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ÍNDICE

I. INTRODUCCIÓN…………………………..………………………… 3

II. OBJETIVO Y FINALIDAD…………………………………………… 4

III. CONCEPTOS…………………………………………………………5

3.1 Nociones de autores

3.2 Nociones personales

IV. DEFINICIONES……………………………………………………….12

V. ANÁLISIS……………………………………………………………...13

5.1 Análisis Propio

5.2 Opiniones sobre el Análisis del TC en las jurisprudencias

VI. CONCLUSIONES…………………………………………………….18

VII. FUENTES INFORMATIVAS………………………………………...19

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I. INTRODUCCIÓN

En el sistema democrático constitucional, el ejercicio del contenido fundamental de


cada una de las principales funciones políticas, tanto la legislativa, ejecutiva y
jurisdiccional (denominadas también poderes), corresponde a un órgano distinto. Cada
uno de estos órganos, a su vez, puede estar compuesto por un conjunto de instituciones,
mediante las cuales se lleva a cabo el ejercicio de la función política correspondiente. En
el presente trabajo, revisaremos el Título IV del Cap. IV de la Estructura del Estado.
Cómo se encuentra organizado institucionalmente el ejercicio de la función ejecutiva del
Estado en el Perú. En detalle, se mostrará una visión amplia del Presidente de la
República. Esta revisión comprenderá tanto las normas constitucionales y legales
vigentes en nuestro ordenamiento, como las instituciones desarrolladas en el Derecho
Constitucional de nuestro país.

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II. OBJETIVO Y FINALIDAD

2.1 OBJETIVO

Brindar información a través de conceptos, nociones de autores conocedores del


tema y análisis de una forma clara y concisa sobre las funciones, deberes, obligaciones,
y derechos del Presidente de la República quien es la máxima personificación del Estado
en toda su Estructura.

2.2 FINALIDAD

Sistematizar información completa y actualizada acerca del Título IV del Capitulo IV


de la Estructuración del Estado, y entender cómo está Constituido. El Poder Ejecutivo es
responsable de reglamentar y operar los sistemas funcionales.

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III. CONCEPTOS

3.1 Nociones de autores

Delgado (2012), explica que el ejecutivo peruano es responsable políticamente


ante el parlamento. Dicha responsabilidad se entiende con el gabinete y no con el
Presidente de la República. Este dirige el gobierno y es el jefe de gobierno, pero
prevalece su rol como jefe de Estado, y en consecuencia queda eximido de
responder directamente ante la representación, desplazándose así el trabajo duro de
responder políticamente a su gabinete (p. 423).

El Poder Ejecutivo es una especie de magistratura todopoderosa que casi no puede


ser controlada, salvo en casos muy especiales y contados. La deficiente organización
del Poder Legislativo y del Judicial colaboran a la imposibilidad de control sobre el
Ejecutivo. (Bernales, 1980)

También, Blancas (1996) afirmó lo siguiente:

La Constitución de 1993 dedica el Capítulo IV «Poder Ejecutivo» de su Título


IV «De la estructura del Estado», exclusivamente al Presidente de la República,
regulando en él lo referente a su jerarquía en el Estado, requisitos de elegibilidad,
sistema de elección, duración del mandato, los supuestos de vacancia y
suspensión, las normas para el ejercicio provisional del cargo y la sucesión en
caso de impedimento temporal o permanente del Presidente, las causales de
acusación constitucional para su destitución y, finalmente, sus atribuciones y
obligaciones. Este ordenamiento sistemático de la Constitución nos revela, de
entrada, la íntima vinculación que establece entre las nociones de «poder
ejecutivo» y «presidente de la República». En constituciones de tipo republicano-
parlamentario como, por ejemplo, las de Alemania, Italia y Portugal, tal
identificación no existe y, por ello, regulan en títulos separados al Presidente de la
República, o Jefe del Estado, y al Gobierno, o Poder Ejecutivo l. En cambio, la
sistemática empleada por la nuestra se asemeja a la Constitución de los Estados
Unidos cuyo Artículo Segundo se ocupa del Presidente, al cual atribuye el Poder

