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23 31 000 2011 00436 01 (58457) - 1
23 31 000 2011 00436 01 (58457) - 1
SECCIÓN TERCERA
SUBSECCIÓN C
Radicación número:50001-23-31-000-2011-00436-01(58457)
II. ANTECEDENTES
1. Demanda
1
Fl. 780 a 819, C. 1.
Indica que por ello, agentes del Ejército Nacional capturaron a Wilson y Lirio
Antonio Medina Amado, dado que se encontraban presentes en el lugar de los
hechos.
Aduce que el 25 de mayo de 2007, la Fiscalía 5ª Delegada ante el Juez Penal del
Circuito Especializado de Villavicencio ordenó la ruptura de la unidad procesal,
toda vez que Wilson Medina Amado aceptó acogerse a sentencia anticipada frente
al cargo de tráfico, fabricación o porte de estupefacientes.
Manifiesta que el 27 de junio de 2007, la Fiscalía Quinta Delegada ante los Jueces
Penales del Circuito Especializado de Villavicencio acusó a Wilson Medina Amado
por el delito de conservación o financiación de plantaciones, y a Lirio Antonio
Medina Amado por los delitos de conservación o financiación de plantaciones y
tráfico, fabricación o porte de estupefacientes.
Afirma que mediante sentencia del 19 de agosto de 2008, el Juzgado 4 Penal del
Circuito Especializado de Villavicencio absolvió a Wilson y a Lirio Antonio Medina
Amado en aplicación del principio in dubio pro reo.
Textualmente señalan en la demanda: “[...] Declare que [...], son responsables [...]
de todos los daños y perjuicios [...] ocasionados […], por la detención injusta y
arbitraria a [la] que fueron sometidos los ciudadanos Wilson Medina Amado y Lirio
Antonio Medina Amado [...]. Las decisiones absolutorias […], tienen origen en que
[…] la operación denominada Norton, dejó muchas dudas, […] podemos arribar a
la conclusión de que la detención fue arbitraria e injusta [...]”.
2. Contestaciones
2.1. La Fiscalía General de la Nación3 argumentó que su actuar estuvo acorde con
lo dispuesto en el principio de progresividad y que impuso medida de
aseguramiento en contra de Wilson y Lirio Antonio Medina Amado porque existían
indicios graves de responsabilidad penal que daban cuenta de su presunta
participación en los delitos endilgados. Además, manifestó que: i) los perjuicios
morales solicitados en la demanda se encontraban sobreestimados, de
conformidad con lo establecido en la jurisprudencia del Consejo de Estado y ii)
que los perjuicios materiales pretendidos por lo actores no estaban acreditados.
2
Fl. 282 a 283, C. 1.
3
Fl. 68 a 73, C. 1.
4
Fl. 89 a 94, C. 1.
5
Fl. 138, C. 1.
4. Sentencia de primera instancia
6
Fl. 140 a 160, C. 2.
Rubiela Medina Amado y Blanca Nelly Medina Amado; y por lucro cesante, la
suma de $805.438 “multiplicados por los 24 meses y 16 días durante los cuales
estuvieron privados de la libertad”, a Wilson Antonio Medina Amado y Lirio Antonio
Medina Amado. Además, por la afectación de bienes o derechos convencional y
constitucionalmente amparados, ordenó a la Fiscalía General de la Nación
“presentar excusas por escrito a Wilson Antonio Medina Amado, Lirio Antonio
Medina Amado y a su núcleo familiar por la privación injusta a la que fueron
sometidos”.
5. Recurso de apelación
III. CONSIDERACIONES
1. Competencia
2. Acción procedente
11
Fl. 199, C. 2.
12
Fl. 219 a 221, C. 2.
13
Fl. 200 a 205, C. 2.
La acción de reparación directa es el medio de control idóneo para perseguir la
declaratoria de responsabilidad patrimonial del Estado cuando el daño invocado
proviene de un hecho, omisión, operación administrativa o cualquier otra actuación
estatal distinta a un contrato estatal o un acto administrativo, según lo dispone el
artículo 8614 del Código Contencioso Administrativo.
3. Vigencia de la acción
ejercicio del derecho de acción, y si bien limita o condiciona el acceso a la justicia, es una
restricción necesaria para la estabilidad del derecho, lo que impone al interesado el empleo
oportuno de las acciones, so pena de que las situaciones adquieran la firmeza necesaria a la
seguridad jurídica, para solidificar el concepto de derechos adquiridos.”
17
Consejo de Estado, Sentencia del 30 de enero de 2013: “Para garantizar la seguridad jurídica de
los sujetos procesales, el legislador instituyó la figura de la caducidad como una sanción en los
eventos en que determinadas acciones judiciales no se ejercen en un término específico. Las
partes tienen la carga procesal de impulsar el litigio dentro del plazo fijado por la ley y de no
hacerlo en tiempo, perderán la posibilidad de accionar ante la jurisdicción para hacer efectivo su
derecho. Es así como el fenómeno procesal de la caducidad opera ipso iure o de pleno derecho, es
decir que no admite renuncia, y el juez debe declararla de oficio cuando verifique la conducta
inactiva del sujeto procesal llamado a interponer determinada acción judicial”.
18
Corte Constitucional. Sentencia C-574 de 1998: “… [s]i el actor deja transcurrir los plazos fijados
por la ley en forma objetiva, sin presentar la demanda, el mencionado derecho fenece
inexorablemente, sin que pueda alegarse excusa alguna para revivirlos. Dichos plazos constituyen
entonces, una garantía para la seguridad jurídica y el interés general. Y es que la caducidad
representa el límite dentro del cual el ciudadano debe reclamar del Estado determinado derecho,
por ende, la actitud negligente de quien estuvo legitimado en la causa no puede ser objeto de
protección, pues es un hecho cierto que quien, dentro de las oportunidades procesales fijadas por
la ley ejerce sus derechos, no se verá expuesto a perderlos por la ocurrencia del fenómeno
indicado”.
administrativa o de ocurrida la ocupación temporal o permanente del inmueble de
propiedad ajena por causa de trabajo público o por cualquiera otra causa.
