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Corte y refuerzos

de

lazos y cordones etericos


Malikh – Cursos y terapias Holísticas

LAZOS DE ENERGÍA: INTRODUCCIÓN

Uno de los rasgos presentes en todas las tradiciones tribales era el conocimiento
colectivo de los lazos de energía que nos conectan con el mundo. Cada tradición tenía
sus métodos propios para reforzar o cortar esos lazos con el fin de aportar equilibrio a
la vida. Descubrir los cordones energéticos que no te empoderan y cortarlos tiene
como fin desprenderte de lo que te limita… y penetrar en el flujo de la vida.

Cuando eres consciente de los lazos de energía que te impiden ser como eres en
realidad, descubres que no hay nadie a quien culpar en tu vida; nadie es culpable; no
hay nada que temer; y no hay nada de lo que debas sentirte culpable o avergonzado.
No hay nada malo en ti. Eres perfecto como eres. No necesitas ocultar quién eres o
anteponer siempre las necesidades de otros a las tuyas. Cuando te relajes y
desprendas de lo que te oprime, comprobarás que todo está bien…, y que siempre lo
ha estado.

¿Te ha ocurrido alguna vez, cuando charlabas con alguien, que empezaste a
sentir un bajón de energía, mientras la persona con la que conversabas se
mostraba más activa y animada? Una posibilidad es que tu energía fluía en un
sentido, hacia la otra persona, y en consecuencia tú te sentías agotado…,
mientras la otra persona se mostraba revitalizada.

O quizá te has sentido de pronto eufórico, sin ningún motivo aparente. Esto
podría significar que alguien con quien has compartido un cordón de amor
estaba pensando en ti, y su amor ha viajado a través de la hebra hacia ti.
Desde un punto de vista sagrado, no hay nada en el mundo que pueda lastimarte
realmente, pero es natural que te protejas cuando creas que debes hacerlo. Es natural
que cortes los cordones que te ligan a otros que te roban tu energía. De hecho, no solo
es natural que lo hagas, sino necesario a fin de permanecer en tu propia luz y alcanzar
un estado superior de consciencia. No obstante, cuando cortes esos cordones, te
recomiendo que bucees en tu interior para localizar el lugar donde habita el
transgresor. Honra esa parte de ti. Atesórala…, para minimizar las probabilidades de
que en el futuro atraigas esas ataduras negativas.

Si eres capaz de observar un patrón perjudicial, puedes eliminarlo; si lo juzgas, se


adhiere a ti. Lo que juzgas con dureza, lo atraes. Por extraño que parezca, tus juicios de
valor refuerzan los cordones entre tú y lo que juzgas.
Nuestra necesidad de estar en lo cierto sobre nuestros juicios de valor es tan fuerte
que inconscientemente nos convertimos en un imán de experiencias que confirman
nuestras creencias.

Es parte de la naturaleza humana que establezcamos apegos con otras personas y con
los objetos. Nuestros lazos indican que estamos conectados con el mundo que nos
rodea. La percepción subconsciente de estas líneas de conexión es evidente en las
expresiones que utilizamos: «sentirnos atados», «ataduras que nos impiden avanzar»,
«cortar lazos». A un nivel profundo, sentimos los lazos de energía que nos conectan al
mundo que nos rodea, aunque no podamos verlas. Son reales.

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Los lazos energéticos son líneas invisibles —aunque muy reales— de energía y
comunicación que nos conectan con personas, lugares y objetos. La energía puede fluir
y refluir a través de estos vínculos. Estos lazos, hebras, cordones, filamentos, hilos y
cuerdas que nos conectan con el mundo que nos rodea pueden ser delgados y
transitorios, o fluir como un río caudaloso, e incluso pueden provenir de nuestro
pasado y perdurar a lo largo de varias vidas.

Algunos de estos lazos energéticos son beneficiosos: nos permiten sentirnos dinámicos
y vivos. Otros no son tan útiles: nos despojan de nuestra energía y nos debilitan.
Cuanto más intensa es la conexión emocional entre dos personas, más fuerte es el
cordón. Los cordones energéticos nos permiten percibir a otra persona, aunque se
encuentre a miles de kilómetros de distancia. A veces podemos incluso sentir lo que
otra persona siente o piensa a través del cordón. Los lazos de energía pueden unir a
dos personas y hacer que les resulte difícil separarse cuando una relación deja de ser
constructiva. También existen cordones energéticos que nos conectan con lugares.
En muchas culturas existe la creencia de que los humanos tenemos unos filamentos
energéticos que nos conectan con la tierra además de a unos con otros. Creen que, si
viajamos demasiado lejos, los cordones que nos conectan con la tierra se expanden
demasiado, haciendo que nos debilitemos e incluso enfermemos.

