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La Técnica Legislativa.

La Técnica Legislativa se dirige al cómo de las cosas. La Técnica Legislativa no


va de la teoría a la práctica, sino que nace de la práctica misma. La Técnica
Legislativa responde al "hetos" del conocimiento práctico. La teoría nos enseña
el saber, la técnica, el hacer.

Una buena técnica legislativa requiere una comprensión amplia del ámbito
institucional, información múltiple, procedimientos y fórmulas estandarizadas
que puedan aplicarse a la elaboración de las leyes.

(Castells, 1997) Afirma que clásicamente se distingue una Técnica Legislativa


Interna y una Técnica Legislativa Externa. Al ámbito de la Técnica Legislativa
Interna pertenecen todos los instrumentos que se utilizan para la elaboración de
la ley: su integración formal, su estructura interna y el desarrollo material de la
ley (estructura externa y redacción).

La Técnica Legislativa Externa da conocimiento del contexto en el cual se


legitima la ley: estructura, organización, funcionamiento del Poder Legislativo,
procedimientos legislativos desde la generación de la ley hasta su sanción; la
cobertura técnica, el rol del asesor legislativo y la capacitación legislativa.

La técnica legislativa sirve como método para confeccionar una iniciativa


legislativa, las fases de su composición, identificación del problema, su
diagnóstico y efectos posibles, los objetivos que se persiguen y su inserción al
orden constitucional. El tipo de metodología a implementar y su evaluación, para
después proceder a la formulación del proyecto legislativo.

En ese mismo sentido se visibilizan los elementos de una iniciativa legislativa,


es decir, la Cámara a la que se dirige, el nombre del autor, la exposición de
motivos, el título, el cuerpo normativo, la sanción, la vigencia, las remisiones; las
formas de modificación del derecho, reformas, adiciones y derogación; el
contenido del cuerpo normativo, su congruencia y su ámbito de validez; la

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supletoriedad de la ley; el tipo de interés que se atiende. Público, privado, social
o utilidad pública; la competencia jurisdiccional, las sanciones, los plazos; los
artículos transitorios y su relación con los conflictos en el tiempo, la aplicación
retroactiva de la ley, la reserva de ley y la diferencia entre ley y reglamento; los
órganos constitucionales con facultad legislativa y la participación de los
ciudadanos; una distinción sobre el acto legislativo, sus elementos y su
clasificación; del proceso legislativo, desde el debate en comisiones hasta la
deliberación y aprobación en el Pleno, para llegar a su publicación, así como
algunas formas para evitar el inmovilismo en el proceso legislativo, entre otras
cuestiones.

Mientras que la técnica legislativa como ya se dijo, se refiere al método que


permite dar origen a la creación o modificación de una ley, el diseño legislativo
es esa formación que previa al procedimiento legislativo, y que se realiza para
dar forma a las instituciones del estado.

La técnica legislativa, es un procedimiento, son pasos para seguir, el diseño es


el proceso de configuración mental preliminar, o prefiguración, que precede a la
búsqueda de soluciones para los marcos legales del estado, de y para sus
dependencias.

El procedimiento legislativo, en México, se puede definir como el conjunto de


actos, fases y etapas legislativas, concatenados cronológicamente, para la
formación de leyes, así como para reformar la Constitución y las leyes
secundarias. Este tiene como características ser constitucional, ya que su
procedimiento se expresa en los artículos 71 y 72 de la Constitución Política de
los Estados Unidos Mexicanos, es formal, ello en función de que su validez debe
respetar los procedimientos previstos en las normas constitucionales; y es
bicameral, ya que requiere de la participación de la Cámara de Diputados y de
la Cámara de Senadores, salvo en los casos que la normatividad refiere a las
facultades exclusivas de cada Cámara. (República, 2022)

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Así, los procedimientos más característicos que se siguen durante el trabajo
legislativo para elaborar y poner en vigor las normas son los siguientes:

1. Presentación de la iniciativa.

2. Turno de la iniciativa a la comisión del tema que le corresponda, para su


estudio y dictamen correspondiente.

3. Dictamen de comisión.

4. Presentación de la primera y segunda lectura del dictamen ante el Pleno.

5. Discusión en el Pleno.

6. Aprobación.

7. Sanción.

8. Promulgación y publicación.

9. Iniciación de la vigencia.

La Técnica Legislativa es, hoy en día una de las disciplinas mas novedosas y
que más interés despierta a los estudiosos del Derecho Parlamentario, por la
utilidad de que su aplicación representa para consolidar los principios de certeza
y seguridad de las leyes.

Ante la interrogación permanente de quién debe escribir, dictar, discutir votar y


sancionar la ley, los miembros de los poderes legislativo y ejecutivo buscan
respuestas claras y precisas que delimiten la intervención de personas
especializadas para llevar a cabo cada uno de los procesos, así como la
precisión en los tiempos en que debe cumplirse.

