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Marc Augé.

Una etnología del espacio1

Juan Carlos Hernández Rosete**

EN ESTE TRABAJO se hará una des- impersonalidad que promueve lo


cripción de algunos conceptos de que Augé entiende como no lugar.l
Auge que se articulan en torno a Se explicará, entonces, en qué
la noción de espacio como territo- consiste esta idea, qué criterios se
rio, como lugar de socialización, consideran para manejarla como
de construcción de identidades y categoría para el análisis desde una
de memoria. Conceptos que nos perspectiva antropológica que
permiten pensar también en la ubica sus objetos ya no en socie-
forma cómo estos sentidos (rela- dades lejanas, sino en espacios
ciónales, identitarios y de recuer- cotidianos y familiares como el
do) que han caracterizado al lu- metro.
gar en sus diferentes acepciones,
están siendo transformados y vul-
nerados en el contexto de la ciu- Una antropología
dad contemporánea, donde, a de lo cercano
partir del desarrollo de diferentes
tecnologías en las comunicacio- En primer término hay que situar
nes, los transportes y otros facto- la perspectiva desde la cual des-
res como los diseños urbanos, ha cubre Augé sus objetos de análi-
ido predominando un sentido de sis en el mundo contemporáneo.

* Marc Augé es profesor de antropología y etnología en El Colegio de Altos Estu-


dios en Ciencias Sociales de París y director de investigación del CNRS.
** Licenciado en Antropología; estudiante de la Maestría en Comunicación y
Política de la UAM-Xochimilco.
1
Augé, Marc, Los "no lugares". Espacios del anonimato. Una antropología de la
sobremodernidad, Gedisa, Barcelona, 1996.
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Para el desarrollo de una et- entonces, más a una curiosidad


nología de lo cercano, el autor de que a una necesidad. Un princi-
Viajero subterráneo se pregunta si pio que, según Auge, debe tener
la etnología de Europa puede pre- presente dicha antropología, es el
tender el mismo grado de refina- siguiente:
miento y conceptualización que
la etnología de las sociedades le- La investigación antropológica
janas. Se interroga si los hechos, se enfoca, por un lado, a la cues-
las instituciones, los modos de reu- tión del otro a partir del cual le
nión (de trabajo, de ocio, de resi- resulta posible definir diferen-
dencia), los modos de circulación tes campos de investigación: el
específicos del mundo contempo- otro exótico que se define con
ráneo pueden ser estudiados des- respecto a un "nosotros" que se
de un punto de vista antropoló- supone idéntico (nosotros fran-
gico. A lo que responde que, efec- ceses, europeos, occidentales);
tivamente, esto es posible, sobre el otro de los otros, el otro étni-
todo si se considera que no es en co o cultural que se define con
sí Europa lo que está en cuestión, respecto a un conjunto de otros
sino la contemporaneidad como que se suponen idénticos, de un
tal, bajo los aspeaos más moles- "ellos" generalmente resumido
tos o amenazantes de la actualidad por un nombre de etnia; el otro
y a condición de poder aislar -en social: el otro interno con refe-
rencia al cual se instituye un sis-
el mundo moderno- unidades de
tema de diferencias que co-
observación que los métodos de
mienza por la división de los
investigación de la antropología
sexos, pero que define también,
sean capaces de manejar.
en términos familiares, políti-
Augé considera que una antro- cos, económicos, los lugares res-
pología preocupada por analizar pectivos de los unos y los otros,
problemas comunes e inmediatos de suerte que no es posible ha-
de la sociedad contemporánea, blar de una posición en el siste-
debe hacerlo, exclusivamente, se- ma (mayor, menor, segundo,
gún las categorías aplicadas a las patrón, cliente, cautivo) sin re-
sociedades tradicionales, de lo ferencia a un cierto número de
contrario debe construir nuevos otros. El otro íntimo, por últi-
objetos; el hecho de abordar otros mo, que no se confunde con el
terrenos empíricos respondería, anterior, que está presente en el
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corazón de tocios los sistemas