¿QUÉ SON LOS LAZOS DE ENERGÍA?

Se puede denominar a los cordones energéticos que nos conectan con el universo que
nos rodea «lazos de energía», y también «lazos de afinidad».
Estos lazos pueden ser extremadamente delgadas, como microfilamentos o telarañas,
o pueden ser grandes y fuertes como unos gruesos cordones energéticos. Pueden ser
flexibles, fluidas y suaves, o pueden ser rígidas y aparentemente inamovibles. Pueden
ser hilos transparentes, iridiscentes y llenos de luz o pueden ser opacos, viscosos,
densos y turbios.

Los lazos de energía no son solo cordones etéricos y astrales de conexión entre
personas, eventos, lugares y objetos; constituyen también una senda para enviar y
recibir subconscientemente energía e información a y desde las personas, los lugares,
los eventos y los objetos que nos rodean. Así es como funcionan entre las personas:
cuando estableces una relación con alguien (en un sentido negativo o positivo), se
forman unos dúctiles filamentos de energía que te ligan a la otra persona y ella a ti, de
modo que ambas se transmiten información, emociones y frecuencias energéticas.

En algunos casos los lazos emanan del plexo solar; otras veces irradian de otras zonas
del cuerpo, como el área del tercer ojo, la parte superior de la cabeza, el área del
chakra del corazón e incluso el chakra raíz, que se encuentra junto a la base de la
columna vertebral. Los lazos pueden ser de distintos colores, texturas y tamaños. Los
lazos que se forman cuando dos personas se enamoran suelen ser grandes, radiantes y
transparentes, y se extienden del chakra del corazón del uno al chakra del corazón de
la otra persona. El color puede ser azul o verde e incluso rosa y dorado, pero siempre

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son colores vivos. Sin embargo, cuando una persona está resentida con otra, los lazos
entre ambas pueden presentar un color verde guisante turbio o un gris parduzco, y los
cordones suelen ser delgados y fibrosos.

Si después de conversar con alguien te sientes agotado y decaído, pero la otra persona
se muestra animada y revitalizada, esto podría deberse a una fuga de energía a través
de los lazos. Dicho de otro modo, la energía ha fluido de ti hacia la otra persona, pero
esta no te la ha devuelto: ha sido un viaje sin retorno. Por consiguiente, después de la
conversación te has sentido agotado.

Existen lazos energéticos que te conectan con prácticamente todas las personas con
las has mantenido una relación. A través de los lazos puede fluir en ambos sentidos
información, energía, sentimientos amorosos y pensamientos tóxicos.

Cuando el cordón es fuerte, aunque la otra persona se encuentre en el otro extremo


del mundo, eres consciente de sus emociones, su dolor físico o sus pensamientos…
porque están unidos por los lazos. En algunos casos las hebras de energía pueden
crecer y consolidarse más, aunque tú no mantengas contacto físico con esa persona.
Puedes sentir sus emociones como tuyas e incluso sus pensamientos como si fueran
tuyos, en especial si la persona es una remitente potente y/o tú un receptor abierto.

Cuantas más emociones estén implicadas en la relación, más fuerte es la atracción (las
emociones negativas a menudo crean una atracción incluso más fuerte que las
emociones positivas). Cuanto más tiempo hace que conoces a una persona y más
unido estás a ella, más gruesas y fuertes son los lazos. Si hace años que no mantienes
contacto con una persona, los lazos entre tú y ella pueden estar fláccidas e inactivas;
pero cuando están cerca el uno del otro (o mantienen contacto telefónico, por carta o
Internet), los lazos se activan y refuerzan, e incluso pueden unirlos.

Es difícil identificarse con algo inaprensible que está por doquier. De modo que no te
desanimes si no «ves» los lazos y los cordones que te conectan con todo lo que hay en
el universo. Su visualización es una especie de metáfora para ayudarte a comprender
cómo y por qué funcionan. Y cuando los imaginas como cordones es también más fácil
que los métodos utilizados para cortar cordones y eliminar hebras den resultado y, por
ende, que tu vida goce de más bendiciones, gracia y amor.

