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Cena Del Senor Durante La Pandemia
Cena Del Senor Durante La Pandemia
El Señor nos dejo esta cena tan especial para que hagamos memoria
de Él cada vez. Sabemos que en el principio del tiempo de la
iglesia los hermanos lo hicieron todos los días en sus casas,
“perseverando unánimes cada día en el templo, y partiendo el pan en las casas, comían juntos
con alegría y con sencillez de corazón” Hechos 2:46
Pero después de un tiempo notamos que la práctica normal era que
lo hicieran el primer día de la semana. (Hechos 20:7). Y esto es lo
que practicamos ahora: cada primer día de la semana.
Entonces podemos ver que aunque Dios puede permitir unas cosas
que no son exactamente correctas no debemos pensar que Él acepta
estas desviaciones como una nueva forma aceptable de hacerlo.
Siempre debemos buscar la posibilidad de hacer las cosas en una
manera agradable a Dios como Él manda. Pero debemos recordar que
no condenó estas acciones, tal vez porque eran condiciones
excepcionales. Recordamos que juzgó fuertemente a Nadab y Abiu
cuando ellos ofrecieron fuego extraño y también a Uza cuando el
extendió su mano tocando el arca de Dios.
Entonces hay los ambos lados: unos pueden tener una conciencia de
no participar a la cena del Señor donde hay más de una copa
mientras que hay otros que tiene conciencia de sí participar
aunque hay más de una copa, tal vez pensando en estos ejemplos
dados. Aunque la ocasión de tener más copas no es según su deseo
no obstante ellos prefieren participar en la cena del Señor
convencidos que es más agradable al Señor de hacerlo con este
“desvió” de lo “normal” en contraste de no participar, queriendo
ser obediente al mandato “haga esto en memoria de Mi”. En ambos
casos, lo que hace uno, debe ser en plena certidumbre de fe,
porque todo lo que no es de fe es pecado.
¿Tienes tú fe? Tenla para contigo delante de Dios. Bienaventurado el que no se condena a sí
mismo con lo que aprueba. Mas el que hace diferencia, si comiere, es condenado, porque no
comió por fe: y todo lo que no es de fe, es pecado. Romanos 14:22-23
Con esto vemos que, sea lo que sea lo que decidimos hacer, que
sea en fe. Pero vemos también que otros pueden no tener la misma
convicción que lo que tengo yo. Tengo que darles la libertad de
no hacer algo que no es según la fe que ellos tienen, es decir no
voy a insistir en mis pensamientos pero voy a dejar al otro la
libertad de actuar según su propio conciencia, sin criticarle,
sin pensar mal pero dándole la preferencia como leemos en
Filipenses: “Nada hagáis por contienda o por vanagloria; antes bien en humildad,
estimándoos inferiores los unos a los otros: No mirando cada uno a lo suyo propio, sino cada
cual también a lo de los otros”. Filipenses 2:3-4
Tenemos que dar libertad unos a otros como pacificadores pero con
esta actitud de honrar, ganar y preservar la conciencia de mi
hermano.
Con toda humildad y mansedumbre, con paciencia soportando los unos á los otros en amor;
Solícitos á guardar la unidad del Espíritu en el vínculo de la paz. Efesios 4:2-3
Albert Blok
Windsor, Canada