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LAS CUATRO ETAPAS DE LA HISTORIA CONSTITUCIONAL COMPARADA.

Resumen y Opinión personal.

El autor divide la historia constitucional comparada en cuatro etapas, distingue la


Etapa originaria (1688-1776) desarrollada en Gran Bretaña, La Etapa
Revolucionaria (1776-1814), llevada a cabo en Estados Unidos, Francia y el
mundo hispánico, La Etapa Decimonómica (1814-1917) en la que destaca el
contraste entre el Constitucionalismo Europeo y el del otro lado del atlántico, y la
cuarta etapa que denomina “entreguerras” (1917-1939), origen del
constitucionalismo vigente, dentro de esas cuatro etapas señala modelos
constitucionales y las doctrinas que los inspiraron.

1.- El nacimiento del Constitucionalismo: La Gran Bretaña (1688-1777).

Inglaterra fue la primera nación del mundo en articular de forma estable un Estado
Constitucional, el Constitucionalismo británico se convierte en punto de referencia
en Europa y América en los siglos XVIII y XIX. existe dificultad en conocer con
exactitud el constitucionalismo británico por su naturaleza histórica, la complejidad
de sus fuentes en las que se mezclan el derecho escrito, el derecho
consuetudinario y las convenciones, pues si la Constitución se define a partir de
las normas jurídicas que la integran , tanto las emanadas del parlamento como de
los jueces, esto es a partir de la Constitución formal, el modelo resultaba bastante
distinto del que se fue vertebrando desde 1688, sobre todo desde 1714, a partir de
las convenciones, es decir desde la constitución material. En 1688 la Constitución
formal había vertebrado una monarquía constitucional, basada en la separación y
equilibrio entre los poderes del rey, los Comunes y los Lores, de acuerdo con las
premisas que sustentaron algunos políticos en cambio hubieron otros que tuvieron
muy presente la Constitución material, a tenor de la cual se había ido articulando
desde principios desde principios del siglo XVIII una monarquía en el último tercio
de ese siglo se hallaba inmersa en un avanzado proceso de parlamentación, en
virtud del cual la dirección política del Estado de había desplazado en gran parte
del Rey a un Gabinete, en el que sobresalía un Primer Ministro, responsable ante
los Comunes.
2.- El Constitucionalismo revolucionario: Estados Unidos, Francia y el mundo
hispánico (1776-1814).

Entre instituciones británicas y revolución francesa durante el siglo XVIII, surge


todo un sistema que predica y adopta como fundamento de la propia institución
política, del propio orden colectivo, una pauta de derechos de libertad del individuo
que fuera más o menos eficaz en establecerla y garantizarla. Entre lo uno y lo otro
por los años setenta y ochenta del siglo, entre la Europa inglesa existente y la
francesa por generarse con la revolución, la independencia en América de unas
colonias británicas formando los Estados Unidos ha estado siempre presente para
la historiografía constitucional, pero con papel ciertamente tornadizo. El sistema
constitucional mismo parece ahora una creación original de los Estados Unidos
con la peculiaridad de haber sido producto de un contingente inmigrante a
espaldas de los derechos eventuales o seguros del resto de la población, inclusive
la precedente y constante en el mismo territorio, la indígena. La independencia no
sólo habría sido de vínculo institucional con el sistema británico, sino también de
cultura jurídica con Europa toda, produciéndose entonces en América una inédita
de libertades. Así mismo en la América Hispánica surge una pluralidad de
naciones independientes.

3.- El Constitucionalismo del siglo XlX: el contraste entre Europa y América (1814-
1917).

Aunque los monarcas más inteligentes alumbrarán una fórmula más suave que la
monarquía absoluta denominada monarquía limitada en la que el monarca
autolimita su poder absoluto mediante la promulgación de una Carta otorgada (en
Francia, Constitución de 1814, en España, Estatuto Real de 1834), ello no evita
que en Europa por una situación de ebullición social y política los partidarios del
Antiguo Régimen den lugar a la segunda oleada constitucional.

Se dieron una serie de revoluciones conocidas en Francia como las Comunas


(1830, 1848), pero que tuvieron consecuencias en cascada en otros países
europeos. Con ellas desaparecerá definitivamente el Antiguo Régimen y su
formulación política del Estado Absoluto. Pero esta desaparición dará lugar a
fórmulas intermedias, cuyo ejemplo más conocido viene dado por la Constitución
belga de 1831 que va a influir sobre muchas Constituciones europeas posteriores.
El “invento” derivado de esta segunda oleada es la implantación de un sistema
mixto donde se intenta hacer coexistir el principio monárquico (soberanía del Rey)
con la soberanía nacional. El ejercicio del poder del Estado corresponderá a los
monarcas (que tienen la legitimidad histórica) pero estará condicionado y
compartido por la existencia de unos parlamentos que representarán a la nación y,
por tanto, a la soberanía nacional. Se trata de la implantación de un régimen que
se conocerá con el nombre de régimen doctrinario o monarquía constitucional
pura. En España esta fórmula será sintetizada con la frase, devenida célebre en
nuestro constitucionalismo, de “El Rey con las Cortes”. Este status que va a durar
en toda Europa hasta que se produce la primera guerra mundial.

4.- El Constitucionalismo de entreguerras (1917-1939).

Como correlato de las tendencias del constitucionalismo del siglo XX, se


acuñaron conceptos complementarios del “Estado de Derecho”. Aparecieron los
de “Estado social de Derecho” y de «Estado social y democrático de Derecho». El
constitucionalismo social, representado en el siglo XIX por la Constitución francesa
de 1848, y en el siglo XX reiniciado con las constituciones de México (1917) y de
Alemania (1919), generó un nuevo enfoque del Estado de Derecho. Aunque la
Constitución de la República Socialista Federativa Soviética de Rusia (1918)
incluyó una amplia “declaración de los derechos del pueblo trabajador y explotado”
y diversos preceptos acerca del derecho al trabajo, con lo que podría considerarse
a esta Constitución entre las precursoras del Estado social de Derecho, también
es necesario advertir que el sistema dictatorial que establecía la norma rusa no
permiten encuadrarla como parte del constitucionalismo moderno y
contemporáneo.

El Estado de Derecho, al estatuir una igualdad formal ante la ley, produjo


desigualdades económicas. El aparente paraíso del Estado de Derecho ocultaba
profundas contradicciones que fueron corregidas en los albores del siglo XX. La
visión weimariana (o europea) del Estado social de Derecho, lo identificó con la
clase obrera y con sus formas organizadas de lucha: el sindicato y el partido. A su
vez, la visión latinoamericana de la misma realidad tendió a involucrar a los
sectores marginados de las ciudades y a los trabajadores agrícolas. De esta
suerte el capítulo económico del Estado social de Derecho en Europa y en
Latinoamérica se integró por rubros diferentes: industrial y comercial en el primer
caso; urbano y agrícola en el segundo.

El Estado de Derecho tiene por eje un sistema de libertades y el Estado


social tiene por objeto un sistema de prestaciones. En las constituciones de
Colombia, Ecuador y Paraguay, por ejemplo, se incluyó el concepto de Estado
social de Derecho; en las de África del Sur, Alemania, España, Turquía y
Venezuela, el principio social aparece acompañado por el democrático.

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