4. Legitimación en la causa
19
Consejo de Estado, Sección Tercera. Sentencia del 14 de febrero de 2002, Rad.: 13.622;
Sentencia del 19 de julio de 2017, Rad.: 49.898; Sentencia del 23 de octubre de 2017, Rad.:
48.130; Sentencia del 10 de noviembre de 2017, Rad.: 49.206; Sentencia del 23 de noviembre de
2017, Rad.: 54.716.
20
Fl. 628 a 640, C. 6.
21
Fl. 586, C. 5.
22
Fl. 10, C. 1.
23
Fl. 10, C. 1.
24
Fl. 780 a 819, C. 1.
4.1. Lirio Antonio Medina Amado (víctima), Wilson Medina Amado (víctima), María
del Rosario Amado Amado (madre), Rubiela Medina Amado (hermana) y Blanca
Nelly Medina Amado (hermana), están legitimados en la causa por activa, ya que
los primeros dos fueron los sujetos pasivos del proceso penal que se tramitó con
el número de radicado 163.955 y los demás hacen parte de su núcleo familiar,
según dan cuenta copias auténticas de sus registros civiles de nacimiento25.
5. Problemas jurídicos
25
Fl. 6, 7, 8, 9, C. 1.
26
Cfr. Consejo de Estado, Sección Tercera, Subsección C. Auto del 25 de septiembre de 2013,
Rad.: 20420.
6.1. Consideraciones generales sobre la responsabilidad del Estado
La imputación no es otra cosa que la atribución fáctica y jurídica que del daño
antijurídico se hace al Estado, de acuerdo con los criterios que se elaboren para
ello, como por ejemplo la falla del servicio, el desequilibrio de las cargas públicas,
la concreción de un riesgo excepcional, o cualquiera otro que permita hacer la
atribución en el caso concreto32.
27
“Artículo 90. El Estado responderá patrimonialmente por los daños antijurídicos que le sean
imputables, causados por la acción o la omisión de las autoridades públicas. En el evento de ser
condenado el Estado a la reparación patrimonial de uno de tales daños, que haya sido
consecuencia de la conducta dolosa o gravemente culposa de un agente suyo, aquél deberá
repetir contra éste”.
28
Consejo de Estado, Sección Tercera. Sentencia del 2 de marzo de 2000. Rad.: 11945
29
Cfr. De Cupis. Adriano. Teoría General de la Responsabilidad. Traducido por Ángel Martínez
Sarrión. 2ª ed. Barcelona: Bosch Casa Editorial S.A.1975. Pág.90.
30
Consejo de Estado, Sección Tercera. Sentencia del 11 de noviembre de 1999, Rad.: 11499;
Sentencia del 27 de enero de 2000, Rad.: 10867.
31
Cosso. Benedetta. Responsabilitá della Pubblica Amministrazione, en obra colectiva
Responsabilitá Civile, a cargo de Pasquale Fava. Pág. 2407, Giuffrè Editore, 2009, Milán, Italia.
32
Consejo de Estado, Sala de lo Contencioso Administrativo, Sección Tercera, subsección C,
sentencia de 18 de mayo de 2017, rad.: 36.386.
6.2. Régimen de responsabilidad del Estado por privación injusta de la
libertad
En cuanto a esta última, esto es, la responsabilidad por los daños antijurídicos
derivados de la privación injusta de la libertad de las personas, el artículo 68 de la
Ley 270 de 1996 consagró que:
“Articulo 68. Privación injusta de la libertad. Quien haya sido privado injustamente
de la libertad podrá demandar al Estado reparación de perjuicios”.
33
Cfr. Artículo 65. Ley 270 de 1996.
34
Corte Constitucional. Sentencia SU-072 de 2018.
Bajo la óptica de la cláusula general de responsabilidad contenida en la
Constitución, no existe fundamento para favorecer un régimen de tinte
marcadamente objetivo como el previsto en la sentencia de unificación del 17 de
octubre de 2013 (Rad.23354), con la cual fundamentalmente se buscaba proteger
el derecho ambulatorio de las personas y restablecer el desvalor patrimonial
sufrido por quien fue objeto de la medida de restricción de la libertad cuando el
sindicado recobraba el pleno goce de su derecho al resultar sobreseído o absuelto
por alguno de los supuestos desarrollados por la jurisprudencia, para los cuales se
reservaba la asignación objetiva de responsabilidad al Estado cuando: i) el
detenido no cometió el delito, ii) el hecho no existió, iii) la conducta por la cual fue
detenido no es típica o, iv) por aplicación del principio in dubio pro reo; eventos en
cuya ocurrencia la antijuridicidad del daño se consideraba de antemano presente y
por tanto el análisis de la responsabilidad se simplificaba y con ello el de los
elementos estructurales de la responsabilidad, debiendo probarse, únicamente la
ocurrencia del daño mismo, es decir, de la privación material de la libertad,
dejando de lado verificar si con la medida se contradecía el ordenamiento jurídico
o si esta se produjo al margen del derecho, régimen bajo el cual la única manera
para el Estado de librarse de una condena era lograr probar alguna causal de
justificación y, en particular, la culpa o hecho de la propia víctima, con lo cual se
rompe la imputación de la responsabilidad y se desestima el deber de responder
para la Administración. Es en ese aspecto que se ha encontrado necesario
reconducir esta fuente de responsabilidad buscando mayor cercanía y armonía
con la teleología del artículo 90 Constitucional y por ello el análisis debe partir, no
solo de la verificación de la existencia del daño bajo su condición de elemento
estructural, sino también de su antijuridicidad como condición sine qua non de la
lesión indemnizable, que de suyo implica consultar el apego al ordenamiento
jurídico de la orden de detención o privación, así como de la conducta de quien
padece el daño en carne propia, para luego acreditar, si ello llega a hacerse
necesario, los demás elementos de la responsabilidad y el título de atribución que
se pretende utilizar, sin que de antemano, en tal juicio, deba privilegiarse alguno
de ellos en particular, que lo escogerá el juez en cada caso dependiendo de las
particularidades del proceso en concreto.
