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DERECHO DE PROPIEDAD. CODIGO CIVIL.

En la actualidad, si queremos una casa o un terreno junto a la playa para vacacionar con la
familia y tenemos el dinero necesario, nada más fácil que buscar el adecuado, llegar a un acuerdo
con el vendedor y adquirirlo. Si el gobierno, de repente, aprobara una ley para limitar nuestro
derecho a la propiedad, lo veríamos como un ataque a nuestra libertad y nos opondríamos a ello,
pues estamos acostumbrados, al menos en la mayor parte de nuestro planeta, a considerar el
dominio absoluto sobre nuestras cosas como un derecho inalienable, tan solo acotado por la ley
en algunos casos muy específicos. Pero no siempre fue así.
El sentido de propiedad es casi tan antiguo como la humanidad misma. Desde que el ser humano
vivió en cavernas (que por cierto, no todos lo hicieron, tan solo los que tuvieron la suerte de
encontrar una sin habitar) supo lo importante que era contar con un lugar propio y se dispuso a
protegerlo de cualquier tipo de intruso al encontrarlo. Claro que en un inicio, se estableció una
limitante territorial conocida como “territorio de caza”, perteneciente a un grupo social
determinado, en el que no accedía ningún grupo o individuo ajeno que quisiera aprovechar de los
recursos disponibles, ya que éstos por lo general, no eran suficientes para sostener a más
personas. Simple cuestión de supervivencia. Pero también hay que tener en cuenta que no todos
los lugares dentro de la cueva eran iguales. Ya desde un principio hubo “lotes” mejores que otros
y el jefe siempre estuvo en el más alto. En un futuro, a esa división se le llamaría urbanismo.
Desde luego, esto no es algo exclusivo de nosotros.
En la práctica la mayoría de los animales desarrollan un instinto parecido. Se apoderan de un
territorio y lo defienden con todas sus fuerzas, ya sea solos o en grupo. Y los primates, con los
cuales compartimos un ancestro en común, son especialistas en eso, por lo que no es raro que
nosotros hayamos llevado ese instinto a niveles insospechados.
Con la aparición de la agricultura las cosas cambiaron. Los grupos humanos comenzaron a dejar
atrás el nomadismo para asentarse de forma definitiva en algún lugar. La agricultura permitió el
aumento poblacional al facilitar un mayor volumen de alimentos, pero también obligó al grupo a
buscar mejores lugares donde desarrollar sus nuevos conocimientos. Así es como surgen las
primeras ciudades, por lo general situadas a la orilla de algún río, pues éstos, además de
proporcionar abundante agua para los cultivos, permitieron desarrollar sistemas de riego así
como vías de transporte de alta velocidad, lo que también impulso el desarrollo comercial.
Dominio de la tierra
El dominio de un territorio adquirió un gran sentido de importancia, visto como símbolo de
poder. En las primeras civilizaciones se empezó a regular la posesión de la tierra, convirtiéndose
en la base de la estructura económica. Como ejemplo, se encuentra la ciudad de Sumeria,
considerada como la cuna de la civilización urbana, donde la tierra fue acaparada, por lo menos
de forma nominal, por el rey de la urbe, no solo como símbolo de su poder divino, sino también
como medio de control.
Lo mismo ocurrió en el Egipto faraónico, donde si bien existían tierras de propiedad privada, la
mayor parte de éstas pertenecían al monarca. Éste a su vez podía otorgarlas como recompensa a
sus funcionarios y/o nobles, quienes estaban autorizados a heredarla a sus hijos mas no a
venderla o dividirla, con el inconveniente añadido de que en cualquier momento el faraón se las
podía quitar. Y para aumentar su poder, el soberano era dueño exclusivo de todas las piedras que
servían para la construcción de los grandes templos y palacios, solo él podía regalarlas o
venderlas. De esa forma, existía un control casi absoluto de los bienes raíces en el Antiguo
Egipto, con lo que el faraón se aseguraba de que ninguno de sus súbditos acumulaba demasiado
poder para convertirse en un problema. Claro que no siempre lo lograron, pues hubo faraones
débiles que perdieron el control de la situación.
En general, este sistema prevaleció en las grandes culturas de Oriente, como China, Persia o la
India. Sin embargo, sería en Europa donde surgiría un modelo distinto. Los helenos (mejor
conocidos como griegos) tuvieron la mala suerte de habitar una pequeña y accidentada península
que no permitía el desarrollo de grandes imperios como en Egipto o Mesopotamia, lo que a su
vez impedía que surgieran reyes poderosos.
La cultura griega se basó en la polis, la ciudad, cuya área de dominio se extendía por lo general a
tan solo unos pocos kilómetros alrededor de sus murallas defensivas. Esta situación provocó que
los ciudadanos de las polis, sin importar su poder económico, tuvieran en general los mismos
derechos. Claro que también había esclavos, pero eso era parte del sistema económico de la
época. Al no haber un gobernante que acaparara toda la tierra para intereses propios, ésta pasó a
manos privadas. El Estado tan solo se reservó una parte para la construcción de los edificios
públicos, pero fuera de eso, la tierra era de quien pudiera comprarla.

Si nos trasladamos al sur del continente americano, veremos que en el otro gran imperio indígena
que existió a la llegada de los españoles, fue el de los incas; las cosas eran parecidas aunque con
una diferencia: las tierras del pueblo no eran comunales, pues a cada padre de familia se le
asignaba una extensión de tierra de acuerdo al número de hijos que tenía para que él las cultivara.
Durante el dominio español la mejor tierra fue acaparada por grandes hacendados que poseían
extensas propiedades agrícolas y que, tal y como sucedía en Europa, eran dueños de muchas
fincas urbanas.
Más tarde, regresando a México durante el siglo XIX, las tierras acumuladas por la Iglesia
Católica y las comunidades indígenas se les llamaron “bienes de manos muertas” y fueron
desamortizadas durante la Reforma, lo que paradójicamente ayudó al incremento de los grandes
latifundios en perjuicio de los pequeños propietarios, justo lo que los liberales querían evitar. Al
menos, los territorios rurales estaban de nuevo en el mercado y, por lo que se refiere a las
ciudades, se había terminado la época en que unas pocas personas eran dueñas de la mayoría de
las casas. Esto dio un renovado impulso al mercado inmobiliario en nuestro país y permitió el
rápido enriquecimiento de algunos de sus agentes.
Finalmente, ésta es la postura que consiguió triunfar. Aquellos años en que los faraones, reyes o
tlatoanis eran los dueños absolutos de la tierra quedaron atrás. Con las revoluciones burguesas
del siglo XIX quedó claro que la posesión de la tierra está vinculada a la libertad individual.
En la actualidad, la figura del rey fue sustituida por la de la Nación. Todas las tierras son de la
Nación. Pero esto solo significa que no pueden pertenecer a un país diferente. Fuera de eso, no
hay límite alguno a la propiedad privada.

LA PROPIEDAD es la facultad que tiene una persona (natural o jurídica) para disponer de
un objeto. Esto, siempre dentro de lo que permitan las leyes.
Es decir, la propiedad es la atribución de un individuo o empresa para poseer un determinado bien,
como un inmueble o un coche.
La propiedad puede aplicar a todos los objetos que cumplan con las siguientes características:
 Limitados: Debe tratarse de un bien que no sea ilimitado, como el aire, pues en este caso no
tendría sentido delimitar la propiedad a un individuo.
