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Romanos 9:30-33 (Palabra de Dios para todos).

30
¿Y qué significa todo esto? Significa que los que no eran judíos, y ni siquiera estaban buscando la aprobación de Dios,
la consiguieron. Pero fue por la fe que llegaron a ser aprobados por Dios. 31 Y el pueblo de Israel que sí estaba buscando
cumplir la ley para que Dios lo aprobara, no lo logró. 32 ¿Por qué no lo logró? Porque trataban de ser aprobados por Dios
mediante sus propios esfuerzos en lugar de confiar en Dios. Tropezaron con «la piedra de tropiezo». 33 Está escrito:
«Miren, pongo en Sion una piedra de tropiezo;
una roca que los hará caer.
Pero quien confíe en ella
no será defraudado».

Romanos 10

Hermanos, mi mayor deseo y mi oración es que Dios salve a todos los judíos. 2 Puedo decir esto en su favor: hacen un
gran esfuerzo para honrar a Dios, pero no entienden lo más importante. 3 No han entendido cómo es que Dios nos aprueba.
Por eso trataron de ser aprobados a su manera y no aceptaron la manera como Dios nos aprueba. 4 En lo que respecta a ser
aprobados por Dios, para todo el que tiene fe, Cristo fue el cumplimiento del propósito de la ley.

5
Esto es lo que Moisés escribe acerca de cómo tener la aprobación a través de la ley: «La persona que practica la ley
obtiene vida gracias al mandamiento».[a] 6 [b] Pero esto es lo que dice de la aprobación por Dios a través de la fe: «No digas:
¿Quién subirá al cielo?» (Es decir: para traer a Cristo a la tierra). 7 Tampoco preguntes: «¿Quién bajará al mundo de los
muertos[c]?» (Es decir: «¿Quién va a traer a Cristo y a resucitarlo de entre los muertos?») 8 También dice: «El mensaje de
Dios está muy cerca de ti. Está tan cerca como lo están tu boca y tu corazón». Es el mismo mensaje de fe que nosotros
anunciamos. 9 Serás salvo si reconoces abiertamente que Jesús es el Señor y si crees de todo corazón que Dios lo levantó
de la muerte. 10 Pues Dios te aprobará si crees de todo corazón, y te salvará si con tu boca lo confiesas abiertamente.

11
La Escritura dice: «Todo el que confíe en él no será defraudado» [d]; 12 «todo» porque a Dios no le importa si uno es judío
o no[e], pues el mismo Señor es Señor de todos. Es generoso con todos los que le piden ayuda, 13 porque «Todos los que
confíen en el Señor serán salvos»[f].[g]

14
Pero, ¿cómo van a confiar en el Señor si no han oído hablar de él? ¿Y cómo van a oír de él si no hay quien les cuente el
mensaje? 15 ¿Y cómo van a contar el mensaje si no hay quien los envíe? Como está escrito: «¡Son tan hermosos los pies de
los que anuncian las buenas noticias!»[h]

No obstante, no todos ellos hicieron caso de las buenas noticias. Por eso Isaías pregunta: «Señor, ¿quién ha creído
16

nuestro mensaje?»[i] 17 Así que la fe es el resultado de oír el mensaje. La gente oye el mensaje cuando alguien le habla de
Cristo. 18 Pero yo pregunto: ¿Será que el pueblo de Israel no oyó nuestro mensaje? Claro que sí.

«Sus voces se han oído en toda la tierra,


y sus palabras han llegado
a todos los rincones del mundo».[j]

Yo pregunto nuevamente: «¿El pueblo de Israel no entendió?» Claro que entendió. Primero, Moisés dijo de parte de
19

Dios:

«Haré que ustedes sientan celos de gente que no es en realidad una nación.
Usaré una nación ignorante para que les dé ira a ustedes». [k]
20
Luego Isaías se atrevió a decir de parte de Dios: «Los que no me estaban buscando, me encontraron. Me aparecí ante
los que no preguntaban por mí».[l]

21
Sin embargo esto es lo que dice Dios acerca de Israel:
«Durante todo el día he esperado a este pueblo,
pero es gente desobediente que no quiere seguirme».

