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Cristina Soto Guineo

En el marco de la Campaña Ecológica Al Sur del Mundo seguimos con la serie de entrevistas a diversas
personas del territorio que han impulsado una defensa de la naturaleza, en esta oportunidad hablamos
con Cristina Soto Guineo, werken de la comunidad Lof Huenul, ubicada en la Isla Grande de Chiloé, en
el sector de Huelden, a pocos kilómetros de Ancud, además Cristina ejerce como Educadora
Tradicional en la ciudad de Ancud, desde hace unos años activa defensora del territorio y en esta
oportunidad conversaremos de su comunidad, el territorio y su defensa.

¿Cómo has observado el desarrollo de la comunidad los últimos años?

La terminología antes no era tan arrolladora, ni la industria era tan dañina como es ahora, la forma de
vida era distinta, los avances dejan ver un daño más notorio. Por ejemplo en mi familia tenemos luz
eléctrica hace solo unos 10 años, en mi casa decidí tener paneles solares.

De un tiempo a esta parte ha sido como una bomba, en menos de 15 años ha habido cambios abruptos.
Uno escucha que todo esto es parte del progreso, de que Chile es un país que se desarrolle, pero se
desarrolla no se quien, porque uno no ve grandes progresos dentro de las comunidades ni los territorios.

¿En qué momento comenzó su participación más activa dentro de la comunidad?

Mira de manera más activa, creo que unos 10 años, comenzaron a pasar un sin fin de cosas en el
territorio, se impusieron ciertos proyectos y hubo que sacar la voz, y como en nuestra comunidad la
mayoría de las comuneras que son activas son mujeres. Dentro de eso me ha tocado meterme en ciertos
ámbitos, me ha tocado luchar mucho y enfrentarme con los hombre, en el sentido que muchas veces
cuando vienen estos proyectos vienen los hombres intimidando, es una intimidación cuando viene
hombres de una empresa sabiendo que solo hay mujeres en el territorio, y lo veo de esa manera porque
me lo han hecho sentir de esa manera, entonces cuando uno le comienza a decir este punto de vista a
ellos no les parece.

Antiguamente se veía mucho machismo entre los hermano, dentro de la familia, siempre se miraba en
menos el pensamiento o cuando una mujer hablaba, entonces me toco ir abriendo caminos en ese
sentido, siempre leía, me informaba, tenía la información para poder pararme frente a alguien, ahí fui
asumiendo más el rol de werken porque mi comunidad me decía, ¿sabes qué Cristina? tenemos que
hacer esto o ahí que hablar con esta persona, fue así como se fue dando un reconocimiento a la forma
en que me paraba frente a las personas que llegaban, la información es lo que me ha dado ese punta pie,
pararme segura frente a alguien, exponer mi punto de vista, defender mi territorio.

¿Cuál es tú percepción de los hombres dentro de tu Comunidad y otras comunidades en Chiloé?

En este territorio somos 5 comunidades, y de esas, solamente en una comunidad existe un hombre, el
comunero que sale a plantear sus puntos de vista, y el resto son mujeres, dirigen solo mujeres,
representan grupos de familias pero ellas como mujeres van liderando el movimiento y nos
acompañamos en ese proceso.

El rol que ha tenido el hombre, siento que ha sido más de descanso, se enfocan más en la labor de
generar sustento familiar, más que en involucrarse en ciertas acciones que hay que hacer. Cuando
llegan ciertos extremos ellos están ahí, pero cuando son asuntos más pasivos son solamente las mujeres
las que participan.
Además de Werken ejerces como Educadora Tradicional ¿cómo te llego esa intención?

Mira ya son como 15 años, comencé fortaleciendo mi propia comunidad en el sentido del zungun, del
hablar, del sentir. Muchas veces la forma como siente y piensa el indígena es muy diferente a como
siente y piensa un lamien que no pertenece a una comunidad o no entiende la luchas de las
comunidades. Mi familia siempre se ha dedicado a fortalecer la cultura, el bosque, la agricultura
familiar, a no extraer lo que no necesitamos, siempre he tenido esa visión de protección hacia la Mapu
(Madre Tierra), y fue ahí cuando en mi comunidad me escogieron junto a otro lamien para ser educador
tradicional, para trabajar con los niños y cambiarles esa mirada que tienen sobre la naturaleza, que lo
ven como que podemos a llegar a ser dueños de la naturaleza o de lo que la compone.

