo se habían restaurado 26,7 millones de hectáreas. Es decir, el ritmo de
deforestación era 10 veces más rápido que el de reforestación.

1.2.3.1. CAUSAS

Las causas de la deforestación son las fuerzas que motivan a los agentes a destruir la
cubierta forestal. Existen causas directas e indirectas de la deforestación. Las causas
directas típicamente se conocen como fuentes de la deforestación, causas de primer
nivel o causas próximas o aledañas.

Son las más fáciles de identificar. Las causas indirectas son las principales fuerzas de la
deforestación, pero existe más desacuerdo sobre ellas y son más difíciles de cuantificar.

Pearce y Brown identificaron dos causas principales de la deforestación:

• Directa: Competencia entre los humanos y otras especies por los nichos
ecológicos remanentes en la tierra y en las regiones costeras. Este factor está
sustancialmente demostrado por la conversión de tierra forestal a otros usos
tales como agricultura, infraestructura, desarrollo urbano, la industria y otros.
• Indirecta: Falla en los sistemas económicos para reflejar el valor real del
ambiente. Básicamente, muchas de las funciones de los bosques tropicales no
son comunicadas y como tales son ignoradas en la toma de decisiones.
Adicionalmente, las decisiones de convertir selvas tropicales están alentadas por
incentivos fiscales y de otro tipo.

Otros autores utilizan la expresión "causas inmediatas" y "causas subyacentes" para


explicar las causas de la deforestación. Según este modelo, las causas subyacentes son
las variables en el nivel macroeconómico y los instrumentos de política pública (tanto
en el nivel nacional como internacional), mientras que las causas inmediatas son los
parámetros de decisión que afectan directamente a los agentes (las instituciones, el
mercado, la tecnología y las infraestructuras).

1.2.3.1.1. PRECIOS DE LOS PRODUCTOS AGRÍCOLAS

Existe suficiente evidencia de que un aumento en el precio de los productos agrícolas


estimula la deforestación. Un estudio de 1987 que analizó 58 países encontró una
correlación entre el área cultivada total y el precio de los productos agrícolas. El único
caso donde no hay correlación entre el precio de los productos agrícolas y la
deforestación es cuando la producción agrícola es agricultura de subsistencia. Cuando
los productores agrícolas están buscando maximizar sus ganancias, la correlación entre
precio y deforestación es mayor.
1.2.3.1.2. EXPANSIÓN DE LA AGRICULTURA

Alrededor del 60 % de la deforestación se produce para la conversión a tierras


agrícolas.2

La agricultura itinerante o también de tala y quema destruye la tierra forestal para hacer
crecer los cultivos hasta que los nutrientes del suelo se agotan o la tierra se llena de
malezas, lo que ocasiona que las poblaciones se muevan para deforestar más áreas.

La producción de pequeños terratenientes y el número creciente de agentes


practicando la agricultura itinerante eran la causa principal de la deforestación en el
pasado. En la actualidad, la proporción de la conversión de bosques a tierras agrícolas
está aumentando y la agricultura itinerante está disminuyendo.

1.2.3.1.3. PLANTACIONES DE ÁRBOLES

Las plantaciones deberían ayudar a reducir la tasa de deforestación. Sin embargo, el


hecho de que las plantaciones remuevan la presión sobre el bosque para la producción
de madera no se traduce en menos deforestación, sino en más. Las plantaciones de
madera podrían ir en detrimento de los ecosistemas de los bosques tropicales.

Los cultivos de árboles y en particular las plantaciones de caucho juegan un rol más
importante en la deforestación en Indonesia que la agricultura itinerante de
subsistencia.

Alrededor de la mitad de las plantaciones establecidas en áreas tropicales lo hacen


sobre tierra donde anteriormente existían bosques nativos. Las plantaciones también
pueden promover la deforestación mediante la construcción de carreteras que mejoran
el acceso de otros agentes de deforestación, como los agricultores itinerantes.

1.2.3.1.4. EXPLOTACIONES FORESTALES Y LEÑA

Las explotaciones forestales no necesariamente causan deforestación. Sin embargo,


pueden degradar seriamente los bosques. Las explotaciones forestales además catalizan
la deforestación al abrir carreteras y vías de acceso, subsidiando el costo de cortar los
árboles remanentes y preparar la tierra para la siembra de granos o el pastoreo.
La recolección de leña y otros combustibles derivados de la madera a menudo se
concentra en los bosques secos tropicales y en áreas forestales degradadas. La
recolección de leña no es usualmente la principal causa de deforestación en los bosques
húmedos tropicales, aunque puede serlo en aquellos lugares con áreas forestales
reducidas como las Filipinas, Tailandia y partes de América Central. La recolección de
leña era considerada como la principal causa de deforestación y degradación forestal en
El Salvador.

También pueden ocurrir ilegalidades durante el transporte de la madera como


procesamiento y exportación ilegal, falsa declaración en las aduanas, la evasión de
impuestos y tasas de exportación (Ozinga, S. 2003).

1.2.3.1.5. FUEGO E INCENDIOS FORESTALES

El fuego es una herramienta muy utilizada para avanzar sobre el bosque para la
conversión de la tierra, tanto para agricultura permanente como para el desarrollo de
pastizales. El fuego es una herramienta útil en la agricultura y la gestión de los bosques,
pero también puede ser una causa de la deforestación.

A partir de los datos disponibles de más de 118 países representando el 65 % del área
forestal global, un promedio de 19.8 millones de ha o 1 % de todos los bosques fueron
reportados como significativamente afectados cada año por incendios forestales. La
deforestación debido a la pavimentación de carreteras en Brasil también llevó a
incidentes más frecuentes de incendios forestales.

1.2.3.1.6. GUERRAS Y FUERZAS ARMADAS

Hay evidencia sostenida que las operaciones militares en la guerra de Vietnam y en otras
guerras ocasionaron deforestación. De manera más reciente, se han documentado
vínculos entre la guerra y el comercio de madera en la guerra civil entre Birmania y
Tailandia, donde el régimen birmano le vende madera a los tailandeses para financiar
su guerra civil contra el pueblo Karen.

La destrucción forestal en El Salvador es un resultado de la guerra. Además de la


intervención de los militares en la guerra, se ha documentado el rol de las fuerzas
armadas en la deforestación en el sudeste asiático y en América del Sur. En Brasil, el rol
de las fuerzas armadas en la política brasilera es una causa importante de la
deforestación en la selva amazónica.

1.2.3.1.7. REGIONES

Esta sección es un extracto de Deforestación por región.

Este gráfico muestra los valores de la cubierta forestal total de diversas regiones y
subregiones del mundo utilizando los datos de la FAO, con la deforestación en algunas
áreas y la reforestación en otras

La deforestación a nivel mundial está concentrada en tres regiones: América del Sur,
África y Oceanía. La deforestación anual mundial se estima en 13,7 millones de
hectáreas por año, lo que equivale al área de Grecia.

El 30% del área terrestre global está cubierta por bosques, o alrededor de 3.9 mil
millones de hectáreas. Se estima que la cubierta forestal original a nivel global era de
seis mil millones de hectáreas.

En 2009, 2/3 de los bosques del mundo estaban en 10 países principales: (1) Rusia, (2)
Brasil, (3) Canadá, (4) Estados Unidos, (5) China, (6) Australia, (7) Congo, (8) Indonesia,
(9) Perú y (10) India.

Solo la mitad de esta área se compensa con nuevos bosques o crecimiento forestal.
Además de la deforestación inducida directamente por el hombre, los bosques en
crecimiento también se han visto afectados por el cambio climático, aumentando los
riesgos de tormentas y enfermedades. El protocolo de Kioto incluye el acuerdo para
prevenir la deforestación, pero no las acciones para cumplirlo

1.2.3.1.7.1. ÁFRICA
Esta sección es un extracto de Deforestación por región África.

En África, entre los años 2000 y 2005 se perdieron unos cuatro millones de hectáreas de
bosques al año, cerca de una tercera parte del área deforestada en todo el mundo. La
causa principal es la conversión a una agricultura permanente de las áreas deforestadas.