Romanos 9:30-33 / Nueva Versión Internacional

Incredulidad de Israel

30
¿Qué concluiremos? Pues que los no judíos, que no buscaban la justicia, la han alcanzado. Me refiero a la justicia que es
por la fe. 31 En cambio Israel, que iba en busca de justicia a través de la Ley, no ha alcanzado esa justicia. 32 ¿Por qué no?
Porque no la buscaron mediante la fe, sino mediante las obras, como si fuera posible alcanzarla así. Por eso tropezaron
con la «piedra de tropiezo», 33 como está escrito:

«Miren, yo pongo en Sión una piedra de tropiezo


y una roca que hace caer;
pero el que confíe en él no será defraudado»
Romano 10

1Hermanos, el deseo de mi corazón y mi oración a Dios por los israelitas es que lleguen a ser salvos. 2 Puedo declarar en
favor de ellos que muestran celo por Dios, pero su celo no se basa en el conocimiento. 3 No conociendo la justicia que
proviene de Dios y procurando establecer la suya propia, no se sometieron a la justicia de Dios. 4 De hecho, Cristo es la
culminación de la Ley para que todo el que cree sea justificado.

5
Así describe Moisés la justicia que se basa en la Ley: «Quien practique estas cosas vivirá por ellas». [a] 6 Pero la justicia
que se basa en la fe afirma: «No digas en tu corazón: “¿Quién subirá al cielo?” [b] (es decir, para hacer bajar a Cristo), 7 o
“¿Quién bajará al abismo?”» (es decir, para hacer subir a Cristo de entre los muertos). 8 ¿Qué afirma entonces? «La
palabra está cerca de ti, la tienes en la boca y en el corazón». [c] Esta es la palabra de fe que predicamos: 9 que si confiesas
con tu boca que Jesús es el Señor y crees en tu corazón que Dios lo levantó de entre los muertos, serás salvo. 10 Porque con
el corazón se cree para ser justificado, pero con la boca se confiesa para ser salvo. 11 Así dice la Escritura: «Todo el que
confíe en él no será defraudado».[d] 12 No hay diferencia entre judíos y los que no son judíos, pues el mismo Señor es Señor
de todos y bendice abundantemente a cuantos lo invocan, 13 porque «todo el que invoque el nombre del Señor será salvo».
[e] 14
Ahora bien, ¿cómo invocarán a aquel en quien no han creído? ¿Y cómo creerán en aquel de quien no han oído? ¿Y
cómo oirán si no hay quien predique? 15 ¿Y cómo predicarán sin ser enviados? Así está escrito: «¡Qué hermosos son los
pies de los que anuncian las buenas noticias!». [f] 16 Sin embargo, no todos los israelitas aceptaron las buenas noticias. Isaías
dice: «Señor, ¿quién ha creído a nuestro mensaje?». [g] 17 Así que la fe viene como resultado de oír el mensaje y el mensaje
que se oye es la palabra de Cristo.[h] 18 Pero pregunto: ¿Acaso no oyeron? ¡Claro que sí!

«Por toda la tierra se difundió su voz,


¡sus palabras llegan hasta los confines del mundo!». [i]
19
Pero insisto: ¿Acaso no entendió Israel? En primer lugar, Moisés dice:

«Yo haré que ustedes sientan envidia de los que no son nación;
voy a irritarlos con una nación insensata».[j]
20
Luego Isaías se atreve a decir: «Dejé que me hallaran los que no me buscaban;
me di a conocer a los que no preguntaban por mí». [k]

21
En cambio, respecto de Israel, dice:«Todo el día extendí mis manos
hacia un pueblo desobediente y rebelde».
Romanos 9:30-33 La Palabra Hispanoamérica

Israel y el mensaje de salvación


30
¿Qué concluir de todo esto? Pues que los no judíos, sin esforzarse en buscar la amistad de Dios, la han encontrado;
hablo de la amistad que se alcanza mediante la fe. 31 En cambio, Israel, afanándose por cumplir una ley que debería
llevar al restablecimiento de la amistad divina, ni siquiera consiguió cumplir la ley. 32 ¿Por qué? Pues porque, al
prescindir de la fe y apoyarse en el valor de las propias acciones, terminaron por tropezar en aquella piedra 33 de que
habla la Escritura:

Miren, yo coloco en Sión


una piedra contra la que pueden tropezar,
y una roca que los puede hacer caer.
Pero quien ponga su confianza en ella,
no quedará defraudado.