Ha costado porque hay gente que ni siquiera se siente indígena, entonces la educación ha sido tan dura
desde antes hasta ahora, desarraigó tanto a las personas que salieron del territorio, yendo a la ciudad
porque antes la educación era solo hasta sexto básico, entonces se fue desarraigando todo eso, y volver
a trabajar con los niños, con sus raíces, de su territorio, de lo que pueden llegar a hacer, a demostrarles
que somos parte de la naturaleza, ha sido un trabajo muy duro, porque el sistema educacional no es
amigable, es muy estructurado, entonces nosotros las comunidades indígenas trabajamos con la
naturaleza, sentimos y mostramos que lawenes (plantas) sirven para cuando uno está kutran (enfermo),
y todo ese trabajo de más de 15 años siento que ahora se esta valorando como una forma de protección,
a ser más autónomos cultivando sus propios alimentos, los niños valoran, respetan la naturaleza, que
hay que pedir permiso, que no hay que extraer lo que nos vas a ocupar, tener un balance, y eso ahora
puedo verlo reflejado en los más pequeños.

¿Dónde estás desarrollando la labor de Educadora Tradicional?

En Escuelas de ciudad, y también en escuelas rurales, unidocentes. En Chiloé las distancias son
bastante extensas, una hora o dos horas para llegar a un colegio, caminar. Entonces ahora estos solo en
la ciudad, me destinaron a una escuela urbana donde se trabaja con niños de primero a octavo básico,
niños que están totalmente desconectados de la naturaleza, todo el día con el teléfono, con los juegos,
su mundo y su vida es en base a la tecnología.

¿Cómo ves el rol de la tecnología en la educación, en los niños?

He buscado la forma más amigable, en que la tecnología pueda acercarse de una buena manera a los
niños, usando los mismo teléfonos, escuchar los sonidos, y que ellos puedan identificar esos sonidos,
los saco mucho de la escuela, no me gusta la estructura que tiene la escuela donde entras a una sala de
clases donde y están todos encerrados, busco siempre la forma de llevarlos a la naturaleza, de hablarles
de la cultura, de explicarles ciertas cosas que pasan o que no.

Vemos como el sistema extractivista que hay en Chile, es un sistema que obliga de cierta manera a la
madre o al padre a trabajar 24/7, y los niños lo más cercano que tienen es el teléfono, los juegos,
porque están encerrados todo el día, entonces a una le toca escuchar relatos de niños fuertes.

A veces se juzga a los niños tan superficialmente, que este niño es desordenado, contestador, pero
cuando uno se acerca al niño uno se da cuenta que ese niño pasa completamente solo, la mamá llega
tarde y así esta funcionando, este sistema se preocupa de extraer el trabajo que la persona en sí. Eso es
lo que digo, dejamos de criar personas estamos casi trabajando con robots, hay niños que no saben
como expresar su rabia, su pena, y el sistema es tan frió, el niño ha dejado ver a una persona cordial
dentro de una sala de clases.

La labor del Educador Tradicional busca formar personas, formar Che, un niño necesita además de leer
y escribir aprender otras cosas, necesita también entender las cosas, pensar por si mismo, esto es algo
que con la tecnología ha disminuido. Entonces a través del sacarlo de este sistema uno les va mostrando
que existe todo un entorno, y personas que quizás no pueden solucionarles sus problemas pero ellos
verán una forma de sentirse más aliviados, si al final la conexión que tiene que hacer entre el Che y la
Naturaleza.

¿Tú crees que volver a esa relación con la naturaleza puede contribuir frente a esta
deshumanización que estamos viviendo?

Mira tengo una hija de 16 años, otra pequeñita de 6 años, y las dos son personas que me acompañan a
sembrar, ellas tienen sus propias siembras, yo les hablo de la naturaleza. En la escuela me dicen sobre
la más pequeña que es muy activa, esta siempre atenta a la respuesta, ella esta siempre desarrollándose.
A veces me dice – Mamá estoy aburrida -, y le digo – bueno, busque cualquier cosas para que no se
aburra -, y como te digo en mi casa tengo energía solar y solo vivimos sin tele, solo con la radio, y ella
con sus rompecabezas, y vamos a jugar a fuera entre los arboles, ahí tú te das cuenta la diferencia de
criar en la ciudad y en el campo, mi hija es de jugar con piedras, con las gallinas, los pollos, y si se
necesita esa conexión porque ahí uno siente que esta formando personas, cuidan a los animales y que si
les dan comida vamos a tener huevitos, ahí uno va mostrando que esa conexión con la naturaleza no la
puede perder, también las llevo a transplantar arboles donde no hay, y si siento que es necesaria esa
conexión y se nota en los niños.