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Ejecutivo (Sección l,a, numo 1,) o, más aún, a la de México, cuyo Capítulo III, del
Título n, denominado "Del Poder Ejecutivo" se refiere al "Presidente de los
Estados Unidos Mexicanos como depositario del "Supremo Poder Ejecutivo de la
Unión" (Art. 80°) 2. Más allá, sin embargo, de este aspecto de ordenamiento
sistemático, que sin duda expresa la concepción subyacente acerca de la
titularidad del Poder Ejecutivo, interesa analizar, en nuestra Constitución, quien es
el titular de este poder, a partir de la distribución de las atribuciones y
competencias propias del mismo que hace la ley fundamental. (p.2)

El Poder Ejecutivo se encuentra destinado inicialmente a la ejecución de las leyes y,


en consecuencia, a la administración del aparato estatal gubernativo. Se encarga de la
dirección de la política general de gobierno. De la misma forma, en tanto administración
pública por excelencia, es quien comúnmente emite actos administrativos a través de los
diversos organismos que lo componen. (Calderón, 2021)

En los sistemas presidencialistas, la formulación de políticas suele nacer desde el


poder Ejecutivo. El presidente peruano dispone de instrumentos constitucionales
(decretos supremos y legislativos) que lo han convertido, históricamente, en el principal
productor de legislación. (Patriau, 2013)

En función del análisis de las competencias presidenciales, se encuentra que la


Constitución peruana (junto a las de Argentina, Brasil, Chile, Ecuador y Colombia) le
otorga al Ejecutivo una posición "muy fuerte frente al Parlamento" (Nolte, 2003).

El poder ejecutivo emite casi el cien por ciento de las normas y el poder legislativo
apenas emite un porcentaje minúsculo. (Morón, 2023)

Castañeda (2012), también propone entender la función rectora del Poder Ejecutivo
para la adecuada gestión de las políticas públicas sectoriales (salud, educación, medio
ambiente, transporte, etc.) y territoriales (nacionales, regionales y locales) en el marco
de la descentralización es importante, más aún en el caso del ejercicio de las
competencias compartidas, pues, en este tipo de competencias es donde pueden

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colisionar los intereses de los diversos niveles de gobierno al momento de implementar
las políticas antes mencionadas.(p.73)

Como quiera que el Congreso debe retener cuanta autoridad sea dable para hacer
cumplir su determinación; y corriendo el riesgo de que un Poder Ejecutivo extraño,
aislado y separado de él, aunque hechura suya, le pueda formar partido de
oposición, es necesario que el Congreso conserve el Poder Ejecutivo” (Basadre,
1963)

García (1989), también manifiesta:

El presidente es el verdadero y auténtico poseedor del ejercicio del poder.


Conforma un Ejecutivo único y no dual como en el caso del gobierno
parlamentario. En ese sentido, este es simultáneamente jefe de Estado y jefe de
Gobierno. Como jefe de Estado acredita embajadores y representa al cuerpo
político en las relaciones internacionales. Como jefe de Gobierno determina la
política gubernamental.

Cairo (2008), de igual forma, explica que en el sistema constitucional existen dos
formas básicas de gobierno: el régimen parlamentario y el régimen presidencial. En cada
uno de estos regímenes las funciones que corresponden a la Jefatura del Estado.

Representación protocolar del Estado y a la Jefatura del Gobierno (dirección de la


gestión de los asuntos públicos) son realizadas de diferentes maneras. En el régimen
parlamentario, la Jefatura del Gobierno está cargo de un funcionario que, según el país
de que se trate, recibe distintas denominaciones (por ejemplo, Primer Ministro, Canciller
o Presidente del Gobierno). Mientras que la Jefatura del Estado es asumida por una
persona distinta. En el régimen presidencial, en cambio, tanto la Jefatura del Estado
como la Jefatura del Gobierno están a cargo de una sola autoridad que recibe el nombre
de Presidente.