Romanos 10

10 Hermanos, deseo con todo mi corazón y le pido a Dios que salve a los israelitas. 2 Soy testigo de que buscan a
Dios con ardor, pero sin el debido conocimiento. 3 Desconocen, en efecto, la fuerza salvadora divina y pretenden
hacer valer la suya propia sin querer someterse a la de Dios. 4 Pero Cristo constituye el punto final de la ley y por él
restablece Dios en su amistad a todo creyente.

Todos pueden alcanzar la salvación


5
En cuanto a la fuerza salvadora de la ley, así escribe Moisés : Quien cumpla la ley, encontrará vida en ella. 6 En
cambio, de la fuerza salvadora de la fe dice así: No te inquietes preguntando: “¿Quién podrá subir al cielo?” —se
sobreentiende que para hacer que Cristo baje—. 7 Ni tampoco: “¿ Quién bajará al abismo?” —se sobreentiende que
para hacer surgir a Cristo de la muerte—. 8 Lo que dice la Escritura es esto: La palabra está muy cerca de ti. Está en
tus labios y en tu propio corazón. Y se trata de la palabra de fe que nosotros proclamamos.
9
Si, pues, tus labios confiesan que Jesús es el Señor y crees en tu interior que Dios lo hizo resucitar triunfante de la
muerte, serás salvado. 10 Porque se necesita la fe interior del corazón para que Dios restablezca en su amistad, y la
pública confesión de esa fe para obtener la salvación. 11 Pues dice la Escritura: Nadie que ponga en él su confianza
quedará defraudado 12 Y no existe diferencia entre judío y no judío, ya que uno mismo es el Señor de todos, y su
generosidad se desborda con todos los que lo invocan. 13 Por tanto, todo el que invoque el nombre del Señor se
salvará. 14 Ahora bien, ¿cómo van a invocar a aquel en quien no creen? ¿Y cómo van a creer en él si no han oído su
mensaje? ¿Y cómo van a oír su mensaje si nadie lo proclama? 15 ¿Y cómo lo van proclamar si no son enviados? Por
eso dice la Escritura: ¡Qué hermosos son los pies de los que anuncian buenas noticias! 16 Pero no todos han aceptado
la buena noticia. Lo dice Isaías: Señor, ¿quién ha creído nuestra proclamación? 17 En todo caso, la fe surge de la
proclamación, y la proclamación se realiza mediante la palabra de Cristo. 18 Y yo pregunto: ¿Será que no han oído?
¡Por supuesto que sí! La voz de los mensajeros ha resonado en todo el mundo y sus palabras han llegado hasta el
último rincón de la tierra. 19 Pero insisto: ¿será que Israel no ha entendido el mensaje? Oigamos en primer lugar lo
que dice Moisés: Haré que ustedes tengan celos
de un pueblo que no es mío,
provocaré el enojo de ustedes
mediante una nación no sabia.

Pero Isaías se atreve a más todavía: Los que no me buscaban me encontraron;


20

me manifesté a los que no preguntaban por mí.


21
En cambio, de Israel dice: Todo el día he tenido mis manos
tendidas a un pueblo indócil y rebelde.

Romanos 9:30-33 Traducción Lenguaje Actual

Israel y Cristo
30
¿Qué más les puedo decir? Que aunque la gente de otros pueblos no estaba haciendo nada para que Dios los
aceptara, él los aceptó porque confiaron en él. 31 En cambio, los israelitas fueron rechazados, porque trataban de
cumplir la ley para que Dios los aceptara. 32 ¿Y por qué no fueron aceptados? Porque querían que Dios los
aceptara por lo que hacían, y no por confiar sólo en él. Por eso Cristo fue para ellos como una piedra en la que
tropezaron. 33 En la Biblia Dios dijo:

«Yo pongo en Jerusalén


una roca con la cual
muchos tropezarán y caerán.
Pero Dios no defraudará
a los que confíen en él.»

