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LA BORRASCA, LLAMADA DENNISSE.

Clamo por una subsidencia, de aire que disipe las nubes oscuras, aportando a mi
alma, un tiempo bueno y estable, que diga cuál es mi lugar. Mi terreno fecundo
de años, fríos, alejados, encerrados por alambres que atan, limitan mi pasado y
mi destino. En ese momento, en que el aire de su sonrisa calentó mi vida,
termine atrapado dentro de esta borrasca. Sus efectos se pueden notar pues no
ceso en pensar en ella. Toda borrasca, como esta, como la mía, se formó
cuando la presión de su mirada, llegó a niveles altos, a la superficie de mis
afectos, aunque espero, comience a disminuir. Esta disminución que dejará un
vacío, difícil de llenar. Borrasca que en mi mente, genera vientos que giran en
sentido contrario a las agujas del reloj. Vientos fuertes o muy fuertes, que son
más intensos, cuando leo sus mensajes o escucho la dulzura de su voz. En las
borrascas, el viento circula en sentido anti horario, contrario a las manecillas del
reloj, apartando, alejando, su edad de la mía. De esa nubes oscuras, lagrimas
abundantes a mi suelo verde caerán. Sin embargo con optimismo y esperanza,
veo claros, aunque pequeños, en el cielo, rayos de sol, que un día de suerte, la
dicha que deseo llegará. Que se disipen los cielos, para ver la realidad. Toda
borrasca, tiene nombre de mujer, a esta la llamaré Dennisse, la que se consagra
a Dios, es tímida y callada, pero tiene fuerte carácter. Esta timidez no
le impide ser comunicativa. Es una mujer elegante y simpática. Es
muy imaginativa y divertida, escribe poesía.(Mario Fuentes San Martin,
escribidor). DRA

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