 Útiles: Esto significa que el bien que brindar algún tipo de beneficio a su propietario, ya sea
monetario o no. En este último caso, podríamos hablar de la simple satisfacción.
Cabe aclarar, sin embargo, que la propiedad también puede ejercerse sobre una cualidad o atributo
personal. Por ejemplo, una persona puede poseer una gran creatividad artística.
Asimismo, existe propiedad sobre bienes intangibles o inmateriales. De hecho, de ahí surgen
los derechos de propiedad intelectual que protegen a los creadores, tanto en el campo académico
como en el artístico.
DERECHOS DE LA PROPIEDAD
La doctrina jurídica, particularmente aquella con influencia latina (derecho romano) reconoce que
la propiedad está integrada por los siguientes derechos:
USO: IUS UTENDI: Derecho de uso. Se refiere a que la persona puede utilizar el bien para lograr
determinados objetivos. Por ejemplo, una maquinaria que sirve como herramienta en un proceso de
producción. Este derecho tiene sus limitaciones, pues imaginemos el caso de una fábrica. Su
funcionamiento no podría permitirse en una zona residencial por el nivel de contaminación sonora
y/o ambiental que puede generar.
GOCE O DISFRUTE: IUS FRUENDI: Derecho de goce. Así, el propietario tiene derecho a
disfrutar de los productos que genere el bien. Aquí podemos distinguir dos circunstancias:
o Cuando los frutos del bien son naturales, como el café que proviene de los cafetos.
o Cuando los frutos del bien son civiles. Por ejemplo, las rentas que se perciben por
el arrendamiento de un inmueble.
DISPOSICION: IUS ABUTENDI: El derecho a disponer o ius abutendi es el más caracterizado
y típico de los atributos del dominio, pues el uso y el goce son actos de administración, por cuya
virtud el dueño tiene la libertad de disposición tanto material como jurídica, consumiéndolos,
afectándolos, desmembrándolos o desprendiéndose de ellos a título oneroso o gratuito.
REIVINDICACIÓN: O IUS VINDICANDI es aquella mediante la cual el propietario recurre a
la justicia reclamando el objeto de su propiedad y evitando la intromisión de un tercero ajeno a
derecho (ej. recuperación de un bien, reconocimiento de la propiedad, etc.) al no extinguirse la
propiedad por el no uso, la acción reivindicatoria es imprescriptible. De nada le valdría
al dominus, en verdad, ser sujeto de la relación jurídica dominial y reunir en su titularidad el ius
utendi, fruendi y abutendi si no le fuese dada la posibilidad de readquirir el bien de quien lo
poseyera injustamente o detentara sin título. Por la vindicatio, el propietario busca el bien en
manos ajenas, va a retomarlo del poseedor, va a recuperarlo del detentor. No de cualquier poseedor
o detentor, sino de aquel que lo conserva sin causa jurídica o lo posee injustamente .
Los requisitos de la acción reivindicatoria son:
a) El demandante deberá ser dueño de la cosa.
b) Individualización del bien.
c) Que el demandado esté en posesión del bien.
Por tanto, entendemos por la reivindicación o ius vindicandi a aquella acción imprescriptible
interpuesta, como se señala en doctrina, por el propietario no poseedor contra el poseedor no
propietario, quien usualmente posee el bien sin causa jurídica alguna o injustamente. Los requisitos
de dicha acción, son:
a) que el demandante sea el dueño del bien;
b) que el bien esté individualizado, y
c) que el demandado esté en posesión del bien.
FORMAS DE ADQUIRIR LA PROPIEDAD.
Conforme señala el Codigo Civil:
Apropiación
Artículo 929.- Apropiación de cosas libres
Las cosas que no pertenecen a nadie, como las piedras, conchas u otras análogas que se hallen en el
mar o en los ríos o en sus playas u orillas, se adquieren por la persona que las aprehenda, salvo las
previsiones de las leyes y reglamentos.
Artículo 930.- Apropiación por caza y pesca
Los animales de caza y peces se adquieren por quien los coge, pero basta que hayan caído en las
trampas o redes, o que, heridos, sean perseguidos sin interrupción.
Artículo 931.- Caza y pesca en propiedad ajena
No está permitida la caza ni la pesca en predio ajeno, sin permiso del dueño o poseedor, según el
caso, salvo que se trate de terrenos no cercados ni sembrados.
Los animales cazados o pescados en contravención a este artículo pertenecen a su titular o
poseedor, según el caso, sin perjuicio de la indemnización que corresponda.
Artículo 932.- Hallazgo de objetos perdidos
Quien halle un objeto perdido está obligado a entregarlo a la autoridad municipal, la cual
comunicará el hallazgo mediante anuncio público. Si transcurren tres meses y nadie lo reclama, se
venderá en pública subasta y el producto se distribuirá por mitades entre la Municipalidad y quien
lo encontró, previa deducción de los gastos.
Artículo 933.- Gastos y gratificación por el hallazgo
El dueño que recobre lo perdido está obligado al pago de los gastos y a abonar a quien lo halló la
recompensa ofrecida o, en su defecto, una adecuada a las circunstancias. Si se trata de dinero, esa
recompensa no será menor a una tercera parte de lo recuperado.
Artículo 934.- Búsqueda de tesoro en terreno ajeno
No está permitido buscar tesoro en terreno ajeno cercado, sembrado o edificado, salvo autorización
expresa del propietario. El tesoro hallado en contravención de este artículo pertenece íntegramente
al dueño del suelo.
Quien buscare tesoro sin autorización expresa del propietario está obligado al pago de la
indemnización de daños y perjuicios resultantes.
Artículo 935.- División de tesoro encontrado en terreno ajeno
El tesoro descubierto en terreno ajeno no cercado, sembrado o edificado, se divide por partes
iguales entre el que lo halla y el propietario del terreno, salvo pacto distinto.
Artículo 936.- Protección al Patrimonio Cultural de la Nación
Los artículos 934 y 935 son aplicables sólo cuando no sean opuestos a las normas que regulan el
patrimonio cultural de la Nación.
Subcapítulo II: Especificación y mezcla
Artículo 937.- Adquisición por especificación y mezcla
El objeto que se hace de buena fe con materia ajena pertenece al artífice, pagando el valor de la
cosa empleada.
La especie que resulta de la unión o mezcla de otras de diferentes dueños, pertenece a éstos en
proporción a sus valores respectivos.
Subcapítulo III: Accesión
Artículo 938.- Noción de accesión
El propietario de un bien adquiere por accesión lo que se une o adhiere materialmente a él.
Artículo 939.- Accesión por aluvión
Las uniones de tierra y los incrementos que se forman sucesiva e imperceptiblemente en los fundos
situados a lo largo de los ríos o torrentes, pertenecen al propietario del fundo.
Artículo 940.- Accesión por avulsión
Cuando la fuerza del río arranca una porción considerable y reconocible en un campo ribereño y lo
lleva al de otro propietario ribereño, el primer propietario puede reclamar su propiedad, debiendo
hacerlo dentro de dos años del acaecimiento. Vencido este plazo perderá su derecho de propiedad,
salvo que el propietario del campo al que se unió la porción arrancada no haya tomado aún
posesión de ella.
Artículo 941.- Edificación de buena fe en terreno ajeno
Cuando se edifique de buena fe en terreno ajeno, el dueño del suelo puede optar entre hacer suyo lo
edificado u obligar al invasor a que le pague el terreno. En el primer caso, el dueño del suelo debe
pagar el valor de la edificación, cuyo monto será el promedio entre el costo y el valor actual de la
obra. En el segundo caso, el invasor debe pagar el valor comercial actual del terreno.