que consideraba al sujeto como su-
de pensamiento, y cuya repre-
jeto tipo (con una individualidad
sentación, universal, responde
de síntesis) representativo de una
al hecho de que la individuali-
cultura considerada también
dad absoluta es impensable: la
transmisión hereditaria, la heren- como un todo.
cia, la filiación, el parecido, la A este respecto del hecho so-
influencia, son otras tantas cate- cial total, es evidente que ni la cul-
gorías mediante las cuales pue- tura localizada en el tiempo y en
de aprehenderse una alteridad el espacio, ni los individuos en los
complementaria, más aún, cons- cuales se encarna, definen un ni-
titutiva de toda individualidad.2 vel de identidad más allá del cual
ya no sería pensable ninguna
Para Augé las representaciones alteridad -dirá Augé. Para él,
de la alteridad íntima (en los sis- cualquiera que sea el nivel al que
temas que estudia la etnología) si- se aplique la investigación antro-
túan la necesidad en el corazón pológica, siempre tiene por objeto
mismo de la individualidad, e im- interpretar la conceptualización
piden por ello disociar la cuestión que otros hacen de la categoría
de la identidad colectiva de la del otro en los diferentes niveles
identidad individual. No la indi- en que sitúan su lugar e imponen
vidualidad, considerada por la an- su necesidad: ya sea la etnia, la
tropología en su estudio de las so- aldea, el barrio, y el individuo, por
ciedades lejanas, que se abstraía y último, que todos los sistemas ri-
se concebía al espacio de estas so- tuales definen como compuesto
ciedades como hecho social total1 y petrificado de alteridad.4

2
Ibid, 1996, p. 26.
3
La totalidad del hecho social, para Marcel Mauss, remite a otras dos totalidades: la
suma de las diversas instituciones que entran en su composición, pero también es
conjunto de las diversas dimensiones con respecto a las cuales se define la indivi-
dualidad de cada uno de aquellos que la viven y participan de ella.
4
Este lenguaje de la alteridad sugiere que la verdad de los seres está en otra esfera
diferente de las identidades de clase. Este lenguaje relativiza la significación y presenta
las cuestiones desde el punto de vista de la implicación, la influencia y la relación. El
lenguaje de la identidad establece la relación entre el individuo y las diversas colectivi-
dades de que él forma parte o no. El lenguaje de la alteridad presenta la relación entre
las personas, o más ampliamente la relación entre lo mismo y lo otro.
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Augé piensa que hoy en día de sus transformaciones acelera-


debe haberse aprendido a dudar das, atrae la mirada antropológica.
de estas identidades absolutas, En este horizonte de transfor-
simples y sustanciales; que los in- maciones, Auge dirige su análisis
dividuos, por simples que se los a las nociones de tiempo y espa-
imagine, no lo son nunca lo bas- cio. En relación al tiempo comen-
tante como para no situarse con ta que muchos historiadores tie-
relación al orden que les asigna el nen problemas para establecer sus
lugar: no expresan la totalidad delimitaciones temporales porque
sino bajo cierto ángulo. Con esto experimentan grandes dificulta-
se refiere a la identidad que con- des no sólo para hacer del tiempo
sidera la noción de hecho social un principio de inteligibilidad
total, donde, por el simple hecho sino, más aún, para inscribir en
de atender a una identidad repre- él un principio de identidad. Afir-
sentativa de una totalidad de la ma que en el fondo de esta trans-
sociedad en la que está inscrito formación hay una superabun-
determinado sujeto, se abstraen dancia de acontecimientos. Es
diferentes niveles respecto a los decir, que hay una dificultad para
cuales esta identidad puede ser re- ubicar cada acontecimiento en su
lativa (como al sexo, la edad, el epecificidad.
estatus, etcétera). Esta superabundancia de in-
Por otro lado, y dejando atrás formación y la interdependencia
la reflexión sobre la alteridad in- inédita de lo que algunos llaman
mediata, que según Augé es un "el sistema planetario", plantea un
objeto central de la etnología que difícil problema a la historia de la
se enfoca a la sociedad occidental contemporaneidad (denomina-
actual; ubicándonos en el mun- ción que a causa de la frecuencia
do contemporáneo en donde la de acontecimientos de los últimos
antropología descubre sus obje- decenios corre el riesgo de perder
tos, reclama que no se crea que toda significación). Para Augé este
por el agotamiento del estudio en es un problema de naturaleza
terrenos exóticos -porque los si- antropológica.
gue habiendo- la antropología se En este escenario de abundan-
vuelve hacia horizontes más fa- cia de acontecimientos con una
miliares, sino que el mundo con- sobrecarga de significados que
temporáneo mismo, por el hecho inciden en la experiencia del
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tiempo, observa Auge que hay excede, en mucho, la información


