Entre la carcel y la escuela
Elementos para pensar
nsefiar y aprender en contextos de encierro
ee eran ee eee eer
en nent a
Peeters eres et
‘to de posibilidad asoma. Pensar al otro/a como sti-
oe ee ee ee ert
Ree ete a ae
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Cece te renee ges
Asomarse por la ventana
El contexto actual de la educacién en contextos de en-
cierro reclama volver a realizar la pregunta por la identi-
dad. La historia de la educacién en circeles es relativamen-
‘te nueva en las politcas educativas. Si bien siempre hubo
docentes dando clases en las aulas destinadas al érea de
educacién de la instituciones penicenclarias, recién el aio
2000 marca el primer hito en la construccién de una poli-
tiea educativa para el sector!
En aquel momento, preguntarse por la Identidad (de fa
educacién en establecimientos penitenciarios) era hacer
preguntas bisicas: quiénes eran?, dénde estaban?, qué ha-
cian en las aulas? Asi se desarrollaron,a lo largo de todo el
pals, encuentros de docentes que se reunian por primera
vez en sus provincias, que se encontraban y podian hablar~
Los primeros encuentros,catarticos entre el entusiasmo
por esta nueva pesibilidad y la bronca por la infinidad de
Obstécules que ahora se sabian compartidos, permitieron
construir un mapa y un saber. Un saber de los mismos pro-
blemas (la "bajada'’ de los alumnos, la superposicién de ho-
ratios con las vsieas, las difeultades de ingreso a los pena-
de las miltiples estrategias que cada docente,
logrado construlr para seguir offe-
les,ete.) y
casi en scledac, hal
‘Como explorando en una zona desconocida de la carto-
_grafla educativa, se construyé el primer mapa nacional, Se
supo de la existencia de mas de 300 escuelas ubleadas en
circeles, aleaidias e institutos de menores; se descubrié
que sélo habia en la mayoria de las provinclas ofertas de
ceducacién basica, pero que no habla practicamente nada de
educaci6n media o secundaria, y menos de superior. Se
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66] NOVEDADES EDUCATIVAS « N° 20
Mayo 2008
Valeria Frejtman
aprendié que sélo pueden asistir a clase los que tienen
7 que la escuela es premio y que no bajar a las
aula es castigo. Ast se supo que ms del 70% de los hom-
bres y mujeres privados de libertad no acceden a ninguna
oferta educativa, porque no hay aulas para todos, porque
‘no hay personal para bajarlos de los pabellones, porque no
hay docentes suficientes.Y también se supo de las historias,
de los docentes, de sus suefios, sus esfuerzos y obsticulos;
de su lucha constante por defender y resistir a los nume-
rosos ¢ intrincados mecanismos que, “por seguridad”,
atentan cotidianamente contra cada minuto de dar clase:
de sus logros con la organizacién de turnos extra para que
pueda participar més gente, de los proyectos curriculares,
las revistas con la voz de cada alumno, los libros de poe-
slas,los alumnos de secundario que son alfabetizadores en
los pabellones sin acceso a la escuela. El recorrido desde
aquel momento ha sido intenso y ha tenido resultados im-
portantes, tanto en fa gestion como en las prictcas.
Hoy las preguntas son otras, hoy muchos se conocen,
hay Interlocutores claros en cada Ministerio provincial, hay
experiencias desarrolladas en los dltimos cinco afios que
han permitido reflexionar, modificar pricticas, acordar cr
terios con los servicios penitenciarios, acreditar saberes,
mejorar las ofertas.También se conocen mejor los proble-
mas, las ausencias, las tremendas injustcias o, simplemente,
Ja fala de voluntades politicas
Pero en esta historia de la educacién en cérceles hay un
nuevo hito fundante, una vez més, en el capitulo XIl de la
Ley Nacional de Educacién sancionada en diciembre de
2007. Un capitulo objeto de disputas, de tensiones y de
acuerdos, que ante todo logra iluminar uno de los secto-
res mis invisibilizado y olvidado del sistema educativo,
La visibildad politica y el trabajo hecho ofrecen un esce-
nario de oportunidad, que los docentes y cada actor pro:
plo de estas instituciones debe aprovechar para re-cons-
truir una escuela que restituya el lazo social quebrado, pa-
ra que pueda pensarse como el lugar que ofrece un dest=
no, "ya no un destino inexorable, como un trayecto Upiicado de
la carrera del pobre, o el curriculum prescrito de un excluido, s-
‘no un lugar y un tempo que permita pensar en un futuro dan-
do lugar a una opcién” (Frigerio, 2000).
‘Se proponen entonces algunos elementos para pensar
cen esta identidad, en la construccién de opciones, Reposi-
cionando a la “escuela”, ya no como una institucion dentro
de otra (la cércel), sino en s{ misma, con su propia ident!-
dad y auronomia, y en convivencia, diflogo y resistencia
con esta otra.
‘Reffexién y Debate
dispos
los su
da por