Como medidas contra la deforestación en África se está adoptando un sistema de


certificación, dada la preocupación mundial por obtener madera a partir de bosques
gestionados de manera sostenible, aunque la aplicación de esta certificación sigue
siendo escasa todavía. De los 306 millones de hectáreas de bosques certificados del
mundo (junio de 2007), unos 3 millones (solo el 1 %) corresponde a África y la mayoría
son bosques plantados. Con unos 15 millones de hectáreas de bosques plantados en
todo el mundo (FAO, 2006), África solo representa el 5 % del total.

África está sufriendo deforestación al doble de la tasa mundial, según el Programa de


las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA). Algunas fuentes afirman que la
deforestación ya ha aniquilado aproximadamente el 90 % de los bosques originales de
África Occidental. La deforestación se está acelerando en África Central.

Según la FAO, África perdió el mayor porcentaje de bosques tropicales de cualquier


continente durante las décadas de 1980, 1990 y principios de 2000.

Según las cifras de la FAO (1997), solo el 22.8 % de los bosques húmedos de África
Occidental permanecen, pero en gran parte degradados. Nigeria ha perdido el 81% de
sus bosques primarios en solo 15 años (1990-2005). La deforestación masiva amenaza
la seguridad alimentaria en algunos países africanos.

Un factor que contribuye a las altas tasas de deforestación del continente es la


dependencia del 90 % de su población en la madera como combustible para calefacción
y cocina.

La investigación llevada a cabo por WWF International en 2006 muestra que en África,
las tasas de tala ilegal varían del 50 % en Camerún y Guinea Ecuatorial al 70 % en Gabón
y al 80 % en Liberia, donde los ingresos de la madera desempeñaron un papel
importante en la financiación de la guerra civil de Sierra Leona y otros conflictos
armados regionales hasta que el Consejo de Seguridad de la ONU impuso una
prohibición a toda la madera de Liberia en 2003.

También se han llevado a cabo otras medidas a nivel regional contra la deforestación y
la desertificación como la Iniciativa de la Gran Muralla Verde del Sahara (UNU, 2007),
con un enfoque integrado entre la agricultura, la ganadería y la actividad forestal.

1.2.3.1.7.2. AMÉRICA DEL NORTE


Esta sección es un extracto de Deforestación por región § América del Norte.

Kootenay Valley en la Columbia Británica, Canadá; bosque destruido por el escarabajo


del pino de montaña.

América del Norte contiene el 17 % de la superficie forestal global (677 millones de


hectáreas). Aproximadamente una tercera parte del territorio regional está cubierto de
bosques. Debido a la gran variedad de condiciones climáticas hay una gran diversidad
de ecosistemas forestales, desde bosques húmedos tropicales a bosques boreales.
Algunos de los bosques más productivos del mundo se encuentran en esta región.

La cubierta forestal en la región se mantiene estable.

América del Norte contribuyó en un 2 % aproximadamente a la deforestación mundial


anual entre 2000 y 2005, aunque la tasa de desaparición de los bosques presenta una
tendencia a la baja. El cambio climático podría intensificar las amenazas al estado de los
bosques.

La intensidad y la frecuencia de los incendios forestales han aumentado tanto en el


Canadá como en los Estados Unidos, impulsadas por prolongadas sequías (atribuidas al
cambio climático) y por programas de control de incendios que, aunque han tenido
éxito, han incrementado de manera inadvertida la cantidad de material combustible.

De igual manera, el cambio climático está fomentando las infestaciones de plagas: en


el oeste del Canadá y de los Estados Unidos, el escarabajo del pino de montaña está
causando mortalidad de árboles y daños de especial gravedad.

1.2.3.1.7.3. AMÉRICA CENTRAL Y EL CARIBE


La historia de la mayoría de los países centroamericanos incluye ciclos de deforestación
y reforestación. En el siglo XV, la agricultura intensiva maya había reducido
significativamente los bosques. Antes de que llegaran los europeos, los bosques cubrían
500 000 kilómetros cuadrados, aproximadamente el 90% de la región. Eventualmente,
el empuje de "la economía monetaria de Europa en América Latina" creó la demanda
para la exportación de productos primarios, lo que introdujo la necesidad de grandes
cantidades de tierras agrícolas despejadas para producir esos productos.

Desde la década de 1960, la ganadería se ha convertido en la principal razón para la


limpieza de tierras. El ganado magro alimentado con hierba producido por en los
ranchos centroamericanos (a diferencia del ganado alimentado con granos criado en
otros lugares) era ideal para los restaurantes de comida rápida estadounidenses y este
mercado aparentemente sin fondo ha creado la llamada "Hamburgo conectan" que
vincula al "estilo de vida de los consumidores en América del Norte con la deforestación
en América Central".

En la mayoría de los países de América Central, la pérdida neta de superficie forestal


disminuyó entre 2000 y 2005 en comparación con la década anterior, y Costa Rica logró
un incremento neto de dicha superficie.

No obstante, en términos porcentuales, América Central presenta una de las mayores


tasas de desaparición forestal del mundo en relación con el resto de las regiones, más
del 1 % anual en el período entre 2000 y 2005.91

En el Caribe se registró un reducido aumento de la superficie forestal entre 2000 y 2005,


principalmente en Cuba. La liberalización del comercio, que ha hecho que exportaciones
agrícolas tradicionales como el azúcar y los plátanos no sean competitivas, está
ocasionando el abandono de las tierras agrícolas y su conversión en bosque secundario
(Eckermann, 2005). Además, se está dando mayor énfasis a la protección del medio
natural para apoyar la creciente industria del turismo. Por ello, se espera que la
superficie forestal permanezca estable o se incremente en la mayoría de los países
caribeños.

1.2.3.1.7.4. AMÉRICA DEL SUR


Esta región se encuentra la mayor masa continua de bosque pluvial tropical del mundo:
la cuenca del Amazonas.

En los últimos dos decenios, ¿cuándo? algunos países han concedido la propiedad legal
de los bosques a las comunidades indígenas, por ejemplo, Perú, 6400 millones de
hectáreas; Bolivia, 1200 millones de hectáreas; Brasil, 10 300 millones de hectáreas;
Colombia, 27 millones de hectáreas; Ecuador, 4,5 millones de hectáreas y Guyana, 1,4
millones de hectáreas de tierra, comprendidos los bosques. Si bien la propiedad confiere
a las comunidades derechos firmes de uso sostenible de los recursos forestales, los
conflictos sobre la propiedad, en ocasiones violentos, y la falta de aplicación de las
normas y los reglamentos han permitido la ocupación y la explotación maderera ilegales
en extensas áreas de estos bosques.

Todos los países de América del Sur registraron una pérdida neta en la superficie forestal
entre 2000 y 2005, excepto Chile y Uruguay, [cita requerida] que presentaban
tendencias positivas debido a programas de plantación industrial a gran escala. Los
nuevos bosques plantados para usos industriales, en particular en Argentina, Uruguay
y, posiblemente, Colombia, podrían contrarrestar, en lo que se refiere a hectáreas
forestadas, la desaparición de bosques naturales, pero no en términos ecológicos.

En caso de los países integrados en la Región Norte de América Latina como lo son
Ecuador, Colombia y Venezuela las políticas de protección de áreas forestales no son
estrictas y la deforestación de la zona persiste, lo que amenaza el equilibrio ecológico y
climático de América del Sur, y puede tener repercusiones mundiales (expuesto en el
Acuerdo Caracas FAO 2010).92

1.2.3.1.7.5. ASIA ORIENTAL

Esta sección es un extracto de Deforestación por región Asia oriental.

Imagen del sudeste de Asia captada por MODIS. La imagen se centra en los países de
Birmania, Tailandia, Laos, Camboya y Vietnam, de izquierda a derecha, respectivamente.
En el este de Tailandia, el color marrón que domina el centro de la imagen habla de la
deforestación masiva que se produce en esta región.
Esta región posee el 18,6 % de la superficie forestal mundial, repartida en una gran
variedad de ecosistemas, como bosques tropicales, bosques templados, manglares
costeros, montañas y desiertos.

La región contaba con 734 millones de hectáreas de bosques en el año 2005, unos tres
millones más que en 2000. No obstante, este aumento fue resultado, en gran medida,
de la alta tasa de repoblación forestal de China, la cual oculta la notable desaparición de
bosques naturales en diversos países; en total, desaparecieron en la región 3,7 millones
de hectáreas de bosque al año entre 2000 y 2005.