una acentuada necesidad cotidia- objetiva que porta. Esta mezcla
na de otorgar sentido a la exis- de imágenes (en las pantallas) de
tencia, al mundo. Esta necesidad la información, la publicidad y la
de no dar un sentido al presente, ficción, cuyo tratamiento y finali-
sino al pasado es el rescate de la dad no son idénticos, por lo me-
superabundancia de aconteci- nos en principio, aparecen ante
mientos que corresponde a una nuestros ojos como un universo
situación que define como sobre- relativamente homogéneo, 5 no
modernidad para dar cuenta de su obstante, en el fondo provienen
modalidad esencial: el exceso. de ámbitos diferentes.
Otra instancia que a juicio de Para Augé, estos universos en
Auge caracteriza a la sobremo- gran medida tienen un carácter fic-
dernidad, tiene que ver con el es- cional y son esencialmente uni-
pacio. Observa que estamos en la versos de reconocimiento; advierte:
era de los cambios en escala; men-
ciona algunos elementos que ca- lo propio de los universos sim-
racterizan esa estrechez del pla- bólicos es reconstruir para los
neta como es el desarrollo de la hombres que los han recibido
tecnología en los transportes, en como herencia, un medio de re-
las comunicaciones que posibili- conocimiento (universo cerra-
tan estar en cualquier lado en unas do donde todo constituye sig-
horas y que permiten el acceso a no; conjunto de códigos que
imágenes de acontecimientos que algunos saben utilizar y cuya
se están llevando a cabo del otro clave poseen), pero cuya exis-
tencia todos admiten; totalida-
lado del mundo.
des parcialmente ficticias pero
Presentimos -nos dice- que efectivas, cosmologías que se po-
seguramente los efectos perversos dría pensar se conciben para ha-
o las distorsiones posibles de una cer las delicias de los etnólogos.
información con imágenes así se-
leccionadas no solamente pueden En este contexto del espacio
ser manipuladas, sino que la ima- moderno, señala que la noción de
gen (que no es más que una entre hecho social total que se sostiene
millares posibles) ejerce una in- sobre una organización del espa-
fluencia y posee un poder que cio (y en la que se considera al
Op. cit., 1996, p. 38.
VERSIÓN. ESTUDIOS DE C O M U N I C A C I Ó N Y P O L Í T I C A

sujeto como entidad total y repre- lugar (como el lugar existencial,


sentativo de su entorno), es so- el lugar de memoria, el lugar an-
brepasada y se hace relativa. Esto tropológico) que anteceden a la
quiere decir, por ejemplo, que en categoría de no lugar. El lugar o
espacios como el de las grandes espacio existencial mantiene al pa-
ciudades los individuos entran y recer el mismo sentido que el lu-
salen o se sitúan y se desplazan en gar antropológico. Esta noción, la
un rango muy amplio de ads- del lugar existencial, Augé la toma
cripciones identitarias (relativas al prestada de Merleau Ponty quien
estrato social, a la ocupación, al designa lugar de una experiencia
lugar donde se habita, a la creen- de relación con el mundo; de un ser
cia religiosa, etcétera). esencialmente situado en relación
Es entonces, que así como la a un medio.
inteligencia del tiempo se ve soca- En cuanto al lugar entre las so-
vada por la superabundancia de ciedades indígenas, por ejemplo,
acontecimientos, la inteligencia del asegura que la marca social del
espacio se ve complicada por la su- suelo es tanto más necesaria tan-
perabundancia espacial del pre- to que no es siempre original.
sente, que consiste, como ya se Que el etnólogo no ignora más
mencionó, en los cambios de es- que ellos las vicisitudes de su his-
cala, en la multiplicación de refe- toria, su movilidad, la multiplici-
rencias imaginadas e imaginarias dad de los espacios a los que se
y en la espectacular aceleración de refieren y la fluctuación de sus
los medios de transporte. Esto fronteras. Con todo esto, indica,
conduce a modificaciones físicas "el lugar es una invención'. Esta
considerables en concentraciones afirmación me parece relevante
urbanas, traslados de poblaciones porque hace hincapié en el lugar
y la multiplicación de lo que en- como construcción social -y la
tiende Auge por no lugares. importancia simbólica de éste-
entre grupos en los que puede
uno creer, que por el apego o
Algunos conceptos de lugar arraigo que tienen a su territorio,
es original efectivamente o que es-
Antes de ver en qué consiste esta tán ahí desde siempre.
idea de los no lugares, es necesa- Nos recuerda que la organiza-
rio considerar otras nociones del ción del espacio y la constitución
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de lugares son, en el interior de éste; por la formación de víncu-


