LA CULTURA
COMO CONCEPTO SEMIOTICO
ALGUNAS REFLEXIONES METODOLOGICAS
UTILES AL PENSAMIENTO SOCIOLOGICO
Luis Humberto Méndez y Berrueta10 | thasrutenuo coro natren ATMS HENS
|
articulaci6n de algunos de ellos aquf considerados relevan-
tes— para una mejor comprensidn del resbaladizo concepto
que nos ocupa: la cultura.
Agradezco en primerisimo lugar a mis alumnos. De la
permanente discusién realizada con ellos sobre los conteni-
dos que estructuran este trabajo, asf como de su dificultosa
aplicacién a realidades concretas del mundo de la cultura en
México, surgié la idea de escribir y publicar este texto.
‘Agradezco igualmente al Licenciado en Linglistica y
Maestro en Estudios sobre Medio Oriente, Luis Femando
Méndez Franco, sus valiosos comentarios sobre uno de los
pilares basicos que sostienen las particularidades reflexivas
de este trabajo: la lengua y el lenguaje; en particular la teorfa
del signo lingtistico y no linglistico, el enunciado, el dis-
curso, la metéfora y €l simbolo. Sus observaciones criticas,
sus puntillosas aclaraciones, sus indicaciones bibliograficas
xy su esfuerzo de revisién estilistica, fueron primordiales para
‘cumplir con esta empresa.
‘Agradezco con igual entusiasmo a mi universidad, en
particular a su Departamento de Sociologia y a la Division
de Ciencias Sociales y Humanidades en que se inserta, insti-
‘tuciones que han creado el favorable entorno que me per
tid, me ha permitido ~y espero me seguiré permitiendo- la
realizaci6n de este y otros muchos esfuerzos académicos,
Por ultimo, una vez més, agradezco a mi amigo el Maes-
tro en Economia Rubén Leyva, Director de Editorial Eon,
Por atreverse a coeditar uno mas de los ya varios trabajos
publicados por esta casa editorial.
Luis Humberto Méndez y Berrueta
INTRODUCCION
Los objetivos
titulo de este trabajo indica su pretensién: explicar por
.qué resulta importante entender el témino cultura como
un concepto semidtico. Aceptar esta consideracién nos
‘obliga, primero, a considerar el simbolo como el elemento
central alrededor de! cual se reflexiona sobre lo social, en
este caso particular, sobre la cultura; segundo, a adherirnos
al supuesto que admite la determinacién de la lengua, y en
general del lenguaje, en el esfuerzo por comprenderla; y
+ercero, a aceptar lo cultural como una estructura institu-
cionalmente organizada, socialmente construida, histérica-
mente determinada, semidticamente articulada,' inestable
por principio y, por tanto, siempre sujeta al cambio, ain y
" Entendemas por articulacin semistica el conjunto de signos (in-
_tisticos ono) que en un infnto entrelazamiento de elementos propios
del lenguaje (de cualquier tipo de lenguaj) elaboran discursos desde
donde se formulan las ideas y se promueven las acciones que insttuyen,
desde el campo de lo simbdlico, ese inmenso y contradictrio universo
{que llamamos sociedad,n Ls cuatuma coMo conea?10 SGI. ALGANAS RERERIMES
cuando el discurso ideolégico-cultural que lo amalgama
predique su permanencia
En aras de la claridad, hacemos explicito lo siguiente:
para nosotros la nocién de estructura es una abstraccién,
una construccién teérica, una herramienta mental (por tanto
intangible) creada por el hombre para poner orden sobre
el desorden (aparente 0 no) del mundo que lo rodea. No
tiene una representacién fisica, no ocupa un espacio ni tiene
una masa: es una representacion simbélica, s6lo existe en la
mente del hombre y encuentra su origen en el campo de lo
simbélico-linguistico. A través de este instrumento (lo sim-
bélico-linguistico), se relaciona con el mundo que lo rodea
yy confecciona sus particulares formas de convivencia, urdien-
do enormes redes de significacién a las que cominmente
llamamos mundo simbélico. Por este medio, los hombres
interpretan la realidad externa, edifican sus creencias acerca
del mundo, construyen sus particulares formas de vida y de-
ciden cémo comportarse en ella. Consideraremos entonces
que el gran pilar que sostiene cualquier tipo de estructura
es el simbolo.?