La pérdida de bosques es importante en el sudeste de Asia,94 el segundo de los grandes


focos de biodiversidad del mundo. Según el informe de 2005 realizado por la FAO,
Vietnam tiene la segunda tasa más alta de deforestación de bosques primarios en el
mundo, después de Nigeria.

Más del 90% de las selvas tropicales antiguas del archipiélago filipino han sido taladas.
Otros países del sudeste asiático donde se está llevando a cabo una importante
deforestación son Camboya y Laos. Según un documental de Tele Pool, la deforestación
está siendo dirigida por personal militar corrupto y el gobierno (servicios forestales).

Algunos países han invertido sus tendencias de pérdida de bosques, pero no es probable
que los países que sufren una mayor deforestación sean capaces de hacerlo. La
expansión de los cultivos comerciales a gran escala será la causa más importante de
deforestación en la región.

La región de cuenta con 136 millones de hectáreas de bosques plantados, prácticamente


la mitad del total mundial. La mayor parte de los bosques plantados se encuentran en
Australia, China, Filipinas, la India, Indonesia, Nueva Zelanda, Tailandia y Vietnam.

1.2.3.2. CONSECUENCIAS

1.2.3.2.1. ATMÓSFERA
La deforestación es una de las principales causas del efecto invernadero y el
calentamiento global. La pérdida de los bosques tropicales es responsable de
aproximadamente el 20 % de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero.

De acuerdo con el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático, la


deforestación, principalmente en áreas tropicales, podría suponer hasta un tercio de las
emisiones de dióxido de carbono antropogénicas.

Pero cálculos recientes sugieren que las emisiones de CO2 provocadas por la
deforestación y la degradación forestal (excluidas las emisiones naturales de las
turberas) supondrían entre el 6 y el 17 % de todas las emisiones antropogénicas de CO2,
con una media del 12 %.

La deforestación provoca que el CO2 permanezca más tiempo en la atmósfera. Al


aumentar el CO2, se crea una capa que atrapa la radiación solar. Esta radiación se
convierte en calor, provocando así el efecto invernadero.

Las plantas extraen el CO2 de la atmósfera a través de la fotosíntesis, quedándose con


el carbono, que incorporan a su estructura (raíces, tallos, hojas, flores) en forma de
moléculas orgánicas y liberando parte del oxígeno. Aunque también liberan algo de CO2
durante su proceso normal de respiración. Solo cuando un árbol o un bosque crecen
pueden extraer carbono de la atmósfera, almacenándolo en sus tejidos.

Tanto la putrefacción de la madera como su quema devuelven a la atmósfera ese


carbono almacenado. Para que los bosques realmente extraigan carbono de la
atmósfera debe haber una acumulación neta de madera. Una forma es cortar los
árboles, transformar la madera en objetos duraderos y reemplazar con nuevos árboles
los cortados. La deforestación también puede hacer que se libere el CO2 acumulado en
el terreno.

Los bosques pueden ser tanto sumideros de carbono como fuentes, dependiendo de las
circunstancias ambientales. Los bosques maduros (donde la cantidad de materia vegetal
no varía significativamente) alternan entre comportarse como fuentes netas y
sumideros netos (véase Ciclo del carbono), pero esta variación resulta insignificante en
relación con la enorme cantidad de carbono que tienen almacenada.
En las áreas deforestadas, el terreno se calienta más rápido por efecto del sol y alcanza
una mayor temperatura, lo que lleva a mayores corrientes de convección ascendentes
que favorecen la formación de nubes y finalmente producen más lluvia.

Sin embargo, de acuerdo con el Laboratorio estadounidense de Dinámica de Fluidos


Geofísicos (GFDL por sus siglas en inglés), los modelos utilizados para investigar los
efectos a gran distancia de la deforestación tropical mostraron un amplio, pero suave,
incremento de la temperatura en toda la atmósfera tropical. Estos modelos predijeron
un calentamiento inferior a los 0,2 °C en la atmósfera tropical superior (entre 700 y 500
milibares).

Sin embargo, estos modelos no predicen cambios significativos en otras áreas más allá
de los trópicos. Aun así, la realidad puede ser diferente, porque el modelo puede
contener errores y sus resultados nunca son absolutamente definitivos.

La deforestación afecta a los vientos, el vapor de agua y la absorción de energía solar,


influyendo así claramente en el clima zonal y mundial. La deforestación de un área
puede aumentar las tormentas de arena en zonas colindantes.

La reducción de las emisiones de la deforestación y la degradación forestal (REDD por


sus siglas en inglés) en países en desarrollo ha surgido como un importante
complemento a las políticas climáticas actuales. La idea consiste en compensar
económicamente a los países que consigan estas reducciones de forma significativa.

Los legos piensan que los bosques tropicales contribuyen significativamente al oxígeno
de la atmósfera, aunque los científicos consideran que la contribución neta de los
bosques tropicales es pequeña y que la deforestación solo tiene efectos menores en los
niveles de oxígeno atmosférico.

No obstante, la quema de masa forestal para obtener tierras cultivables libera ingentes
cantidades de CO2, que contribuyen al calentamiento mundial. Los científicos también
afirman que la deforestación tropical libera anualmente 1 500 millones de toneladas de
carbono a la atmósfera.
1.2.3.2.2. AGUA

La deforestación también afecta al ciclo del agua: los árboles extraen agua del subsuelo
a través de sus raíces y la liberan a la atmósfera. Cuando desaparecen, el clima se vuelve
más seco. Además, la deforestación reduce la cantidad de agua en el terreno y en el
subsuelo, de modo que las plantas restantes ven reducida su disponibilidad de agua.
Asimismo, la deforestación reduce la cohesión del suelo, lo que da lugar a erosión,
inundaciones, desertificación y corrimientos de tierras.

Al reducirse la cubierta arbórea disminuye la capacidad del entorno para interceptar,


retener y transpirar la lluvia caída. Las áreas boscosas atrapan el agua y la filtran al
subsuelo; las deforestadas, en cambio, se vuelven fuentes de agua superficial, que se
mueve mucho más deprisa que la subterránea. Los bosques devuelven a la atmósfera
por transpiración la mayoría del agua que cae sobre ellos como precipitación.

Por el contrario, cuando se deforesta una zona, casi toda la precipitación se pierde en
forma de agua superficial. Ese transporte más rápido de agua superficial puede
traducirse en inundaciones relámpago e inundaciones más concentradas de las que
ocurrirían si se hubiera mantenido la cubierta arbórea.

La deforestación también reduce la evapotranspiración, y consiguientemente los niveles


de humedad atmosférica, lo que en algunos casos afecta a las precipitaciones en las
zonas a sotavento del área deforestada, porque el agua no se recicla en los bosques a
sotavento, sino que corre por la superficie y va directamente a los océanos.

De acuerdo con un estudio, en el área deforestada al norte y noroeste de China, la


precipitación media anual descendió un tercio entre la década que comenzó en 1951 y
la de 1981.

Los árboles, y las plantas en general, inciden significativamente en el ciclo hidrológico:

• Sus copas interceptan una porción de la precipitación, que luego se vuelve a


evaporar.
• Sus residuos en el suelo (hojas muertas, ramas) frenan la escorrentía.
• Estos residuos también cambian las propiedades del suelo, mejorando su
capacidad de retener agua.
• Sus raíces crean microporos que incrementan la filtración al subsuelo.
• Contribuyen a la evaporación terrestre y reducen por transpiración la humedad
del suelo.
• Controlan la humedad del aire a través de la transpiración de sus hojas. El 99 %
del agua absorbida por las raíces es transpirada.

Como resultado, la presencia o ausencia de árboles cambia la cantidad de agua


subterránea, superficial o atmosférica. Esto cambia también el ritmo de erosión y la
disponibilidad de agua ya sea por el ecosistema o para las necesidades humanas. La
deforestación de las llanuras traslada la formación de nubes y la lluvia a terrenos más
elevados.

En el caso de lluvias muy intensas y prolongadas que rebasen la capacidad normal de


absorción de los bosques, es posible que, a pesar de su presencia, se produzcan
inundaciones.

