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Personalidad jurídica

Se refiere a la identidad jurídica por la cual se reconoce a una persona, entidad, asociación o empresa,
con capacidad suficiente para contraer obligaciones y realizar actividades que generan plena
responsabilidad jurídica, frente a sí mismos y frente a terceros. Se obtiene a partir del primer carácter de
su identificación fiscal, CIF o número de DNI, agrupándose en las siguientes categorías: Personas
físicas, Sociedades anónimas, Sociedades de responsabilidad limitada, Otras sociedades y
asociaciones Regular colectiva, Comanditaria, Asociación, Comunidad de propietarios/as, Sociedad
civil, Entidades extranjeras, Uniones temporales de empresas, establecimientos permanentes de
entidades no residentes, Comunidad de bienes, Sociedad cooperativa, Otras formas jurídicas
Administraciones públicas como Corporación local, Organismo autónomo o asimilado, Órgano de la
Administración del Estado o de las Comunidades Autónomas y las Congregaciones o instituciones
religiosas.
Tipos de Personas
Una persona física o persona natural es un concepto jurídico cuya elaboración fundamental
correspondió a los juristas romanos. Cada ordenamiento jurídico tiene su propia definición de persona,
aunque en todos los casos es muy similar. En términos generales, es todo miembro de la especie
humana susceptible de adquirir derechos y contraer obligaciones. En algunos casos se puede hacer
referencia a estas como personas de existencia visible, de existencia real, física o natural.
Las personas físicas tienen, por el solo hecho de existir, atributos dados por el Derecho.
La personalidad abre la puerta de la titularidad de derechos, de modo que sólo siendo considerado tal
se podía contratar o contraer matrimonio, por poner un par de ejemplos.
Persona jurídica
Persona jurídica o persona moral es un individuo con derechos y obligaciones que existe, pero no
como persona física, sino como institución que es creada por una o más personas físicas para cumplir
un objetivo social que puede ser con o sin fines de lucro. Las personas se pueden clasificar en dos
grandes tipos: jurídicas individuales o jurídico colectivas, que generalmente se les suele
denominar "personas físicas" y "personas morales", respectivamente.
En otras palabras, una persona jurídica colectiva es quien tiene la capacidad de adquirir tanto derechos
como obligaciones y que no es una persona física. Así, a estas primeras, el Derecho les atribuye y
reconoce una personalidad jurídica propia, por lo que en este sentido, la personalidad debe entenderse
como la aptitud para ser sujeto activo o pasivo de las relaciones jurídicas.
Tomando en cuenta sus elementos, también se define a las personas jurídicas como entes colectivos
integrados por personas y bienes adscritos a una personalidad común y a los que se les reconoce una
personalidad jurídica distinta de las personas naturales que las integran.
Capacidad Jurídica
La capacidad jurídica es uno de los atributos de la personalidad, si bien, las legislaciones tanto federal
como locales de México no la definen, podemos entenderla según la doctrina como: la aptitud de una
persona de tener derechos y obligaciones, así como la de ejercerlos.
Esta se divide en dos tipos (la de goce y de ejercicio) y es igual para el hombre y la mujer como
literalmente lo establece el artículo 2 del Código Civil Federal. En el caso de las personas físicas se
adquiere con el nacimiento (artículo 22), mientras que para las morales es cuando se constituyen.
La capacidad jurídica se divide en la de goce y de ejercicio. La primera se refiere a la de adquirir
derechos y obligaciones mientras que la segunda es la de ejercitar los derechos y cumplir con las
obligaciones. Como ya dijimos la capacidad se adquiere al nacer, sin embargo, únicamente la de goce,
la de ejercicio se adquiere hasta obtener la mayoría de edad o como excepción por parte de los
menores emancipados quienes pueden administrar libremente sus bienes, sin embargo, no pueden
venderlos, donarlos.