Romanos 10

Hermanos en Cristo, con todo mi corazón deseo y pido a Dios que él salve del castigo a los israelitas. 2 Estoy
seguro de que ellos tienen muchos deseos de servir a Dios, pero no saben cómo hacerlo. 3 No comprenden que
sólo Dios nos puede declarar inocentes. Por eso han tratado de hacer algo para que Dios los acepte. En realidad,
han rechazado la manera en que Dios quiere aceptarlos. 4 Dios ya no nos acepta por obedecer la ley; ahora sólo
acepta a los que confían en Cristo. Con Cristo, la ley llegó a su cumplimiento.

Todos pueden ser salvos


5
Al referirse a los que obedecen la ley para que Dios los acepte, Moisés escribió lo siguiente: «La persona que
obedezca la ley se salvará si la cumple.» 6 Al contrario, esto es lo que dice de los que confían en Dios para que
él los acepte: «Nunca te preguntes: “¿Quién subirá al cielo?”», es decir, subir al cielo para pedirle a Cristo que
baje. 7 «Tampoco te preguntes: “¿Quién bajará al mundo de los muertos?”», es decir, bajar allá para pedirle a
Cristo que resucite.
8
Más bien, la Biblia dice: «El mensaje de Dios está cerca de ti; está en tu boca y en tu corazón.» Y ese mismo
mensaje es el que les traemos: que debemos confiar en Dios. 9 Pues si ustedes reconocen con su propia boca que
Jesús es el Señor, y si creen de corazón que Dios lo resucitó, entonces se librarán del castigo que
merecen. 10 Pues si creemos de todo corazón, seremos aceptados por Dios; y si con nuestra boca reconocemos
que Jesús es el Señor, Dios nos salvará.
11
La Biblia dice: «Dios no deja en vergüenza a los que confían en él.» 12 No importa si son judíos o no lo son,
porque todos tienen el mismo Dios, y él es muy bueno con todos los que le piden ayuda. 13 Pues la Biblia
también dice: «Dios salvará a los que lo reconozcan como su Dios.» 14 Pero, ¿cómo van a reconocerlo, si no
confían en él? ¿Y cómo van a confiar en él, si nada saben de él? ¿Y cómo van a saberlo, si nadie les habla
acerca del Señor Jesucristo? 15 ¿Y cómo hablarán de Jesucristo, si Dios no los envía? Como dice la Biblia:
«¡Qué hermoso es ver llegar a los que traen buenas noticias!»
16
Sin embargo, no todos han aceptado estas buenas noticias. Como dijo el profeta Isaías: «Señor, ¡nadie ha
creído a nuestro mensaje!» 17 Así que las personas llegan a confiar en Dios cuando oyen el mensaje acerca de
Jesucristo.
Pero yo pregunto: ¿Será que no han tenido oportunidad de oír el mensaje? ¡Claro que lo han oído! Porque la
18

Biblia dice:

«Sus palabras recorren toda la tierra


y llegan hasta el fin del mundo.»

Vuelvo entonces a preguntar: ¿Será que los israelitas no se han dado cuenta? ¡Claro que sí se han dado cuenta!
19

Pues, en primer lugar, Dios dijo por medio de Moisés:

«Haré que los israelitas se pongan celosos


de un pueblo sin importancia.
Haré que se enojen
con gente de poco entendimiento.»
20
Después, Isaías se atrevió a recordar algo que Dios había dicho:

«Me encontraron aquellos


que no me buscaban.
Me presenté ante gente
que no preguntaba por mí.»
21
Pero del pueblo de Israel, Dios dijo por medio de Isaías:

