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Una madre dormida y un oído que no funciona

César es un colega de 35 años, con una relación muy conflictiva con su madre, sin diálogo posible.
El motivo original de su consulta era una sordera muy particular, ya que habitualmente se
manifestaba en situaciones de estrés o de agresión. Duraba una semana y luego se recuperaba en
el término de otra semana.

Trabajando en la terapia, César se dio cuenta de que la sordera la manejaba él mismo y que en
realidad había cosas que no quería escuchar como, por ejemplo, que no lo quisieran. Frente a
situaciones que le desagradaban, reaccionaba de dos maneras: o bien agresivamente, o bien con
la sordera. A medida que fue progresando con la TVP, se hizo evidente que tenía que resolver el
conflicto con su madre.

César tenía dificultades para vivenciar episodios de otras vidas. Sin embargo, al trabajar la vida
fetal, yo mismo me sorprendí de la facilidad con que surgieron estas vivencias, que encendieron
una luz de comprensión en esta situación. Quiero decir, también, que esta experiencia no fue
sugerida. Le pedí que fuera al inicio del conflicto con su madre, y entonces me respondió así:

Jueves 14 de mayo de 1992

César: El inconsciente me dice que la relación comenzó en esta vida. Terapeuta: Entonces, al
contar hasta tres, ve al vientre de tu. madre, en el primer trimestre de tu vida intrauterina. Uno...
dos... tres...

C: Estoy cómodo, mamá está contenta, la veo linda y joven.

T: ¿Y tú, cómo te encuentras?

C: Yo estoy tomando conciencia de que estoy en un lugar nuevo, sabiendo que ella sabe que yo
estoy allí.

T: ¿Y tu papá?

C: No lo veo.

T: ¿Qué tiempo tienes ahí?

C: Tres meses.

T: Avanza un poco hasta el cuarto mes. ¿Qué estás sintiendo?

C: Mi cuerpo está más grande, percibo el calor. A veces veo luces.

T: ¿Cómo está tu mamá?

C: Se está peleando, no sé con quién, pero está enojada.

T : ¿Y tú que sientes?

C: Siento sorpresa. Después de gritar llora y yo noto ese cambio. Es como si se hubiera roto algo.
Es como que el amor que me estaba dando me lo deja de dar.

T: ¿Y qué sientes en esos momentos?


C: Me siento solo. (Vean cómo ya, tan temprano, César se siente afectado por lo que le sucede a
su madre.)

T: ¿Y tu papá?

C: No lo siento; no sé que exista.

T: Avanza ahora hasta el quinto mes; ¿qué está pasando?

C: Me veo más grande, me muevo como quiero.

T: ¿Cómo está tu mamá? (Permanentemente hay que buscar el punto del conflicto.)

C: Siento ambivalencia. (¡Atención!)

T: ¿Qué está pasando?

C: Mamá se acaricia el vientre y piensa si no seré yo el culpable de la infelicidad que siente. Ahora
está recapacitando que yo no tengo nada que ver si tiene una pelea con mi papá. (Lo que dijimos
al principio. El feto siente y percibe hasta los pensamientos de la madre.)

T: ¿Qué sientes en esos momentos?

C: Siento que se está acercando otra vez a mí.

T: ¿Ytu papá?

C: Como que está tocando la panza de mi mamá. (Aparece el padreen escena.)

T: ¿Y qué sientes con eso?

C: Siento que hay alguien más con mi mamá.

T: Avanza hasta el sexto mes; ¿qué estás experimentando?

C: Me veo más grande, me puedo mover, pero ya no tengo tanto espacio.

T: Sigue, ¿qué más?

C: Es como que analizo lo que pasó en el cuarto mes.

T: ¿Y cuál es tu reacción con lo que pasó en el cuarto mes?

C: No la puedo perdonar. (¡Allí está! Comienza a aclararse la situación actual.)

T: Sigue, ¿qué más?

C: Creo que mi mamá me quiere, pero algo se rompió. Es como que en un momento dudó de mí.

T: Ahora fíjate cómo te está afectando esto.

C: Me tengo que perdonar a mí mismo antes de poder perdonarla a ella.

T: ¿Qué es lo que necesitas perdonarte?


C: El no ser tan perfecto, y que ella tampoco sea perfecta, como yocreía. (La exigencia de su vida
actual.)

T: Muy bien, avanza ahora al séptimo mes; ¿qué estás sintiendo?