Artículo 942.- Mala fe del propietario del suelo
Si el propietario del suelo obra de mala fe, la opción de que trata el artículo 941 corresponde al
invasor de buena fe, quien en tal caso puede exigir que se le pague el valor actual de la edificación
o pagar el valor comercial actual del terreno.
Artículo 943.- Edificación de mala fe en terreno ajeno
Cuando se edifique de mala fe en terreno ajeno, el dueño puede exigir la demolición de lo
edificado si le causare perjuicio, más el pago de la indemnización correspondiente o hacer suyo lo
edificado sin obligación de pagar su valor. En el primer caso la demolición es de cargo del invasor.
Artículo 944.- Invasión del suelo colindante
Cuando con una edificación se ha invadido parcialmente y de buena fe el suelo de la propiedad
vecina sin que el dueño de ésta se haya opuesto, el propietario del edificio adquiere el terreno
ocupado, pagando su valor, salvo que destruya lo construido.
Si la porción ocupada hiciere insuficiente el resto del terreno para utilizarlo en una construcción
normal, puede exigirse al invasor que lo adquiera totalmente.
Cuando la invasión a que se refiere este artículo haya sido de mala fe, regirá lo dispuesto en el
artículo 943.
Artículo 945.- Edificación o siembra con materiales, plantas o semillas ajenas
El que de buena fe edifica con materiales ajenos o siembra plantas o semillas ajenas adquiere lo
construido o sembrado, pero debe pagar el valor de los materiales, plantas o semillas y la
indemnización por los daños y perjuicios causados.
Si la edificación o siembra es hecha de mala fe se aplica el párrafo anterior, pero quien construye o
siembra debe pagar el doble del valor de los materiales, plantas o semillas y la correspondiente
indemnización de daños y perjuicios.
Artículo 946.- Accesión natural
El propietario de animal hembra adquiere la cría, salvo pacto en contrario.
Para que los animales se consideren frutos, basta que estén en el vientre de la madre, aunque no
hayan nacido.
En los casos de inseminación artificial realizada con elementos reproductivos procedentes de
animal ajeno, el propietario de la hembra adquiere la cría pagando el valor del elemento
reproductor, si obra de buena fe, y el triple de dicho valor, si lo hace de mala fe.
Subcapítulo IV: Trasmisión de la propiedad
Artículo 947.- Transferencia de propiedad de bien mueble
La transferencia de propiedad de una cosa mueble determinada se efectúa con la tradición a su
acreedor, salvo disposición legal diferente.
Artículo 948.- Adquisición a “non dominus” de bien mueble
Quien de buena fe y como propietario recibe de otro la posesión de una cosa mueble, adquiere el
dominio, aunque el enajenante de la posesión carezca de facultad para hacerlo. Se exceptúan de
esta regla los bienes perdidos y los adquiridos con infracción de la ley penal.
Artículo 949.- Transferencia de propiedad de bien inmueble
La sola obligación de enajenar un inmueble determinado hace al acreedor propietario de él, salvo
disposición legal diferente o pacto en contrario.
Subcapítulo V: Prescripción Adquisitiva
Artículo 950.- Prescripción adquisitiva
La propiedad inmueble se adquiere por prescripción mediante la posesión continua, pacífica y
pública como propietario durante diez años.
Se adquiere a los cinco años cuando median justo título y buena fe.
Artículo 951.- Requisitos de la prescripción adquisitiva de bien mueble
La adquisición por prescripción de un bien mueble requiere la posesión continua, pacífica y
pública como propietario durante dos años si hay buena fe, y por cuatro si no la hay.
Artículo 952.- Declaración judicial de prescripción adquisitiva
Quien adquiere un bien por prescripción puede entablar juicio para que se le declare propietario.
La sentencia que accede a la petición es título para la inscripción de la propiedad en el registro
respectivo y para cancelar el asiento en favor del antiguo dueño.
Artículo 953.- Interrupción de término prescriptorio
Se interrumpe el término de la prescripción si el poseedor pierde la posesión o es privado de ella,
pero cesa ese efecto si la recupera antes de un año o si por sentencia se le restituye.
¿Qué es propiedad privada?
La propiedad privada son los bienes de cualquier tipo (viviendas, capitales, vehículos, objetos,
herramientas, incluso fábricas, edificios enteros, terrenos o corporaciones) que pueden ser
poseídos, comprados, vendidos, arrendados o dejados como herencia por personas naturales
y jurídicas distintas del Estado, es decir, por elementos del sector privado de la sociedad. Los
bienes de la propiedad privada no son enajenables bajo ningún concepto sin la voluntad
expresa de su dueño (excepto en los casos de nacionalización o estatización, llevados a cabo por
el Estado en pro del bien común), y hacerlo de cualquier forma constituye un delito punible
por ley. La protección de la propiedad privada es tenida por muchos como una de las tareas de las
fuerzas del orden público y del Estado.
Ejemplos sencillos de propiedad privada serían: los bienes inmobiliarios, el dinero en las cuentas
bancarias, los terrenos urbanos y los vehículos particulares.
Origen de la propiedad privada
Si bien ha habido dueños de las cosas desde los orígenes de los tiempos, a punto tal que en épocas
antiguas incluso los esclavos formaban parte de la propiedad privada de una persona poderosa, la
aparición de este concepto legal se construyó a partir del derecho Romano, en el que se
distinguía entre la res pública (la cosa pública) y los intereses individuales (privados).
Pero sería durante la Revolución Industrial y el advenimiento del capitalismo que este concepto
tendría enorme importancia, sobre todo en el discurso de político de la izquierda revolucionaria,
que la entiende como una forma de reparto desigual de las riquezas disponibles. La propiedad
privada es contraria a los fundamentos del comunismo y el socialismo, según los cuales los
bienes tendrían que ser en su mayoría de carácter público o comunitario.
La doctrina de pensamiento marxista (comunista) distingue de hecho la propiedad personal (de uso
necesariamente personal, como la vivienda o los enseres personales) y la propiedad privada
(entendida como el control por parte de una élite económica de los medios de producción).
Características de la propiedad privada
La propiedad privada se encuentra siempre sometida a las especificaciones legales del código
jurídico de cada nación, pero a grandes rasgos presenta las siguientes características:
Se somete al libre comercio. Cualquiera puede comprar o vender la propiedad privada, siempre y
cuando dicha transacción se haga según lo regulado en los códigos y ordenanzas civiles que
regulan la materia.
Es individual. La propiedad privada puede tener un solo dueño a la vez (a menos que sea
una empresa, que pertenece a diversos accionistas, pero cada uno posee un número limitado de
acciones distintas).
Es libre. Cada poseedor de una propiedad privada puede hacer con ella lo que quisiere, dentro del
marco de las leyes.
Está fuertemente tutelada. El sistema capitalista en general protege la propiedad privada
mediante leyes, organismos y acciones que impiden a cualquiera apropiarse de lo ajeno y que
contemplan reparaciones para aquellos cuya propiedad privada sea vulnerada por terceros.
Es perpetua. El señorío sobre la propiedad privada no se vence con el tiempo, y puede ser
transferido en caso de muerte del dueño a sus familiares cercanos o a quien éste en vida decidiera.