La precisión, claridad y eficacia que la sociedad demanda de las leyes se traduce


en la exigencia de utilizar mejores instrumentos para la configuración y
estructuración de los ordenamientos jurídicos, entre estos instrumentos se
encuentra la técnica legislativa.

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La técnica legislativa se ha conceptualizado como el arte de construir un
ordenamiento jurídico bien estructurado en sus principios e integrado por normas
correctamente formuladas, es decir un ordenamiento que haga efectivo el
principio de la seguridad jurídica.

A pesar de que desde hace más de 50 años en Austria y Alemania aparecieron


las primeras directrices en técnica legislativa y de que, en países como España,
Estados Unidos de América, Reino Unido, Italia y Suiza desde ya hace varias
décadas se han preocupado por mejorar la calidad y eficacia de sus
ordenamientos jurídicos, en México sigue siendo poco el interés que se ha
mostrado por estudiar esta materia, pero ¿para qué nos sirve la técnica
legislativa al momento de elaborar una norma?

En principio se podría presuponer que cualquier persona puede elaborar normas


porque pareciera evidente que la lengua y escritura es un conocimiento que
todos tenemos, por lo que se inferiría innecesaria la participación de expertos;
sin embargo, esta suposición ha traído como consecuencia un indiscriminado
aumento en la producción de normas; así como la improvisación en la
elaboración de documentos y la ausencia de atributos racionales de claridad,
sencillez, simplicidad, generalidad y abstracción.

Una de las principales razones del aumento de la producción legislativa es la


generación de normas con fines, “mediáticos” con el objetivo de hacer creer a la
población que se está atendiendo o solucionando un problema; no obstante, su
premura e improvisación evitan que se realice un verdadero análisis del impacto,
operatividad, eficacia y eficiencia de su implementación, lo cual redunda en
ordenamientos jurídicos, en muchos casos, innecesarios y dispersos.

Asimismo, nos enfrentamos con normas sumamente complejas debido a que se


desestima la importancia de crear una exposición de motivos y el redactor
incorpora la justificación dentro de la norma, lo cual trae como consecuencia

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documentos normativos sumamente extensos y confusos que dificultan no sólo
la comprensión sino su implementación.

Aunado a lo anterior, la inflación normativa se incrementa al no tener una política


de depuración, además del excesivo uso de la cláusula derogatoria tácita que
prevé la voluntad del legislador de derogar las disposiciones que contravenga el
nuevo ordenamiento, pero no se realiza un análisis puntual y exhaustivo de las
normas a las que se impacta y que deben ser suprimidas.

Por lo anterior, es innegable la necesidad de que expertos en técnica legislativa


participen en la construcción de los documentos normativos a fin de que se
pueda plasmar de manera eficiente y armoniosa la voluntad política del
legislador, siempre cuidando aspectos de fondo y forma que brindarán certeza
jurídica y facilitarán su eficiente aplicación y ejecución.

Es decir, la técnica legislativa nos permite crear instrumentos jurídicos de calidad


que puedan cumplir el objetivo principal, que es dar solución a problemas
sociales, culturales, políticos o económicos mediante normas generales,
abstractas, claras, breves y sencillas cuyos elementos sean coherentes interna
y externamente, a fin de que facilite tanto su aplicación como su interpretación.

El derecho parlamentario se nos presenta como un mundo desconocido. Las


normas y formas en que se desarrolla la relación operativa entre Ejecutivo y
Legislativo no son objeto del curso de derecho constitucional orgánico, o solo lo
son a un nivel muy general. Como ocurre muchas veces, se instituye como un
saber práctico de asesores legislativos y funcionarios del Congreso.

Los gobiernos impulsan sus acciones en dos campos: las políticas públicas y las
agendas legislativas. Ambos reflejan la ejecución de un programa de Gobierno,
las prioridades de este y la impronta o sello del presidente o presidenta. Las
políticas públicas son las acciones que ejecuta para la solución de los problemas
públicos, limitadas por la duración del mandato y el presupuesto. En el caso de

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la agenda legislativa nos referimos a los proyectos de ley que el Ejecutivo
impulsar.

El Profesional Técnico Legisaltivo.

La obligación del técnico legislativo es determinar conceptos amplios, pero con


la indicación de a quién le corresponde concretar el contenido. Si no se quiere
dejarlo abierto, se debe ser lo suficientemente capaz para que a un concepto
que tenga diferentes sentidos, se les dé un sentido la norma.

