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Undad I. Orientaciones para La Evaluación y Su Tipología
Undad I. Orientaciones para La Evaluación y Su Tipología
Orientaciones y tipología de
la evaluación en el contexto
de la evaluación para el
aprendizaje en la formación
técnico profesional
¿Qué entendemos por evaluación para el aprendizaje en el
contexto de la educación media técnico profesional?
Tipología de la Evaluación
Existen diferentes criterios para clasificar la evaluación, una de las tipificaciones más aceptadas y
clásica, es la planteada por Himmel, Olivares y Zabalza (1999). Según los autores, los tipos de
evaluación se pueden clasificar a partir de los siguientes criterios: Intencionalidad, Momento,
Agente Evaluador y Estándar de Comparación.
Tipología de la evaluación
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Según momento: ¿Cuándo evaluar?
En el inicio: Tiene como propósito indagar en los conocimientos previos de las y los estudiantes ,
analizar la situación de cada uno/a con respecto a los conocimientos, habilidades y actitudes que
serán abordados por medio de los aprendizajes esperados de un módulo.
Como información para el docente: Se utiliza para reajustar los procesos educativos sobre la
marcha, permitiendo reorientar y reformular el proceso de aprendizaje. La evaluación de proceso
“es de gran importancia, ya que, al ofrecer información de modo permanente, permite contrastar si
la planificación está resultando como se preveía o sí, por el contrario, aparecen desviaciones que
pueden desvirtuar los resultados y que obligarían a reconducir la acción educativa que se esté
llevando a cabo” (Arredondo & Diago, 2003). En síntesis, el uso de la información recogida, no sólo
le sirve al estudiante para mejorar su desempeño, sino también al docente para generar los cambios
y ajustes necesarios en su práctica, a partir de un análisis y reflexión del proceso de aprendizaje de
sus estudiantes.
Como información para los estudiantes: Promueve la autorregulación del aprendizaje, porque
permite que los estudiantes reflexionen sobre su desempeño y desarrollen acciones de mejora.
Brinda retroalimentación a tiempo y en forma oportuna, de lo contrario el estudiante no dispondrá
de tiempo para trabajar a partir del error y mejorar su desempeño.
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En el final: Sirve para determinar el nivel de logro de los objetivos de aprendizaje genéricos, los
aprendizajes esperados y los criterios de evaluación, estableciendo el grado de formación y
desarrollo de las competencias al final de una secuencia didáctica o al término de un periodo. A
partir de este análisis se toman decisiones para mejorar la enseñanza y el nivel de desempeño de
las y los estudiantes, tales como:
● Identificar los objetivos y aprendizajes esperados más descendidos en un curso, con el fin
de retroalimentar o volver a enseñar con otras metodologías, realizar grupos de apoyos o tutorías
entre pares para estudiantes que presentan mayores desafíos.
● Realizar acciones remediales con docentes como tutores para apoyar a los estudiantes que
lo requieran.
● Mejorar las estrategias de enseñanza y metodologías en los módulos en los que las y los
estudiantes presenten bajos rendimientos.
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Según la intencionalidad: ¿Con qué finalidad evaluar?
Diagnóstica: Este tipo de evaluación puede tener varias intencionalidades, como pesquisar
conocimientos previos, indagar en las experiencias de aprendizaje y develar los falsos conceptos
que puedan influir en el proceso de aprendizaje. A su vez, permite analizar y determinar el nivel de
desempeño de los estudiantes antes de iniciar un módulo, con el fin de contextualizar la
planificación y poder asegurar el logro de los aprendizajes esperados.
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sabe hacer una determinada tarea. Los errores son objeto de estudio en tanto que son reveladores
de la naturaleza de las representaciones o de las estrategias elaboradas por el estudiante” (p.32).
En síntesis, una buena evaluación formativa estaría centrada en: comunicar los criterios de
evaluación, recoger evidencias concretas del aprendizaje y del desempeño, identificar brechas de
aprendizaje y niveles de desempeño, para, finalmente, mejorar metodologías o estrategias de
enseñanza que permitan acortar la brecha.
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A partir de los resultados de la evaluación sumativa se pueden emitir distintos tipos de juicios
evaluativos, como los siguientes:
● Analizar hasta qué punto se han logrado los objetivos propuestos, no con un enfoque sólo
de congruencia entre objetivos y logros de aprendizaje, sino con la intencionalidad de indagar en
los factores de la mediación pedagógica, que han influido en el proceso de aprendizaje y poder
establecer cuáles son las prácticas que promueven mejor el aprendizaje.
● Hacer una retroalimentación individual y general al grupo, en base al logro de los
contenidos, habilidades y actitudes sobre los que se ha trabajado en un módulo y los aspectos que
se deberían seguir mejorando.
● Establecer el grado o nivel de alcance de los objetivos de aprendizaje, aprendizajes
esperados y criterios de evaluación (Unidad de Currículum y Evaluación, 2021).
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Según el tipo de juicio. ¿Cómo emitir un juicio evaluativo
fundamentado?: Estándar de comparación: Normativo o
Criterial.