Otras formas de propiedad
Mientras que la existencia de la propiedad privada plantea la posibilidad de que un individuo o un
grupo de ellos se adueñen (enajenen) los bienes muebles o inmuebles disponibles en la sociedad,
otras formas diferentes de posesión surgen como alternativa, sobre todo por parte de los sectores
izquierdistas de la sociedad, comprometidos con la socialización y democratización de los bienes
considerados escasos.
Estas otras formas de propiedad son:
Propiedad pública o social. Aquella que le pertenece al Estado y a las instituciones que no tienen
un dueño.
Propiedad comunitaria. Aquella que le pertenece a una comunidad o una cooperativa social
organizada, es decir, a muchos individuos comprometidos no con el enriquecimiento personal sino
con el beneficio comunitario.
La propiedad pública
La propiedad pública se caracteriza por no pertenecer a un particular en específico, sino a la
totalidad de los intereses de los ciudadanos de una nación, representados en este caso por el
Estado. Esto no equivale a decir que lo público no es de nadie, sino que es realmente de todos.
En este sentido, los bienes públicos no pueden ser enajenados, es decir, no pueden pasar a ser de
alguien y arrebatársele a todo el resto del conjunto de la sociedad (excepto en los casos en que así
el Estado lo decida, es decir, la privatización).
Ejemplos de propiedad pública son los parques públicos, las vías públicas, los bienes del Estado y
las empresas públicas (muchas veces de servicios de primera necesidad, como electricidad, agua,
etc.)
EN LA CONSTITUCION: TITULO III CAPITULO III PROPIEDAD. - Liberalismo
propiedad y constitucionalismo son fenómenos prácticamente simultáneos en la historia. Y
fue precisamente en Francia donde los tres elementos se conjugaron en un período histórico
relativamente breve, la revolución liberal triunfa en junio de 1789 y en agosto de ese año se
conforma la Asamblea Constituyente, que da la Declaración de los derechos del Hombre y
del Ciudadano, cuyo artículo 17 establece Declaración de los Derechos del Hombre y del
Ciudadano artículo 17. Siendo la propiedad un derecho inviolable y sagrado nadie puede
ser privado de ella, sino cuando la necesidad publica legalmente justificada lo exija
evidentemente, y a condición de una justa y previa indemnización. Como se sabe más
tarde esta Declaración pasó a tener rango constitucional en Francia, Finalmente la gran
elaboración de la propiedad en los rasgos esenciales que hoy le conocemos, proviene del
Código Civil francés de 1804 dictado bajo el gobierno del gran revolucionario liberal que
fue Napoleón. A las Constituciones no les corresponde establecer las normas detalladas del
contenido y ejercicio de la propiedad materia harto compleja en el Derecho que
originalmente fue puramente civil pero hoy se ha extendido a muchos otros ámbitos, el
administrativo, el comercial, el inmenso y especializado campo de la propiedad intelectual
etc. Lo que procede sobre propiedad en los textos constitucionales es establecer sus
grandes principios que en nuestro concepto son los siguientes: La gran distinción entre la
propiedad privada y el dominio sobre los bienes públicos. En la Constitución de 1993 esta
diferencia no es totalmente clara en el texto, aunque sí en la ratio legis, y se halla contenida
en los artículos 70 y 73 respectivamente. El artículo 70 trata de la propiedad cómo un
derecho privado pertenezca efectivamente a personas de derecho privado o a personas de
Derecho público, que detentan sin embargo su propiedad como de Derecho privado, aunque
obedeciendo complementariamente a ciertas reglas del Derecho Administrativo, tal el caso
de los bienes de producción de ciertas empresas públicas. El artículo 73 por el contrario
se refiere a los bienes sobre los cuales existe dominio público sean o no de uso público.
Aquí dos aspectos conceptuales son importantes la diferencia entre dominio y propiedad y
la diferencia entre bien de uso público y bien que no es de uso público. La propiedad es
entendida en el Derecho contemporáneo como el poder de usar disfrutar, disponer, y
reivindicar el objeto materia del derecho. Si bien la manera como estos poderes específicos
de la propiedad son ejercitados varía de ámbito en ámbito, no es lo mismo disponer de un
bien mueble común, que, de una acción cotizada en bolsa, por ejemplo, los principios
generales son los mismos, la propiedad está a disposición del titular y puede y debe circular.
El dominio tiene más bien el sentido de pertenencia a alguien que ejerce el señorío y ya
estos vocablos dan el sentido de pertenencia histórica del concepto. De otro lado los bienes
de uso público son aquellos que están destinados a que los utilicen todas las personas
indistintamente, sin que ninguna de ellas pueda establecer un derecho individual o colectivo
exclusivo sobre dichos bienes. Los ejemplos clásicos de bienes de uso público son los
parques, las plazas, las calzadas, las veredas, los ríos, los lagos y el mar entre otros.
Hay bienes de dominio público que no son de uso público, Por ejemplo, los parques
nacionales que protegen a la naturaleza, los fondos marinos, los yacimientos minerales,
entre otros. Ahora bien, puede ocurrir que sobre ciertos bienes de uso público se establezcan
concesiones de aprovechamiento económico a particulares, Esto no significa que dichos
concesionarios puedan utilizar en exclusividad los bienes de uso público, según su destino
sino más bien que puedan recibir de su explotación, ciertas rentas que normalmente estarán
destinadas a mejorar su calidad o simplemente a establecer los usos públicos donde no
existen. Los casos más usuales son los de concesión del peaje de una carretera, o de un
puente al inversionista privado que los construya con la finalidad que se logre resarcir su
inversión, y obtener una utilidad razonable por ella. Estas concesiones sobre bienes de uso
público son reconocidas en el Derecho y se utilizan como un estímulo a la inversión en
ellos.
Artículo 70.- El derecho de propiedad es inviolable, El Estado lo garantiza, Se ejerce en
armonía con el bien común y dentro de los límites de ley. A nadie puede privarse de su
propiedad, sino exclusivamente por causa de seguridad nacional o necesidad publica
declarada por ley y previo pago en efectivo de indemnización justipreciada, que incluya
compensación por el eventual perjuicio. Hay acción ante el Poder Judicial para contestar el
valor de la propiedad que el Estado haya señalado en el procedimiento expropiatorio.
En realidad, el efecto de la Constitución de 1993 es restringir las causales posibles de
expropiación. La inclusión en su texto de la seguridad nacional es indispensable porque al
haber restringido la utilidad. La norma que la expropiación se hace previo pago en efectivo
de la indemnización justipreciada. La Constitución de 1993 trae tres modificaciones
importantes respecto del tema: El primero es que en la indemnización debe incluirse
compensación por el eventual perjuicio. El segundo que hay acción ante el Poder Judicial
para contestar el valor de la propiedad señalado en el procedimiento expropiatorio. El
tercero La ausencia de excepciones al principio de pago previo en dinero. Ellas figuraban en
el párrafo final del artículo 125 de la Constitución de 1979.
El derecho que tratamos tiene refrendación como no podía ser de otro modo en los
instrumentos internacionales Dice la Declaración Universal de Derechos Humanos. artículo
17 1, Toda persona tiene derecho a la propiedad individual y colectivamente 2, Nadie será
privado arbitrariamente de su propiedad. Están aquí los dos elementos centrales que las
normas de rango constitucional protegen a la propiedad desde la misma Declaración
francesa el derecho a la propiedad y la prohibición de privar arbitrariamente de él. El
primero es el aspecto positivo del derecho, el segundo es una protección en sentido
negativo.