un mismo grupo social, una de los que se dan en él. El lugar
las modalidades de las prácticas antropológico se convierte en una
colectivas e individuales y que las referencia ya sea por su monu-
colectividades, como los indivi- mentalidad o ubicación que lo
duos que se incorporan a ellas, tie- hizo permanente y que se man-
nen necesidad simultáneamente tiene en la memoria de aquellos
de pensar la identidad de la rela- que los frecuentan y los evocan.
ción y, para hacerlo, de simbolizar En este lugar, también de me-
los constituyentes de la identidad moria, necesariamente histórico,
compartida; con lo que el trata- dice Pierre Nora, es donde se
miento del espacio es uno de los capta lo que ya no somos.
medios de esta empresa. Augé señala que el estatuto in-
Por tanto, para Augé el con- telectual del lugar antropológico
cepto de lugar antropológico se es ambiguo:
reserva para esta construcción
concreta y simbólica de espacio, No es sino la idea parcialmente
que no podría, por sí sola, dar materializada, que se hacen
cuenta de las vicisitudes y con- aquellos que lo habitan, de su
tradicciones de la vida social a la relación con el territorio, con
cual se refieren todos aquellos a sus semejantes y con los otros.
quienes les asigna un lugar, por Esta idea puede ser parcial o
mitificada, varía según el lugar
modesto o humilde que sea. Este
que cada uno ocupa y segiin su
lugar antropológico es, al mismo
punto de vista. Sin embargo
tiempo, principio de sentido para
propone e impone una serie de
quienes lo habitan y principio de
puntos de referencia que no son
inteligibilidad para quienes lo ob-
sin duda los de la armonía sal-
servan. En otras palabras, se pue-
vaje o del paraíso perdido,
den considerar como este tipo de
(puesto que está hablando del
lugar aquellos espacios de carác- lugar en la sociedad contempo-
ter identitario entre el sujeto y el ránea), pero cuya ausencia,
territorio; aquellos espacios para cuando desaparecen (aún en el
el encuentro, que se cumple por ámbito secular de la ciudad), no
las palabras que se enuncian en se colma fácilmente.6
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Este señalamiento es impor- El no lugar


