Está en la página 1de 8

Cuenta la leyenda que cuando se creó el mundo, los dioses y los seres humanos

vivían felices y en armonía. Sin embargo, el único que no estaba contento era el
dios Quetzalcóatl, quien veía como los dioses se aprovechaban de los seres
humanos, se sentían superiores y los hacían menos.

Molesto con esta situación, Quetzalcóatl decidió transformarse en ser


humano para compartirles a las personas toda la sabiduría y conocimientos
que los dioses poseían.

Al llegar al mundo de los humanos viajó por muchas tierras hasta llegar a la ciudad
de Tollan, donde encontró a sus pobladores haciendo un sacrificio dedicado a su
hermano Tezcatlipoca. Al observar este acontecimiento, detuvo el sacrificio y les
explicó que él venía a ofrecerles una ciudad eterna, llena de flores y buena vida.

De pronto el cielo se despejó, las nubes desaparecieron y salió el sol. Quetzalcóatl


les compartió sus conocimientos, y les explicó a las personas cómo era la vida
con igualdad y humildad. Desde aquel día se convirtió en un ejemplo a seguir y
todo un símbolo para los pueblos precolombinos.

Origen de la ‘Serpiente Emplumada’


La religión de la cultura Tolteca una de las grandes civilizaciones de mesoamérica y precursora de la

cultura mexica, estaba dominada por Quetzalcóatl «la serpiente emplumada» y Tezcatlipoca «el espejo
humenate».

Los sumos sacerdotes toltecas eran la representación de Quetzalcóatl en la tierra, su principal deidad y

era el título que recibían estos mandatarios.

Incluso se le identificó con un personaje histórico, el rey de Tula Ce Ácatl Topiltzin, quien vivió entre

los años 895 y 947 de la era cristiana, quien decían era rubio y con barba.

Este personaje fue conocido por crear un reino de paz, sabiduría y proliferación artística. Así como por

prohibir los sacrificios humanos de los seguidores de Tezcatlipoca, los cuales los suplantó por ofrendas

como la liberación de aves y mariposas en lo alto de los templos.


La controversia de su reinado lo obligó a partir hacia el este, pero prometió regresar, en cierta fecha

del Xiuhpohuallique (calendario de 365 días) que coincidió con la llegada de los españoles en el año

de 1518, lo cual atemorizó a los mexicas, que se consideraban herederos de la cultura tolteca, a pesar de

haber alterado sus enseñanzas.

Además las enseñanzas de Quetzalcóatl quedaron recogidas en ciertos documentos

llamados Huehuetlahtolli (‘antiguas palabras’), transmitidos por tradición oral y puestos por escrito por

los primeros cronistas españoles.

Cosmovisión mexica
Según la cosmogonía mexica, Quetzalcóatl es hijo de la dualidad creadora del universo Ometeótl,

formado por Ometecuhtli y Omecíhuatl. Sus hermanos eran Huitzilopochtli, Tezcatlipoca y Xipe-Tótec.
Principales deidades mexicas

La religión mexica relacionó a Quetzalcóatl como la deidad del viento en su acepción de «Ehécatl»,

también era la representación del planeta Venus (que anuncia el alba), los comerciantes, las artes,

artesanía y conocimiento. Asimismo del sacerdocio mexica, del aprendizaje y el conocimiento.

Quetzalcóatl como Venus

Leyenda de Quetzalcóatl
Cuenta la leyenda que después de la creación del mundo los humanos veneraban a sus deidades con

templos y sacrificios humanos, sin embargo Quetzalcóatl no veía con buenos ojos esto.

Entonces decidió descender en la ciudad de Tollan (hoy Tula) mientras se realizaba un sacrificio humano

para detenerlo.

Al pasar el tiempo prohibió los sacrificios y enseñó a las personas oficios, artes, a cosechar el maíz,

escritura, astronomía y muchos otros conocimientos que solo poseían las deidades.