Al respecto, Juan Linz (1997) explica que en los sistemas presidenciales "el
presidente no es sólo el que ejerce el poder ejecutivo, sino también el jefe simbólico del
estado, y no se le puede destituir, excepto en algún caso excepcional de juicio político
(impeachment), entre elecciones”. (p.32)

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La Constitución peruana ha asumido un régimen semipresidencial, es decir una
organización del ejercicio del poder político que contiene los elementos fundamentales
del régimen presidencial, pero acompañados por algunos mecanismos ajenos al mismo,
que pertenecen al régimen parlamentario (Cairo, 2008)

Böckenförde (2022) de igual forma sostiene que:

En un ejecutivo centralizado, el poder se concentra a nivel nacional en un


individuo, que representa al gobierno y al país. Políticamente, la autoridad del jefe
del ejecutivo no se origina en la asamblea legislativa, por lo que esta última no
tendrá poder para destituirlo mediante voto de censura. Es más, él o ella tiene
control absoluto sobre el gabinete. Así, con la excepción de las elecciones
periódicas, el jefe de la rama ejecutiva está básicamente exento del control político
y no está demasiado expuesto a posibles cuestionamientos por parte del poder
legislativo. (p.15)

Así mismo, Porto (2013) afirma que el poder ejecutivo de un Estado democrático
recae en funcionarios elegidos a través del voto popular. Las elecciones permiten que la
población elija a las personas que actuarán como sus representantes en la toma de
decisiones que conciernen a la sociedad en general. De acuerdo al sistema en cuestión,
el poder ejecutivo es encabezado por un presidente, un jefe de Gobierno o un primer
ministro. Este mandatario suele tener la facultad de elegir a sus ministros y secretarios,
que actúan en un ámbito determinado (encargándose de lo que concierne a la economía,
la salud, el turismo, etc.). (párr.6)

Bustos (2001) también dice que el constitucionalismo democrático, la noción


responsabilidad resulta fundamental para comprender la dinámica moderna de ejercicio
del poder, dentro de una lógica donde su detentador (por el solo hecho de ejercerlo) tiene
la obligación de responder o de rendir cuentas de su actuación en el ejercicio del cargo.
(p. 11), de manera general, los agentes del Estado están sujetos a los siguientes tipos
de responsabilidad:

i.) la responsabilidad política, ii.) la responsabilidad ética, y iii.) la responsabilidad


jurídica.

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Y sobre estos tipos de responsabilidad política, es bueno afirmar que ahí donde
existe «representación» existe «responsabilidad» y, por ende, el sistema de Gobierno
«representativo» es un sistema de Gobierno «responsable», al extremo que Friedrich
(1975) identificó ambos conceptos como sinónimos; se puede sostener que la
«representación política» presupone que los representantes han de rendir cuentas de
alguna forma ante el pueblo, pudiendo afirmar según Oliver (1999) que más que una
responsabilidad debemos aludir a una «red de responsabilidades» con multitud de
hilos y que se plasman en diversos tipos de relaciones y de consecuencias que
tendrán como único hilo conductor el propósito de establecer un proceso de rendición
de cuentas de los gobernantes por sus actos.(p.78). La responsabilidad política
supone la asunción de las consecuencias de los actos realizados por los funcionarios
y servidores al interior del Estado, en el ejercicio de las competencias que le han sido
asignadas por razón de su cargo. Rojas (2017) dice que serían directamente
derivadas de los postulados propios de un Estado democrático en el que, en virtud
de la lógica representativa, el pueblo encarga a los gobernantes la función de
dirección política del Estado reservándose la supervisión del ejercicio de la misma;
puesto que «la dirección política está atada al de responsabilidad política. Por ello
solo los funcionarios que imprimen dirección a la acción del gobierno son sujetos de
responsabilidad política» (p.297).