tante porque remite a la noción
de alteridad individual (o íntima Augé considera que si un lugar
como él la denomina) que está puede definirse como lugar de
detrás de las diversas maneras en identidad, relacional e histórico,
que se puede percibir no sola- un espacio que no puede definirse
mente el espacio inmediato, sino ni como espacio de identidad, ni
la ciudad en su conjunto. Ciudad como relacional, ni como histó-
o ciudades, europeas o norteame- rico, se definirá como un no lu-
ricanas, donde se experimenta el gar. La hipótesis que plantea Augé
desvanecimiento de un sentido es que la sobremodernidadcs pro-
(constituido por los usos y estilos ductora de no lugares, de espacios
de usar la ciudad) o un espíritu que no son en sí lugares antro-
que le otorga su carácter de ciu- pológicos y que no integran los
dad al dispositivo urbano donde lugares antiguos catalogados, cla-
es hoy notorio un repliegue de los sificados como de memoria. Al-
sujetos hacia el adentro. A con- gunos de estos no lugares pueden
secuencia o como expresión ser las terminales de diferentes
alterna a una cosmovisión, en la transportes, las habitaciones de
ciudad, la experiencia del ser hotel, los clubes de vacaciones, los
presenta un carácter acentua- campos de refugiados, los super-
damente individual, alentado y mercados, los distribuidores y ca-
recreado por los discursos e jeros automáticos. Estos no lu-
imágenes que se despliegan en la gares revelan, según Augé, los ges-
escena urbana. Mensajes que tos del comercio de oficio mudo,
autorizan solamente el tiempo de aparecen así en un mundo pro-
un recorrido, la coexistencia de metido a la individualidad solita-
individualidades distintas, seme- ria, a lo provisional y a lo efímero.
jantes e indiferentes unas de otras. Una aclaración de Augé, im-
Además, el dispositivo urbano del portante de tener presente, es que
freeway, de la mega plaza comer- un no lugar no existe bajo una for-
cial, exacerba esta soledad en ma pura. En este espacio del no
público, soledad característica del lugar, los lugares se recomponen,
no lugar. las relaciones se reconstituyen; el
lugar y el no lugar son más bien
polaridades falsas, el primero
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nunca queda completamente bo- L'Invention du quotidien, de Mi-


rrado y el segundo nunca se cum- chel de Certeau, 7 mencionaré
ple totalmente. Para Auge los no brevemente algunos puntos que
lugares son palimpsestos donde más que convergencias presentan
se reinscribe sin cesar el juego in- diferencias en cuanto al signifi-
trincado de la identidad y de la cado de espacio y lugar que ma-
relación. Los no lugares -asegu- nejan estos autores.
ra- deben considerarse más bien En Michel de Certeau el sen-
como la medida de una época, tido que impone el urbanismo a
medida cuantificable de una co- la ciudad, define lugares que para
municación tan extraña que a me- él equivalen a territorios asigna-
nudo no pone en contacto al in- dos con una significación que le
dividuo más que con otra ima- es dada desde fuera. Al estable-
gen de sí mismo. Esta situación, cerse otras rutas e itinerarios de
desde su punto de vista, genera manera aleatoria y divergente en
nuevas y muy extrañas formas de el espacio urbano por diversos
soledad y tiene que ver con una usos y estilos, el lugar geométrico
serie de transformaciones como se vuelve espacio. De Certeau en-
las que ha padecido el lugar exis- tiende el lugar como "el orden
tencial -entre otras cosas, un lu- según el cual, los elementos se
gar de socialización- que alterna distribuyen en relaciones de co-
con otro tipo de lugar donde la existencia", y al espacio como "en-
soledad se experimenta como ex- trecruzamiento de movilidades".
ceso o vaciamiento de la indivi- Para este autor, el espacio es el
dualidad. Todo esto, señala Auge, efecto producido por las opera-
se encubre en las ficciones que ge- ciones que lo orientan, que lo cir-
neran los discursos y las imáge- cundan, lo temporalizan y lo lle-
nes actuales. van a funcionar como una uni-
Por otra parte, como Auge de- dad polivalente de programas
sarrolla la explicación del lugar y conflictuales o de proximidades
el no lugar tomando como refe- contractuales.8 Desde su punto de
rencia las nociones de lugar y es- vista, el sentido cerrado del lugar
pacio contenidas en el texto se ve trascendido por los signifi-

De Certeau, Michel, "L'Invention du quotidien I", Arfs de faire, Galimard, 1990.


