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FROZEN

La historia se centra en la Princesa Elsa de Arendelle, quien tiene poderes mágicos para
generar hielo; una habilidad que usa para jugar con su hermana menor, la Princesa Anna. En
uno de sus juegos, Elsa hiere accidentalmente a su hermana. Sus padres, El Rey y La Reina
de Arendelle, llevan a su hija Anna a una colonia de trolls liderados por Grand Pabbie. Él la
cura, y por su bien «borra» los recuerdos de ella con Elsa, su hermana mayor; y le aconseja a
Elsa controlar sus poderes mágicos. El Rey y la Reina de Arendelle aíslan a sus dos hijas,
Anna y Elsa, dentro del palacio. Elsa empieza a despreciar a Anna, su hermana menor, lo que
provoca el distanciamiento entre ellas. Elsa elige suprimir su magia en lugar de dominarla,
haciendo que se vuelva más insegura. Cuando las hermanas son adolescentes, sus padres
desafortunadamente mueren en el mar durante un fuerte huracán.
Tres años después, cuando Elsa cumple 21 años, ella es coronada Reina de Arendelle; un
evento que la aterroriza porque teme que sus poderes se manifiesten enfrente de todos. El
castillo reabre sus puertas y dignatarios miembros de la realeza son invitados por primera vez
en años. Uno de ellos es el intrigante Duque de Weselton y el Príncipe Hans, del que Anna se
enamora al verlo. La coronación de Elsa surge sin problemas, pero sigue distante de Anna.
Cuando Hans se propone a Anna, Elsa objeta; desatando sus poderes ante la corte. El Duque
la tilda como un monstruo. Elsa huye del reino, pero su magia suprimida envuelve a Arendelle
en un eterno invierno. Al llegar a la Montaña del Norte, Elsa renuncia a su corona y crea un
palacio de hielo en el que empieza a vivir una vida solitaria.
Anna se aventura a encontrar a Elsa y terminar el invierno, dejando a Hans a cargo. Se
pierde, recogiendo suministros en la tienda de Wandering Oaken. Ella encuentra a un
recolector de hielo, Kristoff, y su reno Sven, convenciéndoles de escoltarla a las montañas. Un
ataque de lobos hace que el trineo de Kristoff sea destruido. En plena caminata, se
encuentran con Olaf, un alegre muñeco de nieve traído a la vida sin saberlo por Elsa, que se
ofrece a llevarlos a ella. Cuando el caballo de Anna regresa a Arendelle solo, Hans se dirige a
buscarla, acompañada por los secuaces del duque, que tienen órdenes secretas de asesinar a
Elsa.
Al llegar al palacio de hielo, Anna se reúne con Elsa e intenta convencerla de volver; pero
cuando ella revela lo que se ha convertido en Arendelle, Elsa se niega y agita; en medio de la
discusión, Elsa congela el corazón de Anna. Ella entonces engendra una criatura gigante de
nieve, Marshmallow (en el doblaje, «Malvavisco»), que persigue a Anna, Kristoff, y Olaf lejos.
El cabello de Anna empieza a ponerse blanco, por lo que Kristoff la lleva a conocer a los trolls,
su familia adoptiva. Grand Pabbie revela que Anna seguirá congelándose a menos de que
haga un acto de amor verdadero, lo cual revertirá el hechizo. Kristoff lleva a Anna hasta su
casa para que Hans pueda darle el beso por ser su verdadero amor. Hans y sus hombres
llegan al palacio de Elsa, llevándola prisionera. Anna es entregada a Hans, pero se niega a
besarla, revelando que en realidad ha estado planeando tomar el trono de Arendelle; y planea
eliminar a ambas hermanas. Encierra a Anna en un cuarto para morir, y miente a los
dignatarios informando que Elsa la mató. Ordena la ejecución de la reina, sólo para descubrir
que ha escapado del encarcelamiento.
Olaf libera a Anna y se aventuran en la ventisca afuera para encontrarse con Kristoff, a quien
Olaf revela está enamorado de ella. Hans enfrenta a Elsa afuera, alegando que mató a Anna,
causando que Elsa se derrumbara. Anna ve a Hans a punto de decapitar a Elsa; ella salta en
el camino y termina perdiendo la vida al volverse una escultura de hielo; deteniendo a Hans.
Elsa llora por la pérdida y abraza a su hermana, que repentinamente deshiela; por lo que se
demuestra su heroísmo constituyendo un acto de verdadero amor.
Descubriendo que su magia es controlada por el amor, Elsa termina el invierno en la aldea, y
le da a Olaf su propia ráfaga de nieve para sobrevivir en el verano. Tanto Hans como el duque
son expulsados del reino. Anna y Kristoff se convierten en pareja, mientras que ambas
hermanas se reúnen prometiendo nunca cerrar las puertas de nuevo.
En la escena post-créditos, se muestra que Marshmallow cojea y ve la corona de Elsa en el
suelo, poniéndola sobre su cabeza y de repente se retrae de sus picos.