SÍNTOMAS DE CONEXIONES AGOBIANTES

A menudo hay síntomas que indican que tienes lazos adheridos que te despojan de
energía. Por supuesto, puede haber muchas razones que expliquen estos síntomas,
pero a veces hay alguien o algo que te está robando tu energía.

Repasa los siguientes síntomas para comprobar si alguno se aplica a ti.

• Agotamiento crónico: A veces el agotamiento que sientes proviene de lazos


debilitantes que están adheridos a ti, a través de las cuales pierdes tu fuerza

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vital. Si te sientes constantemente agotado y no encuentras ninguna razón


física, es posible que algo o alguien esté succionando tu energía. En la mayoría
de los casos, si se trata de una persona, esta no es consciente de que lo hace. A
veces esto puede ser temporal. Pero en ocasiones puede haber un cordón
extremadamente negativo enganchado a ti que lleva tiempo robándote tu
fuerza vital.

• Patrones que no son tuyos: A veces la forma en que te sientes o reaccionas a


una situación proviene de otra persona.

• Pensamientos aleatorios inoportunos: Todos tenemos un millón de


pensamientos que nos pasan por la cabeza cada día. Casi todos estos
pensamientos son nuestros. Podemos tener pensamientos aleatorios que nos
parecen inaceptables, y otros pensamientos aleatorios que coinciden con la
forma en que nos vemos a nosotros mismos. A veces, sin embargo, un
pensamiento aleatorio no se origina en tu cerebro, sino que es el resultado de
un lazo que fluye entre tú y otra persona. Cuando alguien piensa en ti, el
pensamiento viaja a través del lazo entre tú y esa persona. Puedes despertarte
con un pensamiento aleatorio sobre alguien, o alguien que hace tiempo que no
ves aparece en un sueño. Por lo general estos pensamientos aleatorios indican
que alguien está pensando en ti. Estos pensamientos suelen ser sinceros.
Algunas veces, sin embargo, los pensamientos aleatorios son inquietantes, lo
que puede indicar que alguien está pensando en ti de forma no precisamente
positiva. Pueden ser pensamientos negativos que han viajado a través de un
lazo desde otra persona a ti.

• Emociones que no puedes controlar: A veces una conexión energética hace


que experimentes emociones sobre las que no tienes ningún control.

• Ataduras malsanas con objetos, personas y lugares: Es natural tener ataduras


con personas, lugares y objetos, pero si son muy numerosas, o demasiado
fuertes, a veces nuestros circuitos se atascan y no vemos las cosas con tanta
claridad como deberíamos verlas. Por consiguiente,
su fuerza vital se bloquea.

• Nostalgia de relaciones pasadas: Alguien que ya no mantiene una relación


pero piensa de forma obsesiva y sin cesar en la otra persona, o revive
constantemente el pasado, sin duda tiene unos cordones muy fuertes que la
ligan a esa persona. A veces unas ataduras energéticas obsesivas pueden
desestabilizar a la persona en la que están focalizadas; sin embargo, si la
persona cuenta con un campo energético potente, no le causará ningún
problema.
Algunas ataduras energéticas pueden perdurar más allá de la muerte. Cuando
alguien muere, a veces no podemos soltar los cordones que nos atan a esa
persona y estos persisten. Esta puede ser una maravillosa forma de
permanecer conectado a un ser querido que ha muerto, pero en algunos casos,
la persona que permanece en la tierra no puede vivir su vida porque una parte

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de su fuerza vital está focalizada en la persona que ha muerto. Este tipo de


hebras pueden retener también a un espíritu en la tierra, impidiéndole ir hacia
la luz.

• Conversaciones repetitivas con alguien en tu cabeza: Si meditas


continuamente sobre cosas que dijo alguien, pensando en lo que desearías
haber dicho o reviviendo sin cesar los juicios o las críticas que crees que hace
alguien respecto de ti, es probable que existan cordones energéticos basados
en el temor entre tú y la otra persona.

• Dolores compartidos: Las personas que sienten un «dolor compartido» son


compasivas y bondadosas. Sienten los sufrimientos del mundo, y experimentan
una profunda compasión por los que padecen alguna dolencia. El problema es
que este tipo de personas suelen tener muchos cordones que las conectan con
aquellos de quienes se compadecen, lo que crea una sobrecarga en su sistema
energético. Puede decirse que asumen literalmente el dolor del mundo.

• Depresión y desesperanza: Este tipo de emociones pueden deberse a muchas


cosas, pero también pueden indicar que tu energía ha estado desviándose
hacia alguien o algo desde hace mucho tiempo. Puede tratarse incluso de un
lazo ancestral.

