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Regresión A Vida Uterina
Regresión A Vida Uterina
César es un colega de 35 años, con una relación muy conflictiva con su madre, sin diálogo posible.
El motivo original de su consulta era una sordera muy particular, ya que habitualmente se
manifestaba en situaciones de estrés o de agresión. Duraba una semana y luego se recuperaba en
el término de otra semana.
Trabajando en la terapia, César se dio cuenta de que la sordera la manejaba él mismo y que en
realidad había cosas que no quería escuchar como, por ejemplo, que no lo quisieran. Frente a
situaciones que le desagradaban, reaccionaba de dos maneras: o bien agresivamente, o bien con
la sordera. A medida que fue progresando con la TVP, se hizo evidente que tenía que resolver el
conflicto con su madre.
César tenía dificultades para vivenciar episodios de otras vidas. Sin embargo, al trabajar la vida
fetal, yo mismo me sorprendí de la facilidad con que surgieron estas vivencias, que encendieron
una luz de comprensión en esta situación. Quiero decir, también, que esta experiencia no fue
sugerida. Le pedí que fuera al inicio del conflicto con su madre, y entonces me respondió así:
César: El inconsciente me dice que la relación comenzó en esta vida. Terapeuta: Entonces, al
contar hasta tres, ve al vientre de tu. madre, en el primer trimestre de tu vida intrauterina. Uno...
dos... tres...
C: Yo estoy tomando conciencia de que estoy en un lugar nuevo, sabiendo que ella sabe que yo
estoy allí.
T: ¿Y tu papá?
C: No lo veo.
C: Tres meses.
T : ¿Y tú que sientes?
C: Siento sorpresa. Después de gritar llora y yo noto ese cambio. Es como si se hubiera roto algo.
Es como que el amor que me estaba dando me lo deja de dar.
T: ¿Y tu papá?
T: ¿Cómo está tu mamá? (Permanentemente hay que buscar el punto del conflicto.)
C: Mamá se acaricia el vientre y piensa si no seré yo el culpable de la infelicidad que siente. Ahora
está recapacitando que yo no tengo nada que ver si tiene una pelea con mi papá. (Lo que dijimos
al principio. El feto siente y percibe hasta los pensamientos de la madre.)
T: ¿Ytu papá?
C: Creo que mi mamá me quiere, pero algo se rompió. Es como que en un momento dudó de mí.
C: Tiene miedo; está atemorizada; sabe que falta poco para el nacimiento. Percibo que algo está
pasando.
C: Estoy atento, trato de escuchar cosas. Reconozco la voz de ella, la voz de mi papá... estoy atento
esperando sonidos que son familiares.
T: ¿Qué sonidos?
C: El timbre, el teléfono. No hay peleas, pero hay gente que la quiere y gente que no la quiere. Ella
lo sabe.
T: ¿Cómo es eso?
C: Hay gente que no le perdona que haya quedado embarazada. Mi abuela y mi tío. Él tenía que
haber tenido el primer hijo y mi mamá se adelantó.
C: Me pongo a la defensiva. Puedo percibir sentimientos. Puedo ver lo que hay detrás de lo que
dicen. Siento las vibraciones. Siento si son sinceras o no. No entiendo, pero siento. (Observen el
poder de percepción que puede tener el feto.)
C: Mi mamá se da cuenta de que su felicidad causa infelicidad a otra gente y se cubre la panza, lo
oculta. Es como que soy el culpable de esto.
T: ¿Y tu papá?
C: Papá está contento, pero sabe que su hermano mayor está triste y no le permite disfrutar el
embarazo. Pero mi abuelo sí está contento. El separa las cosas; es más sabio, más inteligente.
Mamá duda, tiene miedo de que el embarazo la separe de mi papá y él sabe que con el embarazo
lo está hiriendo al hermano.
C: Mamá ya no está asustada, sabe que las cosas van bien, sabe que no va a sufrir. La van a dormir.
T : ¿Y tu papá?
C: Me siento con ganas de salir, sabiendo que falta muy poco. Me doy cuenta de que me voy a
encontrar con cosas lindas y feas. Es como que ya las conociera.
C: No los entiendo.
C: Estoy boca abajo, veo todo con la cabeza para abajo. No me puedo mover. Siento que la cabeza
mía está apoyada en algo medio duro. Como si fuera un almohadón duro.
T: ¿Y tu papá?