Tanto la evaluación normativa como la criterial están referidas a la forma en que emitimos los
juicios. En ambos casos se compara el desempeño de los estudiantes con un conjunto de parámetros
establecidos, las diferencias se pueden establecer con respecto a la forma de emitir los juicios y sus
finalidades.
Evaluación Criterial: Para emitir el juicio evaluativo se contrasta el desempeño de cada estudiante
con un conjunto de criterios establecidos con antelación y niveles de logro o desempeño, que
guarden relación con los aprendizajes esperados de un módulo.
Los criterios de evaluación vinculados a estrategias de evaluación y actividades que son aplicados
en un módulo se presentan con anticipación a los estudiantes, a pesar de estar propuestos por el
docente permiten un espacio de negociación y análisis entre docentes y estudiantes.
Ejemplo:
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Evaluación Normativa: Se utiliza para establecer, medir y determinar características estables de los
individuos, con el fin de compararlos entre sí, con un estándar o con conductas consideradas como
generales o típicas dentro de un grupo. En nuestro sistema educativo, este tipo de evaluación se
utiliza para seleccionar a los estudiantes más destacados dentro de un curso o para establecer las
diferentes ubicaciones de los estudiantes dentro de un grupo. Según Biggs (2006) este tipo de
modelo aplicado a la evaluación de los aprendizajes es una influencia de la psicología en el campo
de la evaluación educacional.
Según Fernández, existen dos formas de evaluación, que sirven a propósitos diferentes,
denominadas “por criterios” y “por norma”, respectivamente. Ambas formas de evaluar son
actuales y ambas son válidas en su respectivo contexto. “Existen varios modelos probabilísticos que
son aplicables a la evaluación del aprendizaje; entre ellos se cuenta el modelo normal” (Fernández,
1997). Sus usos van a depender de la función de la evaluación, su finalidad, y el tipo de información
que recogeremos. En la evaluación a gran escala como las pruebas de selección se utilizan
parámetros o medidas de la evaluación normativa.
En un proceso de evaluación llevado a cabo dentro un módulo y bajo un enfoque de formación por
competencias se utiliza la evaluación basada en criterios. La enseñanza supone cambios no
estabilidad en los puntajes, como docentes queremos que nuestros estudiantes mejoren, aprendan
y alcancen las competencias, no que se mantengan siempre en un mismo rango de calificaciones.
“… No queremos que las distribuciones de nuestras calificaciones sigan el modelo de una “buena
distribución”, (Biggs, 2006). La enseñanza es una intervención que pretende generar aprendizajes.
Aprender significa que algo ha cambiado, y lo ideal es que todos los estudiantes avancen y logren
los objetivos de aprendizaje propuestos.
El uso de la evaluación por norma se recomienda en evaluaciones de gran escala, con fines de
selección, y también en comparación de grupos grandes de estudiantes.
Ejemplo: “Este grupo de alumnos del Módulo de “Gastronomía” se ubica dentro del 25% de los
alumnos con mejor desempeño de la especialidad” Tipo de juicio emitido: Normativo.
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Según Agente: ¿Quiénes evaluarán? Auto y Coevaluación
En todo proceso de evaluación es importante planificar desde el inicio los agentes de la evaluación,
si los estudiantes serán partícipes del proceso evaluativo se hace necesario generar estrategias
específicas para promover la autorregulación, la reflexión y el diálogo sobre el proceso de
aprendizaje.
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● Entre compañeros/as se pueden detectar errores y aconsejar sobre métodos para mejorar.
Cuando se intercambian valoraciones entre iguales se tiende a leerlas con más atención e integrarlas
en el trabajo.
● Cuando un estudiante analiza otros trabajos no sólo hace recomendaciones de mejora a los
otros grupos sino que también le sirve para ajustar su propio trabajo, a partir de la visualización de
aspectos que previamente no había contemplado sobre los criterios de evaluación y el logro de los
objetivos.
● Se pueden hacer las siguientes preguntas finales para analizar el trabajo de los compañeros:
¿Está bien explicado? ¿Cumple con los criterios de evaluación? ¿Qué le recomiendas a tus
compañeros para mejorar su trabajo? Al grupo: ¿Están de acuerdo con lo que plantean sus
compañeros?
● Otra estrategia es intercambiar los trabajos de los estudiantes por grupos, a cada grupo se
le entrega una rúbrica con criterios para que analicen el trabajo del otro grupo, comparándolo con
los criterios y haciendo comentarios escritos y orales sobre lo que se debe mejorar.
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Bibliografía
• Arredondo, S. C., & Diago, J. C. (2003). Evaluación educativa y promoción escolar. Prentice Hall.
• Camilloni, A., Celman. S y otros. (1998). La evaluación de los aprendizajes en el debate didáctico
contemporáneo. Paidós.
• Foster, C. y Rojas, C. (2008): Evaluación al interior del aula: una mirada desde la validez,
confiabilidad y objetividad. 43 (2), 285-305.
• Himmel, E. Olivares, M y Zabalza, J. (1999). “Hacia una Evaluación Educativa: Aprender para evaluar
y evaluar para aprender”. Ediciones universitarias de la Pontificia Universidad Católica de Chile.
• Sanmartí, N. (2007). Diez ideas claves Evaluar para aprender (1ra. edición). Graó.
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