35
Ibídem.
36
Sobre el artículo 68 de la Ley 270 de 1996, la sentencia C-037 de 1996, indica: “Este artículo, en
principio, no merece objeción alguna, pues su fundamento constitucional se encuentra en los
artículos 6º, 28, 29 y 90 de la Carta. Con todo, conviene aclarar que el término “injustamente” se
refiere a una actuación abiertamente desproporcionada y violatoria de los procedimientos legales,
de forma tal que se torne evidente que la privación de la libertad no ha sido ni apropiada, ni
razonada ni conforme a derecho, sino abiertamente arbitraria. Si ello no fuese así, entonces se
estaría permitiendo que en todos los casos en que una persona fuese privada de su libertad y
considerase en forma subjetiva, aún de mala fe, que su detención es injusta, procedería en forma
automática la reparación de los perjuicios, con grave lesión para el patrimonio del Estado, que es el
común de todos los asociados. Por el contrario, la aplicabilidad de la norma que se examina y la
consecuente declaración de la responsabilidad estatal a propósito de la administración de justicia,
debe contemplarse dentro de los parámetros fijados y teniendo siempre en consideración el
análisis razonable y proporcionado de las circunstancias en que se ha producido la detención.”
con el daño especial, en eventos en los cuales el sindicado sufre injustificada e
inmerecidamente los rigores de la medida adoptada en debida forma por el órgano
competente, pero, en tales casos, ello resulta de aplicación residual frente a la
falla del servicio y puede presentarse en situaciones en las cuales el mismo reo no
dio pie a la adopción de la medida dictada en su contra, donde la actuación del
Estado se ajustó al ordenamiento jurídico, pero se causó un desequilibrio de las
cargas públicas respecto del administrado, como cuando logra establecerse que el
hecho que pretendía imputarse al detenido no existió o la conducta era
objetivamente atípica, eventos en donde el daño antijurídico resulta acreditado sin
mayor arrojo. Otra circunstancia sucede cuando en la sentencia penal se logra
establecer que el sindicado no cometió la conducta o que fue absuelto en
aplicación del principio in dubio pro reo, por cuanto, en estos casos, el juez penal
debe concluir su veredicto luego de un riguroso análisis probatorio que permita
calificar la conducta y verificar la participación del individuo en el ilícito al cual se lo
vincula de cara a las pruebas que se recauden y valoren en el proceso penal
respectivo, de cuya valoración se desprende la suerte procesal penal del
investigado, lo que implica el deber de auscultar tales circunstancias bajo la óptica
del régimen subjetivo de falla del servicio37.
Bajo esta óptica, la Sala establecerá cuáles son los hechos probados, para
posteriormente analizar si los elementos que estructuran la responsabilidad del
Estado se encuentran acreditados.
38
“Artículo 357. Competencia del Superior. La apelación se entiende interpuesta en lo
desfavorable al apelante, y por lo tanto el superior no podrá enmendar la providencia en la parte
que no fue objeto del recurso, salvo que en razón de la reforma fuere indispensable hacer
modificaciones sobre puntos íntimamente relacionados con aquélla. Sin embargo, cuando ambas
partes hayan apelado o la que no apeló hubiere adherido al recurso, el superior resolverá sin
limitaciones […] Cuando se hubiere apelado de una sentencia inhibitoria y la revocare el superior,
éste deberá proferir decisión de mérito aun cuando fuere desfavorable al apelante.”
39
Fl. 12 a 13, C. 3.
40
Fl. 19 a 20, C. 3.
41
Fl. 22 a 23, C. 3.
Prensa manual
Reloj de pesar hasta 200K
40 galones de ACPM aproximadamente
6 galones de amoníaco aproximadamente
4417 gramos de base de coca aproximadamente dentro de un recipiente plástico y
dentro de este 5 bolsas plásticas que contienen base de coca
03 grameros
01 guadaña
03 tarros de gramoxone (03 galones)
03 tarros de tamaron
01 motor fuera de borda Yamaha 40
41 cabezas de ganado [...]”
“[...] apodado 'Chamizo' [...]. Pues la verdad, […] eso no es de nosotros, eso era de
42
Fl. 33, C. 3.
43
Fl. 133 a 140, C. 4.
44
Fl. 34 a 37, C. 3.
un hermano que ya murió, se llamaba Luis Alberto Medina Amado, el murió el 19
de marzo de 2006, fue muerto por el Ejército [...], me hice cargo de la finquita que
él tenía, empecé a trabajar con el asunto del ganado, y en eso era que
trabajábamos En la ganadería y en los cultivos para la comida [...]. Nosotros
desconocíamos que eso estaba ahí y siguieron registrando la casa [...].
Preguntado: Sabía usted que tener cultivos de coca constituye una infracción al
ordenamiento sustantivo. Contestó: Pues la verdad, es que nosotros ya no nos
dedicamos a eso, ya estábamos trabajando en la ganadería. Preguntado: Qué
extensión tiene el cultivo presente en el predio. Contestó: Pues la verdad, es que
la mayoría estaba casi en el suelo, hecho un rastrojo, después de la muerte de mi
hermano nosotros no le pusimos caso a eso. Preguntado: [...] qué distancia hay
entre el inmueble donde estaban ustedes y el sitio donde fue hallado el alcaloide.
Contestó: En el momento el Teniente nos dijo que estuviéramos presente en la
requisa, el alcaloide estaba debajo de la cama, nosotros no dormíamos ahí, mi
hermano también dormía donde nosotros dormíamos, el alcaloide estaba en la
misma casa donde estábamos nosotros [...]. Preguntado: Desde el mes de mayo
cuando se fue a vivir a la casa donde residía su hermano, no sintió en ningún
momento un olor penetrante. Contestó: Pues la verdad no, por cuanto yo no
dormía en esa pieza [...]”