Para Benítez (2020), refiere que históricamente en el Perú, se ha presentado


casos donde se han dado figuras de conflicto entre el poder ejecutivo y el poder
legislativo, es evidente que cuando se disuelve un congreso, los mecanismos
constitucionales qué tiene el afectado, en este caso el congreso es poder acudir a las
instancias que considere pertinentes para la protección del manejo de ese poder del
estado. Además, Lucana (2020), se reafirma en la existencia de una relación íntima
entre el poder ejecutivo y la figura jurídica de carácter constitucional de disolución del
parlamento cómo facultad del Presidente de la República como jefe del poder
ejecutivo.

Para Benítez Rivas (2020), el poder ejecutivo tiene la atribución constitucional de


poder disolver el Congreso y lo permite como un mecanismo de defensa cuando el

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Congreso le comienza a censurar ministros o no le da la confianza a los ministros
entonces el poder ejecutivo tiene este medio de defensa o medio de protección, como
una especie de contrapeso y el ejecutivo se defiende con la disolución. Además indica
que la Constitución de 1979 decía que tenía que no darle la confianza a tres consejos
de ministros, sin embargo la Constitución de 1993 lo rebajó a dos, es bien difícil que
se den estos casos porque generalmente se da uno y después comienzan a hacerlo
de manera individual con ministros a que el gobierno vaya corrigiendo y exista ese
contrapeso, en este caso el gobierno quería deshacerse del congreso, razón por la
cual el Congreso puede ser disuelto por el Poder Ejecutivo, ese es el contrapeso que
hay entre los poderes del Estado para que uno no sea más abusivo que el otro, dado
que nuestro sistema es híbrido pues es en parte presidencialista y parlamentarista.
Cuaresma (2020), indica que la relación entre la figura jurídica de la disolución
parlamentaria y el poder ejecutivo, vale decir su representante que es el Presidente
de la Republica, se da entendiendo que esta atribución, es propia y exclusivamente
ejecutada, únicamente por el Presidente de la Republica, que es el único que está
facultado para activar este mecanismo constitucional de la disolución del parlamento,
siempre y cuando se cumpla el supuesto de la censura o negativa de confianza a dos
consejos de ministros. Que además tiene otra condición establecida en la
Constitución, la cual es, que esta figura jurídica de la disolución parlamentaria, no
podrá ser ejecutada en el último año de mandato presidencial

Carpio. M & Gutiérrez C. afirman que un rasgo que caracteriza al decreto legislativo
peruano es, la amplia discrecionalidad política que goza el Ejecutivo al momento de
elaborar. En nuestro país no ocurre como en España y Francia, la obligatoriedad de
que la norma delegante contenga principios y criterios que deberán ser desarrolladas
vía Decreto Legislativo. Tal discrecionalidad de nuestro Ejecutivo hace necesario la
atención sobre mecanismos de control de esta institución, debe comprenderse que
los mecanismos de control se centren en el producto normativo del Ejecutivo, vale
decir, en el Decreto Legislativo como tal, si la norma elaborada por el Ejecutivo no
goza de vigencia inmediata la delegación de facultades tendría escasa utilidad, en tal
razón, o se permite la discrecionalidad y libertad del gobierno en la configuración de
los Decretos Legislativos como ocurre en la actualidad, o simplemente se suprime

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dicha institución de nuestro sistema jurídico. (p.181-182) Por última parte, Silva
(2004) dique que los decretos dados por el Poder Ejecutivo, es por el cual el
presidente toma una decisión legal resolviendo una cuestión determinada, es decir
no puede atribuir facultades que contravengan sus funciones".(p.153). Y el Poder
Ejecutivo tiene por objeto dentro del Estado, la función de ejecutar las leyes y los
actos propios de la administración. La razón de su existencia se explica considerando
que no sería conveniente que el mismo Poder que da la ley lo ejecute. La existencia,
pues, del Poder Ejecutivo se explica por la división de los poderes del Estado y la
distinción de sus respectivas funciones. (p.149)

