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Salmo 18:1 Te amo, oh Jehová, fortaleza mía.

Sal 18:2 Jehová, roca mía y castillo mío, y mi libertador; Dios mío,
fortaleza mía, en él confiaré; Mi escudo, y la fuerza de mi salvación, mi
alto refugio.
Sal 18:3 Invocaré a Jehová, quien es digno de ser alabado, Y seré salvo de
mis enemigos.

Sal 61:1Oye, oh Dios, mi clamor; A mi oración atiende.


Sal 61:2 Desde el cabo de la tierra clamaré a ti, cuando mi corazón
desmayare. Llévame a la roca que es más alta que yo,
Sal 61:3 Porque tú has sido mi refugio, Y torre fuerte delante del
enemigo.

Dios conoce a sus ovejas y las llama por su nombre. Que Dios use nuestra
vida.

Dios conoce nuestras deficiencias, limitaciones y tiene la voluntad de


perdonarnos. PACIENCIA nos tiene, recibe al débil y al vil pecador. Su
sangre fue el pago, de tal manera que nuestra deuda esta saldada. Nos
gloriamos en decir que mis faltas son muchas, pero su gracia es aún más
grande.

Todo esto que de manera individual podemos expresar, debemos llevarlo


al hogar, que Dios nos permita tener una familia piadosa.
Que nos ayude a ver nuestros errores, para poder guiar la niñez de
nuestros hijos y más allá a los jóvenes. PADRES tenemos responsabilidad
de que nuestros hogares sean hogares de verdad

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