Pinturas de Vincent Van Gogh

También podría gustarte

Está en la página 1de 3

Pinturas de Vincent van Gogh

• Los comedores de patatas (1885): una escena de la vida rural holandesa,


con tonos oscuros y sombríos, que refleja la influencia de los maestros
flamencos y la preocupación social del artista.

• El café de noche (1888): una vista nocturna de un café iluminado en


Arlés, con colores contrastantes y una atmósfera inquietante, que
muestra el interés de van Gogh por la luz artificial y el simbolismo del color.

• Terraza en café por la noche (1888): otra vista nocturna de un café en


Arlés, pero esta vez desde el exterior, con un cielo estrellado y una
multitud de personas, que expresa el deseo de van Gogh de pintar
directamente del natural y captar el efecto de la luz sobre los objetos.

• Los girasoles (1888): una serie de cuatro cuadros con girasoles en


diferentes estados de marchitación, pintados con tonos amarillos y ocres,
que simbolizan la vida y la muerte, el amor y la amistad, y que van Gogh
dedicó a su amigo Paul Gauguin.

• El dormitorio en Arlés (1888): una representación del interior de la


habitación que van Gogh alquiló en la Casa Amarilla de Arlés, donde
esperaba crear una comunidad de artistas, con colores vivos y formas
simples, que transmiten una sensación de paz y orden.

• La noche estrellada (1889): una de las obras más famosas e importantes


de van Gogh, pintada desde la ventana del sanatorio de Saint-Rémy,
donde se internó tras sufrir una crisis nerviosa, con un cielo turbulento y un
paisaje imaginario, que reflejan su estado emocional y su visión personal
del mundo.

• Autorretrato con la oreja vendada (1889): uno de los muchos


autorretratos que van Gogh se hizo a lo largo de su vida, pero este es
especialmente significativo porque lo pintó después de cortarse parte de
la oreja izquierda tras una discusión con Gauguin, con un fondo verde y
una expresión melancólica, que contrastan con el rojo vivo del vendaje
y la chaqueta.

• La iglesia de Auvers (1890): una vista de la iglesia gótica del pueblo


francés donde van Gogh pasó sus últimos meses de vida, con colores
intensos y distorsiones en la perspectiva, que crean un efecto dramático
y expresivo, quizá inspirado por su conflicto con la religión.

• La ronda de los presos (1890): una copia libre que van Gogh hizo de un
grabado del siglo XIX que representaba a unos presos caminando en
círculo en el patio de una cárcel, con tonos grises y azules y rostros
anónimos, que evocan el sufrimiento y la desesperación humana, y que
quizá reflejan la identificación del artista con los marginados.

• Retrato del doctor Gachet (1890): uno de los dos retratos que van Gogh
hizo del médico que lo atendió en Auvers-sur-Oise, con quien entabló una
buena amistad, mostrándolo como un hombre triste y melancólico, con
una flor de dedalera en la mano, que es una planta venenosa pero
también medicinal.

• Los almendros en flor (1890): una de las últimas obras de van Gogh,
pintada en Saint-Rémy como regalo para su sobrino recién nacido, con
un fondo azul y unas ramas de almendro en flor, que simbolizan la
esperanza y el renacimiento.

• Campo de trigo con cuervos (1890): otra de las últimas obras de van
Gogh, pintada en Auvers-sur-Oise, con un paisaje de un campo de trigo
bajo un cielo tormentoso, surcado por unos cuervos negros, que sugieren
una atmósfera sombría y angustiosa, quizá presagiando su muerte.

• La siesta (1889-90): una copia que van Gogh hizo de una obra del pintor
francés Jean-François Millet, que representaba a unos campesinos
durmiendo bajo un árbol después del trabajo, con colores vivos y
pinceladas ondulantes, que expresan su admiración por el arte de Millet
y su simpatía por los trabajadores del campo.

• El sembrador (1888): una obra inspirada también en Millet, pero


reinterpretada por van Gogh con su propio estilo, que muestra a un
campesino sembrando semillas en un campo bajo un sol radiante, con
colores contrastados y simbólicos, que evocan la vida y la muerte, la luz
y la oscuridad.

• La cortesana (1887): una obra basada en una estampa japonesa que


representaba a una geisha, pero adaptada por van Gogh con su propia
paleta de colores y detalles, como el fondo floral y los animales exóticos,
que reflejan su fascinación por el arte oriental y su deseo de viajar a
Japón.

También podría gustarte