3.2 Nociones personales

El Poder Ejecutivo es la organización del gobierno nacional puesta al servicio de los


intereses de la Nación y que ejerce las funciones de gobierno del país: está conformado
por la Presidencia de la República, el Consejo de Ministros, Ministerios, Organismos
Públicos Descentralizados, proyectos, programas, empresas de propiedad del gobierno
nacional. Además, están los organismos constitucionalmente autónomos y los
reguladores.

El poder ejecutivo lo posee el Gobierno de un Estado. Este es el encargado planificar


y dirigir las actuaciones estatales, y de aplicar las leyes que dicta el poder legislativo. A
su vez, se somete al control externo del poder judicial. Además, tiene otras funciones,
como la de representar al país en el exterior o el control de las fuerzas armadas.

Es preciso destacar que las administraciones públicas pertenecen al poder ejecutivo,


debido a que son las encargadas de ejecutar la función administrativa del Gobierno.

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IV. DEFINICIONES (2 autores)

4.1 Cairo (2015}. En el Perú, es el órgano del Estado; está conformado por el
presidente de la República (quien tiene la condición de jefe de Estado y jefe de Gobierno)
y por el Consejo de Ministros. La responsabilidad política difusa por los actos
presidenciales la asume el presidente de la República. Así, cuando los gobernados
consideren que la gestión presidencial es desacertada o inconveniente, podrán
sancionarlo políticamente expresando sus valoraciones negativas de distintas formas.
(p.9)

4.2 Gestión Pública (2023). El gran objetivo de esta rama del Estado es la ejecución
de las políticas públicas y la toma de decisiones políticas y estratégicas. Está
representado por el Presidente de la República, quien también asume el cargo de Jefe
Supremo de las Fuerzas Armadas y Policiales en el Perú.

Los ministerios también forman parte de este poder del Estado. En el Perú, por ejemplo,
existen 18 carteras diferentes: Interior, Relaciones Exteriores, Justicia y Derechos
Humanos, Defensa, Economía y Finanzas, Energía y Minas, Producción, Agricultura y
Riego, Comercio Exterior y Turismo, Ambiente, Salud, Vivienda, Educación, Transportes
y Comunicaciones, Trabajo y Promoción de Empleo, Desarrollo e Inclusión Social,
Cultura, Mujer y Poblaciones Vulnerables.

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V. ANÁLISIS

5.1 Análisis propio

El poder ejecutivo es uno de los tres poderes del Estado y, junto a los otros
dos, constituye un aspecto central en el diseño institucional de una constitución.
La asignación de poderes y la relación entre el poder ejecutivo, el legislativo y
el judicial son elementos clave de esta estructura. Más allá de la distinción
general y amplia de que el poder legislativo crea las leyes y aprueba el
presupuesto, el poder ejecutivo implementa las leyes y el poder judicial juzga
sobre la base de las mismas, se debe abordar y contestar muchas preguntas a
fin de determinar el equilibrio adecuado entre los tres. El poder ejecutivo es uno
de los tres posibles poderes de gobierno, tradicionalmente con un objetivo
propio: dar cumplimiento o implementar la ley según fue redactada por el poder
legislativo e interpretada por el poder judicial. En la práctica, el ejecutivo puede
jugar un papel especialmente poderoso, y dentro de ello encontramos al
presidente de la Republica, el cual suele verse como el líder natural o
gobernante de un país, dado que representa la imagen del país a nivel nacional
y global.

No es sorprendente, entonces, que la elección del jefe de la rama ejecutiva


sea un evento importante que puede sembrar gran discordia, particularmente
en sociedades que están saliendo de un conflicto con una pronunciada
identificación étnica. Una elección separa a ganadores y perdedores, y los
perdedores pueden temer, de manera justificada, que el nuevo líder dé trato
preferencial a sus seguidores a costa de la oposición o incluso de cualquier
persona que no se considere un aliado.