TIPOS DE LAZOS ENERGÉTICOS

De cada uno de nosotros emanan grandes flotillas de lazos de energía hacia el


universo que nos rodea. No estás aislado del mundo que te circunda; estás
ligado a todo él. A todo él. Tienes lazos que te ligan a tus padres, hermanos, hijos,
bebés que no llegaron a nacer, amigos de la infancia, parejas sexuales, jefes y colegas
difíciles o maravillosos, y a veces incluso líderes espirituales, terapeutas y sanadores.

Puedes crear cintas o filamentos que te conectan a personajes públicos, celebridades,


políticos, conocidos y vecinos. Asimismo, hay lazos que te conectan con tu hogar y
todos los objetos que contiene, con tus animales aliados, mascotas pasadas y
presentes, vidas pasadas, ancestros, lugares en el mundo donde has vivido, casas en
las que has habitado y donde naciste, las estrellas y la luna, tus guías, ángeles, el
Creador e incluso ideas y conceptos. No vives aislado; todo influye en ti y tú influyes en
todo momento en el mundo que te rodea.

Tipos de lazos más comunes:


• Lazos familiares
• Lazos ancestrales
• Lazos de amigos y conocidos
• Lazos de enemigos
• Lazos de extraños
• Lazos de mascotas
• Lazos de energía entre tú y la Tierra

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• Lazos de la infancia y tu pasado


• Lazos de vidas pasadas
• Lazos de contratos, promesas o compromiso
• Lazos de patrones, adicciones y obsesiones
• Lazos de un sanador/terapeuta/maestro/médico
• Los lazos asociados a tus chakras

INVESTIGAR Y EVALUAR TUS LAZOS

Para descubrir tus conexiones energéticas y hasta qué punto influyen en ti, puedes
hacer varias cosas.

Cuanto más fuerte sea tu intuición, más potentes serán los resultados que obtengas
durante el viaje para averiguar y explorar tus lazos. Tu intuición te permitirá obtener
una idea más clara de a qué objetos y personas estás conectado.

Tres cosas que son esenciales para activar tu intuición:


1. Confía en tu sentido intuitivo. Los sentimientos y las sensaciones que
experimentamos en esos momentos provienen del lugar donde nos habla
nuestra voz interior. Esta voz nos proporciona constantemente orientación e
información. Para oírla, en primer lugar debes confiar en ella. Aunque no tenga
sentido para tu mente consciente, presta atención a esta voz. Escucha lo que te
dice.
2. Acepta que puedes estar equivocado. Una de las mayores barreras que te
impiden confiar en tu voz intuitiva es tu temor a equivocarte. Para desarrollar
tu saber instintivo, es preciso que reconozcas que puedes estar equivocado. La
persona que teme fallar reprime el libre curso de la mente intuitiva. Disponte a
fallar. ¡Abraza tus fallos! Cada vez que fallas, aprendes algo.
3. Practica tus facultades intuitivas. Desarrollar tu intuición es similar a aprender
cualquier otra habilidad. Debes practicar para perfeccionarla. Las emociones y
las sensaciones físicas son indicadores internos que las personas muy intuitivas
utilizan para hallar respuestas a sus preguntas. A medida que practicas,
empezarás a reconocer las señales que te indica tu cuerpo.

EXPLORA PARA LOCALIZAR TUS LAZOS

Uno de los ejercicios más potentes para descubrir tus lazos es explorar tu cuerpo
mientras te encuentres en un estado meditativo. Es un método muy simple, pero el
más efectivo para descubrir tus lazos de energía.

Estos son los pasos que debes seguir:


1. Siéntate o túmbate en un lugar donde te sientas seguro y cómodo. Conviene
que estés bien abrigado.
2. Cierra los ojos y respira muy hondo para relajarte.

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3. Imagina que tu cuerpo está de pie sobre una colina cubierta de hierba pero has
abandonado tu cuerpo, de forma que puedes verlo a escasa distancia.
4. Mientras observas tu cuerpo, ves los filamentos, los hilos, las hebras, las cintas,
los cordones, las cuerdas y quizás algunas delgadas telarañas de energía que
fluyen de tus chakras y distintas áreas de tu cuerpo. Observa su color, textura,
tamaño y temperatura y el lugar al que está adherido cada uno.
5. Selecciona uno de los lazos e imagina que la tocas. Si suavemente y desliza la
mano debajo de ella; luego imagina que sigues su recorrido hasta la persona, el
lugar, el objeto o la situación a la que está adherida.
6. Cuando salgas de este estado de meditación, escribe lo que has descubierto.

