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RODRÍGUEZ OJEDA, FRANCISCO JAVIER

DERECHO DE LA PROTECCIÓN SOCIAL


PRÁCTICA 6

RECONOCIMIENTO DE LA PRESTACIÓN ECONÓMICA POR


INCAPACIDAD PERMANENTE.

Ante mí, Francisco Javier Rodríguez Ojeda Letrado del Real e Ilustre Colegio de
Abogados de Zaragoza, se presenta un trabajador presta servicios en el departamento de
recursos humanos de una empresa como auxiliar administrativo, y solicita Dictamen
sobre los siguientes hechos.

HECHOS
 PRIMERO Un trabajador presta servicios en el departamento de recursos
humanos de una empresa como auxiliar administrativo
 SEGUNDO El trabajador en cuestión, cesa voluntariamente en la empresa en la
que ha prestado sus servicios, siendo dado de baja en el Régimen General de la
Seguridad Social.
 TERCERO Un año después, continuando en esa situación de baja, sufre un
accidente de tráfico que le produce una “ceguera permanente total” que le lleva a
solicitar la declaración de incapacidad permanente.
 CUARTO El trabajador que solicita la IP tiene 58 años, y justifica que tiene 25
años cotizados ininterrumpidos a la Seguridad Social.
 QUINTO La suma de las bases de cotización durante los 96 meses anteriores a
la fecha de la solicitud, una vez completadas las lagunas de cotización y
actualizadas las bases que corresponden, asciende a 144.600 €.
 SEXTO La última base de cotización, por contingencias comunes y
profesionales, ascendió a 1920 €.

De acuerdo con ello, la cuestión debatida consiste en valorar si, por un lado, el
trabajador tiene derecho a la prestación económica por incapacidad permanente y en qué
grado; Y por otro lado, si verdaderamente tiene derecho a esa prestación económica,
cuál sería su cuantía, y desde cuándo se considerará efectiva la prestación.
RODRÍGUEZ OJEDA, FRANCISCO JAVIER

La incapacitación permanente es la situación en la que se encuentra un trabajador que,


después de haber recibido una serie de prestaciones sanitarias, presenta unas
reducciones anatómicas o funcionales permanentes, provocando así la disminución o la
extinción total de su capacidad laboral. Esta incapacitación permanente puede tener
diferentes grados en función de la gravedad de la lesión y como afecte a su capacidad
laboral.

Existen 4 tipos de IP: Una incapacitación permanente parcial, total, absoluta y gran
invalidez. (Art 194 LGSS).

Uno de los aspectos fundamentales a los que hay que atender es que el trabajador había
sido de baja en el RGSS puesto que cesa voluntariamente en la empresa para la que
prestaba servicios, y uno de los requisitos necesarios para poder entrar a recibir una
prestación de IP es el estar de alta o en una situación asimilada al alta. Sin embargo, este
requisito no se cumple y como consecuencia de ello, parece en un primer momento que
el trabajador no tendrá derecho a la IP no haber sido de baja en su empresa. Ahora bien,
de todo ello existe una excepción. En este sentido, la Incapacitación permanente
absoluta y la Gran Invalidez pueden concederse aun no estando de alta por
contingencias comunes (Art 195.4 LGSS), pero cumpliendo los siguientes requisitos:
Haber cotizado 15 años y que 3 años se hubiesen cotizado dentro de los últimos 10 años
al hecho causante, en este caso, al accidente sufrido por el trabajador. (Art 195.4 en
relación con art 195.3 b) de la Ley General de la Seguridad Social).

Por tanto, hay que valorar en un primer momento si la ceguera puede considerarse como
Incapacitación permanente absoluta o Gran Invalidez y, en segundo lugar, si el
trabajador en cuestión que sufrió el accidente cumple los requisitos mencionados
anteriormente para que se le puede conceder la IPA o Gran Invalidez.
A mi parecer, al ser el trabajador ciego, requerirá para los actos esenciales del día a día
la ayuda de una tercera persona puesto que la ceguera total absoluta, le imposibilita el
salir solo a la calle, realizar las tareas del hogar como limpiar, cocinar, por lo que es
necesaria asistencia ajena para su seguridad. Ahora bien, todo ello es necesario
justificarlo con jurisprudencia.
RODRÍGUEZ OJEDA, FRANCISCO JAVIER

