Dentro de la capilla y van llegando los

devotos. Todos tocan la figura: le acarician el

rostro, la besan y luego rezan. Durante el
tiempo que permanecí allí vi llegar a niños
con sus padres, también a mototaxistas y
vendedores ambulantes.

Haciendo un rápido cálculo, podría decir que

en una hora llegaron treinta personas. Si
consideramos un horario normal de trabajo
(ocho horas), serían unos 250 fieles visitando
a diario el santuario.

No es difícil imaginar la cantidad de

personas que cree en la santidad de Chicho
y que llega en busca de lo mismo: un milagro CHICHO
del “Niño de los Temblores”, como se le
llama entre los lugareños.
EL NIÑO MILAGROSO

LA HISTORIA DE
CÓMO NACE UN
SANTO

INTRODUCCIÓN
La historia de Chicho, el 'Niño de los
Temblores', considerado santo y
milagroso en Ica. El pequeño falleció
durante el terremoto del 15 de agosto
del 2007 y su santidad se le atribuye a
que varios iqueños le oraron para
interceder por ellos.
El niño murió durante el terremoto del
15 de agosto del 2007 y se le considera
el ‘intercesor’ de varios iqueños que
han depositado sus oraciones en él.
Descubre aquí de la historia de Chicho
y sus ‘milagros’.
El terremoto del 15 de agosto del 2007,
con epicentro en Ica, produjo la
muerte de 600 personas y la
desesperación de millones de familias.
En medio de la tragedia, un pequeño
‘santo’ surgió para devolverle la fe al
pueblo iqueño que quedó devastado.
Se trata de Chicho, el ‘Niño de los
Temblores’, quien falleció durante el
sismo y actualmente se le considera
como un símbolo religioso por sus
‘milagros’.
LOS MILAGROS DEL NIÑO DE LOS TEMBLORES
Una tarde de otoño en el mes de octubre, el niño Al segundo mes de su fallecimiento, Edith
José Luis Tipacti Peñavásquez no sabía que sería Peña tomó la decisión de construir una gruta
el último día que vería a su madre. por recomendación de un vecino. Un día
visitó a Chicho y junto al sitio encontró a una
Fue conocido por sus amigos, vecinos y familiares anciana que le encendía una vela. Para
como “Chicho”, era un niño de nueve años, sorpresa suya, la mujer de arrugas nunca
alegre, cariñoso, pero sobre todo bondadoso. había conocido a su hijo, pero se mostraba
Edith, Su madre, se sorprendía cada vez que un agradecida por un ‘milagro’.
vecino le devolvía algún objeto de casa. Chicho lo
había prestado sin que ella supiese. “Ay Chicho, Conforme fueron pasando los meses, más
¿por qué serás tan bueno?”, le decía. Era el último testimonios llegaron a oídos de su mamá.
de cuatro hermanos, el engreído de mamá. Le Uno de los más impactantes fue el ocurrido
encantaban los videojuegos. con Ana, una niña de 6 años que había
quedado desahuciada por los doctores
El 15 de agosto del 2007 pudo haber sido otro día debido a un cáncer terminal que alojaba su
más en su vida. Él decidió no ir al colegio para cerebro.
estar todo el día con su padre, que viajaba al día
siguiente. Pasaron el día juntos en casa hasta que Cuando le dieron dos meses de vida, su
a las 6:30 p. m. llegó su madre de trabajar. Chicho madre, Sharon, se enteró de la existencia de
la recibió y le pidió 50 centavos para ir a jugar a Chicho. Con esperanzas, fue hacia él y le
las cabinas de Internet que estaban a la vuelta de pidió que le cumpla el milagro de curar a su
su casa. Su mamá le dijo, no tengo plata, hijo, hija de toda enfermedad. Cuando la menor
pero Chicho insistió: “No seas mala, mamita”. Ella regresó al hospital para sus chequeos, los
aceptó con la condición de que se cambiara de doctores no se explicaron su sanación.
polo, el que tenía puesto estaba sucio. Trato
hecho. Le dio un beso a su madre y salió con la
promesa de regresar pronto, ya había oscurecido.
A los pocos minutos de llegar a la cabina de
Internet, el suelo comenzó a temblar. Chicho se
asustó, pensó en su mamá, quería regresar a
casa. Salió atemorizado, pero los movimientos
ondulatorios del suelo se iban intensificando y
no lo dejaban caminar. De pronto, los postes
dejaron de alumbrar las calles. Lo último que
Chicho pudo hacer fue cruzar la pista y aferrarse
con fuerza a una puerta de fierro. La oscuridad
no le permitió ver que el lugar que había elegido
para estar a salvo era una casa de adobe con
techo de caña, que terminaría siendo su tumba.
La rústica construcción se desplomó y dejó al
indefenso niño bajo la inmensa puerta negra de
fierro que no le permitió volver a casa jamás.