¿Qué es para ti el bosque?, ¿cómo es tú relación?

Mira puedo pasar horas ahí, solo escuchando a las aves, o mirando el suelo, uno encuentra ahí la
tranquilidad, tranquilidad que en la ciudad no ves, la gente anda tan estresada, apurada.

En el bosque puedes encontrar tremenda reflexión de vida. Una vez le hacia una reflexión a una ñaña
que a veces la gente se agobia por problemas que están pasando, yo le dije así po’ - lamien los arboles
no se mueven, resisten lluvias, temporales, a veces soles intensos, ellos no pueden moverse nosotros si
podemos movernos, si un árbol puede resistir sin moverse, nosotros también podemos resistir pero
moviendonos -, entonces dijo claro tienes razón, y es cierto, miro mucho la naturaleza y ella nos va
mostrando lo que podemos y no podemos hacer, cuando uno va enojado al bosque a veces uno se
pierde, y uno dice chuta no se puede hacer porque ahí existen muchos ngen, tú entras a su territorio
pero tienes que saber pedir permiso.

Sufro mucho cuando dicen sabes que, va a venir una doble vía, una vía eléctrica, mi manera es sentir el
daño que ocurre en esta Mapu, a veces duele porque a veces no hay vuelta a tras, hay cosas que no
vuelven, un árbol nativo se demora muchos años en crecer, la conexión que tenemos los pueblos
indígenas con la naturaleza es algo que muchas veces no se entiende, creen que somos demasiado
emocionales, pero nosotros sin la naturaleza no somos nada, sin los arboles no somos nada.

Los arboles nos ayudan a mantener el agua, también a proteger a muchas especies que viven dentro del
bosque y que ayudan a regular el ecosistema, entonces si comienzan a desaparecer, entonces ya no hay
vuelta atrás, osea si como ser humano no hemos sido capaces de aprender de todo lo que ha pasado, no
se si cuando se de cuenta quede algo.

¿Que deberíamos considerar a la hora de resguardar los bosques?

Mira todo esta interconectado, todo es parte de un ecosistema, y los bosque son tan esenciales para
solventar el agua, donde hay bosque nativo hay muchos afluentes de agua subterráneos, entonces el
bosque es una forma de mostrar que esta el elemento vital, que es el agua, y cuando deja de existir el
bosque se comienza a morir, se comienza a secar todo lo que es la vegetación. El ecosistema del bosque
nos demuestra que si todavía existe bosque, bajo ese bosque existe agua, y el agua es una forma
imprescindible de vida.

¿Tú percepción es que ha disminuido el agua en el territorio?

Mira en mi territorio, no tenemos problemas de agua porque mantenemos el bosque nativo, hay mucho
humedal y no ha sido explotado, aquí no tenemos problemas de agua porque la gente aquí no vive solo
de la extracción de madera, nos dedicamos a la artesania, al hilado, al tejido, a lo mejor uno no gana
tremendos sueldos pero nos sustentamos en el diario vivir con las verduras, todo una conexión, somos
un bosque más porque tenemos gallinas, ovejas, vacunos y todo eso, y vamos sembrando, somos un
ecosistema, hemos aprendido del mismo bosque.

En otros territorios si hay problemas de agua, incluso en el mismo invierno, y eso que Chiloé se
caracteriza por ser una zona muy lluviosa, y ha pasado en eso otros lados, que han explotado el bosque,
han secado los pomponales, lamentablemente la Mapu les va cobrando su wesarakisuam, su mal
pensar, si hacen algo no va a tener consecuencias.

Los pomponales, humedales y el bosque esta todo conectado.

¿Que lugares ves críticos en cuanto al bosque y la tala para leña?

Mira en la parte norte en los sectores de Coñimo, Huelden que son cercanos a la playa, hace mucho
tiempo atrás se talaron tanto los bosque para una planta en Calbuco donde procesaban madera, se
extrajo mucho bosque nativo en el sector, y ahora el problema que tienen ellos, es que viviendo en el
mismo sector rural es que no tienen leña para sus estufas y tienen que ir a otros lados a comprar leña,
ahí una consecuencia de.