C: Cuando mi mamá dudó de mí. Es como si yo hubiera sido la causa de la infelicidad que sintió en
esos momentos.
T: Fíjate qué sentimientos, qué sensaciones, qué pensamientos te vienen en esos momentos. (En
aquella época trabajaba así. Más tarde comencé a preguntar por las reacciones.)
C: Sentí que me abandonaba. Era como que el cordón umbilical estaba frío y no me llegaba calor.
(Vean todo lo que puede suceder por un momento de duda.)
C: Es la negación; no funciona el oído. (Ahí está el motivo original de consulta.) Es como una señal
de que algo está mal. Como una luz que se enciende en el tablero del automóvil.
C: Quizás llegó el momento de resolver conflictos viejos. Defectos que veía en mis padres, los veo
en mí.
T: ¿Y entonces?
C: Tengo que aprender a decir: bueno, soy un ser humano, yo también me puedo equivocar,
entonces voy a poder perdonar a los otros. Ahora sé que no soy perfecto.
C: Siento que todo se mueve, como que algo va a estallar. Siento como que voy a ser expulsado.
Siento que hacen fuerza... que me voy moviendo, me voy acomodando. Siento que salgo a un
lugar frío, con luz... lloro... me separan de mi mamá...
T: Sigue, no te detengas.
C: Hay gente contenta, pero yo tengo frío. Hay gente que lo toma como un trabajo. (¿Qué tal?)
Siento que estoy en un lugar frío, frío, como mármol. ¡Me lavan, me limpian, me dan vuelta!
C: Me siento desprotegido, como que me separan de ella. Ahora, desde mi visión actual, veo que
se perdió la felicidad del parto.
Es algo que duele, pero es maravilloso ver al hijo llorando. Todo eso se lo perdió. Se perdió de
verme.
C: No sabe que existió. Se hubiera enriquecido. Papá tampoco estaba. Es algo que no se hubiera
olvidado nunca. Es algo muy grande. Es como el final de la película. (Vean cuántas cosas pueden
suceder en el momento del nacimiento que ni siquiera sospechamos.)
C: Me llevan a un lugar donde me miran desde afuera. Me señalan con el dedo. Mi abuelo está
contento. El primer nieto varón. Mi tío hubiese preferido que fuera mujer. No le hubiera dolido
tanto. Mi papá está tan contento que no alcanza a ver lo que yo percibo. Mi abuela paterna sabe
que el hijo mayor sufre. Mi abuela materna sabe que tiene que proteger a mi madre y a mí.
(Tomen nota de todo lo que puede registrar un recién nacido. Después se preguntan por qué será
que un niño prefiere o rechaza a determinados miembros de la familia.)
T:¿Y tu mamá?
C: Que mi mamá no me ve. Está dormida, no me escucha. No sabe que nací. A todo el mundo le
provoqué algo. A ella no. Todos saben que nací, menos ella.
T: ¿Y cuál es la sensación dominante de ese momento que está afectando tu vida actual?
C: Como que le soy totalmente indiferente. (Allí está el resumen del conflicto.)
C: Ahora sé que estaba dormida. Siento que hay otras cosas que pasaron en mi infancia. Duele
aceptar que uno puede llegar a ser la causa de infelicidad de otra gente. De alguna manera
molesté o lastimé. No puedo pretender que todos me quieran.
C: Siento que estoy creciendo. Ahora soy más grande que mis padres, cuando ellos cometieron
esos errores. Siento que se avecina un gran cambio. Como corolario de su trabajo, César pudo
hablar con su madre. Le llevó un tiempo poder hacerlo, pero seis semanas después de esta
regresión entró exultante al consultorio.
-Tengo novedades importantes -dijo. Hablé con mi mamá. Creo que fue un "golazo”. La
comprendí, nos pusimos a charlar. Mi madre me dijo: “Qué raro, nunca venís a hablar conmigo”.
Yo no me animaba a decirle que la quería. Estaba muy emocionado. De repente, le dije: “¿Vos
sabes para qué vine?”. No, me contestó. Y entonces le dije: “Vine para decirte que te quiero”.
Me abrazó y me dio un beso. Se puso muy contenta. Ya antes de hablar me di cuenta de todo lo
que sentía por ella. Después me di cuenta de que me sentía muy bien y que ella me quiere. Yo
estoy cambiando y la sordera también está cambiando. Hasta me estoy escuchando a mí mismo.