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2.1 Relacion Entre Resiliencia y Personalidad Maria Nieto
2.1 Relacion Entre Resiliencia y Personalidad Maria Nieto
LA EDAD
Marta Nieto, María E. Visier, Inmaculada Nayara Silvestre, Beatriz Navarro, Juan Pedro Serrano, Vicente
Martínez-Vizcaíno
Abstracto
La resiliencia se refiere al proceso por el cual los individuos utilizan la capacidad de hacer frente a los
desafíos para adaptarse con éxito a situaciones adversas, inclinándose hacia el futuro y la esperanza. El
objetivo principal de este estudio fue analizar la relación entre la resiliencia, los rasgos de personalidad y
la desesperanza. Además, realizamos comparaciones entre dos grupos de edad: adultos jóvenes y
mayores. La muestra estuvo compuesta por 439 participantes españoles (66,7% mujeres; M = 43,73, SD
= 26,41; rango de edad = 18–98 años). La Escala de Resiliencia de Connor-Davidson, el Inventario de
Cinco Factores de NEO y la Escala de Desesperanza de Beck se utilizaron para medir las principales
variables del estudio. Los resultados revelaron una relación negativa entre la resiliencia y el neuroticismo,
y una asociación positiva con los otros rasgos de personalidad. Además, se encontró que los niveles de
resiliencia estaban relacionados negativamente con la desesperanza. El grupo de adultos mayores mostró
niveles de resiliencia significativamente más bajos que los adultos jóvenes, aunque la edad no fue un
predictor significativo de resiliencia. El neuroticismo, la extraversión, la apertura y la desesperanza fueron
los únicos predictores de resiliencia para el estudio actual. Este trabajo contribuye al estudio de la
resiliencia y los factores relacionados, al intentar comprender el papel de la resiliencia y la resistencia al
riesgo y cómo los individuos abordan los desafíos a lo largo del tiempo, con importantes implicaciones para
la salud mental.
INTRODUCCIÓN
Las enfermedades mentales son una de las principales causas de discapacidad en todo el mundo
(Organización Mundial de la Salud, 2022). Afecta no solo a la vida de los pacientes, sino que también
puede tener un impacto duradero en su entorno inmediato y en la sociedad (Organización Mundial de la
Salud, 2019). Las experiencias estresantes, como traumas, cambios en la vida, guerras, enfermedades o
pandemias se han considerado factores de riesgo para la salud mental (por ejemplo, Bryant, Schnurr &
Pedlar, 2022; Harnett, van Rooij, Ely et al., 2021; Willey, Mimmack, Gagliardi et al., 2022; Zhu, Zhang,
Zhou, Li y Yang, 2021). Sin embargo, también vale la pena señalar que muchas personas expuestas a
situaciones estresantes se recuperan rápidamente o no sufren un deterioro psicológico y funcional
significativo (Bonanno, Westphal & Mancini, 2011; Kalisch, Baker, Basten et al., 2017). Puede haber
muchas razones para esto, entre las cuales la resiliencia se ha destacado como un rasgo clave para lograr
una buena salud mental (Färber y Rosendahl, 2020).
La resiliencia se refiere al proceso por el cual las personas utilizan la capacidad de hacer frente a los
desafíos y las nuevas circunstancias para adaptarse positivamente a contextos adversos, inclinándose
hacia el futuro y la esperanza (Barton, McKay, Garvis & Sappa, 2020; Murphy, 1987). Asimismo, se trata
de un constructo multidimensional determinado por factores intrínsecos y extrínsecos que subyacen al
funcionamiento cognitivo, social, emocional, conductual y psicológico de un individuo (Malhi, Das, Bell,
Mattingly & Mannie, 2019; Masten, 2015). Centrándose en el enfoque intrínseco, la resiliencia puede
presentarse como un rasgo que modera el impacto negativo del estrés y facilita el desarrollo adaptativo
(Connor & Davidson, 2003; Ong, Bergeman, Bisconti y Wallace, 2006). La resiliencia de rasgos se ha
operacionalizado comúnmente utilizando la escala de Connor-Davidson (CD-RISC; Connor y Davidson,
2003). Más específicamente, el CD-RISC evalúa características personales, como la autoeficacia y el
optimismo, que pueden ser efectivas para manejar adecuadamente el estrés y mejorar el desarrollo
adaptativo (Rodríguez, Alonso y Hernansaiz, 2016).