La Convención Americana dice: Convención Americana sobre Derechos Humanos artículo
21, Toda persona tiene derecho al uso y goce de sus bienes. La ley puede subordinar tal uso
y goce al interés social. 2 Ninguna persona puede ser privada de sus bienes excepto
mediante el pago de indemnización justa por razones de utilidad pública o de interés social
y en los casos y según las formas establecidas por la ley.
La Convención repite la misma estructura ya vista en la Declaración Universal, pero en la
parte final del primer párrafo añade la posibilidad de que el uso y goce de la propiedad sea
sujetado al interés social. El concepto de interés social ligado a la propiedad ha
desaparecido de nuestra Constitución, Dice simplemente que debe ser ejercitada en armonía
con el bien común. En realidad, el bien común y el interés social son dos conceptos
flexibles estándar que pueden recibir contenido diverso según las ideas del gobierno que en
cada caso ejerza el poder. Lo importante es que la propiedad no es un valor absoluto, ni
puede serlo está subordinada al bien común de toda la sociedad. La Constitución establece
que la propiedad se ejerce dentro de los límites de la ley, Esta afirmación es muy importante
porque da pie a que existan normas reguladoras de la propiedad y que sean de segundo
rango por debajo de la Constitución, desde luego Desde el punto de vista jurídico la
propiedad es un derecho real de la persona sobre cosas. Es el derecho por excelencia porque
reúne en sí todos los poderes que puede ejercitarse sobre el bien materia de un derecho.
Dice el artículo 923 del Código Civil Código Civil articulo 923 La propiedad es el poder
jurídico que permite usar disfrutar disponer y reivindicar un bien Debe ejercerse en armonía
con el interés social y dentro de los límites de la ley. El usar consiste en servirse del bien si
es un cuaderno escribir sobre él, si una casa habitarla y así sucesivamente. El disfrutar
consiste en percibir los frutos y productos que ofrece la cosa. Los frutos son los provechos
renovables del bien sin que disminuya ni se altere su sustancia, artículo 890 del Código
Civil, Se subdividen en frutos naturales las frutas, por ejemplo, y civiles los alquileres que
da una casa. Los productos son los provechos no renovables que se extraen de un bien
artículo 894 del Código Civil Tales, por ejemplo, la transformación de la cebada en cerveza
o de la harina en pan. La regulación de los frutos y productos en el Derecho peruano se
halla entre los artículos 890 y 895 del Código Civil. El disponer consiste en entregar todo o
parte de los derechos correspondientes a la propiedad a un tercero para que se sirva del
bien. Cuando presto una casa estoy disponiendo de ella, Cuando la vendo o la regalo
también. No importa el tipo de acto de disposición sino el hecho del traslado total o parcial
temporal o permanente de los atributos de la propiedad todos o algunos de ellos.
El reivindicar es el recuperar el bien objeto de la propiedad de quien lo posee sin derecho a
ello, Es lo que se llama el derecho de persecución por excelencia del bien el propietario,
encuentra el bien de su propiedad y puede dirigir la acción reivindicatoria de carácter
imprescriptible contra quien lo tenga para que se lo devuelva. Desde luego si la persona lo
tiene legítimamente entonces, no podrá solicitarse la reivindicación hasta que se cumplan
los plazos o las condiciones que daban el bien a quien no era el propietario, por ejemplo, la
expiración de un contrato de alquiler. El artículo comienza diciendo que la propiedad es
inviolable a su turno como vimos la Declaración francesa dijo que la propiedad era sagrada.
El significado de estas afirmaciones consiste en que la propiedad no puede ser retirada del
propietario sin su consentimiento sino en ciertas circunstancias previstas en la ley el
abandono y la expropiación son dos expresamente mencionados en la Constitución.
El abandono consiste en la extinción del derecho de propiedad sobre predios que no han
sido poseídos por su propietario ni inmediata ni mediatamente la posesión inmediata se
hace directamente, la mediata a través de otra persona por encargo nuestro, Requiere un
cierto lapso que en el Código Civil es de veinte años.
Dice Código Civil artículo 968 La propiedad se extingue por el Abandono del bien durante
veinte años en cuyo caso pasa el predio al dominio del Estado. También la Constitución
hace mención al abandono de la propiedad predial en su artículo 88 que sin embargo está
restringido a las tierras agropecuarias Podría pensarse que al no haberse establecido de
manera expresa e inequívoca el abandono de la propiedad predial, en la Constitución es una
institución que no debe existir salvo el caso específico de los predios agrícolas debido a que
sí existe mención en el artículo 88 Nosotros consideramos que sería un error adoptar tal
punto de vista
Finalmente debemos hacer notar que la propiedad no está tratada solamente en el artículo
70 de la Constitución, Otras normas importantes de la Carta con las cuales debe
establecerse concordancia son: El derecho a la propiedad y a la herencia establecido en el
inciso 16 del artículo 2 El derecho a la propiedad sobre las creaciones intelectuales artísticas
técnicas y científicas establecido en el inciso 8 del artículo 2. La propiedad de las
instituciones educativas considerada en el artículo 15 La propiedad de los bienes que
constituyen el patrimonio cultural de la Nación considerada en el artículo 21. Las diversas
formas de propiedad que supone el pluralismo económico establecido en el artículo 60. La
propiedad de las tierras agropecuarias regulada en el artículo 88. La propiedad de las tierras
de las comunidades campesinas y nativas regulada en el artículo 89. La propiedad exclusiva
de las armas de guerra por el Estado y la confiscación de las que se hallen en poder de
particulares según el artículo 175.
LAS RELACIONES OBLIGATORIAS EN EL CODIGO CIVIL PERUANO.
OBLIGACIONES DE DAR. TITULO I.- ART. 1132 AL 1147.
OBLIGACIÓN DE DAR
En las obligaciones de dar su objeto consiste en la entrega de una cosa o de un bien: el deber de
conducta que pesa sobre el deudor le impone la necesidad de desprenderse o desasirse del bien o
cosa, para entregarlo al acreedor. A veces hay motivo para dudar si la obligación es de dar o de
hacer, pues su objeto implica conjuntamente hechos de conducta y entrega de cosas. Así, la
obligación de dar un inmueble para transmitir su dominio lleva aparejada la realización de la
escritura pertinente.
En tales supuesto la índole de la obligación se define por el contenido principal de su objeto. Si es
una cosa, la obligación es da dar, aunque la entrega de ella suponga la ejecución de ciertos actos
subordinados, encaminados a la concreción de esa entrega, tales como los trámites administrativos
de inscripción en registros, o de transferencia del permiso para explotar un vehículo de alquiler. Si
la sustancia del objeto debido es el trabajo humano, la obligación es de hacer, aunque suponga la
provisión de alguna cosa, como la hechura de un traje que el sastre se compromete a practicar,
suministrando el los forros, botones, etcétera.
Por aplicación de este criterio ha de entenderse que la compra de un departamento a construirse
según planos y especificaciones, es una compraventa de cosa futura que pone a cargo del dueño
actual del inmueble la obligación de dar una cosa cierta para transferir el dominio de ella, y no una
locación de obra que imponga al locador la obligación de ejecutar el trabajo necesario para realizar
la edificación.