“[...] a mí y a mis hermanos nos dicen 'Los Chamizos' [...]. La verdad conocimiento
así de la finca yo no tengo así mayor cosa, aproximadamente lo que hay, las
hectáreas aproximadamente pueden estar habiendo por ahí unas veinte a treinta,
[...] si hay cultivos y ya están enrastrojados, de coca ahí desde cuándo se metió la
fuerza pública no se volvió a trabajar [...]. Preguntado: Manifiesta el Ejército en su
informe que en la finca Las Guanábanas fue encontrado un laboratorio para el
procesamiento de base de coca [...]. Contestó: Ahí había un ranchito donde se
trabajaba en el tiempo que se trabajaba con eso, pero ahí no había dormitorio,
había un ranchito de mala muerte [...]. Preguntado: Cuántas hectáreas
aproximadamente tiene el cultivo de coca existente en la finca. Contestó:
Aproximadamente sólo rastrojo es lo que hay ahí, pero hay como una hectárea
más o menos [...]. Preguntado: Usted tenía conocimiento de la existencia de ese
laboratorio en la finca de su hermano. Contestó: Pues la comunicación con mi
hermano más bien era poca, pues lo que es allá toda la gente trabajaba con eso lo
que era la gente del campo [...]. Preguntado: Reconoce usted el elemento que se
le pone de presente. Contestó: Eso fue lo que encontraron allá [...] Preguntado:
sabe cuál es el contenido. Contestó: […] mercancía es. Preguntado: A qué se
refiere con mercancía. Contestó: Coca [...]. Preguntado: Desea agregar, corregir o
enmendar algo […]. Contestó: Sí, pues lo que había cuando yo llegué ahí a partir
de agosto había una planta, había una motobomba, una guadaña, estaba el motor
un estacionario y una picadora, había pasto, plantas, yuca, caña y plátano, y había
plantas de coca [...]”
45
Fl. 38 a 40, C. 3.
según da cuenta copia auténtica del oficio No. 067546. En el informe se expuso lo
siguiente:
140 Galones de insumos líquidos pendientes por establecer, los cuales encuentran
en 07 garrafones de 20 Galones cada una.
002 Plantas eléctricas.
01 Motosierra STHIL
01 Motobomba
01 paquete de condones para almacenar base de coca
01 compresor para atornillar”
46
Fl. 42, C. 3.
47
Fl. 57, C. 3.
48
Fl. 52 a 53, C. 3.
positiva para alcaloide [...], positivo para cocaína y sus derivados. Paquete número
cinco: Bolsa plástica, al destaparse se haya una sustancia rocosa pulvurenta, color
habano claro [...], positiva para alcaloide [...], positivo para cocaína y sus
derivados. Peso bruto total fue de dos mil setecientos setenta gramos (2.770),
peso neto dos mil cuatrocientos treinta gramos (2.430), envolturas trescientos
cuarenta (340) gramos […]”
Por su parte los encartados Wilson y Lirio Antonio Medina Amado nos
informan de la existencia del cultivo ilícito, del que dicen estaba abandonado y
lleno de rastrojo, llegando el último de los mencionados a indicar que tenía una
extensión aproximada de una hectárea [...]. Afirmaciones que solo entran en un
ánimo defensa, pero, que de modo alguno pueden ser aceptadas como
exculpatoria de la ilicitud estudiada, teniendo en cuenta que desde la fecha que se
predica de la muerte del titular del cultivo ilícito […] transcurrió el término de ocho
(8) meses, el [...] cual a todas luces se constituye en más que suficiente para
haber acabado tal cultivo, para haberlo destruido, si la intención verdadera de los
encartados hubiese sido la de no continuar con esa actividad ilícita [...].
Se debe además precisar que incurren en esta ilicitud no sólo quien cultiva la
planta ilícita, sino además, quien la conserva, quien le presta mantenimiento y
cuidado para su permanencia y producción, aspectos que se confirman en la
instructiva y por ello se debe imputar responsabilidad en los hermanos Medina
Amado [...].
En cuanto al vínculo o nexo psicológico que ata a los sindicados Wilson Medina
Amado y Lirio Antonio Medina Amado con el querer ilícitamente conseguido e
investigado tenemos en primer lugar que estos fueron capturados en flagrante
49
Fl. 63 a 75, C. 3.
realización del punible, bajo la modalidad delictiva de conservar. Condiciones
del hallazgo que vinculan directamente a los hermanos Medina Amado teniendo en
cuenta que eran ellos quienes residían en tal sitio y por tal tenían plena
disposición de los objetos que en tal lugar se hallan [...].
50
Fl. 147 a 159, C. 3.
da cuenta copia simple del acta de dicha diligencia51.
51
Fl. 38 a 40, C. 3.
52
Fl. 284, C. 3.
53
Fl. 334 a 355, C. 4.
54
Fl. 411, C. 5.
55
Fl. 502 a 213, C. 5.
aplicación del principio in dubio pro reo, según da cuenta copia auténtica de la
sentencia56. En efecto, la sentencia referida señala lo siguiente:
“[...] En el caso concreto, ninguna certeza alcanza a este Juzgado respecto del
actuar doloso de los acusados [...]. Ninguna prueba adicional se tiene que nos
demuestre con certeza que Lirio Antonio tenía conocimiento de la sustancia
estupefaciente que allí se almacenaba y menos que su voluntad lo hubiese dirigido
a ocultar la misma, almacenarla o comercializarla [...]. Así las cosas, se impone la
aplicación del principio in dubio pro reo [...], por la que se absolverá a Lirio Antonio
Medina Amado de los cargos que se le hacen como coautor del delito de Tráfico,
fabricación o porte de estupefacientes [...].