Atributos
Los atributos de la personalidad, en derecho, son aquellas propiedades o características de identidad
propias de las personas físicas o jurídicas como titulares con derechos.
Nombre: En las personas físicas corresponde al conjunto de letras y personalidad que sirven para
identificar e individualizar a una persona. En las personas jurídicas corresponde a la Razón Social o a la
Denominación.
Capacidad: Es la aptitud que tienen las personas físicas para ser sujetos activos y pasivos de
relaciones jurídicas. Suele distinguirse entre capacidad jurídica o de goce, imprescriptible, inmutable,
irrenunciable, y de orden público; y capacidad de obrar o de ejercicio concreto de los derechos, que
puede ser limitada, parcial y variable. Normalmente, las legislaciones establecen supuestos en los que
una persona física puede ser incapacitada mediante decisión judicial cuando no puede gobernarse a
sí misma debido a enfermedades persistentes de carácter psíquico o físico.
En las personas jurídicas la capacidad para ser sujetos de derechos y obligaciones está determinada
por el alcance de su objeto social y necesariamente se ejercita por medio de la representación a través
de una persona física, tanto judicial como extrajudicialmente.
Domicilio: En las personas físicas se refiere al lugar de permanencia del individuo, en las personas
jurídicas al lugar físico donde tiene su domicilio fiscal.
Nacionalidad: Es el vínculo jurídico que tiene una persona con uno o varios Estados determinados.
Patrimonio: En las personas físicas son el conjunto de derechos y obligaciones que son susceptibles
de valorarse económicamente. En las jurídicas adicionalmente son los medios que les permiten realizar
sus fines. El patrimonio puede ser pecuniario o moral
Estado civil: Es la calidad o posición permanente que un individuo ocupa en la sociedad, en orden a
sus relaciones de familia, en cuanto le confiere o impone determinados derechos, deberes y
obligaciones.
En qué casos se pierde la capacidad jurídica
La capacidad jurídica de las personas físicas se adquiere por el nacimiento y se pierde por la muerte;
pero desde el momento en que un individuo es concebido, entra bajo la protección de la ley y se le
tiene por nacido para los efectos declarados en el presente Código.
Jurisprudencia
Se entiende por jurisprudencia al conjunto de decisiones, resoluciones judiciales y fallos en una materia
determinada que emiten las instituciones judiciales de una nación, dentro de un marco jurídico
determinado. Es una de las fuentes del derecho positivo, que estudia y emplea como referencia las
decisiones que los jueces tomaron en el pasado.
La jurisprudencia engloba la doctrina jurídica que establecen y establecieron los órganos jurídicos
del Estado, generalmente los Tribunales Supremos de Justicia (TSJ), y que equivalen a la “historia” del
derecho en ese país, o sea, a las decisiones tomadas anteriormente en base a las mismas leyes y en
situaciones similares.
La jurisprudencia es lo que permite que la ley se aplique siempre de una manera similar. También se
puede considerar la jurisprudencia como la ciencia o la filosofía de la ley, que estudia el modo en que
se aplican, se aplicaron y se comprenden las leyes.
La palabra “jurisprudencia” proviene del latín Iurisprudentia (de iuris, “derecho”, y prudentia,
“sabiduría”). En el Derecho Romano, de donde proviene en gran medida nuestra tradición jurídica, se
lo comprendía como el conocimiento de las cosas divinas y de las humanas, o sea, de qué
corresponde a cada quién: la ciencia de lo justo y de lo injusto.
La conformación de la jurisprudencia contemporánea, así, implica miles de años de evolución del
derecho en nuestras sociedades. Pero sus bases perviven, a punto tal que muchas sociedades aún
emplean en cierta medida los términos de la jurisprudencia romana, sobre todo el Ius
Commune (“Derecho común”).

Ramas de la jurisprudencia
La jurisprudencia comprende tres ramas principales:
Analítica. Estudia la articulación de términos, axiomas y métodos que permiten comprender el sistema
jurídico como una totalidad coherente, lógica y consistente consigo misma.
Sociológica. Estudia los efectos de la toma de decisiones jurídica en los distintos aspectos de la
sociedad, así como los modos en que esta última puede condicionar la toma de decisiones jurídicas.
Teórica. Estudia las leyes y sus aspectos en términos más o menos ideales, tomando en cuenta
los objetivos que persiguen.
Existe un ejercicio de la jurisprudencia para cada segmento del derecho que hay, o sea, para cada tipo
de decisión jurídica que deba tomarse. Es posible, así, hablar de jurisprudencia laboral (o sea,
del trabajo), jurisprudencia penal (o criminal), etc.
También es posible clasificar la jurisprudencia en base a su país de origen, estableciendo una
jurisprudencia argentina, otra estadounidense, otra japonesa, etc. Siempre que exista un cuerpo jurídico
oficial tomando decisiones sobre una materia, especialmente si lo hace inspirado en el pasado jurídico
de la nación, estaremos ante un acto de jurisprudencia.
La jurisprudencia como fuente del derecho
El conjunto de decisiones de los tribunales de un país constituye un insumo o una fuente para los
debates y las decisiones futuras. Las decisiones pasadas de la institución permiten interpretar una
misma situación jurídica del mismo modo, dándole así continuidad a la ley.
En otras palabras: observando cómo los jueces del pasado interpretaron las leyes, las instituciones
jurídicas pueden guiarse para captar el espíritu con que la ley fue escrita o comprendida
tradicionalmente. Esto se conoce como principio unificador o unificado.
Esto les sirve para poder darle continuidad a la ley, comprendiéndola siempre del mismo modo o de
modos parecidos, o bien hacer justicia en caso de que tradicionalmente se la haya estado
interpretando mal o en desmedro de alguien.
Recordemos que el derecho es una ciencia social que depende enormemente de su propia historia (el
llamado derecho positivo). Esto es particularmente importante en el derecho anglosajón.
Objetivo de la jurisprudencia
El propósito de la jurisprudencia es el de obtener una interpretación uniforme de las leyes, para poder
aplicarlas a los casos que la realidad les presente. Así se mantiene un criterio más o menos unívoco a
la hora de tomar decisiones. Además, se mantiene estable y coherente el corpus del derecho positivo
de un país.
Importancia de la jurisprudencia
La jurisprudencia es clave para sostener la lógica y la coherencia del sistema jurídico como un todo. Sin
ella, las decisiones se harían siempre desde cero, sin respaldo o antecedentes que brinden sustento y
un sentido tradicional, histórico. Para que las leyes se sostengan en el tiempo es necesario
interpretarlas de forma similar en todos sus casos.
Quién puede crear jurisprudencia
Las instituciones judiciales del Estado, oficiales, reconocidas y en pleno uso de sus poderes, son la única
fuente posible de jurisprudencia. Existe una sola en un país.

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