La selva tropical es la fuente de alrededor del 30 % del agua dulce del planeta.

La deforestación altera los patrones climáticos favoreciendo un tiempo más cálido y


seco, y por tanto incrementando la sequía, la desertificación, la pérdida de cosechas, la
fusión de los polos, las inundaciones costeras y el desplazamiento de flora y fauna114

1.2.3.2.3. SUELO

Los bosques naturales tienen un ritmo de erosión muy bajo, aproximadamente 2


toneladas métricas por kilómetro cuadrado.

La deforestación generalmente incrementa el ritmo de pérdida de suelo al aumentar la


escorrentía y reducir el escudo de residuos vegetales.

Esto puede ser una ventaja en los suelos de selvas tropicales excesivamente lavados.
Las propias operaciones de tala incrementan la erosión por la construcción de carreteras
y el uso de maquinaria pesada.

La meseta de Loes en China fue despojada de sus bosques originales hace milenios.
Desde entonces ha estado erosionándose, creando profundas cárcavas, proporcionando
el sedimento que da al río Amarillo su color característico y favoreciendo las
inundaciones en su curso bajo.

La desaparición de los árboles no siempre incrementa el ritmo de erosión. En ciertas


regiones del suroeste de Estados Unidos los arbustos y los árboles han estado limitando
las praderas. Los propios árboles refuerzan la pérdida de plantas herbáceas en el suelo
sombreado por sus copas. Si el suelo queda desnudo, es muy vulnerable a la erosión.

El Servicio Forestal estadounidense, por ejemplo, en el parque nacional Bandler, estudia


cómo restaurar el ecosistema, y reducir la erosión, quitando los árboles.

Las raíces de los árboles cohesionan el suelo y, si es lo suficientemente superficial, lo


mantienen en su lugar ligándolo a la roca madre. Por esta razón talar los árboles de
laderas empinadas con suelo superficial puede incrementar el riesgo de corrimientos de
tierras y amenazar las vidas de quienes residan cerca.

1.2.3.2.4. BIODIVERSIDAD

Deforestación para cultivos en la selva amazónica peruana.

La deforestación disminuye la biodiversidad y es causa de la extinción de muchas


especies.129 Más de la mitad de las especies de plantas y animales terrestres viven en
las selvas tropicales. La pérdida de áreas boscosas ha resultado en un entorno
degradado, con menor biodiversidad. Los bosques sostienen la biodiversidad
proporcionando un hábitat a numerosas especies de fauna y flora, algunas de las cuales
pueden tener aplicaciones medicinales.

Siendo los biotopos forestales fuentes irreemplazables de nuevas medicinas (como el


taxol), la deforestación puede destruir irrecuperablemente la riqueza genética que
proporciona a las plantas comestibles resistencia frente a las plagas.

Al ser las selvas tropicales los ecosistemas más diversos de la Tierray encontrarse en
ellos alrededor del 80 % de la biodiversidad conocida, la desaparición de áreas
significativas de cubierta arbórea ha resultado en degradación del suelo y un entorno de
menor biodiversidad.

Un estudio en Rondinea (Brasil) muestra que la deforestación acaba también con la


comunidad microbiana que se ocupa de reciclar los nutrientes, limpiar el agua y eliminar
la contaminación.

Se estima que cada día estamos perdiendo 137 especies de plantas y animales (incluidos
insectos) debido a la deforestación de las selvas, lo que supone 50 000 especies anuales.
Autores como Lewin et al. afirman que la deforestación de las selvas está contribuyendo
a la extinción masiva del Holoceno.

Los ritmos conocidos (no estimados) de extinción de mamíferos y aves por la


deforestación son mucho más bajos, aproximadamente una especie por año. Pero si se
extrapola a todas las especies sale la cifra de aproximadamente 23 000 cada año.

Se ha predicho que el 40 % de las especies animales y vegetales del sudeste asiático


podría desaparecer en el s. XXI. Posteriormente se han cuestionado estas predicciones
al observarse en 1995 que en el sudeste asiático la mayoría del bosque original ha sido
transformado en plantaciones de monocultivo, pero que las especies potencialmente
amenazadas son pocas, y que los árboles y el resto de la flora permanecen estables y
muy extendidos.

La comprensión científica del proceso de extinción es insuficiente para hacer


predicciones acertadas sobre el impacto de la deforestación en la biodiversidad.

La mayoría de las predicciones de pérdida de biodiversidad ocasionada por operaciones


silvícolas se basan en modelos especie-área, asumiendo que, si el bosque decae, la
diversidad de las especies decaerá de modo similar. Sin embargo, muchos de esos
modelos han demostrado ser erróneos y la pérdida de hábitat no lleva necesariamente
a la pérdida de especies a gran escala.

Se sabe que los modelos especie-área sobreestiman el número de especies amenazadas


propias de las áreas que están siendo deforestadas, y mucho más en el caso de especies
más difundidas (presentes tanto en áreas que están siendo deforestadas como en las
que se están dejando intactas).
Un estudio de 2012 sobre la Amazonia predice que, pese a la falta de extinciones por
ahora, hasta el 90 % de las predichas se producirá en los próximos 40 años.

Fragmentar los bosques, o incluso trazar carreteras en ellos, tiene un fuerte impacto
sobre la biodiversidad: un estudio150 publicado en Natura en 2017 muestra que el 85
% de las especies de animales que viven en una selva se ven afectadas por el efecto
linde.

El 46 % aumenta su abundancia, y el 39 % (en general, las especies más amenazadas, y


especialmente anfibios pequeños, grandes reptiles y mamíferos no voladores de tamaño
medio) la disminuye.

1.2.3.2.5. HUMANOS

La deforestación ocasiona que aparezcan nuevas enfermedades virales o infecciosas, o


que enfermedades que están controladas por los bosques se expandan con mayor
rapidez e intensidad. Una revisión de literatura científica en 2007 reveló que existe una
relación entre la deforestación y la malaria.

Otro estudio científico en 2010 demostró que un 4 % de deforestación en la selva


amazónica en Brasil llevó al incremento de un 43 % en los casos de malaria. Otro estudio
en Brasil demostró que la degradación de un bosque en un radio de menos de 5km2 es
un factor desencadenante para la presencia de la malaria.

En 2000, la FAO concluyó que «el papel de la dinámica de la población en un entorno


local puede variar de decisivo a insignificante», y que la deforestación puede resultar de
«una combinación de presión demográfica y estancamiento económico, social y
económico y condiciones tecnológicas.

1.2.3.2.6. PROGRAMA REDD


Reducción de las emisiones de la deforestación
Las principales organizaciones internacionales, incluidas las Naciones Unidas y el Banco
Mundial, han empezado a desarrollar programas de lucha contra la deforestación.

El término general REDD (siglas en inglés de Reducción de Emisiones de Deforestación y


Degradación) describe estos programas, que emplean incentivos monetarios directos o
de otro tipo para animar a los países en desarrollo a que limiten o reviertan su
deforestación.

Se ha debatido sobre la financiación, pero en la decimoquinta conferencia de las partes


(COP 15) de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático
(CMNUCC) en Copenhague (diciembre de 2009) se alcanzó un acuerdo por el que los
países desarrollados se comprometieron a aportar recursos nuevos y adicionales,
incluidas la silvicultura e inversiones canalizadas por instituciones internacionales, que
se aproximarán a los 30 millardos de dólares para el período 2010-2012

Se está trabajando significativamente en herramientas para controlar cómo los países


en desarrollo cumplen los objetivos REDD a los que se han comprometido. Estas
herramientas, que incluyen seguimiento remoto de los bosques por imágenes satelitales
y otras fuentes de datos, incluido FORMA (acrónimo en inglés de iniciativa de
Seguimiento Forestal para la Acción) del Centro para el Desarrollo Global y el portal de
seguimiento del carbono forestal del Grupo de Observación de la Tierra (GEO por sus
siglas en inglés).

También se dio importancia al guiado metodológico para el seguimiento de los bosques


en la COP 15.

La organización medioambiental Socios para Evitar la Deforestación encabeza la


campaña para el desarrollo de la REDD a través de financiación del Gobierno
estadounidense.