SOLTAR LOS LAZOS QUE TE DEBILITAN

Es importante recordar que, cuando tu energía es fuerte y clara y tu frecuencia está


centrada, los cordones negativos se encogen sin que tú tengas que hacer nada al
respecto. Antes de que empieces a cortar y soltar lazos y cordones, debes tener en
cuenta algunos factores.

Ponerte a cortar lazos de forma aleatoria sin tener muy claro por qué lo haces, y sin
comprender las razones subyacentes por las que cortas esos lazos, a veces puede
causar un desequilibrio en tu energía. Debes ser consciente de por qué quieres cortar
una conexión y respetar el sagrado proceso de eliminar un lazo.

Debes tener en cuenta que, a cierto nivel, tú has elegido la conexión de los lazos de
energía que tienes…, incluso las que no son sanas. Por supuesto, es probable que no
fuera una decisión consciente tener esos cordones negativos en tu casa, pero, desde
un punto de vista espiritual, es posible que «firmaras» o suscribieras «un contrato
vital» para que esos cordones se adhiriesen a ti (un contrato vital consiste en las
elecciones que has hecho respecto de tu vida presente, antes de tu nacimiento,
mientras te hallabas en el mundo espiritual, generalmente con el propósito de crecer
espiritualmente). A un nivel muy profundo, siempre existe una responsabilidad
personal, aunque por general inconsciente, referente a cada experiencia.

En nuestra cultura, a veces es más fácil sentirnos víctimas que responsabilizarnos de


nuestras experiencias en la vida. Sin duda, debemos sentir inmensa compasión por
cualquiera que se encuentre en circunstancias penosas. También debemos
compadecernos de nosotros mismos cuando atravesamos por momentos duros. Pero
es importante recordar que desde un punto de vista espiritual no hay víctimas, solo
voluntarios.

¿CUÁLES SON LAS RAÍCES DE TUS LAZOS?

Conviene explorar las raíces de tus conexiones energéticas antes de empezar a


seccionarlas. Para sentirte realmente libre, debes sanar y resolver los problemas
subyacentes que han precipitado esas conexiones. Si no comprendes y solventas los

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motivos por los que estás conectado a esos lazos de energía antes de cortarlas,
volverán a formarse. Si cortas unos cordones pero no resuelves los motivos
subyacentes que te ligan a ellos, retornarán una y otra vez.
A veces las conexiones energéticas negativas representan algo en ti mismo que te
niegas a reconocer o aceptar. No es raro tener una conexión energética con alguien
que posee las cualidades que tú no has activado en ti.

Ejemplo.: El que no reconoce su propia ira, proyecta la crítica contra sí mismo sobre
otras personas irascibles como él e inserta un lazo de energía en cada persona que no
le cae bien. En tanto se juzga a sí mismo, no puede evitarlo. Es muy importante
comprender la fuente de tus lazos negativos.

No cometas el error de pensar que la persona de la que quieres desengancharte


es un monstruo y tú una víctima inocente. Esta clase de juicios contundentes crea
diversos tipos de lazos de energía y pueden causar grandes destrozos en tu campo
áurico (recuerda que esas personas no podrían conectar contigo si no hubiera nada a
lo que adherirse).

Es muy difícil no estallar de ira en presencia de una persona cruel, injusta o malévola.
No obstante este tipo de emociones pueden perjudicarte y hacer que sea casi
imposible que elimines su energía de tu campo energético.

Si otra persona te ha jugado una mala pasada, la mejor revancha es eliminarla por
completo y para siempre de tu campo energético. Para lograrlo, tienes que claudicar.
Tienes que renunciar a tus juicios y tu afán de tener razón.
Es una de las cosas más difíciles que debe hacer un ser humano, pero que aporta
grandes beneficios. Te sentirás más animado y en paz contigo mismo y con el mundo.

Es importante tener en cuenta que cortar cordones no hace que alguien cambie
necesariamente; cortar el cordón solo significa que ya no está enredado en tu energía,
y por tanto no te crea problemas.