C: Tiene miedo; está atemorizada; sabe que falta poco para el nacimiento. Percibo que algo está
pasando.

T: ¿Qué es lo que percibes?

C: Noto mi crecimiento; sé que voy a nacer y siento su miedo.

T: Y eso, ¿cómo te afecta?

C: Estoy atento, trato de escuchar cosas. Reconozco la voz de ella, la voz de mi papá... estoy atento
esperando sonidos que son familiares.

T: ¿Qué sonidos?

C: El timbre, el teléfono. No hay peleas, pero hay gente que la quiere y gente que no la quiere. Ella
lo sabe.

T: ¿Cómo es eso?

C: Hay gente que no le perdona que haya quedado embarazada. Mi abuela y mi tío. Él tenía que
haber tenido el primer hijo y mi mamá se adelantó.

T: ¿Y cómo te afecta esa situación?

C: Me pongo a la defensiva. Puedo percibir sentimientos. Puedo ver lo que hay detrás de lo que
dicen. Siento las vibraciones. Siento si son sinceras o no. No entiendo, pero siento. (Observen el
poder de percepción que puede tener el feto.)

T: Sigue, ¿qué más?

C: Mi mamá se da cuenta de que su felicidad causa infelicidad a otra gente y se cubre la panza, lo
oculta. Es como que soy el culpable de esto.

T: ¿Y tu papá?

C: Papá está contento, pero sabe que su hermano mayor está triste y no le permite disfrutar el
embarazo. Pero mi abuelo sí está contento. El separa las cosas; es más sabio, más inteligente.

Mamá duda, tiene miedo de que el embarazo la separe de mi papá y él sabe que con el embarazo
lo está hiriendo al hermano.

T: Avanza ahora al octavo mes.

C: Mamá ya no está asustada, sabe que las cosas van bien, sabe que no va a sufrir. La van a dormir.

T : ¿Y tu papá?

C: Está ansioso, quiere verme, saber qué soy.


T: ¿Y tú qué sientes?

C: Me siento con ganas de salir, sabiendo que falta muy poco. Me doy cuenta de que me voy a
encontrar con cosas lindas y feas. Es como que ya las conociera.

T: ¿Qué es lo que conoces?

C: Es como que ya conociera esos sentimientos: la envidia, el odio, la falsedad, la hipocresía.

T: ¿Y qué sientes con esto?

C: No los entiendo.

T: Avanza ahora al noveno mes.

C: Estoy boca abajo, veo todo con la cabeza para abajo. No me puedo mover. Siento que la cabeza
mía está apoyada en algo medio duro. Como si fuera un almohadón duro.

T: ¿Cómo está tu mamá?

C: Se está arreglando para ir a la clínica.

T: ¿Y tu papá?

C: Está ansioso. Ya no puede esperar el momento para verme.

T: Hasta aquí, ¿cuál fue el momento más difícil de tu vida fetal?

C: Cuando mi mamá dudó de mí. Es como si yo hubiera sido la causa de la infelicidad que sintió en
esos momentos.

T: Fíjate qué sentimientos, qué sensaciones, qué pensamientos te vienen en esos momentos. (En
aquella época trabajaba así. Más tarde comencé a preguntar por las reacciones.)

C: Sentí que me abandonaba. Era como que el cordón umbilical estaba frío y no me llegaba calor.
(Vean todo lo que puede suceder por un momento de duda.)

T: ¿Y cómo se relaciona esto con tu vida actual?

C: Es la negación; no funciona el oído. (Ahí está el motivo original de consulta.) Es como una señal
de que algo está mal. Como una luz que se enciende en el tablero del automóvil.

T: ¿Y ahora qué piensas de esto?

C: Quizás llegó el momento de resolver conflictos viejos. Defectos que veía en mis padres, los veo
en mí.

T: ¿Y entonces?

C: Tengo que aprender a decir: bueno, soy un ser humano, yo también me puedo equivocar,
entonces voy a poder perdonar a los otros. Ahora sé que no soy perfecto.

T: ¿Podrías perdonarte ahora?


C: Me doy cuenta de que no necesito perdonar. Lo importante era comprenderlo y ahora sí puedo
comprenderlo. (Vean cómo todo se va ordenando espontáneamente.)

T: Muy bien, avanza ahora al momento de tu nacimiento.