1 Obligación de dar cosas ciertas
La obligación es de dar una cosa cierta, cuando su objeto esta identificado en su individualidad, al
tiempo de constituirse la obligación, Ver Gr., Si se promete la entrega de la casa de la calle tal,
número cual, o el caballo de carrera forli; lo que se debe es un corpus determinado, que el acreedor
y el deudor conocen cual es, desde el origen de la relación obligacional. En cambio, en las demás
obligaciones de dar, la prestación queda relativamente indeterminada, en cuanto no se sabe con que
objeto, en particular, se hará el pago, lo que dependerá de la elección o determinación que
ulteriormente se practique.
Antecedentes y derecho comparado: el sistema del código civil peruano tiene su antecedente en el
derecho romano y en la antigua legislación española, que había seguido la tradición romana.
Aunque importa una publicidad muy rudimentaria e insuficiente en las sociedades modernas,
implica, sin duda, un adelanto sobre otras legislaciones imperantes en la época, según las cuales
bastaba el simple consentimiento de las partes para operar la transmisión de derechos reales
(código civil francés, italiano de 1865). Aun en nuestros días, algunas leyes han mantenido el
principio de que la transmisión se opera consensualmente entre las partes; pero tratándose de
inmuebles, esa transmisión no puede oponerse a terceros, respecto de los cuales no produce ningún
efecto hasta su inscripción en el Registro público respectivo (ley francesa del 23 de mayo de 1855,
código italiano de 1942, código venezolano). En Alemania, suiza, Brasil, Chile, España, es
indispensable la inscripción en el registro tratándose de inmuebles; en lo que atañe a los muebles,
basta el consentimiento y la tradición.
2 Obligación de dar cosas fungibles O de cantidad
Los bienes fungibles son cosas de carácter mueble y reemplazable, que se agotan con su uso y por
lo tanto no puede hacerse un uso adecuado de ellos sin consumirlos.
Son obligaciones de cantidad las que versan sobre cosas fungibles, entendiéndose por tales
aquellas en que todo individuo de la misma especie equivale a otro individuo de la misma especie,
y que pueden sustituirse las unas por las otras de la misma calidad y en igual cantidad. Son cosas
intercambiables entre si, por lo que es indiferente recibir esta cosa o aquella otra: res vice alterius.
En nuestro tiempo ha desaparecido la categoría de las obligaciones de cantidad, que quedan
subsumidas en la clase más amplia de las obligaciones de género.
Esa supresión responde al criterio apropiado. Por lo pronto, es innegable que las obligaciones de
cantidad son también relativas a un género, por lo que no hay inconveniente en regirlas por las
disposiciones referentes a estas últimas. Sólo queda la fungibilidad propia de las obligaciones de
cantidad que no es una nota esencial de toda obligación de género. Pero ello, es un aspecto más
bien secundario, que puede tener su reflejo en el modo de individualizar la cosa a pagar, sin
necesidad de distinguir en lo demás el régimen de la obligación, que es común a las obligaciones
de género y de cantidad.Z
Caracteres: las obligaciones de cantidad se distinguen por dos caracteres salientes: 1) su objeto no
esta individualizado al tiempo de constituirse la obligación, quedando solo definido por su género
y cantidad; 2) su objeto es fungible, en cuanto puede ser sustituido, indiferentemente, por otro que
sea de las misma especie y calidad. Este ultimo rasgo distintivo, que separa las obligaciones de
cantidad de las de género propiamente dichas, influye en el modo de determinar la cosa a pagar.
¿Cómo se definen los bienes fungibles?
Según Wikipedia, "los bienes o cosas fungibles, son los muebles de los que no puede hacerse el
uso adecuado a su naturaleza sin consumirlos y aquellos en reemplazo de los cuales se admite
legalmente otro tanto de igual calidad."
¿En qué se diferencian los bienes fungibles de los no fungibles?
Los bienes de carácter fungible son aquellos considerados en el tráfico jurídico en función de su
número, medida o peso, y pueden ser sustituidos por otros. Sin embargo, los bienes no fungibles
son los no sustituibles.
Podemos utilizar como ejemplo de bien fungible un billete de 50 euros, dado que al utilizarse o
consumirse, se agota, y además puede ser sustituido por cualquier otro billete de 50. Por el
contrario, una obra de arte sería un bien no fungible porque no se consume con su uso y no puede
ser sustituida por otra obra de arte ya que no serían equivalentes.
¿Bien fungible es lo mismo que bien consumible?
Por norma general, los bienes consumibles son también fungibles. Sin embargo, esto no ocurre en
sentido contrario. Es decir, no todos los bienes fungibles son consumibles. Un ejemplo de éstos
últimos, serían los productos fabricados en serie
¿Cuál es el bien fungible por excelencia?
El bien fungible por excelencia es el dinero. Éste es el más utilizado a nivel mundial y plasma a la
perfección los rasgos que caracterizan a los bienes fungibles.

3 Obligación de dar cosas inciertas


Las obligaciones de dar cosas inciertas se refieren a un objeto que no ha quedado inicialmente
definido en su individualidad, a lo cual habrá de llegarse con la respectiva elección o
determinación de la cosa que haya de pagarse. Esta clase de obligaciones se subdividen en
obligaciones de cosas no fungibles u obligaciones de género, y de cosas fungibles, también
llamadas estas últimas obligaciones de cantidad. La discriminación se hace en función de una
progresiva indeterminación del objeto y atendiendo al distinto modo por el cual se individualiza la
cosa a pagar. Son obligaciones de dar cosas inciertas no fungibles las que versan sobre objetos no
individualizados, que se definen por el género a que pertenecen, con caracteres diferenciales dentro
del mismo género.
Se entiende por género el conjunto de seres o cosas que poseen un cierto número de caracteres
comunes: así, los hombres, los caballos, los perros, pertenecen al género animal; las Rosas, los
jazmines, las violetas, los claveles, pertenecen al género flor; los automóviles marca Ford,
chevrolet, Rambler, DKW, fiat, Renault, Peugeot, pertenecen al género automóvil.
Cuando se hable de obligaciones de cosas inciertas se alude a objetos que se identifican por el
género al que pertenecen. Pero si se completa la designación con la calificación no fungible, se
indica que los individuos integrantes del género admiten cierta diferencia entre si. Por ejemplo, un
caballo de carrera, un novillo aberdeen angus, una heladera usada Siam, son cosas inciertas por
cuanto se identifican no por su individualidad sino por el género al que pertenecen; pero también
son cosas no fungibles porque un individuo del género no equivale exactamente a otro del mismo
género, sino que presenta caracteres diferenciales que hacen que no sea indiferente el cambio de
uno por otro: no es lo mismo un pura sangre de gran pedigree, que un caballo de carrera hijo de un
oscuro padrillo cuyos descendientes nunca han ganado; una heladera muy vieja y averiada, y otra
casi flamante; etcétera.

4 Obligación de dar cosas No fungibles


Es la obligación de dar cosas inciertas y no fungibles (llamada obligación de género) por oposición
a obligación de género) por oposición a obligación incierta y fungible (obligación de cantidad). El
objeto de la obligación no es fungible, vale decir, no se trata de cosas que se equivalen
exactamente entre si, ni que pueden sustituirse las unas por las otras. Pero a diferencia de las cosas
ciertas, no están determinadas individualmente, sino solamente por su género.
Así, por ejemplo, la venta de tal caballo, con indicación de nombre, pedigree, etcétera, importa la
venta de una cosa cierta; la venta de un caballo criollo es una venta de género.
