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¿Qué pasaría si América no hubiese sido descubierta por europeos?

Por: Andrés Felipe Reza (prueba 1).


Resolver hipótesis que nunca se podrán comprobar, por el tránsito indefectible de la
historia, es una de las más interesantes y desacertadas formas de narrar un cuento –o un
sueño– a nuestro acomodo. La imposibilidad de ir al pasado para cambiar, en este caso, el
rumbo de tres de las cuatro embarcaciones más famosas de la historia: La Pinta, La Niña y
La Santa María (puesto que la cuarta es el Titanic gracias a Rose y Jack); nos permite crear
un mundo alterno como si se tratase del guion de una película de amor. Es muy fácil tomar
un par de tristes realidades actuales, de las incontables que hay, y cambiarles el rumbo para
crear el paralelo perfecto. Así que este texto, probablemente se parezca más a un cuento de
los Hermanos Grimm que un artículo científico.
Lo cierto, es que la pregunta presenta sus primeros arrestos rápidamente: “andaríamos en
taparrabos”. A lo cual hay que agregar, que sería una de las mejores cosas que nos podría
pasar, teniendo en cuenta que el concepto de belleza impuesto, nos genera a diario un
montón de complejos, estereotipos e inseguridades frente a nuestro cuerpo, como si hubiese
razones para detestar su naturaleza y, en tantísimos casos, su desnudez. Así pues, andar en
taparrabos, nos cubriría, quizá nada más que por algo de higiene nuestrxs partes íntimas
inferiores, pero el resto del cuerpo luciría con mayor libertad y sin los complejos actuales.
Sin embargo, no es la única buena consecuencia que esta buena práctica “taparrabística”
nos proporcionaría. Por el contrario, se vería aliviada la dinámica insana consumista que,
además de producir una distinción clasista horrorosa: Balenziaga y Gucci (estrato 6); Nike
original (estrato 5 y 4); Nike triple A (estrato 3); Nike con doble chulito (estrato 2 y 1),
Nike sin chulito (estrato -1); ha llevado a que las grandes multinacionales de ropa exploten
personas en países tercermundistas, como el ya reconocido caso de la trasnacional Zara que
debió cerrar en 2017 alrededor de cincuenta fábricas en Brasil por esclavitud laboral. ¿Una
empresa española esclavizando un pueblo americano? Nunca antes visto. Carita sarcástica.
La segunda respuesta a la hipótesis planteada, es una de las más complejas y reflexivas por
la imposibilidad de desligarnos de la idea de desarrollo, tal como Europa misma lo planteó.
Sin embargo, queridxs lectores, basta con googlear las maravillosas civilizaciones
indígenas para entender que antes de la llegada de los españoles, América era un continente
absolutamente desarrollado: lleno de piezas fantásticas de orfebrería creadas por lxs
chibchas; las redes de comercio de lxs olmecas (civilización de Mesoamérica anterior a los
Mayas); las cerámicas y sistemas de riego para la siembra, piezas de ingeniería indígena
inigualable a manos de lxs zenúes y quimbayas; el Imperio Inca, siendo el imperio más
extenso de la tierra, por encima del persa, el macedónico, el mongol y el romano, con un
camino empedrado de más de 40.000 kilómetros; y el mismísimo calendario maya de 365
días que, para 1492 era más preciso que el europeo. Ahora bien, ¿podríamos decir que de
no haber sido descubiertos y colonizados por europeos tendríamos más Machu Picchus,
Aldeas de Tinawakus, Fortalezas de Pucará y Pirámides de Cholula… en vez de rascacielos
que no llegan a ser la Torre Eiffel?
Otra respuesta a la hipótesis, arriesgada a nivel personal por el alto grado de conservatismo
católico apostólico románico de las tías que me criaron, pero que, dada su importancia en el
tema no puedo dejar de mencionar, consiste en que nuestra fe no habría sido impuesta en
las dimensiones con las que la Iglesia Católica decidió hacerlo. Así que, en nombre del
Dios católico, que bien podría no ser masculino, ningún nativo en América habría muerto.
Aunque, hablando de esto, también se registra una mortandad altísima por las enfermedades
infecciosas traídas por europeos. Siguiendo con el tema de Dios, es posible que fuera una
figura metafísica sin tantos demonios, prejuicios y mandamientos excluyentes, como los
forjados por la Iglesia a través de sus axiomas religiosos, su robo colonial y sus sacrificios
“sagrados”.
Quisiera ahora sacar un apartado, a manera de asterisco de pie de página, pero no menos
importante, en donde se piense ya no en América sino en África. Puesto que la historia, tal
y como la aprendimos en el bachillerato –una educación que también habría sido distinta a
la impuesta por Europa– nos mostró la manera despectiva e inhumana, sinónimo de un
poder coercitivo estúpido, con la que África fue saqueada para esclavizar sus gentes en la
famosa Colonización Europea en el “Nuevo Mundo”. Es decir que, de no haber sido
colonizados, también la realidad africana habría sido otra: dejarían de ser esclavos en otras
tierras... aunque, desgraciadamente, siguieran siendo en la propia.
Finalmente, creo que nuestra América sería un lugar con menos corrupción y menos
machista. Recuerden, queridxs lectores, que a nuestras tierras sólo llegaron hombres, y que
las mujeres, como cientos de años después, siguen luchando contra los quehaceres
hogareños como única labor. A lo mejor, si hubiesen llegado españolas empoderadas,
distantes de ese yugo histórico del machismo, otro sería el cantar en América. Además, no
se ha comprobado, pero estoy por creer aquel rumor que cuenta que Colón, ante la
imposibilidad de reclutar hombres dispuestos a embarcarse en ese viaje a la India, se llevó
con él un puñado de presos de claustros españoles. A juzgar por la herencia delictiva que
tenemos, no es para nada raro. Así que nos agradezca la India… de lo que se salvaron.

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