DUMBO
La película comienza cuando las cigüeñas traen varios animales bebés a los animales del
circo Casey Jr. Al día siguiente mientras los animales del circo son transportados en un tren
del circo, la elefanta Jumbo recibe a su cría de una cigüeña. El bebé elefante se convierte
rápidamente en el centro de las burlas de los otros elefantes debido a sus grandes orejas, y lo
llaman "Dumbo".
Una vez que el circo ya está instalado, Jumbo pierde la paciencia con un grupo de muchachos
maleducados que se burlaban de Dumbo, como resultado, es catalogada como animal
peligroso. La elefanta y Dumbo son separados. Sin su madre, Dumbo se queda solo. El ratón
Timothy se convierte en su mejor amigo.
El Maestro de Ceremonias hace que Dumbo participe en el número de la pirámide de los
elefantes, haciendo que se coloque en la parte superior, pero Dumbo hace que el número
salga mal, hiriendo a los otros y derribando la gran carpa. Dumbo es obligado a cambiar de
actividad y se convierte en payaso. Su número finaliza con el elefantito cayendo en una tina
de agua con jabón. A pesar de conseguir popularidad y fama, los otros elefantes y el público
se burlaban de Dumbo.
Para animar a Dumbo, Timothy lo lleva a visitar a su madre. En el camino de regreso Timothy
y Dumbo beben agua de un cubo en el que accidentalmente había caído una botella de
champán que bebían los payasos. Ambos se emborrachan y ven alucinaciones con los
elefantes rosa.
A la mañana siguiente, Dumbo y Timothy se despiertan en un árbol. Timothy se pregunta
cómo llegaron al árbol, y concluye que Dumbo voló hasta allí con sus grandes orejas como
alas. Con la ayuda de un grupo de burlones cuervos, Timothy es capaz de hacer que Dumbo
vuelva a volar de nuevo, usando el truco psicológico de la "pluma mágica" para aumentar su
confianza.
De regreso al circo, Dumbo debe realizar un nuevo número: saltar desde una plataforma
mucho más alta. En el camino hacia abajo, a un aterrorizado Dumbo se le cae la pluma.
Timothy lo tranquiliza y le dice que la pluma nunca fue mágica, que todavía es capaz de volar.
Gracias a ello, Dumbo es capaz de volar alrededor del circo, mientras el público atónito mira
con asombro.
Después de esta actuación, Dumbo se convierte en una sensación en los medios, Timothy se
convierte en su representante, y a Dumbo y su madre se les da un vagón particular en el tren
del circo.

¡PIRATAS!
EL TERRIBLE ASALTO DEL LEGENDARIO PIRATA LAURENS DE GRAAF AL GOLFO DE
MÉXICO, SIGLO XVII
José Medina González Dávila
Navegar con bandera negra: los corsarios fueron la más terrible amenaza de Nueva España
en el Golfo y el Pacífico. Naciones europeas los usaron para robar la riqueza con que se
convertirían en grandes potencias.

El viento inflaba las velas trayendo consigo el cálido aroma del Caribe. Atrás quedaba el golfo de
México, la península de Yucatán, la bahía de Campeche y la Real Armada de Barlovento. El
averiado pero orgulloso navío se dirigía a Cartagena conducido por una tripulación que había
logrado una hazaña de proporciones casi imposibles y hasta ese momento inaudita. En la toldilla de
popa, realizando una experta navegación refinada por los años pasados en el mar, se encontraba el
comandante de semejante buque, quien bajo la bandera negra era conocido por la Corona española
como Lorencillo. Era diciembre de 1688 cuando este danés, Laurens Cornelis Boudewijn de Graaf,
acababa de hacer historia y sembrar la semilla de una leyenda náutica.

Nacido en 1653, De Graaf (también escrito Graff) es una de las figuras de la historia marítima más
representativas del siglo XVII, tanto por sus proezas en el mar como por sus épicos logros en la
piratería del Caribe y del golfo de México. No solo fue el único pirata que atacó exitosamente dos
de los bastiones más importantes del virreinato de Nueva España (Campeche y Veracruz), sino que
también fue el único que capturó y puso a su disposición un navío de la Real Armada Española,
luego de que derrotó a tres buques de la Corona y vivió para contarlo, bajo total impunidad.

El sorpresivo ataque pirata

Esta historia comenzó el 17 de mayo de 1683, cuando los habitantes del puerto de Veracruz se
encontraban expectantes ante el arribo de una flota proveniente de Cuba y de la Iberia peninsular.
Sus navíos traerían a bordo nuevos colonos que se integrarían a la sociedad y a las instituciones del
virreinato, así como productos y mercancías de alto valor comercial, lo cual representaba una
importante derrama económica en el puerto y una fuente de ingresos para sus habitantes.