Toda la situación que rodea la captura de los señores Medina Amado sólo generan
duda […], no sabemos si en verdad fue un actuar premeditado y malintencionado
de los militares, quienes sin razón toman fotografías del inmueble pero no de los
supuestos cultivos que dicen había en plena etapa de producción, que contrario a
ello allegan unas fotografías que no corresponden a la finca Los Guanábanos y
que fueron tomadas en enero 1º de 2005, […] que en el informe se indica que la
cantidad de sustancia es prácticamente el doble a la que fue dejada a disposición,
pues indica que se incautaron 4.417 gramos y en realidad eran 2.430 gramos de
base de coca [...]. Bajo estas condiciones y en aras de garantizar el principio
constitucional de presunción de inocencia, se impone aplicar el in dubio pro reo
absolviendo las dudas [...] de los cargos que se les hicieron por el delito de
Conservación o financiación de plantaciones [...].
Así las cosas, ninguna certeza alcanza el despacho para determinar si los
hermanos Wilson y Lirio Antonio Medina Amado, luego de la muerte de su
hermano Luis Alberto designaban o no el inmueble para el procesamiento
estupefacientes [...].
Resuelve: Primero: Absolver al señor Lirio Antonio Medina Amado [...] como
presunto autor de los delitos de Tráfico, fabricación o porte de estupefacientes,
Conservación o financiación de plantaciones y Destinación ilícita de muebles e
inmuebles [...]. Segundo: Absolver al señor Wilson Medina Amado [...] como
presunto autor de los delitos de Conservación o financiación de plantaciones y
Destinación ilícita de muebles e inmuebles [...]”
56
Fl. 529 a 556, C. 5.
57
Fl. 560, C. 5.
58
Fl. 561, C. 5.
6.3.1.18. Está probado que el 27 de noviembre de 2008, Wilson Medina Amado
quedó a disposición del Juzgado Promiscuo del Circuito de Mitú para cumplir la
condena impuesta mediante sentencia anticipada (de la cual no se conoce la
fecha), la cual fue remitida por medio del despacho comisorio del 16 de mayo de
200759 suscrito por el Fiscal 30 Seccional de Mitú, según da cuenta copia simple
del oficio No. 3781 suscrito por el Magistrado del Tribunal Superior de
Villavicencio60.
Lo anterior, más allá de consistir en una metodología sugerida por la Sala, atiende
a una lógica en la que, naturalmente, ante la ausencia del daño como elemento
esencial del instituto indemnizatorio, el análisis del subsiguiente carece de toda
utilidad, ya que aún ante su existencia, no será posible declarar responsabilidad
patrimonial de la Administración62-63.
62
Sobre este aspecto Consejo de Estado. Sala de lo Contencioso Administrativo. Sección Tercera.
Sentencias del 13 de agosto de 2008, Rad. 16516; 6 de junio de 2012, Rad. 24633; 5 de marzo de
2020, Rad. 50264.
fundamentales que tuvieron lugar durante la privación de la libertad de la que
fueron objeto Wilson y Lirio Antonio Medina Amado, a saber: i) la captura
administrativa realizada por agentes del Ejército Nacional, ii) la medida de
aseguramiento consistente en detención preventiva impuesta por la Fiscalía 5ª
Delegada ante el Juez Penal del Circuito Especializado de Villavicencio, y iii) la
prolongación de la privación de la libertad más allá del tiempo establecido en la ley
procesal penal, derivada del vencimiento de términos para calificar el mérito de la
instrucción y para proferir sentencia.
63
Frente a la existencia del daño como elemento de la responsabilidad, la Corte Suprema de
Justicia considera lo siguiente: “cabe afirmar que dentro del concepto y la configuración de la
responsabilidad civil, es el daño un elemento primordial y el único común a todas las
circunstancias, cuya trascendencia fija el ordenamiento. De ahí que no se dé responsabilidad sin
daño demostrado, y que el punto de partida de toda consideración en la materia, tanto teórica
como empírica, sea la enunciación, establecimiento y determinación de aquel, ante cuy falta resulta
inoficiosa cualquier acción indemnizatoria”. Corte Suprema de Justicia. Sala de Casación Civil.
Sentencia del 4 de abril de 1968.
Por su parte, el profesor Fernando Hinestrosa expresa sobre este particular lo siguiente: “La
responsabilidad, entendida latamente como la obligación de resarcir daños y perjuicios, parte de un
dato imprescindible: el daño. La presencia de un quebranto, independientemente del esmero en su
definición y de la exigencia de actualidad o consolidación de él, o de su certidumbre o su
advenimiento más o menos probable. En ausencia de daño no hay obligación, y el aserto, por
demás obvio, pone de presente el carácter estrictamente resarcitorio de la responsabilidad en el
derecho de tradición romanista.” Hinestrosa, Fernando., “Devenir del derecho de daños”, Revista
de Derecho Privado, Universidad Externado de Colombia, n.º 32, enero-junio de 2017, 5-26. Pág.
6.
Delegada ante el Juzgado Promiscuo del Circuito de Mitú remitió el proceso por
competencia a la Fiscalía Especializada de Villavicencio (hecho probado 6.3.1.7.);
y v) que mediante Resolución del 22 de noviembre de 2006, la Fiscalía 5ª
Delegada ante el Juez Penal del Circuito Especializado de Villavicencio impuso
medida de aseguramiento consistente en detención preventiva en contra de
Wilson y Lirio Antonio Medina Amado, por ser presuntos autores de los delitos de
conservación o financiación de plantaciones, tráfico, fabricación o porte de
estupefacientes y destinación ilícita de muebles o inmuebles (hecho probado
6.3.1.9.).
Ahora bien, el artículo 340 de la Ley 600 de 2000 dispone que “[L]a indagatoria
deberá recibirse en la mayor brevedad posible o a más tardar dentro de los tres (3)
días siguientes a aquel en que el capturado haya sido puesto a disposición del
Fiscal General de la Nación o su delegado. Este término se duplicará si hubiera
más de dos (2) capturados en la misma actuación procesal y la aprehensión se
hubiere realizado en la misma fecha.”
Asimismo, el artículo 345 ibídem prevé que se entiende que hay flagrancia
cuando: i) la persona es sorprendida y aprehendida al momento de cometer una
conducta punible, ii) la persona es sorprendida e identificada o individualizada al
momento de cometer la conducta punible y aprehendida inmediatamente después
por persecución o voces de auxilio de quien presencie el hecho, o iii) la persona
es sorprendida y capturada con objetos, instrumentos o huellas, de los cuales
aparezca fundadamente que momentos antes ha cometido una conducta punible o
participado en ella.