«Todo el día le ofrecí ayuda


a un pueblo terco y desobediente.»
Romanos 9:30-33 Biblia de las Américas

Razón del tropiezo de Israel


30
¿Qué diremos entonces? Que los gentiles, que no iban tras la justicia, alcanzaron justicia, es decir, la justicia
que es por fe; 31 pero Israel, que iba tras una ley de justicia, no alcanzó esa ley. 32 ¿Por qué? Porque no iban tras
[o]

ella por fe, sino como por obras. Tropezaron en la piedra de tropiezo, 33 tal como está escrito:
[p] [q]

HE AQUÍ, PONGO EN SIÓN UNA PIEDRA DE TROPIEZO Y ROCA DE ESCANDALO ;


Y EL QUE CREA EN ÉL NO SERÁ AVERGONZADO.

Romanos 10 : Hermanos, el deseo de mi corazón y mi oración a Dios por ellos es para su salvación. 2 Porque yo
[a]

testifico a su favor de que tienen celo de Dios, pero no conforme a un pleno conocimiento. 3 Pues desconociendo la
justicia de Dios y procurando establecer la suya propia, no se sometieron a la justicia de Dios. 4 Porque Cristo es el fin de
[b]

la ley para justicia a todo aquel que cree.

Cómo ser salvo


5
Porque Moisés escribe que el hombre que practica la justicia que es de la ley, vivirá por ella. 6 Pero la justicia
que es de la fe, dice así: NO DIGAS EN TU CORAZÓN: «¿QUIÉN SUBIRÁ AL CIELO?» (esto es, para hacer bajar a
Cristo), 7 o «¿QUIÉN DESCENDERÁ AL ABISMO?» (esto es, para subir a Cristo de entre los muertos). 8 Mas, ¿qué
dice? CERCA DE TI ESTÁ LA PALABRA, EN TU BOCA Y EN TU CORAZÓN, es decir, la palabra de fe que
predicamos: 9 que si confiesas con tu boca a Jesús por Señor, y crees en tu corazón que Dios le resucitó de entre
los muertos, serás salvo; 10 porque con el corazón se cree para justicia, y con la boca se confiesa para
salvación. 11 Pues la Escritura dice: TODO EL QUE CREE EN ÉL NO SERÁ AVERGONZADO. 12 Porque no hay
distinción entre judío y griego, pues el mismo Señor es Señor de todos, abundando en riquezas para todos los
que le invocan; 13 porque: TODO AQUEL QUE INVOQUE EL NOMBRE DEL SEÑOR SERÁ SALVO. 14 ¿Cómo, pues,
invocarán a aquel en quien no han creído? ¿Y cómo creerán en aquel de quien no han oído? ¿Y cómo oirán sin
[c]

haber quien les predique? 15 ¿Y cómo predicarán si no son enviados? Tal como está escrito: ¡CUAN HERMOSOS
SON LOS PIES DE LOS QUE ANUNCIAN EL EVANGELIO DEL BIEN !
[d] [e]

Israel rechaza el evangelio


16
Sin embargo, no todos hicieron caso al evangelio, porque Isaías dice: SEÑOR, ¿QUIÉN HA CREÍDO A NUESTRO
ANUNCIO? 17 Así que la fe viene del oír, y el oír, por la palabra de Cristo . 18 Pero yo digo, ¿acaso nunca han
[f]

oído? Ciertamente que sí: POR TODA LA TIERRA HA SALIDO SU VOZ,


Y HASTA LOS CONFINES DEL MUNDO SUS PALABRAS.
[g]

19
Y añado : ¿Acaso Israel no sabía? En primer lugar, Moisés dice:
[h]

YO OS PROVOCARÉ A CELOS CON UN pueblo QUE NO ES PUEBLO;


CON UN PUEBLO SIN ENTENDIMIENTO OS PROVOCARÉ A IRA.

20
E Isaías es muy osado, y dice:

FUI HALLADO POR LOS QUE NO ME BUSCABAN;


ME MANIFESTÉ[i] A LOS QUE NO PREGUNTABAN POR MÍ.
Pero en cuanto a Israel, dice: TODO EL DÍA HE EXTENDIDO MIS MANOS A UN PUEBLO DESOBEDIENTE Y
21

REBELDE.

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