Más allá del horizonte se encontraba la fuerza naval de guardacostas conocida como la Armada de
Barlovento, la cual buscaba proteger el puerto de piratas, bucaneros y filibusteros que amenazaban
la integridad estratégica de este importante enclave comercial y de comunicaciones. San Juan de
Ulúa, fuerte y guarnición, custodiaba la entrada marítima a la antigua Villa Rica de la Vera Cruz.

De acuerdo con las crónicas, a eso de las tres de la tarde se divisaron en el horizonte dos navíos de
alto bordo que parecían ser la avanzada de la flota. Entraron al atardecer en la bahía, pero la
oscuridad impidió que pudieran atracar el mismo día. O al menos eso creyeron los habitantes del
puerto. Debido a la expectativa por su arribo, las defensas y la situación de alerta de la población
disminuyeron; en cambio, los comerciantes, taberneros y mercaderes se aprestaron para recibir a los
marineros y nuevos novohispanos, junto con sus productos e insumos.

Para la madrugada del día siguiente, los dos grandes navíos y nueve embarcaciones menores ya se
encontraban frente al más grande puerto comercial del virreinato, pero no eran las flotas españolas,
sino piratas. Antes del amanecer habían desembarcado varios cientos de hombres, quienes
avanzaron por tierra hasta las orillas de la ciudad, para dar comienzo a una rapaz devastación y
vejación de los desprevenidos habitantes: se había firmado la sentencia, penuria y ultraje de
Veracruz a manos de Laurens de Graaf, Michel de Grammont, Nicholas van Horn, Michiel
Andrieszoon, Jan Willems y sus tripulaciones.

En total, no menos de 1 400 piratas iniciaron su ataque por vías terrestre y marítima a Veracruz;
por tierra presionaban a los habitantes hacia el mar, mientras que sus buques establecieron un
bloqueo de este, de tal forma que cerraron con una pinza el puerto y la ciudad, así como a sus
habitantes y sus riquezas.

Ante la rapidez y audacia de los atacantes era imposible escapar o pedir auxilio: un golpe maestro
de estrategia que solo pudo ser originado por la mente adiestrada de Laurens de Graff en el arte del
combate naval y anfibio. Y es que antes de ser pirata, Lorencillo ingresó de joven a la Real Armada
Española y había sido artillero naval, una de las artes militares más complejas y demandantes del
momento. Después de navegar por al menos tres años como guardacostas y cazapiratas, se separó
del servicio e inició una de las carreras más destacadas y emblemáticas de la piratería. Con los
conocimientos adquiridos en la Armada y tal vez como muchos otros piratas motivados por los
abusos y agravios recibidos en la misma, se convirtió en uno de sus enemigos más brillantes y
formidables que alguna vez surcaron las aguas españolas en el Nuevo Mundo.

Durante tres días, los piratas concentraron en la Plaza de Armas todo el botín producto del saqueo
sistemático de comercios, almacenes y galeras del puerto, así como de casas. A los habitantes los
mantuvieron encerrados en la iglesia, amenazando con dar muerte a todos si no se les otorgaban
“voluntariamente” las riquezas escondidas. De Graaf y sus asociados se apropiaron de Veracruz
haciendo uso de una violencia irrestricta como nunca se volvería a ver en ese puerto. Una de las
joyas de la Corona en América se encontraba bajo el control y mando de piratas anárquicos, lo cual
era un insulto a la real dignidad novohispana.

La huida

Tras cuatro días de saqueo, a la distancia se divisan las velas de buques españoles. Ante ese riesgo
y con la posibilidad de huir con el botín, De Graaf realiza un arriesgado plan para humillar aún más
a la Armada Española: toma a un grupo de funcionarios y figuras públicas cautivos para luego
llevarlos a Isla de Sacrificios –cerca del puerto–, donde pide a las autoridades navales el pago de un
elevado rescate que finalmente sería cubierto con pesos de plata y otros tesoros que ahora nos
parecerían parte de una imagen romántica, pero que en su momento equivalían a una fortuna.

Después, De Graaf y su flota zarparon hacia el seguro puerto de Petit-Goâve (ahora parte de Haití),
lejos del alcance de la Armada. Atrás quedaba un Veracruz devastado, en ruinas. El pirata continuó
una campaña de asaltos, saqueos y despilfarros en el golfo de México y el mar Caribe por dos años
más, durante los cuales las autoridades españolas y la temible Armada de Barlovento buscaron darle
caza. Pero todos estos intentos no solo fracasaron, sino que dieron lugar a una serie de
humillaciones navales para la Corona. En este periodo, también repelió el ataque de un buque
ibérico y, aparte de ganar el enfrentamiento, se apropió de la nave para su uso delincuencial en
altamar.

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