Op. cit., 1990.
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cados que el transeúnte, en su ser referido mediante el relato -de


andar, le otorga. En De Certeau espacio. Los relatos de espacio
estos andares son comparables a operan como organizadores y le
los actos de enunciación. Los an- permiten al sujeto apropiárselos,
dares son al sentido que especifi- convertirlos en espacios de me-
ca el urbanismo, lo que es la enun- moria.
ciación al lenguaje escrito:
Como se habrá advertido, De
Certeau y Auge difieren en cuan-
el espacio es al lugar lo que se
to a la noción de lugar. Para el
vuelve la palabra al ser articu-
primero, éste remite al lugar
lada, es decir, cuando queda
geométrico, lugar inerte, que se
atrapada en la ambigüedad de
convierte en espacio por las ope-
una realización, transformado
raciones que en él se realizan. El
-el lugar en espacio— en un tér-
mino pertinente de múltiples sentido del lugar existencial, del
convenciones, planteado como lugar antropológico del que ha-
el acto de un presente (o de un bla Augé, implica ciertas opera-
tiempo), y modificado por las ciones (relacionales, identitarias y
transformaciones debidas a con- de memoria) que son parte del
tigüedades sucesivas. A diferen- sentido de espacialidad al que se
cia del lugar, el espacio carece refiere De Certeau.
pues de la univocidad y de la La diferencia, importante de
estabilidad de un sitio propio.9 considerar, es en torno a la no-
ción de los relatos de espacio que
En suma, para De Certeau el para De Certeau tienen un carác-
espacio es un lugar practicado. ter positivo. Mediante ellos, los
A las retóricas del andar, que sujetos se apropian del espacio
De Certau define como actos de otorgándole de alguna manera un
enunciación, como actos de ex- sentido personal, a diferencia del
presión simbólica, agrega otra no- sentido impersonal en que se si-
ción que también aparece en túa a los lugares en los discursos
Augé, pero con un sentido dife- a los que se refiere Augé, quien,
rente. Es la idea de que el lugar se además de concebir el no lugar a
transforma en espacio, además nivel del territorio, también con-
por el hecho de ser transitado, por sidera ciertas imágenes y discur-

9
Ibid, 1990, p. 129.
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sos como conformadores de no lu- utopías triviales, clichés. Luga-


gares (por la naturaleza virtual de res que no se cumplen más que
aquello que promueven), y que por la palabra, no en el sentido
para él tendrían por ello un ca- en que se evocan los lugares de
rácter negativo. memoria, que en algún mo-
mento fueron lugares antropo-
C a b e recordar una última
lógicos, sino en la evocación de
cuestión, pero muy importante,
lugares constituidos que no tie-
para Michel de Certeau las prác-
nen esta característica del lugar
ticas como los andares y los relatos
existencial, sino que pueden ser
que convierten en espacio al lugar,
una construcción de la propa-
son una expresión de resistencia
ganda publicitaria.
frente al sentido unívoco im-
puesto por diversos regímenes Un no lugar, que se crea a con-
como el urbanismo. secuencia de la invasión del espa-
Según Augé, las imágenes o cio por el texto, es decir, de las
discursos que promueven el reco- imágenes y discurso que interpe-
nocimiento, el contacto del sujeto lan al transeúnte constantemente
con otra imagen de sí mismo, exa- en su andar por la ciudad. Estas
cerban un sentido de lo público interpelaciones que hace el texto
sin público como dice Sennett. 10 y que saturan el espacio ("gracias
Augé concibe que el no lugar por su confianza; vacaciones en
designa dos realidades comple- el caribe") son las que fabrican, se-
mentarias pero distintas. Los es- gún Auge, al hombre medio, de-
pacios constituidos con relación finido como usuario del sistema
a ciertos fines (transporte, comer- total, comercial, bancario; estas
cio, ocio) y la relación que los in- interpelaciones lo constituyen y
dividuos mantienen con esos es- eventualmente lo individualizan.
pacios; y agrega: Mientras que la identidad [...]
de unos y otros constituía el lugar
ciertos lugares no existen sino antropológico a través de las com-
por las palabras que los evocan, plicidades del lenguaje, las referen-
por las palabras que hacen ima- cias del paisaje, las reglas no forma-
gen; no lugares en este sentido
les del saber vivir; estos no lugares
o más bien lugares imaginarios,
crean la identidad no compartida

