2014 Discurso Acto Fin de Año

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Nuestro compromiso

Discurso Acto de Fin de año y egresados de Santa María


Viernes 28 de Noviembre de 2014
Prof. Andrea Greco de Álvarez

Sarmiento en la década de 1840, reniega de las raíces históricas de la nación


proclamando su conocida fórmula Civilización o Barbarie. De la misma manera que Bacon
había renegado de los pensadores antiguos, llamándolos “corruptores de las almas”,
“falsarios”, así había dicho de Aristóteles que era un “pésimo sofista” y de Platón que era
un “teólogo demente” y un “mal bufón”. De esas bases ideológicas se sirve Inglaterra para
denigrar lo hispánico, hacer tabla rasa con nuestro pasado e imponer su dominio colonial.

Es posible, por tanto, ocultar la historia.

***

Corría el año 1828. Lavalle se ha sublevado y ordena el fusilamiento del gobernador


Dorrego. A los pocos días recibe cartas en las que los unitarios lo aconsejan. Del Carril le
dice: “es necesario envolver la impostura con los pasaportes de la verdad, se embrolla, y si
es necesario mentir a la posteridad, se miente y se engaña a los vivos y a los muertos”.
Sus herederos ideológicos escribieron la historia siguiendo estos principios políticos.

Es posible, por tanto, mentir con la historia.

***

El Papa León XIII nos habla de una falsa historia que tiene el “pésimo propósito de
engañar conscientemente y hacer de la historia un veneno homicida”.

Nos dice que una historia así “no será ya maestra de la vida ni luz de la verdad,
(…) sino, todo lo contrario: una aduladora de los vicios y promotora de las corrupciones”.

Nos dice que estamos ante “grande y actual peligro”, que por este camino sucederá
que las ciencias históricas “se transformen en una fuente de grandes males, públicos y
privados”.

Nos habla León XIII de endeble narración, de temeridad en las afirmaciones,


ligereza de los prejuicios, mentiras e invenciones, tesis arbitrarias, de gran violencia y
astucia, sospecha y envidia, memoria de los tiempos pasados pintada con falsos colores, de
persecución, ataques de los enemigos, invenciones cien veces refutadas y cien veces
repetidas, crudelísima red de maledicencias y falsas acusaciones, maquinaciones, conjura
de los hombres contra la verdad, injurias y graves palabras, falsedad, malicia y desprecio
por cuánto hay de más sagrado. Todas estas expresiones muy fuertes que nos exponen la
gravedad y la seriedad con la que León XIII está considerando el problema.
Todo esto, subraya la importancia de contrarrestar, como dice el Papa, ese peligro.
Y éste debe ser nuestro compromiso.
Hemos procurado a lo largo de estos 4 años formarlos en la Verdad histórica,
conscientes de que la Verdad es la que nos hace libres. Están ustedes en condiciones de
poner en práctica lo que han aprendido, de seguir buscando y conociendo la historia
verdadera.
Saben ustedes el valor que tienen el Santo y el Héroe, cuya contemplación nos
eleva, nos enseña a ser mejores.
Saben ustedes que el problema de la educación tiene un camino de solución, ese
camino tiene dos líneas que lo enmarcan: de un lado la formación de la inteligencia, del
otro la contemplación de la conducta ejemplar del héroe. Eso es lo que nos enseñó con su
palabra y su vida: Jordán Bruno Genta. Por eso hablaba de la pedagogía del Arquetipo, para
la cual los modelos de educación son el Santo y el Héroe. Nosotros, como profesores de
historia tenemos la posibilidad de educar a nuestros alumnos con esta pedagogía.

Saben ustedes, con San Agustín, que hay dos historias o dos ciudades en la historia;
la historia que quieren llevar a cabo los hombres en función de su orgullo, del imperialismo
y de su sed de dominio y esa es la historia, como escribía Danielou, de las guerras, de las
persecuciones, de las cautividades. Pero junto a esta, está la historia que lleva a cabo Dios,
a través de la cual se edifica el Reino de Dios y va conduciendo a los hombres por sus
caminos. Y en esta historia es donde resplandecen las figuras egregias del Santo y del
Héroe.

Saben ustedes, como enseñara Santo Tomás de Aquino en aquella lección inaugural
de 1256 conocida como Rigans Montes, que Dios quiere repartir sus dones a los hombres
por medio de creaturas intermedias. “Tú das de beber a las montañas desde tus altas
moradas; del fruto de tus obras se sacia la tierra” canta el Salmo 103. Así desciende la
sabiduría de Dios, como la lluvia que, de las alturas de las nubes, cae sobre las montañas;
de las montañas bajan fuentes y ríos con los que la tierra se sacia y es fecundada.

De manera semejante, desde la altura divina, dice el aquinate: “son regadas las
mentes de los doctos, que se comparan con las montañas, por cuyo ministerio es
derramada la luz de la sabiduría divina hacia la mente de los oyentes”. Y Santo Tomás
nos dice, además, que debemos considerar cuatro aspectos: la elevación de la doctrina, la
dignidad de los que la enseñan, la condición de los oyentes y el modo de proponerla. Esta
ha de ser nuestra reflexión constante a lo largo de toda nuestra vida docente.

Probablemente no seremos montañas, pero nutriéndonos de ellas, o sea de los


verdaderos maestros, podemos ser los ríos que llevan el agua hacia el valle.
La doctrina que enseñemos debe estar siempre anclada en la Verdad, en el Bien y en
la Belleza. Nuestra vida como profesores ha de ser la vida de un apóstol, de un testigo de la
Verdad. Debemos promover la virtud en nuestros alumnos porque sólo eso los hará aptos
para recibir la Verdad, como es la tierra sedienta la que absorbe el agua. Por último, hemos
de esmerarnos en llegar del mejor modo posible a esas almas que el Señor nos encomienda.

Hoy estamos reunidos aquí los profesores, los que están en camino de formación y
los que está llegando o han concluido este camino. A todos nos une el mismo anhelo. A los
que se van, no les hemos dado un diploma sino un acta de compromiso porque esto no es
un sitio de expendio de certificados sino una escuela de formación.

No llegan al fin del camino sino al comienzo de su vocación, como cuando los
novios al llegar al altar no terminan algo sino que apenas lo empiezan al fundar una familia.
Como el sacerdote al alcanzar su ordenación no llega al fin de su senda sino comienza su
ministerio.

De igual modo, ustedes inician hoy su camino y su compromiso con esta vocación.

Hoy son revestidos como un caballero medieval con el peto del conocimiento
adquirido, con el espaldar de los ejemplos señeros, con el yelmo de la Verdad Suprema, con
la lanza para derrotar tanta falsía y tanto engaño.

Provistos con estas armas, montad, pues, y lanzaros por los caminos de esta Patria
bendita a conquistar almas para el camino de la verdad, “cuya madre es la historia, -como
decía Cervantes- émula del tiempo, depósito de las acciones, testigo de lo pasado, ejemplo
y aviso de lo presente, advertencia de lo por venir”.

¡Ánimo y adelante! ¡Viva la Patria!

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