En efecto, muchos conflictos internos comienzan o resurgen como parte de


una lucha para mantener, agregar y/o expandir el poder ejecutivo, sea dentro o
fuera del marco constitucional.

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5.2 Opiniones sobre el Análisis del TC en las jurisprudencias

5.2.1 Caso de la cuestión de confianza y su rechazo de plano

EXP. N.° 00004-2022-PCC/TC

La Sentencia del Tribunal Constitucional sobre la cuestión de


confianza planteada el 17 de noviembre de 2022 fue adoptada por
mayoría el 30 de mayo de 2023 en respuesta a la demanda
competencial instaurada por el Congreso de la República del
Perú contra la administración del entonces presidente Pedro
Castillo por la cuestión de confianza planteada el 17 de noviembre de
2022 por su primer ministro Aníbal Torres Vásquez con la finalidad de
obtener del Congreso la aprobación del Proyecto de Ley 3570/2022-
PE que proponía derogar la Ley N° 31399, y cuyo rechazo por
improcedente había sido interpretado como una denegatoria de la
misma, según el acuerdo adoptado en sesión de consejo de ministros
del 24 de noviembre de 2022.

La sentencia declaró fundada la demanda, dándole la razón al


Congreso, y en consecuencia declaró nulo el Acuerdo del Consejo de
Ministros de fecha 24 de noviembre de 2022, en cuanto establecía que
el rechazo de plano de la cuestión de confianza supone el
rehusamiento o denegatoria de la misma, estableciendo que en ningún
supuesto el Poder Ejecutivo se encuentra habilitado para realizar una
interpretación contraria a la que sobre el particular haya realizado el
Congreso de la República, ni tampoco se encuentra habilitado para
asumir que ha existido una denegatoria fáctica de la misma, lo cual es
contrario a la Constitución, pues la denegatoria siempre debe ser
expresa y la decide el parlamento.

Sentido del fallo.

Con fecha 30 de mayo de 2023 se hizo pública la sentencia del


Tribunal mediante la cual declaró fundada la demanda, dándole la

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razón al Congreso, y en consecuencia declaró nulo el Acuerdo del
Consejo de Ministros de fecha 24 de noviembre de 2022, en cuanto
establecía que el rechazo de plano de la cuestión de confianza
supone el rehusamiento o denegatoria de la misma, estableciendo
que en ningún supuesto el Poder Ejecutivo se encuentra habilitado
para realizar una interpretación contraria a la que sobre el
particular haya realizado el Congreso de la República, ni tampoco
se encuentra habilitado para asumir que ha existido una
denegatoria fáctica de la misma, lo cual es contrario a la
Constitución, pues la denegatoria siempre debe ser expresa y la
decide el parlamento. Entonces se resolvió:

Declarar FUNDADA la demanda competencial planteada por el


Congreso de la República contra el Poder Ejecutivo; en
consecuencia, ANULAR el Acuerdo del Consejo de Ministros de
fecha 24 de noviembre de 2022, en cuanto establece que el
rechazo de plano supone el rehusamiento o denegatoria de la
cuestión de confianza.

ANÁLISIS: El TC no puede ANULAR resoluciones de un Poder del


Estado, solo puede declarar su inconstitucionalidad y/o decir quien es
competente.
El único órgano que puede anular una RESOLUCION del PE y/o del
Congreso es el PJ.
Se podría decir que el TC viene tomando competencias que no
corresponden a sus funciones.
En relación a la competencia, el TC no puede resolver en contra del
espíritu y mandato constitucional, porque declarar que el Congreso es
el competente para determinar en relación a la Cuestión de Confianza
si es "procedente" o no, significa reconocer al Congreso como "Juez y
Parte", algo que no es dable, pues el legislativo no aprobará una
cuestión de confianza ya que ello conlleva efectos jurídicos y políticos.