C: Siento que todo se mueve, como que algo va a estallar. Siento como que voy a ser expulsado.
Siento que hacen fuerza... que me voy moviendo, me voy acomodando. Siento que salgo a un
lugar frío, con luz... lloro... me separan de mi mamá...

T: Sigue, no te detengas.

C: Hay gente contenta, pero yo tengo frío. Hay gente que lo toma como un trabajo. (¿Qué tal?)
Siento que estoy en un lugar frío, frío, como mármol. ¡Me lavan, me limpian, me dan vuelta!

¡Quiero que se detengan! De pronto me agarran, me abrazan, pero no es mi mamá.

T: ¿Dónde está tu mamá?

C: Mi mamá se quedó ahí, está dormida.

T: ¿Qué sientes en ese momento?

C: Me siento desprotegido, como que me separan de ella. Ahora, desde mi visión actual, veo que
se perdió la felicidad del parto.

Es algo que duele, pero es maravilloso ver al hijo llorando. Todo eso se lo perdió. Se perdió de
verme.

T: Y esto, ¿cómo crees que influyó en tu vida?

C: No sabe que existió. Se hubiera enriquecido. Papá tampoco estaba. Es algo que no se hubiera
olvidado nunca. Es algo muy grande. Es como el final de la película. (Vean cuántas cosas pueden
suceder en el momento del nacimiento que ni siquiera sospechamos.)

T: Sigue un poco más.

C: Me llevan a un lugar donde me miran desde afuera. Me señalan con el dedo. Mi abuelo está
contento. El primer nieto varón. Mi tío hubiese preferido que fuera mujer. No le hubiera dolido
tanto. Mi papá está tan contento que no alcanza a ver lo que yo percibo. Mi abuela paterna sabe
que el hijo mayor sufre. Mi abuela materna sabe que tiene que proteger a mi madre y a mí.

(Tomen nota de todo lo que puede registrar un recién nacido. Después se preguntan por qué será
que un niño prefiere o rechaza a determinados miembros de la familia.)

T:¿Y tu mamá?

C: Mi mamá todavía se está recuperando.

T: Avanza al momento de tu primer encuentro con tu mamá.

C: Me abraza, está contenta.

T: Eso es. Siente ese abrazo, esto es importante para ti.


C: Sí, me doy cuenta de que es ella. Siento que es mi mamá. Ahora sé que es ella. (Como se darán
cuenta, no se puede engañar a un bebé.)

T: ¿Cuál fue el momento más difícil de tu nacimiento?

C: Cuando me separaron de mi mamá.

T: ¿Cuáles son tus sensaciones y pensamientos en ese momento?

C: Que mi mamá no me ve. Está dormida, no me escucha. No sabe que nací. A todo el mundo le
provoqué algo. A ella no. Todos saben que nací, menos ella.

T: ¿Y cuál es la sensación dominante de ese momento que está afectando tu vida actual?

C: Como que le soy totalmente indiferente. (Allí está el resumen del conflicto.)

T: ¿Podrías modificar esto ahora?

C: Ahora sé que estaba dormida. Siento que hay otras cosas que pasaron en mi infancia. Duele
aceptar que uno puede llegar a ser la causa de infelicidad de otra gente. De alguna manera
molesté o lastimé. No puedo pretender que todos me quieran.

T: ¿Qué puedes aprender a la luz-de esta experiencia?

C: Siento que estoy creciendo. Ahora soy más grande que mis padres, cuando ellos cometieron
esos errores. Siento que se avecina un gran cambio. Como corolario de su trabajo, César pudo
hablar con su madre. Le llevó un tiempo poder hacerlo, pero seis semanas después de esta
regresión entró exultante al consultorio.

-Tengo novedades importantes -dijo. Hablé con mi mamá. Creo que fue un "golazo”. La
comprendí, nos pusimos a charlar. Mi madre me dijo: “Qué raro, nunca venís a hablar conmigo”.
Yo no me animaba a decirle que la quería. Estaba muy emocionado. De repente, le dije: “¿Vos
sabes para qué vine?”. No, me contestó. Y entonces le dije: “Vine para decirte que te quiero”.

Me abrazó y me dio un beso. Se puso muy contenta. Ya antes de hablar me di cuenta de todo lo
que sentía por ella. Después me di cuenta de que me sentía muy bien y que ella me quiere. Yo
estoy cambiando y la sordera también está cambiando. Hasta me estoy escuchando a mí mismo.

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