En 2014 la FAO, con varios socios, lanzó Open Foris —un conjunto de programas
informáticos de código abierto para ayudar a los países a recoger, producir y difundir
información sobre el estado de sus recursos forestales.
Estos programas (hay versión en español) sirven para todo el ciclo de vida del inventario
forestal, desde la valoración de las necesidades, diseño, planificación, recogida y gestión
de datos sobre el terreno, análisis estimativos y difusión. Se incluyen herramientas para
el procesado de imágenes remotas, así como para las comunicaciones internacionales
REDD y MRV (siglas en inglés de medida, comunicación y verificación).

Para evaluar las implicaciones generales de las reducciones de emisiones, los países
donde se concentra la mayor atención son los de mucho bosque y altos ritmos de
deforestación (HFHD por sus siglas en inglés) y los de poco bosque, pero altos ritmos de
deforestación (LFHD por sus siglas en inglés).

Países HFHD se consideran Brasil, Camboya, Corea del Norte, Guinea Ecuatorial, Malasia,
Islas Salomón, Timor Este, Venezuela y Zambia. En cambio, se anotan como LFHD
Afganistán, Benín, Botsuana, Birmania, Burundi, Camerún, Chad, Ecuador, El Salvador,
Etiopía, Ghana, Guatemala, Guinea, Haití, Honduras, Indonesia, Liberia, Malaui, Malí,
Mauritania, Mongolia, Namibia, Nepal, Nicaragua, Níger, Nigeria, Pakistán, Paraguay,
Filipinas, Senegal, Sierra Leona, Sri Lanka, Sudán, Togo, Uganda, Tanzania y Zimbabue.

1.3. LEYES AMBIENTALES DE PROTECCIÓN DE LOS BOSQUES


Diversos países han implementado leyes de protección de los bosques, como las leyes
de bosque nativo implementadas por Argentina y Chile.

Un estudio científico analizó el impacto de la Ley de Bosque Nativo de Argentina,


centrándose fundamentalmente en los mecanismos de ordenamiento territorial
exigidos por la ley y la responsabilidad de los gobiernos provinciales y municipales en
realizar dicho ordenamiento.

El estudio analizó las provincias de Salta, Santiago del Estero y Chaco (las más afectadas
por la deforestación en Argentina) y encontró que la gestión de los gobiernos locales
podía tener un impacto en reducir la deforestación.

1.3.1. PAGOS PARA CONSERVAR LOS BOSQUES


En Bolivia la deforestación en los cursos fluviales altos ha causado problemas
medioambientales, entre ellos erosión del suelo y disminución de la calidad del agua.
Un proyecto innovador para remediar la situación establece que los usuarios del agua
río abajo paguen a los propietarios de tierras río arriba para conservar sus bosques.
Los propietarios reciben 20 dólares norteamericanos para conservar los árboles, evitar
prácticas ganaderas contaminantes y favorecer la biodiversidad y la fijación de carbono
por el bosque en su propiedad.

También reciben 30 USD para la compra de una colmena, lo que les compensa por la
conservación de dos hectáreas de bosque durante cinco años, de manera que se proteja
una fuente de agua. Los ingresos por hectárea de la miel recolectada ascienden a cinco
dólares anuales, de modo que en cinco años ascienden a 50 USD para el propietario. El
proyecto lo llevan la Fundación Natura Bolivia y la organización ecologista Rare, con el
apoyo de la Alianza Clima y Desarrollo.

En China el Estado paga 7500 yuanes anuales por hectárea (equivalentes en 2018 a unos
937 euros) durante cinco años a los agricultores de zonas señaladas como prioritarias
para la reforestación si abandonan sus cultivos, plantan árboles y se dedican a cuidarlos,
limpiando el follaje.

En países como Costa Rica, México y Mozambique se dan los llamados PSA (Pago por
Servicios Ambientales), los cuales buscan retribuir económicamente la preservación del
medio ambiente.

A pesar de sus propósitos, diversos estudios han demostrado que sus efectos son
modestos en evitar la deforestación.

1.3.2. AUMENTO EN LOS PRECIOS DE LOS INSUMOS

La evidencia disponible sobre el precio de los insumos para la producción agrícola (como
fertilizantes y pesticidas) no es concluyente. Un estudio en ciertas áreas de América
Latina sugirieron que un incremento en el precio de los fertilizantes puede reducir la
deforestación.

Diferentes estudios encontraron evidencia de que un incremento en el precio de otros


insumos, como semillas, pesticidas y herramientas reduce la deforestación.

1.3.3. AUMENTO EN LOS SALARIOS DE LOS TRABAJADORES AGRÍCOLAS


La evidencia disponible sugiere que salarios más elevados para los trabajadores agrícolas
reduce la deforestación, al hacer que las actividades agrícolas y forestales sean más
costosas.

Otras ofertas de empleo con mejores salarios en áreas no vinculadas a la actividad


agrícola también reducen la deforestación.

Propiedad de la tierra

Se afirma que transferir la propiedad de los terrenos donde se ubican los bosques a las
poblaciones indígenas es una manera eficiente de protegerlos.

Esto incluye la protección de tales derechos cuando las leyes existentes los conceden,
como en la ley india de bosques. Se sostiene que transferir estos derechos en China,
quizá la mayor reforma agraria de la edad contemporánea, ha incrementado la
cobertura forestal. En Brasil, las áreas forestales cuya propiedad se ha transferido a
pueblos indígenas sufren menos tala permanente que incluso los parques nacionales.

1.3.4. MÉTODOS AGRÍCOLAS QUE NO EXIGEN DESPEJAR BOSQUES

Talar el bosque y plantar con métodos agrícolas tradicionales rinde poco. Algunos
métodos agrícolas nuevos que ofrecen mucho mayor rendimiento por hectárea (y por
tanto permiten talar menos bosque, o no talarlo en absoluto, si se aplican al terreno
donde se usaban métodos tradicionales)24 son: plantas hibridadas, invernaderos,
huertos urbanos o hidroponía.

Estos nuevos métodos dependen a menudo de insumos químicos (abonos, pesticidas)


para mantener alto su rendimiento. En la agricultura cíclica176 (llamada así por
oposición a la agricultura itinerante, en que una tribu tala una zona de bosque, la cultiva
y, cuando la tierra se agota, la abandona para talar una nueva zona) el ganado pasta
sobre tierra dejada en barbecho, fertilizándola y preparándola para una próxima
siembra.
La rotación de cultivos es una forma de agricultura cíclica. Por otra parte, la agricultura
biointensiva obtiene rendimientos muy altos en terrenos muy reducidos sin emplear
sustancias químicas.

La agricultura intensiva, en cambio, puede disminuir los nutrientes del suelo a un ritmo
acelerado. El enfoque más prometedor, sin embargo, es la jardinería forestal (traducción
habitual, pero poco afortunada del término foresta Garde Ning; poco afortunada
porque, en español, la jardinería es ornamental, no nutricional; la traducción francesa,
bosque nutritivo da una mejor idea del significado) en permacultura, que consiste en
sistemas agroforestales, cuidadosamente diseñados para imitar a los bosques naturales,
que favorecen las especies animales y vegetales de interés nutricional, maderero y otros
usos.

Estos sistemas tienen baja dependencia de combustibles fósiles y sustancias químicas,


necesitan poco mantenimiento, son altamente productivos y causan poco impacto en el
suelo, la calidad del agua y la biodiversidad.

1.3.4.1. MONITOREO DE LA DEFORESTACIÓN

Hay múltiples métodos adecuados y fiables para monitorear la deforestación. Uno de


ellos es la interpretación visual de fotos aéreas o imágenes por satélite. Es intensivo en
mano de obra, pero no requiere formación de alto nivel en procesamiento automatizado
de imágenes ni una fuerte inversión en ordenadores.

Otro método es el análisis de los puntos calientes (hotspots, zonas de rápido cambio)
empleando la opinión de expertos o imágenes de satélite de baja resolución para
identificar estas zonas, y entonces realizar análisis digitales detallados sobre imágenes
satelitales de alta resolución. Normalmente se valora la deforestación cuantificando la
cantidad de área deforestada, medida en el momento actual.