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5.2.2 Caso sobre la disolución del Congreso de la República

Expediente 0006-2019-CC/TC

El 30 de setiembre de 2019, el Presidente de la República dispuso


la disolución del Congreso de la República, alegando que se había
producido la segunda crisis de total de gabinete, producto de la
denegación de confianza presentada por el Primer Ministro Salvador
del Solar. El Poder Ejecutivo sustentó su decisión en el artículo 134
de la Constitución en cuanto establece que, “El Presidente de la
República está facultado para disolver el Congreso si éste ha
censurado o negado su confianza a dos Consejos de Ministros”. El
presidente del Congreso, que es, simultáneamente, presidente la
Comisión Permanente del Congreso de la República (por imperativo
del artículo 42 de su Reglamento) sustentó su demanda en que el
Poder Ejecutivo había realizado una interpretación discrecional de la
denegación de confianza, y por ende había realizado un ejercicio
abusivo de su competencia para disolver el Congreso de la República.
En su momento, el Tribunal Constitucional advirtió que “la controversia
sobre la legitimidad de la disolución del Congreso de la República era
uno de los más importantes conflictos constitucionales que podrían ser
materia del proceso competencial establecido en el inciso 3 del
artículo 202 de la Constitución” (Sentencia 0006-2019-CC/TC,
fundamento 9). Y es que este mecanismo de control constitucional:

Resulta de importancia justamente para dirimir las controversias que


se susciten en torno a las atribuciones asignadas directamente por la
Constitución o las leyes orgánicas que delimiten los ámbitos propios
de los poderes del Estado y, en consecuencia, el desarrollo del
sistema democrático requiere que los casos como el presente sean
deliberados y resueltos por este órgano de control de la Constitución.

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Para dirimir tal controversia el Tribunal enfrentó diversos retos
relacionados con la indeterminación de cláusulas constitucionales
como la que se refiere a la cuestión de confianza. En efecto, como se
aprecia del artículo constitucional citado previamente, la Constitución
no contiene una regla que permita interpretar con claridad las formas
que puede adquirir la denegación de la confianza. Este último punto
originó un acalorado debate en la doctrina nacional pues se alegaba
que la denegación de la confianza solo podía ser expresa, mientras
que otro sector abogada por una interpretación que admitía la
posibilidad de que sea tácita o fáctica. En la conclusión de la
controversia, el Tribunal Constitucional señaló que, a pesar de la
votación formal del pedido de confianza, materialmente, se incumplió
lo solicitado por el Poder Ejecutivo, señalando que, en el pedido
planteado por el Presidente del Consejo de Ministros el 30 de
setiembre de 2019 ante el Pleno del Congreso, se advirtió que se
entendería por denegada la confianza si es que se continuaba con la
selección de magistrados, pese a los reiterados pedidos de suspender
dicho acto. De esta forma, este Tribunal concluyó que “el Poder
Ejecutivo no ha obrado de una forma contraria a la Constitución en el
presente caso” (Sentencia 0006-2019-CC/TC, fundamento 218). Con
base en este criterio, el Tribunal Constitucional confirmó la legitimidad
constitucional de la competencia ejercida al disolver el Congreso de la
República que se materializó en el Decreto Supremo 165-2019- PCM.

ANÁLISIS: No se podrá presentar cuestión de confianza respecto a


cualquier proyecto de ley. La idea es que, en estos casos, el Poder
Ejecutivo brinde una prolija explicación respecto del interés público
que reviste la propuesta, la cual, además, tiene que relacionarse con
la implementación de una política general de gobierno.

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VI. CONCLUSIONES

Así como lo dice el Cap. IV del Título IV. De la Estructura del Estado, el poder ejecutivo
es uno de los tres poderes primordiales que constituyen el Estado. Corresponde al
Gobierno, y lleva a cabo la ejecución de las leyes y políticas.