Así fue como la ciudad de Tula comenzó a florecer como nunca, hasta que Huitzilopochtli, Tlacahuepan

y Titlacahuan decidieron poner fin a la fortuna de Quetzalcóatl y los toltecas.

Estos se prepararon para engañar a Quetzalcóatl y “hacerle perder el tino y que ya no haga penitencia”, y

Tezcatlipoca agregó: “Yo digo que vayamos a darle su cuerpo”; el propósito consistá en alejarlo de la

vida espiritual del sacerdocio y llevarlo a los placeres de la vida mundana.

Los dioses convocados por Tezcatlipoca realizaron diversos prodigios para engañar a Quetzalcóatl y a

los toltecas con el fin de hacerlos incurrir en faltas morales y así poder dar cuenta de la gran ciudad, pues

como dice el texto sahaguntino “los tres hicieron portentos con los que presagiaron la destrucción de

Tula”.

El primer portento de los magos divinos ocurre cuando Tezcatlipoca se transforma en anciano para tener

acceso al recluido Quetzalcóatl y ofrecerle pulque.

Después de una pequeña discusión con quienes guardan a su desprevenido adversario, llega hasta su

presencia; una vez ahí le ofrece el pulque como si fuera una medicina, ya que Quetzalcóatl estaba

enfermo.

Dijo Quetzalcóatl: “Estoy muy enfermo por todas partes, en ninguna parte están bien mis brazos, mis

pies; bien desmayado está mi cuerpo, así como que se deshace”; y luego dijo el viejecillo: “Ya aquí está

la medicina que es muy buena, ligera y va una cosa con la otra, si la bebieres en ti saldrá y ablandará tu

cuerpo y llorarás, será generoso tu corazón; tú recordarás que morirás; y además bien por ella recordarás

adonde irás”.

Aunque al principio se niega a beber, el señor de Tula termina cediendo a la incitación del falso anciano

y comienza por sólo probar un poco de la bebida.


Enseguida se “movió su tonalli ” (alma) y termina embriagándose, con un mal resultado pues “ya por

eso llora, mucho se aflige, entonces por ello se le fue el corazón a Quetzalcóatl, ya no recuerda lo que

antes conocía de su manera de vivir, lo que conoce de su forma de vida, bien le dio vueltas a su corazón

el tlacatecólotl ”.

Mover el tonalli indica que Tezcatlipoca ha causado conmoción en las inclinaciones


más íntimas del penitente y en su fuerza vital.
Con la borrachera, Quetzalcóatl ha perdido el juicio y la cordura, se le fue el corazón y le da vueltas; si

se tiene en cuenta que en el mundo náhuatl el corazón es el principal centro de conciencia y de voluntad,

se comprende la gravedad de lo que le pasó a Quetzalcóatl, perdió la conciencia y la voluntad.

Esto da por resultado que olvide “su forma de vida”, la cual es la vida ritual, de penitencia y abstinencia

del sacerdote, faltando por ello a sus obligaciones rituales, gravísima transgresión que afecta a toda la

sociedad.

Por tanto, Tezcatlipoca ha logrado dañar a la sociedad tolteca en uno de sus ejes básicos, la

comunicación con lo sagrado, pues en el pensamiento mesoamericano el bienestar social depende, en

última instancia, del favor divino.

En pleno estado de embriaguez mandó traer a Quetzalpétlatl, “estera preciosa”, mujer dedicada al culto

divino y por ello con votos de abstinencia, con la cual tuvo relaciones sexuales.

De esta manera ha cometido las faltas más graves en que puede caer un sacerdote, una falta lleva a otra:

la embriaguez en un lugar sagrado mientras está dedicado a la penitencia lo lleva a tener relaciones con

una mujer dedicada a los dioses.

Los dos han olvidado sus grandes responsabilidades, como lo señala el texto de los Anales : “Después

que se embriagaron […] Ya no bajaron a la acequia; ya no fueron a ponerse espinas; ya nada hicieron al

alba. Cuando amaneció, mucho se entristecieron, se ablandó su corazón. Luego dijo Quetzalcóatl:

‘¡Desdichado de mí!’ ”.