Sennett, Richard, The fall o fthe Public Man, Faber and Faber, Londres, 1986.
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de los pasajeros, de la clientela o de compañías aéreas), y lo intere-


los conductores de domingo. Sin sante es que todos los consumi-
duda, inclusive, el anonimato dores de espacio se encuentran así
relativo que necesita esta identidad atrapados en los ecos y las imá-
provisional puede ser sentido genes de una suerte de cosmología
como una liberación por aquellos objetivamente universal, en otras
que por un tiempo no tienen que palabras, un universo en donde
atenerse más que a su rango, las formas de interpelación de
mantenerse en su lugar y cuidar diferentes órdenes, publicitarios,
su aspecto. políticos, informativos, etcétera,
De esta manera, para Auge (a le plantean al lector un sentido
diferencia de los lugares que des- cuya convencionalidad trascien-
de su punto de vista crean lo so- de cada vez más las fronteras cul-
cial orgánico), los no lugares crean turales, no obstante la multi-
la contractualidad solitaria, el culturalidad en aumento de las
control a-priori o a-posteriori de ciudades.
la identidad y del contrato que co- En cuanto a la alternancia del
loca el espacio del consumidor lugar y el no lugar, Augé asegura
contemporáneo bajo el signo del que éstos se interpenetran, que la
no lugar. Las palabras casi ya no posibilidad del no lugar no está
cuentan, no hay individualización nunca ausente de cualquier lugar.
(derecho al anonimato) sin con- El retorno al lugar es el recurso
trol de la identidad. El espacio del de aquel que frecuenta los no lu-
no lugar, a su parecer, no crea ni gares y que sueña con una resi-
identidad singular ni relación, dencia secundaria arraigada en las
sino soledad y similitud. profundidades del terruño.
Ante este panorama, el autor, Sobre la relación entre espa-
preocupado por el futuro de las cio social y no lugar en general,
culturas y la incidencia de la glo- concluye que, cuando los indivi-
balización, que algo notable duos se acercan, hacen lo social y
resulta de lo que se podría llamar disponen los lugares, en el espa-
las "participaciones cruzadas" de cio de la sobremodernidad, los in-
los aparatos publicitarios (las dividuos (clientes, pasajeros,
revistas de las compañías aéreas usuarios, oyentes) no están iden-
hacen la publicidad de los hoteles tificados, socializados ni localiza-
que hacen la publicidad de las dos (nombre, profesión, lugar de
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nacimiento, domicilio) más que íntima en el contexto del metro,


a la entrada o a la salida. En la en la experiencia de viaje, donde
sobremodernidad, a modo de un el viajero se desplaza como en una
inmenso paréntesis, los no luga- burbuja que recubre su indivi-
res acogen a los individuos cada dualidad y el mínimo espacio que
día más numerosos, tanto más, va ocupando durante el trayecto,
cuanto que a ellos apuntan parti- que en ocasiones es irrumpida por
cularmente todos aquellos que lle- el congestionamiento que supri-
van hasta el terrorismo su pasión me las distancias. Augé argumen-
por el territorio a preservar o a con- ta que en todas las sociedades hay
quistar (Idem, 1992, p, 114). otros y propiamente no hay otra
cosa y que esta simple compro-
bación relativiza por sí misma la
Una etnología del metro definición de niveles, de umbra-
les de identidad (generaciones,
En El viajero subterráneo,11 Augé clases, acciones, naciones) y al
aborda, antes que en el texto de relativismo mismo.
los no lugares, el concepto de he-
chos sociales totales; hace una crí- Los otros no son tan irreduc-
tica al relativismo cultural y tiblemente otros que no tengan
enfatiza que la noción de indivi- una idea de alteridad, de la al-
duo es indispensable para com- teridad lejana claro está (la de
prender el hecho social total. Con los extranjeros), pero también
ello comienza a poner el acento de la alteridad inmediata (la de
en la idea de alteridad íntima. Re- sus semejantes próximos). La
flexiona sobre los problemas y las otredad no sólo frente al extran-
limitaciones de la etnología en el jero, a mi prójimo. En el me-
pasado (sobre su etnocentrismo, tro, los signos de la alteridad in-
sus generalizaciones, etcétera) y mediata, son numerosos. La
también, aunque no tan deteni- alteridad inmediata (pero ¡ay!
damente como en los no lugares, ya un poco lejana) es ante todo
plantea la posibilidad de una et- la de los jóvenes cuya juventud
nología para comprender lo in- significa para los demás que su
mediato. Augé analiza la alteridad propia juventud ya se ha ido.12