Es evidente, sabemos, lo heterogéneo del enfoque sim-
bélico para el analisis sobre lo social, pero igual nos per-
catamos de que a pesar de sus diferencias (en ocasiones
grandes), existe un acuerdo, implicito y/o explicito, entre
diversos pensadores para atribuirle al lenguaje el origen a
esta influyente forma cognoscitiva. Consideraremos entonces
que, si hablamos de simbolo, estaremos, inevitablemente,
hablando de lenguaje; y que si hablamos de lenguaje, nos
tubicaremos mucho més alld del universo lingiistico que com-
prende a cientos de lenguas habladas y/o escritas que defi-
2 En el Capitulo 2 explicaremas con mayor detalle cémo se forma un
simbolo y cual es su naturaleza.
wreoucoon = |S
nen a cientos de culturas; nos situaremos en el amplio
mundo de la comunicacién humana, allf donde los hombres
interactuan empleando un sinniimero de lenguajes, verbales
¥y no verbales, escritos o no escritos, a través de los cuales
intercambian sus formas de ser y estar en el mundo. Cam-
partimos entonces el particular parecer que dentro de la
iencia social considera que
no hay estructura mas que de lo que es lenguaje, aunque
se trate de un lenguaje esotérico 0 incluso no verbal. No hay
‘estructura del inconsciente mds que en la medida que el incons-
ciente habla y es lenguaje. No hay estructura de los cuerpos
‘més que en la medida en que los cuerpos... de algiin modo.
hablan con un lenguaje que hace sintoma, que es el lenguaje de
los sintomas. Las cosas mismas en general no tienen estructura
sino en la medida en que sostienen un discurso silencioso que
cs el lenguaje de los signos.>
Pero el objetivo del titulo que significa estas notas no se
detiene sélo en tratar de explicar por que resulta sugerente
entender el término cultura como un concepto semistico; a
esta intencién general le acompaha otro propésito (formal-
mente sefialado en el subtitulo de este trabajo): realizar un
conjunto de reflexiones tedricas-metodolégicas alrededor
del concepto semiético de cultura, tiles para el pensamiento
sociolégico. ~
Aceste esfuerzo intelectual lo atraviesa una importante
consideracién que le da sentido: el andlisis de las institu-
ciones que simbdlicamente articulan una particular estruc-
> Gita tomada de un artculo de Giles Deleuze, en F Chatelet (éd.)
Histoire de la Philosophie, t. Vi
pp. 299-335.
le XXeme sitcle, Paris, Hachete, 1972, 4 >“ |
tura cultural pierde fuerza interpretativa si no se ubica en
los terrenos de la interacci6n social. Se parte entonces de
que ninguna estructura puede explicarse en si misma; no.
son construcciones pétreas, inamovibles, a-hist6ricas y
mucho menos originadas desde presupuestos metafisicos
A pesar de la aparente estabilidad que muestra cualquier
tipo de cosmovisi6n o ethos (estabilidad que se muestra en
su obligada inclinacién a la permanencia que, advertimos a
lo largo de la historia, parece eternizar sus instituciones),
vistos desde la interaccién social resultan ser flexibles, se en-
uentran en constante movimiento. Un andlisis de la cultura
resulta seriamente limitado silos elementos que la integran
~estructuralmente organizados~ no se observan desde los
contradictorios espacios donde los hombres se comunican
diariamente; desde los momentos de vida cotidiana en que
Ponen a prueba la validez simb6lica de las instituciones que,
de manera abstracta, les organizan la vida en comin.
Sin importar la definicién te6rica con la que socidlogos
¥y antropélogos han intentado definir los comportamnientos
habituales de los individuos dentro de cualquier colectivo
social" todas refieren a la interaccién social, esto es, a las
formas de comunicacién que establecen en un territorio es-
Pecifico y un tiempo determinado, al conjunto de relaciones
que instauran dentro y fuera del trabajo, con la familia, con
rupos sociales 0 religiosos, con la autoridad; relaciones es-
tables o inestables, simétricas 0 asimétricas; relaciones esta
blecidas interna o externamente por sus habitus particulares
‘cua cou conctr0 SWETCD. ALLIS RTECONES..
* Podemos mencionar entre algunas de las reflexiones més signif-
«ativas en tomo a este problema, los conceptos de representaciones