A su turno, el artículo 346 ejusdem señala que quien sea capturado en flagrancia
por cualquier autoridad será conducido inmediatamente, o a más tardar en el
término de la distancia, ante el funcionario judicial competente para iniciar la
investigación, a quien se deberá rendir informe sobre las causas de la captura.
Además, el artículo 357 de la misma normativa estipula que: “La situación jurídica
deberá ser definida en aquellos eventos en que sea procedente la detención
preventiva. Cuando la persona se encuentre privada de la libertad, rendida la
indagatoria, el funcionario judicial deberá definir la situación jurídica por resolución
interlocutoria, a más tardar dentro de los cinco (5) días siguientes, indicando si hay
lugar o no a imponer medida de aseguramiento si hubiere prueba que la justifique
u ordenando su libertad inmediata. En este último caso, el sindicado suscribirá un
acta en la que se comprometa a presentarse ante la autoridad competente cuando
así se le solicite. Si el sindicado no estuviere privado de la libertad, el plazo para
resolver situación jurídica será de diez (10) días contados a partir de la
indagatoria o de la declaratoria de persona ausente. El Fiscal General de la
Nación o su delegado dispondrán del mismo término cuando fueren cinco (5) o
más las personas aprehendidas, siempre que la captura de todas se hubiere
realizado en la misma fecha”.
140 Galones de insumos líquidos pendientes por establecer, los cuales encuentran
en 07 garrafones de 20 Galones cada una.
002 Plantas eléctricas.
01 Motosierra STHIL
01 Motobomba
01 paquete de condones para almacenar base de coca
01 compresor para atornillar […]”
Según lo expuesto, la captura de Wilson y Lirio Antonio Medina Amado fue legal,
puesto que fueron aprehendidos ya que en el lugar en el que fueron detenidos se
encontraron objetos que permitían inferir su participación en el delito de tráfico,
fabricación o porte de estupefacientes, pues fueron hallados: i) una picadora hoja
de coca, ii) una prensa manual, iii) un reloj de pesar hasta 200K, iv) 40 galones de
ACPM aproximadamente, v) 6 galones de amoníaco aproximadamente, vi) 4417
gramos de base de coca aproximadamente dentro de un recipiente plástico, vii) 5
bolsas plásticas que contenían base de coca, viii) 3 grameros, ix) 1 guadaña, x) 3
tarros de gramoxone, y xi) 3 tarros de tamaron.
Asimismo, se observa que la captura de los sindicados cumplió con los requisitos
previstos en los artículos 340 y 341 de la Ley 600 de 2000, puesto que la Fiscalía
General de la Nación no tardó más de seis (6)64 días para realizar la indagatoria
de Wilson y Lirio Antonio Medina Amado, desde que fueron puestos a su
disposición. Precisamente, el 11 de noviembre de 2006, integrantes del Ejército
Nacional capturaron a Lirio Antonio Medina Amado y a Wilson Medina Amado
(hecho probado 6.3.1.1.) y el 14 de noviembre de 2006 rindieron indagatoria ante
la Fiscalía 30 Seccional Delegada ante el Juzgado Promiscuo del Circuito de Mitú
(hechos probados 6.3.1.5. y 6.3.1.5.).
A su turno, se evidencia que se cumplió con lo dispuesto en el artículo 13
transitorio de la Ley 600 de 2000 65, pues no transcurrieron más de diez (10) días
para que el funcionario judicial definiera la situación jurídica de Wilson y Lirio
Antonio Medina Amado, desde que rindieron indagatoria. En efecto, el 14 de
noviembre de 2006 rindieron indagatoria ante la Fiscalía 30 Seccional Delegada
ante el Juzgado Promiscuo del Circuito de Mitú (hechos probados 6.3.1.4. y
6.3.1.5.) y el 22 de noviembre de 2006, la Fiscalía impuso medida de
aseguramiento en su contra (hecho probado 6.3.1.9.).
Ahora bien, el artículo 355 de la Ley 600 de 2000 señala que “La imposición de la
medida de aseguramiento procederá para garantizar la comparecencia del
sindicado al proceso, la ejecución de la pena privativa de la libertad o impedir su
fuga o la continuación de su actividad delictual o las labores que emprenda para
ocultar, destruir o deformar elementos probatorios importantes para la instrucción,
o entorpecer la actividad probatoria”.
A su turno, el artículo 356 ibídem prevé que “solamente se tendrá como medida de
aseguramiento para los imputables la detención preventiva. Se impondrá cuando
aparezcan por lo menos dos indicios graves de responsabilidad con base en las
pruebas legalmente producidas dentro del proceso”.
Por su parte los encartados Wilson y Lirio Antonio Medina Amado nos
informan de la existencia del cultivo ilícito, del que dicen estaba abandonado
y lleno de rastrojo, llegando el último de los mencionados a indicar que tenía una
extensión aproximada de una hectárea [...]. Afirmaciones que solo entran en un
ánimo defensa, pero, que de modo alguno pueden ser aceptadas como
exculpatoria de la ilicitud estudiada, teniendo en cuenta que desde la fecha que se
predica de la muerte del titular del cultivo ilícito […] transcurrió el término de
ocho (8) meses, el [...] cual a todas luces se constituye en más que suficiente
para haber acabado tal cultivo, para haberlo destruido, si la intención
verdadera de los encartados hubiese sido la de no continuar con esa actividad
ilícita [...].
Se debe además precisar que incurren en esta licitud no sólo quien cultiva la
planta ilícita, sino además, quien la conserva, quien le presta mantenimiento y
cuidado para su permanencia y producción, aspectos que se confirman en la
instructiva y por ello se debe imputar responsabilidad en los hermanos Medina
Amado [...].