La resiliencia es un constructo que ha sido estudiado en diferentes perspectivas (Bonanno et al., 2011;
Salisu y Hashim, 2017; Southwick, Bonanno, Masten, Panter-Brick y Yehuda, 2014). Una de estas
perspectivas se centra en la resiliencia como características de personalidad que se manifiestan en
respuesta a las circunstancias de la vida y los perfiles individuales (Cloninger & Zohar, 2011; Connor y
Davidson, 2003; Oshio, Kaneko, Nagamine y Nakaya, 2003). Estos perfiles reflejan los pensamientos,
sentimientos y comportamientos característicos de un individuo, a saber, la personalidad (Wagner, Lüdtke
y Robitzsch, 2019). El modelo de cinco factores se toma típicamente como referencia cuando se
operacionaliza la personalidad (Costa & McCrae, 1992). Este modelo comprende cinco categorías
amplias, a saber, neuroticismo, extraversión, apertura, amabilidad y conciencia. Los rasgos de
personalidad tienden a permanecer estables a lo largo de la vida, aunque pueden sufrir cambios como
resultado de procesos de maduración y experiencias de vida. En este sentido, se ha sugerido que el
neuroticismo y la extraversión disminuyen con la edad, mientras que la amabilidad y la conciencia
aumentan a lo largo de la vida. En general, la apertura aumenta en la adolescencia y disminuye en el
envejecimiento (Costa, McCrae y Löckenhoff, 2019).
Una personalidad resiliente se caracteriza por altos niveles de extraversión, amabilidad, conciencia,
apertura y bajos niveles de neuroticismo (Alessandri, Vecchione, Donnellan, Eisenberg, Caprara y
Cieciuch, 2014). En general, se han encontrado relaciones negativas entre la resiliencia y el neuroticismo,
y la resiliencia se ha asociado positivamente con los otros rasgos (ver Oshio, Taku, Hirano & Saeed, 2018,
para una revisión). El neuroticismo y la extraversión se han relacionado más específicamente con la
resiliencia (Lü, Wang, Liu y Zhang, 2014), ya que estos rasgos pueden verse afectados de manera más
significativa por los eventos de la vida (Ogle, Rubin y Siegler, 2014; Sarubin, Wolf, Giegling et al., 2015).
Considerando que el neuroticismo se ha asociado con resultados psicológicos adversos, como la
depresión y la desesperanza (Chioqueta & Stiles, 2005; Grav, Stordal, Romild y Hellzen, 2012; Hjemdal,
Friborg y Stiles, 2012; McDonnell y Semkovska, 2020), su efecto negativo sobre la resiliencia no es
sorprendente. Además, se ha sugerido que cuando las personas están lidiando con el estrés y sus recursos
resilientes son escasos o inexistentes, la desesperanza puede ser un resultado predecible (Hjemdal et al.,
2012). En contraste, la extraversión conduce a un manejo del estrés más adaptativo (Schneider, Rench,
Lyons y Riffle, 2012).