Método de limpieza: Cortar lazos con cuchillos no físicos

Debes llevarlo a cabo con compasión y un propósito poderoso. Si estás disgustado o


enojado mientras lo practicas quizá logres cortar el cordón, pero tu ira atraerá la
energía de la persona hacia ti y el cordón volverá a formarse.
Es obvio que si cortas un cordón es porque te genera desequilibrios en tu vida.
O porque estás preocupado por el efecto que una persona tiene sobre ti. No obstante,
si eres capaz de distanciarte y convertirte en el «observador sagrado», consciente de
que existía una razón por la que se formó esa conexión energética, y en cierto modo te
beneficiaste de ella, te será más fácil eliminar el cordón.

Cortar cordones con cuchillos no físicos


1. Purifícate. Date una ducha, frótate con sal y luego enjuágate con agua fría (esto
limpia tu campo áurico). También puedes darte un baño con sal y enjuagarte

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con agua fría. Ponte ropa de colores claros (los colores claros reflejan y los
colores oscuros absorben; tu ropa debe repeler cualquier conexión malsana, no
absorberla).
2. Bebe mucha agua. Es importante que estés bien hidratado para esta
ceremonia. Es preferible que el agua esté energizada. Para energizarla, sostén
la mano sobre el agua y bendícela o déjala al sol (o bajo la luna y las estrellas
durante al menos cinco horas con el propósito de que las fuerzas celestiales la
energicen).
3. Anótalo. Ten claro de quién y/o de qué quieres desprenderte. A veces es útil
escribir exactamente qué deseas y colocarlo en tu altar personal. Si no tienes
un altar, enciende una vela y deposita la lista debajo de la vela.
4. Siéntate en un lugar cómodo. Cierra los ojos y relájate. Vale la pena que pongas
una música ambiental de fondo. La música te permitirá sumirte en un estado
meditativo más rápidamente. Respira hondo unas cuantas veces. Con cada
inhalación, imagina que te invade una energía fresca y resplandeciente, y con
cada exhalación, que eliminas todo lo que no necesitas.
5. Invoca a los guías. Invoca a tus guías espirituales, ángeles y ancestros para
que te proporcionen ayuda y orientación. Pídeles, con gratitud, que te
ayuden a eliminar lo que es innecesario por el bien supremo de todos.
6. Visualiza. Cuando estés relajado, imagina que te encuentras en lo alto de una
colina cubierta de hierba. A lo lejos ves unas montañas coronadas de nieve o
una costa luminosa. Dedica unos minutos a sentirte rodeado de este hermoso
panorama. Imagina que una suave brisa agita lentamente la alta hierba.
Contempla las vaporosas nubes en el cielo. Tómate un momento para sentirte
fuerte y centrado. Hay un sendero serpenteante que conduce a la cima de la
colina. Cualquier persona u objeto que tenga lazos energéticos contigo puede
subir por el sendero hacia ti, tal como deseas.
7. Corta y suelta. Observa que sostienes en las manos unas tijeras de podar
grandes y afiladas, unas tijeras normales o un cuchillo. Tienen un tacto sagrado.
Cuando la primera persona con la que deseas cortar tus ataduras aparezca en
el sendero, imagina que se halla frente a ti. Observa los lazos que los conectan.
Si son de colores vivos y vibrantes, quizá deberías dejarlas. Si alguna es oscura y
opaca o está arrugada, toma las tijeras de podar (las tijeras normales o el
cuchillo) y córtala. Si tienes la impresión de que el cuchillo no tiene filo,
sostenlo sobre tu cabeza para que la luz del sol lo afile. A veces cortas un
cordón y parece que vuelve a formarse. Sigue cortándolo una y otra vez, o
arráncalo. Al fin lograrás eliminarlo.
8. Afirma. Mientras cortas, con un propósito claro, di, «Lo que es mío es mío.
Lo que es tuyo es tuyo». O puedes decir: Yo (di tu nombre) deseo cortar y soltar
todos los cordones que me atan a ti que no sirven ni refuerzan nuestro bien
supremo». «Cuando corto los cordones que me ligan a ti, honro mi espacio… y
honro tu espacio. Cada cual es libre en su propia luz. Yo soy libre. Tú eres
libre». «Solo permanece lo que es beneficioso y me empodera».
Cuando hagas tu declaración verbal, de inmediato sentirás que tu campo
energético se ilumina.
9. Expresa gratitud. Da las gracias a la persona (objeto o situación) por estar en tu
vida y ofrécele tus sinceras bendiciones en su viaje. Esta es una parte

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importante del proceso: completa el ciclo y hace que te sea más fácil seguir
adelante en tu vida sin esas ataduras.

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