La labor del técnico legislativo no es tan exhaustiva, no es querer comprender


todo, porque se tienen otros operadores y aplicadores del derecho, el Ejecutivo,
vía administrativa, y el Judicial vía jurisdiccional. Además posee el ejecutivo otras
potestades de desarrollo, como es la propiamente reglamentaria.

El técnico legislativo debe atender en su diseño a las fuentes del Derecho, o a


las fuentes de producción normativa, a las reglas de aplicación del Derecho y
finalmente, a las reglas sobre la eficacia de este.

El técnico legislativo debe atender en su diseño a las fuentes del Derecho, o a


las fuentes de producción normativa, a las reglas de aplicación del Derecho y
finalmente, a las reglas sobre la eficacia de este.

Respecto al principio de Integración de las Normas debido a la Autonomía el


técnico legislativo debe atender en la integración de la norma, esto es, en el
diseño, la construcción, la restauración de la norma; a la pluralidad de normas
existentes, tanto de carácter nacional, como extranjero (en éste, internacionales
o supranacionales).

Debe atender a las normas existentes en su orden jurídico (nacionales y


extranjeras y, dentro de éstas, nacionales y supranacionales), eso hace a la
autonomía.

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El técnico legislativo debe atender a si la ley va a atribuir una potestad
discrecional, y si es así, su ejecución debe precisarse expresa y claramente.

El Técnico Legislativo debe de atender, si a la ley se le va a atribuir una potestad


discrecional y si es así su ejecución debe precisarse expresa y claramente.
Atiende también a sí la ley establece o va a establecer excepciones y si es así
debe determinarlas clara y expresamente, evitando las excepciones a las
excepciones. No se debe de infringir el principio de igualdad.

Legalidad ya lo vimos, después seguiría jerarquía de esos tres principios, y luego


las reglas sobre la eficacia, aplicación e interpretación de las normas.

Respecto a este principio, el técnico legislativo debe atender a la coherencia y a


la autonomía de los entes con potestad normativa, con la finalidad de que en la
creación o restauración de una norma jurídica no se incurra en contradicciones,
repeticiones o lagunas innecesarias.

El técnico legislativo se debe ocupar de establecer las directrices necesarias


para lograr que las normas sean viables y presumiblemente eficaces; esto es,
que verdaderamente se cumplan.

La viabilidad es la propiedad de las normas. Cuando los técnicos las hacemos


bien, es la propiedad de las normas de no estar afectadas por un vicio de origen
o sobrevenido. Se acuerdan de la invalidez sobrevenida, por un vicio que
sobrevenga y que resulte de la imposibilidad real de su aplicación, no sólo en lo
jurídico, sino en lo económico y en lo social.

Reflexiones finales.

Una técnica legislativa, bien aplicada, tiene impacto en el texto normativo, pues
contribuye a transmitir con claridad y contundencia la voluntad legislativa
reflejada en el texto. La técnica legislativa debe procurar, al máximo, la
coherencia de esa norma, como he adelantado, con el resto del ordenamiento
jurídico. Debe ser capaz de determinar inequívocamente cuál será en impacto

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de la norma entendida por sí sola; debe precisar el impacto de cada precepto
jurídico respecto del resto de la ley en que se halla incluido y debe ser capaz
también de anticipar, lo que es más importante aún, el impacto de dicho precepto
al momento de ser insertado en el ordenamiento jurídico.

La importancia de la técnica legislativa es incuestionable. Una técnica legislativa


bien aplicada evitará los problemas derivados de la coexistencia de normas por
la prevalencia de las cláusulas derogatorias expresas indeterminadas y, de
manera especial, las cláusulas derogatorias expresas de normas extrañas a la
normativa de una ley determinada, que es muy frecuente en nuestro país.

La técnica legislativa proporciona reglas y directrices relativas a la división


interna de la ley, específicamente los títulos, capítulos, secciones y artículos, y
su numeración, composición y extensión; así como las relativas a la ordenación
sistemática de la parte dispositiva o normativa de la ley, particularmente, las
referentes a la ubicación y estructuración de las disposiciones finales, incluidas
las derogatorias en todas sus modalidades y efectos, sean estos retroactivos,
inmediatos o ultractivos.

Demostrada la importancia de la técnica legislativa en el proceso de formación


de la ley y demostradas también las consecuencias directas de su ausencia,
resulta imperativo la adopción formal de un manual o de un conjunto de reglas
de técnica legislativa, de preferencia legitimadas por la voluntad de los niveles
políticos y directivos del Órgano Legislativo, de modo que estén revestidas de
un carácter innegablemente vinculante que le asegure mayor efectividad y que
se refleje en la estructura formal y lógica de la normativa.

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Referencias
República, S. d. (1 de septiembre de 2022). Senado de la República. Obtenido de
https://www.senado.gob.mx/64/sobre_el_senado/proceso_legislativo

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