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Trastorno Específico del Aprendizaje

Definición

Un trastorno específico del aprendizaje es una condición que afecta la capacidad


de un niño para adquirir y aplicar habilidades de lectura, escritura y matemáticas.
Los niños con trastornos del aprendizaje no son capaces de dominar las habilidades
académicas propias de su edad, de su capacidad intelectual y de su nivel educativo.
Presentan dificultades para decodificar palabras, entender el significado de lo que
leen, deletrear, expresarse por escrito, hacer cálculos y para dominar el
razonamiento matemático. El trastorno específico del aprendizaje es una
clasificación relativamente nueva que agrupa trastornos relacionados con la lectura
(dislexia) y las matemáticas (discalculia) bajo un mismo grupo.

Criterios diagnóstico según el DSM-V

A. Dificultad en el aprendizaje y en la utilización de las aptitudes académicas,


evidenciado por la presencia de al menos uno de los siguientes síntomas que han
persistido por lo menos durante 6 meses, a pesar de intervenciones dirigidas a estas
dificultades.

1. Lectura de palabras imprecisa o lenta y con esfuerzo (p. ej., lee palabras sueltas
en voz alta incorrectamente o con lentitud y vacilación, con frecuencia adivina
palabras, dificultad para expresar palabras).

2. Dificultad para entender el significado de lo que lee.

3. Dificultades ortográficas (p. ej., añadir, omitir, o sustituir vocales o consonantes).

4. Dificultades con la expresión escrita (p. ej., múltiples errores gramaticales o de


puntuación en una oración, organiza mal el párrafo, la expresión escrita de ideas no
es clara).

5. Dificultades para dominar el sentido numérico, los datos numéricos o el cálculo


(p. ej., comprende mal los números, su magnitud y sus relaciones, se pierde en el
cálculo aritmético y puede intercambiar los procedimientos).
6. Dificultades con el razonamiento matemático (p. ej., gran dificultad para aplicar
los conceptos, hechos u operaciones matemáticas para resolver problemas
cuantitativos).

B. Las actitudes académicas afectadas están sustancialmente por debajo de lo


esperado para la edad cronológica del individuo e interfieren significativamente en
el rendimiento académico o laboral, o con actividades de la vida cotidiana.

C. Las dificultades de aprendizaje comienzan en la edad escolar, pero pueden no


manifestarse totalmente hasta que las demandas académicas afectadas superan
las capacidades limitadas del individuo.

D. Las dificultades de aprendizaje no se explican mejor por discapacidades


intelectuales, trastornos visuales o auditivos no corregidos, otros trastornos
mentales o neurológicos, adversidad psicosocial.

Clasificación

Son trastornos específicos del aprendizaje los siguientes: disfasia, dislexia,


disortografía, discalculia, trastornos de la percepción visual, de la memoria, de la
motricidad, de la decodificación de información y de las funciones ejecutivas. Y son
trastornos del aprendizaje no específicos: deficiencia intelectual (discapacidad
intelectual), hiperactividad, autismo, etc.).

Etiología

Los trastornos del aprendizaje son causados por diferencias en la estructura del
cerebro y afectan la forma en que el cerebro procesa la información. En general,
estas diferencias están presentes desde el nacimiento. Algunos de los factores que
pueden contribuir al desarrollo de un trastorno del aprendizaje incluyen la genética,
la exposición a sustancias en el ambiente y problemas durante el embarazo.

Factores ambientales: un nacimiento prematuro o con un peso muy bajo aumenta


el riesgo del trastorno específico del aprendizaje, como también la exposición
prenatal a la nicotina.
Genéticos y fisiológicos: el trastorno específico del aprendizaje parece agregarse
en familias, particularmente cuando afecta a la lectura, las matemáticas y la
ortografía. El riesgo relativo del trastorno específico del aprendizaje en la lectura o
las matemáticas es sustancialmente más alto (p. ej., 4-8 veces y 5-8 veces,
respectivamente) en familiares de primer grado de los individuos con estas
dificultades de aprendizaje en comparación con los individuos que no las tienen. Los
antecedentes familiares de dificultades para la lectura (dislexia) y en las habilidades
de lectoescritura de los padres predicen los problemas de lectoescritura o el
trastorno específico del aprendizaje en los hijos, lo que indica una intervención
combinada de factores genéticos y ambientales.

Hay una heredabilidad alta tanto para las aptitudes de lectura como para las
discapacidades de lectura en las lenguas alfabéticas y no alfabéticas, incluida una
alta heredabilidad para la mayoría de las manifestaciones de aptitudes y
discapacidades del aprendizaje.

En relación con el género

El trastorno específico del aprendizaje es más frecuente en el sexo masculino que


en el femenino (las proporciones varían entre aproximadamente 2,1 a 3,1) y no
puede atribuirse a factores como los sesgos de evaluación, las variaciones en la
definición o las diferencias de medidas, raza o nivel socioeconómico.

Prevalencia

La prevalencia del trastorno específico del aprendizaje en las áreas académicas de


la lectura, la expresión escrita y las matemáticas es del 5-15% en los niños de edad
escolar de diferentes lenguas y culturas. La prevalencia en los adultos es
desconocida, pero parece ser aproximadamente del 4%.

Formas de tratamiento

El tratamiento eficaz de los trastornos del aprendizaje es una correcta enseñanza,


un proceso de reeducación con técnicas específicas individualizadas, que deben
iniciarse de forma lo más temprana posible.
• Asesoramiento y pautas a la familia: el profesional de referencia del niño
acompaña a la familia ofreciéndoles pautas y herramientas encaminadas a
la mejora de las dificultades del niño y del clima familiar, así como ayuda en
la toma de decisiones relacionadas con la escolarización.
• Reeducaciones psicopedagógicas: es un refuerzo académico,
individualizado y específico que pretende enseñar habilidades y
competencias académicas a aquellos niños que lo necesiten. Esto es
mediante la enseñanza de actitudes y estrategias de estudia basadas en los
puntos fuertes y débiles de cada niño.
• Trabajo coordinado con la escuela mediante asesoramiento y ayuda a los
maestros para que estos realicen adaptaciones en el aula y ayuden al niño a
aumentar sus posibilidades de éxito y disminuir las de fracaso.
• Consulta y seguimiento psicológico: cuando coexisten problemas
emocionales, sociales o familiares, se debe llevar un seguimiento con un
profesional que ayude al niño a sobrellevar estos aspectos.
• Terapias psicosociales y conductuales: enseñar a los niños y a los que los
rodean a maximizar sus fortalezas y compensar sus debilidades.
• Intervenciones variadas: enseñanza de lenguaje especializada, impartida por
un maestro o terapista con entrenamiento especial; se utiliza para enseñar a
leer, escribir y deletrear a los adolescentes disléxicos. Existen programas
similares para niños con disgrafía y discalculia.
• Educación especial: un entorno escolar que se ajusta a las necesidades
únicas de cada niño con problemas de aprendizaje.

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