En cuanto al vínculo o nexo psicológico que ata a los sindicados Wilson Medina
Amado y Lirio Antonio Medina Amado con el querer ilícitamente conseguido e
investigado tenemos en primer lugar que estos fueron capturados en flagrante
realización del punible, bajo la modalidad delictiva de conservar. Condiciones
del hallazgo que vinculan directamente a los hermanos Medina Amado teniendo en
cuenta que eran ellos quienes residían en tal sitio y por tal tenían plena
disposición de los objetos que en tal lugar se hallan [...].
En estas condiciones considera esta agencia Fiscal que en cuanto hace a los
cargos que se elevan en contra de los hermanos Wilson Medina Amado y Lirio
Antonio Medina Amado por los atentados a la salud pública, las evidencias y las
pruebas: testimoniales, de inspección judicial, periciales e indiciarias
obrantes en el plenario permiten establecer graves indicios que
comprometen su responsabilidad [...].
Por otro lado, también se advierte que la medida de aseguramiento cumplió con
los requisitos previstos en el artículo 357 de la Ley 600 de 2000, puesto que los
delitos por los cuales se investigaba a los indiciados tenían prevista una pena de
prisión que excedía de cuatro (4) años. De hecho, los delitos por los que se
investigaba a Wilson y Lirio Antonio Medina Amado eran los de conservación o
financiación de plantaciones, tráfico, fabricación o porte de estupefacientes y
destinación ilícita de muebles o inmuebles, que según los artículos 37566, 37667 y
37768 de la Ley 599 de 2000 tenían una pena de prisión mínima de seis (6) años,
diez coma seis (10,6) años y seis (6) años, respectivamente.
66
“Artículo 375. El que sin permiso de autoridad competente cultive, conserve o financie
plantaciones de marihuana o cualquier otra planta de las que pueda producirse cocaína, morfina,
heroína o cualquiera otra droga que produzca dependencia, o más de un (1) kilogramo de semillas
de dichas plantas, incurrirá en prisión de seis (6) a doce (12) años y en multa de doscientos (200) a
mil quinientos (1.500) salarios mínimos legales mensuales vigentes.
Si la cantidad de plantas de que trata este Artículo excediere de veinte (20) sin sobrepasar la
cantidad de cien (100), la pena será de cuatro (4) a seis (6) años de prisión y multa de diez (10) a
cincuenta (50) salarios mínimos legales mensuales vigentes.
67
“Artículo 376. El que sin permiso de autoridad competente, introduzca al país, así sea en
tránsito o saque de él, transporte, lleve consigo, almacene, conserve, elabore, venda, ofrezca,
adquiera, financie o suministre a cualquier título sustancia estupefaciente, sicotrópica o drogas
sintéticas que se encuentren contempladas en los cuadros uno, dos, tres y cuatro del Convenio de
las Naciones Unidas sobre Sustancias Sicotrópicas, incurrirá en prisión de ciento veintiocho (128) a
trescientos sesenta (360) meses y multa de mil trescientos treinta y cuatro (1.334) a cincuenta mil
(50.000) salarios mínimos legales mensuales vigentes.
Si la cantidad de droga no excede de mil (1.000) gramos de marihuana, doscientos (200) gramos
de hachís, cien (100) gramos de cocaína o de sustancia estupefaciente a base de cocaína o veinte
(20) gramos de derivados de la amapola, doscientos (200) gramos de droga sintética, sesenta (60)
gramos de nitrato de amilo, sesenta (60) gramos de ketamina y GHB, la pena será de sesenta y
cuatro (64) a ciento ocho (108) meses de prisión y multa de dos (2) a ciento cincuenta (150)
salarios mínimos legales mensuales vigentes”.
Si la cantidad de droga excede los límites máximos previstos en el inciso anterior sin pasar de diez
mil (10.000) gramos de marihuana, tres mil (3.000) gramos de hachís, dos mil (2.000) gramos de
cocaína o de sustancia estupefaciente a base de cocaína o sesenta (60) gramos de derivados de la
amapola, cuatro mil (4.000) gramos de droga sintética, quinientos (500) gramos de nitrato de amilo,
quinientos (500) gramos de ketamina y GHB, la pena será de noventa y seis (96) a ciento cuarenta
y cuatro (144) meses de prisión y multa de ciento veinte y cuatro (124) a mil quinientos (1.500)
salarios mínimos legales mensuales vigentes”.
68
“Artículo 377. El que destine ilícitamente bien mueble o inmueble para que en él se elabore,
almacene o transporte, venda o use algunas de las drogas a que se refieren los artículos 375 y
376, y/o autorice o tolere en ellos tal destinación, incurrirá en prisión de seis (6) a doce (12) años y
multa de mil (1.000) a cincuenta mil (50.000) salarios mínimos legales mensuales vigentes”.
Igualmente, la medida restrictiva fue necesaria, proporcional y razonable 69, tal y
como se desprende de los elementos de prueba obrantes en el expediente, debido
a la gravedad de los delitos por los cuales estaban siendo investigados, que no
solo permitían sino aconsejaban la medida restrictiva de la libertad.
En otras palabras, se evidencia que el daño alegado encuentra amparo legal por
haberse derivado de una actuación de la Administración ajustada a derecho y
porque la medida de aseguramiento se dictó con fundamento en el material
probatorio mínimo que exigía la ley para la adopción de tales medidas, frente a la
cual la parte demandante no puede pretender indemnización de perjuicios. En
efecto, la medida resultaba: i) necesaria, dado que existía el mérito probatorio
suficiente para decretar la medida preventiva conforme al ordenamiento procesal
penal vigente al momento de su imposición, determinación con la cual también se
garantizó la presencia de Wilson y Lirio Antonio Medina Amado en el proceso
penal que se les seguía en su contra; ii) proporcional, por cuanto los delitos de
conservación o financiación de plantaciones, tráfico, fabricación o porte de
estupefacientes y destinación ilícita de muebles o inmuebles, implicaban una pena
privativa de la libertad de al menos (6) años, diez coma seis (10,6) años y seis (6)
años de prisión, respectivamente; y iii) razonable, de cara a la gravedad de la
conducta y de las circunstancias bajo las cuales fueron detenidos. De igual
manera, debe tenerse en cuenta que en el caso concreto la parte demandante
tampoco allegó prueba alguna que permitiera vislumbrar que la medida de
aseguramiento carecía de proporcionalidad, razonabilidad o que fuera arbitraria,
carga que le correspondía asumir a la parte demandante con el propósito de
acreditar la injusticia de la medida cuya omisión significa la imposibilidad de
acreditar responsabilidad al Estado por la privación de la libertad de Wilson y Lirio
Antonio Medina Amado, pues no logró establecerse la antijuridicidad del daño que
se les pudo haber causado.