Que debe entenderse por género? se trata de un concepto eminentemente relativo. Así, por
ejemplo, los mamiferos constituyen una especie del género animal; las vacas, una especie del
género mamifero; las vacas aberdeen angus, una especie dentro del género de vacas. Pero
cualquiera que sea la exactitud técnico- biológica de la terminología, desde el punto de vista
jurídico, género significa las cosas que reúnen en cierto número de caracteres comunes. A veces
está determinado por la naturaleza (caballos, vacas, etcétera); otras, la misma convención de las
partes fija los alcances del género; así, por ejemplo, me comprometo a vender uno de los cuadros
de mi pinacoteca, uno de los potrillos de la producción de mi haras. En este caso la obligación no
se refiere ya a cualquier cuadro, a cualquier potrillo, sino a uno de los que integran mi colección o
producción.

5 Obligación de dar sumas De dinero


El dinero, creado por el estado, constituye el medio normal de pago. De ahí su singular importancia
en el ámbito de las obligaciones. Aun cuando la obligación consista en dar cosas que no son
dinero,
puede ocurrir que sea imposible su cumplimiento en especie y entonces aquella se resuelve en el
pago de una suma de dinero. Lo mismo ocurre en el caso de incumplimiento de obligaciones de
hacer o no hacer o de los daños ocasionados por un hecho ilícito.
El dinero es el medio normal de que se sirve el hombre para procurarse otros bienes; a la inversa de
lo que ocurre con las demás cosas, no proporciona al hombre ningún placer por si mismo (salvo el
goce patológico del avaro que recuenta sus monedas); pero sirve de intermediario en el trueque de
cosas y bienes: con ese objeto ha sido creado y garantizado por el estado y esta sujeto a su
vigilancia.
Es una creación ideal: se toma un signo cualquiera, al que se le atribuye la función de servir la
unidad, se le da un nombre, independiente de sus cualidades, y se lo lanza a la circulación, ya
integro, ya dividido en multiplos o submultiplos, para que cumpla esa tarea de medir los valores.
Por ello, nussbaum ha podido definir el dinero como aquellas cosas que en el comercio se entregan
y reciben, no como lo que físicamente son, sino solamente como fracción, equivalente o múltiplo
de una unidad ideal. Salvo el supuesto de las monedas hechas con metales nobles, hoy de poco uso,
el dinero carece de valor intrínseco, no obstante lo cual sirve de medida de los demás valores.
El estado, dice Puig brutau, es el empresario de este número de magia en que se puede tener todo a
cambio de unos signos que no son nada; sólo son algo en la medida en que el estado limita el
número de los signos y en que establece que toda persona obligada a un pago puede hacerlo con la
moneda o en los signos monetarios de curso forzoso.
Este dinero, así creado por el estado, constituye el medio normal de pago. De ahí su singular
importancia en el ámbito de las obligaciones. Aun cuando la obligación consista en dar cosas que
no son dinero, puede ocurrir que sea imposible su cumplimiento en especie y entonces aquella se
resuelve en el pago de una suma de dinero. Lo mismo ocurre en el caso de incumplimiento de
obligaciones de hacer o no hacer o de los daños ocasionados por un hecho ilícito.
Para configurar jurídicamente el dinero es necesario decir que se trata de una cosa mueble,
fungible, consumible y divisible; a estas calidades, que son propias también de otros bienes,
debemos agregar la de numeralidad, pues es representativo de una unidad ideal, y la de legalidad,
pues tiene curso legal obligatorio como medio de pago. La moneda, dice Risolía, se concibe es
función de valor, el cambio y el pago. Es, en sustancia: a) un medio para medir, representar y
conservar el valor; b) un medio de cambio que facilita y acelera su desplazamiento; c) un medio de
pago cancelatorio.

TITULO II.- OBLIGACIONES DE HACER. ART. 1148 AL 1157.


OBLIGACIONES DE HACER
DEFINICIÓN
Son obligaciones positivas que consisten en la realización de servicios, en la prestación de trabajo
material, intelectual o mixto a que se compromente el deudor en beneficio del acreedor. Ej.:
servicios profesionales, técnicos, reparación de máquinas, equipos; mandados, servicios de
obreros, etc.
Por su naturaleza son consideradas obligaciones positivas, pues, se encuentran constituidas por una
prestación, acción, comportamiento, conducta, acción, acto debido u actividad, que justamente
consisten es un hacer, producir, realizar y, o ejecutar algo.
Por las obligaciones de hacer, el deudor o sujeto pasivo de la relación obligacional se encuentra
comprometido, sometido o ligado frente al acreedor o sujeto activo o frente a un tercero a realizar,
efectuar, ejecutar, producir o realizar algo en provecho, beneficio o utilidad de éstos, quienes
asumen la facultad, el derecho o la potestad de exigir dicha prestación o conducta de hacer algo.
OBJETO DE LA PRESTACIÓN
Éste puede consistir en hacer, realizar, producir o ejecutar una cosa o bien material, sea bien
mueble o bien inmueble así como en efectuar, producir o realizar un bien inmaterial, sea una
actividad o profesión intelectual de cualquier índole, una creación artística, etc.
Por la obligación de hacer el deudor se compromete, se somete a hacer, ejecutar o realizar algo en
beneficio del acreedor o de un tercero y éstos tienen la facultad de exigir ese hacer.
Ejemplos:
Una obligación de hacer un bien material mueble: Alex Caballero Peña (deudor) se compromete a
hacer un juego de muebles de sala con 1 sillón grande, 1 sillón mediano y 2 sillones pequeños, de
cuero color marrón a Alicia Sarmiento Pasos (acreedora) para el día 23 de noviembre de este año.
Una obligación de hacer un bien inmaterial: Pedro Pablo Cornejo Castillo (deudor) se compromete
a producir y, escribir - hacer - una obra literaria - bibliográfica sobre la historia de la familia de
Antonio Rojas Parra para Beatriz Sarmiento Rojas (acreedora) para el día 03 de noviembre de este
año.
CARACTERÍSTICAS
1. Las obligaciones de hacer no se prestan a la indeterminación, es decir no pueden estar
constituidas por prestaciones con objeto - cosa, bien u actividad a realizar - indeterminadas. Estas
obligaciones deben estar constituidas por prestaciones de hacer algo determinado, identificado,
concreto, claro, preciso, específico, señalado con sus características propias.
Al nacer, constituirse o surgir una obligación de hacer, el objeto de esa conducta, comportamiento
a realizar u efectuar debe estar claramente identificado con todas sus características y señalados de
manera especifica y expresa, para que de esa misma forma o modo deba ser cumplida y, o
ejecutada la prestación de hacer por el deudor a satisfacción del acreedor quien asume la facultad
de exigir dicho cumplimiento.
Ejemplos:
Denisse Picaso Ortega (deudora) se compromete a hacer 500 chocotejas rellanas de margar blanco,
envueltas en papel de aluminio con un adorno por el día de la amistad, para Beatriz Ingunza
Castillo (acreedora) para el día 14 de febrero del presente año.
En las obligaciones de hacer, el objeto de la prestación, conducta o comportamiento a cumplir o
realizar por parte del deudor o sujeto pasivo siempre debe estar plenamente especificado,
identificado, deber ser claro y cierto frente al acreedor o sujeto activo de la relación obligación.
2. En las obligaciones de hacer, en principio, es importante que se fije el plazo y el modo de
cumplirse la prestación a realizarse u efectuarse, pues, en contrario deberán ser cumplidas según la
naturaleza de la obligación o circunstancias del caso, que más adelante explicaremos.