La resiliencia podría ser la clave para explicar la resistencia al riesgo y la forma en que las personas
enfrentan los desafíos a lo largo de la vida (Färber y Rosendahl, 2020). Sin embargo, las diferencias
relacionadas con la edad en la resiliencia aún no son concluyentes. Si bien algunos estudios han informado
que a medida que las personas envejecen, se vuelven más resistentes (Campbell-Sills, Forde & Stein,
2009; Gillespie, Chaboyer & Wallis, 2009), otros han mostrado una relación negativa entre resiliencia y
edad (Beutel, Glaesmer, Decker, Fischbeck & Brähler, 2009; Lamond, Depp, Allison et al., 2008). Incluso
en revisiones recientes, no se han encontrado asociaciones significativas entre estas variables (Färber &
Rosendahl, 2020; Lee, Nam, Kim, Kim, Lee & Lee, 2013). De hecho, parece que los resultados aún no son
concluyentes, debido principalmente a aspectos metodológicos, como la existencia de una amplia gama
de instrumentos de evaluación, covariables y características de la muestra (Lee et al., 2013; McGinnis,
2018; Pulido, Fernández y López, 2020).
EL ESTUDIO ACTUAL
A la luz de lo anterior, la resiliencia parece ser un constructo significativo para la promoción de la salud y
la prevención de enfermedades mentales porque podría ayudar a las personas a recuperarse, mantener y
mejorar su bienestar psicológico cuando han estado expuestas a experiencias estresantes (Färber &
Rosendahl, 2020; Ungar y Theron, 2019). Además, el estudio de individuos resilientes y los mecanismos
que los protegen es una estrategia recomendada para combatir las enfermedades relacionadas con el
estrés (Kalisch et al., 2017). Considerando que las respuestas de los individuos a situaciones estresantes
son el resultado de una compleja interacción de factores, incluyendo características personales (Biggs,
Brough & Drummond, 2017), este trabajo pretende complementar la literatura existente sobre variables
relacionadas con la resiliencia, centrándose en analizar las relaciones entre resiliencia y rasgos de
personalidad en una muestra de adultos españoles. Además, se examinó el papel de la desesperanza y la
edad en la capacidad de resiliencia.
MÉTODO
Participantes
Los participantes fueron una muestra de conveniencia compuesta por 439 adultos españoles (66,7%
mujeres; M = 43,73, SD = 26,41; rango de edad = 18-98 años) reclutados de instituciones públicas:
universidades, universidades para adultos mayores, asociaciones de adultos mayores y centros
comunitarios. Los participantes eran hispanohablantes y eran de nivel socioeconómico medio-alto. La
muestra se dividió en dos grupos: adultos jóvenes (n = 227; 81,9% mujeres; M = 19,86, SD = 1,30; rango
de edad = 18–24 años) y adultos mayores (n = 212; 50,5% mujeres; M = 71,37, SD = 8,76; rango de edad
60-98 años). Los criterios de inclusión fueron: (1) estar alfabetizado; (2) para el grupo de mayor edad, sin
dificultades cognitivas. El deterioro cognitivo se evaluó mediante el Mini-Mental Status Examination (Lobo
et al., 2002); y (3) dar consentimiento informado firmado. Siguiendo estos criterios, cinco participantes
fueron excluidos por presentar puntuaciones compatibles con deterioro cognitivo.
Medidas
Escala de resiliencia de Connor-Davidson
Para medir la resiliencia, administramos la Escala de Resiliencia Connor-Davidson de 10 ítems (CD-RISC;
Campbell-Sills y Stein, 2007; Adaptación española de Notario-Pacheco, Solera-Martínez, Serrano-Parra,
Bartolomé-Gutiérrez, García-Campayo & Martínez-Vizcaíno, 2011), que se puntúa en una escala tipo
Likert con cinco opciones de nunca a casi siempre. La puntuación final es la suma de todos los ítems
(rango 0-40), donde las puntuaciones más altas indican niveles más altos de resiliencia. La versión en
español del CD-RISC tiene un alfa de Cronbach de 0,85.