En este momento el sacerdote decidió partir pero prometiendo que algún día regresaría.

La promesa de Quetzalcóatl
Caminó por el altiplano y se despidió de sus discípulas las mariposas (como él las llamaba) en Papalotla

(lugar de las mariposas) cerca de Texcoco.

Siguió caminando y llegó hasta Coatepec ‘el cerro de las culebras’, desde donde se aprecia el

Citlaltepetl ‘cerro de la estrella’ (Pico de Orizaba) y arriba del cerro se despidió de sus discípulos (coats)

diciéndoles que de ahí en adelante tenía que seguir él solo, pero que “volvería cuando el quinto sol se

dejara ver en el horizonte”.

Pico de Orizaba

Y los discípulos le preguntaron: Señor, ¿y como vamos a saber nosotros que ese quinto sol llega y que tu
vuelves?. Entonces Quetzalcoatl le dijo: “les voy a dejar una señal”, y según cuenta la leyenda,

Quetzalcoatl hizo unos ademanes mágicos y entonces brotó una erupción luminosa (como serpiente

emplumada) del Citlaltepetl, que subió al cielo y se unió a la estrella Citlalit (Venus) que se volvió más

luminosa y les dijo: observen esa estrella, de hoy en adelante se llamará Tlahuixcalpantlecutli, o sea:

Señor que anuncia la venida del Sol.

Otra versión dice que se subió a una barca y se alejó mar adentro hasta desaparecer, e inmediatamente

surgió del mismo lugar donde había desaparecido, una estrella muy brillante (Venus), que ascendió de

Oriente a poniente) y se posó exactamente arriba del Citlaltepetl (Pico de Orizaba), en donde después de

un rato desapareció como si se hubiera metido en el cráter del volcán.


Quetzalcóatl y Venus
Al planeta Venus, lo vemos por el Oriente antes de que amanezca y por el Poniente al atardecer.

Si trazamos una línea imaginaria desde el Citlaltepetl (Pico de Orizaba) hasta Coatzacoalcos, podemos

ver que pasa por los siguientes lugares: Córdoba, las pirámides de Palmillas, la Piedra Móvil, el Cerro

de las Mesas, la zona de los Tuxtlas, Catemaco, la Laguna de los Cerros y varios lugares más, todos ellos

con importantes vestigios arqueológicos.

Y desde todos estos lugares se puede apreciar al atardecer, como la estrella Venus, cuando va después

del Sol, se coloca por encima del Citlaltepec.

a increíble leyenda del ajolote


Cuentan que hace mucho, pero que mucho tiempo, al comienzo de todo, los dioses crearon
el sol y la luna, a partir de Nanahuatzin (de él surgió el sol al tirarse a un fuego encendido
por el resto de dioses) y Teciciztécatl (el que dio origen a la luna y que fue golpeado por
uno de los dioses con un conejo para castigar su soberbia, dejando uno de sus lados a
oscuras).
Pero los dioses se dieron cuenta de que el sol y la luna permanecían quietos, sin
movimiento, y a los dioses se les ocurrió matar a alguno de los dioses para que al resucitar,
pudieran dotar al sol de movimiento. Sin embargo, uno de los que debía ser
sacrificado, Xólotl, se negó a morir. Es más… ¡se escapó! Y el dios del viento, Echécatl,
que era el encargado del sacrificio, le fue a buscar.

Resulta que Xólotl se escondió primero en los maizales, convirtiéndose en los pies del tallo
del maíz que tiene dos tallos (al que los campesinos llaman xólotl). Y al ser descubierto por
el dios del viento, fue a esconderse entre otras plantas, los magueyes. Pero también fue
descubierto y de nuevo huyó, esta vez, arrojándose al agua. Y allí es donde se
transformó en ajolote, y el lugar donde finalmente fue atrapado por el dios del viento.
Desde entonces, el ajolote se convirtió en manjar para los príncipes aztecas.

También podría gustarte