Desde un punto de vista medioambiental, cuantificar el daño y sus posibles


consecuencias es una tarea más importante, mientras que los esfuerzos de conservación
se centran en proteger los bosques y desarrollar usos de la tierra alternativos para evitar
que la deforestación continúe.

El ritmo de deforestación y el área total deforestada se han utilizado ampliamente para


el seguimiento de la deforestación en muchas regiones, entre ellas la Amazonia
brasileña por el INPEN (Instituto Nacional de Pesquisas Espaciáis). Está disponible una
vista satelital de la Tierra.

1.3.4.2. MANEJO FORESTAL

Bosque natural.

El manejo forestal o gestión forestal es la rama de la ingeniería de montes que se ocupa


de las actividades administrativas, económicas, legales, sociales, etc. de los bosques, y
que sigue principios científicos y técnicos de silvicultura, protección y regulación. Se
puede tratar de manejo de bosques naturales o manejo de bosques artificiales o
reforestados.

En las zonas donde se practica la agricultura de tala y quema (llamada también de roza
y quema), el cambio a talar y carbonizar (en vez de quemar, con llama, en fuego abierto
y combustión completa, la materia vegetal cortada, convertirla en carbón vegetal
mediante combustión incompleta y esparcir el carbón sobre el terreno), no solo es un
método duradero de fijación del carbono. También es extremadamente enriquecedor
para el suelo.

Mezclando el carbón vegetal con biomasa se crea la tierra Preta, uno de los suelos más
ricos y el único conocido que se autor regenera.

Desde hace siglos se han hecho esfuerzos para detener o frenar la deforestación, porque
hace mucho tiempo que se sabe que puede causar daños ambientales tan graves que
lleven a la desaparición de sociedades enteras.

En Tonga los gobernantes desarrollaron políticas para evitar los conflictos entre las
ganancias a corto plazo de convertir los bosques en tierras de cultivo y los problemas a
largo plazo que ocasiona la desaparición del bosque.
En Japón, durante el soguéate Tokugawa (siglo XVII-XVIII) los shogunes desarrollaron un
avanzado sistema de planificación a largo plazo para detener e incluso revertir la
deforestación de los siglos precedentes, mediante la sustitución de la madera por otros
productos y un uso más eficiente de la tierra que se había cultivado durante centurias.

En la Alemania del siglo XVI los terratenientes desarrollaron la silvicultura para lidiar con
los problemas de la deforestación.

Sin embargo, esas políticas tienden a limitarse a ecosistemas con suficiente lluvia, sin
estación seca y con suelos muy jóvenes (resultado de vulcanismo o glaciaciones).

En suelos más viejos y menos fértiles los árboles crecen demasiado despacio como para
que la silvicultura sea económica, mientras que, en zonas con una larga estación seca,
siempre hay un riesgo de que un incendio forestal destruya los árboles plantados antes
de que maduren.

1.3.4.3. PRÁCTICAS SOSTENIBLES

Se promueve el bambú como una alternativa más sostenible que cortar leña para
combustible.

La certificación de que un bosque se explota de manera sostenible, como la


proporcionada por los sistemas mundiales Programa para el Reconocimiento de
Certificación Forestal (PEFC por sus siglas en inglés) o Consejo de Administración
Forestal (FSC por sus siglas en inglés) contribuye a contener la deforestación al crear
mercado para productos de bosques gestionados sosteniblemente.

De acuerdo con la FAO, «Una condición indispensable para la adopción de la gestión


forestal sostenible es la demanda para productos producidos sosteniblemente y el
deseo de los consumidores de pagar por los mayores costes que implican.

La certificación representa cambiar de planteamientos regulatorios a incentivos de


mercado para promover la gestión forestal sostenible. Al promover los atributos
positivos de productos forestales de bosques gestionados sosteniblemente, la
certificación se enfoca en el lado de la demanda de la gestión medioambiental.

En cambio, la australiana Rainforest Recuse alega que los estándares de organizaciones


como FSC están demasiado conectados con la industria maderera y que por tanto no
garantizan una gestión forestal sostenible y socialmente responsable. Que en realidad
los sistemas de seguimiento de las certificaciones son inadecuados y en el mundo se han
documentado varios casos de fraude.

Algunas naciones han tomado medidas para incrementar el número de árboles sobre la
Tierra.

En 1981 China creó el día nacional de plantado de árboles y en la década que comenzó
en 2001 la cobertura forestal ha alcanzado el 16,55 % del territorio cuando en la que
comenzó en 1991 solo era del 12 %

Usar como leña el bambú, que técnicamente no es un árbol, sino una hierba
(concretamente una gramínea) conduce a una combustión más limpia que la de madera
de árbol, y como el bambú madura mucho más rápido que la madera, se reduce la
deforestación, porque el suministro se puede reponer más rápidamente.

1.4. REFORESTACIÓN

La reforestación es una operación en el ámbito de la silvicultura destinada a repoblar


zonas deforestadas en el pasado histórico y reciente (se suelen contabilizar 50 años).

Por extensión, también se llama reforestación, aunque sería más correcto el término
forestación, a la plantación más o menos masiva de árboles, en áreas donde estos no
existieron, por lo menos en tiempos históricos recientes (igualmente, unos 50 años).

También se llama reforestación al conjunto de técnicas que se necesitan aplicar para


crear una masa forestal, formada por especies leñosas.

En muchas partes del mundo, especialmente en el este de Asia, la reforestación y la


forestación están incrementando las áreas boscosas.

La cantidad de bosque ha aumentado en 22 de las 50 naciones del mundo con más


bosques. Asia, en conjunto, ganó un millón de hectáreas de bosque entre 2000 y 2005.
Asimismo, el bosque tropical en El Salvador creció más del 20 % entre 1992 y 2001.

Basándose en estas tendencias, un estudio189 estima que la superficie forestal mundial


en 2050 será un 10 % —una superficie de la extensión de la India— superior a la de 2006.

En China, donde se han destruido bosques a gran escala, ha sido obligación legal de cada
ciudadano capacitado, entre 11 y 60 años, el plantar de 3 a 5 árboles anualmente, o
hacer la cantidad de trabajo equivalente en otros servicios forestales.

El Gobierno chino sostiene que, desde 1982, se ha plantado cada año al menos un
millardo de árboles y se han recuperado anualmente 50 000 km² de superficie
forestal.190 En 2016 esta obligación ya no se encuentra vigente, pero cada 12 de marzo
en China son las vacaciones de plantado. Además, está en marcha el proyecto Gran
Muralla Verde de China que, plantando árboles, pretende frenar la expansión del
desierto de Gobi.

Aunque debido al alto porcentaje de árboles que mueren después de plantarlos (hasta
el 75 %), el proyecto no está teniendo mucho éxito, la superficie forestal en el norte del
país ha pasado del 5 al 12,4 %.190 En China, la superficie forestal ha aumentado 47
millones de hectáreas desde la década que comenzó en 1971.

El número total de árboles en 2001 se estimaba en 35 millardos.191 Otra propuesta


ambiciosa para China es el sistema aéreo de reforestación y control de la erosión.

En África, con un nombre parecido, la Gran Muralla Verde de África, se está llevando a
cabo otra iniciativa de contención del desierto (el Sahara en este caso) mediante el
plantado de árboles. Se ha propuesto utilizar invernaderos de agua marina.

En los países occidentales, la creciente demanda del consumidor por productos


forestales que hayan sido cultivados y cosechados de forma sostenible está haciendo
que los propietarios de bosques y la industria maderera rindan cada vez más cuentas de
sus prácticas de gestión forestal y tala.

El programa de rescate de la selva de la norteamericana Arbor Day Fundación utiliza sus


donaciones para comprar y preservar selvas antes de que las puedan adquirir compañías
madereras. Esta fundación protege así las tierras de la deforestación. También aísla el
modo de vida de las tribus primitivas que las habitan.

En particular Greenpeace ha identificado los bosques aún intactos192 y publicado esta


información en Internet.

Por su parte, el Instituto de Recursos Mundial ha trazado un mapa temático más simple
donde se muestran los bosques hacia el año 6000 a.C. y a comienzos del S. XXI (mucho
más reducidos).

Estos mapas muestran la cantidad de reforestación requerida para reparar el daño


causado por la humanidad.