Inventario de cinco factores NEO
El neuroticismo, la extraversión, la apertura, la amabilidad y la conciencia se evaluaron utilizando la versión
en español del NEO-Five Factor Inventory (NEO-FFI; Cordero, Pamos y Seisdedos, 2008). El NEO-FFI
comprende 60 ítems con cinco opciones de respuesta que van desde muy en desacuerdo hasta totalmente
de acuerdo. Este instrumento ha mostrado una consistencia interna aceptable, con un alfa de Cronbach
de entre 0,70 y 0,80.
Escala de desesperanza de Beck
Para medir la desesperanza futura, utilizamos la Escala de Desesperanza de Beck (BHS; Beck, Weissman,
Lester y Trexler, 1974; Adaptación española de Aguilar, Hidalgo, Cano, López, Campillo & Hernández,
1995), un instrumento unidimensional que comprende 22 ítems dicotómicos, donde puntajes más altos
indican mayores niveles de desesperanza. La versión española del BHS ha mostrado buenas propiedades
psicométricas (Aguilar et al., 1995).
Procedimiento
El protocolo del estudio fue aprobado por el Comité Ético de Investigación Clínica de nuestra comunidad
autónoma (Expediente nº 6/2016). En primer lugar, presentamos el proyecto a los equipos directivos de
las instituciones colaboradoras para obtener las autorizaciones para implementar el proyecto. Después de
la aprobación, los miembros del equipo de investigación visitaron todos los diferentes lugares durante las
actividades en persona para informar a los participantes sobre el proyecto. Explicaron los objetivos del
estudio, respondieron a cualquier pregunta y solicitaron el consentimiento informado firmado por los
participantes. Los datos fueron recolectados por cuatro experimentadores en una sola sesión que duró
alrededor de 60 minutos. Las evaluaciones se realizaron en formato grupal en las instituciones
colaboradoras, durante el horario normal.1
Análisis de datos
Los análisis estadísticos se realizaron utilizando IBM SPSS Statistics 24 (SPSS, Inc., Chicago, IL). El criterio
de significación estadística se estableció en p ≤ 0,05. Se realizaron pruebas lógicas y pruebas de rango,
así como pruebas de consistencia de datos. Después de revisar y limpiar los datos, realizamos análisis
exploratorios y otros análisis para categorizar y transformar las variables. El plan específico de análisis de
datos incluyó, en primer lugar, un análisis descriptivo de las principales variables de estudio y una prueba
t para muestras independientes para determinar posibles diferencias estadísticas relacionadas con la
edad. En segundo lugar, para examinar la asociación entre la resiliencia, los rasgos de personalidad y la
desesperanza, se estimaron coeficientes de correlación parcial, con ajustes por edad. Finalmente, se
probaron modelos de regresión jerárquica para determinar en toda la muestra las variables que predijeron
la resiliencia (es decir, edad, rasgos de personalidad y desesperanza).
RESULTADOS
Resultados descriptivos
Las características de los participantes se resumen en la Tabla 1. Además, se utilizaron pruebas t de
muestras independientes para analizar posibles diferencias estadísticas entre grupos de edad. En general,
el grupo joven presentó valores medios más altos en resiliencia, neuroticismo, extraversión y apertura (p
< 0,05), mientras que el grupo de mayor edad tuvo valores medios más altos en desesperanza (p < 0,001).
No hubo diferencias estadísticamente significativas por edad en los rasgos de personalidad, a saber,
amabilidad y conciencia.
Resultados de correlación
Después de ajustar por edad, los coeficientes de correlación parcial entre los rasgos de personalidad y la
desesperanza y la resiliencia mostraron que la resiliencia estaba significativamente relacionada con todos
los rasgos de personalidad (Tabla 2). Se encontraron asociaciones positivas para la extraversión, apertura,
amabilidad y conciencia, y se encontró una asociación negativa entre resiliencia y neuroticismo. También
encontramos que la resiliencia estaba relacionada negativa y significativamente con la desesperanza.
Además, como era de esperar, mientras que la mayoría de los rasgos de personalidad se asociaron
negativamente con la desesperanza, el neuroticismo mostró una relación positiva.