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JOYERÍA EN MÉXICO

UANL – FARQ TALLER DE JOYERÍA ARQ. ANDREA ELIZONDO


México mezcla de culturas
indígenas y europeas son el
ejemplo de su joyería.

Desde los adornos religiosos de


las tribus nativas a los diseños
modernos de plata, la joyería
mexicana tiene un estilo que es muy
popular entre los turistas y lugareños
por igual.
La historia de la joyería mexicana comienza con las tribus indígenas que vivían en América
Central y América del Sur, antes de la colonización europea.

Estas tribus, la tolteca, mixteca, zapoteca, maya y azteca, eran conocidos por adornar sus
cuerpos ricamente con pinturas, tatuajes, joyas y plumas.
La evidencia arqueológica muestra que los aztecas usaban joyas de jade finamente tallada.

Varias joyas fueron encontradas en tumbas de la tribu mixteca, incluyendo colgantes de oro,
turquesa, orejeras de cuarzo, y piezas con motivos de animales.
Los tapones para los oídos, colgantes y pulseras Maya preferentemente hechas de jade.

Se piensa que la joyería Maya tenía alguna función religiosa, ya que se utilizaba en muchos ritos
funerarios.
El oro era abundante en México y en
toda América del Sur, lo que atrajo a muchos
exploradores españoles a la región,
muchas tribus hacían sus joyas de
oro antes de la ocupación española.

Los primeros indicios de toda esta orfebrería


y joyería se sitúa en los Andes
septentrionales: Colombia y Ecuador en
torno al 1200 a.C., también en Perú y norte
de Chile se han encontrado evidencias de
fundición de metales hacia el año 1000 a.C.,
mientras que en Mesoamérica se sitúa en el
900 a.C.
La plata mexicana es un valioso metal.

En 1521 cuando los españoles conquistan


México, se dieron a la ardua tarea de buscar
yacimientos de plata.

A mediados del siglo XVI se encontraron las minas


más importantes del país en lugares como
Zumpango, Estado de México, Taxco,
Guerrero. De Igual manera, en el antiguo territorio
de Nueva Galicia, que englobaba las actuales zonas
de Jalisco, Zacatecas, San Luís Potosí, Durango,
Nayarit, Aguas Calientes y Colima.

La explotación comenzó en Zacatecas;


cuando el conquistador Juan de Tolosa recibió una
piedra de un indígena, descubriendo que contenía
una excelente ley de plata. Por eso, logró llamar la
atención del gobernador Cristóbal de Oñate; junto a
otros colonialistas, para extraer el metal de ese lugar.
En las minas trabajaban más de 500 indios enviados de la zona central de México, una
gran cantidad de esclavos negros y muchos misioneros.

Se fundó la casa de la moneda, que sería la primera en el Continente Americano; con


ella se creó un sistema para la fabricación de piezas de plata hechas a mano, una por una,
con el golpe del martillo. Estas monedas se denominaban reales.
Lo más impactante de la plata mexicana fue el maravilloso arte de convertirla en joyas y objetos
preciosos; dando origen a una mítica tradición artística surgida en la época prehispánica.

Los plateros españoles se encargaron de plasmar diferentes diseños hispánicos y europeos; conjugando
los múltiples conocimientos de los indígenas para trabajar la plata, haciendo majestuosas prendas.
Todo el mundo se han trasladado a México con el fin de explotar la joyería mexicana.

Por ejemplo, el año 1910 el estadounidense Fred Davis, estudiante de medicina de Chicago, se
traslada a la ciudad de México con el fin de convertirse en orfebre y diseñador de joyas. Abre una
tienda en la ciudad de México en la década de 1920 empleando a muchos plateros mexicanos, y luego
muchas tiendas surgieron en todo México con diseños similares.
Otro estadounidense, William Spratling, arquitecto y profesor llega a México el año 1927, y logra
hacer crecer la popularidad de la joyería en plata en la ciudad de Taxco, ciudad importante por los
grandes yacimientos de plata explotados por los españoles durante siglos y llevados a España.

Después de la independencia de México, Spratling encontró la manera de emplear las minas para el
beneficio del pueblo de Taxco.
Se diseñaron objetos de plata inspirados en piezas precolombinas y las piezas fueron
trabajadas por plateros mexicanos. Sus joyas eran tan populares que se vendían tan rápido a como se
fabricaban, durante 1940 ya tenía una industria con más de 100 diseñadores y orfebres mexicanos.
Actualmente México es el primer
productor mundial de plata,
alcanzando los 1.081 millones de
onzas; inducidas por la manufactura
de barras, monedas y joyas.

Es indudable el valor histórico en la


presencia de las hermosas piezas,
identificando el pasado atrayente de
las tierras aztecas, con el presente
innovador en las alhajas
representativas de la orfebrería
mexicana.
Taxco sigue siendo un lugar turístico y muy popular para los compradores de joyería hoy en día, Taxco
cuenta hoy en día con más de 1.000 tiendas dedicadas a vender plata en sus diferentes formas.
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