Ellos tuvieron que hacer proyectos de agua potable para tener acceso, porque como te digo en el mismo
invierno tenían déficit de agua, y acá lo que tenemos, que este territorio es como una altura, y acá nace
el Río Huicha, en el Fundo Los Millanes, que es el fundo donde hicimos una defensa territorial, de ese
fundo sale el afluente del Río Huicha que alimenta todo lo que es la zona norte, Manao, Chacao,
Caulin, Pukeñun, Quilar, Huicha, y esta demostrado que es un río con aguas muy limpias.

Cuando quisieron instalar un Relleno Sanitario, esa fue nuestra primera gran lucha, creo que fue la que
más marcó al territorio, porque fue la protección del agua, no solo defendíamos nuestra agua sino
también la de todos los vecinos, eso nos costo estar detenidos, sufrir maltrato, pero al final
conseguimos la defensa de ese cause, y bueno seguimos, la lucha por la defensa del agua ayuda a
mantener los bosques, porque por todo el contorno del afluente del río son lugares de bosque muy
espeso.
¿Cómo es la agricultura que se práctica en su comunidad?

Nosotros seguimos sembrando papas, sembramos trigo también, es una agricultura comunitaria, ajo
también, y de ahí todo lo que es verduras, buscamos sacarle el máximo al cultivo, porque lo que hemos
visto que los últimos 6 años tenemos una variación del clima en el territorio, veranos más intensos
donde se pueden sembrar otros tipos de alimentos, tenemos una semana de mucho sol y después mucha
lluvia, y no es necesario regar sino que la misma Mapu nos va ayudando a hacer ese riego.

Mi madre es guardadora de semillas, igual hemos tenido problemas en ese sentido, el Estado siempre
trata de imponer sus leyes, nosotros hacíamos Trafkintu y llegaron los del SAG a prohibir eso, que no
era una práctica que se podía hacer, sino que teníamos que pedir autorización. Igual hacemos trafkintu,
es nuestro derecho como pueblo ancestral, aunque ellos no lo permitan en lugares más públicos sino
que cuando nos encontramos, siempre estamos intercambiando semillas, porque nuestra semilla no es
una semilla transgénica es una semilla más limpia, usamos la forma que usaban nuestros kuifi, nuestros
ancestros, con el mismo abono de animal, ahora también trabajamos bocachi.

La visión que tenemos es que nosotros somos lo que comemos, si trabajamos químicos lo que vamos a
comer es químicos y nos vamos a enfermar más, también tratamos de sembrar alrededor de bosque
porque ellos sirven de alguna manera como una barrera, también hemos tenido cautela en cuanto a la
protección de nuestras semillas como base de nuestra alimentación.

Cuando uno va intercambiando semillas, y las va pasando de territorio en territorio, se van conservando
y se van manteniendo en el tiempo, entonces es una forma de protección, a parte de la semilla uno
entrega el kimun, de como cuidarla, de la siembra y como mantenerla en el tiempo, y uno siempre dice
-si tuviste una buena cosecha, una parte de la cosecha hacelo trafkintu también – porque es una forma
de agradecerle a la Mapu y a esa semilla el haber producido.

También recuerdo hace unos 6 años atrás, la gente compraba papas y esas papas eran como nalcas,
porque la gente le ponía químicos para que no les diera el tizón, nosotros fuimos entendiendo los
procesos químicos, que la otra gente acepta porque estás en el prodesal, y ellos te entregan químicos
nada que sea natural, esa también ha sido una lucha de mi ñuke, de la resistencia que todavía hacemos
como muchuya de no a los químicos, y todo eso.

¿Cómo podríamos reconectar, cómo volvemos a esa conexión con la Ñuke Mapu?

Primero dejar de ver ese espacio cuadrado, ver que más allá hay más personas, hay naturaleza, que la
tegnología esta bien pero a veces nos desconecta como seres humanos, hemos dejado de conversar con
la otra persona, hemos dejado de reirnos. Siento que la gente ha dejado de vivir, y hay que volver a
mirarnos, que tenemos más gente al lado que nos puede ayudar, nos puede dar consejo. Muchas veces
en la soledad en la que vivimos cada día, en el dejar de hacer trabajos comunitarios, en el aislarnos, eso
le esta haciendo mucho daño a la humanidad porque también nos desconectamos de la naturaleza.
Todos los espacios de conexión con la naturaleza nos ayudan a volver a ser persona, dejar de estar
conectados en una pantalla y volver a sentir, volver a vivir.

Gracias Cristina por su tiempo, por esta conversación, y hasta otra oportunidad

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