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San Juan Calibita. M. c. 450.

Silbidos del microcentro porteño

Sentado brillando bajo un techo precario y provisorio


Su silbido intenta ocupar un vacío urbano y nocturno,
formar parte.

¿Qué brebajes separan el frío dolor del asfalto, la indiferencia de las luces de neón, de
un pensamiento descarnado?

Sin cielos estrellados o árboles llenos de pájaros,


la llamada poesía
atemperando esos quejidos
que solo existen detrás de mis cortinas,
Intencionalmente pesadas.

Finjo que no está ahí


y solo sigo siendo yo mismo.

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