El poder ejecutivo lo posee el Gobierno de un Estado. Este es el encargado planificar y


dirigir las actuaciones estatales, y de aplicar las leyes que dicta el poder legislativo. A su
vez, se somete al control externo del poder judicial. Además, tiene otras funciones, como
la de representar al país en el exterior o el control de las fuerzas armadas. Como hemos
visto, el Capítulo IV habla de una extensa red como es el Ejecutivo, así como los demás
poderes; primando en el primero, el Presidente de la República, como jefe del estado y
sus debidas funciones, derechos y responsabilidades.

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VII. FUENTES INFORMATIVAS

Constitución Política del Perú. (1993). Título IV. De la estructura del estado.
https://www4.congreso.gob.pe/comisiones/1996/constitucion/cons_t4.htm#:~:text=El%2
0Presidente%20de%20la%20Rep%C3%BAblica,autorizaci%C3%B3n%20de%20su%2
0propio%20Presidente.

Correa, M (1992). El Estado peruano.

https://egacal.edu.pe/wp-content/uploads/2021/04/SUPLEMENTO-31-Los-poderes-del-
Estado-CH.pdf

Roldan, O (2017). La responsabilidad jurídica del presidente de la República en el Perú

https://revistas.pucp.edu.pe/index.php/pensamientoconstitucional/article/view/19937/19
959

Gestión Pública. (2023). Los poderes del Estado en el Perú.

https://www.postgradoutp.edu.pe/blog/a/los-poderes-del-estado-en-el-peru/

SciELO. (2014). El Congreso peruano: políticas públicas e influencia informal sobre la


burocracia.

https://www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0188-
76532014000100005

Morón, D. (2023). El mito de la división de poderes en el Perú.

https://lpderecho.pe/el-mito-de-la-division-de-poderes-en-el-peru/

Castañeda, V. (2012). Elementos y consideraciones para la gestión descentralizada.

https://www2.congreso.gob.pe/sicr/cendocbib/con4_uibd.nsf/21E8722ADB0ABC550525
7AFC0006F9CD/$FILE/Libro_Elementos_y_Consideraciones.pdf

19
García, V. (2010). Teoría del estado y derecho constitucional.

https://www.web.onpe.gob.pe/modEducacion/Seminarios/Dialogo-Electoral/dialogo-
electoral-25-04-2018.pdf

Cairo. O. (2008). El Poder Ejecutivo.


https://dialnet.unirioja.es/descarga/articulo/7792919.pdf

Valenzuela, A. (1998). La crisis de Presidencialismo.

https://dialnet.unirioja.es/servlet/libro?codigo=10687

Böckenförde, M. (2022). Guía práctica para la elaboración constitucional.

https://www.idea.int/sites/default/files/publications/chapters/guia-practica-para-la-
elaboracion-constitucional/guia-practica-para-la-elaboracion-constitutional-capitulo4.pdf

Hernández, P. (2020). Régimen de responsabilidades del Poder Ejecutivo en el modelo


de Gobierno peruano.

https://lpderecho.pe/regimen-responsabilidades-poder-ejecutivo-modelo-gobierno-
peruano/

Martel, F. (2017). Facultades legislativas alteran el orden constitucional.

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Stein, J. (2020). Equilibrio entre el poder ejecutivo y legislativo: la solicitud de la


cuestión de confianza de acuerdo con el ordenamiento constitucional peruano.

https://repositorio.usil.edu.pe/server/api/core/bitstreams/83ac34f9-ce20-413b-9ea6-
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Malpartida, V. (2012). Cosa juzgada constitucional vs cosa juzgada judicial.

https://tesis.pucp.edu.pe/repositorio/bitstream/handle/20.500.12404/1595/MALPARTID
A_CASTILLO_VICTOR_CONSTITUCIONAL_JUDICIAL.pdf

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