En primer lugar, respecto la ceguera, es importante acudir a la jurisprudencia para ver


en qué grado de la incapacitación permanente podría estar la ceguera. En este sentido, la
Sala de lo Social del Tribunal Supremo en el Recurso nº 1246/2013 de 3-03-2014, o
Sentencias posteriores del TS, Sala 4ª, de lo Social, 10 de febrero 2015 o Sentencia nº
308/2016 de TS, Sala 4ª, de lo Social, 20 de abril de 2016, ha resuelto que una persona
que padezca ceguera total o pérdida de visión equiparable, reúne objetivamente los
requisitos para considera la situación de gran invalidez que le da derecho a las
prestaciones correspondientes de Seguridad Social.

En segundo lugar, una vez que hemos llegado a la conclusión de que la ceguera total
puede calificarse como Gran Invalidez, es necesario, al estar el trabajador de baja en el
RGSS, es decir, sin prestar servicios, comprobar si se cumplen los requisitos para
acceder a la Gran Invalidez sin estar de alta en el Régimen General de la Seguridad
Social. Para ello, hay que acudir al art 195.4 en relación con el art 195.3 b) de la Ley
General de la Seguridad Social.

Por un lado, el trabajador debe haber cotizado 15 años. En concreto, este requisito es
cumplido por el trabajador ya que ha cotizado 25 años de forma ininterrumpida a la
Seguridad Social. Por otro lado, haber cotizado 3 años en los últimos 10 años al hecho
causante. Este último requisito también lo cumple porque ha cotizado 25 años de forma
continuada y una vez dado de baja en el RGSS, tuvo el accidente en al año siguiente.
Por tanto, si que ha cotizado esos 3 años en los últimos 10 años.

Por tanto, el trabajador tiene derecho a la prestación de IP, en concreto, de Gran


Invalidez. El siguiente paso, es determinar su cuantía y el momento en el que empezará
a surtir efectos.

La cuantía de la pensión por gran invalidez estará formada por el importe de la pensión
que corresponda por incapacidad permanente (total o absoluta), incrementada con un
complemento destinado a remunerar a la persona que atienda al beneficiario. (Art 196.4
LGSS). Para su cálculo hay que atender en un primer momento a la base reguladora. Al
estar el accidentado en una situación de no alta, la base será la misma que la de
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enfermedad común (Art 197.3 LGSS). En este sentido, hay que tomar como referencia
las 96 bases de cotización inmediatamente anteriores al hecho causante (144.600 euros)
y dividirlas entre 112. Esto da 1291,071 euros. Se hace así porque el trabajador tiene
más de 52 años. Todo ello se encuentra regulado en el artículo 197 LGSS.
Esta pensión vitalicia es del 100% por lo que el trabajador recibe 1291,071 euros. Ahora
bien, al estar en una Gran Invalidez, es necesario sumar un complemento para pagar a la
persona que le asiste. Este complemento consistirá en sumar por un lado, el 45% de la
base mínima de cotización vigente en el momento de producirse el hecho causante. Este
año es de 1108,33 euros. Por otro lado, el 30% de la última base de cotización
correspondiente a la contingencia que provocó la incapacidad. Al ser accidente de
tráfico, estamos ante una contingencia común. Por tanto, 1920 euros
1108,33x45%= 498,7485 euros
1920x30%= 576 euros

La suma de todo lo anterior nos da la prestación total que va a recibir el accidentado.


Esto es 1291,071 + 498,7485 + 576 = 2365,8195 euros

La prestación, al proceder de contingencias comunes, se abonará en 14 pagas.

Según lo expuesto, llego a la conclusión de que el accidentado tendrá derecho a una IP,
en concreto de Gran Invalidez y la cuantía de esta será de 2365,8195 euros. Respecto al
momento en el que empezará a surtir efectos, será día 1 del mes siguiente ya que se
abona a mes vencido y se realizará en 14 pagas.

Este es mi parecer, que emito a requerimiento del trabajador y someto a la


consideración de cualquier otro mejor fundado en Derecho.

En Zaragoza 21/11/2020

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