11
Augé, Marc, El viajero subterráneo. etnólogo en el metro, Gedisa, 1987.
12
Ibid, 1987.
V E R S I Ó N . E S T U D I O S D E C O M U N I C A C I Ó N Y P O L Í T I C A

Por cuanto nos acerca a la hu- En otra parte del libro y tras-
manidad cotidiana, el metro ladándose del hecho social total a
parisino, dice Auge, desempeña la alteridad íntima, Augé precisa
el papel de un vidrio de aumen- que, para expresar del mejor
to. Invita a medir un fenómeno modo posible la esencia del
que sin él, se corre el riesgo de ig- fenómeno social que se da en el
norar que el mundo en su mayoría metro, se debe tomar en cuenta
se rejuvenece y que los ya no tan no sólo su carácter instituido y
jóvenes nos vamos quedando colectivo, sino también aquello
atrás; que es un espacio donde que dentro de ese carácter se
confluyen historias y velocidades presta a elaboraciones singulares
diferentes de las personas ya no tan y a imaginaciones íntimas, las
jóvenes y de los jóvenes que se im- cuales, si no se advierten, el
pacientan en las demoras iniciales. análisis del metro como fenóme-
Desde esta perspectiva Auge ve no social ya no tendría ningún
que el metro no es lugar de sentido.
sincronías. A pesar de la regulari- En este texto se hace hincapié
dad de los horarios, cada cual ce- también sobre aquellos aspectos
lebra allí, por su cuenta, sus fies- que debe tener muy presentes
tas y sus cumpleaños; cada bio- toda etnología que pretenda ayu-
grafía es singular. Pero sobre todo dar a comprender lo que nos es
hay que admitir -nos dice- que demasiado familiar, que en el caso
cotidianamente (en este espacio del metro es la idea de la alteridad
del metro, de la soledad sin el ais- íntima.
lamiento) los individuos toman Augé, casi al final del análisis
itinerarios que no pueden dejar sobre el metro, concluye que "tal
de tomar, atados a los recuerdos vez consideraría el etnólogo que
que nacen de la costumbre y a la existencia de un cruce de arte-
veces la subvierten. Los indivi- rias sin dioses, sin pasiones, sin
duos rozan, ignorándola pero combates, representa hoy el esta-
persistiéndola a veces, la historia dio más avanzado de la sociedad
de los demás y pasan por los ca- y configura el ideal de toda de-
minos marcados por una memo- mografía". Reconoce, además,
ria colectiva trivializada, cuya efi- que la imagen del metro parisino
cacia sólo se percibe ocasional- siempre estuvo asociada para él
mente y a la distancia. con el carácter ineluctable e irre-
L O S M A T E R I A L E S

versible del recorrido humano in- Si la experiencia lejana nos ha


dividual {op. cit.y 1987). Q u e su ayudado a descentralizar nues-
objeto se refiere a la experiencia tra mirada, debemos sacar pro-
de un recorrido interior; de los vecho de esta experiencia. El
estados de las diferentes indivi- mundo de la sobremodernidad
dualidades que allí, en el metro, no tiene las medidas exactas de
comparten sus soledades. aquel en el cual creemos vivir;
Auge recuerda que del etno- pues vivimos en un mundo que
centrismo - q u e le significó una no hemos aprendido a mirar to-
limitación- de una primera antro- davía. Tenemos que aprender de
pología en el estudio de culturas nuevo a pensar el espacio (ibid,
lejanas, quedó una experiencia: 1996, p. 42).

Bibliografía

Augé, Marc, Los "no lugares". Espacios del anonimato. Una antropología de
la sobremodernidad, Barcelona, Gedisa, 1996.
, El viajero subterráneo. Un etnólogo en el metro, Barcelona, Gedisa, 1987.
De Certeau, Michel, L 'Invention du auotidienI. Arts de faire, Galimard, 1990.
Sennett, Richard, The fallofthe Public Man, Faberand Faber, Londres, 1986.

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