Plantaciones de árboles

Para satisfacer la demanda mundial de madera, los silvícolas Botinas y Sedujo proponen
plantaciones de árboles de alto rendimiento. Se ha calculado que plantaciones que
produzcan 10 m³ (metros cúbicos) de madera por hectárea anualmente podrían
suministrar toda la madera que demanda el comercio internacional utilizando
solamente el 5 % del área forestal actual. Los bosques naturales solo producen entre 1
y 2 m³ por hectárea, y por tanto se requeriría de 5 a 10 veces más terreno para satisfacer
la demanda. El ingeniero de montes Chad Olivier propone un mosaico de bosques de
alto rendimiento entremezclados con tierras preservadas.

Los bosques plantados se incrementaron en el mundo del 4,1 al 7,0 % de la superficie


forestal total entre 1990 y 2015 En 2015 sumaban 280 millones de hectáreas, un
incremento de alrededor de 40 millones de hectáreas desde 2010.

El 18 % de estos 280 millones son especies exóticas o introducidas, mientras que el resto
son nativas del país donde se han plantado.

En el este y sur de África, Sudamérica y Oceanía los bosques plantados son


principalmente de especies introducidas: 65, 88 y 75 % respectivamente. En
Norteamérica, Asia central y occidental, y Europa, las proporciones de especies
introducidas son muy inferiores: 1, 3 y 8 % del área total plantada respectivamente.
En Senegal, en la costa oeste de África, un movimiento encabezado por jóvenes ha
ayudado a plantar más de seis millones de árboles de manglar.

Estos árboles protegerán las aldeas de las tormentas y proporcionarán un hábitat a la


fauna y flora local. El proyecto empezó en 2008 y en 2010 ya se ha pedido al Gobierno
senegalés que proteja los nuevos manglares.

2. DESERTIFICACION

La desertificación1 es un proceso de degradación ecológica en el que el suelo fértil y


productivo pierde total o parcialmente el potencial de producción.

Las causas de la desertificación son la deforestación y destrucción de la cubierta vegetal,


la subsiguiente erosión de los suelos, la sobreexplotación de acuíferos, la sobre
irrigación y consecuente salinización de las tierras o la falta de agua.

Con frecuencia el ser humano favorece e incrementa este proceso como consecuencia
de actividades como el cultivo y el pastoreo excesivos o la deforestación.

El cambio climático también puede ser una causa de la desertificación mediante la


reducción o las alteraciones en los patrones de las precipitaciones, lo cual provoca un
mayor estrés hídrico y largos periodos de sequía en distintas zonas de África, Europa y
Asia.

Esta escasez de lluvias tendría también efecto directo en los cultivos de secano
provocando una reducción de producción de los mismos. Estos aumentos de
temperatura y la reducción de las cantidades de lluvia provocarán la desaparición de
gran parte del bosque de América Latina.

Según datos del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), el
35 % de la superficie de los continentes puede considerarse como áreas desérticas.
Dentro de estos territorios sobreviven millones de personas en condiciones de
persistente sequía y escasez de alimentos. Entre muchos otros factores, se considera
que la expansión de estos desiertos se debe a acciones humanas.

2.1. Evolución

La desertificación puede ser causa o efecto del proceso de arabización. Originalmente


esto pasa en las zonas que son fértiles, donde se practica la agricultura secuencial. El
aumento de la población obliga a una explotación intensiva del terreno hasta que se
produzca su agotamiento.

La segunda etapa comienza cuando el suelo deja de ser fértil y se encuentra despojada
de su cubierta vegetal, el agua y el viento lo erosionan más rápido hasta llegar a la roca.

En la mayor parte de las zonas de cultivo el suelo se erosiona mucho más deprisa de lo
que demora en formarse. Podrían necesitarse décadas o siglos para que el paisaje
volviera a cubrirse de verde. Este ecosistema puede acabar convirtiéndose en un
desierto.

2.2. NIVELES DE DESERTIFICACIÓN

• Desertificación moderada: la producción agrícola disminuye del 10 % al 25 %


• Desertificación severa: la producción agrícola disminuye del 25 % al 50 %
• Desertificación muy severa: la producción agrícola disminuye de más del 50 %,
se forman grandes dunas o montículos de terreno seco y árido

2.3. ZONAS CON DESERTIFICACIÓN


• Madagascar: es el país más erosionado del mundo. El 93 % del bosque tropical y
el 66 % de su selva lluviosa han sido talados.
• África: en países muy poblados y con pocos recursos, como los de la franja
subsahariana, se observa un incremento de las zonas desérticas. Naciones que
durante siglos habían sostenido sociedades prósperas, se encuentran ahora en
el límite de la subsistencia.
• España: es el país de la Unión Europea con un máximo índice de desertificación.
• Italia: la quinta parte de la superficie del país está en riesgo de desertificación.
• Argentina: la Patagonia argentina, región sur de su vasto territorio, se halla muy
afectada por este fenómeno en su parte central y en menor medida en su parte
costera, debido al sobrepastoreo, el aprovechamiento incorrecto de los recursos
hídricos y lacustres, y del espacio empleado para la agricultura, así como también
influye la explotación petrolera.
• Túnez: más de la mitad del país está cubierto por tierras desérticas, con el Sáhara
al sur, que avanzan hacia el norte.

Naciones Unidas

En 1977 se celebró en Nairobi, Kenia, la Conferencia de las Naciones Unidas sobre


Desertificación.

En 1994 la Organización de las Naciones Unidas proclamó el 17 de junio como el Día


Mundial de lucha contra la desertificación y la sequía.

En 1996 entró en vigor la Convención de las Naciones Unidas para la Lucha contra la
Desertificación constituyendo el primer y único marco legalmente vinculante a escala
internacional que ha sido creado para hacer frente al problema de la desertificación.

La Convención se fundamenta en los principios de participación, colaboración y


descentralización, y ha sido suscrito por 195 países.

Atenuación de este proceso


A lo largo de los años se han estudiado diversos métodos para recuperar terrenos
desertizados, muchas veces con éxito.

Un método que ha tenido mucha aceptación es la reforestación progresiva de las zonas


afectadas. Realizando un estudio dentro de cada caso, se van introduciendo especies de
plantas que soporten los niveles de sequía en la zona, aumentando los niveles de
humedad y progresivamente introduciendo nuevas especies ganando terreno sobre las
zonas afectadas.

Existe un caso práctico que se ha llevado a cabo en la década de 1930, con éxito en Villa
Gesell, una pequeña ciudad de la costa de Argentina.

En Israel, el científico León Bruni presentó el proyecto Gesten (lluvia en hebreo), con el
que pretende crear lluvia artificial. La lluvia artificial se basa en la denominada isla de
calor, definida como región de una determinada superficie con una temperatura
significativamente superior a la de sus alrededores, aproximadamente unos 6 °C por
encima de esta, en la cual se atrapa el vapor de agua contenido en la atmósfera hasta
una altura superior a 1 km, donde empieza a condensarse para, a continuación, provocar
precipitaciones.

Este método ha creado cierta expectativa en el mundo científico, y va a ser probado por
primera vez en Israel en el desierto del Néguev, a 150 km de la costa, una vez se disponga
del material necesario para evitar la contaminación, y sea lo suficientemente barato
para que su aplicación sea rentable.

El proceso de investigación se puede prolongar hasta cinco años y no tendrá


consecuencias negativas para el ambiente por lo que lograría resolver los problemas de
flora y fauna que los trasvases y la desalinización provocan. Otros países como España
siguen muy de cerca el desarrollo de este proyecto.

Los esfuerzos para aliviar la pobreza de las comunidades locales a través de grupos de
autoayuda, los gobiernos nacionales a través de los planes de desarrollo y la comunidad
internacional a través de asistencia para el desarrollo son a menudo inferiores a la
sequía y la desertificación.
La Convención de las Naciones Unidas de Lucha contra la Desertificación es una
herramienta, a disposición de locales, comunidades y organizaciones de la sociedad civil,
gobiernos locales y nacionales y subregionales y las instituciones regionales, para ayudar
a consolidar estas ganancias.