69
Cfr. Corte Constitucional. Sentencia SU 072 de 2018.
6.3.2.3. Del vencimiento de términos para calificar el mérito de la instrucción
y para proferir sentencia
Ahora bien, el numeral 4 del artículo 365 de la Ley 600 del 2000 dispone que
“Además de lo establecido en otras disposiciones, el sindicado tendrá derecho a la
libertad provisional garantizada mediante caución prendaria en los siguientes
casos: (…) 4. Cuando vencido el término de ciento veinte (120) días de privación
efectiva de la libertad, no se hubiere calificado el mérito de la instrucción. Este
término se ampliará a ciento ochenta (180) días, cuando sean tres (3) o más los
sindicados contra quienes estuviere vigente detención preventiva. Proferida la
resolución de acusación, se revocará la libertad provisional, salvo que proceda
causal diferente”.
A su turno, el artículo 15 transitorio ibídem señala que “En los procesos que
conocen los jueces penales de circuito especializados, para que proceda la
libertad provisional, los términos previstos en los numerales 4 y 5 del artículo 365
de este Código se duplicarán. La inobservancia de los términos establecidos en
este artículo se considerará falta gravísima y se sancionará con la destitución del
cargo”.
cautelar), que activan una protección reforzada del derecho a ser juzgado dentro de un
plazo razonable (…). ‘(…) La Corte ha indicado que la detención preventiva de una persona
acusada de un delito restringe su derecho a la libertad personal (…). Ha sostenido también, (…)
que la fijación legal de un término máximo de duración de la detención provisional (…),
consulta en una sociedad democrática el delicado equilibrio que debe mantenerse entre el interés
legítimo del Estado de perseguir eficazmente el delito y sancionar a los responsables y, de otro
lado, la necesidad de asegurar la libertad de las personas y la posibilidad de garantizar un proceso
justo e imparcial. La detención temporal es una medida cautelar pero, innegablemente,
‘trasciende sus efectos procesales y repercute negativamente en la esfera de la libertad
personal del inculpado’, lo cual revela la importancia de señalar términos máximos de su
duración (…). Sin embargo, en tanto manifestación del debido proceso, el plazo razonable
necesita de una concreción legislativa que, traducida a las formas propias del juicio,
establezca los términos específicos que ha de respetar el Estado para perseguir
penalmente a una persona con restricción de la libertad personal. Ejemplo de ello es el
establecimiento de causales de libertad por vencimiento de términos (cfr. art. 317 nums. 4 al
6 de la Ley 906 de 2004 y art. 365 nums. 4 y 5 de la Ley 600 de 2000) o la fijación legal de un
término máximo de vigencia de la detención preventiva (…)”. Corte Suprema de Justicia, Sala de
Casación Penal, Sentencia STP16906-2017, Rad. 94.564.
72
“Artículo 168. Salvo disposición en contrario, el funcionario dispondrá hasta de tres (3) días
hábiles para proferir las providencias de sustanciación y hasta de diez (10) días hábiles para las
interlocutorias. Cuando se refiera a la libertad del sindicado el funcionario judicial dispondrá
máximo de tres (3) días para proferirla”. (Se resalta)
que han impedido adelantar la actuación procedimental dentro de los términos
formales establecidos en la ley procesal penal 73. Además, la libertad no opera de
forma automática, pues esta debe estar previamente garantizada mediante
caución prendaria, antes de conceder el derecho de excarcelación.
En igual sentido, es pertinente destacar que son deberes de la víctima, entre otros,
los de evitar y mitigar el hecho lesivo, de donde su incumplimiento se traduce en la
asunción de los efectos del daño y su imputación gravita a su propia desidia. En el
sub examine se observa que la víctima no ejerció acciones como la de solicitar
ante el operador judicial la concesión del derecho a la libertad por el
incumplimiento de términos procesales y en tal virtud, dicho incumplimiento, es
imputable a su propia inactividad.
73
Sobre este aspecto, la Sala de Casación Penal de la Corte Suprema de Justicia precisó en la
providencia CSJ AP2071-2016, Rad. 34099: “[…] la libertad provisional por vencimiento de
términos no es un derecho que surja de manera automática por el transcurso del tiempo […]”. En el
mismo sentido, la Sala de Casación Penal de la Corte Suprema de Justicia señaló en la
providencia AHP 4922-2017, Rad. 50855: “[…] Es claro, en consecuencia, que ni la pérdida de
vigencia de la medida de aseguramiento, ni específicamente la excarcelación por vencimiento de
términos, opera automáticamente por el solo hecho de que éstos se hayan cumplido, pues, como lo
dictan las normas arriba citadas, cuando la dilación ocurre por hechos ajenos al juez o a la
administración de justicia, en concreto por conductas imputables a la defensa, no puede
entenderse injustificado e irrazonable que los plazos se amplíen por el mismo tiempo de las
demoras imputables a ese sujeto procesal”. Ver también: Corte Suprema de Justicia, Sala de
Casación Penal, providencia AP 7236-2016, Rad. 43263 del 24 de octubre de 2016 y Corte
Suprema de Justicia, Sala Especial de Primera Instancia, Auto del 3 de junio de 2020, Rad. AEP-
055-2020.
deber procesal de hacerlo y por tanto son atribuibles a los actores, de donde la
actuación de la administración no encuentra reproche.
RESUELVE