Ejemplos:
No es lo mismo que Martha Candarillas Flores (deudora) se comprometa a hacer una tarea de
lenguaje a Carla Sotomayor Cruz (acreedora), sin que se fije el contenido, la forma y fecha del
cumplimiento de dicha obligación de hacer. Por ello, en principio, es importante que se establezca,
en función del interés, beneficio y provecho de la acreedora, que la deudora (Martha Candarillas
Flores) se compromete a realizar la tarea de lenguaje consistente en redactar una poesía por el día
de Navidad en 20 líneas y en tres párrafos, a computadora, con fuente arial 11, e imprimirla para el
día lunes 10 de diciembre de este año, antes de las 10 de la mañana para Carla Sotomayor Cruz
(acreedora).
No es lo mismo que el médico Dr. Iván Corochano Buendía (deudor) se comprometa en ir a visitar
a su paciente Nelson Martínez Mendoza (acreedor) el día de hoy en el transcurso del día; que
establecer que éste se comprometa en visitar a su paciente entre las 8 y 10 de la mañana llevando
sus instrumentos médicos habituales y, otros que eventualmente pueda necesitar el acreedor, según
sus necesidades.
CLASES
Las obligaciones de hacer se clasifican en fungibles, infungibles, de resultado y de medios o de
mera actividad.
a) Fungibles Una obligación de hacer es fungible cuando la prestación puede ser cumplida por
una persona distinta al deudor, es decir, por un tercero. El beneficio o provecho del acreedor queda
igualmente satisfecho, si dicha prestación la realiza el mismo deudor u otro, pues, al acreedor o
sujeto
activo simplemente le interesa la realización de la prestación, independientemente de la persona
del deudor o de quien cumpla con la prestación de hacer, es decir, en esta clase de obligaciones el
deudor originario puede ser sustituido poto otro que cumpla con la prestación establecida.
Ejemplo:
María Zapata Bravo (deudora) se compromete a hacer un juego de muebles de comedor de madera
caoba, tapizado en color marrón claro para el día 15 de enero de este año frente a Carmela Cazorla
Rojas (acreedora). A la acreedora le resulta indiferente quien hiciera el juego de muebles, lo que le
importa es que la obligación de hacer sea cumplida, por esa deudora o por otra (o), lo que prima en
la acreedora es que la prestación sea cumplida y de ese modo ver satisfecho en su beneficio su
obligación.
b) Infungibles La obligación de hacer es infungible cuando la obligación debe ser cumplida por el
mismo deudor -en persona-, por el deudor originario con el cual se constituyó u origino la
obligación de hacer, es decir, que la pres tación de hacer sea realizada por el mismo deudor o
sujeto pasivo de la relación obligacional que el acreedor o sujeto activo eligió debido o por sus
cualidades y aptitudes profesionales o personales. Se trata de obligaciones personalísimas o intuito
personae.
En esta clase de obligaciones de hacer la persona del deudor no puede ser sustituida por otra. Sólo
ese deudor debe cumplir con la prestación en beneficio del acreedor para que éste vea satisfecho el
cumplimiento de la obligación. Entonces, en esta clase de obligaciones de hacer, al acreedor o
sujeto activo sí le interesa que quien cumpla con la prestación sea el mismo deudor, es decir no le
sería indiferente si dicha prestación la cumpliera un tercero, pues, desde el momento de nacer o
constituirse esta obligación el deudor o sujeto pasivo ha sido elegido por sus aptitudes, calidades y
cualidades. Por ello que el deudor o sujeto pasivo es el que debe cumplir con la prestación y no un
tercero, por ende, el deudor no puede ser sustituido por otro, en consecuencia, las obligaciones de
hacer infungibles no pueden ser cumplidas por cualquiera.
Ejemplo: Piero Flores Villena, un abogado de renombre, (deudor) se compromete a informar
oralmente el día 15 de octubre de este año, en el proceso penal; juicio oral por el delito de peculado
que se viene tramitando en la Tercera Sala Penal de la Corte Superior de Lima, frente a Jorge
Bautista
Claros (acreedor). Al acreedor sí le importa que ese deudor elegido al constituirse la obligación
realice u efectúe el informe oral en el día programado y, por ende que la prestación no sea
cumplida por otro abogado asociado al estudio del deudor.
c) De resultado La obligación de hacer es de resultado cuando además del hacer, ejecutar, realizar
algo en beneficio o en provecho del acreedor o sujeto activo de la obligación, el objeto de la
prestación consiste en la obtención de un resultado. El deudor se libera de su obligación solo si
cumple con obtener el resultado querido frente y a favor del acreedor.
Ejemplos:
Lourdes Galindo Pérez (deudora) se compromete en hacer la decoración de una fiesta infantil con
todos los arreglos: globos, torta, piñata y sorpresas de Superman para la fiesta del hijo de Manuela
Ramírez López (acreedora) que empezará a las 4 de la tarde del día 30 de septiembre de este año.
La obligación se tendrá por cumplida y en consecuencia se extinguirá si la deudora cumple con
todo lo prometido y, el acreedor queda satisfecho con dicha prestación.
d) De medios o de mera actividad La obligación de hacer es una de medios o de mera actividad
cuando la prestación, conducta o comportamiento que va ha realizar el deudor o sujeto pasivo de la
obligación básicamente consiste en un realizar, en desplegar una actividad, en efectuar una
actividad o una conducta independientemente de la obtención de un resultado, pues el resultado es
algo inesperado, contingente e incierto. El deudor se libera de la obligación sólo cumpliendo,
desplegando o realizando la actividad específica y determinada y así mismo el acreedor o sujeto
activo queda satisfecho con dicha actividad.
Ejemplos:
Un enfermero Gerardo Rojas Bouchon (deudor) se compromete a cuidar a la paciente Amelia
Inocente Ichocán (acreedora) de 80 años de edad, durante todos los días hasta que requiera de él o
hasta que viva, durante las 24 horas del día, es decir, el deudor o sujeto pasivo debe cumplir con
suministrarle los medicamentos señalados, sacarla a pasar, acompañarle y ayudarle en hacer sus
necesidades biológicas y físicas: ir al baño, bañarla, peinarla, vestirla, conversar con ella, dormir
con ella, ver
televisión y, todo los cuidados necesarios para una persona de esa edad: en este caso, el deudor
cumple con su prestación, realizando todos los días todas las actividades que se encuentra obligado
a realizar,
al margen que con su asistencia, compañía, cuidado y dedicación, pueda evitar que la acreedora
algún día muera.
OBLIGACIONES DE NO HACER. ART. 1158 AL 1160.
DEFINICION
Las obligaciones de “No Hacer”, son negativas, ya que su prestación consiste en que el deudor se
ha de abstener de aquello que, de no mediar la obligación, le sería permisible ejecutar o realizar. La
ventaja económica para el acreedor radica en “ese abstenerse”, en ese no hacer esto o aquello que
se obliga el deudor.
El no hacer consiste en abstenerse de hacer una cosa o permitir que otro haga una cosa o permitir
que otro haga algo en una cosa de mi propiedad.
Ejemplos:
Obligarse mediante un contrato a no vender la casa en 6 meses (no hacer).
Constituir un contrato de servidumbre de paso, para que las personas puedan pasar por mi terreno
para que lleguen a su destino. O permitir que una persona haga algo mientras yo me quedo inactivo
sin hacer nada en lo que el hace lo que se propone.

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