Mediante la utilización de los indicadores diseñados para supervisar y evaluar los


cambios ambientales actores y medios de vida a todos los niveles pueden potenciar a sí
mismos y tomar decisiones basadas en la evidencia.

Imágenes satelitales del lago Chad. Se puede ver que para el 2000 el lago ya se había
reducido un 95 % del tamaño que tenía en la década de 1960. El lago aparece en azul; la
zona verde es vegetación que ha crecido en tierras antes sumergidas.

También hay mucha más información:

• Agua
• Erosión
• Osificación
• Deforestación
• Sequía

AGUA
El agua (del latín aqua) es una sustancia cuya molécula está compuesta por dos átomos
de hidrógeno y uno de oxígeno (H2O) unidos por un enlace covalente. El término agua,
generalmente, se refiere a la sustancia en su estado líquido, aunque esta puede hallarse
en su forma sólida, llamada hielo, y en su forma gaseosa, denominada vapor.

Es una sustancia bastante común en la Tierra y el sistema solar, donde se encuentra


principalmente en forma de vapor o de hielo. Es indispensable para el origen y sustento
de la vida.

El agua cubre el 71 % de la superficie de la corteza terrestre. Se localiza principalmente


en los océanos, donde se concentra el 96,5 % del total.
A los glaciares y casquetes polares les corresponde el 1,74 %, mientras que los depósitos
subterráneos (acuíferos), los permafrost y los glaciares continentales concentran el 1,72
%. El restante 0,04 % es el agua dulce disponible en el planeta, de la cual depende la vida
en el mismo, que se reparte en orden decreciente entre lagos, humedad del suelo,
atmósfera, embalses, ríos y seres vivos. La vida en la tierra está directamente
relacionada al agua.

Las personas están compuestas de agua corporal que varía del 45 al 73%.

El agua circula constantemente en un ciclo de evaporación o transpiración


(evapotranspiración), precipitación y desplazamiento hacia el mar.

Los vientos la transportan en las nubes, como vapor de agua, desde el mar, y en sentido
inverso tanta agua como la que se vierte desde los ríos en los mares, en una cantidad
aproximada de 45 000 km³ al año.

En tierra firme, la evaporación y transpiración contribuyen con 74 000 km³ anuales, por
lo que las precipitaciones totales son de 119 000 km³ cada año.

Se estima que aproximadamente el 70 % del agua dulce se destina a la agricultura. El


agua en la industria absorbe una media del 20 % del consumo mundial, empleándose en
tareas de refrigeración, transporte y como disolvente en una gran variedad de procesos
industriales. El consumo doméstico absorbe el 10 % resta nte.

El acceso al agua potable se ha incrementado durante las últimas décadas en


prácticamente todos los países.

Sin embargo, estudios de la FAO estiman que uno de cada cinco países en vías de
desarrollo tendrá problemas de escasez de agua antes de 2030; en esos países es vital
un menor gasto de agua en la agricultura, modernizando los sistemas de riego.

EROSIÓN
La erosión es el desgaste o denudación de suelos y rocas que producen distintos
procesos en la superficie de la Tierra.
La erosión implica movimiento, transporte del material, en contraste con la alteración
y disgregación de las rocas, fenómeno conocido como meteorización y es uno de los
principales factores del ciclo geográfico.

Entre los agentes erosivos están la circulación de agua o hielo, el viento, o los cambios
térmicos. La erosión produce el relieve de los valles, gargantas, cañones, cavernas y
mesas, y puede ser incrementada por actividades humanas.

OSIFICACIÓN
En hidrología, osificación es el antónimo de desertificación por aridez edáfica.

Para favorecer el proceso de osificación el hombre debe aplicar una serie de métodos
que densifiquen y lignifiquen la cubierta vegetal, o lo que es lo mismo, reviertan el
proceso de degradación hídrica, edáfica y botánica que padece una ladera, mediante
una correcta preparación del suelo e introduciendo las especies vegetales adecuadas.

Estas metodologías son propias de la Ingeniería Forestal y de Montes, aunque no sean


exclusivas de estas titulaciones.

Para osificar hay que plantear sistemas de recolección de agua, es decir, hay que perfilar
micro embalses convenientemente dimensionados para acumular el agua de
escorrentía en los puntos de repoblación.

Estas pequeñas estructuras de tierra recogen e infiltran la escorrentía, mejorando las


condiciones de humedad del suelo y posibilitando el desarrollo de una vegetación
natural leñosa, invirtiéndose así el temido proceso de desertificación por aridez edáfica.

El término osificación fue propuesto en 1999 por Andrés Martínez de Azagra Paredes,
catedrático de Hidráulica e Hidrología Forestal de la Universidad de Valladolid. Este
término está muy relacionado con el concepto de recolección de agua y con el riego de
boqueras, pero tiene un marcado enfoque ecológico en vez de meramente agrícola.
En la osificación se contemplan las cosechas de suelo y de nutrientes como
fundamentales para el proceso restaurador de la ladera degradada. Además de cosechar
agua se recolectan nutrientes, semillas y suelo, por lo que al mismo tiempo se logra el
control de la erosión hídrica, tan frecuente en las zonas áridas y semiáridas. De hecho,
en muchos lugares del mundo, conservación de aguas y suelos pueden considerarse
sinónimos.

En este mismo sentido se expresan Ludwig et al. 1997, cuando describen que en las
laderas de climas semiáridos en Australia existen sumideros naturales (cada árbol, mata,
macolla o depresión del terreno) que se ven enriquecidos al capturar el agua, el suelo y
los nutrientes de las zonas adyacentes.

SEQUÍA
La sequía es una anomalía climatológica transitoria en la que la disponibilidad de agua
se sitúa por debajo de lo habitual de un área geográfica.

El agua no es suficiente para abastecer las necesidades de las plantas, los animales y los
humanos que viven en dicho lugar.

La causa principal de toda sequía es la falta de lluvias o precipitaciones, este fenómeno


se denomina sequía meteorológica y si perdura, deriva en una sequía hidrológica
caracterizada por la desigualdad entre la disponibilidad natural de agua y las demandas
naturales de agua.

En casos extremos se puede llegar a la aridez.

Si el fenómeno está ligado al nivel de demanda de agua existente en la zona para uso
humano e industrial hablamos de escasez de agua.

TIPOS DE SEQUÍA

Cuando persiste la sequía, las condiciones circundantes empeoran gradualmente y su


impacto en la población local se incrementa. Se tiende a definir la sequía en tres formas
principales:
1. La sequía meteorológica se produce cuando ocurre un período prolongado con
menos precipitación que la media. La sequía meteorológica suele preceder a las
otras formas de sequía.
2. La sequía agrícola es la que afecta a la producción de cultivos o la ecología del área
biogeográfica.

Esta condición también puede surgir independientemente de cualquier cambio en los


niveles de precipitación, cuando las condiciones del suelo y la erosión provocada por
actividades agrícolas mal planificadas causan un déficit en el agua disponible para los
cultivos. Sin embargo, por lo general una sequía agrícola tradicional es causada por un
período prolongado en la cual la precipitación cae debajo del promedio.

La sequía hidrológica se produce cuando las reservas de agua disponibles en fuentes


como acuíferos, ríos, lagos y presas caen por debajo de la media estadística. La sequía
hidrológica tiende a aparecer más lentamente porque se trata de agua almacenada que
se utiliza, pero no se repone. Aunque una sequía hidrológica suele ser provocada por
una precipitación deficiente, también pueden tener otras causas. Por ejemplo,
Kazajistán recientemente recibió fondos del Banco Mundial para restaurar el agua del
mar de Aral que se había desviado hacia otras naciones durante la época de la Unión
Soviética. Circunstancias similares también ponen al lago Baljash, su lago más grande,
en riesgo de secarse por completo.

Sin embargo, es necesario señalar que, en el caso del Mar de Aral, cuya única fuente de
alimentación es la que constituyen los ríos Amu Daria y Syr Daria la causa de su
desecamiento progresivo ha sido el uso tan intenso que se ha hecho de sus aguas para
el riego de la zona desértica de las cuencas de dichos ríos. De hecho, la gran cantidad de
poblaciones existentes en sus riberas, no se explicarían si no fuera por sus aguas.
ANEXOS
DEFORESTACIÓN
DESERTIFICACIÓN

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